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BANCO DE

SEMILLAS DE
MALEZA

10/05/2009 Gloria de los Ángeles Zita Padilla


BANCO DE SEMILLAS DE MALEZA

BANCO DE SEMILLAS DE
MALEZA
1. Introducción.
Uno de los temas más importantes y paradójicamente más descuidados en
el estudio de la Ciencia de la Maleza, es el referente al uso y diseño de estrategias
para disminuir el banco de semillas en el suelo.
El banco de semillas de maleza se define como el conjunto de semillas
presentes en el suelo que contribuyen al establecimiento de las poblaciones de
maleza en el agroecosistema.
¿Y qué es una semilla? En términos generales, es el producto de una serie de
procesos biológicos que comienzan con la floración y concluyen con la
maduración del fruto. De acuerdo a la ley federal de producción, certificación y
comercio de semillas (2007), una semilla es la que se obtiene del fruto después de
la fecundación de la flor, los frutos o partes de éstos, así como partes de
vegetales o vegetales completos que se utilizan para la reproducción y
propagación de las diferentes especies vegetales.

La reproducción es una parte del ciclo de vida vegetal, no es ni su inicio ni su


final, no obstante por motivos didácticos
se suele asociar como tal. Desde el punto
de vista botánico, la semilla es el
resultado de las diversas transformaciones
que ocurren en el óvulo, luego de la
fecundación y que a su madurez consiste
en una estructura que contiene al
embrión y las sustancias de reserva
rodeadas por la cubierta seminal. Es la
estructura típica de diseminación de las
espermatofitas; constituye junto con el
polen, el estado más móvil del ciclo de
vida vegetal. Fig. 1.

Cabe señalar que el banco de semillas del suelo incluye no sólo a las semillas
en su estricto sentido botánico sino además a estructuras vegetativas así como
cariópsides, aquenios, etc. Es así que, un banco de semillas puede definirse como
la reserva de diásporas viables presentes en la superficie y perfil del suelo que
incluye tanto a las semillas de maleza recientemente liberadas por la planta

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madre como aquellas de generaciones pasadas que han persistido viables en el


suelo y las que han sido acarreadas por una dispersión secundaria.

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2. Producción de semillas
Por sobrevivencia, es necesario que la planta produzca un número grande
de semillas viables. El número de semillas que produce está en función de la
especie, tamaño, condiciones ecológicas y situaciones de estrés (como el ataque
de plagas y enfermedades) a lo largo de su historia de vida.

Domínguez-Valenzuela et al. (2007) en un estudio sobre el banco de semillas


de chayotillo (Sycios deppei G. Don.) reportan infestaciones de 4,156.25m -2
semillas equivalente a 41 562,500 semillas ha-1 en los primeros 15 cm de suelo.
Por su lado, Peña et al. (2007) reportan un banco de semillas de teocintle en
los primeros 10 cm de profundidad de 40 281 300 para el municipio de Metepec,
35 308 300 para Tenango del Valle y 34 811 000 para Lerma. La Tabla No. 1
muestra valores promedio de producción de semilla por planta para varias
especies de maleza.
Tabla No.1 Rangos máximos productivos en malezas gramíneas (según Mailett, 1991,
tomado de Mortimer, 1996)

Especie Producción de semillas por planta

Avena fatua 1000 – 3000

Dactyloctenium aegyptium Hasta 66,000

Echinochloa colona 3000 – 6000

Eleussine inica Hasta 4000

Rottboellia Hasta 2000


cochinchinensis

3. Germinación de las semillas de malas hierbas.


Reposo. En muchas especies vegetales se da el hecho de que aun teniendo
viabilidad, sus semillas no germinan después de haber madurado e incluso en las
condiciones óptimas para ello, sólo lo hacen una parte de ellas en el primer año y
el resto de forma sucesiva en los siguientes periodos. Así, las secuelas perniciosas
son visibles aun después de varios años.
Longevidad de las semillas enterradas. Muchas semillas de malezas
conservan su viabilidad durante varios años cuando se entierran en el suelo, por lo
que muchos suelos agrícolas que se han estado cultivando durante cierto número
de años, están llenos de semillas de malas hierbas que pueden germinar si las
condiciones son favorables cuando se les saca de nuevo a la superficie.

