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UNIVERSIDAD TECNOLÓGICA DEL PERÚ

Trabajo final

Curso
Investigación Académica

Título
Depresión en adultos mayores en Perú
(2010-2020)

Docente
Miguel Armesto Céspedes

Integrantes
● Romero, Natalia (U20200640)
● Canales, Ivanka (U20204485)
● Loayza, Juan (U20201083)
● Solano Carlos (U20220175)

Lima, 08 de agosto de 2020


Estado de la cuestión sobre la Depresión en Adultos mayores en Perú
(2010 - 2020)

La depresión es una enfermedad mental, también considerada un trastorno del estado de


ánimo en el cual los sentimientos de tristeza, pérdida, ira o frustración interfieren en la
vida diaria durante semanas o por más tiempo. Más aún en los adultos mayores,
volviéndose un problema generalizado y al no ser una parte normal del envejecimiento,
no se recibe ni se le reconoce un tratamiento adecuado.
El gran problema de la depresión es que deteriora la vida emocional, degenera la salud y
cada vez más adultos mayores lo sufren. Por consiguiente, el tema que se analizará en
este trabajo es Depresión en Adultos mayores en Perú (2010-2020). La investigación
tiene como principal objetivo resaltar las posturas e identificar los diferentes motivos de
los autores quienes nos brindan interesantes propuestas acerca de la pregunta de
investigación que nos planteamos: ¿Cuáles son las causas de la Depresión en Adultos
mayores en Perú durante el período antes mencionado?

Sin duda, un término muy importante en nuestra investigación es el de la depresión. Los


autores de los textos que se han revisado para la elaboración definen este tema. Por tal
motivo y porque es una palabra clave para nuestra investigación que se observará en las
siguientes páginas, es por eso que es fundamental que se tenga presente en el concepto
de depresión. En ese sentido, la psiquiatra Leal realiza una importante definición sobre
la enfermedad que se está volviendo común y se disfraza como un malestar más de la
vejez debido a la depresión en adultos mayores:

La depresión es un trastorno del estado de ánimo que suele provocar


sentimientos constantes de tristeza y otros síntomas, como dormir
demasiado o muy poco, falta de energía y poco apetito, aunque una
persona no haya sufrido antes, es muy posible que cuando sea adulto
mayor la presente; sin embargo, no es parte normal del envejecimiento y
hay que tratar los síntomas que señalan su presencia. (Leal, J.,2019, p. 66)
Como se puede apreciar, la depresión es una enfermedad emocional la cual interfiere
con el sueño y apetito, trayendo como consecuencias malestares de salud lo cual
empeorará la condición de vida del adulto mayor.

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Sin embargo, la depresión ha tenido una presencia constante a lo largo de la historia de
la humanidad, sin embargo, en las últimas décadas ha experimentado un notable
incremento. Siendo este de tal impacto en la sociedad, que algunos autores no han
dudado en señalar esta como la era de la depresión (Solutions,2020, p.56).
Para Pérez Martínez, en la actualidad 340 millones de personas sufren depresión en el
mundo (se calcula que entre el 2 y el 4 % de la población general padece este tipo de
trastorno). A escala mundial, la incidencia de esta enfermedad es hasta 2 veces más alta
en las mujeres que en los hombres (Martínez, 2015, p. 2).

Según Aguilar, Martínez, Rodríguez, Gutiérrez y Vázquez (2013) que


realizaron una investigación sobre la depresión y la función cognitiva de
adultos mayores, encontraron en dicha población que el 40.1% no tenían
depresión, el 3.9% tenían depresión leve y el 25% tenían depresión establecida;
así como el 58.3% tenían su función cognitiva íntegra y el 41.7% tenían
deterioro cognitivo. (Badillo,2013, p. 61).

