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La forma de la mancha como determinante (F)

Luego de entregar la lámina al examinado, de registrar sus respuestas —teniendo en cuenta la cantidad y el tiempo que
el sujeto tarda en darlas—, el examinador se detiene a establecer qué sectores de la mancha utilizó para confeccionar sus
respuestas (G, D, etc.). Los diferentes modos de aprehensión permiten identificar la modalidad típica del sujeto para
abordar la realidad. Por su parte, los determinantes hacen referencia a las características perceptuales del área escogida
para interpretarse, las cuales inician y regulan procesos asociativos en los que se basará posteriormente la asignación de
un contenido a esa misma área. A la «forma», «color», «claroscuro» y «movimiento» percibido en la lámina se
los denomina

La forma de la mancha como determinante (F)

De modo general, las personas identificamos a otros seres humanos principalmente por su forma; el uso de las cosas
que nos rodean supone capacidad de percibir sus formas. Por ejemplo, un ciego necesita reconocer formas, aunque para
ello utiliza el tacto, etc. Ciertamente, el sentido de la vista no se limita únicamente a las formas y los colores, ya que las
texturas juegan un papel enriquecedor de las percepciones visuales. De hecho, un acromatópsico puede conducirse en el
mundo material en cuanto su deficiencia no afecta la correcta captación de formas.

Vivimos en un mundo de formas, y la adaptación a este mundo tiene un buen funcionamiento solo si la percepción de
la forma es lo suficientemente concordante y definida con los parámetros o características que el objeto percibido tiene en
la realidad. Rorschach (1975) elaboró un test de formas con tonalidades de color o grises, con estímulos que en algunas
ocasiones sugieren movimiento. La importancia de la forma radica en que, habitualmente, no se encuentran protocolos de
sujetos que no hagan referencia a este determinante. Es decir, es usual que aparezcan varios o todos los determinantes,
combinados, pero la forma, sola o asociada a otro determinante, se presenta en la mayoría de las veces en casi todas las
respuestas.
Para Mirotti (2015), percibir formas supone una actitud perceptual activa, ya que requiere todo un proceso para
organizar los datos visuales, en el que intervienen una multitud de aportes que vienen del mundo interior del perceptor.

Proceso de percepción de la forma


La consigna, no de forma explícita, habitualmente es entendida como una solicitud de encontrar formas. En ocasiones,
cuando se presenta una consigna, se produce una especie de desconcierto, al menos inicial, lo que exige que el examinado
ponga en funcionamiento una atención activa. Utilizando los aspectos o áreas de la mancha más reconocibles, se inicia un
proceso asociativo en el que intervienen imágenes mnésicas, imágenes que habitan la memoria del examinado,
características familiares para el sujeto y su mundo interno. Luego, comienza un momento de crítica de la semejanza
aparente de la imagen, haciendo énfasis en la percepción y la suficiente semejanza con las imágenes previas que forman
parte de la memoria del examinado: si no se la considera suficiente, la imagen se descarta y el proceso comienza
nuevamente. En cambio, si la semejanza es aceptable, esta decisión se manifiesta en la respuesta. El resultado de esta
actividad perceptual puede ser una forma bien vista o F+, es decir, una forma cuya semejanza con la mancha es la
adecuada; una F- en caso de que no haya suficiente similitud, entonces se la llama forma mal vista.

¿Cuándo una forma es «bien vista»?


Rorschach (1975) adoptó la siguiente pauta: se considera adecuada las respuestas con la forma como determinante si
esta coincide con las respuestas de la mayoría de personas «sensatas»; de esta manera, se determina una F+. De entre
ellas, existen algunas que sobresalen, debido a su frecuencia de aparición en los protocolos, las que se denominan
«respuestas populares». Estas respuestas tienen un grado de semejanza tal que sirve de referencia para identificar una
respuesta F+.

Clasificación de F según su nivel formal


La importancia de calificar el nivel formal de una respuesta determinada por la forma radica en su significación, puesto
que las respuestas F se relacionan con la inteligencia, la fortaleza del yo, con el sentido de realidad. Cabe destacar que una
respuesta F es un tipo de respuesta predominantemente intelectual.

Debido a que el nivel formal se presenta en un continuo, desde las más adecuadas hasta las más distantes de cualquier
semejanza, se hace necesario establecer diferenciaciones en cuanto al ajuste de la respuesta a la forma de la mancha. Para
ello, se establece una división cuatripartita de las respuestas:

F+: se refieren a un contenido preciso que evidencia suficiente semejanza con la mancha.
F±: son respuestas todavía adecuadas, pero la semejanza no es tan clara o el contenido no tan definido.

F+-: formas inadecuadas pero todavía reconocibles, no aberrantes; aquí encuentran muchas de las manchas imprecisas.

F-: formas francamente inexactas, en las que no hay parecido alguno entre el contenido y la mancha.

Esta división se complementa y perfecciona atendiendo, a la vez, a la estructuración o vaguedad y la originalidad o


estereotipia de la respuesta:
F ordinaria - Fo: respuestas frecuentes, fáciles, sin originalidad ni articulación, no suponen imaginación o esfuerzo
por buscar un mejor rendimiento; si son Fo+, parecen más un reconocimiento que una interpretación.

F especial - Fe: son respuestas más complejas, originales o al menos poco frecuentes, más personales. Por esta razón,
no raramente son de ese tipo las respuestas de complejo o formas dinámicas. Las Fe + tienen una adecuación y, a veces,
una estructuración superior al nivel promedio, lejos del modo estereotipado de ver la realidad.

El nivel formal de F+
Como se dijo anteriormente, se considera una respuesta F + cuando la forma de lo que se ha seleccionado como
contenido entre las imágenes mnésicas acuerda suficientemente con el contorno de la mancha a la que se hace referencia.
Típicas F + son todas las P.
Mirotti (2015) considera que, para ser considerada F+, una respuesta requiere dos condiciones:
1. Semejanza de la mancha con el contenido
2. Precisión de dicho contenido

Estas dos condiciones suponen:


 Capacidad de atención y concentración lo suficientemente firme como para no distraerse con los otros estímulos
de la lámina.
 La necesaria fluidez para poder considerar las diversas alternativas que el estímulo — la mancha— ofrece.
 Imágenes mnésicas claras y definidas de los objetos de la realidad, lo que a su vez supone que ha habido
capacidad de observación y de fijación.
 Posibilidad de evocarlas.
 Capacidad crítica (ni muy estricta ni muy laxa) para un adecuado juicio sobre la semejanza que tienen con la
mancha las imágenes mnésicas evocadas.

Significación de respuestas determinadas por la forma


Para producir una respuesta puramente formal, deben hacerse a un lado las influencias, a veces perturbadoras, del
color, claroscuro, etc. Las respuestas determinadas por F buscan una aproximación objetiva. Comúnmente, la mayor parte
de nuestro accionar diario está signado por estas características y relativamente aislado de interferencias emocionales; el
reflejo de esto en la prueba es el número de F esperable.

A medida que el porcentaje de F (F %) aumenta, se incrementa la preocupación por el control racional, el esfuerzo por
ceñirse a la objetividad, aún a costa de suprimir la expresión de lo más personal; aumenta el nivel de conciencia. Si supera
el 80 %, se nota más que hay empobrecimiento afectivo, tal vez una rigidez que puede llegar hasta el formalismo;
seguramente actúan mecanismos del estilo obsesivo, como intelectualización y aislamiento, con represión de los afectos y la
fantasía.

Si el porcentaje de F baja, significa que estamos frente a una respuesta espontánea, afectiva o de franca impulsividad si
los colores suplantan las F; de gran actividad ideacional, si aparecen muchas M; o de ansiedades, si crece el número de
claroscuros. Entonces, si el porcentaje de F desciende, hay que ver qué otro determinante ocupa ese lugar.

