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Memorias Deportivas – Crónica No.

78

Fecha: 18 de noviembre de 1990


Lugar: Bello (Antioquia)
Deporte: Patinaje
Evento: XXIV y XVIII Campeonatos Mundiales de Ruta
(Masculino y Femenino)
Logro: Campeones con tres medallas de oro, dos de plata y
dos de bronce
Protagonista: Equipo Nacional de Colombia

TODA UNA TRILOGÍA MUNDIAL DE ORO

El patinaje, originario de Inglaterra donde se utilizó inicialmente como medio de


transporte en época de invierno, tuvo su primera manifestación como deporte a
comienzos de 1900. Bien entrado el siglo pasado, en 1936, se creó la Federación
Internacional de Patinaje conformada por 55 países y se organizó el primer
certamen mundial en Monza, Italia.

A partir de ese momento el patinaje de carreras - ruta y pista - el artístico y el


hockey comenzaron a tener su propia identidad. En nuestro medio irrumpió al
promediar la década de 1950, pero solamente 16 años más adelante, en 1966,
Dagoberto Mateus inscribió su nombre en Mar del Plata, Argentina, como el primer
patinador nacional en un mundial. Mateus incursionó posteriormente en la radio
deportiva como comentarista en RCN.

De esas primeras etapas de nuestro patinaje, es preciso rescatar también para la


posteridad los nombres de Agustín Ramírez, Álvaro Arredondo y Luis Guillermo
Lombana.

Contando con la experiencia adquirida en certámenes mundiales de patinaje


artístico celebrados en Bogotá, las directivas de este deporte en Colombia y en
especial las del municipio de Bello, distante escasos siete kilómetros de Medellín,
asumieron la responsabilidad de celebrar, con todos los honores, el XXIV
Campeonato Mundial Masculino y el XVIII Femenino de Ruta. El evento reunió un
total de 93 deportistas, siendo 48 de ellos varones y 45 damas.

En Bello se hicieron presentes delegaciones de 14 países así: Australia, Costa


Rica, Cuba, Chile, Estados Unidos, Italia, Corea, Ecuador, China, México, Taiwan,
Puerto Rico, Argentina, España y Colombia. Se fijaron un total de ocho
competencias en masculino e igual número en femenino. Se realizaron todas ellas
en el estadio Tulio Ospina, escenario con una longitud de pista de 405 metros y 84
centímetros.

Colombia, bajo la dirección técnica del australiano Billy Begg, y la asesoría de


José Luis Múnera integró su equipo con Luz Mery Tristán Gil, Viviana Calle
Escobar, Claudia María Ruiz Silva, Jenny Duarte Perdomo, Guillermo L. Botero
Naranjo, Luis Hernando Montaño, Sergio Pinto Zea y Libardo García Morales.

Desde la primera de las cuatro jornadas, el triunfo se identificó con Colombia.


Claudia Ruiz, con 1,62 metros de estatura y 56 kilos de peso, ofrendó a nuestro
país un triunfo de resonancia mundial al ganar la prueba de 300 metros luego de
superar a 36 difíciles rivales, entre quienes las italianas Giovanna Troldi y Luana
Filia eran las más calificadas. La patinadora nacional estableció un tiempo de 27
segundos y 764 centésimas. La marca orbital estaba en poder de la italiana María
Canaflogia, con registro de 26 minutos y 794 centésimas, obtenida en Grenoble,
Francia, en 1987.

El triunfo de Claudia Ruiz, una caleña de 19 años, se consolidó en los últimos 100
metros, cuando al salir con el impulso del último viraje, aceleró al máximo para
hacer suya y de nuestro país, la primera medalla de oro en toda la historia del
patinaje colombiano a nivel mundial. Un premio esperado durante décadas
enteras.

Al día siguiente la emoción patriótica alcanzó su punto culminante, cuando la


pereirana Luz Mery Tristán obtuvo la presea de oro en la modalidad de 5.000
metros por puntos, competencia de máxima exigencia, donde la sagacidad de la
patinadora juega un papel preponderante. La colombiana se impuso por un solo
punto a la argentina Roxana Sastre. Los 15 minutos que mediaron entre la
finalización de la competencia y la clasificación final por parte de los jueces, fueron
los más dramáticos en la historia del patinaje nacional, en razón del intenso duelo
entre las dos corredoras.

