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Con11)0 latlno1merle1no Constlho L1tlno· 1merle1no


de Ciencias Socl1les CLAC SO de Cllnclu Socl1ls

COLECCIÓN B IBLIOTECA DE CIENCIAS SOCIALES

Dlafcroa fUNoolooa: M.UJo R. DOS SAN'!~ (IN "4Et.IORIAM)


Dlan:ToR Dt 1A CoucclON A'Tll.IO A 8oMlN
S«mAJtlO FJEC\ITlllO DE CLACSO

l'llOCllAMA D! P\lllJCACIONQ: AUA DE D1ru~ Dl CLACSO


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F.DICION: FtoRENCIA ENcllEI.
REVISlON D! Plluw.s: MARIANA l:NCHEL / IVANA BRICHENTI
OISEAo EDITORIAL: MICUll. A. SANTMICELO / loitENA TAIBO
MAACD.O CIAROINO
1.oclmCA YDISTllJUCION: MAllCELO F RoORICUEZ I SEBAmAN AMENTA
DANID. ARANDA

REINVENTAR lA DEMOCRACIA
Am D! ~ loR!NA TAlllO
hlMw !DICIOI\' 1998 A /IIJ\l'f.vi;AoSot/OhJA l PAl11C'INTM DO REINVENTAR EL ESTADO
F.mDa. CES. CoomlA
Pmlw EmCll).o; 1998 lil1wrN1M A llOC)('~ CAADI\'~ l.J$llO.\
Gec;~ DA~ 2002)
Pll.ICDA f.DICIOH; 1999 Rll\ V11rTA6 U .!IDIOUA04. IEJWlNTA6 11
fsrwo. SEQU!T\ll. MADRID \O Boaventura De Sousa Santos
~
Pa!MW tDICIOH: 2004 liEJ\lfNIU U ODIOaACIA llJ\•fh'TU 11
EmDo. IWIS-FES. Qurro
o 8°'l'!NTIJllA DI! SOOsA So\N'ros '°o
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PRIMERA ED!QON D! CLACSO
REINVENTAR U DO.IOCRACIA: ltEINVENTAI l l fST"1JO
SUENOS AIRES: CLACSO, FEBRERO DE 2005
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ISBN 987-1183-IJ..5
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de Sol.U Santos, Bonmtun
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Rdnvmtar 11 dtmocncla : relnvenw el eslado. - la.ed. - Bueno. Alm . Constjo ullnoammcano dt
C1tnc1a Sociales. 2005. ÍNDICE
112 p. : 23xl6 an. - (Blblloceca de Ciencias Socllles I dlr1gldl por Anuo Boron)

ISBN 987-1183-13-5

1 Dnnocncia. 2. Estado. l. Titulo


CDD 321.8

REINVENTAR LA DEMOCRACIA
7

- EL CONTRATO SOCIAL DE LA MODERNIDAD


7

LA CRISIS DEL CONTRATO SOCIAL


16

LA EMERGENCIA DEL FASCISMO SOCIETAL


29

SOCIABILIDADES ALTERNATIVAS
36

- EL REDESCUBRIMIENTO DEMOCRÁTICO DEL TRABAJO


40

EL EsTADO COMO NOVfS1MO MOVlMIENTO SOCIAL


48
t
RfilNvENTAR LA DEMOCRACIA
LA REINVENCIÓN SOLIDARIA Y PARTICIPATIVA DEL EsTADO
57

LA CRISIS DEL REFORMISMO


63

EL Es'fADO IRREFORMABLE
65

EL EsTADO REFORMABLE
66 . ..
, EL TERCER SECTOR
68
EL CONTRATO SOCIAL DE LA MODERNlDAD
- LA REFORMA DEL EsTADO Y EL TERCER SECTOR
87 EL COl\.IRATO SOCIAL es el meta-relato sobre el que se asienta la
moderna obligación política. Una obligación compleja y contradic-
toria por cuanto establecida entre hombres libres y con el propósi-
BmuocRAFfA to, al menos en Rousseau , de maxlmlzar, y no de minimizar, la
98 libertad. El contrato social encierra, por lo tanto, una tensión dia-
léctica entre regulación social y emancipación social, tensión que se
mantiene merced a la constante polarización entre voluntad Indivi-
dual y voluntad general, entre Interés particular y bien común. El
Estado nación, el derecho y la educación cívica son los garantes del
discurrir pacífico y democrático de esa polarización en el seno del
ámbito social que ha venido en llamarse sociedad civil. El procedi-
miento lógico del que nace el carácter innovador de la sociedad civil
radica, como es sabido, en la contraposición entre sociedad civil y
estado de naturaleza o estado natural. De ahí que las conocidas dife-
rencias en las concepciones del contrato social de Hobbes, Lockc y

7
..
Rfl:-.O\'(~'TAR LA 0 1MOCRACIA Bo AvENTURA n1 sousA SAN ro\
t
Rousseau tengan su reflejo en distinras concepciones del estado de puedan cohabitar con ciudadanos. El tercer y úlcimo criterio es el
naruraleza 1: cuanto más violento y anárquico sea éste mayores serán (del) comercio público de los intereses. Sólo los intereses que pue-
los poderes atribuidos al Estado resultante del contrato social. Las den expresarse en la sociedad civil son objeto del contrato. La vida
diferencias entre Hobbes, por un lado, y Locke y Rousseau, por privada, los intereses personales propios de la intimidad y del espa-
otro, son, en este sentido, enormes. Comparcen todos ellos, sin cio doméstico, quedan, por lo tanto, excluidos del contrato.
embargo, la idea de que el abandono del estado de naturaleza para El concraco social es la metáfora fundadora de la racionalidad
consciruir la sociedad civil y el Estado modernos representa.una social y política de la modernidad occidental. Sus criterios de inclu-
opción de carácter radical e irreversible. Según ellos, la modernidad sión/exclusión fundamentan la legitimidad de la contracrualización
es intrfnsecamence problemática y rebosa de unas antinomias -entre de las interacciones económicas, políticas, sociales y culrurales. El
la coerción y el consentimiento, la igualdad y la libercad, el sobera- potencial abarcador de la contractualización tiene como concrapar-
no y el ciudadano o el derecho narural y el civil- que sólo puede rida una separación radical entre incluidos y excluidos. Pero, aun-
resolver con sus propios medios. No puede echar mano de recursos que la contraccualización se asienta sobre una lógica de
pre- o anti-modernos.
·'
inclusión/exclusión, su legitimidad deriva de La inexistencia de
El contrato social se basa, como todo contrato, en unos criterios excluidos. De ahí que éstos últimos sean declarados vivos en régi-
de inclusión a los que, por lógica, se corresponden unos criterios de men de muerce civil. La lógica operativa del contrato social se
cxclusión.j De entre estos últimos destacan tres. El primero se sigue encuentra, por lo tanto, en permanente tensión con su lógica de
del hecho de que el contrato social sólo incluye a los individuos y a legitimación. Las inmensas posibilidades del contrato conviven con
su inherente fragilidad. En cada momento o coree sincrónico, la
sus asociaciones; la naturaleza queda excluida: codo aquello que pre-
contracrualización es al mismo tiempo abarcadora y rígida; diacró-
cede o permanece fuera del contrato social se ve relegado a ese ámbi-
nicamente, es el terreno de una lucha por la definición de los crite-
to significativamence llamado "estado de naturaleza". La única natu-
rios y términos de la exclusión/inclusión, lucha cuyos resultados van
raleza relevante para el concraro social es la humana, aunque se trate,
modificando los términos del contrato. Los exch,1idos de un
en definitiva, de domesticarla con las leyes del Estado y las normas
momento surgen en el siguiente como candidatos a la inclusión y,
de convivencia de la sociedad civil. Cualquier otra naturaleza o
acaso, son incluidos en un momento ulterior. Pero, debido a la lógi-
constituye una amenaza o representa un recurso. El segundo crite-
ca operativa del contrato, los nuevos incluidos sólo lo serán en
rio es el de la ciudadanía territorialmente fundada. Sólo los ciuda-
detrimento de nuevos o viejos excluidos. El progreso de la contrac-
danos son partes del contrato social. Todos los demás -ya sean muje-
rualización tiene algo de sisífico. La flecha del tiempo es aquí, como
res, extranjeros, inmigrantes, minorías (y a veces mayorías) étnicas- mucho, una espiral.
quedan excluidos; viven en el estado de naturaleza por mucho que
Las tensiones y antinomias de la concracrualización social no se
1 Para un análisis pormenorizado de las distintas conctpcioncs dd contrato social resuelven, en última instancia, por la vía contractual. Su gestión
vhsc Santos, 1995. pp. 63-71. controlada depende de tres presupuestos de carácter mecacontrac-

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REINVENTAR V. DEMOCRACIA B OAVENTURA DE SOUSA SANTOS

cual: un régimen general de valores, un sistema común de medidas medidas permite incluso, con las homogeneidades que crea, esta-
y un espacio-tiempo privilegiado. El régimen general de valores se blecer correspondencias encre valores antinómicos. Así, por ejem-
asienta sobre las ideas del bien común y de la voluncad general en plo, entre La libertad y la igualdad pueden definirse criterios de jus-
cuanro principios agregadores de sociabilidad que permüen desig- ticia social, de redistribución y de solidaridad. El presupuesco es
nar como 'sociedad' las interacciones aucónomas y contractuales que las medidas sean comunes y procedan por correspondencia y
encre sujecos libres e iguales. homogeneidad. De ahí que la única solidaridad posible sea la que
se ·da enrre iguales: su concreción más cabal está en la solidaridad
El sistema comtJn de medidas se basa en una concepción que con-
encre trabajadores.
vierte el espacio y el tiempo en unos criterios homogéneos, neutros
y lineares con los que, a modo de mínimo común denominador, se El espacio-tiempo privilegiado es el espacio-tiempo estatal nacio-
definen las diferencias relevantes. La técnica de la perspectiva incro- nal. En este espacio-tiempo se consigue la máxima agregación tte
ducida por la pinrura renacentista es la primera manifestación intereses y se definen las escalas y perspecrivas con las que se obser-
moderna de esca concepción. Igualmence importante fue, en este van y miden las interacciones no estacales y no nacionales (de ahí,
sentido, el perfeccionamiento de la técnica de las escalas y de las por ejemplo, que el gobierno municipal se denomine gobierno
proyecciones en la cartografía moderna iniciada por Mercacor. Con local). La economía alcanza su máximo nivel de agregación, inte-
esca concepción se consigue, por un lado, distinguir la naturaleza gración y gestión en el espacio-tiempo nacional y estatal que es tam-
de la sociedad y, por otro, establecer un término de comparación bién el ámbico en el que las familias organizan su vida y establecen
cuanciracivo encre las interacciones sociales de carácter generalizado 1. el horizonte de sus expectativas, o de la falta de las mismas. La obli-
y diferenciable. Las diferencias cualitativas encre Las interacciones o gación política de los ciudadanos anee el Estado y de éste anee aqué-
se ignoran o quedan reducidas a indicadores cuantitativos que dan llos se define dentro de ese espacio-tiempo que sirve también de
aproximada cuenca de las mismas. \El dinero y la mercancía son las escala a las organizaciones y a las luchas políticas, a la violencia legí-
concreciones más puras del sistema común de medidas: facilitan la tima y a la promoción del bienestar general. Pero el espacio-tiempo
medición y comparación del trabajo, del salario, de los riesgos y de nacional estatal no es sólo perspectiva y escala, también es un ritmo,
los dañosJ Pero el sistema común de medidas va más allá del dine- una duración, una temporalidad; también es el espacio-tiempo de
ro y de las mercancías. La perspectiva y la escala, combinadas con la deliberación del proceso judicial y, en general, de la acción buro-
el sistema general de valores, permiten, por ejemplo, evaluar la gra- crática del Estado, cuya correspondencia más isomórfica está en el
vedad de los delicos y de las penas: a una determinada graduación espacio-tiempo de la producción en masa.
de las escalas en la gravedad del deliro corresponde una determina-
da graduación de las escalas en la privación de libercad. La perspec- Por último, el espacio-tiempo nacional y escacal es el espacio seña-
tiva y la escala aplicadas al principio de la soberanía popular per- lado de la cultura en cuanto conjunto de dispositivos identicarios
miten la democracia representativa: a un número x de habitantes que fijan un régimen de pertenencia y legitiman la normarividad que
corresponde un número y de representantes. El sistema común de sirve de referencia a codas las relaciones sociales que se desenvuelven

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REINVENTAR U. DEMOCRACIA DE SouSA SANTO!>
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1
BoAVENTURA

dentro del territorio nacional: desde el sistema educativo a la hisco- común siempre fueron luchas por definiciones alternativas de ese
ria nacional, pasando por las ceremonias oficiales o los días fescivos. • bien. Luchas que se fueron cristalizando con concracrualizaciones
Estos principios reguladores son congruentes entre sí. Si el régi- parciales que modificaban los mínimos hasta entonces acordados y
men general de valores es el garance último de los horizontes de que se tradudan en una materialidad de inscicuciones encargadas de
expeccarivas de los ciudadanos, el campo de percepción de ese hori- asegurar el respeto a, y la continuidad de, lo acordado.
zonte y de sus convulsiones depende, del sistema común de medi- Oc esca prosecución contradictoria de los bienes públicos, con
das. Perspectiva y escala son, entre otras cosas, dispositivos visuales sus consiguientes contracrualizaciones, resultaron eres grandes cons-
que crean campos de visión y, por canco, áreas de ocultación. La telaciones institucionales, codas ellas asentadas en el espacio-tiempo
visibilidad de determinados riesgos, dafios, desviaciones, debilida- nacional y escatal:lla socialización de la economía, la politización 4el
des tiene su reflejo en la identificación de determinadas causas, J
Estado y la nacionalización de la identidad/ La socialización tÚ la
determinados enemigos y agresores. Unos y otros se gescionan de economía vino del progresivo reconocimiento de la lucha de clases
modo preferente y privilegiado con las formas de confliccividad,
como insuumenco, no de superación, sino de transformación del
negociación y administración propias del espacio-tiempo nacional
capitalismo. La regulación de la jornada laboral y de las condiciones
y estatal.
de trabajo y salariales, la creación de seguros sociales obligatorios y
La idea del contrata social y sus principios reguladores conscitu- de la seguridad social, el reconocimiento del derecho de huelga, de
yen el fundamento ideológico y político de la contracrualidad sobre los sindicaros, de la negociación o de la contratación colectivas son
la que se asientan la sociabilidad y la política de las sociedades algunos de los hitos en el largo camino histórico de la socialización
modernas. Entre las características de esca organización contracrua- de la economí'l. Camino en el que se fue reconociendo que la eco-
lizada, destacan las siguientes. El conuato social pretende crear un nomía capitalista no sólo estaba constituida por el capital, el mer-
paradigma socio-político que produzca de manera normal, cons- cado y los factores de producción sino que también participan de
tante y consistente cuatro bienes públicos: qegitimidad del gobier- ella trabajadores, personas y clases con unas necesidades básicas,
no, bienestar económico y social, seguridad e identidad colectiva. unos intereses legítimos y, en definitiva, con unos derechos ciuda-
Esros bienes públicos sólo se realizan conjuntamente: son, en úlci.-
danos. Los sindicatos desempefiaron en esce proceso una función
ma instancia, los discintos pero convergentes modos de realizar el
destacada: la de reducir la competencia entre trabajadores, principal
bien común y la voluntad general. La consecución de estos bienes
causa de la sobre-explotación a las que estaban inicialmente sujetos.
se proyectó históricamente a través de una vasca constelación de
luchas sociales, cnuc las que destacan las luchas de clase -expresión La materialidad normativa e institucional rcsultancc de la socializa-
de la fundamental divergencia de intereses generada por las relacio- ción de la economía quedó en manos de un Estado encargado de regu-
nes sociales de producción capitalista. Debido a esta divergencia y a lar la economía, mediar en los conflictos y reprimir a los trabajadores,
las antinomias inherentes al contrato social (entre autonomía indi- anulando incluso consensos represivos. Esta cencralidad del Estado en
vidual y justicia social, libertad e igualdad), las luchas por el bien la socialización de la economía influyó decididamente en la configu-

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REINVENTAR LA DEMOCRACIA BoAVENTURA DE SousA SANTOS

ración de la segunda conscdación: la politización del Estado, proceso Este amplio proceso de concractualización social, política y cul-
asentado sobre el desarrollo de su capacidad reguladora. tural, con sus criterios de inclusión/exclusión, tiene, sin embargo,
dos límites. El primero es inherence a los mismos criterios: la inclu-
El desarrollo de esca capacidad asumió, en las sociedades capita-
sión siempre tiene como límice lo que excluye. La socialización de
listas, principalme!1te, dos formas:~) Escado de bienescar en el cen- la economía se consiguió a cosca de una doble des-socialización: la
ero del siscema muncüal y el Estado desarrollisca en la periferia y de la naturaleza y la de los grupos sociales que no consiguieron acce-
semi periferia del sistema mundial/A medida que fue escacalizando der a la ciudadanía a través del trabajo. AJ ser una solidaridad entre
la regulación, el Estado la convirció en campo para la lucha políci- iguales, la solidaridad entre crabajadores no alcanzó a los que que-
ca, rawn por lo cual acabó policizándose. Del mismo modo que la daron fuera del círculo de la igualdad. De ah( que las organi_zacio-
ciudadanía se configuró desde el trabajo, la democracia estuvo nes sindicales nunca se percataran, y en algunos casos sigan s1í1
desde el principio ligada a la socialización de la economía. La ten- hacerlo, de que el lugar de trabajo y de producción es a menudo el
sión entre capitalismo y democracia es, en esce sencido, constituti- escenario de delitos ecológicos o de graves discriminaciones sexua-
va del Esrado moderno, y la legicimidad de este Escado siempre les y racialesl Por otro lado, la policización y la visibilidad pública
escuvo vinculada al modo, más o menos equilibrado, en que resol- del Estado tuvo como contrapartida la despolitización y privatiza-
vió esa tensión. EJ grado cero de legitimidad del Estado moderno es ción de coda la esfera no estatal: la democracia pudo desarrollarse en
el fascismo: la completa rendición de la democracia anee las necesi- la medida en que su espacio quedó restringido al Estado y a la polí-
dades de acumulación del capicalismcl. Su grado máximo de legiti- tica que éste sincecizaba: Por último, la nacionalización de la iden-
midad resulta de la conversión, siempre problemática, de la censión tidad culcural se asencó sobre el ecnocidio y el epistemicidio: todos
aquellos conocimiencos, universos simbólicos, tradiciones y memo-
entre democracia y capitalismo en un círculo virtuoso en el que
rias colectivas que diferían de los escogidos para ser incluidos y eri-
cada uno prospera aparencemence en la medida en que ambos pros-
girse en nacionales fueron suprimidos, marginados o desnaruraliza-
peran conjuntamente. En las sociedades capitalistas esce grado
dos, y con ellos los grupos sociales que los encarnaban.
máximo de legicimidad se akanzó en los Estados de bienestar de
Europa del norte y de Canadá. El segundo límite se refiere a las desigualdades articuladas por el
moderno sistema murrdial. Los ámbiros y las formas de la concrac-
Por último, la nacionalización de la identidad cultural es/el pro- tualización de la sociabilidad fueron distincos según fuera la posi-
ceso mediance el cual las, cambiances y parciales, idencidades de los ción de cada país en el sistema mundial: la contractualización fue
distintos grupos sociales quedan territorializadas y temporalizadas más o menos inclusiva, estable, democrática y pormenorizada. En
dentro del espacio-riempo nacionaj/La nacionalización de la iden- la periferia y semiperiferia la concractualización tendió a ser más
tidad cultural refuerza los criterios de inclusión/exclusión que sub- limitada y precaria que en el cenero. El concrato siempre ruvo que
yacen a la socialización de la economía y a la politización del convivir allí con el starus; los compromisos no fueron sino mC>men-
Estado, confiriéndoles mayor vigencia histórica y mayor estabilidad. ros evanescentes a medio camino entre los pre-compromisos y los

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R.l:.INVEN1AR U. OEMOCRACIA
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BOAVf.NTURA DE SOUSA SANTOS

pose-compromisos; la economía se socializó sólo en pequeñas islas ese mundo anarquista de Foucaulc). Según él, dos son los grandes
de inclusión situadas en medio de vastos archipiélagos de exclusión; modos de ejercicio del poder que, de modo complejo, coexisten: el
la politización del Estado cedió a menudo ante la privatización del dominante poder disciplinario, basado en las ciencias, y el declinan-
Estado y la patrimonialización de la dominación política; y la iden- te poder jurídico, centrado en el Estado y el derecho. Hoy en día,
tidad cultural nacionalizó a menudo poco más que su propia cari- estos poderes no sólo se encuentran fragmentados y desorganiZados
catura. Incluso en los países cencrales la conrracrualización varió sino que coexisten con muchos ocros poderes. El poder disciplinario
notablemente: por ejemplo, encre los países con fuerte tradición resulta ser cada vez más un poder indisciplinario a medida que las
conrraccualista, caso de Alemania o Suecia, y aquellos de tradición ciencias van perdiendo seguridad epistemológica y se ven obligadas
subcontraccualista como el Reino Unido o los Estados Unidos de a dividir el campo del saber entre conocimientos rivales capaces de
América. generar discincas formas de poder. Por otro lado, el Estado pie~
centralidad y el derecho oficial se desorganiza al coexistir con un
derecho no oficial dictado por múltiples legisladores fácticos que,
l..A CRISIS DEL CONTRATO SOCIAL ' r
gracias a su poder económico, acaban transformando lo fáctico en
Con codas estas variaciones, d contrato social ha presidido, con sus norma, disputándole al Estado el monopolio de La violencia y del
criterios de inclusión y exclusión y sus principios meraconcracruales, derecho. La caócica proliferación de poderes dificulta la identifica-
la organización de la sociabilidad económica, política y culrural de las ción de los enemigos y, en ocasiones, incluso la de las víctimas.
sociedades modernas. Este paradigma social, político y culrural viene, Los valores de la modernidad -libertad, igualdad, autonomía,
sin embargo, atravesando desde hace más de una década una gran subjetividad, justicia, solidaridad- y las antinomias entre ellos per-
turbulencia que afecta no ya sólo a sus dispositivos operativos sino a viven pero están sometidos a una creciente sobrecarga simbólica:
sus presupuestos; una rurbulencia tan profunda que parece estar vienen a significar cosas cada vez más dispares para los distintos gru-
apuntado a un cambio de época, a una transición paradigmática. pos y personas, al punto que el exceso de sentido paraliza la eficacia
En lo que a los presupuestos se refiere, el régimen general devalo- de estos valores y, por tanto, los neutraliza.
res no parece poder resistir la creciente fragmentación de una socie- La turbulencia de nuestros días resulca especialmente patente en
dad dividida en múltiples apartheids y polarizada en torno a ejes eco- el sistema común de medidas. Si el ciempo y el espacio neutros,
nómicos, sociales, políticos y culrurales. En este contexto, no sólo lineares y homogéneos desaparecieron hace ya tiempo de las cien-
pierde sentido la lucha por d bien común, también parece ir per- cias, esa desaparición empieza ahora a hacerse notar en la vida coti-
diéndolo la lucha por las definiciones alternativas de ese bien. La diana y en las relaciones sociales. Me he referido en otro lugar
voluntad general parece haberse convertido en un enunciado absur- (Santos, 1998a) a la turbulencia por la que atraviesan las escalas con
do. Algunos autores hablan incluso dd fin de la sociedad. Lo cieno las que hemos venido identificando los fenómenos, los conflictos y
es que cabe decir que nos enconcramos en un mundo posc-foucaul- las reacciones. Como cada fenómeno es el producto de las escalas
riano (lo cual revela, retrospectivamente, lo muy organizado que era con las que lo observamos, la turbulencia en las escalas genera extra-

