Está en la página 1de 20

Análisis y Modificación de Conducta ISSN: 0211-7339

2012, Vol. 38, Nº 157-158, 39-58

Intervención en valores con familias de riesgo social


desde la Terapia de Aceptación y Compromiso 1

Inmaculada Gómez María Rosa García Barranco


Universidad de Almería Servicio Murciano de Salud

Juan Carlos Hódar María del Mar Martínez


Ayuntamiento de Motril (Granada) Consejería de Salud y Bienestar Social,
Junta de Andalucía

Resumen Abstract
La aplicación por sí sola de estrategias clási- The application of classical strategies of
cas de terapia de conducta puede no resultar behavior therapy may not be effective in the
eficaz en la intervención con familias, fundamen- intervention with families, mainly in those with
talmente en aquellas con patrones de regulación rigid and problematic patterns of verbal and
verbal rígidos y disfuncionales que actúan como regulation that act as psychological barriers
barreras psicológicas ante lo que consideran to what they consider valuable. The combined
valioso. En este trabajo se analiza la aplicación application of basic strategies of behavior
combinada de estrategias básicas de modifi- modification and current therapeutic tools of
cación de conducta y las actuales herramientas Acceptance and Commitment Therapy (ACT) are
terapéuticas de la Terapia de Aceptación y Com- applied in families with problems of abuse and
promiso (ACT) en la intervención en familias con / or neglect. Under a single-case experimental
problemas de maltrato y/o negligencia infantil. design A-B with measures of multiple target
Bajo un diseño experimental de caso único A-B behaviors, we analyze the improvement in
con medidas de conductas-objetivo múltiples, 3 families in the types of family interaction,
se analizan la mejoría de 3 familias en los tipos children’s behavior and well-being or reduction
de interacción familiar, el comportamiento de los of abuse. The results suggest the usefulness of
menores y el nivel de bienestar o reducción de ACT to promote change in this type of problems
prácticas de maltrato. Los resultados apuntan la and indicate us also the possible conditions
utilidad de ACT para promover cambios en este necessary for his application.
tipo de problemas y nos indican también las po-
sibles condiciones necesarias para su aplicación.

Palabras clave: terapia familiar, maltrato, clari- Keywords: Family therapy, abuse, values
ficación valores, barreras psicológicas clarification, psychological barriers

1 Inmaculada Gómez, Departamento de Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológicos, Universidad de Almería; María Rosa Gar-
cía Barranco, Centro de Salud Mental de Loca, Servicio Murciano de Salud; Juan Carlos Hódar, Equipo Tratamiento Familiar, Servicios
Sociales, Ayuntamiento de Motril (Granada); y María del Mar Martínez, Centro de Atención Infantil Temprana ASPRODESA, Consejería
de Salud y Bienestar Social, Junta de Andalucía.
Correspondencia: Inmaculada Gómez Becerra. Escuela Superior de Ingeniería, despacho 0,50. Universidad de Almería. La Cañada de
San Urbano, s/n. 04120 Almería. Teléfono: 950 214 414. Fax: 950 0154 471. Correo electrónico: igomez@ual.es

39
40 INTERVENCIÓN EN VALORES CON FAMILIAS DE RIESGO SOCIAL DESDE LA TERAPIA DE ACEPTACIÓN Y COMPROMISO

El maltrato infantil constituye un tema de apego a aquellas estrategias de “modificación


gran relevancia social, por lo que resulta in- de conducta” que vienen aplicando aunque no
cuestionable que el estado debe garantizar el hayan funcionado, y el modelo paralelo que
derecho del menor a estar protegido del posi- tienen de cómo ser padres, ya que fueron hijos
ble daño que le puedan ocasionar otras perso- (Santamaría, Cebolla, Rodríguez, & Miró, 2006).
nas, incluidos sus cuidadores. En este sentido, En segundo lugar, es habitual y efectivo en
los programas públicos de tratamiento familiar la terapia a familias, bien como otra estrategia
intervienen en los casos de desprotección fa- per se o como un elemento complementario
miliar detectados con diferentes objetivos: (a) del anterior, el hecho de proporcionar modelos
evitar situaciones de desamparo; (b) colabo- de actuaciones adecuadas. Estos modelos pu-
rar con las familias para promover un cambio eden ser dados a los padres a través de vídeos
positivo en sus actitudes y actuaciones de o ensayos de casos que describen actuacio-
cara a superar las carencias socio-afectivas de nes de otros padres. Esta ha sido, junto con las
esos menores; (c) favorecer aquellos compor- dinámicas de grupo, una de las estrategias más
tamientos parentales que tengan un efecto validadas (Laski, Charlop, & Schreibman, 1988;
positivo sobre el desarrollo psicosocial de los Webster-Stratton, 1998).
menores; y, (d) paralelamente, reducir aquel- Una última estrategia es la aplicación direc-
las prácticas parentales que pueden perjudicar ta de consecuencias diferenciales, es decir, val-
este proceso evolutivo. orar o reforzar las actuaciones correctas de los
En el ámbito de la intervención con familias, padres y rectificar o corregir las disfuncionales.
los conocimientos, las reacciones, actitudes y Esta última táctica, se suele denominar “dem-
creencias que los padres han de aprender o ostrar el dominio” y puede estar basada en: (a)
cambiar, ya sea mediante una intervención situaciones en vivo (por ejemplo, a través de
grupal o individual, pueden ser trasferidos a visitas al hogar); (b) bajo condiciones de role-
través de las siguientes estrategias: playing (en un contexto simulado se plantea
Primero, instruir tales conocimientos o ac- a los padres una serie de problemas sobre los
tuaciones, a través de diferentes modalidades: que han de cambiar sus actitudes y reaccio-
(a) proporcionar pautas a los padres sobre lo nes); y (c) en base a grabaciones en casa, que
que han de hacer, tanto a través de charlas sirven para establecer análisis funcionales en
como en terapia individual; y (b) proporcionar el contexto clínico-educativo con los padres, y
dichas pautas por escrito (desde recordatorio conceden una oportunidad al terapeuta para
de las pautas indicadas por los profesionales reforzar los logros y para generar en los padres
hasta libros de autoayuda). No obstante, estas habilidades de autocorrección. Estas tácticas
estrategias basadas en la instrucción directa en “demostrar el dominio” no han mostrado ser
suelen presentar problemas de adherencia, más eficaces a corto plazo que las dos restan-
derivados fundamentalmente de las “teorías tes pero si han tenido efectos robustos en los
implícitas” de los padres sobre sus hijos, el seguimientos (Meharg & Lipsker, 1991).

