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Una casa llamada TalCual, por

Tony Cittadino
Escribir de nuestra etapa en TalCual es siempre emocionante. El diario
fundado por Teodoro Petkoff llegó a sus primeros 21 años dando
muestras de ética, coraje y su apego a restablecer la democracia en
nuestro país. Sus valores siguen más vigentes que nunca y, quienes
tuvimos la fortuna de pasar por su redacción, nos sentimos orgullosos y
nos sumamos a la conmemoración de otro año dando la pelea, Claro y
raspao.
Siempre he tenido la convicción de que TalCual fue una casa, en el más
amplio sentido de la palabra. No debe ser casualidad que los que
continúan en la redacción y quienes emigramos, nos sintamos como una
familia. Nos une un valioso sentido de pertenencia y un cariño especial
que no muere con el paso del tiempo.

TalCual fue una escuela. Fue el medio de comunicación en el


que aprendí a hacer periodismo y a saber la responsabilidad
que conlleva ejercerlo.
Tuve la fortuna de contar con grandes colegas y tutores, entre ellos mi
querido Héctor Becerra, quien era el coordinador de la sección de
Deportes. Me sentó a su lado —en la oficina llamada el «Decanato» por el
gerente de ventas, Freddy Núñez— y me supo guiar y enseñar. Allí
compartíamos con Omar Luis Colmenares y, luego, con Héctor
el Gordo Landaeta. Ambos fueron coordinadores de Economía en
diferentes etapas, pero amantes del deporte.
Eso, sin contar que del otro lado del pasillo principal estaba la oficina de
la web, dirigida por el siempre ocurrente Omar Pineda. El Mudo siempre
tenía un consejo y también una anécdota y un chiste a la mano. En esa
oficina, años más tarde, conocí a mi esposa.
Mi llegada a TalCual fue en una etapa de transición, pero fue maravillosa.
Entré como pasante de deportes, justo cuando el diario pasaba de
vespertino a matutino. Vivir esa etapa de rediseño, de nuevas pautas y de
ver cómo iba naciendo la nueva era, fue gratificante. Me sentía
privilegiado y con mucho que aprender y aportar. No veía la hora de
graduarme, para poder dedicarme a tiempo completo.
*Lea también: Gracias, Teodoro, por Simón García
Estar en TalCual me gustaba tanto que nunca lo vi como trabajo. A veces
pienso que me mal acostumbraron, porque todo fue perfecto. Tuvo sus
días buenos y no tan buenos, como todo. Pero me sentía con total libertad
de escribir o sugerir temas como quisiera. El trabajo salía solo. Era un
privilegio que me pagaran por lo que me gustaba hacer y, hoy en día, que
estoy fuera del país, lo valoro mucho más, porque al trabajo lo veo como
trabajo y los días se hacen eternos.
A pesar de ser un diario pequeño, solíamos darle pelea a los grandes y
estar en la opinión pública. Los números siempre estaban en rojo, pero no
era impedimento para cubrir las pautas, así sea con las uñas. Para mí, eso
le daba un plus y lo valoraba mucho más, en especial, cuando tocó cubrir
la Serie del Caribe Margarita 2010.

Además, TalCual tenía la particularidad de que su portada


era diferente a las demás. Se caracterizaba por el editorial de
Teodoro, con quien solíamos compartir a última hora en
medio de la corredera para cerrar la edición. Muchas veces
nos sentamos a conversar de cualquier deporte, pero sobre
todo de beisbol y es de los recuerdos más gratos que guardo.
Aunque han pasado diez años desde mi salida, siento que nunca me fui.
Estuve cuatro años (2007-2011), luego un par más como colaborador y
siempre estamos en contacto para ayudar en lo que se pueda,
especialmente en la temporada del beisbol profesional venezolano. Ha
valido la pena saber que las puertas siempre están abiertas de parte y
parte.
TalCual ha sabido adaptarse a los nuevos tiempos. Tuvo una edición
dominical, en la que tuve una columna en medio de firmas brillantes. Otro
privilegio. Pasó a semanario y luego, por completo, a digital. Sin embargo,
sigue ahí, con Xabier Coscojuela al mando de un gran equipo, en el que se
mantiene la fundadora e infatigable Gloria Villamizar. Dando la pelea e
informando lo que otros quieren callar y censurar.
Aunque algunos colegas y compañeros de trabajo ya no están físicamente
con nosotros, sueño con el día en que Dios nos permita volver a vivir en
democracia y reencontrarnos todos en su redacción, para el
relanzamiento de su versión impresa. Es algo que pienso muchas veces
antes de dormir, intentando viajar en el tiempo y vivir esa época
maravillosa e inolvidable.
Es una deuda que, tarde o temprano, se saldará. TalCual y Venezuela se lo
merecen.
Felicidades, mi querido diario TalCual.
Tony Citadino es Periodista deportivo y locutor, es venezolano, reside en Mallorca España.

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