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¿Cómo ha sido la reacción de los caricaturistas ante el hecho de Ayotzinapa? ¿Cómo es el lenguaje que
utilizan para criticar y representar un hecho tan lamentable? ¿De qué manera las expresiones modifican su
sentido por una noticia trágica, entre la burla y la solemnidad?
En la caricatura política, los autores advierten el uso del lenguaje en el habla de sus personajes en un
contexto. Así, observamos cómo cada personaje emite la palabra en determinada acción y lugar, y de qué
manera el cartonista la recrea para un efecto de sentido específico.
El sentido llega a perder su esencia por el uso de la palabra, por el interés político y de los medios. En el
caso de Ayotzinapa, palabras como normalistas, estudiantes, diálogo, reformas estructurales, desaparición,
muerte, fosas y horror, adquieren un nuevo significado según el tratamiento que le da la noticia, la
interpretación del cartonista y la recepción del lector en determinado contexto.
Héctor Tajonar, en un artículo de Proceso (núm. 1984), reflexiona también sobre el proyecto del gobierno
priista, como un falso optimismo ante el horror que está viviendo el país.
AUTOCOMPLACENCIA VS. REALIDAD
La realidad ha rebasado a la publicidad y al proyecto de gobierno. No basta con “Mover a México”: es
imperativo cambiar a México. El espejo de Tlatlaya y Ayotzinapa se ha impuesto sobre la autocomplacencia
oficial. Queda demostrado que gobernar no es sólo comunicar, como lo presumían los estrategas
peñanietistas. El optimismo banal ha sido arrasado por el horror.
Cuatro días después de los hechos de Ayotzinapa, poco se había esclarecido el asunto de la desaparición de
los 43 normalistas y el gobierno no había actuado rápidamente en la búsqueda de los desaparecidos y la
impartición de justicia. Del mismo modo, los cartonistas apenas empezaban a comprender este hecho y a
criticar su problemática. El gobierno del PRI seguía teniendo el apoyo de los medios masivos de
comunicación para informar a su conveniencia los hechos que se presentaban entonces, criminalizando la
imagen de los estudiantes. Del mismo modo, el gobierno se valía de la publicidad mediática para ocultar la
verdad de lo que sucedía en el país. Los funcionarios están al servicio de los medios y no del pueblo, actúan
acorde a los intereses políticos del momento. El espectáculo es una manera de distraer la atención para
hacer olvidar un hecho problemático como el ocurrido en Iguala.
Por esas fechas se conmemoraba también la matanza del 2 de octubre. El plan de los normalistas de
Ayotzinapa que habían sido desaparecidos el 26 y 27 de septiembre, era venir a Ciudad de México a
participar en la marcha del 46 aniversario de ese hecho. Algunos articulistas, como Elena Poniatowska,
compararon esa matanza con la desaparición de los normalistas; también los caricaturistas representaron
este hecho desde la perspectiva del pasado, comparando a Peña Nieto con Díaz Ordaz y a Osorio Chong
con Luis Echeverría; también destacaron la sombra de aquel expresidente en los actos represivos del
entonces gobernador de Guerrero. En la caricatura Atento a las demandas, Hernández (La Jornada,
1/X/1914) vuelve a dar otro significado al 2 de octubre de 1968 en la voz del gobernador Ángel Aguirre
Rivero, como una fecha que significa represión, matanza, desaparición forzada; aunque los hechos de Iguala
fueron muy distintos a los de 1968, puesto que hubo participación de la policía municipal y el crimen
organizado, en complicidad con el Ejército.
Se utiliza esa fecha para criticar al gobierno de
Guerrero, que entonces pertenecía al PRD, pero
que también era cercano al PRI, tal como lo
retrata Hernández, con el símbolo del sol azteca
y las iniciales del partido tricolor.