Ambas citas permiten entender que en nuestro país se vive la ancianidad en la familia
por razones de tradición y por dificultades de vivienda, por eso la institución como red
social primaria es esencial en cualquier etapa de la vida. En nuestra investigación, al
explorar la percepción que tiene el anciano del consuelo que le brinda su familia,
detectamos que resulta insuficiente, no todas las relaciones sociales sirven de apoyo
social durante el vivir cotidiano o en momentos de crisis, por eso, tanto el apoyo real
como el percibido son importantes, tal vez (en nuestro caso el adulto mayor), no percibe
el apoyo. El anciano comenzará con un cuadro depresivo, ya que su vulnerabilidad
aumenta a transcurso del tiempo, aunque su capacidad para adaptarse de manera
creadora al medio y asimilar los diferentes eventos de vida disminuye. De manera que,
la deficiencia de apoyo familiar y social es un factor de riesgo para la conducta del
suicidio. En consecuencia, los cambios en los adultos mayores son provocados por el
aumento en las expectativas de vida y la disminución del número de hijos que originan
un nuevo escenario que tiene profundas implicaciones en la organización familiar.
Asimismo, en los niveles de bienestar y cohesión social, en las esferas políticas,
económicas y culturales. El número de personas mayores de 60 años se incrementará en
forma sostenida en todo el país. Se prevé que de los 57 millones de adultos mayores
existentes en la actualidad aumenten a 86 millones entre los 2025 y 2050.

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En el Perú en documentos del Instituto Nacional e Informática (2015), se
menciona que en este país está ocurriendo un incremento de la población
adulta mayor, pues en el año 2010 equivalían a un 8.8% esto representa
1.5 millones y se cree que para el año 2050 habrá casi 6.5 millones de
adultos mayores (Caldas, 2019, p. 54).

Como se menciona en la cita anterior, las condiciones en que se da el envejecimiento


son preocupantes debido a que la población adulta mayor crecerá a un ritmo más
elevado en los países subdesarrollados y la mayoría de ellos no accede a pensiones de
vejez porque no tienen una cobertura de salud adecuada y muchos sufren de
discriminaciones en el mercado laboral, en los servicios, en el trato cotidiano en sus
comunidades y en sus familias.

Durante el transcurso del tiempo la depresión en el Perú probablemente es el más


común de los trastornos psiquiátricos en las personas mayores, ya que esta etapa de su
vida es más compleja porque no solo dependen de factores genéticos, fisiológicos,
psicológicos, socioeconómicos y subjetivos, sino también se le añade una o más
enfermedades somáticas o incapacitantes. Asimismo, vemos que en algunos casos se le
suman a estos males el abandono no sólo de sus familiares, sino también del Estado,
siendo expuestas a la violación de sus derechos, debido a que no se le da la importancia
que merecen. A su vez, vemos que se presentan proyectos para salvaguardar el bienestar
de los adultos mayores, pero ninguno es puesto en práctica. Es por ello, que nos motiva
a realizar este tema de investigación, ya que en el Perú no existen investigaciones a
nivel nacional publicadas sobre factores asociados con depresión en el adulto mayor.

Desde el punto de vista académico, este tema capta nuestra atención pues permite
entender los factores que llevan a los adultos mayores a sufrir de depresión entre

los años 2010 hasta 2020, dándonos cuenta que este trastorno se desencadena como

consecuencia de no prestar la atención adecuada no sólo al tratamiento que en su


momento el adulto mayor este llevando por alguna enfermedad, sino también al

estado emocional de ellos. Tomando en cuenta el ambiente donde se desarrolle el

adulto mayor y los correctos cuidados que reciban, es que podremos entender que

ellos lograrán finalizar su vida de manera digna.

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Para esta parte del trabajo hemos tomado en cuenta en primer lugar a la Dra. en
Enfermería, Sonia Barrientos, con experiencia en Geriatría por 25 años. En segundo
lugar, a la profesora de Enfermería, Esther Huamán, especialista en Geriatría durante 22
años. En tercer lugar, al catedrático de la Universidad Complutense de Madrid, el Dr.
José Manuel Rivera, con 25 años de experiencia. En cuarto lugar, a la doctora Victoria
Zunzunegui, con 25 años de experiencia en el departamento de Medicina y Prevención
de la Universidad Montreal de Canadá. En quinto lugar, al Ministerio de la Mujer y
Poblaciones Vulnerables y en sexto lugar, a la Organización Mundial de la Salud.

