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Escaneado con CamScanner JESUS MANUEL GARCIA MANUAL DE TEOLOGIA ESPIRITUAL Epistemologia e interdisciplinariedad EDICIONES SiGUEME SALAMANCA 2015 Escaneado con CamScanner 4 NATURALEZA Y METODO DE LA TEQ Locia pg LA EXPERIENCIA ESPIRITUAL CRISTIANA Contenidos del capitulo 1, justificacién de Ia teologia espiritual como teologia de la experiencia espiritual cristiana 2, Descripcién de la teologia espiritual 3, El método «experiencial» de la teologia espiritual 4, Las fuentes de la teologia espiritual 5, Bibliografia esencial Enel periodo postconciliar la teologia espiritual se define co- mola lectura teolégica de la experiencia cristiana en «lo vivido», sobre todo de santidad, incluidas sus repercusiones psicolégicas y sociolégicas. Asimismo, se reconoce a la teologia espiritual el cardcter de disciplina teologica y su especificidad en el conjunto unitario e interdisciplinar de la ensefianza teolégica. Por eso, tras el recorrido de los capitulos anteriores aborda- Temos aqui la naturaleza de la teologia espiritual y sus fuentes. Objetivos del capitulo ~lustiticar la descripeién de la teologia espiritual como teologia de la €xperiencia espiritual cristiana o de la experiencia vivida. : ~Explicar por qué la santidad se convierte en locus theologicus privile- aoa en el estudio de la teologia espiritual. ~ ptPoner las etapas del método experiencial de Ia teolosi ‘esentar el elenco de las fuentes de la teologia spiritual. a teologia espiritual. se puede acep- fundamental y al: el Segiin lo sefialado en los capitulos anteriores oe Giovanni Moioli, una primera afirmacion 0" ¢saria para describir Ia naturaleza de la teolog!* cap tar, Escaneado con CamScanner 224 Teologia espiritual problema de la identidad de la teologia espiritual es enn el mismo de la teologia en general, y viceversa. Nos difereng mos, pues, de la posicion de aquellos que consideran la teologe, espiritual como una rama autdnoma dentro de la teologia!, a el cuadro adecuado en el que definir lo especifico de la teologi espiritual solo puede ser el mismo de la teologia. : Con todo, la afirmacién de que el lugar propio para Compren. der la identidad de la teologia espiritual como disciplina teols, ca es el conjunto mismo de la historia de la teologia nos ob antes de seguir adelante, a responder a algunas cuestiones?, Calidag |. JUSTIFICACION DE LA TEOLOGIA ESPIRITUAL COMO TEOLOGIA De LA EXPERIENCIA ESPIRITUAL CRISTIANA, Giacomo Colombo, en la presentacion que hizo de la obra de Moioli, se preguntaba algo que me parece adecuado para centrar el problema: gse puede «hacer» teologia espiritual sin definir lo «propio» de la teologia espiritual?, ,se puede definir lo «propio» de la teologia espiritual sin situarlo dentro del dis- curso teoldgico global?, y finalmente, Zes posible comprender la globalidad del discurso teolégico en la perspectiva tradicio- nal de la teologia espiritual como una especialidad? Es evidente que estos interrogantes, por otra parte ineludibles, superan lahi- potesis o la presunci6n de una relacién inmediata entre teologia sistematica y teologia espiritual de cualquier manera que se la conciba, ¢ impone ampliar el horizonte para abarcar el discurs? teolégico en su totalidad, en su estructura fundamental y &” la variedad de sus posibles y necesarias articulaciones’. ‘icerca }. Cf. el articulo de Zas Friz de Col, La teologia spi uae lari mide ‘unit der wriplice unita, 65-68, y en particuls 5 ita come teologia» sido abenigG Moioli, Teologia espirinal, en DTI Ll, 26.61. La problems aaniaporaida en el simposio de teologia espiritual: J, M. Garcia (ed) org ¥ a ‘alita oggi, Roma 2012, 25-172, y en el «Primo Forum nai a di teologia spirituale», en particular J. M Teologia spirituale in contesto interdiscip. 3. ChG. Colombo, La lezione arcia, Lo statuto epistemolisicr sciplinare: Mysterion 5/2 (2012) rte di un teologo: Teologia 1/9 (1985) > Escaneado con CamScanner Naturaleza y método 225 Para responder a estas Cuestiones hemos de buscar ante todo an punt de encuentro, una plataforma que compartir, que nos jpilite clarificar la identidad y la relacién de la teologia es. pial con las otras disciplinas teoldgicas. Tratandose de aie rio el punto de partida no puede ser sino la aceptacion de la fe como experiencia. Después, en el estudio analitico de la ex- periencia yivida hallaremos modos diferentes, complementarios e integradores de comprenderla, Uno de esos modos sera el que propone la teologia espiritual: la reflexion teoldgica sobre «lo yivido» de la fe. Procedemos, pues, gradualmente, comenzando por clarificar la relaci6n entre fe y experiencia cristiana. 1. La experiencia cristiana y la fe' El ambito de estudio de la teologia espiritual es «la vida segin el Espiritu», o sea, la vida del cristiano encarnado en la historia que se basa en las fuentes de la revelacion. Experiencia segin el Espiritu y experiencia de la fe coinciden en la existencia personal. No se puede tener fe sin experiencia. La fe, en efecto, exige experiencia y esta llamada a desarrollarse en experiencia; pero también podemos decir que la experiencia es fruto de la fe, pasa a través de la fe y se desarrolla dentro de ella. Dice Teresa de Jesits: «Quien no lo cree estoy segura que nunca tendra expe- tiencia de ello» (1 Moradas 1, 4). Fe y experiencia crecen juntas y juntas se desarrollan; son coextensivas, se necesitan mutua- mente y crecen en el mismo proceso de trascendencia que lleva a la conviccién de que tanto la experiencia como la fe comportan siempre una salida de si, una expropiacion del sujeto”. En este proceso dinamico conviene mantener la distincion entre lo «objetivo» y lo «subjetivo» de la fe, en cuanto que se ¢o-determinan originariamente en el creyente: el «Objet» se i © vida por el sujeto y el sujeto adquiere su conciencia ae e Objeto; o sea, se experimenta la co-determinacion entre el dato 5 cristiana». cia espiritual cristiana “a di Dio, Bologna . Sobre este tema, cf. 2011, 38.3 : infra el capitulo 6: «La experien . Ros Garcia, Nef mezzo del cammino H'espert Escaneado con CamScanner 226 Teologia espiritual revelado de la fe y su apropiacién por parte del creyente, La puesta gratuita del don de Ia fe espera la acogida incondicion,, por parte del creyente. Este encuentro entre lo «objetivo, + lo «subjetivoy no es otra cosa que «la experiencia de Dios», En este sentido —nos recuerda Moioli— se puede entender | fe como experiencia, en cuanto «relacién total y personal a tre el creyente y Jesucristo». Jesucristo, obviamente, es aque} que funda el movimiento de la fe en la persona que cree; Yla persona que cree, en el momento en que se relaciona con Jo. sucristo, lo «representa» como una realidad que actia en toda su existencia®. La teologia no estudia «simplemente a Digs, sino que Dios en su comunicarse al hombre responde a su don sobreabundante. El contenido de la reflexion teolégica es, por Io tanto, la experiencia de fe, que consiste en la inseparabilidad del Tu divino del yo humano. El comienzo de todo camino de fe por parte del hombre no es la fe pensada sino la fe vivida; es decir, el encuentro con un Tii-personal, Cristo el «Verbo-carne»’. El acto de fe se convier- te, pues, en un gesto de obediencia a aquel que toma la iniciativa en la vida del hombre®. Pues es Dios mismo el que viene en Cristo al encuentro de los hombres, los Ilama y elige encomen- dandoles una tarea, una misi6n. Dios, al darse, pone a prueba al hombre en el ejercicio de su libertad’. Como diremos mis ade- lante sobre la experiencia cristiana mistica, el hombre, en cierto sentido, «padece» una Presencia si esta atento a ella’. 6. Cf. G. Moioli, «Sapere teologico», 569-596; Id., L'acqt me del tema dell esperienza da parte de la teologia, e la teologia della «spiritualita» cristiana Teologia 6 (1981) 145-153; Id., L’esperienza spiriale. Lezioni introdutorie, Mi Jano 1992, 7. «La fe nace del encuentro con el Dios vivo, que nos llama y nos revela su amor, un amor que nos precede y en el que nos podemos apoyar para estar SegUOs Y construir la vida...», Francisco, Lumen fidei 4. Ademis de von Balthasar, Verburt caro, cf. G, Meiattini, La teologia esperienziale di H, U. von Balthasar. Uniti di oggetto, metodo, stile, esistenza: Rivista teologica di Lugano 7 (2002) 423-48. 8. Cf R. Gerardi, Introduzione, Insegnare la prassi? en Id. (ed.), Insegnare ! prassi cristiana: Lateranum 77/1 (2011) 10-11. 10, GEHL U. von Balthasar, Prewna e Institucién, Madrid 2008 : ausencia se nunicacién tiene una tipologia diversificada: incluso en su apare"® cia Dios se hace presente en la vida del creyente, Cf. infra el capitulo 7. Escaneado con CamScanner Naturaleza y método ah -. en consecuencia, s¢ presenta como un «proceso dina- La fe ri ue se realiza una interaccion continua entre lo obje- jeorore ih forma, y lo subjetivo, fandado y consttuid por é1 i que mede entrar en relacién con Jesucristo sino en la fe 7 ae enel acto mismo en que la fe funda esa telacién, ys prea el objeto de la fe. En otras palabras, la Verdad de s wen quae) nO es producida por la respuesta del hombre (fi- pios (fia Saal cuando es en la decisin de creer que dicha verdad de ue ercibida, experimentada y comunicada''. ede peando a Chenu podemos decir que la Verdad revelada a de proposiciones abstractas atemporales, que podemos a tros manipular en buena légica, en una especie de «metafi- aa bajo la tutela de una autoridad, «sino que procede de una historia que Dios guia en acontecimientos salvificos, en los que él mismo se revela. Dios habla hoy en la comunidad cristiana a partir de esta “concentracion cristolégica’ que el Espiritu, se- gin la promesa de Jesus. distribuye y desvela en multiplicidad de signos que anuncian las cosas futuras, o sea, el nuevo orden de cosas nacidas de la muerte y de la resurreccion de Cristo»!?. Un auténtico camino de fe cristiana no puede perder nunca su esencia dialogal; se trata, necesariamente, de una experiencia hu- mana en la que el objeto se personaliza en el sujeto creyente y el sujeto se configura en la apropiacién del objeto. Esta co-deter- minacién reciproca la definimos con la categoria de «experien- Cia». Si ademas, como en nuestro caso, el objeto es Jesucristo muerto, resucitado y ascendido al cielo por salvarnos, entonces la experiencia no es ya una mera categoria filos6fica abstracta, Sino que tenemos que hablar de experiencia cristiana que se fun- damenta en el creciente conformarse de Cristo en el creyente (cf. Gal 4, 19). El cristiano es introducido en la vida de Cristo en la medida en que se entrega a aquello que debe ser creido'?. Ic 0 - . le Pry Stagliand, La teologia ache serve». Sul compito scientifico-ecclesia- 12, 14.99 Per la nuova evangelizazzione, Torino 1996, 92. el congreary, CHEM Omelia, en Liavvenire dell Chiesa (Bruxelles 1970). Il libro 'sreso, Brescia 1970, 63 SCL , 63. vos *- von Balthasar, Gloria 1. Cf. también Pneuma e Institucién. Escaneado con CamScanner Teologia espiritual 228 se puede plantear la hipdtesis de . xperiencia cristiana en ny ino reconduciéndola a ta fy a 4 fun, jon teologica de ando la fe nalidad; no super digas i samente porque, como hemos visto en el pensamiento dg Ralner, no existe una fe que no sca historica yuna iteligencis de la fe que no sea inteligencia de una historia ¥ que no deg, ve de la historia sus proplos interrogantes y la busqueda de lag respectivas respuestas. La fe nee ae si misma la dimensisn experiencial o de la praxis cristiana™. La teologia, Pues, para ser fiel a si misma, no podrd limitarse a su dimension Cognos. citiva de la revelacién, sino que debera tomar en Consideracign Ia reflexion sobre «lo vivido» de la fe eclesial'’. La falta de un polo o del otro provocaria la disolucién'’. En otras palabras, «fe creida» y «fe vivida» son las dos caras de la misma moneda: «la experiencia vivida cristiana». La experiencia cristiana se sitig asi no fuera sino dentro de la fe y puede ser descrita como «la realizacién personal de la vida de fe»'”. Como veremos mds ampliamente en el capitulo 6, la expe- riencia espiritual cristiana se apoya sobre muchas estructuras: en primer lugar, sobre la fe tal como es transmitida por la Igle- sia y recibida como dato objetivo; en segundo lugar, sobre los sacramentos por los que nos es comunicada la vida divina como prolongacién y consecuencia del misterio pascual de Cristo. Por otra parte, esta estructura objetiva de la experiencia cristiana se desarrolla segtin un ritmo que es propio de cada una de las personas, insertas en un concreto ambiente espiritual, influidoa su vez por determinadas condiciones corporales'’. 14. CE. K. Rahner, Dios, amor que descic itos espiril om , Dios, amor que desciende. Escritos espirituales, in ed. de J. A. Garcia, Santander 2008. : 15. 4.Alfaro, Revelacién cristiana, fe y teologia, Salamanca 1994. ie c 7 Gerardi, Introduzione. Insegnare la prassi?, \6. de D.Castenette, Moioli, L'esperienza spiriale; Id., Temi cristiani maggioris &- re tation Milano 1992, especialmente 68-65. . CLC. Stercal, / «nod dinamie , istiana, en Init ae ramici» dell'esperienza cristiana, en 1 i EI xpresién «nudos dinimicos» de G. Moiol 9 all fm E! autor toma leterminar y calificar a 1 ine cristiana, aquellos elementos fundamentales de cualquier exPe™ Escaneado con CamScanner Naturaleza y método 229 gmo teologico en la expresion del i la experienci ‘ia de 2 Dionisio a Buenaventura, desde Bernard a Waaijman, aceptan la complementariedad de las perspectivas en : sn sobre la fe. Sin oscurecer el principio unitario ‘on on su origen: la fe que da unidad al saber que de ella y te allase aleanza. La Verdad cristiana ilumina todo nuestro ser yse irige tambien @ nuestro entendimiento porque quiere ser com- rendida; Se dirige a la razon : debe ser pensada por la razon ra que el hombre la haga propia y para que ella desarrolle ple- amente SU propia fuerza. En este esfuerzo de la teologia por comprender los diversos elementos que componen la experiencia espiritual cristiana se justifican las diferentes aproximaciones sobre la verdad cristia- na. En esta «reflexion critica sobre la fe vivida» en la comuni- dad cristiana nos parece que se pueden determinar, al menos, dos perspectivas complementarias, aunque claramente diferen- tes: la que toma como objeto los contenidos de la revelacion y aque se centra en lo vivido. En efecto, la verdad cristiana es nica: Verdad introducida en la historia por medio del aconte- cimiento revelador absoluto de «Jestis de Nazaret». Pero bien distinta es la experiencia y apropiacién que el sujeto hace de esta verdad, En consecuencia, tenemos la formulacién de un lenguaje de proposiciones, afirmaciones del «saber la verdad»; y hay también un lenguaje de apropiacién, de subjetivizacién y personalizacién de la fe. Hablamos, pues, de dos modos com- plementarios de reflexionar sobre la fe: una «teologia proposi- tivay, «sistematico-dogmatica», que se mueve en el ambito de la afirmacién «universal» del dato cristiano; y una «teologia de la personalizacién» del dato cristiano universal. Con otras Palabras, podemos distinguir una ateologia sistematicay que Propone la experiencia de lo vivido de la revelacion en sus for- me lanes diseursivas, y de una «teologia pricticay a ee 4 reflexion sobre el «vivido» de la verdad. Son dos cas . que se necesitan mutuamente. Escaneado con CamScanner 230 Teologia espiritual ifico de expresar la experiencia espiriy ia espiritual 3. Elmodo esp , ual p, parte de la teolog Por ¢ acepta, al menos en teoria, que la teologia To. puede contentar con construir una teologia Propositiva de |g ca dad cristiana, sino que ha de elaborar también una teologig apropiacion personal de la misma: la experiencia vivida, Hable, mos entonces de una teologia espiritual como «teologia de jg er periencia espiritual cristiana», que ofrece a toda la teologia |, reflexidn critica sobre la fe a partir de lo vivido creyente. © mic bien habria que hablar de una «teologia de lo vivido spiritual cristiano» 0 «teologia de la vida cristiana», capaz de captar Ia continua evolucién de la vida espiritual hasta la madurez, tani en la vida del creyente como en las diversas espiritualidades es. pecificas que han fiorecido en la tradicion de la Iglesia’. En efecto, si se quiere clarificar la originalidad de la teologia espiritual no se puede partir de la teologia dogmatica reducien- do después la espiritualidad a solo una aplicaci6n practica de la misma”. Segiin esta orientaci6n, que adolece de la falta de refe- rencia tanto al desarrollo continuo de la vida espiritual como a las variadas espiritualidades especificas que han florecido en la vida de la Iglesia, dificilmente se podra definir la originalidad de la teologia espiritual. Y tampoco se podra identificar facil- mente la teologia espiritual como una antropologia basada en el acontecimiento histérico de Cristo, es decir, como ciencia del hombre religioso. En este caso, sin minusvalorar la importancia de las estructuras psicoldgicas en la vida espiritual, no se haria Hoy y 19, En esta exposicidn acepto lo que hay de comtin en los conceptos de «i do», «experiencian y «vida» (conciencia y reflexion sobre lo que se vive ¥ tS formacion en el vivirlo) sin ocuparme de los matices que las diferencian. C f. sobre esto el reciente articulo de R. Zas Friz de Col, La teologia spirituale ¢ la rice della triplice unité: disciplinare, intradisciplinare ¢ interdisciplinare: Myst" (wwwamysterion, it) 6/1 (2013) 65-83, . : 20. Ct Por ejemplo, los manuales de A. Dagnino, La vita cristiana Ws ) que cipal tie: «la teologia espiritual es una aplicacion de la dogma») es sient Ia orientacién tomista; A. Benigar, Compendium theologiae ey Wer 125? sigue la teologia de san Buenaventura, Mas recientemente ee miyer due sigue la linea de von Balthasar, sostiene que la teologi esP™ ara subjetiva de la teologia dogmatica, Escaneado con CamScanner Naturaleza y método 2a mas que reducir cl problema fundamental sn entre la teologia . podemos anticir de |; c a teologia espiri- espiritual y 1 oe ‘a teologia mos ual a ral. sin emba que No es oportuno, como se ha hecho en el pasado, considerar la teologia espiritual cor : lo, considerar la teo s ‘al como s decir, una aplicacién de la teologia moral Imas?", : ual a la rel iritualidad no es tanto su obli- gada referencia a la Verd na cuanto la apropiacion que a sujeto hace de esa verdad, o sea, la «experiencia vividay. Un «vivido» que compromete a la persona en todas sus dimensiones y que se convierte en motivo de conocimiento y, por tanto, es susceptible de ser presentado organicamente como disciplina y ciencia teologica. Con otras palabras, el objeto de la teologia es- piritual es la vida espiritual en Cristo en cuanto proyecto perso- nal. Una vida cristiana que no se define solo por la participacion del creyente en la vida divina (tratado de la Gracia), sino sobre todo por la experiencia vivida como surge ya de forma normativa en la Sagrada Escritura y cristaliza de modo privilegiado en lo vivido de los santos que jalonan la rica tradici6n eclesial. Temas de estudio ~ Sobre la relacién entre teologia y teologia espiritual: R. Zas Friz de Col, La teologia spirituale e la ricerca della triplice unita: disciplinare, in- tradisciplinare e interdisciplinare: Mysterion 6/1 (2013) 65-85. —Sobre la relacién fe-experiencia: el capitulo primero del volumen de S. Ros Garcia, La experiencia de Dios en mitad de la vida, Madrid. 2007; P. Martinelli (ed.), Esperienza, Teologia e Spiritualita: Italia fran- cescana, Supplemento 3 (2009); M. Paradiso, Esperienza, fede, conos- cenza, Assisi 2012; Id., Fenomenologia della fede. Indagine analitico/ sintetica sulla fede, per un nuovo umanesimo, Assisi 2014. sxe To en la Rao fundamentais institutions sacerdoratis, de lx Cong: espiring a la oe catélica, del aiio 1970, como en la de 1985, la teologia cién Sapientin locada como subsidiaria respecto a la teologia moral. La Constitu- sett christiana, de 1979, habla de «teologia moral y espiritual» como linea me por et ori en el primer ciclo de los estudios teologices. En esta misma don (agg ef mueve también el manual de J. Aumann, Spiritual theology, dea merit Sera profundizado en el capitulo siguiente, en que tratare- rdisciplinariedad de la teologia espiritual. Escaneado con CamScanner 232 Teologia espiritual 2. DESCRIPCION DE LA TEOLOGIA ESPIRITUAL Ahora, pues, ya podemos describir la tcologia Spiritual ¢ la adisciplina teolégica que, fundada sobre los principig, A 0 revelacién, estudia, con método propio, la experiencia espirit | cristiana en lo ‘vivido cualificado de santidad’, poniendy oo lieve sus constantes cognoscitivo-practicas, que caracterizay informan la existencia humana del cristiano, en su desarray hasta la plenitud de vida en Cristo». 