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* SAN FRANCISCO DE ASIS co canturreanito y henchido de alegria, hasta que se encontré Com un hombre que evaba una mockila a cuestas, como st Viniera de ur largo viaje. Y le dijo: «Hlermano, hablame de Dios». El hermano no dijo ni palabra, sigo que tomd a Fran ‘isco de la mano y lo condujo carinosamente a la ciudad. Pasaron por el centro de la misma y llegaron al ofro extremo, «la periferia en la que habitaban ios pobres. Una vez ali, ef hermano se dirivid a la pequena plaza, en cuya fuente tas mujeres lavaban fa ropa, los viejos conversaban, los més po- res pedian limosna y los nifos correteaban. Se sent6 al borde de ta fuente, abrid su mochila y comen:é a repartir pan con ‘mano generosa. Todos fueron acereéndose, recibiendo un pe- dazo de pan y aleiindose de nuevo. La mano entraba y salfa ‘in parar de la mochila, distribuyendo grandes caniddades de pan: ¥ a medida que los hombres repartian entre si el pan rectbido, avudindose los unos a lox otras, el pan —como por Iilagro no se avotabe. » habla para todos tos necesitados, Después, muy serio, se limits a mirar al cielo y dijo: «Padre ruestrov. Inmediatamente miré «su alrededor y exclamé: «El pan nuestros, Francisco eax en la cuenta y no pudo contener Ta aleeria que le producia ver a Dios en la fraccidn del pan y ‘en Tos hermanos pobres y necesitados que compartian el pat aque acababan de recibir. La significacién de San Franciseo adquiere atin mayor re- levaneia si consideramos los grandes desaffos que nos plantea la sociedad moderna, de entre Tos enales vamos a detenernos cen el mis importante: el que procede de la brutal pobreza a Ta que estin sometidos millones y millones de seres humanos. Un tremendo abismo ha sido abierto entre los hombres, las clases sociales y las naciones: por un lado, una gran mayoria fe debate por sobrevivir en madio de 1a miseria, el hambre, al analfabetismo y el desprecio: por otto, una pequefia mi. norfa disfeuta fos beneficios de la. prosperidad, rodeados de toda clase de bienes y servicios (1). ¥ esta situacién tiende a (). Ea pirdmide socal brasilein precenta esta ve inane TAP ae av eae ome eon ao "Roedindose (pequcha’ burgess) an 30°. Semipobses {Frelcasindoy, Sam 908" de pores euprestaiaga UA OCION PREFERENCIAL POR LOS POBRES 7 agravarse, como reconoctan los obispos latinoamericanos reu- dos en Puebla en 1979: «Un sordo clamor brota de las gar- ‘gantas de millones de hombtes que piden a sus pastores una Iiberacién que no acaba de llegarles de parte alguna... EL clamor es perfoctamente ancible, ereciente, impetuoso y, en algunos casos, amenazador» (2). 4, La pobreza deshumaniza a ricos y pobres La pobreza, como carencia de medios para produit y reproducir la vida con un mfpimo de dignidad humana, cons- titaye la herida mds dolorosa y sangrienta de toda la historia de la bumanidad, Todas las lamadas civilizaciones «histé- Ticase de que tenemos noticia se caracterizan por la. penuria ¥ la desigustdad. Este cama, en lugar de disminuir, se ha Agravado cada vez mds alli donde rige el modo de produeeién capitalista de acumalaci6n privada, elitista y excluyente La humanidad dispone clrtamente de medios tenices més aque abundantes para combatr esta erénica enfermedad, Por ‘otra parte, junto al avance centfico-téenco, ha elaborado una fgnda conciencia de la inviolable saeralidad de la. persona inumang. A pesar de To cual, una serie de factores politico- cultuates vineulados al sentido de ta vida que ha eristalizado fn el sistema de Ia modernidad, racioatista, dominador y re Presvo, gue ese] capitalismo mundial, ha originado un au- {envio wimpacses, Enrelanto, 10s niveles de concieatizacién de Ta miseria han llegado al extremo de que hoy n0 resulta Jmposibe que se_produzca una. verdadera eatétrofe antro- police en la tierra. Los hambrientos del mundo tal vez Hieguen'a ccupar las plazas de las ciudades de todos los (2) A Evangetisacio no Presente ¢ no Futuro de América Latina, ervépoiis 1979, nn. $8. 89; “cfr. un restimen en Tos fn, 12071908 GALBRAITH, J.-K., A Natures da Pobreta das Maeeae, Rio 1979, p. 9, reconoce que la pobreza es ol mayor yimie desnindor formento del hombre. Ee et origen de otros inuchos anfrimientos, desde el hambre y las enfermedades hase Tiel conflicto civil ¥ 1a misma guerra... Con todo, no tenemos ‘ain ninguna explicacion de la pobreza que induce al conflicto. On'mis exactamente, tenemos multitud de explicaciones, pero ida toa de lige’ superficalmente persuasivay, presentada Spina tt, notable por amulo eo cosaut Cpls ea aboolutos n SAN FRANCISCO DE ASS paises para levar a cabo una justicia vindicativa de la que Ia historia conoce ya horrendos precedentes: la destruccion de cuanto existe de inieuo, pero con la incapacidad para re= constiuir, de un modo més justo y humano, sobre otras ba- ses Q). En Ia medida en que caemos en la eueata de los meca- nismos que la producen, crecen la perplejidad y el sentimiento, de culpa frente a Ix pobreza masiva, ln cual no es algo fatal inevitable, ni es una exigencia de la naturaleza, como tam- poco es voluntad de Dios que haya rieos y pobres (4). La pobreza es producida «por determinadas situaciones y estruc- turas econémicas, sociales y politics.» que hacen que a nik vel internacional funcionen ciertos mecanismos que producen sticos cada vez. més ricos, a costa de pobres cada vez més pobres» (5). @)_No se trata de tomar simplemente Ia riqueza de tos riggs y distribuirla entre los pobros. Seria insulciente para Todos. Este tipo de argumenfo fo emplean los ricos "suis liados con, mala intencion, afin de hacer imposible, por Teduccién al Tidleuo, cualquier reforma. La cuestion 10 ext Ennis dosh non proc ion or todos para todos, Iaciendo quc sea menor y més Soper Tabte in distancia entre unos y otros ‘Todos deben trabajar para la reproduccién de fa vida socal, ¥ los costos ¥ benefe Flos: debe repartirse Tov mis equitativamente, posible entre Toxo @) Durante sislos ha, predominado una concepcién nae tonal Yr usianllies a fe Sotedad como slg a eter Ininado y dispuesto. por el acto creador de Dios. Consigulente: Inente, 20 deci: es voluntad dela naturalera 9, en Ultima, Instancia, designio’ de Dios, el que haya ricos y’ pobre. Io “icon se talvan mediante fa genevonidad y Jos pobres mediante En pactencia La falta de vision del nexo causal entre pobreza ¥ riqueza Hevaba nevitablemente a la resignacion ya" la aco: Ihodacion y, por fo tanto, ala Inmovifidad seta, tavoreciend fe ello es sigs Rerpetuando’ Tes dolor 'y as ins que padecen los ‘pobres. Con ia Hegada de Ia eonelencia fistorlen Se entiende due la sociedad cs sn proyecto, decir, algo histdricamente construigo durante siglos, mutable, ene fregado.a Ia responsabilidad de los hombres, autores de la sodedad'y de a histor ‘G)Picbla, n. 30; JUAN PABLO TT, Discurso inaugural a to Ovispos en Purbla, TH, 3, en AAS 71_ (0999), p20 ete “yt soe eteton a vo ¢ cera, mn om hidades cristae populares dow paises e resides pores do raul on Puchia Fin 40) concrctamente 4 oY ody fos hemos visto que la, pobreza existente en América ae tina y en el resto del mundo no es resultado del destino, sino {UA OPCION PREFERENCIAL FOR LOS POBRES ” La pobreza no es sélo un problema de conciencia moral, sino que es fundamentalmente un problema politica. Por eso no basta con una condena moral de las situaciones de pobreza, sino que es menester un esfuerzo histérico por superarla me Giante una verdadera revolucién, tanto del sistema de rela- siones entre Jos hombres como del modo de produccién de los bienes nevesarios para garantizar Ia vida de todos (6). Este es el gran desafio que os pobres Janzan hoy a todas las s0- ciedades actuales. La lucha en favor de los pobres y ta lucha de los mis- mos pobres contra la pobreza constituyen una biisqueda su mamente honesta de humanizacién para todos, porque Ia pobreza deshumaniza tanto a los ricos como a” los. pobres, Primero a los pobres: la pobreza ocasiona toda clase de cearencias, desestructura la vida emotiva y las relaciones de unos con otros, impide constantemente la voeacién esencial del set humano & desarollarse y expandir sus capacidades més alli del mero instito de supervivencia, conduciendo a In envidia, al odio, a Ia violencia contra quienes les mantienen cn la miseria_y, muchas veces, a desesperar de Dios y a alzar el puto contra el cielo, Pero deshumaniza tambiéa a los ricos, porque les leva a considerar a los pobres como seres inferiores, innecesarios para la sociedad, peso muerto de Ia historia. En las sociedades en las que ha estado en vigor el régimen de esclavitud persiste ‘ain una brutal deshumanizacién de fos ricos frente a los pobres. Fl amo trataba a los «desgraciados» esclavos como: Si fueran objetos de uso, como ureses> compradas en ef mer- fruto de una enorme injusticia que clams al cielo, como clamé la sangre de AbeT asesinado por Cain (Gn 4, 10), Hemos visto tambien que la causa principal de esta fnjusticia debe buscarse fuel sistema capitalista, que, cual nueva torre de Babel (Gn Ii, Ti), se yergue sobre el mundo y controla la vida de los pu bios favoreclendo'a unos poces que se entiquecen cada vez Ins’ a costa de la ercelente pobreza de Tos otros. Por eso los Iuebios empobrecidos de nuestros paises viven en un verdade- ‘cutiverio dentro de su propia terran, La carta es Ta con: sidn del Congreso Internacional Ecuménico de Teologia, ce ido en Sao Paulo en febreromarza de 198 (Gy Soha hecho va edgbre ta frase del presidente J. F. Ken- ds, citando a Attice: =Sh ura sociedad fibre no puede aux iin’ Tos mechor que aon pabres, no podrs fampoco salvar a lor pocos ‘que som ricon: cfr LOTT: De Ne The Iaugurat Iidafesces 9 the American Presidents from Washington. fo Kennedy, N. York i9et, p70. o ‘SAN FRANCISCO DE ASIS, cado;, eran, lteralmente, el combustible del proceso produc- fio Uys no es de extraar, pacs, que los esclaves 20 tu- iran més de 5.6 7 tos de vida Ul: ta era el grado de aplotaion, Las class dominantes de hoy, sucsoras de aque= Toe senores y de qulvnes traficaban con Tos eseavos (isle- cn, poruguetes, Holandesss, noresmericans.) an. eve- Gadolds lls un profundo desprecio po fos pobres, a quienes Consderan descaliicados sociimente, por fo que evilah todo Soatacte fisko con ellos, prsan as lado de largo y son abe Solutameatsinscnsbles a sus miseris. Los gobie0s co0- frolados por estas clases dominantes,brualizadas en S08 $e Limientos de bumanidad, ala hora de hacer sus panes econd- Imicos, cultrals, urbasisticns, sanitaios, ete, no tienen en ‘tents a los pobies, que consityen Ta mayoria de nuestos pulses lntinoamericanos. Cuslquietorganizacion 0 movimien- {o de pobres co inmediatamente contrlado ¥ #epeimido con tina vielenea que. no se sjrce ni conta ies. animals (8) Unos y ottos siven sterorizados. Los pobres, por las coat hhuss-amenavas que Padecen; los eos, por el tor & una evacta sindicativa de los pobres. Selo de un modo eufemista Son ffaternas las relacionesy est organizada la sociedad se- fn los principios de la equidad yl justci, ‘La opeiin de San Francisco por los pobres adquere en exe contexto una inusitada aetaabidad pois. Lo gue hace us el pobre sea ain mis pobre eel hecho de que cas siem= fre se econsidera desde el punto de vinta del too. La sran- cea de San Francisco reside on el hecho de que vo al pobre fon ojos de pobre y de este modo hizo posible descuber los alors ds lon pobits, Pero antes de entrar en esta coeston, Consideremos becvemente la acitud dea Iglesia, a 10 In Geos sion free al desafio de ls pobres. 2. Iglesia de tos pobres, para los pobres y con los pobres Entendemos al pobre de una forma inmediata y directa: pobre es aquel que’ se ve objetivamente afectado por alguna @,_ Cir, RODRIGUES, N, Os Africans no Brasil, So Pats to 182: GOULART, M.A eicravidae Africana no Brasil, Sao Paulo 197s; LUNA, L, O Negro na Lula Contra a Escravidao,, io de Taneizo 19%, °@) Cir. RODRIGUES, J. H, Conciliayao e Reforma no Brasil, Rio de Janeiro 1965, pp. 33. LU OPCION PAEFERENCIAL POR LOS PonAES a carencia, ya sea en el interior de su condicién social (co- mereiante pobre, maestro pobre...), ya sea relacionando una condicién con la otra (econdmicamente poderoso y econémi+ camente débil). El conocido estudioso del fenémeno de la po- breza en la historia, Michel Mollat, define al. pobre del si- auiente modo: sPobre es aquél que de modo permanente © temporal se encuentra en una situaciéa de debilidad, de- pendencia 0 humillacién, caracterizada por la privacién de mmedios (variables segtin las épocas y las Sociedades) de poder de consideracin social: dinero, relaciones, influencia, po- ‘der, ciencia, cualificacién técnica, honorabilidad de estiepe, fuerza fisica, capacidad intelectual, libertad y dighidad per Sonal. Al vivir al dfa, el pobre no tiene ninguna posibilidad de levantarse sin la ayuda de