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Disfunción eréctil

La disfunción eréctil o impotencia erigendi (a veces llamada incorrectamente


sólo impotencia) es la incapacidad repetida de lograr o mantener una erección lo
suficientemente firme como para tener una relación sexual satisfactoria.

Contexto
La palabra "impotencia" también puede usarse para describir otros problemas que
interfieren con la relación sexual y la reproducción, tales como la falta de deseo sexual
y los problemas con laeyaculación o el orgasmo. El uso de las palabras disfunción
eréctil deja en claro que esos otros problemas no están implicados. | La disfunción
eréctil (o DE) puede ser una incapacidad total para lograr una erección, una capacidad
inconsistente para hacerlo, o una tendencia a tener solamente erecciones breves.
Estas variaciones hacen difícil definir la DE y calcular su incidencia.
Los cálculos varían desde 20 hasta 30 millones de casos, dependiendo de la definición
usada. De acuerdo con la encuesta de Atención Médica Ambulatoria Nacional
(NAMCS, siglas en inglés), por cada 1.000 hombres en EE.UU., se hicieron 7,7 visitas
al consultorio médico por DE en 1985. En 1999, la frecuencia casi se había triplicado a
22,3. El aumento se produjo de modo gradual, presuntamente a medida que se
pusieron a disposición más ampliamente tratamientos tales como los dispositivos de
vacío y los medicamentos inyectables y comenzó a aceptarse la discusión de la
disfunción eréctil. Es posible que el avance más publicitado fuera la introducción del
medicamento oral citrato de sildenafil (Viagra) en marzo de 1998. Los datos de
NAMCS sobre medicamentos nuevos muestran un cálculo de 2.6 millones de
menciones de Viagra en visitas al consultorio médico en 1999, y un tercio de esas
menciones tuvieron lugar durante visitas para un diagnóstico no relacionado con DE.

Causas de la disfunción sexual


En los hombres mayores, la DE generalmente tiene una causa física, como una
enfermedad, lesión o efectos secundarios de medicamentos. Cualquier trastorno que
cause una lesión en los nervios o que deteriore el flujo de sangre al pene puede
causar DE. La incidencia aumenta con la edad: alrededor del 5% de los hombres de
40 años de edad y entre el 15 y el 25 % de los hombres de 65 años de edad
experimentan DE. Pero la disfunción eréctil no es necesariamente una parte inevitable
del proceso de envejecimiento.
Debido a que una erección requiere una secuencia precisa de eventos, la DE puede
presentarse cuando cualquiera de tales eventos se interrumpe. La secuencia completa
incluye los impulsos de los nervios en el cerebro, en la columna vertebral y en el área
alrededor del pene, así como las respuestas de los músculos, los tejidos fibrosos,
las venas y las arterias en y cerca de los cuerpos cavernosos.
La causa más común de DE es el daño a los nervios, arterias, músculos lisos y tejidos
fibrosos, a menudo como resultado de una enfermedad. Enfermedades tales como la
diabetes, afecciones del riñón, alcoholismo crónico, esclerosis múltiple,
arteriosclerosis, psoriasis, enfermedad vascular y enfermedad neurológica son
responsables de alrededor del 70 % de los casos de DE. Entre el 35 y el 50 % de los
varones con diabetes padecen DE.
También la cirugía (especialmente la cirugía radical de próstata debido a cáncer)
puede lesionar nervios y arterias cerca del pene, causando DE. Una lesión en el pene,
la columna vertebral, lapróstata, la vejiga y la pelvis puede llevar a DE, produciendo
lesión en los nervios, músculos lisos, arterias y tejidos fibrosos de los cuerpos
cavernosos.
Además, muchos medicamentos comunes -medicamentos para la presión
arterial, antihistamínicos, antidepresivos, tranquilizantes, supresores del apetito y
cimetidina (un medicamento para la úlcera)- pueden causar DE como efecto
secundario.
Los expertos piensan que factores psicológicos, tales como el estrés, la ansiedad, la
culpa, la depresión, una baja autoestima y el miedo a no desempeñarse en el coito
como se espera causan del 10 al 20 % de los casos de DE. Los hombres con una
causa física de DE a menudo experimentan el mismo tipo de reacciones psicológicas
(estrés, ansiedad, culpa, depresión).
Otras causas posibles son fumar, que afecta el flujo sanguíneo en las venas y arterias,
y anormalidades en las hormonas, como por ejemplo una cantidad insuficiente
de testosterona. La subida de prolactina que pueden producir algunos fármacos como
ansiolíticos, antipsicóticos (risperidona, olanzapina, haloperidol) puede provocar
también impotencia. Las causas hormonales suelen afectar asimismo el deseo sexual
o libido.

