Está en la página 1de 25

Consignación del Canon de Arrendamiento en arrendamiento de un Local Comercial.

Sala
Constitucional del TSJ Venezuela.7 Noviembre, 2017/ Sala Constitucional/ No hay comentarios

SALA CONSTITUCIONAL DEL TSJ 14 DE AGOSTO DE 2017.CONSIGNACION DE CANON DE


ARRENDAMIENTO LOCAL COMERCIAL. SALA CONSTITUCIONAL DEL TSJ.

N° SENTENCIA: 649

N° EXPEDIENTE: 15-0067

Procedimiento: Acción de Amparo Constitucional

Partes: sociedad mercantil CACHIVACHES CHITA, C.A.

Decisión: PROCEDENTE IN LIMINE LITIS

Ponente: Gladys María Gutiérrez Alvarado

Ver Sentencia

Magistrada Ponente: GLADYS MARÍA GUTIÉRREZ ALVARADO

Consta en autos que el 20 de enero de 2015, los abogados Moisés Guidón Gallego y Jaime Ruiz
Pellegrino, inscritos en el Instituto de Previsión Social del Abogado bajo los nros. 8.579 y 102.995,
respectivamente, actuando en su condición de apoderados judiciales de la sociedad mercantil
CACHIVACHES CHITA, C.A., inscrita en el Registro Mercantil de la Circunscripción Judicial del
Distrito Federal (hoy Distrito Capital) y Estado Miranda, el 31 de agosto de 1999, anotado bajo el
n.° 21, Tomo 344-A-Qto., incoaron ante esta Sala acción de amparo constitucional, con solicitud de
medida cautelar innominada de suspensión de efectos, contra la sentencia que dictó el 9 de enero
de 2015, el Juzgado Superior Octavo en lo Civil, Mercantil, del Tránsito y Bancario de la
Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas, que declaró (i) sin lugar el recurso de
apelación interpuesto por la parte demandada y (ii) con lugar la demanda de desalojo interpuesta
por los ciudadanos Vasco Javier De Sousa y Astrid del Carmen Agudelo contra la hoy accionante en
amparo.

Luego de la recepción del escrito, se dio cuenta en Sala por auto del 21 de enero de 2015 y se
designó ponente a la Magistrada Gladys María Gutiérrez Alvarado, quien con tal carácter suscribe
la presente decisión.

Ese mismo día, 21 de enero de 2015, la representación judicial de la parte accionante, consignó
copias certificadas de los recaudos y sustituyó poder en los abogados José Araujo Parra, Carlos
Chacín y Nathaly Bastidas Ramírez.

El 22 de enero de 2015, el apoderado judicial de la parte accionante, solicitó la admisión de la


presente causa y se decrete la medida cautelar peticionada.
El 28 de enero de 2015, la representación judicial de la parte accionante, consigna actuaciones
relacionadas con la causa.

El 3 de febrero de 2015, el abogado Moisés Guidon Gallego, solicitó pronunciamiento de la causa.

El 11 de febrero de 2015, fue designada la Junta Directiva del Tribunal Supremo de Justicia y el 12
de febrero de 2015 tuvo lugar la reconstitución de esta Sala Constitucional, la cual quedó
integrada de la siguiente manera: Magistrada Gladys María Gutiérrez Alvarado, Presidenta;
Magistrado Arcadio Delgado Rosales, Vicepresidente; y los Magistrados Francisco Antonio
Carrasquero López, Luisa Estella Morales Lamuño, Marcos Tulio Dugarte Padrón, Carmen Zuleta de
Merchán y Juan José Mendoza Jover.

El 24 de febrero de 2015, la representación judicial de la accionante, solicitó admisión de la


presente causa y se decrete la medida cautelar peticionada.

El 2 de marzo de 2015, esta Sala, mediante sentencia n.° 111 admitió la presente acción de
amparo constitucional y acordó la medida cautelar con suspensión de los efectos de la sentencia
del 9 de enero de 2015; ordenó la notificación de la Jueza del Juzgado Superior Octavo en lo Civil,
Mercantil, del Tránsito y Bancario de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas,
así mismo notificar a los demandantes en el proceso civil originario Vasco Javier De Sousa y Astrid
del Carmen Agudelo y por último se ordenó la notificación al Ministerio Público.

Por auto del 2 de marzo de 2015, se dejó constancia de la notificación vía fax al Juzgado Superior
Octavo en lo Civil, Mercantil, Bancario y del Tránsito de la Circunscripción Judicial del Área
Metropolitana de Caracas.

Mediante diligencia del 9 de marzo de 2015, el apoderado judicial de la accionante, solicitó copias
certificadas de la sentencia n.° 111 dictada por esta Sala.

El 11 de marzo de 2015, el abogado Jaime Ruiz Pellegrino, solicitó se fije la oportunidad para la
celebración de la audiencia constitucional.

El 13 de marzo de 2015, el abogado Gualfredo Blanco, solicitó su adhesión como tercero


interesado en la presente causa y consignó copia simple del instrumento poder.

El 17 de marzo de 2015, se recibió Oficio n° 15-129 de fecha 16 de marzo del presente año,
mediante el cual la abogada Marisol Alvarado R., actuando en su carácter de Jueza Provisoria
Superior Octavo en lo Civil, Mercantil, Tránsito y Bancario de la Circunscripción Judicial del Área
Metropolitana de Caracas, remite resultas de la comisión practicada.

El 20 de marzo de 2015, la representación judicial de la accionante, consignó copias certificadas y


sean agregadas al expediente.
Por auto dictado por esta Sala el 24 de marzo de 2015, expidió copias certificadas solicitadas por el
abogado Jaime Ruiz Pellegrino.

Mediante Oficio n° 15-143, de fecha 25 de marzo de 2015, la abogada Marisol Alvarado R.,
actuando en su carácter de Jueza Provisoria Superior Octavo en lo Civil, Mercantil, Tránsito y
Bancario de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas, remite informe
relacionado con la presente causa.

El 16 de abril de 2015, se recibió acuse de recibo con fecha 8 de abril del presente año, de las
respectivas notificaciones con los Nros. 15-0022 y 15-0023, en esa misma fecha mediante Oficio N°
FTSJ-3-2015-0121 de fecha 15 de abril de 2015, la Dra. Carolina Segura Gualtero, actuando en su
condición de Fiscal Tercera del Ministerio Público para actuar ante la Sala Constitucional, informó
a esta Sala que se comisionó para ejercer la representación del Ministerio Público en la presente
causa.

El 29 de abril de 2015, esta Sala, mediante Sentencia N° 515, se admitió como terceros interesados
a los ciudadanos Vasco Javier De Sousa Denis y Astrid del Carmen Agudelo.

El 25 de mayo de 2015, el abogado Jaime Ruiz Pellegrino, consignó escrito de alegatos y efectuó
pedimentos.

Mediante diligencias que fueron consignadas los días 10 de junio, 11 de agosto y 23 de octubre de
2015, el abogado Jaime Ruiz Pellegrino, solicitó se fije la oportunidad para la celebración de la
audiencia constitucional.

Por diligencia presentada ante la Secretaría de la Sala, el 16 de diciembre de 2015, el apoderado


judicial de la empresa Cachivaches Chita C.A., solicitó oportunidad para la audiencia constitucional.

El 23 de diciembre de 2015, se constituyó esta Sala Constitucional en virtud de la incorporación de


los Magistrados designados por la Asamblea Nacional en sesión extraordinaria celebrada el 23 del
mismo mes y año, publicada en la Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela n.°
40.816, del 23 de diciembre de 2015, quedó integrada de la siguiente forma: Magistrada Gladys
María Gutiérrez Alvarado, Presidenta; Magistrado Arcadio Delgado Rosales, Vicepresidente; y los
Magistrados y Magistradas Carmen Zuleta de Merchán, Juan José Mendoza Jover, Calixto Antonio
Ortega Ríos, Luis Fernando Damiani Bustillos y Lourdes Benicia Suárez Anderson.

El 15 de enero de 2016, el apoderado de la parte accionante solicitó oportunidad para la


celebración de la audiencia constitucional.

Los días 11 de abril; 11 de julio; 21 de septiembre y 22 de noviembre de 2016, respectivamente, la


representación judicial de la parte accionante solicitó se fijara oportunidad para la audiencia
constitucional en el presente asunto.
Mediante diligencia presentada el 17 de enero de 2017, la representación judicial de la parte
accionante ratificó su solicitud de fijación de audiencia constitucional en el asunto.

El 24 de febrero de 2017 se eligió la nueva Junta Directiva del Tribunal Supremo de Justicia, en Sala
Plena; y esta Sala Constitucional quedó conformada de la siguiente manera: Magistrado Juan José
Mendoza Jóver, Presidente; Magistrado Arcadio Delgado Rosales, Vicepresidente; y los
Magistrados y Magistradas Carmen Zuleta de Merchán, Gladys María Gutiérrez Alvarado, Calixto
Ortega Ríos, Luis Fernando Damiani Bustillos y Lourdes Benicia Suárez Anderson.

Los días 1° de marzo, 4 de abril de 2017 y 7 de junio de 2017, en el mismo orden, la representación
judicial de la parte accionante ratificó su pedimento de fijación de audiencia constitucional en el
caso.

Mediante diligencias que fueron consignadas los días 27 de junio, 11 de agosto y 23 de octubre de
2015, el abogado Jaime Ruiz Pellegrino, solicitó se fije la oportunidad para la celebración de la
audiencia constitucional.

