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Perú. Arzobispo de Lima: Ver y tocar


las heridas de Jesús en el mundo
actual
Este Segundo Domingo de Pascua y de la Divina Misericordia, el Arzobispo de Lima y
Primado de la Iglesia en el Perú, hizo un llamado a ‘tocar’ y ‘ver’ las heridas de los que más
sufren en esta Pandemia: «uno de los problemas más grandes que tenemos es la
insensibilidad ante la herida ajena».

Ciudad del Vaticano

«Ahora que viene un periodo nuevo para nuestra historia, que ese periodo sea
prometedor, y que con la contribución de la sensibilidad humana, mostrada por el Señor
que nos dice: ‘Acércate Tomás y toca’, nosotros también podamos creer sin haber visto
directamente, por el testimonio de los apóstoles, pero aprendiendo a ver con esos criterios,
las heridas de Jesús en el mundo actual», lo dijo Monseñor Carlos Castillo, Arzobispo de
Lima y Primado de la Iglesia en el Perú, en su homilía este Segundo Domingo de Pascua y de
la Divina Misericordia, en la cual hizo un llamado a ‘tocar’ y ‘ver’ las heridas de los que más
sufren en esta Pandemia. 

Jesús nos ayuda a vivir el amor gratuito de Dios


Comentando el Evangelio de Juan, que narra la incredulidad de Tomás, el Arzobispo de
Lima explicó que, Jesús toma la iniciativa de acercarse a sus discípulos para ayudarlos a vivir
lo que significa el amor gratuito de Dios: «es eso lo que ocasionó que la Iglesia se reuniera,
no el esfuerzo de todos los cristianos por hacer como una especie de confederación o
asociación – agregó – sino el escuchar desde su corazón, profundamente, el llamado del
Señor que los convoca nuevamente. Y eso se da por medio del Espíritu Santo». Ya que, el
Espíritu es el que nos guía hacia la verdad.
El Señor está presente en medio de nuestras
incertidumbres
Además, en su homilía, Monseñor Castillo señaló que, así como el Señor se aparece en
medio del miedo de sus discípulos, también lo viene haciendo en medio de nuestras
incertidumbres y dudas: «el Señor está en la herida, está allí donde estamos más débiles,
más vulnerables, en todas las contrariedades y dificultades que se ocasionan a consecuencia
de la Pandemia. No dudemos que el Señor está en medio de nuestras heridas y nuestros
miedos, y desde ese reconocimiento de los miedos, el poder intentar apreciar al Señor,
acogerlo por medio del Espíritu».

A través del Espíritu todos crecemos en la fe


«El Señor sopla sobre sus discípulos y también sobre toda la Iglesia para que recibamos
el Espíritu Santo. Y el Espíritu Santo está ligado al perdón: ‘Reciban el Espíritu Santo y a
quienes ustedes perdonen sus pecados les quedan perdonados, a quienes se los retengan
les quedan retenidos’. No dice ‘a quienes no perdone’, sino dice retener – prosiguió el
Arzobispo – y retener es una forma de educar, pero por un tiempo, de tal manera que así
nosotros corregimos también. Son maneras que tenía la Iglesia para que, a través de la
inspiración del Espíritu, todos crezcamos en la fe».

Todos podemos contribuir en la mejora del país


El Arzobispo de Lima indicó que la corrección es siempre temporal para ir logrando que
crezcamos: «corregirnos y ayudarnos mutuamente como peruanos es lo que necesitamos
en un momento difícil en que todos somos vulnerables, y tenemos que contribuir a la
mejora de nuestra situación para ser un país lindo, un país donde reímos, cantamos, nos
alegramos. Pero todavía tenemos que convertir en alegría el conjunto de la organización de
nuestro país, y eso requiere mucha imaginación, la contribución de todos, unidos, el poder
dialogar, entendernos entre nosotros y poder constituir una nación que se ama. Ésa es la
visión cristiana de lo que deberíamos ser, pero la proponemos, no la imponemos, tratamos
de que todos podamos ir, poco a poco, y comprendiendo este sentido profundo de la fe».

Actuar con el mismo amor con que actuó Jesús


Por último, Monseñor Carlos Castillo reflexionó a partir de la figura de Tomás: «él
también quería alegrarse como los que habían visto al Señor, por eso le costaba creer. Al
igual que Tomás, nosotros también somos de los que no estuvimos, y somos llamados,
entonces, a aprender a creer de otra manera». Pero el Señor, quien está lejos, lo invita
misericordiosamente a tocar sus heridas de amor, a entrar en la dinámica interna de su
entrega generosa: «El Papa decía a los muchachos estos días que, cuando subió Jesús al
cielo y ascendió, llevó un regalo. Los chicos se quedaron espantados. ¿Un regalo? Sí, sus
heridas, sus heridas son su regalo. Tú me mandaste a amar, acá están los signos del amor».

Bienaventurados los que creen sin haber visto


El Arzobispo de Lima reiteró que debemos aprender a creer y ver al Señor desde las
experiencias que se derivan en su amor, como lo son nuestros mártires, nuestras madres
que salen a trabajar y se exponen al contagio, nuestros canillitas, nuestros lustrabotas y
personas que trabajan en la calle: «tenemos que tocar y ver esas heridas también.
‘Bienaventurados los que creen sin haber visto’ significa ‘sin haber visto la primera
experiencia’, pero sí ver las otras experiencias de las heridas de la gente».

12SU
abrilCONTRIBUCIÓN
2021, 10:48
A UNA GRAN MISIÓN: APOYARNOS PARA LLEVAR LA
PALABRA DEL PAPA A TODOS LOS HOGARES

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