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I) EL TESTIGO
Los testigos dentro del proceso penal forman una parte muy importante para poder esclarecer la
averiguación de la verdad, para poder probar cada uno de los extremos que tanto la parte
acusadora como el defensor pretenden probarle al juzgador o al tribunal de sentencia.
La percepción que tiene el interrogador, es de suma importancia para poder obtener elementos
de prueba que le ayudan a sustentar su acusación o su defensa, el testigo debe de responder de
conformidad a su manifestación respecto a lo hechos, sobre esa declaración debe ser examinado,
siempre y cuando respetando sus derechos y los principios que sustentan al proceso penal.
Al igual que la declaración del imputado, en las declaraciones realizadas por los testigos, la
percepción del interrogador debe ser recibida con esceptismo, es decir no estar parcializado de
que su testimonio es falso, verdadero o adulterado, sino debe ser un centro de atención para
poder probar la plataforma que tiene y este lo lleve a donde necesita para mostrarle al juez de
primera instancia o al tribunal sus aseveraciones. El interrogador tiene que estar atento a la
suspicacia y astucia del testigo.
Otro de los aspectos que se deben de tomar en cuenta en la percepción del interrogador, es cada
dato detallado que brinda el testigo para poder probar sus aseveraciones o su relación del hecho,
pues este debe de brindar a su interrogador la exactitud de sus indicaciones de esto depende su
credibilidad ante el órgano judicial, también es necesario que el interrogador realice mientras está
interrogando al testigo, que no solo aquel que parece sospecho es el posible responsable del
hecho que se quiere probar sino existe un sinfín de posibilidades de que pueda haber alguien más
incluso sobre aquellos testigos altamente confiables, es importante también que el interrogador
pueda ver más allá de la declaración pues existen testigos muy buenos para interpretar y mentir y
es ahí el trabajo del interrogador darse cuenta que dé él depende la libertad de su patrocinado.
Otro estado físico del interrogado es la grave excitación, es aquella condición en el cual el temor
puede influir de forma directa en la relación de hechos del testigo, pero este puede ser provocado
porque el mismo no está acostumbrado a estar frente a un órgano jurisdiccional, el temor de no
hacer las cosas bien o en su caso de presentar un testimonio falso y preparado, seguidamente la
parte contraria puede influir a que el testigo caiga en este estado, por eso cada parte debe de
estar atento a su testigo propuesto. El cansancio es otro estado físico que influye en el
comportamiento del testigo, sus cargas psíquicas, su estado anímico, este puede estar triste o
enojado al momento de realizar el relato de hechos y puede ser que por su estado anímico altere
la relación de hechos, establezcan cosas que no fueron o que su propia imaginación pueda crear,
es por eso también importante poder establecer que el testigo está en óptimas condiciones. Si el
testigo al momento de presenciar el hecho delictivo, esta adolorido o cansado difícilmente pueda
recordar cada uno de los detalles que le ayudaran a cualquiera de las partes procesales demostrar
sus argumentaciones, lo mismo sucede cuando el testigo está bajo efectos de licor, el testimonio
carecerá de valor probatorio, pues alguien que se encuentre en estado de ebriedad no podrá en
ningún momento aportar elementos que puedan demostrar tales aseveraciones.
Dentro de estas actitudes generales del interrogador, pueden mencionarse, el cuidado que debe
de tener el mismo al momento de realizar el interrogatorio respectivo, debe de cuidar el falso
sentimiento de superioridad frente al imputado, pues este puede afectar en el comportamiento
psicológico y físico y poder realizar de forma errónea la contestación del mismo, de la misma
forma debe de tratar al mismo con el respeto que este merece, respetando con ello todos los
derechos del mismo y los principios del proceso penal, su interés humano también es otra de las
actitudes del interrogatorio, de la misma forma debe procurar tener el control del interrogatorio
hacer valer su poder ante el imputado, pero no en forma autoritaria, pero sí que demuestre que el
interrogado le debe respeto.
