En las comunicación humana hay permanentemente valoraciones positivas y
negativas. Se habla de bueno y malo, verdad y mentira, falso y cierto, correcto e incorrecto. Hay aspectos que se valoran de manera favorable y otros que no.
Todo aquello que es considerado positivo es correcto. Y la corrección se refiere
al conjunto de acciones que son correctas. Desde un enfoque de análisis semántico, es fácil explicar la idea de corrección. De alguna manera, todo el mundo cree que sabe distinguir claramente qué es correcto y qué cosas no lo son. En realidad la idea de corrección es más compleja de lo que parece inicialmente. A veces es evidente lo que es correcto: criar a los hijos, trabajar honradamente y cumplir las leyes son conductas sociales que, en principio, son estimadas como positivas. Pero la realidad en ocasiones se complica.
La idea de corrección va evolucionando. Prueba de ello es el conjunto de
normas cívicas del pasado. Hoy en día nos parecen extrañas y resultan incorrectas. Las nuevas ideas y tendencias alteran la noción de los valores morales, que son las ideas por las cuales juzgamos si la conducta humana es correcta o no.
No hay que olvidar que corrección es muy a menudo sinónimo de corriente y
habitual. Afirmamos que x es correcto porque estamos acostumbrados a ello, sin ofrecer argumentos que justifiquen propiamente su corrección.