Fonología: Se encarga de teorizar los sonidos; propone descripciones teóricas sobre ellos.
Su objeto de estudio son los fonemas; éstos, a diferencia de los fonos, son perfectos, pues
viven de forma abstracta en la mente; allí se alberga una gran cantidad de fonemas que
permiten diferenciar y construir signos lingüísticos.
Morfología: Al igual que los seres que habitan el planeta, las palabras poseen una historia;
unas son más antiguas que otras; algunas están por nacer, como los neologismos. Los
hablantes determinan cuáles seguirán en uso y cuáles descontinuar; mientras que la
morfología clasificará las palabras en clases y estructura interna, explicará sus procesos de
formación a partir de los morfemas.
Sintaxis: Para emitir un discurso efectivo los signos lingüísticos deberán estar organizados
de forma adecuada; de ello se encarga esta disciplina; explica cómo se relacionan los sujetos
con los verbos y complementos, con la finalidad de averiguar su funcionamiento; por
ejemplo, un sujeto plural siempre necesitará de un verbo en plural: los perros comen
croquetas; en el perro mordió a su amo, el uso de un verbo en plural sería inadmisible.
Semántica: Estudia el significado de cada unidad lingüística que compone una oración o
palabra. Mientras la sintaxis dota al discurso de organización, la semántica le da un sentido,
un propósito.
Lexicología: Estudia las palabras de forma individual y cómo se relacionan entre ellas a
nivel discursivo. Esta disciplina recoge los usos que el hablante le da a una palabra y además
la describe.
La lengua tiene una organización jerárquica; es decir, está conformada por planos o niveles.
En cuanto a la lingüística externa, otras disciplinas intervienen en el estudio y entendimiento
de la lengua, ya que su naturaleza social requiere de otras precisiones.
Otras disciplinas
En líneas anteriores se hizo hincapié sobre la lengua como objeto de estudio; al ser tan
extensa, participan otras disciplinas, como la etimología, que estudia raíces y orígenes de las
palabras: la; filología, que reconstruye textos antiguos (para reconstruir culturas) y crea
hipótesis sobre la evolución de las lenguas; la sociología, que comprende los movimientos
sociales, así como los cambios que repercuten en la forma de establecer lazos comunicativos;
y la etnología, que estudia los pueblos, su cultura y sus relaciones.
A esta gran lista se suman las matemáticas; la lingüística se apoya en sus modelos y
métodos; un ejemplo de ello es la gramática transformacional de Chomsky, que describe por
medio de ecuaciones el funcionamiento de la lengua. En los últimos años, la computación
cobró mayor fuerza; junto con la lingüística se han creado los traductores automáticos,
diccionarios electrónicos y aplicaciones parlantes.