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BEATRIZ ASUAR GALLEGO @beaasuargallego

Los mitos del amor y la realidad de las relaciones sociales: una distancia tan grande que parece
existir en mundos paralelos. Este es uno de los motivos que impulsó a la antropóloga Coral Herrera
a comenzar a investigar sobre el amor romántico: "Desde pequeña me contaban cuentos que
luego no veía en la realidad. Lo que veía en mi vida eran peleas, divorcios, gente sufriendo,
errores… y los mitos me presentaban el amor como algo maravilloso y que dura para siempre".

Buscando cómo llevar la teoría a la práctica y, sobre todo, conseguir "sufrir menos y disfrutar más
del amor", comenzó a estudiar el amor desde una perspectiva feminista. Así, se lanzó a un mundo
todavía desconocido e hizo la primera tesis sobre amor romántico. "El amor tiene que ser algo
bonito y placentero, un motor que nos lleve a querernos y tratarnos bien y hacer un mundo mejor.
Por eso, cuando termine la tesis doctoral la convertí en tres libros, abrí un blog y comencé a hacer
talleres para que pudiera llegar a más gente". Y en este camino sigue, haciendo de su investigación
y del amor un tema colectivo que abandone el ámbito individual y privado para que pase a
entenderse como un fenómeno social.

¿Cómo se construye nuestra forma de amar?

Nuestra forma de construir el amor romántico tiene que ver con la forma en la que nos
organizamos social, económica y políticamente. Lo romántico es político, y por ello, se construye a
través de la ideología de ese momento. En la actualidad a través del capitalismo y del patriarcado.
Así entendemos que se ame de forma diferente en distintos tiempos y en distintas culturas.

Por la ideología patriarcal construimos nuestra forma de amar en base a unos mitos que
perpetúan el machismo en las relaciones. Y la capitalista se mantiene, principalmente, a través de
la idea de la concepción de la propiedad privada: cuando amas a alguien, ese alguien te pertenece,
eso de 'yo soy tuya y tu eres mio'.

Y la manera que tenemos de reproducir estas ideas es a través de la cultura: canciones, películas,
chistes, series de televisión… Reproducimos así los mitos románticos del amor romántico.

¿Qué mitos del amor romántico?

Yo siempre hablo de tres frases principales: quien bien te quiere te hará llorar, los que más se
pelean son los que más se desean y del amor al odio hay un paso. Tres ideas que están muy
arraigadas en nuestro imaginario colectivo. De manera que si tú le gustas a un niño en el colegio es
normal que el chico te haga rabiar, te moleste, te violente… porque todos los adultos se ríen y le
parece muy normal que si tu le gustas a un niño, el niño te machaque y te acose. Hacemos creer
eso a los niños, en vez de decirles, 'si te gusta fulanita, la tienes que tratar bien, dale unos besitos,
si le gusta bien, y si no te aguantas'. Así se naturaliza la violencia, y ese es el principal problema,
que lo tenemos tan normalizado que no nos parece violencia.

O que si no le haces caso, ella irá a ti…

Exacto. Y eso es maltrato. Los chicos así aprenden desde pequeños que cuanto más maltrates a
una mujer, más la vas a tener en tu poder. Es un ejemplo de como nos enseñan desde pequeños a
tratarnos mal y hacer sufrir a quien nos gusta.

¿Cómo sustenta el amor romántico la violencia machista?

El amor romántico tal y como lo concebimos es muy violento. Está basado en una forma de
relación sadomasoquista. La cultura cristiana nos ha transmitido el placer del sufrimiento, que
consisten en creer que para conseguir el amor verdadero hay que sufrir mucho, hay que aguantar
mucho y hay que pasarlo muy mal. Este mensaje se transmite principalmente a las mujeres, que
somos las que tenemos que aguantarnos, sacrificarnos y renunciar a todo.

"El amor romántico tal y como lo concebimos es muy violento"

Por otro lado, todas nuestras relaciones están basadas en jerarquías. En estas jerarquías, a veces
mandas, y a veces obedeces. Y todo el amor romántico está construido en este binomio de
sumisión - dominación, es decir, uno domina y otro se somete. No nos enseñan a relacionarnos
horizontalmente, de tú a tú, de igual a igual. Y como vivimos en una sociedad tan machista,
nuestra forma de querernos es machista y por eso siempre la sumisión es de la mujer ante el
hombre. Y encima, como está acostumbrada al sufrimiento, no nos importa y nos creemos que así
es el amor.

Con los jóvenes esto pasa aún más. A las adolescentes les parece normal que su novio le diga
cómo tienen que vestir. O cómo tiene que ser el largo de la falda o el ancho del escote. Y este es el
problema, que se ha normalizado y se ha teñido de amor lo que es control y dominación.

¿En estos procesos tan machacantes cómo acaba nuestra autoestima?

Nunca nos enseñan a querernos bien a nosotras mismas. Primero, porque desde pequeñas vemos
a las mujeres más cercanas, mujeres que no les gusta sus físicos y que están siempre intentando
perder kilos, con dietas, gimnasios, operaciones… Eso nos da la idea de que nuestros cuerpos son
imperfectos y que tenemos que machacarlos para que sean como la sociedad quiera.

A nivel de personalidad, como las niñas tenemos que ser mucho mejor que los niños para ser
iguales, nos lleva a un nivel de autoexigencia brutal que hace que tengamos que ser buenas en
todo, y esto es imposible. Hay un mito de la superwoman que nos dice que tenemos que llegar a
todo y esto nos hace sufrir mucho y sentir constantemente que tenemos que mejorar.

"Hay un mito de la 'superwoman' que nos dice que tenemos que llegar a todo y esto nos hace
sufrir mucho"

La autoestima es fundamental para nosotras y para relacionarnos. Si yo estoy bien conmigo misma
voy a tener una relación mucho más bonita. Porque si no me quiero bien voy a estar pensando que
no me merezco el amor de la otra persona y que mi valía personal depende de si me quieren o no
me quieren... Pero todos somos iguales de estupendos si tenemos novio o no. Antes, durante y
después. Y no lo dejas de ser porque te dejen de querer. Esto nos cuesta mucho a las mujeres
porque tenemos una necesidad enorme de reconocimiento externo, una dependencia enorme de
cómo nos quieren los demás y de cómo nos ven los demás, y si nos aprecian los demás o no.

Esto tiene que ser un tema fundamental en las escuelas. Primero, que nos enseñen a querernos
bien a nosotras mismas, y luego que nos enseñen a querer y tratar bien a los demás y gestionar
nuestras emociones. Que nos enseñen a gestionar la pena, la alegría, la ira. la frustración... ¿De
qué nos sirve aprendernos la lista de reyes visigodos? Absolutamente de nada. Lo que
necesitamos es aprender a relacionarnos y aprender a que nuestras relaciones sean menos
conflictivas y dolorosas. Aprender a resolver conflictos sin violencia.

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