Uno de los temas que se destaca en las fuentes es saber que el bajo nivel educativo y
existencia de actitudes de las prácticas que no favorecen a una generación donde el
analfabetismo fue lo que permaneció durante varias décadas en nuestro país. Puesto que,
se llevó a experimentar un cuadro de depresión en las personas mayores que la padecen,
sin embargo, es necesario partir de un concepto principal para el diseño de nuestras
políticas, ya que ello orientará las intervenciones dirigidas a este grupo poblacional.

Las personas que ahora tienen 60 y más años pertenecen a una


generación donde el analfabetismo y la baja escolaridad fueron
características permanentes durante varias décadas. En nuestro país, de
acuerdo a la Encuesta Nacional de Hogares – II Trimestre 2012, el índice
de analfabetismo en personas Adultas Mayores asciende al 23,8%. Es
decir, en la actualidad, una importante proporción de este grupo
poblacional continúa sin saber leer y escribir, lo cual no solamente les
impide alcanzar objetivos en distintos ámbitos y aspectos de su vida,
como por ejemplo en salud y en el cuidado de su propia seguridad, sino
también les resta oportunidades para elevar su bienestar y calidad de vida
(MIMP, 2013, p.111).
Como se observa en la cita anterior, este es uno de los grandes problemas que se padece
en nuestro país, ya que la educación de nuestros adultos mayores no lo consideramos
como debería ser porque se relaciona con la pérdida de ciertas capacidades
instrumentales y funcionales para mantener la autonomía y la independencia. Pues se da
desde esta perspectiva debido a que el envejecimiento lleva consigo cambios, muchas
responsabilidades y privilegios que dependen de la edad cronológica. Además, se tiene
la relación entre educación y pobreza que está constituida en una idea ampliamente
generalizada en el imaginario social de nuestro país. Tal idea consiste en términos
generales en estimar como un bien de gran importancia a la educación, en tanto base,

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medio, sino que no hay forma privilegiada de conseguir una posición económica y
social más elevada dentro del conjunto social.

Las personas mayores que tienen bajos niveles de educación sufren de mayores
privaciones a lo largo de su vida, estando más expuestas la adversidad social,
económica y teniendo menor acceso a recursos tales como una buena nutrición y una
buena vivienda, aumentando el riesgo de trastornos crónicos y de discapacidad en la
vejez. Esto genera dependencia en las personas adultas mayores.

De este modo, las personas mayores que tienen deficiencias de niveles de instrucción
son los más afectados, ya que no contaron en el trascurso de su vida con una estabilidad
económica para poder mantenerse y absolverse en sus alimentos para tener una buena
calidad de vida. La razón es que, las capacidades funcionales para tener un buen estado
nutricional, un proyecto de vida motivante y el empleo apropiado que permitan
compensar las incapacidades, entre otros elementos. De manera que, ello significaría
que mientras más activas se conserven las personas adultas mayores.

Otro de los temas por el cual se debe resaltar es que la depresión es mucho más grave
que solo sentirse desanimado, es una enfermedad real, al igual que los trastornos que lo
producen. Es por ello que no puede simplemente salir de ella a fuerza de voluntad, dado
que se cree que una combinación de factores genéticos, biológicos, ambientales y
psicológicos son la causa de la depresión y está asociadas a ciertos cambios químicos en
el cerebro. En otras palabras, la depresión puede estar relacionada con cambios que
ocurren en el cerebro a medida que el adulto mayor transcurra en el tiempo.

Los neurotransmisores son sustancias químicas que se encuentran


naturalmente en el cerebro y que probablemente desempeñan un rol en la
depresión. Las investigaciones recientes indican que los cambios en la
función y el efecto de estos neurotransmisores, y cómo interactúan con
los neurocircuitos involucrados en mantener la estabilidad del estado de
ánimo pueden tener un rol importante en la depresión y su tratamiento
(Clinic, 2019, p.63).
Como se puede ver, la química del cerebro se manifiesta de una manera normal ya que
el cerebro es un órgano complejo que controla el funcionamiento del cuerpo y mediante
la transmisión de una célula nerviosa a otra interactúan con los neurocircuitos. De igual
modo, permite conocer los mecanismos mediante los cuales el sistema nervioso regula
el comportamiento. Por eso, demuestran que la depresión tiene su origen en la alteración
de algunas sustancias en el cerebro. Es por ello que es importante mantener la

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estabilidad de las personas adultas mayores, debido a que ellas son las que padecen este
mal.

