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100 REQUIUM PARA LAS ALMAS DEL PURGATORIO Más la eterna palabra de tu seno

MODO DE PRACTICAR ESTA PIADOSA DEVOCIÓN que aplaque espero tus terribles iras;
Sírvase de un Rosario común de cinco decenas, recorriéndolo dos veces para porque son inefables tus promesas
formar las diez decenas, o sea la centena de Réquiem. y con tus gracias pecador invitas.
Por la Señal + de la Santa Cruz, de nuestros + enemigos líbranos, Señor + Dios Así, aunque mi alma acongojada gime
nuestro. contemplando el rigor de tu justicia,
• Invocación al Espíritu Santo: por tu palabra la indulgencia espera,
Ven Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de que la hacen culpas tan indignas.
eterno de tu amor. Envía Señor tu Espíritu y todo será creado y se renovará la ¡Oh pueblo electo! De mañana y noche,
faz de la tierra. en todos tus peligros y fatigas,
• Oración a Dios Padre acógete al Señor con la confianza
Oh Dios, que instruiste los corazones de tus fieles con la luz de tu Espíritu Santo, que en su ley soberana nos intima.
concédenos que animados y guiados por este mismo Espíritu, aprendamos a Porque es inagotable su clemencia;
obrar rectamente siempre y gocemos de la dulzura del bien de sus divinos se muestra con los flacos compasiva;
consuelos. Por Cristo nuestro Señor. Amén. de todas sus miserias los redime,
y siempre que le claman los auxilia.
Se empieza rezando un Padrenuestro. Este Dios abrevie el tiempo
Luego, en cada cuenta grande se dirá la jaculatoria y ofrenda: en que logre Israel su eterna dicha
JACULATORIA: Almas santas, almas purgantes, rogad a Dios por nosotros, que cuando de tus pecados la liberte,
nosotros rogaremos por vosotros para que El os dé la gloria del paraíso. que con tanto rigor la tiranizan.
OFRENDA: Padre Eterno, os ofrecemos la sangre, pasión y muerte de Jesucristo, Encomendémonos ahora a las almas del Purgatorio y digamos:
los dolores de la Santísima Virgen y los de San José, por la remisión de nuestros ¡Almas benditas! nosotros
pecados, la libertad de las almas del Purgatorio y la conversión de los hemos rogado por vosotros
pecadores. que sois tan amadas de Dios
Y luego las decenas de Réquiem en esta forma: y estáis seguras de no
Dadles, Señor, el eterno descanso y haced lucir sobre ellas vuestra eterna luz. poderlo más perder: rogadle
Acabadas las diez decenas, o sea la centena de Réquiem, se rezará: por nosotros miserables que
DE PROFUNDIS (SALMO 139) estamos en peligro de
Salmo CXXIX de David condenarnos para siempre.
Desde el profundo abismo de mis penas a ¡Dulce Jesús, dad descanso
Ti clamo, Señor, de noche y día; eterno a las Benditas Almas
oye, mi Dios, los incesantes ruegos del Purgatorio!
de un corazón contrito que se humilla.
Estén gratos y atentos tus oídos
a mi voz lamentable y dolorida:
a Ti mis ayes y gemidos lleguen
pues a escucharlos tu piedad se inclina.
¿Si siempre airado tus divinos ojos
sobre las culpas de los hombres fijas,
quién estará confiado en tu presencia,
confundiéndonos sólo ante tu vista?

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