Análisis y Modificación de Conducta, 2012, vol. 38, nº 157-158


GÓMEZ, GARCIA, HÓDAR Y MARTÍNEZ 41

En general, la combinación variada de de la terapia y modificación de conducta antes


las estrategias anteriores ha demostrado citados (por ejemplo, instruir, modelos, diná-
sobradamente su eficacia (Barkley, 1997; mica de grupos, manejo de contingencias, y
Keenan, Kerr, & Dillenburger, 2000; Sanders estrategias de prevención de respuesta).
et al., 2004). Sin embargo, no ha sido validado De otro lado, la Terapia de Interacción Pa-
el papel de los diferentes componentes de dres-Hijos (Parent-Child Interaction Therapy,
estos paquetes de intervención de manera PCIT) es una terapia breve para tratar proble-
diferencial ni comparativa, por lo que son mas de la infancia, que surgió a finales de los
necesarios más estudios de metaanálisis en 80, inicialmente formulada por Eyberg (1988) y
la intervención con familias (Beardslee & sistematizada especialmente en dos manuales
Gladstone, 2001). (Eyberg, 1999; Hembree-Kigin & McNeil, 1995).
A su vez, entre los principales protocolos de Integra las técnicas tradicionales de modifica-
tratamiento en que se han estructurado las es- ción de conducta (métodos operantes: estrate-
trategias básicas anteriores podemos destacar gias de control de estímulo y, sobre todo, de
la Terapia Familiar Funcional y la Terapia de In- manejo de contingencias) con la terapia de
teracción padres-hijos, que en la misma línea, juego tradicional desde una perspectiva de la
están mostrando su efectividad en distintos psicología del desarrollo; así se trabaja direc-
problemas, pero que también necesitan paliar tamente con las interacciones padre-hijo a tra-
ciertas limitaciones. vés del juego.
En concreto, la denominada Terapia Familiar Complementariamente a la efectividad de
Funcional –TFF- es una terapia breve que surge las estrategias hasta aquí indicadas y los sóli-
hace unos 35 años como un conjunto de prin- dos protocolos de la TFF y la PCIT, como apor-
cipios teóricos basados en la evidencia clínica taciones actuales, se viene considerando que
y que gradualmente ha ido evolucionando con los conocimientos, actuaciones y cambios de
más base científica hasta considerarse uno de actitudes o creencias que se esperan de los
los modelos clínicos más maduros en el trata- padres sean guiados o inducidos a través de
miento de los menores en riesgo y sus famili- una psicoterapia más indirecta, no instruidos
as (Alexander, Pugh, Parsons, & Sexton, 2002; directamente.
Alexander, Sexton, & Robbins, 2002; Sexton Prueba de estas estrategias se encuentra en
& Alexander, 2002; Sexton, Weeks, & Robbins, las llamadas terapias de tercera o nueva gene-
2003). Se basa en un protocolo clínico articu- ración. De entre las aplicaciones en la terapia
lado en tres fases: (1) enganche y motivación con padres podemos señalar la práctica de la
de la familia, (2) cambio de conducta o prácti- atención plena, destacando el trabajo de San-
cas parentales y (3) generalización. Cada una tamaría et al. (2006), quienes aplican la práctica
de estas fases tiene unos objetivos terapéuti- de la meditación y la atención plena en el en-
cos y unas técnicas, pero de manera genérica trenamiento de padres. En concreto, estos au-
los métodos clínicos indicados son los propios tores adaptan un programa anterior de Kabat-

Análisis y Modificación de Conducta, 2012, vol. 38, nº 157-158


42 INTERVENCIÓN EN VALORES CON FAMILIAS DE RIESGO SOCIAL DESDE LA TERAPIA DE ACEPTACIÓN Y COMPROMISO

Zinn (1997, citado en Santamaría et al., 2006), sus valores; y el elemento de distanciamiento,
que parte de tres principios fundamentales: (1) que pretende contrarrestar la fusión cognitiva
la soberanía de padres e hijos sobre sus pro- que a veces está a la base de la función o rol pa-
pias vidas; (2) la empatía más allá incluso de rental desadaptativos (Coyne & Wilson, 2004;
“ponerse en lugar de otro”; y (3) la aceptación, Greco & Eifert, 2004). Estos tres componentes
intentando instaurar una actitud interior de re- claves en la intervención (aceptación, valores
conocimiento de que las cosas “son como son”, y distanciamiento) se abordan a través de di-
y aunque discrepe de las expectativas de los ferentes metáforas y ejercicios experienciales,
padres deben aceptar la realidad de sus hijos. como métodos clínicos; y se están estructuran-
Además, proponen doce ejercicios de parenta- do a modo de protocolo o guía clínica que se
lidad consciente. A su vez, Dumas (2005) de- detallará más adelante, ya que es el procedi-
sarrolló otro programa de entrenamiento para miento de elección en este trabajo. Así mismo,
padres desde la atención plena, que promueve cada vez se encuentran más estudios clínicos
las siguientes habilidades de paternalidad: (1) con familias que muestran su eficacia (Blac-
la escucha facilitadora a fin de “aprehender” la kledge & Hayes, 2006; Coyne & Wilson, 2004;
realidad del niño; (2) el distanciamiento sufi- Hódar & Gómez, 2007; Martín, Gómez, Mara-
ciente que permita ver a los hijos como distin- ver, Molinero, & Belda, 2007; Murrell, Coyne, &
tos de los padres; y (3) no reaccionar en base al Wilson, 2005; Murrell & Scherbarth, 2006).
automatismo ni de manera visceral, sino tener Finalmente, siguiendo esta línea de
planes motivados de acción. terapias de nueva generación, la Terapia
De manera similar, en el marco de las tera- Familiar Integrativa (Integrative Family
pias de nueva generación, se está validando la Therapy, IFT), según sus autores (Greco &
aplicación de la Terapia de Aceptación y Com- Eifert, 2004), surge de la influencia de la
promiso (ACT) en la intervención con familias, Terapia de Interacción Padres-Hijos (PCIT) y
que enfatiza las estrategias de cambio con- de la Terapia de Aceptación y Compromiso
textual y experiencial y promueve repertorios (ACT). Las aplicaciones más recomendadas
comportamentales flexibles, eficaces y cons- son en familias en conflicto y adolescentes
tructivos que permitan avanzar en dirección con Trastornos Negativistas Desafiantes. En
a unos valores delimitados, en lugar de cen- ella se integran estrategias de aceptación
trarse en reducir o eliminar los comportamien- dentro de una terapia familiar centrada en
tos que originan o mantienen los problemas los valores, balanceando la aceptación y el
psicológicos. Así, se introducen nuevos com- cambio de acciones y dando importancia al
ponentes en la intervención familiar como son: contexto de juego como oportunidad para
el proceso de aceptación de los padres y de los tales cambios. Por tanto, se puede entender
hijos de lo que no se puede cambiar y de los como un tratamiento multicomponente en
pensamientos y emociones no deseados de el que se usan métodos para promocionar
ambos, para desde ahí trabajar en dirección a la aceptación como: el entrenamiento en

