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EL PAPEL DE LA
VOLUNTAD
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ver reflejado partiendo del Ascendente Natal, en este sistema se observa como acomodamos
nuestra personalidad y nuestros horarios al mundo, porque no podemos influir directamente
sobre él.
En el sistema de Casas Solares, se toma al Sol como Ascendente. El Sol representa al
centro de la mente consciente, a la función psicológica más fuerte y se asocia con el Ego, la
voluntad, el amor propio, la creatividad, desde ese punto emergen nuestras perspectivas de
ascenso en la vida, nuestras capacidades organizadoras y nuestra fuerza vital, El Sol, como el
Ego o como la voluntad, no es algo estable ni estático. El astro rey emite protuberancias,
chorros o llamaradas que duran varios días y alcanzan alturas de más de un millón de
kilómetros, por analogía el Ego o la creatividad se manifiestan igualmente por oleadas, con
intensidades variables, abarcando en ocasiones espacios extra individuales. En el Sol celeste
aparecen periódicamente manchas oscuras formando núcleos en los que las temperaturas
descienden más de mil grados y se oscurecen intensamente, por analogía en el amor propio y
en la voluntad aparecen zonas oscuras y frías que no se pueden o no se saben manifestar en
ciertos momentos. Las Casas Solares son del dominio de nuestra mudable fuerza vital y
representan al mundo particular y privado donde la voluntad se manifiesta abiertamente y está
libre de sujeciones horarias.
El elemento básico que rige los órdenes del sistema de Casas está compuesto
básicamente por medidas de tiempo. Las Casas Natales están sujetas a órdenes horarias y
temporales centrados en la Tierra en su movimiento giratorio, mientras que las Casas Solares
están regidas por el ordenamiento cósmico, Entre ambos sistemas se aprecian medidas de
tiempo divergentes, aparece una pugna para tratar de imponer su orden. Visto de otra manera,
por un lado estamos sujetos a un orden temporal terrestre, al horario y al calendario, es decir
al orden semanal de lunes a domingo, al laboral o festivo, al mensual o anual, y por otro a un
ordenamiento temporal celeste con sus ciclos las más de las veces divergentes con los
primeros. Aquí es necesario reconocer que en nuestra época se aprecia un predominio del
orden temporal y terrenal que nos aparta de los ciclos cósmicos que son la única guía hacia
nuestro destino personal.
Llegado a este punto nos encontramos con el elemento tiempo, ordenes medidos en
tiempo, sistemas temporales o medidas del devenir de lo existente. Estos ordenes serán
nuestra herramienta de trabajo, forman el elemento a través del cual podremos operar.
Al tiempo se le conocen tres estados, pasado, presente y futuro, además como en el
sistema de Casas, el tiempo tiene dos ritmos o pulsiones, un ritmo celeste que nos expande y
un ritmo terrestre que nos contrae,
El pasado es el tiempo que pasó y las cosas que sucedieron durante su paso rítmico. El
pasado es inmodificable, representa las diferentes cristalizaciones del presente, sin embargo
la percepción del pasado es flexible, se hace más corta conforme transcurre el tiempo.
El pasado es inamovible y el presente es demasiado corto para poder actuar de una
manera efectiva sobre él, la percepción psicológica subjetiva del presente es extremadamente
efímera, dura un instante que está calculado en tres segundos. El presente se escapa a la
misma velocidad con la que pretendemos atraparlo, es demasiado escurridizo y
excesivamente veloz, así que la única manera que tenemos para operar con el tiempo es en su
estado futuro
El futuro se corresponde con lo que está por venir, con lo que no ha sucedido aún. Por
otro lado la percepción del futuro es absolutamente subjetiva., la apreciación del tiempo
futuro puede ser nítida para unos y oscura para otros. El devenir se sujeta en las cosas que
sucederán en ciertos instantes.
