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TENSIÓN
INDICE........................................................................................................................................................................... 2
1. INTRODUCCION ....................................................................................................................................................... 4
5.1 ¿Cuándo debe realizarse una inspección del sistema de puesta a tierra? .......................................... 26
5.2 Componentes del sistema de puesta a tierra a inspeccionar y metodología ....................................... 27
6.1 ¿Cuándo debe hacerse una mejora del sistema de puesta a tierra? ................................................... 29
6.2 Técnicas de mejora.............................................................................................................................. 29
7. REFERENCIAS ....................................................................................................................................................... 39
1. INTRODUCCION
Con la puesta a tierra de las líneas eléctricas, se pretende garantizar la seguridad de las
personas y evitar daños en las propiedades y equipos respecto a las tensiones que aparezcan
cuando se produce una falta a tierra en la instalación.
Desde el punto de vista del mantenimiento, el nuevo Real Decreto 223/2008 viene a modificar
de forma significativa todo el tema de medición, inspección y mejora de las puestas a tierra, por
cuanto es uno de los apartados que más ha variado respecto al reglamento ahora vigente
(Decreto 3151/1968).
De esta forma, nos encontramos que deberemos organizar y planificar el mantenimiento de dos
maneras distintas, dependiendo de que la línea fuese diseñada y construida bajo la normativa
del Decreto 3151/1968 o por el contrario los criterios sean los marcados en el nuevo Real
Decreto 223/2008. Con carácter general, la disposición transitoria primera de este último Real
Decreto, indica que será de obligado cumplimiento a partir de los dos años de su publicación
en el Boletín Oficial del Estado.
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2. SISTEMA DE PUESTA A TIERRA
2.1 Definición
Decimos que el “sistema de puesta a tierra” de una línea eléctrica comprende toda la ligazón
metálica directa, sin fusibles ni protección alguna, de sección suficiente, entre determinados
elementos o partes de una instalación y un electrodo o grupo de electrodos enterrados en el
suelo. El objetivo es conseguir que en el conjunto de la instalación no existan diferencias de
potencial peligrosas y que al mismo tiempo, permita el paso a tierra de las corrientes de falta o
de descarga de origen atmosférico.
Son los conductores que unen el electrodo, conjunto de electrodos o anillo, con el punto de
puesta a tierra. Estos conductores, según el decreto 3151/1968, podrán ser de cualquier
material metálico que reúna las siguientes condiciones:
En ningún caso la sección será inferior a la electricamente equivalente a 16
milimetros cuadrados de cobre (si la instalación se rige por el Real Decreto 223/2008
deberá cumplir, como mínimo: 25 mm2 para cobre, 35 mm2 para aluminio o 50 mm2
para acero).
En la zona inmediatamente superior e inferior al terreno, estarán protegidos contra
golpes u otro tipo de daños que puedan sufrir. En este sentido, cuando exista macizo
de hormigón, el conductor no debe tenderse por encima de él sino atravesarlo.
2.2.3. Terreno
Las características del suelo es uno de los principales aspectos a tener en cuenta a la hora de
diseñar un sistema de puesta a tierra, ya que hay una serie de factores que nos marcarán este
diseño.
Caso de ser necesario, se puede recurrir al tratamiento del suelo con sales, geles, tratamiento
electrolítico del terreno, etc, para mejorar su conductividad, aunque si es posible deben
evitarse, ya que con el paso del tiempo pierden estas propiedades, salvo que se repita el
tratamiento periódicamente.
Entre otras características, podemos destacar:
Humedad.
Temperatura
Composición química.
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Número y grosor de las capas que componen el terreno.
3. REGLAMENTOS DE LINEAS ELECTRICAS DE ALTA TENSION
Hasta este momento se viene aplicando el Reglamento de 1968, a partir de ahora, en las
nuevas instalaciones, se deberá aplicar el nuevo reglamento de 2008. Dependiendo del
reglamento que sea aplicable a cada instalación, se deberá proceder de una manera u otra.
