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Señor

JUEZ DE TUTELA DE CALI (REPARTO)


E.S.D

REF :ACCIÓN DE TUTELA


ACCIONANTE :ANA YOLI GONZALEZ LENIS
ACCIONADOS :JUNTA REGIONAL DE CALIFICACIÓN DE INVALIDEZ DEL VALLE DEL
CAUCA, ADMINISTRADORA COLOMBIANA DE PENSIONES COLPENSIONES
VINCULADOS :POSITIVA COMPAÑÍA DE SEGUROS S.A, JUNTA NACIONAL DE
CALIFICACIÓN

ANA YOLI GONZALEZ LENIS, mayor de edad y vecina de Cali, identificada con la cedula de
ciudadanía No.31.531.857, a través del presente escrito, manifiesto al señor Juez que por los trámites
de un procedimiento preferente y sumario, desarrollado con arreglo a los principios de publicidad,
prevalencia del derecho sustancial, economía y eficiencia, formulo ante su despacho ACCIÓN DE
TUTELA, como mecanismo transitorio, en contra de la ADMINISTRADORA COLOMBIANA DE
PENSIONES COLPENSIONES, POSITIVA COMPAÑÍA DE SEGUROS S.A, JUNTA REGIONAL DE
CALIFICACIÓN DE INVALIDEZ DEL VALLE DEL CAUCA, JUNTA NACIONAL DE CALICIFACIÓN a través
de su representante legal o por quien haga sus veces al momento de la notificación, por vulnerar mis
los derechos Fundamentales AL MINIMO VITAL Y MOVIL, A LA IGUALDAD, A LA SEGURIDAD
SOCIAL, A LA VIDA EN CONDICIONES DIGNAS, entre otros.

MOTIVOS DE LA PETICIÓN
1. Tengo 46 años de edad y he trabajado por largos años desempeñándome como operaria de
aseo.

2. Me encuentro incapacitada desde hace más de tres años, en razón a que padezco de
múltiples patologías, las cuales me impiden llevar una vida normal, y que me permito citar a
continuación:
- F333 EPISODIO DEPRESIVO GRAVE PRESENTE CON SÍNTOMAS PSICÓTICOS.
- R522 OTRO DOLOR CRONICO.
- F328 OTROS EPISODIOS DEPRESIVOS.
- M167 OTRAS COXARTROSIS SECUNDARIAS.
- M545 LUMBAGO NO ESPECIFICADO.
- M461 SACROILIITIS NO CLASIFICADA EN OTRA PARTE.
- DESGASTE DE CADERA.
- M419 ESCOLIOSIS NO ESPECIFICADA.
- G570 LESIÓN DEL NERVIO CIÁTICO.
- F419 TRASTORNO DE ANSIEDAD, NO ESPECIFICADO.
- M163 OTRAS CONARTROSIS DISPLACICAS.
- I10X HIPERTENSION ESENCIAL PRIMARIA.
- H539 ALTERACION VISUAL NO ESPECIFICADA.
- F432 TRASTORNOS DE ADAPTACION.
- OBESIDAD NO ESPECIFICADA GRADO 1.
- ARTROSIS DE CADERA DERECHA Y RODILLA IZQUIERDA.
- DIABETES MELITUS.
- TRASTORNO DEPRESIVO RECURRENTE.

3. Las enfermedades que me quejan que me producen fuertes dolores y me limitan la movilidad,
por lo cual debo ingerir medicamentos tales como: LOSARTAN, HIDROCLOTRIAZIDA,
ALMILODIPINO, ESCITALOPRAM, 20 MG, ACIDO VALPROICO 250 MG, ALOPERIDOL 10
MG, BIPERIDENO 2MG, ALPRAZOLAM 0.25.

4. Mis capacidades y habilidades se han reducido enormemente a causa de los dolores crónicos
que padezco, la mayoría de las veces los dolores no me dejan dormir y la preocupación de
saber que estoy enferma, ya son más de tres años los que llevo incapacitada sin ver ninguna
mejoría en mi salud, por el contrario ha empeorado con el paso del tiempo.

5. No pude volver a ser la misma persona proactiva de antes, las labores que desempeñaba se
eme dificultan demasiado, me siento una persona poco útil para la vida laboral y eso me hace
sentir muy mal, me encuentro en depresión constantemente y con tristeza por no saber que
puede ocurrir con mi calidad de vida a futuro.

