En este informe vamos a realizar un análisis más o menos detallado de la figura
de SIMÓN BOLÍVAR, autor que lo hemos escogido por varias razones: por la época en que vivió y se desarrolló su obra (finales del siglo XVIII y principios del XIX), por lo que representa para Hispanoamérica y por él mismo. Este pensador y militar nos parece importante porque llevó a cabo la Independencia de América Latina. Una idea, al principio, utópica, a causa del yugo opresor de la Metrópolis española, pero con su constancia y esfuerzo, teniendo que pasar por múltiples batallas, esta idea consiguió convertirla en una realidad. Nos parece importante ubicarlo en el contexto, ya que, situándolo en el siglo XVIII (siglo de gran transcendencia pues a partir de entonces los países de América Latina se desarrollan como Repúblicas independientes y tienen a sus propios pensadores) podemos ver la trayectoria que se ha seguido y la influencia que tiene en la actualidad. Además, nos interesa conocer el lugar en el que se desarrolló su actividad, concretamente Venezuela y Colombia. Venezuela por ser un país a cuál estamos muy unidos, por interés personal y por poseer material sobre éste y otros temas relacionados. Para alcanzar el objetivo que nos hemos propuesto (realizar un estudio de la persona de Simón Bolívar y de su espacio y tiempo), antes hemos consultado la variada y amplia bibliografía de la que disponemos, sacando y analizando las ideas principales para posteriormente plasmarlas en este trabajo, en el que hacemos un recorrido por el proceso independentista impulsado por este hombre, así como por la historia y la realidad venezolana y colombiana. ¿Qué fue el siglo XVIII? El siglo XVIII es un período de la historia que se comprende entre el 1 de enero de 1701 y el 31 de diciembre del 1800 d. C., según el calendario gregoriano. Este fue un siglo marcado por el desarrollo de la racionalidad y la experimentación como métodos de conocimiento. De acuerdo con la periodización tradicional de la historia, durante este siglo finalizó la Edad Moderna y comenzó la Edad Contemporánea. A causa de la instalación de colonias europeas en distintos lugares del mundo, la intensa circulación comercial y las numerosas campañas de exploración, dicho sistema de conocimiento se difundió y convirtió en hegemónico. Asimismo, el siglo XVIII fue un período violento, recorrido por guerras y conflictos armados. Características del siglo XVIII Las características más importantes del siglo XVIII fueron las siguientes: Se produjeron varias revoluciones políticas y económicas que modificaron tanto la estructura de la sociedad como las relaciones entre los Estados. En Francia se puso fin al antiguo régimen estamental, que dividía a la sociedad según el nacimiento de las personas. Durante el siglo XIX, ese cambio alcanzaría al resto de Europa. Hubo numerosos conflictos armados en todo el mundo. Europa estuvo marcada por varias guerras de sucesión en la mayor parte de su territorio. La búsqueda de conocimiento a través de la razón humana, característica de la Edad Moderna, alcanzó a todas las áreas del saber. Como consecuencia, hubo un fuerte desarrollo de las ciencias modernas, la astronomía, la biología, la química y la medicina. Se elaboraron las primeras vacunas y se crearon nuevas ramas de la matemática, como la topología. En las áreas de las ciencias sociales, el derecho y la educación, se destacaron pensadores originales que influyeron sobre la organización futura de las sociedades. Por ejemplo, Adam Smith en Economía, Charles Louis de Montesquieu en Política, Hugo de Groot en Derecho, Jean-Jacques Rousseau y Johann Heinrich Pestalozzi en Educación, entre otros. Se realizaron las primeras expediciones naturalistas europeas que, con los nuevos enfoques científicos, comenzaron a explorar las áreas del mundo que eran desconocidas para ellos, como grandes sectores de América, África y Oceanía. Esto produjo por primera vez un relevamiento y registro geográfico, biológico y antropológico de extensos territorios. Acontecimientos más importantes del siglo XVIII Entre los acontecimientos más importantes del siglo XVIII, podemos destacar que: Comenzó el reinado de la dinastía borbónica en España. Se produjo la Primera Revolución Industrial en Inglaterra. Esta serie de innovaciones en el modo de producción de bienes cambió definitivamente el desarrollo de los sistemas económicos, sociales y políticos de todo el mundo, hasta el presente. En 1789 estalló la Revolución francesa, la cual derrocó la monarquía y cambió las estructuras de poder en Francia. Como consecuencia, surgieron importantes conceptos modernos, como el de ciudadanía, igualdad ante la ley y derechos de las personas. El proceso revolucionario finalizó en 1804, cuando Napoleón Bonaparte fue coronado como emperador. Se produjo la Independencia de Estados Unidos de Gran Bretaña. Estas fueron las primeras colonias europeas en América en iniciar un proceso de autonomía de la metrópolis y por lo tanto se convirtieron en un modelo a seguir para los demás territorios americanos, los cuales buscaron independizarse de España y Francia. Gran Bretaña comenzó una agresiva política de expansión colonialista. En 1770, John Cook realizó exploraciones en la costa oriental de Australia y comenzó el proceso de colonización británica del territorio. Unos años antes, había comenzado el dominio británico de la India. Los jesuitas, una orden religiosa que había tenido gran influencia en la política