La palabra derecho proviene del término latino directum, que significa “lo que está
conforme a la regla”. El derecho se inspira en postulados de justicia y constituye el orden
normativo e institucionalque regula la conducta humana en sociedad. La base del derecho
son las relaciones sociales, las cuales determinan su contenido y carácter. Dicho de otra
forma, el derecho es un conjunto de normas que permiten resolver los conflictos en el seno
de una sociedad.
A la hora de hablar de derecho es fundamental que establezcamos cuáles son sus fuentes,
es decir, las ideas y los fundamentos en los que se basa aquel para poder desarrollarse y
establecer sus principios básicos. En este sentido, tenemos que subrayar que sus citadas
fuentes pueden determinarse, de manera general, en tres grandes categorías:
Las reales, que son las que vienen a establecer lo que es el contenido de una ley en cuestión.
Las históricas, que son todos aquellos documentos antiguos que se emplean para referirse
a los que tienen el contenido de una ley.
Las formales, que son las que se definen como todas aquellas acciones realizadas por
distintos entes (individuos, Estado, organismos…) para proceder a crear lo que es la ley.
Dentro de dicha categoría nos encontramos a su vez con la jurisprudencia, los tratados
internacionales, la costumbre…
El derecho efectivo o positivo está formado por las leyes normativas, reglamentos y
resoluciones creadas por el Estado para la conservación del orden social. Se trata de normas
cuyo cumplimiento es obligatorio para todos los ciudadanos.
El derecho subjetivo, en cambio, es la facultad propia de un sujeto para realizar o no una
cierta conducta. Se trata de la potestad que el hombre tiene, en conformidad con una
norma jurídica, para desarrollar su propia actividad frente a otro.
Se considera que el derecho tiene varias características. Una de ellas es la bilateralidad (un
individuo distinto al afectado está facultado para exigirle el cumplimiento de una norma),
que le otorga la cualidad de imperativo atributivo al derecho. Es imperativo ya que impone
un deber de conducta (como pagar impuestos) y atributivo por lo mencionado
anteriormente respecto a la facultad para exigir el cumplimiento del imperativo.
Otras características del derecho son su heteronomia (es autárquico; por más que el sujeto
no esté de acuerdo con el contenido de la norma, debe respetarla), alteridad (las normas
jurídicas siempre refieren a la relación de un sujeto con otros) y coercibilidad (permite el
legítimo uso de la fuerza estatal cuando un ciudadano no cumple con sus exigencias).
Además de todo lo expuesto hay que determinar que de manera habitual el derecho se
clasifica en lo que son tres grandes ramas:
Derecho Social. Bajo dicha denominación se engloban todas aquellas normas jurídicas que
tienen como claro objetivo conseguir que los ciudadanos vivan en una sociedad en
convivencia. Es decir, se trata de las normas que dan forma al ordenamiento jurídico y que
están a favor de esa citada sociedad lo que supone que dentro de esta clasificación esté el
derecho sindical o el derecho del trabajo.
Derecho Privado, es el que determina las relaciones jurídicas entre personas legales sin que
ninguna ejerza como autoridad estatal. Ejemplo de ello es el Derecho Civil.
Derecho Público. Regula las relaciones entre los órganos del poder público y los individuos
o las entidades de carácter privado. Ejemplos: Derecho Procesal, Derecho Penal…
QUE SIGNIFICA TENER UN DERECHO
Todas las personas, independientemente de la edad, el origen, la cultura y de cualquier otra
circunstancia, tenemos unos derechos que se deben respetar. Igualmente, todos, del más
pequeño al más mayor, tenemos también unos deberes que cumplir. Tanto los derechos
como los deberes son necesarios para vivir en sociedad y para convivir bien con los demás.
Cada derecho lleva aparejados unos deberes y unas responsabilidades. Así, por ejemplo,
como niños y jóvenes, se tiene reconocido el derecho a la educación, pero este derecho
comporta, al mismo tiempo, un deber y una responsabilidad para ellos: el deber de ir a la
escuela y la responsabilidad de estudiar. Otro ejemplo de que nuestros derechos piden
nuestro compromiso es que tenemos derecho a no ser agredidos y, por lo tanto, también
el deber de no agredir a los otros. Y aún otro: tenemos derecho a la salud y, por lo tanto, el
deber de ir al médico, de tomar los medicamentos, de no actuar poniendo en peligro
nuestra salud: comiendo inadecuadamente, haciendo actividades en las que podamos
hacer daño o hacer daño a los otros y perjudicar su salud.