2 Comentemos brevemente esta definicién. —Disciplina teoldgica. Se trata de una seccién especializa. da de la teologia que comparte con ella el objeto Seneral (9 saber de Dios, en Cristo, en el Espiritu) y los principios funda. mentales del método” y las fuentes de la teologia. En cuanto disciplina teolégica, usa todos los instrumentos metodoldgicos y conceptuales propios de la investigacién cientifica teoldgica, para hacer cada vez mis inteligible el dato revelado y favorecer el encuentro con Dios. —Fundada sobre los principios de la revelacién. Lo wvivido cristiano», objeto especifico del estudio de la teologia espiritual, se califica rigurosamente como «cristiano», porque se funda- menta sobre la objetividad del acontecimiento Cristo. Desde este punto de vista la teologia espiritual reflexiona criticamente sobre la vivencia de una verdad divina «revelada» en la histo- ria, que tiene caracteristicas propias, por ejemplo, una perenni- dad que la sustrae al devenir de la misma historia humana. Por esto la teologia espiritual examina, a la luz de la fe, la valiosa aportacion de las ciencias humanas, aunque sin desnaturalizar la propia identidad. La «espiritualidad», antes de ser «actitud del hombre», es presencia, gracia, encuentro, don del Espiritu de Dios. La perspectiva esencial de la teologia espiritual vien? dada por el encuentro entre Dios que se da y el hombre que ge 22. Como se vera mas adelante, el método de Ia teologia cespiritual rec "i los tres niente os fundamentales del hacer teolégico: la escucha, aucditus fel cimiento, inellectus fidei; la prictica, praxis fidei. Escaneado con CamScanner Naturaleza y método 233 y acoge, en la fe y en el amor, a Dios mismo; Por tanto, la hermenéutica fundamental para comprender el actuar de sen el hombre es el misterio de Cristo, que el hombre puede aleanzar en virtud de una comunicacién divina concreta, garan- tizada por la Escritura y por los sacramentos. La teologia espiritual, pues, no es mas que «teologia», en cuanto que hace inteligible el misterio cristiano mediante el es- tudio critico de la vivencia del mismo en la experiencia cuali- ficada del creyente. A esto se debe el que la teologia espiritual necesite una relacion intima con la teologia sistematica para ve- rificar la calidad y autenticidad cristiana de lo vivencial”. ree clave Di _Estudia, con método propio, la experiencia espiritual cris- tiana. La experiencia es el objeto del tedlogo espiritual, que analiza el hecho en aquello que lo constituye, precisamente por- que es en la vida del creyente donde se realiza el didlogo con la trascendencia. «No se subrayard nunca lo suficiente —escribe Theobald-, la fuerza de esta fundamental paradoja de toda ‘teo- logia espiritual’: la experiencia de Dios es siempre incompara- blemente personal y como tal es propuesta a todos». EI didlogo entre el hombre y Dios, bajo la ensefia del Es- piritu, se realiza en el horizonte de la experiencia humana. La teologia, en este sentido, no es sino un decir con lenguaje hu- mano la experiencia de una presencia capaz de dar significado ala existencia, “A a teologia —también para la teologia espiritual— la expe- pei esun «lugar teoldgico», es decir, elemento pri- is aes aleanzar una inteligencia mas profunda del dato gue la ee EI objeto de estudio de la teologia no es otro aetia en la acme de Cristo Jestis que, por el Espiritu, inamismo, late el creyente y de la comunidad. Dentro de este » a teologia espiritual reflexiona sobre la experiencia 23. ChE rina EA. Escudero (ed), 1 i. Tone ta Toole tt? (€d.), Lesperienza eristiana: dialogo tra la teoloxia sp "2012, 1yheyyg tematica, en J. M. Garcia (ed), Teologia € spirimalitd og: theoba a ‘ld, 1! cristianesimo come stile, Bologna 2009, 336. Escaneado con CamScanner 234 Teologia espiritual de Cristo, no tanto a un nivel ontolégico CUaMIO sey encial en los miembros del Cristo ecle, a oe ‘ atencién en el dato revelado en cuanto ial Centra, pues, su : c via, comunicada por el Padre, en Cristo, por medio del Espirity, ie Una «vida» acogida y desarrollada por los creyentes con tonalidades y matices diferentes. _En lo vivido cualificado [de santidad]. La experiencia cc vida entendida como «personalizacion creyente del dato revel,. do» se propone como lugar y fundamento del «conocimiento, del misterio revelado en Cristo; como valor que la «teoriay, en sus varios niveles, debe reconocer, leer y promover*’. Lo «yj. vido», en efecto, adquiere la categoria de la comprensién re. cabando la actividad intelectual humana, mediante el ejercicio hermentutico, para su verificacion y comunicaci6n con vistas al compromiso personal. En este sentido, se puede hablar de «lo vivido» como el modo mejor de captar el dinamismo teolé- gico de la experiencia cristiana y la forma més adecuada para expresar la comunién con Dios’. En la experiencia vivida las verdades se saben no porque estén representadas o hayan sido transmitidas sino porque han sido «experimentadas», 0, como dirian los misticos, «gustadas». Se trata de un conocimiento «sabroso’”. Pues no se testifica lo vivido cristiano por medio de un concepto, sino a través de un testimonio que manifiesta una de las tantas modalidades de la tinica verdad de Dios”. El objeto material, pues, de la teologia espiritual no son las afirmaciones de principio, sino «la historia» del hombre espiritual”. pascual su desarrollo 25. Cf. P. L. Boracco, El problema historiogréfico de la espiritualidad cris- tana, - Bonora (ed.), La espiritualidad del Antiguo Testamento, Salamanc® 26. «La raz6n més alta de la dignidad del hombre consiste en su vocacion @ la comunién con Dios» (GS 19), nti chiave, Teologia spiriwale ed esperienza. Alcuni punti chit ent leologia e Spiritualita: alia francescana. Supple™ (2009) 49-55, 29. Se tratari mente la experien do teolégica, Por tanto, de asumir la posibilidad de comprender teo}siet” espiritual concreta, de modo que esta comprensidn siga S1* Escaneado con CamScanner Naturuleza y método 235 s enc ‘a Sy es, ante a i Nos encontramos, pues, ante una «ciencia experiencialy cuyo punto de partida no es el dato objetivo de la revelacig jo la experienc! ida del mismo. Podemos hablar del e tudio ci ico de una vida vivi ‘a Cn Comunidn con Dios”, af este punto, bien se puede decir que el objeto del estudio especi- fico de la teologia espiritual no es otro que «lo vivido cristiano» y, por tanto, la categoria «experiencia cristiana» puede ser facil- mente intercambiable con la de «lo vivido cristiano», 0 mejor, con la expresion integradora «experiencia vivida». sino -[En lo vi ido cualificado] de santidad. Gozne de la experien- cia es su vinculo con la historia de la salvaci6n, orientada hacia Japlenitud en Cristo, tal como ha sido vivida en la Iglesia y de la que «los santos» son los mejores testigos, por cuanto en ellos Ja historia de la salvacién alcanza su cima y excelencia®', La santidad, centro y culmen de toda espiritualidad cristia- na, no es solo doctrinal, sino que actiia realmente en la persona, como se demuestra en el obrar excelente de tantos hombres y mujeres que han vivido una relacin de amistad intima con Dios. Con su vida los santos nos aproximan a la santidad de Dios, el nico Santo, y a su conocimiento®. Ya Gregorio Magno proponia la interpretacién vivida de los santos como mediaci6n privilegia- 30. CE el primer capitulo de la publicacién de F. Asti, Teologia della vita mista. Fondamenti, dinamiche, mezzi, Citta del Vaticano 2009, 15-55. 31. Cf. el articulo de F. M. Léthel, / santi come teologi, en La teologia spiri- ‘wale, Roma 2001, 613-621. El autor cita a santa Teresa de Lisieux y su «ciencia divine»: «Todos los santos To han entendido y de modo especial sin duda aquellos gue lena el unverso con la iradiacion de una doctrna evangelica. No ha so, en a fecto, d oracién de donde los santos Pablo, Agustin, Juan de la Cruz, Tomas de {ine Francisco, Domingo y tantos otros ilustres amigos de Dios, aleanzaron esta pat dvina que fascina a los més grandes genios? Un cientiico dij: ‘Dadme un siaend®aP0y0 y moveré el mundo”. Lo que Arguimedes no pudo obtener porque obtnntda no la dirigia a Dios y se situaba solo en el mbito material, los santos lo iron en toda su plenitud>, santa Teresa del Nifio Jests, Manuserito C, 366 Antonign® af puede entender a Atanasio sin la experiencia de Cristo hecha por Buenaveng, Gustin sin Ia pasién de su camino hacia la radicalidad cristina: & Por pane tlt teologa franciscana del siglo XIII sin la actualizacin de Cristo qd Cvangelio — de Asis; a Tomas de Aquino sin la pasion de ee “ luisa ge extngelizacién. Se podrian aducir muchisimos otros ejemplo ie lata, Mig el ¥ de la teologia, CF. Ratzinger, Natura e com Escaneado con CamScanner aoe Teologia espiritual da para integrar la Palabra en la vida del creyente: «La Jos santos nos muestra qué debemos entender en los libros q Sagrada Escritura. Su conducta nos ofrece el sentido que e] Ht la de los dos Testamentos nos dice con diferentes Mensajes “ty Ia exhortacién Ferbum Domini se expone como el sentido esr, tual se manifiesta en la experiencia de los santos", Son Patrafyg importantes para la interpretacién del sentido espiritual de jg Bie blia, porque atestiguan la verdad del Espiritu en la Xperiencig concreta de santidad que el Espiritu produce**. EI Dios santo, uno y trino, se da a si mismo al creyente y viene a habitar en él (Jn 14, 23). La efusion del Espiritu Provoca una renovacion intrinseca en la vida del creyente hasta el Punto de hacerlo participe de la misma vida divina (Rom 6, 3-10) y testigo del Cristo vivo. Si la Iglesia afirmara que es santa y no tuviera ningun tes. tigo concreto de esta santidad, la gracia santificante se podria ver solo como una posibilidad y el evangelio como el anuncio de una utopia altruista o de un idealismo ascético. Los santos contribuyen, pues, de modo excelso, a manifestar y hacer com- prender la santidad de Dios; son un reflejo humano de la bondad, de la misericordia, de la sabiduria, del perdén, de la justicia y de los otros atributos divinos**. Los santos, mejor que los grandes tratados de teologia, refle- jan la presencia y la bondad de Dios en medio de nosotros. En este sentido afirma Joseph Ratzinger: «Se podria perfectamente Vida de 33. Gregorio Magno, In Ezechielem, PL 76, 901. 34. Cf. VD 48-49. En la VD se citan 21 santos u hombres de Dios desde ¢ siglo I hasta el XX1 35. «La interpretacion mas profunda de la Escritura, en efecto, se encuent Precisamente en aquellos que se dejaron plasmar por la Palabra de Dios por medi® de la escucha, la lectura y la meditacién asidua, No es casualidad que las grandes espiritualidades que han jalonado la historia de la Iglesia hayan surgido de u referencia explicita a la Escritura» (VD 48), 36. CfA. Amato, J santi nella Chiesa, Citta del Vaticano 2010 (en particult !a primera parte: La suntitd nella Chiesa, 9-112); Id., 1 santi si rispecchian® it Cristo, Citta del Vaticano 2011 (en particular la primera parte, 9-120); Id / sat festimoni della fede, Citta del Vaticano 2012 (en particular la parte primera: “St litt e vita di feden, 9-93); Id,, 1 santi profeti di speranza, Citta del Vatican 20 'd., 1 santi apostoli di Cristo risorto, Citta del Vaticano 2013. Escaneado con CamScanner Naturaleza y método decir que los santos son las constelaciones cristianas en las que ge refleja Ia riqueza de la gran luz de Dios que nosotros solos i. podriamos percibir en el esplendor de su gloria propia»*”, E] nto, pues, constituye un «lugar teoldgico»* privilegiado en quanto que representa el eslab6n de unién con el centro de la eologia: Ia Palabra de Dios en Cristo*’, Los santos nos ayudan a comprender e imitar mejor al Sefior jesiis. Nos ofrece un testimonio inequivoco de ello Charles de Foucauld en una obra que reproduce con claridad la invitacion de Jesus a «imitarlo»: Este estado es el estado de imitacién, la mas perfecta posible, de mi vida escondida: todo aquello que pienses que Yo haria, hazlo; todo aquello que pienses que Yo no lo haria, no lo hagas. Esta es tu Regla. No sigas ni a san Bernardo, ni a san Francisco, ni a san Benito Labre, nia san Alejo en los aspectos particulares de sus vidas, en sus prac- ticas personales y ni siquiera en sus Reglas. Siguelos en su espiritu general, que era el mio, el espiritu de amor a Dios y al prdjimo, de pobreza, de penitencia, de trabajo, pero no trates de seguirlos en nin- guna practica particular. Sigueme a Mi, solo a Mi. Indaga qué hacia yo, «escruta las Es- crituras»; mira también a los santos no para seguirlos, sino para ver cémo me han seguido y para tomar de cada uno de ellos aquello que tii pienses que procede de Mi, que sea imitacion de Mi. Y sigueme a Mi, a Mi, solo a Mi. Lo demas no te importe®. ke 37. 