Tratamiento de la DE
La DE es tratable a cualquier edad, y el conocimiento de este hecho ha ido creciendo.
Más hombres han buscado ayuda y regresado a la actividad sexual normal debido a
tratamientos mejorados y exitosos de la DE. Tradicionalmente los urólogos, quienes se
especializan en problemas de las vías urinarias, han tratado la DE; sin embargo, los
urólogos sólo son responsables del 25 % de las menciones de Sildenafilo en 1999.
En general, los especialistas en medicina familiar (médicos de cabecera
especializados) son junto a los urólogos los cardiólogos y los psiquiatras son los mejor
formados para la valoración, manejo y tratamiento de la disfunción eréctil. Las
principales ventajas que aportan frente a los demás especialistas son la visión integral
del paciente, la proximidad, la accesibilidad y la capacidad para la entrevista clínica.

El término impotencia y la disfunción eréctil (DE)


El término impotencia posee una raíz latina (impotens: no poder). Es la incapacidad
del varón para obtener o mantener una erección suficiente y realizar un coito
satisfactorio. La DE es una situación muy frecuente; se ha calculado que afecta en
mayor o menor grado a la mitad de los hombres entre los 40 y los 70 años. Pero no es
un tema que se trate abiertamente, pues forma parte de la vida íntima de los individuos
y de las parejas. Mitos y expectativas culturales de la sexualidad masculina han
impedido a muchos varones buscar ayuda para un trastorno que puede beneficiarse,
en la mayoría de los casos, de un tratamiento relativamente sencillo.
Aunque puede decirse con seguridad que todo hombre experimenta de vez en cuando
dificultades para mantener la erección, la disfunción eréctil se define como la
incapacidad para mantener una erección suficiente para el coito en el 25 % al menos
de los intentos.

Tipos de disfunción eréctil


Impotencia sexual:
También llamada “disfunción eréctil”. Esta disfunción es la incapacidad constante de
mantener la erección suficiente para el coito. Los hombres tensos, con ansiedad y
sobreocupados, en ocasiones, no pueden lograr esa concentración necesaria
causando impotencia sexual. Existen otras causas, como los problemas vasculares.
La impotencia sexual presenta grados de división, que son:
Impotencia coeundi: Imposibilidad para el coito.
Impotencia erigendi: Incapacidad para la erección del pene.
Impotencia generandi: Incapacidad de procrear, aunque la penetración sea posible. Es
sinónimo de esterilidad.
Impotencia psíquica: Es la impotencia que depende de procesos mentales y no de
causas físicas.

