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INGENIERIA DE DRENAJE

OBRAS DE DRENAJE EN ESTRUCTURAS HIDRAULICAS

1. INTRODUCCIÓN.

Las Estructuras Hidrá ulicas son las obras de ingeniería necesarias para lograr el
aprovechamiento de los recursos hídricos y controlar su acció n destructiva.

Por tal motivo las Estructuras Hidrá ulicas má s importantes son las PRESAS y los
CANALES.

Antiguamente las Estructuras Hidrá ulicas eran mucho má s rudimentarias y no se


tenía en cuenta los problemas causados por las infiltraciones de agua hacia el
interior de las estructuras o en el caso de las presas el aumento en las supresiones
causadas por el agua subterrá nea.
Con paso de los añ os se han ido perfeccionando los métodos de drenaje e
impermeabilizació n en las Estructuras Hidrá ulicas.
En el presente trabajo se van a estudiar algunos de estos métodos y por supuesto
las nuevas propuestas existentes en el medio de la ingeniería civil.

2. DRENAJE EN PRESAS

La forma de drenar este tipo de estructura variara dependiendo del tipo de


material que la conforme:

PRESAS DE TIERRA

El flujo a través de medios porosos se da principalmente por una diferencia de


energías dada por la carga o diferencia en el nivel del agua entre dos puntos, esto
es lo que se da en una presa de tierra, lo cual nos dice que se tiene que analizar de
una forma detallada los fenó menos que se presentan, principalmente en el tema de
estabilidad así como las protecciones necesarias para evitar el colapso de una obra
hidrá ulica de gran envergadura como son las presas.

 Presas de material homogéneo:

En una secció n completamente homogénea es inevitable que las filtraciones


emerjan en el talud aguas abajo, independientemente de la permeabilidad del
suelo y del tipo de talud. Ante esto, resulta necesaria la aplicació n de filtros de
drenaje para este tipo de presas. En la figura 2.3 se muestra un tipo de filtro
aplicado a una presa homogénea.
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DRENAJE:

En este tipo de presas la parte má s sensible a sufrir dañ os causados por la


filtració n de agua son los taludes aguas abajo y para evitar este problema debe
adicionarse filtros Drenantes que eviten que se saturen los taludes dá ndoles mayor
estabilidad.

Características.

En los elementos de drenaje, para que sean eficientes, la permeabilidad de


cualquiera de ellos debe ser mucho mayor que la del suelo que protegen. Ademá s,
sus poros deben ser suficientemente finos para impedir el paso de partículas del
material protegido.

El objeto de un elemento de drenaje, es permitir la descarga de las filtraciones y


disminuir la posibilidad de fallas por tubificació n, tanto del tipo de reventones
como del tipo de erosió n subterrá nea. Se logra este objeto aplicando peso sobre la
porció n de la cimentació n aguas abajo de la zona impermeable de la presa, donde
existen fuerzas de filtració n hacia arriba elevadas.

El elemento debe ser permeable para que pueda efectuarse el drenaje, y debe
proyectarse en forma que se evite el movimiento de las partículas de la
cimentació n o del terraplén por la descarga de filtraciones.

Ademá s dichos elementos deben ser de tal granulometría que los materiales de la
cimentació n y del terraplén no puedan penetrar y tapar el filtro, esto traería como
consecuencia la posible falla del talud aguas abajo, no cumpliendo así con su
funció n.

Dentro de los elementos de drenaje se tienen de diferentes geometrías como lo


muestra la figura 2.9a y 2.9b, teniendo en cuenta que no todos son eficientes, tema
que se tratará má s adelante

 Relaciones de estabilidad para la granulometría del filtro y la


granulometría de la cimentación.

El filtro de drenaje debe ser de tal granulometría que los materiales de la


cimentació n y los que conforman la presa de tierra no puedan penetrar y tapar el
filtro, de esta manera se dan las siguientes relaciones entre la granulometría del
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filtro y la granulometría de la cimentació n, que se le llamará material de base.