1 Ratzinger, Theologie der Liturgie, Freiburg 2008, 105 (versién cast.: leologia de a liturgia, en Obras completas X1, Madrid 2012). gins, publicacién de G. Lombarda, La santtd vissuta come «locus theo- \aicus», Milano 2006; M. Bergamo, La scienza dei santi. Studi sulla missione fel Seicento, Teoloy icento, Firenze 1984; K, Rahner, La Iglesia de los santos, en Escritos de ia II, Madrid *2002, 101-114. sinigg tee sentido Joseph Ratzinger (Benedicto XVI) afirma: «Los santos sc hag tntcosinéxpretes de fa Sagrada Escritur. El sentido de una expresién sido or nesible de modo mas claro gracias precisamente a las personas que imterpretgegd/MeMte Conquistadas por ella y Ia han realizado en su propia vida. La m de a Escritura no puede ser una aventura simplemente académica y Mo de sus raceada al ambito puramente historico. La Escritura encierra en cada ‘vidas yy Un potencial de futuro que culmina solo cuando sus palibras son = “lai S008 asta el fondo», J Ratzinger (Benedicto XVI), Jets de Naza- icauld, Opere spirituali. Antologia, Cinisello Balsamo °1984, €S nuestra), Escaneado con CamScanner Teologia espiritnal ser considerados como “aboratorie la teologia espiritual, campo Pr ivilegiado de investigacigy ob. jeto especifica de estudio". Los santos y 10s misticosihumiy desde e} punto de vista experienc l los grandes misteriog on fe presentados por la tcologia. Si ademas de ser misticos ee también grandes tedlogos que logran iluminar desde el pyr to de vista mistico experiencial los grandes misterios de |g 5, presentados por la teologia y traducir en categorias teoldgicas la rica experiencia de Dios vivida personalmente, entonces la experiencia de los santos y de los misticos tiene un caracter qe fuente inspiradora de la teologia spiritual". A este respecto dice Borriello en un trabajo reciente: «, experiencia espiritual alcanza su maxima pureza ¢ intensidag ademas de su garantia de autenticidad, gracias a su reconoci- miento por parte de la Iglesia— en los santos, especialmente en aquellos que son reconocidos 0 considerados como ‘doctores’; y como lo imperfecto se juzga desde lo perfecto, en teologia es- piritual la experiencia de los santos es normativa, si bien como ejemplificacién concreta, y ‘nunca’ como ley universal»®. La historia de la teologia no puede prescindir de los «referentes espirituales», de los «modelos» de «santidad» considerados in- térpretes de una época 0 como puntos de referencia para todos los tiempos, que sefialan algunas lineas de fuerza o constantes que facilitan una comprensién unitaria y sistematica de la expe- riencia integral de la fe. Como dice Balthasar: «Los que aman son los que mas saben de Dios, es a ellos a quienes los tedlogos tienen que escuchar». La vida de los santos, que se desenvuel- Los santos puede Om de 41. Cf. D, Sorrentino, L'esperienza di Dio. Disegno di teologia spirituale, sisi 2007, 62-63. B 42. Cf. H. U. von Balthasar, Teologia y santidad, en Verbum Caro, Sass 2001; F. M. Léthel, Connaitre l'amour du Christ qui surpasse toute connaisaree La Théologie des saints, Venasque 1989; D. Sorrentino, Teresa de Lisiew dome della Chiesa, Verso la riscoperta di una teologia sapienciale: Asprenas +4 ( 483-514; R. Garcia, La espiritualidad en el estudio de la teologia: Gregorian (2009) 586-591 (Dios, sujeto de la teologia. Los santos, sus mejores: interpret) at 43. L, Borriello, Teologia spirituale e santivd, en Garcia (ed.), en Tos spiritualité oggi, 191-205. 2 44, 11. U. von Bathasar, Solo ef amor es digno de fe, Salamanca ‘2011-7 “= Escaneado con CamScanner Y métode 239 cate Cristo-Cabeza y la Iglesia-Cuerpo, ent osa, es auténtica y Propia teologia vivida en realismo permanente de la vida real €xtendida e; raid NOs entre lo incompleto y lo completo, ylasantificacion™. * pentro de la vivencia de la santidad, la reali lad jr -sa la radicalidad testificante de la fe en Crist to oi" expresa la dica a een Cristo es e] «mar- tirion*. El martir pertenece a la esencia de la fe cristiana desde ¢] momento en que ella conmemora y celebra la muerte de un martir como origen de la verdadera vida. En el martir se da una adhesin vital entre el testigo y la realidad testimoniada, ente la fides quae y Ia, fides qua, entre el Cristo y el creyente*”. Te cl Esposo yla ¢l sentido de un ntre el «yay yel » entre el pecadg 45, Pignsese en san Anselmo de Canterbury cuando en una oracién escribia: «Enséfiame a buscarte, y muéstrate a mi que te busco. Yo no puedo buscarte siti no ine ensefas, ni encontrarte si tu no te me muestras. Que yo te busque desedndote, ue te desee buscdndote, que te encuentre amandote, y que te ame encontrindote. Yo te reconozco, Sefior, y te agradezco por haber creado ti en mi esta tu imagen para que me acuerde siempre de ti, te piense y te ame; pero ella esta tan disléxica por el desgaste de los vicios, tan ofuscada por el ctimulo de los pecados que no puede hacer aquello para lo que fue hecha si tino la renuevas y no la reconstruyes. No pre- tendo, Sefior, escalar tu altura porque no puedo comparar en modo alguno a ella mi éntendimiento, pero deseo de alguna manera descubrir tu voluntad, que mi corazén cree yama. Y no busco entender para creer, sino que creo para entender. Y también estoy convencido de esto: que si primero no creo, no podré entender». Orando se scerea al misterio, orando emprende también sus reflexiones mas abstractas sobre Dios y sus atributos, orando comienza incluso su experimento de pensar, de poner ‘nite paréntesis el acto de fe para que también las «razones necesarias» desplieguen su fuerza probatoria. Orando recibe la revelacién sobrenatural de Dios en Cristo y comprende entonces que también la natural, la dada por Dios en la creacion y la ‘zon, es revelacién auténtica y, por tanto, algo que se puede acoger también de ro- alas, en lo intimo del corazén lo mismo que exige la tevelacin historica. Paral cr vaiGity sobrenaturaleza, saber y fe se distinguen no como profano y sagradh: fe jam Gf la fe 61 comprende que también la raz6n ha sido reada oten Utais pl’24 en vistas a Ta gracia, y que ambas constituyen Ia fevelacin del tinico inabarcable amor del Dios trinitario. Sd peg ConeteeACIOn para las Causas de los Santos, Le cause dei sant aig “Studiun», editado por V, Criscuolo-D. Ols-R. J. Sarno, Ci €n particular «E] martirion, 40-65. seael que 47. « , rel en el que b que apn rewunta donde esti en la vida del hombre el punto aauel ct > 6a dé ece ¢s absolutamente verdadero y la verdad es a aida a realidad is crdinaatt ¢! Punto donde todo converge: la accidn y 1a pasith ot tid la “Y la mas incomprensible, la mas divina, la oscura Leet oy la realidad. tay qu retin de Dios que la abraza en su misericordia, ¢! KK. Raliner, Sentido Mkica de fa gee AUS €8 en el martirio. Aqui y sol AQUIY. Marit). ‘muerte, Barcelona 1965 (con una digresion S Escaneado con CamScanner Teologia espiritual 240 pirit la teologia © al adquiere toda su jn a tcologia que recupera su ies sin contemplativa y orante™. La urgencia de esta teoloyig a cede también del hecho de que la experiencia es trictameny, personal y dinamica No puede, por tanto, ser confiada la = flexién sobre los principios que, prec! amente Por ser tales, no pueden incluir este aspecto personal y dinamico”, : Ademas, la santidad no afecta solo al tedlogo de la Spiritua, lidad en la elaboracién de la teologia, sino que ala vezes |g fue, te privilegiada en el plano de coherencia del mismo «vivido» y finalidad de toda la teologia. En la santidad vivida, el Espirig, Santo y la experiencia humana se encuentran tan profundamente que la distancia temporal de! Santo de Dios se supera en un en. cuentro vital. Y precisamente a partir de la proximidad con ¢| Santo de Dios es como se comprende qué significa el «magiste. rio de lo vivido», que invita a entrar en la escuela de los santos y de su experiencia de Cristo. Esta es la mas alta expresién de ese «libro de la experiencia» del que habla, por ejemplo, Bernardo de Claraval en sus Sermones sobre el Cantar de los cantares (3, 1, 1): «Hoy leemos en el libro de la experiencia». Afirmaba Ratzinger pocos dias antes de su eleccién como sucesor de Pedro, hablando en Subiaco el dia | de abril de 2005: si entendida, como el alma de toda tancia Lo que necesitamos en este momento de la historia son hombres que, gracias a una fe ilustrada y vivida, hagan creible a Dios en este mundo. El testimonio negativo de los cristianos que hablaban de Dios 48. Cf. L. Borriello, Teologia spirituale e santita, en Garcia (ed.), Teologia spiritualita oggi, 129-146, 49. En un licido articulo, H, de Lubac habia descrito hace ya algunos aos 18 fisonomia del santo y de la santidad del futuro. La lectura de este texto es recome” dable todavia hoy como diagnéstico del futuro perenne del Espiritu. Los santos, la realidad de hoy y de siempre, son, como intérpretes de los designios de Dies, los testigos auténticos de Ia espiitualidad, Cf, «Santidad del mariana?» en Parado2 ymisterio de la Iglesia, Salamanca 1967, 215-224. 