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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

UNIVERSIDAD BOLIVARIANA DE VENEZUELA


ALDEA BOLIVARIANA JOSÉ Á. ÁLAMO. PFG. ESTUDIOS JURÍDICOS
UNIDAD C.: DERECHOS IGUALDAD, DIVERSIDAD Y JURISPRUDENCIA
TRAYECTO: III. TRAMO: 2 SEMESTRE: VIII. AULA 3

FASE IV

IGUALDAD, DIVERSIDAD Y JURISPRUDENCIA

ANÁLISIS CRÍTICO DE LAS DECISIONES JUDICIALES


NACIONALES E INTERNACIONALES

Profesor: Abgdo MANUEL TEJADA INTEGRANTES:


ANA DÍAZ, CI. 8464575
GILMA QUINTERO, CI. 11676206
ALARCON ANTONIO, CI. 9355913
GONZALEZ ELEYDA, CI. 13370340
ANGEL ROJAS, CI. 1886364

CARACAS, 3 DE OCTUBRE DE 2012


INTRODUCCIÓN

CRITICA DE LAS DECISIONES JUDICIALES*

Todas las manifestaciones culturales de un pueblo deben estar abiertas a las


posibilidades de un examen desde las más variadas posiciones del espíritu. Esta
posibilidad de libre examen constituye el clima necesario para que el pueblo pueda
progresar y cumplir en el mundo elevados destinos. Sobre la voluntad y la
inteligencia de quienes forjan en el tiempo la historia de una nación debe caer a
cada instante la voz elevada y serena de la crítica. Para que ésta sea fecunda y
saludable, debe inspirarse en un noble sentimiento de imparcialidad y justicia,
hasta el punto de despertar en todos los miembros de la sociedad la convicción de
que al enjuiciar la conducta ajena lo hace el crítico sólo movido por un alto ideal de
perfección.
La posición crítica del espíritu humano es una inexorable exigencia de
moralidad, por tanto, ella solamente puede surgir y dar resultados provechosos
cuando un acendrado tesoro de virtudes cívicas ha hecho posible en la sociedad
la manifestación libre, consciente y serena de la voluntad y del pensamiento.
Donde no hay moralidad no hay opinión pública, auténtica y valiosa, ni crítica
verdaderamente orientadora, ni noble anhelo de superación. Particularmente
interesante y necesaria se hace la crítica cuando ella tiene como objeto las
decisiones judiciales, por cuanto es en los fallos de los jueces donde se realiza
una de las más elevadas misiones del Estado.
El derecho vivo, positivo y concreto surge cada día de los juicios de valor
jurídico que sobre la vida toda de la nación pronuncian los magistrados judiciales.

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CONTENIDO

Fase IV

ANÁLISIS CRÍTICO DE LAS DECISIONES JUDICIALES NACIONALES E


INTERNACIONALES

En Venezuela La potestad de administrar justicia emana de los ciudadanos o


ciudadanas y se imparte en nombre de la República por autoridad de la ley.
Corresponde a los órganos del Poder Judicial conocer de las causas y asuntos de
su competencia mediante los procedimientos que determinen las leyes, y ejecutar
o hacer ejecutar sus sentencias.( Artículo 2) COPP

El sistema de justicia está constituido por el Tribunal Supremo de Justicia, los


demás tribunales que determine la ley, el Ministerio Público, la Defensoría Pública,
los órganos de investigación penal, los o las auxiliares y funcionarios o
funcionarias de justicia, el sistema penitenciario, los medios alternativos de
justicia, los ciudadanos que participan en la administración de justicia conforme a
la ley y los abogados autorizados para el ejercicio.

El Poder Judicial es independiente de las demás ramas del Poder Público, goza
de autonomía funcional, financiera y administrativa. (Constitución Política de 1999,
Art. 253)

Los jueces poseen potestad decisoria, que los faculta para resolver la cuestión
sometida a su conocimiento, no solamente para ponerle punto final, sino para
tomar decisiones durante el curso del proceso en vistas a ese resultado definitivo.