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REINVENTAR U. OEMOCKAC IA B OAVENTURA Dt SouSA SANTOS


ñamienco, desfamiliarización, sorpresa, perplejidad y oculración: la Por último, el espacio-tiempo nacional y estatal está perdiendo
violencia urbana es un ejemplo paradigmático de esta turbulencia su primada ante la creciente competencia de los espacios-tiempo
en las escalas. Cuando un niño de la calle busca cobijo para pasar la globales y locales y se está desescructurando ante los cambios en sus
nothe y acaba, por ese motivo, asesinado por un policía o cuando ritmos, duraciones y temporalidades. El espacio-tiempo naciohal
una persona abordada por un mendigo se niega a dar limosna y, por estatal se configura con ritmos y temporalidades distintos pero
ese motivo, es asesinada por el mendigo estamos anee una explosión compatibles y articulables: la temporalidad electoral, la de la con-
imprevisible de la escala del conflicto: un fenómeno aparentemente tratación colectiva, la temporalidad judicial, la de la seguridad
trivial e inconsecuente se ve correspondido por otro dramático y de social, la de la memoria histórica nacional, etc. La coherencia entre
fatales consecuencias. Este cambio abrupto e imprevisible en la estas temporalidades confiere al espacio-tiempo nacional estatal su
escala de los fenómenos se da hoy en dfa en los más variados ámbi- configuración específica. Pero esta coherencia resulta hoy en di¡i
tos de la praxis social. Cabe decir, siguiendo a Prigogine (1979; cada vez más problemática en la medida en que varia el impacto que
1980), que nuestras sociedades están atravesando un periodo de sobre las distintas temporalidades tienen los espacios-tiempo global
bifurcación, es decir, una situación de inestabilidad sistémica en el y local.
que un cambio mfnimo puede producir, imprevisible y caóáca- Aumenta la importancia de determinados ritmos y temporalida-
mente, transformaciones cualitativas. La turbulencia de las escalas des completamente incompatibles con la temporalidad estatal
deshace las secuencias y los términos de comparación y, al hacerlo,
nacional en su conjunto. Merecen especial referencia dos fenóme-
reduce las alternativas, generando impotencia o induciendo a la
nos: el tiempo instantáneo del ciberespacio, por un lado, y el tiem-
pasividad. po glacial de la degradación ecológica, de la cuestión indfgen a o de
La esrabilidad de las escalas parece haber quedado limitada al la biodiversidad, por otro. Ambas temporalidades chocan frontal-
mercado y al consumo, pero incluso aquf se han producido cambios mente con la temporalidad política y burocrática del Estado. El
radicales en el ritmo así como explosiones parciales que obligan a tiempo instantáneo de los mercados financieros hace inviable cual-
modificar constantemente la perspectiva sobre los actos comercia- quier deliberación o regulación por. parte del Estado. El freno a esta
les, las mercancías y los objetos, hasta el extremo en que la inter- temporalidad instantánea sólo puede lograrse actuando desde la
subjetividad se transmuta en interobjetualidad (interobjectua/ida- misma escala en que opera, la global, es decir, con una acción inter-
de}. La constante transformación de la perspectiva se da igualmen- nacional. El tiempo glacial, por su parte, es demasiado lenco para
te en las tecnologías de la información y de la comunicación donde compatibilizarse adecuadamente con cualquiera de las temporalida-
La turbulencia en las escalas es, de hecho, acto originario y condi- des nacional-estatales. De hecho, las recientes aproximaciones entre
ción de funcionamiento. La creciente inter-actividad de las tecno- los tiempos estatal y glacial se han traducido en poco más que en
logías permite prescindir cada vez más de la de los usuarios de intentos por parte del primero de canibalizar y desnaturalizar al
modo que, subrepticiamente, la ínter-actividad se va desliz.ando segundo. Basta recordar el trato que ha merecido en muchos países
hacia la inter-pasividad. la cuestión indígena o, también, la reciente tendencia a aprobar

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REINVENTAR LA OFMCXRACIA B OAVENTURA DE SousA SANTOS

leyes nacionales sobre la propiedad intelectual e induscrial que inci- durante su vigencia sin poder alterar las condiciones o los términos
den sobre la biodiversidad. de lo acordado. En segundo lugar la nueva concractualización no
tiene, a diferencia del contrato social, estabilidad: puede ser denun-
Como el espacio-tempo nacional y esracal ha venido siendo el
ciada en cualquier momento por cualquiera de las parces. Y no se
hegemónico ha conformado no ya sólo la acción del Estado sino las
erara de una opción de carácter radical sino más bien de una opción
prácci..cas sociales en general de modo que cambién en escas últimas
trivial. En tercer lugar, la contraccualización liberal no reconoce el
incid e la presencia del tiempo instantáneo y del glacial. Al igual que
conflicto y la lucha como elementos estructurales del contrato. Al
ocurre con las turbulencias en las escalas, estos dos ciempos consi-
contrario, los sustituye por el asencimienco pasivo a unas condicio-
guen, por discincas vías, reducir las alternativas, generar impotencia
nes supuestamente universales e insoslayables. Así, el llamado con-
y fomencar la pasividad. El riempo inscancáneo colapsa las secuen-
senso de Washington se configura como un contrato social entre lo¡
cias en un presente infinito que crivializa las alternativas mulcipli-
cándolas tecnolúdicamente, fundiéndolas en variaciones de sí mis-
. ,, países capitalistas centrales que, sin embargo, se erige, para codas las
otras sociedades nacionales, en un conjunto de condiciones inelu-
mas. El tiempo glacial crea, a su va., cal distancia entre las alterna- 1' •
dibles, que deben aceptarse acríticamente, salvo que se prefiera la
tivas que éstas dejan de ser conmensurables y contrastables y se ven
implacable exclus ión. Estas condiciones ineludibles de carácter glo-
condenadas a deambular por entre sistemas de referencias incomu-
bal sustentan los contraeos individuales de derecho civil.
nicables entre sí. De ahí que resulte cada vcz más difícil proyectar,
Por codas escas razones, la nueva concraccualización no es, en
4 y optar entre, modelos alternativos de desarrollo.
cuanto comractualización social, sino un falso contrato: la aparien-
Pero donde las sefiales de crisis del paradigma resultan más
cia engafiosa de un compromiso basado de hecho en unas condi-
patentes es en los dispositivos funcionales de la conrractualización
ciones impuestas sin discusión a la parre más débil, unas condicio-
social. A primera vista, la actual situación, lejos de asemejarse a una
nes can onerosas como ineludibles. Bajo la apariencia de comraro,
crisis del contractualismo social, parece caracterizarse por la defini-
la nueva concractualización propicia la renovada emergencia del sra-
tiva consagración del mismo. Nunca se ha hablado canco de con-
rus, es decir, de los principios premodernos de ordenación jerárqui-
tractualización de las relaciones sociales, de las relaciones de traba-
ca por los cuales las relaciones sociales quedan condicionadas por la
jo o de las relaciones políticas entre el Estado y las organizaciones
posición en la jerarquía social de las partes. No se traca, sin embar-
sociales. Pero lo cierto es que esca nueva concraccualización poco
go, de un regreso al pasado. El status se asienta hoy en día en la
tiene que ver con la idea moderna del contrato social. Se traca, en
enorme desigualdad de poder económico entre las parces del con-
primer lugar, de una concracrualización liberal individualista, basa-
trato individual; nace de la capacidad que esca desigualdad confiere
da en la idea del contrato de derecho civil celebrado entre indivi-
a la parte más fuerce para imponer sin discusión las condiciones que
duos y no en la idea de concraco social como agregación colectiva
le son más favorables. El status posmoderno es el contrato l~onino.
de intereses sociales divergentes. 'El Estado, a diferencia de lo que
ocurre con el contrato social, tiene respecto a estos contraeos de La crisis de la contractualización moderna se manifiesta en el pre-
derecho civil una intervención mínima: asegurar su cumplimiento domino estructural de los procesos de exclusión sobre los de inclu-

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REINVENTAR LA DEMOCRACIA BOAVENTURA 0 1' SOlJSA SANTOS

sión. Estos últimos aún perviven, incluso bajo formas avanzadas que adviertan que hasca entonces habían sido, en definitiva, ciudadanos
combinan virruosamente los valores de la modernidad, pero se van sin haber tenido conciencia de, ni haber ejercido, los derechos de los
confinando a unos grupos cada vez. más restringidos que imponen a que eran ciculares. En esce caso, el pre-contraccualismo se vive sub-
grupos muchos más amplios formas abismales de exclusión. El pre- jetivamente como una experiencia post-contraccualista.
dominio de los procesos de exclusión se presenta bajo dos formas en
Las exclusiones generadas por el pre- y el posc-concraccualismo
apariencia opuestas: el post-concracrualismo y el pre-contracrualis-
cienen un carácter radical e ineludible, hasta el extremo en que los
mo. El post-concracrualismo es el proceso mediante el cual grupos e
que las padecen se ven de hecho excluidos de la sociedad civil y
intereses sociales hasca ahora incluidos en el contrato social quedan
expulsados al estado de naturaleza, aunque sigan siendo formal-
excluidos del mismo, sin perspectivas de poder regresar a su seno.
mente ciudadanos. En nuestra sociedad posmoderna, el escado de
Los derechos de ciudadanía, anees considerados inalienables, son
naturaleza está en la ansiedad permanente respecto al presente
confiscados. Sin estos derechos, el excluido deja de ser un ciudada-
al futuro, en el inminente desgobierno de las expectativas, en el
no para convertirse en una suerte de siervo. El pre-concracrualismo
caos permanente en los actos más simples de la supervivencia o de
consiste, por su parce, en impedir el acceso a la ciudadanía a grupos
la convivencia.
sociales anteriormente considerados candidatos a la ciudadanía y
que tenían expectativas fundadas de poder acceder a ella. /,. Tanto el post-concraccualismo como el pre-contraccualismo
nacen de las profundas cransformaciones por las que acraviesan los
La diferencia estrucrural entre el posc-contracrualismo y el pre-
eres dispositivos operativos del concraco social anees referidos: la
contracrualismo es clara. También son distintos los procesos políti-
socialización de la economía, la politización del Estado y la naciona-
cos que uno y ocro promueven, aunque suelan confundirse, canco en
lización de la identidad cultural. Las transformaciones en cada uno
el discurso político dominante como en las experiencias y percep-
de estos dispositivos sbn distintas pero codas, directa o indirecca-
ciones personales de los grupos perjudicados. En lo que al discurso
mence, vienen provocadas por lo que podemos denominar el con-
político se refiere, a menudo se presenca como post-concractualismo
senso liberal, un consenso en el que convergen cuatro consensos
lo que no es sino preconcractualismo. Se habla, por ejemplo, de pac-
básicos.
tos sociales y de compromisos adquiridos que ya no pueden seguir
cumpliéndose cuando en realidad nunca fueron ocra cosa que con- El primero es el consenso económico neo/ibera/, también cono-
traeos-promesa o compromisos previos que nunca llegaron a confir- cido como consenso de Wmhington {Sancos, 1995: 276, 316, 356).
marse. Se pasa así del pre- al post-concraccualismo sin transitar por Este consenso se refiere a la organización de la economía global
el contractualismo. Esto es lo que ha ocurrido en los casi-Escados- {con su sistema de producción, sus mercados de productos y ser-
de bienestar de muchos países semiperiféricos o de desarrollo inter- vicio y sus mercados financieros) y promueve la liberalización de
medio. En lo que a las vivencias y percepciones de las personas y de los mercados, la dcsregulación, la privatización, el minimalismo
los grupos sociales se refiere, suele ocurrir que, ante la súbita pérdi- estatal, el control de la inflación, la primada de las exportaciones,
da de una estabilidad mínima en sus expectativas, las personas el recorte del gaseo social, la reducción del déficit público y la

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REINVENTAR ~ DEMOCRACIA BOAVENTURA DE SoUSA SANTOS

concentración del poder mercantil en las grandes empresas mul- tó justificar canco la soberanía del poder estacaJ, en cuanto capaci-
tinacionales y del poder financiero en los grandes bancos trans- .~ dad reguladora y coerciciva, como los Hmices del poder del Estado,
nacionales. Las grandes innovaciones insticucionales del consen- el consenso democrático liberal descuida la soberanía del poder
so económico neoliberal son las nuevas restricciones aJa r.egla- estatal, sobre codo en la periferia y semiperiferia del sistema mun-
mentación estatal, el nuevo derecho internacional de propiedad dial, y percibe las funciones reguladoras del Estado más como inca-
para los inversores extranjeros y los creadores intelectuales y la pacidades que como capacidades.
subordinación de los Estados a las agencias multilaterales (Banco
Por último, el consenso liberal incluye, en consonancia con el
Mundial, Fondo Monetario Internacional y Organización
modelo de desarrollo promovido por los eres anteriores consensos,
Mundial del Comercio). •I
el de la primacía del derecho y de los tribunales. Ese modelo confiere
El segundo consenso es el del Estado débil. Ligado al anterior absoluta prioridad a La propiedad privada, a las relaciones merca
tiene, sin embargo, mayor alcance al sobrepasar el ámbito econó- riles y a un sector privado cuya funcionalidad depende de transac-
mico, e incluso el social. Para este consenso, el Escado deja de ser el ciones seguras y previsibles protegidas contra los riesgos de incum-
espejo de la sociedad civil para convertirse en su opuesco,fÍ.a debi- ' plimientos unilaterales. Todo esto exige un nuevo marco jurídico y
lidad y desorganización de la sociedad civil se debe al excesivo poder la atribución a los tribunales de una nueva función, mucho más
de un Estado que, aunque formalmente democrático, es inhereme- relevante, como garantes del comercio jurídico e instancias para la
meme opresor, ineficaz y predador por lo que su debilitamiento se resolución de litigios: el marco político de la contracrualización
erige en requisito ineludible del fortalecimiento de la sociedad civiV social debe ir cediendo su sirio al marco jurídico y judicial de la
Este consenso se asienta, sin embargo, sobre el siguiente dilema: concracrualización individual. Es ésta una de las principales dimen-
sólo el Estado puede producir su propia debilidad por lo que es siones de La actual judicialización de la política.
necesario tener un Estado fuerte capaz de producir eficientemente,
El consenso Liberal en sus varias vertientes incide profundamente
y de asegurar con coherencia, esa su debilidad. El debilitamiento del sobre los tres dispositivos operativos del contrato social. La incidencia
Estado produce, por lo canco, unos efectos perversos que cuestionan
más decisiva es La de la desocialización de La economía, su reducción a
la viabilidad de las funciones del Estado débil: el Estado débil no
la instrumentalidad del mercado y de las cransacciones: campo propi-
puede controlar su debilidad.
cio al pre-contracrualismo y al post-contracrualismo. Como se ha
El tercer consenso es el consenso democrático libera/, es decir, ta dicho, el trabajo fue, en La contracrualización social de la modernidad
promoción internacional de unas concepciones minimalistas de la capir.alisca, La vía de acceso a la ciudadanía, ya fuera por La extensión a
democracia erigidas en condición que los Estados deben superar los trabajadores de los derechos civiles y políticos, o por la conquista
para acceder a los recursos financieros internacionales. Parte de la de nuevos derechos propios, o tendencialmente propios, del colectivo
premisa de que la congruencia entre esce consenso y los anteriores de trabajadores, como el derecho al trabajo o los derechos económicos
ha sido reconocida como causa originaria de la modernidad polfá- y sociales. La creciente erosión de estos derechos, combinada con el
ca. Pero lo cieno es que si la teoría democrática del siglo XIX inten- aumento del desempleo esaucrural lleva a Los trabajadores a cransicar

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REINVENTAR LA DEMOCRACIA BOAVENTURA DE SOUSA SANTOS

desde el estaruco de ciudadanía al de lumpen-ciudadanía. Para la gran a esos trabajadores considerarse candidatos a la ciudadanía. Muchos
mayoría de los trabajadores se traca de un tránsito, sin retorno, desde otros simplemente no consiguen entrar en el mercado de trabajo, en
el contracrualismo al post-contracrualismo. una imposibilidad que si es coyuntural y provisional para algunos
puede ser estructural y permanente para otros. De una u otra forma,
Pero, como indiqué antes, el estatuto de ciudadanía del que par-
predomina así La lógica de la exclusión. Se trata de una situación
tían estos trabajadores ya era precario y estrecho de modo que, en
pre-concracrualista sin opciones de acercarse al concractualismo.
muchos casos, el paso es del pre- al post-contracrualismo; sólo la . /, 1..I
visión retrospectiva de las expectativas permite creer que se partía Ya sea por la vía del post-concractualismo o por la del préco!'l-
del contractualismo. Por otro lado, en un contexto de mercados glo- tractualismo, la intensificación de la lógica de la exclusión crea nue-
bales liberalizados, de generalizado control de la inflación, de con- vos estados de naturaleza; la precariedad y la servidumbre generadas
tención del crecimiento económico2 y de unas nuevas tecnologías por la ansiedad permanente del trabajador asalariado respecto a 1
que generan riqueza sin crear puestos de trabajo, el aumento del cantidad y continuidad del trabajo, la ansiedad de aquellos que no
nivel de ocupación de un país sólo se consigue a costa de una reduc- reúnen condiciones mínimas para encontrar trabajo, La ansiedad de
ción en el nivel de empleo de otro país: de ahí la creciente compe- los trabajadores autónomos respecto a la continuidad de un merca-
tencia internacional entre trabajadores. La reducción de la compe- do que deben crear día tras día para asegurar sus rendimientos o la
tencia entre trabajadores en el ámbito nacional constituyó en su día ansiedad del· trabajador ilegal que carece de cualquier derecho
el gran logro del movimiento sindical. Pero quizá ese logro se ha social. Cuando el consenso neoliberal habla de estabilidad se refie-
convertido ahora en un obstáculo que impide a los sindicatos alcan- re a la estabilidad en las expectativas de los mercados y de las inver-
zar mayor resolución en el control de la competencia internacional siones, nunca a La de las expectativas de las personas. De hecho, la
encre trabajadores. Este concrol exigiría, por un lado, la internacio- estabilidad de los primeros sólo se consigue a costa de la inestabili-
nalización del movimiento sindical y, por otro, la creación de auto- dad de las segundas.
ridades políticas supranacionales capaces de imponer el cumpli- Por rodas estas razones, el trabajo sustenta cada vez menos la ciu-
mento de los nuevos contraeos sociales de alcance global. En ausen- dadanía y ésta cada vez menos al trabajo. Al perder su estaruro polí-
cia de ambos extremos, la competencia internacional entre trabaja- tico de producto y productor de ciudadanía, el trabajo, tanto si se
dor~ seguirá aumentando, y con ella la lógica de la exclusión que le tiene como cuando falta, se reduce a laboriosidad de la existencia.
pertenece. En muchos países, la mayoría de los trabajadores que se De ahl que el trabajo, aunque domine cada vez más las vidas de las
adentra por primera vez en el mercado de trabajo lo hace sin dere- personas, esté desapareciendo de las referencias éticas sobre Las que
chos: queda incluida siguiendo una lógica de la exclusión. La falca se asientan la auronomfa y La auto-estima de los individuos.
de cxpectarivas respecto a una futura mejora de su siruación impide
En términos sociales el efecto acumulado del pre- y del post-con-
2 Como scllala Jcan-P:aul Ficoussi (Fitoussi, 1997: 102-3). el afín, propio de los tracrualismo es la emergencia de una clase de excluidos constituida
mercados financieros, de control:ar la inflación impide la estabiliiación del crecimiento. por grupos sociales en movilidad descendente estructural (trabaja-

