Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
1
El Proceso de Composición de Textos
Pasan los minutos y no se te ocurre ninguna idea. Te sientes confundido.
No vez por dónde empezar. Te comen los nervios. Tienes poco tiempo.
No te sale nada.
Vuelves a pensar en ello. La cabeza te va de aquí para allá, y de allá para aquí.
¡Ora vez!
Leamos a Umberto Eco (2011: 17), que nos trae una pista:
“No me cuento entre los malos escritores que dicen que solo escriben para sí
mismos. Lo único que los escritores escriben para sí mismos son las listas de
compra, que les ayudan a recordar lo que tienen que comprar y pueden tirar
después. Todo el resto, incluidas las listas de la lavandería, son mensajes
dirigidos a alguien. No son monólogos, son diálogos”(Eco, 2011: 37).
Como planteamos al inicio del curso, aunque aquí nos enfocaremos en el proceso
de producción, será imprescindible considerar siempre los procesos de
comprensión que despliegan nuestros lectores, para poder afinar la estrategia de
nuestro texto. No importa si la información que redactemos allí es conocida, si el
texto es breve; como sea, la redacción supone un proceso de organización muy
complejo y esta es la razón por la que algunos principiantes –y no tanto-
cometemos errores de expresión, que pueden comprometer la estructura
conceptual del texto, la estructura formal y el campo léxico utilizado (Tobón,
2006: 168).
2
Etapas de producción
Este modelo presenta etapas, ordenadas así a los fines didácticos, pero que se
caracterizan por la flexibilidad –tanto por la concentración que demandan del
escritor como por el momento del proceso en el que pueden desarrollarse-.
Algunas veces, el escritor no necesita detenerse mucho en alguna etapa, otras
veces, retoma la misma etapa varias veces en todo el proceso de escritura.
¿Hace falta recordar? La inspiración no existe –más allá de que nos sintamos
algunas veces más motivados que otras-, lo que existe es un proceso recursivo,
de ir y venir constantemente por las ideas, el propósito comunicativo, el lector y
el texto.
Etapa 1
Pre-escritura
La primera parte, denominada generalmente pre-escritura, consiste en
identificar el entorno de la tarea, es decir, el problema de comunicación (la
situación de comunicación, el problema retórico) de manera acertada, para que
lo que sigue, la generación de ideas para el contenido, sea lo más afinada
posible.
Propósito
Audiencia
Autor
Escrito
Etapa 2
Escritura
Esta es la pregunta que genera desde curiosidad hasta temor. Muy bien, sé lo que tengo
que escribir, para qué, en qué medio, con qué urgencia, sé qué espera mi lector de mi
escrito, pero ¡necesito que se me ocurra algo!
Flower y Hayes continúan entonces con el proceso de escritura en sí, que se divide en 3
etapas: planificar, trasladar o traducir y revisar.
En esta etapa, vienen a ayudar los mapas y redes, que funcionan como lo que Flower
llama “prosa de escritor”, ideas que, así como están materializadas, solo comprende el
escritor, que se esfuerza en este momento solo en generar ideas, y no se preocupa
todavía por hacerlas comunicables. Pero las plasma en la pantalla o el papel, la
exterioriza, las objetiva, de modo que pueda trabajar con ellas como si fueran objetos
manipulables, externos ya a sí mismo.
Estas suelen ser operaciones cortas y sencillas, en las que, como dice Cassany (1995:
59), el papel –o la pantalla- se convierte en la prolongación de la mente y en un buen
material para iniciar la redacción.
a. La tormenta de ideas.
Dura pocos minutos, durante los cuales el autor solo se dedica a reunir información para
el texto: se sumerge en la propia memoria, en su conocimiento para buscar toda la
información que necesita.
Para aprovechar todo el potencial de la técnica conviene evitar algunos de los errores
más comunes: confundir esta lluvia con una redacción, preocuparse por la forma, valorar
las ideas, etc. Hay que tener en cuenta los siguientes puntos:
Apuntalo todo, incluso lo que parezca obvio o ridículo. Cuantas más ideas
tengas, más rico será el texto. Puede que más adelante puedas aprovechar una
idea que ahora parezca pobre.
No valores las ideas ahora. Después podrás recortar lo que no te guste.
Concentra toda tu energía en el proceso creativo de buscar ideas.
