Trabajo de

Resumen de la D.V

Docente
Pbro. Alexis Díez

Materia
Propedéutica Bíblica

Alumno
Wilder Alexander Alarcón Ospina

Seminario Mayor Juan Pablo II

 Constitución Dogmática
DEI VERBUM
Sobre la Divina Revelación

La D.V es la segunda constitución del Concilio Vaticano II, que se desarrolló el 18 de

noviembre de 1965 por Pablo, obispo de la Iglesia católica. El concilio se inició en el
Papado de San Juan XXIII y el Papa Pablo VI (concluyo).
En esta constitución se nos habla de la importancia de la Palabra de Dios para todos los
cristianos y como éste es el conductor que nos comunica con el Padre y el Hijo por medio
del Espíritu Santo. “Por tanto, siguiendo las huellas de los concilios Tridentino y Vaticano
I, se propone exponer la doctrina autentica sobre la Divina Revelación y su transmisión,
para que todo el mundo, oyendo, crea el anuncio de la salvación; creyendo, espere y
esperando, ame…” (Proemio D.V)
La D.V esta divida en seis capítulos donde se desarrollará todo con respecto a la Divina
Revelación.
Como primer punto, Dios es el que se revela al hombre y quiere dar a conocer el misterio
de su voluntad (D.V 2); Dios invisible habla a los hombres como amigos, movido por su
gran amor; Dios se revela con gestos y palabras para así confirmar la doctrina y los hechos
significados por las palabras, dando como revelación plena a Cristo siendo el mediador del
hombre.
Preparación a la revelación evangélica
Dios crea todo, el hombre cae en el pecado y se da una ruptura, dando paso para que
inicie un itinerario para el camino de la revelación plena por medio de su Hijo.
Tenemos en primer lugar a Abraham, padre de la fe, posteriormente encontramos a
Moisés y la alianza entre Dios y su pueblo escogido; por ultimo los profetas que
anunciaran y prepararan el camino del Evangelio.
En Cristo culmina la Revelación
Cristo es la voz viva que resuena a través de los profetas y culmino cuando “la
Palabra se hizo carne” dándose así a conocer en el mundo para llevar a cabo el
polan del Padre pasando por la pasión, muerte y resurrección; enviando el espíritu
Santo y dando así por completa la revelación. (D.V 4)
Para recibir la revelación de Dios, es necesario tener fe, y para ello necesitamos ayuda del
E.S, somo libres de escucharle y recibirle en nuestras vidas. En la Revelación Divina Dios
quiso manifestarse a sí mismo y enseña que hay que atribuir a Su revelación.
 Transmisión de la Revelación Divina
Como bien se conoce, la Palabra de Dios es inspirada, para tener en nuestro tiempo
la S.E primero logramos ver en la historia que hubo primero una tradición oral, eso
lo notamos en el A.T, como se transmitía la historia de los primeros padres, luego
Dios fue inspirando al hombre para que toda esa tradición quedara por escrito.

En Cristo se consuma la revelación total de Dios, por eso mando a los apóstoles que
anunciaran a todas alas naciones el Evangelio; y para que su anuncio se mantuviera
y se conservara, los apóstoles establecieron como sucesores suyos a los obispos.
(D.V 7).
La tradición que ahora los apóstoles conducen, progresa con la asistencia del E.S (D.V 8);
por esa misma tradición que se ha conservado podemos conocer el Canon de los libros
Sagrados, obtenemos así que la tradición y las S.E están íntimamente unidas y
compenetradas (D.V 9)

Inspiración divina de la Sagrada Escritura y su interpretación

Dios es el autor principal de las S.E, siendo el E.S quien inspira al hombre. Los textos
sagrados tienen diferentes géneros literarios tales como, histórico, profético, poético. La
S.E hay que leerla e interpretarla con el mismo Espíritu con que se escribió para sacar el
sentido exacto de los textos sagrados. (D.V 12)
Dios se acomoda a la capacidad del hombre, para poder el realizar el proceso de la
inspiración y así conocemos la inefable benignidad de Dios.

El Antiguo Testamento
En esta constitución se realza la alianza de Dios con el pueblo de Israel, como manifiesta su
amor infinito y su misericordia, conocemos la historia de los patriarcas; la ley con Moisés y
esa unión del A.T con el N.T por medio de los profetas.

Nuevo Testamento
La palabra divina, que es poder de Dios para la salvación de todo el que cree, se presenta y
manifiesta su vigor de manera especial en los escritos del N.T (D.V 17). Los evangelios
tienen origen apostólico y la Iglesia los defiende ya que los apóstoles predicaron el mensaje
de salvación.
En el Canon del N.T aparte de los cuatro evangelios, encontramos el compendio de las
cartas de San Pablo y otros libros apostólicos escritos bajo la inspiración del Espíritu Santo
(D.V 20)
 La Sagrada Escritura en la vida de la Iglesia
La S.E recibe una veneración y es de suma importancia para el cristiano, éste ha tenido un
leve cuidado al momento de que se tradujo en la lengua vulgata, teniendo en cuenta la
traducción griega de los LXX. Se conserva mucho la Tradición donde se contempla en
plenitud el Misterio de Cristo.