6. Como consecuencia de mis patologías me han calificado en diferentes ocasiones, dado que
presento patologías de origen laboral y de origen común, y además las enfermedades han
avanzado progresivamente y han aparecido otras nuevas.

7. La ultima calificación efectuada por la ADMINISTRADORA COLOMBIANA DE PENSIONES


COLPENSIONES se efectuó en noviembre de 2019, a través del dictamen DML-6039, el cual
arrojó un porcentaje de Pérdida de Capacidad Laboral del 29.99%, con origen común.

8. Para realizar la calificación el fondo de pensiones no tuvo en cuenta todas mis patologías, por
lo cual presenté mi inconformidad frente al dictamen, con el fin de que fuera revisado por la
JUNTA REGIONAL DE CALIFICACIÓN DE INVALIDEZ DEL VALLE DEL CAUCA.

9. La JUNTA REGIONAL DE CALIFICACIÓN DE INVALIDEZ me subió el porcentaje de


calificación al 51.09%, a través del dictamen No.31531857-922 del 13 de febrero de 2020, con
fecha de estructuración del 22 de julio de 2019, con origen de la enfermedad como común.

10. POSITIVA COMPAÑÍA DE SEGUROS a través de comunicación del 02 de marzo de 2020


envía un documento a la JUNTA REGIONAL DE CALIFCACIÓN DE INVALIDEZ manifestando
estar en acuerdo con el porcentaje y el origen de la calificación emitido por la Junta, pero que
ante una eventual modificación del dictamen solicita que se le notifique y de antemano
manifiesta su desacuerdo en insta a dar trámite al recurso de apelación, y por ultimo manifiesta
que en caso de no haberse presentado recurso por ninguna de las partes interesadas se
expida y remita la constancia de ejecutoria.

11. A la fecha, la entidad no ha expedido la constancia de ejecutoria, cuando COLPENSIONES


ni yo presentamos recursos frente al dictamen.
12. A la fecha no estoy percibiendo ningún ingreso, dado que, desde diciembre de 2019 en que
se emitió el concepto de rehabilitación desfavorable y se me calificó me dejaron de expedir
incapacidades y por ende dejé de percibir el subsidio por dicho concepto.

13. En mi condición de invalida no estoy en condiciones de reintegrarme a mi trabajo para seguir


laborando, por lo que se hace necesario se emita el acta de ejecutoria de mi dictamen y como
consecuencia de ello el fondo de pensiones me empiece a cancelar mi pensión de invalidez.

14. Desde diciembre de 2019 en que me suspendieron el pago de las incapacidades, he tenido
que pasar por muchas dificultades, dado que no cuento con ingresos para solventar los gastos
que de manda mi hogar y mi salud; además no cuento con la capacidad laboral para efectuar
labores que me puedan generar ingresos de manera independiente.

DERECHOS FUNDAMENTALES VULNERADOS

Dadas las dificultades de salud física y metal en las que me encuentro, con la omisión de las entidades
accionadas, se me están vulnerando innumerables derechos fundamentales, entre otros:
 El derecho al mínimo vital y móvil, reiterado por la jurisprudencia de la Corte Constitucional
 El derecho a la VIDA EN CONDICIONES DIGNAS, consagrado en el artículo 11 de la
Constitución Política
 El derecho fundamental a la IGUALDAD según lo preceptuado en el artículo 13 ibídem.
 El derecho a la SEGURIDAD SOCIAL contemplado en el artículo 48 de la carta fundamental.

FUNDAMENTOS Y RAZONES DE DERECHO

COMO FUNDAMENTOS CONSTITUCIONALES INVOCO:


• El derecho al MINIMO VITAL consagrado en la jurisprudencia de la corte Constitucional.
• El artículo 11 de la Constitución Política sobre el derecho a LA VIDA EN CONDICIONES
DIGNAS
• El artículo 13 ibídem, sobre el derecho fundamental a LA IGUALDAD
• El artículo 48 de la carta fundamental, que trata sobre el derecho a la SEGURIDAD SOCIAL.