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En el año de 1879, el Dr. Beal de la Escuela de Agricultura de Michigan,


enterró 1,000 semillas recién colectadas de 20 especies diferentes. Unas 50
semillas de cada especie fueron mezcladas con arena y colocadas en un frasco
de medio litro. Estos 20 frascos, cada uno con 50 semillas de cada especie, se
enterraron a una profundidad de unos 45 cm. bajo la superficie del terreno. Cada
5 años, hasta 1920, se desenterró un frasco y se determinó el porcentaje de
germinación de cada especie. Después se extrajo un frasco en 1930, otro en 1940
y el último en 1950. Al cabo de 50 años la mayoría de las especies no germinó,
pero las que lo hicieron, dieron porcentajes desde 8 hasta 69 % dependiendo de
la especie. A los 60 años fue menor aún el número de especies que siguió
germinando y sus valores fluctuaron desde 4 hasta 68.5% (Pérez y Rodríguez, 1989).

4. Dispersión.
Las semillas de maleza no se distribuyen homogéneamente en el suelo dado
que están sujetas a una gran cantidad de factores bióticos y abióticos. Estos
factores de dispersión pueden categorizarse como dispersión primaria (aquella
que libera a la semilla de su planta madre) y dispersión secundaria (los
subsecuentes movimientos que tiene la semilla. Figura 2.

Fig. 2. Dispersión primaria y secundaria en un banco de semillas

Los mecanismos de dispersión de diásporas (semillas,


fragmentos, bulbos, frutos, etc.) de las malas hierbas y de
las demás plantas, son la anemocoria, hidrocoría,
zoocoria y autocoria.

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Autocoria o diseminación activa. Es el fenómeno que presentan los frutos


con dehiscencia explosiva como los "brincos" de Impatiens balsamina. En
Arceuthobium sp el fruto tiene altísima presión hidrostática, y expulsa las semillas
hasta una distancia de 15 metros. (Foto 1).

Foto 1.

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Hidrocoria. El agua transporta muchas


clases de diásporas, incluso cuando estas no
poseen modificaciones especiales para ser
transportadas por este medio. Otras
presentan excrecencias suberificadas, como
las "valvas" de Rumex, (Foto 2) que son piezas
persistentes y acrescentes del perianto con un
callo suberificado en la cara externa. El
número de semillas que pasa por un punto
Fotografía
dado de un canal de 3,60 m en 24 h puede
alcanzar varios millones. Las primeras aguas de riego son las más cargadas de
semillas. Durante el periodo en que no se riega, muchas semillas quedan en el
seno del canal. (Pérez y Rodríguez 1989).
Anemocoria. Consiste en el desarrollo de
frutos con alas como en las sámaras, o con
pelos como las de Asclepiadaceae,
Bombacaceae, arilos transformados en pelos
como en Salix y el papus o vilano de los
aquenios de las compuestas. (Fot. 3)
Endozoocoria, Se presenta cuando las
diásporas son ingeridas y liberadas en la
Fotografía
materia fecal, lo que sucede con las bayas, las semillas jugosas, etc. Los frutos
verdes tienen mal gusto, lo que protege las semillas inmaduras; los frutos maduros
frecuentemente son anaranjados o rojos, llamativos para los vertebrados que los
comen y dispersan. Las semillas de muchas plantas pasan por el tubo digestivo de
los animales, sin que su capacidad de germinación se
altere. Los frutos carnosos son muy apetecidos por las
aves; éstas tragan el fruto entero, asimilan la parte
carnosa y arrojan la semilla con las deyecciones.
Ectozoocoria. Es la dispersión que se da cuando
las semillas se adhieren a la superficie del animal por
medio de ganchos de las semillas, frutos o
infrutescencias, pelos y superficies glandulares. Por
ejemplo los frutos de la mayoría de las especies de
Eleocharis presentan piezas involucrales con pelos
ganchudos y retrorsos. (Pérez y Rodríguez, 1989).(Fot. 4)
Fotografía
4. Las ruedas de los vehículos y los implementos y
equipos agrícolas constituyen medios que, en determinadas circunstancias,
ayudan a la infestación de nuevas tierras con especies que hasta ese momento
estaban ausentes de ellas. Por ejemplo, cuando se realizan labores mecánicas
con vistas al control del S. halepense, es necesario tener en cuenta que la
fragmentación de sus raíces provoca una gran diseminación que contribuye a su
reproducción.