otro. Esta definicion puede in- cluir a todos los frusirados, a quienes han sido abandonados & sf mismos, a los asociales, a los marginados...: esta defini ‘ida no es privativa de una época, una regién @ un medio so= cial. Ni siquiera excluye a quienes, por un ideal ascético o mistico, han querido apartarse del ‘mundo 0, por devocién, han escogido vivir pobres entre 1os pobress (9). Como més adelante veremos, el pobre es definide siem- ppre en relacién, porque no existe et rico o el pobre en mismo. En un sentido econdmico, pobre (pauper) s¢ con- ‘rapone a rico (dives): en un sentido politic, pobre (ininor, Impotens) se opone a poderoso (potens, maior): en un senti- do higiénico, pobre (infirmus, esuriens, famelicus, vulneratus, debilis) se distingue de sano (sarus); en un sentido cultural, cl pobre es ef analfabeto (imbecillis, simplex, idiota), en opo- sicia al letrado; y asf sucesivamente. Como se ve, la con- cepcién del pobre debe ser amplia si se desea captar adecua- ‘damente el fenémeno, porque se trata de un fenémeno pluti- dimensional. EI denominador comtin lo constituye ef carente (que, @ cualquier nivel, necesita de otro (persona o Dios) para erguirse {Cémo ha afrontado Ta Telesia esta situacién deshumani- rante? Podemos afirmar que, por muy diversas que hayan sido las situaciones, las estrategias y las técticas, Ta Telesia (comunidad de tos fieles) ha sentido siempre una aguda preo- ceupacién por los pobres. Estos han sido siempre ua espina {) MOLLAT, M, Zee pauvres ax moyendge, Paris 1978, 2 SAN FRANCISCO DE ASIS clavada en su conciencia y una invitacién constante a ex- tender Ia mano y a socorrer, En sustancia, la Iglesia ha sido fiel a la tradicidn de Jesueristo, que opts por los pobres, a rpesar de no ser pobre de origen, desde el punto de vista so- Gioldgico (10); y ha sido también fiel a la tradicién aposté- flea (ID, que en los comienzos habia uaido Ia conversién al ‘Evangelio con la coaversién social, poniendo etodos los bienes ‘en comin, repartiendo entre todos. sean las necesidades de ‘cada uno, no habiendo entre ellos ningin nevesitado» (cfr. Hech 2, 44-48; 4, 34). La solicitud por los pobres ha cons- ‘itwid ‘siempre una preocupacién eclesial y apostética. Se trata ciertamente de un problema jamds resuclto, pero ello no sienifica que se haya ealdo en logue en la resignacién y en Ja inoperancia. En la Tglesia siempre se ha hecho algo por los pobres (12). 'En la historia de la Iglesia distinguimos, de cara a los pobres, tres actitudes fundamentales que se entrelazan mut mente sin excluirse, pero definiendo en eada caso una ten- dencia dominante. El percibir los diferentes acentos nos ayu- ‘dari a entender la opeién radical de San Francisco y la nove- ddad de la postura de la Telesia actual eee we Sha HQUTART Fo rin dn orto a see Boe it ami eat Hee hallo pee ae ei, Pec By mg ee cit ect ae eee ee eae corer Tos sementon fundameniaes de eo acta fr emer Ponfunaido con ellos. Su clase de origen es Ia pequetia bur eat ape Re So orc ye fe frie Caceres oer clench ace dems fae This ‘cxplotados, conjunto que recibe el nombre dear hia co Haka Bos Praia ace SHS. ei Bro a ce a rat : Bu ninacon nesta de Cotas Bll ore a et tae en er a agsla # utes Gae eRe at Gah Pa eido publieado en Puebla T (1980), pp. 385402: A op¢a0 fa ede te Pe Qi {UA OPCION PREFERENCIAL POR LOS POSRES a 4) Islesia de los pobres La Iglesia, desde sus comienzos hasta el giro constantinis 1o del siglo IV (afio 313), esta prineipalmente constituida por pobres. El contenido del mensaje de Jesés, que promete ante todo el Reino y la salvaciéa a los pobres, a los que lama ienaventurados (Le 6, 20) y preferidos del Padre (Mt 11, 25- 26), respondia a las demandas religiosas y sociales de los ppobres, favoreciendo con ello Ia penetracién del naciente eris- tianismo (13). Lo que dice Pablo es una verdad histérica sMirad quignes habéis sido lamados: No hay muchos sabios segin la carne, ni muchos poderosos, ni muchos de la no- bleza, Ha escogido Dios mas bien lo necio del mundo... Jo débil,.. Io plebeyo y lo despreciable... 1o que no es...» (1 Cor 1, 26-38). La misma situacién pobre de fos primeros eristianos, 8 atestiguada por la carta a Diogneto (hacia el afio 150) (14). El cristianismo no introdujo transformaciones sociales (tam- poco posefa las condiciones estructurales para hacerlo), sino {que humani26 profundameate as relaciones humanas, digni- ficando a los pobres y poniéndolos al mismo nivel de igualdad y de respeto que los demas hombres. Desde un principio, sin embargo, se plantea la cuestién de la riquera, porque se desea facifitar también la conversion de los ricos, Las radicales exigencias de Jesis de venderlo todo y darselo a los pobres (cfr. Mt 19, 16:22: Me 10, 17-22; Le 18, 18.80: 12, 33-34) se espiritualizan en un sentido as- cético y moral, en la linea de Santiago y San Pablo: la zique- ‘a puede ser una mediacién de Ta caridad y de Ia asistencia a (3) TROELTSCH, E,, The Social Teaching of the Christian Ccintreies, vol, , Londres ~ N. Yorke 1980, p. Sk Para todo este ‘unto, cf la oben colectiva de DUPONT, J, GEORGE, Ay RIGAUIX: B. y otror, Ja pobresa evangelca’ hoy, Bogota i971 En su tiempo, Clemeate de Alelandtia planted correctaments Gn: Gus dives. safversr? (ePuede um rico salvarse?), pondienda.seviin cl ccizo de} cambio moral, no ‘del ca "Ei rico se salva en fa mesa en que ust la riquera, pata hacer mds catidad ¥, de ese mode, dfeminuir ta pobre Gd) Faltnda por Vozes, Petropolis 1916, V, 1217: Te mism ‘es atesticuado tambien por el gran critico de, cristianisma, et ideofo Celso, que encuentra motives. para. despreciar a 108, Cristianos, por Ser personas de baja rena economica, Cartes Boi aarGee Portuaron,scavos, cada, apateros, ete). Cir SANTATANA Ede Torefe Drs dos Pobre, ets polls 1980, ps. 5091 (orie: east: BY desafio de los pobres a la Teles, San Tose de Costa Ried 1977. m o ‘SAN FRANCISCO DE ASIS los pobres, y de este modo se justifies y se legitima @ Cor 8, 1314; 1 Tim 6, 18-19). ‘A ‘pesar de esta traduccién histériea de la radicalidad de Jesds, siempre se mantuvo en la Iglesia antigua, sin embargo, le referencia al «comunismo del amors (Troeltseh) vivido por los. primeros eristianos en Jerusalén (Hech 2, 42-47; 4, 32- 37). Aunque la gran mayoria era pobre y Ia Iglesia se carac- ‘erizaba sefaladameate como una comunidad de pobres, la pobreza colectiva quedaba aminorada por la solidaridad, la compasién