En lo concerniente a valores máximos de las resistencias de las puestas a tierra, indica que “en
zonas frecuentadas, la resistencia de difusión de la puesta a tierra de los apoyos no será
superior a 20 ohmios. En el caso de que este valor de la resistencia de difusión fuese difícil de
obtener, en líneas de segunda y tercera categorías, siempre que estén provistas de
protecciones sensibles y rápidas, de acuerdo con lo dicho en el párrafo cuarto del apartado 6
del artículo 12, se admitirá un valor de la resistencia de difusión superior, siempre que se
refuerce el aislamiento del apoyo hasta el valor correspondiente al escalón superior de tensión
indicado en el articulo 24 para las ondas de choque.”
Más adelante, en este mismo artículo, se indica que “en las zonas de pública concurrencia,
además de cumplirse lo anterior, será obligatorio el empleo de electrodos de difusión o tomas
de tierra en anillo cerrado, enterrado alrededor del empotramiento del apoyo, a 1 metro de
distancia de las aristas del macizo de la cimentación, o de la superficie exterior del apoyo si no
existiese macizo.”
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Los 20 ohmios indicados anteriormente son para medidas realizadas en corriente alterna de 50
o más Hz. y si hay cable de tierra, este estará conectado en posición de trabajo, salvo que el
objeto de dicho cable sea la protección de la línea contra el rayo, en cuyo caso, la medición
deberá realizarse eliminando la influencia del cable de tierra.
Cuando el terreno no sea favorable, podrá ser tratado para reducir la resistencia de difusión de
las puestas a tierra.
La instalación de puesta a tierra deberá ser comprobada antes de la puesta en servicio de la
instalación y se revisará cada 6 años.
Cuando la composición del terreno pueda ser agresiva para el material de las puestas a tierra,
cada 9 años se descubrirán al objeto de verificar su estado de conservación, así como el
estado de las conexiones al apoyo.
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4. MEDIDAS REGLAMENTARIAS
Dependiendo del Reglamento aplicable a cada instalación, se deberán realizar las medidas de
las tomas de tierra o las tensiones de contacto. En los casos especiales en los que no se
consigan las tensiones de contacto requeridas, además de eliminar con algún método la
posibilidad de contacto con la instalación, habrá que verificar las tensiones de paso.
En cualquiera de los casos, estas verificaciones se realizarán cada 6 años.
Definiremos la resistencia de puesta a tierra como la resistencia que ofrece una masa metálica
conectada a tierra al paso de la corriente de un defecto que circula por la misma.
Se trata de equipos que para realizar la medida inyectan una corriente con una frecuencia del
orden de 150 Hz o más. Con esto consigo eliminar la influencia del cable de tierra por lo que no
es necesario desconectarlo. Estos medidores son muy utilizados en la actualidad (figuras 2 y
3). Entre sus ventajas podemos destacar:
Economía de tiempo al no ser necesario desconectar la toma de tierra del apoyo para
eliminar la influencia del cable de tierra.
Se puede medir la resistencia de puesta a tierra en apoyos en los que no esté
accesible la conexión por estar esta dentro de la cimentación.
Como principales desventajas podemos citar:
Son equipos con precio mucho más elevado.
Son equipos más sensibles y que se averían con más facilidad.
En proximidades de subestaciones, tuberías metálicas, etc, no es posible utilizarlos
por la presencia de corrientes parásitas u otros condicionantes que pueden falsear el
valor de las medidas obtenidas.
Para medidas de resistencias superiores a 25 ohmios, se pierde precisión y fiabilidad
en la medida obtenida.
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4.1.4. Medidores de baja frecuencia
Entre sus ventajas con respecto a los medidores de alta frecuencia podemos destacar:
Son equipos con precio mucho menor.
Dan pocos problemas de averías.
En proximidades de subestaciones, tuberías metálicas, etc, es posible utilizarlos
siendo fiable el valor de las medidas obtenidas.