Si el examinado mantiene a raya la presión de otros estímulos y los integra bajo el control racional, las F + son signo
de un yo fuerte. Pero si el sujeto trata de que todas sus respuestas tengan una buena forma, ya no es tan seguro que haya
un yo fuerte, a veces es precisamente porque teme a los impulsos al punto de no permitirse relajar el control. La F +
implica una normal capacidad de represión, que debe distinguirse del empobrecimiento que en el rendimiento produce la
represión como mecanismo neurótico.

Por otro lado, es importante destacar que se estima que el límite de la salud está entre el 60 – 70 % de las F +; por
debajo están las deficiencias mentales, las psicosis (esquizofrenia), los orgánicos y las neurosis graves.

Caso práctico

En este apartado, se presenta un caso clínico. El objetivo es


evidenciar una evaluación situada en un determinado ámbito
de la psicología, pudiendo señalar modos de acción útiles en el abordaje de la situación análisis de la prueba. A
continuación, se ejemplifica un caso que refiere a la importancia de los determinantes en el ámbito laboral.
Para ocupar el puesto de jefe de una dotación de bomberos pertenecientes a la provincia de Córdoba, se le solicita a
un psicólogo laboral que aplique el test de Rorschach a los postulantes. Para este puesto es necesario que el sujeto
presente ciertas características en su personalidad tales como:

 Flexibilidad suficiente para adaptarse a las situaciones de emergencia


 Capacidad de tomar decisiones bajo presión
 Predisposición para memorizar protocolos y acatar reglas Capacidad de entender el sufrimiento ajeno
Teniendo en cuenta estas características, a la hora de analizar las respuestas F de los postulantes, es muy importante
tener presente que un F % muy elevado, que no permite descarga de los impulsos ni en la actuación ni en la fantasía, hace
al sujeto muy vulnerable cuando hay una sobrecarga de tensiones y lo expone a descargas masivas y sin control. Un jefe
de bomberos se encuentra constantemente expuesto a situaciones de sobrecarga de tensión, ya que no solo está a cargo
de sus compañeros de unidad, sino que debe tener la capacidad de tomar decisiones en condiciones de emergencia. En el
caso de que algún postulante tuviese un F % muy alto, habría que observar la dinámica de contenidos y las combinaciones
de los demás determinantes, aunque es muy probable que ante la posibilidad de exposición del sujeto a estímulos
extremadamente tensionantes, que no se ajusten a su estructurada forma de ver el mundo, este reaccione masivamente en
forma de descarga impulsiva, característica que no es útil para el puesto.
Por otro lado, si el F % se ubica sensiblemente por debajo de 50, posiblemente el sujeto se vea abrumado, sea por sus
impulsos, fantasías o ansiedades. Es decir, con un F % muy bajo, la fantasía, ansiedad y afectividad toman el control del
sujeto haciendo que este pueda dar indicios de que, en situaciones de emergencia, tienda a ser manejado por estos
factores que lo lleven a responder impulsivamente.
En conclusión, para este tipo de puestos de mando, donde el sujeto se expone a situaciones de emergencia o
tensionantes y debe ser capaz de tomar decisiones bajo presión, es importante observar la relación con la realidad, el
control de impulsos y el manejo de las emociones, fantasías y ansiedad. Esta información puede ser brindada en gran parte
por las respuestas de tipo F (cualquiera sea su tipo y combinación). De manera general, los extremos no son un buen
indicio. Puntualmente en este caso clínico, se requiere de la suficiente flexibilidad y control como para poder atender a las
situaciones de emergencia y urgencia a las que se expone alguien que desarrolla la función de jefe de una dotación de
bomberos.
El color como determinante de las respuestas

Las respuestas de color son consideradas como la simbolización de la reacción emocional sobre el mundo externo. Por
esta razón, se le ha prestado mucha atención, estableciendo su vínculo con otros determinantes a modo de control de los
impulsos suscitados por los colores de las láminas.

Respuestas de color (C)


Existen algunas analogías que permiten, al menos, justificar la relación de color-afecto:
 Somos pasivos ante los impulsos en cuanto simplemente lo experimentamos, también lo somos ante los colores, basta
abrir los ojos y dejarse invadir sin actividad alguna de nuestra parte.

 Los colores que estimulan la relación con el mundo, la extrotensión y los impulsos buscan su objeto en satisfacción en
el mundo externo.

 La vivencia del impulso es personal e incomunicable, no podemos hacer conocer exactamente a otro cómo nos
sentimos ni cómo vemos un color.

 Los impulsos se asocian al placer o displacer, los colores suscitan agrado o desagrado.

 El niño pequeño reacciona a la luz y los colores mucho antes que la forma. En la prueba, el predominio de los colores,
con poca o ninguna participación de la forma, es típico de fijaciones infantiles.

Ausencia de respuestas de color


En los casos de personas con depresión, en general, faltan tanto las respuestas al color como otras reacciones a este. Las
respuestas pueden aparecer, aunque limitadamente, en depresiones reactivas; y más raramente, en severas, los sujetos
manifiestan no haberse dado cuenta de la presencia de colores, ven todo gris. Lo mismo sucede cuando hay un estado de
ánimo bajo, sin llegar a la depresión, que puede ser circunstancial.

Faltan también colores en la desolación efectiva psicótica de algunos esquizofrénicos, miedo de que el estado caótico
de su mente y sus afectos sea evidente, dan pocas respuestas y ningún color. Tampoco reaccionan ante el color los
lesionados orgánicos.

Las personas que utilicen masivamente el mecanismo de intelectualización, tienen en sus protocolos solo respuestas de
forma, tal vez también alguna M.

La definición autoritaria de la situación del test elimina la espontaneidad y con ella los colores que son
suplantados por F+.

En general, cuando no hay color es posible pensar en apatía emocional y ausencia de reacción ante el estímulo afectivo
que proviene del medioambiente particularmente si predominan las formas, un protocolo así sugiere algo no patológico, al
menos anómalo tras esa apatía emocional. La falta de respuesta de color no indica la total imposibilidad de reacciones
afectivas, si no la gran dificultad que encuentran los afectos para manifestarse convenientemente. Cuando no hay colores,
o apenas alguno, lo que indica es que no hay descarga normal de la energía de los impulsos. Entonces, hay que contar con
la posibilidad de reacciones emocionales inadecuadas, y aún explosivas, desencadenadas muchas veces por estímulos
objetivamente desproporcionados.
Respuestas de color (RC)

El color en la prueba cumple también una función expresiva, ya que cuando se integra la estructura formal
enriquece la forma y agrega más singularidad. Además, facilita, muchas veces, un reconocimiento más preciso
y comunica a la forma una expresividad que esta no lograría por sí sola. Que el sujeto reaccione ante el
estímulo cromático de las láminas, supone capacidad para verse afectado por los estímulos externos, además de
desarrollar y reaccionar ante ellos actuando sobre el mundo exterior experimentando los sentimientos.

Respuestas de forma- color (FC)



Predomina el factor formal, al que el color acompaña como una
diferenciación de enriquecimiento, de modo que si este se elimina, la forma de la respuesta se puede mantener,
aunque tal vez algo «empobrecida». Si falta la suficiente semejanza en la forma, entonces será FC-. Dos
ejemplos de este tipo de respuestas se encuentran en la lámina III D2 «moño de payaso», clasificada como
FC+; y en la lámina VIII D2, «pulmones» considerada FC-.

