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Deontología Profesional, Deontología en el Ejercicio Forense

Partimos de que la ética profesional de todo ser humano nace del trabajo que prestamos para con los demás
individuos que formamos parte de una colectividad, es decir, en ese servicio a los demás, de la mano con los deberes
que comprende como disciplina, entonces básicamente esta orientada a la conducción del buen desempeño de
profesión que ofrezco a mis clientes, en apego a mis deberes y obligaciones que esto me conlleva.

Pero como disciplina no deberíamos enfocarla solamente al ámbito profesional, es bastante esencial también
que nosotros tengamos la deontología en la cotidianidad de nuestras vidas, siendo así que nos facilite el afrontar las
diversas situaciones que se nos puedan presentar, tanto en un ambiente laboral como social, precisándonos cada
vez el buscar una excelencia éticamente profesional mediante la honestidad y responsabilidad propia de cada
profesional, persona, ser humano.

La deontología profesional juega un papel importante cuando se empieza formar un profesional, es bastante
necesario reforzarla en apego con los principios que rigen nuestra determinada carrera, por que es esa, la que nos
enmarca un conocimiento abundante sobre cómo y que debemos hacer dentro de ese marco moral y jurídico con el
cual nos supone hacer vivir con eficacia los valores de orden, seguridad, paz, solidaridad y justicia como elementos
fundamentales, en nuestro caso, como servidores de justicia social, lastimosamente muchas veces en la práctica
profesional no son considerados estos aspectos y es donde el profesional incurre a ejercer un servicio por rutina y
se aleja de todo lo que le concierne a su conocimiento en esta disciplina, abandonando el verdadero ánimo de la
profesión como ser profesional consecuente con sus principios que orientan y demarcan los límites al profesional en
la presta de un servicio a la colectividad en aras de buscar el bien común, aunado a esto, que como futuros o
profesionales en derecho nos encaminamos en una profesión de gran repercusión social por lo cual es el motivo que
nos obliga a preocuparnos por trabajar y mejorar nuestra ética por el tema de relaciones personales que
cotidianamente desarrollamos, por se podrá ser un buen abogado pero sin ética y moral no seremos buenos
maestros para futuras generaciones.

El buen profesional se debe preocupar por ser mejor cada día, y en nuestro caso eso sucede, nos
desarrollamos en una ciencia que con el transcurso del tiempo evidenciamos sus procesos evolutivos lo cual esto
nos conlleva a aumentar nuestro caudal de conocimiento, la deontología busca orientarnos hacia un buen vivir, hacia
un buen servir, es ahí donde el profesional debe autoevaluarse conscientemente y determinar su grado de
conocimiento de la realidad gremial que deplorablemente muchos profesionales sirven alejados de estos aspectos
tan necesarios en un entorno laboral y aun más social, la idea es que nosotros como profesionales, de convivencia
con terceros amemos obrar según nuestro desarrollo en la materia comprometiéndonos con cada uno de esos
aspectos que no podemos pasar desapercibidos para así saber cómo aplicar y servir nuestra profesión con
compromiso y decoro con los demás, no bastando únicamente el conocimiento sino que comprometerse
responsablemente a las consecuencias de nuestro actuar, y es que sinceramente no se tiene presente que cuando
como profesional se actúa en desapego de los limites que nos impone el marco legal y jurídico no sólo se afecta de
manera individual si no que el actuar de manera inconsciente ajena a la vocación también repercute sobre los demás
colegas producto de la conmoción social que se delinque por un profesional que se preparó para tener valores éticos
y morales y que supone a través de su ejercicio se compromete con respeto y responsabilidad a satisfacer las
necesidades de otros bajo los principios de conciencia, probidad, dignidad y decoro que nos orientan a la búsqueda
del bien común y que debemos empezar por nosotros como servidores de justicia social a respetar las leyes y reflejar
la honestidad, la vocación en la sociedad dentro de la cual nos desenvolvemos al diario vivir.