Causas de la disfunción eréctil


Pueden aparecer combinadas
• Orgánicas: son las de origen anatómico, genitourinario, endocrino, infeccioso,
neurológico, vascular, por el consumo de sustancias adictivas, etc.; constituyen
el 15%. Endocrinas (diabetes), vasculares (arteriosclerosis), neurológicas
(lesiones cerebrales, medulares), urológicas (lesiones congénitas del pene) o
farmacológicas (sustancias adictivas: alcohol, tabaco, algunos medicamentos).
• Traumáticas una fractura de pelvis, por ejemplo.
• Psicológicas: son las más frecuentes y variadas, debido a factores afectivos, de
desarrollo, interpersonales, de conocimientos, ansiedad, miedo al fracaso,
sentimientos de culpa, infidelidad,eyaculación precoz previa, inseguridad, etc.
La DE se puede presentar por alteración de uno o varios de los tres mecanismos
responsables de la erección: bloqueo de las arterias; incapacidad de los vasos
sanguíneos dentro del pene para almacenar la sangre, o daño en los nervios del pene
o del área pelviana. También pueden ser responsables de una DE otras disfunciones
fisiológicas, como bajos niveles de hormona masculina (testosterona).
Así, las situaciones que más frecuentemente producen DE son: enfermedades que
afectan a los vasos sanguíneos y restringen el flujo sanguíneo hacia el pene, como la
diabetes, la hipertensión (tensión arterial alta), el exceso de colesterol o las
enfermedades cardíacas. Situaciones que interrumpen la conexión entre el sistema
nervioso y el pene, como la cirugía de próstata o lesiones traumáticas en la zona.
Muchos medicamentos (algunos de ellos empleados para tratar la hipertensión y las
depresiones) causan DE entre los efectos secundarios no deseados. Depresión
nerviosa.
Hábitos de riesgo (o factores de riesgo) para la DE: tabaquismo, alcohol, drogas
(sustancias adictivas), estrés. Un indicador de la DE física, en contraposición con la
psicológica, es la incapacidad de experimentar o mantener una erección al
despertarse por la mañana. La DE que persista más de 3 meses y que no sea debida
a un suceso estresante evidente, al consumo de drogas (sustancias adictivas), al
consumo de alcohol o a afecciones médicas transitorias que causan DE, señala la
necesidad de recibir atención médica por parte de un urólogo.

DE y envejecimiento
Existen muchos malentendidos en este tema. Como resultado del proceso de
envejecimiento, suele haber un periodo refractario mayor —tiempo necesario para una
nueva erección después de un orgasmo. La edad también parece afectar el tiempo
necesario para excitarse y para la erección y la eyaculación. Todos estos se
consideran cambios completamente normales. Sin embargo, la sexualidad no tiene
fecha de caducidad. Si la DE se da más en personas mayores, es sólo porque es más
probable que sufran enfermedades asociadas a la DE y que usen más medicamentos
que alteren la función eréctil.

Cuando no hay estimulación sexual, el flujo de sangre dentro del pene es muy bajo, lo
que lo mantiene en estado flácido o no erecto. Cuando se recibe estimulación sexual
(a través de cualquiera de los órganos de los sentidos o de la imaginación), las arterias
del pene se relajan y se dilatan, y el flujo sanguíneo hacia el pene aumenta mucho. A
medida que el pene se expande, las venas del pene —que tendrían que devolver la
sangre del pene hacia la circulación de retorno— se comprimen, y la sangre no puede
salir. Con un aumento en el flujo sanguíneo que entra y una reducción en el flujo que
sale, el pene se vuelve cada vez más grande y se pone cada vez más duro.

¿Cuál es la metodología de estudio en la disfunción eréctil?


Al ser causada por diversas enfermedades, se impone un estudio multidisciplinario
integrado en un mismo equipo de trabajo. Se hace una exhaustiva historia clínica del
caso, se realizan estudios bioquímicos y hormonales, un perfil psicológico, pruebas
vasculares y estudios radiológicos. Todo esto, sumado a un examen físico
uroandrológico, cardiocirculatorio y neurológico, nos lleva al diagnóstico.

Diagnóstico de la disfunción eréctil


Historia clínica. Interesa recoger problemas médicos actuales y previos, medicamentos
que se estén tomando y antecedentes de problemas psicológicos (estrés, ansiedad,
depresión). El médico también requerirá antecedentes sexuales —inicio de la DE,
frecuencia, calidad y duración de cualquier erección, etc.— e investigará la motivación
para el tratamiento y las expectativas del paciente. La DE es lógicamente cosa de dos,
y puede ser apropiado entrevistar a la pareja sexual (cualquiera que sea la preferencia
sexual del paciente).
1. Examen físico. Incluye una exploración del área genital y un tacto
rectal (examen del recto con un dedo enguantado). Deben buscarse evidencias
de otras enfermedades —hipertensión, diabetes, ateroesclerosis, daño
nervioso, etc.
2. Cuestionarios. Los más utilizados son el IIEF (International Index of Erectile
function) y su versión más sencilla: el test SHIM (Sexual Health Inventory for
Men).
3. Pruebas de laboratorio. Se harán análisis de sangre para medir los niveles de
testosterona y, si es necesario, los de prolactina para determinar si hay
problemas del sistema endocrino. Pueden ser necesarios diversos exámenes
específicos para detectar la DE, como pruebas de respuesta eréctil tras
inyección de medicamentos que dilatan los vasos sanguíneos del pene, o
detección de erecciones nocturnas mediante diversos dispositivos.
4. Técnicas de radiología diagnóstica. La cavernosometría y cavernosografía de
infusión dinámica (DICC) es una prueba en la cual se induce una erección con
medicamentos, se mide la capacidad de almacenamiento del pene, se hace
una ecografía de las arterias del pene (para medir la presión arterial de estas
arterias) y se realiza una radiografía del pene erecto para obtener datos
anatómicos precisos. Sólo es necesaria en algunos casos de DE.