50. Escribe Klaus Berger: «La mistica reconoce a la mistica. La percePt tuna actualidad mistica existe, pues, con valor semejante, al lado de Ia actu en el sentido de las ciencias naturales modernas, Hoy, por primera vez, [9 POS dernidad permite de nuevo esta coexistencia. No hay, pues, solo una proxi “cronologica’ a Jesiis sino también “existencial’» (Gesii, Brescia ‘2007, 2) prion de Escaneado con CamScanner Naturaleza y método ay civian contra él, ha oscurecido la imagen de Dios y ha abi a incredulidad, Tenemos ne eee yerta de! idad de hombres que tenga pet eada orientada hacia Dios aprendiendo de él la verdadera hurr sitamos hombre a 0G huma- cuyo entendimiento esté iluminado por Je Dios ¥ a quienes Dios les abra el corazén de modo que su pueda hablar a ta de los otros y su corazén pueda abrirse Solo a través de hombres tocados por Dios, star cerca de los hombres". t lami nidad. Nece Ja luz La teologia espiritual, pues, puede ser considerada, por una parte, verdadera «teologia», 0 sea, una auténtica inteligencia critica fundada sobre la luz de la revelaci6n; por otra, una teo- Jogia «de la vida espiritual», es decir, un conocimiento definido por cuanto concierne a la naturaleza, los significados y los com- ponentes de la vida segun el Espiritu. _Poniendo de relieve sus constantes cognoscitivo-practicas. En el estudio de cada uno de los modelos concretos de santi- dad la teologia espiritual demuestra cémo, aun perteneciendo a distintos grupos sociales y sin perder las caracteristicas propias de su propia personalidad, reaccionan todos segtin estructuras comunes, El tedlogo de la espiritualidad debe saber leer critica- mente, usando una correcta hermenéutica teoldgica, los datos ofrecidos por la historia, buscando en ellos los rasgos comunes que puedan ayudar al cristiano a desarrollar su propio camino de crecimiento espiritual. Por «constantes» entendemos aquellas convergencias pro- fundas, aquellas estructuras comunes que se dan en la vida de santidad y que determinan una cierta «tipologia» del creyente cristiano, Se trata, por consiguiente, de las sintonias que superan las distancias de siglos, a partir de la base de la unica y profunda “periencia del misterio®. Podemos decir, en este sentido, que 51. Ber : Vaigt, Benedicto XVI, L’Europa di Benedetto, Nella crisi delle culture, Citta del Pe Siena 2005, °280 de Nesiiman hablard de «reduceién eidética» para explicar emo, en el pro~ Cons hula un fendmeno, se busca, por asi decir, mirarlo de forma que se hacer aparecer su esencia; Waaijman, Espiritualidad, 650-654. Escaneado con CamScanner Teologia espiritual 242 los modelos de santidad indican constantemente algunas, de fuerza en la historia y ofrecen una comprension sintgy la experiencia total de la fe. oS En esta operacion de estudio critico, de comparar Y de op, ganizar los datos ofrecidos por la investigacién histérica, 5g - tenta ir mas alla de lo vivido concreto de una figura individuay pongamos por caso la vida de un santo-, para captar “Posibles concurrencias» que nos ayudan a disefiar la figura ideal de un «hombre espiritualy que encuentra su cumplimiento definitive en Cristo. . Se trata ademas de «constantes cognoscitivas y Practicasy es decir, que nos encontramos con una teologia animada por la santidad y orientada a una dimensién practico-directiva pero abierta, al mismo tiempo, al conocimiento teolégico®. La Vida cristiana seguin el Espiritu del resucitado tiene un componente practico pero también especulativo. La experiencia, entendida también como un «saber la realidad», se concibe como el modo mas completo, adecuado, totalizador con el que el sujeto alcan- Za este «saber» y por tanto accede a la realidad. Un «saber» capaz de provocar una unificacién original entre conocimiento y amor, entre contemplacién y accién, entre teo- ria y praxis. El creyente «sabe» porque «viven“, Podemos decir que se trata de una sabiduria existencial que tiene su punto de partida en el «vivido creyente» y este «vivido» creyente nos permite hacer mas inteligible el dato objetivo de la revelacién' Pero se trata también de «ciencia prctica», en cuanto que en la base de la reflexién sistematizada esta lo «vivido cristiano», que corre dinamicamente en la historia concreta. linea ea de 33. «La santidad, pues, es algo ‘vivido’, pero por su naturaleza teolégicam™ te elocuente, un fendmeno teologico que demanda ser recogido no con la pretet sién de una sistematizacién teoldgica sino con la peculiaridad que lo caracteti! Ser un vivido que se analiza, que se descifra si es recogido con los regist0s et" CO, narrativo y pricticon, Lombarda, La santita, 391, 54. Cf. Moioli, Experiencia, en NDE. 1848-1849. el 35. Es necesario escuchar ~dice Léthel~ «la sinfonia de Ireneo en! el"! deTomis», FM. Léthel, Connaitre amour du Christ qui surpass toute sance. La théologie des saints, Venasque 1989, 63." Escaneado con CamScanner Naturaleza y método 243 [las constantes] que caracterizan e informan la exi ic aman del cri iano. Estas constantes hacen nie es munca del misterio de Dios y tienen como finalidad i ee vente los dinamismos del camino de perfeccién Se ee ecto directivo-proyectual propio de la teologia pear tarea, la teologia espiritual, ademas de un didlogo con las ciencias humanas, mantiene una simbiosis con la teologia moral jugar su indole «mistagogica y pedagégica»: acompaiiar para con Jaexistencia concreta hacia la realizacion plena en Cristo. al cre) _En su desarrollo hasta la plenitud de vida en Cristo. La finalidad especifica de la teologia espiritual no es otra que la de ayudar al hombre y a la mujer de nuestro tiempo a «vivir segin el Espiritu de Cristo» para dar sentido a la propia existencia y alcanzar la madurez en Cristo. La experiencia de Dios, la misma que han vivido los santos y los misticos, es materia mistagégica para el tedlogo espiritual, enel sentido de que no se puede limitar solo al anilisis, sino que mas bien tiene la funcién de Ilevar a plenitud aquella experien- cia en la comunion eclesial, con vistas a un crecimiento arm6- nico de la toda la sociedad humana®. La experiencia, pues, esta enel origen del proceso espiritual pero también en su término: el tedlogo de la espiritualidad interroga a las fuentes de lo «vi- vido cristiano» para captar en ellas la experiencia hecha por los santos y los misticos, para ayudar al hombre de hoy a entrar en la profundidad del misterio divino y comprender asi la personal vocacion a la perfeccion cristiana*”. Me parece que esta descripcion responde fiel aa teologia espiritual como ciencia y ee ape mare de la reflexion teoldgica actual? en ordenala a integral del hombre espiritual. Ademis, esta presenta: mente al cardc- 56, r] oe Theobald, La rivelasione, Bologna 2006, 124-125. EEK: Waaijman, Espiritualidad, 898-899. sepia monly a ‘4 reflexion hecha sobre la teologia sistematica, la teol os a ot iat pastoral en Garcia (ed.), Teolagia e spiritualitd 288 «Segunda p' nterdisciplinariedady, 175-237. 8, 4a teotoy leologi Escaneado con CamScanner 4 Teologia espiritual logia una exigencia: que se deje fee ntidad», es decir, por la obedieng) d revelada, para que sea cada vez cidn supone para la teol por la «vivencia de la da conforme a la verda A ‘ Mej comprendida, mas amada y mejor comunicada (cf. GS 44) or Undar a Viyj, 3, EL METODO «EXPERIENCIAL» DE LA TEOLOGIA Esprrituay, El método de la teologia espiritual deberd tener en cuenta b complementariedad de los modos de abordar la reflexi6n sobre la fe, sin olvidar el principio unitario del que procede: la fe que da unidad al saber y que de ella y con ella se alcanza. 1. Componentes de la experiencia vivida de la fe a) Componente fenoménica EI origen del proceso de la fe es precisamente «la ‘cosa’ que se impone a mi presencia», 0 mejor, la «percepcién de una presencia». Es el «nivel fenoménico», inadvertido y pasiy el «misterio», el «infinito» que se insinua en la experiencia®, Este nivel coincide con la experiencia no refleja, vivida pero no clara, de la que habla Jean Mouroux; 0 con «la experiencia originaria de la trascendencia», previa a todo lenguaje, de Karl Rahner, entendida como experiencia natural radicalizada hacia la inmediatez con Dios a través de la autocomunicacién gratuita de Dios mismo; 0, en expresién de G. Moioli, con «el estar puestos en atencidn a una Presencia». En este caso, la bitsqueda humana aparece signada por Dios que viene al encuentro del hombre. No es una presencia dada, sino «que se da», originante, 59. «Cuando decimos que esta presencia (el misterio, el infinito), irrumpe ‘aparece’ en la experiencia, estamos usando una expresién equivoca 0 poco menos que contradictoria, porque el infinito no puede aparecer, no tiene ‘apariencia’ a recen solo los objetos y Dios no es un ‘objeto’; o mejor habria que decir que &* presencia del misterio 0 del infinito se insinda. ;Cémo? Como una extraoni Paradoja, como la presencia de la més absoluta trascendencia en {a mis inti inmanencia, en el fondo de lo real y en el corazén del sujeto; una alteridad tase" dente en la raiz de su inmanencia», S. Ros Gareia, Nel mezzo del cammino, 62. | 60, Cl: K. Rahner, EZ problema de la experiencia de la tascendencia deste punto de vista de ta dogmitica catlica, en Visiones y profecias, Sun Sebasti 1968 Escaneado con CamScanner Natural nétodo 24s en el centro no esta que hace el «yo», sino Dios: «No con- jste en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amé a nosotros» (I_Jn 4, 10). «Para mi ~cuenta el actual papa Francisco— toda experienc religiosa que no tenga esta parte de estupor, de sorpresa, por haber sido tomados por la mano en el amor y en la misericordia, es una experiencia fria, que no nos compromete por entero, es una experiencia distante a la que le falta toda trascendencia»"', En una publicacion sobre la experiencia mistica, Borriello recuerda que en el texto sagrado no se habla de experiencia «sobre» Dios, sino «de» Dios, es decir, que antes atin de que el hombre se ponga a buscar a Dios para encontrarlo, es Dios quien se pone junto al hombre, para cuidar de él (cf. Dt 4, 7; Is 8, 10; 40, 27; 49, 14-16)*. Mas atin, antes incluso de que el hombre pueda tomar la iniciativa en lo referente a Dios se hace anunciar a la puertas de su corazén, como afirma Ap 3, 20: «Mira que estoy Ilamando a la puerta. Si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré en su casa y cenaré con él y él conmigo», «Dios con nosotros» (Emmanuel; cf. Is 7, 14), él reside en una ciudad cuyo nombre es «Dios esta ahi» (cf. Ez 48, 35) e instaura con el hombre lazos hechos de palabras, promesas, acciones, alianzas. Su residencia terrena es el templo (cf. 1 Re 8, 29), que es la «tienda del encuentro-didlogo» con el hombre. En sinte- sis, en el texto sagrado emerge continuamente la primacia de la autorrevelacién divina sobre la biisqueda humana, de la gracia sobre la iniciativa del hombre, del reino que crece por si solo, como la semilla en la tierra, duerma o esté en vela el labrador (cf. Mc 4, 26-29). Es Dios quien se entrega primero al hombre Tevelindose a él en Cristo®, Después, del acontecimiento de ha- ber sido encontrados por él, nace el deseo de buscarlo. «Tt no Sl. El Papa Francisco, C ) . Conversa Ambrogeti, Barcelona 2013, Ale ricerew oT ATAISE Con la interpretacién oftecida por A. J. Heschel, Dio 63, womo. Una filosofia dell’ebraismo, Torino 1969. Orrell, Esperienza mistica e teologia mistica, Citta del Vaticano ciones con Jorge Bergoglio, de S. Rubin - F. Escaneado con CamScanner Teologia espiritual 246 rias si no Me hubieras ya encontradoy", Dichy 1 os estit enc F ‘a thasar: «Di0s encel yo humano como ree fundamentoy”. : me buseal palabras de profunda raizy b) Componente fenomenoligica Se trata de deseribir la percepeion y resonancia del nive} hee noménico» en el sujeto que vive en la historia conereta. No ex; te Ja experiencia vivida atemporal, sino que se presenta como dato histérico, enmarcado en una experiencia especifica y perso. nal. En este sentido, la experiencia que el hombre hace de Dios no es ya un hecho inefable 0 imposible de ser conocido e inter. pretado, sino mas bien una realidad ofrecida al hombre para ser experimentada, conocida y también comunicada, a través de yp lenguaje y de una cultura determinada. Teresa de Jesits, hablando de los grados de union con Dios, dice lo siguiente: «Una cosa es que el Sefior nos dé la gracia, otra muy distinta entender qué sea el favor y la gracia, otra to- davia saber decir y hacer entender cOmo sea. Auque parece ne- cesario solo la primera de estas tres cosas para que el alma no proceda confusa y temerosa, sin embargo es una gran ventaja y una gracia entender qué cosa sea aquello que se ha recibido» (Vida 17, 5). c) Componente de la reflexion critica de lo vivido Esta dimensién consiste en la lectura interpretativa y critica de la experiencia para hacerla comprensible y significativa, sin contraponerse a su realidad histérica. Es el nivel de la temati- zacién critica de la experiencia, donde la conciencia de aquello que ha sido vivido se confronta con el saber cientifico y eclesial y con la propia tradicion cultural. 