COMO FUNDAMENTOS LEGALES INVOCO:


• La ley 100 de 1993
• El decreto 2591 de 1994
• Y demás normas concordantes

EL ARTÍCULO 41 DE LA LEY 100 DE 1993 MODIFICADO POR EL ARTÍCULO 142 DEL


DECRETO 019 DE 2012, EL CUAL DISPONE:

“El estado de invalidez será determinado de conformidad con Io dispuesto en los artículos
siguientes y con base en el manual único para Ia calificación de invalidez vigente a Ia fecha de
calificación. Este manual será expedido por el Gobierno Nacional y deberá contemplar los
criterios técnicos de evaluación para calificar Ia imposibilidad que tenga el afectado para
desempeñar su trabajo por pérdida de su capacidad laboral.

Corresponde al Instituto de Seguros Sociales, Administradora Colombiana de Pensiones -


COLPENSIONES-, a las Administradoras de Riesgos Profesionales<6> - ARP-, a las Compañías
de Seguros que asuman el riesgo de invalidez y muerte, y a las Entidades Promotoras de Salud
EPS, determinar en una primera oportunidad Ia pérdida de capacidad laboral y calificar el grado
de invalidez y el origen de estas contingencias. En caso de que el interesado no esté de acuerdo
con Ia calificación deberá manifestar su inconformidad dentro de los diez (10) días siguientes y
Ia entidad deberá remitirlo a las Juntas Regionales de Calificación de Invalidez del orden regional
dentro de los cinco (5) días siguientes, cuya decisión será apelable ante Ia Junta Nacional de
Calificación de Invalidez, Ia cual decidirá en un término de cinco (5) días. Contra dichas
decisiones proceden las acciones legales.
(…)”

COMO FUNDAMENTOS JURISPRUDENCIALES INVOCO ENTRE OTRAS, LAS SIGUIENTES


SENTENCIAS:
LA SENTENCIA T-427 DEL 19 DE OCTUBRE DE 2018 DE LA CORTE CONSTITUCIONAL, CON
PONENCIA DEL DR. LUIS GUILLERMO GUERRERO PEREZ, QUE AL REFERIRSE AL DERECHO
A LA CALIFICACIÓN DE LA PERDIDA DE CAPACIDAD LABORAL, EXPRESÓ:

“4.6. Régimen legal del proceso de calificación de pérdida de capacidad laboral y


contenido jurisprudencial de este derecho

4.6.1. En el contexto del reconocimiento de una pensión de invalidez, cualquiera que sea
su origen (común o laboral), el ordenamiento jurídico impone que el estado de invalidez
se determina a través de una valoración médica que conlleva a una calificación de
pérdida de capacidad laboral, la cual es realizada por las entidades autorizadas por la
ley. Con dicha calificación se dictamina el porcentaje de afectación, el origen de la
pérdida de y la fecha en la que se estructuró. Como ya fue señalado, se considera
inválida la persona que haya sido calificada con el50% o más de pérdida capacidad
laboral.

4.6.2. Para definir el estado de invalidez y, por lo tanto, el derecho al reconocimiento de


la respectiva pensión, el legislador ha establecido el procedimiento que se debe cumplir,
el cual impone la participación activa del afiliado, de las entidades que intervienen en el
proceso de calificación y de los sujetos responsables del reconocimiento y pago de dicha
prestación.

Con la expedición del Decreto 019 de 2012, que modificó el artículo 41 de la Ley 100 de
1993, las entidades encargadas de determinar, en una primera oportunidad, la pérdida
de capacidad laboral y calificar el grado de invalidez y el origen de las contingencias son
Colpensiones, las Administradoras de Riesgos Laborales, las Compañías Seguros que
asuman el riesgo de invalidez y muerte y las Entidades Promotoras de Salud.
4.6.3. Tratándose de enfermedades de origen común, como lo es la que se invoca por
el actor, se tiene que una vez ocurrido el hecho generador del posible estado de
invalidez, la EPS deberá emitir el concepto de rehabilitación, favorable o no, antes del
día 120 y enviarlo antes del día 150 de incapacidad temporal al fondo de pensiones al
que se encuentre afiliado el solicitante. Este último deberá iniciar el trámite, bien sea
directamente –en el caso de Colpensiones en el Régimen de Prima Media con
Prestación Definida– o a través de las entidades aseguradoras que asumen el riesgo de
invalidez –en el caso de las administradoras de pensiones del Régimen de Ahorro
Individual con Solidaridad–.