matua y la ayuda caritativa, 4) Iglesia para los pobres A partir de Constantino y Teodosio, la Iglesia se ve abo- cada a asumir la diteccién hegeménica de la cultura occi- dental. Esto supoae ocupar el lugar del poder politica. La Tplesia se transforma de base en cipula, introduciendo una ivisién entre los simples fieles (plebs chiistiana), que siguen Siendo base, y la jerarquia eclesdstica, que se convierte en cl cuerpo de ios ilustres (nobiles), ¢s decir, en cipula. Para desempesiar sv nuova funcién bistérica, la jerarquia se alia con los poderosos de la sociedad y con cl Estado. De esta coalicién entre Iglesia jerdrquica y Estado (con las clases ‘dominantes en él sepresentadas) nace el fenémeno histérico- cultural Hamado cristiandad (15). La cristiandad es la resul- tante de la alianza entre Sacerdotium © Imperium. En esta forma de estructuracién, los pobres (a un mismo tiempo eris- tianos) se eneueatran abajo y al margen. Sin embargo, nunca facron olvidados. Evidentomente, Ta estrategia de la Iplesia jerirquiea esté condicionada por el lugar d= poder que ceupa. Loe pobres serin vistos casi siempre, aunque con notables ex- ‘eepciones, desde Ia perspectiva del rico, con lo que apstece como alguien inferiorizado, carente y objeto de accidn ca- ritativa, La estratepia politico-pastoral asumiré la forma de asistencialismo y paternalismo que habr de definir la aceién de la Telesia durante siglos, prdeticamente hasta el Vaticano TI (1962-65), Dado que se respetan los respectivos lugares s0- ciales, el del rico y el del pobre, cl asistencialismo no cues- tiona ia estructuracién de la sociedad; fo que hace es elaborar 15) La mejor obra, en et género pos parece, la de RE HAR. F, Mott dis chrcucnrd et naissande de YBqtSe, Pe His 8. 'U OPCION PREFERENCIAL POR LOS POBRES & una préctica de ayuda al pobre por parte del rico. La aecién no es una accién dialéctica que incluya al pobre y al rico, sino que va en un solo sentido, del rico al pobre, sin valorar s\- ‘quiera la capacidad de organizacin y transformaciéa que po- see el pobre (16). De este modo el asistencialismo se mani- fiesta como patemnalismo: el padre asiste al hijo pequefio lefenso. Fue con este espiritu con el que la Iglesia organizs luna impresionante red de hospitales, leproserias, asilos y di ppensarios como ninguna otra cultura histérica conoeida habia hhecho antes. Una inmensa pléyade de santos, desde San 26+ tico, conocido en la Tglesia oriental como el ‘enutricio de los pobress, hasta San Juan Boseo, San Joss M." Cafasso, San José Benito Cottolengo y, recientemente, la Madre Teresa de Caleuta, se han distinguido a To largo de la historia por su servicio desinteresado a los pobres (17). La cura pauperum encontré su formulacién en dos prin- cipios fundamentales que resumen Ia actitud asistencial de toda la Ialesia antigua: en primer lugar, el hombre debe ser considerado exclusivamente como el administrador de los bie nes de que dispone, nunea come propietario de los mismos, porque cl propietario sSlo puede sero Dios: en sepundo lugar, To que es superfiuo para el rico es necesario, para el pobre y, por tanto, Ia limosna constituye un deber de justicia ¥ no séio una expresién de caridad. (16) Esta afirmacién ha de entenderse en sui sentido ge- neral_y dominante. porque concretamente tambien, Hubo. com Glcitdequc pobre pce adarse.a # miemo, com ve en esta homilit de ‘San Basior Bebe clan de fa cle {ema (Prov 5. 1), es decir, considera te’ propios meds, ‘no ‘ebias el agua ajena, sino esfurrate,por ver'en tus propios Ths Rantiales el sustento de vida. Si-tienes vasos de, bronee, Topas, un caballo, algunos mucbles, véndles; acepta cuatauiet cosa menos perder tu ibertad. Podris decit-que es dif! sar ‘arlos a_subssta.. No golpees nuestra puertas, El puro. del Yvecino es’ siempre angosto (Prov 23. 27), Bs mucho melor see tistacer tus mecesidades con tu trataio que fevantarte Con el apovo del otro para en ‘semida perder todos tus bienes. St tenes con qué pasar. por que ino usas. tus recursos, Para aliviar Ta" miseria’ v 3i"eresineolwentey por gue sana Un Imal causando otro? No te pongas en mand del usurero, cue fe asaftand, nf te deies persemulr v prender como tna Presa: omitia Ht sobre el’ satmo 18: (PG. 28, 263s. ("La obra de referencia, bésica es él ya citado bro de MOLLAT!M. des, pauvres gu movendge'y Sa resumen err tio en BORE, Cl A"Oprdo Preferencat pelos Pobres.. (op. 7 ‘SAN FRANCISCO DE ASIS En el régimen do cristiandad, el obispo, a pesar de ocupar cl lugar del poder, era concebido como defensor ef procuraior auperum, como se ve de modo paradigmitico en las vidas de los obispos San Basilio y San Juan Crisgstomo 0 de los, papas San Gregorio Magno e Inocencio III (18). Los pobres pueden apelar a los obispos para que étos obtengan de los ‘cos el ejervicio del deber de caridad y de justcia para con os pobres (Ia denominada demuntitio evangetica) (19). El ceanon $0 de los Statuta Ecclesiae antigua llega a prescribi que «los sacerdotes deben rehusar los dones de los opresores, de los pobres» (20). El Concilio de Tours (567) es taxativo, fen su canon 26: «Los jueces y los poderosos que oprimen & fos pobres sean advertidos por su obispo. ¥ si no se eamien- dan, sean excomulgadoss, ‘La época inmediatamente anterior a Francisco es parti larmente importante con relacién a este tema de la pobreza. Es una época de eataclismos meteorolégicos, inundaciones, se uias. pérdida de cosechas, inviernos especialmente rigurosos ¥y mucha hambre (desde 1194 hasta 1205) (21). La entica sk tuacién favorece una vigorosa y valiente eflexi6n teoldgico- pastoral, como svele suceder en tales circunstancias. Se habla entonces do «los derechos de los pobres» y so llega afirmar (18) Fue el Papa con mayor poder en Ta Ielesia, con una pésima vistén de In existenela humana (cfr. De miseria humae Nae conditions), pero. con una especial sensibilidad hacia. fos Ppobres” Funds. Go! Roma el Hospital del spirits Santo ye Etmuld com Bolas a las frteridades dedieaaas a servir 4 Jos pobres. Rewslé a éstor los dones ofrecidos a In basilica de San Brdro v hbo momentor en los cue el slo alimentaba 2 cerca de 8000 pobres.al dia. Cle. TALLEMAND, L, Histoire de la Share Tht Paris 1906, p. 306; MOLLAT, NO” «Hospital et Sesistance au debut du Xtlfeme sites, en ta obra editada por Bo'Hlood, The'Poverty in the Middie'Ages, Wen/West. 1973, pp..3P34/ concretamente 38. (9). Cheech importante