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Reflexión

En la película pieles no podemos ver que todas las personas que huyen de un determinado
patrón están marginadas de la sociedad. Una de las protagonistas, Samantha, vive aislada
con su padre quien insiste en ocultar la deformación de su hija a la sociedad, subestimando
su capacidad de deseo individual y sueño. Laura, otro personaje emblemático, por su
peculiaridad de no tener ojos se encuentra en condición de prostitución y aún sin saber
quién la toca, degradándola a una condición infrahumana de poder de elección. A través de
estos dos personajes podemos ver que por tener deformidades hay un concepto de masa que
los excluye del principio humano de elección, deseo, sociabilidad, interacción y vida plena.

La capacidad de discernimiento que aún existe en estos personajes es gradualmente


desatendida o aniquilada por la sociedad que los coloca en un nivel de indiferencia y
evasión de la condición de humano, restringiéndolos al concepto de aberración. Estos dos
personajes se complementan en su visible estética. de la deformidad, pero ¿qué pasa cuando
la no aceptación de la estética proviene del propio individuo? Entonces se crea un infierno
personal de despersonalización que conduce, como en el caso de uno de los personajes de la
trama, no reconociendo sus piernas como propias y yendo a extremos como la muerte
misma, en un intento de amputarlos, y por esta característica, la familia los ve como locos,
incapaces y estúpidos por tener un problema estético diferente, moldeando así su capacidad
ética hacia los demás. Sin embargo, encontramos a Ana el comienzo de la humanidad,
donde el personaje que tiene su malformación abierta de par en par. Ella se muestra
consciente de su condición y la acepta como parte de su historia, por mucho que busque,
como Guille, su identificación. Ana termina la película sola y alegre, demostrando estética
y ética sin relación con ella.

Al mirar la película nos topamos con una agencia de cuerpos deformados. La mujer
pronuncia un discurso sobre el fatalismo que recae sobre las personas para las que trabaja,
especialmente aquellas que tienen deformidades, según el término utilizado en uno de sus
álbumes. Ese discurso se presenta como fomento de la culpa y la victimización, al mismo
tiempo que produce la docilidad de este otro diferente, para luego establecer una relación
de sometimiento, de dominio sobre el otro cuerpo y su explotación, ya que las víctimas
apenas creen en la posibilidad de encontrar acogida y cariño fuera del espacio donde se
exploran. Quizás dudan de su propia humanidad, que entendemos que puede buscarse con
el uso de artefactos, como el personaje de Laura que confía en sus diamantes rosas como
sustitutos de los ojos.

En Pieles se destacan términos o temas como normalidad y anormalidad, al traer personajes


con cuerpos deformados, anomalías congénitas o no, se termina por llevar al espectador a
reflexiones sobre dichos términos o conceptos y agregar algunas preguntas como: ¿Qué es
ser normal? En la película casi todos los personajes tienen diferencias físicas que
comúnmente clasificamos como anomalías o discapacidad, por lo tanto, son considerados
como anormales, y esto ha sido la consecuencia de lo que provoca nuestra misma
humanidad, nosotros somos el terror de las personas diferentes, y así mismo representamos
nuestro propio terror en la mente, nos juzgamos todos los días y en cada momento, nunca
estamos conformes con nada.

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