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Reflexión Diego Sanchez
Reflexión Diego Sanchez
En la película pieles no podemos ver que todas las personas que huyen de un determinado
patrón están marginadas de la sociedad. Una de las protagonistas, Samantha, vive aislada
con su padre quien insiste en ocultar la deformación de su hija a la sociedad, subestimando
su capacidad de deseo individual y sueño. Laura, otro personaje emblemático, por su
peculiaridad de no tener ojos se encuentra en condición de prostitución y aún sin saber
quién la toca, degradándola a una condición infrahumana de poder de elección. A través de
estos dos personajes podemos ver que por tener deformidades hay un concepto de masa que
los excluye del principio humano de elección, deseo, sociabilidad, interacción y vida plena.
Al mirar la película nos topamos con una agencia de cuerpos deformados. La mujer
pronuncia un discurso sobre el fatalismo que recae sobre las personas para las que trabaja,
especialmente aquellas que tienen deformidades, según el término utilizado en uno de sus
álbumes. Ese discurso se presenta como fomento de la culpa y la victimización, al mismo
tiempo que produce la docilidad de este otro diferente, para luego establecer una relación
de sometimiento, de dominio sobre el otro cuerpo y su explotación, ya que las víctimas
apenas creen en la posibilidad de encontrar acogida y cariño fuera del espacio donde se
exploran. Quizás dudan de su propia humanidad, que entendemos que puede buscarse con
el uso de artefactos, como el personaje de Laura que confía en sus diamantes rosas como
sustitutos de los ojos.