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¿Te respetas a ti mismo?

¿Tienes bien claro en dónde terminan los derechos de los demás y en dónde comienzan los
propios?

Cinco consejos que te ayudarán a posicionarte en el número uno de tus prioridades


Si realizáramos una encuesta, seguramente todo el mundo diría que se respeta profund
amente. Sin embargo, seamos sinceros: ¿cuántas veces dejamos de hacer cosas para evi
tar la desaprobación de los demás o por miedo a no cumplir con las expectativas de t
erceros?
Respetarse a uno mismo significa ser firme en el camino hacia la propia felicida
d y al desarrollo de nuestro potencial. Suena fácil, ¿no? Lamentablemente no lo es t
anto; vivimos dentro de una sociedad complaciente y estamos más que acostumbrados
a poner en primer lugar los deseos de los demás por miedo a parecer demasiado egoíst
as.
Cinco consejos que te ayudarán a posicionarte en el número uno de tus prioridades:
1. Sólo tú eres responsable de tu propia felicidad. Bajo esta premisa es más fácil recon
ocer que la primera persona por la que tienes que ver, cuidar y considerar, eres
tú mismo.
2. No permitas situaciones que te hagan sentir incómoda o que no vayan de acuerdo
a tus deseos y creencias. Cuando una situación así se presente, no sientas miedo de
decir lo que piensas; sé clara y firme cuando expreses lo que quieres y lo que te
parece justo. No te faltes el respeto a ti misma por no querer ser demasiado mol
esta o incluso por miedo a parecer grosera.
3. ¡No eres egoísta! Coloca bien esta frase dentro de tu cabeza. Sabemos que muchas
personas no lo van a entender y tal vez pierdas a algunos de ellos. Intenta hace
rles ver que el desear que tus sueños se cumplan, no implica que no desees que los
demás también cumplan lo que quieren. Al final, aquellos que decidan quedarse a tu
lado, son aquellos que podrán convivir con tu verdadero yo.
4. Sé firme con tus deseos. No digas lo que quieres en voz bajita, así nadie podrá esc
ucharte. Si no sientes respeto por lo que anhelas, no esperes que los demás lo sie
ntan y crean que serás capaz de ir por ello.
5. Enfrentar a los demás. El respeto a uno mismo, muchas veces significa trazar lími
tes que no siempre agradarán a todos. Tienes que estar preparado para ser descrito
como desconsiderado o egoísta. Según nuestra cultura, las personas buenas son sacri
ficadas y anteponen sus propios deseos por complacer a los demás. Erradica esa ide
a de la cabeza y defiende tus intereses de manera razonable.

¡Qué bonita estoy!


¡Libérate de comparaciones y empieza a decirte mensajes positivos frente al espejo t
odos los días!

Qué bonita estoy


¿Sabías que...desde los 6 años una niña empieza hacer conciencia de su apariencia física?
Y es a partir de esa edad, que gracias a un continuo bombardeo de mensajes sobre
lo que es "ser bella", vamos internalizando cierto estereotipo de belleza, hacién
dola pensar y sentir que no es del todo bonita, que hay algo o mucho que debiera
cambiar para parecerse más a las modelos que se le han venido planteando como sinón
imo de éxito y belleza.
Cuando deja de ser niña y se convierte en adolescente la idea de pertenecer crece,
al mismo tiempo que el estereotipo de belleza y es cuando empiezan a compararse
unas con otras y asocian delgadez con sinónimo de felicidad.
Es con todo esta presión social, que la idea de ser más delgada se apodera de sus me
ntes, pues se sienten inseguras o insatisfechas con algo de su aspecto personal.
A raíz de esto, empiezan a circular por primera vez todo tipo de dietas entre las
amigas. Lo impresionante de esto son los siguientes datos:
En 1970 la edad promedio a la que una niña empezaba a hacer dietas era 14 años; para
1997 este promedio bajó a 8 años.
Una de cada tres mujeres y uno de cada cuatro hombres están a dieta.
9 de cada 10 mujeres desearían cambiar algo de su aspecto físico.
Es probable que todas podamos contar alguna historia en la cual nos sentimos rec
hazadas por no estar tan flaquitas, por no ser rubias o por tener las piernas mu
y delgadas, quizás por ser muy voluptuosa, o ser más alta o chaparrita, mucha cadera
o uniceja; incluso hayamos tenido que aguantar algún apodo despectivo que nos mar
cará de por vida.
La mayoría de los jóvenes de hoy tienden a tener una imagen distorsionada de sí mismos
afectando la percepción de lo que es la forma natural del cuerpo. Para muchas muj
eres la idea de "ser bella", implica tener un cuerpo delgado, lo cual se ha conv
ertido en un requisito para sentirse aceptadas y valoradas. Donde sucede lo sigu
iente:
- Sobreestimamos el volumen de nuestro cuerpo
- Somos incapaces de reconocer la propia delgadez
- No reconocemos las señales de nuestro cuerpo,-hambre, saciedad, sed, frío, etc.-.
Existe una desconexión con el cuerpo.
En Fundación Dove® para la Autoestima hemos decidido crear para el mes de octubre un
a campaña titulada "vive libre de estereotipos", cuyo objetivo es inspirar a las p
ersonas, a desarrollar una autoestima sana y positiva en relación con la imagen co
rporal a través de diferentes ejercicios que promuevan una visión de la belleza más am
plia y saludable. Donde no importa la talla que seas, si eres flaca o llenita, a
lta o bajita, rubia o morena. ¡¡¡Lo que importa es que tú te sientas bien contigo misma
como eres!!! Y que te liberes de comparaciones y que empieces a decirte todos lo
s días frente al espejo mensajes positivos como:
- ¡Que bonita estoy!
- ¡Mi pelo me encanta!
- ¡Traigo la mejor onda!
- ¡Soy muy chistosa!
- ¡Adoro mi lonjita!
Anímate a enviar tus comentarios recuerda que este es un espacio para ti, donde qu
eremos ayudarte. Así que si quieres escribirnos y contar alguna experiencia tuya h
azlo a:
- Visita la página de Fundación Dove www.dove.com.mx donde hemos creado un mundo de
actividades para que te liberes de comparaciones y estereotipos! Así que da click
a nuestra sección "vive libre de estereotipos " y ¡transfórmate!