Análisis y Modificación de Conducta, 2012, vol. 38, nº 157-158


GÓMEZ, GARCIA, HÓDAR Y MARTÍNEZ 43

mindfulness (ejercicios de meditación) y el lamente, puede resultarle incompatible con


uso de metáforas típicas de ACT. Finalmente, a otros valores en su vida (p.e. “vivir de manera
través de cuestionarios se evalúan y clarifican independiente y sin ataduras”) y/o considerar-
los valores de todos los miembros de la familia, lo jerárquicamente un valor superior o inferior
se les ayuda a distinguir entre lo que son a otros valores (laborales, de relación de pare-
valores y objetivos, y se aborda en cada una de ja, ocio, entre otros). En este sentido, conside-
las personas implicadas en el conflicto hacia ramos que para conseguir y mantener un cam-
qué direcciones quiere actuar. bio en las familias en una dirección beneficiosa
En conclusión, las diferentes terapias de para los menores hemos de evaluar y clarificar
nueva generación detalladas incorporan es- necesariamente los valores de los progenito-
trategias para abordar los sentimientos, la con- res, ya que estas direcciones valiosas nos serán
ciencia y los valores de las familias además de útiles para “anclar” o encadenar los objetivos
sus conocimientos y habilidades para la edu- que pretendemos y guiarán el buen trato a la
cación de sus hijos y el manejo de los conflic- infancia, con lo que ya es importante y tiene
tos con estos. De hecho, se considera que los un significado para ellos.
programas de terapia familiar pueden ser de Bajo la hipótesis anterior, el presente estu-
dos tipos: bien dirigidos a mejorar la labor y dio tiene como objetivos:
las pautas concretas de los padres; o bien, en- a) Sistematizar un procedimiento para la
caminados a mejorar el bienestar psicológico evaluación y clarificación de aquellos valores
de los padres para favorecer que adopten tales de los progenitores que controlan sus acciones
prácticas parentales y estilos educativos (Rey, disfuncionales.
2006). b) Aplicar un protocolo o guía de interven-
Por todo lo indicado, consideramos estas ción basada en las aportaciones de ACT, adap-
últimas terapias útiles en el ámbito del mal- tadas a la intervención familiar para facilitar
trato o la negligencia infantil, ya que en estas que los padres adquieran patrones de funcio-
familias destaca la presencia de patrones de namiento con sus hijos más adaptativos y de
funcionamiento familiar incompatibles con protección.
lo que desean o valoran en su vida y la de sus
hijos. Así ciertos valores personales pueden Método
coordinarse con sus valores como padres o, Participantes
por el contrario, pueden ser incompatibles o Las tres familias que participaron en el es-
supeditarse unos a los otros en lo que deno- tudio estaban siendo atendidas por presentar
minamos escala de valores. Por ejemplo, a un problemas de negligencia o maltrato infan-
progenitor el valor de “ser buen padre” puede til. En primer lugar, participaron dos familias
resultarle equivalente con ciertos valores (p.e. atendidas en un Equipo de Tratamiento Fami-
“tener una casa limpia y ordenada”) que com- liar (ETF) de Servicios Sociales de un ayunta-
prendería una serie de acciones; pero parale- miento. En segundo lugar, y en aras a replicar

Análisis y Modificación de Conducta, 2012, vol. 38, nº 157-158


44 INTERVENCIÓN EN VALORES CON FAMILIAS DE RIESGO SOCIAL DESDE LA TERAPIA DE ACEPTACIÓN Y COMPROMISO

los resultados en otro contexto de tratamiento informa que ha sido derivada a los servicios de
alejado de las funciones culturalmente asocia- protección de menores de la provincia con una
das a los Servicios Sociales y obtener medidas orden de desamparo de sus hijos, tras intentos
más pormenorizadas de los logros por reper- infructuosos del ETF correspondiente de que se
torios, se contó con la participación de una adhiriera al tratamiento psicológico en su servi-
tercera familia que recibió tratamiento en un cio, que la madre explica en base a su “descon-
contexto sanitario, en concreto en un Centro fianza” en los profesionales de dicho ámbito.
de Atención Infantil Temprana (CAIT).
Específicamente, como criterio de inclusión Medidas
en el estudio se requirió que todas las familias En primer lugar, como medida del grado en
presentaran indicadores de maltrato y aban- el que las necesidades básicas del niño están
dono emocional, siguiendo los marcadores y siendo satisfechas en el núcleo familiar, se uti-
niveles de gravedad para la valoración de los lizó la versión española de la Escala de Bienes-
diferentes tipos de maltrato del manual de tar Infantil –CWBS - de Magura y Mosés (1986),
referencia de los Equipos de Tratamiento Fa- validada por De Paul y Arrubarrena (1999), por
miliar del Programa de Tratamiento a Familias ser una escala específica para familias que es-
con Menores de la Dirección General de Infan- tán siendo atendidas en servicios de protec-
cia y Familias de la Junta de Andalucía (2005). ción a la infancia, ofreciéndonos puntuaciones
Además de los indicadores citados, que permi- en tres dimensiones (cuidado parental, dispo-
tieron homogeneizar las familias estudiadas, sición parental y trato que recibe el menor),
las características sociofamiliares idiosincrási- además de una puntuación global de bienes-
cas de cada una de ellas fueron: tar del menor.
- Familia 1: Compuesta por una madre, su En aras a complementar dicha medida pre y
hijo de 10 años y la actual pareja de ésta. postratamiento, se elaboró la Escala de Valora-
- Familia 2: Compuesta por una abuela que ción de la Evolución Familiar (Hódar & Gómez,
ostenta el acogimiento legal remunerado de 2007) cuyo formato de respuesta se basa en
una nieta de 11 años que reside en una escuela una escala de frecuencia tipo Likert (ningún
hogar los días lectivos escolares y con la abue- día/vez, algunos días/veces, bastantes días/ve-
la los periodos vacacionales. Además, la menor ces, todos los días/veces), cumplimentada por
en esos períodos convive con un tío, la esposa el terapeuta en base a la información aporta-
de éste y la hija de ambos (2 años). da por los padres en cada una de las sesiones.
- Familia 3: Compuesta por una madre con 4 En concreto, en cada sesión con la familia 1 y
hijos de dos matrimonios distintos, de 14, 11, 4 2 se valoraba la frecuencia de cambios com-
y 2 años. La hija de 4 años acude a un CAIT para portamentales de los menores en una direc-
recibir atención individualizada por problemas ción positiva y en una dirección negativa y la
en el desarrollo derivados de una parálisis ce- frecuencia de interacciones cuidador-niño dis-
rebral, y es en este contexto donde la madre funcionales o funcionales para un adecuado