La sentencia es sin dudas la decisión judicial por excelencia, pues resuelve las
cuestiones objeto del litigio ya sea condenando o absolviendo al demandado en
los procesos penales, o reconociendo o desconociendo lo pretendido por el
demandante en los civiles.

Planteamiento jurídico

La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela


Artículo 26. Toda persona tiene derecho de acceso a los órganos de
administración de justicia para hacer valer sus derechos e intereses, incluso los
colectivos o difusos, a la tutela efectiva de los mismos y a obtener con prontitud la
decisión correspondiente.

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El Estado garantizará una justicia gratuita, accesible, imparcial, idónea,
transparente, autónoma, independiente, responsable, equitativa y expedita, sin
dilaciones indebidas, sin formalismos o reposiciones inútiles.

Establece un Poder Judicial autónomo e independiente, cuyas decisiones se


deben tomar libres de presiones y de injerencias políticas, económicas, sociales o
de cualquier otro género, con total imparcialidad, interpretando y aplicando nuestro
ordenamiento jurídico para otorgar la debida tutela jurídica de los derechos e
intereses legítimos de nuestro pueblo. (Articulo254)

Código Orgánico Procesal Penal

Artículo 4º. Autonomía e independencia de los jueces.

En el ejercicio de sus funciones los jueces son autónomos e independientes de


los órganos del Poder Público y sólo deben obediencia a la ley y al derecho.

En caso de interferencia en el ejercicio de sus funciones los jueces deberán


informar a la Corte Suprema de Justicia sobre los hechos que afecten su
independencia, a los fines de que la haga cesar.

Artículo 5º. Autoridad del juez.


Los jueces cumplirán y harán cumplir las sentencias y autos dictados en
ejercicio de sus atribuciones legales.
Para el mejor cumplimiento de las funciones de los jueces y tribunales, las demás
autoridades de la República están obligadas a prestarles la colaboración que les
requieran.

Artículo 6º. Obligación de decidir.


Los jueces no podrán abstenerse de decidir so pretexto de silencio,
contradicción, deficiencia, oscuridad o ambigüedad en los términos de las leyes, ni
retardar indebidamente alguna decisión. Si lo hicieren, incurrirán en denegación de
justicia.

De esta forma se logra que los jueces puedan dedicarse por entero a la función
jurisdiccional: leer, estudiar, analizar, investigar, redactar, pensar, razonar; todo lo
cual redunda en decisiones judiciales de alta calidad.

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De tal manera que el trabajo administrativo judicial en el modelo organizacional
de Circuito Judicial, no puede responder a la agenda personal de cada juez, sino a
una agenda única del único Tribunal de Primera Instancia.

En un proceso jurisdiccional signado por la oralidad, los actos procesales se


efectúan fundamentalmente en audiencias, esto quiere decir que el único Tribunal
de Primera instancia realiza numerosas audiencias cada día, las cuales deben ser
atendidas por el personal administrativo-judicial de manera colectiva.

El cuerpo o pool de secretaría, el alguacilazgo y la oficina de tramitación penal


deben garantizar la elaboración del acta de cada audiencia, de los oficios, de las
boletas de encarcelación, excarcelación, de traslado, de notificación, de citación,
la seguridad y orden, etc., que se relacionan con todas y cada una de las
audiencias, bien sean de juicio control o ejecución.

La referida instauración ha sido soportada a través de la resoluciones dictadas


por la Presidencia del Circuito Judicial Penal Nros 016-03 (Implantación del
Juris2000 ), 017-03 (sobre asuntos de guardia) de fecha 21-04-03; 018-03 (sobre
el acceso de las partes y demás particulares a los despachos de los jueces) de
fecha 22-04-03; 019-03 (creación del libro diario automatizado) de fecha 28-04-03;
030-03 (implantación del nuevo modelo organizacional) de fecha 13-06-03; 060-03
(distribución de secretarios en salas y administrativos)de fecha 08-08-03; 067-03
(sobre el cumplimiento del horario de los jueces) de fecha 18-08-03; 013-04 (sobre
la evaluación del personal) de fecha 19-01-04; 034 (sobre la jurisprudencias e
Internet) de fecha 04-03-04 y 035 (cronograma de audiencia) de fecha 05-03-04.