Ser feliz
¿En dónde buscamos la felicidad? ¿Qué significa en realidad ser feliz?
Pensamientos positivos
Alguna vez te has preguntado, ¿qué te impide ser completamente feliz?
La felicidad es un sentimiento que se puede lograr en cualquier momento y en cua
lquier lugar. La mayor parte del tiempo no son las circunstancias las que nos ge
neran infelicidad, es nuestra forma de enfrentar los hechos la que nos hace perd
er el equilibrio.
En un mundo en donde se nos exige demasiado, resulta casi imposible cumplir con
nuestras expectativas y además satisfacer las perspectivas de los demás. Nuestro tie
mpo se ve dividido entre nuestro trabajo, problemas por resolver a corto, median
o o largo plazo, ambiciones y todo tipo de asuntos de carácter "urgente". La pregu
nta es: ¿qué importa realmente? La respuesta no es una fórmula mágica ni está escrita en u
n libro, esta es individual.
Objetivos prestados
¿Te has preguntado alguna vez qué te ayudaría a ser feliz?
Cuando pienso en las metas que la sociedad nos impone, viene a mi mente la image
n de un caballo que tiene atada a su cabeza un palo del cual cuelga una zanahori
a. El objetivo de este pobre caballo es comer la zanahoria pero nunca lo logrará y
no parará de correr hacia este sueño imposible que sólo le brindaría un final efímerament
e feliz.
Cuando vivimos conscientemente podemos distinguir un sueño propio de un sueño presta
do. Muchas veces nuestras ambiciones son prestadas: el deseo de poseer un auto últ
imo modelo, adquirir lo último en tecnología, comprar en las tiendas socialmente ace
ptadas, son ejemplos de deseos que raramente tienen una raíz legítima. Los mensajes
transmitidos a través de la sociedad y los medios es: "Es más feliz, aquel que más pos
ee".
Distinguir un deseo propio de uno prestado resulta mucho más fácil cuando hablamos d
e ambiciones materiales pero ¿qué pasa cuando nuestros deseos emocionales no provien
en de nosotros mismos?
La idea de una familia compuesta por papá, mamá e hijos también puede ser una idea pre
-fabricada, así como la imagen del éxito profesional, el ansia por lograr tener la f
igura y el rostro perfectos, así como tantas otras ideas que sólo nos traen infelici
dad cuando no son una realidad.
¿Qué hacer?
Algo que nunca debemos perder de vista es que las metas y los caminos para llega
r a ellas son únicos e individuales. Con este pensamiento en mente es más fácil lograr
nuestros objetivos y las frustraciones desaparecen como por arte de magia.
Cuando nuestros objetivos son razonables, es decir cuando contamos con las herra
mientas necesarias para trabajar en ellos y sobre todo cuando provienen de nuest
ro interior, el resultado es mucho más afable y el sentimiento de satisfacción es du
radero, no se desvanece en un segundo ante la necesidad de ir tras otra meta.

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