El 2 de agosto de 2017, el abogado Jaime Ruiz Pellegrino, actuando en su carácter de apoderado


judicial de la empresa CACHIVACHES CHITA, C.A efectúa pedimento.

ANTECEDENTES

El 14 de mayo de 2010, se introdujo ante la Unidad de Recepción de Documentos del Circuito


Judicial del Área Metropolitana de Caracas, demanda de desalojo interpuesto por los ciudadanos
Vasco Javier De Sousa y Astrid del Carmen Agudelo contra la hoy accionante, sobre un inmueble
constituido por un local comercial distinguido con la letra y número C-22, ubicado en la parte
central del Centro Comercial Buena Aventura, el cual se encuentra situado en el borde Sur de la
Avenida Intercomunal Guarenas Guatire, sector San Pedro, en Jurisdicción del Municipio Zamora
del Estado Miranda, cuya cuantía fue estimada en la cantidad de ciento diez mil bolívares con cero
céntimos (Bs. 110.000,00), siendo asignada dicha causa al Juzgado Octavo de Municipio, hoy
Ordinario y Ejecutor de Medidas de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas.

El 31 de mayo de 2010, el referido juzgado, admitió la referida demanda.

El 24 de octubre de 2011, el mencionado Juzgado Octavo de Municipio, hoy Ordinario y Ejecutor


de Medidas de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas declaró con lugar la
demanda.

El 25 de octubre de 2011, la parte demandada apeló de dicha decisión.


El 17 de febrero de 2012, el Juzgado Superior Noveno en lo Civil, Mercantil, Bancario y del Tránsito
de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas declaró sin lugar el recurso de
apelación y en consecuencia confirmó el fallo apelado.

El 16 de abril de 2012, la parte demandada interpuso amparo constitucional contra la referida


sentencia.

El 11 de julio de 2012, mediante sentencia n.° 1022, esta Sala admitió la acción de amparo
constitucional y acordó la medida cautelar con suspensión de los efectos de la sentencia del 17 de
febrero de 2012; ordenó la notificación del Juez del Juzgado Superior Noveno en lo Civil, Mercantil,
Bancario del Tránsito de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas, así mismo
notificar a los demandantes en el proceso civil originario Vasco Javier De Sousa y Astrid del
Carmen Agudelo y por último se ordenó la notificación al Ministerio Público.

El 29 de mayo de 2014, la parte demandada interpuso solicitud de revisión contra la referida


sentencia.

El 2 de junio de 2014, mediante sentencia n.° 564, esta Sala declaró terminado el procedimiento
por abandono del trámite y revocó la medida acordada.

El 13 de agosto 2014, mediante sentencia n.° 1148, esta Sala declaró ha lugar la solicitud de
revisión interpuesta por Cachivaches Chita C.A., en consecuencia, anuló el fallo del 17 de febrero
de 2012, dictado por el Juzgado Superior Noveno en lo Civil, Mercantil, Bancario del Tránsito de la
Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas, y repuso el juicio de desalojo al estado
de que se dictara nueva sentencia por el juzgado superior que resultara competente por
distribución.

El 27 de noviembre de 2014, el Juzgado Superior Octavo en lo Civil, Mercantil, Bancario y del


Tránsito de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas, dio entrada al asunto en
reenvío.

El 9 de enero de 2015, el referido juzgado superior dictó sentencia mediante la cual declaró: i) sin
lugar el recurso de apelación; ii) con lugar la demanda de desalojo; y iii) condenó a la parte
demandada a hacer entrega a la parte actora del inmueble objeto de juicio.

El 20 de enero de 2015, los abogados Moisés Guidón Gallego y Jaime Ruiz Pellegrino, actuando en
su condición de apoderados de la sociedad mercantil Cachivaches Chita C.A, interpusieron acción
de amparo con solicitud de medida cautelar innominada de suspensión de efectos contra la
precitada decisión.

El 2 de marzo de 2015, mediante sentencia n.° 111, esta Sala admitió la acción de amparo
constitucional y acordó la medida cautelar innominada consistente en la suspensión de los efectos
de la sentencia del 9 de enero de 2015 dictada por el Juzgado Superior Octavo en lo Civil,
Mercantil, Tránsito y Bancario de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas;
ordenando las notificaciones pertinentes.
II

DE LA PRETENSIÓN DE LA PARTE ACTORA

Alegó la representación judicial de la accionante de protección constitucional que:

“… de conformidad con el artículo 27 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela,


en concordancia con el artículo 4 de la Ley Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías
Constitucionales, ejercen acción de AMPARO CONSTITUCIONAL en contra de la sentencia
definitiva dictada en el referido juicio y expediente, por el mencionado Juzgado Superior Octavo
en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de
Caracas, de fecha nueve (9) de enero de 2015, que por las razones que más adelante explica[n],
acompaña[n] en esta oportunidad en copia simple, marcada ‘B’ y trae[ran]oportunamente
certificada cuando se [les] expidan por el Tribunal que la pronunció, apoyado el presente Amparo
en las violaciones no sólo a los derechos constitucionales de [su] defendida al debido proceso, en
la vertiente del derecho a la defensa, a la tutela judicial efectiva en la forma que delatamos más
adelante, sino por la abierta, flagrante y grotesca violación y DESACATO de la Sentencia de la Sala
Constitucional de fecha 13 de agosto de 2014, pronunciada en el Recurso de Revisión mencionado
y DESACATO por tergiversación de la sentencia de esta misma Sala n.° 55, de fecha 5 de febrero
2012 (rectius 2009), caso: Inmobiliaria 2000555 C.A…”.

Que “… la recurrida declaró extemporáneas las consignaciones arrendaticias consignadas por [su]
representada, y declaró que las consignaciones de los meses de marzo, abril, mayo, octubre,
noviembre y diciembre, todos del dos mil nueve (2009); y, enero y febrero del dos mil diez (2010),
fueron extemporáneos y por ende no válidas…”.

Que “… en la contestación de la demanda, [su] representada invocó especialmente lo siguiente:

‘ Lo que sucede ciudadano Juez es que el actor procura sorprender tanto a esta representación
como el Tribunal al considerar que los pagos deben hacerse en los cinco (5) primeros días de cada
mes ‘calendario’, cuando lo convenido en el contrato es que sean hechos los primeros cinco (5)
días de cada mes pero el mes es el fijado contractualmente que comienza los días quince (15) de
cada mes y en consecuencia los primeros cinco (5) días de cada mes contractual son los que van
del 15 al 20 de cada mes. Así lo invoca[n] y hace[n] [suya] la propia sentencia de la Sala
Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia traída a colación, como cuchillo a su garganta, por
la parte actora, desde que la misma dejó bien sentado que ‘ el vencimiento de la mensualidad a
que se refiere como punto de partida de lapso para la consignación del canon ante un Tribunal de
Municipio es en primer lugar, el vencimiento que ha sido convencionalmente fijado (15 de cada
mes en nuestro caso) y en su defecto, el último día de cada mes calendario’.

Por otra parte el actor maliciosamente, procura demostrar los incumplimientos en los pagos que
invoca, a través de las copias de los recibos de pago emitidos por el Tribunal de Consignaciones
que como tales copias no tienen valor probatorio, recibos que no necesariamente coinciden con la
oportunidad en que se hizo el depósito en la Cuenta del Tribunal. Lo que sucede ciudadano Juez,
es que en muchas oportunidades se verifica primero el depósito en la cuenta y posteriormente, a
veces, mucho después, es que el tribunal acusa recibo (…)

Por otra parte ciudadano juez, reciente jurisprudencia de la Sala Constitucional del Tribunal
Supremo de Justicia ha determinado que es la fecha del pago que no es otra que aquella en que se
verifica el depósito del alquiler en la cuenta corriente del Tribunal dispuesta para las
consignaciones, la que debe considerarse como la fecha válida y liberatoria y no la fecha en que el
Tribunal expide el recibo del pago (que en muchas oportunidades se hace con bastante demora) la
fecha en que consta en el expediente haberse efectuado el depósito, pues es común y notorio que
el ARRENDATARIO informe al Tribunal de Consignaciones de Alquiler con posterioridad haber
hecho el depósito en la cuenta.

Más aún, ha considerado esa misma sentencia que aunque no conste el pago en expediente de
consignaciones o el depósito en la Cuenta del Tribunal porque por ejemplo, el arrendatario no la
haya llevado, si la consignación y/o depósito fueron hechos oportunamente, ellos tienen el efecto
liberatorio y esto sería absolutamente aplicable al caso de autos.