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Figura 6: Efecto de la humedad
4.2.2. La temperatura
La resistividad del terreno, como puede verse en la figura 7, aumenta de manera brusca por
debajo de los 0ºC, mientras que la influencia se puede considerar despreciable por encima del
punto de congelación y especialmente a partir de 10ºC. Este hecho, se deberá tener en cuenta
a hora de diseñar una instalación en zonas muy frías y enterrar los electrodos de la toma de
tierra a más profundidad.
Esto habrá que tenerlo en cuenta a la hora de planificar las medidas, pues serán distintos los
valores obtenidos si hay heladas o no.
Figura 7: Efecto de la temperatura del terreno
Independientemente del tipo, marca y modelo de equipo de medida que utilicemos, siempre
tendremos que ajustarnos rigurosamente a lo indicado en el manual de uso del aparato, pues
un mal montaje, el no realizar los chequeos iniciales que nos indiquen, un error en la
interpretación de las escalas, etc, hará que la medida obtenida no sea correcta.
Una mala conexión, por mal contacto, del equipo de medida a la tierra a medir, o algún otro
error, nos puede falsear la medida.
Para el caso de medidores de baja frecuencia tendremos especial cuidado en desconectar
correctamente la toma de tierra del apoyo, a fin de evitar la influencia del cable de tierra y del
apoyo en la medición. Si es necesario limpiaremos la toma de tierra para facilitar el buen
contacto con el equipo.
Si, como es lo más habitual, estamos realizando la media con un equipo de alta frecuencia,
tendremos especial cuidado en que la conexión de la pinza del equipo al apoyo tenga un buen
contacto, para ello, deberemos limpiar bien la zona de contacto de suciedad, oxido o pintura si
el apoyo estuviera pintado.
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4.2.5. Estado del equipo de medida
Para evitar errores en la medición obtenida y tener estos acotados de manera precisa, es
necesario que el equipo utilizado este convenientemente calibrado y esta calibración esté
dentro del periodo de validez.
También se tendrá en cuenta que la tolerancia de medida sea superior a la incertidumbre del
equipo.
Definiremos la tensión de contacto, como la fracción de la tensión a tierra que puede ser
puenteada por una persona entre la mano y el pie o entre ambas manos, considerando en
ambos casos una distancia de un metro.
Definiremos como tensión de contacto aplicada, a la parte de la tensión de contacto que resulta
directamente aplicada entre dos puntos del cuerpo humano, cuando se produce un defecto a
tierra, considerando todas las resistencias que intervienen en el circuito y estimándose la
resistencia del cuerpo humano en 1000 ohmios.
En aquellas líneas que se rijan por lo marcado en el Real Decreto 223/2008, en lugar de medir
la resistencia de las puestas a tierra cada 6 años, habrá que garantizar que la tensión de
contacto en apoyos frecuentados no está por encima de los valores de la tensión admisible de
contacto aplicada (Uca) a la que puede estar sometido el cuerpo humano entre la mano y los
pies, en función de la corriente de falta. Estos valores son los que se muestran en la figura 9 y
se deben cumplir en el caso de apoyos clasificados como “frecuentados”.
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Figura 9: Tensión de contacto aplicada
El Real Decreto 223/2008 define exactamente qué apoyos deben definirse como “frecuentados”
y en los que por tanto se debe garantizar los valores admisibles de las tensiones de contacto.
Define apoyos frecuentados como “los situados en lugares de acceso público y donde la
presencia de personas ajenas a la instalación eléctrica es frecuente: donde se espere que las
personas se queden durante tiempo relativamente largo, algunas horas al día durante varias
semanas, o por un tiempo corto pero muchas veces al día, por ejemplo, cerca de áreas
residenciales o campos de juego. Los lugares que solamente se ocupen ocasionalmente, como
bosques, campo abierto, campos de labranza, etc., no están incluidos”.