Tratamientos de la disfunción eréctil


Menos del 10 % de los hombres que sufren DE buscan ayuda médica. Al enfrentarse
con la DE, es frecuente que se desmoralicen, se depriman o busquen tratamientos
milagrosos. Existen innumerables remedios populares que se deben considerar con
toda cautela y escepticismo. Actualmente existen muchos tratamientos eficaces y muy
seguros, aunque en ningún caso mágicos.
La modalidad del tratamiento viene dictada por el problema específico que causa la
disfunción eréctil. El primer paso es definir la causa, si es posible, y luego intentar la
solución más sencilla y menos arriesgada. En síntesis, las distintas alternativas
terapéuticas incluyen una o varias de las siguientes:
1. Cambiar los hábitos de vida que afectan a la salud de las arterias y venas:
dejar de fumar, moderar el consumo de alcohol y de grasas, hacer algo de
ejercicio y aprender a relajarse.
2. Cambiar o reducir los medicamentos que puedan estar provocando DE, como
algunos antidepresivos, diuréticos y betabloqueantes.
3. Psicoterapia y terapia conductual. Independientemente de la causa de la DE,
se recomienda para todos los pacientes alguna forma de terapia psicológica,
conductual, sexual o de combinación, generalmente asistidos por su pareja,
sea ésta hombre o mujer.
4. Terapia transuretral y de inyección. Consiste en inyectar medicamentos en el
tejido eréctil para relajar los músculos lisos del pene y permitir que pueda tener
lugar la erección. Está indicada en algunos casos de DE. Los medicamentos
inyectados suelen ser asociaciones de papaverina-fentolamina, o bien
alprostadil (prostaglandina E1). Las reacciones adversas son generalmente
menores, pero pueden incluir erecciones prolongadas y dolorosas (priapismo;
véase príapo). Una alternativa a las inyecciones es un dispositivo de plástico
para aplicar estos medicamentos a través de la uretra. Aunque más seguras y
menos costosas que los tratamientos quirúrgicos, estas terapias tienen una
tasa alta de abandonos, ya que la pérdida de espontaneidad hace perder
interés en el procedimiento. Las sustancias vasoactivas son sustancias que,,
introducidas a través de la uretra o inyectadas en los cuerpos cavernosos del
pene, producen una erección que permite una buena relación sexual. Pueden
utilizarse 1 o 2 veces por semana. Antes de empezar el tratamiento es
importante hacer las pruebas necesarias para conocer la respuesta a dichas
sustancias.
5. Los medicamentos orales que estimulan la actividad de la dopamina en el
cerebro pueden aumentar el deseo sexual y con ello facilitar la erección. Con
este fin se han comercializado pastillas sublinguales de apomorfina.
6. Sildenafilo (Viagra). Aprobado para su uso en Europa y Estados Unidos, es el
medicamento oral que ha mostrado resultados más prometedores en la DE. En
los estudios realizados, el sildenafilo mejoró las erecciones en 3 de cada 4
participantes (~75%), comparado con sólo 1 de cada 4 que mejoraron al tomar
un placebo; con sildenafilo, uno de cada tres intentos de coito fue un éxito —
comparado con sólo 1 de cada 5 intentos en pacientes con placebo. Sildenafilo
aumenta una sustancia llamada GMP cíclico, que se produce en el pene
durante la actividad sexual y que incrementa el flujo sanguíneo. Así, el
sildenafilo eleva el flujo peneano de forma natural, de modo que la estimulación
sexual causa erección. Sildenafilo no es, pues, un afrodisíaco, ni una hormona,
ni un producto que cause por sí mismo erección, sino que sólo ayuda a
conseguir una erección cuando existe estimulación sexual. El Sildenafilo se
toma "a demanda" –sólo cuando se desea–, y su acción comienza en 30
minutos y dura hasta 4 h. No se recomienda más de una tableta al día. Los
efectos colaterales incluyen molestias digestivas, dolores de cabeza,
enrojecimiento facial y dolores musculares, y, en un 3 % de los tratados,
alteraciones de la visión. Como otras sustancias para tratar la DE, el Sildenafilo
está contraindicado en caso de enfermedades cardíacas y, sobre todo, jamás
debe asociarse con los medicamentos llamados nitratos (por ejemplo, la
