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El uso de metdforas en psicologia clinica INTRODUCCION El uso de las metiforas forma parte de la historia Ja humanidad y es un caso particular de la pode- influencia del lenguaje en la cultura humana, Jas relaciones interpersonales, en la creacidnlite- ia artistica y en los procesos de socializacién y influencia pedagégica. El uso de las metéforas en psicologia clinica es también un caso particular Ja poderosa influencia del lenguaje en la rela ayuda La historia del desarrollo de las metéforas con idades «terapéuticas» en los tiempos modernos inca del trabajo pionero de Carl Jung y Milton son y diferentes corrientes de pensamienio psi- jdgicas han tratado de intervenir en el lenguaje y el mundo privado de los consultantes a través de metéfora. Aparte del constructivismo, de las tera Gas humanistas y del enfoque estratégico, entre 3s, la perspectiva conductual esté asumiendo, en s desarrollos mas actuales de la terapia contex- al, la metéfora como un recurso privilegiado para intervencidn (Pérez, 1996; Hayes, Strosal y Wil- . 1999; Wilson y Luciano, 2002; Barraca, 2005). jo ocurre asf con el enfoque cognitivo mas orto- x0, que, por el modelo tedrico del que parte, se rienta més a la utilizaci6n del lenguaje «literal» joix, 2006) para trata, tras un debate «l6gico-ra- ial», de desmontar los «errores cognitivos» y las ideas irracionales» del consultante. Bien es verdad, 0 obstante, que en la practica y en sus desarrollos is actuales también los clinicos cognitivos co- MIGUEL COSTA CABANILLAS ERNESTO LOPEZ MENDEZ. mienzan a utilizar la metéfora, si bien para demos iar y persuadir acerca del error «Igico-racional- emocional» en el que incurren sus consultantes. 2. LAS METAFORAS Y LA FUNCION MEDIADORA DEL LENGUAJE Al igual que ocurre en la fabula de Bsopo (Que viene el lobo!), son incontables las experiencias de la vida en que, para bien o para mal, transcendemos, las cireunstancias inmediatas en las que estamos y establecemos transacciones con personas, sucesos, objetos y consecuencias pasadas, presentes o futuras, que no estén presentes y observables aqui y ahora, sino que estén, como el lobo, alejadas en el tiempo y en el espacio, o que incluso no tienen existencia real y son de ficcién, como ocurre con los aconteci- mientos y personajes de ta literatura, de las leyendas ¥ de los mitos. Esas transacciones no se establecen, pues, de manera directa, inmediata y explicita, «en propia carne, sino de una manera sustitutiva, indi- recta o implicita a través de la fiuncién mediadora y sustitutiva del lenguaje. En esos casos, el lenguaje sustituye a las personas, sucesos y objetos ausentes y nos sirve de mediador con ellos. Las palabras ad- ‘quieren esta capacidad sustitutiva y mediadora en el ‘curso del aprendizaje relacional que tiene lugar en el proceso de socializacién. En virtud de este apren- dizaje, las personas, sucesos y objetos transfieren sus funciones a las palabras con las que se les nom- bra y asf éstas, «ique viene el lobo!», adquieren 716 / Técnicas de modificacion de conducta equivalencia funcional, es decir, 1a capacidad para cumplir la misma funcién de Tos sucesos (el lobo) a Jos que sustituyen y de determinar las mismas con- ductas que ellos determinan (hipervigilancia, ansio- ad, recoger el rebaio) Metafora 1. Que viene el lobo! « que contr ce el sentido comin. Metéfora 3. Animales fieros, animales mansos (Herrera y Chahtn, 2007) ‘La gallina y el gorti6n son animales fleros, el t= gre y el Te6n son animales mansos.» Si inmediatamente después les mostramos afirmaciones del cuadro siguiente, puede que est © Balcones Ps en mejor que discu cialments Metéfo) eda greyel Led Lame daracom el consul «blanco 0 ta) podri estamos i intervenci Metaf Hab todas las inteligen idieron