Lo que deberemos medir es la “Tensión de contacto máxima admisible en la línea (Uc)”, que es
función de la “Tensión admisible de contacto aplicada (Uca)” cuyos valores se han dado en la
tabla y figura anterior, en base a la siguiente relación:
Uc = Uca [1+((Ra1+Ra2)/ZB)]
Donde:
Uc es la tensión máxima admisible en la línea.
Uca es la tensión admisible de contacto aplicada.
ZB es la Impedancia del cuerpo humano (para la que el reglamento toma 1000 ohmios).
Ra1 es la resistencia del calzado (para la que el reglamento toma 1000 ohmios).
Ra2 es la resistencia a tierra del punto de contacto con el terreno (el reglamento toma 1,5 s,
siendo s la resistividad del suelo cerca de la superficie).
A fin de determinar la Ra1 que deberá utilizarse en la formula anterior, los apoyos
“frecuentados” los subdivide a su vez en “frecuentados con calzado” y “frecuentados sin
calzado”, tomando los siguientes valores:
Ra1 en apoyos “frecuentados con calzado” = 1000 ohmios.
Ra1 en apoyos “frecuentados sin calzado” = 0 ohmios.
Y marca que los “frecuentados sin calzado”, serán “los situados en lugares como jardines,
piscinas, camping o áreas recreativas donde las personas puedan estar con los pies
desnudos”.
Por tanto, si llamamos IB a la corriente que fluye a través del cuerpo, el esquema del circuito de
contacto, será el siguiente (figura 10).
En cuanto a la resistividad del suelo (s), si no la medimos en cada punto, se pueden tomar
como aproximación los valores indicados en la siguiente tabla (figura 11), tomada de la
instrucción MI-BT-039 del Reglamento Electrotécnico de Baja Tensión.
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Figura 11: Tabla de resistividades de terrenos
En los siguientes casos no será necesario que se cumplan las tensiones de contacto:
Cuando se aíslen los apoyos de tal forma que todas las partes metálicas del apoyo
queden fuera del volumen de accesibilidad limitado por una distancia horizontal
mínima de 1,25 metros, ya sea utilizando vallas aislantes o por cualquier otro medio
(orografía, obstáculos naturales, etc.).
Cuando el apoyo esté recubierto por placas aislantes o protegido por obra de fábrica
de ladrillo hasta una altura de 2,5 metros, de forma que se impida la escalada al
apoyo.
En estos casos, habrá que garantizar que se cumplan las tensiones de paso aplicadas.
4.3.3. Medición de la tensión de contacto aplicada (Uca)
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4.4 Medida de las tensiones de paso
En aquellas líneas que se rijan por lo marcado en el Real Decreto 223/2008, no habrá que
medir las tensiones de paso, salvo los apoyos situados en zona frecuentada, que estén
exentos de cumplir las tensiones de contacto, según lo indicado en el punto anterior, en cuyo
caso si habrá que garantizar que se cumplen las tensiones de paso aplicadas.
Donde:
t = Duración de la falta en segundos.
K=72 y n=1 (Para t<0,9 segundos).
K=78,5 y n=0,18 (Para 0,9<t<3 segundos).
Y la resistencia estimada del cuerpo humano (Rh) es: Rh = Rcuerpo + R pie+pie.
Donde:
Rcuerpo = 1000 ohmios.
Rpie+pie = 6 s ohmios
s = Resistividad del suelo en ohmios.metro.
Para el caso de la tensión de paso (Up), al no pasar la corriente por el corazón, como ocurre en
la tensión de contacto, se considera que el cuerpo humano puede aguantar 10 veces más y por
ello, multiplicamos por 10, quedando finalmente que la tensión de paso admisible, viene dada
por la formula:
Up = (10K / tn).[1+(6s/1000)] = voltios.
En la figura 12 se representa el circuito equivalente para la tensión de paso.
A efectos prácticos, para medir la tensión de paso habrá que tener en cuenta todo lo indicado
en el apartado “medición de la tensión de contacto aplicada” ya que la medida se hace con el
mismo tipo de aparato, simplemente variando la disposición de las conexiones y otras
indicaciones que vengan recogidas en el manual del fabricante del equipo que estemos
utilizando.
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Figura 13: Medición de las tensiones de paso y contacto
5. INSPECCION DEL SISTEMA DE PUESTA A TIERRA
El sistema de puesta a tierra de una instalación eléctrica, tiene la particularidad respecto al
resto de la instalación, que está oculto. Esto hace que algunos de los defectos que pueda
tener, provocados accidentalmente por terceros o por envejecimiento del material debido a
cualquier motivo, puede que no sea observado cuando realicemos una inspección visual de la
línea.
5.1 ¿Cuándo debe realizarse una inspección del sistema de puesta a tierra?
El reglamento de 1968, en su artículo 26, aunque no deja totalmente cerrado el momento en el
que debe realizarse una inspección del sistema de puesta a tierra, ni indica en que debe
consistir esta, si marca algunos supuestos que el mantenedor de la instalación deberá tener en
cuenta.
En concreto dice: “Por la importancia que ofrece, desde el punto de vista de la seguridad, toda
instalación de puesta a tierra deberá ser comprobada en el momento de su establecimiento y
revisada cada seis años.”
Aunque en ningún momento detalla en qué consistirá esta “comprobación”, debemos
considerar que al menos deberá realizarse una medida de la resistencia de la toma de tierra,
que dependiendo de su valor, puede indicarnos si hay algún defecto oculto en el sistema.
Para el caso de terrenos problemáticos por alguna circunstancia, este reglamento va un poco
más allá y también en el articulo 26 indica:”En aquellos casos en que el terreno no sea
favorable para la buena conservación de las tomas de tierra, ésta y sus conexiones al apoyo se
descubrirán cada nueve años.”
El nuevo Real Decreto 223/2008, especifica un poco más sobre cuando debe realizarse una
inspección del sistema de puesta a tierra y además de indicar, como el anterior, que la
instalación de puesta a tierra “deberá ser comprobada en el momento de su establecimiento y
revisada, al menos, una vez cada 6 años”, también marca algunos supuestos más en los que
se deberá actuar sobre el sistema de puesta a tierra. Estos son:
Cuando un apoyo pase de no frecuentado a frecuentado, por desarrollos urbanísticos
o nuevas infraestructuras.
Cuando el terreno donde se sitúa un apoyo frecuentado cambia su resistividad, por
ejemplo por asfaltado o ajardinamiento de la zona.
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Cualquier otra modificación sustancial que se detecte en el entorno de los apoyos, en
las revisiones periódicas que se realizan a la instalación.
Para estos casos, el nuevo Real Decreto 223/2008, indica que se deberá medir la tensión de
contacto aplicada.
Cuando encontremos puntos dañados en la instalación por cualquier motivo, como pueden ser:
Daños producidos accidentalmente por nosotros mismos al realizar la zanja.
Daños producidos accidentalmente por terceros, que permanecían ocultos y que han
sido descubiertos al realizar la zanja.
Tramos donde la sección del electrodo ha disminuido por efecto de la corrosión.
Uniones en el electrodo en mal estado.
Etc.
procederemos a repararlos con el tipo de material que hayamos especificado (cobre, varilla
descarburada, etc.).
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6. MEJORA DEL SISTEMA DE PUESTA A TIERRA
6.1 ¿Cuándo debe hacerse una mejora del sistema de puesta a tierra?
Deberemos realizar una mejora del sistema de puesta a tierra, cuando al realizar las medidas
periódicas, estipuladas por las normas, se nos presente alguno de los siguientes casos:
Por tanto, cuando se tenga que realizar una mejora del sistema de puesta a tierra,
procederemos, en primer lugar, a realizar un estudio del terreno y posteriormente se realizará
la mejora que se estime más adecuada a las circunstancias concretas de cada apoyo.