Análisis y Modificación de Conducta, 2012, vol. 38, nº 157-158


GÓMEZ, GARCIA, HÓDAR Y MARTÍNEZ 45

desarrollo psicológico de los menores. En el protocolo de intervención con estas fa-


En relación a la réplica realizada con la fami- milias se incluyeron los componentes de acep-
lia 3, además de la Escala de Bienestar Infantil, tación, distanciamiento cognitivo, yo como
también se tomó en cada una de las sesiones contexto, contacto con el momento presente,
una medida de autoinforme sobre la frecuen- valores y compromiso con la acción. En este
cia con que la madre realizaba actuaciones sentido, hay que precisar que los componentes
funcionales, pero en este caso, pormenoriza- incluidos en la intervención no se realizaron en
das por áreas relevantes en el cuidado de los un orden estricto, sino que se aplicaron y reto-
menores (comida, vestuario, higiene, limpieza maron de manera flexible y adaptada a la evo-
de la casa, responsabilidad, comunicación y lución de cada familia, siempre bajo el objetivo
coordinación con maestros). de establecer y/o mantener acciones valiosas
Las variables de intervención fueron el pro- para el adecuado desarrollo del menor.
ceso de evaluación y clarificación de valores y
el protocolo de intervención con familias con Procedimiento
componentes de ACT. La intervención se llevó a cabo en un ran-
La evaluación y clarificación de valores se go de 8 a 9 sesiones de aproximadamente 1
sistematizó a través de un cuestionario diseña- hora de duración, con una periodicidad se-
do al efecto y que denominamos “Cuestionario manal. Dadas las condiciones del contexto de
de Evaluación de Valores Educativos y Familia- intervención, en las que necesariamente, por
res” –CEVEF - (Hódar & Gómez, 2007), que se razones éticas, no son posibles diseños de tra-
presenta en el Anexo. En concreto, se evalua- tamiento reversible ni grupo control, se aplicó
ron: 1) los valores personales de los progeni- un diseño de caso único A-B con réplicas a tra-
tores relacionados con los valores de “ser un vés de sujeto (que en este caso son cada una
buen padre o madre”, dar una “buena” educa- de las tres familias) con medidas de conduc-
ción a los hijos y mantener una adecuada rela- tas-objetivo múltiples pre y post-tratamiento.
ción con ellos y con la familia en general; 2) los La intervención se llevó a cabo a través de
valores opuestos a los valores citados; y 3) la las siguientes fases:
importancia comparativa entre el conjunto de Fase 1. Medidas pre-intervención y encua-
valores expresados y la satisfacción con ellos. dre del tratamiento. En primer lugar, los pa-
Así mismo, se incluyeron preguntas dirigidas a cientes cumplimentaron la citada Escala de
conocer las motivaciones asociadas con la de- Bienestar Infantil (Magura & Mosés, 1986) y se
cisión de ser padres, las acciones realizadas en tomaron las primeras medidas de registro con
dirección a dichas motivaciones y sus autoeva- la Escala de Valoración de la Evolución Familiar.
luaciones como padres. Dicha evaluación se Seguidamente, a fin de establecer una óptima
realizó en dos sesiones de una hora de dura- alianza terapéutica y minimizar las creencias y
ción, según las dificultades encontradas con actitudes negativas hacia el equipo de trata-
cada familia para responder a algunos ítems. miento familiar, se explicitaron los fundamen-