Al cruzar la meta, la colombiana tenía el rostro bañado en lágrimas, fruto de la


emoción que le significó el hecho de sentirse, anticipadamente, campeona del
mundo. Fue tal la manifestación de público gozo de Luz Mery por el triunfo tan
largamente esperado, que las 9.000 personas reunidas en el patinódromo, todas
de pie, aclamaron en forma ensordecedora a la primera figura del patinaje
colombiano, hasta aquel entonces. Ella había participado antes en ocho eventos
mundiales y obtenido dos medallas de bronce.

En la jornada de clausura y para no quedarse atrás, los hombres salieron


dispuestos a escribir también una nueva página de gloria para el deporte nacional.
Guillermo León Botero, en la competencia de 20.000 metros ‘australiana’, con
embalajes eliminatorios cada cuatro vueltas, bien pronto se quedó sin sus
compañeros de equipo: Libardo García y Hernando Montaño, puntos de apoyo
básicos para buscar una victoria. Pese al contratiempo, el patinador antioqueño,
en solitario, supo defenderse de las arremetidas de los rivales australianos y
norteamericanos, quienes en todo instante pugnaron por sacarlo de la prueba.

Faltando cuatro de las 48 vueltas previstas, la pareja australiana conformada por


Jonhatan Darnell y Antony Keefe se lanzó a fondo en procura de los dos primeros
puestos, dejando atrás a la dupla norteamericana de Dante Muse y Douglas
Glass. A 200 metros de la meta, Botero, en medio de la lluvia que caía
copiosamente y abriéndose un poco para evitar los contactos personales, atropelló
fantasmagóricamente desde atrás, para ganar la más espectacular carrera de todo
el certamen.

Las ubicaciones finales del campeonato no pudieron ser más elocuentes. Tanto en
varones como en damas, Colombia obtuvo el segundo lugar, en reñida pugna por
puntos frente a las delegaciones deportivas de Estados Unidos y Australia,
respectivamente, dos potencias mundiales en esta disciplina. En la clasificación
individual, Claudia Ruiz se consagró como la primera figura del certamen, mientras
en varones, Guillermo León Botero fue segundo.

En cuatro días de competencias, dos mujeres y un hombre brindaron a nuestro


país la mayor gloria deportiva en la década del año noventa, además de
catalogarlo como potencia mundial. Tres medallas de oro, igual número en plata -
una de ellas por intermedio de Libardo García en los 10.000 metros por puntos - y
dos de bronce, permitieron estar por encima de los norteamericanos, los
argentinos y los australianos en el cuadro final de medallas.

Al concluir el certamen hubo un concepto unánime: Mundo Patín Colombia 90, un


campeonato inolvidable, difícil de repetir.

Luz Mery Tristán G. nació en Pereira, Risaralda, el primero de abril de 1963.


Claudia M. Ruiz S. nació en Cali, Valle del Cauca, el 31 de marzo de 1971.
Guillermo L. Botero N, nació en Medellín, Antioquia, el 20 de abril de 1972 y murió
asesinado en la misma ciudad el primero de diciembre de 1994, a la edad de 22
años y 7 meses.
DIFÍCIL, UNA HAZAÑA SIMILAR

En noviembre de 1993, se celebraron los XVII Juegos Centroamericanos y del


Caribe con sede en Ponce, Puerto Rico. Colombia, patrocinada oficialmente por
Postobón, intervino por décima tercera vez y participó activamente en 16 deportes.

En este certamen, el patinaje de velocidad fue aceptado como deporte oficial por
primera vez. El equipo colombiano, bajo la conducción técnica de José Luis
Múnera, se integró con los hermanos Guillermo y Jorge Andrés Botero, Julián
Fernández, Carlos Alberto Penagos, Claudia Ruiz, Viviana Calle, Lina Mabel
Zapata e Isabel Cristina Gutiérrez.

Mientras el fútbol, el deporte más popular en nuestro país quedaba eliminado de


los Juegos, el patinaje escribía una página histórica. En esta disciplina, ocho
deportistas obtuvieron un total de 14 medallas de oro, todas las que estaban en
juego. Esto hizo que el periódico El Tiempo se refiriera a la gran hazaña en los
siguientes términos: “Habrá que mirar con mucha atención los archivos, buscar
con detenimiento, casi con lupa, los resultados de las participaciones
internacionales de Colombia a través de la historia. Y sin embargo será muy difícil,
de pronto hasta imposible, encontrar una hazaña similar.

“Lo que acaban de realizar los patinadores colombianos en los Juegos


Centroamericanos y del Caribe si acaso tiene antecedentes. Es que eso de ganar
las 14 medallas de oro que la organización de las justas puso en juego, además
de casi todas las de plata y buena proporción de las de bronce – varias de las
cuales debieron cederse por reglamento - no es cosa de todos los días”.

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