Por lo tanto, si queremos que los derechos de las personas de nuestro entorno sean
respetados, tenemos el deber de no vulnerar estos derechos. Si queremos que el lugar
donde vivimos sea agradable, tenemos que respetarlo, tanto si sólo es nuestro como si es
de todos.
Los derechos son las necesidades de las personas que han sido reconocidas jurídicamente,
a través de leyes internacionales, nacionales y autonómicas. Estos derechos de todas las
personas están recogidos en la Declaración de Derechos Humanos, y en cada Estado, en su
Constitución.
DERECHOS DE LOS NIÑOS
Los niños o personas menores de 18 años tienen derecho a una atención y protección
especiales. Estos derechos están recogidos en una ley internacional que se
llama Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Niños, que recoge los
derechos esenciales de los niños y los convierte en obligaciones que han de ser satisfechas
por parte de los gobiernos.
La sociedad y los padres tienen el deber de asegurar el cumplimiento de los derechos de los
niños establecidos en la Convención. Las leyes y el gobierno deben ayudar a los padres en
este cumplimiento.
La Convención, que define a los niños como seres humanos menores de 18 años (artículo
1), establece que los derechos reconocidos en este documento afectan a todos los niños,
independientemente de cualquier otra circunstancia (artículo 2), y hace constar que toda
acción hacia los niños tiene que realizarse en su interés (artículo 3).
En el artículo 8 se especifica que los niños tienen derecho a que se respete su identidad; el
artículo 9 habla del derecho a crecer en su ambiente familiar y a no ser separado de los
padres, si no es por una causa mayor.
En el artículo 12 se expone el derecho a que los puntos de vista de los niños sean
respetados, mientras que el artículo 13 hace referencia al derecho a la libertad de
expresión.
Los artículos 19, 32, 33, 34, 35 y 36 establecen el derecho a ser protegidos de cualquier
forma de maltrato y de explotación.
En el artículo 23 se destacan los derechos de los niños con discapacidad; en el 24 el derecho
a la salud y en el 28 el derecho a la educación.
También el derecho al juego y a la cultura están contemplados (artículo 31).
En resumen, la Convención establece el derecho de los niños a ser niños, a no ser adultos
antes de tiempo, a no tener que preocuparse por la alimentación, la salud o la vivienda; dice
que el niño debe ser amado y protegido, que debe poder decir lo que piensa y lo que
siente, que debe ser escuchado y tomado en serio.
Y lo que es más importante, casi todos los Estados del mundo firmaron ante la Organización
de Naciones Unidas que tomarían las medidas necesarias para que se cumpliesen estos
derechos.
DERECHOS HUMANOS
Las personas, sólo por el hecho de nacer, tenemos una serie de derechos. Los
mismos en cualquier lugar del mundo, independientemente de nuestra posición
económica, religión, sexo, orientación sexual, color de piel, etc. Estos derechos están
recogidos en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, adoptada y
proclamada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en su resolución 217 A
(III), de 10 de diciembre de 1948. Dicha declaración contiene los derechos y
libertades inherentes al ser humano, al tiempo que se define como la proclamación
internacional básica de los derechos fundamentales de todos los miembros de la
familia humana. Estos derechos, que se conocen como derechos humanos, se
caracterizan:
por ser inalienables: nadie puede desposeer a una persona de sus derechos, ni una
persona, ni el estado ni otra organización o ente, puede ‘anular’, ‘arrebatar’ o
‘negociar’ los derechos a ninguna persona.
por ser inherentes, es decir, esenciales y propios de la persona, no se puede concebir
a la persona sin sus derechos.
por ser universales: son propios de todas las personas independientemente de su
nacionalidad, raza, sexo, lengua, religión, capacidad económica, etc)
son limitados, en tanto que los derechos de una persona alcanzan sólo hasta donde
empiezan los derechos de las otras personas.
ser inviolables: si entendemos que los derechos humanos son inherentes a la
persona, cualquier persona, estado, organización, ... que amenace, ataque y/o
vulnere cualquiera de esos derechos está cometiendo un acto injusto, que puede
ser penado por la ley.
