Está en la página 1de 2

Estudiantes: Gabriela Castañeda Fonseca Docente: Cesar Augusto Niño González

s Maria Alejandra Pachón Florez

Universidad: Sergio Arboleda Programa: Introducción a las Relaciones


Internacionales 2021-1 g

¿Por qué la guerra?


Carta de Albert Einstein a Sigmund Freud
¿Existe algún medio que permita al hombre liberarse de la amenaza de la guerra?
Albert Einstein.

En el texto propuesto, el autor expone su posición frente a la guerra y como esta


envuelve al hombre en múltiples situaciones que conllevan a la destrucción de este. Al hablar de
la guerra, esta se define como una lucha continua entre dos actores, que da lugar a actos
violentos e incluso bélicos, entonces al pensar en el hombre como el actor principal del conflicto
en papel tanto de víctima como de victimario se puede decir que la guerra va más allá de los
ámbitos políticos y económicos, ya que, intervienen los factores psico-sociales.

En la carta se manifiesta “el hombre lleva en sí mismo una necesidad de odio y


destrucción” se entiende como desde 1932 hasta ahora y tal vez por muchos años más, el ser
humano no ha de reevaluar aquellos sentimientos de “satisfacción” al ganar o enriquecerse, sin
importar motivos anteriores que lo conducen a tal emoción. Desde pequeños nos hemos
convertido en personas con resentimiento hacia los demás, ya sean familiares o compañeros, en
máximas ocasiones por no ganar o ser superior a ellos, sentimos la pérdida como fracaso y no
un proceso de aprendizaje. Somos, además de tantas cosas, un conjunto “educado” para
avanzar individualmente, tal vez ayudar ligeramente a quien necesita, con la intriga si aquella
acción traerá algún reconocimiento. El mundo ha vivido de prejuicios sin valor desde hace siglos
y hoy en día no se han encontrado las maneras para llegar a soluciones, aunque se hayan
intentado porque es casi instintivo el caos.

Einstein, plantea una solución clara a la situación problema del texto al mencionar la
creación de un organismo de orden legislativo y judicial, para resolver y evitar posibles conflictos
entre las naciones, lo cual involucra el abandono de parte de su libertad de acción ó soberanía
para asegurar la seguridad internacional; sin embargo, como Einstein mismo lo decía esta es
una solución ineficaz, debido a que siempre va a haber un Estado o nación que se oponga a
dicho organismo, podría funcionar para ser mediador en conflictos menores pero no serviría en
caso de una guerra; un claro ejemplo es la ONU (Organización de las Naciones Unidas) dado
que a pesar de tener ese propósito, la opinión de esta entidad resulta poco relevante, aparte de
que su falta de acción y el hecho de que el poder recae sólo en cinco estados miembros
permanentes del consejo de seguridad de la ONU y las decisiones de estos se han dado más a
su beneficio que al de el bienestar general de todas las naciones.

De esto se concluye el hecho de que el el hombre siempre va a estar en búsqueda del


poder a toda costa, ya que es parte de su naturaleza; por lo mismo Einstein se cuestiona acerca
de cómo distintos procesos logran despertar en el hombre un sentimiento entusiasta que lo lleve
a sacrificar su propia vida por algo tan banal como la guerra. En la carta de Einstein, este
argumentaba el hecho de que las masas se dominan por medio de los sentimientos, esto debido
a que el hombre lleva en sí mismo odio y destrucción, pero en opinión propia va más allá de eso,
ya que se trata de la falta de educación y oportunidades, la venda universal que cargan dichas
masas es lo que como bien Einstein decía, las hace “masas incultas”.

Por último, Einstein plantea la idea de si es posible controlar la evolución mental del
hombre para evitar la psicosis de odio y destructividad, ante esto se puede decir que es posible
a medida de que el hombre esté dispuesto a crear y no destruir, la unión hace la fuerza, de esa
misma manera dicha fuerza podría ser utilizada en el bien común (aunque suene fantasioso); en
donde hay oscuridad también se puede encontrar la luz, por eso mismo se puede suscitar a la
paz por medio del progreso y la unión, sin embargo este ideal aún hoy en día está lejos de llegar
a ser y sigue siendo una gran interrogante de cuándo podrá ser. Si seguimos reseñando sobre
guerras pasadas como el mejoramiento de la época, la vista a un mejor futuro sin importar las
muertes, no encontraremos el alivio social. No tener la capacidad de escuchar al otro y
comprender las perspectivas, solamente como dirigente impongo las reglas y juicio, pero
demuestro desinterés por el pueblo, ¿si alguna vez se quiere lograr la paz definitiva entre
países?, sería prudente enseñar la tolerancia como hábito humano. Lastimosamente no hemos
racionalizado a tal punto, donde lo diferente es lo natural y el poder lo tiene el pueblo, y las
opiniones se veneran, tal vez, así se podría llegar a mejorar este mundo, nuestro mundo.

También podría gustarte