Explora Libros electrónicos
Categorías
Explora Audiolibros
Categorías
Explora Revistas
Categorías
Explora Documentos
Categorías
por la potencialidad metafórica de estas, sino también por su perdurable continuidad en el imaginario
cultural de occidente que ha hecho que también se hayan usado y aun hoy se permanezcan como
alegorías de la experiencia humana y por ende, tal y como Aristóteles plantea la relación de
correspondencia entre el conocimiento y los sentidos, correlato de una historia de la percepción que
podríamos denominar, historia de la experiencia estética.
Sísisfo y Prometeo son útiles, la diferencia es que uno es individual y el otro un bien común.
No son formas de la experiencia, ni formas de la percepción, ambos son formas del arte, están en
1
Lo que se describe es una experiencia también. Ecfrasis antes de Prometeo
Falsificadores
2
El arte no solo reduce a la técnica, se vuelve idealista, por eso mismo…
No tomo postura por ninguno de los autores aquí expuestos… (Marion, Derrida, Bourriaud,
Gadamer)
El problema consiste en que la teoría ha mantenido una constante discusión que oscila entre la
técnica y la experiencia sensible, haciendo carga en un intento de una definición del arte en estas
Hay una necesidad constante en la experiencia estética, esta consiste en hallar nuevas formas de
exploración tanto para una revisión de conceptos como para una enseñanza que prescinda de ellos. Se
establece aquí la problematización del aprendizaje y encuentro con el arte a través de una tercera vía que
no sea solamente la sensible o solamente la conceptual, sino más bien lo gnoseológico que no prescinde
de la experiencia sensible porque opta por los datos(lo dado) al tiempo que aprovecha
la experiencia individual. Con esto no se trata de buscar una pedagogía del o en el arte, sino una
epistomología que en el futuro nos proporcione una pedagogía
La educación sensible
Bildung
(Acaso, 2096b), porque hay que darle la vuelta a la tortilla y darle el poder al espectador,
desterrando el mito de que es el emisor el creador del mensaje. Si soy yo, el receptor, quien
3
construyo el significado, soy yo, el receptor, el constructor del mensaje. Soy yo la que cuando ve
La naranja mecánica interpreto que el malo de la película es el ministro del Interior y no e\pobre
Alex; soy yo la que, cuando me retuerzo ante el anuncio de Benetton en el que yace postrado un
enfermo y su familia, interpreto la visión de una nueva pietá donde el moribundo tiene sida; soy
yo la que pienso en el mal de las vacas locas cuando contemplo las vísceras de diferentes
Hirst: el constructor del mensaje soy yo, a partir de sus propuestas, pero esponjadas por mi
cultura, mi imaginación, mi vida y el contexto donde consumo dichas representaciones, el que las
termino, las hago, las fabrico. Darle este poder al espectador, inflar su autoestima, reconocer su
papel. Es labor de una educación artística comprometida con lo que está pasando ahora, tanto en
el terreno de las artes visuales como en el de las imágenes informativas y comerciales, analizarlos
Entonces, si abriéramos unas lecciones sobre el arte o la estética con una pregunta
de este tipo («¿Qué es el arte?», «¿Cuál es el origen del arte?», «¿Qué quiere decir
arte?», etc.), la forma de la pregunta constituiría ya una respuesta. El arte se vería
entonces predeterminado o pre-comprendido en ella. Una oposición conceptual que
sirvió tradicionalmente para comprenderlo seguiría, como siempre, actuando: por
4
ejemplo, la oposición entre el sentido, en tanto contenido interno, y la forma (...)
Este sentido informaría desde el interior, como un contenido, distinguiéndose de las
formas que informa. Para pensar el arte en general acreditamos, entonces, una serie
de oposiciones (sentido/forma, interior/exterior, contenido/continente, significado/
significante, representado/Representante, etc.) que estructura, precisamente, la
interpretación tradicional de las obras de arte. (Derrida 2005, p. 33).
Los caminos de la Historia del arte: Los ascensos y descensos de Sísifo y Prometeo.