estudio del P. CONGAR, Y., «Una realidad tradicional Ta iglesia, recurso, de los débiles y los pobress, en Felise ef pauvrete, Paris 195, pp. 258266, Sani Ber Pardo ie recuerda al Papa Inoceneto If: St observa wuesteo Usher apostclico y In antigua costumbre, no podéis rechazar Ia Gavia don obrey nk sonear a fe poderonot Eorum qui pauperes opprimunt, donaria sacerdo refitanda: cf. ct otro ‘estudio, de’ CONGAR. ¥, sLos_blenes {emporates de 18. Telesia sogin ia tradicion ‘eoiégica y canoe Mica, en tise ef pauvreta (op cit), PP 238258, iy" Cie MOLLAT, M, Hespitaite ef assistance... (oP. cit), pp. 375 : {Us OFCION PREFERENCIAL POR LOS POBRES « mang Bel oi Serna oped ne dw ira erie oe oye deme Src BMGs hes ie So Samide ee we pe See ee cies eee ae 4 Baer iene amet Oe SN ee ant elo de SOL IESG Precept b Semele eh een messi Soran as Mom ese woh fs pean eet cent snd Mece aiee ae eee cos Hearne mse nao om, Sepa Seca tints ws pelne ores Sg st iat Sg cae sein be ene eset, Mate’ cio om fm ge io tern he om secon ac este ear is be it aera a i eas ate Si erect eet ei ees soi acca nds ens cherches sur le vol en cas d'extréme nécessité depute ta Cee, Gorda de Gratien (1140) jusqu'a. Gullaume d’amcerte {131 SE aie pe Ge cgi ea tm or tenes ie Cates tc , o4e iSite DEBUT op tes cy rs Say See Rae ee he etry Eis Eh ia dm ela te ene Sid ce tae ees Tena ae w ‘SAN FRANCISCO DE ASIS la imitacién de Cristo erucificado y pobre y en la vivencia radical de la pobreza. Son los patarinos, los pobres de Lyon, Jos valdenses, los albigenses, los humillados y otros muchos, todos fos cuaies se ponen al lado de los pobres, especialmente ‘en [as ciudades, y constituyen el movimiento tal vez més radical de toda Ta historia espirtual del cristianismo (25). Los mendicantes franciscanos, los servitas y fos dominicos son ex- presién de ese movimiento mas general. Con todos ellos se produce el paso de Ia liberalitas erga pauperes (liberalidad * para con os pobres) a la comversatio inter pauperes (convi- Yencia con los pobres). Ellos son los procursores y_patrones de la moderna opeién preferencial de la Iglesia por los pobres ¥ oprimidos. ‘Con el advenimiento de Tos Estados modernos, ta institu ‘cin de Ia caridad no queda adscrita de modo exclusivo a la Telesia, Los propios reyes y principes asumen la responsabi- lidad para con los pobres. Asi favorecen las cofradias de lai- fens que actiian en benefieio de los marginados, establocen los comedores de pobres, los montepfos, Ia reforma de los hospi- tales y la ereacion de Ta poticia de Tos pobres, con la idea de proceder a una seleccién entre los pobres laboriosos (artest- ros pobres) ¥ Tos gir6vagos, los sometidos a prision. a traba- jos forzados y hasta los condenados a la hora Con la revolucién industrial y Ta desestructuracin del or- ‘den medicval, ef problema de los pobres asume una gravedad ‘como nunca habla tenido anteriormente. Baste leer las pisi- nas de FI Capital, de Karl Marx, acerca de ta formacién his- {rica del capital y el casio social pasado por los pobres, so- ‘metidos a todo tipo de presiones y expoliaciones por parte det (05) La obra clésica, dentro del_ marco de una interpreta cidn iealista, e5 la de ORUNDMANN, Hy Refigiose Bewegun- (ger im Ml tzotaiger, Hildesheim 1961; cf. Iss eriicas de, FLOOD, By" SThe'Grondmann Approach to Early ‘Franciscan Poverty, en Franziskanische Studien 59 (977). pp. 311319: un vision SStermativa a Ia de Grundmann la offoce NELSON, JL «So- Giety, Theodicy. and the Origins of Heresy: Towards a ‘Reas: Scuctnent of the Medieval Evidences, en Schism, Heresy ond Religions Protest (ed. por D. Baker), Cambridge 1972. pp. 65 Fe UIPTLE, L. Ke fanis hermanos on Cristos (66) ¥ desde ellos organiza toda Ih forma de emender si propia vida, a Dios, & Cris st sentido de la fraternidad. = (62) Testamento, 3, 24; fs, TILEMANN, H., Studion zur Individuateat des Freiciskus: vow Assist, Leipaig Berlia. 19 Idttdual Assisi, Leipaig-Berlin 1974 (65) "Acerca de los diversos sentidos de, ‘mundo! en San rancisco, cfr, KOPER, Re bas Weltverstindnts des hi. Fram dislus son Assisi, Weri/West, 1959. (G6) ‘Espejo de perfeccian, 58 08 ‘SAM FRANCISCO DE ASS miserables, que_n0 poseen dinero alguno, ni siquiera el nee cesuria para. subsist. Reduce las posesiones al minimo: el ‘vestido, 10s instrumentos de orucién (el breviario), Jos wiles de trabajo (76) y los cbjctos sagrados pata guardar la euca- fist ero el ser humano no posce tnicamente bienes materia tes; tambign posce Bienes del espiritu (ciencia, dotes mati: rales, funciones que proporcionan honorabilidad, virtudes, ficilmente conquistadas...). Estos son los bienes més durade- 108 y_preciosos, porque son bienes personalizados, Francisco ae sagazmente en la cuenta de que también en este terreno puede medrar el espiritu de apropiacién que nos aparta de Ja comunidn eon los pobres y con el Cristo que se empobre- i6- para identificarse con los pobres. Consiguientemente, a Tas petsonas letradas que desean seguirle Tes pide que aban- donen In ciencia para ofrecerse desnudos en brazos det Crucificade» (77). Pide tambicn que nadie se apropie del mi- nisterio de 1a predicacidn (78), ni del cargo de supzrior, titulo ‘que no debe existir en la fraternidad, pucs el «guardin» debe Set como una madre, como quien lava Ios pies a los demi, cual auténticn siervo (19). Pecan contra la altsima pobreza quienes, aun siendo muy pabres, se permiten desprcciar «a los hombres que. vie~ ren vestidos de ropas delicadas y de color, usar de manjares y bebidas delicadss...» (80). Quien se irrita a causa de los Pecaklos de Jos demas (81), 1o que hace en realidad es eate~ Sorars y, por To tanto, peca contra la pobreza, porque se €an- vierte en farisco que no cae en Ta cuenta ‘de sus pronios, Pecaidos. Tamnoco es pabro of que, aun siendo eeloso y dado 4 la peniteneéa, es ineaoa7 de soportar critica aleuna, Ya cual te perturba v Ie invita (82). La verdadera pobreza va asociada 4 Ia humildad que todo lo (3). La verdadera pobreza so prueba en Ia obediencia, porque cen éita se ronuncia al don més precioso que Dios ha otorgado cada cual: la voluntad y la libertad. En la obedicncia no fe trata tanto de hacer la voluniad del otro limitada siempre por los imperatives éticos, sino de hacer de si mismo dona- ida al otro por obra del amor. “Hay, por titimo, una sutil manera de vivie en propiedad y, consiguientemente, de romper la fraternidad con alos ditimoss y con