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No obstante en el caso de las malas hierbas, no existe probablemente medio


de diseminación más importante que la venta y distribución de las semillas
agrícolas y hortícolas; tal y como lo podemos ver en la Tabla 2.

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Tabla 2. Rango estimado de dispersión de diásporas según 14 procesos. Tomado de Liebman, et al.
(2001)

5. Dinámica del banco de semillas de maleza.


Mientras que las estructuras de dispersión le ayudan a la maleza a dispersarse
en el espacio, la dormancia y el banco de semillas son el mecanismo de
dispersión en el tiempo, dado que le ofrece a la planta el mismo beneficio, su
incremento le da oportunidad de que al menos algunas semillas puedan germinar
bajo condiciones favorables. Desafortunadamente para la planta el banco de
semilla no es el mejor lugar para almacenar sus propágulos. La sobrevivencia de
las semillas disminuye por efecto de patógenos, muerte, germinación fallida,
muerte fisiológica, herbivoría, condiciones adversas del suelo, microorganismos y
profundidad hasta la superficie. (Booth, 2003)

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Figura 3. Dinámica del Banco de Semillas

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Las semillas de maleza están en constante redistribución, desplazándose


tanto horizontal como verticalmente. La distribución horizontal obedece la
microtopografia, al viento y a la lluvia, mientras que la vertical obedece
principalmente a las labores culturales. Clements et al. (1996) en su ya clásico
artículo sobre el tema hace una comparación sobre los efectos de los diferentes
laboreos sobre la composición del banco de semillas.

6. Importancia y métodos de estudio del banco de semillas de Maleza.


El estudio de las semillas de maleza en el suelo es necesario para la
realización de estudios de dinámica poblacional y para el establecimiento de
programas de manejo de maleza (Ambrosio, et al., 2004); nos provee también de
información ecológica y evolucionista de la dinámica poblacional y son un reflejo
del éxito o fracaso de las medidas de control que permite anticipar los niveles de
infestación y la diversidad de las infestaciones en un campo de cultivo. (Forcella,
2004). De hecho, las investigaciones en esta área han ido utilizadas como guía
para el manejo de maleza y podrían ser aplicadas al manejo de especies
invasoras (Holt, 2004).

La información de estas comunidades se obtiene mediante muestreos en


suelo; la complejidad, lentitud y lo tedioso de los métodos en uso hacen que el
acervo de datos sea reducido (Mesgaran, et al., 2007). Estos estudios pueden
llegar a ser costosos en tiempo y dinero y en nuestro caso además se cuenta con
poca información para la identificación de semillas y plántulas de maleza.

A pesar de estos impedimento los expertos consideran los datos provenientes


del estudio de bancos de semillas ofrecen una herramienta invaluable para el
manejo integrado de maleza, aún más, se menciona que, a diferencia de otras
disciplinas, no se requiere que los niveles de exactitud sean tan elevados. El
tradicional 95% de confiabilidad estadística es recomendable cuando se
pretende hacer estudios demográficos de largo alcance. Para fines agronómicos
las diferencias en el banco de semillas en rangos de magnitud (1, 10, 100, 1000,
etc,) son probablemente más importantes. (Swinton y King, 1994, citados por
Forcella, 1997)

