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EUGENIA ALMEIDA EL COLECTIVO Wer oR Se fl i Di etc ee sonatas Cen Mt een io, tad Dinas 585 Prd ht 72" pn Re coer en Eemtenettcant woe ‘elspa lids rosin ci ei Ch tp enc enor ee ps pe a ee pst cnngen p Saeco Une navela na wna confsién del auto, sino aos inves goin sobre fo que el vide humana dentro de fa tampa er que se hs convert el rund Milan Kundera 4 Hace mes noches, que st colectivo pasa sin abrir la puerta El pueblo esti bajo un cielo de lata. Gris y apenas ondulado. La tierta ensucia los dinteles y I falta de Il via pone nerviosos a los perros. Desde la ventana del hotel, Rubén se asoma desganado y mira a la gente que esti cruzando la via. Som los Ponee, que viven del otro lado. Vienen ocra vez con la cuviada a ver si ella puede wolver a la ciudad, Antes de que leguen al final del descampado, Rubén sale ala puerta. Desde lejos se ve su mano movigndose como un péndulo en el aire, un badajo invertido colgando de nada, que se sacude para decir no. Bl doctor Ponce hace otro gesto, con la esbeza, para avisar que lo ha visto, No para, hay que volver. Marta se rie Vietoria mira el hatel y ciersa los ojos ‘euando el tieeral se levanta por el viento. No sabe si sacudirse el vestido, si quitarse el sombrero, si girar y volver ki casa. Ponce afloja el nudo del cuello,se apo ya sobre el pie izquierdo y mita a su mujer. =No te tias. Maria baja la cabeza para escondler la boca que esti cexpléndida, abierta, extendida, Hace cuatro dias que los Ponce se acercan a la para da del hotel a la misma hora, Else pone saco,corbata y los zapatos de salir Simulando no hacer esfierzo, car= tev la valija de su hermana. Las mujeres van unos pasos: aris, hablando y movienéo las manos Ll primer dia egaron al hotel a tiempo para que Victoria tomara el colectivo de las ocho. Diez minu- tos antes de cumplirse la hora, Ponce vio los faros dloblando por el camino que sale de la ruta, La luz. inticipé la curva y el abogado bajé a la calle de tie~ rma. El colectivo aceleré levantando polvo y que- brando la miisica eterna, incansable, agresiva, de las cchicharras, Ponce se dio vuelta para ver las Iuces tra «ras del colvetivo yendo hacia la ciudad. Las muje~ rey quisieron hablar pero el hombre marcé el silen= 1 esto. Hsperen aca Hunpujé fa puerta det hotel y bused a Rubén, que vstaba por las mesa del fondo, eQuien mancja hoy? Castro, el de Aguas Ciegas. —Ciego es él, que no me vio. Desde que Pérez se fe, andan todos mal. No lo vio? No, pasé de largo. Ponce gid y salié del hotel. Las mujeres se ca ron cuando la sombra de 61 se alargé hasta tocatles Jos pies. =Nenita, vas a esperar hasta mafiana, gsabés? Victoria asintié con Ia cabeza y miré de reojo a ‘Marta, que seguia sonriendo. Bl abogado cruzé las. vias y mientras ofa el cuchi- cheo de sti mujer y su hermana pensaba en las Ices, triseras del colectivo. “Este Castro es un idiota, Si no ime hubiera visto no habria acelerado, No quiso parar.” Por Ia calle de la izguierda aparece Gomez en st. bicicletay al verlos volver les grea =:Qué, se arrepintieron? ~y pedalea con fuerza mientras Jevanta la mano para saludae. Ponce quiere gritarle pero la vor le sale baja, eve, inaudible, =No, no quiso para. Se da cuenta de que Gémez no lo oy6 y ya ve sit cspalda y su nuca una cuadra mésalli, Desde abi no se ve la bicicleta negra y parece que el hombre pedalea en el aire. Ponce saca un cigarrillo del bolsillo y lo encien~ de, Al llegar a su casa espera a las mujeres para que centren primveras. wi “Igual que en el ajedtez, las cosas pueden acomedsr se sobre un tablero que las explique. Si uno esté aten- to, puede anticiparse y colocarse de manera tal que no haya modo de evitar el jague mate.” Ponce sosti wel alfil entre sus dedos y deja que ct cigarillo se consuma, Oye que del otro lado de la puer= ta Marta y Victoria estin poniendo la mesa. Abre el cajom. derecho del escritorio y saca un recorte de diario, Usin~ do su pluma empieza a llenar con letras los cuadridos ‘que forman el crucigrama, Se oyen los pasos de Mar~ ta, Ponce abre la puerta y pas entre las mujeres =Me voy al hotel ‘Marea hace un gesto a su cuffada y levanta los eubier tos que eran para él, se acerca al ventana y lo ve,de a bajo los focos de luz de la calle. Se desata el delaneal,abre uno de fos eajones de la mesa mano hasta el fondo, Victoria sonrie. De aba- intervalos, apa yamete jo del plistico en el que estin guardados los cubiertos, ‘Marta saca su mano gorda cerrada sobre un papel pla- teado. Lo desenvuelve y aparecen tres cigarrillos, Bus ca la caja de fésforos y se-sienta frente a su cufiada -Mafiana vamos a ir ala feria, vamos a comprar duraznos y damascos, Es mejor que te quedes un dia esa con la vista y se acerca a barra lera con el ajedrez. Rubén seca jade do enciende un cigarrillo mientras mits 9 eja del fondo. Son de afitera, se nota por la ropa. La mujer todavia es joven.TTiene un saco sobre los hom- bros. £1, de traje y corbata, le habla bajo, casi al ofdo. Seguramente son amantes, piensa, Busca sortijas en Jos dedos pero apenas hay luz. Ella tiene aspecto de estar en falta,nerviosa algo desarreglada en contraste con él Ponce lo imagina lustrando con fuerza Ios zapatos que brillan bajo Ja mesa, Rubén mira hacia la izquierda y se cruza con sus ojos. El bigote del abogado se mue- ve hacia abajo y el hotelero enticnde. Mientras prepa- +a dos vasos de whisky, Ponce le mira la espalda,la pun ta de la camisa que se ha salido del pantalén y cuelgn hhacia abajo. EL hotelero camina entre las mesas hasta Negar a Ponce. Toma el trapo que tiene apoyado en el ante brazo iquierdo. La mano se mueve ripida, en cite los, impiando la mesa. El abogado mira as migas, minésculas cenizas que vuelan al compas del movi- iento. Rubén pone un vaso frente a su cliente y otro tun poco mis alli, Vuelve a la barra y busca, debajo del mostrador, una botella de whisky que tiene dos eru- ‘ces sobre In etiqueta. Dos cruces idénticas hechas con Ja punta de un cuchillo. Se acerca ala mesa y la apo- ya diciendo: su botella, doctor. Ponce tiene un eigarrllo en Ta boca y Ja mitad ya es ceniza, Rubén se mueve ripido hasta la barta y trae un cenicero dorado, en forma de tridngulo, El abo gado baja el cigarrillo y lo golpea suave con el dedo, indice. La ceniza eae entera Ruben se va hasta la mesa del fondo. Ponce, que habs 2 entrecertado los ojos para protegerse del humo, lo espia sin abrirlos, lo sigue entre los obsticulos. Se distrae con la mujer. Obviamente no Hleva enaga, En sombras se ven las piernas sanas, fetes. El cree sen= tir c6mo tiemblan esas piernas evando el hombre de Ja mesa del fondo habla con Rubé =No par6. Pas6 antes, diez minutos antes.Yo iba a salir a hacer sefias euandlo el doctor Rubén se da vuelta y sefiala a Ponce, El hombre lo ‘mira distrafdo, lr mnjer apenas se mueve. ~-ente6 y me dijo que no habia parado, Segura mente no lo vio... Ponce muerde Ia punta del cigarrillo y suelta un rido bajo, sordo, como un gruiido. ~--pucden quedarse hasta mafiana. A las siete y media salgo a la puerta para asegurarme de que pare Los hombres siguen hablando y Ponce mita.a a ‘mujer. Ella se sabe mirada.Y tiembla, Los