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Roberto Martínez.
Matricula: 18-0274
-El comercio, los griegos, como buenos navegantes y con una amplia zona
costera, mantuvieron relaciones con otras culturas y por tanto, tuvieron
acceso a otras formas de entender el mundo, a otros conocimientos,
perspectivas, saberes, técnicas, costumbres… y esto de alguna forma les
hizo tener mayor amplitud de miras.
-La religión griega tenía particularidades significativas, por un lado no
tenían ningún texto sagrado, lo que hacía que fueran frecuentes la
diversidad de interpretaciones, además, no disponían de casta sacerdotal, y
por ello de nadie que les dijera cómo debían interpretar los mitos. Esto
supone también una mayor abertura en el mundo de las creencias, frente a
aquellas culturas en que sus religiones si disponen de un libro sagrado que
fija con más facilidad las creencias de un pueblo. Junto a la religión pública
convivía también el orfismo, una religión de carácter casi secreto, es decir,
que también contaban con dos “clases” distintas y por tanto, convivían con
la idea de la diversidad ideológica. Así que se da la situación para que los
griegos puedan comenzar a dudar de las creencias de carácter mítico sobre
el mundo.
-La división del territorio, el hecho de que Grecia estuviera dividida en
ciudades-estado, donde había leyes y normas distintas, les hizo entender la
relatividad de las mismas leyes, dado que lo que podía estar prohibido en
una ciudad en la otra estaba permitido. Esto, simplificando la cuestión,
significa que pudieron llegar a tener la visión de que no hay una ley
inmutable, sino que depende de los acuerdos entre los ciudadanos. Y esto
les pudo permitir entender que las leyes y las ideas pueden cambiar.
Platón regresó a las preguntas fundamentales desde las que partieron los
filósofos presocráticos: ¿qué es lo que existe? ¿Cómo funciona el
cosmos? El ateniense se fijó en que, mientras que los grandes ideales que
guían los actos de los hombres, como por ejemplo el bien y la justicia, son
perfectos y válidos en todas partes independientemente del contexto, el
mundo que nos rodea es siempre cambiante, dependiente de todo lo que
ocurre en el tiempo y el espacio: los árboles crecen y se secan, las
personas envejecen y desaparecen, las montañas son modificadas por las
tormentas, el mar cambia de forma dependiendo del viento, etc.
Además. nada de lo que podamos saber acerca de nuestro entorno es
universal, ya que depende del punto de vista de cada persona o, incluso, de
la información de la que dispongamos. Un buey puede resultar
relativamente grande visto desde lejos, pero si nos acercamos podemos ver
que el árbol que tiene a su lado es prácticamente un arbusto y que el
animal, por consiguiente, es más bien pequeño.
Alma Concupiscible