los demas hombres. Consiste en no alograrnos interior- imente de las propias virtudes alcanzadas, de los propios es- fuerzos por legar a la perfecciba, de la propia certera de ser ficl 2 Dios. Francisco esti muy atento a este tipo de apropin- cidn que significa wesconder el dinero de su Seflors (cfr. Mt 25, 18) (84), porque quien asi actia se olvida de referitlo todo al verdadero autor de todas las cosas: Dios. Fn Ja Resla no bulada hace una vehemente Hamada 2 sus hermanos: «Ruc+ 0 en caridad, que es Dios, a todos mis frailes, predicadores, oradores y trabajadores, asi clérigos como legos, que procuren hhamillarse en todo, y no se alorien ni huelguen en sf, ni teriormente se ensalcen de las buenas palabras y obras ni aun de bien alguno que Dios dice o hace y obra por ellos alguna vez» (85). No se apropie el hombre de Io que tan solo pertenece a Dios. La misma certeza de la propia salvacién rho es cosa nuestra, sino Gnicamente de Dios. Por mucho que nos ecupemos en ascender a El, «por sola su misericordia remos salvadosy (86). Tacluso huestro futuro esti en mans de Dios y no hemos de pretender ascguraro. ‘Con Ta fuerza que le da esta radicalidad, Francisco desi tima la apropiacin, alma del sistema capitalist, del siguiente modo: Ia apropiacién pretende lograr seguridad, perjudica Ja comunidad y al préjimo, se rige por las pasiones ¥ por el placer, hiere el alma, busca el propio interés, rebaja el valor (G2)_«Spludo a las virtudess, en Eseritos completos de San Praneiseo de Asis, B. A.C, Maisid 1943, pp. 6188. (8a) Exhortactin XIX. (83) _Repla mo-bulada, XVI; Tbidem: «Y demos todos los bienes al Senor Dios altisimo y' sumo, y recondzcamos que 10: dos son de Fl, y por todog le damos’ gracias, va que de Fl todos Tos. Bienes’ proceden. Y el mismo altisimo, sumo ¥ ver dadero Bios, tenga y le sean dados.-» (85) Regia no-bulada, XT. ; dice que de- ben mostrarse domesticos invicem inter se, como miembros de una misma familia, como verdaderos hermanos. Este es- piritw reconstruye el hogar que se ha abandonado por amor 44 Tos pobres y a Cristo pobre y devuelve la seguridad afec- tiva, a pesar de la ausencia de bienes materiales. En caso de necésidad, sin embargo, pueden usar de todos los humanos ‘manjaress, porque «1a necesidad no estd sujeta a ley> (104) Francisco esté por la pobreza, pero esti mucho mis ain por Ia Vida, con la sensatez que ésta exige ‘La misma sensatez manifiesta con respecto a los enfer- ‘mos: «los otros frailes les deben servir como querrian ellos mismos ser servidos» (105). Para quien vivia absolutamente ddesvalido, la comunidad de hecho lo sighificaba todo. A. pesar de su tono idealizante, Celano nos transporia a la vivencia de festa fraternidad de pobres, pero alegres y Ilenos de huma- nidad: +Deseaban verse reunides, aozaban en Ia compatia ¥y constituia grave pena para todos el separarse, aun por breve tiempo» (106). El despojamiento de la pobreza desembocaba en una gran fad para el amor y el gozo desinteresado de todas las cotas, Sélo puede eaborear el mundo, sin desnaturalizar Tas lades en él contenidas, quien renuncia al instinto de po- , Estas dejan entonces de ser amenazadoras y son in ‘troducidas en el mbito de Ia fraternidad humana. Como can- taba el gran pocta franciscano del siglo XIII, Fray Jacopone da Todi Povertate é nulla habere E nulta cosa poi volere E omne cose possidere En spirito de libertade. (OD Resta, VI: Resta no-butade, TX. (08 Resta: Vi: ‘Reeta'mobulads, Tt, La. misma frase se gpcuentra en ef famoso tedlogo. de ta época, Pedro el Cantor, Tnuon ex quatiuor, Ge nec exer solvens ieuniuan peccat, me silos cu no Rabel legen, manuserito fue pubicado I" Gs Let pauvres ont des droite, Roma Yosi, Sy t57. nota 17.” VP (08) Regia, VT; Regla nobulada, X, (106). 1 Cetano, 39 UA OFCION PREFERENGIAL POR LOS POBRES 119 5. El reto lanzado por Francisco El encuentro con Francisco produce siempre una sacudida antropolégiea, porque uno se ve frente a lo mas exigente, 10 ids excelso y lo més radical. En este sentido Francisco es un santo incomparable, segin el historiador_moderno Joseph Lortz (107); 0, eomo han dicho otros, el primero después det Unico (Jesucristo). De los diversos sentidos de la pobreza {que hemos definido més arriba, Francisco vivié sobre todo el tereero y el quinto, es decir, Ia pobreza como mode-de- ser-evangélico de disponibilidad total y la pobreza como ex- presién de amor a Ios pobres y en contra de su pobreza. La disponibilidad total la expresaba él siempre como minoridad, fs deci, tratar do ser siempre el ultimo y estar lo més abajo posible, para poder servir a todos, sin disputar a nadie el lugar 0 el poder. ¥ esto no es masoquismo, sino la forma de rolacién mis excelsa y capaz de crear en el oto libertad; Francisco y su agente poverellas vivieron este «minorismo> con toda delicadeza, pero sin servilismo; con alegrfa y sin ‘dolorismo, Y esta aciitad la viven tambign con respecto a Dios, ante el cual se siente Francisco wel miserable gusano, vuestro fafimo siervo>. 'No puede menos que asombrar Ia radicalidad con que Fran- cisco se identified con los pobres. Pero sélo el amor hacia Tos desheredados de este mundo fue capaz de hacerle perseverar ‘en esta irreprochable fidelidad, En aquellos pobres se encon- traba con Jestis pobre y por eso el amor humanitario se trans- figuraba en amor cristiano; en él Ja antropologia es pura teo- logia.y existologta ‘Como veremos en el préximo capitulo, 1a identiticacién con fos pobres no Ilevé a Francisco a organizar a dichos pobres en orden a conseguir superar su pobreza real. No se pacden pedir peras al olmo. La conciencia posible de su época no plan- teaba la cucstién en Ios términos politicos y sociales en que hoy lo hacemos y debemos hacerlo si queremos obedever a nuestra propia conciencia posible. "A pesar de lo cual, Francisco Mevé a Tos pobres una ine conmensurable liberacién. Lo que hace que la pobreza sea inhumana no es sélo la falta de satisfaccién minima de Tas necesidades fundamentales. Es también el desprecio, ef rechae (07) Der unvergleichicke Heilige, Diisseldoré 1952. 