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Volumen 2, No.1, 2011
Resumen— La presente investigación fue realizada con el objeto de determinar los diferentes estilos de
liderazgo que los supervisores de una empresa maquiladora emplean al supervisar a su personal y el impacto
que estos estilos tienen en cuatro indicadores de desempeño, rotación, ausentismo, productividad y porcentaje
de aceptación de calidad. Este trabajo también planteó un nuevo indicador llamado Efectividad Total de la
Supervisión (ETS), el cual es generado con la combinación de los cuatro índices mencionados anteriormente y
tiene como objeto medir con un solo parámetro el desempeño del supervisor. El estudio consideró datos
recolectados durante 12 meses, y utiliza como marco de referencia toda la teoría de liderazgo situacional
desarrollada por P. Hersey y K. Blanchard (1977). Para analizar los datos obtenidos se utilizaron diversas
herramientas estadísticas incluyendo el análisis de varianza. También se usó la prueba de rangos múltiples de
Duncan y el análisis de correlación de Pearson. Se plantearon seis hipótesis de trabajo de las cuales cuatro
contaron con suficiente evidencia para no ser rechazadas.
Palabras claves— Estilo de Liderazgo, Liderazgo Situacional, Efectividad total de la Supervisión
1. Introducción
Por más de veinte años la industria Maquiladora en Cd. Juárez ha padecido diferentes problemas que han afectado
su desempeño. Estos problemas son variados y como ejemplos se pueden mencionar la rotación de personal y el
ausentismo, fenómenos que según datos de la Asociación de Maquiladoras A.C. (AMAC) en el 2001 alcanzaron
promedios mensuales de 6.37% y 2.83% respectivamente. Desgraciadamente, como se menciona anteriormente,
éstos no son los únicos problemas que existen ya que las bajas productividades o la mala calidad también la han
afectado. Enfocando estos problemas específicamente en una empresa maquiladora de la región, se puede encontrar
que durante el año pasado el índice de rotación de personal promedio mensual fue de 11.38%, de ausentismo fue
4.51%, de productividad 77.87% y de aceptación de calidad 92.01%, índices que parecieran apuntar a problemáticas
en la supervisión.
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Dr. Alfonso Aldape Alamillo es Profesor Investigador de la División de Estudios de Posgrado e Investigación del Instituto
Tecnológico de Cd. Juárez, Chihuahua, México. aaldapea@yahoo.com (autor corresponsal)
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Dr.Jorge Pedrozo Escobedo es Profesor de la División de Estudios de Posgrado e Investigación del Instituto Tecnológico de
Ciudad Juárez, Chihuahua, México. JPedrozo@harmanbecker.com
1
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MC Velia Castillo es Profesora del Departamento de Ingeniería Industrial del Instituto Tecnológico de Ciudad Juárez, Chih.,
Pretium
México. velia_castillo@hotmail.com
4
Dr. Sabino Velázquez Trujillo es Profesor del Departamento de Ingeniería Industrial del Instituto Tecnológico de Tuxtla
Gutiérrez, Chiapas, México. sabinovelazquez1@hotmail.com
Cuando se hace mención a la efectividad con la que se desempeña la supervisión de producción,
frecuentemente se le mide relacionándola solo con los resultados obtenidos en un determinado indicador, pero pocas
veces se le mide tomando los resultados de varios de ellos. Esta es una práctica común pero errónea ya que no se
pueden aislar los resultados, pues un fenómeno influye en el otro. Por ejemplo las renuncias de personal fuerzan a las
compañías a tener un plantilla laboral por encima de lo requerido, lo que obviamente las hace menos productivas. Si
la compañía se decide por no tener más personal del requerido, entonces la falta de personal obliga a la supervisión a
ejercer una presión extra sobre el trabajador para obtener la producción necesaria. Esta presión está generalmente
enfocada en obtener más, impide poner el debido cuidado en la calidad y la mala calidad obliga a ejercer aun más
presión en el personal ocasionando ausentismo y renuncias.
A simple vista, pareciera obvio que existe una gran relación entre todos estos indicadores y la supervisión.
La presente investigación se propuso identificar qué influencia tiene el estilo de liderazgo del supervisor, medido por
el cuestionario Leader Effectiveness and Adaptability Description, LEAD por sus siglas en ingles (Hersey y
Blanchard 1977), en la rotación, el ausentismo, la productividad y la calidad del personal operativo de una empresa
maquiladora de la rama automotriz.