, ,

 Protección del talud aguas abajo.

Los taludes aguas abajo de las presas homogéneas o de aquellas que tienen zonas
exteriores de grava y arena, deben protegerse contra la erosió n por el viento y el
escurrimiento pluvial con una capa de roca, cantos o pasto.
Si se plantan pastos, deben elegirse los convenientes para la zona, con un sistema
de drenaje pluvial por zonas.

 Elementos de drenaje.

El agua que escapa del embalse a través del subsuelo y de las posibles aberturas
que existiesen en la cortina emerge a la superficie en forma de manantiales aguas
abajo de la presa. La posició n de los manantiales es desconocida antes que el
embalse se llene por primera vez. No obstante, la erosió n subterrá nea iniciada en
estos manantiales puede conducir a una rotura por sifonaje de los taludes. Para
eliminar el riesgo, la parte permeable aguas abajo de la presa debe establecerse
sobre un filtro, y cualquier manantial que emerja al pie de la presa deber ser
cubierto con tal tipo de filtro, el cual permitirá que el flujo de agua que pasa a
través de la presa y el subsuelo drenen a través del filtro sin ningú n problema
hacia su respectivo sistema de evacuació n, permitiendo así un adecuado
funcionamiento de la presa, esto es, sin que se presente falla alguna en el talud
aguas abajo de la misma.

Dentro de los elementos de drenaje se tienen de diferentes geometrías como lo


muestra las figuras, teniendo en cuenta que no todos son eficientes, tema que se
tratará má s adelante FILTRO TIPO ENROCADO
FILTRO TIPO CHIMENEA

 

Drenes de talón
y zanjas de
drenaje.

Los drenes de taló n se instalan comú nmente a lo largo del pie aguas abajo de las
presas, en combinació n con los elementos de drenaje como se muestra en la figura
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El objeto de estos drenes es colectar las filtraciones que descargan de los


elementos de drenaje y conducirlas a una tubería de descarga exterior que las lleva
al respectivo sistema de evacuació n de aguas por filtració n.

Dicha tubería de los drenes pueden ser de distintos materiales, como: PVC,
concreto, metal ondulado, revestidos de asfalto o materiales sintéticos, etc. Estas se
colocan en zanjas a suficiente profundidad debajo de la superficie del terreno, en la
que se tenga la seguridad de que interceptan las filtraciones. La profundidad
mínima de las zanjas es normalmente 1.20 m, la cual permite una pendiente
uniforme, mientras que el ancho de la zanja varía de 0.60 a 0.90 m, dependiendo
del diá metro de la tubería de drenaje. En la figura se muestra una vista del dren de
taló n.

El

diá metro mínimo recomendado para la tubería es de 6” para las presas pequeñ as,
teniendo en cuenta que este diá metro podría ser de hasta aproximadamente 18”
para largos con poca pendiente. El tubo de drenaje debe estar rodeado del material
del filtro para evitar que se tapen los drenes con los arrastres de material fino, o la
tubificació n del material de cimentació n al sistema de drenaje. El material que está
en contacto directo con la tubería debe tener sus partículas de tamañ o
suficientemente grandes, para que no entren o tapen las perforaciones del tubo o
las aberturas entre juntas de la tubería.

 Extensión de la solución de Kozeny hecha por Casagrande.

Kozeny estudio el problema de filtració n a través de una presa de tierra con un


lado aguas arriba parabó licas sobre una base impermeable como lo muestra la
figura 2.23 con un elemento adicional, un filtro horizontal de drenaje localizado
aguas abajo de la presa. El propó sito del filtro, como ya se dijo anteriormente, es
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controlar la filtració n a través de la presa, llevando el flujo colectado a su


respectivo sistema de drenaje.

 Ejemplos de proyectos de presas de tierra con elementos de drenaje.

A continuació n se presentan proyectos ya realizados en los que se aplicaron filtros


horizontales de drenaje.

 Presa Alcova.