Análisis y Modificación de Conducta, 2012, vol. 38, nº 157-158


46 INTERVENCIÓN EN VALORES CON FAMILIAS DE RIESGO SOCIAL DESDE LA TERAPIA DE ACEPTACIÓN Y COMPROMISO

tos, objetivos y naturaleza del tratamiento a que se explicitan por otras motivaciones; por
realizar. Para tales efectos, se empleó la “metá- ejemplo, evitar juicios negativos de otras per-
fora de la casa”1 (Hódar & Gómez, 2007), que sonas, o evitar medidas administrativo-legales
sitúa la responsabilidad del proceso de cambio o patrones de autoengaño). Para encuadrar
en las familias, la importancia de sus valores dicha evaluación se utilizaron metáforas como
para guiar dicho proceso y los límites a consi- la del “jardín” y ejercicios como el del “funeral”
derar, que son los derechos éticos y legales de (véanse estas metáforas y ejercicios, así como
los menores y el terapeuta. los que siguen, bien en Hayes, Strosahl, & Wil-
Fase 2. Clarificación de valores y análisis de son, 1999; o bien, en Wilson & Luciano, 2002).
las barreras psicológicas de los padres o tuto- Fase 3. Implementación del protocolo de
res. Esta fase se basó en la cumplimentación tratamiento. El protocolo de tratamiento se lle-
del CEVEF por cada uno de los tutores del me- vó a cabo en 7 sesiones de 1 hora de duración.
nor. Para ello se dedicaron un máximo de las Los componentes y métodos clínicos aplica-
dos primeras sesiones de 1 hora de duración. dos fueron los siguientes:
Durante dicha evaluación, se solicitó a cada I. Desesperanza creativa: el objetivo de este
tutor que expresara sus valores en la educa- componente es que las familias tomen con-
ción de los menores y que revisara las accio- ciencia y contacten emocionalmente con la
nes en dirección a dichos valores, a fin de que ineficacia de determinadas estrategias de evi-
diferenciaran lo que en el momento presente tación, dado que han resultado incompatibles
eran “valores genuinos” (es decir, aquellos que con comportamientos dirigidos a reducir el
se reflejan en acciones) de lo que eran deno- riesgo y aumentar el bienestar de los menores.
minados “valores vacíos” (es decir, intenciones Se utilizaron, fundamentalmente, la metáfora
o descripciones de lo que les gustaría que no del “granjero y el asno” y la del “hombre en el
implican ninguna acción en dirección, sino hoyo”.
II. Distanciamiento cognitivo o toma de
1 La metáfora de “los planos de la casa”, ha sido elabora- perspectiva: este componente, basado en
da por uno de los autores del presente trabajo, y en ella se le
ejercicios y metáforas como la del “autobús y
plantea a los padres que el proceso de la terapia es como el
diseño de los planos de una casa, en los que el terapeuta o los pasajeros” y la del “tablero de ajedrez”, está
psicólogo del ETF es como el arquitecto que los va a diseñar
pero ellos son los dueños y futuros habitantes de la casa, de dirigido a facilitar que el paciente discrimine
manera que el arquitecto irá dibujando y dando forma a las
entre el yo-contexto y el yo-contenido2, entre
habitaciones y espacios que ellos quieran tener, pero para
ello han de mostrar todo lo que piensan, todos sus gustos
y preferencias respecto de cómo quieren que sea la casa, 2 Entendiendo la formación del YO como un proceso
cuántas habitaciones, de qué forma, de qué color, con cuan- continuo que se crea desde la infancia, igual que otras dis-
tas ventanas, etc. Así se va dialogando con los padres hasta criminaciones relevantes para la vida, una abstracción que
conseguir de ellos que autoricen la terapia, que entiendan la persona va aprendiendo a través de numerosas experi-
que la responsabilidad de los contenidos que allí se lleguen encias que concurren en un lugar que es ella misma. El YO
a tocar y, por tanto, intervenir sobre ellos no es del terapeu- presenta tres dimensiones básicas cuyas características re-
ta (ahora simbólicamente transformado en arquitecto) sino sponden a la historia de vida de cada persona: El YO concep-
de la familia (los habitantes). Así como se afianza la alianza tual o como el contenido verbal comprende lo que se piensa,
terapeútica y se comprometen en dejar al terapeuta inspec- se siente, se recuerda, se opina, se cree, se sueña, etc. El YO
cionar los sentimientos, pensamientos y creencias de la fa- como un proceso en marcha de los contenidos, comprende
milia de manera honesta. el acto de pensar, sentir, imaginar, recordar; es aprender los

Análisis y Modificación de Conducta, 2012, vol. 38, nº 157-158


GÓMEZ, GARCIA, HÓDAR Y MARTÍNEZ 47

evaluaciones y descripciones, entre la valora- la par que ejercicios como el de “la escala de la
ción como un sentimiento y como un acto y la ansiedad y la acción”, el del “elefante rosa”, “sa-
relación entre las respuestas emocionales y la car la mente a pasear” o el de “la lucha con las
historia personal. tarjetas”. Así mismo se introdujeron ejercicios
III. Aceptación de las emociones y los pen- de fisicalización de los eventos que funciona-
samientos: se introducen ejercicios experien- ban como barreras para facilitar la flexibilidad
ciales y metáforas dirigidas a fomentar que comportamental y cognitiva.
cada familia “haga un hueco psicológico” a los IV. Establecer compromisos: se basa en faci-
eventos que evita y que suponen barreras para litar que los cuidadores expliciten compromi-
comportarse en direcciones valiosas. Se plan- sos concretos de acciones más funcionales, en
tea la posibilidad de que la principal barrera dirección a sus valores.
pueda ser no aceptar, o lo que es igual querer En cada una de las sesiones el terapeuta
controlar aquellos pensamientos o sentimien- cumplimentaba la Escala de Valoración de la
tos que escapan de nuestro control (en la línea Evolución Familiar. Al final del tratamiento se
de lo indicado en Barraca Mairal, 2011). Las procedió a la evaluación de la Escala de Bien-
metáforas utilizadas fueron la de “la pantalla estar Infantil.
del ordenador”, “las dos caras de la moneda”,
“el autobús y los pasajeros”, “la lucha con el Resultados
monstruo”, “el polígrafo”, y “enseñar a nadar”; a Todas las familias muestran adherencia al
tratamiento y mejoría en las variables de cam-
procesos que la comunidad verbal entiende como impor- bio analizadas. Concretamente, las mejorías
tantes, es una parte de la socialización que ocurre a la par
que se forman las relaciones entre una serie amplia de even- observadas entre las medidas pre y postrata-
tos entendidos como sensaciones, predisposiciones, etc. El miento de cada una de las familias son:
YO como contexto, el yo que transciende, es el yo como el
lugar y fondo sin fin de todos los contenidos y procesos, La familia 1 obtiene tras el tratamiento me-
proviene de la toma de perspectiva, de manera que a base
de practicarla se produce la transcendencia del yo. (Barnes- jores puntuaciones en la Escala de Bienestar
Holmes, Hayes, & Dymond, 2001).

100

90
Puntuación total
80
Disposición Parental
70 Cuidado Parental

60 Trato al niño

50
Pretratamiento Postratamiento

Figura 1. Puntuaciones pretratamiento y postratamiento de la familia 1 en la Escala de Bienestar Infantil.

Análisis y Modificación de Conducta, 2012, vol. 38, nº 157-158


48 INTERVENCIÓN EN VALORES CON FAMILIAS DE RIESGO SOCIAL DESDE LA TERAPIA DE ACEPTACIÓN Y COMPROMISO

Infantil (ver figura 1), tanto en la puntuación pretratamiento, y se mantuvieron estables tras
total como en la dimensión de disposición pa- el tratamiento.
rental. Las puntuaciones en las dimensiones Además, se observa una mejoría en las in-
de cuidado parental y trato al menor alcan- teracciones de los cuidadores con el menor
zaron la puntuación máxima en la evaluación (ver figura 2), ya que aumenta progresivamen-

Figura 2. Informes de los cuidadores de la familia 1 de interacciones positivas y negativas con el menor.

90
80
70
Frecuencia

60
50
40
30
20
10
0
1ª 2ª 3ª 4ª 5ª 6ª 7ª 8ª
sesiones
Ctos Positivo Ctos Problemáticos

Figura 3. Informes de la familia de comportamientos positivos y problemáticos del menor.