Otros Elementos De La Modernización

Además de este nuevo modelo organizacional, que coloca a los jueces en la


posibilidad de dedicarse exclusivamente a la función jurisdiccional, existen otros
cambios que coadyuvan a la obtención de una justicia social de mayor calidad,
democrática y respetuosa de la dignidad humana. La Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela y el Código Orgánico Procesal Penal han consagrado
principios que permiten la consecución de la referida justicia.

La presunción de inocencia en vez de la presunción de culpabilidad; el estado


de libertad y no el principio de la privación de la libertad, la carga de la prueba que
recae sobre el Estado y no sobre el imputado, el principio contradictorio del
proceso penal y no el proceso inquisitivo, la oralidad a cambio de la escritura, la
publicidad, la inmediación, etc., han humanizado sensiblemente a la
administración de justicia penal.

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Además, el fortalecimiento de la defensa pública ha consolidado el ejercicio de
tal derecho constitucional, ya que este tipo de defensores, como funcionarios
públicos, evitan el surgimiento de tribus judiciales, a la vez que elevan dignamente
su condición profesional redundando en defensas de alta calidad que se presta a
los sectores más humildes de la población venezolana.

Por otra parte la incorporación de la justicia venezolana a la red mundial de


información (Internet), permite que todas las decisiones judiciales sean
escudriñadas por la opinión pública internacional, lo que resulta un mecanismo de
control sobre el respeto a la legalidad, a la verdad y a la justicia por parte de
quienes ejercen la función jurisdiccional.

La implantación del sistema documental Juris 2000, adaptado al nuevo modelo


organizacional, agiliza el trabajo administrativo judicial (elaboración automatizada
del libro diario, distribución aleatoria automatizada de las causas, el registro
automatizado del trabajo administrativo judicial, configuración prediseñadas de
actas, oficios, boletas, etc.), trayendo como consecuencia celeridad procesal y
transparencia de la justicia.

Resistencia Al Cambio

La instauración del nuevo modelo organizacional ha encontrado seria


resistencia. A cinco años de la entrada en vigencia del Código Orgánico Procesal
Penal aún el viejo modelo no ha sido suplantado en su totalidad, por el contrario
podríamos decir que tal sustitución es incipiente a nivel nacional.

En muchas regiones del país se habla de “pool de secretarias” o de “pool de


asistentes”, únicamente porque todos los secretarios o asistentes se encuentran
ubicados en un mismo salón. Sin embargo, sigue una secretaria adscrita a un
juez, y unos asistentes adscritos a una secretaria, es decir, el viejo modelo del
“tribunal unipersonal”, subyace en los Circuitos Judiciales.

Esta realidad existe fundamentalmente porque los jueces reclaman mantener un


personal a su cargo, alegan que se les despojó de la autoridad que ejercían sobre
ellos; en muchos casos también reclaman mantener un archivo particular de “sus
causas”, además también exigen mantener una “agenda personal” en cuanto a la
realización de las audiencias.

Como podemos observar de no ser vencida esta resistencia pronto deberá


dotarse a cada juez de una sede particular en la cual funcione su “tribunal

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unipersonal”, caso en el cual volverán los jueces a colocarse como jefe de
mantenimiento y de personal, antes que cumplir estrictamente con la función
jurisdiccional.

Existe otro tipo de resistencia la cual proviene de una diminuta minoría de


jueces, de larga trayectoria en los años 80 y 90, que claman por volver al “tribunal
unipersonal” y a la defensa privada. Del nuevo modelo organizacional, alguno de
estos jueces, quienes durante el período de la emergencia judicial fueron
suspendidos del ejercicio de sus funciones por las numerosas denuncias que
acumularon en su contra durante tales años, han pretendido de diversas maneras
detener el referido proceso de cambio organizacional.