En resumen ciudadano juez, la copia certificada que acompaña[n] de[muestran] desde ya, que de
ninguna manera las fechas que indica el actor en que supuestamente se pagaron o consignaron
por mi representada las mensualidades de marzo, abril, mayo, octubre, noviembre, diciembre de
2009 y enero y febrero de 2010, son las indicadas por él en el libelo, habida consideración que de
lo que se desprende del documento público referido es que los meses de marzo, abril, mayo,
octubre, noviembre, diciembre de 2009 y enero y febrero de 2010 fueron consignados el 1° de
abril de 2009, 16 de abril de 2009, 18 de mayo de 2009, 23 de octubre de 2009, 25 de febrero
2010 y 10 de marzo de 2010 respectivamente, de donde resulta que marzo, abril, mayo, octubre y
noviembre de 2009 y enero 2010, fueron tempestivamente, en los primeros cinco (5) días de cada
mes contractual que como se dejó establecido comienzan los quince (15) días de cada mes
contractual y terminan según el mes tenga 28, 29, 30 o 31 días en las fechas indicadas. De tal
manera que en ningún caso puede considerarse que [su] representada, como señala el actor; dejó
de pagar cinco (5) mensualidades consecutivas (octubre, noviembre, diciembre 2009, enero y
febrero de 2010) ni las de marzo, abril y mayo de 2009. Las únicas pensiones consignadas
extemporáneamente fueron la de diciembre de 2009, que por razones de vacaciones judiciales de
navidad fue hecha el 25 de febrero de 2010, y la de febrero de 2010, fue hecha el 10 de marzo de
2010, pero existe constancia en la copia certificada anexa que el cheque de gerencia a favor del
Tribunal fue adquirido el 2 de marzo de 2010.

Ahora bien, el supuesto de que se llegare a considerar que la de diciembre de 2009 y febrero de
2010, fueron hechas intempestivamente, febrero de 2010 no es consecutivo de diciembre de
2009, entonces no se estaría nunca bajo el supuesto previsto en el artículo 34 de la LAI que exige
para demandar el desalojo la falta de pago absoluta de dos (2) mensualidades consecutivas. Así lo
invocamos ratificando que diciembre y febrero no son meses consecutivos’.
Que “… la sentencia accionada en amparo no tomó en consideración los alegatos de nuestra
mandante, referentes al hecho cierto de que el contrato celebrado en primer término, establecía
expresamente como fecha de vencimiento del mes el día quince (15), y fijaba como plazo de pago
los cinco (5) días continuos siguientes, los cuales vencían el 20 de cada mes, y de acuerdo con el
artículo 51 de la Ley de Arrendamientos Inmobiliarios, el lapso de consignación era de quince (15)
días continuos, por lo que los depósitos consignados fueron realizados de forma tempestiva…”.

Que “… la sentencia n.° 55 de 5 de febrero de 2012 (rectius 2009), Inmobiliaria 2000555 C.A.
(rectius 200555 C.A.), señala claramente que si en el contrato se indica la fecha de pago, como
ocurre en el presente caso en los dos (2) contratos de arrendamiento suscritos por las partes,
fijándolo en los primeros cinco (5) días de cada mes, no puede ser tomado en consideración el
vencimiento del mes ‘calendario’ como punto de partida para hacer la consignación del alquiler
conforme al artículo 51 de la Ley de Arrendamientos Inmobiliarios (LAI), como lo declara la
sentencia de la cual se interpone el presente amparo constitucional…”.

Que “… el Juzgador de la recurrida incumplió el mandato de la sentencia de la Sala Constitucional,


que lo obligaba aplicar en primer lugar para establecer el vencimiento de la mensualidad de
alquiler, lo establecido por las partes en el contrato y, dado que en el caso que nos ocupa, las
partes habían establecido expresamente la oportunidad en que debería verificarse: esto es dentro
de los primeros cinco (5) días de cada mes, indiscutiblemente, estos cinco (5) días conforme y por
aplicación del artículo 12 del Código Civil, debían comenzar a contarse a partir de cada día 15 de
cada mes de vigencia del contrato…”.

Que señalaron igualmente en la contestación, “… que la única manera que los primeros cinco (5)
días del mes calendario fueran los que tomaran en consideración como punto de partida para
efectuar convencionalmente el pago y a partir del cual debían contarse los 15 días para hacer la
consignación de los alquileres por renuncia tácita o expresa del arrendador, sería que las partes lo
hubiesen establecido así expresamente en el contrato, esto es, fijaran entre los días 1 y 5 de cada
mes ‘calendario’ la oportunidad para efectuar el pago, pero en el caso que nos ocupa conforme
reza la propia sentencia de la Sala citada y los contratos de arrendamiento, no fue esto lo pactado,
sino que las partes, a secas ni más aditamentos, establecieron que el pago se efectuaría dentro de
los primeros cinco (5) días de cada mes y la expresión ‘de cada mes’ no puede interpretarse de
ninguna manera como referidos al mes calendario sino al mes contractual, desde que el contrato
dio inicio el 15 de septiembre de 2004 y todas sus mensualidades vencen los días 15 de los meses
subsiguientes. ( En este mismo sentido se pronunció expresamente la sentencia que declaró con
lugar la revisión constitucional de la sentencia de la sentencia del Juzgado Superior Noveno Civil,
Mercantil, del Tránsito y Bancario de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas,
el 13 de agosto de 2014, que paradójicamente fue transcrita en la sentencia recurrida y que es la
demostración más palpable de que la Juez de la Recurrida, desacató a conciencia el fallo
obligatorio de esta Sala al tiempo que viola la sentencia de la misma Sala n.° 55, así como los
derechos y Garantías Constitucionales de nuestra representada a la tutela judicial efectiva y al
debido proceso en su vertiente del derecho a la defensa, que se vieron vulnerados por las razones
antes esgrimidas…”.
Que “… había[n] también señalado en [su] contestación a la demanda, que el artículo 12 del
Código Civil, que tenía plena aplicación en el caso que [les] ocupa y del cual en la misma
solicitamos expresamente su aplicación, pues este dispositivo es el único que permite determinar
con precisión meridiana el momento a partir del cual deben computarse los lapsos, en este caso,
el establecido en el artículo 51 de la Ley de Arrendamientos Inmobiliarios, para efectuar la
consignación arrendaticia liberatoria y el que en general determina en todos los casos la fecha a
partir de la cual deben contarse los lapsos, cuando las partes expresamente no dispusieren una
cosa distinta, a los efectos del cumplimiento tempestivo de las obligaciones en general y el que
expresa textualmente:

Los lapsos de años o meses se contarán desde el día siguiente al de la fecha del acto que da lugar
al lapso… Los lapsos de días y hora se contarán desde el día y hora siguiente a los que se ha
verificado el acto que da lugar al lapso… estas mismas reglas serán aplicables a la computación de
las fechas y lapsos que se señalan en las obligaciones y demás actos cuando las partes que en ellos
intervengan no pacten o declaren otra cosa”.

Que “… De acuerdo a esto, no existe lugar a dudas que en el caso y contratos que nos ocupan el
lapso para el pago del alquiler que fue fijado dentro de los primeros cinco (5) días de cada mes de
existencia del contrato, no podrían contarse de otra forma distinta a la antes dicha, esto es a partir
del día 15 de cada mes de existencia del mismo, porque es la existencia del contrato el acto que da
lugar el lapso para efectuar el pago, solo que en éste caso las partes establecieron que se hiciera
de manera adelantada dentro de los primeros cinco (5) días de cada mes de su existencia, pues si
hubiesen querido que los referidos cinco (5) días se contaran ente el 1 y 5 de cada mes
‘calendario’, expresamente así hubiesen tenido que convenirlo o establecerlo, sin
ambigüedades…”.

Que “…el presente amparo, para que no haya confusión de ningún género, no se dirige a
cuestionar la interpretación que el Juez de la recurrida hizo al contrato antes referido ni la que dio
al artículo 51 de la Ley de Arrendamientos Inmobiliarios en particular, pues esa interpretación,
aunque errada, estaría dentro de la esfera de su autonomía y en los límites de la libertad de
juzgamiento de los jueces de instancia. El presente amparo si, en éste capítulo, se dirige a anular la
misma sentencia por no aplicar al tiempo que violar de una manera grotesca, flagrante y
tendenciosa, [sus] derechos y garantías constitucionales delatado, con la sentencia vinculante de
la Sala Constitucional mencionada supra (Inmobiliaria 20005555 C.A.) y la misma sentencia de
Revisión constitucional de ésta Sala de fecha 13 de agosto de 2014, que dejó claramente sentado,
conforme a la propia transcripción que del fallo recurrido hizo la Juzgadora de la recurrida,
violaciones éstas que tocan y afectan mortalmente y de manera directa los derechos y garantías
constitucionales consagrados en los artículos 49 y 26 Constitucional, esto es el Derecho a la
Defensa en su vertiente del Debido Proceso y la garantía a obtener una justicia imparcial, idónea,
responsable, transparente al igual que haber incurrido, tal como incurrió la anterior sentencia
anulada por los mismo vicios de incongruencia negativa al no haber analizado las argumentaciones
hechas en la contestación a la demanda y en otros escritos presentados oportunamente en la
Instancia y en los Juzgados Superiores, en su justa dimensión”.
Que “… igualmente [su] representada en la contestación de la demanda, promovió la copia
certificada del expediente N° 635-2009, llevado por el Juzgado del Municipio Zamora de la
Circunscripción Judicial del Estado Miranda, contentivo de las consignaciones arrendaticias
realizadas. La recurrida señaló al respecto de las pruebas aportadas por las partes, escuetamente
lo siguiente:

‘En fecha 22 de junio de 2011, la representación judicial de la parte actora consigno (sic) a los
autos escrito de promoción de pruebas, siendo agregado a los autos mediante auto de esa misma
fecha y admitidas las probanzas en cuanto ha lugar en derecho salvo su apreciación (folio 202 de la
sentencia recurrida)… III DEL MATERIAL PROBATORIO, Pruebas aportadas a los autos por la
representación judicial de la parte actora…omissis… Riela a los folios 193 al 356 , así como a los
folios 122 al 273, copias certificadas de actuaciones constantes en el expediente de consignaciones
identificado con el número 635-2009, proveniente del Juzgado de Municipio Zamora de la
Circunscripción Judicial del Estado Miranda consignadas por ambas representaciones. Dichas
probanzas no fueron tachadas de falsedad o impugnadas en la oportunidad procesal
correspondiente, por lo que esta alzada les otorga valor probatorio de conformidad con lo
establecido en el artículo 1384 del Código Civil en concordancia con el artículo 429 del Código de
Procedimiento Civil. Trayendo como elementos de convicción a esta sentenciadora las fechas y
montos en los cuales fue realizada la consignación de los cánones de arrendamiento por la
sociedad mercantil arrendataria. ASI SE DECIDE. (…) IV MOTIVACIONES PARA DECIDIR… De
conformidad al material probatorio traído a los autos, expediente No. 635-2009 de la
nomenclatura del Tribunal del Juzgado de Municipio Zamora del Estado Miranda, se desprende
que el mes de marzo de 2009 fue realizada la consignación intempestivamente el 1 de abril de
2009, los meses de abril y mayo de 2009, fue consignado el pago de manera extemporánea, en
fecha 22 de mayo de 2009, octubre de 2009, fue consignado extemporáneamente en fecha 25 de
noviembre de 2009, noviembre de 2009, fue realizada extemporáneamente en fecha 25 de
noviembre de 2009, diciembre de 2009, fue consignado en sobremanera extemporánea el 23 de
marzo de 2010, resultando extemporánea y febrero de 2010 fue consignado el 15 de marzo de
2010, por lo cual resulta también extemporánea dado que tal como fue previamente establecido,
las consignaciones debían realizarse dentro de los primeros 20 días del mes calendario tal como
fue contractualmente pactado y adicionado el término otorgado por la ley…”.

Que los argumentos con relación a las pruebas “… tampoco fueron analizados por la recurrida ni
siquiera hace mención tangencial del mismo en el análisis que hace sobre el material probatorio,
incurriendo igualmente por ello la recurrida en el vicio de incongruencia negativa”.

Que “… igualmente la recurrida al analizar las mencionadas copias certificadas promovidas por
nuestra representada, incurre en lo que se denomina petición de principio, ya que se limita a darle
valor probatorio, pero no analiza en forma alguna qué hechos se encuentran probados con las
mismas copias, lo cual implica que estamos en presencia de un silencio de pruebas o silencio
relativo de prueba en el que incurre el Juez cundo menciona la existencia y da valor probatorio a la
copia certificada (Documento Público) pero omite todo análisis de la misma, cosa que en el
presente caso era de vital y trascendental importancia para la demanda porque con el análisis de
ella se daban por demostradas las afirmaciones de hecho alegados en la contestación de la
demanda…”.

Que “… en el presente caso, la recurrida se limitó a darle valor probatorio a las copias certificadas
aportadas al juicio por la demandada, pero no indicó en forma alguna qué hechos se encontraban
probados con las consignaciones de alquiler realizadas por nuestra representada, violándose así el
artículo 49 Constitucional en la vertiente del Derecho a la Defensa…”.

Que “… en la contestación de la demanda señalamos expresamente que la parte actora en el juicio


trajo a los autos, de manera parcial, copia simple sin valor probatorio de las constancias o recibos
que el Secretario del Tribunal expedía a nuestra representada acerca de las consignaciones
efectuadas. Pero, se señaló allí, que las fechas de las referidas constancias o recibos del Secretario
en muchos casos y en especial en lo que atañen a las consignaciones de alquiler que se decían
intempestivamente pagadas, no coincidían con la fecha del efectivo depósito o consignación del
alquiler, fechas que efectivamente si constaban en el expediente de consignaciones que íntegro
lleva[n] y aporta[n] como prueba documental a los autos, siendo que el juez, dio valor probatorio
y analizó la prueba parcial y tendenciosa traída a los autos por la actora para justificar sus
afirmaciones de hecho, pero con relación a la copia certificada ‘íntegra’ del expediente de
consignaciones que traj[eron], no fue analizada por el Juez en debida forma y que de ser analizada
hubiere dado por demostradas nuestras afirmaciones de hecho consistentes: 1) en que las fechas
de las consignaciones que se decían impagadas tempestivamente no eran las que se señalaban en
el libelo, sino las que se señalaban en la contestación y 2) demostraban el hecho alegado que una
cosa era el recibo de la consignación o depósito, que fue lo que trajo la actora como prueba, y otra
muy distinta la consignación o depósito del alquiler propiamente dicho, cuestiones que eran
fundamentales y no accesorias y con ello se vulneró de una manera crasa, clara e inequívoca
nuestro derecho a la defensa y a la tutela judicial efectiva consagradas en los artículos 26 y 49
constitucional, violación que por lo expuesto anulan de raíz, la sentencia recurrida y así pedimos se
declare…”.

Que piden “… la presente acción de amparo, en atención a las múltiples sentencias de ésta misma
Sala que así pacíficamente lo permiten, la intenta[n] acompañando copia simple de la sentencia
impugnada pronunciada en fecha 9 de enero de 2015 por el Juzgado Superior Octavo Civil,
Mercantil del Tránsito y Bancario de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas,
en el expediente N° AP71-R-2014-00001189, que resolvió la apelación que ejerci[eron] contra la
sentencia definitiva de primera instancia dictada por el Juzgado Octavo de Municipio de la
Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas, en el expediente N° AP21-V-2010-
001992, que es en el que se sustanció y procesó el juicio que por Desalojo fuere intentado por
VASCO JAVIER DE SOUSA y ASTRID DEL CARMEN AGUDELO, antes identificados contra [su]
representada CACHIVACHES CHITA C.A., desde que el Tribunal de la recurrida como demostra[ron]
con la copia simple que acompaña[ron] a este escrito, de la diligencia interpuesta ante él mismo
el 13 de enero de 2015, pese a haber acordado la misma en fecha 15 de enero de 2015, conforme
a la copia del auto que igualmente acompaña[n], maliciosamente, no obstante la habilitación del
tiempo necesario para dichas actuaciones, hasta el día de hoy inclusive, no las ha expedido, lo que
demuestra a la saciedad la parcialidad de la Juez de la Recurrida, que con la mora en la expedición
de las copias que le solicita[ron] , lo que procura es que transcurran los lapsos para hacer entrega
al tribunal de la causa del expediente para que éste proceda a la Ejecución de la inconstitucional
sentencia, impidiendo así que este amparo pueda prosperar, por lo que solicita[n] los correctivos
correspondientes contra la Juez referida, que para colmo de males es la Juez Rectora del Circuito,
quien por ello debe dar ejemplo con sus actuaciones.

Se reservan acompañar oportunamente y de forma certificada, cuando se las expidan, las copias
certificadas de la sentencia recurrida y de las demás actuaciones pertinentes a este amparo, pero
indica[n] que, por notoriedad judicial, las mismas a excepción de la sentencia recurrida, se
encuentran debidamente certificadas en el expediente de esta misma Sala N° AA50-T-2012-
000413, contentivo del amparo que ejercimos en este mismo juicio contra la sentencia de fecha 17
de febrero de 2012 del Tribunal Superior Noveno, que a la postre fue anulada por la sentencia de
Revisión de 13 de agosto de 2014, habiéndose valido esta misma Sala de ellas en la Revisión
Constitucional lo que no es óbice a que en esta oportunidad igualmente lo haga.

En ese expediente, que da[n] por reproducido, constan debidamente certificadas y en simples de
las actuaciones más relevantes del referido juicio y pertinentes e íntimamente ligadas a los
alegatos formulados en este amparo y a las pruebas de las violaciones constitucionales
denunciadas, especialmente: la demanda y la reforma de la misma, con sus respectivos autos de
admisión; los dos (2) contratos de arrendamiento acompañados por la parte actora con cada uno
de esos escritos (copias de documentos públicos); la contestación de la demanda en la cual
hicimos los alegatos que quedaron consignados antes y el cual ahora también acompañamos en
copia simple. El expediente de consignaciones de alquiler hechas por nuestra representada a favor
de la actora en el juicio principal, en el expediente N° 635-09 del Tribunal del Municipio Zamora
del Estado Miranda (documento público Administrativo), desde que en materia de consignación de
alquiler los referidos Tribunales tienen competencia de esa naturaleza); las pruebas promovidas
por la parte actora consistentes en copias certificadas tendenciosas y parciales del mismo
expediente de consignaciones mencionado; la admisión de las pruebas, la prueba promovida ante
la segunda instancia y los escritos presentados por ésta representación ante la misma y otros
tantos recaudos íntimamente ligados al presente amparo y al expediente de la referida causa en
donde en última instancia se pronunció la sentencia hoy recurrida a través de este amparo…”.

Pidió:

“… A los efectos de la ADMISION del presente amparo expresamente señala[n], que no ha cesado
a la violación de los derechos Constitucionales invocados, la situación no constituye una evidente
situación irreparable y la recurrida no ha sido aún ejecutada, y es posible el restablecimiento de la
situación jurídica infringida, desde que la sentencia que se impugna no ha sido consentida ni
expresa ni tácitamente por mi representada y la muestra más efectiva de ello es el ejercicio del
presente amparo, [su] representada no ha optado por recurrir a las vías judiciales ordinarias, ya
que estas no existen, y no se trata de decisión emanada del Tribunal Supremo de Justicia. Además
se trata de una sentencia de última instancia que de conformidad con lo que dispone el artículo 36
de la LAI no tiene asignado Recurso de Casación.