Los Derechos Humanos, tal y como los conocemos hoy, nacen como reacción ante las
barbaridades que vivió la humanidad durante la primera mitad del siglo XX. El contexto
histórico en el que nace la Declaración Universal de los Derechos Humanos, en 1948, es
precisamente, el del horror ante las dimensiones, crueldad y aberración del holocausto nazi
que afectó principalmente a personas de religión judía, pero que también tuvo entre sus
víctimas a otros colectivos (gitanos, librepensadores, comunistas), no siempre. Es
precisamente como reacción a estos hechos, que la comunidad internacional de la época,
es decir, la anterior a los procesos de descolonización, se dotó de la Declaración Universal
de los Derechos Humanos y puso las bases para el posterior desarrollo de todo el cuerpo
jurídico del Derecho Internacional de los Derechos Humanos.
2. Evolución de los Derechos Humanos.
La Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789 establece entre otros,
los siguientes derechos del hombre:
Las Declaraciones anteriores establecen, tal y como se puede observar, una lista de
derechos y libertades fruto del proceso histórico de emancipación colonial –en el caso de
los Estados Unidos- y de cambio de paradigma político y social en el caso francés. Si bien
estos derechos y libertades se establecen sobre el papel, las personas que podían disfrutar
de ellos era muy reducido. En ambos casos se precisa la inexistencia de un sufragio universal
(los textos hacen referencia a las potestades de los hombres y no a las mujeres ni a sus
derechos y libertades). Tampoco se puede pasar por alto, la vigencia de la esclavitud en los
Estados Unidos, que dentro de su modelo de producción económica y de estratificación
social incorporaba al esclavo como un ser sin derechos de ningún tipo.
Con dichas Declaraciones se visualizaron toda una serie de derechos, cuyo desarrollo
conceptual evolucionará hasta la aparición y aprobación, en 1948, de la Declaración
Universal de los Derechos.
El camino que llevó a la DUDH desarrolló de forma paralela otros ámbitos ligados a la justicia
y a la dignidad de las personas, que más tarde pasarán a formar parte del cuerpo jurídico
del Derecho Internacional de los Derechos Humanos. En este sentido, en 1915 aparece el
convenio contra la práctica de la esclavitud y a partir de la primera década del siglo XX
comienza a desarrollarse legislativamente el ámbito del derecho laboral. También a
principios del siglo pasado empiezan a formularse y aplicarse normativas relacionadas con
el Derecho Internacional Humanitario, etc. Pero es indudable que el mayor hito en toda esta
progresiva aparición de normativas internacionales es la Declaración Universal de los
Derechos Humanos.
3. Principios básicos de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
El siguiente texto ilustra sobre la violación de algunos de los derechos civiles y políticos en
la época de la dictadura pinochetista en Chile.
Extracto del Informe de Human Rights Watch sobre la libertad de expresión en Chile.
Los derechos económicos, sociales y culturales (de ahora en adelante DESC) enmarcan al
individuo en un contexto social, cultural y económico que no es tenido en cuenta por los
derechos civiles y políticos. Al igual que los derechos civiles y políticos, la titularidad de los
DESC también es individual.
El ser humano como tal es, por naturaleza, un ser social. La comunidad, la familia, el barrio,
etc, son algunos de los referentes que las personas tomamos, y de la relación con nuestro
entorno social se derivan tanto obligaciones como derechos. Dentro de los DESC se incluyen
por ejemplo el derecho al trabajo, a condiciones de trabajo equitativas, derecho al descanso
y al tiempo libre. También se incluye el derecho a un nivel de vida adecuado (alimentación,
vestido, vivienda, asistencia médica, servicios sociales y Seguridad Social). En resumen, se
establecen y se reconocen toda una serie de derechos que de llevarse a cabo garantizarían
la vida en condiciones de dignidad de las personas, así como el progreso social al que se
alude en el preámbulo de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Por su parte,
si los derechos civiles y políticos ensalzaban el valor de la libertad, los DESC ensalzan el valor
de la igualdad.
Si en los derechos civiles y políticos una de las principales premisas era la no interferencia
del Estado, en el caso de los DESC, el Estado debe intervenir con el objetivo de asegurar y
proteger este tipo de derechos. Sin embargo, en la mayoría de las constituciones estatales,
incluida la española, los DESC se incorporan dentro de apartados programáticos.