Agotada la primera valoración, el inciso 2 del artículo 41 de la Ley 100 de 1993, establece
que si el interesado no está de acuerdo con la calificación realizada, dentro de los cinco
días siguientes a la manifestación que hiciere sobre su inconformidad, podrá acudir a las
Juntas de Calificación de Invalidez del orden regional, cuya decisión será apelable ante
la Junta Nacional.”

EL DERECHO AL MÍNIMO VITAL, A LA SALUD Y A LA VIDA EN CONDICIONES DIGNAS como


derechos fundamentales guardan una estrecha relación frente a la omisión en el pago de las
incapacidades, por cuanto como lo ha decantado la Honorable Corte constitucional en su numerosa
jurisprudencia, el pago de la incapacidad sustituye el salario durante el tiempo en el cual el trabajador
se encuentra involuntariamente al margen de sus labores, toda vez que es esos periodos la persona
no se encuentra en condiciones adecuadas para realizar labores que le permitan obtener un salario,
frente a este tema la Corte Constitucional mediante sentencia T-200 del 03 de abril del 2017 señaló lo
siguientes:
“(…)
“El Sistema General de Seguridad social contempla la protección a la que tienen derecho los
trabajadores, en aquellos casos en que se enfrentan a la contingencia de un accidente o enfermedad
que genere una incapacidad para desarrollar sus actividades laborales, y en consecuencia, la
imposibilidad de proveerse sustento a través de un ingreso económico. Dicha protección se
materializa a través del pago de las incapacidades laborales, seguros, auxilio y pensión de invalidez
contemplada en la Ley 100 de 1993, el Decreto 1406 de 1999, el Decreto 1748 de 1995 y el Decreto
692 de 1994, entre otras disposiciones.
Estas medidas son, en parte, el reconocimiento de la importancia que tiene el salario de las personas
en la garantía, al menos, del mínimo vital. De no ser así, el sistema no contemplaría el pago de las
incapacidades, pues tal contraprestación no tendría ninguna conexión con la garantía del
mencionado derecho fundamental y otros conexos.
Bajo esta idea, en sentencia T-876 de 2013, la Corte Constitucional advirtió que los procedimientos
que se deben seguir para el pago de incapacidades se han creado “(…) en aras de garantizar que
la persona afectada no interrumpa sus tratamientos médicos o que pueda percibir un sustento
económico a título de incapacidad o de pensión de invalidez, cuando sea el caso. Tal hecho permite
concluir que el Sistema de Seguridad Social está concebido como un engranaje en el cual se
establece que ante una eventual contingencia exista una respuesta apropiada.”
SOBRE LA NATURALEZA JURIDICA DE LA PENSIÓN DE INVALIDEZ, Y LA AFECTANCIÓN AL
DERECHO AL MINIMO, LA HONORABLE CORTE CONSTITUCIONAL A TRAVÉS DE LA
SENTENCIA T-265 DEL 10 DE JULIO DE 2018 EXPRESÓ:
“2.1. La pensión de invalidez, naturaleza jurídica y la afectación del derecho al mínimo
vital
La jurisprudencia constitucional ha señalado que “la pensión de invalidez representa para quien
ha perdido total o parcialmente la capacidad de trabajar y no puede por sí mismo proveerse de
los medios indispensables para su subsistencia, un derecho esencial e irrenunciable”, debido a
que ésta se convierte en la única fuente de ingresos y, por tanto, el medio por excelencia para
obtener, ante la adversidad, lo necesario para mantener una familia y subsistir en condiciones
dignas y justas. Por esto, es decir, frente a estas condiciones esta Corporación ha concluido que
“El Estado entonces debe nivelar esa situación, mediante el otorgamiento de una prestación
económica y de salud”.
En este orden, el derecho al reconocimiento y pago de la pensión de invalidez, como medio a
través del cual se materializa el derecho fundamental e irrenunciable a la seguridad social en un
caso específico, se constituye en una prestación económica mensual que se reconoce a favor
de una persona que ha sufrido una limitación física o mental que ha mermado, en forma
considerable, su capacidad laboral y le impide, tanto el normal ejercicio de sus derechos, como
la consecución de los medios de subsistencia para sí y para su núcleo familiar. Entre sus fines
se encuentra permitir que las personas que, por el acaecimiento de un determinado siniestro, no
pueden procurarse un mínimo de sustento, adquieran una fuente de ingresos que les permita
sobrellevar con dignidad su actual condición, de forma que puedan suplir los gastos de afiliación
al Sistema de Seguridad Social y garantizarse de esta manera el acceso a la asistencia médica
que requieren.
Al respecto, resulta necesario destacar que cuando se hace referencia a una merma
considerable en la capacidad laboral de una persona, la jurisprudencia ha reconocido que debe
materializarse una discapacidad que se manifieste a tal punto, que pueda ser subsumida dentro
del concepto de “invalidez”, esto es, que la afectación a la salud física, mental, intelectual o
sensorial de la persona sea lo suficientemente grave como para impedir que ésta, no solo
desarrolle una actividad laboral remunerada y, así, pueda valerse por sí sola para subsistir
dignamente, sino que además le creé barreras infranqueables que cercenen su posibilidad de
injerir en forma plena y efectiva dentro de un conglomerado social.