Vencer la resistencia al cambio organizacional requiere el común esfuerzo de


todos los entes del Poder Judicial comprometidos con tal finalidad: la Comisión
Judicial del Tribunal Supremo de Justicia, la Unidad Coordinadora del Proyecto de
Modernización del Poder Judicial, La Dirección Ejecutiva de la Magistratura, los
presidentes de los Circuitos Judiciales Penales y los Jueces Rectores deben
plantearse como un propósito común vencer dicha resistencia y de esa manera
garantizar la total instauración del nuevo modelo organizacional, ya que esta es la
piedra angular de la modernización de la justicia venezolana.

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SENTENCIA:

ANALISIS CRITICO A SENTENCIA NACIONAL FALLO EN EL CASO:


"CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS VS.JUECES DE LA
CORTE PRIMERA DE LO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO",

NUMERO 1939, N° EXPEDIENTE: 08-1572, FECHA:18/12/2008.


PROCEDIMIENTO:RECURSO DE INTERPRETACIÓN
PARTES: ABOGADOS GUSTAVO ÁLVAREZ ARIAS YOTROS.

DECISIÓN:
DECLARA INEJECUTABLE EL FALLO DE LA CORTEINTERAMERICANA DE
DERECHOS HUMANOS DE FECHA 5 DE AGOSTO DE 2008.
VOTO SALVADO DEL MAGISTRADO DR. PEDRO RONDON HAAZ. PONENTE:
ARCADIODE JESÚS DELGADO ROSALES

Antecedentes y Seguimiento de la Sentencia

El 18 de diciembre de 2008, la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de


Justicia, dejó sin efecto jurídico alguno la decisión de la CIDH Corte
Interamericana de Derechos Humanos, Caso Apitz Barbera y otros mediante
sentencia. Esta sentencia levanto gran controversia por su tinte político, esta junto
a otras sentencias han sentado un precedente en lo que respecta a la injerencia
de entes internacionales en decisiones judiciales internas del país y coloca a
Venezuela en una posición auto determinada ante el DPI. Se observa una franca
rebeldía ante los tratados internacionales, y corrobora que el DIP siempre será un
derecho de coordinación, que no puede trascender sobre las decisiones internas y
soberanas del Estado.

Análisis Crítico de la Sentencia:

1. Esta sentencia junto a otras mencionadas en un comunicado de prensa


hacen posible que el Estado Venezolano, pueda denunciar o modificar los
convenios suscritos -antes de 1999- con otras naciones en los cuales se sometió
la resolución de controversias a órganos internacionales.

2. Esta sentencia avala que sólo a través de un consentimiento de las


altas autoridades del Poder Nacional es posible que la República pueda
someterse a la jurisdicción internacional. La validez y eficacia, requiere no solo de
la manifestación de voluntad del Presidente de la República, sino además de una

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ley aprobatoria del tratado por parte de la Asamblea Nacional (Corte Penal
Internacional, Corte Interamericana de Derechos Humanos, Tribunales
subregionales como el Tribunal Andino, centros de arbitraje, conciliaciones, entre
otros)

3. Al reafirmarse en los términos expuestos en esta sentencia el principio de


soberanía y autodeterminación de la República, es posible que el Estado
Venezolano de acuerdo a las normas aplicables, pueda denunciar o modificar los
convenios suscritos -antes de 1999- con otras naciones en los cuales se sometió
la resolución de controversias a órganos internacionales.

4. Con esta sentencia se plantea un antecedente para que los fallos,


laudos, dictámenes u otros actos de igual entidad, podrán ejecutarse penal o
civilmente en el país, si son violatorios de la Constitución, por lo que por esta vía
(la sentencia) no podrían proyectarse en el país, normas contenidas en Tratados,
Convenios o Pactos sobre Derechos Humanos que colidiesen con la Constitución
o sus Principios rectores

5. Esta sentencia reafirma que toda decisión o laudo internacional, puede


ser objeto de control constitucional, si se pretende ejecutar en Venezuela. La
representación de la República Bolivariana de Venezuela refiriéndose a la
ejecución de la decisión de la Corte Interamericana de Derechos Humanos del 5
de agosto de 2008, alegó que “las decisiones de estos órganos internacionales de
protección de los derechos humanos no son de obligatorio cumplimiento y no son
inaplicables si violan la Constitución o no se hayan agotado los recursos judiciales
internos. Lo contrario sería subvertir el orden constitucional y atentaría contra la
soberanía del Estado”.