distrae el ruido de un camién. Una eerda y la lona golpean sone cimicivo et sentado en una piedraforcejeando con una perilla que Gene en la mano. Hola dice Gémez cuando salta de la bicicleta “Leito, qué suerte que vents. Hoy anduvo Olmos preguntandomé por la barrera. Ahora parece que @ todos les interesa el tren. =,Olmos? Si,patece que el nene, el que le falta un ojito, le con= 18-a otto chico qué decia el papel. Mira si sera picaro, ~2¥ Olmos como se enters? ~Y...e1 amiguito del nene le habri contado a alguien tins. Viste como son las cosas, todo se va subiendo, ZY Olmos qué le pre Tso, si ets ventad que el comisirio me habia orde- oo? 2 qué le dijo usted? Que si. qué le voy a decir; ~ZE1 comisario no le pidib que fuera discreto? —No.Ademis,si me preguntan contesto. Igual, codo se sibe “Leito, gqué es toa esa gente que va para el hotel? sirar el colectivo que pass. n taros, zeh? Ahora se les dio por el tren y por el colectivo, Dentro de poco se la van a agnrrar con tu bicicl Gémez siente un sacudén en el vientre y gira. Lo que ve es sonrisa de Primitivo mixindolo desde el fondo de su ausencia. Cuando esti eruzando las vias todavia escucha la risa baja del guardabarrera Pasa ahimtitos largos como el agua, ladeidos que los cortan y los obligan a repetisse, Gémer.funa sentado sobre el pasto, Oscurece. Se oye el ruido del colecti- ‘vo que acelera. Se oyen gritos, ayes, epas, oles. La gen- te festgja,se asombra,se divierte. Parece una turba trans- parente celebrando una corrida de ‘ores, Sélo que nadie se pregunta quién es el torero y quién va a mori para el placer de los otros. Cuando el grupo se deshace y cada uno vuelve a lo suyo, cada quien por su camino,a su casa,a sus pet tes, sus pequetios disturbios, Gémez.se levanta y enfi- {a para el hotel Rubén, Gomez, {Lo vie? Otra ver pasé arrasande, ts Si, lo vi de lejos. Se junt6 mis gente. -Y cada vez van a venir mis.Yo no sé qué gusto Te encuentran, Sera que acé munca pasa nada Pasa, pasa Si, pero cuando pasa no para sla segunda vez en un rato que Gomez no pue- de reitse de las byomas que los deans le tiran,comio st fueran sogas en un naufiagio, Otra vez se siente incé- modo. dotorido. Estoy metido en un lio. Por q —Hablé con el comisario. {Le dijo algo? Si, pero usted no tiene que decir nada, Bah... aho~ 1a da igual, el comisario va a creer que fl yo. =2Que fue usted? -Si, va a pensar que conté todo. Espere. Voy a cerrar y a traer un vino, Espere un minuto. Rubén pone una traba a la puerta, cierra las per= an instante, miran- sianas que dan a a ealle y se queda do hacia el lugar donde vio por ditinna vez a sus hué pedes. Le parece que si se esfuerza puede volver a reconstruir Ja imagen del vestido blanco volviéndose tuna mancha borrosa A ver, cOmo es Ia cosa. “Rubén apoya las manos 1 el respaldo de la sill, si La costmbie... dice el hotelero so “Le cuento. Fui a ver al comisario, como habjamos quedado. Me offecs a arreglar la barrera haciendo de cuenta que no sabia nada “mw ~Primero me dijo que no. Cuando insist se enoj6. Pero después me fire contando algo. Dice que te han avisado desde Buenos Aires que hay una chica que est’ escapando. ¥ que hay que atrapacla, —zEscapando? @De qué? De ellos, supongo. Por eso la persigu =2Una chica? Si, de dieciocho afios. =Cémo se llama? El comisario no me dijo, ereo que no sabe. Pero los de Buenos Aires deben saber. ‘upongo que si 2 por qué la busca la policia? =No la policia no. Los militares. Se hace un silencio lleno de huecos, vacios, peque- fios orificos por donde escapan voces, otras voees, otros silencios con més voces dentro —Dicen que es subversiva ~suelta Gomez apretin= dose una mano, ~Si, claro. Sila busean debe ser. Se hace tan larga la espera, esa intitil construccién, de una ausencia, se hace tan tensa que uno de los dos dice el nombre callado, el que saben. que no deben pro se ~Y a Pérez se lo llevaron noms. Seri que est que los perros se even demasiado lejos, que saben que ni siquiera Crespi va a pasar con el camién. Seri por eso que la conversaci6n contingia. Los dos saben que ya es tarde, que de eallar- lian que haberlo hecho antes. Dicen que estaba agitando a los choferes. No sé ~Y que andaba con gente de la ciudad, con gente “La mujer se fae. “Si. Dijo que él se habia ido para el sur. Que esta ba ondenando todo para cuando Hlegara ella BI sor... Dénde estari esa mujer. habri escondido, Todos dicen que Péree se fxe para un trabajo mejor. =zAlguien lo vio? —Dicen que le encontraron cosas en la casa. Pape- les y cosas raras. ~2Pero alguien vio cuando se lo Hlevaron? “Dicen que lo vinieron a buscar, del trabajo este. Los jefes serian, Para llevarlo, ~Pobre Peres. Cuando Gémez dice esto siente en Ta espalda un, ido que lo envuelve, de a poco, un ruido de toses, ada, Rubén llora. Apenas dle gargantas, de agua est puede hablar pars decir —Pero si el trabajo era mejor, Sémiez se levanta de la mesa y va hasta la puerta. Antes de tomar el picaporte dice: ~La que me parte el alma es la chiea Fuentes, Para Rubén amanece brutalmente, como si alguien le hubiera plantado una luz fiente a los ojos. Como si lol se hubiera emorado y ahora recuperara el tiem- po lastimando con amarillos y rojos violentos, EI hotelero se asoma justo en el momento en que Gomez rua la barre ~Venga, venga dice, aunque el otro no lo es Saude la mano, de arriba hacia abajo, y abi si, Gomez lo ve y cambia de diteccién. —Pase a tomar un café. Ando muy escaso, Rubén, otro dla Pero no sea as:Yo lo invito. Anche al final no me dijo por qué estaba metido en un Ii =Anoche ~dice Gémez, Los hombres se acomodan, cada tno a un Tado de la barra, Gémer tiene un pie estirado, baciendo equi- librio para sostenerse en la bangueta. No, lo que pasa es que el nene que le lev6 el men saje a Primitivo anduvo contando lo que decia el pape lito.¥ se enters Olmos. Ayer estuvo preguntando cosis y seguro que el comisario va a creer que yo conté lo aque hablé con él Vaya a hablar, expliquelé i, voy a ir ahora, aunque lo agarre durmiendo, Esta de mas pedirle que lo que hablamos anoche.... —Quedesé tranquilo. No digo nad (Gomer atraviesa caminando la calle de los plitanos. Cuando llega a la comisaria ve al policia de pie, revie sando papeles —Gémer, zotra ver? —Quiero hablar con usted. No es un buen momento, estoy con algunos pro- blemas “Es que quicro explicatle. Mire, me acaban de avisar de un hombre que ha | desaparecido en la zona, Me estin volviendo loco por- que parece que la esposa tiene no sé que relacion con €l jefe de policia de La Pampa. Qué, se perdié? =No sé. Se debe haber escapado de esa loca. Me hhabl6 ella, Ta mujer-¥ después me hablaron de La Pam paL¥ después mi superior en Cérdoba. Que lo encuen~ tre, que es urgente, que es importante, que no sé cu tas cosas mis me dijo. “ZY por qué lo llama a usted? EL hombre venia para acii? -No, hat puesto en alerta a toda la zona. Parece que es viajante y she andar por estos lados. sante? :INo seri el que hosped Rubén hace =gTluvo gente? endlria que hablar con él en auto? intonces debe estar todavia. Con este lio del colec tivo, No, Se fireson anteayer, {Se fueron? :Estaba con alguien? on una mujer ~Ay... ya me imaginaba yo. ZY en qué se fueron? “A pie. 2h pie? Se enojaron con Rubén, por lo del colectivo.Y se bien. fieron. Por qué no lo va a vera 6? Asie expli Dios mio, qué dia. ZY usted para qué venta? No. porgue...el nene que usted us6 como men~ sajero, El de Mirta, Pareee que anduvo contando lo que decin el papel “Por Dios, no se pueale contfiar en nadie. La proxi- ma vez eijo uno mudo. =Yo no queria que usted ereyera que fui yo el que hablo. Y a quién le cont6 el nene? =No sé, Olmos esti enterado y fte a sondeatlo a Primitivo. La pata madre. Ahora si que se va a armar guilom= ne voy al hotel 'bo,BBueno, que se vay todo ah » El comisario empuja la puerta y se deja estar, un min to, en el fresco del bar. Se le aeostumbra fa vista a la poca luz que hay y al rato distingue a Rubén secan- do vasos detris de la barra, ~iQué es 650 gente? 