18 ‘SAN FRANCISCO DE AIS zo, el enclaustramiento de la convivencia humana y Ia cons- tante introyeccién en los pobres de una imagen del pobre negativa y desacreditada, elaborada por cierto por las clases ‘no pobres. Y el pobre acaba creyéndose abyecto y despre- ciable: nadie esté a favor de él; a suerte y los hombres le than sido adversos. ‘La liberacién que trae Francisco radiea en el hecho de que i, joven rico perteneciente a la flor y nata de la sociedad Dburguesa de Asis, ha asumido la situaci6n de pobre y vive como un pobre. Sirve a los pobres, los toca, los besa, come con ellos del mismo plato (108), siente el ‘contacto ‘de su piel, establece una comunién de los sentidos. Tales contactos hhumanos humanizan Ia miseria, porque se devuelve a los po= bres el sentido de su munca perdida dignidad humana, aunque sea negada por la sociedad de «los sanoss. Francisco quiso, gue su fraternidad de hermanos estuviese abierta al mundo de los pobres; entendié que era ta voluntad de Dios que perma- neciera en el mundo y no se retirara al desierto ni se ence- rrara en un convento (109). Estas pricticas de Francisco encie~ ran en sf una protesta yun acto de amor. Es una protesta ‘contra una sociedad que aparta de si a los pobres y los man- tiene en las inmundas periferias; por eso el movimiento de Francisco va del centro a la periferia: las pequetias iglesias gue reconstrayé y los lugares en los que vivian los primeros. {rales estaban todos ellos localizados en las afueras de Ta ci dad de Asis: San Damidn, la Porcitincula, Rivotorto, Le Care ceri... Pero se trata, sobre todo, de un acto de amor, pues zo sélo se compromete com los pobres, sino que, abandonan- do Ia tienda de tejidos de su padre, se solidariza con ellos has ta identificarse con su situacién, viviendo como ellos, Francisco dejé para la posteridad un grave interrogante: puede una colectividad vivir, como é1 pretendié, In utopia evangélica de una radical pobreza como forma de establecer una plena fraternidad? od ‘Sabemos que él y su primerisima comunidad vivieron de moda heroico y hasta frenetico esta aventura evangélica. Es- taban dotados de la suficiente carza de Eros mistico. huma- no y evaneélico come para resistr a ta incxorabilidad de las fuer2as historicas contrarias. Pero sabemnos también que toda. 108) Cte. 1 Celano, 17; Espejo. de perfeccién, 58. 195) Bucncvennva, iii? words, XV. 1A OPCION PREFERENCIAL POR LOS POBRES 18 a historia posterior del franciscanismo, comenzando ya. des- de Jos wiltimos aiios de la vida de Francisco (110), se movie cn otra direcci6n, abandonsindose progresivamente la pobre- ‘zi como ideal de identificacién con Ja vida absolutamente preceria de los pobres y pasando a un cierto equilibrio- del cconcepic de pobreza como camino aseético y mistico de iden- tifieacidn con la pobreza del Dios encarnade, que siendo Dios se hizo hombre, y olvidando un tanto que, siendo Hombre- Dios, se hizo voluntariamente pobre (111) No se trata de una traicién al fundador, ni de mala vo- luntad, ni de una acomodacién debida a Ia medioeridad. Lo ‘que hubo fue una «domesticaci6ns por imperativo de la his- tora (112), Desde el momento en que e] carisma personal de Francisco se transformé en un movimiento, surgié por ine= xorable necesidad, nolens volens, la necesidad de organizaciga, con el inevitable 'y Tépico eorolario do la sensatez de la ra- cionalidad y el sentido de viabilidad en funcién de los mas dlébiles. De este modo Francisco tuvo- que aceptat, sin en tenderlo demasiado, la necesidad de normas, de noviciados, de casas de formacién, més en orden a impedir los abusos ‘que a suscitar el carisma, Fl movimiento desemboos en una Orden religioss que se sumé a Tas ya existentes, Y al ser una Orden aprobada por Ia Sede apostélica, se vio obligada a definic su lugar dentro de la dindmica global de la Ielesia de su época. Fue ciertamente obra del fino sentido religioso de los papas Gregorio IX y Honorio 11 el haber respetado al iximo las intuieiones originales de Francisco. Pero. a pesar de esto. ta Orden tuvo que dejarse cooptar por las exigencias de aguella estructura, més amplia y mas honda, del proyecto eclesial que venia siendo puesto en prictica desde el tiempo de Gregorio VIT (1073-1085) y cuyas raices, sin embargo, se fencuentran en el giro constantiniano del siglo TV. Como ya Indiedbamos mas arriba, la Telesia era una Tolesia en séeimen ile cristiandad. Lo cual signfiea que ocupaba el lugar del po- ler politico, econémico y religiose predominante en el modo tle produccién feudal. F que esté en ef poder esti también condenado a ejercerlo segtin la légica de todo poder, el cual, (110) K, ESSER ofrece wna buena visién de conjunto en Origens e Espirito Primitivo (op. eit), pp. ISD218. Git) “ROTZETTER, A. Die Finskilon der framziskanischen Dewegung_in der Kirche, Tau. Verlag, Soiea 1917, pp. 38229, (2) FLOOD, D.sDémestication ‘of the Francisean Move: ments, en Franziskanische Stuaion 60 (1978), pp. 311327 {de entrada, establece ya una primera y fundamental division entre los que detentan el poder y los que no poseen poder alguno. Por definicién, los pobres son los sin-poder (Impotens por lo tanto, se encuentran al margen de! sistema del poder. Ea Iglesia en régimen de evistiandad jamas podré ser una Tlesia do pobres: a lo mas, y sies fiel su dimension evan- gélica, se comportara estructuralmente como una Iglesia para Jos pobres. El franciseanismo, que de acuerdo con su intuiisn, otignal se present6 al mundo como una vivencia del evans liga partir de Tos pobres y con los pobres, tuvo que expe rmentat, a lo largo del inevitable proceso ‘de domesticacion ‘que se de dentro de fa Iglesia, una violents transformaciéa: Se vio obligado a espiritualianse y a traducir sus précticas Fistéricas de soldaridad con los pobres dentro del mundo de Tos pabres en practicas de solidaridad para con Tos pabres dese de ¢} lugar de los ricos, El franciscanismo jarnés olvidard sus facntes, que son los pobres: pero su presencia en medio de clos se verifier desde ef lugar histGrieo-social de 1a Iglesia, aque es un lusar do poder. ¥ desde el poder se relaciona con Jos pobres. En lugar de scr una relacién de identificacién, como era ia de San Francisco, pasar a sor una relacién de asistencialismo y de paternalismo, “Hoy son distintas fas condiciones histéricas y teotbgicas. La Ialesia ya no se ve solicitada por los poderes de este rmundo_para gue ja con ellos Tos rambos del devenic hu mano. Hemos heredado una Talesia que se ha sentido con fusrzas para hacer una opeién preferencal y soidaria por fos ppobres y que hoy puede efectivamente querer ser una Tele~ Sia de los pobres y. desde los pobres, de todos Tos hombres abiertos al mensaje del Evangclio, Pucbla, en 1979, ha con: Sagrado esta