nitroglicerina que se usa bajo la lengua para tratar la angina de pecho); en
asociación con sildenafilo, los nitratos pueden bajar la tensión arterial
bruscamente hasta niveles peligrosos.
7. Tadalafilo (Cialis®) y Vardenafilo (Levitra®). Dos fármacos de la misma familia
que sildenafilo (inhibidores selectivos de la fosfodiesterasa tipo 5).
8. Yohimbina. Empleado como medicina popular durante años, actualmente existe
evidencia de que puede mejorar la potencia en un tercio de los hombres con
DE leve, sobre todo en combinación con el antidepresivo trazodone.
9. Tratamientos hormonales. La terapia con testosterona está indicada sólo en
hombres con hipogonadismo (niveles bajos de testosterona, la hormona
masculina). Puede utilizarse por vía oral o en parches. La testosterona no se
recomienda nunca para hombres con niveles normales de hormona masculina;
en éstos puede mejorar el impulso sexual, pero a costa de causar daños sobre
la próstata y el hígado, a veces irreversibles. Cuando la DE se debe a niveles
excesivos de la hormona prolactina, puede ser útil el medicamento
bromocriptina.
10.Otros: se han utilizado, con distintos grados de éxito, medicamentos como
pentoxifilina (Elorgan®), naltrexona —un antídoto de la heroína y la morfina— o
el antihipertensivo minoxidil.
11.Dispositivos de aspiración (vacío). Colocación del pene en un cilindro plástico
hermético, donde se crea a continuación un vacío, lo cual causa que la sangre
fluya hacía el pene. Después se asegura una banda alrededor de la base del
pene para retener la erección, y el cilindro se retira. La falta de espontaneidad
de este método es el inconveniente principal.
12.Implantes peneanos. Tres tipos de implantes se emplean actualmente para el
tratamiento de la impotencia; todos ellos deben implantarse quirúrgicamente:
implantes hidráulicos, prótesis e implantes plásticos hinchables. Aunque
muchos pacientes se han beneficiado de la cirugía del implante, éste es un
procedimiento irreversible; el tejido eréctil se lesiona de forma permanente
cuando se implantan estos dispositivos. En el momento actual ha caído en
relativo desuso, a expensas de métodos menos arriesgados y menos costosos.
Son unos cilindros de silicona (sustancia no rechazada por el organismo), de
estructura anatómica, que se introducen en número de dos dentro de los
cuerpos cavernosos del pene y que producen la rigidez necesaria para una
buena y adecuada relación sexual. Existen diferentes vías y técnicas para
implantar la prótesis; la intervención dura aproximadamente 45 minutos.
Mediante una incisión de la piel de 3-4 cm en la parte inferior del pene y en la
raíz del escroto, se llega a los cuerpos cavernosos, donde se colocan las dos
prótesis correspondientes, siendo mínimo el porcentaje de complicaciones.
Todo ello con anestesia local o regional. Al ser una cirugía poco agresiva, el
postoperatorio no requiere cuidados especiales; el paciente puede abandonar
la clínica entre 12 y 24 horas después de la intervención, y a las 3 ó 4 semanas
de adaptación se puede reiniciar la vida sexual normal.
13.Cirugía vascular. Para los hombres cuya impotencia sea causada por
problemas de las arterias o las venas del pene, la cirugía vascular puede ser
una opción. Se practican dos tipos de operaciones:
14.Cirugía de revascularización (anastomosis): conexión de una arteria de la
pierna con las arterias del dorso del pene, desviando cualquier bloqueo y
aumentando el flujo sanguíneo.
15.Ligadura venosa: se realiza cuando el pene no puede almacenar una cantidad
suficiente de sangre para mantener una erección. Se atan o extirpan las venas
que están causando un drenaje excesivo de sangre del pene.
16.Afrodisíacos y tratamientos alternativos. Los afrodisíacos son sustancias que
supuestamente aumentan el impulso, el deseo y el desempeño sexual. La
leyenda ha atribuido cualidades afrodisíacas a alimentos como los chiles, el
chocolate, el regaliz, la manteca, las anchoas, las ostras y las vieiras. El
"Spanish fly" o cantáridas, hecho de escarabajos secos, es el afrodisíaco más
"famoso" y es particularmente inútil y nocivo.