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REINVENTAR ~ D EMOCRACIA B OAYENTURA DESoUSA SANTOS

dores no cualificados, desempleados, trabajadores inmigrantes, menee, a eres razones: la caída del empleo industrial en el conjunto
minorías étnicas) y por grupos sociales para los que el trabajo dejó de la economía;Ja fuga del remanente de empleo desde los ceneros
de ser, o nunca fue, un horizonce realista (desempleados de larga a las periferias de las ciudades y la redistribución del empleo entre
duración, jóvenes con difícil inserción en el mercado laboral, distintos tipos de áreas metropolitanas (Lash y Urry, 1996: 151).
minusválidos, masas de campesinos pobres de América Latina,
Por lo que a la periferia y semiperiferia del sistema mundial se
África y Asia). Esca clase de excluidos -mayor o menor según sea la
refiere, la clase de los excluidos abarca a más de la mirad de la pobla-
posición, periférica o cencral, de cada sociedad en el sistema mun-
ción de los países y los factores de exclusión resultan aún más con-
dial- asume en los países cencrales la forma del tercer mundo inte-
tundentes en su eficacia desocializadora.
rior, el llamado tercio inferior de la sociedad de los dos tercios.
Europa tiene 18 millones de desempleados, 52 millones de perso- El crecimiento estructural de la exclusión social, por la vía ya sea
nas viviendo por debajo del umbral de la pobreza y un 10% de su del pre-contracrualismo o del post-contractualismo, y la consi-
población tiene alguna minusvaUa física o menraJ que dificulta su guiente extensión de unos estados de naturaleza -que no dan cabi-
integración social. En los Estados Unidos, William Julius Wilson ha da a las opciones, individuales o colectivas, de salida-, implican una
propuesto la tesis de la underclass para referirse a los negros de los crisis de tipo paradigmático, un cambio de época, que algunos
ghtttos urbanos afectados por el declive industrial y por la desertiza- autores han denominado desmoderniz.ación o contra-moderniza-
ción económica de las inntreitits (Wilson, 1987). Wilson define Ja ción. Se traca, por lo canto, de una situación de mucho riesgo. La
underclass en función de seis características: residencia en espacios cuestión que cabe plantearse es si, a pesar de codo, contiene opor-
socialmence aislados de las ocras clases; escasez de puestos de traba- tunidades para sustituir virtuosamente d viejo contrato social de la
jo de larga duración; familias monoparentales encabezadas por modernidad por otro capaz de contrarrestar la proliferación de la
mujeres; escasas calificación y formación profesionales; prolongados • lógica de la exclusión.
periodos de pobreza y de dependencia de la asistencia social y, por
último, tendencia a involucrarse en actividades delictivas del tipo
strttt crimt. Esta clase aurnencó significativamente entre los afios LA EMERGENCIA DEL FASCISMO SOCIETAL
setenta y ochenta y se rejuveneció trágicamente. La proporción de
pobres menores de 18 años era en 1970 del 15%, en 1987 había Analicemos primero los riesgos. A mi encender, todos pueden resu-
subido al 20%, con un incremento especialmente dramático de la mirse en uno: la emergencia Ml fascismo societal. No se erara de un
pobreza infantil. E1 carácter estrucrural de la exclusión y, por fo regreso al Fascismo de los afios treinta y cuarenta. No se erara, como
tanto, de los obstáculos a La inclusión a los que se enfrenta esta clase entonces, de un régimen polftico sino de un régimen social y de
queda de manifiesto en el hecho de que, a pesar de que los negros civilización. El Fascismo socieraJ no sacrifica la democracia ante Las
estadounidenses han mejorado notablemente su nivel educativo, la exigencias del capitalismo sino que la fomenta hasta el punto en que
mejora no les ha permitido optar a puestos de trabajo estables y a ya no resulta necesario, ni siquiera conveniente, sacrificarla para
tiempo completo. Según Lash y Urry esto se debe, fundamental- promover el capitalismo. Se trata, por lo tanto, de un Fascismo plu-

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REI NVENTAR LA DEMOCRACIA BOAVENT\JRA DESouSA SANTOS

ralisca y, por ello, de una nueva forma de fascismo. Las principales La tercera forma del fascismo societal es el fascismo paramatal
formas de la sociabilidad fascista son las siguiences. resultante de la usurpación, por parte de poderosos actores sociales,
de las prerrogativas estatales de la coerción y de la regulación social.
La primera es el fascismo del apartheid social: la segregación social
Usurpación, a menudo completada con la connivencia del Estado,
de los excluidos dentro de una carcograffa urbana dividida en wnas
que o bien neutraliza o bien suplanca el control social producido por
salvajes y zonas civilizadas. Las primeras son las del estado de natu-
d Estado. El fascismo para-estatal tiene dos vertientes destacadas: el
raleza hobbesiano, las segundas, las del concraco social. F.stas últi-
fascismo contractual y el fascismo terrirorial. El contractual se da,
mas viven bajo la amenaza constante de las zonas salvajes y para
como se ha dicho, cuando la disparidad de poder entre las parces del
defenderse se transforman en castillos neofeudales, en esos enclaves
contrato civil es tal que la parte débil, sin alternativa al contrato,
forcificados que definen las nuevas formas de segregación urbana:
acepta, por onerosas y despóticas que sean, las condiciones impues-
urbanizaciones privadas, condominios cerrados, gaud commtmities.
tas por la parte poderosa. El proyecto neoliberal de convertir el con-
La división encre zonas salvajes y civilizadas se escá convirtiendo en
trato de trabajo en un simple contrato de derecho civil genera una
un cricerio general de sociabilidad, en un nuevo espacio-tiempo
situación de fascismo contractual. Esta forma de fascismo sude
hegemónico que cruza codas las relaciones sociales, económicas,
seguirse también de los procesos de privatización de los servicios
polf cicas y culturales y que se reproduce en las acciones tanro esta-
públicos, de la atención médica, de la seguridad social, la electrici-
tales como no estatales.
dad, etc. El contrato social que regía la producción de estos servicios
La segunda forma es el fascismo del Estado paralelo. Me he referi- públicos por el Estado de bienestar o el Estado desarrollista se ve
do en otro lugar al Estado paralelo para definir aquellas formas de reducido a un contrato individual de consumo de servicios privati-
la acción estatal que se caracterizan por su discanciamienco del dere- zados. De este modo, aspectos decisivos en la producción de servi-
cho posicivo 3• Pero en tiempos de fascismo societal el &cado parale- cios salen del ámbiro contractual para convertirse en elementos
lo adquiere una dimensión afiadida: la de la doble vara en la medi- extra-concracruales, es decir, surge un poder regularorio no sometido
ción de la acción, una para las zonas salvajes ocra para las civiliza- al control democrático. La connivencia entre el Estado democrático
das. En escas últimas, el Estado actúa democráticamente, como y el fascismo para-estatal queda, en estos casos, especial menee pacen-
&cado protecror, por ineficaz o sospechoso que pueda resulcar; en te. Con estas incidencias extra-contractuales, el fascismo para-estatal
las salvajes actúa de modo fascista, como Estado predador, sin nin- ejerce funciones de regulación social anteriormente asumidas por un
gún propósiro, ni siquiera aparente, de respetar el derecho. Estado que ahora, impUcita o expl1cicamente, las subcontraca a agen-
tes para-estatales. Esca cesión se realiza sin que medie La participación
3 Esta forma de Estado se traduce en la no aplicación o aplicación selectiva de las leyes, o el control de los ciudadanos, de ahí que el Estado se convierta en
en la no pcm:cución de infnccioncs, en los recortes del gasto de funcionamiento de
las instirucioncs, cte. Una polfrica cscacal que, en definitiva, se aleja de sus propias cómplice de la producción social de fascismo para-estatal.
leyes e instituciones; unas instituciones que pasan a acruar autónomamcnce como
micro-Es;ados con criterios propios en la aplicación de la ley dentro de sus esferas de
La segunda vertiente del fascismo para-estatal es el fascismo terri-
competencia (Santos, 1993, p. 3 1). toria4 es decir, cuando los accores sociales provistos de gran capital

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REINVENTAR LA DEMOCRACIA B OAVENTVRA DESouSA SANros

patrimonial sustraen al Estado el control del territorio en el que médica, de seguridad social, educativas y de la vivienda. Las ilusio-
actúan o neutralizan ese control, cooprando u ocupando las insci- nes retrospectivas avivan la memoria de la inseguridad y de la inefi-
ruciones esratales para ejercer la regulación social sobre los habitan- cacia de los servicios estacales encargados de realizar esas poUticas.
tes del territorio sin que éstos participen y en contra de sus intere- Esto resulta sencillo en muchos países pero lo cieno es que la pro-
ses. Se trata de unos territorios coloniales privados situados casi ducción de esca ilusión sólo se consigue mediame viciadas compa-
siempre en Estados pose-coloniales. raciones entre condiciones reafes y criterios ideales de evaluación de
La cuarta forma de fascismo societal es el fascismo populista. esos servicios. Las ilusjones prospeccivas incenran, por su parte,
Consiste en la democratización de aquello que en la sociedad capi- crear unos horizontes de seguridad supuestamente generados desde
talista no puede ser democracizado (por ejemplo, la trasparencia el seccor privado y sobrevalorados por la oculcación de determina-
política de la relación entre representantes y representados o los dos riesgos así como de las condiciones en que se presta la seguri-:
consumos básicos). Se crean disposicivos de identificación inmedia- dad. Estas ilusiones prospeccivas proliferan hoy en dfa sobre codo en
ta con unas formas de consumo y unos estilos de vida que están los seguros médicos y en los fondos privados de pensiones.
fuera del alcance de la mayoría de la población. La eficacia simbó- La sext<\ forma es el fascismo financiero. Se traca quizás de la más
lica de esta idencificación reside en que convierte la inter-objetuali- virulenta de las sociabilidades fascistas, de ahí que merezca un aná-
dad en espejismo de la representación democrática y la imerpasivi- lisis más detallado. Se trata del fascismo imperante en los mercados
dad en única fórmula de participación democrática. financieros de valores y divisas, en la especulación financiera, lo que
La quinta forma de fascismo societal es el fascismo tÚ la inseguri- se ha venido a llamar 'economía de casino'. Esta forma de fascismo
dad. Se trata de la manipulación djscrecional de la inseguridad de societal es la más pluralisca: los movimientos financieros son el
las personas y de los grupos sociales debilitados por la precariedad resultado de las decisiones de unos inversores individuales e institu-
del trabajo o por accidentes y acontecimientos desestabilizadores. cionales esparcidos por el mundo encero y que, de hecho, no com-
Escos accidentes y acontecimientos generan unos niveles de ansie- parten otra cosa que el deseo de rentabilizar sus activos. Es el fas-
dad y de incertidumbre respecto al presente y al futuro tan elevados cismo más pluralista y, por ello, el más virulento ya que su espacio-
que acaban rebajando el horizonte de expectativas y creando la rus- tiempo es el más refractario a cualquier intervención democrática.
ponibilidad a soportar grandes costes financieros para conseguir Resulta esclarecedora, en este sentido, la repuesta de un broker
reducciones mínimas de los riesgos y de la inseguridad. En los cuando se le preguntó qué era para él el largo plazo: "son los próxi-
dominios de este fascjsmo, el kbensraum de los nuevos fohrers es la mos diez minutos". Este espacio-tiempo virtualmente instantáneo y
intimidad de las personas y su ansiedad e inseguridad respecto a su global, combinado con el afán de lucro que lo impulsa, confiere un
presente y a su fu curo. Esce fascismo funciona poniendo en marcha inmenso y prácticamente incontrolable poder discrecional al capital
un dos tipos de ilusiones: ilusiones retrospectivas e ilusiones pros- financiero: puede sacudir en pocos segundos la economía real o la
pectivas. Este fenómeno resulta hoy en día especialmente visible en estabilidad política de cualquier país. No olvidemos que de cada
el ámbito de la privatización de las políticas sociales, de atención cien dólares que circulan cada dfa por el mundo sólo dos percene-

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REINVENTAR LA OF.MOCRACIA BoAvENTURA D E SouSA SANTOS

cen a la economía real. Los mercados financieros son una de las un secreto nuclear se tratara. En segundo lugar, los mecanismos que
zonas salvajes del sistema mundial, quizá la más salvaje. La discre- se están perfilando para imponer el respeto al acuerdo: cualquier
cionalidad en el ejercicio del poder financiero es absoluta y las con- empresa que tenga alguna objeción respecco a cualquier norma o ley
secuencias para sus víctimas -a veces, pueblos enteros- pueden ser de la ciudad o Estado en los que esté implantada podrá presentar
devastadoras. una queja ante un panel internacional de la AMI, panel que podrá
imponer la anulación de la norma en cuestión. Curiosamente, las
La virulencia del fascismo financiero reside en que, al ser el más
ciudades y los Estados no gozarán del derecho reciproco a deman-
internacional de codos los fascismos sociecales, está sirviendo de
dar a las empresas. El carácter fascista del AMI reside en que se con-
modelo y de criterio operacional para las nuevas instituciones de la
figura como una Constitución para los inversores: sólo protege sus
regulación global. Unas instituciones cada ve:z. más importantes,
intereses ignorando completamente la idea de que la inversión ~s
aunque poco conocidas por el público. Me referiré aquí a dos de
una relación social por la que circulan otros muchos intereses socia-
ellas. En primer lugar, el Acuerdo Multilateral de Inversiones
les. El que fuera direccor general de la Organización Mundial del
(AMI): un acuerdo en fase de negociación entre los países de la
Comercio, Renano Ruggiero, calificó como sigue el alcance de las
OCDE promovido sobre todo por los Estados Unidos y la U nión
negociaciones: "Estamos escribiendo la constitución de una única
Europea. Se pretende que los países centrales lo aprueben primero
economía global" (The Nation, enero 13/20, 1997, p. 6).
para luego imponerlo a los periféricos y semiperiféricos. Según los
términos de ese acuerdo, los países deberán conceder idéntico crato Una segunda forma de fascismo financiero -igualmente pluralis-
a los inversores excranjeros y a los nacionales, prohibiéndose tamo ta, global y secreto- es el que se sigue de las calificaciones otorgadas
los obstáculos espedficos a las inversiones extranjeras como los por las empresas de rating, es decir, las empresas internacionalmen-
incentivos o subvenciones al capica1 nacional. Esto significa acabar te reconocidas para evaluar la situación financiera de los Estados y
con la idea de desarrollo nacional e intensificar la competencia los riesgos y oportunidades que ofrecen a los inversores internacio-
internacional, no ya sólo entre trabajadores sino también encre paí- nales. Las calificaciones atribuidas -desde La AAA a la O- pueden
ses. Quedarían prohibidas tanto las medidas estatales destinadas a determinar las condiciones en que un país accede al crédico inter-
perseguir a las empresas multinacionales por prácticas comerciales nacional. Cuanto más alta sea la calificación, mejores serán las con-
ilegales, como las escrategias nacionales que pretendan resuingir la diciones. Estas empresas tienen un poder extraordinario. Según
fuga de capicales hacia zonas con menores costes laborales. El capi- Thomas Friedman, "el mundo de la post-guerra fría tiene dos
tal podría así hacer libre uso de La amenaza de fuga para deshacer la superpotencias, los Estados Unidos y la agencia Moody's" -una de
resistencia obrera y sindical. las seis agencias de rating, adscrita a la Securities and Exchangc
El propósito del AMI de confiscar la deliberación democrática Commission, las ocras son: Standard and Poor's, Fitch Invescors
resulta especialmente evidente en dos inscancias. En primer lugar, Services, Duff and Phelps, Thomas Bank Wacch, IBCA- y añade "si
en el silencio con el que, durante un período, se negoció el acuerdo los Estados Unidos pueden aniquilar a un enemigo usando su arse-
-los agentes involucrados cuidaron el secreto del acuerdo como si de nal militar, la agencia de calificación financiera Moody's puede

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REINVENTAR LA DEMOCRACIA 8oAVENTURA DE Sou~A SANTOS

tir, incluso suponiendo que se conozca aquello contra lo que se


estrangular financieramente un país, otorgándole una mala califica-
resiste, lo que tampoco resulta fácil.
ción" (alarde, 1997: 10-1). De hecho, con los deudores públicos y
privados enzarzados en una salvaje lucha mundial para atraer capi- De ahí que deban definirse del modo más amplio posible los tér-
tales, una mala calificación puede provocar, por la consiguiente des- minos de una reivindicación cosmopolita capaz de romper el circu-
confianza de los acreedores, el csrrangulamienco financiero de un lo vicioso del pre-contracrualismo y del post-contractualismo. Esca
país. Por otro lado, los criterios usados por estas agencias son en reivindicación debe reclamar, en términos genéricos, la reconstruc-
gran medida arbitrarios, apuntalan las desigualdades en el sistema ción y reinvención de un espacio-tiempo que permita y promueva
mundial y generan efeetos perversos: el mero rumor de una inmi- la deliberación democrática. Empezaré identificando brevemente
nente descalificación puede provocar una enorme convulsión en el los principios que deben inspirar esa reinvención para luego esbo-
mercado de valores del país afectado (así ocurrió en Argentina o zar algunas propuestas puntuales.
Israel). De hecho, el poder discrecional de estas empresas es tanto El primer principio es que no basta con elaborar alternativas. El
mayor en la medida en que pueden atribuir calificaciones no solici- pensamiento moderno en torno a las alternativas ha demostrado ser
tadas por los países. excremadamence propenso a la inanición, ya sea por articular alter-
Los agentes de este fascismo financiero, en su:i varios ámbitos y nativas irrealistas que caen en descrédito por utópicas, ya sea porque
formas, son unas empresas privadas cuyas acciones vienen legitima- las alternativas son realistas y, por ello, susceptibles de ser cooptadas
das por las instituciones financieras internacionales y por los por aquellos cuyos intereses podrían verse negativamente afectados
Estados hegemónicos. Se configura así un fenómeno híbrido, para- por las mismas. Necesitamos por lo canco un pensamiento alcerna-
esratal y supra-estatal, con un gran potencial destructivo: puede civo sobre las alternativas. He propuesto en otro lugar una episte-
expulsar al estado natural de la exclusión a países enteros. mología que, a diferencia de la moderna cuya trayectoria parre de un
punto de ignorancia, que denomino caos, para llegar a otro de saber,
que denomino orden (conocimiento como-regulación), renga por
SOCIABIUDADES ALTERNATIVAS punto de ignorancia el colonialismo y como punto de llegada la soli-
Los riesgos subsiguientes a la erosión del contrato social son dema- daridad (conocimiento como-emancipación) (Sancos, 1995: 25).
siado graves para permanecer cruzados de brazos. Deben encon- El paso desde un conocimiento-como-regulación a un conoci-
trarse alternativas de sociabilidad que neuualicen y prevengan esos miento-como-emancipación no es sólo de orden episcemológico,
riesgos y desbrocen el camino a nuevas posibilidades democráticas. sino que implica un tránsico desde el conocimiento a la acción.
La tarea no es fácil: la desregulación social generada por la crisis del De esca consideración extraigo el segundo principio director de la
contrato social es tan profunda que desregulariza incluso la resis- reinvención de la deliberación democrática. Si las ciencias han
tencia a los factores de crisis o la reivindicación emancipadora que venido esforzándose para distinguir la estructura de la acción pro-
habría de conferir sentido a la resistencia. Ya no resulta sencillo pongo que centremos nuestra atención en la distinción entre
saber con claridad y convicción en nombre de qué y de quién resis- acción conformista y acción rebelde, esa acción que, siguiendo a

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-
1

REINVFNTAR ~ DEMOCRACIA 80AVENTURA DE SOUSA SANTOS

Epicuro y Lucrecio denomino acción-con-clinamen•. Si la acción Por úlcimo, el tercer principio: puesto que el fascismo societal se
conformista es la acción que reduce el realismo a lo existente, la alimenta básicamente de La promoción de espacios-áempo que
idea de acción rebelde se inspira en el concepto de clinamen de impiden, uivializan o restringen los procesos de deliberación demo-
Epicuro y Lucrecio. Clinamm es la capacidad de desvío auibuida
crática, La exigencia cosmopolita debe tener como componente cen-
por Epicuro a los átomos de Demócrico: un quantum inexplicable
tral la reinvención de espacios-tiempo que promuevan la delibera-
que perturba las relaciones de causa-efecto. El clinamen confiere a
ción democrááca. Estamos asistiendo, en todas las sociedades y cul-
los ácomos creatividad y movimiento esponcáneo. El conocimien-
turas, no sólo a la compresión del espacio-tiempo sino a su seg-
co-como-emancipación es un conocimiento que se traduce en
mentación. La división encre zonas salvajes y zonas civilizadas
acciones-con-clinamm.
demuestra que la segmentación del espacio-ciempo es la condición
En un periodo de escalas en turbulencia no basca con pensar la previa a su compresión. Por otro lado, si la temporalidad de l
turbulencia de escalas, es necesario que el pensamiento que las modernidad logra combinar de modo complejo la flecha del áem-
piensa sea él mismo turbulenco. La acción-con-clinamen es la po con la espiral del ciempo, las recientes transformaciones del espa-
acción curbulenca de un pensamiento en curbulencia. Debido a su cio-tiempo están desestruccurando esa combinación. Si en Las wnas
carácter imprevisible y poco organizado este pensamienco puede civilizadas, donde se intensifica la inclusión de los incluidos, la fle-
rediscribuir socialmence la ansiedad y la inseguridad, creando así cha del tiempo se dispara impulsada por el vércigo de un progreso
las condiciones para que la ansiedad de los excluidos se convierca sin precedenre, en las wnas salvajes de los excluidos sin esperanza la
en motivo de ansiedad de los incluidos hasta conseguir hacer espiral del tiempo se comprime hasta transformarse en un tiempo
socialmence pacence que la reducción de la ansiedad de unos no se circular en el que la supervivencia no tiene otro horizonte que el de
consigue sin reducir la ansiedad de los otros. Si es cierro que cada sobrevivir a su siempre inminente quiebra.
sistema es tan fuerte como fuerte sea su elemenco más débil, con-
. sidero que en las condiciones actuales el elemenco más débil del Estos principios definen algunas de las dimensiones de la exi- .
sistema de exclusión reside precisamence en su capacidad para gencia cosmopolita de reconstruir el espacio-tiempo de la delibera-
imponer de un modo can unilateral e impune la ansiedad y la inse- ción democrática. El objeávo final es la construcción de un nuevo
guridad a grandes masas de la población. Cuando los Estados contrato social, muy distinto al de la modernidad. Debe ser un con-
hegemónicos y las instituciones financieras multilaterales hablan trato mucho más inclusivo que abarque no ya sólo a los hombres y
de la ingobernabilidad como uno de los problemas más destaca- a los grupos sociales, sino también la naturaleza. En segundo lugar,
dos de nuescras sociedades, están expresando, en definitiva, la será un contrato más conflictivo porque la inclusión debe hacerse
ansiedad e inseguridad que les produce la posibilidad de que la siguiendo criterios tanto de igualdad como de diferencia. En tercer
ansiedad y la inseguridad sean redistribuidas por los excluidos lugar, aunque el objeávo final del contrato sea la reconstrucción del
entre los incluidos. espacio-ciempo de la deliberación democrática, este contrato, a dife-
rencia del contrato social moderno, no puede limitarse al espacio-
4 Sobre d conccpco de acción-con-dinamen, vásc Samos (1998a). tiempo nacional y estatal: debe incluir los espacios-tiempo local,