La Constitución Española establece que los DESC son derechos progresivos, es decir, se
establece su deseabilidad. (es deseable el pleno empleo, la vivienda para toda la población,
etc) sin embargo no se pueden establecer medidas judiciales si estos derechos no se
cumplen, ni mecanismos de cumplimiento inmediato, etc. De forma que se enuncian los
derechos, pero su cumplimiento real queda postergado con fecha indefinida. En este
sentido, se observa la diferencia entre la protección de los DESC y de los derechos civiles y
políticos. La protección de los derechos civiles y políticos es una obligación de los estados,
y se pueden (y se deben) emprender medidas judiciales en caso del no respeto a la libertad
de prensa, de conciencia, de religión, etc.
Tal y como veremos más adelante, en los mecanismos de protección de los derechos
humanos, aquellas medidas –tanto de seguimiento como de fiscalización de las violaciones
de los DESC- son mucho menos rígidas y más laxas que aquellas referentes a los derechos
civiles y políticos.
Llegados a este punto es interesante introducir la idea de que los derechos civiles y políticos
y los DESC no son excluyentes. Al contrario, la inexistencia de derechos civiles y políticos
pone en peligro la dignidad de la persona tanto o más que la inexistencia de los DESC.
El siguiente texto nos ilustra sobre algunas situaciones en las que se producen violaciones
de los Derechos económicos, sociales y culturales.
.Con lo que respecta a la educación, los más claros indicadores de la deuda social en este
campo, son todavía los elevados índices de analfabetismo. Un 17.8% según el gobierno y el
28.6% según la UNICEF. Los indices más altos se encuentran concentrados en las zonas
rurales, y en mayor porcentaje en las mujeres.
La tasa de escolaridad promedio es todavía muy reducida, a pesar que en forma absoluta
ha aumentado, pasando de 4.67 en 1995 a 5.01 grados en 1998. La situación se agrava por
los altos índices de deserción y repetición escolar; fenómeno que posee especial relación con
los niveles de pobreza y la necesidad temprana de trabajar, para complementar el ingreso
familiar. Según datos de la OIT, hay actualmente, 311.000 niños y niñas incorporados de
lleno al mercado de trabajo. Las dificultades de asistir y permanecer en la escuela, está
reflejada en el bajo nivel de estudios aprobados (4.85 como promedio a nivel nacional).
A finales de 1999, se realizó una prueba nacional para educación media, el 72% de los y las
estudiantes obtuvo una calificación menor a 5.3 (de una escala del 0 al 10, en la que 6 es
aceptable.), reflejando un grave problema en materia de calidad del sistema educativo.
(...)
En el área de la salud, la situación se presenta más dramática. Las tres causas de mortalidad
más común entre la población se han mantenido casi invariables desde 1948: diarrea y
enfermedades gastrointestinales; neumonía y bronconeumonía; y traumatismos varios. En
otras palabras, a nivel de resultados, no se ha avanzado prácticamente mucho en 50 años,
en lo que a salud pública se refiere. Asimismo, una gran parte de la infraestructura se
encuentra deteriorada y es obsoleta. Según declaraciones del Ministro de Salud: …si la
inversión pública en salud no mejora considerablemente, todo el sistema de salud podría
colapsar en un plazo de 2 a 3 años..
Mario Antonio Paniagua En 1998 uno de los primeros signos de alerta que confrontó las
prioridades del Estado salvadoreño fue la tormenta Tropical "Mitch". El fenómeno natural
cambió el entorno y el ritmo de la economía nacional, y redujo en aproximadamente un 2%
el crecimiento del PIB debido a las cuantiosas pérdidas en el agro y los daños provocados a
la infraestructura. El desastre provocado por el huracán dejó claro dos cosas: que la
prioridad del gobierno había sido vigilar el desarrollo del ámbito macroeconómico y que la
mayoría de la población salvadoreña vive en condiciones de vulnerabilidad. Las
inundaciones sorprendieron al país sin políticas concretas destinadas a la erradicación de la
pobreza, la generación de empleos y el mejoramiento de condiciones sociales.
En los últimos cinco años el porcentaje de hogares pobres tuvo una leve disminución del
47.5% en 1995 al 45.1% en 1999. En esa ocasión, el índice reflejaba que eran los hogares de
la zona rural los que habían disminuido, a diferencia de los hogares de la ciudad, que habían
aumentado y pasaron del 40% en 1995 al 43.2% en 1999. Hay que tomar en cuenta que
estos resultados arrojan nuevas interpretaciones si consideramos que el 20% de las familias
más pobres reciben el 5.7% de los ingresos y el 20% más rico recibe el 48%. Estos resultados
explican que uno de cada cuatro niños presente desnutrición crónica y que en cinco años la
disminución del analfabetismo haya sido de 1.78%.