Ya que, se destaca es la situación del adulto mayor con la diabetes y depresión, es la que
recogimos de un estudio realizado por el psicólogo Egede a los países de Colombia,
Ecuador, Perú y Venezuela, donde se indica el rango de las edades que sufren estos
padecimientos:

A nivel mundial se estima que más de 285 millones de adultos padecen


de diabetes. En los países en desarrollo, la mayoría de los diabéticos
tienen entre 45 y 64 años mientras que, en los países desarrollados, la
mayoría de las personas con diabetes son adultas mayores de 65 años. La
depresión en pacientes diabéticos se asocia a los peores resultados de
tratamiento, menor en funcionamiento físico, menor adherencia (Egede,
L.,2010, p. 69).

En cuanto Egede indica que una totalidad de porcentaje sufre de esta enfermedad por el
deterioro de la tolerancia a la glucosa y la alteración de la glucemia en ayunas son
estados de transición entre la normalidad y la diabetes. Quienes los sufren corren mayor
riesgo de progresar dificultades, aunque esta enfermedad no es inevitable, es ahí que la
depresión aparece en un alto riesgo en los pacientes y hace que su tratamiento se
empeore por este trastorno que se presenta en los adultos mayores. En los países de
ingresos medianos bajos, la tasa de mortalidad debida a la diabetes se incrementó un
elevado porcentaje que no favorecen en aquellas personas que están pasando por esta
situación como son los mayores.

De este modo, en algún un momento de sus vidas, este grupo de personas con diabetes
ha sufrido de depresión, ya que ambos se asocian por diversos factores. Es por ello, que
se recomienda llevar el proceso acompañado de los familiares, haciéndolos sentir parte
importante del círculo del hogar, puesto que con abandono familiar junto con la
depresión son más propensos a presentar problemas de memoria, considerándola como
una enfermedad demencial cuando afecta la eficiencia laboral y el cuidado personal.

Con respecto a la situación, se presenta la depresión por enfermedad de Párkinson,


como lo expresa la Organización Mundial de la Salud (OMS) en el estudio realizado a
la Región de Junín. Determinando que dicha patología, principalmente afecta a los
adultos mayores, teniendo como síntomas no motores las alteraciones del sueño, junto
con el insomnio y la depresión:

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En el Perú, no se tienen cifras oficiales o exactas, el Instituto Nacional de
Ciencias neurológicas (INCN), estimo en el año 2014 que el 1% de la
población en general tenía enfermedad de Parkinson, es decir un
aproximado de 300 mil personas. En Perú, se estima que para el año 2030
aumentaran. Él seguro social brinda atención integral con terapia de
rehabilitación y medicamento (OMS, 2017, p. 64).
Sin duda, se debe tratar la depresión ayudando a la persona a sobrellevar la enfermedad
de Párkinson y mejorar su estado de salud en general. Cabe resaltar que, no todos
responden al tratamiento de la misma manera. Si bien es cierto existen medicamentos
para regular y aliviar el Párkinson, ninguno puede detener el avance de la enfermedad y
en muchos casos, la medicina deja de hacer efecto con el paso del tiempo. Es por ello,
que se debe tener en cuenta combinar el tratamiento con terapias de diálogo, realizar
actividades para ejercitar el musculo, mejorar el equilibrio y fisioterapia, para que de
esta forma puedan continuar haciendo su vida con normalidad.