Ubicada en el Río North Platte, el cual está en el estado de Wyoming, Estados


Unidos. Forma parte del proyecto Kendric, el cual en el añ o 1946 irrigaba a 14
granjas con un á rea total de 243 hectá reas, luego en 1980 se incrementó el á rea de
irrigació n al triple de la anterior.

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 Presa Lovewell.

Ubicada en el Río Republican, el cual está en el estado de Kansas, Estados Unidos.


Forma parte del proyecto PSMBP – Bostwick Division, dicho proyecto es
multipropó sito, consta de 6 plantas de bombeo y canales laterales los cuales
irrigan un á rea aproximada de 42184 hectá reas de las cuales el 82% tienen el
servicio permanente, mientras el 18% restante lo tienen a tiempo parcial, el otro
uso que se le da a la presa es el de recreació n como la pesca y deportes acuá ticos
afines.

 Presa Stubblefield.

Ubicada en el Río Vermejo, el cual está en el estado de Nuevo Mexico, Estados


Unidos. Forma parte del proyecto Vermejo, el cual consta de la presa de recreació n
Vermejo, canal Vermejo, canal Eagle Tail, presa y reservorio Stubblefield, presas y
reservorios No 2, 12, 13, 14 y un sistema de distribució n que sirve a 2986
hectá reas. El proyecto fue construido por una compañ ía privada y rehabilitada por
el Departamento del Interior de los Estados Unidos.
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PRESAS DE FÁBRICA

(NUEVA METODOLOGÍA PARA EL DIMENSIONAMIENTO DE LA RED DE DRENAJE


EN PRESAS. PRESA DE LARIBEIRA. LA CORUÑ A. ENDESA)

Esta una nueva metodología de trabajo, extraordinariamente eficiente, que ha


empezado a ser utilizada con éxito en varias presas españ olas, para un
dimensionamiento ó ptimo del drenaje. En el trabajo se cuestionan algunos
conceptos relativos a la subpresió n, pantallas de impermeabilizació n, redes de
drenaje y sistemas de piezometría, que, a pesar de su trascendental importancia
para la seguridad de las presas de hormigó n, esencialmente las de gravedad, se
manejan con poca base ingenieril y, en muchos casos con manifiesto poco acierto.
El método propuesto comienza por la ejecució n, en primer lugar de la red de
piezometría y posteriormente la toma y aná lisis de las correspondientes lecturas
de presiones, dimensionando los tres pará metros que configuran la red de drenaje,
espaciamiento, profundidad y diá metro, en funció n de los condicionantes reales de
cada presa, y no por leyes empíricas de dudosa justificació n. La utilizació n de
métodos geofísicos especialmente adaptados, permiten la ejecució n de los drenes
só lo donde son necesarios, así como eventuales inyecciones puntuales de
polímeros, como refuerzo de la pantalla de impermeabilizació n, en zonas muy
localizadas y con la presa en servicio, configuran este nuevo método, notablemente
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má s eficiente que la doctrina tradicional. Se expone el caso particular de su


aplicació n a la presa de La Ribeira.

1. HISTORIA DE LA CONSIDERACIÓN DE LA SUBPRESIÓN.

La rotura de la presa francesa de Bouzey, ocurrida en 1895, fue el detonante para


que se introdujera el concepto de subpresió n en el cá lculo de estabilidad de las
presas, aunque se tardaría, sorprendentemente, má s de 40 añ os en empezar a
comprender el fenó meno. En un principio se pensó que el empuje del agua bajo la
presa se debía a la formació n de una grieta en el contacto, por la que entraba el
agua, directamente desde el embalse. La teoría de la Grieta, ha llegado hasta los
añ os 80 con bastante pujanza. Sin desdeñ ar la posibilidad, constatada en
numerosos casos, de que aparezcan grietas en el pié de presa de aguas arriba, la
subpresió n se produce, de forma generalizada, por la naturaleza porosa tanto del
hormigó n de la presa, como de la roca sobre la que apoya la estructura.
Al día de hoy se siguen aplicando antiguas reglas empíricas y obsoletas, y en algú n
caso manifiestamente erró neas para el cá lculo y dimensionamiento del drenaje.