6.1. Muestreo.
Las malezas dentro del terreno a menudo están distribuidas en manchones,
encontrándose que pasados unos años tienden a ser recurrentes en los mismos
sitios. Esta distribución no uniforme afecta las predicciones de las pérdidas en lo
rendimientos de los cultivos. (Clark, et al 1996)
En un muestreo se pueden encontrar un buen número de unidades de
muestra sin semillas y estas estar concentradas en sólo unas pocas de las
unidades. De acuerdo con Forcella et al. (2004) el modelo espacial de los banco

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de semillas sigue una distribución binomial negativa, lo que significa que esta
agregación está influenciada por la densidad, es decir conforme aumenta la
densidad el nivel de agrupación disminuye.
En 1996, Dessaint y un grupo de investigadores europeos se dieron a la tarea
de investigar el efecto de los patrones de agregación en la eficiencia de los
muestreos de bancos de semillas. Este estudio se realizó en cuatro países y
durante tres años. Las semillas de especies de malezas fueron registradas con
diferentes clasificaciones y técnicas de conteo, así como dentro de diferentes
cultivos sujetos a diferentes técnicas culturales. El objetivo fue probar la viabilidad
del uso de la relación general para predecir el número de muestras como función
de la precisión y la densidad. Encontrando que en general se puede aplicar la
ley te Taylor, para el muestreo de semillas con densidades medias o altas.
Taylor documentó la existencia de una relación entre la media y la varianza
en las medidas de densidad de varias poblaciones naturales, se trata de una
relación empírica entre la media muestral (m) y la varianza temporal o espacial S2.
La ley de Taylor es la relación entre la varianza muestral (S2) y la media muestral
(m) de las densidades poblacionales. (Teixeira y Sánchez, 2006, Giraldo et al.,
2002) Se define matemáticamente como:

S2 = a mb

De la cual se deduce la regresión

log10 S2 = log10a + b log10 m

Esta ecuación aplicada a los bancos de semilla de maleza y para hacer


predicciones e rendimiento la define Dessaint (1996) como:

log10(S2) = 0.45 + 1.41 log10

A partir de esta ecuación Dessaint et al. (1996) derivaron la siguiente


ecuación que ayuda a aproximarse a un muestreo adecuado con base en
diferentes niveles deseados de precisión.

N = 100.45(m/509)-0.059D-2

En donde
N = número estimado de muestras necesarias
D = Nivel deseado de significancia
m = Media
A su vez,

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D = error estándar de la media dividido entre la media ( D = SE/m).


El valor de m es dividido entre 509 para convertir el área de una muestra de 5
cm de diámetro a 1m2. En la Tabla 3 se presentan las soluciones para esta
ecuación para varias densidades hipotéticas de semilla y varios niveles de
precisión, para el uso de barrenas de 5 cm de diámetro. (Forcella, 2004)

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Tabla 3. Número de muestras e suelo (diámetro de 5 cm) necesarias para


determinar las densidades de los bancos de semilla en cuatro niveles deseados de
precisión suponiendo varias densidades de semilla. (Tomada de Forcella 2004)

Banco de semillas 0.2 0.3 0.4 0.5

(semillas/m2)

10 716 318 179 115

50 277 123 69 44

100 184 82 46 29

500 71 32 18 11

1000 47 21 12 8

5 000 18 8 5 3

10 000 12 5 3 2

En cuanto al tamaño de la unidad de muestra, la experiencia empírica


recomienda el uso de barrenos de 5 cm de diámetro.
La eficiencia relativa entre los esquemas de muestreo depende de la
variabilidad espacial de la densidad de semillas de maleza dentro del área
muestreada, dado el patrón de distribución “por contagio” Ambrosio et al. (2004)
recomiendan un muestreo sistemático con un esquema en cuadrícula.
Mencionan que este diseño de muestreo aumenta la exactitud, toma en cuenta
la distribución espacial y permite disminuir el tamaño de muestra.
Como ya se mencionó líneas arriba, la distribución de las diásporas, depende
en gran parte de las labores culturales. También depende del tipo de suelo, su
textura, la forma de las semillas, el tamaño, etc. No obstante se puede decir de
manera general que pocas plántulas tendrán la capacidad de emerger a
profundidades mayores de 10 cm, por lo que será esta la profundidad
recomendada para muestrear bancos de semillas, exceptuando aquellas
situaciones en la que la investigación vaya enfocada al efecto de los factores
antes descritos en la movilidad vertical de las semillas.
En cuanto al momento adecuado para realizar el muestreo, este deberá
realizarse en el periodo que va desde la liberación de las semillas hasta antes de
la germinación-emergencia.

