Está en la página 1de 15

Colegio Nacional De Educación Técnica Profesional

Plantel 067

Conalep, Huixtla

Dra. Clara Luz De La Cruz Martínez.

Enfermería materna infantil y obstetricia

Jael Araly Ramos Ordoñez

Enfermería General

5203

Quinto semestre
Definicion
La esterilidad es la incapacidad para llevar a término un embarazo (para tener un hijo vivo). Esta
imposibilidad de reproducir se puede producir porque los órganos sexuales no funcionan bien o
porque los gametos son defectuosos.
La infertilidad alude a la imposibilidad de concebir. Se considera que existe un problema de
esterilidad o de infertilidad cuando no se ha podido tener un hijo vivo, después de un año de
mantener relaciones sexuales sin utilizar algún método anticonceptivo, como el preservativo, con
la finalidad de procrear.

Causas
En el caso de los hombres se produce por diferentes factores:

 Factor pre testicular: Alteraciones en las hormonas que estimulan al testículo (la LH y la FSH). Son
poco frecuentes.

 Factor testicular: Afecciones del testículo. Pueden ser genéticos, congénitos (de nacimiento) o
adquiridos (infecciones).

 Factor pos testicular: Afectan a los espermatozoides una vez que han salido del testículo. Son las
obstrucciones de la vía espermática, las infecciones seminales, presencia de anticuerpos anti
espermáticos, alteraciones eyaculatorias y alteraciones coitales.
La ausencia de esperma (azoospermia) o la escasez o calidad insuficiente del mismo (oligospermia) pueden
originarse por un factor testicular, por causas genéticas o como secuela de alguna enfermedad u otras
circunstancias a lo largo de la vida, como paperas, exposición a radiaciones o por ciertos medicamentos.
En caso de que se deban a un factor pos testicular (azoospermia obstructiva) puede tener un origen
congénito (una malformación en los conductos deferentes), producirse como consecuencia de un
traumatismo o por realizar unas ligaduras voluntarias, como la vasectomía.
En la cantidad y la calidad del esperma puede influir el estilo de vida. El alcohol y las drogas también pueden
reducir temporalmente la calidad del esperma, así como las toxinas ambientales y sustancias como los
pesticidas.
Otra causa de esterilidad masculina es la incapacidad de eyacular, que puede tener diversos orígenes, como
la diabetes, la medicación para el tratamiento para regular la presión arterial, la impotencia o someterse
a cirugía de próstata o de uretra.

En la mujer los factores que influyen son los siguientes:

 Factor cervical: Referido al cuello del útero, que comunica la vagina con el útero y con las trompas
de Falopio, donde se encuentra el óvulo tras la ovulación. Pueden existir alteraciones anatómicas
o funcionales que interfieran en el recorrido que sigue el espermatozoide desde la vagina (donde
se deposita) hasta una de las trompas, donde se produce la fecundación con el óvulo. Entre
las alteraciones anatómicas se encuentran los pólipos, quistes y traumatismos ocasionales o
causados por una cirugía.

 Factor uterino: Pueden ser causas uterinas o endometriales. Las uterinas más frecuentes son
malformaciones, miomas o tumores benignos, sequias o adherencias a las paredes. Entre las
endometriales, destacan las infecciones del endometrio (endometritis).

 Factor tubo peritoneal: Alteraciones en las trompas o en el espacio del tubo ovárico. La causa más
importante por la que aparece este factor es la infecciosa, produciendo diferentes tipos de
salpingitis o inflamación de las trompas, con la consiguiente obstrucción.
Entre las causas no infecciosas, la más frecuente es la endometriosis, una enfermedad que consiste
en la aparición de tejido del endometrio fuera de la cavidad uterina, sobre todo en los ovarios y los
ligamentos que fijan el útero a la pelvis. Este endometrio que se encuentra fuera de lugar
"menstrúa" todos los ciclos, pero al no tener un canal natural de evacuación, se acumula y adquiere
una forma quística.