1e dice Gomez que usted tavo tusto estaba oyendo en la radio. Pensaba ir a verlo, Por la descripcién, es el hombre que estuvo ae! —{Por ls radio? :Ya lo estin di 2Qué escuchd? Que lo esti buscando la familia, Que ereen que pudo haber tenido un accidente 0 algo que le impi- «lid volver 1 algo ten‘a pollera? rio? ndo por ly El comisario resopla. Rubén le aleanza un vaso le~ ino de soda ~2¥ es verdad que se fueron a pie? -Si.Yo no pensé que era en serio. Pero se fueron alejando cada vez més. Ya tenian tres dias de retraso. |, pero irse a pie. Por la rata? Por las vias. —gPor las viaw? Esti locos, si eso se va metiendo tie ra adentro, Si, pero es un poco mis corto. Para mi se fiteron por ahi pari que nadie los viera Qué boludes. ¥ bueno, voy a avisar a Pozo del Sauce. =Calculo que habrin Hegado ayer a la madrugada. Bueno, me voy, Rimoldi no vino, gcierto? -No. =Y Crespi no esta pasando. -No. ~Ojali esto se acabe ripido, yy | El comisario cierra la ventana de su oficina y marca el | mimero del oficial que esté a cargo en Pozo del Sauce. —gBenitez? Soy yo. Le hablo por la cuestion esta del viajante. io. gSupieron algo? ~gNo esti alla? -No. :Aci? :Por qué? ~Salieron para all anteayer. taba con alguien? Una mujer. Ah, gEn auto? =A pie, Por las vias. Afra otra ver el cielo se carga, las nubes se enros~ can entre si,se superponen, golpean, lichan y se des- hacen, Aci no Hlegaton, sefior Puta madre. Después lo llamo. El comisario ealienta agua para unos mates, Esqui- va el tiempo para no tener que llamar a Cénioba tan pronto. No ha pasado una hora cuando el teléfono su na, Con una mano sostiene el mate, Gon ha otza evan % tal tubo unes centimetros y lo vuelve a bajar con un golpe. Lo levanta otra ver y deja el auricular sobre la mesa, Después de un rato vuelve a colgar el teléfono. ‘Apenas fo ha apoyado cuando empieza a sonar, ~Si,sefior, soy yo. No, sefior. Si, sefior estuvo acd. Sali6 para Pozo del Sauce. Anteanoche. No,no lleg®. Si, sefior. Con una mujer. No, no lo sé. Si sefior. Hasta huego. Gomez, Gomez, venga. ‘Orellano esté parado en la puerta de la farmacia y mueve la mano como si quisiera agarrar algo que mun ca aleanza, —Pase, ~2Quiere que le lleve algo? No, no. Queria preguntarle por lo de la barrera da pudo arreglar? Gomer frota la suela del zapato izquierto contra el piso y esquiva la mirada del otro clavindola en Jos fias- cos que hay mis atras,en la vitrina No. He andado medio a las corridas. Pero no. importa, total, ~Pero el tren pasa hoy. i, pero... total esti baja. Si estuviers levantada me apuraria, ZY usted por qué cree que esti baja? Eh? Por qué ence que esté baja la barrera... Of decir que el comisario onlenis dejarla asi os 4 2¥ entonces para qué me pregunta? dando vueltas Y... porque usted esti todo el por el pueblo. Cruza al otro lado... vuelve...debe haber ido algo. ~2Y a usted quién le dijo lo del comisario? Nadie... lo escuché por ahi... Bueno, entonces pregunte por ahi y siquese la duda. Me tengo que ir, Gémez pedalea con fuerza, econcentrado, Casi se cae de la bicicleta cuando un baldazo de agua golpea los rayos, ~iAy, Gomez! No lo vi Rita tiene la boca abiertay los ojos grandes. Detris de la boca, muy por detris de los ojos, se ve que, con tun gest hueco, sonrie. Justo estaba pensando en usted cuando me pasa por delante... jno lo veo! —zNecesita algo? =Cierto que el comisario ontené dejar Ia barrera baja? =2Quién le dijo eso? —Todos andan diciendo. Y usted lo repite... —Pregunto, Pregunto si es cierto. —No sé, yo estoy muy ocupado en mi trabajo. —{Supo que al viajante ese que estuvo en lo de Rabén lo andan buscando? Pa Y usted cémo sabe? Lo estin diciendo por la radio, ~2Y cémo sabe que es él? Porque yo conozco mucho a k gente. Sobre todo a «se tipo de gente, Los vi anteanoche, cuando se fueron Usted estaba ahi Si-Tenia que ira la ciudad a comprar cosss para el negocio. ~Por supuesto.¥ me imagino que anoche también fie, Si La peluquera se siente juzgada, Retrocede un paso hasta alcanzar el umbral de la puerta, Se siente aco rralada y desafia =Y hoy voy a ir de nuevo, :Por qué? ~Por nada ~dice Gomez-. Me impeesiona la canti— dad de gente que necesita el colectivo esta semana, ~Bueno, vaya yendo nomis. Se le va a hacer tarde. ‘Cuando Gémez esti por cruzar la barrera ve a Rubén, ssomado a la ventana del primer piso, miran~ do hacia las vias. V Toefl of tative Insole Bera, Ze spon ob 1 fos rewectlot Crtun, vt proto & hyprcoits . Vries a bene a o Vv Victoria es la tinica debibidad que Ponce se permite. Posiblemente la tinica persona a la que no debe des- afiar ni someter: La ‘nica mujer que no Te molesta, que sabe dar tn paso atris.a tiempo y hacer silencio. La Gini- ca vor que lo serena escuchar. Vietoria, para 4, es un error perfecto, Algo que no deberia estar en el mun= do, un gesto maravilloso que pasa desapercibido, Desde que sus padres murieron Ponce hizo lo posi~ ble para que ella estuviera a salvo. Pareeia un objeto {gil indtilmente hermoso. Los tos la cuidaron pagan- do el internado, Su hermana nunca quiso compartir vacaciones con ellos. Cuando sus compavierss viajaban aver a la familia, Victoria preferia quedarse en el cole gio enorme, vacio, apravechando una biblioteca casi abandonada Para la €poca en que Ponce compré la casa de los Alberti, sty hermans terminaba el colegio. Marta insis— tia en la idea de traerla a vivir al pueblo, para hacerse compaiiia, BI no estaba tan seguro. Queria tenerla cer~ ca pero no tanto, Le dolia levarla ahi, condenaela al mismo castigo. Tampoco le gustaba la idea de dejar oF cen Buenos Aires. La ciudad estaba revolucionada, Peron rea Jo indecible y, de repente, pareeia que todo ambiar En esos meses, sus tfos tuvieron un aceidente y la asi cercana al Nautico quedaba vacia. Podia ser el lugar ideal. No ere Buenos Aires pero cra una ciudad. Peque~ y consetvadora, Cada uno sabia el lugar que debsia ocupar. Victoria se instal6 ahi al poco tiempo. Ponce qui- so acompafiarla pero Te molestabs la idea de ver a su sbegto otra vee, Marta viaj6 en.su lugar. El juez Flo~ res apenas pudo reconocer a su hija en.esa mujer inguieta, habladora, ruidosa, que lo abrazaba todo el tiempo. Mis de una vee traté de hablar con ella como lo hacian antes, ranquilamente, estirando el café de Ia sobremesa, Marta no pudo encajar en ninguno de ‘sos intentos. Siempre estaba unos