6.2. Procesamiento de las muestras.

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De acuerdo con Mesgarán et al. (2007), los métodos que han sido
propuestos para el procesamiento de muestras del banco de semillas pueden ser
clasificados en dos grandes grupos:

1.- Métodos de extracción directa, que incluye varia técnicas de tamizado,


elución o flotación y

2.- Métodos de germinación por medio de los cuales el banco de semillas es


calculado vía la identificación y enumeración de las plántulas emergidas a partir
de suelos bajo condiciones controladas.

Estos autores compararon tres metodologías de extracción: tamizado, bolsa


de paño y flotación, para tal efecto agregaron a un suelo libre de semillas,
cantidades conocidas de semilla de Datura stramonium, Amaranthus retroflexus,
Portulaca oleraceae y Plantago major, para después medir la eficiencia de
recuperación de éstas por cada uno de los métodos. Concluyeron que el mejor
método fue el de bolsas de paño (75%), seguido del tamizado (67%) y el de
flotación (61%).

Una vez separadas las semillas se procede a su identificación taxonómica y a


la determinación de su índice de viabilidad con cloruro de tetrazolio.

El segundo método, el de germinación, determina la cantidad de semillas


viables y no latentes en una muestra de suelo dada. Para tal objeto las muestras
se pueden mezclar, por ejemplo a partir de 20 muestras se puede hacer una
“muestra compuesta”. Esta muestra compuesta se coloca en condiciones
propicias de germinación, en almácigos de no más de 5 cm de profundidad. Se
deberá tener especial cuidado que estos almácigos no estén sujetos al ataque
de herbívoros, enfermedades o a la invasión de semillas externas.

De esta manera se contabilizan las plántulas emergidas y se procede a su


identificación.

Con este método, como ya se mencionó se obtiene la densidad de semillas


viables no latentes, por lo que en caso de que los objetivos del estudio así lo
requieran, se puede dar tratamientos físicos para romper la latencia como lo es el
exponer a las semillas a temperaturas frías y calientes alternas.

Ambos métodos tienen ventajas y desventajas; el primero es más laborioso


pero más rápido y nos puede llevar a sobreestimaciones ya que podemos estar
contando semillas que no germinarían en condiciones naturales por falta de
viabilidad, vigor, o por ataque de herbívoros y patógenos.

Con respecto al método de germinación, aunque aparentemente más


sencillo, requiere del uso de invernaderos o por lo menos de instalaciones con
condiciones medianamente controladas, que faciliten la germinación y

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subsecuente conteo e identificación taxonómica de plántulas. Además nos


puede llevar a subestimaciones dado que algunas semillas que podrían germinar
no lo hacen por estar en latencia.

Una opción, dependiendo de los objetivos del estudio, así como de la


disponibilidad de equipo, personal e instalaciones podría ser la combinación de
ambos métodos, pero se requiere de estudios previos de las semillas de cada
especie para determinar si los métodos de extracción directa no tienen un efecto
en la viabilidad y germinación.

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7. Conclusión.
Aunque no existe un método único para determinar los bancos de semilla de
maleza y a pesar de los inconvenientes de cada uno de ellos, el reconocimiento
del banco de semillas como la fuente primaria de maleza en campo de cultivo,
bien merece la pena su estudio.

El manejo integrado de maleza requiere del entendimiento de los sistemas


biológicos y ecológicos involucrados, su objetivo principal es manipular las
relaciones cultivo-maleza de tal suerte que el cultivo sea el más favorecido.

En el caso particular del banco de semillas nuestra estrategia deberá ir


encaminada a disminuir los “depósitos bancarios” y aumentar los “retiros”.

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