Respuestas de color- forma (CF)



Esta respuesta tiene lugar si la forma es imprecisa, confusa o vaga, debido a que lo que más impactó fue el
color, y tiene tal importancia que la respuesta probablemente no se daría si se presentan en versión acromática
[…] Puede designarse el color de forma negativa (CF-), si la forma no es precisa y particularmente mala; y
también puede ser color de forma positiva (CF+), cuando la forma es suficientemente precisa y el color se
utiliza con una especial intensidad. Un ejemplo de estos casos se presenta en la lámina II, en la mitad superior
de la lámina, «sol rojizo que asoma tras montañas, un ser fuerte anuncia un día tórrido», clasificada como CF.
En otro sentido, se presenta un ejemplo en la lámina VIII, de modo global, «sistema circulatorio de una
persona». (Mirotti, 2015, pp. 127-128)

Tipos de respuestas de color


Respuesta en intelectuales al color
Si se repasan protocolos variados con muchas respuestas de color, se encontrará que algunas de ellas son, por así
decirlo, más sensoriales y activas y otras más objetivas o intelectuales. Es más frecuente que las respuestas FC sean de
tipo objetivo y las CF y C más sensoriales, aunque no siempre sea fácil o posible distinguirlas. Entre las respuestas-color
se distinguen claramente algunas en las que el color no tiene la connotación sensorial que conecta con las emociones y,
entonces, se consideran típicas respuestas intelectuales al color. Estas respuestas se presentan a continuación:
Nombrar el color (Cn): la forma más cruda y menos elaborada de responder al color es simplemente «nombrar al
color», por ejemplo, «esto es rojo» […] En esta respuesta, el contenido es el color mismo no asociado a ninguna
estructura. Es un simple reconocimiento de algo que ofrece la vista. Con gran probabilidad, no será una respuesta que
aparece en un protocolo que muestra una personalidad menos regularmente integrada; es muy poco probable que lo sea
cuando en la misma área se sigue una respuesta con una forma aceptable. (Mirotti, 2015, p. 131)

Los esquizofrénicos, las personas que sufrieron traumatismo de cráneo o tienen trastornos del sistema nervioso central,
particularmente epilépticos y oligofrénicos, brindan este tipo de respuestas, en donde solo mencionan el color. Esto revela
un marcado empobrecimiento de la personalidad y falta de refinamiento emocional, casi siempre es solo una reacción
pasiva a un estímulo cromático, no hay vivencias emocionales.
Descripción de color (Cd): como su nombre lo indica, el sujeto describe un área cromática, sus tonos y sus matices, su
relación con los colores adyacentes o sus mezclas. Un ejemplo de esto se puede observar en la lámina X, donde «el color
rojo es más claro hacia los bordes externos, y más oscuros hacia adentro, siempre un poco disparejo; cuando el rojo toca el
color azul, este parece introducirse y formar un tono violeta». En este caso, hablamos de un sujeto sin espontaneidad que
trata de ocultar su malestar afectivo por medio de la verborragia con que describen la mancha.
Color simbólico (Cs): el sujeto responde utilizando el color para expresar lo que este representa simbólicamente, con
lo cual eleva a un nivel abstracto el estímulo cromático despojándolo de su valor emocional. Dan este tipo de respuestas
personas con buena inteligencia. Un ejemplo de estas respuestas se encuentra en la lámina II, «pasión y muerte». Si el
símbolo es muy personal, seguramente el sujeto habla de su relación con alguna vivencia importante; en cambio, si no
tiene relación, es muy idiosincrática, lo que sugiere algo de autismo. Asimismo, si está acompañado de una expresión, en
alguna medida, bizarra, se sospecha de esquizofrenia. (Mirotti, 2015, p. 133)

Factores de control y freno de los impulsos


La respuesta de color expresa los impulsos y, consiguientemente, la tendencia a la descarga motriz para la satisfacción
de acción de estos. Esta respuesta se relaciona con ello, mientras que la forma representa el control racional de la
actuación consciente, del sentido de realidad, limita y encauza la reactividad expresada por los colores. De otro modo, el
movimiento supone la capacidad de demora de la descarga mediante la derivación de las tensiones hacia la actuación
sustitutiva en la fantasía. Asimismo, el claroscuro tiene una acción inhibidora sobre la motricidad por su matiz, al menos,
depresivo-ansioso. Esto se asocia con una adaptación cautelosa.

Estos tres factores [forma, movimiento y claroscuro], de diversa manera, suponen una influencia superyoica, de modo
que su presencia en un protocolo con colores lábiles indica la existencia de un sujeto con recursos que pueden ser utilizados
para moderar el influjo de aquellos en la conducta.

Hay que reafirmar los dichos sobre la presencia de un número adecuado de B, en cuanto expresión de impulso de
autonomía, lo que supone la capacidad del yo de afirmarse ante los impulsos y no permanecer pasivo ante ellos (Mirotti,
2015, pp. 13-14).
Fenómenos especiales asociados al color
Adherencia al color: Implica dar muchas respuestas a las láminas coloreadas (incluso con F-, CF y C).
Atracción por el color: Implica dar muchas respuestas al mismo color […] Ambas conductas representan el retorno
de lo reprimido y la compulsión a la repetición, la percepción del color suscita en el sujeto una actitud ambivalente hacia
el mismo, la atención se ve atraída hacia él y a la vez la experimenta. El sujeto queda así anclado o vuelve
compulsivamente a ese color intentando elaborar su malestar y buscando tomar una actitud activa ante lo que fuera
inicialmente experimentado pasivamente.

Cita en el color como localizador (cc) Esta respuesta tiene lugar cuando un color es simplemente nombrado para
indicar el área interpretada sin incluir el color en la interpretación, por ejemplo
«lo rojo es una cabeza de camello». [En este sentido], puede pensarse en una actitud ambivalente ante la
cualidad afectiva del color. Las correspondientes emociones son intelectualizadas y, más o menos,
conscientemente reprimidas. No soportando estas vivencias, secundariamente implica negación en muchos
casos, particularmente cuando el color podría corresponder al contenido. Un ejemplo de este fenómeno es «lo
verdes son culebras», en la lámina X.
Esta conducta debe tomarse en cuenta con esta significación cuando no hay respuestas de color en la totalidad del
protocolo. En el caso de haber respuestas de color en el protocolo, se puede aceptar que solo es utilizado por el sujeto
como un recurso de localización, ya que el sujeto evidencia no eludir la auténtica interpretación cromática, entonces puede
considerarse un refuerzo de la tendencia a interpretar colores.
Colores falsos: Casi siempre FC, y más raramente CF, son respuestas de forma a las que simplemente se les adjudica
el color que tiene la mancha, aunque no sea el adecuado al contenido; por ejemplo, en la lámina VIII, «osos rojos», o en la
lámina X, «arañas azules». Las respuestas de FC son en realidad respuestas de forma a las que se les asigna un color,
mientras que las verdaderas FC suponen una integración entre ambos factores. En las respuestas de CF es muy rara su
aparición. La percepción sobre el color y algún elemento formal inadecuado por ese color después puede suponerse. En
estos casos, los afectos pertenecieron originalmente a otras vivencias y aparecen en la conciencia ligados a la falta de
representaciones y recuerdos, y así el impulso es actuado sobre un objeto al que no corresponde. Hay un desplazamiento
de afectos que en la práctica lleva reacciones afectivas inadecuadas en cuanto oportunidad y circunstancias, de allí los
malentendidos y conflictos en las relaciones.

Color formas elaboradas



Se insinúan como CF, pero el yo logra transformarlo en FC al expresar la respuesta. No son raras estas respuestas en la
lámina II, cuando las manchas rojas responden a «sangre», pero son incluidas inmediatamente en una respuesta más
amplia predominantemente formal, por ejemplo «dos animales grandes, pesados, que luchan fuerte, se ve por la sangre».
Esta respuesta indica la capacidad de dominar las reacciones impulsivas y ajustarlas mejor a la realidad, pero hablan de un
yo que no se adapta pasivamente al impulso. Se puede considerar, por lo tanto, que el yo es relativamente fuerte.
Confabulación por el color

El sujeto parte de un color para interpretar otras áreas de la lámina en función de este, sin preocuparse por la
adecuación formal; por ejemplo, en la lámina X, «un cuerpo despedazado», por las manchas rojas, «vistas como sangre».
Como toda confabulación, los límites del yo con el inconsciente se muestran muy permeables. Esto, sumado al uso del
desplazamiento, requiere de una atenta inspección del protocolo de la posible presencia de rasgos psicóticos.