LA MUERTE OMNIPRESENTE
En Barbarie (La Jornada, 05/X/14), Helguera refleja al estudiante desollado en Iguala (Julio César
Mondragón Fontes), con un cartel escrito incorrectamente por un analfabeto. El cartonista representa el
cartel sobre el brazo derecho del joven desollado, cuya autoría puede pertenecer a un miembro del crimen
organizado; se aprecia el texto combinado de letras mayúsculas y minúsculas, e invertidas en una misma
palabra, como la “E”, y la “Z” sustituida por la “S”. El mensaje gira en torno a la protesta social de los
estudiantes normalistas. El cartel implica un terror hacia los movimientos sociales, que ha rebasado la
política y el vacío de poder que existe en la población guerrerense.
El joven desollado es ejemplo de represión y muerte en vida de los estudiantes. El horror como una
advertencia a cualquier forma de protesta social. Respecto a esto, Walter Benjamin, intelectual judío que
sufrió la persecución nazi, reflexiona sobre la estructura de un Estado que se ha creado desde la violencia,
donde el poder goza de los medios para someter al más débil. La historia de la civilización occidental ha
abandonado el espíritu humano para dejar lugar a la barbarie.
La imagen de la muerte es una metáfora de la tragedia que vive el pueblo, por la desaparición forzada y el
hallazgo de restos humanos en las fosas clandestinas de Pueblo Viejo y poblaciones aledañas a Iguala. En
la caricatura Horror, de Naranjo (El Universal, 7/X/1914), se personifica a la muerte que se sorprende a sí
misma de la situación del Estado.
La muerte implica un carácter social para evaluar la situación del país, el nivel de grado del problema
político-social y la estructura socioeconómica. Así se ve en las caricaturas Fosas (El Universal, 14/X/14)
y Salpicadura (El Universal, 27/X/14), ambas de Helioflores. En la primera se observa al secretario de
Hacienda, Luis Videgaray, quien responsabiliza a las fosas clandestinas de haber ahuyentado la inversión
extranjera al país. En la segunda ocurre lo mismo, puesto que el sueño de la Presidencia de aplicar las
reformas estructurales ha sido afectado por el descubrimiento de las fosas. Pero en realidad la
descomposición del Estado y de la economía de México es un asunto que viene desde la forma de gobernar
del PRI, el cual no acepta la realidad en la que vivimos.
En vez de beneficiar al pueblo, la estructura socioeconómica del país lo ha perjudicado por medio del olvido.
El gobierno se muestra indiferente a las necesidades de la sociedad y a las exigencias de justicia. Hay una
desigualdad entre estas dos clases sociales, la conformada por el gobierno y el resto de la población. Las
fosas clandestinas son una muestra del abandono en que el poder político tiene a las comunidades de
Guerrero.
NO OLVIDAR ES EXIGIR
Más de quince días después de lo ocurrido en Iguala,
la PGR atrajo la investigación. Los caricaturistas destacaban la
figura del procurador Jesús Murillo Karam, utilizando la palabra
“desaparecido”. En Avances de la investigación (La Jornada,
28/X/1914), de Hernández, la burla se dirige a la figura del
procurador de la PGR con el discurso de que aún no han
hallado a los 43 normalistas desaparecidos pero, por la
popularidad de Andrés López Obrador, urge que éste
desaparezca.
La caricatura mexicana en estos acontecimientos políticos y estudiantiles ha manifestado cómo los medios
masivos de comunicación muestran una imagen positiva del Presidente, el Ejército y la Policía Federal, para
ocultar la problemática de los estudiantes normalistas que viven en el desamparo. Es un arma ideológica que
se basa en la contradicción de los propios discursos y acciones de las autoridades; destaca el uso de la
palabra más allá de su sentido esencial, y realiza un juego de expresiones desde la voz de los personajes
retratados.
Walter Benjamin considera que la injusticia había formado parte ya de las ruinas de la historia, donde los
actos de violencia y desaparición forzada no han sido resueltos jurídicamente. Estos casos podrían
resolverse si hubiese un cambio en la misma estructura sociopolítica. Una forma de saldar esas realidades
de injusticia es no olvidar el pasado histórico y exigir justicia. Con la caricatura política se pretende contribuir
a la preservación de la memoria de Ayotzinapa, con el fin de que el Estado no olvide que siguen faltándonos
43.
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