Solicitamos expresamente a este alto Tribunal que se notifique de la interposición de la presente


acción de amparo a los efectos de lo que puedan alegar: 1°) al Juez del Juzgado Superior Octavo en
lo Civil, Mercantil, Tránsito y Bancario de esta Circunscripción Judicial (…) 2°) al Fiscal del
Ministerio Público (…) y 3°) a los demandantes en el juicio principal VASCO JAVIER DE SOUSA y
ASTRID DEL CARMEN AGUDELO…”

Como tutela cautelar:

“… De conformidad con el artículo 585 del Código de Procedimiento Civil, en concordancia con el
parágrafo primero del artículo 588, del mencionado código, solicitamos muy respetuosamente a
este Tribunal, que se decrete con carácter urgente y como medida cautelar innominada la
suspensión de los efectos de la sentencia que se recurre y se su ejecución, para evitar un perjuicio
irreparable a [su] poderdante, ya que en la misma se ordena EL DESALOJO y ENTREGA MATERIAL
del inmueble que está ocupando legítimamente nuestra representada, siendo que con las
actuaciones que se consignan conjuntamente con la interposición de éste amparo y las que
constan debidamente certificadas en el expediente No AA50-T-2012-000413, de esta misma sala y
contentivo del Amparo Constitucional que ejercimos antes contra la sentencia del Tribunal
Superior Noveno de la misma competencia y jurisdicción de la ahora recurrida, que
posteriormente fuera anulada por vía de Revisión Constitucional, el 13 de agosto de 2014, que
damos totalmente por reproducidas, se encuentran verificadas las presunciones de buen derecho,
el periculum in mora y periculum in damni, aunque este está dispensado de prueba en todo
proceso de cautela constitucional…”.

III

DE LA SENTENCIA OBJETO DE AMPARO

El Juzgado Superior Octavo en lo Civil, Mercantil del Tránsito y Bancario, de la Circunscripción


Judicial del Área Metropolitana de Caracas dictó la decisión que hoy se acciona en amparo, con
fundamento en los siguientes motivos:

“… Corresponde a esta Alzada conocer y decidir de la apelación interpuesta en fecha 25 de octubre


de 2011, por la representación judicial de la parte demandada, abogado en ejercicio Jaime Ruiz
Pellegrino, anteriormente identificado, contra el fallo proferido por el Juzgado Octavo de
Municipio de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de caracas ahora Tribunal Octavo
de Municipio Ordinario y Ejecutor de Medidas de la Circunscripción Judicial del Área
Metropolitana de Caracas, de fecha 24 de octubre de 2011, ello en virtud del fallo proferido por la
Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia de fecha 13 de agosto de 2014, mediante la
cual anuló el fallo objeto de la solicitud de revisión y en consecuencia repuso el juicio de desalojo
al estado de que se dicte nueva sentencia de alzada por el Juzgado Superior que resultare
competente por distribución estableciendo que:
(…)

Así las cosas, se evidencia de autos, que la parte demandada ejerció recurso de apelación contra el
fallo proferido por el Tribunal Octavo de Municipio Ordinario y Ejecutor de Medidas de la
Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas, de fecha 24 de octubre de 2011, que
declaró:

(…)

Se evidencia del estudio realizado a las actas que conforman el presente expediente, que la parte
actora fundamentó su pretensión de desalojo en el literal a del artículo 34 de la Ley de
Arrendamiento Inmobiliario, arguyendo que de acuerdo a la letra del contrato de arrendamiento,
quedo (sic) expresamente convenido entre los contratantes que el arrendatario debía pagar por
mensualidades anticipadas dentro de los primeros cinco (5) días de cada mes, que por ello el mes
de marzo de 2009, debió pagarse desde el 1° al 5° de marzo de 2009, mas el lapso de gracia que
concede la ley, y así sucesivamente con cada uno de los meses señalados, lo que a su decir
conlleva incumplimiento con el pago oportuno de los cánones de arrendamiento.

A su vez la parte demandada alego (sic) en su defensa que la actora maliciosamente procura
demostrar incumplimientos en los pagos, a través de las copias de los recibos emitidos por el
Tribunal de consignación, alegando que el lapso para la consignación del canon no es el señalado
por la actora y que en muchas oportunidades es verificado en primer lugar el depósito en la
cuenta y posteriormente es que el tribunal acusa el recibo, así también, esgrime la demandada
que el canon de arrendamiento debía ser pagado por mensualidades anticipadas dentro de los
cinco primeros días de cada mes contractual y que este comienza, a su decir, los días 15 de cada
mes y a partir de allí comienzan a computarse los días correspondientes al pago, considerando la
demandada que los cánones fueron aportados en forma oportuna.

En este orden de ideas puede quien aquí suscribe verificar que las partes supeditaron la relación
arrendaticia sostenida a un contrato de arrendamiento que suscribieron de manera voluntaria, en
este sentido es menester para quien aquí suscribe traer a colación lo siguiente:

(…)

En este orden, se evidencia de actas que la acción de desalojo fue incoada en base al artículo 34
literal a de la Ley de Arrendamiento Inmobiliario (sic), que establece lo siguiente:

(…)

Así las cosas, puede quien aquí suscribe constatar de las actas, tal como ha quedado probado en
autos y admitido por las partes en juicio, la suscripción de un contrato de arrendamiento que rige
la relación contractual, que el mismo se indetermino (sic) en el tiempo, puesto que si bien en
principio tenía una duración preestablecida, al fenecer, el arrendatario siguió ocupando el bien
inmueble, y cancelando los cánones de arrendamiento acordados, ello con el consentimiento del
arrendador de mantener la relación arrendaticia, por lo que pasó a ser un contrato a tiempo
indeterminado.

(…)

Habiendo establecido lo anterior, pasa reseguidas (sic) quien suscribe a verificar el cumplimiento o
incumplimiento de los pagos de los cánones de arrendamiento a que hacen referencia las partes y
para ello debe determinarse en primera fase el inicio del mes contractual, a fin de determinar la
fecha en la que debía consignarse el pago al arrendador.

Cabe destacar, tal y como puede verificarse de autos, que las partes establecieron la duración del
contrato por dos años fijos contados desde el 15 de septiembre de 2004, hasta el día 15 de
septiembre de 2006, lapso este al cual supeditaron su relación, así también puede verificarse del
contrato de arrendamiento que en la cláusula tercera determinaron ‘LA ARRENDATARIA se
compromete a pagar a los ARRENDADORES el canon de arrendamiento estipulado por
mensualidades anticipadas, dentro de los primeros cinco (5) días de cada mes’.

Así las cosas, cabe establecer que en el presente pacto los sujetos de derecho determinaron por
una parte el período de duración del contrato, definiendo que el mismo comenzaría a correr desde
el 15 de septiembre de 2004 y por otra parte estatuyeron la oportunidad contractual en la cual
debía realizarse la cancelación de los cánones.

Al respecto de la oportunidad de pago contractualmente establecida, la parte demandada en su


escrito de contestación a la demanda, cursante al folio 117 de la primer pieza, argumentó lo
siguiente ‘(…) Es igualmente incontrovertible, que de acuerdo al contrato, la pensión o canon de
arrendamiento, debía ser pagado por mi representada por mensualidades anticipadas dentro de
los cinco (5) primeros días de cada mes (contractual) y que la falta de pago de dos (2)
mensualidades vencidas daría derecho a solicitar la resolución del contrato y pedir la inmediata
desocupación del inmueble arrendado (…)’.

Por consiguiente, para quien aquí suscribe es necesario hacer énfasis en la determinación de las
fechas que hacen disyuntiva en la presente controversia, en primer lugar debe determinarse,
siempre a la luz del acuerdo de voluntades suscrito por las partes, en concordancia con la norma
civil sustantiva anteriormente señalada, la fecha del comienzo de la relación la cual quedo (sic)
establecida en el cuerpo del texto suscrito, que comenzaba a regir desde el día 15 del mes de
septiembre de 2004, siendo esta la fecha contractual en la cual comenzaría a computarse el lapso
que daba vigencia a la relación.

En cuanto a la determinación de la fecha de pago, observa esta Alzada que indistintamente a la


vigencia del contrato, las partes voluntariamente establecieron en la Cláusula Tercera que los
cánones de arrendamiento debían ser cancelados por mensualidades anticipadas ‘dentro de los
primeros cinco días del mes’, lo cual quedó expresamente aceptado por la demandada en la
contestación, encontrando ajustado a derecho lo decidido por el A quo, cuando estableció, que el
inicio de la relación contractual es una cosa distinta a lo convenido y acordado como forma de
pago y pueden estipularse fechas distintas en que deben cumplirse las obligaciones, pues
ciertamente son ellas quienes establecieron y especificaron su voluntad en el texto del pacto
suscrito, en consecuencia, determina esta Alzada que la oportunidad contractual para el pago del
canon de arrendamiento es del primero (1ero) al quinto (5to) día de cada mes calendario. ASÍ SE
DECIDE.