Klaus Töpfer, Director Ejecutivo del Programa de las Naciones Unidas para el Medio
Ambiente (Manifiesto Infantil, PNUMA).
A pesar de ser sólo una declaración, la Declaración Universal de los Derechos Humanos
tiene una base documental en la Carta de la Organización de Naciones Unidas. Dicha Carta
establece entre sus objetivos prioritarios, y los de la comunidad internacional en general, el
respeto, la defensa y la promoción de los derechos humanos.
Pese a ello, ni los mecanismos de protección de los Derechos Humanos ni la concepción de
esos mismos derechos están exentos de críticas.
Una de las críticas de la DUDH es la relativa a su obligatoriedad. Pese a que la DUDH no
contiene disposiciones jurídicamente obligatorias, debe tenerse en cuenta que:
Como ya comentamos anteriormente la DUDH, fue sólo la primera piedra de todo un cuerpo
jurídico que se ha desarrollado durante la segunda mitad del siglo XX. De ella se han
derivado documentos jurídicos de cumplimiento obligatorio para los Estados de aceptación
voluntaria (Tratados). Los Estados Nacionales que los firman se auto obligan a
contemplarlos mediante su aceptación oficial (ratificación). Siendo como son instrumentos
jurídicos, los Pactos definen con mayor precisión los diversos derechos que deben respetar
y promocionar, y de ellos también se derivan obligaciones jurídicas para los Estados. De esta
manera, los Pactos Internacionales, tanto el referente a Derechos Civiles y Políticos como
el referente a los Derechos Económicos, Culturales y Sociales, son tratados en los cuales los
Estados Parte se comprometen a respetar y asegurar el pleno desarrollo y disfrute de una
amplia gama de derechos, y a adoptar medidas activas en esa dirección.
Los Pactos Internacionales surgen de la necesidad de establecer, más allá del texto
programático que supone la DUDH, unos acuerdos que obliguen jurídicamente al
cumplimiento de determinadas cláusulas de protección y salvaguarda de los derechos
humanos.
Pese a la percepción de dicha necesidad de forma generalizada, también es necesario
precisar que la elaboración de los Pactos Internacionales no estuvo exenta de problemas.
Ello es evidente si se considera que fueron necesarios 18 años (del 48 al 66) para elaborar
el articulado de estos, y otros diez años para que estos Pactos se consideraran en vigor.
Según la propia ONU, paralelamente a la aprobación de la DUDH ya se trabajaba en la
elaboración de un tratado internacional que obligara a su cumplimiento. Sin embargo, fue
imposible adoptar un único texto ante las diferencias ideológicas existentes en el seno de
la comunidad internacional de la época (Guerra Fría). Finalmente, y para hacer posible un
acuerdo, se adoptaron dos textos que se convertirían en:
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos . Adoptado y abierto a la firma,
ratificación y adhesión por la Asamblea General de las Naciones Unidas en su resolución
2200 A (XXI), de 16 de diciembre de 1966. Entrada en vigor: 23 de marzo de 1976. Pacto
Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Políticos. Adoptado y abierto a la firma,
ratificación y adhesión por la Asamblea General en su resolución 2200 A (XXI), de 16 de
diciembre de 1966. Entrada en vigor: 3 de enero de 1976 La decisión de adoptar dos
tratados se llevó a cabo durante las sesiones de trabajo de 1953. Finalmente, en 1966 los
dos tratados internacionales fueron aprobados, casi 18 años después de iniciarse su
elaboración. Ello es una señal inequívoca de las discrepancias y competencia existentes
entre los países respecto al tema a tratar. A su vez, el hecho de tardar 10 años en entrar en
vigor, visualiza las dificultades en el establecimiento de un quórum mínimo (35 estados
debían ratificar o adherirse a los Pactos) para la puesta en marcha de dichos tratados.
La tarea de elaboración del articulado de ambos pactos se vio complicada por muchos
factores. Existía, según Naciones Unidas, el problema de la definición de los distintos
derechos, y sobre todo, para decidir cuáles eran tan fundamentales como para tener que
ser incluidos en los documentos. Si bien parecía existir unanimidad en cuanto a la necesidad
de reconocer la existencia de los derechos humanos, las diferencias ideológicas, sociales,
económicas y políticas entre los diversos estados se hicieron evidentes.