Prevención de la DE
Cambiar los hábitos de vida que afectan a la salud de las arterias y venas: no fumar,
moderar el consumo de alcohol y de grasas (particularmente grasas saturadas), hacer
algo de ejercicio y aprender a relajarse.
Muchos especialistas opinan que una de las medidas preventivas más efectivas
consiste en hacer el amor frecuentemente con una pareja afín, buscando el placer.
Aunque no tiene que ser necesariamente con una pareja estable (recomendación que
sí es necesaria para reducir las probabilidades de contagio de una infección de
transmisión sexual, pero no un requisito absoluto para el buen desempeño en el coito).

LINK:http://es.wikipedia.org/wiki/Disfunci
%C3%B3n_er%C3%A9ctil
DISFUNCIÓN ERÉCTIL
La disfunción eréctil es la incapacidad de alcanzar o mantener una
erección bastante firme para realizar el coito (Masters y Johnson).

Es el problema más común de los hombres que acuden a consulta, se


puede confirmar que hasta un 50% de hombres han sufrido algún
periodo de disfunción eréctil, aunque esta haya sido de forma
transitoria. Para que se considere que existe una disfunción eréctil
este problema debe presentarse por lo menos en un 25% de los
casos, por lo tanto que ocurra alguna vez de manera esporádica es
algo "normal".

Se trata de una afección frecuente que, según diversos estudios,


padece en mayor o menor grado y con severidad variable el 52% de
la población masculina de entre 40 y 70 años, y el 15-20% de los
mayores de 70 años.

La disfunción eréctil no se presenta en todos los hombres de la


misma manera: esta puede aparecer desde la primera relación, que
sería primaria, o puede ser mas tarde cuando el hombre deja de ser
capaz de mantener la erección. Puede limitarse a ciertas situaciones o
puede ser generalizada. Puede ser total o parcial, es más común que
consiga una erección parcial, pero insuficiente para el coito.

Ante todo hemos de decir que en la mayoría de los casos constituye


un problema y no una auténtica enfermedad. No obstante, se vive en
silencio y con sentimientos de vergüenza y de complejo que impiden
a quienes padecen esta disfunción hablar de ello con el médico o con
su pareja. Son pocos los que lo afrontan y buscan una solución:
menos de una cuarta parte de quienes sufren Disfunción Eréctil se
ponen en tratamiento.

Se tiende a considerar la Disfunción Eréctil como un problema


derivado de los años, provocada por el envejecimiento, solo que esto
es erróneo, la sexualidad puede seguirse ejerciendo por personas de
mucha edad que disfrutan de su sexualidad y la de su pareja.
Aunque el descenso de niveles de testosterona puede ocasionar
Disfunción Eréctil hay tratamiento para combatirlo. Y es que otro
concepto erróneo es el pensar que la Disfunción Eréctil no tiene
solución. Si bien con el envejecimiento pueden aparecer
enfermedades que conllevan Disfunción Eréctil, el envejecimiento por
si solo no tiene por qué asociarse a disfunción.