opeién de valor y la ha hecho sacramento para toda la Ielesia Universal Con su opcién por los pobres, Puebla constituye una for- anidable interpelaci6n al espfrita franciseano, Ante todo, nos, hace recuperar el sentido primitivo de la opcin de Fran cisco por fos pobres, con Tos pobres y como. los. pobres. En segundo lugar, nos dsatia a que hagamos una Tectura extica de las aetuales formas de vivir Ia pobreza dentro del movi- miento franciseano mundial en la herencia de Ia coontacién por Ia Telesia en résimen de crisiandad. Afirma Puebla: «Es Importante que revisemos comunitariamente nuestra comunién ¥-participacisn con los pobres, los humildes y los pequetis, 1A OGION PREFERENCIAL POR LOS FOBRES 17 Seré necesario, por tanto, escucharlos, acoger fo més fatima de sus aspiraciones, valorar, diseernir, animar y corregir, con el deseo de que el Sefior nos gufe en la tarea de hacer ef va Ia unidad con ellos en un mismo cuerpo y un mismo es pititu. Lo cual exige de nosotros... despojames fatima y efee- ramente, segin el Evangelio, de nuestros privilegios, nivestros modos de pensar, nuestra ideologfas, nuestras relaciones pre ferenciales y nuestros bienes materiales» (nn. 974-975). ‘Como se ve, es una invitacién a la convérsién al carisma fundacional de Francisco. Si en otro tiempo el espiritu fran- ciscano fue inexorablemente cooptado por el proyecto civi- lizador de la Iglesia feudal, hoy se impone a Tos franciscanos dejarse agarrar por el nuevo espiritu de la Ielesia, que en ‘érminos evangélicos es mucho més vigoraso y transparente que ef del poder (113). Es preciso volver a vivir Ia pobreza franciscana como solidatidad y compromiso con Jos pobres. En el siguiente capitulo vereimos con mas detalle esta exis sgencia, Pero, independientemente del modo en que los franciscanos. resuclvan para sf mismos su fidelidad al carisma del Poverello en el contexto de una Iglesia y una sociedad profundamente modificadas, la vivencia de la pobreza de Francisco plantea lun gran reto antropoldico y social. Es bastante comin ad- mitir que las formas sociales con clevado grado de participa cidn s6lo son histéricamente posibles @ condicién de que pre- Viamente se constraya una infraestructura capaz de crear abundancia, Hablando en los términos de la problematica Actual, el auténtico socialismo democritico (distinto del que fe practica en el Este) sélo seria viable en el supuesto de que el cavitalismo hubiera desempeftado ya suficientemente su misién histérica, que consistiria en Tevar a cabo una ver- dadera agifizacién ¥ animacién de todo e} proceso productivo, fen orden a crear Tos bienes aue habrian de ser socializados para todos, tanto al nivel econsmicg como al nivel politico 9 cultural. La construccién del socialismo slo seria real sobre Ia base de una sociedad de abundancia, De lo contratio, como hha demostrado la historia. el socialismo degenera en el tota- tarismo de Estado, con su burocracia, su partido y su ejé- ‘ito que impiden ta participacién colectiva del pueblo. (13) Cte. mi pequefo estudio: BOFF. L., Pueblas Heraue forderimg ani die Franziskaner, Bonn 1980, 18 ‘SAN FRANCISCO DE ASI Lo realmente extriordinario del intento de Francisco fue 4quetraté de vivir una plena fratrnidad con el presupuesto de tina pobreza voluntariamente ssumida para estar Junto alos pobres y coastruir cou ellos uaa sociedad verdaderamente co- ‘iunista en ef sentido biblico de Ia palabra. No seria, pcs, un Ssocilismo de la abundancia, ino de la pobre. Este inteato de Francisco presupone pensar y oonstrur todas las relaciones hhumanas a partir siempre de los que menos tienen y con la coastante preocupacién por los qu menos son. El pobre es consideredo una manifestcién de la diviidad. Esta pespece tiva, de por sf wadicional en cl cristianismo, jams aleanz tuna confguracién social o cultural, sino que. quedé siempre Vineulada a la meditaciSo religion ya 1a caridad insprada por la misma, En algunas tribus de Africa en las que lost {is son considerados como una constante manifestacion de la Sivinidad, todos los adoptan como a hijos y se_consideran padres y madres de ellos; la sociedad los ha interado, log hia humanizado y os ha salvado como personas humanas, all cantrario de lo oearrdo en nuestrae sociedades, que siclen trojar fuera de sta los pobres y 4 los que hieren Ta general senstbiidad. El proyscto de Francisco s6lo parece histricamente reall zable 2 nivel personal o de poquefio grupo. Yello. porque ‘icho proyecto presupone un talante iio, humanitano’ ¥ nistico imposible de fograr por parte de toda una colectivi ad. Francisco era conseiene de fo inutado de su experiend Gay sc lama a sf mismo epazzuty, Ioeo (110), expreida qu paiece muchitimas veces en los esrits de ia epoca (113) Pero es preciso consierar con respecto.a que se considera él loco». No es con respecto al Evangelio y aos ieates de la predicacion de Tesi de una radical fratemitad con todos Ia Fombres, sino con respecto ala cordura Va la senatez de la historia, que, ala hora de los conflicts de intereses,prvile ia por encima de todo la vabildad. Sept Ia sensater hist ‘ea la fratornidad humana solo es pose sobre ln base de abundancia. Pero Francisco pasa por encima de semejante ra ‘lonalidad, Taflamada de Bros y de Patho, trata de realizar l fraterniad all donde. no se dan las condiciones sobjetvas J sensatas para intentalo: en medio de los pobres y con fo (18) Levenvda Perusina, 16 (115) Gr Espejo de perfeccion. 63; 2 Celano, 30: 1 Busnal ventura, XT, 3) Leyenda de los Tres Compateros, VI, ete 1 OPCION PREFERENCIAL POR LOS POBRES 0 pobres. ¥ con esta slocuras instaura oto tipo de sensatez: Ja Ssensatez de la utopia, la racionalidad propia de) principio. esperanza, la légica del deseo infinito. Este sui coraje para lo imposible, vivido coa absolute se- riedad, pero sin fanatismo ni odio de tipo alguno, es 10 que constituye el hechizo de Francisco. Por encima de la tragedia (que con tanta frecuencia se manifiesta en la historia —lo cual demuestra la Timitacién de la sensatez de la viabilidad historica—, siempre permanece el desafio que encarnan los trandes espfritus. como ef de Francisco, que se han atrevid 4 ereer en las utopias, ¢Valié la pena su intento? El mas grande poeta de lengua portuguesa, Femando Pessoa, nos da Ja clave para comprobarlo eWalié la pena? Sempre vale la pena: ‘cuando el alma no es pequefa.

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