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Figura 14: Método de Wenner
Una vez realizado el número de medidas necesario, con los resultados obtenidos, se elaborará
la curva de resistividades aparente del terreno.
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Se clavará la pica. No se utilizarán más de dos cuerpos (figura 16), pues, en ese
caso, normalmente hay que utilizar maquinaria especial que encarece la
operación. Si no es suficiente con una pica, se colocarán dos o más, en paralelo,
teniendo en cuenta que la distancia entre ellas sea, como mínimo igual a 1,5 la
longitud de la pica. Con esta disposición, se demuestra experimentalmente, que
la resistencia de paso a tierra se divide por el número de picas, es decir, si pongo
dos picas será la mitad, si pongo tres la tercera parte, etc.
Se abrirá la zanja para la interconexión entre las patas del apoyo y el electrodo
profundo. Esta zanja será lo suficientemente profunda para proteger a los
conductores de agresiones mecánicas por un lado y para evitar la congelación del
agua ocluida en el terreno por otro. Habitualmente tendrá una profundidad
comprendida entre 0,5 y 1 metro.
Se perforaran las cimentaciones, por la parte interior del montante, para introducir
un tubo corrugado de unos 30 mm de diámetro por donde irán los cables o varillas
de interconexión entre el apoyo y el electrodo profundo. Con ello, protegemos esta
interconexión de agresiones mecánicas por encima y por debajo de la superficie del
terreno.
Se unirán los electrodos de puesta a tierra entre sí y a la torre, teniendo en cuenta
que sus dimensiones sean las adecuadas para asegurar una conducción eléctrica y
un esfuerzo térmico y mecánico equivalente al de los electrodos colocados y que el
material será el adecuado para evitar pares galvánicos que puedan causar
corrosión galvánica.
Por último, se cerrará la zanja, colocando una capa inferior de tierra vegetal de baja
resistividad, mezclada con polvo de grafito si fuera necesario, de unos 10 o 15 cm
de espesor, se unirá la línea de tierra a la torre, con una grapa bimetálica si es
preciso y se sellará el tubo por donde pasa esta línea de tierra, para evitar que entre
suciedad.
Colocación de anillos. Cuando la clasificación del apoyo haya variado, es decir, que
pase de “no frecuentado” a “frecuentado”, según la normativa, habrá que colocar, al
menos, un anillo. También se deberá colocar un segundo o tercer anillo cuando por el
sistema de “electrodo profundo” no se consiga la medida de puesta a tierra o las
tensiones de paso y contacto pedidas en la normativa. El trabajo tiene las siguientes
fases:
Se abrirá la zanja para la colocación de los anillos que fuesen necesarios: 1 anillo
(figura 17), 2 anillos (figura 18), o 3 anillos (figura 19). Esta zanja será lo
suficientemente profunda para proteger a los conductores de agresiones mecánicas
por un lado y para evitar la congelación del agua ocluida en el terreno por otro.
Habitualmente tendrá una profundidad comprendida entre 0,5 y 1 metro.
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Figura 17: Disposición de zanjas 1º anillo.
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Se unirán los anillos entre si y a las picas por algún medio que soporte un esfuerzo
mecánico y térmico y una conductividad eléctrica similar a la de los electrodos.
También deberá ser resistente a la corrosión y de un material que evite la creación
de pares galvánicos.
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7. REFERENCIAS
Decreto 3151/1968. ”Reglamento Técnico de Líneas Eléctricas Aéreas de Alta
Tensión”.
Real Decreto 223/2008. “Reglamento sobre condiciones técnicas y garantías de
seguridad en líneas eléctricas de alta tensión y sus instrucciones técnicas
complementarias ITC-LAT 01 a 09”.
Instrucción MI-BT-039 de Reglamento Electrotécnico para Baja Tensión.
Instrucción MIE-RAT-13 sobre Instalaciones de Puestas a Tierra.
Documento “Curso sobre Puestas a Tierra de Instalaciones Eléctricas” de ABB.
Especificaciones Técnicas de Red Eléctrica de España.