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B OAVENTURA D E SOUSA SANTOS
REINVENTAR LA DEMOCRACIA

El segundo reparto es el del mismo trabajo humano. La perma-


regional y global. Por úlámo, el nuevo contrato no se basa en una
~enre revolución tecnológica en que nos encontramos crea riqueza
clara distinción entre Estado y sociedad civil, entre economía, polí-
sin crear empleo. Debe, por lo tanto, redistribuirse, globalmente, el
tica y cultura o entre público y privado: la deliberación democráti-
stock de trabajo disponible. INo se trata de una tarea sencilla, por-
ca, en cuanto exigencia cosmopolita, no tiene sede ni forma insti-
que si bien el trabajo, en cuanto factor de producción, está hoy en
tucional específicas. día globalizado, la relación salarial y el mercado de trabajo siguen
Pero el nuevo contrato social debe ante todo neutralizar la lógi- segmentados y territorializados. ífres iniciativas me parecen urgen-
ca de la exclusión impuesta por el pre-conuactualismo y el post- tes en este ámbito, todas de alcance global aunque con distinta inci-
contractualismo en aquellos ámbitos en los que la manifestación de dencia sobre la economía mundial. Por un lado, debe repartirse el
esa lógica resulta más virulenta. De esta primera fase me ocupo en trabajo ~ediante la reducción de la jornada laboral; una iniciati~
lo que sigue, centrando mi atención en dos cuestiones: el redescu- cuyo éxito dependerá del grado de organización del movimiento
brimiento democrático del trabajo y el Estado como novísimo obrero. Se trata, por lo tanto, de una iniciativa con más posibilida-
movimiento social. d.es ~e éxito en los países centrales y semiperiféricos. La segunda ini-
c1at1va se refiere al establecimiento de unas pautas mínimas en la
relación salarial como condición previa a la libre circulación de los
1EL REDF.sCUBRIMIENTO DEMOCRÁTICO DEL TRABAJO productos en el mercado mundial: fijar internacionalmente unos
El redescubrimiento democrático del trabajo se erige en condición derechos laborales mínimos, una cláusula social incluida en los
sine qua non de la reconstrucción de la economía como forma de acuerdos internacionales de comercio. Esta iniciativa crearía un
sociabilidad democrática. La desocialización de la economía fue, mínimo denominador común de congruencia entre ciudadanía y
como indiqué, el resultado de la reducción del trabajo a mero fac- trabajo a nivel global. En las actuales condiciones post-Ronda
tor de producción, condición desde la que el trabajo difícilmente Uruguay esta iniciativa debería encauzarse a través de la
consigue sustentar la ciudadanía. De ahí la exigencia inaplazable de Organización Mundial del Comercio.
que la ciudadanía redescubra las potencialidades democráticas del Las resistencias son, sin embargo, enormes: ya sea por parte de
trabajo. A tal fin deben alcanzarse las siguientes condiciones. En las multinacionales como de los sindicatos de unos países periféri-
primer lugar, el fI_abajo debe repartirse democrdticamente. Este repar-
cos y semiperifé\icos que ven en esos criterios mínimos una nueva
to tiene un doble sentido., Primero, visto que el trabajo humano no
forma de protecCtonismo en beneficio de los países centrales.
incide, como pensó la modernidad capitalista, sobre una naturaleza Mientras no pueda acometerse una regulación global, deberán
inerte sino que se confronta y compite permanentemente con el tra-
alcanzarse acuerdos regionales, incluso bilaterales, que establezcan
bajo de la naturaleza -en una competencia desleal cuando el traba-
redes de pautas laborales de las que dependan las preferencias
jo humano sólo se garantiza a costa de la destrucción del trabajo de
comerciales. Para que estos acuerdos no generen un proteccionismo
la naturaleza-, el trabajo humano debe saber compartir la kcividad
discriminatorio, la adopción de criterios mínimos debe completar-
creadora con el trabajo de la naturaleza. f
41
40
REINVENTAR lA DEMOCRACIA B OAVENTURA DE SousA SANTOS

se con otras dos iniciativas: la mencionada reducción de la jornada capital global ha usado las formas atípicas de trabajo como un
laboral y La Aexibilización de las leyes inmigratorias con viseas a una recurso encubierto para convertir al trabajo en un criterio de exclu-
progresiva desnacionalización de la ciudadanía. Esca úlcima iniciati- sión. Esto ocurre cada vez. que los trabajadores no consiguen supe-
va, la cerccra, debe facilicar un reparto más equicacivo del trabajo a rar con su salario el umbral de la pobreza. En estos casos el recono-
nivel mundial propiciando los flujos enere zonas salvajes y zonas cimieneo del polimorfismo del trabajo, lejos de constituirse en un
civilizadas, canco dentro de las sociedades nacionales como en el sis- ejercicio democrático, avala un acco de fascismo comracrual. La
tema mundial. Hoy en día, esos flujos se producen, en conrra de lo segunda forma que debe asumir el reconocimiento democrático del
que sostiene el nacionalismo xenófobo de los países centrales, pre- trabajo es la promoción de la formación profesional, sea cual sea el
dominantemente entre países periféricos para los que suponen una cipo y duración del trabajo. Sin una mejora en la ~ión profe-
carga insoportable. Para reducir esca carga, y como exigencia cos- sional, la flexibilización de la relación salarial no será más que una
mopolita de justicia social, deben facilitarse los flujos desde la peri- forma de exclusión social a través del trabajo.
feria al cenero. En respuesta al apartheid social al que el pre-con- La tercera condición del redescubrimiento democrácico del rra-
tracrualismo y post-contracrualismo condenan a los inmigrantes, bajo está en la separación entre el trabajo productivo y la economía
hay que desnacionalizar la ciudadanía proporcionando a los inmi- real, por un lado, y el capitalismo financiero o economía dt casino, por
grantes unas condiciones que simultáneamente garanticen la igual- otro. He calificado anees al fascismo financiero como una de las for-
dad y respeten la diferencia de modo que el reparto del trabajo se mas más virulentas del fascismo socieral. Su potencial destructivo
convierta en un reparto mulcicultural de la sociabilidad. debe quedar limicado por una regulación ineernacional que le
imponga un espacio-tiempo que permica deliberar democrática-
La segunda condición del redescubrimiento democrático del tra-
mente sobre las condiciones que eviten a los países periféricos y
bajo está en el reconocimiento dtl polimorfismo del trabajo. El puesto
semi periféricos entrar en una desenfrenada competencia internacio-
de trabajo escable a tiempo completo e indefinido fue el ideal que
nal por los capitales y el crédito y convertirse por ello en agentes de
inspiró a codo el movimiento obrero desde el siglo XIX, aunque
la competencia internacional entre trabajadores. Esca regulación del
sólo llegó a existir en los países centrales y sólo durante el periodo
capital financiero es can difícil como urgente. Entre las medidas~~
del fordismo. Este cipo ideal está hoy en día cada vez más alejado de
urgentes destaco las siguientes.
la realidad de las relaciones de trabajo anee la proliferación de las lla- r:
madas formas atípicas de rrabajo y la fomento por el Estado de la En primer lugar, la adopción de la casa Tobin: el impuesto glo-
flexibilización de la relación salarial. En este ámbito, la exigencia bal, propuesto por el Premio Nobel de Economía James Tobin, que,
cosmopolica asume dos formas. Por un lado, el reconocimiento de con una tasa del 0,5%, grave todas las transacciones en los merca-
los distintos cipos de trabajo sólo es democrático en la medida en dos de divisas. Difundida en 1972 en el contexto que provocó el
que crea en cada uno de esos tipos un nivel mínimo de inclusión. colapso del sistema de Breccon Woods, esca idea fue calificada
Es decir, el polimorfismo del trabajo sólo es aceptable si el trabajo entonces de idealista o irrealisca. La propuesta ha ido, sin embargo,
sigue siendo un criterio de inclusión. Se sabe, sin embargo, que el sumando -como ocras semejantes- seguidores anee la creciente ines-

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RflNVENTAR LA OFMOCAACV. BOAVENTUAA D E SOUSA SANTOS

tabilidad de los mercados financieros y el potencial destruccivo y


~ecáfora de Tobin, de echar algo de arena en los engrasados meca-
desestabilizador que para las economías y Las sociedades nacionales nismos del mercado financiero global (Tobin, 1982: 493). Según
representan tanto el crecimiento exponencial de las transacciones Tobin, los ingresos generados por esta tasa, recaudados por los
como la especulación concra las monedas. Si a principios de los años
Estados, se destinarían a un fondo único -que según Tobin podrían
setenta las transacciones diarias en los mercados de cambio alcanza- controlar o el Banco Mundial o el FMI- desde donde serian redis-
ban 18 millones de dólares, hoy en día superan 1 trillón 500 millo-
tribuidos. El 85% de lo recaudado iría a los países centrales -para
nes de dólares. Un mercado de estas dimensiones se encuentra com-
que lo destinen a los organismos dedicados a las operaciones de paz,
pletamente a merced de la especulación y de la desestabiliz.ación.
la lucha contra la pobreza, la protección del medio ambiente, etc.-
Basta recordar la jugada que en 1992 le permi ció a George Soros~
y el 15% restante a las países en desarrollo para que lo usen en bene-
ganar un millón de dólares en un sólo día especulando contra La
ficio propio.
libra esterlina; su acción provocó la devaluación de la libra y La con-
siguiente disolución del sistema europeo de tipos de cambio fijos. Aunque la propuesta busque ante todo controlar los mercados,
La rasa Tobin pretende, en definitiva, desacelerar el espacio-tiempo el eventual destino de los ingresos generados por esa tasa ha pasado
de las transacciones de cambio sometiéndolo marginalmente a un a ser objeto de creciente atención y debate. Ocurre que, incluso con
espacio-tiempo estatal desde el que los Estados puedan recobrar un una tasa muy baja, el potencial recaudador es enorme: una tasa de
margen de regulación macroeconómica y defenderse de las especu- ran sólo 0, 1% sobre el volumen actual de las transacciones de cam-
laciones dirigidas contra sus monedas. Se trata, en la conocida bio generaría una suma de 250 billones de dólares, es decir 25 veces
los gastos de todo el sistema de las Naciones Unidas en 1995.
Una segunda medida que "civilice" los mercados financieros
5 George Soros, destacado cspcculador financiero, no deja de ser un personaje paradójico.
Si sus actividades pueden poner en jaque la economía de un país, wnbitn dismbuye debe ser la condonación de la deuda externa de los SO países más
ayuda a uav~ de su fundación (360 millones de dólares en 1996 pan proyectos en los pobres. Una medida especialmente urgente en África, donde sólo el
paises dd Este) o publica artículos en los que afirma, por ejemplo: "Aunque he amasado pago del servicio de la deuda supone una devastadora sangría sobre
una forruna en los mercados financieros, remo que la inccnsific:ación del capitalismo laissez
fairt y la difusión de los valores de mercado a rodas las ireas de la vida es~ poniendo en los escasos recursos de los países más pobres que, a menudo, se ven
peligro nuestra sociedad abierta y democrática. El principal enemigo de la sociedad obligados a contraer nuevos préstamos para saldar los antiguos. Sin
abierta ya no es, a mi encender, el comunismo sino la amenaza c:apicalista" ( 1997). , aliviar un poco la pobreza no puede redescubrirse la capacidad
Rccienremencc, ha publicado un articulo en d que aboga por una sociedad global y
abierta que reúna las siguiences c:anaerlstic:as: 1- forcalccimicntn de las instituciones inclusiva del trabajo. Lo cieno y paradójico es, sin embargo, que
existentes y acación de nuevas instituciones inccmacionales que regulen los merados desde 1993 las transferencias en concepto de pago por la deuda de
financieros y rcduz.on la asimcuía cncrc ccnuo y periferia; 2- inacrncnro de la los países en desarrollo hacia los países del G7 superan las transfe-
coopcnción internacional en la fiscaJidad sobre los capir~es; 3- creación de instituciones
internacionales para la procección eficn de los derechos individ~cs, de los derechos rencias de estos hacia aquellos. Los Estados Unidos, Gran Bretaña y
humanos y del medio ambiencc y la promoción de la justicia social y de la paz; 4- CanacU ya se encontraban en esca situación en 1988; en 1994, sólo
cstablec:imicnro de pautas inremacionales pan contener la corrupción, reforzar las Japón e Italia registraron una transferencia Uquida positiva. La
pr.lcticas laborales justas y proccgcr los derechos humanos; 5- creación de una red de
alianzas para la promoción de la paz.. la libcrrad y la democracia (1998). deuda de los países pobres ha accJerado eJ agotamiento de los recur-

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REINVll'o.'TAR LA DEMOCRACIA BOAVENTURA DF SOVSA SANTOS

sos naturales. la desinversión en programas sociales y de desarrollo


económico (infraestructuras, formación del capital humano. com- la que en el pasado supo accuar en el ámbito nacional. Desde la
pra de tecnología. etc.) al destinarse todos los recursos financieros al potenciación de los comités de empresa y de las delegaciones sindi-
pago del principal y de los Intereses de la deuda y a la reducción de cales hasta la transnacionaliz.ación del movimiento sindical, el pro-
la inversión, tanto interna como externa. c~o de destrucción y reconstrucción institucional se antoja necesa-
rio y urgente.
El reconocimiento de que existe una "crisis de Ja deuda" y, sobre
todo, de que esa crisis también se extiende a la deuda pendiente El movimiento sindical debe asimismo revalorizar y reinvencar la
ante las organizaciones multilaterales, parece haber calado final - tradición de solidaridad y reconstruir sus políticas de antagonismo
mente en Instituciones como el Banco Mundial y el FMI. Estas social. pebe disefiar un nuevo abanico, más amplio y audaz, de soli-
organizaciones elaboraron en 1996 una propuesta de reducción de daridad que responda a las nuevas condiciones de exclusión social y
la deuda de los países pobres más endeudados (Highly Indebted a las nuevas formas de opresión en las relaciones dentro de la pr
Poor Countries -HIPC-lniclatlve). Sin embargo, la propuesta ha ducción, ampliando de este modo el ámbito convencional de las
merecido duras criticas de las ONGs: subestima el problema al reivindicaciones sindicales, es decir, las relaciones de producción.
excluir a numerosos países; plantea un calendario demasiado largo Por otro lado, deben reconstruirse las polfricas de antagonismo
(6 años); los montantes de Ja reducción son insuficientes; condicio- social de modo a asumir una nueva función en la sociedad: un sin-
na la reducción a la adopción por los paises afectados de medidas de dicalismo más polícico, menos sectorial y más solidario; un sindica-
ajuste estructural de cuya eficacia duda incluso el Banco Mundial ; lismo con un proyecto integral de alternativa de civilización, en el
hace recaer en exceso el peso de la propuesta en los países acreedo- que todo esté relacionado: trabajo y medio ambiente, trabajo y sis-
res e insuficientemente sobre las organizaciones multilaterales, (el tema educativo, trabajo y feminismo, trabajo y necesidades sociales
FMI no aportaría fondos); por último, el FMI podría aprovecharla y culturales de orden colectivo, trabajo y Estado de bienestar, tra-
para consolidar su posición acreedora, aumentado Incluso el mon- bajo y tercera edad, etc. En suma, su acción reivindicativa debe con-
tante de la deuda de estos países con la lnstltución6• siderar todo aquello que afecte a la vida de los trabajadores y de los
ciudadanos en general.
Por último, la cuarta condición del redescubrimiento democrá-
tico del trabajo está en Ja reinvención del movimiento sindical. A El sindicalismo fue en el pasado antes un movimiento que una
pesar de las aspiraciones del movimiento obrero del siglo XIX, fue- i{lsticución, es ahora más una institución que un movimiento. En el
ron los capitalistas del mundo entero los que se unieron, no los tra- periodo de reconstitución instirucional en ciernes, el sindicalismo
bajadores. De hecho, a medida que el capital se fue globalizando, el podría quedar desahuciado si no consigue reforzarse como movi-
proletariado se localizó y segmentó. Et movimiento sindical deberá miento. La concertación social debe ser, en este sentido, un escena-
reestructurarse profundamente para poder actuar en los ámbitos rio de discusión y de lucha por la calidad y la dignidad de la vida.
local y transnacional, y hacerlo al menos con Ja misma eficacia con

6 Para un análisis de esle programa. véanse Bokkemlk (1996) y van Hees (1996).

46 47
' -
REINVENTAR LA Dl:.MOCRACIA B OAVENTURA DESOUSA SANTOS
~ 1

i¡ EL FsrADO COMO NOvfSIMO MOVIMIENTO SOCIAL organización política, el Estado se encuentra, por el contrario, en el
'!
punto de partida de su repolitización como elemento de coordina-
El segundo gran momento de la exigencia cosmopolita de un nuevo
c.ión . En .esce nuevo marco, el Estado es anee todo una relación polí-
contrato social está en la transformación del Estado nacional en un
uca parcial y fracturada, abierta a la competencia encre los agentes
"novísimo movimiento social". Esta expresión puede causar extra-
de la subcontratación política y por la que transitan concepciones
:r' fieza. Pretendo con la misma sefialar que el proceso de descentrado
alternativas del bien común y de los bienes públicos. Anees que una
al que, debido ante codo al declive de su poder regulador, está some-
1 materialidad institucional y burocrática, el Escado está llamado a ser
tido el Estado nacional convierte en obsolecas las ceorfas del Estado 1

' el terreno de una lucha política mucho menos codificada y reglada


hasta ahora imperantes, tanto las de raigambre liberal como las de
que la lucha política convencional. Y es en esce nuevo marco donde
1 origen marxista. La despoliciz.ación del Estado y la desescatalización
de la regulación social inducidas por la erosión del contrato social
las distintas formas de fascismo societal buscan articulaciones para ,,
amplificar y consolidar sus regulaciones despóticas, convirtiendo al
indican que bajo la denominación "Estado" está emergiendo una
Estado en componente de su espacio privado. Y será también en
nueva forma de organización política más amplia que el Escado: un
11 este marco donde las fuerzas democráticas deberán luchar por la
conjunto híbrido de flujos, organizaciones y redes en las que se
democracia rediscriburiva y convertir al ~cado en componente del
combinan y solapan elementos escarales y no escacales, nacionales y
,, ,,
espacio público no escacal. Esca última transformación del Estado es
globales. El Estado es el articulador de esce conjunto.
la que denomino Estado como novísimo movimiento social.
La relativa miniacurización o municipalización del Estado den-
Las principales características de esca transformación son las
1:
tro de esca nueva organización política ha venido interpretándose
siguientes: compete al Estado, en esca emergente organización políti-
1
como un fenómeno de erosión de la soberanía y de las capacidades 1 ca, coordinar los distintos intereses, flujos y organizaciones nacidos de
normativas del Estado. Pero lo que de hecho está ocurriendo es una
la desescaciLización de la regulación social. La lucha democrática se
transformación de la soberanía y de la regulación: éstas pasan a ejer-
convierte así, anee codo, en una lucha por la democratización de las
cerse en red dentro de un ámbito político mucho más amplio y con-
funciones de coordinación. Si en el pasado se buscó democratizar el
flictivo en el que los bienes públicos hasta ahora producidos por el i' monopolio regulador del Escado ahora se debe, ante codo, democra-
Estado (legitimidad, bienestar económico y social, seguridad e iden- '

i tizar la desaparición de ese monopolio. Esca lucha tiene varias facecas.


tidad cultural) son objeto de luchas y negociaciones permanentes
Las funciones de coordinación deben tratar sobre codo con intereses
que el Estado coordina desde distintos niveles de superordenamien-
divergentes e incluso concradiccorios. Si el Escado moderno asumió
to. Esca nueva organi1,.ación política, este conjunto heterogéneo de
como propia y, por canco, como interés general una determinada ver-
organizaciones y flujos, no tiene cenero: la coordinación del Estado 11
1'-
sión o composición de esos intereses, ahora el Estado se limita a coor-
funciona como imaginación del cenero. dinar los distintos intereses, unos intereses que no son sólo naciona- 1