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Los ritmos del devenir como elemento tiempo, son dobles, uno condicionado por las
Casas Natales y sujeto por los calendarios y el reloj y otro por la Casas Solares y ligado a los
ritmos celestes, ambas pulsiones van entremezcladas pero pueden identificarse con facilidad.
Por eso los ritmos del tiempo futuro son el único estado del tiempo en el que podemos operar.
Por último la percepción del tiempo parece contraerse o dilatarse, Se contrae o parece
más corto cuando se realizan actividades habituales sujetas al calendario y al reloj, y se dilata
en el caso contrario o cuando no se está sujeto a horarios, La percepción del tiempo en los
niños, por no estar adiestrada aún a los ritmos terrestres, es muy dilatada, mientras que en las
personas mayores disminuye considerablemente. Así que podemos decir que la percepción
del tiempo es elástica y que se compone de ritmos de aconteceres, un ritmo habitual, sujeto al
compás terrestre y asociable al sistema de Casas Natales y un ritmo celeste relacionado con
las Casas Solares.
Los Ritmos de los Hábitos
Los hábitos son el resultado de los esfuerzos de adaptación al medio ambiente cotidiano.
Los hábitos facilitan la realización de actividades sin tener que pensar o decidir sobre ellas,
están formados por un montaje de reflejos condicionados y funcionan de manera automática.
A través de los hábitos, la voluntad delega funciones y ahorra energía. Su aspecto negativo
consiste en que puede provocar la rutina, la pérdida de conciencia personal y el alejamiento
de nuestro destino natural
El ritmo de los tiempos terrestres o de las Casas natales, nos contrae, nos sujeta y nos
crea hábitos horarios. Mientras que el ritmo celeste, el de las Casas Solares, nos expande, nos
libera y se corresponde con los impulsos que emanan e nuestra voluntad, y son la mejor guía
para encontramos con nuestro destino.
Cuando la existencia de un individuo está muy sujeta a los ritmos habituales o ritmos
temporales de calendario o de reloj, su percepción del tiempo está muy contraída, pues está
centrada en ciclos cerrados como el año o el día, se le pasan las horas, los días, las semanas o
los años a mucha velocidad. En ese ritmo de vida la voluntad se encuentra doblegada y el
nivel de felicidad y de satisfacción suele ser bajo, al mismo tiempo las posibilidades de
realizar su destino se ven mermadas. Mientras que en los periodos libres de hábitos horarios,
como el tiempo que se vive en vacaciones, la percepción del tiempo es expansiva, la voluntad
se siente liberada, los impulsos individuales pueden ser atendidos, el nivel de felicidad y
satisfacción es mucho más alto y las probabilidades de sincronizar con el destino personal se
hacen más factibles.
La preponderancia del ritmo terrestre es extremadamente notoria en la vida actual, por
ello no es de extrañar que exista un alejamiento notable de nuestros ciclos celestes, una
desatención obligada de los impulsos de nuestro destino cósmico.
Sabemos, como se decía al principio, que sobre el mundo externo, el de las Casas
Natales, apenas podemos actuar, tan solo podemos llegar a conocerlo y adaptarnos a él. Pero
a través del sistema Casas Solares, el que depende de nuestra de voluntad, sí podemos actuar,
variando, creando, activando o relajando un hábito sujeto a horario. Cualquier variación,
corrección o creación de ordenes horarios en las Casas Solares, se percibirá en el mundo de
las Casas Natales. Con ello es posible corregir las desviaciones de nuestro destino personal.