Por eso recalco que es bastante importante que como personas desarrolladas en carreras universitarias
analicemos la realidad gremial en la cual nos desenvolveremos y analicemos cada una de las anomalías que
podamos evidenciar y nos cuestionemos la vocación con el fin de cumplir con cada uno de los aspectos que la
deontología del ser profesional comprende para así, cumplir honorable y socialmente la función que nuestra carrera
demande, para poder entender que si bien la profesión es esa actividad personal al servicio de los demás y en
beneficio propio no se observe simplemente como la satisfacción de recibir una retribución a cambio sino que la
satisfacción provenga del ser profesional como tal y el servicio efectuado, pues, si al final no se llega a ejercer con
vocación y se termina preparando profesionales por la creencia de una buena retribución económica, se desdeña
del bien común que como oportunidad se tiene para ofrecer y proporcionar.

El buen profesional siempre sabrá las metas de su profesión, y éste luchara por encontrar todos aquellos
métodos necesarios para llevar a cabo su trabajo en apego de la finalidad que éste le exige, profesionales a lo largo
de la vida podrán haber muchos, pero realmente considero que se es profesional en el tanto actúe en apego a la
responsabilidad en referente a las consecuencias que mi actuar genere, no siendo unos más del monto expresión
que es muy atendida, o sea, siendo original, comprometido con mi función, mi cliente, mis valores como persona,
como profesional, realmente concluyo que es aquella persona que disfruta de su profesión y esto le permite realizarlo
con excelencia.

Cómo la deontología establece un marco legal y jurídico en donde imperan, límites, derechos y deberes al
profesional en su actuar, permite a través de ese conjunto de reglas, pedir una responsabilidad por actuaciones
profesionales cuando éstas violan alguno de los mecanismos de autorregulación que contribuyen a marcar los límites
dentro de los cuales la comunidad profesional debe marchar, clarificándole al resto de individuos que merecen un
servicio de calidad, cual es el desarrollo auténtico de la deontología del profesional, pero sinceramente la
responsabilidad no es un tema que deba tenerse presente únicamente cuando se profundiza en que es una profesión
y como debe practicarse, como personas debemos ser responsables sobre nuestros propios actos, siendo esto que,
actuamos con plena libertad y voluntad, y es esa misma decisión que elegimos nuestra carrera, por ese sencillo
motivo es que debemos ser respetuosos con las obligaciones y derechos que nuestra profesión y en el ejercicio de
la misma nos conlleva.

La deontología debemos tener presente que acompaña al profesional diariamente el desempeño de su labor
a elección, ya que el profesional en derecho no le es suficiente ser buen o mal competente debe casarse con su ser
ético, actuar de manera determina según la situación lo amerite, si se ejerce con vocación y ética en abogacía se
debe ser consciente ofrecer el mismo servicio por igual a quien necesite del conocimiento de esa ciencia profesional
y no servir con distinciones, no es un secreto que la conciencia es fundamental en la vida humana, si bien es cierto
es una cuestión individual, nos permite por una simple condición de ser poder establecer relaciones con los demás,
pero también nos responsabiliza del trato hacia los demás.

Hoy día se deben abordar los mecanismos necesarios para poder reforzar los fines deontológicos en cada
una de las aulas en donde se preparen personas para ejercer determinadas carreras, como mencioné líneas atrás
la profesión de abogacía debe realmente comprometerse en este tema, para que los profesionales en derecho se
comprometan primordialmente a los principios que juegan un papel fundamental en ese sabroso desarrollo como
defensores de la ley e inquisidores de justicia, para actuar y servir a la sociedad siempre con la idea de hacerlo con
calidad erradicando la prostitución de la profesión y garantizándole al usuario una verdadera justicia pronta y
cumplida tanto en vía judicial como extrajudicial.

En síntesis, la deontología en la profesión como en el ejercicio de esta, lo que permite es poder


responsabilizar cualquier profesional ante el Colegio correspondiente, por un hecho de cualquier índole, obligándole
a actuar acorde con las normas y reglas de comportamiento impuestas, en aras de que el ciudadano merece un
servicio profesional de calidad en el dónde el profesional demuestre sus bases como elementos básicos de su
vocación, para que se le facilite el poder aplicarlos a su ejercicio profesional y que le conduzcan a la rectitud y
honradez de una bella profesión, integrar un comportamiento respetable a nuestras vidas, no debería ser motivo de
asombro, ya que debe ser algo con lo que debemos convivir diariamente, depende de nosotros mismos, el establecer
un mejor desempeño de la profesión.

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