Análisis y Modificación de Conducta, 2012, vol. 38, nº 157-158


GÓMEZ, GARCIA, HÓDAR Y MARTÍNEZ 49

te la frecuencia de interacciones positivas y se La familia 2 muestra una mejoría en cuan-


muestra una clara reducción de las interaccio- to a las puntuaciones en la Escala de Bienestar
nes disfuncionales con el menor. En paralelo, Infantil, tanto en la puntuación total como en
descienden bruscamente los comportamien- la puntuación obtenida en las tres dimensio-
tos problemáticos del menor y aumenta la fre- nes evaluadas, siendo el aumento más notable
cuencia de comportamientos más adaptativos en la dimensión de disposición parental (ver
(ver figura 3). figura 4). Complementariamente, se reducen

Figura 4. Puntuaciones pretratamiento y postratamiento de la familia 2 en la Escala de Bienestar Infantil.

Figura 5. Informes de los cuidadores de la familia 2 de interacciones positivas y negativas con el menor.

Análisis y Modificación de Conducta, 2012, vol. 38, nº 157-158


50 INTERVENCIÓN EN VALORES CON FAMILIAS DE RIESGO SOCIAL DESDE LA TERAPIA DE ACEPTACIÓN Y COMPROMISO

Figura 6. Informes de la familia 2 de comportamientos positivos y problemáticos del menor.

100
95
90
Disposición
85
Parental
80
75
70
65 Cuidado
Parental
60
55
50
Pretratamiento Postratamiento

Figura 7. Puntuaciones pretratamiento y postratamiento de la familia 3 en la Escala de Bienestar Infantil.

Análisis y Modificación de Conducta, 2012, vol. 38, nº 157-158


GÓMEZ, GARCIA, HÓDAR Y MARTÍNEZ 51

100

95

90 Trato al niño 1

85

80 Trato al niño 2

75

70 Trato al niño 3

65

60
Trato al niño 4
55

50
Pretratamiento Postratamiento

Figura 8. Puntuaciones de la dimensión trato al niño de la Escala de Bienestar Infantil, en cada uno de los
menores de la familia 3.

significativamente las interacciones negativas mento claro y generalizado de la frecuencia de


de los cuidadores con el menor y aumentan las comportamientos dirigidos a distintas áreas
interacciones positivas (ver figura 5). A su vez, importantes en el cuidado de los menores: co-
se observa un incremento en la frecuencia de mida, vestuario, higiene, limpieza de la casa,
los comportamientos adaptativos del menor y responsabilidad, comunicación y coordinación
desde la sexta sesión se reduce a cero la fre- con maestros (figuras 9 y 10).
cuencia de los comportamientos disfunciona-
les del niño, lo que se mantiene en el último Conclusiones y discusión
seguimiento (figura 6). Del conjunto de los resultados, podría-
La familia 3 también muestra una mejora mos concluir que la intervención realizada
en las puntuaciones en la Escala de Bienes- promueve mejorías tanto en el estilo de fun-
tar Infantil, aumentando las puntuaciones en cionamiento parental como en el repertorio
disposición y cuidado parental (figura 7), así disfuncional de los menores, observadas en
como las puntuaciones relativas al trato a cada las medidas de registro establecidas y en la
uno de los menores, evaluados por separado evaluación estandarizada del bienestar infantil
(figura 8). Así mismo, la madre muestra un au- a través del cuestionario CWBS.

Análisis y Modificación de Conducta, 2012, vol. 38, nº 157-158


52 INTERVENCIÓN EN VALORES CON FAMILIAS DE RIESGO SOCIAL DESDE LA TERAPIA DE ACEPTACIÓN Y COMPROMISO

100

90

80
Comida
70

60
PORCENTAJE

Vestuario
50

40 Higiene

30

20 Limpieza
de casa
10

0
1 2 3 4 5 6 7
SESIONES

Figura 9. Interacciones positivas con el menor de la familia 3 por áreas.

100

90

80

70 Responsabilidad

60
PORCENTAJE

50
Comunicación
40

30
Coordinación
20 con maestros

10

0
1 2 3 4 5 6 7
SESIONES
Figura 10. Interacciones positivas con el menor de la familia 3 por áreas (parte 2).

Análisis y Modificación de Conducta, 2012, vol. 38, nº 157-158


GÓMEZ, GARCIA, HÓDAR Y MARTÍNEZ 53

Específicamente, en las tres familias se re- investigaciones clarifiquen el mantenimien-


duce el número de interacciones disfunciona- to de los logros con intervenciones breves de
les, aumentan las interacciones positivas para este tipo y si es preciso un seguimiento más
el adecuado desarrollo del menor y mejoran extenso para mantener los logros terapéuticos
sus puntuaciones en la escala “disposición pa- (e inclusive generalizarlos a otros contextos de
rental” del CWBS. Por ejemplo, en el caso de la la relación padres e hijos). Además, y aunque
familia 3, dichas mejorías se concretan en una no con la rigurosidad experimental que futu-
mayor implicación parental en distintas áreas ros estudios pudieran aportar, se ha analizado
relevantes en la educación de los hijos como: si los resultados obtenidos en las dos primeras
asunción de distintas responsabilidades, co- familias con dicho tratamiento pueden estar
ordinación con los maestros, promoción de la contaminados por las funciones derivadas del
autonomía del menor en distintas facetas (ali- contexto sociocomunitario y legal de interven-
mentación e higiene) y comunicación familiar. ción, al replicar el tratamiento con una tercera
Complementariamente, las tres familias familia en un contexto sanitario, sin la posible
informan de una reducción de la frecuencia función “sancionadora” del psicólogo de un
de los comportamientos problemáticos y ETF, observándose también unos resultados
una mayor frecuencia de comportamientos favorables, lo que nos hace hipotetizar que los
adaptativos en los menores. componentes introducidos en el tratamiento
Es de destacar que, a pesar de la cronicidad son suficientes para establecer el contexto mo-
y gravedad de las interacciones familiares dis- tivacional necesario para alcanzar logros tera-
funcionales motivo de consulta, el tratamien- péuticos. No obstante, serían precisos futuros
to realizado, incluido el papel terapéutico de estudios que aíslen las condiciones motivacio-
la clarificación en valores, promueve cambios nales necesarias para la adecuada evolución
en el funcionamiento familiar con el reducido de los casos de negligencia o maltrato familiar,
número de 7 sesiones. Por tanto, ha resultado así como analizar el papel facilitador (u obs-
ser una intervención escasamente intrusiva taculizador) de las funciones culturalmente
y de corto tiempo, aspecto que en el ámbito establecidas de determinados contextos tera-
de la negligencia y/o maltrato infantil se tor- péuticos para la adquisición de logros a corto
na de vital importancia dada la necesidad de plazo y su mantenimiento.
establecer de la manera más rápida y eficiente Desde nuestro punto de vista, el presente
unas mínimas condiciones de protección de estudio viene a aportar una primera explora-
los menores. Así mismo es preciso señalar que, ción del papel de la intervención en valores
por los condicionantes administrativo-legales parentales así como otros componentes de
del contexto de intervención, no se ha realiza- la Terapia de Aceptación y Compromiso en el
do un seguimiento de dichos casos de manera ámbito de la negligencia y/o maltrato infantil;
rigurosa, sino en base a contactos informales, consideramos que dicha intervención, al tra-
por lo que consideramos preciso que nuevas bajar directamente sobre la motivación para el