La técnica a aplicar es relativamente simple, consiste en crear variantes en los hábitos
horarios relacionados con las diferentes Casas o generar impulsos con la voluntad para crear
ordenes horarias en los hábitos. No se trata de modificar los hábitos, como dejar de fumar,
cambiar de alimentos o eliminar hábitos, sino de cambiar o de ordenar los tiempos en los que
se realizan cotidianamente. Aquí se expondrá una técnica de modificación de los tiempos en
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Puede preguntarse que dónde está la transmutación, en este ejemplo. A fin de cuentas,
se aborda un problema de horarios, con un ejercicio de reloj. Pues bien, el problema de
puntualidad de mi amigo, no era más que una manifestación, superficial, de otro mucho
más grave para él: la carencia absoluta de responsabilidad (Saturno) sobre sus cosas. No
estoy haciendo suposiciones; se trata de un dato verificado, en el caso que estoy relatando.
Si hubiese seguido mis indicaciones (cosa que no hizo, por cierto), cabe la posibilidad
de que, atacando los problemas con Saturno, en un frente más bien trivial, hubiese
mejorado (se hubiese transmutado), en otros más importantes.
A propósito de Saturno: Conozco varias personas, que asumen mal el hecho natural de
envejecer, y tener que asumir responsabilidades. Curiosamente, ¡coleccionan relojes! Es
una manifestación espontánea, de traducción mágica de símbolos. El problema, en su caso,
es que la magia sólo funciona (para bien) cuando se hace conscientemente. Los rituales,
inconscientes, suelen producir el efecto contrario a aquel para el que fueron diseñados.
Es bien conocido el fenómeno psicológico de la compensación, que lleva, a muchas
personas que se sienten privadas de afecto y protección, a comer desmesuradamente y a
adoptar un físico lunar (redondo). La falta de Luna (afecto, cariño), se compensa llenando
el estómago (Luna=Cáncer), y poniéndose esféricos y acuosos (otros síntomas de la Luna).
Nota: No se piense que estoy criticando a estas personas. Por el contrario, el
mecanismo de comer todo lo que se pueda, es una reacción instintiva, encaminada a la
supervivencia (cosa que hacen, en la Naturaleza, los cánidos, regidos por la Luna). El
mecanismo psicológico es sencillo: Cuando un bebé humano, absolutamente desvalido,
siente (intuye, percibe) que no es querido, o atendido adecuadamente por sus padres, su
supervivencia corre diversos peligros, todos muy reales; el más inmediato, y el único para
el que un bebé tiene mecanismo de respuesta (comer), es la inanición. De ahí la reacción,
de comer todo lo que se pueda. Lo que ya no es tan defendible es que, cuando el bebé deja
de ser incapaz de valerse por sí mismo, convirtiéndose en adulto, no sea consciente de que,
las circunstancias que lo llevaron a comer sin medida, ya no siguen siendo válidas.
Tristemente graciosa me resultó una noticia reciente, en la que, según un estudio
estadístico, se había comprobado que, los niños obesos, suelen tener problemas de
autoestima, cuando crecen. El tono de la noticia parecía sugerir que “es mejor que los niños
no engorden, para evitar problemas ulteriores de autoestima”.
Digo tristemente graciosa, porque, esos científicos (de pacotilla), confunden causa y
efecto. Es el problema de no entender que, correlación, no significa relación de causa a
efecto. Los niños que tienen un problema de atención en la infancia, tendrán un problema
de autoestima, de adultos; y tienden a ser obesos, de pequeños.
Dejando a un lado estas anécdotas, la propuesta del Laboratorio del Alquimista,
consiste en buscar, conscientemente, traducciones analógicas de los símbolos, para
transmutar los problemas que producen las configuraciones difíciles; de la carta natal, o de
los tránsitos y otras direcciones.
En uno de los ejemplos que pone Joan Negus, en el libro que he citado, para un
tránsito de Saturno sobre Mercurio (agotamiento nervioso, trabajo mental agobiante, etc.),
se sugiere hacer listas de las tareas mercuriales que tenemos (enviar cartas, contestar
llamadas telefónicas, estudios, etc.). De esta manera, se asume formalmente (Saturno) la
responsabilidad (Saturno) sobre los temas mentales (Mercurio), empleando la escritura
(otra manifestación de Mercurio).
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