2. Objetivos e Hipótesis
Los objetivos planteados fueron:
Determinar cuáles son los estilos de liderazgo que prevalecen en la supervisión del personal operativo de la
empresa bajo estudio
Determinar si es significativa la relación de cada uno de los estilos de liderazgo con los índices de rotación,
de ausentismo de la productividad y calidad en el personal operativo
Determinar si es significativa la relación de cada uno de los estilos de liderazgo con el índice de efectividad
total de la supervisión.
Determinar entre que estilos de liderazgo se presentan diferencias significativas
Establecer si existe una correlación significativa entre el índice de rotación y el índice de productividad
Establecer si existe una correlación significativa entre el índice de rotación y la calidad
3. Marco Teórico
Algunas investigaciones desarrolladas recientemente sostienen que el estilo de liderazgo de un supervisor tiene una
influencia directa en los objetivos de las organizaciones. Bennet (2000) examinó las consecuencias de que los
supervisores tengan un comportamiento abusivo; una supervisión abusiva se refiere a las percepciones de los
subordinados en la que los supervisores sostienen y exhiben hostilidad verbal y comportamientos no verbales sin
contacto físico. El comportamiento de un mismo supervisor puede ser abusivo en una situación y no abusivo en
alguna otra situación, por lo que dos subordinados pueden diferir en sus evaluaciones del comportamiento de un
mismo supervisor. La supervisión de abuso hacia el subordinado puede caracterizarse y prolongarse en el sentido de
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que puede continuar hasta que (1) la meta se haya cumplido en el trabajo, (2) el supervisor termina la relación de
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trabajo, o (3) el supervisor modifica su conducta. Se cree que los subordinados que perciben de sus supervisores más
abusos suele ser más probable que terminen su relación laboral con la empresa. Los empleados que permanecen en
su trabajo, y perciben la supervisión abusiva se relacionan con una baja satisfacción en el trabajo, vida personal, bajo
compromiso normativo y afectivo, un alto conflicto entre la familia, el trabajo y sufrimiento psicológico. Muchas
características de relaciones abusivas en las empresas contribuyen a que la calidad de sus productos no sea
perdurable.
EgriI y Herman (2000) obtuvieron información de 73 líderes por medio de cuestionarios y entrevistas; estos
líderes eran personas de empresas de servicios y empresas que producen ganancias y muestran que los líderes de
estas empresas tuvieron valores personales más abiertos al cambio y personalidad trascendente que todos aquellos
administradores de otros tipos de organizaciones. Estos líderes también actuaron como ―maestros administradores‖
en su liderazgo conductista. Como hipótesis en las organizaciones del ambiente que no se generan ganancias fueron
altamente receptivas en las situaciones para el liderazgo transformacional, pero por el contrario, en las
organizaciones donde se producen ganancias fueron menos receptivas en esa situación. Basándose en esta
información se realizó un modelo de liderazgo ambiental definido como la habilidad de influencia individual y
movilizar organizaciones para realizar una visión.
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Todas estas variables pueden influenciar el estilo de liderazgo apropiado. Hersey y Blanchard centran su teoría de
liderazgo situacional en la relación coherente que debe existir entre el estilo del líder y el grado de madurez del o los
empleados en una determinada situación. Sostiene que se puede considerar al empleado como elemento crucial
puesto que individualmente o en grupo, es este, por sus comportamientos, quien determina el grado de influencia
real que ejerce el líder. El aspecto clave que el líder debe identificar para elegir su estilo frente a un empleado o a un
grupo, en una situación dada, es el grado de madurez manifestada por éstos en esa misma situación. Las otras
variables pueden ser consideradas como formando parte del entorno de esas dos cuestiones y teniendo un impacto
favorable o no a la relación ―individuo – tarea‖.
El Nivel de Madurez
La noción de madurez en la teoría del liderazgo situacional de Hersey y Blanchard consiste, en cierto modo,
en la voluntad y la capacidad de una persona de ser responsable y de actuar de forma autónoma. Definen la madurez
de una persona en términos de capacidad y de voluntad de alcanzar objetivos elevados. La lectura del grado de
madurez se hace a partir del rendimiento de una persona en relación con su prestación de trabajo. Esta noción de
madurez abarca dos componentes: la voluntad de asumir las responsabilidades, que denomina ―madurez
psicológica‖, y la capacidad de asumirlas, que llama ―madurez frente a la tarea‖. La ―madurez sicológica‖, que
concierne la voluntad (willingness: estar preparado para) de asumir las responsabilidades, se caracteriza por la
confianza y la seguridad personal respecto a una tarea. La ―madurez frente a la tarea‖, se refiere a la capacidad de
asumir las responsabilidades, y se caracteriza por los conocimientos y las habilidades necesarias al cumplimiento de
esa tarea. Hersey identifica cuatro niveles de madurez en relación con una tarea dada:
M1: Bajo nivel de madurez (sin capacidad y con falta de confianza y/o seguridad).