6. En el dictamen la Sala estableció: "A las decisiones de esos organismos


(internacionales de derechos humanos) se les dará cumplimiento en el país,
conforme a lo que establezcan la Constitución y las leyes, siempre que ellas no
contraríen lo establecido en el artículo 7 de la Constitución, el cual reza: "La
Constitución es la norma suprema y el fundamento del ordenamiento jurídico'.

7. La sentencia deja claro que la sala Constitucional es la intérprete del


texto fundamental también el (artículo 335 CRBV) se abrogó la potestad de
interpretar las normas contenidas en los tratados o pactos internacionales de
derechos humanos firmados por el país y anunció que los informes y resoluciones
emanados por las instancias creadas por dichos instrumentos podrían ser
desacatados. Esto genero gran controversia pues para muchos juristas Conforme
al texto de la Convención Americana, esta sentencia, como todas las sentencias
de la Corte Interamericana, es "definitiva e inapelable" (art. 67); y el Estado

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venezolano tiene la obligación de "cumplir la decisión de la Corte en todo caso en
que se (a) parte" (art. 68.1)
- Otras críticas plantean que esta sentencia del TSJ configura una grave
violación al derecho internacional por parte del Estado venezolano. Se trata del
"desacato" abierto a una sentencia de un tribunal internacional y por tanto a las
obligaciones derivadas del tratado que lo creó y rige sus competencias.

8. Denuncia la intromisión de la Corte Interamericana de Derechos


Humanos al desconocer el ordenamiento jurídico venezolano en cuanto al
establecimiento de medidas y sanciones contra los miembros que conforman el
Poder Judicial, en el referido fallo. Alega que la Corte Interamericana de Derechos
Humanos realizó “un pronunciamiento critico (sic) sobre nuestra legislación,
señalando cual (sic) debería ser a su juicio el procedimiento idóneo ante casos
similares al denunciado; y adopta unas medidas que presuntamente garantizan los
derechos humanos de los denunciantes, que a su decir fueron violentados por
Venezuela por carecer de un procedimiento que garantice la imparcialidad del
sistema de justicia venezolano”.

9. La sentencia declara Inejecutable el fallo de la Corte Interamericana de


Derechos Humanos, de fecha 5 de agosto de 2008, en el que se ordenó la
reincorporación en el cargo de los ex-magistrados de la Corte Primera de lo
Contencioso Administrativo Ana María Ruggeri Cova, Perkins Rocha Contreras y
Juan Carlos Apitz B., se condenó a la República Bolivariana de Venezuela al pago
de cantidades de dinero y a las publicaciones referidas al sistema disciplinario de
los jueces. En esta se Concluyó que el fallo de la Corte Interamericana de
Derechos Humanos es inaceptable y de imposible ejecución por parte de la
República Bolivariana de Venezuela, por exceder de las funciones que legalmente
le están establecidas y por desconocer el contenido del artículo 7 de la
Constitución en cuanto a la consagración de un sistema social de derecho y de
justicia.

10. Plantea esta sentencia que el fallos no se trata de una colisión de


leyes, pues de lo que se trata es de una presunta controversia entre la
Constitución y la ejecución de una decisión dictada por un organismo internacional
fundamentada en normas contenidas en una Convención de rango constitucional,
lo que excede los límites de ese especial recurso, pues la presunta colisión estaría
situada en el plano de dos normas de rango constitucional.