Análisis y Modificación de Conducta, 2012, vol. 38, nº 157-158


54 INTERVENCIÓN EN VALORES CON FAMILIAS DE RIESGO SOCIAL DESDE LA TERAPIA DE ACEPTACIÓN Y COMPROMISO

cambio, puede potenciar la rapidez y adheren- Referencias


cia de los efectos terapéuticos. Los resultados Alexander, J. F., Pugh, C., Parsons, B., & Sexton,
obtenidos parecen indicarnos que el trabajo T. L. (2002). Functional family therapy. Gold-
en CO: Venture Publishing.
motivacional con las familias aumenta su dis-
Alexander, J. F., Sexton, T. L., & Robbins, M. S.
posición parental y promueve cambios benefi- (2002). The developmental status of family
ciosos tanto en los padres como en los meno- therapy in family psychology intervention
res de manera similar a la indicada en trabajos science. En H. Liddle, D. Santisteban, R. Le-
vant & J. Bray (Eds.), Family psychology inter-
previos enfocados a familias (Blackledge & Ha-
vention science. Washington, DC: American
yes, 2006; Coyne & Wilson, 2004; Hódar & Gó- Psychological Association.
mez, 2007; Martín, Gómez, Maraver, Molinero Barkley, R. A. (1997). Desafiant children. A cli-
& Belda, 2007; Murrell et al., 2005). Experien- nician’s manual for assessment and parent
cias clínicas como ésta vienen a justificar la ne- training. New York: Guilford.
cesidad de estudiar experimentalmente el pa- Barnes-Holmes, D., Hayes, S. C., & Dymond, S.
(2001). Self and self-directed rules. En S. C.
pel de las estrategias de tercera generación en
Hayes, D. Barnes-Holmes & B. Roche (Eds.),
el campo del maltrato y/o negligencia familiar, Relational Frame Theory. A post-skinnerian
bien como tratamiento único o como estrate- account of human language and cognition.
New York: Kluwer Academic.
gias complementarias a otros tratamientos.
Finalmente, estos datos han permitido des- Barraca Mairal, J. (2011). ¿Aceptación o control
mental? Terapias de aceptación y mindful-
tacar unos recursos terapéuticos que vayan ness frente a las técnicas cognitivo-con-
planteando cuestiones a los padres a fin de ductuales para la eliminación de pensami-
generar dudas en algunas de sus actuaciones entos intrusos. Análisis y Modificación de
Conducta, 37, 43-63.
o creencias y que sirvan como peldaños para
Beardslee, W. R., & Gladstone, T. R. G. (2001).
llegar a la solución de sus problemas o conflic-
Prevention of childhood depression: recent
tos con sus hijos (a modo de un método socrá- findings and future prospects. Biological
tico). También se ha mostrado útil que durante Psychiatric, 49(12), 1101-1110.
este proceso se utilicen metáforas, refranes, Blackledge, J. T., & Hayes, S. C. (2006). Using Ac-
símiles y ejemplos (en lo posible de su propia ceptance and Commitment Training in the
support of parents of children diagnosed
vida o de padres con características equivalen-
with autism. Child and Family Behavior Ther-
tes). apy, 28, 1-18.
Coyne, L. W., & Wilson, K. G. (2004). The role of
cognitive fusion in impaired parenting: an
RFT analysis. International Journal of Psy-
chology and Psychological Therapy, 4(3),
469-486.
De Paul, J., & Arruabarrena, M. I. (1999). Escalas
de Bienestar Infantil de Magura y Mosés.
Un primer estudio para la validación de la
versión española. Intervención Psicosocial,
8(1), 89-107.