minutos por delan~ te, pensando en lo que habfa que hacer después. Des pués de ahora, un instante que de tan Heno moria vaci. El jucz se resignd. Pensé que el matrimonio y las tiuevas responsabilidades habian despertado en st hija facetas que & no conocia, Se la vefa alegre, urgente- ‘mente alegre, Nunca supo por qué, una tarde, al verla en el patio, le vino a la mente la imagen de una galli- nna loca Flores morirfa unos affos despus, contento como ‘Marta, cémplice de los pianos que se vendieron, de los silenicios que se taparon con recetas y vestidos, de la pregunta siempre auseute sobre los nietas, Contento, de ver a esa canario encerrado gue canta cuando oseurece, mujer repicar todo el tiempo como wn "1 victoria no conocia 4 su cuca, Cuando Ponce y Mar- ta se casaron ella no puclo viajar. no quiso. Ahora se veian, por primera vez, en Ia estacién de trenes. Vieto~ Tiare sone aver tants colores enw sol ves, | Marta la abrazé obligindola a agacharse para alearzar | su cuerpo corto. —jNenital (Qué gusto verte! “Hola, Marta, Espero que no te moleste haber veni- do a ayudarine, Le dije a Antonio que no era neces rio. Pero nosia mi me encanta. De pxso vito mi it~ dad. Adem, Ponce no podia venir. ~2Le decis Ponce? Si, gedmo le voy a decir? No sé... Antonio. ~Ab, no. Para mi es Ponce, siempre va a ser Pon- ce. Qué linda sos! Como Ponce, toda dezechita y ata Las mujeres Hegan a la casa acompafiadas por un changarin que lleva los dos baiiles. =iFsto traés nomis? Yo no sé como hacés, nenita, ccon tan poquitas oss ~Son libros. =2Y Ia ropa? gLa mands tracr después? —La ropa la traigo act “dice Victoria levantando un, bolso de mano. ‘Marta cree que su cufiada le hace una broma, $i en ese bolso no entra ni un conjuntito. ¢¥ los sombreros? Igual que cl hermano, esas bromas raras que dicen sin mover un miisculo, Marta se salva con el gesto rep d 4 En la casa, los muebles estin cubiertos con sibanas. Una vecina ha limpiado un poco para recibi alos visi~ tantes. Porque Vietoria,en la ciudad, siempre va a ser una visita, una pariente Iejana que viene a cuidar la casa mientras los duefios no estén, Una figura des- apercibida que s6lo se distingue a Ia distancia. En sus trajes sastre, en una cartera pequeia que parece estar vacia, en los zapatos negros de tacos disimulados. Victoria aprende a sentarse en la galeria que da ala calle, con un libro abierto sobre la falda, mirando hacia las vias. Del rio viene, por Ia tarde, un olor de agua que Ja desarma, Camalote, peces, cafiaveral, En Buenos Aires, ‘cuando salian de paseo con el colegio, se apoyaba en Ja baranda de la costanera,sintiendo las gotas en la cara, imaginando Montevideo. Victoria aprendea hablar con todos ya no hablar con nadie. devolver los saludos de los vecinos, siem- pre en su justa medida, La sonrisa para unos,la mano en Io alto para otros, un movimiento leve de la eabe~ 2a para casi todos. Aprende a vscribirle 1 Antonio primero,a Marta des pues, Cada sibado eu lor anochece, frente a la ven tana por la que se ve el Club Nautico, Ahi se enamo- raron. La palabra suena rara aplienda a su hermano.Y inis pensando en su eniiada. A Victoria le parece recor ‘dar que Marta bailaba en el centro del Club, tan alegre, tan joven.Y que Antonio se le acete6, elegante, correc tsimo. De sélo verse, esa noche, decidicron casas. ‘Ahora es extraio el recuerdo porque Antonio vive cenredado on su estudio, haciendo crucigranas, pla neando un ajedrez solitario que nunca termina. Mar~ ta se mueve por la casa de los perales como si todo. tuviera que hacerse enseguida. Como si el mundo nece- sitara de sus urgencias para ponerse en movimiento, Viven en épocas diferentes. De un lado, un espacio, siempre igual a si mismo, donde es necesario pensar yy concentrarse antes de actuar. Un lugar de quietud y silencio, donde las voces slo aportan torpeza. Del ‘otro lado, el torbellino, el remolino intl que subvierte todo sin cambiar nada. Un lugar obligado a llenarse de palabras, mientras mas, mejor. Como si de repetirlas surgiera la presencia de las cosas. O desapareciera, ‘Victoria aprende a reconocer a Marta, A sospechar que hubo algo antes del torbellino.¥ que todavia debe estar ahi, Después aprende a convivir con esa certeza renunciando a encontrarlo, sea Jo que sea. Aprende a ver las carreritas de Marta por la casa, siempre orde- nando algo, impiando algo, armando en voz alta pla~ nies que no van mis alli de una hora, Victoria construye su espacio como una atalaya Una torre desde donde ve Megar los cambios que, en e808 treinta y dos aftos, voltean, demuelen, resucitan la ciudad. Cada tanto viaja al pueblo donde vive Anto- nio. Alli se queda descalza, sentada en la reposera, deba- {jo de los maranjos. Se acerea al tapial a recibir el olor a tierra mojada que va sembrando el camién regador Se adormece acariciando al perro que busca la sombra. Pods con los campos, Nenits? -Si, Antonio, no te preocupés. ~iNo querés que vaya? Hablo con el capataz, bus- ‘camos agin vaseo que lo administre -No, con el capataz me entiendo yo. Pero no esti bien, Nenita. Una mujer sola, visi- tando los campos, gen qué vas? =A caballo. Qué terquedad con eso. z¥ el auto? {Para qué lo compramos? Antonio, no voy a ir al campo en auto, Para que’ los peones se mueran de la risa viéndome hundir los| zapatos en cl barro.zEllos andan a caballo? Yo también Es una cuestién de logica. Esta bien, Jo. que pasa-es.que-no-me gusta pensar ‘que estis alli, sola =No te preocupés. ~Vos tenclnés macho libro leido, no te Jo niego. Pero tunia mujer sola siempre es una mujer sola, ~iQué g | jMe sonprendés! —Vie~ {ovia sonrie 1 la soledad. Abriga 103 {Ponce sabe que en esa fiase st el huevo de la ser- | piente. Que si sigue hurgande entre las palabras una | verdad suya, intima y privada, puede quemarle las | manos, los ojos. Quiz’ lo ciegue. Sabe que hay algo ahi, algo que contiene todos los secretos que no qui- so oft, la otra posibilidad que munca se ve. Muchos aiios después se descubre un espacio vacio, un hueco. Abi estaba, ocupaba tin lugar, Pero ahora no esti El brazo rutilado que toda ia ducle Victoria aprende a ver todo y a guardar silencio. La { biblioteca esté cerrada. Dicen que estin de inventa: rio pero ella be qué no es cierto. © no del todo, Estin inventariando los libros. algunos, magicamente, des- aparecen. Se traspapelan, se roban, se mojan, se rom= pen, se queman. Se pierden, Como algunas personas. El capataz le avisa que enterré dos cuerpos. Que los | encontré anoche, Agujeros de bala, sefiorita. Deben evar dos 6 tres dias muertos. Dos muchachos. No, no son de acé, No, la policia no. Ellos ya deben saber: Los enterré ahi mismo. No, sefiorita, sin cruces. Es de buen cristiano... enterrarlos. No, no le ibaa decir a nadie pero...me pareei6 que....usted manda, zno? Victoria se duerme pensando en cusntos mis habra | bajo tierra, de este lado del alambre, en su campo. Ha pensado también en el rio, Muchos ahogados, perdi- dos, paradero desconocido, Sabe que la biblioteca esti | cerrada, a Legan peones nuevos. Gente de ciudad, se nota, tune han estado en el campo. Igual los toma. Man § da Hamat al capataz y da la orden de tomar a todos los } que