11. Concluye la sentencia que: “no puede ponerse un sistema de principios


supuestamente absoluto y supra histórico por encima de la Constitución” y que
son inaceptables las teorías que pretenden limitar “so pretexto de valideces
universales, la soberanía y la autodeterminación nacional”.
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12. Se solicita al Ejecutivo Nacional proceda a denunciar la Convención
Interamericana de Derechos Humanos, ante la evidente usurpación de funciones
en que ha incurrido la Corte Interamericana de los Derechos Humanos con el fallo
antes mencionado. Con fundamento en el principio de colaboración de poderes
(artículo 136 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela) y de
conformidad con lo dispuesto en el artículo 78 de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos.

13. Según el fallo, la ejecución de la sentencia de la CIDH de restituir a los


magistrados destituidos y elaborar una ley de protección a jueces, "afectaría
principios y valores esenciales del orden constitucional de la República''.

14. Dice esta sentencia que la aplicación de la sentencia de la CIDH


"podría conllevar un caos institucional''. Ya que si un organismo internacional,
aceptado legalmente por la República, amparara a alguien violando derechos
humanos de grupos o personas dentro del país, tal decisión tendría que ser
rechazada aunque emane de organismos internacionales protectores de los
derechos humanos…(…)

15. Asimismo, el fallo de la Corte Interamericana equipara de forma


absoluta los derechos de los jueces titulares y los provisorios, lo cual es
absolutamente inaceptable y contrario a derecho. En este orden de ideas, debe
esta Sala traer a colación el criterio sostenido por la Sala Constitucional, en
función del cual la potestad que tiene la Comisión Judicial de este Máximo
Tribunal para remover de sus cargos a los funcionarios designados con carácter
provisional, es de estricto carácter discrecional.

16. Lo que señala el fallo de CIDH, sólo es aplicable a los jueces de


carrera, ya que los provisorios, accidentales u otros jueces que son de libre
nombramiento y remoción por la Comisión Judicial del Tribunal Supremo de
Justicia, pueden ser removidos por dicha Comisión con notificación a la Sala Plena
del Tribunal Supremo de Justicia de lo resuelto con estos jueces, a fin de la
ratificación de lo decidido.`

17. La sentencia cuestionada pretende desconocer la firmeza de


decisiones administrativas y judiciales que han adquirido la fuerza de la cosa
juzgada, al ordenar la reincorporación de los jueces destituidos.

En tal sentido, debe señalarse que la ex jueza Ana María Ruggeri Cova no
ejerció recurso de reconsideración o judicial alguno contra el acto de destitución
(hecho reconocido en el párrafo 183 de la sentencia de la Corte Interamericana de
Derechos Humanos y en el cardinal 10 del capítulo X del mismo fallo). De otro

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lado, el acto de destitución dictado contra los ex jueces Perkins Rocha Contreras y
Juan Carlos Apitz quedó firme por decisión Nº634 del 21 de mayo de 2008,
dictada por la Sala Político Administrativa del Tribunal Supremo de Justicia,
mediante la cual se declaró desistido el recurso contencioso administrativo de
nulidad interpuesto contra dicho acto, por no haber retirado, publicado y
consignado el cartel de emplazamiento a los terceros interesados en el plazo
establecido en el artículo 21 de la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia,
situación por demás omitida en el fallo de la Corte Interamericana de Derechos
Humanos.
De allí deriva que, a juicio de esta Sala Constitucional, no puede desconocerse
la cosa juzgada que enviste a los actos de destitución de los ex jueces de la Corte
Primera de lo Contencioso Administrativo, cuando los recursos administrativos o
judiciales que prevé el ordenamiento jurídico interno no fueron instados o fueron
desestimados por sentencia definitivamente firme dictada por el Máximo Tribunal
de la República, pues ello iría en contra de uno de los valores esenciales y la
seguridad jurídica.