M2: Nivel de madurez entre bajo y moderado (sin capacidad pero con confianza y seguridad).
M3: Nivel de madurez entre moderado y elevado (capaz, baja confianza y/o seguridad).
M4: Nivel de madurez elevado (capaz, con confianza y seguridad).
El líder debería proporcionar mucha dirección y poco soporte socio – emocional cuando el empleado
(individuo o grupo) manifiesta un bajo nivel de madurez frente a una tarea determinada. En otros términos: cuando el
nivel de madurez del empleado es bajo, el estilo del líder debería ser del tipo E1: un alto nivel de comportamientos
centrados en la tarea y un bajo nivel de comportamientos centrados en la relación (tabla 1). Sin embargo, a medida
que el nivel de madurez del empleado crece frente a esa tarea específica, el líder debería gradualmente reducir el
nivel de comportamientos centrados en la tarea y ello hasta el momento en que la madurez del empleado llega a un
nivel medio. Cuando la madurez del empleado sobrepasa la media frente a esa tarea, el líder debería gradualmente
reducir a la vez sus comportamientos centrados en la tarea y aquellos centrados en la relación. Una vez en ese nivel
de madurez, el empleado es a la vez capaz de realizar la tarea él mismo y está preparado psicológicamente para
hacerlo, dado que puede ahora proporcionar él mismo el refuerzo positivo que el líder le proveía anteriormente. La
persona que manifiesta un alto grado de madurez, frente a una tarea determinada, percibe una disminución de la
vigilancia y un crecimiento de la delegación de parte del líder, como una manifestación positiva de confianza.
Según Hersey y Blanchard, para identificar el estilo de liderazgo apropiado en una situación determinada,
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frente a una tarea dada, el líder debe, en primer lugar, identificar el nivel de madurez del empleado sobre el continuo
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entre M1 y M4. Luego, el líder puede elegir el estilo de liderazgo apropiado (teniendo la más grande probabilidad de
ser eficaz) trazando una recta del punto identificado sobre el continuo de madurez hasta el punto de intersección de la
curva de estilo de liderazgo. El cuadrante en el cuál se sitúa la intersección determina el estilo de liderazgo
apropiado. La teoría del liderazgo situacional sostiene que a los cuatro grados de madurez (M1, M2, M3, M4)
corresponden los cuatro estilos de liderazgo apropiados (E1, E2, E3, E4). En otros términos, el estilo de liderazgo E1
es el apropiado cuando la madurez del empleado, frente a la tarea, es de nivel M1, el estilo E2 es apropiado al nivel
de madurez M2, etc. Figura 2.
Según Hersey y Blanchard, para identificar el estilo de liderazgo apropiado en una situación determinada,
frente a una tarea dada, el líder debe, en primer lugar, identificar el nivel de madurez del empleado sobre el continuo
entre M1 y M4. Luego, el líder puede elegir el estilo de liderazgo apropiado (teniendo la más grande probabilidad de
ser eficaz) trazando una recta del punto identificado sobre el continuo de madurez hasta el punto de intersección de la
curva de estilo de liderazgo. El cuadrante en el cuál se sitúa la intersección determina el estilo de liderazgo
apropiado. La teoría del liderazgo situacional sostiene que a los cuatro grados de madurez (M1, M2, M3, M4)
corresponden los cuatro estilos de liderazgo apropiados (E1, E2, E3, E4). En otros términos, el estilo de liderazgo E1
es el apropiado cuando la madurez del empleado, frente a la tarea, es de nivel M1, el estilo E2 es apropiado al nivel
de madurez M2, etc. (figura 2).
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Índice de Permanencia
Índice de Permanencia = 1 – Índice de rotación
Índice de Permanencia = 1 - [(PC + PR) / 2] / TP
Donde:
PC = Personal contratado: admisiones de personal durante el periodo considerado
PR = Personal que sale de la empresa por iniciativa propia (renuncias) o de la empresa (despidos) durante
el periodo considerado
TP = Total de Personal efectivo durante periodo considerado.