vengan asi, de ningdin lado, llenos de urgencia, | de raspones, de secretos. ; —Pero sefborita, usted sabe. Victoria levanta la palma abierta buscando silencio. Entrecierra los ojos. =Yo no sé nada. Soy una mujer sola Hevando ade~ hate un campo. Se va a correr la vou, scRorita. Van a empezar a venir de todos lados. Mejor, que tabajen -No hay tanto trabajo, Cuando se termine con todo To que hay que hacer, ie levanta el alambrado del sudeste y planta todos los postes de nuevo, Estin flojos. =: Todos los postes? ~Todos.Y va buscando sino hace falta hacer algo nds, Piense si no conviene hacer otro puesto en la parte norte. Buscar un puestero que cuide esa entra da, : —Seforita, &:0s son muchos jornales En el banco esti el dinero de las tiimas tres cose- chas. Usted me avisa eusnte hace falta y yo hablo con ol gorente pSabe que? Quiewo que la gente que vaya do cultive. Chiguito, cn huerea, Pero asignelé a eada tuno un poco de tierra para que armen abi algo que les complete el jornal. -Si,seitora. El capataz le recuerda a un muchacho que vivia sobre cl tio. Un dia se fe y nadie supo adénde, ni la Farsi lia.A veces lo veia desde la galerfa, mientras lefa. Lo ‘vio pasar una vez. con los pescados al hombro, silban— do, Pens6 que ese hi ia los ajos de los condenados. Ahora sc lo lleva Quizis esté flotando en su rio, boca abajo, Como un libro en la fogata. nbre era libre, tan libre que ofen- Victoria necesita descansar a la sombra del naranjo, escuchar otros ruidos al dormir no ver laces en la osct ridad, Necesita hablar de lo. que no debe nombrarse. Sentir el silencio ensanchando cortedores. Decide via |jara casa de Antonio, Quizis alli los rumores los chi- rridos, los zarpazos, los golpes, ls corridas, los more tones, las botas, los disparos no hayan tlegado, No todavia, Arma un boo de mano y va hasta la estacién. nas horas en la ciudad y luego tomar el nico colec tivo que llega por dia al pueblo donde vive su her ‘10, Un pueblo que se esbala hacia un Indo y queda en tal situacidn de desequilibrio que necesita un solo colectivo para llegar y para irse, Nunca se sabe en qué diroccién va la gente que sube. Hacia el norte © hacia cl sur, En realidad se sabe, porque todos conocen todos y nadie se atreverfa a viajar sin una raz6n. Bl colectivo hace un giro hacia el norte y dos horas des- pués wuelve a etara menos de diez kildmetros del pue~ blo, en diteccién al sur Ponce esti en su escritori, frente al tablero de ajedre2. Hace dos noches que el colectivo pasa sin parar. Vic~ toria mira por la ventana que da ala calle y oye los pasos de Marta, que van y vienen por la cocina. Su ccuiada aparece ent el umbral de la puerta ~ gla viste a ésa anoche? ZA quién? =A ésa...la que estaba con el viajante, Si, parecta enojada Como para no enojarse si le salié mal el plan, Se ‘quiso escapar un ratito y todavia esta ab, en el hotel En su pueblo van a empezar a hablar. “En su pueblo tampoco debe parar el colectivo, se ran cuenta de que no puede volver {Me gusta! ;Que quede en evidencia! Bsas siem pre se anchin escapando y ceniendo sus cositas por ahi. Ahora todo vs a quedar negro sobre blanco. “Deal, pobre, And saber e6mo vive. Bien vive, Muy bien. Seguro, fsa debe tener un ‘marido que se desioma por ella.Y miré cmo le paga Pero, al inal, la jasticia llega. En los pueblos siempre se | sabe quién es quién. Como pasd con la chica Fuentes. La del molino. Te acordis? juuuuta, Eso te contaba anoche, can~ do te descompusiste, Igual que la del hotel. Dos putas. Esta, la Fuentes, andaba siempre de correrias por los pueblos de act cerca. Iba y_ venia, iba y venia, Se metia en Ja Cooperativa de Los Talas, andaba siempre ron dando la fibrica de los Suarez, en Monte Solo. Miri vos si seria atorranta que iba siempre a la hora en que salian los obreres.Yse quedaba charlando, solayentre los hombres.Y después que me digan que las muje res se hacen putas por falta de educacién. Mendral Si ésta hasta habia estudiado en Cordoba, en la tni- versidad. Tenfa un noviecito alli, Dicen que le hizo tun hijo pero que no lo tuvo... }Qué delicados son algunos para decir las cosas! {No lo tuvo...!¥ Qué iba a hacer ella con un hijo? {Llevarlo a las de la noche a la puerta de la Cooperativa? :Sentarlo entre los hombres cuando empiezan a tomar vino? bueno. fsa terminé como se merecia. Dicen que la vvieron en la ciudad, arruinada, trabajando en los bares. ‘Cémio seria de escandalosa que la vinieron a buscar de Cérdoba, Hasta alli habfan ofdo de ella. Vinieron cuatro oficiales. Vieras qué bien, qué elegantes. No, ‘venian de traje,en un auto yrande usaban uniforme, 108 Y mira como sabria ella que andaba en la mala vida, que se quiso esconder. Se meti6 atris de los silos. Bllos iban con el auto despaciiito, por kas calles, dando vuel- (as. preguntaban:“ sabfamos dénde estaba pero deciamos:""Debe andar por ahi”, “re *, porque ninguno que- ria ser el primero, Hasta que le preguntaron aVidal y Alles dice:"sDe parte de quién?”, y los ofic testan: “La policia”. “Est al Hizo bien Vidal. Si viene la policia, las cosas claras. ‘La seforita Fuentes?”.Y todos :n paso por act les con- sscondida atris del silo.” Vieras como gritaba. Se habfa ido juntando gente en la calle, y todos mirabamos. Entre tres la tuvieron que agarrar. Tuvieron que sacar las armas y todo. z¥ sabés qué gritaba? “Vidal, Videl, ayademé, Vidal.” Parecia que entre toda la gente lo veia silo a él Vidal! Si era lel que habia dicho dénde estaba. Tarde pedia ayu- da... Estuvo bien Vidal-Y estuvo bien que los oficia- les la atraparan delante de todos. Que las chi qué les pasa a las putas. Que todos sepan e: rminan estas cosas. Victoria mira el suelo, Distraidamente, al pasar, dice: “ZY no te parece que se la pueden haber Hlevado. por otra cosa? Por qué cosa? -No sé, fos decfas que andaba siempre entre los peones, hablando con ellos. Y si por eso se la Hevaron, Por puta ~F:n lr cindad a veces se Mlevan gente que no hizo vl Eso ser en la ciudad, que no se conocen. Aci todos sabemos qué hace cada uno. Por ahi en la ciudad se confianden, pero ac no hay forma. De Ta Fuentes todos sabfamos. Igual, en la ciudad, si se evan a alguien que no hizo nada, después lo sueltan. No siempre “Ay, Nenita. $i no hizo nada, lo sueltan. ~En la ciudad a veces aparece gente muerta. Ase~ sinada, =Y si, en los enfrentamientos. Son los que secues- traron a Aramburu.Y bueno, que se joroben. El que a Victoria miza por la ventana, La voz de Marta Tle ga rabiosamente alegre: Miri, Nenita, vos estis todo el dia sol, dale que te dale a la cabeza. Te imaginis cosas que no son.A lo jor si,en ln ciudad a veces se comete un error. Pero después lo arreglan. Aci, cuando han venido, hicie~ ron bien. Limpian el pueblo, nos protegen. Hacen que podamos vivir tranquilos. Y vierss qué pinta! Los tra Jjes que tenian los oficiales, el pelo bien cortito, el bigo- te perfecto, Vieras qué bien VL hus Visors, dn bs Ifo de 6 9, safe Anochece, Rubén se asoma por la ventana del primer piso. Algunas parejas, Rita, dos o tres familias caminan por el otto lado de la calle, Disimuladamente observan si ya hay gente reunida frente al hotel, Evaltian si es conveniente quedarse 0 no, De