1
Esto significa que la mencionada despolitización del Estado sólo les sino también globales o cransnacionales. Esto significa que, en
1 se da en el marco de la forma tradicional del Estado. En la nueva contra de lo que pueda parecer, el Estado está más directamente com-
1
': ,,
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RflNVENTAR l.A DEMOCRACIA BOAVENTURA DE SoUSA SANTOS

prometido con los criterios de redistribución y por tanto con los cri- nada indica que la elaboración parcicipativa dd presupuesto no
terios de inclusión y exclusión. De ahí que Ja tensión encre democra- pueda adoptarse por los gobiernos escacales o incluso en la Unión
cia y capitalismo, de urgente reconstrucción, sólo pueda reconstruir- Europea. De hecho, resulta imperioso extender esca experiencia si se
se si Ja democracia se concibe como democracia redistributlva. pretende erradicar la privatización pacrimonialisca del Escado.
En un espacio público en el que el Estado convive con intere- La limitación de esce cipo de experiencias está en que sólo tratan
ses y organizaciones no estatales cuyas actuaciones coordina , la del uso de los recursos escacales, no de su obtención. A mi encender,
democracia redistributiva no puede quedar confinada dentro de
la lógica participativa de la democracia rediscributiva debería abar-
una democracia representativa concebida para la acción política
car esta última cuestión, es decir, el sistema fiscal. Aquf, la demo-
en el marco del Estado. D e hecho, aquí radica la causa de la mis-
cracia redistribuciva debe significar solidaridad fiscal. La solidaridad
teriosa desaparición de la tensión entre democracia y capitalismo
fiscal del Estado moderno es, cuando existe, abstracta y, en el marco
en nuestros días: con la nueva constelación política, la democra-
de la nueva organización política y de la miniacurización del Estado,
cia representativa perdió las escasas capacidades distributivas que
esa solidaridad se hace aun más abstracta hasta resultar ininceligible
pudo llegar a tener. En las actuales condiciones, la democracia
al común de los ciudadanos. De ahí las numerosas tax rroolts de los
redistributlva debe ser una democracia participativa y la partici-
últimos afios y el que muchas de ellas no hayan sido activas si no
pación democrática debe incidir tanto en la acción de coordina-
pasivas: recurrieron a la evasión fiscal. Propongo una modificación
ción del Estado como en la actuación de los agentes privados
radical de la lógica del sistema fiscal para adecuarlo a las nuevas con-
{empresas, organizaciones no gubernamentales y movimientos
diciones de la dominación política. Se trata de lo que llamo la fis-
sociales) cuyos intereses y prestaciones coordina el Estado. En
calidiid participativa Cuando al Estado le compete desempefiar, res-
otras palabras: no tiene sentido democratizar el Estado si no se
pecto del bienestar, funciones de coordinación antes que de pro-
democratiza la esfera no estatal. Sólo la convergencia entre estos
ducción directa, el control de la relación entre recursos obtenidos y
dos procesos de democratización permite reconstruir el espacio
uso de los mismos resulta prácticamente imposible con los meca-
público de la deliberación democrática.
nismos de la democracia representativa. De ahf la necesidad de afia-
Ya se conocen distintas experiencias de redistribución democrá- dir a la democracia representativa elementos de democracia partici-
tica de los recursos a través de mecanismos de democracia partici- pativa. El incremento relativo de la pasividad del Escado resultante
pativa o de combinaciones de democracia participativa y democra- de la pérdida de su monopolio regulador debe compensarse inten-
cia representativa. En Brasil, por ejemplo, destacan las experiencias sificando la ciudadanía activa; a menos que queramos ver cómo los
de elaboración participativa de los presupuestos en los municipios ges- fascismos sociecales invaden y colonizan esa pasividad.
tionados por el Partido de los Trabajadores -especialmente exitosas
La fiscalidad participativa permite recuperar la "capacidad
en Porto Alegre7• Aunque estas experiencias sean de ámbito local
extractiva" del Estado y ligarla a la realización de unos objetivos
sociales colectivamente definidos. Fijados los niveles generales de
7 Sobre la experiencia de Porto Alegre, véanse Sanlos (1998b). Fedozz.I (1997) y
Olivelra el al. (1995). tributación, fijados -a nivel nacional mediante mecanismos que

50 51
REINVENTAR LA DEMOCRAC IA BoAvF.NTURA DE SousA SANTOS

combinen democracia represencaciva y parcicipaciva- los objetivos definición que, en otro lugar, he hecho d 1 socialismo como demo-
financiados por el gasto público, los ciudadanos y las familias deben cracia sin fin (SanLos. 19951) .
poder decidir, mediance refrendo, para qué y en qué proporción La democracia redistributiva debe ser el primer empeño en la
deben gasearse sus impuescos. Si algunos ciudadanos prefieren que conversión del Estado en novísimo movlmiemo social. Otro empe-
sus impuescos se destinen preferencemence a la atención medica, ño es el que denomino el Estado experimental. Cuando la función
otros darán prioridad a la educación, otros a la seguridad social, etc. de regulación social del Estado atraviesa grandes mutaciones, la rígi-
Aquellos ciudadanos cuyos impuestos se deduzcan en origen -caso, da materialidad institucional del Estado se verá progresivamente
en muchos países, de los asalariados- deben poder indicar, en las sometida a grandes vibraciones que la desestructurarán, desnatura-
sumas deducidas, sus preferencias encre los distintos seccores de lizarán y convertirán en terreno propicio a los efectos perversos.
actuación así como el peso relativo de cada inversión social. Además, esa materialidad se inserta en un espacio-tiempo nacioruU..
Tanto el presupuesto como la fiscalidad participativos son piezas estatal que, como se ha dicho, sufre el Impacto cruzado de los espa-
cios-tiempo locales y globales, instantáneos y glaciales. Ante esta
fundamencales de la nueva democracia redistributiva. Su lógica
situación resulta cada vez más evidente que la Institucionalización
política responde a la creación de un espacio público no estatal del
del Estado-articulador aún está por inventar. De hecho, aún es
que el Estado es eJ demento determinance de articulación y coordi-
pronto para saber sí esa institucionalidad se plasmará en organiza-
nación. La creación de esce espacio público es, en las accuales con-
ciones o, por el contrario, en redes y flujos o incluso en dispositivos
diciones, la única alternativa democrácica anee la proliferación de híbridos, flexibles y reprogramables. No cabe, sin embargo, duda de
esos espacios privados avalados por una acción estatal que favorece que las luchas democráticas de los próximos años serán fundamen-
los fascismos sociecales. La nueva lucha democrática es, en cuanto talmente luchas por esquemas institucionales alternativos.
lucha por la democracia redistributiva, una lucha antifascista aun-
Como las épocas de transición paradigmática se caracterizan por
que se desenvuelva en un ámbito formalmente democrático. Este
la coexistencia de las soluciones del viejo paradigma con las del
ámbico democrático, aunque formal, dispone, no obstance, de la
nuevo {y éstas suelen ser tan contradictorias entre sí como puedan
materialidad de las formas, de ahí que la lucha antifascista de nues-
serlo respecto de las del viejo paradigma), entiendo que esta misma
tros días no tenga que asumir las formas que asumió en el pasado la
circunstancia debe convertirse en un principio rector de la creación
lucha democrática contra el fascismo de Estado. Pero tampoco
institucional. Adoptar en esta fase decisiones institucionales Irrever-
puede limitarse a las formas de lucha democrática consagradas por
sibles resultaría imprudente. El Estado deberla convertirse en un
el Estado democrático surgido de los escombros del viejo fascismo. terreno de experimentación institucional en el que coexistan y com-
Nos encontramos, por lo tanto, ame la necesidad de crear nuevas pitan por un tiempo distintas soluciones institucionales a modo de
constelaciones de lucha democrática que multipliquen y ahonden experiencias piloto sometidas al seguimiento permanente de los
las deliberaciones democráticas sobre los aspeclOs cada vez más dife- colectivos ciudadanos como paso previo a la evaluación comparada
renciados de la sociabilidad. En este contexto, adquiere sencido la de las prestaciones de cada una de ellas. La prestación de bienes

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REINVENTAR ~ D EMOCRACIA B OAVENTURA DESousA SANTOS

públicos, sobre codo en el ámbito social, podría de este modo reali- experimental y en la experimentación continua con una activa par-
zarse bajo distintas formas y la opción entre las mismas, de tener ticipación de los ciudadanos estará la sostenibilidad del bienestar.
que hacerse, sólo debería producirse una vez analizadas por los ciu- El ámbito de las luchas democráticas se plantea, por lo tanto, en
dadanos la eficacia y la calidad democrática de cada alternativa. esca fase, dentro de un vasto y decisivo espacio. Sólo en este espacio
Este nuevo Estado democrático debería basarse en dos principios enconrrarán respuesta la fuerza y la extensión de los fascismos que
de experimentación política. Primero: el Estado sólo es genuina- nos amenazan. El Estado como novísimo movimiento social es un
mente experimental cuando las soluciones instirucionales en liza Estado articulador que, aunque haya perdido el monopolio de la
gozan de idénticas condiciones para desarrollarse conforme a su gobernación, conserva el monopolio de la meca-gobernación, es
propia lógica. Es decir, el Estado experimental será democrático en decir, de la articulación en el interior de la nueva organización polf-
la medida en que dé igualdad de oporrunidades a las distintas pro- cica. La experimentación externa del Estado, en las nuevas funcio-
puestas de instirucionalidad democrática. Sólo así puede la lucha nes de articulación sociecal, debe completarse, como vimos, con
democrática convenirse en una lucha entre alcernativas democráti- una experimentación interna, en su esquema institucional, que ase-
cas. Sólo así puede lucharse democráticamente contra el dogmatis- gure la eficacia democrática de la articulación. Se traca, por todo
mo democrático. Esta experimentación institucional dentro del ello, de un espacio polf cico turbulento e inestable en el que los fas-
ámbito de la democracia generará inevitablemente inestabilidad e cismos societales pueden instalarse con facilidad capitalizando las
incoherencia en la acción estatal. Por otro lado, al amparo de esta inseguridades y ansiedades inevitablemente generadas por esas ines-
fragmentación estatal, podrían producirse, subrepticiamente, nue- tabilidades. De ahí que el campo de la democracia participativa sea
vas exclusiones. Se trata de un riesgo importante, tanto más cuan- potencialmente vastfsimo debiendo ejercerse tanto en el interior del
do en esta nueva organización política sigue siendo competencia del Estado, como en las funciones de articulación del Estado o en las
Estado democrático estabilizar mínimamente las expectativas de los organizaciones no estatales que tienen subcontratada la regulación
ciudadanos y crear pautas mínimas de seguridad y de inclusión que societal. En el contexto del Estado como novísimo movimiento
reduzcan la ansiedad de modo a permitir el ejercicio activo de la social, la democratización del Estado pasa por la democratización
ciudadanía. societal y, viceversa, la democratización societal por la democratiza-
ción del Estado.
El Estado experimental debe, por lo tanto, asegurar no sólo la
igualdad de oportunidades entre los distintos proyectos de institu- Pero las luchas democráticas no pueden, como se desprende de lo
cionalidad democrática, sino -y se trata del segundo principio de la dicho, agotarse en el espacio-tiempÓ nacional. Muchas de las pro-
experimentación política- unas pautas mínimas de inclusión que puestas planteadas aquí a favor del redescubrimiento democrático
hagan posible una ciudadanía activa capaz de controlar, acompañar del trabajo exigen una coordinación internacional, una colaboración
y evaluar la valía de los distintos proyectos. Escas pautas son necesa- entre los Estados para reducir la competencia internacional a la que
rias para hacer de la inestabilidad insticucional un ámbito de delibe- se libran y con ello la competencia internacional entre los trabajado-
ración democrática. El nuevo Estado de bienestar debe ser un Estado res de sus países. Visco que el fascismo societal intenta reducir el

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REINVENTAR LA DEMOCRACIA

Estado a un mecanismo que interiorice en el espacio-tiempo nacio- LA REINVENCIÓN SOLIDARIA Y PARflCIPATIVA


nal los imperativos hegemónicos del capital global, compete a la / DEL EsTADO
democracia redisrributiva convertir al Estado nacional en elemento
de una red internacional que disminuya o neurralicc el impacto des-
tructivo y excluyente de esos imperativos y que, en la medida de lo
posible, invierta el sentido de los mismos en beneficio de una redis-
tribución equitativa de la riqueza globalmente producida. Los
Estados del Sur, sobre todo los grandes Estados semiperiféricos,
como Brasil, la India, Sudáfrica, una futura China o una Rusia des-
mafializada, deben desempefiar en este ámbito un papel decisivo. La
intensificación de la competencia internacional entre ellos seria
desastrosa para la gran mayoría de sus habitantes y fatal para las
poblaciones de los países periféricos. La lucha nacional por la demo-
cracia redisrributiva debe, por lo tanto, sumarse a la lucha por un
nuevo derecho internacional más democrático y participativo.
El dilema neoliberal, anees mencionado, radica en que sólo un
Estado fuerte puede organizar con eficacia su propia debilidad. Este LA CUESTIÓN de la reforma del Estado resulta, cuando menos, intri-
dilema debe ser el punto de partida de las fuerzas democráticas en gante. La modernidad ha conocido dos paradigmas de transforma-
su empefio por consolidar el contenido democrático canco de la ción social: la revolución y el reformismo. El primero se pensó para
articulación escacal dentro de la nueva organización política como ejercerse contra el Estado, el segundo para que lo ejerciera el Estado.
del espacio público no estatal articulado por el Estado. Pero, visco Este último acabó impof!iéndose en los países centrales, antes de
que los fascismos societales se legitiman o naturalizan internamen- extenderse a todo el sistema mundial. Para el reformismo, la socie-
te como precontraccualismos y post-contracrualismos dictados por dad es la entidad problemática, el objeto de la reforma, y el Estado,
insoslayables imperativos globales o internacionales, ese enriqueci- la solución del problema, el sujeto de la reforma. Cabe, por lo tanto,
miento democrático resultará vano mientras la articulación escacal hacer una primera observación: si, como ocurre hoy en día, el
se limite al espacio nacional. Estado se torna él mismo problemático, se convierte en objeto de
El fascismo no es una amenaza. El fascismo está entre nosotros. reforma, nos encontramos, entonces, ante una crisis del reformismo.
Esca imagen desestabilizadora alimenta el sentido radical de la exi- De esta observación se siguen otras que pueden plantearse como
gencia cosmopolita de un nuevo contrato social. preguntas: si durante la vigencia del reformismo, el Estado fue el
sujeto de la reforma y la sociedad su objeto, ahora que el Estado se
ha convertido en objeto de ref~rma ¿quién es el sujeto de la refor-

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REINVENTAR LA DEMOCRACIA J3.p,wENTURA DE SouSA SANTOS

ma? ¿acaso la sociedad? Y de ser así ¿quién dentro de la sociedad? O mismo tiempo que el principio de comunidad, basado en la obliga-
¿será el propio Estado el que se auto-reforme? Y en este caso ¿quién ción polícica horizontal -de ciudadano a ciudadano-, se vio desna-
dentro del Estado es el sujeto de la reforma de la que es objeto el turalizado al quedar reducido el reconocimiento político de la coo-
propio Estado? o ¿será que la reforma del Estado deshace la distin- peración y de La solidaridad entre ciudadanos a aquellas formas de
ción hasta ahora vigente entre Estado y sociedad? cooperación y solidaridad mediadas por el Estado.
Iniciaré este ensayo con un análisis del contexto social y político Con esa articulación de la regulación, la capacidad del mercado
en el que se ha perfilado la tendencia a favor de la reforma del para generar situaciones caóticas -la llamada "cuestión social" (ano-
Estado. Me referiré después, brevemente, a las distintas alternativas mia, exclusión social, disgregación de la familia, violencia)- quedó
de reforma que se han propuesto para, por último, centrar mi aten- sujeta a control político aJ entrar la cuestión social a formar parce,
ción en la función que puede desempeñar el llamado tercer sector a rravés de la democracia y de la ciudadanía, de la actuación políri·
en la reforma del Estado, subrayando las condiciones que determi- ca reglada. La policización de la cuestión social significó pasar a con-
nan el sentido político de esa función así como el tipo de reforma a siderarla desde criterios no capitalistas, aunque no con la finalidad
la que apunta. de eliminarla sino can sólo de apaciguarla. Este control sobre el
Tras un breve periodo durante el que intentó convertirse en el "capicaJismo como consecuencia" (la cuestión social) permitió legi-
cam1no del cambio gradual, pacifico y legal hayia el socialismo, el timar el "capitalismo como causa". El Estado fue, en este sentido, el
reformismo , en su sentido más amplio. vino a significar el proceso escenario político en el que el capicaJismo intentó realizar, desde el
a través del cual el movimiento obrero y sus aliados encauzaron su rcconocimicnco de sus propios límites, codas sus potencialidades.
resistencia contra la reducción de la vida social a la ley del valor, a La forma polícica más completa del reformismo polftico fue, en los
la lógica de la acumulación y a las reglas del mercado. De esa resis- países ccnrrales del sistema mundial, el Estado de bienestar y, en los
tencia nació una institucionalidad encargada de asegurar la pervi- países periféricos y semiperiféricos, el Estado desarrollista.
vencla de las interdependencias de carácter no mercantil, es decir, El reformismo se basa en la idea de que sólo es normal el cam-
las Interdependencias cooperativas, solidarias y voluntarias. Con bio social que puede ser normalizado. La lógica de la normalización
esta institucionalidad, el interés general o público consiguió tener, se basa en la simerrfa corre mejora y repecición. Los dispositivos de
en el seno de la sociedad capitalista, alguna vigencia a través del des- la normalización son el derecho, el sistema educativo y la idencidad
arrollo de tres grandes cuestiones: la regulación del trabajo, la pro-
cultural. La repetición es la condición del orden y la mejora, la con-
tección social contra los riesgos sociales y la seguridad contra el des- dición del progreso. Ambas se complementan y el rirmo del cambio
orden y la violencia. La lnstitucionalidad reformista se asentó sobre
social normal viene marcado por la secuencia encre los momentos
una articulación especifica de los tres principios modernos de regu-
de repetición y los de mejora.
lación: los principios del Estado, del mercado y de la comunidad.
La articulación estableció un círculo virtuoso entre el principio del El reformismo ciene, pues, algo de paradójico: si una determina-
Estado y el del mercado, del que ambos salieron fortalecidos, al da condición social se repite no mejora y si mejora no se repite. Pero

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REINVENTAR LA DEMOCRACIA BOAVENTURA DE SousA SANTOS

esta paradoja, lejos de paralizar la polrtica reformista, constituye su El Estado nacional desempeñó su función central en el cambio
gran fuente de energía. Esco se debe, principalmente, a dos razones. social reformista a través de ues estrategias básicas: acumulación,
Por un lado, debido a su carácter fragmencario, desigual y sdectivo, confianza y legitimación o hegemonía. Mediante las estrategias de
el cambio social normal resulta en gran medida opaco, de modo acumulación, consiguió estabilizar la producción capitalista. Con
que una misma condición o acción política puede ser interpretada las estrategias de confianza, estabilizó las expectativas de los ciuda-
por unos grupos sociales como repetición y por otros como mejora; danos, contrarrestando los riesgos derivados de las externalidades de
los conflictos entre estos grupos son los que de hecho impulsan las la acumulación social y del distanciamiento entre las acciones téc-
reformas. Por otro lado, la ausencia de una dirección global del nicas y sus efectos, es decir, el contexto inmediato de las interaccio-
cambio social permite que los procesos de cambio puedan percibir- nes humanas. Con las estrategias de hegemonía, el Estado afianzó la
se bien como fenómenos de corco plazo, bien como manifestacio- lealtad de las distintas clases sociales para con la gestión estatal d~
nes puntuales de fenómenos de largo plazo. La indeterminación de las oportunidades y de los riesgos; garantizando así su propia esta-
las temporalidades confiere al cambio un sentido de inevirabilidad bilidad, ya sea como entidad política o como entidad administrati-
del que deriva su legitimidad. va. Veamos con más detalle el ámbito de intervención socia.! de cada
una de estas estracegias estatales as{ como la manera en que operan,
La opacidad e indeterminación del cambio social normal se dan
en cada una de ellas, la simetría entre repetición y mejora y sus códi-
asimismo en otros tres niveles que también contribuyen a reforzar
gos binarios de evaluación política.
la legitimidad del paradigma reformista. En primer lugar, la articu-
lación entre repetición y mejora permite concebir el cambio social El ámbito de intervención social de la estrategia de acumulación
como un juego de suma positiva en el que los procesos de inclusión es el de la mercantiliz.ación del trabajo, de los bienes y de los servi-
social superan en número a los de exclusión. Cualquier dato empí- cios. El momento de repetición del cambio social es aquí la soste-
rico que indique lo contrario siempre puede interpretarse, en el nibilidad de la acumulación y el momento de mejora, el crecimien-
supuesto de que no pueda refutarse, como un fenómeno transitorio to económico. La evaluación política sigue el código binario "pro-
y reversible. En segundo lugar, las medidas reformistas tienen un mover/restringir el mercado". La estrategia de hegemonía abarca,
carácter intrínsecamente ambiguo: su naturalei.a capitalista o anti- por su parce, tres ámbitos sociales de intervención: 1- la participa-
capitalista resulta, por principio, discutible. En tercer lugar, la inde- ción y la representación polícicas, con su código binario "democrá-
terminación y la opacidad confieren a las políticas reformistas una tico/antidemocrácico", su repetición en la democracia Liberal y su
gran plasticidad y abstracción: de ahí que puedan funcionar como mejora en el desarrollo de los derechos; 2- el consumo social, con
modelos políticos creíbles en los más variados contextos sociales. su código "jusco/injusco", repetición, en la paz social y mejora, en
Conviene recordar, en este sentido, que, más allá de las apariencias la equidad social; y, 3- el consumo cultural, la educación y la comu-
y de los discursos, el paradigma de la transformación reformista nicación de masas: aquí el código es "leal/desleal", la repetición,
siempre fue más internacional y transnacional que el de la transfor- identidad cultural y la mejora, distribución de los conocimientos y
mación revolucionaria. de la información. La tercera estrategia, la de la confianza, también