europea, fueron expulsados del territorio francés y español, y de sus colonias. Más adelante, la orden fue disuelta por el papado. CONTEXTO SINCRÓNICO: SIGLO XVIII-XIX. La historia de América Latina ha sufrido muchas transformaciones desde que la colonizaron hasta la actualidad. Al centrarse este trabajo en la figura de SIMÓN BOLÍVAR es inevitable hablar tanto de Venezuela (país donde nació) como de Colombia (país donde desarrolló parte de sus actuaciones militares, políticas, etc.). Por todo ello nos disponemos a hacer un esbozo del contexto, tanto de América como de Europa, desde el siglo XVIII (siglo que lo vio nacer) hasta la actualidad, haciendo hincapié en los puntos más relevantes. En el siglo XVIII, en Venezuela persiste la actividad colonizadora que había iniciado ALONSO DE OJEDA (su descubridor) en el año 1500. Se siguen creando nuevas ciudades, la provincia de Venezuela pasa a depender del virreinato de Nueva Granada, mientras que judicialmente lo hacen de Santa Fe de Bogotá, capital de Colombia. En esta época la sociedad venezolana estaba dividida en varias clases: los gobernantes (que eran los españoles, los de la Península), los criollos (eran los hijos de padres españoles nacidos en Venezuela), los pardos o mestizos (hijos de padres de distinta etnia), los indios y los esclavos negros importados de África para compensar la pérdida de mano de obra aborigen. Con el impulso de la monarquía borbónica de España, Venezuela experimentó un auge cultural y económico. En 1728 se crea la Real Compañía Guipuzcoana “con el fin de abastecer de cacao y cuero a la metrópoli y de combatir el contrabando”. La compañía llegó a monopolizar el comercio de los productos venezolanos con España; además aportó a la economía de Venezuela una visión empresarial moderna porque capitalizó la agricultura y porque construyó una flota para transportar sus productos a Europa. Pero la compañía intentó pagar menos a los cultivadores por sus productos lo cual ocasionó un malestar entre los colonos, produciéndose diversos enfrentamientos que traslucían los deseos de emancipación venezolana. En este mismo siglo en Colombia se creó el Virreinato de Nueva Granada cuyo centro era Bogotá, el cual estaba compuesto por las actuales Repúblicas de Colombia, Ecuador, Panamá y Venezuela. En este Virreinato se sucedieron una serie de reformas administrativas y económicas y se registró un importante crecimiento de la población y del comercio, tanto interno como con la metrópoli. Es en esta época cuando en Colombia comienza a cobrar importancia una clase social nueva, cuyo poder iba creciendo: los criollos. Durante los últimos veinte años del siglo se potenció el desarrollo cultural de Bogotá con la creación por ejemplo de las escuelas de Minas, convirtiéndose así en una de las capitales culturales de América. Varias decenas de años antes, en 1723, se funda la primera universidad de Caracas. Al tiempo que gobernaban los BORBONES en España se crean en Venezuela distintas instituciones con carácter unificador y centralizador del territorio, lo que proporciona a dicho país una estructura administrativa e instituciones superiores con las que asumirá la función de nación independiente años después. En Caracas se establecen las grandes estructuras nacionales, allí cesa, por lo menos jurídicamente, la dispersión de las Provincias y el aislamiento de las ciudades y es allí donde comienza a haber una forma y un espíritu nacional. “Pero la ocupación francesa de la metrópoli y los errores de los altos cargos españoles” supusieron un mayor centralismo y nuevas cargas fiscales, lo cual motivó tensiones entre los leales al trono y los defensores de la independencia. Los deseos de emancipación que comienzan a florecer tanto en Colombia como en Venezuela a finales de siglo XVIII parten de los principios ideológicos de la Revolución Francesa que se comienzan a difundir entre los criollos, y también del ejemplo de la Independencia de los EEUU de Norteamérica y posteriormente de los hechos de la España en guerra de 1808. La Revolución Norteamericana comienza cuando los colonos se sublevan ante el propósito por parte de la metrópoli de aumentar los tributos reclamando su derecho a votar. A consecuencia de esto, dos años después, en 1776 se aprobó la Declaración de Independencia en la que se difundían ideas revolucionarias que pretendían lograr la autosuficiencia de los pueblos para gobernarse. Era la primera vez que en el continente americano un grupo de colonos se alzaba contra la metrópoli, se declaraba independiente y asumía el supremo rango de nación libre. Pero no sólo proclamaban y alzaban su independencia, sino que establecían una república proclamada en nombre de la libertad, de la igualdad de todos los ciudadanos y del respeto a los derechos individuales. Los defensores de estas ideas eran burgueses quienes querían acceder al poder político para completar su prosperidad económica. Los norteamericanos pretendían formar “un Estado conforme a la Naturaleza y a la Razón en el que se reconociese la Igualdad entre los hombres y el Derecho inalienable de éstos a la vida, la Libertad y la búsqueda de la Felicidad”. La lucha por la independencia se vio facilitada por el debilitamiento del ejército británico que había estado intentando atraer hacia Europa y la India, las Antillas y el Mediterráneo, por lo que no habían podido defender sus colonias norteamericanas. La independencia norteamericana se consagró en 1783 con la firma del Tratado de Paz, año