AL REFERIRSE AL MINIMO VITAL, MANIFESTÓ:


“Por otra parte, respecto al mínimo vital, la jurisprudencia constitucional reiteradamente ha
señalado que es un derecho fundamental ligado estrechamente a la dignidad humana, ya que
“constituye la porción de los ingresos del trabajador o pensionado que están destinados a la
financiación de sus necesidades básicas, como son la alimentación, la vivienda, el vestido, el
acceso a los servicios públicos domiciliarios, la recreación, la atención en salud, prerrogativas
cuya titularidad es indispensable para hacer efectivo el derecho a la dignidad humana, valor
fundante del ordenamiento jurídico constitucional”.
En este orden de ideas, también se ha señalado que el concepto de mínimo vital no se reduce a
una perspectiva cuantitativa, sino que, por el contrario, es cualitativo, ya que su contenido
depende de las condiciones particulares de cada persona. Así, este derecho no es
necesariamente equivalente a un salario mínimo mensual legal vigente y depende del entorno
personal y familiar de cada quién.
Al ser de característica cuantitativa, el mínimo vital “supone que cada quien viva de acuerdo al
estatus adquirido durante su vida. Sin embargo, esto no significa que cualquier variación en los
ingresos implique necesariamente una vulneración de este derecho. Por el contrario, existe una
carga soportable para cada persona, que es mayor entre mejor haya sido la situación económica
de cada quien. Por esto, entre mayor sea el estatus socioeconómico, es más difícil que
variaciones económicas afecten el mínimo vital y, por ende, la vida digna”.
Con respecto al derecho al mínimo vital esta Corporación ha señalado que este presenta dos
dimensiones de desarrollo. Una dimensión positiva, que se relaciona con la obligación a cargo
del Estado y excepcionalmente de los particulares, de suministrar a la persona que se encuentra
en un estado de discapacidad o de debilidad manifiesta las prestaciones necesarias e
indispensables para sobrevivir dignamente y evitar su degradación o aniquilamiento como ser
humano, con lo cual se puedan mantener unas condiciones mínimas de vida digna. Por otra
parte, la dimensión negativa establece un límite mínimo de las condiciones dignas y humanas
que merece todo ser humano, en los términos de la Constitución y de la ley. Entonces, cuando
una persona en condición de discapacidad ve afectado su derecho al mínimo vital y a su vez le
resulta imposible protegerlo o garantizarlo, la acción de tutela surge como el mecanismo
definitivo y adecuado para ello, a pesar de la existencia de otros medios judiciales ordinarios,
toda vez que este derecho se encuentra en estrecha relación con otros derechos constitucionales
como la dignidad y la vida en condiciones dignas.
En todo caso, la afectación al derecho al mínimo vital debe ser valorada por el juez de tutela,
quien deberá determinar las condiciones particulares de cada individuo, teniendo en cuenta que
se trata de un concepto indeterminado que requiere de un análisis cualitativo.
Y LUEGO SE REFIRIÓ A LA IMPORTANCIA DE LOS DICTAMENES QUE EMITEN LAS JUNTAS
DE CALIFICACIÓN, EXPRESANDO:
“Esta Corporación ha señalado la importancia de los dictámenes proferidos por las Juntas de
Calificación de Invalidez, ya que sus decisiones constituyen “el fundamento jurídico autorizado,
de carácter técnico científico, para proceder con el reconocimiento de las prestaciones sociales
cuya base en derecho es la pérdida de la capacidad laboral de los usuarios del sistema de
seguridad social. Como ya se dijo, el dictamen de las juntas es la pieza fundamental para
proceder a la expedición del acto administrativo de reconocimiento o denegación de la pensión
que se solicita. En este sentido, dichos dictámenes se convierten en documentos obligatorios
para efectos del reconocimiento de las prestaciones a que se ha hecho alusión”.
En conclusión, las Juntas Regionales y la Junta Nacional de Calificación de Invalidez en caso de
apelación, deben dirimir las controversias que se plantean sobre la calificación del origen de la
invalidez o muerte realizadas por las administradoras de riesgos profesionales y el fondo de
pensiones.”
SOBRE LA SUBSIDIARIDAD DE LA ACCIÓN DE TUTELA LA HONORABLE CORTE
CONSTITUCIONAL MEDIANTE LA SENTENCIA T-093 DE 2011, SEÑALÓ:
“(…) el conjunto de condiciones objetivas en las cuales se encuentra el accionante, por
ejemplo, su edad avanzada, su estado de salud [y/o] su precaria situación económica (…)”,
puede ponerlo en circunstancias de debilidad manifiesta que, como se ha dicho, deben
impactar la decisión sobre la procedencia de la acción de tutela.”
Los presupuestos enunciados anteriormente por el alto tribunal están dados en el caso concreto, pues
mi padre se encuentra en un delicado estado de salud, cuenta con más de 67 años de edad, por lo
que se hace procedente la acción de tutela como mecanismo transitorio para evitar un perjuicio
irremediable.

