Durante la década de los ochenta y los primeros noventa, se produce una renovación d
e la literatura en Extremadura, los autores publican y obtienen premios tanto en
Extremadura como en el ámbito nacional. Existen tres momentos esenciales en el de sarrollo de la literatura de esos años: la publicación en 1983 de la antología Jóvenes p oetas en el aula, la publicación en editoriales nacionales de obras de los poetas Án gel Campos Pámpano y Álvaro Valverde y la edición en prosa en 1989 de Juegos de la Eda d Tardía de Luis Landero. La novela de los años ochenta vive años de esplendor. La ob ra de Luis Landero, alejada de todo regionalismo, está plenamente inserta en las t endencias del relato nacional: simultaneidad de propuestas, influjo de los medio s audiovisuales, conciliación de modernidad y tradición,...La novela que se publica en estos años tiende a multitud de versiones como la recuperación de la memoria histór ica o intrahistórica, en el caso de Dulce Chacón en Cielos de barro o Justo Vila en La agonía del búho chico; el juego entre realidad, ficción y escritura en Gonzalo Hida lgo Bayal; la recreación histórica en clave irónica en Los abismos de la sangre de Fra ncisco Vaz Leal; la novela negra de carácter psicológico que inaugura Eugenio Fuente s en El interior del bosque; o la presencia de la realidad desde un prisma irónico en Manuel Vicente González. Haciendo un recorrido por estas novelas asistimos a l a recreación literaria del paisaje extremeño. También se observa esta recreación paisajíst ica en las obras de los poetas: Álvaro Valverde con Las aguas detenidas; Ángel Campo s Pámpano con Siquiera este refugio. Sin embargo, será la conexión de la poesía en Extre madura con las líneas poéticas de otros ámbitos la que defina la nueva concepción poética: la narratividad, el coloquialismo, el formalismo métrico y un cierto sentido de l a clasicidad, la relectura de la tradición, los temas urbanos y realistas, la poesía del silencio, aparecen en los poetas de estos tiempos. Es el caso de Agustín Vill ar con Seducción de la bruma que exploró caminos menos tradicionales que abrieron la s puertas a Ada Salas y Mª José Flores, en la línea de la poesía del silencio. Además se a brieron otros frentes: la poesía figurativa tuvo ejemplos significativos y tempran os en Antonio Galán y Pablo Nogales y la poesía meditativa en Diego Doncel. Respecto a las últimas generaciones encontramos un mayor número de propuestas estéticas difere ntes. Se trata de autores que han crecido y leído desde la renovación de los ochenta . Caso aparte en cuanto a generación cronológica supone Javier Cercas, que pertenece por edad a la etapa anterior, pero por la publicación de su obra Soldados de Sala mina es conocido en la etapa reciente. Su obra supone la progresiva confusión de l os géneros periodísticos, la novela y el ensayo. El éxito de la novela histórica en el p anorama nacional está siendo protagonizado en la actualidad por otro extremeño, Jesús Sánchez Adalid, con su obra El mozárabe. En contraste la novela urbana de José Antonio Leal Cita en la Habana. En poesía, junto a nombres jóvenes ya asentados, como Javie r Rodríguez Marcos, cabe mencionar la irrupción de poetas como Irene Sánchez Carrón, Ant onio Sáez, José Antonio Llera y José María Cumbreño. Todos con formación parecida en la Fac ltad de Filosofía y Letras de Cáceres y que publican sus primeros libros en los 90.