que coincide con el nacimiento de SIMÓN BOLÍVAR. Esta victoria de América del Norte tuvo repercusiones puesto que los principios que se promulgaron en esta independencia fueron aceptados como válidos universalmente, llegando a Francia en la que también se produciría un proceso revolucionario. La Revolución Francesa se originó en 1789 con la reunión de los Estados Generales en Versalles por causa de una crisis de Estado debida a la mala situación de la hacienda pública, al aumento demográfico, las malas cosechas, la subida de precios, todo esto unido al descontento social ante el intento de la aristocracia de imponer sus privilegios. Además, sobre estos hechos influyen también las ideas de la Ilustración, es decir, el ideal del bienestar social, el derecho a la libertad y a la igualdad entre los hombres. Los Derechos del hombre son oficialmente reconocidos. Esta revolución comienza con la toma de la Bastilla por parte del Tercer Estado (compuesto por las clases populares y la burguesía) quien había declarado la Asamblea Nacional al negársele el derecho al voto individual pese a haber conseguido más representantes en los Estados Generales. La burguesía accede al poder político por la Constitución que se elaboró poco después, en 1791. Ésta usa la presión social de las clases populares para hacer la revolución en su propio beneficio. Tras la Constitución crueles leyes del rey LUIS XVI son ignoradas y ciertos hechos dejan de ser delitos. Se depone al citado rey y se proclama la República. La Revolución Francesa se había valido del temor como instrumento político, pero se intentó mantener en su justo medio para lo que se busca ayuda del ejército dirigido por NAPOLEÓN. Éste en 1799 acaba con la Revolución con un Golpe de Estado y establece una Dictadura personal que será el principio del Imperio Napoleónico. El flujo incontenible de ideas de revolución, de ideales republicanos, liberales y renovadores que partió de Francia, se extendió por España y llegó al mundo americano y a Venezuela. En España se forman sociedades clandestinas inspiradas en el modelo francés, las cuales se proponen realizar la revolución en España. Uno de estos grupos formó una conspiración para establecer la república en España, pero esta tentativa fracasó al no disponer del apoyo suficiente. En 1797 se produce el primer intento de revolución en la Provincia venezolana conocido como la conspiración de GUAL y ESPAÑA, apellidos de los cabecillas; pero la rapidez y eficacia de las autoridades españolas lograron abortar el movimiento. Lo más significativo de este suceso es que está a punto de triunfar una conspiración que proclamaría una república en Venezuela, república que sería igualitaria (todos los hombres iban a tener todos los derechos por igual, se iba a abolir la esclavitud), se iba a proclamar las instituciones más avanzadas, según el modelo ensayado en los Estados Unidos y en Francia, es decir, constituyó el primer movimiento que aglutinó a diversas clases sociales en torno a la idea de formar una República bajo principios igualitarios Todo esto es revelador pues marca un ideal y un objetivo superior a la lucha política. En la lucha que estaba trazada en ese momento contra el régimen español hay dos corrientes diferenciables: una se propone simplemente la autonomía la cual consistía en cortar la vinculación con la Corona española y establecer un régimen independiente, pero continuando con las mismas instituciones, con la misma estructura social y económica; la otra, además de la autonomía, desea crear una república, es decir, crear un Estado nuevo, republicano, copiado de los modelos más avanzados de la filosofía política de la época: una república igualitaria, de plena libertad y fraternidad, en la que se realizaran los ideales que los racionalistas franceses de ese siglo habían proclamado, principalmente ROUSSEAU y MONTESQUIEU. Herederos del pensamiento de DESCARTES, quien mostró la posibilidad de dominar la naturaleza por la ciencia. La Razón sustituyó a la Fe, tanto en el campo económico, como en el político, el social y el moral. La Libertad fue reivindicada en todos sus aspectos, y el término de igualdad introducido por ROUSSEAU, lo acercó más a la sensibilidad que reinaba en la América colonial española. Además, la filosofía de éste proporcionaba los elementos que buscaban los jóvenes independentistas, ya que planteaba una solución racional. En el año 1806 una pequeña flota con oficiales, la mayoría extranjeros, armas y los preparativos para iniciar una rebelión, se acerca a la costa de Venezuela. La comandaba FRANCISCO De MIRANDA. Tras unos breves encuentros con fuerzas españolas con la bandera de Venezuela izada por primera vez, se retiran a las Antillas. Lo vuelven a intentar dos meses después sobre Coro, pero una vez más su tentativa no tiene acogida entre los patriotas, por lo que este intento de promover un levantamiento fracasa. Dos años después de este suceso, ocurre un acontecimiento en Europa que va a tener las repercusiones más importantes en la posibilidad de la independencia de Venezuela. En 1807, GODOY, ministro de CARLOS IV, había firmado con NAPOLEÓN BONAPARTE el “Tratado de Fontainebleau”, el cual permitía el paso a los franceses por España para ocupar Portugal. Pero las tropas francesas se instalaron en España y NAPOLEÓN, en su afán de expandir su imperio, consigue que tanto CARLOS IV como su hijo, el futuro FERNADO VII, abdiquen al trono español y proclama como rey a su hermano JOSÉ BONAPARTE, lo cual produce, en 1808, el levantamiento de los españoles, en especial de las clases populares, en contra de los franceses. Se constituyen juntas espontáneamente en casi todo el país, coordinadas por la que luego sería la Junta Suprema Conservadora de los Derechos de Fernando VII, que asume un gobierno más o menos simbólico y sin estructura, que suplía la falta de poder ejecutivo y que pretendía establecer una contraposición a los franceses preparándose para la guerra, con la ayuda prestada por las tropas inglesas. Ninguno de los dos “gobiernos” son legítimos, lo que produce confusión en las colonias españolas; momento que aprovechan los criollos, especialmente los de Caracas, para comenzar su autonomía, creándose también allí una Junta de Gobierno similar a las españolas, la cual, aunque defendía los derechos de Fernando VII como rey de España, en su interior se “luchaba” por la independencia absoluta y por hacer una revolución política basada en la creación de un Estado democrático y republicano. Tras varias batallas entre franceses y españoles, a finales de 1809, las tropas de NAPOLEÓN ocupaban la mayor parte de España. Simultáneamente, en las zonas ocupadas del interior, se puso en práctica el sistema de guerra de guerrillas, que la Junta se había visto obligada a legalizar y que tan eficaz mostró ser para combatir al enemigo. El 2 de marzo de 1811 se reúne en Caracas el primer Congreso venezolano convocado por el gobierno de la Junta, y al que asisten representantes de distintas Provincias (Caracas, Barinas, Cumaná, Barcelona, Mérida, Trujillo y Margarita). El tema central es la creación de un nuevo orden de gobierno, pues todos tienen claro que no se volverá a depender de España. Es aquí donde surge la posibilidad de crear una República democrática, representativa, inspirada en los Derechos del hombre (ideal político que sólo era realidad en los Estados Unidos). De este hecho surge la proclamación de la Independencia absoluta de Venezuela el día 5 de julio de ese año. En ese momento Venezuela asume su plena autonomía; es un Estado libre, independiente, igual a cualquier otro Estado del mundo, pero en esa República seguía viva la herencia española: sociedad colonial dividida en castas, con escasa comunicación entre ellas y por lo tanto desigualitaria, crecimiento aislado en pequeñas ciudades, escasa educación y en la que no existía ninguna experiencia de gobierno representativo. Para dar ese gran paso se proclama una Constitución (también inspirada en los principios más avanzados) la cual se caracteriza por establecer un gobierno muy débil, dar libertades absolutas a grupos que no la habían ejercido nunca, proclamar principios que la gente no conoce e interpreta con dificultad, etc. Todo esto va a crear elementos para una situación de anarquía, pues una vez que se proclama comienzan a ser visibles las oposiciones que tratan de derrocar a ese nuevo orden social y establecer el antiguo. Este objetivo se ve realizado por la sorpresiva actuación militar de un español, MONTEVERDE, quien consigue capturar a MIRANDA (el cual había sido nombrado Dictador y Generalísimo) y por lo tanto terminar con la Primera República. Al otro lado del Océano, en 1812, NAPOLEÓN invadía Rusia teniendo que retirar parte de sus tropas instaladas en España, hecho que fue aprovechado por los españoles para dar a los franceses el golpe definitivo, traducido en varias batallas más. Hasta que el 6 de abril de 1814 Napoleón abdica y días después se firma el armisticio que permitía la retirada pacífica de las tropas francesas que aún quedaban en España. Si la ocupación de España por los franceses sirvió en algunos casos como pretexto inmediato para obtener la independencia, las enseñanzas de la revolución pueden apreciarse en los nuevos países latinoamericanos. Podemos decir: que en toda Hispanoamérica hubo Repúblicas, que las constituciones presentaban en sus preámbulos los temas de libertad, igualdad y derechos humanos, la abolición de la esclavitud y la servidumbre, la creación de ejércitos nacionales eliminando los mercenarios que había en la Europa del siglo XVIII, las proclamas de libertad económica y medidas efectivas que trataban de impulsarla, la preocupación por el desarrollo de la educación, la ciencia y la cultura. Como era lógico, a partir de esta independencia los caminos siguieron rumbos distintos, dadas las abismales diferencias socioeconómicas entre Francia y Latinoamérica. Perduraron, sin embargo, muchos de estos elementos y existió además la preocupación de formar a las nuevas generaciones. Tras todo esto podemos concluir que como consecuencia del deseo y anhelo de libertad y del ejemplo de Norteamérica, de Francia y España se produjo en Sudamérica un extenso proceso independentista, el cual concluiría con la autonomía de las ciudades Latinoamericanas. Pero la guerra por la independencia (en la que tuvo gran importancia SIMÓN BOLÍVAR) tan larga, tan cruenta, tan destructora, dejó a Venezuela profundamente despoblada, arruinada y dividida. Estas divisiones se dieron entre los partidarios de la independencia y los que no habían luchado por ella. Su recuperación comenzaría posteriormente de manos de PÁEZ quien favoreció el desarrollo económico y cultural. Cultura en el siglo XVIII El siglo XVIII se caracterizó por el desarrollo y difusión de la Ilustración, un movimiento intelectual con gran influencia en la sucesión de cambios políticos y sociales del período. A partir del pensamiento