Las disfunciones primarias y totales son raras y suelen ser por causas
orgánicas.

En la disfunción situacional de la erección (que solo se presenta en


algunas situaciones determinadas), se puede obtener la misma con la
masturbación, pero no con su pareja o perder la erección cuando va a
intentar la penetración. Estas suelen deberse a causas psicológicas.

Las personas con este tipo de disfunciones suelen enfrentarse a las


relaciones sexuales con altos niveles de ansiedad, no disfrutan de
ellas, se preocupan mucho por el disfrute de su compañera, vigilan
excesivamente su desempeño sexual o su rendimiento, asustados por
si no consiguen la erección adecuada. Todo esto generalmente
bloquea la erección.

Es importante mencionar que la disfunción eréctil se presenta en lo


que se denomina la fase de excitación. En esta fase el fenómeno
predominante es la vaso congestión, cuyas manifestaciones son:
lubricación vaginal y erección. Un incremento en esta fase no
producirá propiamente una disfunción ya que no es frecuente la
consulta por "exceso de lubricación" o erecciones "demasiado firmes".

El decremento en la fase de excitación producirá ausencia o


deficiencia de lubricación vaginal, es decir hipo lubricación y
erecciones incompletas o ausentes, es decir incompetencia eréctil.

Factores como el cansancio, las preocupaciones, el estrés, las


diferencias o problemas entre la pareja, son causas que afectan el
disfrute sexual y producen problemas con la erección, claro sin causa
medical revelada.
Cuando se ha pasado por le experiencia de una falta de erección, casi
siempre en el acto sexual siguiente, el temor de un nuevo fracaso
hace que sólo se piense en su sexo (se convierte en espectadores de
sus propios sexos), y así se abstienen de recibir el mensaje erótico de
sus compañeras, lo que inhibe el mecanismo fisiológico de la
erección. En otras palabras, el l propio hombre impide tener la
erección.

Otros factores como son la depresión, conllevan a la Disfunción Eréctil


y la cual debe ser tratada conjuntamente con la depresión; también
existen medicamentos que afectan la erección y las personas que se
encuentran bajo tratamiento médico deben revisar si éstos afectan su
respuesta sexual.

Como hemos visto, la erección es un fenómeno complejo en el que


intervienen factores muy variados: estímulos visuales, táctiles,
psicógenos, cardiovasculares, hormonales, emocionales, etc. Puede
verse inhibida por numerosas circunstancias e incluso en ocasiones
mantener la erección inicial puede resultar difícil mantenerla. Estas
cosas ocurren y no pasa nada si se dan con carácter esporádico o por
temporadas, volviendo después a la normalidad.

Hay épocas en que pequeños estímulos desencadenan una reacción


enorme y otras en las que se reacciona poco o nada. Esta variabilidad
es biológica, psicológica y emocional, y consideramos que no requiere
atención especial. La pareja debe conocer que la erección es un
fenómeno muy complejo y que no siempre se reacciona de la misma
forma.

Causas orgánicas

Se presenta generalmente en personas que previamente mantenían


relaciones sexuales sin problemas y un buen día comienzan a notar
ausencia de la erección o falta de rigidez en la misma y, por tanto,
ausencia de relaciones sexuales con penetración y eyaculación. Este
tipo de Disfunción Eréctil se denomina como secundaria, que puede
ser de dos tipos: orgánica y funcional o psicógena. En el primer caso,
puede haber una lesión o enfermedad a nivel nervioso por lesión de
médula o de nervios periféricos, por enfermedad de las arterias que
dificulta el flujo de la sangre o insuficiencia de las venas que permiten
el escape de la sangre en el pene.

La disfunción eréctil por causas orgánicas también puede deberse a la


toma de algunos medicamentos: bloqueadores y diuréticos, utilizados
para tratar la hipertensión arterial; algunos antidepresivos,
ansiolíticos y neurolépticos; la cimetidina y la ranitidina, utilizadas
para tratamientos gástricos, así como la insulina y otros
antidiabéticos orales. Asimismo, problemas tiroideos, hepatopatías
crónicas y otras enfermedades del metabolismo pueden generar
Disfunción Eréctil.