Establecido lo anterior, debe quien suscribe traer a colación lo establecido en el artículo 51 de la


Ley de arrendamiento Inmobiliario (sic), el cual establece ‘(…) Cuando el arrendador de un
inmueble rehusare expresa o tácitamente recibir el pago de la pensión de arrendamiento vencida
de acuerdo con lo convencionalmente pactado podrá el arrendatario o cualquier persona
debidamente identificada que actúe en nombre y descargo del arrendatario, consignarla por ante
el Tribunal de Municipio competente por la ubicación del inmueble, dentro de los quince (15) días
continuos siguientes al vencimiento de la mensualidad’.

Del transcrito texto se desprende que, el legislador otorga un lapso de quince (15) días, contados a
partir del vencimiento de la oportunidad concebida a la realización del pago para llevar a cabo la
consignación del monto de la obligación por ante el Tribunal de Municipio que resulte
competente, con consonancia con ello aunado a la oportunidad fijada en el contrato de
arrendamiento, adiciona la norma quince (15) días para la consignación ante el indicado tribunal,
es decir, que la parte demandada tenía hasta la fecha 20 de cada mes, inclusive, para la
consignación del canon concertado, determina esta alzada que una vez constare en el expediente
de consignaciones el pago realizado es cuando se toma como cierta el cumplimiento de la
obligación, por cuanto es en dicho momento en el cual el tribunal puede dar fe de la certeza del
pago realizado. ASÍ SE DECIDE.

De conformidad con el material probatorio traído a los autos, expediente identificado N° 635-
2.009, de la nomenclatura del Juzgado del Municipio Zamora de la Circunscripción Judicial del
Estado Miranda, se desprende que el mes de marzo de 2009, fue realizada la consignación
intempestivamente el 01 de abril de 2009, los meses de abril y mayo de 2009, fue consignado el
pago de manera extemporánea, en fecha 22 de mayo de 2009; octubre de 2009, fue consignado
extemporáneo en fecha 23 de octubre de 2009; noviembre de 2009 fue realizada la consignación
extemporánea en fecha 25 de noviembre de 2009; diciembre de 2009, fue consignado en
sobremanera extemporánea el 23 de marzo de 2010; enero de 2010, fue consignado en fecha 25
de enero de 2010, resultando extemporánea y febrero de 2010, fue consignado el 15 de marzo de
2010, por lo cual resulta también extemporánea, dado que tal y como fue previamente
establecido, las consignaciones debían realizarse dentro de los 20 primeros días del mes
calendario tal y como fue contractualmente pactado y adicionando el termino otorgado por la ley.
ASÍ SE DECIDE.

De acuerdo a lo anteriormente establecido, concluye quien aquí suscribe que, la parte


demandada, sociedad mercantil Cachivaches Chita C.A. no cumplió con el pago oportuno de la
obligación, tal y como fue establecida contractualmente, ya que las consignaciones realizadas son
a todas luces extemporáneas al lapso oportuno en el cual debían realizarse, ya que exceden del
lapso contractual al cual supeditaron su voluntad, así como el otorgado por la ley.

En virtud de los argumentos y valoraciones anteriormente esgrimidos, es forzoso para quien aquí
suscribe declarar Sin Lugar el recurso de apelación interpuesto en fecha 25 de octubre de 2011,
por la representación judicial de la parte demanda (sic), abogado en ejercicio Jaime Ruiz
Pellegrino, anteriormente identificado, contra el fallo proferido por el Juzgado Octavo de
Municipio de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas ahora Tribunal Octavo
de Municipio Ordinario y Ejecutor de Medidas de la Circunscripción Judicial del Área
Metropolitana de Caracas, de fecha 24 de octubre de 2011, el cual se confirma en todas y cada
una de sus partes. ASÍ SE DECIDE…”.

IV

DE LA DECLARATORIA DE MERO DERECHO

Previo a cualquier consideración, esta Sala observa lo siguiente:

Esta Sala Constitucional, en sentencia n.° 993 del 16 de julio de 2013, caso: Daniel Guédez
Hernández, asentó criterio vinculante respecto a la procedencia in limine litis de aquellos casos de
acciones de amparo constitucional interpuestas contra decisión judicial, cuando el asunto fuere de
mero derecho, en los términos siguientes:

“En la sentencia N° 7, del 1° de febrero de 2000 (caso: José Amando Mejía), la Sala ajustó a la
nueva Carta Magna el procedimiento de amparo constitucional, de la siguiente manera:

[…]

2.- Cuando el amparo sea contra sentencias, las formalidades se simplificarán aún más y por un
medio de comunicación escrita que deberá anexarse al expediente de la causa donde se emitió el
fallo, inmediatamente a su recepción, se notificará al juez o encargado del Tribunal, así como a las
partes en su domicilio procesal, de la oportunidad en que habrá de realizarse la audiencia oral, en
la que ellos manifestarán sus razones y argumentos respecto a la acción. Los amparos contra
sentencias se intentarán con copia certificada del fallo objeto de la acción, a menos que por la
urgencia no pueda obtenerse a tiempo la copia certificada, caso en el cual se admitirán las copias
previstas en el artículo 429 del Código Procedimiento Civil, no obstante en la audiencia oral deberá
presentarse copia auténtica de la sentencia.

Las partes del juicio donde se dictó el fallo impugnado podrán hacerse partes, en el proceso de
amparo, antes y aún dentro de la audiencia pública, mas no después, sin necesidad de probar su
interés. Los terceros coadyuvantes deberán demostrar su interés legítimo y directo para intervenir
en los procesos de amparo de cualquier clase antes de la audiencia pública.
La falta de comparecencia del Juez que dicte el fallo impugnado o de quien esté a cargo del
Tribunal, no significará aceptación de los hechos, y el órgano que conoce del amparo, examinará la
decisión impugnada.

[…]

Por lo tanto, la exigencia de la celebración de la audiencia oral, a juicio de la Sala en realidad se


justifica en aquellos procedimientos de amparo constitucional en los cuales debe oírse
ineludiblemente a las partes intervinientes, lo que coincide además con lo señalado en el artículo
49.3 constitucional que establece: ‘[t]oda persona tiene derecho a ser oída en cualquier clase de
proceso’. Sin embargo, en los casos en los cuales se interponga una demanda de amparo contra
una decisión judicial, la Sala estableció que la falta de comparecencia a la audiencia oral del Juez o
de los Jueces que dictaron la sentencia considerada como lesiva no significa la aceptación de los
hechos, toda vez que el pronunciamiento judicial adversado se basta por sí solo para contradecir
los alegatos plasmados en la solicitud de amparo, por lo que el derecho a la defensa de dichos
funcionarios judiciales, en este supuesto, no se encuentra cercenado.

[…]

Así pues, tanto la acción de amparo como el derecho al amparo llevan implícita la celeridad y el
restablecimiento inmediato de la situación jurídica lesionada constitucionalmente, razón por la
cual el artículo 27 constitucional, conforme con el artículo 1 de la Ley Orgánica de Amparo sobre
Derechos y Garantías Constitucionales, refieren que la autoridad judicial competente tendrá la
potestad para restablecer inmediatamente la situación jurídica infringida o la situación que más se
asemeje a ella; de allí que pueda o no hacerse exigible el contradictorio en el procedimiento de
amparo, dependiendo ello del hecho de que el juez constitucional estime el procedimiento más
conveniente para el restablecimiento inmediato de la situación jurídica infringida que es lo
medular en la vía del amparo; si ello no fuese así, el amparo carecería de eficacia. Por lo tanto,
cuando el mandamiento de amparo se fundamente en un medio de prueba fehaciente
constitutivo de presunción grave de la violación constitucional, debe repararse inmediatamente,
en forma definitiva, y sin dilaciones la situación infringida, sin que se haga necesario abrir el
contradictorio, el cual, sólo en caso de duda o de hechos controvertidos, justificará la realización
de una audiencia oral contradictoria. Si ello no fuera así se desvirtuaría la inmediatez y eficacia del
amparo.

En efecto, existen situaciones de mero derecho o de tan obvia violación constitucional que pueden
ser resueltas con inmediatez y sin necesidad del previo debate contradictorio porque se hace
obvia igualmente la situación jurídica infringida; ¿por qué demorar entonces la restitución de los
derechos constitucionales infringidos?

La Sala considera que el procedimiento de amparo constitucional, en aras de la celeridad,


inmediatez, urgencia y gravedad del derecho constitucional infringido debe ser distinto, cuando se
discute un punto netamente jurídico que no necesita ser complementado por algún medio
probatorio ni requiere de un alegato nuevo para decidir la controversia constitucional. En estos
casos, a juicio de la Sala, no es necesario celebrar la audiencia oral, toda vez que lo alegado con la
solicitud del amparo y lo aportado con la consignación del documento fundamental en el
momento en que se incoa la demanda, es suficiente para resolver el amparo en forma inmediata y
definitiva.

[…]

De modo que, condicionar la resolución del fondo del amparo a la celebración de la audiencia oral
sería inútil en aquellos casos en los cuales se intenta el amparo contra una decisión judicial por un
asunto de mero derecho o de obvia violación constitucional, toda vez que ello ocasionaría la
violación del derecho a la tutela judicial efectiva prevista en el artículo 26 eiusdem, que se
concreta en materia de amparo constitucional en el artículo 27ibidem, debido a que el Estado no
garantizaría, en estos casos, una justicia ‘expedita’.

