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El trabajador no debe temer represalias por parte de la empresa debido a los resultados
del reconocimiento médico, pues estos son confidenciales, solamente pueden acceder a
ellos el personal médico y las autoridades sanitarias que lleven a cabo la vigilancia de la
salud de los trabajadores además del propio trabajador.
El empresario no tiene derecho a conocer los resultados, salvo consentimiento del
trabajador. El empresario únicamente recibirá un documento en el que se informa las
conclusiones de los resultados, si el trabajador ES O NO APTO para el puesto de
trabajo. Las enfermedades que padezca el trabajador no serán conocidas por el
empresario.
También se trasladarán a las personas u órganos con responsabilidades en materia de
prevención.
Esas conclusiones giran sobre dos asuntos. El primero es la aptitud del trabajador para
el desempeño del puesto de trabajo por motivos de salud. El segundo es la procedencia
o no de introducir o mejorar las medidas de protección y prevención.
El artículo 157 de la Ley general de seguridad social nos dice que para que una
enfermedad sea considerada como profesional deben darse los siguientes elementos:
Por tanto, las enfermedades que pueden desarrollar los trabajadores derivadas de la
exposición al plomo como consecuencia de los trabajos realizados en la fabrica de
armas si se clasifican como enfermedades profesionales, puesto que cumplen con los
dos requisitos mencionados anteriormente y están clasificadas en el Grupo 1:
Enfermedades profesionales causadas por agentes químicos, agente A: Metales, en el
subagente 09: Fabricación de municiones y artículos pirotécnicos, para una
codificación final de 1A0909.
BIBLIOGRAFIA
Ley 31 /1995, de 8 de noviembre, de prevención de Riesgos Laborales. Boletín Oficial
del Estado, núm. 269, de 10/11/1995. https://www.boe.es/buscar/act.php?
id=BOE-A-1995-24292&p=20141229&tn=6