Causas psicológicas

Cuando no hay enfermedad orgánica que genere la Disfunción Eréctil


se habla de un tipo de Disfunción Eréctil funcional o psicógena, que
viene a ser el 60% de todos los casos.

Para comprender este tipo de casos es necesario mencionar que la


función sexual se encuentra íntimamente relacionada con la psique y
las emociones de la persona, de forma que cualquier alteración de
éstas repercutirá en la erección. Por eso es que el estrés, cansancio,
estados depresivos, conflictos de pareja, problemas familiares y
laborales o cualquier otro problema que agobie al hombre puede
provocar Disfunción Eréctil.

Incluso el hecho de no haber podido mantener relaciones en alguna


ocasión se convierte para algunos hombres en un problema al que
dan vueltas y vueltas agravando la situación y convirtiendo en el
factor que detona la Disfunción Eréctil.

Las erecciones nocturnas durante el sueño, que se producen


habitualmente y de forma casi diaria, son indicativas de que no hay
lesiones neurológicas ni cardiovasculares y de que la ausencia de
erección en situación de vigilia (cuando se está despierto) puede ser
debida a causas psicógenas o emocionales. La falta de erecciones
nocturnas es indicativo de que puede haber una lesión orgánica, la
mayor parte de las veces una arteriosclerosis que impide el normal
relleno de los cuerpos cavernosos del pene, una lesión neurológica o
un disturbio hormonal o metabólico.

Tratamiento

El tratamiento de la Disfunción Eréctil es complejo. En ocasiones


deberá ser psicológico-emocional, en otras hormonal y en última
instancia incluso quirúrgico, ya que algunas afecciones, generalmente
de origen vascular o por fibrosis de los cuerpos cavernosos del pene,
sólo pueden arreglarse mediante una prótesis peneana. No obstante,
las intervenciones deben considerarse como la última opción y se
debe recurrir a ellas sólo si fallan los demás tratamientos como son el
uso de medicamentos especializados para la erección.

Otra posibilidad son las auto inyecciones. El paciente se inyecta en los


propios cuerpos cavernosos sustancias vaso activas que le provocan
una erección, pero este método no está exento de riesgo, ya que
pueden presentarse complicaciones como el priapismo (erección
prolongada durante horas) y la fibrosis de los cuerpos cavernosos.

De igual manera existe la tecnología de vacío que permite realizar un


rápido llenado de sangre en el pene para provocar la erección, el cual
también conlleva algunos riesgos

En todos los casos es importante no automedicarse o tratar de ocultar


le existencia de la disfunción, ya que actualmente se cuenta con una
gama importante de alternativas para solucionar la Disfunción Eréctil.
http://www.consultasexual.com.mx/Documentos/Erectil.html
Causas psicológicas que determinan la disfunción eréctil
o impotencia
disfunción eréctil o impotencia es un problema muy frustrante y traumático en todas las
culturas, una de las secuelas más importantes de la disfunción eréctil es la depresión
secundaria posterior. Paradojicamente, la depresión puede ser también causa de la
impotencia, en cuyo caso se habría que tratar la depresión antes de iniciar un
posible tratamiento.

Entre las diferentes causas psicológicas que determinan la disfunción eréctil, cabe destacar
sobre todo el miedo al fracaso sexual, la presión a las exigencias sexuales de la pareja y la
imposibilidad de abandonarse a los sentimientos eróticos, debido en muchas ocasiones a
conflictos internos y a posibles sentimientos de culpa.
El objetivo principal del tratamiento de la disfunción eréctil debe ser la recuperación de la
autoconfianza y la duración de esta recuperación está directamente relacionada con el tipo
de impotencia, siendo siempre más rápido de solucionar la psicológica que la fisiológica.
Desde aquí queremos recomendar que a la más mínima sospecha de padecer esta dolencia
se acuda inmediatamente al médico para realizar un reconocimiento y posterior tratamiento
ya que en este sentido el tiempo siempre es importante para aplicar una solución.

http://www.disfuncionerectilinfo.com/

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