Por lo tanto, a pesar de que en anterior oportunidad la Sala, con base en la necesidad de celebrar
la audiencia oral contradictoria, negó una solicitud de declaratoria de mero derecho en un
procedimiento de amparo (vid. sentencia N° 988 del 15 de octubre de 2010, caso: Clarense Daniel
Rusian Pérez), se impone en el presente caso un complemento de la sentencia N° 7/2000 y se
establece, con carácter vinculante, que, en las demandas de amparos en las cuales se ventile la
resolución de un punto de mero derecho, el Juez constitucional podrá, en la oportunidad de la
admisión de la solicitud de amparo, decretar el caso como de mero derecho y pasar a dictar, sin
necesidad de convocar y celebrar la audiencia oral, la decisión de fondo que permita restablecer
inmediatamente y en forma definitiva la situación jurídica infringida o la situación que más se
asemeje a ella. Así se establece…”.

Ahora bien, con posterioridad a dicho fallo vinculante, esta Sala Constitucional, en sentencia n.°
609, del 3 de junio de 2014 caso: Laurencio Grimón, declaró procedente in limine litis una acción
de amparo constitucional que había sido admitida previamente, en la cual no se había realizado la
audiencia constitucional, visto que el asunto no requería del contradictorio para ser resuelto, a
objeto de garantizar el restablecimiento efectivo de la situación jurídica infringida.

Así pues, en el presente caso, mediante decisión n.° 111 del 2 de marzo de 2015, esta Sala admitió
la acción de amparo constitucional que nos ocupa y dictó medida cautelar consistente en la
suspensión de los efectos de la sentencia accionada en amparo. Ahora bien, visto que en el caso
concreto estamos en presencia de un asunto de mero derecho, al tratarse de una acción de
amparo contra sentencia que se fundamenta en la ocurrencia de los siguientes vicios:
incongruencia omisiva; violación al principio de contradicción respecto a los alegatos esgrimidos
en la contestación de la demanda así como el escrito presentado en alzada; presunto desacato de
la sentencia n.° 55 del 5 de febrero de 2009 (caso: Inmobiliaria 200555 C.A.); vicio de silencio de
pruebas al no haberse valorado las copias certificadas promovidas por la hoy accionante, las cuales
según sus dichos eran determinantes para la resolución de la controversia, de los cuales solo se
requiere verificar si la sentencia objeto del amparo incurrió en alguno de los vicios denunciados,
toda vez que lo señalado en la solicitud de amparo y el contenido de las actas cursantes en el
presente expediente, constituyen elementos suficientes para que la Sala se pronuncie, con
prescindencia de la audiencia, sobre el fondo de la presente controversia. Así se declara.

CONSIDERACIONES PARA DECIDIR

Declarado el presente caso como un asunto de mero derecho, la Sala procede a resolver el mérito
del amparo y, a tal efecto, observa:

En el presente caso, el objeto de la acción de tutela constitucional incoada se centra en


determinar si el Juzgado Superior Octavo en lo Civil Mercantil del Tránsito y Bancario, de la
Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas, al momento de dictar su sentencia el 9
de enero de 2015, actuando como tribunal de alzada -con ocasión del recurso de apelación
interpuesto por el apoderado judicial de la sociedad mercantil Cachivaches Chita, C.A., contra la
sentencia emitida el 24 de octubre de 2011 por el Tribunal Octavo de Municipio Ordinario y
Ejecutor de Medidas de esa misma Circunscripción Judicial-, incurrió o no en la vulneración o
amenaza de algún derecho o garantía constitucional de la mencionada empresa, con ocasión de la
demanda que por desalojo de un local comercial incoaran contra la hoy accionante en amparo los
ciudadanos Vasco Javier De Sousa y Astrid del Carmen Agudelo.

Al respecto, la representación judicial de la parte accionante denunció que el fallo impugnado


vulneró de manera flagrante su derecho a la tutela judicial efectiva, debido proceso y a la defensa,
previstos en los artículos 26 y 49, cardinal 1, de la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela, por cuanto: (i) omitió pronunciamiento respecto a los alegatos esgrimidos en la
contestación de la demanda, así como el escrito presentado en alzada, referido a la oportunidad
de pago de las mensualidades de los cánones de arrendamiento, destacando que la fecha de pago
se fijólos primeros cinco (05) días del mes contractual, los cuales vencían el veinte (20) de cada
mes a los cuales debía adicionarse los 15 días que se dan para la consignación debido a que esa
era la forma en que se pagaba el canon de arrendamiento en el caso concreto; ii) se apartó del
criterio vinculante asentado en la sentencia n°. 55 del 5 de febrero de 2009 (caso: Inmobiliaria
200555 C.A.), a través de la cual se interpretó el contenido del artículo 51 del Decreto con Rango y
Fuerza de Ley de Arrendamientos Inmobiliarios y se precisó la forma de computar el lapso de
quince (15) días para la consignación judicial de los cánones de arrendamiento; iii) incurrió en el
vicio de silencio de pruebas, por cuanto al decidir el fondo de la controversia, no analizó ni valoró
las copias certificadas del expediente N° 635-2009, proveniente del Tribunal del Municipio Zamora
de la Circunscripción Judicial del estado Miranda, que resultaban determinantes en la resolución
de la controversia.

A los fines de resolver las denuncias formuladas por la parte accionante, relativas a la omisión de
pronunciamiento sobre los alegatos esgrimidos en la contestación de la demanda, así como el
escrito presentado en alzada, referido a la oportunidad de pago de las mensualidades de los
cánones de arrendamiento y la falta del debido análisis y valoración de las consignaciones
arrendaticias, esta Sala estima oportuno traer a colación lo manifestado tanto en la contestación
de la demanda primigenia como ante el tribunal de alzada por la parte demandada –hoy
accionante en amparo-, así como el contenido del contrato y las consideraciones que a este
respecto realizó el tribunal accionado, y a tal efecto se aprecia:

En la contestación al fondo de la demanda la parte demandada adujo que el contrato de


arrendamiento que vincula a las partes comenzó a regir desde el día 15 de septiembre de 2004, y
que dicho contrato estipuló que el canon de arrendamiento debía cancelarse dentro de los cinco
(5) primeros días de cada mes contractual, y siendo que la vigencia del contrato comenzó –tal
como fue señalado anteriormente- el 15 de septiembre de 2004, los cinco primeros días de cada
mes contractual vencían el día 20 de cada mes, y luego de que empezaron a consignarse las
pensiones arrendaticias por ante el Juzgado de Municipio del Municipio Zamora de la
Circunscripción Judicial del Estado Miranda con sede en Guatire, a éstas debía adicionarse el plazo
contemplado en el artículo 51 de la Ley de Arrendamientos Inmobiliarios –aplicable en razón del
tiempo-, esto es, 15 días calendarios siguientes al vencimiento de su obligación contractual, con lo
cual la arrendataria disponía de un plazo de 15 días calendarios después del día 20 de cada mes
contractual para hacer la consignación arrendaticia liberatoria. Por tanto, adujo que los lapsos
para el pago en el caso en concreto se hacían exigibles en los meses que tienen 30 días, el día 5 del
mes siguiente; en los que tienen 31 días, el día 4 del mes siguiente, en los que tienen 28 días, el día
7 del mes siguiente y en los años bisiestos de 29 días el día 6 del mes siguiente; que en razón de
ello no se produjo el supuesto de hecho del artículo 34 literal a) de la Ley de Arrendamientos
Inmobiliarios, para demandar el desalojo, esto es, la falta de pago de 2 mensualidades
consecutivas.

Luego, respecto de la oportunidad del pago del canon de arrendamiento, la parte accionante
esgrimió ante el tribunal de alzada que el tribunal de la causa había incurrido en un error de
interpretación respecto del artículo 12 del Código Civil, y, en torno a ello, había sacado elementos
de convicción fuera de los autos y de las pruebas cursantes en el expediente y que había aplicado
falsamente dicha norma, además de que atribuyó al contrato que vinculó a las partes menciones
que no contiene, toda vez que en el contrato se determinó que los pagos del canon se harían
anticipadamente dentro de los primeros cinco días del mes que obviamente era el contractual que
empezaba a contarse desde el día 15 de cada mes desde que el último contrato comenzó su
vigencia, esto es, el 15 de septiembre de 2004; que para que la fecha de pago fuera entre el día 1 y
5 de cada mes calendario –como fue determinado por el juez de la causa-, era necesario que las
partes expresamente así lo dijeran o establecieran contractualmente.

Asimismo, se evidencia que a los folios 43 al 45 ambos inclusive de la pieza anexo 3 del presente
expediente riela copia certificada del último contrato de arrendamiento que vinculó a las partes el
cual en su clausula tercera estableció expresamente lo siguiente:

“TERCERA: El canon de arrendamiento mensual, para el primer año es decir desde el 15 de


septiembre de 2.004 hasta el 15 de septiembre del 2.005, es la cantidad de SEIS MILLONES
NOVECIENTOS MIL BOLÍVARES (Bs. 6.900.000,00). Ambas partes convienen que el canon de
arrendamiento mensual para el segundo año de vigencia del presente contrato, sufrirá un
incremento equivalente al índice inflacionario que establezca el Banco Central de Venezuela
(I.P.C.) para el año anterior. “LA ARRENDATARIA” se compromete a pagar a “LOS ARRENDADORES”
el canon de arrendamiento estipulado por mensualidades anticipadas, dentro de los primeros
cinco (5) días de cada mes, en la oficina de “LOS ARRENDADORES”…”. Negrillas y subrayado
añadido.