PROCEDENCIA DE LA ACCIÓN Y LEGITIMIDAD

La presente tutela es procedente según lo estatuido en el artículo 86 de la Constitución Política


establece que la acción de tutela es un mecanismo de defensa al que puede acudir cualquier persona,
“por sí misma o por quien actúe en su nombre”, para reclamar la protección inmediata de sus derechos
fundamentales.

El artículo 10º del Decreto 2591 de 1991 regula la legitimación para el ejercicio de la acción de tutela,
en el sentido de que la solicitud de amparo puede ser presentada: (i) a nombre propio; (ii) a través de
representante legal; (iii) por medio de apoderado judicial; (iv) mediante agente oficioso; y (v) procure
la protección inmediata de sus derechos fundamentales.

La subsidiaridad de la acción de tutela, como mecanismo de defensa, reiteradamente ha explicado la


Honorable Corte Constitucional, que no siempre que se presenten varios meca-nismos de defensa, la
tutela resulta improcedente, y que además es necesario una ponderación de eficacia de los mismos a
partir de la cual se concluya que alguno de los otros medios existentes es tan eficaz para la protección
del derecho fundamental como la acción de tutela misma, en tal sentido en la Honorable Corte
Constitucional a través de la sentencia T-526 del 18 de septiembre de 1992, Sala Primera de Revisión,
manifestó:

"... Es claro entonces que el otro medio de defensa judicial a que alude el artículo 86
de-be poseer necesariamente, cuando menos, la misma eficacia en materia de
protección inmediata de derechos constitucionales fundamentales que, por naturaleza,
tiene la acción de tutela. De no ser así, se estaría haciendo simplemente una burda y
mecánica exégesis de la norma, en abierta contratación con los principios vigentes en
materia de efectividad de los derechos y con desconocimiento absoluto del querer
expreso del constituyente."

Lo anterior significa que el recurso de amparo tiene un carácter subsidiario en la medida en que solo
es posible acudir a este cuando los otros mecanismos judiciales son insuficientes para proteger los
derechos fundamentales presuntamente vulnerados o amenazados. En desarrollo de la precitada
norma constitucional, el artículo 6 del Decreto Estatutario 2591 de 1991[19] dispone aun cuando
existan otros mecanismos de defensa judiciales, esta acción procederá “como mecanismo transitorio
para evitar un perjuicio irremediable”. El juez que conozca de una tutela deberá estimar si en el caso
concreto lo mecanismos ordinarios son eficaces para lograr la protección del derecho invocado: “La
existencia de dichos medios será apreciada en concreto, en cuanto a su eficacia, atendiendo las
circunstancias en que se encuentra el solicitante”.