Apunta palabras sueltas y frases para recordar la idea, no pierdas tiempo
escribiendo oraciones completas y detalladas. Tienes que apuntar con rapidez
para seguir el pensamiento. Ahora el papel es solo la prolongación de tu mente.
No te preocupes por la gramática, la caligrafía o la presentación. Nadie más
que tú leerá este papel.
Juega con el espacio del papel, traza flechas, círculos, líneas dibujos. Marca
gráficamente las ideas, agrúpalas.
Cuando no se te ocurran más ideas, relee lo escrito o usa las siguientes
técnicas para que se te ocurran más:
b. Explorar el tema
Esta técnica consiste en estudiar el tema sobre el que se escribe a partir de una lista
teórica de aspectos a considerar. Por ejemplo:
Definir: qué es
b.1. Estrella
b.2. El cubo
Ambas propuestas son más guiadas que el torbellino, y el cubo lo es más que la estrella.
Quien tenga práctica en elaborar información sabrá utilizar todas las técnicas, pero quien
se sienta más desorientado encontrará más cómodo el cubo. En la estrella hay que saber
formular las preguntas relevantes, y en el cubo no.
Son vocablos que esconden una importante carga informativa. Además de ser relevantes,
pueden aportar ideas nuevas, como una llave que abre puertas cerradas. Se suele usar
esta técnica en textos acabados, a los fines de expandir la escritura.
Por ejemplo.
Estimulante: trata con VIP, viaja mucho, no tiene ahorro fijo, gana mucho dinero.
Agotador: es insustituible, tiene poco tiempo libre, trabaja mucho los fines de semana,
trata con mucha gente siempre tiene que estar alegre y sociable.
Los dos adjetivos se entienden en el texto, pero ningún lector podría deducir de ellos todo
lo que se explica luego, con la información desenmascarada.
Sigue Cassany (1996: 67): “La utilización encadenada de las tres técnicas me ha
permitido desarrollar mi pensamiento tanto desde un punto de vista cuantitativo como
cualitativo. La quincena inicial de ideas se ha convertido en una cuarentena larga, si se
suman todas; también son más concretas y empiezan a tener estructura”.
Esta técnica es muy útil para generar ideas y superar bloqueos. El texto resultante tiene
todas las características de prosa de escritor, aparece su lenguaje, su experiencia
personal, frases inconexas. Es materia prima para escribir una aversión final.
Frases empezadas:
Me gustaría…
Tomar notas: Paseando, en el cole, en una reunión. Anotar todo lo que se nos ocurre
para poderlo aprovechar después. Podemos apuntarlo en una libreta, agenda, servilleta.
(Cassany, 1995: 70).
Llegados a este punto, ya nos armamos de varias técnicas para generar ideas, ahora
comienza un esfuerzo intelectual mayor, también en la etapa de la planificación. El de
organizar las ideas.
El torrente de ideas brota de forma natural de la mente, sin orden ni la lógica que se
requiere la comunicación escrita. Todo lo generado hasta aquí suele ser anárquico,
desorganizado, sucio de fondo y forma. Hay repeticiones, mezclas, ideas inacabadas,
palabras sueltas, lagunas. Hay que seleccionar las ideas pertinentes, ordenarlas, tapar
huecos y elaborar una estructura para el texto. La tarea implica tomar decisiones
relevantes sobre el enfoque que tendrá el escrito y, en definitiva, sobre su eficacia
(Cassany, 1995: 73)
1. Ordenar ideas: agrupar por temas los datos de una lista, poner números, flechas u
ordenar frases, esquemas con llaves, diagramas, sangrados o líneas.
La tarea de ordenar las ideas implica escoger un texto entre muchos posibles. Mientras
selecciona las ideas, las agrupa y las ordena, el autor determina el enfoque que dará a su
texto: si tiene que ser prolijo o breve, descriptivo o narrativo, cronológico, abstracto, con
ejemplos o sin ellos. Estas decisiones no pueden ser gratuitas o irreflexivas: determinan el
éxito final que tendrá la comunicación. En la medida en que seamos capaces de construir
una buena estructura, la mejor, el lector comprenderá con mayor claridad y rapidez
nuestra intención (Cassany, 1995: 73).