64, «Ti primero me excitaste a que te buscaran, La Imitacién de Crist I 21, 22, «Consuélate tino me buscarias si no me hubieras encontrado», B. Pas» Pensamientos $53, Cf. 1, van Hecke, Le désir de Dieu dans l'expérience! religieust Lhomme réunifié. Relecture de Saint Bernard, Paris 1990. 65. IH. U. von Balthasar, La oracién contemplativa, Madrid 1985- Escaneado con CamScanner Naturaleza y métody sy Componente de la decision por la vida recta de 1 Evangeli gel nivel de Ia dinémica de las decisio =a emada a la vida. Aqui se presuponen los marl Jograr orientar la vida con respon a virtuosa, Eee coma recta. Es indispensable Para el ereyemte incorporar cn la propia vida la opcién por Dios como cent" de toda la realidad ydela existencia, Este modo de orien- tarla vida exige coraje y determinacién para reconocer el amor como opeion que da sentido a todos los otros valores, nes eminentemente tes niveles anterio. sabilidad y lograr la or °) Componente pedagogico-mistagdgico | dato empirico estudiado a nivel fenomenoldgico se con- vierte en acontecimiento salvifico Para mi y, por mi, para aque- Jos con los que me relaciono. Se trata de la funcién de apropia- jin personal y pedagégica para promover en otros la excelencia de la vida espiritual descubierta y cribada en lo vivenciado por Jos grandes maestros de espiritualidad, Ellos viven una profunda experiencia del misterio de Dios; poseen también la capacidad de comunicarla -y alguno también de tematizarla— y son guias seguros en el camino hacia la madurez cristiana. Este componente pedagdgico se propone como confin de la teologia, pues la estimula a ofrecer un itinerario para los otros, a discernir un horizonte que guie el camino, a confrontarse con la vida y a hacer posible la practica de la vida virtuosa en la existen- cia cotidiana a través de pasos concretos y progresivos. 2. Etapas metodologicas del método experiencial La necesidad de integrar en un tnico plan de trabajo las di- versas dimensiones y componentes de lo vivido cristiano nos conduce a la articulacién de un «proyecto metodolégico inte- fal y unitario» que consiste en tres etapas 0 fases de investiga- ‘on que se presuponen y se implican mutuamente. wie EB. Secondin, Inguieti desideri di spiritalita, Esperienze, linguogsi le, Bok ‘ogna 2012, 259-272, Escaneado con CamScanner Feologia espiritual 248 Teologia esp o-critica-fenomenolégica a) Primera etapa: histo Se trata de describir «lo que se ha experimentado,, (i, de la exp y «tal como, se ha °xpetime tado» (dimensién subjetiva de la experiencia), Por m, método historico-critico-fenomenoldgico, el tedlogo Spirituay capta la consistencia historica de lo «vivido cristiano», (Moto, © bien, con palabras de Balthasar, el «sobrenatural CN el stcg,” histérico»; o como formula Rahner, «la existencia historicizay, de la gracia trascendental». : 7 a La experiencia vivida no es sino la conciencia del encuent, con Dios que se comunica € interroga la existencia del hombre que se pone a la escucha de Dios, vive la relacién y comunicg su experiencia, habitualmente por escrito. La experiencia vivida, pues, por su contenido histérico est4 intimamente unida a lay condiciones de vida, el lenguaje, la cultura de los interlocutores de Dios. Describir, por tanto, el «contexto» de la experiencia vivida no quiere decir enmarcarla 0 decorarla sin mas, sino re. conocer el elemento del que la experiencia recibe su forma y expresin. Una vivencia espiritual responde siempre a las cues- tiones de un tiempo y lo hace en los mismos términos de esas cuestiones, porque son aquellas de las que viven y tratan las gen- tes de una sociedad, tanto las cristianas como las demas”. Todo santo, pues, tiene su propia «historia»®*. La historia de la espiritualidad «consiste sobre todo en una historia de los textos, no solo porque los textos ofrecen a la historia y a la ela- boracién teolégica una sdlida base documental, sino también porque representan el rastro mas consistente y mis facilmente descifrable de eso que llamamos experiencia espiritual»®. Dado que es imposible acceder directamente a la experiencia sublime del santo y/o mistico, esta debe ser captada siempre a partir de un testimonio, generalmente escrito. sin objetiv en eo dey ~ 208. 67. Cf M, de Certeau, Cultura yesprituaidad Conilium 6 (1968) 8 (Telos a Proximidad de la teologia espiritual con la historia, cf. ¢!*P Gea paiitual e historia de Ia espiritualidad» del capitulo 5. segp . A. Montanari, Criteri e metodi di lettura dei testi spirituali dell ep ‘mistica ¢ medievale, pro manuscripto, Milano 2008. Escaneado con CamScanner Naturaleza y método en cuenta a jo cultural Y social del autor, la continuidad e syesemte del texto. El lector de un texto de ener en cuenta que la oe espiritual comunic; qutor, en SU «datacion» y por medio de Ia actividad simbélic; es mas bien el contenido de su conciencia en la que se cen, zan la actividad de la razon, del inconsciente, de las emociones, con la actuacion de la gracia. Serd la ciencia histérica y feno- menolégica la que proporcione los instrumentos necesarios para captar las constantes del vivir cristiano en lo concreto del vivir histérico. Como afirma Ruiz Salvador, «el estudio, la valoracién yel aprovechamiento de las fuentes espirituales requieren una perspectiva adecuada y una especial sensibilidad»”', En consecuencia, el tedlogo de la espiritualidad, adoptando una metodologia sobre todo «histérico-critica», deberd descubrir la esencia del fenémeno espiritual”, atendiendo a los diversos niveles presentes en la descripcién de una forma espiritual’”*. En una biografia, por ejemplo, se deben tratar estos tres niveles: a) el ntre el Pasado y e] espiritualidad debe ‘ada por el 70. La experiencia que el hombre hace de Dios no es producto de la conciencia, sino que le es dada. El encuentro acontece entre dos realidades asimétricas: por un Indo, la winefabilidad» del misterio de Dios; por otro, el asentimiento y la obedien- cia del hombre que «recibe» (pasividad) la presencia del misterio. Puede ser vista lambién como el sentimiento de la creaturalidad del hombre frente al Dios ereador. ie F Ruiz Salvador, Le vie dello Spirito. Sintesi di teologia spirituale, Bolog- ma 72. Bernard observa que, en Ia aplicacién del método fenomenolbgico a Is ©%periencia espiritual cristiana, el objeto de investigacion esté atravesado por pe*S- roe unas objetivas y otras subjetivas, cuya esencia tiene que ser determinada, na Bernard, Teologia espiritual, 106-114. ane diag LS figuras espirituales son descritas en Ia vida espirtual conereta me: nt formas de espiritualidad. La forma espiritual més recurrent” Ia histora lg lualdad es 1a «biografia espiritual» que forma parte Cae = 72 de lt chagiografian (martirologios, santorales, vidas YIEVE™ NT iguias, ek) Cy gnes de historias de milagros, relaciones sobre asad oe Leubingn’s Batdy y otros, Biographies spirituelles, en DSp |. i salta Tos tes ece al espiritualy, a contar la vida como modelo esprit Tirana espi- tial a aproximacin fenomenoldgica en Ia descripcion ue ru vino humana ¢cOTHo de cada uno, el contexto de ese recorride Y ‘We ha tomado forma dentro de ese recorrido. aman Escaneado con CamScanner 250 Teologia espiritual 19, donde se manifiesta una Teal pre, uc permite captar el fenomeny Nia terior; c) el niicleo interng de ee ¢ desvela cl horizonte interigg Vida perfil de la vida del sant ontoldgica; b) el contexto, q el trasfondo del horizonte del biografiado, en el que b) Segunda etapa: critico-hermenéutica-teologica Una vez descrito en la etapa metodoldgica «do que se fe vido» y «cémo se ha vivido», se puede claborar una rellexgg critico-teolégica que confronte la experiencia vivida con lo fr vido eclesial. Como se ha recordado en la etapa primera, en el Origen de la experiencia vivida no hay un libro, sino la vivencia de una persona. El propio santo y/o mistico, contando oralmente o Por escrito su propia experiencia, la interpreta’’. El tedlogo espi- ritual, pues, interpreta una experiencia que recibe ya mediada por quien la ha experimentado. Aun cuando se pretendiera com. prender la realidad sin prejuicio alguno, es decir, sumergirse en ella de modo abierto, seria imposible, porque el mismo ex- perimentar se ha hecho ya experiencia segtin una determinada interpretacién. La misma fe cristiana se funda en primer lugar en la transmisién histérica del testimonio de aquellos que si- guieron a Jess”. La hermenéutica, pues, resulta ser el desarrollo normal del componente fenomenoldgico de la experiencia vivida: «No basta explicar un hecho, hay que comprenderlo; no basta determinar 74, Cf. K. Waaijman, Espiritualidad, 675-680. 75. En su prologo a La llama de amor viva, Juan de la Cruz eseribe: «Algunt Fepugnancia he tenido... en declarar estas cuatro canciones... porque por set sas tan interiores y espirituales para las cuales comunmente falta lenguaje -Pow™? {o espiritual excede al sentido- con dificultad se dice algo de Ia sustancia por” también se habla mal en las entraas del espiritu si no es con entrafable spirits ¥ por el poco que hay en mi lo he diferido hasta ahora que el Seiior parece 4 abierto un poco la noticia y dado algiin calor; debe ser por el santo deseo que s¥°S merced tiene, que quizis, como se hicieron para vuestra merced, querti su Mal awe para wuestta merced se declaren», LIB, Prélogo, 1. Italia Fron eG: Janben, Esperienza. Considerazioni di teologia, Poescana. Supplemento 3 (2009) 41-47, Sobre la hermenéutica monio, ef. P. Ricoeur, En ie T inza, en Testi : , Ermeneutice e ic ne ae sspneneutlon della Testimonianza, en Testi sdamentl fonda Escaneado con CamScanner Naturaleza y métody 7 . 