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RE.INVENTAR U. DEMOCRACIA ~OAVENTURA DE SOUSA SANTOS

abarca tres ámbitos de intervención social: 1- los riesgos en las rela- invaria~leme.nte pret~nden prevenir el estallido de nuevos episodios
ciones internacionales, evaluados con el código "amigo/enemigo"; r~oluc1onar'.os acudiendo para ello a la lógica reformista de la repe-
el momento de repetición está en la soberanía y la seguridad nacio- t1c1ón y meJora. Analizadas retrospectivamente, las revoluciones
nales y el de mejora, en la lucha por consolidar la posición del país ~parecen ~í como. momen~os inaugurales del reformismo, ya que
en el sistema mundial. 2- El ámbito de los riesgos en las relaciones este sólo nene senndo polínco en cuanto proceso post-revoluciona-
sociales (desde los delitos hasta los accidentes), sujeto a un doble rio. Aunque su objetivo sea prevenir el estallido de la revolución su
código binario: "legal/ilegal", "relevante /irrelevante"; la repetición lógica es la de la anticipación de la situación post-revolucionari~.
es aquí el orden jurídico vigente y la mejora, la prevención de los
riesgos y el incremento de la capacidad represiva. Y, por último, 3-
los riesgos tecnológicos y los accidentes medio ambientales. En este LA CRISIS DEL REFORMISMO
ámbito, los códigos de evaluación son "seguro/inseguro" y "previsi- Venimos asistiendo, desde la década de los ochenta, a la crisis del
ble/imprevisible", el momento de repetición está en el sistema de
paradigma del cambio normal. La simetría entre repetición y mejo-
expertos y el de mejora, en el desarrollo tecnológico. ra se ha roto y la repetición ha pasado a percibirse como la única
El paradigma reformista se basa en tres presupuestos: 1- los mejora posible. El juego de la suma positiva ha sido sustituido por
mecanismos de repetición y mejora son eficaces en el ámbito del el de la suma cero y los procesos sociales de exclusión predominan
territorio nacional y cuando no se producen interferencias externas sobre los de inclusión. Uno tras otro, los presupuestos del reformis-
ni turbulencias internas; 2- la capacidad financiera del Estado mo social han quedado en entredicho. El capitalismo global y su
depende de su capacidad reguladora y viceversa, ya que la seguridad brazo político, el consenso de Washington, han desestruccurado los
y el bienestar social se consiguen produciendo en masa productos y espacios nacionales del conflicto y la negociación, han minado la
servicios bajo forma de mercancías (aunque no se distribuyan a tra- capacidad financiera y reguladora del Estado y han aumentado la
vés del mercado}; y, 3- los riesgos y los peligros que el Estado ges- escala y frecuencia de los riesgos hasta deshacer la viabilidad de la
tiona con sus estrategias de confianza no son frecuentes y cuando se gestión nacional.fLa articulación reformista de las tres estrategias del
producen lo hacen sin sobrepasar la escala que permite la interven- Estado -acumulación, hegemonía y confianza- se ha ido disgregan-
ción política y administrativa del Estado. do hasta verse sustituida por una articulación nueva, enteramente
dominada por la estrategia de acumulación. /
Estos tres presupuestos dependen, en última instancia, de un
meta-presupuesto: el reformismo, en cuanto cambio social normal, El Estado débil auspiciado por el consenso de Washington sólo
no puede pensarse sin el contrapunto del cambio social anormal, es lo es en lo que a las estrategias de hegemonía y confianza se refiere.
decir, la revolución. Lo mismo cabe decir de la revolución. Del aná- En lo relativo a la estrategia de acumulación, el Escado resulta tener
lisis de las grandes revoluciones modernas se desprende que todas ~ás ~erza que nunca, en la medida en que asume la gestión y legi-
acaban recurriendo al reformismo para consolidarse: consumada la timación, en el espacio nacional, de las exigencias del capitalismo
ruptura revolucionaria, las primeras medidas de los nuevos poderes global~ No estamos, por lo tanto, ame una crisis general del Estado,

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REINVENTAR LA OFMOCRACIA BOAVENTURA DE SoUSA SANTOS

sino anee la crisis de un determinado cipo de Escado. Esca nueva movimiento de cambio social propio de un periodo histórico , el
articulación no represen ca, por ouo lado, una simple vuelta al prin- nuestro , demasiado prematuro para ser pre-revolucionarlo y en
cipio de mercado, sino una articulación más directa y esuecha enue exceso tardío para ser post-revolucionario.
el principio del Escado y el del mercado.\ En realidad, La debilidad
del Esrado no es un efecco secundario o perverso de la globalización
LA PRIMERA FASE: EL Es'fADO IRREFORMABLE
de La economía, sino el resulrado de un proceso político que inten-
ta conferir al Estado otro tipo de fuerza, una fuerza más sutilmente El reformismo pretendía, al igual que la revolución, transformar la
ajustada a las exigencias políticas del capitalismo global. l5i durante sociedad. Las fuerzas sociales que lo promovían usaron del Estado
la vigencia del reformismo polícico el Estado expresó su fuerza pro- como instrumento de transformación social. Y como cada inter-
moviendo interdependencias no mercantiles, ahora esa fuerza se vención estatal en la sociedad suponía una Intervención en el pro-
manifiesta en la capacidad de someter codas las interdependencias a pio Estado, éste se transformó profundamente a lo largo de los
la lógica mercantil. Algo que el mercado no podría hacer por sí sólo, últimos cincuenta años. El fin del reformismo social dio Inicio al
salvo con graves riesgos de generar ingobernabjljdad. movimiento a favor de la reforma del Estado; movimiento con dos
fases principales. La primera partió, paradójicamente, de la idea de
Pero La crisis del reformismo se debe, ante rodo, a La crisis de su
que el Estado es Irreformable: Intrínsecamente ineficaz, parasitario
meca-presupuesto, la pose-revolución. Con la caída del muro de
y predador, el Estado sólo se reforma reduciéndolo al mínimo que
Berlln hemos pasado de un periodo pose-revolucionario a ouo que
podemos denominar "pose-pose-revolucionario". Eliminado el con- permita asegurar el funcionamiento del mercado. Su propensión al
texto político de La pose-revolución, e1 reformismo perdió su senti- fracaso y su capacidad para causar daños sólo se limitan reducien-
do su tamaño y el ámbito de su actuación. Vuelve a surgir, en esta
do: dejó de ser posible porque dejó de ser necesario (no dejó de ser
fase, el decimonónico debate en torno a las funciones del Estado.
necesario porque dejara de ser posible). Y mientras no se vislumbre
Se retoma la distinción entre sus funciones exclusivas y aquellas que
ocro momento revolucionario no habrá nuevo paradigma reformis-
ha ido asumiendo por usurpación o competencia con otras instan-
ta. La quiebra de la tensión entre repeáción y mejora -tensión cons-
cias no estatales de regulación social: distinción que pretendía dar
titutiva del paradigma de la transformación social- y La consiguien-
a entender que el Estado debfa limitarse a ejercer las funciones que
te conversión de la repetición en única hipótesis posible de mejora,
le serian exclusivas.
trae consigo exclusión social y degradación de la calidad de vida de
la mayoría de la población. Pero no supone escagnación. Esta primera fase se prolongó hasta los primeros años de los
Presenciamos, al contrario, un movimiento incenso, caótico, que noventa. Fue, al igual que el reformismo social, un movimiento de
exuema canco Las inclusiones como las exclusiones y que ya no carácter global. Impulsado por las instituciones financieras multila-
puede conuolarse con el ritmo de la repetición y mejora. Ya no es terales y la acción concertada de los Estados centrales recurrió a unos
un cambio normal, pero tampoco es anormal. La preocupación por dispositivos normativos e institucionales que por su naturaleza abs-
la reforma se ve relegada por la de la gobernabilidad. Se erara del tracta y unidimensional resultaron poderosos: deuda externa, ajuste

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REINVENTAR LA DF.MOCRACIA BOAVENTURA DF SouSA SANTOS
'"(

escrucrural, concrol del déficic público y de la inflación, privatiza- embargo, una profunda asimetría: si el reformismo social fue un
ción, desregulación, amenaza de inminence quiebra del Escado de movimiento transnacionaJ de baja intensidad Impulsado, dentro de
bienescar y, sobre codo, del sisccma de seguridad social, subsiguiente cada espacio-tiempo nacional (la sociedad nacional o el Estado
(dráscica) reducción del consumo coleccivo de procección social, etc. nación), por fuerzas sociales y políticas de ámbito nacional, el refor-
Esta primera fase de reforma, la del Estado mínimo, alcanzó su mismo estatal es un movimiento transnacional de alta intensidad en
punco culminance con las conwlsiones polícicas de los países comu- el que las fuerzas que con mayor denuedo lo están promoviendo son
nistaS de Europa cenaal y del esce. Pero fue en esta misma región ellas mismas transnacionales. La sociedad nacional es ahora el espa-
donde los límites de su lógica R"formadora empezaron a manifescarse. cio-minia tura de un escenario social global y el Estado nacional
La emergencia de las mafias, la generalización de la corrupción políti- -sobre todo en la periferia del sistema mundial-, la caja de resonan-
ca o la quiebra de algunos de los Estados del llamado Tercer Mundo cia de unas fuerzas que lo trascienden.
vinieron a subrayar el dilema básico sobre el que se asienca la idea del Esta segunda fase es social y políticamente más compleja que la
Estado débil: como es el Estado el que tiene que acometer su reforma, primera. La fase del Estado mínimo, Irreformable, estuvo comple-
sólo un Escado fuerce puede producir con eficacia su propia debilidad. tamente dominada por la fuerza y los Intereses del capitalismo glo-
Por otro lado, como coda desregulación nace de una regulación, el bal. Fue la edad de oro del neoliberalismo. En los países centrales.
Estado tiene que intervenir, paradójicamente, para dejar de intervenir. el movimiento sindical quedó maltrecho por la disgregación de la
Anee escas circunscancias se fue asen cando la idea de que el capi- legislación fordista: la izquierda marxista, que desde los años sesen-
talismo global no puede prescindir del Estado fuerce. La fuerza esta- ta venía criticando el Estado de bienestar, se vio desarmada para
tal, necesaria, debía ser distinta a la imperante durante la vigencia defenderlo y los movimientos sociales, celosos de preservar su auto-
del reformismo, con su reflejo en el Escado de bienescar o en el nomfa frente al Estado y centrados en ámbitos de intervención
Estado desarrollisca. El problema del Estado no se resuelve, por lo social considerados marginales por el bloque corporativo sobre el
canco, reduciendo la cantidad de Escado, sino modificando su naru- que se apoyaba el Estado de bienestar, no se sintieron llamados a
raleza, para lo cual debe partirse de la idea de que el Escado sí es defender el reformismo que ese Estado protagonizaba.
reformable. Esca premisa define el perfil general de la segunda, Y En los países semiperlféricos, donde el Estado desarrollista era a
acrual, fase del movimiento a favor de la reforma del Estado. menudo autoritario y represivo, las fuerzas progresistas concentra-
ron sus esfuerzos en propiciar transiciones a Ja democracia. Muchas
medidas neoliberales, al desmantelar el Intervencionismo del Estado
LA SEGUNDA FASE: EL Esl:ADO REFORMABLE
autoritario y poder interpretarse en consecuencia como propiciato-
En esta fase, el péndulo del reformismo pasa inequ ívocamente del rias de democratización, se beneficiaron de la legitimidad que el
reformismo social impulsado por el Estado al reformismo estatal proceso de transición política suscitó entre la clase media y los tra-
promovido por sectores sociales con capacidad de intervención en bajadores de la industria. En los países periféricos, la desvalorización
el Estado. Aparentemente simétrica, esca oscilación esconde, sin de los escasos productos que accedían al comercio internacional, la

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REINVENTAR LA DEMOCRACIA BOl't'('ENTURA DE SOUSA SANTOS

deuda ~cerna y el ajuste estructural convirtieron al Estado en una responde a las diferencias en la historia, las tradiciones, la cultura o
entidad inviable, un lumpen-Estado a merced de la benevolencia los contextos políticos entre los distintos países. En Francia se suele
internacional. hablar de "economía social", en los países anglosajones de "sector
La primera fase de reforma del Estado fue, por las razones indi- voluntario" y de "organizaciones no lucrativas" Y• en los países del
cadas, un periodo de pensamiento único, de diagnósticos inequívo- llamado Tercer Mundo predomina el calificativo de "organizaciones
cos y de terapias de choque. Sin embargo, los resultados "disfun- no gubernamentales".
cionales" de este movimiento, las brechas aparecidas en el consenso El tercer sector surgió en el siglo XIX en los países centrales, en
de Washington, la reorganización de las fuerzas progresistas, así Europa sobre todo, como alternativa al capitalismo. Aunque de
como el fantasma de la ingobernabilidad y de su posible incidencia heterogéneas raíces ideológicas -desde las varias caras del socialismo
en los países centrales a través de la inmigración, de las epidemias o hasta el cristianismo social o el liberalismo- su propósito consistía
del terrorismo abrieron paso a la segunda fase. Todos estos facrores en articular nuevas formas de producción y de consumo que o bien
también contribuyeron a que el marco político de esca nueva fase desafiaban los principios de la ascendente economía política bur-
sea mucho más amplio, sus debates más sistemáticos y sus alterna- guesa, o bien se limitaban a aliviar, a modo de compensación o con-
tivas más creíbles. En términos de ingeniería institucional, esta fase tra-ciclo, el coste humano de la Revolución Industrial. Subyacía a
se asienta, preferentemente, sobre dos pilares: la reforma del sistema codo este movimiento, al que buena parce de la clase obrera y de las
jurídico, sobre codo del judicial, y la función del llamado tercer sec- clases populares se adscribió, el propósito de contrarrestar el proce-
tor. En lo que queda de ensayo centraré mi atención en este segun- so de aislamiento al que el Estado y la organización capitalista de la
do pilar. producción y de la sociedad sometían al individuo. La idea de auto-
nomía asociativa tiene, en este sentido, carácter nuclear en este
movimiento.\El principio de autonomía asociativa ordena y articu-
EL TERCER SECTOR la los vectores normativos del movimiento: ayuda mutua, coopera-
"Tercer sector" es la denominación, residual e imprecisa, con la que ción, solidaridad, confianza y educación para formas de produc-
se intenta dar cuenca de un vasdsimo conjunto de organizaciones ción, de consumo y, en definitiva, de vida, alternativas. (
sociales que se caracterizan por no ser ni estatales ni mercantiles, es No es este lugar para trazar la evolución de La economía social en
decir, codas aquellas organizaciones sociales que, siendo privadas, el siglo XX. Cabe can sólo sefialar que si, por un lado, el movi-
no tienen fines lucrativos y que, aunque respondan a unos objetivos miento socialista y comunista renunció pronto a la economía social
sociales, públicos o colectivos, no son estatales: cooperativas, para sumarse a unos principios y objetivos que consideró más des-
mutuas, asociaciones no lucrativas, ONGs, organizaciones casi-no arrollados y eficaces en la construcción de una alternativa al capita-
gubernamentales, organizaciones de voluntarios, comunitarias o de lismo, por otro, las cooperativas y las mutuas consiguieron, en
base, etc. El nombre en lengua vernácula de este sector varía de un muchos países europeos, consolidar imporcances márgenes de inter-
país a otro, en una variación que no es sólo terminológica sino que vención en el ámbito de la protección social.

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REINVENTAR LA DEMOCRACIA BOAVENTVRA DE SoUSA SANTOS

Lo que aquí merece destacarse es que desde finales de los años mercado, venían compartiendo con disrinto peso relativo según el
setenta se ha producido, en los países centrales, un renacer del ter- periodo histórico.
cer sector o de la economía social. Este fenómeno no es un simple Rousseau fue el gran teórico del principio de la comunidad. El
regreso al pasado -algunos autores han hablado de "nueva economía ginebrino lo concibió como el concrapunco indispensable al princi-
social"-, por muy notoria que pueda resultar la presencia de los pio del Estado. Si este principio establecía la obligación política ver-
ecos, de los recuerdos o de la cultura instirucional del viejo tercer tical entre los ciudadanos y el Estado, el de la comunidad afirmaba
sector. Anees de detenerme sobre el significado político de este la obligación política horizontal y solidaria entre ciudadanos. Para
resurgimiento conviene mencionar que una de las novedades más Rousseau, esca última obligación polfcica es la originaria, la que
destacadas del nuevo tercer sector es el hecho de que también haya establece el carácter inalienable de la soberanía del pueblo, sobera-
surgido con pujanza en las países periféricos y sem iperiféricos del nía de la que deriva la obligación polícica para con el Estado.
sistema mundial bajo la forma de las ONGs, tanto de ámbico
Rousseau concibe la comunidad como un todo, de ahí sus reser-
nacional como transnacional. Si en algunos de estos países las
vas anee las asociaciones y las corporaciones -y de ahí que pueda sor-
ONGs fueron el resulrado de la consolidación, y a veces también
prender el que se invoque al ginebrino como principal inspirador
del declive, de los nuevos movimientos sociales, en otros, sobre todo
del principio de comunidad. Lo cierto es que para Rousseau la
en los más periféricos, su aparición se debió al cambio en la estrate-
comunidad es un codo y como codo debe salvaguardarse. A cal fin,
gia de ayuda y cooperación internacionales de los países centrales,
deben eliminarse los obstáculos que interfieran las interacciones
una estrategia que pasó a contar con actores no estatales.
políticas entre ciudadanos, puesto que sólo de escas interacciones
No resulta fácil determinar el alcance político de este resurgi- puede surgir una voluntad general no distorsionada. Con esca con-
miento. La heterogeneidad política que viene caracterizando al ter- cepción de la soberanía popular, Rousseau no necesita, a diferencia
cer scccor desde el siglo XIX se ha visco ahora potenciada por la del Montesquieu del Esprit des Lois, concebir las asociaciones y las
simultánea presencia del sector en países centrales y periféricos, es corporaciones como barreras contra la tiranía del Estado. AJ con-
decir, en contextos sociales y políticos muy distintos. La unidad de trario, lo que le preocupa es que las asociaciones y las corporaciones
análisis del fenómeno resulta igualmente problemática en la medi- se puedan convertir en grupos que con su poder y privilegios dis-
da en que el tercer sector responde en los países centrales a fuenas torsionen la voluntad general en beneficio de intereses particulares.
endógenas mientras que en algunos países periféricos, sobre codo en De ahí que sugiera que, de haber asociaciones, éstas deberán ser
los menos desarrollados, es ante todo el efecto local de inducciones, pequeñas, codo lo numerosas que se pueda y codas con parecido
cuando no de presiones e injerencias, internacionales. Cabe decir, poder. El planteamiento rousseauniano adquiere hoy renovada
no obstante y en términos muy genéricos, que el renacer del sector actualidad. Cuando el tercer sector se invoca cada ve-L más como un
significa que el tercer pilar de la regulación social de la modernidad antídoto contra La privatización del Estado de bienestar por parce de
occidental, el principio de la comunidad, consigue deshacer la grupos de interés corporativos, conviene recordar la advertencia de
hegemonía que los otros dos pilares, el principio del Escado y el del Rousseau: el tercer sector también puede generar corporativismo.

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REINVENTAR LA DEMOCRACIA ~ BOAVENTURA OF SoUSA SANTOS

El actual renacer del tercer sector podría interpretarse como una tema mundial , el Estado desarrollista en la semlperiferla y periferia.
oportunidad para que el principio de comunidad contraste sus ven- Pero no se trata de una crisis total del Estado, mucho menos de una
tajas comparativas frente a los principios del mercado y del Escado. crisis terminal como pretenden las tesis más extremistas en torno a
Unos principios que habrían fracasado en sus respectivos intentos la globalización. La persistencia del carácter represivo del Estado, su
históricos de hegemonizar la regulación social: el principio dd mer- protagonismo en las procesos de regionalizaclón supranacional y de
cado durante la fase del capitalismo desorganizado o liberal, el prin- liberalización de la economía mundial, su función de fomento y
cipio del Estado durante la del capitalismo organizado o fordjsta. protección de aquellas empresas privadas que ejercen funciones
Pero esta interpretación peca por su excesiva superficialidad. En pri- consideradas de interés público, no parecen estar en crisis. Lo que
mer lugar, no está nada claro que nos encontremos ante el doble fra- está en crisis es su función en la promoción de las Intermediaciones
caso del Estado y del mercado. En segundo lugar, de existir ese fra- no mercantiles entre ciudadanos. Una función que el Estado venía
caso, resulta aún menos claro que el principio de comunidad siga ejerciendo principalmente a través de las poHticas fiscales y sociales.
teniendo, después de un siglo de marginación y de colonización por La creciente exigencia de mejorar la sintonía entre las estrategias de
el Estado y el mercado, la autonomía y la energía necesarias para hegemonía y de confianza, por un lado, y las estrategias de acumu-
liderar una nueva propuesta de regulación social, más justa y capaz lación, por otro. bajo el predominio de esta última, ha fortalecido
de restablecer aquella ecuación entre regulación social y emancipa- todas aquellas funciones del Estado que propician la difusión del
ción social que fuera matriz originaria de la modernidad occidental. capitalismo global.
No parece que el principio del mercado esté,en crisis. Al conrra- Como se desprende del J.#Jr!d Development Report, 1997 del
rio, el periodo actual puede interpretarse como una época de abso- Banco Mundial, estas funciones estatales son cada vez más impor-
luta hegemonía del mercado. La lmbris con que la lógica empresa- tantes y exigen para su desempeño un Estado fuerte. Lo que intere-
rial del beneficio ha ido extendiéndose sobre áreas de la sociedad sa, en este sentido, es saber qué incidencia tiene este cambio en la
civil hasta ahora respetadas por la incivilidad del mercado (la cul- naturaleza del Estado sobre la producción de los cuatro bienes
tura, la educación, la religión, la administración pública, la protec- públicos que el Estado venia asumiendo en el periodo anterior: legi-
ción social o la producción y gestión de sentimientos, atmósferas, timidad, bienestar social y económico. seguridad e identidad cultu-
emociones, gustos, atracciones, repulsas o impulsos) avala la exis- ral. Cada uno de estos bienes públicos se asentó sobre una articula-
tencia de esa hegemonía. La mercantilización de la vida se está con- ción especrflca de las distintas estrategias estatales; articulación que
viniendo en el único modo racional de afrontar la vida en un se ha roto. De ahf que cuando se habla de reforma del Estado, los
mundo mercantil. problemas que se plantean sean principalmente los dos siguientes:
Por lo que al principio del Estado se refiere, no cabe duda de que l º - dilucidar si esos bienes son ineludibles y, 2º - en el supuesto de
la crisis, en el centro como en la periferia, del reformismo social (o que lo sean, saber cómo van a producirse en el modelo de regula-
del fordismo) implica la crisis de las formas po!Ccico-estatales vigen- ción y en la forma poUtlca en ciernes. La cuestión del tercer sector
tes en el periodo anterior: el Estado de bienestar en el centro del sis- surge con toda acuidad, precisamente, en la respuesta a estos dos