2. INFORME DEL ICOLD EUROPEAN CLUB.

Uno de los documentos má s clarificadores sobre esta materia es el informe


realizado por el ICOLD EUROPEAN CLUB, titulado “Working Group on Uplift
Pressures Under Concrete Dams”, fechado en 2004 y coordinado por G. Ruggeri.
Este informe es de acceso libre y está disponible en la Web de ICOLD.
Son de destacar las siguientes conclusiones del informe:

2.1. Estado del Arte:


De los estudios recientes analizados por este grupo de trabajo, se desprende que la
motivació n comú n de aquéllos, ha sido comprobar que los criterios de diseñ o
universalmente admitidos sobre los efectos del drenaje, de la pantalla de
impermeabilizació n o de cualquier otro método de control de las subpresiones,
nunca han sido plenamente contrastados. Muchas presas antiguas, a la luz de las
actuales exigencias de seguridad y de los criterios tradicionalmente admitidos
sobre la subpresió n, obligan a actuar sobre ellas. Un mejor conocimiento de los
mecanismos de la subpresió n y de su control, podrían contribuir a obviar
innecesarias actuaciones.

2.2. Pantalla de impermeabilización:


Su profundidad puede variar entre el 10 % y varias veces la altura de la presa; y
aunque está universalmente admitido, que la correcta ejecució n de la pantalla de
impermeabilizació n reduce las filtraciones bajo la presa, su influencia en la
disminució n de la subpresió n es todavía un tema de debate. Efectivamente, aunque
pantallas, de dos o tres líneas de taladros de inyecció n, muy bien ejecutadas,
parece que pueden contribuir a disminuir la subpresió n, no se les puede confiar, en
exclusiva, este cometido.

2.3. Drenaje:
Todos los estudios confirman que un correcto drenaje es el medio má s efectivo
para conseguir la reducció n de la subpresió n.
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2.4. Cambios estacionales:


Los datos confirman que los cambios estacionales de temperatura pueden producir
alteraciones significativas en la subpresió n; los mayores valores se alcanzan
entiempo frío. Los cambios de temperatura pueden asimismo tener influencia
sobre la falta de linealidad de los valores de la subpresió n con respecto a la cota de
embalse.

2.5. Medida de la subpresión


Una conclusió n muy importante, sobre la que volveremos má s adelante es que la
forma, bastante habitual, de medirla subpresió n cerrando un dren y colocá ndole
un manó metro es una prá ctica absolutamente descartable.

2.6. Subpresiones en el cuerpo de presa:


A pesar de la importancia que tienen para la seguridad de la presa, prá cticamente
nunca se mide la presió n intersticial en el cuerpo de presa.

3. LA PANTALLA DE INYECCIÓN.

Aunque forma parte del ideario comú n que la pantalla de impermeabilizació n es el


elemento esencial de prevenció n de la subpresió n, este concepto es falso. La
pantalla de impermeabilizació n no es estanca, y, en el mejor de los casos, si está
correctamente dimensionada y ejecutada, se limitará a reducir significativamente
el caudal de filtració n y a aumentar las pérdidas de carga de ésta. Pero que la
subpresió n se manifieste, independientemente de la pantalla, es una mera cuestió n
de tiempo.
Por lo tanto, para reducir la subpresió n a magnitudes asumibles, es imprescindible
eliminar el agua intersticial, tanto del cuerpo de presa, como del cimiento,
mediante drenes. Un dren, al igual que lo haría un pozo produciendo un
abatimiento del nivel freá tico, tiene que distorsionar lo má ximo posible las líneas
de corriente en su entorno. Es evidente que la pantalla de impermeabilizació n, al
reducir las filtraciones bajo la presa colabora, de forma importante a la efectividad
del drenaje. En los añ os 50, algunos autores hablaban del “concierto entre la
pantalla de impermeabilizació n y la red de drenaje”.