Índice de Asistencia
Índice de Asistencia = 1 – Índice de ausentismo
Índice de productividad
4. Desarrollo
Esta investigación se llevó a cabo en la empresa de manufactura Cadimex, S.A. de C.V. que está situada en Avenida
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Henequén en el Desarrollo Industrial Salvacar en Ciudad Juárez, Chih. Cadimex se dedica a el ensamble de arneses
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de vacío y emisiones para la industria automotriz. Esta empresa fue seleccionada sobre la base del interés mostrado
por la gerencia en iniciar una serie de programas de administración de personal basados en la detección de
habilidades y necesidades de los empleados de nivel medio (supervisores y jefes de grupo), y en la oportunidad de
realizar una investigación científica que auxiliara en la obtención de dicha información.
Metodología
La obtención de los datos se realizó utilizando los cuestionarios Descripción de la Efectividad y Adaptabilidad
del Liderazgo y Medición de la Disposición Hacia las Tareas (Situational Leadership®). El número de sujetos bajo
estudio fue de 26 personas, los cuales representaron la totalidad de personal con labores de supervisión en
producción. Los pasos seguidos durante la investigación fueron los siguientes:
1. Se diseñó el cuestionario para datos demográficos de supervisores y jefes de grupo.
2. Se aplicó el cuestionario LEAD y demográfico a todos los supervisores de producción y jefes de grupo para
determinar el estilo de liderazgo de cada uno de ellos.
3. Se recolectaron datos sobre rotación, ausentismo, productividad y calidad durante doce meses.
4. Una vez efectuada la aplicación se determinó el estilo y el perfil de liderazgo.
5. Se calculó la efectividad total de la supervisión.
6. Se efectuó un análisis de varianza para verificar si los índices de rotación, ausentismo, productividad, calidad y
ETS de personal generados por los cuatro estilos de liderazgo eran distintos.
7. Se llevó a cabo la prueba de rangos múltiples de Duncan para determinar entre qué estilos de liderazgo se
presenta la diferencia significativa
8. Se realizó un análisis de correlación de Pearson para probar la existencia de correlación entre los índices de
rotación y productividad, así como entre los índices de rotación y calidad.
5. Resultados
Para obtener el estilo de liderazgo de cada supervisor, se registraron las respuestas que cada uno de ellos hizo en el
cuestionario sobre la tabla de adaptabilidad diseñada por Hersey. En la figura 3 mostramos un ejemplo con los
resultados obtenidos por el supervisor 1.
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Figura 3. Tabla de adaptabilidad de Hersey y Blanchard con las respuestas del supervisor 1
Para determinar el estilo que el supervisor 1 emplea en la compañía, se sumaron todas las respuestas para
cada una de las cuatro columnas y se colocaron los resultados en el ultimo renglón o renglón de totales. Una vez que
se tienen todos los totales, el siguiente paso es ubicarlos en el cuadrante correspondiente según el modelo
bidimensional del liderazgo situacional de Hersey & Blanchard como muestra la figura 4.
Figura 4. Modelo bidimensional del liderazgo situacional con el total de respuestas del Supervisor 1.
El modelo bidimensional muestra que la sumatoria mayor por cuadrante corresponde al cuadrante E3, es
decir el supervisor 1 posee un estilo de liderazgo con una disposición a la tarea baja y una relación alta. La
metodología empleada para obtener el estilo de liderazgo de supervisor 1, se aplicó para el resto de los supervisores
obteniéndose el estilo que le corresponde a cada uno de ellos. Ver tabla 2. La tabla 3 muestra los perfiles de
liderazgo por supervisor.
Análisis de varianza
Se realizaron cinco análisis de varianza. Con el primero demostramos que los índices de rotación de
personal generados por los tres estilos de liderazgo presentes en la compañía son distintos. Con el segundo
mostramos que los índices de ausentismo generados por los estilos no son distintos. El tercero fue para demostrar que
los índices de productividad obtenidos por los tres estilos de liderazgo son distintos. Con el penúltimo se demostró
que los índices de calidad generados por los estilos de liderazgo no son distintos. Finalmente, el último análisis fue
efectuado a la combinación de los cuatro índices. Esta combinación propuesta recibe el nombre de efectividad total
de la supervisión (ETS) y demuestra también que este índice es distinto en los cuatro estilos de liderazgo. En la
tabla 5 así como en la figura 5 y 6 mostramos los datos y los resultados obtenidos en este análisis para el ETS.
