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130 La ética existencialista devolverle explicitamente al ser huma, siglo XX, también surge una pos! yn que viene a 7 e nt fin ic feeb iy total de su accion mora, Se trata del existencialismo, que tiene en el filsofp ea desus mas reconocidos representantes. En lineas gene. fr Jean-Paul. Sartre (1905-1980) ‘uno le 4 : ET para comprender el contexto dela ética sartreana, digamos que la posici6n existencialista rare Yate idea de que, enlos hombres, la exlstencla precede a la esencia.{Cémo entender sein afirmacion? La esencla de algo puede definirse como el conjunto de caracteristicas que hacen que ece algo sea precisamente eso y no otra cosa. La esencia de la mesa no es mis quela cama de todas las caracteristicas que hacen que sea una mesa (y no una slla oun pizarron, etc), yen a filosofia clasica se ha identificado a la esencia con el plan 0 la forma que tiene en mente eiConstructor de algo al hacer ese algo. Todo aquello que presente el conjunto de caracteristicas con las que identificamos a una mesa sera, precisamente, una mesa, y aquello que no posea esas caracteristicas ha de ser otra cosa, pero no una mesa. En la medida en que la esencia est contenida en la defini- cién de cada cosa -cuando definimos algo, expresamos su esencia-, se dice que ella es universal: definir la silla es definir todas las sillas, Por otro lado, como nadie podria fabricar una silla sin tener en cuenta su con- cepto, debemos decir que la esencia de los objetos es anterior a la existencia concreta de ese objeto (es preciso que la esencia de la mesa esté presente en la mente del fabricante antes de que, efectivamente, ta fabrique como un objeto concreto) Volviendo a la maxima de Sartre, lo que esta afirma es que, a diferencia de todos los objetos fabri cados -los cuales se producen siguiendo algtin modelo o plan previo-, el ser humano no tiene un paradigma, un modelo o una esencia que exista con anterioridad. Sartre sostiene que no hay una naturaleza o esencia humana sino que el hombre es su propio proyecto, Primero existe -nace, y es “yecto”, arrojado al mundo sin haber pedido nacer- y recién mas adelante va determinando su esencia, de acuerdo con sus propias elecciones. Todo ser humano se encuentra, desde un principio, en este mundo, sin haber elegido nada: ni su condicién social, econémica, politica; ni su circuns- tancia, ni su familia. Pero a partir del momento en que comienza a actuar, todo lo que sigue esuna eleccién suya. Nada de lo que el hombre hace esta predeterminado o preestablecido. Cada hombre es tal como se concibe a si mismo, razén por la cual es el unico responsable de su existencia. Tal como dice Sartre: “El hombre es el Unico que no solo es tal como él se concibe, sino tal como él se quiere, y como se concibe después de la existencia, como se quiere después de este impulso hacia la existencia; el hombre no es otra cosa que lo que él se hace. Este es el primer principio del existencialismo”. (J-P. Sartre, El existencialismo es un humanismo.) El hombre esta “condenado a la libertad’, dice Sartre; y con esta frase tan paradéjica nos quiere decir que todo el tiempo estamos eligiendo y no puede ser de otra manera. Aun en el caso de que decidamos no decidir, y que otro lo haga por nosotros, Sartre nos diria que también estamos d& cidiendo ponernos en manos de otro para que nos diga qué hacer y decidimos obedecerlo. Incluse si queremos proponer un caso sumamente extremo y pensamos que nos quedaremos encertados ad mopuLo 3 7m Bw —— definitivamente en nuestra casa -si esto fuera posible- para no decidir nada mas, esto también es fruto de una decision, y a ella le seguirdn todavia muchas otras, 2 ‘Ahora bien, a menudo los seres humanos consideran que la vida sefiala, indica, da signos de lo que sedebe hacer o de lo que se debe evitar hacer. El hecho de que siempre desapruebo los examenes, ino es un signo evidente de que debo abandonar la escuela o dejar la carrera universitaria que ‘comencé? Cruzarme al sacerdote en la calle anteayer, ayery hoy, :serd una sefial de alguna clase? iNo hay algo que el destino quiere decirle a esa mujer, tres veces divorciada, a través sus constan- tes fracasos matrimoniales? Muchas veces los seres humanos disfrazamos nuestras conductas de respuestas a esos signos, que en rigor no son sino interpretaciones de lo que pensamos, lo que creemos, lo que consideramos que es lo correcto. Pero segiin Sartre, estos supuestos signos no estan inscriptos en ninguna realidad; si asi fuera, tendriamos que aceptar que existe una re superior -una divinidad 0 un destino- que envia esas sefiales para indicarnos lo que tenemos que hacer. No hay que engajiarse: todo esta ~a juicio de Sartre- en nuestra decisién: mejorar los resultados de los examenes estudiando més, yendo a la iglesia cuando a cada uno le parece apropiado ir, 0 eligiendo mejor al marido. Entonces, todo hombre se elige a si mismo y cada cosa que concreta se vuelve parte de su proyecto subjetivo, es “un proyecto que se vive subjetivamente”’ por'o tanto, su esencia se conforma de acuerdo con sus propias decisiones. Sartre aclara queno necesariamente somos lo que queremos, porque normalmente concebimos este “querer” como un deseo consciente, y nosotros somos lo que hacemos de nosotros. Somos accién y no lo que, de manera abstracta, decimos querer ser. Si alguien se pasa la vida diciendo que quiere pintary hacer cursos de pintura, pero después pasa todo su tiempo ocupandose de otras cosas y no dando nunca lugar a la pintura, Sartre le diria que en realidad no quiere pintar. En este sentido es que nuestro proyecto es lo que hacemos, no lo que decimos querer. Una de las cosas mas importantes que se desprenden de esta posicién es que, como laesenciatiene caracter universal -no puede haber una esencia de lo particular- la elecci6n que toma cada indivi- duo vale para toda la humanidad. Sartre nos dice que “eligiéndome, eljo al hombre”; es decir que todas las decisiones particularesy subjetivasimplican que prefiguro una imagen dehombrequenos trasciende a cada uno en lo individual. Por esta cuestion, porque al elegir, se eligealhombre-dicho de otro modo: “se define al hombre”-, cada uno siente angustia ante toda decisién. La angustia, por lo tanto, es algo natural para el hombre, cada vez que se reconoce como un legislador de la humanidad. El reconocimiento de la responsabilidad de cada hombre, frente a sus decisiones que conforman el universal hombre, produce esa angustia. Legisladores somos cada uno de nosotros. al decidir lo que est bien y lo que est mal, y al actuar en consecuencia, Sartre es consciente, por otra parte, de que la angustia no es un sentimiento compartido por todos los seres humanos. Esto es, segii él, porque viven de manera inauténtica y se engafian a si mismos, al no aceptar que lo que eligen para si también deberian querer que tuviera validez para el resto de la humanidad. Para Sartre hacer algo deshonesto y excusarse diciéndose auno mismo que se trata de una falta menor es mala fe: se trata de una actitud completamente inauténtica pues implica hacer algo que esta mal incluso para el mismo agente, pero negando el cardcter malo de la accién procura evitar la angustia que traeria responsabilizarse por ella ~ a ~

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