Como se ha visto, la mayoría de las fuentes resaltan el tema sobre la depresión que se
viene registrando en nuestro país por un incremento en la longevidad de los mayores.
Sin embargo, el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP) nos presenta
mediante el Plan Nacional a las Personas Adultas Mayores, los resultados del proceso
participativo desarrollado por el sector y se pone a disposición de la sociedad, para
facilitar el cumplimiento de las responsabilidades del Estado frente al desafío de
garantizar una vida plena y digna, con respeto de los derechos fundamentales de todas
las personas adultas mayores del país. A su vez indican factores a los que son expuestos:

La violencia es un problema social de graves consecuencias para la salud,


la economía y el desarrollo de las sociedades. Se configura como un
abuso de poder y de violación de los derechos fundamentales de las
personas. Es la expresión de la intolerancia, basada en nociones erróneas
acerca del envejecimiento, valoraciones apoyadas en prejuicios sobre los
roles distintos que debe cumplir cada grupo en la sociedad (entre ellos, el
de PAM) y en estereotipos de género, que justifican la inequidad. Las
personas adultas mayores, y entre ellas, las mujeres, son una población
altamente vulnerable frente al maltrato, especialmente en aquellas
sociedades en transición demográfica que no están lo suficientemente
preparadas para envejecer (MIMP, 2011, p. 112).
A partir de esta cita es imprescindible poner en práctica el Plan Nacional propuesto por
el MIMP, ya que promueve el buen trato y defensa de los derechos de las personas
adultas mayores, favoreciendo la generación y/o fortalecimiento de espacios y servicios
públicos, que en el marco del proceso de descentralización, permitan enfrentar los
problemas señalados en la cita anterior y mantengan atenta vigilancia frente a todo

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hecho, acto u omisión que pueda poner en riesgo los derechos de las PAM o
restringirles sus posibilidades de desarrollo personal y colectivo.

Por otro lado, el impacto que tienen las personas adultas mayores no sólo con la pérdida
de un familiar y/o amigo, si no también, con la pérdida de otras cosas, nos argumenta el
Psicólogo Juan Chávez en la siguiente cita, tomando en cuenta la etapa biológica en la
que nos encontramos.

En ese sentido, en la edad el número de muertes de amigos y miembros de la familia


aumenta, este número cada vez mayor de pérdidas en un periodo breve, puede hacer que
la persona se desborde y no elabore los duelos. Además de esta pérdida, hay otras que
puede experimentar la persona de edad, como la perdida de ocupación, de su ambiente,
de las constelaciones familiares, de vigor físico incluyendo las discapacidades físicas, la
disminución de las propias sensaciones y, para algunos, la pérdida del funcionamiento
cerebral (Chávez, J.,2011, p.84).

De lo anterior dicho, se puede decir que la vida afectiva del adulto mayor se caracteriza
por un aumento de las pérdidas, entendiéndolas como vivencias por las cuales siente que
ya no tiene algo que es significativo para él a nivel real y subjetivo. Como parte de las
mismas se refieren la pérdida de la autonomía (valerse por sí mismo, hacer lo que desea)
y las pérdidas referidas a muerte del cónyuge, de seres queridos y la jubilación, las
cuales afectan al estado del ánimo de los adultos mayores.

En vista de que, para el Geriatra Gustavo Odar, estimar la prevalencia de trastorno


depresivo en los adultos mayores junto con la relación respecto a su edad, sexo, red
social y frecuencia según su nivel gravedad es importante, ya que pudo establecer que la
mayoría no contaba con seguro social y vivían solos:

La cobertura de atención al adulto mayor en su respectiva especialidad,


Geriatría, es muy escasa, ya que sólo existe un Hospital que brinde dicha
atención, la cual trata en su gran mayoría problemas de causa infecciosa
u complicaciones agudas de enfermedades crónicas, no poniendo énfasis
en el problema depresivo que estos pacientes puedan tener. Cabe resaltar
que un gran número de pacientes adultos mayores, al no contar con
seguro médico, no reciben una adecuada atención (Odar, G.,2012, p.75).
Según la cita, se puede apreciar que el interés del estado por este porcentaje de la
población es precario, ya que a nivel nacional sólo contamos con 32 centros de atención
para las personas adultas mayores y en dicha cantidad se están considerando a los
centros privados. Es por ello, que la cantidad de fallecidos aumenta debido a que no

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encuentran un lugar digno donde pasar lo que le queda de vida, refugiándose en la calle,
recibiendo la caridad de las personas.

La idea del Estado que siga el ejemplo de la Municipalidad Metropolitana de Lima, que
implementó en la Plaza de Acho un albergue llamado ‘La casa de todos’, debido a la
pandemia del Covid-19, recibiendo a 150 adultos mayores que vivían a la intemperie.
Ya que, la municipalidad no sólo los alberga, si no también, les da cuidados médicos y
alimenticios. Puesto que, este tipo de iniciativas son las que deben de copiar, tomando
en cuenta que muchos de ellos están solos.