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REINVENTAR LA DEMOCRACIA BOAVENTURA DE SOUSA SA."TOS

problemas. De ahí que al abordar el fenómeno del tercer sector con- hacerse cargo de esa tensión y administrar los compromisos entre
venga parcir de la consideración de que lo QUe está en juego es, en sus cxcremos.
definitiva, la nueva forma política del &cado. El recurso al cercer sector en un momento de gran turbulencia
Para poder evaluar la posible aportación del tercer sector en este institucional no deja de ser sorprendente. En efecto, durante
ámbico debe, primero, encontrar respuesta una cuestión anees refe- mucho tiempo se pensó que una de las limitaciones propias del sec-
rida: tras décadas de marginación y de colonización ¿de qué recur- tor escribaba en la rigidez institucional de sus organizaciones (por
sos dispone este seccor para contribuir con credibilidad a la reforma entonces sobre codo cooperativas y mucualidades)¡ una rigidez,
del &cado? Para responder a esca pregunta puede resultar útil repa- inadecuada para responder a los desafíos de un cambio social acele-
sar los principales debates y reflexiones suscicados en corno al tercer rado, que contrascaba con la flexibilidad del mercado y de un
seccor en las dos últimas décadas. Como se verá, el &cado siempre &cado que con la ductilidad de su sistema jurídico conseguía abar
está presente en esos debates, aunque no con la centralidad que le car nuevas áreas de intervención social. Sin embargo, desde la déca-
atribuiremos en la parce final de este cexco. da de los secenca, esta rigidez institucional o parece haber desapare-
cido o ha dejado de ser relevante. Algunos autores han sefialado que
Conviene, anee codo, sefialar que los términos del debace difie- la popularidad del sector se debe, precisamente, a su plasticidad
ren nocablemence a lo largo y ancho del espacio-tiempo del sistema conceptual. Como dicen Anheier y Seibel, "el amplio abanico de
mundial. En los países centrales, el contexto viene marcado anee características sociales y económicas al que da cabida el término 'ter-
codo por la crisis, desde finales de la década de los setenta, del cer sector', permite a los políticos hacer uso de aquellos elementos
&cado de bienestar. La interpretación neoliberal de esta crisis apos- o aspectos del seccor que avalan su crítica y su interpretación de la
tó por la decidida privatización de los servicios sociales prestados crisis del fu cado de bienestar" (1990: 8).
por el &cado (seguridad social, sanidad, educación, vivienda), así
como por La privatización de los servicios de seguridad pública y fura, políticamente útil, ductilidad conceptual dificulta la siste-
penitenciaria. La efici.encia del mercado en la gesción de los recur- matización del análisis y las comparaciones internacionales e inter-
sectoriales. Como dice Defourny, "la pluralidad de soluciones jurí-
sos se consideró indiscutiblemente superior al funcionamiento
dicas, la dificultad para encontrar términos equivalentes en las dis-
burocrático del &cado. Pero la eficacia del mercado en la gestión de
tintas lenguas, las distintas tradiciones de asociacionismo y los dis-
los recursos conuasca con su absoluca ineficacia (cuando no, per-
tintos contcxcos sociales, culrurales y políticos... (permiten que) el
versión) en la distribución equitativa de los recursos (disaibución
tercer sector pueda entenderse internacionalmente como teniendo,
anees confiada al &cado) . Pero las organizaciones sociales y políti-
al mismo tiempo, una identidad bien definida y flexibilidad para
cas de corre progresista, aunque desarmadas para defender una
manifestarse en función de las circunstancias" {1992: 46).
administración pública del &cado que ellas mismas habían critica-
do, han conseguido, no obstan ce, mantener vigente la tensión polí- Pero más allá de la ambigüedad conceptual del tercer sector, lo
tica entre eficacia y equidad. El cercer sector surgió entonces para cierto es que en los países centrales su resurgimiento está ligado a la

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REINVENTAR LA DEMOCRACIA BOAVENTIJRA DE SouSA SANTOS

crisis del Estado de bienestar. Esto significa que el sector no renace te un claro riesgo de que el tercer sector se consolide. no por la valía
en un contexto de incensas luchas sociales y políticas en pro de la de los valores adscritos al principio de comunidad (cooperación,
sustitución del Estado de bienestar por formas más desarrolladas de solidaridad , participación, equidad, transparencia, democracia
cooperación, solidaridad y participación, sino que renace coinci- interna) , sino para actuar como apaciguador de las tensiones gene-
diendo con el inicio de una fase de retraimiento de las políticas pro- radas por los conflictos políticos resultantes del ataque neoliberal a
gresistas, cuando los derechos humanos de la tercera generación -los las conquistas políticas logradas por los sectores progresistas y popu-
derechos económicos y sociales conquistados por las clases trabaja- lares en el periodo anterior. De ser asf, el tercer sector podría con-
doras después de 1945- empiezan a ponerse en cela de juicio, su sos- vertirse en la "solución" a un problema insoluble y el mito del ter-
tenibilidad empieza a cuestionarse y su recorte empieza a conside- cer sector podría estar condenado al mismo fracaso que ya conocie-
rarse inevitable. ran el mito del Estado y. antes, el del mercado. Esta advertencia,
lejos de minimizar las potencialidades del tercer sector en la cons-
Esto significa, en los países centrales, que el renacer de un tercer
trucción de una regulación social y política más solidaria y partici-
sector capaz de acender mejor que el Estado la dimensión social no
pativa, pretende tan sólo señalar que las oportunidades que se le
responde a un proceso políáco de carácter autónomo. No cabe
presentan en este ámbito no están exentas de riesgo.
duda de que las organizaciones del tercer sector aprovecharon el
momento polftico para reforzar su acción de lobby frente al Estado El contexto del debate en torno al tercer sector es muy distinto
y conseguir ventajas y concesiones para desarrolJar sus intervencio- en los países periféricos y semiperiféricos. Destacan aquí dos condi-
nes, pero también es cierto que muchas de estas nuevas iniciativas ciones: 1- el crecimiento acelerado desde la década de los setenta de
del tercer sector surgieron inicialmente de cooperativas de parados, las llamadas ONGs tenía escasos antecedentes locales y 2- ese creci-
del control obrero de empresas en quiebra o abandonadas, de ini- miento ha venido inducido, en los países periféricos sobre todo -el
ciativas locales para promover la reinserción de trabajadores y fami- caso de los semiperiféricos es más complejo-, principalmente por los
lias afectadas por la crisis y la reescrucruración industriales, ecc. El países centrales, cuando éstos empezaron a canalizar sus ayudas al
renacer del tercer sector fue, por lo canco, el resultado del vado ide- desarrollo a través de actores no estatales.
ológico generado por una doble crisis: la de la socialdemocracia, Por otro lado, el contexto político en estos paises no es el de la
que sostenía el reformismo social y el Estado de bienestar, por un crisis de un inexistente Estado de bienestar sino el que viene confi-
lado, y la del socialismo, por otro, que durante décadas se e.rigió gurado por el objetivo de crear mercado y sociedad civil proporcio-
como alcernaciva a la socialdemocracia y, también, como obstáculo nando unos servicios básicos que el Estado no está, y a menudo
frence al desmancelamienco de ésta por las fuerzas conservadoras. nunca estuvo, en condiciones de prestar. Entre 1975 y 1985. la
Podemos concluir que el tercer sector surge, en los países cen- ayuda al desarrollo canalizada por las ONGs creció un 1.400%
trales, en un contexto de crisis, de expectativas decrecientes respec- (Fowler, 1991: 55) . El número de ONGs pasó en Nepal de 220 en
to de la capacidad del Estado para seguir produciendo los cuatro 1990 a 1.210 en 1993, en Túnez de las 1.886 de 1988 a las 5.186
bienes públicos antes mencionados. Este contexto sugiere que exis- de 1991 (Hulme y Edwards, 1997: 4). En Kenia, las ONGs con-

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RFINVENTAR LA DFMO\RACIA Bo AVENTVRA o~ sou5A SANTOS

crolan encre el 30 y el 40% del gaseo en desarrollo y el 40% del rando que la particularidad del tercer sector se construye mediante
gaseo sanitario (Ndegwa, 1994: 23). En Mozambique, los progra- la combinación de características percenecientes canco al sector
mas de emergencia, La ayuda humanitaria y otras actividades ligadas público como al privado. La motivación y la iniciativa de la acción
al desarrollo están en gran medida controlados por unas ONGs colectiva del tercer sector lo asemeja al sector privado, aunque en el
internacionales que coordinan sus acciones con las (164, en 1996) primero el motor de la acción sea la cooperación y La ayuda mutua
ONGs nacionales. La visibilidad nacional e internacional de las y en el segundo el afán de lucro. Ese.a característica permite atribuir
ONGs aumentó clara.menee en los años noventa a raíz de distintas al tercer sector una eficiencia en la gestión de los recursos parecida
Conferencias de la ONU (Cumbre de la Tierra de Río, 1992, o a la del sector privado capitalista. Pero, la ausencia de afán de lucro,
Conferencia sobre la Mujer, celebrada en Beijing en 1995). la orientación hacia un interés colectivo distinto del privado (ya sea
de quien presta, o contribuye para que se preste, el servicio comq
Al ser muy discincos los contextos políticos y funcionales del ter- del que lo recibe), la gesción democrática e independiente, la distri-
cer sector en el centro y en la periferia del sistema mundial, no sor- bución de recursos basada en valores humanos y no en valores de
prende que también sean discincos los temas de debate suscitados en capital, son características que acercan al tercer sector al sector
corno al sector en uno y ocro contexto. Existen, claro está, algunos público estatal y son las que permiten considerar que el tercer sec-
puntos coincidentes: el renacer del tercer sector se produce en un tor está capacitado para combinar La eficiencia con la equidad.
conccxro de expansión de una ortodoxia cransnacional: el ncolibe-
ralismo y el consenso de Washington; por otro lado, parce del ter- Escas características son, claro está, muy genéricas y se formulan
cer sector de los países centrales, Las ONGs de ayuda al desarrollo, como cipos-ideales. En el terreno empírico, las distinciones son más
tiene un papel decisivo en La promoción, financiación y funciona- complejas. En primer lugar, hay organizaciones que por el cipo de
miento de Las ONGs de los países periféricos y semiperiféricos. servicio que prestan o los productos que ofrecen, están mucho más
cerca del sector privado que del público. Este es el caso, por ejem-
Una breve referencia a Los cernas de debate puede ayudar a escla- plo, de las cooperativas de trabajadores; pero incluso aquí deben
recer los términos en que se plancea la refundación o reinvención establecerse discinciones. Si las pequeñas y medianas cooperativas
solidaria y participativa del Estado así como la función que el tercer suelen ser intensivas en trabajo (al ser muchas veces el resultado del
sector puede desempeñar en esa refundación. Me referiré a cuatro downsizing de empresas capitalistas} y suelen incentivar la partici-
debates destacados en corno al tercer sector: su localización escruc- pación del trabajador en la propiedad, en la gestión y en el benefi-
cural entre lo público y lo privado; su organización interna, trans- cio, las grandes cooperativas no se distinguen canco de las grandes
parencia y responsabilidad; las redes nacionales y rransnacionales empresas capitalistas, aunque ofrezcan precios reducidos a sus
sobre Las que se asienta; y, por último, sus relaciones con el Estado. socios y distribuyan un mayor porcentaje de sus beneficios. Por
El debate sobre La localiz.ación estructural del tercer sector se cen- ejemplo, en el caso de las mutualidades, su lógica del seguro es en
tra en la cuestión de dilucidar qué es lo que, en última instancia, lo general muy distinta a la del seguro privado. Además de que los gas-
distingue de los tradicionales sectores público y privado, conside- tos corriences tiendan a ser reducidos, se favorece la solidaridad

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REINVENTAR LA DEMOCRACIA '\ BOAVENTURA DE SouSA SAN-ros

entre asegurados de modo que los asegurados de bajo riesgo contri- menee acencidos por las acciones de las organizaciones del tercer sec-
buyen a los seguros de los asegurados de aleo riesgo. tor, es decir, las clases medias-bajas y los excluidos y marginados.
Ocras organizaciones del tercer seccor se dedican a accividades o El segundo Mbau se refiere a la organización, a la transparencia y
prescan servicios que no tienen fácil traducción en términos mone- a los mecanismos M responsabilidad del tercer sector. La diversidad de
tarios, caso del crabajo humanitario, de la ayuda de emergencia o de organizaciones englobadas por el sector es enorme. Si algunas dis-
la educación popular. Se traca de organizaciones que, en la línea ponen de una organización altamente formalizada, otras son bas-
continua que va del seccor privado al público, están más próximas tante informales; si unas tienen asociados a los que restringen su
del polo público. En los países centrales y semiperiféricos escas actividad, otros no los tienen o, de tenerlos, no limitan sus activi-
organizaciones suelen prestar servicios anteriormente prestados por dades a los mismos. El origen de la organización tiene aquí una
el Estado, mientras que en los países periféricos prestan servicios importancia crucial. Así, en los países centrales, deben distinguirse
hasta entonces inexistentes o que aseguraban las comunidades. En las organizaciones que. vienen funcionando desde hace décadas de
este último caso, tiene indudable interés la función de las asocia- aquellas que surgieron en el contexto político de los afios setenta.
ciones de crédito, crédito informal o crédito rotatorio como expre- Las primeras, generalmente de origen obrero o filantrópico, suelen
ser organizaciones de asociados, con una elevada formalización en
sión más formalizada de mecanismos tradicionales de crédito
sus estilos de actuación y de organización, mientras que las segun-
mutuo entre clases populares, canto rurales como urbanas.
das o resultan de las recientes reescrucruraciones de la economía
La localización estructural del tercer secror resulta aún más com- global y restringen su acción a sus asociados, o son el resultado de
pleja en el caso de aquellas organizaciones que, aunque legalmente la evolución de los nuevos movimientos sociales y extienden su
adscritas al tercer sector, nada tienen que ver con su filosofía. Este acción más allá de sus miembros a través de estructuras ligeras y des-
es el caso de las organizaciones de fachada, cuya lógica interna se centralizadas y de actuaciones informales.
rige básicamente por el afán de lucro, pero que se organizan bajo la
La estructura interna de las organizaciones varía mucho en lo
forma del tercer sector para facilitar su aceptación social, obtener
que a den;iocracia interna, participación y transparencia se refiere.
subvenciones, acceder al crédito o a beneficios fiscales. Existen, asi-
En los países periféricos y semiperiféricos las pautas normativas de
mismo, organizaciones duales con partes que se rigen por la lógica las organizaciones se ven claramente condicionadas por las fuentes
de la solidaridad o del mutualismo y ocras por la del capital La de financiación de sus actividades -casi siempre donantes extranje-
reflexión en torno a la localización estructural del tercer sector sirve, ros- y por las exigencias de los donantes respecto a la orientación, a
en suma, para especificar las condiciones bajo las cuales puede el la gestión y a los mecanismos de responsabilidad de sus actividades.
secror contribuir a la reforma del Escado. Se traca, en definitiva, de En estos casos, suele establecerse un conflicto que, debido a su per-
un ejercicio de redefinición de los lfmires entre lo público y lo pri- sistencia, cabe calificar como esrrucrural: el conAicro entre lo que
vado y de la estructuración y calidad democráticas de la esfera públi- puede denominarse la responsabiJidad ascendente y la responsabili-
ca, especialmente en lo que arafie a los grupos sociales preferente- dad descendente. La responsabilidad ascendente se refiere a las ren-

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REINVENTAR LA DEMOCRACIA
B OAVENTURA DE SousA SANTOS

dición de cuentas anee, y sacisfucción de las exigencias planteadas


primeras se transforman en ejercicios de represiva benevolencia,
por, los donantes internacionales, donantes que, en ocasiones, tam- más o menos pacemalista, sobre las segundas.
bién son ONGs. Como La continuidad de la financiación suele
depender de La sacisfucción de escas exigencias, la responsabilidad Los conflictos de responsabilidad también existen en los países
centrales, pero responden a o eras causas. Aquí, la responsabilidad
ascendente se convierte en un poderoso condicionante de las prio-
ascendente es La que debe rendirse anee el Escado, la Iglesia o las eli-
ridades y de la orientación de la actuación de las organizaciones
tes locales que formal o informalmente se apropian de las organiza-
receptoras. La autonomía frente al Estado nacional suele conseguir-
ciones. Cuando escas dices proceden de sectores religiosos conserva-
se así a cambio de depender de los donantes extranjeros.
dores -como ocurre en Portugal con muchas inscicuciones privadas de
La responsabilidad ascendente entra a menudo en conflicto con la solidaridad social- existe el peligro de que la auconomfa externa de las
descendente, es decir, con la coma en consideración de las exigencias, organizaciones no sea sino la otra cara de un aucoricarismo interno.
prioridades y orientaciones de los miembros de las organizaciones o Los derechos de los asociados y de las poblaciones beneficiadas se
de las poblaciones por ellas atendidas y anee las cuales las organiza- transforman, entonces, en benevolencia represiva, la libertad, en sub-
ciones también deben responder. Siempre que se produce un con- versión, y la participación, en sujeción. Si las exigencias de democra-
flicto, las organizaciones deben buscar compromisos que den prefe- cia interna, participación y cransparencia no se coman en serio, el ter-
rencia a una u otra de las responsabilidades. En casos extremos, la cer seccor puede fácilmente convertirse, por escos y otros mecanis-
sujeción a los donantes aliena a La organización de su público y de su mos, en una forma de despotismo descentralizado. La transformación
base; por el contrario, una atención prioritaria a escos últimos puede de los asociados o beneficiarios en clientes o consumidores no atenúa
suponer la alienación del donante. Los conflictos de responsabilidad el riesgo de autoritarismo sino que puede llegar a potenciarlo, sobre
siempre acaban condicionando, por una u otra vía, la democracia todo cuando se traca de grupos sociales vulnerables.
interna, La participación y La transparencia de las organizaciones. El tercer debate se refiere al tipo de relaciones que mantienen entre
E n los países periféricos la cuestión de la responsabilidad des- ellm lm organfaaciones del tercer sector y a la incidencia de esas rela-
cendente se manifiesta en otra fu.ceca importante y no directamen- ciones en el fortalecimiento del sector. En términos genéricos esce
debate aborda lo que cabria denominar el casi-dilema al que se
te ligada al conflicto con La responsabilidad ascendente. Se traca de
enfrenta el sector: aunque sus objetivos son de cipo universalisca,
la superposición de las organizaciones formales sobre las ancestrales
público o colectivo, lo cierto es que sus interacciones cooperativas,
redes informales de solidaridad y de ayuda murua propias de las
ya sea por la especificidad del ámbito de actuación, ya sea por la deli-
sociedades rurales. En escos países, el tercer sector suele re~resencar
mitación de las poblaciones o de la base social atendidas, siempre se
un principio "derivado" de comunidad, relacivamence·artificial y
encuentran confinadas. El establecimiento de uniones, asociaciones,
débil frente a Las tradicionales experiencias, estructuras y prácticas
federaciones, confederaciones o redes entre las organizaciones per-
comunitarias. De ahí que pueda generarse un discanciamienco enae mite compatibilizar la vocación universalisca con la práctica particu-
las organizaciones y las comunidades por el que los recursos de las
larista, maximizando la vocación sin desnaturalizar la acción.
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REINVENTAR U. OfMOCRACIA BOAVENTURA DE SouSA SANTOS

También en esce debace difiere el concexco según se erare de paí- sector reside en que sirve para contrastar perspectivas opuesr.as:
ses cencrales o de países periféricos y semiperiféricos. En los prime- aquellas que pretenden transformar al sector en una fuerza de com-
ros, el debate se cenera ante codo en las vías para conseguir, espe- bate y resistencia conera Las relaciones de poder autoritarias y des-
cialmente en aquellos sectores en competencia más directa con el iguales que caracterizan al sistema mundial y aquellas que intentan
sector capitalista, economías de escala sin desnaturalizar la filosofía convertirlo en un instrumento dócil, sólo aparentemente benévolo,
ni la democracia interna y sin eliminar la especificidad de cada orga- de esas relaciones de poder.
nización y de su base social. En los países periféricos y semiperiféri-
El cuarto y último debate se cenera en las rel.aciones entre el ter-
cos el debate se ha centrado sobre codo en las, determinantes como
se ha visco, relaciones entre las ONGs nacionales y las de los países
cer sector y el Estado nacional. Se erara del debate que aquí más nos
interesa. Como he scfialado, el tercer sector surgió históricamence
centrales. Si se rigen por unas reglas respetuosas con la autonomía
y la integridad de las distintas organizaciones involucradas, estas celoso por mantener su auconomía frente al Estado y cuJcivó un:f
relaciones pueden llegar a ser el cimiento sobre el que construir las posición política de distanciamiento, cuando no de hostilidad,
nuevas formas de globalización concra-hegemónica. Por globaliza- frente al Estado. En los países centrales, el Estado de bienestar, si
ción contra-hegemónica enciendo la actuación transnRctonal de aque- vació o bloqueó, con su consolidación, las potencialidades de des-
llos movimientos, asociaciones y organizaciones que defienden inte- arrollo del tercer seccor, también permitió, a través de sus procesos
reses y grupos relegados o marginados por el capitalismo global. democráticos, que el tercer sector mantuviera su autonomía y, al
Esca globalización conera-hegemónica es fundamental a la hora de mismo tiempo, se acercara a, y cooperara con, el Estado. En
organizar y difundir estrategias políticas eficaces, de crear alternati- muchos países, el tercer sector, a menudo vinculado a los sindica-
vas al comercio libre mediante el comercio justo y de garantizar el tos, se benefició de políticas de diferenciación positiva y pudo con-
acceso de las ONGs de los países periféricos al conocimiento técni- solidar importantes complemencariedades con el Estado en el
co y a las redes políticas sobre las que se asientan las políticas hege- ámbito de las políticas sociales.
mónicas que afectan a sus países. En los países periféricos y semiperiféricos, las limitaciones del
Estas relaciones han cambiado en los últimos afios debido a dos Estado de bienestar, las vicisitudes de la democracia -casi siempre de
factores: por un lado, la ayuda internacional ha ido perdiendo baja intensidad e interrumpida por periodos más o menos prolon-
importancia para los países centrales, especialmence la ayuda no de gados de dictadura- y los procesos que dieron lugar al cercer sector,
emergencia destinada a proyectos estructurales de inversión social y hicieron que sus relaciones con el Estado fueran mucho más inesca-
política; por otro, los donantes estatales o no estatales han ido dele- bles y problemáticas: desde la prohibición o fuerte restricción de Las
gando en las ONGs de sus países la relación con las ONGs de los acciones de las organizaciones hasta la conversión de Las mismas en
países periféricos (Hulme y Edwards, 1997). simples apéndices o insuumencos de la acción estatal.
La importancia de la reflexión en tomo a Las relaciones y las La cuestión central es aquí la de determinar la función que el ter-
redes, tanto nacionales como internacionales, en el seno del tercer cer sector puede desempefiar en las políticas públicas. Como se