2. Mapas conceptuales.
Un rectángulo central determina el título o tema del que nace el resto de los datos. Sólo
se usan palabras clave o de significado pleno. Sustantivos, adjetivos y verbos. Los
conceptos se sitúan más cerca o más lejos del centro según su importancia y se
relacionan jerárquicamente, de forma que se fija la posición de cada uno en el conjunto.
Todo tipo de signos gráficos ayuda a destacar los elementos: flechas, números, círculos.
Los mapas ofrecen algunas ventajas con respecto a los esquemas tradicionales:
¿Cómo se pueden vincular unas ideas con otras, para organizar un texto
conectado, coherente?
Las asociación de ideas es un recurso necesario para el ordenamiento del texto, pero
también como nuevo generador de ideas. Algunas claves para asociar ideas pueden
encontrarse aquí, sistematizadas por la cátedra de Redacción 1, de la UNR.
Trasladar o traducir
De acuerdo con el plan de temas, se procede a ordenar y clasificar los datos que hayan
sido recopilados para la realización del trabajo. De esta manera se prepara un inventario
de información relacionada con cada uno de los temas y subtemas que integran la
configuración semántica del texto. Analizados y evaluados los datos, es posible hacer los
ajustes en el plan de temas, sea porque falten aspectos por considerar, sea porque
aparezcan algunos subtemas sobre los cuales no hay suficiente información o, en fin,
porque se descubra que hay algunos puntos superfluos que agregan poco al desarrollo
del tema (Tobón, 2006: 183).
Luego, se organiza el trabajo desde el punto de vista formal, microestructura, para lo cual
se transforma el plan de temas o estructura lógico semántica en una organización léxico-
gramatical (o estructura formal) que luego se convertirá en partes, capítulos, apartados,
párrafos que son unidades menores del discurso escrito. Por último se definen la
diagramación del trabajo, la forma como se va a ilustrar y los anexos indispensables para
complementar la prosa (Tobón, 2006: 183).
- Adoptar el punto de vista de la audiencia. El autor tiene que buscar un punto de interés
común con los lectores. Entre todas las ideas que ha desarrollado previamente debe
escoger aquellas que puedan interesar más a los lectores.
- Transformar las ideas sueltas, las informaciones inconexas y los detalles en conceptos.
El autor tiene que elaborar el significado del texto. Tiene que desarrollar las ideas
iniciales, fragmentarias y aisladas, y convertirlas en conceptos elaborados y completos,
con sus ejemplos, argumentos, etc.
- Adaptar la estructura narrativa o informativa inicial a una estructura retórica que sirva a
un propósito comunicativo. El autor debe abandonar la organización de la prosa de
escritor que refleja el proceso de descubrimiento del tema y tiene que ordenar las ideas y
los conceptos en función de lo que quiere conseguir en la comunicación.
Actividad:
Para este trabajo, que tendrá continuidad en las dos clases siguientes, deberán escoger
alguno de los tipos de textos que comúnmente escriben en sus trabajos, o alguno de
aquellos en los que sientan que necesitan mejorar, sentirse más seguros, escribir con
mayor fluidez.
Inicien el documento donde realizarán todo el trabajo, y apunten esta primera elección.
“Voy a escribir un correo electrónico de instrucciones, porque en mi equipo siempre hay
confusiones con lo que se debe resolver en la semana…”, “Voy a escribir un informe de
mi tarea para un superior, porque no alcanzo a que vea reflejado en la documentación
existente todo el trabajo que hago, ni la estrategia que está llevando la actividad”. Estos
son ejemplos, ustedes sabrán perfectamente cómo armar un enunciado similar, que
evoque alguna situación comunicativa particular que hoy les signifique un desafío.
Una vez definido el problema de comunicación, comenzarán a escribir. En esta etapa del
trabajo general, ustedes solamente atravesarán la planificación (generar y organizar
ideas) y avanzarán hasta una primera versión del texto (etapa trasladar o traducir). No se
preocupen por cómo queda esa versión. En las clases siguientes iremos aplicando
estrategias para mejorarla, si fuera necesario.
Traten de involucrarse en este trabajo como experimento, como ensayo, y no busquen en
este momento la perfección con la que podrá acabar el texto.
Vamos a darnos la posibilidad de escribir como proceso, saboreando cada una de sus
etapas. Apunten, y agreguen al final, todo lo que les ocurrió en la producción de este
texto: dudas, tiempo dedicado, sensaciones, incomodidades, solvencia, etc.