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Durante siglos se ha creído que el iniciador del haiku es Matsuo Basho, y pocos se han
cuestionado esta afirmación. El problema de fondo ha sido escasas traducciones de otros
autores. Con esto no queremos restarle importancia a la obra de Basho, simplemente se
pretende ampliar el horizonte, tener otras miradas con respecto a este punto.
Es por eso, que cuando aparece el nombre de Ueshima Onitsura no es indiferente. Sin
embargo, este poeta puede considerarse el verdadero padre del haiku. Según Blyth,
citado por Haya, Vicente (2009) en la separata que acompaña al primer libro traducido
de Ueshima Onitsura, no solo al español sino también traducido por primera vez fuera
de las fronteras de Japón: “Onitsura compuso el primer haiku de verdad”.
La diferencia radica en que Onitsura empezó a escribir desde una edad más temprana,
apenas a los siete años de edad. En cambio, Matsuo Basho inicia en el mundo del haiku
a una edad madura ya en la adultez. Es necesario destacar la labor editorial y de difusión
por parte de Miraguano Ediciones, editorial que tienen su sede en Madrid y que cuenta
en su catálogo con varias joyas de la literatura japonesa. Este poeta ha sido —
injustamente— el gran ignorado de la historia. Tal vez esto se deba a que varios de sus
libros no se han hallado, se han perdido en la memoria y el tiempo. Otra de las razones
es que Onitsura nunca tuvo discípulos a diferencia de Basho que dejó escuela.
Ueshima Onitsura vivió y creció en la ciudad de Itamia en la provincia de Hyôgo. Su
familia se dedicaba a la fabricación de sake y él era el tercer hijo. A la muerte de su
padre sería el hermano mayor el que llevara las riendas del negocio familiar. Debido a la
bonanza económica de la zona por la venta de sake, al poeta le tocó presenciar una serie
de cambios determinantes para lo que sería su formación. Empezó a estudiar haikai
desde temprana edad, debido a que entre los años 1673 y 1674 la familia Onitsura invitó
al maestro Ishû y a su discípulo Sôtan Ikeda. Este último se quedaría en casa la familia y
fue así que en la ciudad de Itami empieza la “Era del Haiku”, y será precisamente este
poeta el primer maestro de Ueshima Onitsura. A la edad de 18 años participa en la
colección gogin gohyakuin que tuvo por título Tôryû Kagonuke, aparecida en 1678.
Como ya hemos mencionado, libros de Onitsura aún no han sido hallados, entre los que
tenemos Enôroku (1680), Suika mitsu (1681) y Arima Nissho (1683). Ese mismo año
aparece Sannin Dako. Además, no solo se dedicaba a la creación, también reflexionaba
sobre este proceso y en el libro de teoría del haiku que alcanzó una gran cantidad de
lectores en la era Edo y que constaba de dos volúmenes titulado Hitorigoto (1718)
escribe: “En la primavera del segundo año de Teikyô (1685) me di cuenta de que sin
autenticidad (makoto) no había haiku”. Esta serie de publicaciones dan cuenta de la
enorme labor que realizaba Onitsura junto a sus compañeros de generación, bajo la
atenta mirada de Sôtan.
Ueshima Onitsura era un gran admirador de la antología titulada Man'yôshû, que es la
colección más antigua de poesía y canciones japonesas. También leyó el Kokin
Wakashû, y tenía especial admiración por un de sus compiladores: Ki no Tsurayuki.
Este respeto hizo que Ueshima tomara parte del nombre del maestro para su seudónimo.
Es así que precedido de un “Oni” que significa “diablo”, toma el “Oni no Tsurayuki”,
que resumió en “Onitsura”.
En el año 1690 edita Taigo Monokurui, que deriva de taigo (gran satoria = comprensión
de la realidad) y monokurui (locura). Ya por esos años Onitsura trataba de alejarse del
juego de palabras que utilizaban otros poetas, se aparta de la técnica literaria y utiliza
un lenguaje extremadamente sencillo y coloquial, equilibrio al que solo llegan los
virtuosos y audaces. No hay pruebas que señalen que Matsuo Basho y Onitsura se hayan
conocido, lo cierto es que tanto el uno como el otro sabían de su existencia. Incluso era
insigne la frase: “Basho en el Este y Onitsura en el Oeste”. Estas palabras hacían
referencia a los lugares en los cuales vivían cada uno de ellos.
En años posteriores vendrían varias publicaciones como la del año 1692 cuando aparece
Meshi. Después vienen Hotoke no ani (1699), Sambishu (1703) y también Ineakeyo
(1709). Los originales de los dos últimos libros mencionados, no han sido encontrados.
Onitsura era un poeta consciente de su trabajo y una vez finalizado su ensayo
Hitorigoto, comenzó a reunir y corregir su producción poética bajo el título de Satoe
nanakuruma, que pretendía reunir los 800 mejores haikus escritos hasta sus 67 años. En
1732 edita Nanakuruma shûi, que es la producción posterior al año 1728, cuando el
poeta tenía 72 años. Constantemente estaba corrigiendo sus libros, era un trabajador
incansable. Onitsura, se vio sorprendido por la muerte el 2 de agosto de 1738, a los 78
años de edad. Antes de morir escribió su jisei, es decir, su “poema de muerte”:
¡Devolvedme el sueño!
Me han despertado los cuervos
La neblina de la luna
Breve selección poética
De PALABRAS DE LUZ
(Traducción a cargo de Yoshihiko Uchida, Vicente Haya y Akiko Yamada)
Primavera
El canto verde
del ruiseñor
en la copa del árbol
Al alba,
en la punta de las hojas de la cebada
escarcha de primavera
Día de primavera
en el jardín se bañan en arena
los gorriones
La lluvia de primavera
ha descargado hoy
como si no fuera a haber más días
El ruiseñor
cagando en una ramita
de ciruelo
Saku kara ni miru kara ni hana no chiru kara ni
Sobrecogido de asombro:
mientras lo estaba mirando
el cerezo ha florecido
Verano
En un jarrón roto
floreció frágil
la blanca flor de los pantanos
Setos de matorral
Por entre las estelas funerarias
vuelan las luciérnagas
Ha llegado junio
Para escuchar el silbo del viento
me voy a mi aldea natal
Cae un chubasco
En las estrellas funerarias que leemos,
las caquitas de los pájaros
Canta el cuco
desde el fondo del arrozal
y su canto resuena en el cielo
Discurre el agua
Cantan las cigarras en el bambudal
Templo de Sôkokuji
Otoño
El cuerpo,
oculto antes en la oscuridad,
ha recibido esta luz
Chirría el grillo
Junto al fogón
duerme un gato
Este otoño
contemplo la luna sin mi hijo
sentado en ms rodillas
¡Devolvedme el sueño!
Me han despertado los cuervos
La neblina de la luna
Invierno
¡Este frío
hace florecer
palabras de luz!
3
Es el jisei (“poema de muerte”) de Onitsura al despedirse de la vida, el día 2 de agosto de 1738, a los
setenta y ocho años.
Hasta las hojas de los árboles
tienen un sonido nuevo
al despertar
En el molino de agua
el sol naciente da sombra
a los carámbanos
He comido
un “pescado globo”, y después
ha nevado
4
El sasaguri es una pequeña castaña silvestre.
Referencias
Onitsura, U. (2009). PALABRAS DE LUZ (Tomoshibi no kotoba). (Y. Uchida, V. Haya, & A.
Yamada, Trads.) Madrid: Miraguano Ediciones.