Desplazamiento del color



Esta respuesta se da cuando un color se le impone al sujeto sin que este logre excluirlo de su percepción. Entonces,
«desplaza» la respuesta a otra mancha, como si tuviera ese color, por ejemplo, las manchas marrones inferiores son
«pulmones, por el color de la sangre». Sin embargo, los pulmones no tienen ese color ni la figura se asemeja a los
pulmones. Es decir, la respuesta es dada por un desplazamiento de la mancha superior que sí es roja y sí suele ser vista
como «pulmones». Suele verse en sujetos con tendencia a reacciones impulsivas imprevisibles e inadecuadas. Denota
falseamiento de la realidad y suele indicar sospecha de esquizofrenia.
Dramatización de los colores

Es un fenómeno que da entidad y emoción a los colores, por ejemplo, «el rojo quiere alcanzar el gris, pero el verde se
interpone». Este fenómeno se puede encontrar en histéricos teatralizadores, donde posiblemente se exprese una
proyección simbólica de sus propios estados anímicos.

Negación del color



El examinador se encuentra ocasionalmente con el sujeto que niega la participación del color en una respuesta donde
obviamente está presente, es apropiado y comúnmente usado en la respuesta. Frecuentemente, se acompaña de
racionalización, por ejemplo, en la lámina III, «sangre, por el modo como sea escurrido hasta coagularse, pero no por el
color, debería ser más oscura» […] Puede estimarse que el impulso parcial corresponde a un color que es para el sujeto
especialmente perturbador y, para evitar la angustia, el yo solo niega el estímulo y reprime la exigencia impulsiva. El
sujeto retira su catexias de la percepción amenazante. Hay una evitación neurótica de actitudes afectivas genuinas, a veces
por miedo al dolor hasta desilusiones, sin olvidar que la negación es un mecanismo primitivo.
Proyección del color (Cp)

Son respuestas de color en las láminas que objetivamente son solo son grises o negras, por ejemplo, en la
lámina VI «un clavadista presto zambullirse en un lago azul» […] No se trata de que el sujeto
«realmente» vea colores, sino que permanece consciente de su proyección. Suele verse en sujetos que se
sienten en el borde de la depresión. Aún reactiva, la respuesta de proyección de color suele ser un
esfuerzo para sentirse serenos y mostrar buen ánimo, suprimiendo los profundos sentimientos de tristeza.
También es posible pensar que el sujeto quisiera experimentar sentimientos en esa área de la vida, suele
estar relacionado con defensas de tipo maníacas. Estas respuestas no cuentan entre las auténticas
respuestas de color, puesto que no se trata de una reacción ante un estímulo externo, sino de la
proyección de un estado subjetivo.
Choque al color (ChC)

Rorschach observó esta particularidad en sujetos con más o menos acento de características neuróticas, y
demostró que debía ser considerado como un
«síntoma general de la neurosis». Esta característica se presenta en personas que sufren de un verdadero
impacto, un estupor afectivo y asociativo de duración variable. Las personas que reaccionan así son
siempre de afectividad reprimida, neuróticos leves o graves. De este modo, se confirma una vez más las
íntimas relaciones que existen entre la percepción de los colores y la dinámica afectiva. Se puede
comparar la experiencia del choque de color con la de un minitrauma, entendido como una afluencia
excesiva de estímulos en un tiempo limitado.

Pero el factor más importante, y lo que hace que este fenómeno sea un indicador de un estado neurótico, es la
existencia de fijaciones de la libido en fases tempranas del desarrollo. Si la fijación tiene una cantidad significativa de su
energía comprometida, el sujeto dispondrá de menor capacidad para afrontar adecuadamente situaciones nuevas. En este
caso, el sujeto no dispondrá de esta energía para sobreponerse, por lo que se mantendrá o aumentará la angustia; entonces,
nos encontraremos ante una disminución del rendimiento, ya que deberá desplazar la energía de las funciones
intelectuales a las defensas, los derivados impulsivos pueden ver facilitado algún acceso a la conciencia y una actitud
extrema de descatectización total del aparato perceptual, implicando un bloqueo o fracaso. Los indicadores del ChC se
presentarán de diferentes modos, es posible evidenciar tres manifestaciones principales: presencia de angustia,
disminución cuantitativa y cualitativa del rendimiento e insinuación de los derivados impulsivos del retorno de lo
reprimido. Todos estos aspectos son comprendidos a partir de la dinámica y la economía del fenómeno, el cual posee un
modo particular para cada sujeto. (Mirotti, 2015, pp. 250-272).

Caso práctico

A continuación, a modo de ejemplo, se expone una situación ocurrida durante un proceso de selección de
personal para la posterior redacción de un informe psicolaboral. Este ejemplo nos permitirá introducirnos en la temática
del color como determinante de respuestas y orientarla a una de las áreas de aplicación de la práctica psicológica: el área
laboral. Además, aprenderemos los modos de análisis de protocolo necesarios para la confección del informe.
La empresa interesada en la toma de nuevo personal comunica al profesional psicólogo la necesidad de cubrir una
vacante en el puesto de gerente de producción para una cadena de comida rápida. En este caso, al igual que en la
generalidad de las situaciones de prueba, se tomará en cuenta el proceso total del analizado (lo acontecido en todas las
instancias de administración), a fin de observar las consistencias, inconsistencias y aspectos llamativos que sean de
importancia. La configuración de los datos se orienta a la comprensión de la conformación de la personalidad del sujeto
entendida como una Gestalt.
Si en el caso del aspirante al puesto, observamos que hay ausencia de respuestas de color — atendiendo a los
determinantes de las respuestas—, es posible que nos encontremos ante un sujeto que, según sus características, tiene
dificultades en la descarga normal de la energía de los impulsos, la posibilidad de reacciones emocionales inadecuadas y
aún explosivas, desencadenadas muchas veces por estímulos objetivamente desproporcionados.
En este caso, deben evaluarse la presencia de los demás determinantes (forma, movimiento, claroscuro) como
retardadores o inhibidores de reacciones impulsivas. En función de esta evaluación global es que se determinará si el
sujeto es el adecuado para ocupar el puesto, debido a que es necesario contar con una persona que posea la capacidad de
gestionar de manera adaptativa sus impulsos y actuar en la realidad de manera efectiva. Es posible, en el caso presentado,
evidenciar la importancia de considerar todos los aspectos y atender a lo acontecido en cada momento de la
administración a modo de contrastar y formular hipótesis diagnósticas.
El claroscuro como determinante

Para conocer la importancia del claroscuro en la prueba es preciso saber las circunstancias que le dieron origen a las
respuestas que poseen el claroscuro como determinante. Cuando Rorchach envió las láminas al editor Bircher, tenían sus
colores con colores y grises bien definidos y distribuidos de manera uniforme. Fueron errores de edición que hicieron que
apareciera en las manchas de las láminas el efecto de “claroscuro” o sombreado. Cuando Rorschach (1975) recibe las
láminas y administra con ellas la prueba observa que los examinados comienzan a incluir este sombreado en sus
respuestas, frente a esto el autor decide tomarlas como material para el análisis de la personalidad de los sujetos,
clasificándolas como F (C).

Respuestas de claroscuro

Cuando se habla del determinante claroscuro, se hace referencia a las diferencias de matices de claridad que se
presentan en las manchas. Si bien cuando se muestra, generalmente, es en las manchas grises, en algunas ocasiones
también es posible su presencia en las manchas de color. Asimismo, es necesario discriminar del color claroscuro de las
respuestas al blanco, al negro y al gris que no deben considerarse como respuestas de claroscuro, sino como color
acromático.

Tipo de respuestas claroscuro

Respuestas de claroscuro difuso (RK): por lo general estas respuestas son G o detalles dados en grandes áreas de la
mancha en las que se interpreta el estímulo en función de las diferentes tonalidades de claridad. En estas respuestas, las
sombras no se interpretan individualmente, sino que hay una difusa impresión de los valores de claroscuro, eventualmente
delimitados por un contorno externo. Es decir, no se establece una diferenciación dentro de él, ya que es captado como
una impresión total. Este tipo de respuesta con el claroscuro como determinante puede vincularse con el determinante
forma de la siguiente manera:

K: no hay presencia de una forma estructurante, ocupándose la percepción de la impresión difusa de los tonos de gris.
KF: respuestas en las cuales las delineaciones formales son solo percibidas débilmente y sin claridad.
FK: aquellas respuestas en las cuales la forma delimitante se destaca, primeramente, como continente de una
impresión difusa de claroscuro.