Fig.1. Disposición de la pantalla, drenes y piezómetros.


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Vemos, por lo tanto que para el control de las subpresiones se requiere un primer
elemento que es la pantalla de inyecció n, un segundo que es la red de drenaje y un
tercero que sería la red de piezometría, donde miden aquéllas. Su disposició n ha de
ser la indicada en la Fig.1, hacia aguas arriba, la pantalla de impermeabilizació n, a
continuació n la red de drenaje, y, hacia aguas abajo la red de piezometría.

4. PROFUNDIDAD DE LOS DRENES.

El dren ha de profundizar lo suficiente en el cimiento, como para conseguir que en


su zona de influencia, la subpresió n se reduzca aproximadamente al tercio de la ley
triangular teó rica en su perfil. (Fig. 2)

Fig.2: Obtención gráfica de la ley de subpresiones máximas admisibles en cada piezómetro,


en tres perfiles.

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Suele ser prá ctica muy habitual, fijar como profundidad del dren, a priori, un tercio
de la cota de embalse en el bloque correspondiente, lo que no tiene ningú n soporte
técnico. Evidentemente un dren que se quede corto, que no tenga la profundidad
adecuada, no captará las filtraciones que superen la barrera de la pantalla de
impermeabilizació n.
(Fig. 3)

Fig. 3: Red de drenaje corta, incapaz de conseguir una disminución adecuada de la ley de
subpresiones.

Evidentemente la situació n ideal es la que representamos en al Fig. 4, donde los


drenes se han profundizado lo suficiente como para lograr una efectiva recogida de
las filtraciones, y por lo tanto una correcta disminució n dela ley de subpresiones.

Fig. 4: Una red de drenaje eficazmente diseñada es capaz de conseguir una adecuada
reducción de la ley de subpresiones.

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El problema estriba en có mo establecer, mediante el cá lculo, la profundidad, la


separació n, el diá metro e incluso la inclinació n de los drenes.
Desgraciadamente no hemos encontrado aú n respuesta, dada las dificultades para
poder modelar la roca y sus diaclasas.

5. NUEVA METODOLOGÍA DE DIMENSIONAMIENTO DE LA RED DE


DRENAJE.

La nueva metodología que propugnamos parte de una idea muy simple: si la red de
drenaje tiene como principal funció n, rebajar las subpresiones hasta los límites
que los cá lculos de seguridad establezcan, la primera actuació n hade ser la
instalació n de la red de piezometría, y su lectura. Evidentemente, antes del primer
llenado de una presa es necesario disponer de un mínimo de drenes, pero siempre
auxiliados por una completísima colecció n de piezó metros, a ser posible de cuerda
vibrante.
Por lo tanto en primer lugar se establece la posició n en alzado de la ubicació n de
los piezó metros (Fig.5).

Fig. 5. Alzado de la distribución de piezómetros en la presa de La Ribeira.

Posteriormente, se dibujan (Fig. 2) todas las secciones de la presa que disponen de


un piezó metro. Se han dispuesto dos por bloque. De la figura 2, se obtiene la ley
triangular teó rica má xima en el contacto, justo en la posició n de cada piezó metro,
de donde se obtiene la subpresió n má xima admisible en cada secció n. A partir de
esos valores, se representa en la Fig. 6 la curva de subpresiones má ximas
admisibles y la ley real medida en los piezó metros.

Fig. 6. Curvas de subpresiones reales y máximas admisibles.