Entre las diferencias más evidentes para la consecución de un tratado jurídico internacional
en materia de derechos humanos podemos situar, de forma relevante, la existencia de
importantes controversias ideológicas. En este sentido tanto la DUDH como los Pactos
Internacionales son paradigmas de esta problemática. En 1948 la mayoría de los estados
del mundo son occidentales (recordemos que el proceso de descolonización, verdadero
acicate para el incremento numérico de la sociedad internacional no se lleva a cabo hasta
la década de los 60). Dichos estados, excepción hecha de los estados socialistas del
momento, privilegiaron los derechos civiles y políticos sobre los económicos, sociales y
culturales.
En este sentido, es importante precisar que los Derechos Humanos, en muchas ocasiones,
han sido tachados de falsamente universales. Esta opción, defendida por numerosos
estados post-coloniales y grupos de defensa y protección de los Derechos Humanos, hace
hincapié en el carácter occidental de instrumentos básicos como, por ejemplo, la
Declaración Universal (1948). En cuya realización y aprobación no participaron ni
organizaciones no gubernamentales ni una gran cantidad de estados que existen en la
actualidad (básicamente africanos y asiáticos), los cuales en aquella época eran colonias y,
por lo tanto, no tenían derecho legal a decidir, ni a integrar o discutir sus propios puntos de
vista. De esta forma, valores relacionados con la comunidad provenientes de sociedades /
culturas africanas no se tuvieron en cuenta en la Declaración Universal y tuvieron que
desarrollarse a través de otros instrumentos. Éste es el caso de la Declaración Africana de
los Derechos Humanos y de los Pueblos, realizada en 1982. Ahora bien, tampoco este
desarrollo ha estado exento de críticas. Según Amnistía Internacional .La Carta Africana se
diferencia de la Declaración y de los Pactos en que contiene una larga lista de deberes
(artículos 27, 28 y 29), entre los cuales figuran algunos de sospechosa tradición represiva,
orientados a no comprometer la seguridad del Estado. En general, las cautelas que adornan
muchos de los artículos podrían interpretarse como una desconfianza de los legisladores
por el hecho de que puedan concederse tantos derechos sin ninguna limitación. Así, los
derechos de asociación (artículo 10), circulación (artículo 12) y participación en asuntos
públicos (artículo13), únicamente podrán ejercerse de acuerdo con lo que dicta la ley; las
libertades de conciencia y de religión podrán ser reprimidas por motivos de orden público;
y el derecho de reunión (artículo 11) podrá ser limitado en interés de la seguridad nacional..
El proceso de descolonización conllevó el surgimiento de numerosos estados,
principalmente en Asia y África. El posicionamiento de dichos estados, más orientado a la
aceptación de los derechos económicos, sociales y culturales, cuestión que chocaba de lleno
con la posición de los países occidentales, provocó un incremento de las discrepancias e
impidió el consenso en torno a la realización de un único texto jurídico de ámbito
internacional. Así mismo, en este mismo plano se observó otro tipo de confrontación,
aquella que implicaba el choque entre diversas concepciones no ya ideológicas sino
también culturales.
La propia concepción del ser humano como tal ha ido variando con el tiempo, también lo
han hecho las concepciones de hombre y mujer. El tiempo, así como las costumbres y la
cultura, son elementos que permiten explicar qué se entiende por ser humano, así como
qué se entiende por hombre y mujer, qué concepción del niño existe, cuáles son sus
derechos y obligaciones formales, cuáles son los mecanismos de protección a los que
pueden acudir o recurrir, cuáles son los derechos que se violan, etc. De esta forma, cada
tiempo y cultura nos traslada a concepciones dispares, a mecanismos de defensa diferentes,
etc. Ello nos vuelve a plantear el tema de la universalidad de los derechos humanos.
Sin embargo, y pese a ser un tema de debate, el reconocimiento último de la existencia de
los derechos humanos nos remite a dos cuestiones básicas: la igualdad de derechos de
todas las personas y la dignidad. Dos palabras, igualdad y dignidad, que están en todo el
trasfondo del discurso de los derechos humanos y que son sus ejes vertebradores.