 Factor endocrino ovárico: La anovulación crónica puede aparecer por una disfunción
del hipotálamo y la hipófisis, por la que esta glándula no produce suficiente cantidad de
gonadotrofinas (LH y FSH) y el ovario no se estimula.
Otra alteración posible es la aparecida en las cantidades de LH y FSH, como es el caso de la
poliquistosis ovárica (ovarios poli quísticos) que se caracterizan por el exceso en la producción de
la hormona de la hipófisis LH, por la que se altera el ciclo ovulatorio.
Este cuadro se asocia con la obesidad y con la producción de un exceso de hormonas masculinas,
que suelen producir un aumento del vello. También pueden existir alteraciones de la ovulación por
problemas con otras hormonas, por ejemplo, el aumento de prolactina o alteraciones del tiroides.
 Factores relacionados con el estilo de vida: El estrés, la alimentación o la práctica muy intensa de
ciertos deportes pueden alterar el equilibrio hormonal femenino.
Tanto en el hombre como en la mujer, los factores psíquicos y emocionales influyen de manera
importante en la capacidad reproductora.
Estudios de la

Pareja estéril
En países industrializados se admite que unas 1,200 nuevas parejas por cada millón de habitantes
y año, tienen problemas de fertilidad (Thonneau P, 1991). Las tasas de infertilidad son variables y
distintos estudios epidemiológicos las sitúan entre un 14 y 16% (Lorimer S, 1954, Leridon H, 1981,)
La prevalencia de infertilidad en países europeos es alrededor del 14%, afectando una de siete
parejas. (Hull MG, 1985; Thonneau P, 1991). Datos poblacionales han estimado una prevalencia
promedio de infertilidad, de acuerdo a grupos de edad de 5.5%, 9.4% y 19.7% entre los 25-29 años
de edad, 30-34 y 35-39 respectivamente (Bongaarts J,). La infertilidad ocupa el 20% de la consulta
del médico familiar, de estos pacientes del 8 al 10% ameritará el manejo por el médico especialista
en reproducción humana. En México se ha estimado que existen 1.5 millones de parejas con
infertilidad (CONAPO, 2007).
La infertilidad puede ser de causa femenina, masculina o mixta cuando afecta a ambos miembros
de la pareja. No existe siempre una causa única y generalmente son causas relativas, que pueden
afectar a uno o ambos miembros de la pareja. Se estima que existen dos o más causas, en casi un
30% de los casos (Rantala ML 1988). No debería de hablarse de una infertilidad absoluta, sino de
distintos grados de subfertilidad que pueden tener mayor o menor trascendencia en función del
tiempo de evolución y de la edad de la mujer. Hay varios factores que pueden causar infertilidad,
algunos son fáciles de encontrar y tratar, mientras que otros no lo son.
El protocolo de la infertilidad debe entonces realizarse estudiando y tratando diferentes factores
como contribuyentes y no como causantes de infertilidad.
La complejidad creciente en el enfoque de la infertilidad humana ha cuestionado la utilidad y la
eficiencia de algunos procedimientos diagnósticos, que hasta hace poco tiempo eran básicos y
hasta cierto punto rutinarios (Matorras R, 2007). Actualmente han surgido un número importante
de estudios y manejos diferentes, desde aquellos de baja complejidad realizados en la mayoría de
los institutos de salud, hasta los de alta complejidad que se realizan en centros de reproducción
asistida. Por lo que se deben de establecer los criterios que permitan estudiar y manejar adecuada
y oportunamente a la pareja infértil, disminuyendo el diferimiento, la inadecuada referencia y el
costo en la atención.
También la aplicación de nuevas herramientas del conocimiento científico basadas en la medicina
de la evidencia, y que conocemos como “Guías de práctica clínica”, ha permitido descartar algunas
de las pruebas consideradas como clásicas y al mismo tiempo, convertir en protagonistas
emergentes a otros enfoques más novedosos. Por lo anterior, se hace necesario establecer un
protocolo básico de estudio y los criterios de referencia que deben de ser claros y estandarizados;
abordar críticamente aquellas técnicas o pruebas que en la actualidad parecen ocupar un papel
relevante, aunque todavía complementario, en el enfoque diagnóstico inicial de la pareja infértil.
La guía de práctica clínica: Diagnóstico de la pareja infértil y tratamiento con técnicas de baja
complejidad, forma parte de las guías que integrarán el catálogo maestro de guías de práctica
clínica, el cual se instrumentará a través del Programa de Acción Desarrollo de Guías de Práctica
Clínica, de acuerdo con las estrategias y líneas de acción que considera el Programa Nacional de
Salud 2007-2012.
La finalidad de este catálogo, es establecer un referente nacional para orientar la toma de
decisiones clínicas basadas en recomendaciones sustentadas en la mejor evidencia disponible.
Esta guía pone a disposición del personal del primer nivel de atención, las recomendaciones
basadas en la mejor evidencia disponible con la intención de estandarizar las acciones nacionales
sobre:
En el primer nivel de atención:
1. Identificar los antecedentes que pueden influir en la infertilidad de la pareja.
2. Identificar y establecer los criterios de inclusión o exclusión de la pareja infértil para iniciar
el protocolo de estudio.
3. Realizar la referencia oportuna al segundo nivel de atención en los casos que lo ameriten.
En el segundo nivel de atención:
4. Identificar las causas que pueden estar asociados a la infertilidad de la pareja.
5. Planear y realizar el protocolo de estudio de la pareja infértil y establecer el pronóstico de
acuerdo a los factores alterados.
6. Realizar el manejo médico-quirúrgico adecuado para modificar los factores asociados a la
infertilidad, de acuerdo a la capacidad resolutiva de la unidad.
7. Realizar la referencia oportuna al tercer nivel para complementar el manejo médico-
quirúrgico, en los casos que lo ameriten.
8. Realizar la contra referencia al primer nivel de atención, una vez que se logra el embarazo
o se establece que no es una pareja susceptible de un tratamiento de infertilidad, de
acuerdo a la capacidad resolutiva que se tenga.
En el tercer nivel de atención:
9. Revaluar el protocolo de la pareja infértil.
10. Realizar los estudios médico-quirúrgicos complementarios del protocolo de estudio de la
pareja infértil, que no fueron realizados en el nivel de atención anterior, para la corrección
de los factores alterados susceptibles de tratamiento.
11. Establecer el pronóstico de infertilidad de la pareja.
12. Realizar los procedimientos de baja complejidad para el manejo de la pareja infértil.
13. Realizar la contra referencia al segundo o primer nivel de atención según sea el caso.