18. Se advierte del fallo de la Corte Interamericana de Derechos Humanos


que este órgano pretende que el Estado venezolano indemnice a los ex jueces de
la Corte Primera de lo Contencioso Administrativo Ana María Ruggeri Cova,
Perkins Rocha Contreras y Juan Carlos Apitz, a quienes califica de “víctimas” por
haber presuntamente sido violados sus derechos individuales; pero en la supuesta
constatación por dicha Corte de la violación de los derechos o libertades
protegidos por la Convención, dictó pautas de carácter obligatorio sobre gobierno
y administración del Poder Judicial que son competencia exclusiva y excluyente
del Tribunal Supremo de Justicia y estableció directrices para el Poder Legislativo,
en materia de carrera judicial y responsabilidad de los jueces, violentando la
soberanía del Estado venezolano en la organización de los poderes públicos y en
la selección de sus funcionarios, lo cual resulta inadmisible.

19. En consecuencia, al margen de la eventual antinomia entre normas


protectoras de derechos individuales y las relativas al bien común, es claro que la
Corte Interamericana de Derechos Humanos, al no limitarse a ordenar una
indemnización por la supuesta violación de derechos, utilizó el fallo analizado para
intervenir inaceptablemente en el gobierno y administración judicial que
corresponde con carácter excluyente al Tribunal Supremo de Justicia, de
conformidad con la Constitución de 1999.

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Conclusión

El Estado venezolano, por mandato del artículo 26 de la Constitución de la


República Bolivariana de Venezuela, garantiza a todos los ciudadanos una justicia
idónea. Esto significa, fundamentalmente, decisiones judiciales de alto nivel
jurídico. Para poder alcanzar esta finalidad se requiere que los jueces venezolanos
se concentren exclusivamente en el cumplimiento de la función jurisdiccional.
La reforma judicial ha llegado a una encrucijada crucial en Latinoamérica. Si
podemos sacar provecho de los errores pasados y de lo que estos nos han
enseñado, asimilar las lecciones positivas y centrarnos en los nuevos
interrogantes que han surgido, es posible que la próxima generación de reformas
avance con mayor rapidez, incluso si, por necesidad, resulta ser más selectiva y
menos ambiciosa en sus objetivos. El papel de los sistemas judiciales
latinoamericanos ha sido objeto de un cambio sustancial, innegable y
probablemente irreversible. El reto es asegurar que el cambio representa una
mejora real, una mejora que contribuirá al futuro progreso político y económico de
la región.
Con este propósito el Código Orgánico Procesal Penal, en sus artículos 530 al
539, prevé un nuevo modelo de organización jurisdiccional, denominado Circuito
Judicial, el cual también se encuentra consagrado en el artículo 269 de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
El signo distintivo del Circuito Judicial como organización jurisdiccional, es la
ubicación de los jueces exclusivamente en el cumplimiento de la función
jurisdiccional, es decir los despoja de la pesada carga que significaba el
cumplimiento de funciones de carácter administrativo, ya que en el viejo modelo
organizacional cada juez constituía en si mismo una unidad administrativa dotada
de personal y de una sede y por ende de actividades de mantenimiento, suministro
de material y administración de personal, circunstancia ésta ante la cual la función
jurisdiccional de los jueces se encontraba totalmente desvirtuada, trayendo como
consecuencia decisiones judiciales de baja calidad y retardo procesal.
En la organización jurisdiccional Circuito Judicial, existe un único tribunal de
primera instancia al cual están adscritos todos los jueces, razón por la cual
ninguno de ellos constituye una unidad administrativa por separado. Al existir un
único tribunal de primera instancia existe un alguacilazgo que pertenece a ese
único tribunal, así como un pool de secretaría y una oficina de tramitación penal
(asistentes), que colectivamente pertenecen al único tribunal de primera instancia
(artículo 538 y 539 del COPP).

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Referencias Bibliográficas

1. Texto Constitucional

· Constitución de la Republica Bolivariana de Venezuela

2. Leyes

· Código Orgánico Procesal Penal

3. Enlace: http://www.tsj.gov.ve

· www.asambleanacional.gov.ve
· www.ministeriopublico.gob.ve
· accesoalajusticia.org/documentos
· www.derechos.org.ve
· www.soberania.org/

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