251 vn experiencia e piritual, hay que Interpretarla ie su misma existenciay””, “ane os dad di iri spiritual, sob, Enel caso de la literatur: jn dificultad estriba en aquello mismo = geclaran, 0 sea, en lo inadecuado de su testimonin g p> eres dad xperimentada y el conocimiento q Esta sil macion exige al tedlogo mucha terminar el «registro» en el que la experiencia se comunica” Teologia esp nuevo aquello que ya & teologicamente™, Por Ct raps tambien aqui el principio de que ft adecuada interprejagi, un texto de fa literatura tcolégico-espiritual quien tiene una afinidad vivencial con aquello de Jo que bls preciso, como dice Bernard, la actitud de disci ily, texto™, capaz de ir mis alla de una simple lectura puramente hist a ee ailecrad ori. ca de los textos y de la viveneia, para leerlos «desde dente, Cuanto mas profunda es esta ctitud tanto mas nos AcercaM significado objetivo del texto en cuestion. / "En esta etapa de la metodologia teoldgica el Cstudioso, ay mas de la correcta aplicacién de la teoria hermenéutica, debe, preocuparse por llegar a la verdad de la fe, a partir de Ig = prensién de «algunas constantes» vividas de modo excelente Por testigos creibles y elocuentes, como los santos y los misticos, c) Tercera etapa: proyectiva Una vez asegurado el alcance teoldgico de la experiencig vivida, el tedlogo de la espiritualidad explicita su funcién pasto. ral, es decir, indica para qué sirve, qué proyeccion tiene o debe tener aquello que se ha vivido o experimentado, Es el momen- to de aplicarlo a la vida del creyente, para contribuir a que la vida cristiana llegue a la madurez**. Es una operacién comple- ja, porque supone conciliar la experiencia de fe con las tareas y exigencias de la vida diaria: trabajo, economia, convivencia, cultura, lenguaje. La teologia espiritual tiene que estar abierta a la aportacién que, en ese campo, pueden ofrecer las ciencias humanas como la psicologia, la pedagogia, la sociologia, la lite- ratura, la ciencia de las religiones. En este proceso metodolégico son fundamentales las pers0- has que han vivido una fuerte experiencia de Dios, pero tambiéa 83. Por ello la teologia dogmitica y la espiritual no deben ignorarse mutuame tc, sino complementarse. Cf. Martinelli, Teologia spirituale ed esperienza,e0 + Esperienza, Teologia e Spiritualitd: Italia Francescana, Supplemento 3 (200°) _, Be Pontificia Comision Biblica, La imterpretacién dela Biblia en la sia Chdad de Vaticano 1993, 1, A, wr 0 il mondo iene ee s passage del crstianesimo, Pi cola mistagest Escaneado con CamScanner Naturaleza y método Jo son las personas capaces de transmitir ¢ j riencid de fe en la realidad actual, Tambii que seguir hablando Y Provocando, ta es la func; ny ta del tedlogo de la espiritualidad, Mas que de una mete ara para elaborar proyectos se trata de una Sensibilidad pig eee el proceso de comunicacién de todos sus com te =) inerario: don gratuito de Dios, Participacién aa del sujeto, mediaciones de comunicacién, Ciertos contenidos de Ja experiencia vivida son dificilmente comunicables si no se vi- yen, Por eso los grandes maestros espirituales se suelen imaginar espontineamente mas como formadores y directores que como profesores, aunque las dos tareas puedan combinarse, Eneste punto el tedlogo de la espiritualidad se convierte tam- bién en «mistagogo»™, es decir, alguien que habiendo hecho la experiencia de Dios puede comunicarla a los otros, indicando el camino espiritual para el destino final de la vida. Si el mistago- go no es una persona «rica de experiencia» tendra que acudir a aquellos que lo son (los santos, los misticos)*’. Con la autoridad de su propia experiencia el mistagogo debe ensefiar de modo concreto a ser capaces de permanecer cerca de «este» Dios y no temer que se le pueda perder Ilamandolo por su nombre. Tal mistagogia cristiana debe légicamente saber el lugar central que tiene en ella Jestis de Nazaret, crucificado y resucitado*’. En esta tercera etapa del método, el estudioso tiende facil- mente a «actualizaciones», es decir, a introducir sus propias pre- Suntas € inquietudes, en el significado que el texto puede tener Para nosotros hoy. Aunque esta operaci6n es en si misma legiti- ma, conviene que el investigador se guarde muy mucho de for- al se podria ios de la fe, iprometida forme primera definicién de la mistagogia en la teologia espiritu tans 9 mins iacién gradual del creyente en los misteri Sin ayuda “Similada por via de experiencia interior y de praxis compre ‘ide un maestro espiritual», Ruiz Salvador, Le vie dello Spirito, 37. Sa eo i ‘car la gre Sdiving ay distingue entre el sentir el comprender y el comunicar Ia g «8 “4 e ala cho s En cada una de estas gracias es obligado que quien la tiene alabe muc! i - as gracias es obligado que ai 2 ‘oy ef tmbien quien no la ha tenido, por haberla su Majestad dado a alguno de ‘Ue la han Vida, 17,5. 8 Cr eg Pa due pueda ser de ayuda a os ota», ilo, VF 9 * ahner, Pietd nel passato e oggi, Nuovi saggi Escaneado con CamScanner 254 Teologia espiritual banales 0 de hacer decir al texto ay mular simplificaciones ciral alguna de comunicar””, Rs el autor no tuvo intencion ad recordar aqui las palabras de Ancilli: El tedlogo espiritual debe estar bi ; olay dogmitica y en la morals debe conocer bien la psicologia humana la que esta vida se inserta en un sujeto compuesto de alma ¥ cuerpo A todas sus leyes, que no son abolidas por la gracia. Ademis, en esta vid no se actin aisladamente, sino enel tejido vivo del cuerpo misico, og todas las conexiones incluidas en este aspecto social de su existir#, 8 ue Porting, en anclado en toda fa 4 ‘Acaso sea este el momento metodoldgico mas dificil de apli. car, sobre todo por los estudiosos que se enfrentan por Primera vez a los textos clasicos de la literatura teolégico-espiritual, Ep esta tercera etapa de aplicacién de la experiencia espiritual cris. tiana a la vida es indispensable no solo, como hemos visto antes, la referencia a una buena y renovada teologia, sino también a un uso equilibrado de las «ciencias humanas», para verificar los resultados adquiridos y confrontarlos constantemente con la ex- periencia misma que ellos intentan interpretar y enriquecer. De todo lo dicho podemos concluir que, mas que hablar de un método, hay que hablar del «método experiencial» de la teolo- gia espiritual compuesto de al menos tres etapas metodoldgicas distintas, integradoras*!. En efecto, es necesario estudiar la ex- 89, Sobre la tradicién cristiana, ef. H. U. von Balthasar, Ver, escuchar, ler en el dmbito de la Iglesia, en Sponsa Verbi Il, Madrid; L. Coco (ed.), Lato de! leggere. I! mondo dei libri e V'esperienza della lettura nelle parole dei Padri dell Chiesa, Magnano 2004. : _ 90. I. Colosio, Come insegnare la teologia spirituale: Rivista di Ascetica © Mistica 10 (1965) 481 91, Esta estructura metodolégica corresponde, a mi parece, ala propuest Jas tres dimensiones de la teologia espiritual que avanzd ya en 1965 Giardini: B experimental-descriptiva, la doctrinal-explicativa, la prudencial-conductual- bién a la distincién de Schneiders (1989) entre la dimensién descriptiva, 1 tico-crticay la apropiativa-constructiva, El mismo Lonergan distingue «0s iPreceptos’:séatento, inteligente, rzonable, responsable». Mis recientemen® 23° na ] oe @ partir de la relectura de algunos autores (Pseudo-Dionisio, Molina iz Mouroux, Lonergan, Borrello, Asti y moralistas como Pr vides} : sobre este punto hubo oscilaciones hasta el punto de que? veces fueron considerados Padres de la Iglesia escritores de! medievo anterior ala face ica. Mis tarde prevalecié una mayor precision y ahora la edad patristica s* Fanci em Oceidente al menos, con lature decor radon bev d ¥en Oren, sonia de san Juan Damasceno (alrededor del ao 750). : mere it pfetica, el nombre de «padesy ve extiende a veces a escrtores de 10s Pr n sila Catalogados entre los santos o incluso res zy presado en té eee ds Escaneado con CamScanner Naturaleza y método 259 ies |: ofrecen de a de hombres erios divinos, sino que sobre yeas cstudia- _Los escritos de los tedlogos, especialmente los dea : mT ue trataron explicitamente de la vida espiritual, Un ea a se cial ocupan los reconocidos como «doctores de la Iglesi ras tin Gregorio Magno, Juan de la Cruz, Teresa de Jestis, Francisco sales, Catalina de Siena, Juan de Avila, Hildegarda™, “La historia de la espiritualidad, en cuanto establece la cer- teza historica de los hechos, liberandolos de las dudas y de las Jeyendas, determinando con precision su época, lugar, sucesion, elaciones mutuas. Offece una vasta coleccién de experiencias concretas, de «vividos» concretos de personas de todo tipo, tiem- po, lugar, Sexo, condicion, de quienes se pueden recabar méto- dos a seguir y modelos que imitar. Presenta, a lo largo del tiem- po, testigos y testimonios del séntimiento y del pensamiento de lalglesia respecto a la perfecci6n cristiana. —Algunas de las formas mas claras que ofrece la historia como fuente teolégica de la teologia espiritual son: las canoni- zaciones, las vidas y los escritos de los santos, la aprobacion de las ordenes y congregaciones religiosas. En la «canonizaci6n de los santos» la Iglesia empefia, como magisterio solemne, su autoridad infalible. Con el magisterio solemne nos garantiza que tal siervo de Dios es santo y merece ser honrado con culto publico por parte de todos los fieles, por lo cual y como consecuencia necesaria, goza ya de la vision de Dios en el Paraiso!’, Pros af Iglesia por tales hombres explican estas excepciones, ® ces les ‘lca con mayor propiedad el titulo de «escritores eclesiisticos». La cotenorit de “Tees dela plesian se identifica solo en parte con la de «doctres 4 6 iglesia», Pesauines noes necesara la nota de wantigiedad $i Ben se les exige una cemi- ign 4cion»o sabiduriay el reconocimiento explicito de laHglesiag Spiritual C. Bertrand, Contributo della patristica alla spiritualira, en 1d., lité come teologia, 89-104, / hor pts niciones para ser proclamados «dostoresy de la Iglesia univer doctrh* © Por un concilio ecuménico son: santidad y haber escrito obras lana ortodoxa y siempre actual. Amato, santi nella Chiesa, 9-1 baat Sant testimont della fede, 9-9 Le cause dei santi, 3-376. 