ilustrado, en 1751 se comenzó a escribir la Enciclopedia. Esta colección de libros, iniciada por Jean le Rond d´Alembert y Denis Diderot, pretendía recopilar de manera ordenada todo el conocimiento de la época. Las Reales Academias, que habían comenzado a fundarse en el siglo anterior, se convirtieron en instituciones de gran prestigio como organizadoras y legitimadoras de distintas áreas del conocimiento y el arte. En España, por ejemplo, la Real Academia Española de la Lengua publicó el primer Diccionario de lengua española, entre 1726 y 1739. Dentro del arte, tuvo vigencia el estilo rococó durante la primera mitad del siglo. A partir del 1740, con los valores defendidos por el pensamiento ilustrado, se impuso el estilo neoclásico. El pensamiento de la Ilustración impulsó también un interés por las antiguas civilizaciones griega y romana, así como por las actividades arqueológicas orientadas a recuperar sus restos. En 1738 comenzó la excavación de la ciudad romana de Herculano, en el sur de Italia. El siglo XVIII es el siglo de las luces o de la Ilustración. Las corrientes filosóficas del racionalismo y el naturalismo de los grandes pensadores franceses (Descartes), ingleses (Bacon, Hobbes) y holandeses (Spinozza) de la centuria anterior triunfaron al finalizar el siglo en Alemania con el gran Leibniz (m. 1716)) y en Inglaterra con el empirismo de Locke (m. 1704) y las investigaciones científicas del genial Newton (m.1722). El ambiente de libertad política, diversidad religiosa y prosperidad económica de la burguesía imperante en Inglaterra y Holanda era el más adecuado para el triunfo del pensamiento ilustrado. Sin embargo, fue en Francia donde la interpretación del empirismo inglés por los racionalistas continuadores de Descartes produjo el movimiento de la Ilustración. ASPECTOS ECONOMICO-SOCIALES Esta centuria supone en su conjunto, la superación de la crisis económica que caracteriza a Europa en el siglo XVII. Entre 1720 y 1780 aproximadamente, la economía europea entra en período de desarrollo. Las causas de esta prosperidad son las siguientes: Nueva afluencia de metales preciosos procedentes de América Desde principios del siglo XVI, las minas de oro y plata americanas se habían agotado; en cambio, a partir de 1720 se descubren nuevas minas de oro, extraordinariamente ricas, en Brasil. Este oro, al llegar al continente europeo reactiva toda la economía y la marcha de los negocios. Mayor prosperidad en la agricultura e industria El campesinado del siglo XVII recogía muy poca cosecha y, en ella, debía apartar tres porciones: una entregaba a la Iglesia como pago de diezmos; otra entregaba al noble que era el propietario de la tierra y la tercera parte debía darla al rey como pago de impuestos; lo que le quedaba era mínimo, y estaba destinado al consumo. Eso significaba que el campesino no podía vender sino sólo consumir lo que producía. De esta forma, apenas tenía ingresos y su nivel de vida era muy bajo. Esta falta de ingresos se debía al bajo rendimiento de las cosechas: lo normal era que sólo se cosecharan cuatro granos de cereal por cada grano sembrado. A partir de 1720, la situación cambia: las cosechas comienzan a ser más abundantes, debido a: o La introducción de nuevas plantas muy productivas, como el maíz. Procedente de América, lo que permitiría aumentar el número de cabezas de ganado, esto produce más estiércol y conlleva abundantes cosechas. Al mejorar los rendimientos, el campesino puede ahorrar e invertir en adquisición de aperos de labranza más moderna y de nuevo revierte en aumento de cosechas. o El cambio climático, que es más óptimo para la agricultura, a diferencia del siglo XVII, en el que habían sido frecuentes los años consecutivos de sequía. Por primera vez, en el siglo XVIII, el campesino europeo, después de pagar a la Iglesia, al noble y al rey, queda con sobrante de dinero, que eleva su nivel de vida. Terminan las grandes hambres, epidemias de peste características del siglo XVII. El aumento del poder adquisitivo del campesinado posibilitará un mayor consumo e impulsa un desarrollo de la industria textil y del hierro. ASPECTOS POLÍTICOS Otra característica del siglo XVIII es que el absolutismo monárquico alcanza en toda Europa su mayor fuerza y esplendor. Es en este siglo, donde la burguesía se opone ya a la monarquía absoluta, pues aquella, que ya tenía el poder económico, aspira a alcanzar el poder político monopolizado por la nobleza. Será la burguesía la que asuma el protagonismo en este siglo, que se enfrenta al sistema político-social establecido, aspiran a destruir el denominado “Antiguo Régimen” sintetizado en el absolutismo y los privilegios de la nobleza y clero, elabora una cultura nueva: la Ilustración. En lo concerniente a las relaciones internacionales europeas, apareció un sistema político llamado a tener un gran predicamento: el equilibrio europeo. Esta fórmula, propugnada por Inglaterra, representaba el instrumento político del naciente imperialismo británico. A través de este sistema, Inglaterra lograba eliminar cualquier rival peligroso en el continente, enfrentándolo con otra potencia o con una coalición, mientras que su flota se imponía en el Océano y sus tropas conquistaban la supremacía en el mundo colonial. En este sentido, no hay duda de que el siglo XVIII inició la preponderancia política inglesa, como el siglo XVII había sido de predominio francés y el XVI, de auge español. Siglo XVIII en América Durante el siglo XVIII, la mayor