Por otra parte, de manera excepcional, es posible ejercer la acción de tutela en contra de
particulares si:
(i) están encargados de la prestación de un servicio público;
(ii) su conducta afecta grave y directamente el interés colectivo; o,
(iii) el accionante se encuentra en una situación de indefensión o de subordinación
respecto a este.

En relación con la última hipótesis, dicho Decreto señala que:

“Artículo 42. Procedencia. La acción de tutela procederá contra acciones u omisiones de


particulares en los siguientes casos:

(…)

9. Cuando la solicitud sea para tutelar (la vida o la integridad de) quien se encuentre en
situación de subordinación o indefensión respecto del particular contra el cual se
interpuso la acción. Se presume la indefensión del menor que solicite la tutela.”

ORDEN JUDICIAL SOLICITADA


Con base en lo expuesto anteriormente, me permito solicitar respetuosamente al señor Juez a través
de este medio de protección que:

PRIMERO: Se TUTELEN mis derechos fundamentales AL MINIMO VITAL Y MOVIL, A LA


IGUALDAD, A LA SALUD, A LA SEGURIDAD SOCIAL, A LA VIDA EN CONDICIONES DIGNAS y,
SEGUNDO: Se ordene a la JUNTA REGIONAL DE CALIFICACIÓN DE INVALIDEZ DEL VALLE
DEL CAUCA que en el término de 48 horas, expida la constancia de ejecutoria del dictamen
No.31531857-922 emitido el 13 de febrero de 2020.
TERCERO: Que una vez expedida la constancia de ejecutoria, se ordene a la ADMINISTRADORA
COLOMBIANA DE PENSIONES COLPENSIONES el reconocimiento y pago de mi pensión de
invalidez, con el retroactivo pensional causado desde la fecha de estructuración.
.
MEDIOS DE PRUEBA

DOCUMENTALES:
 Copia de mi historia clínica
 Copia del escrito de inconformidad presentado ante COLPENSIONES
 Copia de la comunicación enviada por POSITIVA COMPAÑÍA DE SEGUROS ante la JUNTA
REGIONAL DE CALIFICACIÓN DE INVALIDEZ DEL VALLE DEL CAUCA, aceptando la
calificación emitida por la JUNTA.
 Copia del pantallazo de la página de la Junta Regional donde se observa la fecha de
expedición de mi dictamen
 Copia del pantallazo de la página de la Junta Nacional donde se observa la fecha en que fui
calificada por última vez por esta entidad.
ANEXOS

Me permito anexar copia de la ACCIÓN DE TUTELA para el archivo del Juzgado, los documentos que
se relacionan en el acápite de medios de prueba, “documentales”.

NOTIFICACIONES
A LA ACCIONADA ADMINISTRADORA COLOMBIANA DE PENSIONES COLPENSIONES en la
Carrera 10 No. 72 - 33 Torre B Piso 11 Bogotá Cundinamarca; Teléfono: (57+1)4890909; correo
electrónico: notificacionesjudiciales@colpensiones.gov.co
A LA ACCIONADA JUNTA REGIONAL DE CALIFICACIÓN DE INVALIDEZ DEL VALLE DEL
CAUCA en la calle 5E No. 42-44 Barrio Tequendama en Cali-Valle; Teléfono: 5531020; correo
electrónico: jrcivalle@emcali.net.co
A LA VINCULADA POSITIVA COMPAÑÍA DE SEGUROS S.A. en la carrera 68 No.10 A -12, Barrio
El limonar, Cali-Valle; Teléfono: 4877917; Correo electrónico:notificacionesjudiciales@positiva.gov.co
A LA VINCULADA JUNTA NACIONAL DE CALIFICACIÓN DE INVALIDEZ en la Avenida Park way–
Diagonal 36Bis No.20-74 Bogotá Cundinamarca; Teléfono: (+571) 744 0737; Correo electrónico:
servicioalusuario@juntanacional.com
AL SUSCRITO ACCIONANTE en la Calle 13 No.78-54 Oficina 102, Edificio Centro Ejecutivo, Cali-
Valle; Tel: 3457548; Celulares: 310-4186306 – 312-6437260; correo electrónico: seepp03@gmail.com

Del señor juez, atentamente,

ANA YOLI GONZALEZ LENIS


C.C. No. 31.531.857

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