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Evidentemente, a partir de este esquema resulta extraordinariamente sencillo


determinar las zonas que requieren una mejora del drenaje, y las que no necesitan
intervenció n alguna.
Una vez conocidas las zonas sobre las que hay que actuar y la magnitud de las
subpresiones a reducir, queda la incó gnita de có mo lograrlo con la mayor
eficiencia. Las variables son el diá metro del dren, su profundidad y la separació n
entre ellos. La magnitud de la obra a realizar en La Ribeira, donde en amplias zonas
de la presa se duplicaban las subpresiones admisibles, nos llevó , de comú n acuerdo
con Endesa, a realizar distintos tramos de pruebas, evidentemente, con el objetivo
de rebajar las subpresiones con el menor coste posible.
De entrada tenemos que señ alar que el diá metro del dren, de 76 o 100mm., no
tiene influencia alguna, por lo tanto, seguimos recomendado realizarlos de 76 mm.,
que tienen menor coste.
Una vez eliminada una de las variables, quedaban las otras dos, la profundidad y el
espaciamiento. Y también una pregunta en el aire, habida cuenta que no se tiene
constancia de que durante la construcció n de la presase realizara la pantalla de
impermeabilizació n, ¿se pueden rebajar las subpresiones hasta valores admisibles,
só lo ejecutando drenes?
Dado que, a priori no se puede conocer el espaciamiento ó ptimo entre drenes, se
optó por determinar la profundidad ó ptima, empleando métodos geofísicos.

6. MÉTODOS GEOFÍSICOS APLICADOS A LA OPTIMIZACIÓN DE LARED DE


DRENAJE.

Los métodos de investigació n geofísica, de aplicació n habitual en geología y


minería, se basan en las diferencias de propiedades como densidad, temperatura,
conductividad, permeabilidad magnética, etc., que presentan los materiales que
pueden ser analizados en un sondeo o en un pozo.
La idea de utilizar estas técnicas, en las que se combinan geología, física, química y
electró nica, para la investigació n de drenes, surgió , por un lado al considerar la
analogía entre éstos y los pozos, y, por otro, al no lograr, mediante el mero uso de
cá maras de TV y el aná lisis de testigos, toda la informació n necesaria para la
correcta toma de decisiones. El esquema del sistema se representa en la Fig. 7.
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Fig. 7. Esquema de los aparatos de geofísica utilizados. El ordenador dirige un cabrestante


que coloca con gran precisión distintos tipos de sondas en los taladros de los drenes. La
información recogida de las sondas, es en caminada al ordenador para su oportuno
procesamiento.

El agua suele llegar a cada dren por las diaclasas a las que éstos cortan.
Generalmente, cuanto má s profunda es la diaclasa menor es su aportació n de agua
debido a la compresió n del macizo. La aplicació n de métodos geofísicos va a
permitir, en primer lugar, determinar la posició n de estas diaclasas, y en segundo
medir su caudal de aportació n a cada dren. De esta forma se determina hasta qué
profundidad resulta econó micamente rentable profundizar los drenes en cada
zona.
En la prá ctica, se realiza, en cada zona en la que se subdivida la presa un dren de
gran profundidad, que puede llegar al 50 % o incluso el 100 % de la altura de la
presa en ese punto. En primer lugar se introduce una sonda doble, capaz de medir
resistividad /conductividad del agua, y su temperatura. El aná lisis de todo el dren
da lugar a un diagrama donde se reflejan, en funció n de la profundidad, los
cambios de estos dos pará metros. En la Fig. 8 se representa un diagrama de
resistividad y de temperatura. Un cambio brusco de estos dos pará metros, delatan
la presencia de un aporte de agua.

Fig. 8. Gráfico de resultados de resistividad y temperatura a lo largo del sondeo.


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En la cota 55 se aprecia el cambio brusco de resistividad/conductividad y


temperatura. La gran precisió n de las sondas permiten magnificar cambios de
temperatura de apenas unas décimas de grado.
Una vez conocida la posició n de las diaclasas, se deben determinar sus caudales de
aportació n. Para determinar estos caudales de entrada, o salida del dren por zonas,
se utiliza un caudalímetro. Para caudales de cierta importancia, se recurre a una
sonda dotada de una hélice vertical, o molinillo, movida por las corrientes
ascendentes o descendentes, existentes dentro del dren. (Fig. 9). Para caudales
bajos, son preferibles las sondas de Pulso Térmico.