Respuestas de claroscuro detallado (sombras): F(C) Tal como plantea Mirotti (2015), una respuesta F (C) supone
delimitar primero dentro del área una o varias figuras, siguiendo los contornos que trazan las sombras, e incorporar
posteriormente los valores de claroscuro, diferentes para cada figura delineada. Si el nivel formal de la respuesta no es lo
suficientemente preciso puede clasificarse (C) F.
Significación de las respuestas claroscuro

De forma general, se puede decir que las respuestas claroscuro (cualquiera sea su tipo) hablan de la relación del
sujeto con la ansiedad. En ocasiones suelen relacionarse con un estado de ánimo disfórico, con un tono depresivo.

En todas estas respuestas, la relación con la ansiedad es mayor cuando más difuso y menos consistente es lo percibido
por el sujeto.

Se puede afirmar que la percepción del claroscuro se asocia a experiencias preexistentes (tanto positivas como
negativas) resucitando por vía regresiva los sentimientos que en su momento estuvieron ligados a percepciones visuales
muy tempranas.
K: la organización del pensamiento y la percepción suelen alterarse frente la aparición de la angustia o la ansiedad.
Los sujetos que expresan este tipo de respuestas suelen verse afectados por el ambiente que es vivido como difuso, un medio
que no está organizado. Por lo general, la no utilización de la forma demuestra que el examinado puede estar desorganizado
y bastante permeable a este ambiente “caótico”.

FK: indican la posibilidad de control de la angustia, de modo que no llegue a perturbar seriamente el funcionamiento
yoico. Estas respuestas indican precariedad en el esfuerzo por el control.

KF: estas respuestas que poseen el claroscuro como determinante hablan de un control intentado, pero aún débil,
donde la racionalidad aparece de alguna manera sobrempujada por la angustia. La aparición de K evidencia la invasión del
estado de ánimo disfórico con una sensación difusa de angustia, lo que condiciona el normal funcionamiento del yo.

Claroscuro detallado: en estas respuestas el claroscuro no está identificado como un todo “difuso” o indiferenciado,
sino que el factor formal cobra un protagonismo e interviene “desde afuera” logrando hacer una diferenciación o un
detallado de los diferentes tonos de claroscuros. Los sujetos que expresan este tipo de respuestas logran, con clara
intervención de la intelectualización, elaborar los elementos que tienden a provocar ansiedad. Estas respuestas nos hablan
de un yo fuerte, de que la organización sofopsíquica está en condiciones de superar los estados de ánimo totales disfóricos
y transformarlos.
Grupo A y B de claroscuros

Para mejorar y hacer más específica la significación de las respuestas claroscuro se dividen a estas en dos grandes
grupos, grupo A y grupo B.

G RU PO A G RU PO B

Respuestas en las que predomina el tono oscuro y el contenido tiende a perder neutralidad y ser más disfórico, con
frecuente debilitamiento del factor formal. La presencia de claroscuros del grupo A se corresponde con un estado de
ánimo depresivo ansioso, como expresión de sentimientos centrales, que activados por la percepción del claroscuro
asociado a los conflictos en las relaciones objetales tempranas, reviven los mecanismos que el yo usara entonces para
protegerse. Estos sujetos, a raíz de un aporte afectivo insuficiente en la fase oral, presentan cierta tendencia a la fijación
en esta etapa.

G RU PO A G RU PO B

Pertenecen aquí las respuestas de tonos más claros, dadas por personas cuya fijación oral es de poco monto, ya que
no han padecido en la temprana infancia una carencia afectiva severa. En estos sujetos mejora el sentido de realidad,
sus disforias son menos profundas y duraderas, el superyó es menos rígido y el yo más fuerte, menos pasivo.

intelectuales del claroscuro

Este tipo de respuestas claroscuro, pueden pertenecer al grupo A o B y se caracterizan por presentar una evaluación
objetiva del claroscuro.
Descripción de claroscuro: en estos casos, se relega a un papel secundario al nivel formal de la mancha. Son
respuestas en las que la presencia del claroscuro se constata, pero no se interpreta.

Ejemplo:
En la lámina VI, el examinado manifiesta: “Esta lámina puede ser más clara, en cuanto al centro, este es más oscuro,
aunque hay que tener presente que para los costados se van aclarando los tonos, pero la distribución no es del todo
regular”.

Reminiscencias científicas: respuestas en las que el sujeto evidencia necesidad de ostentar, ante el examinador,
conocimientos especiales, y así compensar los sentimientos de minusvalía que despierta el claroscuro.

Ejemplo:
En la lámina IV, el sujeto expresa: “En esta mancha veo un preparado histológico tratado al nitrato de plata”.

Respuestas simbólicas al claroscuro: en estas respuestas los tonos son intelectualmente elaborados y usados como
símbolos.
Ejemplo:
En la lámina I, el paciente manifiesta: “Lo oscuro soy yo, con tantos problemas; los puntos blancos (triángulos) mis
hijos, que son mi luz”.
Fenómenos especiales asociados al claroscuro

Adherencia al claroscuro: Se registra este fenómeno cuando hay relativamente muchas respuestas en las láminas
grises, pero sin utilizar el claroscuro como determinante. Aquí la actitud del sujeto es la de enfrentar el estímulo peligroso
intentando superar los sentimientos negativos que él mismo suscita, como si el yo quisiera comprobar si puede con tales
sentimientos.

Atracción por el claroscuro: En este caso el fenómeno se evidencia cuando el sujeto manifiesta muchas respuestas de
claroscuro en las láminas grises. Esto da cuenta de una propensión a estados de ánimo más bien disfóricos, perdurables.
Esto tiene su explicación en un yo que intenta transformar paulatinamente los sentimientos negativos.

Choque al claroscuro (CHK): Mirotti (2015) plantea que puede manifestarse por: “fracaso inicial o total, expresiones
de rechazo y desagrado, alargamiento del tiempo de reacción, aparición de Gv, Dd, F-, K, KF, atracción K y alteraciones
de la sucesión” (p. 256). Su significación refiere a angustia, señal ante la posible irrupción de esta.

Fenómenos de interferencia (o interrupción) –


Se produce cuando en un mismo protocolo hay CHK y CHC (choque al color). Después de la perturbación causada por
el claroscuro, el color es sentido como un alivio y así lo expresan muchas veces los examinados, con expresiones como
“¡por fin colores!” y similares.

El CHK sobrecompensado –
Se encuentra cuando hay signos claros de CHK (fracaso inicial, tiempo alargado, rechazo, etc.) pero a la vez varias
nuevas respuestas originales; se lo ve en sujetos con fuertes tendencias estéticas, del tipo de personas a las que la ansiedad
estimula a especiales rendimientos. (Mirotti, 2015, p. 259)
Respuestas de claroscuro asociado a sensaciones táctiles (textura, T)

En ocasiones, los claroscuros se presentan con características tales que suscitan en algunas personas sensaciones
táctiles, este fenómeno de sinestesia se evidencia cuando los tonos de claridad imprimen a la mancha el aspecto de algo
con relieve o lisura, con suavidad o rugosidad, aspereza, viscosidad, etc., u otra cualidad táctil, a veces lo explicita
claramente la misma respuesta. (Mirotti, 2015, p. 247)

En otras oportunidades se necesita realizar un hábil interrogatorio para dar con la característica táctil de la respuesta.
Las auténticas texturas casi siempre aparecen en protocolos con varias RK.

Cuando la textura refiere una sensación agradable (Ta.) algo suave, cálido, indica una gran importancia dada a la
proximidad y aún al contacto físico en la demostración de afecto, necesidad de protección y seguridad; la piel de estas
personas está particularmente erotizada, y tienen por tanto necesidad de cariño. (Mirotti, 2015, p. 248)

En cambio, “una textura desagradable (Td.) cosas ásperas, viscosas, cuyo contacto supone una fea sensación, que el
sujeto suele evidenciar con algún gesto o mueca de repugnancia- indica frustración severa de las necesidades afectivas,
con poca expectativa de satisfacción” (Mirotti, 2015, p. 248).