lejos se ve a Ponce cru~ zando las vias Viene solo, Son ls siete y veinte, Se acer~ aa la puerta, da una mirada y entra. En su mesa esti acostado el gato. Desparramado sobre la madera, mira perezosamente hacia afitera. Ponce duuda, busca con los ojos y con las manos y se sientaa la mes que esti con tra la ventana, Rubén aparece detris de la barra Ponce, cémo le va —dice seco~. Me parece que vino al vicio. El abogado detecta un gesto despectivo, algo que sucede en los labios de Rubén y que no puede iden titicar del todo, Como si su voz, en vez de hablarle a Gi, fnera un mantel que el hotelero sacude con indie ceneia para sacacle Jas migas.A Ponce no le gusta que lo nombren asi, le golpe. El es dactor:Y en un pueblo Yo le diria que no se moleste. En venie, digo.Veo que fue prudente y no trajo a su hermana, Ponce enciende un cigartillo esperando su whisky. Pasa la mano abierta sobre la mesa Mira a Rubén. EL hotelero tiene la rgjilla en hr mano pero no parece dis puesto a usara 4Qué se va a servit? Lo de siempre. ~aWhisky? Si, de mi Rubén Jo corta para mostrarle una botella de eti~ queta roja Tengo éste, Ponce. Es un poco més caro, pero el nico que hay. El abogado sabe que su botella va a envejecer bajo. 1a barra. Sabe, friamente, que sus dos eruces no valen Espera un minuto para corroborar que Rubén se acer acon un solo vaso, La mesa sigue Hena de migas. Ponce le duele tener que pedir: ~¢Me trac el cenicero? —Tirelis al piso noms. Después barro. EL bar se ha vuelto tan incémodo que Ponce no sabe cémo moverse, Como hacer para levantarse y ppararse en la calle, ln puerta del hotel. Son ocho menos veinte. Hay gente afuera, Pero menos que la noche anterior. Pasean, miran los relojes de reojo y se detie- nen, como si charlaran Ponce decide quedarse en su mesa. De costado, ve, pasar a toda velocidad el colectivo, Las haces apayadas, la gente a Tos lados de la calle, Rubén en Ia puerta, las manos en la eintura, Ja rejilla sabre el hombro izquier dlo,la mube de polvo, la gente que se va yendo, Jero que entra y dice: ~:Vio? Hoy tampoco paraba. Rabén enciende la radio y las voces de la ciudad hrablan de un partido de fitbol que t para tristeza de todos. El hotelero mueve el dial y acd la vor dice que el viento norte va a seguir castigando ala provincia. Silencio, El tren no ha pasado, Por ln ventana se ve a Gomez avercando la bicicleta ch, Gémez! Venga, tomesé una copia El abogado levanta la vista y el hotelero se acerea sin decir una palabra."Toma una de ls silas y 1a apoya ‘boca abajo sobre st mesa, Ponce corre las manos ripi- damente y abre la boca para decir: Voy a cerrar. Se va a tener que it Es Ja vor de Rubén la que ha sonado. El abogado no puede reaccionar y apenas se le oye cuando di Pero es temprano...y Gomez ~Cierro ahora Rubén se da vuelta y empieza a cerrar las persia~ fae un balde Hleno de aserrin mojado en que- rosén y tira un pufiado casi sobre los pies de Pon- ce. El abogado mira sus zapatos negros, brillantes, rodeaclos de esas virutas hiamedas. Tarda demasiado ‘on sentir sus propias picrnas en direecién a la puer- Buenas noches. Se oye el tepique de la campana y s6lo eso. Lejos, uno de los pertos de la viuda Judtez Hora, alla, geu- fie y se duerme. =zNo se le estaré yendo la mano con Ponce? Me tiene cansado. Gomez dibuja un circulo con su vaso, =Vi que hoy tampoco pard. Aj. —Habia menos gente, 210? =Si,se ve que ya se aburrieron, Hubo alguna novedad? “Estoy preocupado por el asunto de la radio. No hablaron més del viajante Lo habrin encontrado. -No sé, hubieran dicho algo. ~gNo paso el comisario? No, vino esta maitana, pero después no volvié {Usted cree que los encontraron? =No sé. Pobre tipo. “Si. Ahora lo van a volver loco en st C88. Gémez sontie de memoria y se incorpara, Se sacu~ de el pantalén con las dos manos. Me voy yendo, Rubén. Tengo un cansancio terri= ble. i, vaya, yo también me voy a acostar. Ciereo todo yal cama 4 Hasta manana, Victoria se sienta al ado de fa ventana, Por unes min tos el ciclo se incendia para amanecer y enseguida todo brilla como si fuera mediodia. La boca se seca por el viento y la terra que vuelve a volar en cireulos, Cuan do eseuicha muidos en la cocina, se levanta, se acomo~ da cl pelo y va a ver a su cufiada Buen dia “Hola, Nenita. ¢Querés una taza de té? No, gracias. Antonio ya se levant6? Esti en el escritorio, snecesitis algo? No, no, ahi voy a verlo. Ponce oye que golpean la puerta y reconoce el pul- so deVietoria, el ritmo de Victoria. Marta tocaria mis fuerte, mis ripido, mis corto, mis veces. I lamado de ‘Victoria son dos golpes espaciados. Podria pensarse en Un animal, un gato con su garra afelpada, Un golpe que no deja de ser suave. —Pasi, Nenita “Hols, Antonio, gpuedo hablar con vos? Siysigsentate. ; Ponce se incoxpora y se queda de pie, un minuto, Fhasta que su herman se sient Ss ~gBstés muy ansios por irte? ~zAnsiosa? Io. Fuiste anoche, gno es cierto? =No pars. “No. —Queria pediete algo. Decime, —Hoy no vayas ~aPor qué? ~Porque no, Para qué. Cuando se aclare un poco la cos el colectivo va a volver a parar =4Cuindo se aclare qué? No sé, la situacién, ‘que no sabemos por qué no para. Bueno, lo que sea.Ya se va a solucionar. Por eso mismo voy a ie. Mini si esta noche para =No, Antonio, Cuando pare nos vamos a enterar.Y al otto dia vamos.Y list. -2Y cémo nos vamos a enterar si no voy? “Se sabe, se sabe.—Victoria sonrie— Todo el mun do te va‘a avisar, Nome gusta verte salir, obcecado, ‘enojado, Cuando pare nos vamos a enterat 'No te prometo nada. Yo sé que vos querés volver pronto.Y te quiero ayudar, ~Prometemel6. Dale, Ponce sonsie cuando ve a su hermana salir del eseri~ torio, La sonrisa se va desgastando en pocos minutes. Al tampoco quiere ir esta noche. La mesa del bar, el gato durmiendo, el trato que le dio Rubén. Todo 60 lo incomoda. Como si cada noche fuera peor que la anterior. La mitad del pueblo lo vio agitando las bra 10s como un loco. La otra mitad supo, por la maiia~ na, que el colectiva no par6. Que el chofer vio que en Ia parada estaba él y, sin embargo, no paré. Ya no sabe si echarle Ja culpa a Castro, Serfa raro gue manejara enatto noches seguidas. Ahora qué va a decir la gente ‘Todos lo vieron hacer el ridiculo. Dar una orden y ni siquiera obtener desobediencia. Lo que hab cra ignorarlo, Hacer de cuenta que él era uno mas.Y después, Reubén. Que se lo hizo pagar. ¥ si ahora todos empezaban a tratarlo como el hotelero? jL6 habia vis to la gente anoche? Sentado a una mes del bar, inmé~ vil, resignado a ver el costado fugaz del colective que pasaba a toda velocidad. gHabrian pensado eso? gQue 1 se habia resignado a Is indiferencia? No quiere ir esta noche, No quiere entrar en el bar a tomar un Whisky que no es el suyo.A tolerara Rubén que, sii ii heeho ‘amente, tira de una patada treinta aiios de vivir pueblo, Es mejor no ir.Vietoria tiene razén.Ya sabrin la noticia euando el colectivo pare.