Lo anterior favorecerá la mejora en la efectividad, seguridad y calidad de la atención médica,


contribuyendo de esta manera al bienestar de las personas y de las comunidades, que constituye
el objetivo central y la razón de ser de los servicios de salud.
Cuestiones bioéticas y legales
en las

Principio de autonomía
Según el principio de autonomía de la bioética, toda persona adulta y consciente, en el seno de una sociedad
secularizada, tiene derecho a decidir sobre su vida y su salud, debiendo respetarse su voluntad o decisión
respecto a la elección de una determinada terapia, entre varias alternativas de tratamientos cuando éstos
existen. Sin embargo, la principal polémica existente en torno a este principio se presenta entre personas
creyentes y no creyentes. Para los primeros, persiste la idea de que sólo Dios es dueño y señor de la vida, y
los hombres no pueden disponer libremente de ella, sólo les corresponde cuidarla y conservarla. Los
segundos por no aceptar a priori una instancia sobrehumana, afirmarán que el hombre es dueño y señor
de sí mismo, pudiendo decidir libremente sobre su vida y lo que le conviene, en tanto, no atente contra los
derechos de los demás. Debido a lo anterior, el principio de autonomía es relativo, argumentándose que la
autonomía de la voluntad humana es válida dentro de un marco jurídico y nunca puede estar en contra de
principios que regulan el orden público. Como salida ante este dilema, por regla general, suele respetarse
la voluntad del paciente sobre otros factores que también deberán considerarse. Pero ante casos extremos,
puede prevalecer el beneficio objetivo del paciente, de acuerdo con la valoración que brinda el profesional
médico, sobre su propia voluntad.
Criterios adicionales señalan que, dentro de un orden jurídico dado, la vida y la salud no son bienes
patrimoniales de los que cada ciudadano puede disponer libremente; asimismo, los actos de disposición
del propio cuerpo están prohibidos en muchos países, cuando éstos puedan causar disminución
permanente de la integridad física.