Caso práctico

A continuación, se expondrá un ejemplo de registro de una respuesta con el claroscuro como determinante. Para
un posterior análisis es necesario poder diferenciar y clasificar las respuestas, además de por su modo de
aprehensión, por su determinante. Para obtener esa información el examinador cuenta con la instancia de
interrogatorio, en donde se le pregunta al sujeto qué característica del estímulo le dio “idea de”. el claroscuro como
determinante posee múltiples distinciones dentro de las respuestas propiamente dichas denominadas de claroscuro.
Una respuesta, por ejemplo, considerada K, a su vez, puede ser del grupo A y de textura desagradable.

En este caso se utilizará como ejemplo la respuesta de un sujeto que en la lámina IV manifiesta: “En esta lámina
veo un espantapájaros vestido con trapos de tela áspera de tonos grises entre claros y otro tanto oscuros”

Para una buena clasificación, en la columna de “determinantes” se registra FK, debido al buen nivel formal de la
respuesta. Por otro, en la olumna “observaciones” se puede aclarar los fenómenos que se combinan en la respuesta,
tales como la textura de la tela que podría considerarse desagradable (Td) debido a su característica “áspera”; o si se
atiende a la aclaración de las tonalidades y nuevamente a la aparición de F se la considera como parte del grupo B de
respuestas de claroscuro.
La kinésica como determinante respuesta de movimiento

Las respuestas de movimientos son consideradas la expresión más interesante y original de Roger, se le ha prestado
mucha atención, sin que pueda decirse que han sido aclarados suficientemente todos sus aspectos.

Respuestas de movimiento (M)

Se entiende por respuesta de movimiento a “aquellas determinadas por factores kinestésicos además de las
percepciones formales en las que el sujeto imagina el objeto como si se encontrara en movimiento” (Rorschach, 1975
citado en Mirotti, 2015, p. 263). El término kinestésico expresa o hace alusión a sensaciones de movimiento, al
movimiento sentido. El sujeto representa el movimiento en relaciones entre figuras humanas, y con frecuencia animales
antropomorfos con movimiento antropoideo (monos, osos, etc.). Acerca de este tipo de respuestas es posible indicar:
“Es esencial (…) que quien da la respuesta experimente en su propia musculatura el movimiento que se adjudica la
mancha” (Mirotti, 2015, p. 264). Este no es habitualmente consciente, ya que el foco de atención está ocupado en la tarea
de interpretación, llevan el sujeto a una espontánea insinuación de movimiento.
“No es necesario que se trate de movimientos de gran despliegue que impliquen el desplazamiento espacial o del
cuerpo o de las partes del mismo” (Mirotti, 2015, p. 265). Si el movimiento es producido por algo exterior al ser
presentado no debe ser considerado movimiento, por ejemplo: “alguien cayendo”. Pueden considerarse como respuestas
de movimiento, muchas veces, robots o seres de ficción similares a humanos popularizados por el cine y la televisión, sin
embargo, casi nunca son vistas como dibujos, pinturas, estatuas, etc.
“Personas con particular disposición kinestésica pueden ver como respuestas de movimiento auténticas a animales no
antropomorfos, plantas y aún cosas, esto no es raro en niños y adultos infantiles” (Mirotti, 2015, p. 266).
No raramente son respuestas de movimiento las caras (por ejemplo: soplar), pero las puras y simples expresiones
faciales en general no son movimientos, ya que no suelen entrar en juego grupos musculares importantes como para que
se dé la necesaria kinestesia.
“De todo lo dicho, lo esencial que rescata que es el humano del contenido de la respuesta y la vivencia propia del
movimiento representado en la misma” (Mirotti, 2015, p. 266), aquellas condiciones ineludibles para clasificar como una
auténtica respuesta de movimiento.

Comprensión teórica de las respuestas movimiento

La respuesta del movimiento representa la vida interior, la fantasía, la introspección, la reactividad emocional hacia
dentro. Las respuestas de movimiento

Requieren como mínimo un nivel de madurez suficiente, aproximadamente el que alcanza un niño promedio entre los 5
o 6 años, antes de esa edad muy raramente aparecen; una razón para eso es que producir [movimiento] supone suficiente
desarrollo de la conciencia del esquema corporal, de su diferenciación y articulación. (Mirotti, 2015, p. 267)

Pasar de las respuestas infantiles a las de movimiento supone la capacidad de restructuración y de percibir formas
complejas, lo que es un importante factor de la inteligencia, junto con la diferenciación del esquema corporal, son
condiciones necesarias para que las respuestas de movimientos sean posibles. Genéticamente pueden relacionarse con la
imitación de los movimientos de la figura significativa de la primera infancia, base de las tempranas identificaciones, a lo
que se van agregando las propias experiencias de movimiento que permanecen en la memoria.

Tipos de respuesta de movimiento

Desde el punto de vista de la calidad formal podemos encontrar movimientos menores que coinciden escasamente con
la forma de la mancha, factor estructurante de la fantasía en su relación con la realidad. Frecuentemente, se ve en
maníacos y epilépticos, raramente en esquizofrénicos y no se encuentra en normales, salvo cuando la ambición de dar
muchas respuestas de movimiento lleva a descuidar el ajuste de la forma (Mirotti, 2015).

La significación se asignará a las [respuestas de movimiento] dependerá del protocolo en conjunto, siempre indican
cierto autismo, pero en contextos que no acusan regresión y patología, puede verse alguna vez en sujetos inteligentes que
juegan descuidadamente con sus fantasías; aunque también muy raramente se encuentra en “normales” por simple
desatención, sobre todo cuando hay varias [respuestas de movimiento]; en estos casos seguramente no serán bizarras, ni su
contenido estará asociado a complejos.

Pero donde el protocolo lleva a sospechar una personalidad poco integrada, conflictiva, con sentido de realidad flojo o
directamente malo, debe pensarse en impulso o conflicto capaces de dibujar expresión en fantasías que se proyectan sobre
las manchas al margen de la posibilidad objetiva de las mismas de servir de pantalla para esa proyección; lo que significa un
de autismo peligroso, con fallas serias en la evaluación de la realidad. (Mirotti, 2015, p. 271)

Relación de forma y kinésica

La forma representa la función de control consciente y el juicio crítico de realidad, de modo que en las respuestas
movimiento se expresan el yo y el súper yo. La kinésica da a la respuesta del movimiento su carácter de fantasía, la forma
es el factor estructurante de ésta, y el contenido humano está implícito en ambas, aportando los elementos identificatorios.
Siendo menos precisa la forma, más vivida y fluida son las respuestas movimiento, y hablan de fantasías que surgen
libremente frente a la escasa actividad estabilizadora de la conciencia. Con relación a la forma y el movimiento es posible
encontrar las respuestas:
MF: Predominio de la representación del movimiento sobre la forma, son respuestas casi siempre originales, en las
que la forma es aceptable sólo cuando se presenta animada, ejemplos de este tipo de respuesta son: [en la lámina] III “las
mariposas tratan de escapar de estas sombras que quieren atraparlas, me da la sensación…para mí esas son sombras, no sé
por qué las veo algo de persona, pero una forma” (…). Suponen cierta permeabilidad de los límites entre fantasía y
realidad, entre el interior y el mundo externo, intensidad de la fantasía menos actividad de conciencia, con frecuencia son
respuestas “personales” que presentan complejos o situación en intensamente vividas, a veces reprimidas u olvidadas,
cuya significación no es siempre fácilmente accesible; pero también en personas inteligentes y sanas, con gran capacidad
imaginativa y posibilidades creativas, indicando una marcada fluidez de la estructura. (Mirotti, 2015, p. 274)

FM: Indican el predominio de la actividad consciente, de la forma que estructura y contiene la kinestesia,
aproximándose así a la objetividad; una fantasía que enriquece la percepción de la forma, pero no se determina
esencialmente la respuesta; de modo tal que la forma sería perfectamente identificable sin la kinestesia. (Mirotti, 2015, p.
274)
Estas respuestas de movimiento son esperables en cualquier protocolo, con la significación básica que se adjudica al
movimiento, actividad de una fantasía, encarrilada adaptativamente.

