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COROZAL – SUCRE
FORMACIÓN COMPLEMENTARIA
MODALIDAD SEMIPRESENCIAL: RES: 17157. 11-27-13
PRESENTACIÓN
“Son las herramientas para relacionarnos con los otros, de manera cada vez más
comprensiva y justa, mediante la convivencia pacífica, participativa, constructiva y
responsable. Para vivir juntos, trabajar en equipo, conocernos y reconocernos”
Asistimos a una crisis de convivencia, donde la escuela hasta ahora no ha
contribuido de manera sustantiva a enfrentar este cuadro diagnóstico, nuestros
estudiantes y profesionales no han sido formados integralmente para
desempeñarse como sujetos tolerantes y con la capacidad de resolver conflictos de
manera inteligente y pacífica, igualmente como ciudadanos activos en la esfera de
lo público que fortalezcan la democracia.
Cabe resaltar que la convivencia puede entenderse como aquel estado en el
cual una pluralidad de individuos diversos y diferentes interactúa entre sí en
términos de reconocimiento, tolerancia e imparcialidad, pudiendo así vivir
unos con otros de manera pacífica y segura. Los valores que rigen esta
convivencia - conviene repetirlo - son: el reconocimiento que alude a la diversidad,
la tolerancia que alude a la diferencia y la imparcialidad que alude a la igualdad,
porque es en torno a la comprensión.
La convivencia humana es cada vez más diversa y compleja tornándose a veces en
relaciones hostiles, indiferentes y con alto contenido de violencia. La escuela no es
ajena a estas situaciones y los conflictos que a diario se viven hacen que se
reproduzcan estos ambientes y se afectan de alguna manera todos sus integrantes.
Al desarrollar acciones a favor de la calidad educativa, se debe pensar en la
convivencia como lo más importante y urgente, haciendo especial énfasis en la
promoción de relaciones armónicas, afectivas y constructivas.
En síntesis se hace necesario crear mecanismos y/o estrategias que promuevan una
formación en competencias ciudadanas o cívicas que no solo necesiten de nuevas
asignaturas o seminarios anexos sino la transformación de una práctica educativa
donde los valores sean vivenciales y los conflictos se diriman mediante mecanismos
de comunicación asertiva, negociación cooperativa y mediación activa, igualmente
que la práctica participativa sea una constante en el marco de una dinámica
democrática.
Y es, además, el espacio en donde tiene lugar la deliberación, el debate entre los
intereses privados y el interés colectivo sobre la base de ir definiendo una
reglamentación construida colectivamente que contemple un conjunto de normas,
contenidos, valores y comportamientos requeridos para adelantar la tramitación de
las diferencias y conflictos de intereses, así como la celebración de acuerdos que
dotan de legitimidad a las instituciones democráticas.
Por ello cabe entonces preguntarse: ¿Cuáles son los supuestos normativos que en
el marco de un estado social derecho permiten a los programas de formación
ciudadana comprender e interpretar las renovadas expresiones de la acción política
y la ciudadanía?
Esta pregunta por los supuestos normativos tiene una directa incidencia en los
programas de formación ciudadana respecto a la exigencia de una definición clara
y un reconocimiento explícito de sus supuestos normativos, de tal manera que
cualquier propuesta deba reflejar con claridad una respuesta adecuada a la
pregunta: ¿A favor de qué propósitos y de acuerdo con qué criterios y principios se
orientan las acciones de formación de las competencias ciudadanas?
- La capacidad para que los actores sociales puedan asumir e interpretar sus
problemáticas y adversidades como injusticias, logrando de esta manera justificar y
legitimar su acción ciudadana colectiva con base en el marco de los derechos
fundamentales.
- La habilidad para escoger medios legítimos de protesta social para lograr fines
establecidos, apreciando así el sentido que encierra la norma como criterio de
autorregulación y como plataforma para la formación de una racionalidad colectiva
pública.
- La habilidad para desarrollar una orientación social que lleva a confiar en otras
personas, escuchar y entender las posiciones de otros y propiciar acciones de
cooperación e integración grupal.
- Las habilidades para propiciar, negociar, pactar y reparar acuerdos sociales para la
convivencia.
Cabe mencionar en este punto las definiciones que el MEN propone referente a la
Ciudadanía. Es central para orientar el trabajo en formación de competencias
ciudadanas, ya que la forma en que se defina dará luces acerca del tipo de
sociedad que se quiere construir y el tipo de relaciones de enseñanza-aprendizaje
que hay que establecer en coherencia con el mismo.
Otra definición de ciudadanía que nos resulta familiar es la ciudadanía social activa
(Borrero, 2005). Está ciudanía se describe en términos más comportamentales que
las anteriores. De acuerdo con esta perspectiva, todos somos ciudadanos porque
nos movemos en lo público y al seguir, romper o crear normas estamos ejerciendo
nuestra ciudadanía. La ciudadanía ideal, entonces, consiste en pensar en el bien
común, en aportar en la construcción de lo público. Por esta razón las calles, las
escuelas, los barrios y las empresas se convierten en los lugares donde se
construye la ciudadanía. Para actuar como ciudadanos activos no hay restricciones
de edad, nacionalidad o estatus jurídico; todos los que vivimos en la sociedad y nos
relacionamos en ella aportamos a lo público. Por consiguiente niños, niñas, jóvenes
también tienen su lugar como ciudadanos sociales activos. Nacer en comunidad
nos haría acreedores de esta cualidad -derecho, que ejercemos, sin importar que
tan pasiva o activamente participemos, pues, en cualquier caso, la manera en la
que nos relacionamos, en la que hacemos parte de la sociedad, es una forma de
actuar la ciudadanía y de construirla.
NORMATIVIDAD PARA LA FORMACIÓN EN COMPETENCIAS CIUDADANAS
Los seres humanos conscientes de las dificultades que conlleva una vida en
sociedad han establecido unos acuerdos relevantes, unas normas legales
fundamentales para promover y proteger los principios básicos de la vida armónica
en sociedad. Estos grandes acuerdos conforman el horizonte de formación de las
competencias ciudadanas.