Principio de beneficencia
Literalmente consiste en "hacer el bien", lo que obliga al profesional de la salud a esforzarse al máximo por
el bien del paciente. En casos extremos, se tiende a hacer prevalecer el beneficio objetivo del paciente
sobre su propia voluntad y autonomía con el fin de mejorar su salud. La principal objeción es que no hay
consenso único de lo que es hacer el bien y existe la dificultad de que cada persona puede decidir lo que es
bueno según su propio entender. Por ello el principio de beneficencia es válido únicamente en situaciones
en que se comparten unos mismos valores morales sobre el sentido del bien. Lo que en apariencia puede
ser visto como bueno para unos, no necesariamente lo es para otros. Entre las limitaciones que presenta el
principio de beneficencia, está la proporción esperada de éxito de un tratamiento y sus costos e
inconvenientes. Otro límite está dado por el concepto moderno de "calidad de vida" que indica que el bien
de una persona no siempre es vivir más tiempo a costa de una existencia precaria y dolorosa.
Principio de no - maleficencia
Este principio puede ser aplicado a cualquier intervención médica, experimentación, etc. A este principio le
corresponde la misma expresión de la norma: no matar, no atentar contra la integridad personal, no
perjudicar la salud, etc. Como conclusión puede decirse que este principio se interpreta normalmente en
el sentido de que no se puede hacer daño o mal a otro directamente, excepto por los efectos secundarios
o daños colaterales, que son inevitables en tratamientos farmacológicos o quirúrgicos. El deber de no hacer
el mal, de no dañar es más conciso y obligatorio que el deber de hacer el bien.

Principio de justicia
Para Justiniano, el principio de justicia es "la constante y perpetua voluntad de dar a cada uno lo que le es
debido". En el ámbito de la bioética tiene que ver con el acceso, la distribución y priorización de los recursos
médicos disponibles y su utilización equitativa posible. La justicia será dar a cada paciente lo que permita
recuperar su salud o aliviar su sufrimiento. Pero esto nunca es posible debido a la brecha existente entre
los recursos disponibles y los requeridos para atender debidamente las necesidades crecientes por el hecho
concreto del crecimiento demográfico de la población.

Inseminación
¿Qué es?
La inseminación artificial es un tratamiento de reproducción asistida de baja complejidad. Consiste
en introducir una muestra de semen, ya sea de la pareja o de un donante, en el útero de la mujer.
Con este procedimiento aumentan las probabilidades de embarazo con respecto a una relación
sexual porque la muestra de semen es tratada previamente en el laboratorio y además se estimula
el ovario para controlar el crecimiento y maduración de los óvulos. Depositando la muestra tratada
en el útero de la mujer se reduce la distancia que los espermatozoides deben recorrer hasta el
óvulo y la programación de la inseminación permite
maximizar las posibilidades de fecundación y embarazo.
¿En qué casos se usa?
La inseminación artificial se puede realizar con una muestra de esperma de donante o de la pareja.
Este tratamiento se recomienda para:

 Mujeres con buen número de óvulos de calidad y sin pareja masculina.


 Mujeres con alteraciones en la ovulación.
 Mujeres con alguna alteración en la entrada del útero.
 Parejas heterosexuales en las que el hombre presenta anomalías leves o moderadas en la
calidad de los espermatozoides. (En casos de mala calidad seminal o ausencia de
espermatozoides, nuestro equipo médico recomendará la mejor opción para aumentar las
posibilidades de embarazo).

 Parejas heterosexuales en las que el hombre sea portador de una enfermedad genética. (Si
esta enfermedad no puede ser estudiada en los embriones, nuestro equipo médico
recomendará utilizar esperma de un donante).

Tasas de éxito
La inseminación artificial, por ser un tratamiento de baja complejidad, ofrece tasas de embarazo
inferiores a otros tratamientos de reproducción asistida, pero superiores respecto a las de una
relación sexual.
Puede consultar nuestras tasas de éxito, auditadas por una empresa acreditada (SGS) y
actualizadas cada año. Las posibilidades de embarazo dependen en cada caso de muchos factores
–edad, reserva ovárica, historial médico y reproductivo, etc., pero con IVI tendrá la seguridad de
que nuestros especialistas en fertilidad le prescribirán el tratamiento personalizado más adecuado
para conseguir nuestro objetivo: su embarazo.
Fertilización "in vitro"

¿Qué es?

La fecundación in vitro es un tratamiento de reproducción asistida de alta complejidad. Consiste


en la unión del óvulo con un espermatozoide en el laboratorio –in vitro–, con el fin de obtener
embriones de buena calidad que puedan, tras su transferencia al útero materno, dar lugar a un
embarazo.
Para llevar a cabo este procedimiento es necesario estimular hormonalmente a la paciente de
manera controlada y obtener sus óvulos, que luego son fecundados in vitro en el laboratorio,
donde se cultivan durante unos días. Uno de esos embriones se transfiere de vuelta a la cavidad
uterina y se crio preservan los restantes para un uso futuro.

¿En qué casos está indicado?