Dentro de estas actitudes especiales del interrogador, se pueden mencionar la buena atmosfera
de trabajo, es decir que este en todo el interrogatorio debe de ser siempre objetivo, sus preguntas
no solo deben ser de cargo sino también de descargo, la postura crítica y el trato individual, como
actitudes del interrogador van íntimamente ligado, pues este debe de asumir una posición
escéptica del sindicado pero a la vez debe de tratarlo atendiendo a los cambios que se puedan
presentar en el desarrollo del interrogatorio, es decir debe ser flexible.
Otras de las actitudes del interrogador, son, la pugna entre los interlocutores, el interrogador debe
de estar atento y juicioso, al momento de recibir las diferentes declaraciones entre los testigos y el
sindicado, con el objetivo de poder usar a su favor cualquier contradicción y poder comprobar su
tesis, el autodominio del receptor de la declaración y la observación constante al imputado, son
otras actitudes íntimamente ligados, pues si bien es cierto, el interrogador debe de recepcionar
cada elemento, característica o argumento que la declaración del imputado pero también debe de
observar las emociones, gestos y forma de actuar en cada pregunta, con el objetivo de probar la
culpabilidad o inocencia del mismo.
Otra de las actitudes del interrogador, es poder establecer a través del interrogatorio el éxito de su
acusación, para ello le van a servir como base fundamental, las otras actitudes debidamente
desarrolladas, pues necesita a través de esta actitud demostrar, las falencias o deficiencias que
tuvo el imputado al momento de desarrollar su manifestación del hecho, seguidamente debe de
valorar todo el material acumulado a través del desarrollo del interrogatorio pues este le servirá
para poder convencer al Juez o a los jueces del tribunal de sentencia, sobre su acusación.
Como quedo establecido en el inicio del apartado, el imputado juego un papel importante en el
desarrollo de todo el proceso penal y el interrogatorio no es la excepción, este está sometido al
mismo y se le debe de preguntar puntualmente sobre lo que declaro en su manifestación expresa
respecto a los hechos que el ente acusador le imputa, su actitud en todo momento debe de ser
apegada a derecho, escuchando cada una de las preguntas realizadas y que pueda entender a
ciencia cierta de que se trata tal diligencia.
Otra de las actitudes, del imputado se basan en específicamente, en el propio interrogatorio pues
el mismo le va servir para poder ser un conducto para el esclarecimiento de la verdad, esto le
ayuda al mismo tiempo a sustentar y poder presentar argumentaciones de descargo ante el juez o
tribunal, seguidamente este constituye un aporte valioso para el buen ejercicio de su defensa
material y en consecuencia también su defensa técnica. Si el imputado, no decide declarar, el
mismo no es sometido a interrogatorio alguno y no podrá usarse en su contra, es otra actitud que
este puede utilizar en el desarrollo del interrogatorio.
FORMAS DE DEFENSA:
LA CONFESIÓN:
La confesión de culpabilidad del imputado, no puede ser solo una manifestación expresa de los
hechos, sino esta muchas veces puede deducirse en la forma de comportamiento del mismo,
movimientos de su rostro, hombros, manos, el cambio de semblante entre tantos otros, el
imputado puede poner resistencia tanto en su interrogatorio y en el ejercicio de su defensa
material y la técnica.
Logar una confesión a viva voz del imputado, no es una tarea fácil para el juez o los integrantes del
tribunal, pues se deben de diligenciar todos los medios de prueba que puedan comprobar o no tal
confesión, esto va desde el comportamiento del imputado en el desarrollo del interrogatorio y de
todo el proceso penal hasta el comportamiento de quien recibe tal confesión, que pueden ser los
agentes captores, los fiscales del Ministerio público o el juez de primera instancia o el tribunal de
sentencia. Esta confesión no solo se limita a recibir la manifestación expresa, sino que también se
debe de constatar el contenido de la misma, si es verdadera o no, para poder recibir e indagar
cada detalle que el confeso está realizando.