parte del territorio americano formaba parte de las coronas europeas, como colonias ultramarinas: América del Norte de Francia, Gran Bretaña y España; América del Sur de España, Portugal, Holanda y Francia. Algunos de los hechos y procesos americanos más importantes del siglo XVIII fueron los siguientes: Las 13 colonias británicas obtuvieron su independencia en 1776 y se convirtieron en los Estados Unidos de América. Las colonias españolas sufrieron profundas reformas en su organización política y económica a partir del ascenso de los Borbones al trono español. Se formaron nuevos virreinatos y la ciudad de Buenos Aires, en la actual Argentina, pasó a ser capital del Virreinato del Río de la Plata. En el área del Río de la Plata, se produjeron sucesivos conflictos con la Corona portuguesa por el control de la colonia del Sacramento y Montevideo. En 1742, Juan Santos Atahualpa inició una rebelión contra los españoles en el Virreinato del Perú, con el objetivo de re instaurar el Imperio inca. Sin embargo, aunque logró reclutar algunos rebeldes en la selva peruana, su desaparición (a partir de 1756 no hubo más noticias sobre él) terminó con el intento. En 1767 los misioneros jesuitas, que habían establecido prósperas misiones en pueblos de indios, fueron expulsados del continente americano. Entre 1780 y 1782 se desarrolló una rebelión de indígenas y mestizos peruanos liderados por José Gabriel Condorcanqui Noguera, conocido como Túpac Amaru II. En un principio se originó como una protesta contra las autoridades coloniales, pero en poco tiempo adquirió intenciones independentistas. La rebelión finalizó cuando Túpac Amaru fue atrapado y ejecutado por las autoridades españolas. Movimientos precursores de la Independencia: El proceso de la emancipación hispanoamericana y en particular de Venezuela se incuba y desarrolla a todo lo largo del siglo XVIII. Motines, asonadas, rebeldías, insurrecciones de carácter individual o colectivo se suceden en ese período. Casi todas eran manifestaciones del descontento de los criollos, de los indios y de los esclavos por causas económicas y sociales, más que políticas; eran casi toda una repetida protesta contra las contribuciones, impuestos, gravámenes, injusticias, abusos y exacciones a que eran sometidos por las autoridades españolas. En cuanto a los esclavos, manifestaban su anhelo común de conseguir la libertad. Todos esos movimientos en Venezuela no pueden ser considerados como precursores de la independencia nacional; pero sí contribuyeron a unificar y fortificar el sentimiento nacional de una población que ya manifestaba de un modo u otro, aún sin ideal definido, su repudio al sistema imperante; son eslabones de una larga cadena de reivindicaciones y protestas. He aquí los principales: a) La rebelión de Andresote en el valle del Yaracuy (1730-1733); b) el motín de San Felipe el Fuerte (1741); c) la rebelión de El Tocuyo (1744); d) la insurrección de Juan Francisco de León (1749-1751), y he) el movimiento de los Comuneros de los Andes (1781). A ellos habría que agregar otros que además de las motivaciones económicas y sociales que los originaron, también se proponían cambios políticos, que fueron los siguientes: a) movimiento de José Leonardo Chirino y José Caridad González (1795); b) conspiración de Manuel Gual y José María España (1797); c) tentativa de Francisco Javier Pirela (1799), y d) invasiones de Francisco de Miranda (1806). Veamos brevemente cada una de esas acciones: Rebelión de Andresote: Andresote, apodo del zambo Andrés López del Rosario, se alzó en armas, entre 1730 y 1733, contra las autoridades españolas, a pesar de que su insurrección en el valle del Yaracuy iba dirigida contra los funcionarios de la Compañía Guipuzcoana que ponían obstáculos al contrabando entre la costa y la isla de Curazao; su levantamiento tuvo éxito al principio pero se vio obligado a abandonar la lucha; con algunos seguidores, se embarcó en una balandra holandesa y nunca regresó a Venezuela. Pero en las montañas del Yaracuy quedó el foco de la sublevación que sólo llegó a ser dominada gracias a la colaboración que misioneros capuchinos prestaron a las autoridades. Rebelión de San Felipe: Movimiento organizado por la población sanfelipeña, liderada por los notables de la ciudad, en contra de la designación de Ignacio de Basazábal como teniente y justicia mayor de San Felipe, funcionario enviado por el gobernador Gabriel de Zuloaga con el fin de erradicar el contrabatido realizado por casi todos los sectores socioeconómicos de los valles del Yaracuy. Basazábal debía proceder de común acuerdo con el gobernador y con la Compañía Guipuzcoana. El 4 de enero de 1741 fue destituido de su cargo Basazábal y tomaron el control de la ciudad los capitulares, encabezando a la población en armas que estaba dispuesta a combatir cualquier intento de pacificación violenta. Analizada la situación de la provincia, a Zuloaga no le quedó otro camino que enfrentar el movimiento por medios pacíficos, hecho que se logró el 16 de febrero siguiente. Rebelión de El Tocuyo: Movimiento en el que participó un heterogéneo grupo de habitantes de la ciudad de El Tocuyo, integrado tanto por gente del común como por influyentes vecinos, algunos de ellos miembros del cabildo local. Estalló el n de mayo de 1744 en desobediencia a la orden dada por el gobernador Gabriel de Zuloaga de reunir 200 soldados españoles y 150 indios flecheros con destino a la defensa de Puerto Cabello. Los amotinados