La fecundación in vitro se puede realizar con esperma de donante o de la pareja y nos permite
facilitar el proceso de la fecundación cuando existen otras causas que la dificultan. Este
tratamiento se recomienda para:
 Mujeres después de varias inseminaciones artificiales sin éxito.
 Mujeres con endometriosis avanzada, con probable afección en las trompas y en la calidad
ovocitaria.
 Mujeres de edad avanzada, con óvulos de baja calidad.
 Mujeres con lesión en las trompas o ausencia de ellas.
 Mujeres con hidrosálpinx.
 Parejas en las que es necesario hacer un estudio genético preimplantacional.
 Parejas en las que el hombre presente mala calidad espermática (factor masculino
moderado o severo).

Tasas de éxito
La fecundación in vitro ofrece tasas de embarazo superiores a otros tratamientos de
reproducción asistida de menor complejidad, como la inseminación artificial o el coito
programado.
Puede consultar nuestras tasas de éxito, auditadas por una empresa acreditada (SGS) y
actualizadas cada año, aquí. Las posibilidades de embarazo dependen en cada caso de muchos
factores –edad, historial médico y reproductivo, etc.–, pero con IVI tendrá la seguridad de que
nuestros especialistas en fertilidad le prescribirán el tratamiento personalizado más adecuado y
de que nuestros laboratorios disponen de la tecnología más avanzada para conseguir nuestro
objetivo: su embarazo.
Cuestiones bioéticas
Por una parte, los médicos, al cooperar o ejecutar algunas de las acciones condenables que hemos
visto más arriba, se comportan incorrectamente. Pero, por otra, su dedicación a la profesión
médica exige de ellos una conducta peculiar.
El ejercicio profesional de la Medicina está movido por la compasión hacia el hombre que sufre.
Ante el sufrimiento, el médico intenta curar si se puede, aliviar y consolar. Ante el enfermo, su
vocación le exige una particular dedicación, de bondad y beneficencia. Por esta razón, los
comportamientos poco respetuosos con la vida humana, o, en general, con las personas que se les
confían, resultan especialmente graves en el médico, que tiene el compromiso vocacional de
atender a todos con su mejor voluntad.
En el proceso de FIV, los médicos someten los embriones el riesgo de muerte casi segura que
resulta especialmente abominable visto desde esta óptica. Su papel debería ser justo el opuesto:
poner coto a las exigencias desmedidas de sus pacientes siempre que estas atenten contra otras
personas. Este es el caso de la exigencia de un matrimonio para que se le practique la FIV.
Además, los médicos realizan su labor humanitaria por medio del estudio científico del cuerpo
humano, y de la efectividad de las intervenciones curativas que realizan sobre él. Están obligados
a emplear solamente procedimientos de eficacia probada, y nunca procedimientos de eficacia
dudosa, especialmente si someten al paciente a una carga de dolor, molestias o excesivo gravamen
económico.
La FIV es exactamente eso: un procedimiento caro, de eficacia escasa y dudosa, que somete a la
pareja, y especialmente a la mujer, a numerosas molestias físicas, incertidumbres, ansiedades, etc.
Por esta razón, la actuación del médico que realiza FIV es inética. Esta técnica sería admisible, y
sólo desde este punto de vista, cuando, tras una diligente experimentación animal, tuviera una
eficacia probada y no provocara las molestias y gastos que actualmente produce. De hecho, sus
molestias para tan baja eficacia han producido el rechazo de los pacientes: de los comienzos
optimistas a principios de los años 80, con su proliferación de clínicas dedicadas a FIV, hemos
pasado al desengaño actual, junto con la quiebra de muchas de ellas por falta de clientela.
Por último, hay que señalar que la FIV no es un procedimiento médico en el sentido normal del
término, sino una técnica de apariencia médica. La técnica médica se orienta, como acabamos de
decir, a curar, aliviar o consolar. Sin embargo, la FIV no se inserta en esta dinámica. Aunque, en
algunos casos, la pareja que abandone la clínica de FIV con un hijo, sigue siendo tan estéril como
antes: no la han curado ni aliviado. En el resto de los casos, si hubiera coherencia con lo que
realmente sucede, la técnica de la FIV debería seguirse del luto por todos los embriones fallecidos
en el procedimiento técnico, cuestión muy lejana a un posible consuelo. La FIV da una “solución”
al problema de la esterilidad, que tiene más que ver con una satisfacción de consumidor satisfecho
que con la Medicina. Ésta, abandonando su norte, se ha limitado a producir un hijo para ese
matrimonio, nada más.

También podría gustarte