respond pose azul ‘que sea s Las d bio, que ¢ de ellas ki —Ter Muy ¢ ie Este ca ventivo, y prepara pa gan que af ¥ conflict posturas di 16 tones en mejores condiciones de revisar, sin necesidad de que discutamos mucho con ellos, su perspectiva ini- cialmente inflexible. Metéfora 3. Animales fieros, animales mansos (completa) ‘La gallina y el gorri6n son animales fieos, el t- are y el len son animales mansos.» ‘Le dijo la mamé gusano a su hijo gusanito. La metéfora 4 puede cumplir la funcién de ayu- dar a comprender que un determinado problema que el consultante pretende resolver en términos de ‘blanco 0 negro» (mariposa viva o mariposa muer- ta) podrfa tener otras soluciones alternativas que estamos intentando que explore en el curso de la imtervencién. Metéfora 4. La fitbula de la mariposa azul ‘), ni otras experiencias privadas 0 en- cubiertas, como sus pensamientos («Quitate eso de Ja cabeza, es absurdo lo que estis pensando»), re- cuerdos («Haz por olvidar») y sensaciones incémo- das, como si fueran algo «anormal», «malo» y «ne- gativor, Por el contrario, les proponemos aceptarlas y experimentarlas responsablemente, reconciliarse on ellas, exponerse y abrirse a ellas, abrirles Ia puerta de par en par y tomar contacto con llas, mi- rarlas cara a cara como quien mira un paisajeatrac~ tivo, «oftlas», hacerse cargo de ellas y admitirlas como parte inalienable, y a menudo inevitable e in- controlable, de la experiencia de vivir. 4.2.3. Desvelar «lo bueno de lo malo» y las oportunidades que encierra ‘el problema Cuando estén expuestos a situaciones adversas, desyelamos y anticipamos el valor positivo de la adversidad y les ayudamos a ver que la vida no es siempre «del color de rosas», que las cosas no siem- pre resultan como las habfamos disefiado 0 deseado YY que las experiencias de estrés y de ansiedad son parte de la vida, pero que las crisis pueden ser una ‘ocasién para el ejercicio de las capacidades perso- nales y de la fortaleza personal, y que estar «pasan- do una mala racha» y bajo el peso de la sobrecarga, como ocurre en la metifora 8, puede ser una opor- tunidad para un cambio positivo. Metéfora 8. La fibula de los caballos « Otras reglas verbales vienen a enfatizar la impo- sibilidad de hacer algo («no lo hago porque estoy deprimido», como requisito ex- clusivo para lograr sus objetivos (abandonar el habito de fumar, estudiar més, desarrollar autocontrol emo- ional.) y, claro esté, suelen fracasar en alcanzarlos. La metifora ayuda a ver la complejidad de los pro yeetos de cambio y la necesidad de, como Ulises. hhacer un plan que implica estimar los objetivos y to- mar las propias decisiones en relacién con ellos —legar a abrazar a Penélope—, pasar a la accién para lograrlos —rediseftar el aribiente y anticipar qué hacer cuando aparezcan Ias tentaciones— y utilizar recursos y personas del entorno —los marineros, 4.2.7. Explicar y enfatizar el valor funcional de fa perseverancia de la accién Existen multitud de experiencias sacadas de 1a Vida de los consultantes, asf como experimentos, que pueden servir de pretexto para enfatizar la imports Cia de la acciGn. La metéfora 10 subraya el valor de la persistencia en la accién. Sélo quien persiste lo sufi- Ciente para encontrar solucién a una dificultad o al- canzar los objetivos que pretende encuentra su recom- pensa. En cambio, quien «se entrega» y abandona con facilidad y rapidez rara vez lograré resultados, Esta, ‘metéfora puede resultar de utilidad en momentos cri- ticos dela vida de las personas, en aquellos momentos en que les invaden sentimientos de indefensiGn y es- tn a punto de abandonar y stirar la toalla> Metifora U1. Las ranas que cayeron enn depésito de nara «Dos ranas cayeron en un depésito de nata, “iNa-

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