Por otro lado, con relación a la expansión o retracción de la figura que se ve moverse, se pueden encontrar las
respuestas de movimiento de extensión (Me) y de movimiento de flexión (Mf)
Me: se considera en este tipo de respuestas a aquellas en las que el movimiento de la figura se encuentra extendida o
erecta, son movimientos que se alejan del eje. Suelen verse como figuras que se estiran y crecen, se ofrecen al mundo.
Implican rebelarse contra sí mismo y el mundo, implica jugar un gran rol en la fantasía del sujeto. El sujeto lucha por
afirmarse de sus fantasías, implican tendencias del mundo, son propias de sujetos activos, agresivos y emprendedores,
individualistas que se autoestimulan, tienen confianza y son capaces de asumir las responsabilidades.

Mf: este tipo de respuestas son aquellas en donde las figuras se encuentran dobladas, cargadas, arrodilladas y
acostadas. Son figuras que se dirigen hacia el eje, la figura es vista como un arco y se cierra sobre sí misma. Son sujetos
pasivos y resignados, implican retracción del mundo, tienden a encerrarse en el propio cascarón. Los sujetos que se
inclinan a ser sumisos, necesitan apoyarse en personas psicológicamente más fuertes para desarrollar sus capacidades.
Suelen indicar componentes asténicos y actitudes pesimistas sobre la vida.
Otras modalidades de respuesta

M bloqueadas: “las tendencias a la extensión y a la flexión se neutralizan recíprocamente; se encuentran en sujetos


que tienen dificultad para tomar una decisión final y actuar enérgica y consistentemente para manejar un problema vital”
(Mirotti, 2015, p. 277). Por ejemplo, en la lámina III “hombres que intentan y no pueden levantar algo muy pesado, el
objetivo es superar la gravedad, pero algo se los impide”, es posible en este caso pensar en inhibiciones internas que interfieren
en los deseos de autoafirmación.

Posturas estáticas o rígidas: Expresiones que implican una tensión muscular con rigidez, tipo “posiciones firmes”,
sugieren parálisis ante las alternativas de acción que presentan, cautela hasta la inhibición para actuar. Cuando la postura
es estática, pero sin esa nota de rigidez, puede tratarse de renuencia a tratar franca y activamente los problemas, a
manipular más bien en la fantasía las relaciones humanas. (Mirotti, 2015, p. 278)

M con sentido ambiguo: Las figuras ejecutan movimientos opuestos, [por ejemplo, en la lámina] III “Dos hombres
que se inclinan para saludarse o para levantar algo pesado” (…) indican tendencia a ocultarse algo a uno mismo; tales
sujetos pueden mostrarse hacia fuera como sin reservas, pero huyen de su intimidad no quieren pensar sobre sí mismos.
(Mirotti, 2015, p. 279)

M asimétricas: Son dadas en la misma respuesta a la mancha simétrica, no siendo el movimiento el mismo en ambas
manchas; se reconoce una temática común, si bien expresando siempre cierta contradicción. [Por ejemplo, en la lámina] III
“Una pareja, él trata de levantar algo, ella se apoya en eso para impedírselo”. (Mirotti, 2015, p. 279)

M con contenido no humano: el sujeto es capaz de percibir kinésicamente no solo la figura humana y la de animales
antropomorfos, sino toda clase de animales, plantas inclusive figuras geométricas y líneas aisladas.

- “En la práctica lo que se encuentra con alguna frecuencia es [movimiento] en animales antropomorfos, a veces
monstruos o robot; cuando hay una contextura física análoga a la humana y el movimiento realizado también, la notación
no representa problemas” (Mirotti, 2015, p. 286).

Cuando un movimiento proyecta una figura no humana, el individuo toma distancia de la pantalla de proyección,
“distancia muchas veces utilizada defensivamente contra fantasías cuya proximidad a la conciencia resultaría
perturbadora” (Mirotti, 2015, p. 287). Aquí solo hay una relativa negación del contenido humano, son proyecciones que
intentan camuflarse. Varios autores señalan que este tipo de respuestas pueden hablar de una perturbación en el trato
interpersonal, a causa de desengaños en las relaciones objetables. En protocolos menos evolucionados en el contenido
animal concurre la representación mental de lo primitivo, asociado a la conducta animal; también es posible verlo en
personas muy infantiles.

-Más raro aún es:

Que otros animales, no antropomorfos- puedan ser calificados [como movimientos], en estos casos debe haber un
especial énfasis en lo “humanosímil” del movimiento, cuya expresión debe ser intensa y plástica, y en los afectos que en la
respuesta se expresan. (Mirotti, 2015, p. 286)

Suelen surgir en personas de buena inteligencia casi siempre unida al buen humor, que contactan con el proceso primario
lo que facilita ocurrencias originales sin connotación negativa, por ejemplo, en la lámina X (c) D6 “dos gusanos graciosos se
ríen a carcajadas de sus propios chistes”.
- “No es raro encontrarse con respuestas referidas a personajes familiarizados con los dibujos animados, muchos de
ellos animales antropomorfizados, al punto de que nadie ve al ratón Mickey como un animal” (Mirotti, 2015, p. 287).
Podrían ser clasificados como respuestas de movimiento si toma lo humano de un movimiento, entonces cumpliría con los
requisitos de M.

Aspecto cuantitativo

Para una inteligencia media con un R medio se esperan de 2 a 3 [respuestas de movimiento], para un nivel intelectual
algo mejor 3 o 4, una inteligencia buena puede tener 5 o más. [Las respuestas de este tipo] descienden a 0 con la
disminución de la inteligencia, también baja con depresiones, son muy pocas en cuadros en los que el mecanismo de
represión es preeminente (…). En el carácter obsesivo disminuye, pero la neurosis obsesiva se acerca a la norma; casi
siempre faltan o son muy pocas en cuadro orgánico. También puede ser pocas – en relación a la inteligencia- en sujetos
muy solicitados (…), que por eso no tienen aliciente –ni tiempo- para elaborar interiormente.

Aumentan con la exaltación del ánimo, aunque esto puede ir en paralelo al deterioro del ajuste formal; se encuentran
en mayor número en quienes tienen intereses o profesiones humanistas. (Mirotti, 2015, p. 291)

Interesa mucho no atender sólo a la cantidad de respuestas movimiento, sino también a su calidad, para identificar si
tienen una forma adecuada o sea al menos relativamente original. En nuestro medio, según la muestra de 400 protocolos
adultos, la media de respuesta de movimiento es 2,5.

Problemas de interrogatorio

El determinar las respuestas de movimiento requiere “de un cuidado especial, por la dificultad en verificar su presencia
sin sugerir, y porque no es fácil distinguir entre percepción y representación cuando ambas juegan un rol en las
respuestas” (Mirotti, 2015, p. 300).