{Todo se sabe epi do, $i hasta al viajante ese lo habian buseado y e trado en un solo dia, Alguien le diré,a él 0 a Marta “Anoche paré el colectivo”.Y esperarin un dio inela- 0 dlos, para ir al hotel. Para que todos sepan que él va cuando quiere. No cuando el colectivo para Ponee, vas tornar eat? ca -Parece que lo encontraron al viajante noms. Des noche que la radio no dice nada. me lo dijste Marta presiente que Ponce no vaa hablar mis que To dicho y va hasta la cocina a buscar a su cufiada AL viajaate lo encontraron: “si? ~Anoche. ~2Dijeron algo en la radio? No, no dijeron ms nada, por eso sé que lo encon- Dis ca el niimero de Pozo del Sauce y espera que el tel El comisario affaja otro punto mis del cinturé fono repique una, dos, cuatro veces. ~:Benitez? —Oigamé, lo Hamo porlo del vigjante. Supe algo? No, nada, Bueno, yo ayer me fi por los arededores del pue~ blo. Ando a pie porque el coche esti roto. Usted tie~ ne movilidad? jefe Cémoda? Mire que hay que meterse por las vias jefe, tengo la chata ~Bueno.Vengasé por la ruta.Viene y me busca. Hoy vamos a revisar todo el crayecto de las vies de acd para alli. ~ZNo quiere que vaya dire ya voy mirando? No, Benitez. El comisario soy yo. Usted viene y -me busca, Después vamos juntos. Esti claro? amente por las vias, asi —Hasta luego. Pone la pava al fitego y por la ventana ve a Gomez aque, unas cuadras més ali, va en direcci6n a la farma— cia. El teléfono suena al mismo tiempo que el agua empieza a hervir. El policia duda un momento qué cost hacer primero, Estira la mano y atiende el teléfono. omisario? equign es? —De Cordoba le van a hablar. Espero ~Comisario? Si, sefor. Por el asunto del visite... sabe algo? No, sefior. Revise cerca del pueblo y ahora vie~ be Benitez, que esta cargo de Pozo del Sauce. fi todo el taro de fas No, no .stypencla ka bisque ~zApareci6? supongo... no s6, Me han dado arden de sus- pender la biisqueda Orden? Por encima suyo? No... ch... si. del Ejército, Me acaban de Hamar El comisario Levanta la voz para apar el chillido que dda la pava al hervir. —gDel Ejército? Yo pensé que la seftora era parien te de un jefe de polici ‘4, de La Pampa. Pero esta orden vi ne de mis arriba = Qué raro, Bueno, habrin tenido noticias antes que nosotros, Parece que si. ¢Comisario? “Sefior, -Me piden que no quede registro ahi, De la bi queda, ¢Me entiende? iro el papeleo? =ZNo hago informe? No. ~2Qué hacen? {Le cuidan la vida conyugal al via~ _jante? El comisario se rie~. gEs para que la esposa no se entere de que habia otra mujer? Usted ya deberfa saber que en este teabajo no se pregunta. No haga papelco, queme lo que haya hecho, no pregunte y olvidesé. 2Esti claro? “Si, sefior ta luego, EI policia cuelga el teléfono y cae en la cuenta de que ese silbido que lo molesta es la pava. Apaga el fue 0 y.distraido, agarra el asa con la mano desnuda, Se ‘quem. Pero apenas siente el dolor. Mira la palma que se vuelve primero roja y después bord, La quemach 11 tiene limites amarillos. Gomez se asoma por la ven tana, —zApareci6 el viajante? ~2Cémo sabe usted? ~Mec dijo Rubén que desde anoche no dicen nada cn la radio. :Apareci6? Mire, Gimez, yo lo aprecio, peo no pregunte tin silencio es salud. Para qué vamos a preocupar- tos por un tipo de la ciudad que pass sanas horas al pueblo? 2Eh? :Para qué? No sé. Usted me dijo que si s ©. ior habia insis- tido mucho en que habfa que eneontzatlo pronto, que cra pariente de alguien...no sé. usted me lo dijo ayer ~Ayer ena distinto, Gémez. Olvidesé. Ya pasé, ya est, vase arregls, Bueno, yo pasaba a ver si necesitaba algo. =Nadh, que no me jodan por un rato. Mire cémo. la mano, me qu ~Pongasé pasta de No. :Calma? pascseli Suavecito por la cabeza y le va a alivia. no me toc, no me duele, ntes, Se ia trot contra el pelo? pero cuiidess es muy dificil no usar ka mano, derwehi Total. No puedo escribir, no puedo hacer informes, no puedo hablar, no puedo hacer bisquedas, no pue- do preguntar. Para qué mierda me sirve la mano? Para hacer la venia nomis, BI comisario habla bajo, s6lo par él, mientras tra~ ta de cebar con la mano izquierda. Gdmer ya debe estar del otto lado, Levanta cl tubo del teléfono y To apoya cen el hombyro. Marea el ntimero de Pozo del Sauce. Lo atiende la voz de una mujer. ~2Y Benitez? ~2Quién habla? El comisario de. ,sefior ~interrumpe la mujer-. Mi marido salig para allé hace un ratito. Me dej6 aci por si alguien Mamaba, ~gTodavia lo puede aleanzar? =No, ya debe estar por la ruta, Por qué? =No, por mada, Hasta luego. —|Comisario! Comisario! Disculpemé. zLe puedo pedir un favor? eibora =No, le pregunto porque a mi marido no le gusta aque yo moleste a sus superiores Digamé, -Si no es molestia =No, seitora, digamé. idalé al Juancho que me traiga azsicar En el alia- cén se acabé y como el tren no pasa no hay forms de conseguitha “Le digo. AY leche, Se va a acordar? -Si,sefiora, hasta luego. El comisario anota,sin pensar, dos palabras al bor= de de um informe, "Aztieae” y “leche” a hasta cwindo voy a tener la barrera baja?Y ese ‘vag6n tapando la via. z¥ hasta cuindo el colectivo « pasar sin parar? Claro, que no haga papeleo, quie me olvide. Pero acd no se van a olvidar asi noms, Cin co naches que el colectivo pasa derrapando. Hasta que no sepan vida y obra del viajante y de la amiga no van a parar: Estos de la ciudad no entienden mada H Viajante? Los del Bjército tendrian que ocuparse del asunto de la barrera, Despejarme eso cuanto antes. Parece que lo hacen queriendo, por joder nomis. Hjército... qué tendré que ver el Bjército con el Com sila chica esa firera a venir aca. Si esti esca~ pando no se va a meter en un pueblo chico. Yo me itia a la ciudad, entre la gente, donde nadie conozca a nadie, Dieciocko afios. gSabré que la estin buscan- do? A lo mejor no sabe. entonces viene.Y yo la ten~ dria que atrapar.¥ Hamarlos. :Adénde? Ni siquiera me han dicho eso. Otra ver suena el teléfono. “De Cérdoba, le paso. Bueno. ~;Comisario? Si, sefior aSuspenitid by isqueda? or, como me dijo usted ~2Y sw ayudante? —sBenitez? Traté de avisarle pero ya habia salido. Bueno, no le diga nada, Digalé que ya se solu~ ciond y listo. Que se vuelva cuanto antes 2 Pozo del Sauce. Por la ruta. =2¥ por dénde se iba a volver si no? —Me llamaron otra vez. Dicen que estin hacien= do un operativo, una prictica, no sé, Pero que el tra me de abi hasta Pozo del Sauce tiene que estar de peiado. ~:Como despejado? Sin civiles. No hay nadie por ahi, gno? ¢Alguna cchaca, agin caserio? No, las casitas van siguiendo el curso del 10, bas tante mis adente. Mejor. Cuide que por hoy no vaya gente por la =2Y cOmo hago? :Tengo que instalarme alla? No, no, no, no. Usted se queda donde est. Me dijeron que no haya movimiento de gente, que pue- de ser peligroso, “Esti bien, sigo sin entender, pero. Siga sin preguntar. i, sefior, —Hasta luego, El comisario se frota la mano en el pelo. Despa~ cio, F's peor. Mejor ignorar el dolor, hacer de cuenta que no existe. Ni el dolor ni la mano, Benitez estaciona Ia chata a la puerta de la comisa- rfa, Saluda a su superior con la mano floja cerca de la frente, ~2Vamos? =No, no vamos. Qué pas6? ‘Nada. Ya se arregl6, =2Lo encontraron? ~Escuchemé, se tiene que ir rapidito a su pueblo. Por la rota, =gPor qué? Porque yo lo necesito all 2Hizo papeleo con todo esto? =No tuve tiempo, pero ahora mismo. No, no haga nada, ~gNo hago informe? :Por qué? Porque yo necesito otra cosa, muy urgente, Del papelco olvidesé