Por último, el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP) nos presenta


nuevamente el Plan Nacional de las Personas Adultas Mayores, tomando en cuenta que
su edad es lamentablemente, sinónimo de discriminación porque ya no generan lo
mismo como cuando eran jóvenes, citamos lo siguiente:

Uno de los problemas que no se ha logrado erradicar y que limita el


desarrollo de las personas adultas mayores, es la discriminación por edad.
Esta situación negativa está aún muy arraigada en nuestro país y se
agudiza con la exclusión económica, social y política. Es por ello
necesario definir estrategias que no sólo garanticen la mejora de la
calidad de vida de las PAM, sino que también promuevan su
participación e inclusión en la sociedad (MIMP, 2013, p.76).
Se concluye que, la discriminación por edad se hace referencia a todos los
comportamientos inadecuados y prejuiciosos hacia las personas vinculado a su avanzada
edad, tratándolas de manera menos favorable, haciéndolas sentir como si no encajaran.
Esto se da no sólo en el ámbito lo laboral, sino también en el ambiente familiar,
empezándose a crear cuadros depresivos y más aún si viven solos, ya que se encuentran
más expuestos a pensamientos negativos.

A partir de lo desarrollado en las páginas anteriores, se puede poner de manifiesto el


impacto del bajo nivel educativo, debido a que la falta de instrucción desfavorece el
desarrollo personal, dejando sin opciones de actividades cuando llegan a la vejez. Es por
ello, que lo recomendable, en caso no se haya cursado estudios secundarios, tras
desarrollar actividades para que de esa forma sigan en actividad no solamente física,
sino también mental.

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Un segundo punto está vinculado con los antecedentes médicos hereditarios, ya que la
transmisión se da de generación en generación, pero realizando el diagnóstico a tiempo
se puede llevar un adecuado tratamiento. De esta forma, se estaría evitando la presencia
de la depresión, ya que se sabría con exactitud la enfermedad y el tratamiento a seguir,
tomando en cuenta los cuidados que se deben dar a los adultos mayores.

Para complementar los puntos anteriores, una siguiente parte del trabajo trata de la
relación que existe entre el Parkinson y la Diabetes con la depresión. Ambas
enfermedades se asocian con la depresión como consecuencia de no haber logrado el
resultado esperado en el tratamiento, debilitando al paciente y llevándolo a tener
pensamientos negativos. Es por ello, que los adultos mayores deben ser acompañados
por sus familiares durante todo el proceso del tratamiento, siendo el sostén de ellos en
caso se quiebren en el transcurso del procedimiento que les toca pasar debido a dicho
trastorno que padecen por diferentes motivos que los conllevan a esta enfermedad.

Un último punto tratado en el trabajo expone la violencia y la discriminación que sufren


los adultos mayores debido a la edad avanzada que tienen. Esto los hace sentir sin
importancia para la sociedad debido a que ya no son tomados en cuenta no solo en el
campo laboral, sino también en las decisiones familiares.
A partir del trabajo realizado, en el grupo determinamos que una de las causas de la
depresión en las personas adulto mayores es el bajo nivel educativo que llevaron en su
juventud, otra causa es el no llevar o concluir con éxito el tratamiento en caso padezcan
la enfermedad de Párkinson o Diabetes, también nos percatamos que influye mucho la
pérdida de algún miembro familiar o amistad cercana, por último vimos que al sufrir de
discriminación por el avance de la edad y el abandono del estado hacen que la depresión
se desarrolle con más facilidad.
Dos cuestionamientos podrían fortalecer aún más el trabajo de investigación realizado:
¿Qué consejos resultan útiles al paciente Adulto mayor con Depresión entre 2010 a
2020?,y ¿Cuál es el tratamiento adecuado para la Depresión en Adultos Mayores en el
Perú? Una profundización en el estudio del tema podrá resolver estas dudas y afrontar
aún más la problemática social peruana durante el tiempo transcurrido.

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