Está en la página 1de 1

Abrace a su hijo todos los días.

Independientemente del día que haya tenido, si está triste, cansada, estresada, apurada o
enojada, abrace a su hijo.
Antes de irse a la cama, cierre los ojos y abrácelo por un buen tiempo.
Deje que todas sus fuerzas se rompan en ese abrazo y sienta la serenidad que este
momento le trae a su día.
¡Parece magia!
La vida transcurre en un soplo, los años pasan entre nuestros dedos y si hay algo que ninguno de
nosotros conoce , es que pasará mañana.
Por eso te digo: abraza a tu hijo todos los días, con calma y con alma.
¡Ese abrazo quedará grabado en tu cuerpo hasta el próximo y servirá como batería cuando tu fuerza
falle!
Para él, ¡es el mejor regalo que puedes darle de por vida!
Extraido de Sencillamente Mamá

También podría gustarte