Análisis y Modificación de Conducta, 2012, vol. 38, nº 157-158


GÓMEZ, GARCIA, HÓDAR Y MARTÍNEZ 55

Dirección General de Infancia y Familias, Junta Martín, M. J., Gómez, I., Maraver, J., Molinero, J.,
de Andalucía (2007). Programa de Tratami- & Belda, C. (2007). Intervención en un caso
ento a Familias con Menores. Manual de ref- de violencia familiar y entre iguales. En J.
erencia de los Equipos de Tratamiento Famil- J. Gázquez, M. C. Pérez, A. J., Cangas & N.
iar. Sevilla: Junta de Andalucía, Consejería Yuste (Eds.), Mejora de la convivencia y pro-
para la Igualdad y Bienestar Social. gramas encaminados a la prevención e in-
Dumas, J. E. (2005). Mindfulness-based par- tervención en el acoso escolar (pp. 331-335).
ent training: Strategies to lessen the grip Granada: Grupo Editorial Universitario.
of automaticity in families with disruptive Meharg, S. S., & Lipsker, L. E. (1991). Parent
children. Journal of Clinical Child and Ado- Training Using Videotape Self-Modeling.
lescent Psychology, 34(4), 779-791. Child & Family Behavior Therapy, 13(4), 1-28.
Eyberg, S. M. (1988). Parent-Child Interaction Murrell, A. R., Coyne, L. W., & Wilson, K. G.
Therapy: Integration of traditional and be- (2005). ACT with children, adolescents and
havioral concerns. Child and Family Behav- their parents. En S. C. Hayes, C. Stroshal, &
ior Therapy, 10, 33-46. D. Kirk (Eds.), A practical guide to Acceptance
Eyberg, S. M. (1999). Parent-Child Interaction and Commitment Therapy. New York: Hard-
Therapy (PCIT). Integrity checklists and ses- cover.
sion materials. University of Florida. Recu- Murrell, A. R., & Scherbarth, A. J. (2006). State
perado de http://pcit.phhp.ufl.edu of the research and literature address: ACT
Greco, L. A., & Eifert, G. H. (2004). Treating par- with children, adolescents and parents. In-
ent-adolescent conflict: is acceptance the ternational Journal of Behavioral and Con-
missing link for an integrative family ther- sultation Therapy, 2(4), 531-543.
apy? Cognitive and Behavioral Practice, 11, Rey, F. (2006). Entrenamiento de padres: Una
305-314. revisión de sus principales componentes y
Hayes, S. C., Strosahl, K. D., & Wilson, K. G. aplicaciones. Revista Infancia, Adolescencia
(1999). Acceptance and Commitment Ther- y Familia, 1(1), 61-84.
apy: An experiential approach to behavior Sanders, M. R., Pidgeon, A. M., Gravestock,
change. New York: Guilford Press. F., Conners, M. D., Brown, S., & Young, W.
Hembree-Kigin, T. L., & McNeil, C. B. (1995). (2004). Does parental attributional retrain-
Parent-Child Interaction Therapy. New York: ing and anger management enhance the
Plenum Press. effects of the triple P-positive parenting
program with parents at risk of child mal-
Hódar, J. C., & Gómez, I. (2007). Análisis de va- treatment? Behavior Therapy, 35(3), 513-
lores en familias de riesgo y aplicación de 535.
la Terapia de Aceptación y Compromiso en
problemas de relación familiar. Almería: Au- Santamaría, M. T., Cebolla, A., Rodríguez, P. J.,
tores. & Miró, M. T. (2006). La práctica de la medi-
tación y la atención plena: Técnicas mile-
Keenan, M., Kerr, K. P., & Dillenburger, K. (2000). narias para padres del siglo XXI. Revista de
Parent’s Education as Autism Therapists. Ap- Psicoterapia, XVII (66), 157-176.
plied Behaviour Analysis in Context. United
Kingdom: Jessica Kingsley Publishers. Sexton, T. L., & Alexander, J.F. (2002). Family-
based empirically supported interventions.
Laski, K. E., Charlop, M. H., & Schreibman, L. The Counseling Psychologist, 30(2), 238-261.
(1988). Training parents to use the natural
language paradigm to increase their autis- Sexton, T. L., Weeks, G. R., & Robbins, M. S.
tic children’s speech. Journal of Applied Be- (2003). Handbook of family therapy. New
havior Analysis, 21, 391-400. York: Brunner-Routledge.

Análisis y Modificación de Conducta, 2012, vol. 38, nº 157-158


56 INTERVENCIÓN EN VALORES CON FAMILIAS DE RIESGO SOCIAL DESDE LA TERAPIA DE ACEPTACIÓN Y COMPROMISO

Webster-Stratton, C. (1998). Preventing con-


duct problems in head start children:
Strengthening parenting competencies.
Journal of Consulting and Clinical Psychol-
ogy, 66, 715–730.
Wilson, K., & Luciano, M. C. (2002). Terapia de
Aceptación y Compromiso (ACT): Un tratam-
iento orientado a los valores. Madrid: Pi-
rámide.

Análisis y Modificación de Conducta, 2012, vol. 38, nº 157-158


GÓMEZ, GARCIA, HÓDAR Y MARTÍNEZ 57

Anexo
Guía para la evaluación y clarificación de valores educativos y familiares (Hódar, & Gómez, 2007).

1. ¿Qué debemos procurar para dar una buena educación a nuestros hijos?

2. ¿Qué es lo más importante para educar bien a una persona?

3. Por el contrario, ¿qué cosas cree que no debemos hacer con respecto a ellos si queremos educarlos
bien?

4. ¿Cuál es el peor error que usted cree que podemos cometer con los hijos con respecto a la educación
y formación que les damos?

5. ¿Qué significa para usted el hecho de ser padre o madre?

6. ¿Por qué decidió tener hijos?

7. En general, ¿qué espacios o actividades comparten diariamente?, y ¿de qué aspectos se ocupa?, o
¿qué hace por ellos de forma cotidiana?

8. Intente pensar en lo que siente, cómo actúa y reacciona y cómo se relaciona con sus hijos, y luego
intente imaginar cómo se ve a sí mismo como padre, esto es, si tuviera que poner de tres a cinco califi-
cativos ¿cómo se definiría como padre?

9. Piense en aquellas personas que considera son los mejores padres o madres que conoce. ¿Cuales
son las cosas más importantes que hacen con respecto a sus hijos, que le llevan a usted a considerarlos
buenos padres?

10. Si piensa en todo lo que sus padres han hecho por usted, ¿qué es lo que más valora o qué diría que
es lo mejor que le han dado?

11. De las respuestas a las dos preguntas anteriores, ¿con qué se identifica?, esto es, ¿se ve reflejado/a
en algunos de los aspectos indicados para ser buenos padres?

12. En resumen, ¿qué es lo más importante que un padre o una madre deben hacer por sus hijos? Des-
tacar una idea o creencia.

13. ¿Qué cosas cree que nunca debe de hacer un padre o una madre?

14. ¿Cuál es el peor error que usted cree que podemos cometer en la relación con los hijos?

15. ¿Qué aspectos cambiaría o mejoraría de la relación con sus propios padres? o en ¿cuales cree que
ellos no han actuado acertadamente?

16. ¿En qué aspectos cree que se equivocan otros padres o madres que ve en su entorno o en la socie-
dad en general?

17. ¿Qué debe proporcionarnos la familia?

18. ¿En qué aspectos piensa usted que se reconoce una verdadera familia?

Análisis y Modificación de Conducta, 2012, vol. 38, nº 157-158


58 INTERVENCIÓN EN VALORES CON FAMILIAS DE RIESGO SOCIAL DESDE LA TERAPIA DE ACEPTACIÓN Y COMPROMISO

19. ¿Qué cosas deben valorarse entre sí los diferentes miembros de una familia?

20. ¿En qué aspectos se distingue la relación familiar de otro tipo de relaciones?

21. ¿Qué es lo más importante de la familia?

22. ¿Qué errores o acciones no deben cometerse con las personas de tu familia?

23. ¿En qué circunstancias sentiría que su familia no está funcionando como debe? ¿Qué considera
como inaceptable en una auténtica relación de familia?

24. En su opinión, ¿qué es lo peor que una familia puede hacer?

25. Valorar según grado de importancia y satisfacción las siguientes facetas de nuestra vida (de 1 a 10).

Importancia Satisfacción
Relación de pareja
Relaciones sociales
Trabajo
Educación y formación
Ocio
Espiritualidad
Ciudadanía
Salud bienestar físico
Relaciones familiares

Análisis y Modificación de Conducta, 2012, vol. 38, nº 157-158

También podría gustarte