El resultado anterior significa que entre las variables rotación y productividad existe un coeficiente de
correlación negativo igual a 0.767. Para saber si este número indica la existencia de una correlación lineal se
consultó la tabla de valores críticos para el coeficiente de correlación de Pearson, la cual para 8 pares muestra un
valor de 0.707, por lo que debido a que el coeficiente de correlación calculado es mayor que el de la tabla se
concluye que existe una correlación lineal entre estas dos variables. Tanto la figura 8 como el coeficiente calculado
muestra claramente que no existe correlación significativa entre las variables rotación y calidad (el porcentaje de
aceptación de calidad). Esto parece no ser el resultado esperado, ya que habíamos supuesto inicialmente que al haber
mayor rotación habría más empleados nuevos con menor experiencia y menor entrenamiento lo que ocasionaría más
defectos. Una razón que podría explicar este resultado es que la compañía cuenta con un programa de entrenamiento
muy extenso el cual es aplicado a todos los empleados de nuevo ingreso y pareciera ser que es muy efectivo.
6. Conclusiones y recomendaciones
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La primera conclusión importante la obtuvimos del análisis de adaptabilidad, pues este instrumento muestra que
ningún supervisor en la compañía bajo estudio posee un estilo de liderazgo E4 (relación bajo – tarea bajo), además
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de reflejar que el estilo de liderazgo predominante es E2 (relación alta- tarea alto). Esto significa que el
comportamiento más empleado por los supervisores es de mucha relación con sus subordinados y un alto grado de
dirección, lo cual pareciera no ser malo si no fuera que emplear siempre este estilo tiende a impedir que el
subordinado siga creciendo en madurez.
Se comprobó que los índices de rotación de personal generados por los tres estilos de liderazgo presentes en
la compañía son distintos, y se demostró que los índices de ausentismo generados por los estilos no son distintos.
Otra comprobación fue que los índices de productividad obtenidos por los tres estilos de liderazgo son distintos, y se
comprobó también que los índices de calidad generados por los estilos de liderazgo no son distintos. Por último, se
demuestra que el ETS es distinto en los tres estilos de liderazgo presentes en la compañía.
Estos resultados nos permiten concluir que a pesar de que en lo individual no todos los índices muestran una
diferencia en los estilos de liderazgo, sí se utiliza el índice de efectividad total de la supervisión, el cual se calcula de
una combinación de los cuatro índices. Se establece que existe una diferencia entre los estilos de liderazgo
empleados.
Las conclusiones anteriores permiten probar si las tres primeras hipótesis planteadas en este estudio fueron
falsas o verdaderas. La primera hipótesis se refiere a que existen diferentes estilos de liderazgo y que estos pueden
ser clasificados nominalmente. La evidencia indica que no podemos rechazar esta primera hipótesis. La segunda
hipótesis, que establece que los estilos de liderazgo empleados en la supervisión de personal operativo tienen efectos
significativos distintos en los índices de rotación, ausentismo, productividad y calidad, fue rechazada. Por último, la
hipótesis de que cada uno de los estilos de liderazgo empleados en la supervisión de personal operativo tiene efectos
significativos distintos en la efectividad total de la supervisión no pudo ser rechazada.
De acuerdo a la prueba de rangos múltiples de Duncan, existen diferencias significativas en al menos un par
de estilos de liderazgo. La ultima conclusión la obtuvimos del análisis de correlación de Pearson efectuado a los
datos pareados entre rotación – productividad y rotación – calidad. El resultado de este análisis fue que existe una
correlación significativa entre la rotación y la productividad. Con respecto a la rotación y la calidad no parece existir
ninguna correlación.
Las recomendaciones aportadas a la compañía, como resultado de la presente investigación son las
siguientes:
(1) Implantar el indicador de efectividad total de supervisión (ETS) con el fin de manejar un solo índice que
muestre el desempeño del supervisor de una manera global o total, además este indicador puede ser
utilizado como un control administrativo.
(2) Desarrollar un programa de capacitación en el cual se imparta un curso de liderazgo situacional a todos sus
supervisores y jefes de grupo, con el propósito de mejorar la efectividad del liderazgo empleado por ellos.
(3) Llevar a cabo un plan de desarrollo en el cual se incluya la capacitación en liderazgo situacional, para cubrir
los cambios que en el futuro pudieran suceder por promociones.
(4) Desarrollar una metodología de evaluación de desempeño en la cual se considere el índice de efectividad
total de la supervisión como un punto a evaluar.
(5) Por último, recomendamos que se realicen más investigaciones sobre el tema pero que en esta ocasión se
incluya resultados obtenidos por los jefes de grupo.
Referencias
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