que me ocupo yo. Usted haga de ‘cient que no pas6 nacla. Se vaa Pozo del Sauice y me controla la hacienda, quiero que revise todo lo que esté dentro de los limites del pueblo. No se vaya mas lejos. Se fi son y si estin en tegla, Hagumé una lista de los que no estin marcados y pida los papeles, no vayan a ser roba- dos. ‘mal por animal qué marea tiene. De quign ABs en serio? Muy en serio, han andado robando animales de hoche y quiero controlar un poco, Para mi que se los Hevan ali vy Pero... no es mis importante...? -Lo importante lo decida yo. Usted va y me vigi- Ia el ganado. Pero alla casi nadie tiene hacienda. A lo sumo tie- nen dos o tres cabezas, por a leche. O tun caballo para trabaj =No importa, Aunque tengan un solo animalVa y Jo controla. Peto no me salga de los mairgenes del pue- blo, gentendi6? Eso lo voy a hacer yo. Si me lego a enterar de que usted salié del pueblo, va a tener pro- blemas conmigo. —Ahora se va derechito a Pozo del Sauce. ~Comipre leche y aztiear, que su seftora anda nece~ sitando, -2Mi sefion”? “Lo Hlamé para pedirle que no viniera y me aten~ di ella ~zLe pidié leche y azticar? Benitez se ha puesto incdmodo y quiere irse cuan= to antes, Saluda al comisario y sube ala chata, De carni- no compra dos paquetes de azticar y algo de leche. Alllegar a su casa va a discutir con su: mujer, Le va a reprochar haberse dirigido con tanta confianza a un superior. Haberle dado la lista de las compras al eo sario! Gracias a ese gesto estiipido, su jefe Jo ha retira- do de una investigacién importante para ponerlo a contar vacas. Vacas y caballos. Fso va pensando Beni- 16 tez cuando se aleja del hotel en direceién a Pozo del Sauce. ’ 61 dia pasa chato y dolorido, el calor y el polvo repo- san en los hiexos. Los pocos que han sido a la calle van buscando la sombra, Cuando el sol afloja, la viu= dla Juirez soca un sill6n ala vereda para esperar el paso del comin regador. En cada cuada dos o tes perso- tas se sientan en el umbral a tomar mate y a disfrutar del olor de la tierra mojada, Un extranjero creeria que va llover, Las nubes se amontonan del lado del sor Oscuras, blancs, azules, Parecen preparase. Los que son del lugar saben que el viento va a soplar de gol- pe para barter las nubes, la tormenta, la esperanza de tn alivio para el cuerpo. Rubén se asoma ala ventana. No ha visto a Gémez desde temprano, No ha visto a nadie. Todos buscan reflygio en las casas.Ya casi no se habla del viajante y su amiga. El tema podria haber durado semanas, pero la radio informé de cuatro goles que han cambiado todo. E] fitbolista va a casarse con una actriz famosa Atardece. Rubén mira el reloj sobre la barra, Siete y dice, Todavia no ha legado nadie. Ponce enciende un igarrillo, Revisa papeles en su estudio, Gira el brazo para ver la hora, Siete y evarto. Gomez. terminé tem- pprano y se ha sentado en el patio a comer fruta, Reubén Son las sale a la calle. Da miedo el pueblo de tan vac siete y media, Ponce, impaciente, vuelve a mirar el re Vietoria lee sentada en la galerfa.A las ocho menos veinte Gémez pela la segunda mandarina. Se entre tiene tirando semilla la tierra, El gato «le Rubén gol- pea su plato de lata buscando leche. las acho menos diez, el colectivo acelera bruscamente y pasa por la puerta del hotel, sin parar.A las diez y media Ponce ado de esperar que alguien ven colectivo paré, decide acostarse, ga aavisarle que “Rita abre Ja puerta de la peluqueria mucho mis tem- prano que de costumbre. Falta bastante para que ama~ nezca, Saca el bade con agua y Jo apoya en la vere Va buscando algo con la mirada, Pero no ve a nadie Se demora. Mira el balde y no se decide-Vuelve a entrar en el negacio, Se acomoca el pelo frente al espejo. Se {rota con un dedo una pequeit do en el cuello.Vuelve a asomarse a Ja puerta. Todavia mancha que le ba sali- nadie. Empieza a clarear por el lado del este. Luces sucias que apenas destifien el cielo. A lo lejos se ve a Gérmez, pequefiito, en su bicicleta. Rita sale apurada a Ia calle y tira la mitad del balde de agua a la vereda Comienza a barrer, De a eacos se da vuelta y mira de haw reojo para controlar el tayecto de Gomez. fil esté cru zando la bicicleta por arriba de la barrera. Apenas pasa de un lado al otro se prepara para ira lo de Orellano. Rita se agita ~jGémez, Gomez! Bl levanta un brazo para saludar, ~iVengal Rita mueve las manos por arriba de la cabeza, el vestido sube y ajusta el pecho, ~iVengal Gomez da vuelta la bicicleta y se acerca a la pehi- queria Buenas, dofia Ria, necesita algo? —Venga a charlar un poco, no sea arisco, Me iba a la farmacia, No pensé que usted abrir tan temprano. gEsté todo bien? Gomez, si.A veces me gusta empezar antes del sol, {Usted qué me cuenta? Nada, nada.Todo normal 406 las noticias? No. Pasa algo? ~Dijeron por la radio gue hubo un enfientamiento. ~2En Cordoba? =No, acd cerca, Dos muertos, Guerrillezos, claro. los nuestros no pas6 nada. Por suerte. mex piensa en la chica de la que le hablé el comisario, Mas que en el piensa en los ojos que ha inuaginado, Ojos que huyen. 2Dijeron la eda? ny =aDe quién? De los muertos. Ah, no. Por qué quiere saber? ~Por nad, zHlabfa una mujer? ~zCémo sabe? Rita sonsie— Si. Un hombre y mujer, gserfan amantes? ‘Gomez se refugia en una imagen de ella, de e505, ojos, junto a otro cuerpo. De brazos, manos, boca que Ia habrin protegido. O acompafiado, © que habrin estado cerca en el momento en que ent la primera bata —Dicen que los venian persiguiendo hace mucho. Que etan muy peligrosos, Paece que se habian meti- dlo por esta zona, Por eso deben haber dejado baja la barrera, 3no es cierto? — Quiz’ ~Y por eso el colectivo no paraba Para que no pudieran escapar. Pero no se escapan, no, m0, 6:05 no se escapan, Un dia u otro, los agarran. No hay donde escaparse, ~zBran de la zona? ~ZBsté loco? ,Cémo van a ser de aci? No. Aci no tenemos. Gracias a Dios. Es0s aparecen en la ciudad. | Andan por ahi, metiendosé en cosas tara. Usted sabe. | jcémo va a haber subversivos aca! Noooo. ZY ewindo los atraparon? Ayer. A mediodfa, Esta mafiana empez6 a decir Ja radio, Usted no sabia nada? No. 0 —Qué rato, geh? Porque siempre anda de aci para all con Ja bicicleta... usted no vio nada? No, qué voy a ver. Peo no fue aci en el pueblo, ov =Noyfte camino a Pozo del Sauce. Mis 0 menos a Ja mitad, Parece que se habfan metido en un vagén que hay ahi, {Y cémo se resistian! Porque los quisieron arrestary ellos empezaron a los tiros.¥ bueno, Los nues- tos eran mis, Por suerte. Mire lo que hubiera pasado sino los agarran. Capaz que hasta venian al pueblo y todo. le voy. ~Esti medio demacrado, Gamez. {Se siente bien? -Si, Bstoy un poco cansado. Ando con tos y me cesta dormir. Hasta luego. Pedalea apurado, Aprieta tan fuerte el manubrio que Jos nudillos se vuelven blancos. Evita toda calle don- de puedan lamarlo.Va bordeando las vias hasta llegar 8 los silos. Se sienta en el suelo. Enciende un cigarri- No.A lo lejos se ve la casilla de Primitivo. Deja la bici- cleta tirada en el pasto y se acerca a la casa del viejo. Se para a unos pasos del fitego. Primitivo gira y lo ve Lito. y la bicicleta?

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