Deben evitarse preguntas como “¿qué está haciendo?” o similares. A veces preguntar por la forma facilita que el sujeto
explicite el movimiento que se ha representado sin expresarlo. (…) También suele ser útil repetir el sujeto la misma
respuesta, [ya que casi siempre se obtienen aclaraciones espontáneas]. (…). Si se encuentra un sujeto inteligente y
cooperativo, se puede llegar a preguntar más directamente si al dar la respuesta “sintió” que allí se efectúa un movimiento;
o en caso de que [la respuesta de movimiento] se muestre explícita ante la nueva presentación de la lámina, preguntar si
antes ya lo vio así, o si recién ahora le parece una figura que se mueve. (…) Ante alguna [respuesta de movimiento]
dudosa, se puede recurrir al criterio: si el sujeto hizo en su protocolo varias [respuestas de movimiento] “seguras”, o sea
que tiene una suficiente “disposición kinestésica”, es probable que la “dudosa” se oriente hacia otra auténtica [respuesta
de movimiento]; si en cambio no hay casi [respuestas de movimiento] en el protocolo, es muy posible que tampoco esa lo
sea, lo que no excluye el intento de verificación. (Mirotti, 2015, p. 301)

Fenómenos especiales asociados a la respuesta de movimiento

Represión de M: Podemos estar ante una represión de la fantasía cuando faltan las respuestas del movimiento en un
protocolo, o son muy pocas con relación a lo esperable según la inteligencia del sujeto. También se observa en algunas
respuestas comunes del movimiento que se vean desvitalizadas. Esto indica siempre el temor del sujeto a sus fantasías, se
defiende de su propio mundo interno con una actitud rígida, cerrándose en una disposición de rechazo, quedando así
impedida la expresión de sus recursos internos y potencialidades creadoras. Una de las consecuencias suele ser un relativo
bloqueo del rendimiento intelectual, al menos en algunos aspectos. Casi siempre lo que se defiende es en particular de sus
fantasías sexuales, esto se ve con claridad en la frecuente represión del movimiento en jóvenes y adolescentes.
Choque kinésico: La represión [de movimiento] es una actitud generalizada que inhibe la producción de movimiento
en todo el protocolo. (…) Siempre acompaña a una más o menos completa de represión [del movimiento], pero aun
habiendo alguna [respuesta de movimiento] en otras láminas, faltan las más frecuentes, como la de [la lámina] II y, sobre
todo, lo de [la lámina] III esta es dada por más del 8 0% de las personas “sanas”, de modo que su ausencia requiere una
explicación. Muchas veces se nota también una disminución cuantitativa y cualitativa de las respuestas en todo el
protocolo. La hipótesis es que el color rojo de [las láminas II y III], junto a la forma humana (…) se potencian para
despertar en el “ello” de sujetos predispuestos, los fantasmas edípicos. El color rojo (…) se asocia con el fuerte impulso
particularmente con la agresividad y, de allí específicamente con el “sentimiento de castración”; tal estímulo, sumado a la
actividad de la fantasía normalmente excitada por las formas humanas, puede producir ansiedad en sujetos con conflictos,
y una instintiva reacción defensiva, que en el cuerpo se traducen en rigidez con la tensión muscular típica de las actitudes
de defensa de los seres vivos superiores, lo que impide la experiencia kinestésica. (Mirotti, 2015, p. 302)
Hay potenciales estímulos sexuales y en la lámina III puede verse ambas personas como pareja parental. Hay
diferentes formas de presentación, particularmente la lámina tres en la cual nunca se ha observado un fracaso.
M ocultas: Entre estas respuestas y las respuestas de movimiento reprimidas hay una diferencia muy sutil que es de
importancia para el pronóstico. “Se trata de respuestas que, por así decirlo, “fueron engendradas en la psiquis como
[respuesta de movimiento], pero que son expresadas en la respuesta como [forma]” (Mirotti, 2015, p. 301), la respuesta
del movimiento parece permanece latente, son desvitalizaciones. Estas respuestas apuntan al futuro y sugieren que hay un
cambio en el camino.
“El aspecto positivo está en que, si bien no se pueden expresar como [respuesta de movimiento], hay un debilitamiento
de la represión que indicaría que el sujeto comienza a sentirse más fuerte como para aproximarse a las fantasías
enteramente reprimidas” (Mirotti, 2015, p. 303), y aceptarlos en el futuro. Indican cierta reticencia al contacto, pero con
pronóstico favorable. Son muy poco frecuentes y difíciles de distinguir de las respuestas de movimiento reprimido,
pueden aparecer en personas en psicoterapia, o en una crisis vital, a veces su contenido se relaciona con la problemática
del sujeto.
Sensaciones de movimiento: Son respuestas que, si bien tienen un contenido impreciso y una forma no bien definida,
siempre tienen “algo humano” y particularmente el movimiento es claramente humanosímil: puede decirse que son
[respuestas de movimiento] con negación del [contenido humano], muchas veces son abstractas. (…) En neuróticos, este
tipo de respuesta simboliza las más de las veces, una situación conflictual no resuelta, respecto a relaciones objetales e
identificaciones; hay negación del [humano], pero como el sentido de realidad no está muy deteriorado, no es difícil
conectar el contenido con los datos biográficos; en psicóticos, en cambio, hay casi más percepción que interpretación, con
diversos niveles de significaciones posibles, y la respuesta representa muchas veces una vivencia del pasado que ha
llevado una especie de existencia autónoma en psiquismo, siempre hay en estos casos un yo muy débil. (Mirotti, 2015, p.
301)
Movimientos animales y objetos: Estos elementos menores, indican retracciones parciales de deseos y necesidades,
cuando su número aumenta señala preponderancia de los elementos fantásticos infantiles sobre la capacidad de
integración en la realidad objetiva.

Movimientos Animales (m.a.): Son aquellas actividades o actitudes que son típicas del animal interpretado en la
mancha, y que no entran en la posible categoría MA. (…) Serían indicadores de fantasías relacionadas con los impulsos
que surgen de lo inconsciente, ante los que hay una “apertura de la conciencia”, en cuanto esta lo experimenta
pasivamente pues, no los dirigen y ni controlan, surgen y perduran sin la intervención voluntaria; pueden influir en la
conducta cuando hay un descenso del nivel de alerta y control consciente. (Mirotti, 2015, p. 305)
Movimiento de objetos, fuerzas abstractas, etc. (m.o.) –
“Representan inquietudes, en las que la conciencia para nada participa, ni siquiera con presencia marginal, porque no
hay “contenido”, sino que se han experimentado como algo que internamente confuso, una forma de difusa presencia” (Mirotti,
2015, p. 306). Puede observarse en personas impedidas en sus movimientos desde la temprana infancia.
Los movimientos menores no deben ser numerosos, sumados no deberían igualar ni menos superar el número de
respuestas movimiento, si así fuera indicaría inmadurez y el riesgo de ser llevado a actuaciones sobre las que el sujeto
tendría poco o ningún control, pero tampoco es buena su total ausencia, pues una completa represión también es riesgosa.

Caso práctico

A continuación, se expondrá un ejemplo acontecido en una consultora de recursos humanos, con el objetivo de
introducirnos en la temática del movimiento como determinante de respuestas. Esta es una
de las áreas de aplicación de la práctica psicológica que señala modos de acción útiles en el abordaje de la situación
práctica.

La consultora realiza el proceso de evaluación psicológica a fines de ingresar un nuevo perfil a su base de datos. En
este caso, al igual que en la generalidad de las situaciones de prueba, se tomará en cuenta el proceso total del analizado (lo
acontecido en todas las instancias de administración), a fin de observar las consistencias, las inconsistencias y los aspectos
llamativos que sean de importancia. La configuración de los datos se orienta a la comprensión de la conformación de la
personalidad del sujeto entendida como una Gestalt.

Si en el caso del aspirante al puesto observamos represión del movimiento es posible considerar que el sujeto podría
tener temor a sus fantasías, defendiéndose de su propio mundo interno con una actitud rígida, cerrándose ante el mismo en
una disposición de rechazo, quedando así impedida la expresión de sus recursos internos y potencialidades creadoras. Una
de las consecuencias suele ser un relativo bloqueo del rendimiento intelectual, al menos en algunos aspectos. En este caso,
es un gran asunto a considerar ya que en un caso grave de disminución de inteligencia se encontraría dificultado el
encontrar una función que se adapte a lo que el sujeto puede brindar. En estos casos, el perfil podría (teniendo en cuenta la
totalidad del protocolo) orientarse a tareas operativas considerando la dificultad de manejarse de manera creativa y
resolutiva debido a la represión existente. No sería adecuado que se le proponga un rol en el cual deba liderar un equipo
de trabajo y solucionar las vicisitudes que puedan presentarse en las tareas cotidianas. En el caso presentado, es posible
ver la importancia de considerar todos los aspectos y atender a lo acontecido en cada momento de la administración a
modo de contrastar, el análisis y la formulación de hipótesis tanto diagnósticas como pronósticas.

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