alegaban que no marcharían a dicho puerto por las condiciones de insalubridad allí reinantes y por el temor de tener que someterse a la tutela de la Compañía Guipuzcoana. La ciudad y los alrededores permanecieron bajo control de los rebeldes durante varios meses, pues aún para diciembre de ese año, Zuloaga informaba al Rey la situación, indicándole que no había hecho nada al respecto temiendo el maltrato de cualquier comisionado que enviara, y porque la situación de peligro que aún reinaba en el mar Caribe le impedía movilizar tropas hacia El Tocuyo. Insurrección de Juan Francisco de León: «teniente cabo de guerra y juez de comisos» en Panaquire, Juan Francisco de León, en abril de 1749, se puso a la cabeza de unos 800 amotinados, descontentos contra los procederes de la Compañía Guipuzcoana. Se presentaron armados en Caracas y como el gobernador no cumplía su palabra de expulsar a la compañía, León volvió meses más tarde a la cabeza de 8.000 manifestantes. En 1751 organizó una tercera manifestación armada. Él y su hijo Nicolás fueron derrotados; se entregaron después de haber huido; llevados a España, León murió allí y más tarde su hijo regresó a Venezuela. El movimiento reflejaba el descontento de los colonos y aunque su propósito no era romper con España, representó el primer eslabón del proceso integrador de la nacionalidad venezolana. Algunos historiadores le restan importancia a la rebelión de León en el proceso de emancipación, no así Arístides Rojas y Vicente Lecuna quienes lo sitúan como el iniciador de dicho proceso. «...La plaza de la Candelaria [escribe Lecuna] es el Monte Sacro de Venezuela. En ella se inició la lucha por la libertad individual, cuando Juan Francisco de León, en el siglo XVIII, levantó el estandarte contra la tiranía de la Compañía Guipuzcoana...». Los primeros movimientos insurreccionales, no tenían un ideal definido. Es sólo en las 5 últimas décadas del siglo XVIII, cuando verdaderamente se inicia el período de la emancipación que en Hispanoamérica arranca de las rebeliones de Túpac Amaru en el Alto Perú, en 1780, y de los Comuneros de Nueva Granada, en 1781. Rebelión de los Comuneros de los Andes: Movimiento de protesta que estalló en la región andina venezolana en mayo de 1781 contra la política fiscalista del Gobierno español que desde Caracas era ejecutada por el intendente José de Ábalos. Gritando consignas contra el mal gobierno y los elevados impuestos, los comuneros se apoderaron de San Cristóbal, Lo batera, La Grita, Mérida y otros lugares, pero no pudieron dominar Trujillo. Encabezados por líderes como Juan José García de Hevia, confiscaron el dinero y el tabaco de las oficinas reales y desconocieron y apresaron a las autoridades. Fuerzas militares enviadas desde Caracas y Maracaibo sometieron a los comuneros a fines de octubre de ese año; los dirigentes fueron encarcelados y enjuiciados, pero en agosto de 1783 el rey Carlos III les concedió un indulto total. Movimiento de José Leonardo Chirino y de José de la Caridad González: Tuvo todos los indicios de una verdadera insurrección de carácter social clasista y aun político. Los historiadores están de acuerdo en reconocer su importancia; José Gil Fortoul menciona ese suceso diciendo que con él empezó en Venezuela el movimiento revolucionario de emancipación; Eloy G. González lo califica como uno de los antecedentes de la Independencia; Pedro Manuel Arcaya destaca su importancia en el proceso emancipador y Federico Brito Figueroa y Eleazar Córdova Bello, lo consideran como una verdadera revolución social. José Leonardo Chirino, a la cabeza de unos 350 alzados entre negros, zambos e indios, marchó sobre Coro, pasó por las armas a varios blancos pudientes y quemó haciendas. Reclamaban la supresión de los impuestos, el establecimiento de la ley de los franceses, es decir la República, la igualdad de todos los ciudadanos, la abolición de los privilegios y la libertad de los esclavos y la entrega del gobierno a un cacique indígena. Derrotados por las autoridades, fueron severamente castigados: Chirino, juzgado por la Real Audiencia, fue condenado el 10 de diciembre de 1796 a ser descuartizado; su compañero José de la Caridad González fue asesinado en las calles de Coro. Esta rebelión de corte haitiano va a dejar muchas secuelas en todas las agrupaciones de esclavos y va a mantener un estado de agitación en localidades como Cumaná, Carúpano, Cariaco, Río Caribe y Maracaibo. Conspiración de Manuel Gual y José María España: La más importante y la primera tentativa de separación de España para establecer una República independiente. Sus instigadores: Manuel Gual, capitán retirado y José María España, justicia mayor de Macuto. Para llevar a cabo su proyecto tomaron contacto con algunos españoles republicanos deportados de España y otros ciudadanos, entre los cuales estaban Juan Bautista Picornell, Manuel Cortés Campomanes, Sebastián Andrés, José Lax, Manuel Montesinos Rico y Juan Xavier Arrambide. Un grupo de mulatos de La Guaira también estaba comprometido en el proyecto de sublevación. Su programa indica que se trataba de una verdadera revolución igualitaria político-social. Estaba contenido en las Ordenanzas cuyos artículos 32, 33 y 34 declaraban la igualdad natural entre todos los habitantes, la abolición del pago de tributos indígenas, la repartición de tierras entre estos y la abolición de la esclavitud. El artículo 44 creaba una escarapela cuatricolor como bandera de la futura República libre. Las «proclamas» eran el vehículo propagandístico encaminado a buscar adeptos a la revolución. Asimismo, hicieron circular la traducción de los Derechos del hombre y del ciudadano, hecha por Picornell y canciones revolucionarias como La canción americana y La carmañola americana. El proyecto de conspiración fue descubierto el 13 de julio de 1797. Gual y España se refugiaron en Trinidad donde continuaron su propaganda revolucionaria. España regresó clandestinamente a Venezuela; capturado, fue condenado el 8 de mayo de 1799 a la pena de muerte, arrastrado por las calles de la cola de un caballo, ahorcado en la plaza Mayor (hoy plaza Bolívar) y descuartizado. Varios de sus cómplices también fueron ahorcados. Gual murió, probablemente envenenado por un realista, en Trinidad en 1800. Tentativa de Francisco Javier Pirela: La conspiración de Gual y España había encendido los ánimos y creado un ambiente propicio al desarrollo de las ideas «subversivas» en Venezuela y el área del Caribe; revolucionarios sinceros, aventureros y aun piratas veían con agrado el progreso de las ideas de libertad e igualdad y trataron de aprovecharlo, cada uno a su manera. El mulato Francisco Javier Pirela, sastre de profesión y subteniente de una compañía de milicias pardas, y el negro Joseph Francisco Suárez, empleado del vicario eclesiástico, se pusieron de acuerdo para organizar una sublevación en Maracaibo. Tenían el apoyo y complicidad de los hermanos Juan Gaspar y Agustín Bocé, corsarios provenientes de Puerto Príncipe (Haití) que llegaron a Maracaibo con sus goletas El Bruto y La Patrulla, el 6 de mayo de 1799. Pirela proporcionaría 200 hombres del cuerpo de milicias, quienes, con la ayuda de las tripulaciones de los corsarios, debían «...embestir la ciudad, saquearla, matar a los blancos y ricos, echar por tierra el gobierno español y establecer la República...», según lo indica el informe del Consejo de Indias al Rey. La conspiración debía estallar en la noche del 19 de mayo. El santo y seña era la palabra «Antillen»; en la mañana del mismo día, la conspiración fue denunciada al gobernador Juan Ignacio Armada, marqués de Santa Cruz, por un cabo acantonado en la ciudad. El mismo Pirela, 4 horas antes de estallar la conspiración, confesó todo el plan al gobernador. Hubo 68 reos en prisiones separadas. Pirela fue condenado a 10 años de cárcel y enviado al castillo El Morro de La Habana por el crimen de «rebelión y lesa majestad». Invasiones de Francisco de Miranda: Los primeros movimientos o insurrecciones, y en particular la conspiración de Gual y España, tuvieron repercusiones no solamente en las esferas revolucionarias de América Latina y el Caribe, sino también en los medios de los exiliados hispanoamericanos establecidos en Europa. En esos grupos de patriotas, jesuitas, políticos escapados de las cárceles de España o de América, criollos liberales y sus representantes en Londres, París y aun en Cádiz, que preparan la emancipación hispanoamericana, se destaca en primer plano la figura de Francisco de Miranda, verdadero Precursor de la Independencia de Venezuela e Hispanoamérica. Londres, desde 1784, se convirtió en el centro de sus primeras actividades patrióticas buscando el apoyo y ayuda necesarias para liberar a América que llama Colombia. De 1785 a 1789 recorre Europa buscando el respaldo a sus ideas; se alista en el ejército de la Revolución Francesa persiguiendo el mismo fin, pero no es sino en 1805 cuando podrá ejecutar su primera acción bélica. Va a Estados Unidos donde organiza, con la ayuda de amigos norteamericanos, su primera expedición hacia Venezuela. Está en Haití en 1806 donde el 12 de marzo crea e iza en su buque anclado en Jacmel, la primera bandera de Venezuela. Pensaba que el pueblo estaba preparado ya para apoyarlo. Había sido el más grande proselitista de la revolución. Ya circulaba, mandada a traducir por él, la famosa Carta a los españoles americanos de Juan Pablo Viscardo y Guzmán: «...la primera proclama de la revolución americana...», en palabras de Mariano Picón Salas. El 27 de abril de 1806 se presentó frente a Ocumare de la Costa con sus 3 goletas Leander, Bee y Bacchus. La expedición traía 200 hombres entre norteamericanos, ingleses y antillanos. Atacados sus barcos por fuerzas mayores, y capturadas 2 de sus goletas, se retiró a Barbados y Trinidad. Pero vuelve al ataque, y el 3 de agosto de 1806, acompañado esa vez por más de 400 hombres, desembarca en La Vela de Coro. Por primera vez ondeaba su bandera en tierra venezolana, en lo que él llamaba el continente colombiano. Aunque la población de Coro no lo apoya, Miranda aprovecha su estancia para hacer circular una proclama de liberación, así como otros documentos patrióticos. Las fuerzas que llegan para oponerse a él lo obligan a abandonar Coro pocos días después. No recibió el apoyo que esperaba y en Caracas, mantuanos y vecinos notables demuestran su más completa lealtad a la Corona; el Cabildo de esa ciudad pone precio a su cabeza, quema su efigie y lo califica de «monstruo abominable» y de «traidor». De regreso a Londres, sigue su infatigable obra propagandística a favor de la independencia hasta su vuelta a Venezuela en 1808. Había dedicado más de 40 años de su vida a luchar por la independencia de Hispanoamérica. Los movimientos aislados o colectivos que tuvieron lugar más tarde en Venezuela, como es el caso de la conspiración de los mantuanos de 1808, más bien pueden ser considerados como los prolegómenos de la independencia.