12: Id, I santi si rispecchiano in Congregacién para las causas Escaneado con CamScanner Teologia espiritual tidad de Dios, el solo Santo, atrae a los hombre, Jos purifica ¢ introduce cn SU luz inaccesible, la espiritualia. ” ot tral sn en acto del no-santo al Santo. Esta trang; es fa tra lidag ierten asi cid, se cumple en los santos, que se convierten asi en modes, : 106 8 de espiritualidad sles: « ordinario de la ia propone al s EI magisterio ordinario de la Iglesia propone al santo comp modelo de insigne perfeccion cristiana. ta rae Se peri be en los procesos y bulas de ae eae of mils de] papa, la liturgia de los santos y el a eral de los fieles, Sin embargo, con la canonizacion la Iglesia no pretende re ponernos al santo como modelo en todas y cada una de sus ac. ciones y en cada uno de los momentos de su existencia, SiNO solo enel conjunto moral de su vida. En los procesos de beatificacign el ejercicio constante y el grado heroico de las Virtudes deben ser comprobadas al menos en los diez ultimos afios de su vida, Los martires, sin embargo, son propuestos como modelo por la fortaleza de alma manifestadas al morir por la fe'”, El «valor teolégico de la vida» de un santo procede del hecho de que su vida describe historicamente un testimonio vivido, au- tentificado por la Iglesia. Pero este valor no es igual para todos, Esta condicionado por dos variables. La primera es la capacidad hist6rica del bidgrafo para reconstruir exactamente los hechos; la segunda, la sintonia del bidgrafo. Es dificil, por no decir im- posible, que el biégrafo desaparezca para dejar los hechos en su absoluta objetividad, con el espiritu de la Iglesia, que es el espiri- tu que animaba al santo en cada pensamiento, afecto y obra. De aqui que el valor teolégico de la vida de los santos es presentado mis alto y mas puro si el bidgrafo es un santo y si a la santidad Se aiiade la habilidad y el sentido critico del historiador. _ La atencién a la biografia de personajes significativos del siglo pasado caracteriza algunas contribuciones recientes que ‘ratan de leer el mensaje espiritual de su vida. Se trata en cierta 106, la : NDE, sieman, Espiritualidad, 344; $. Spinsanti, Modelli spiritual, 107. «ll martirion, el grepacié ise dei santi, 40, en Congregacion para las causas de los santos, Le ea! Escaneado con CamScanner Naturaleza y método 261 e la reedicién moderna del gé; ay wt sen sin embargo que no fei sa ieric, a nm ropias biografias, sino a veces de ensayos noe significado de un «vivido» que, con frecuencia, ex, fuera de los modelos clisicos de santidad YY que no ha nae aria criba de los procesos de canonizacién, Por otra Parte, si se acepta que la teologia espiritual se Ocupe esencialmente de lo «ivido cristiano» hay que apreciar ciertamente el esfuerzo por investigar 1a biografia de personajes que han influido en la historia del cristianismo, ' El «valor teologico de los escritos» de los santos y, en gene- ral, de los autores espirituales procede de la amorosa adhesion de estos escritores a la doctrina y al sentimiento de la Iglesia. Si ademis se trata de libros cuyo autor pertenece a la «lglesia do- centen como obispo, o es incluido entre los Padres y Doctores de lalglesia universal, 0 si se trata de obras que gozan de particular estima por parte del magisterio como las de santa Teresa o los Ejercicios espirituales de san Ignacio-, 0 si alrededor de ellas se ha polarizado desde mucho tiempo atras el consenso de los fieles-como por ejemplo en La imitacién de Cristo-, es evidente que su valor teolégico como fuente de la teologia espiritual sera mucho mayor y mas seguro. Nétese que el examen de los escritos anteriores a todo pro- ceso de canonizacién no garantiza la inmunidad de todo error sino mas bien de aquellos que implicarian graves defectos mo- ‘ales: ligereza, orgullo, imprudencia, negligencia. Y si resulta- Tal errores notables, aunque en modo alguno no sean culpables, = dificilmente el siervo de Dios seria canonizado, ni podria Propuesto a los fieles como maestro y modelo seguro. Wij eaeibn de las ordenes y de las On| ely tele = hecho histérico que compromete 7 la aul ora ‘a ogi a asume un claro valor de fuente teol aie fe inidos oe Es un valor teolégico que Bean neg Slo ue la ; i que para conocerlos es indispensable es te Sion liga sia garantiza al aprobar una orden 0 cong eras Y pl captar el Escaneado con CamScanner 62 Teologia espiritual La Iglesia garantiza que las reglas y las Constituciongs . ponen un método de vida que es via segura y Cfica pa mas alta perfeccion. No garantiza que sea la més Cficaz y 7“ cho menos, que sea la tinica via de perfeccién, Deja por ee | perfectamente libres a otros para tender a la santidad por otros caminos, con otros medios. Sin embargo, Permanece siempre al hecho histérico de que, con su aprobacién, la Iglesia ha empe. fiado la autoridad de su magisterio indicando aquella forma de vida como camino vilido de perfeccion'. 0 2. La experiencia personal y comunitaria La experiencia personal como fuente de conocimiento es im- prescindible para dar un contenido concreto a los Conceptos es. pirituales. Ofrecera de ellos una comprension adecuada 0 al me. nos dard una comprensién de los mismos que permita adentrarse correctamente en el estudio de la espiritualidad. Sin embargo, no hay que entender la necesidad de la experiencia en primera persona como si tal experiencia tuviera que ser universal, Esta observacién vale en especial para los autores de hagioe grafias, ya que a veces no tienen una gran experiencia espiritual y destacan demasiado hechos fuera de lo comin. Por eso hay que usar sus informaciones con espiritu critico. Las autobiografias, | en cambio, tienen mayor valor, aun cuando al interpretarlas hay que tener en cuenta las caracteristicas culturales del autor™. 3. La aportacién de las ciencias humanas Para una comprensién plena de la experiencia espiritual es indispensable el didlogo interdisciplinar entre la teologia y les ciencias humanas, dado que la experiencia espiritual afecta a to- 108. Cf. G. Colom ”) Le fonti della teologia spirituale: Teologia 173 (9%?) 216-235, Sobre la relacin santidad y hagiografia, ef. M. Bergamo, La scie=2 ‘anti, Firenze 1984; M. Andreazza, Santiué e agiografia, Genova 1991; Nal ‘Santo, en NDE, 1700-1717; Vetrali I santo e l'esperienza di Dio, Milano 20%. 109. Cf. Ch. A. Bernard, Introdusic ale, Casale Mon rato 1994, , Introduzione alla teologia spirituale, Escaneado con CamScanner Natural 263 gas las dimensiones GA la persona (humana, spiritual I. moral), y que «la gracia supone la Naturaleza cultural, y, Hablando de la experiencia espiritual, no mi Perfec- aun horizonte intra-teologal, porque el ferences riencia» remite a la dimension existencial eareame cimiento de Dios y a la resonancia 9 repercusién del as tro con Dios en la trama de lo «vivido». Al mismo tiempo, a embargo. hay que fener en cuenta las diferentes antropologias implicitas en las clenclas humanas y estar atentos a su posible reduecionismo del misterio humano!"”, Habra que evitar, pues, un doble peligro: el de sobrevalorar el valor y la certeza que se nos oftece desde las ciencias humanas y el de ignorar y no tener en cuenta el progreso cientifico de las mismas. Presento a continuacién las ciencias que tienen una re- Jacién mas proxima y consistente con la teologia espiritual: -La psicologia general en sus formas modernas: la psico- logia profunda y la psicopatologia. En especial cuando nos en- frentamos a fendmenos extraordinarios, que no pertenecen a la sustancia de la vida espiritual''', es necesario recurrir a exime- nes cientificos. Una integracién entre psicologia y espirituali- dad es posible y deseable. Hay que procurar un justo equilibrio entre las dos realidades, respetando siempre la diversidad y es- pecificidad de los dos campos de experiencia'’”. Tanto por parte de la psicologia como por parte de la espiritualidad no se puede dar nunca por concluido el proceso de integracién. Actualmen- te, se considera que el peso de Ia psicologia es mucho mayor; soe! ion’ jmitar de «expe 110. Cf.A. Schmucki, Teologia spiritualt ienza e formazione, en P. Mat- a , Teologia spirituale, esperienz amet ) Esperienza,Teologia e Spiritual: Kalia Francesca ‘Supplemento 3 {11 CER. Zavaloni, Psicolog in 1), en NDE, 1635-1654; M. Soerp na walloni, Psicologia (v espiritualidad), €0 iF 1, Stentntoni, Nuova psicologia e pratica spirtuale,en Ch. A. Bernd (ed. pahitualia come teotogia, 206-231, Para la psicopatotogia, cf. G. FZ rays fteseritual en NDE 1500-1524; T.C. Barret, Spiritwality and. nan Development 30/2 (2009) 5-11 : : i, ic 5 i c 1635-1654; £ R. Zavalloni, Psicologia ( espirituaidad), & NDE 5 6 GE Zuanazzi, ea La spnntioni, Nuova psicologia e pratica spiritual, Patoy lita come teologia, 206-231. Para la psicopatologi , “#4 epiriwal, en NDE 1500-1524. Escaneado con CamScanner gia espiritual 264 sin embargo, en el futuro habra que evaluar mejor la apo, de la espiritualidad, que propone una visién antropolégie global y més rica que la psicologia moderna', -La psicologia de la religion cultiva el estudio psicolgg, la vida religiosa, cristiana y no cristiana'"’. Muestra que i CO de manifestaciones psicoldgicas de la vida espiritual que, a pee vista, parecen caracteristicas de la vida cristiana se pao también y, en formas semejantes, en otras religiones, man -La sociologia religiosa ayuda a distinguir mejor e] cleme, to individual y el elemento colectivo de la religiosidad. Con = ayuda se percibe mejor el contraste entre una observancia Te ligiosa rutinaria, juridica, y una personalmente mas auténtica: © entre una religiosidad convencional y una religiosidad con. vencida y genuina; o entre elementos ciertamente personales y elementos personalizados, entre una religiosidad aparente y un religiosidad auténtica. —La pedagogia y la antropologia ofrecen una aportacién pre- ciosa para el acompafamiento del cristiano hacia la santidad, La simbologia y \a lingilistica moderna nos permiten en- tender mejor el mensaje de las grandes figuras espirituales, ‘acid a mas La integracién entre teologia espiritual y ciencias humanas tendré que encontrar un equilibrio adecuado en la relacion entre el «dar» y el «recibir», respetando la diversidad y la especifici- dad de los respectivos campos. Temas de estudio Sobre el desarrollo reciente de la naturaleza, el método y las fuentes de la teologta espiritual: F. Asti, Spiritualitd e mistica, Questioni metodo- logiche, Citta del Vaticano 2003, especialmente los dos itimos capitules, 176-230; d., Teologia della mistica. Fondamenti, dinamiche, mezzi Cis del Vaticano 2009, 15-98; D. Sorrentino, L'esperienza di Dio. Disegro teologia spirituale, Assisi 2007; K. Waaijman, Espiritualidad. Formas ‘fundamentos y métodos, Salamanca 2011, 337-355.383-391. 113. Cf. Ch. A. Bernard, Introduzione, en La spiritualitd come teolasity 15 114. CfA. Vergote, Psicologia religiosa, Madrid 1975. Escaneado con CamScanner

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