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¿Dónde terminan los derechos de cada uno?

Comenzaré, entonces, por un argumento que es el más común y el más pobre de todos pero que, a pesar
de ello, ha tendido a aparecer como argumento decisivo en una multiplicidad de fallos.
Absolutamente nada cuando nos dicen que los derechos tienen un límite. ¿Cuál es el límite?, ¿mi palabra?,
¿la palabra del presidente?, ¿la opinión de la mayoría?, ¿las preferencias particulares del juez?
Roberto Gargarella, plantea una idea OBVIA, de que los derechos no son absolutos y que, por lo tanto, no
se puede hacer cualquier cosa en nombre de un derecho. Y plantea también que si la idea de derecho tiene
sentido, es porque los derechos son capaces de vencer cualquier reclamo hecho en nombre del “bien común”
o el “interés general” y luego de analizar un claro ejemplo de esto ante un reclamo de la C.H.A (Comunidad
homosexual argentina) donde el juez Boggiano argumentaba que esta gente manifestaba para obtener el
reconocimiento de su personería jurídica como asociación, siendo la misma entidad contraria al bien común,
este juez, recibe la respuesta del presidente de la Corte Eduardo Petracchi, manifestándole que el
razonamiento debe ser el contrario…no es que los derechos encuentren su límite en la idea del bien común,
sino que cualquier reclamo hecho en nombre del bien común, encuentra su límite en la idea de los
derechos. Los DERECHOS son los que fijan los límites (Dworkin).
Petrachi también dijo algo muy interesante acerca de que la idea de BIEN COMÚN en la Argentina había
funcionado habitualmente como caballo de Troya para canalizar impulsos autoritarios.
En el caso de cortes de rutas, por ejemplo, nos enfrentamos a una típica situación de choque de derechos
que requieren un análisis pormenorizado de jerarquías…
 Libertad de expresión
 Libertad de peticionar a las autoridades
 Libertad de tener las calles limpias
 Libertad de transitar libremente, etc etc
En esta jerarquización no se pueden perder de vista aquellos que están mas cerca del NERVIO
DEMOCRÁTICO de la CONSTITUCIÓN…..la libre expresión.
Si bien todos los derechos son importantes, los vinculados con la libertad de expresión merecen ser objeto
de una protección especial. Es por esto que coincidiendo con el análisis de Roberto Gargarella, el deber más
importante de cualquier magistrado, que se encuentre frente a una situación de choque de derechos, es el de
proteger al que habla, sobre todo si se trata de una voz que pretende presentar una crítica contra quienes
ejercen el poder. ESA VOZ ES LA QUE MÁS NECESITA SER PROTEGIDA.

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