Fig. 9. Sonda dotada de un caudalímetro de molinillo.

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Las medidas se pueden tomar mientras se hace avanzar la sonda a una velocidad
constante a través del dren, para generar un perfil continuo del caudal del fluido a
lo largo del mismo o, también, se puede fijar la sonda a una determinada
profundidad para medir la evolució n del caudal en ese punto, y así ver su evolució n
en funció n de la cota de embalse o de la influencia de otros drenes cercanos.
De ésta manera se determinan con exactitud las profundidades donde se
encuentran las má ximas aportaciones de agua al dren, lo que permite fijar, de la
forma má s eficiente, hasta dó nde se debe perforar en cada zona.

7. PROYECTO DE DRENAJE.

Una vez conocida la profundidad ó ptima de perforació n en cada zona, só lo queda


determinar el espaciamiento ó ptimo entre drenes. Para ello se comienza con
distancias amplias, de unos cuatro metros. La presencia de los piezó metros y su
lectura regular, permite conocer en tiempo real la eficacia de cada dren en su
entorno. La realizació n de grá ficos semanales, permite proyectar el trabajo para la
siguiente semana, disminuyendo la separació n entre drenes exclusivamente,
dó nde realmente se requiere.
Es posible, como ha ocurrido en la Ribeira, que en algunas zonas puntuales, se haya
llegado a espaciamientos pequeñ os entre drenes, del orden de los dos metros, sin
que se haya conseguido rebajar totalmente las subpresiones por debajo de los
límites deseados (Fig. 10). Esto puede deber sea que los caudales evacuados por
los drenes son inferiores a los aportados por las diaclasas. La solució n es realizar
una inyecció n muy localizada de las diaclasas que aportan esos caudales excesivos.

Fig. 10. Gráfica de subpresión, una vez completada la red de drenaje. La línea de puntos
representa el estado inicial.
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8. INYECCIÓN LOCALIZADA DE DIACLASAS.

Si el ú ltimo escollo que queda para rebajar las subpresiones a los valores que el
cá lculo fija como admisibles, lo constituyen unas filtraciones excesivas en
determinadas zonas, el tratamiento ló gico es, de acuerdo con el esquema de la
Fig. 1, efectuar una pantalla localizada, hacia aguas arriba, en correspondencia con
los piezó metros que dan lecturas excesivas.
El trabajo ha de ser realizado en servicio, esto es con embalse lleno, en primer
lugar porque es la manera de ver, en tiempo real, a través de las medidas de los
piezó metros, la efectividad del tratamiento, y en segundo por los problemas que
todo desembalse conlleva.
La reducció n de los aportes de las diaclasas se realiza mediante inyecciones.
Obviamente se requiere un material que mantenga sus propiedades con el tiempo,
que no se diluya en agua, ni sea arrastrado por ésta, ni contamine. Estos materiales
son determinadas resinas epoxi, espesadas hasta convertirse en masillas,
especialmente formuladas para este tipo de trabajos. Para poder inyectar estos
materiales, que no se rigen por las leyes convencionales de la hidrá ulica, al ser no
Newtonianos, se requieren equipos de inyecció n capaces de dar má s de 600
kp/cm2 de presió n en salida de bomba.
A medida que avanza la inyecció n y se va creando la barrera, se aprecia, en tiempo
real, tanto una disminució n del aforo de los drenes, como de la subpresió n en los
piezó metros. Una vez logrado el objetivo, se da por finalizado el trabajo.

 La metodología expuesta, está teniendo una gran acogida entre los


responsables de presas, ya que permite, tanto en presas antiguas, como en
las que está n en su primer llenado, controlar filtraciones y adecuar las
subpresiones a los pará metros de seguridad, incidiendo só lo en las zonas
que lo necesitan. Frente a los tratamientos generalizados tanto de
inyecciones como de drenaje, este nuevo sistema permite reducir muy
significativamente los costes y mejorar, también de forma apreciable los
resultados.

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