En este mismo orden de ideas, se aprecia que la decisión señalada como lesiva estimó lo siguiente
en cuanto a este punto:

“… [e]n cuanto a la determinación de la fecha de pago, observa esta Alzada que indistintamente a
la vigencia del contrato, las partes voluntariamente establecieron en la Cláusula Tercera que los
cánones de arrendamiento debían ser cancelados por mensualidades anticipadas ‘dentro de los
primeros cinco días del mes’, lo cual quedó expresamente aceptado por la demandada en la
contestación, encontrando ajustado a derecho lo decido por el A quo, cuando estableció, que el
inicio de la relación contractual es una cosa distinta a lo convenido y acordado como forma de
pago y pueden estipularse fechas distintas en que deben cumplirse las obligaciones, pues
ciertamente son ellas quienes establecieron y especificaron su voluntad en el texto del pacto
suscrito, en consecuencia, determina esta Alzada que la oportunidad contractual para el pago del
canon de arrendamiento es del primero (1ero) al quinto (5to) día de cada mes calendario. ASÍ SE
DECIDE.

Establecido lo anterior, debe quien suscribe traer a colación lo establecido en el artículo 51 de la


Ley de arrendamiento Inmobiliario, el cual establece ‘(…) Cuando el arrendador de un inmueble
rehusare expresa o tácitamente recibir el pago de la pensión de arrendamiento vencida de
acuerdo con lo convencionalmente pactado, podrá el arrendatario o cualquier persona
debidamente identificada que actúe en nombre y descargo del arrendatario, consignarla por ante
el Tribunal de Municipio competente por la ubicación del inmueble, dentro de los quince (15) días
continuos siguientes al vencimiento de la mensualidad’.

Del transcrito texto se desprende que, el legislador otorga un lapso de quince (15) días, contados a
partir del vencimiento de la oportunidad concebida a la realización del pago para llevar a cabo la
consignación del monto de la obligación por ante el Tribunal de Municipio que resulte
competente, en consonancia con ello, aunado a la oportunidad fijada en el contrato de
arrendamiento, adiciona la norma quince (15) días para la consignación ante el indicado tribunal,
es decir, que la parte demandada tenía hasta la fecha 20 de cada mes, inclusive, para la
consignación del canon concertado, determina esta Alzada que una vez constare en el expediente
de consignaciones el pago realizado es cuando se toma como fecha cierta el cumplimiento de la
obligación, por cuanto es en dicho momento en el cual el tribunal puede dar fe de la certeza del
pago realizado. ASÍ SE DECIDE…”

Siendo ello así, esta Sala observa que en la decisión accionada en amparo no se decidió conforme
a lo alegado y probado en los autos, por cuanto se interpretó de manera errada la estipulación
contractual relativa a la oportunidad de pago de los cánones de arrendamiento, en razón de que el
tribunal que dictó la decisión señalada como lesiva decidió, sin fundamento alguno, “que el inicio
de la relación contractual es una cosa distinta a lo convenido y acordado como forma de pago y
pueden estipularse fechas distintas en que deben cumplirse las obligaciones” y que la oportunidad
contractual para el pago era el “primero (1ero) al quinto (5to) día de cada mes calendario”, toda
vez que de acuerdo a la redacción de la clausula contractual donde las partes estipularon la
oportunidad de pago se convino en que el pago del canon debía verificarse por mensualidades
anticipadas “dentro de los primeros cinco días del mes”. En tal sentido, para fijar la fecha cierta de
pago debió analizarse cuándo se cumplía ese mes y, en el caso concreto, no había otra forma de
hacerlo sino acudiendo a la fecha cierta de vigencia del contrato que fue establecida
expresamente, esto es, el 15 de septiembre de 2004, por lo que tomando como referencia dicha
fecha se tiene que el primer mes contractual constante de 30 días calendarios, se cumplió
efectivamente el día 15 de octubre de 2004 y así sucesivamente debía computarse cada
vencimiento de las pensiones arrendaticias, por lo que en el caso particular, los primeros cinco
días del mes se verificaban los días 20 de cada mes, a los cuales, por virtud del procedimiento de
consignaciones arrendaticias a que se acogió la arrendataria, debía adicionarse los 15 días
calendarios siguientes para tener como tempestiva la consignación conforme a la disposición
contenida en el artículo 51 de la Ley de Arrendamientos Inmobiliarios –aplicable en razón del
tiempo-. Y así se decide.

Adicionalmente a lo anterior, la decisión señalada como lesiva estimó que “una vez constare en el
expediente de consignaciones el pago realizado es cuando se toma como fecha cierta el
cumplimiento de la obligación, por cuanto es en dicho momento en el cual el tribunal puede dar fe
de la certeza del pago realizado”, criterio éste contrario a toda lógica, pues si las consignaciones
arrendaticias se hacen en la cuenta del tribunal y del comprobante bancario puede verificarse la
fecha en que se hizo el depósito, es esa fecha y no otra la que debe privar a los efectos de
constatar la solvencia del arrendatario, pues el espíritu, propósito y razón de la norma contenida
en el artículo 51 de la Ley de Arrendamientos Inmobiliarios –aplicable en razón del tiempo-, es
crear las condiciones de protección en beneficio del deudor arrendaticio a los efectos de su
solvencia, cuidando siempre lo convencionalmente pactado.

Cabe destacar que tal y como lo ha asentado esta Sala en múltiples decisiones, la función
jurisdiccional es una actividad reglada que debe adecuarse a ciertos parámetros interpretativos
establecidos de manera previa y formal por el Legislador, según lo disponen los artículo 15 y 243
del Código de Procedimiento Civil, por tanto, el juez al decidir, a pesar de tener amplio margen
interpretativo y disponer de la posibilidad de emitir juicios de valor que obedezcan su particular
manera de comprender los conflictos intersubjetivos sometidos a su conocimiento, debe
mantener a las partes en igualdad de condiciones respecto del proceso y, sobre todo, decidir
conforme a la pretensión deducida y a las excepciones o defensas opuestas, so pena de conculcar
los derechos constitucionales a la defensa, al debido proceso y a la tutela judicial efectiva de las
partes (Vide. s. SC n.° 2036 del 19 de agosto de 2002).

En el caso concreto, al evidenciarse que el Juzgado agraviante en su decisión se separó


notablemente de las señaladas directrices, debe esta Sala concluir que la decisión objeto de
amparo conculcó los derechos a la defensa, al debido proceso y a la tutela judicial efectiva de la
hoy accionante en amparo, toda vez que no se ciñó a lo alegado y probado en autos; se apartó del
criterio interpretativo respecto de las consignaciones arrendaticias y erró al analizar y valorar la
fecha cierta de las consignaciones arrendaticias. Y así se decide.

En consecuencia, visto que el presente asunto fue declarado de mero derecho, lo cual permite que
se resuelva inmediatamente el fondo de la presente controversia, la Sala, dada la evidente
violación de los derechos a la defensa, al debido proceso y a la tutela judicial efectiva, declara
procedente in limine litis la acción de amparo constitucional interpuesta contra la sentencia
dictada el 9 de enero de 2015, el Juzgado Superior Octavo en lo Civil, Mercantil, del Tránsito y
Bancario de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas, anula el referido fallo y,
a los fines de restablecer la situación jurídica infringida por el prenombrado Juzgado, ordena que
el Juzgado Superior que resulte competente, emita nueva decisión sin incurrir en las violaciones
constitucionales delatadas en el presente fallo. Así se decide.

Finalmente, al haberse declarado la procedencia in limine litis de la presente acción de amparo,


debe revocarse la medida cautelar decretada por esta Sala mediante decisión n.° 111 del 2 de
marzo de 2015. Y así se decide.

VI

DECISIÓN

Por las razones que anteceden, este Tribunal Supremo de Justicia, en Sala Constitucional,
administrando justicia en nombre de la República por autoridad de la ley, decide:

1. DE MERO DERECHO el análisis de la pretensión de amparo.

2. PROCEDENTE IN LIMINE LITIS la acción incoada, en consecuencia, NULA la sentencia recurrida y


se ORDENA al Juzgado Superior en lo Civil, Mercantil, del Tránsito y Bancario de la Circunscripción
Judicial del Área Metropolitana de Caracas, que resulte competente, dicte un nuevo
pronunciamiento sin incurrir en las violaciones constitucionales delatadas en el presente fallo.

3. Se REVOCA la medida cautelar decretada por esta Sala mediante sentencia n.° 111 del 2 de
marzo de 2015.

4.- NOTIFÍQUESE de la presente decisión al Superior Octavo en lo Civil, Mercantil, del Tránsito y
Bancario de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas; para el cumplimiento
expedito de lo aquí dispuesto y garantizar los principios de celeridad procesal y justicia oportuna,
se ordena igualmente a la Secretaría de la Sala que, conforme a lo señalado en el artículo 91.3 de
la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia, practique en forma telefónica la notificación
ordenada.

Publíquese, regístrese y notífiquese. Archívese el expediente. Cúmplase lo ordenado.


Dada, firmada y sellada en el Salón de Despacho de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de
Justicia, en Caracas, a los 14 días del mes de agosto de dos mil diecisiete (2017). Años: 207º de la
Independencia y 158º de la Federación.

El Presidente,

También podría gustarte