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REINVENTAR V. DEM OCRACIA
B OAVENTURA DE SOU'iA SANTOS

verá, esto depende canco del propio sector como del Estado, pero LA REFORMA DEL EsTADO Y EL TERCER SECTOR
también dd contexto internacional en que uno y otro operen, de la La actual fase de la reforma estatal es compleja y contradictoria.
cultura política dominante y de Las formas y niveles de movilización Bajo el mismo calificativo de "reinvención del Estado" caben dos
y de organización social. concepciones diametralmente opuestas: las que denomino del
Esca función puede limitarse a La ejecución de políticas públicas, "Estado-empresario" y del "Estado como novísimo movimiento
social".
pero también puede abarcar la selección de prioridades políticas e
incluso la definición del programa político (Thomas, 1996). Por La concepción del Estado-empresario guarda muchas afinidades
otro lado, esca función puede desempefiarse desde la complementa- con la filosofía polfcica imperante en la primera fase de la reforma
riedad o desde la confrontación con el Escado. Bebbingcon y estatal, la fase del Estado irreformable. Esca concepción plantea d
Farringcon distinguen eres posibles tipos de relación en los que el recomendaciones básicas: privatizar codas las funciones que el
tercer sector puede convertirse en: 1- instrumento del Estado, 2- Estado no debe deseJ'T}.pefiar con exclusividad y someter La adminis-
amplificador de los programas estatales o 3- asociado en las estruc- tración pública a los criterios de eficiencia, eficacia, creatividad,
turas de poder y coordinación (1993: 212-5). competitividad y servicio a los consumidores propios del mundo
En los países periféricos, la situación en La última década ha empresarial. Subyace aquf el propósito de encontrar una nueva y
generado grandes turbulencias en las relaciones entre el tercer sec- más estrecha articulación entre el principio del Escado y el del mer-
tor y el Estado. Si Los objetivos tradicionales consiscfan en preservar cado, bajo el liderazgo de este último. La sistematización más cono-
la autonomía e integridad de las organizaciones y luchar para que cida y difundida de esca concepción está en el libro Reinvmting
su función se extendiera, más allá de la ejecución de las políticas, a Governmmt de David Osborne y Ted Gaebler, publicado en 1992
la participación en la definición de las mismas, hoy en día la virtual (y e~ el que se inspiró la reforma de la administración pública pro-
quiebra a la que se enfrentan algunos países ha invertido el proble- moVJda por la Administración Clinton en base al "Informe Gore"
ma. 1El reto consiste ahora en preservar la autonomía, incluso la presentado por el vicepresidente Al Gore en 1993). Parecida con-
soberanía, del Estado frente a las ONGs cransnacionales y en garan- cepción subyace, con algunos matices, en las propuestas de reforma
tizar la participación dd Escado, no ya sólo en la ejecución, sino en del Estado planteadas en los últimos afios por el Banco Mundial.
la definición de las políticas sociales adoptadas por las organizacio- La segunda concepción, la del "Estado como novísimo movi-
nes en su territorio. miento social", parte de la idea de que ni el principio del Estado ni
Las relaciones entre el Estado y el tercer sector son, por lo canco, el de la comunidad pueden ga.rancizar aisladamente, visea la hubris
además de diversas dentro del sistema mundial, complejas e inesta- avasalladora del principio de mercado, la sosrenibilidad de las inter-
bles. Conviene tener esto presente cuando, como seguidamente dependencias no mercantiles -en ausencia de las cuales la vida en
haremos, se analiza la posible participación del tercer sector en La sociedad se convierte en una forma de fascismo societal. Esca con-
reforma del Escado. cepción propone una nueva y privilegiada articulación entre los

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RE.INVENTAR LA DEMOCRACIA B OAVFNTURA DE SOUSA SANTOS

principios del Estado y de la comunidad, bajo el predominio de este buena parte de la nueva regulación social la producen, a través de
último. Si la primera concepción potencia los isomorfismos entre el subcontracación política, distintos grupos y agentes en competen-
mercado y el Estado, esta segunda potencia los isomorfismos entre cia que representan distintas concepciones de los bienes públicos y
la comunidad y el Estado. del interés general.

Concebir el Estado como "novísimo movimiento social" puede, En este nuevo marco político, el Estado se convierte él mismo en
sin duda, causar extrafieza. El calificativo sirve para indicar que las una relación política fragmentada y fracturada, poco coherente
transformaciones que está conociendo el Estado han convertido en desde el punto de visea institucional y burocrático, terreno de una
obsoletas las tradicionales teorías liberal y marxista del Estado, hasta lucha política menos codificada y regulada que La lucha política
al punto en que, al menos cransitoriamence, el Estado se compren- convencional. Esta "descentración" del Estado significa no tanto su
de en hoy día mejor desde perspectivas teóricas anees usadas para debilitamiento como un cambio en la naturaleza de su fuerza. ~l
analizar los procesos de resistencia o autonomía, precisamente, fren- Estado pierde el control de la regulación social, pero gana el con crol
te al Estado. de la metaregulación, es decir, de la selección, coordinación, jerar-
quización y regulación de aque!Jos agentes no estatales que, por
La supuesta inevitabilidad de los imperativos neoliberales ha
subconcracación política, adquieren concesiones de poder estatal.
afectado de modo irreversible al ámbito y a la forma del poder de
La naturaleza, el perfil y la orientación polfrica del control sobre la
regulación social del Estado. Esce cambio no supone, sin embargo,
meta-regulación se constituyen así en el principal objeto de la actual
una vuelca al pasado ya que sólo un Estado pose-liberal puede aco-
lucha política. Esca lucha se produce en un espacio público mucho
meter la desestabilización de la regulación social pose-liberal. Esta
más amplio que el espacio públjco estata1: un espacio público no
desestabilización crea el anciEscado dentro del propio Estado. A mi
estatal del que el Estado no es sino un componente, si bien desta-
encender, escas transformaciones son can profundas que, bajo la
cado, más. Las luchas por la democratización de este espacio públi-
misma denominación de Estado, está surgiendo una nueva forma
co tienen así un doble objetivo: la democratización de la meta-regu-
de organización política más vasta que el Estado; una organización
lación y la democratización interna de los agentes no estata1es de la
integrada por un conjunto híbrido de flujos, redes y organizaciones
regulación. En esca nueva configuración polf cica, la máscara liberal
en el que se combinan e incerpenetran elementos estatales y no
del Estado como portador del interés general cae definitivamente.
escarales, canto nacionales, como locales y globales, y del que el
El Estado se convierte en un interés sectorial sui generis cuya espe-
Estado es el aniculador. Esca nueva organización política no tiene
cificidad consiste en asegurar las reglas de juego encre los distintos
centro, La coordinación del Estado funciona como imaginación del
intereses sectoriales. En cuanto sujeto político, el Estado pasa a
centro. La regulación social que surge de esta nueva forma política
caracterizarse más por su emergencia que por su coherencia. De ahí
es mucho más amplia y férrea que la regulación protagonizada por
que pueda concebirse como un "novísimo movimiento social".
el Estado en el periodo anterior, pero como es también más frag-
mentaria y heterogénea, canto por sus fuentes como por su lógica, Esta concepción se traduce en las siguientes proposiciones fun-
se confunde fácilmente con la desregulación social. De hecho, damentales:

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B oAVENTURA D E SouSA SANTOS
REINVENTAR LA DEMOCRACIA

concemporizar fácilmente ya sea con el aucoricarismo del Estado o


Los conflictos de interés corporativos que configuraban el
con el aucoricarismo del mercado. Anee la ausencia de una acción
espacio público, ya sea del Estado de bienestar o del desarrollista,
resultan hoy en día HJiputianos comparados con los conflictos entre política democrácica que incida simultáneamente sobre el Escado y
los Intereses sectoriales que compiten por la conquista del espacio sobre el cercer sector, puede fácilmente confundirse como transición
democrácica lo que no sería sino una cransición desde el aucorica-
público no estatal. El ámbito de estos intereses sectoriales desborda
el espacio-tiempo nacional, las desigualdades entre ellos son enor- rismo centralizado al autoritarismo descentralizado.
mes y las reglas de juego atraviesan una turbulencia constante. Sólo la simultánea reforma del Escado y del tercer sector,
2- La descentración del Estado en la regulación social neutralizó mediante la articulación entre democracia represencativa y demo-
las posibilidades distributivas de la democracia representativa de cracia participativa, puede dar efeccividad al potencial democratiza-
modo que ésta empezó a coexistir, más o menos pacíficamente, con dor de cada uno de ellos &ente a los fascismos pluralistas que inten-
formas de sociabilidad fascista que empeoran las condiciones de tan apropiarse del espacio público no estatal. Sólo así podrán alcan-
vida de la mayoría de la población al mismo tiempo que, en nom- zar credibilidad política los isomorfismos normativos entre el
bre de imperativos transnacionales, trivializan ese empeoramiento. Estado y el tercer sector: los valores de la cooperación, la solidari-
dad, la democracia o la prioridad de las personas sobre el capital.
3- En estas condiciones, el régimen político democrático, al que-
dar confinado en el Estado, ya no puede garantizar el carácter La principal novedad de la actual situación está en que la obli-
democrático de las relaciones políticas en el espacio público no esta- gación política vertical entre Estado y ciudadano ya no puede, debi-
tal. La lucha antifascista pasa asr a formar parte integrante del com- do a su debilitamiento, asegurar por sí sola la realización de esos
bate político en el Estado democrático, lucha que se resuelve arti- valores; una realización que, aunque siempre precaria en las socie-
culando la democracia representativa con la participativa. dades capitalistas, fue, sin embargo, suficiente para otorgar una
mínima legitimidad al Estado. A diferencia de lo que ocurrió con el
4- En las nuevas condiciones, Ja lucha antifascista consiste en Estado de bienestar, la obligación política vertical, ya no puede
estabilizar mínimamente entre las clases populares aquellas expecta- prescindir, si ha de pervivir políticamente, del concurso de la obli-
tivas que el Estado dejó de garantizar al perder el control de la regu- gación política horizontal propia del principio de comunidad. Esta
lación social. Esta estabilización exige una nueva articulación entre última obligación política, aunque se reconozca en valores semejan-
el principio del Estado y el de la comunidad , una articulación que tes o isomórficos a los de la obligación política vertical, asienta esos
potencie sus Isomorfismos. valores, no en el concepto de ciudadanía, sino en el de comunidad.
El tercer sector emerge en esta articulación como una fuerza Ocurre, sin embargo, que aquellas condiciones que han debilitado
potencialmente antifascista en el espacio público no estatal. el concepto de ciudadanía y su consiguiente sentido vertical de la
obligación política también están debilitando el concepto de
Sería, sin embargo, inadecuado pensar que el tercer sector
comunidad y su sentido horizontal de la obligación política. La
pueda, por si solo, transformarse en un agente de la reforma demo-
fuerza avasal ladora del principio de mercado impulsado por el capi-
crática del Estado. Antes al contrario, aislado, el tercer sector puede
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.,...
R.!: INVENTAR LA DEMOCRACIA BoAvENnlRA DF OUSA SANTOS •

calismo global hace zozobrar codas las incerdependencias no mer- midores y debe descentralizar su poder siguiendo mecanismos de
canciles, canco las que se generan en el concexto de la ciudadanía mercado y no mecanismos burocráticos (du Gay, 1996: 166). El
como las que lo hacen en el de la comunidad. De ahí la necesidad modelo burocrático no responde adecuadamente a las exigencias de
de lograr una nueva congruencia entre la ciudadanía y la comuni- la era de la información, del mercado global y de la economía basa-
dad que contrarreste el principio del mercado. Esca nueva con- da en los conocimientos y es demasiado lento e impersonal en la
gruencia es la que precende alcanzar el proyecco de reinvención consecución de sus objetivos.
solidaria y parcicipativa del Estado. La crítica a la burocracia no surge, sin embargo, con la propues-
Este proyecto político se basa en la asunción de una doble rarea: ta del Estado-empresario y perdurará una vez desvanecida esa pro-
refundar democrácicamence tanto la administración pública como puesta. Lo que la actual crícica tiene, no obscance, de específico es
el tercer sector. su negativa a reconocer que muchos de los defectos de la burocra-
cia se siguen de unas decisiones que pretendlan alcanzar objetivos
la refundacion democrdtica de la administración ptíblica se sitúa en
políticos democráticos cales como la neutralización de los poderes
las antípodas del proyecto del Estado-empresario, especialmente en fácticos, la equidad, la probidad, la previsibilidad de las decisiones
la versión de Osborne y Gaebler (1992). Si se recuerda que uno de y de los agentes, la accesibilidad e independencia de los servicios,
los principales micos de la culrura política estadounidense sostiene etc. Al no reconocer estos objetivos, la crítica evita considerarlos y,
que el Estado es un obstáculo para la economía, no sorprende que por tanto, evaluar la capacidad de la gestión empresarial para reali-
las propuestas que abogan por el Estado-empresario, aparentemence zarlos. En estas condiciones, la crlcica a la burocracia, en lugar de
destinadas a revitalizar la administración pública, hayan supuesto, en analizar los mecanismos que desviaron a la administración pública
realidad, un ataque en coda regla contra la misma, contribuyendo a de la consecución de esos objetivos, puede acabar transformando
debilitar aún más su legitimidad en la sociedad estadounidense. La esos objetivos en unos costes de transacción que conviene reducir,
noción de empresa y, con ella, la de concractualización de las rela- incluso eliminar, en nombre de la eficiencia, elevada a criterio últi-
ciones institucionales ocupan una posición hegemónica en el discur- mo o único de la gestión del Estado.
so concemporáneo sobre la reforma de las organizaciones (du Gay,
Quedan así sin respuesta preguntas que desde el punto de vista
1996: 155). No cabe duda de que la redefenición del gobierno y del
de la concepción que aquí perfilo resultan fundamentales: ¿cómo
servicio público en términos empresariales implica re-imaginar lo
compatibilizar la eficiencia con la equidad y la democracia? ¿cómo
social como una forma de lo económico (Gordon, 1991: 42-5).
garantizar la independencia de los funcionarios cuando la calidad
Para Osborne y Gaebler, el gobierno debe ser una empresa dedi- de sus funciones depende exclusivamente de la evaluación que los
cada a promocionar la competencia encre los servicios públicos; consumidores hagan de los servicios que prestan? ¿qué ocurre con
debe regirse por la consecución de objetivos antes que por la obe- los consumidores insolventes o con aquellos sin capacidad para con-
diencia a las normas; debe preocuparse más de la obtención de trarrestar los desajustes burocráticos? ¿cuáles son los límites de la
recursos que de su gaseo; debe convertir a los ciudadanos en consu- competencia entre los servicios públicos? ¿dónde está el umbral en

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REINVENTAR LA DEMOCRACIA
BOAVENT\JRA DE. SOUSA SAITTOS

el que el afán por mejorar los resultados se convierte en nuevas for-


plemencariedad con sustitución. Esca última se asienta sobre una
mas de privatización, cuando no de corrupción, del Estado? ¿cómo
diferenciación entre las funciones del Estado: las exclusivas, por un
se estabilizan, en un concexco de inestabilidad, discrecionalidad y
lado, y las no exclusivas (o sociales), por orro. Esta diferenciación
competitividad, las expectativas de los ciudadanos respecto de cada
pretende, en última instancia, dar a encender que cuando el Estado
uno de los cuatro bienes públicos (legitimidad polfcica, bienestar
demuestra no disponer en el ejercicio de las funciones no exclusivas
social, seguridad e identidad cultural)?
de una ventaja comparativa deben sustituirlo instituciones privadas
La refundación democrática de la administración pública pre- de carácter mercantil o perceneciences al tercer sector. Esta diferen-
tende responder a estas preguntas. La función del tercer sector en la ciación no resulta en modo alguno concluyente. Del análisis de la
consecución de este objetivo es crucial, pero, a diferencia de lo que
génesis del Estado moderno se desprende que ninguna de las fun-
puede parecer, la nueva articulación entre el Escado y el tercer sec-
ciones del Estado le fue originalmente exclusiva: la exclusividad df
tor no supone necesariamente complemencariedad encre ambos ni
las funciones fue siempre el resultado de una lucha política. Si no
mucho menos sustitución de uno por otro. Dependiendo del con-
hay funciones intrínsecamente exclusivas tampoco hay, por lo
texto político, la articulación puede incluso resolverse como con-
canco, funciones incdnsecamente no exclusivas.
frontación u oposición. Unos de los casos más recientes y significa-
tivos está en la lucha que las ONGs de Kenia mantuvieron contra En lugar de establecer esta distinción es preferible partir de los
un gobierno empefiado en promulgar legislación que las sometía al · mencionados cuatro bienes públicos y analizar qué cipo de articula-
control político del Escado. Unidas en red y con el apoyo de los paí- ciones entre el Estado y d tercer sector, qué nuevas constelaciones
ses donantes y de ONGs cransnacionales, las ONGs kenianas con- políticas de carácter híbrido, pueden construirse en corno a cada
siguieron forzar sucesivas modificaciones legales abriendo asf nue- uno de esos bienes. Las condiciones varían para cada bien público,
vos espacios para su acción autónoma, lo que, en el contexto polí- pero en ninguno de ellos puede la complementariedad o la con-
tico de ese país, significa nuevos espacios para el ejercicio democrá- frontación resolverse como suscicución, coda vez que sólo el princi-
tico. Pero la articulación por confrontación no se limita a los pio del Estado puede garantizar un pacto político de inclusión basa-
Estados aucoricarios, no democráticos. También en los Estados
do en la ciudadanía. Desde el punto de vista de la nueva teoría de
democráticos, la confrontación, sobre codo cuando pretende abrir
la democracia, resulta can importante reconocer los límites del
nuevos espacios de democracia participativa en contextos de demo-
Estado en el mantenimiento efectivo de ese pacto como su insusti-
cracia representativa de baja intensidad, puede constituirse en una
tuibilidad en la definición de las reglas de juego y de la lógica polí-
vfa eficaz. para contribuir a la reforma solidaria y participativa del
tica que debe inspirarlo. Los caminos para una política progresista
Estado desde el tercer sector.
se perfilan hoy en día en la articulación virtuosa encre la lógica de
En los países democráticos, la otra gran vfa de creación de un la reciprocidad propia del principio de comunidad y la lógica de la
espacio público no estatal está en la complementariedad entre el ter- ciudadanía propia del principio del Estado. El Estado como novísi-
cer sector y el Estado. Conviene, sin embargo, no confundir com- mo movimiento social es el fundamento y el cauce de la lucha polí-
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REINVENTAR IA DEMOCRACIA BOAVENTURA DE SouSA SANTos

tica que transforme la ciudadanía abstracta, fácilmente fulsificable e cio público no estatal, no sería sino una invitación al fraude. De
inconducente, en un ejercicio efectivo de reciprocidad. hecho, en muchos países, la democratización del tercer sector ten-
Pero para que esca lucha tenga sentido, la refundación democrá- drá que surgir de un acto originario, ya que el sector, tal y como
tica de la administración pública debe complementarse con una aquí se ha deílnldo, no existe y no cabe esperar que surja de modo
refondación dnnocrdtica tk/ tercer sector. El repaso a los principales espontáneo. En estas situaciones, será el propio Estado el que deba
debates en romo al tercer sector dejó entrever que el sector está suje- promover la creación del tercer sector mediante políticas de dife-
to a los mismos vicios que se vienen atribuyendo al Estado, aunque renciación positiva respecto del sector privado capitalista. El perfil
se considere que puede superarlos con mayor facilidad. El debate que adopten estas políticas Indicará con claridad la naturaleza,
sobre la localización estructural sefialó la dificultad a la que se democrática o clientellsta, de los pactos políticos que se pretendan
enfrenta d tercer seccor en el intento de conferir un carácter genui- articular entre el principio de comunidad y el principio del Estac:lQ..
no a sus objetivos, así como su propensión a la promiscuidad, ya sea
Cabe, por lo tanto, concluir que el Isomorfismo entre los valores
con el Estado o con el mercado. El debate sobre la organización
que subyacen a estos dos principios -cooperación, solidaridad, par-
interna, la democracia y la responsabilidad indicó lo fácil que resul-
ticipación, democracia y prioridad de la distribución sobre la acu-
ta desnaturalizar la participación para convertirla en una forma más
o menos benévola de paternalismo o autoritarismo. El debate sobre mulación- no se erige en punto de partida sino en el resultado de
las relaciones encre las organizaciones adscritas al tercer sector indi- una esforzada lucha política por la democracia; una lucha que sólo
có la dificultad de alcanzar una coherencia mínima entre el univer- logrará tener éxito en la medida en que sepa denunciar los proyec-
salismo de sus objetivos y las escalas de su acción y de su organiza- tos de fascismo social que subrepticiamente se Infiltran y esconden
ción. Por último, el debate sobre las relaciones del tercer sector con en su seno.
el Estado indicó que el desarrollo de la democracia, de la solidari-
dad y de la participación, pretendido por la nueva articulación entre
el principio de la comunidad y el del Estado, sólo es uno, y no el
más evidente, de los posibles resultados de esas relaciones. Abundan
las experiencias de promiscuidad antidemocrácica entre el Estado y
el tercer sector, en el que el autoritarismo centralizado del Estado se
apoya en el autoritarismo descentralizado dd tercer seccor y cada
uno de ellos usa al otro como excusa para rehuir responsabilidades
ante sus respectivos constituyentes, los ciudadanos en el caso del
Estado, los asociados o las comunidades en el caso del tercer sector.
Confiar a un tercer sector que aún no se ha democratizado en
profundidad la tarea de democratizar el Estado o, incluso, el cspa-

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BOAVENTURA DE SouSA SANTOS
REINVENTAR LA DEMOCRACIA

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