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-2017-
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ÍNDICE
- RESUMEN/ABSTRACT …………………………….............................4
- I. INTRODUCCIÓN …………………………………............................ 6
i. Planteo del problema …………………………………………..6
ii. Relevancia del tema ……………………………………...…. ..7
- II. OBJETIVOS ……………………………………………………...….....7
i. General ………………………………………………...…….....7
ii. Específicos ……………………………………………………..7
- III. METODOLOGÍA ………………………………………………………8
- IV. MARCO TEÓRICO …………………………………………………...9
i. Neuropsicología cognitiva …………………………… ………9
ii. Memoria ………………………………………………………...11
a) Categorización de la memoria ……………………........11
b) Etapas de la memoria …………………………………...13
c) Estructuras intervinientes en la memoria ……………. 14
iii. Emoción ………………………………………………………...16
- V. DESARROLLO CONCEPTUAL ……………………………………...17
i. Síndromes amnésicos ………………………………….……..17
ii. Amnesia retrógrada anterógrada ……………………...……..18
iii. Amnesia orgánica ……………………………………..…….…18
iv. Conceptualización de la amnesia psicógena ……..…….…..18
v. Antecedentes ………………………………………...……,…..20
vi. Bases neurales de la amnesia psicógena …………………...23
a) Liberación de neuropéptidos y neurotransmisores ....23
b) Hiper e hipometabolismo …………………………….…24
c) Hipótesis de desincronización …………………………26
d) Memoria implícita ………………………………………..27
e) Potencial de acción P300 ………………………………28
3
ANEXO …………………………………………………………………………38
4
RESUMEN
ABSTARCT
Objectives: this work aims to establish the neural bases which underlie the
development of psychogenic amnesia (PA), a pathology characterized mainly by
retrograde amnesia with alterations in episodic memory forgetfulness and a loss of
identity. It is included within the category of amnestic syndromes and arises, in
most cases but not in all of them, after experiencing a traumatic event.
Method: a qualitative bibliographical research was carried out, tracing both the
different articles that presented the neural bases of the PA.
I. INTRODUCCIÓN
II. OBJETIVOS
i. General
ii. Específicos
II. METODOLOGÍA
i. Neuropsicología cognitiva
ii. Memoria
La memoria es descripta como uno de los procesos cognitivos centrales para todo
ser humano. A través del mismo es que el sistema nervioso codifica y almacena
los eventos ocurridos en el pasado en conjunto a las emociones que esos sucesos
generaron. El significado y la significancia de los objetos situados en el presente
dependen de la memoria, de modo que sin el pasado el presente pierde su realce
(Rains, 2003). Siguiendo la definición recién expuesta, podríamos plantear que el
procesamiento de la memoria no es sólo el recordar situaciones pasadas sino que
también tiene un impacto sustancial en las acciones presentes y futuras del ser
humano. A su vez, la memoria es imprescindible para ciertas funciones cognitivas
como el lenguaje, el aprendizaje, las funciones ejecutivas, y la orientación. Sin
memoria, sin recuerdo, resulta poco viable llevar a cabo estas capacidades,
necesarias para el desarrollo de la vida humana.
b) Etapas de la memoria
Son varias las estructuras del SNC que se ven implicadas en el procesamiento
de la memoria. Cada una de las mismas cumple una función diferente, aunque
forman parte de una misma red, interrelacionándose unas con otras. Una de estas
estructuras es la denominada corteza frontal (CF). La misma cumple un papel
fundamental en la organización, la búsqueda, la selección y la verificación de la
información almacenada. No interviene en los procesos de almacenamiento per
se, sino que media en procesos estratégicos de recuperación, monitorización y
verificación. Una lesión en esta estructura ocasionaría una disfunción en la
búsqueda y selección de información pertinente para cada situación, más que una
pérdida generalizada de la memoria. La CF suele estar asociada a la memoria
episódica, la memoria de trabajo, la ordenación temporal del recuerdo y la
metamemoria (Ustárroz y Céspedes, 2005). Dentro de esta corteza se incluyen
dos circuitos: el dorsolateral prefrontal y el ventromedial prefrontal. El pimero
cumple la función de codificación y manipulación de la información, mientras que
el segundo se encarga del mantenimiento y de la inhibición/selección de dicha
información (Fletcher y Henson, 2001).
iii. Emoción
i. Síndromes amnésicos
La amnesia psicógena (AP), posee una tasa de prevalencia del 1,8% (del 1,0%
en hombres y 2,6% en mujeres) en los Estados Unidos. El DSM V (2014) describe
a este trastorno como una incapacidad para recordar, principalmente, información
episódica, provocado esto, en la mayoría de los casos, por haber atravesado un
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hecho de carácter traumático o estresante. Sería, por lo tanto, una amnesia del
tipo retrógrada, aunque en ciertos casos puede presentarse una amnesia
anterógrada, estando el sujeto imposibilitado para el almacenamiento de nueva
información. Se establecen tres tipos diferentes de AP: localizada (olvido de un
evento específico o un período de tiempo), selectiva o sistematizada (olvido de un
aspecto particular de un evento o de algunos hechos, recordándose otros de la
misma época), o generalizada (amnesia de fijación masiva) (Ventura, 1993). Los
tipos de amnesia disociativa con más prevalencia son los del tipo localizada y
selectiva, siendo la generalizada más inusual.
● Comienzo brusco.
● Amnesia de identidad.
● Escasas recurrencias.
Son varios los efectos negativos que genera este trastorno en los amnésicos
psicógenos, a saber: impide la expresión emocional del suceso, bloquea la
reevaluación cognitiva de lo ocurrido y facilita las conductas de evitación
(Echeburúa y Corral, 2005). Esto trae como consecuencia un malestar
clínicamente significativo en el sujeto que padece, observándose un deterioro en
lo social, lo laboral y otras áreas importantes del funcionamiento.
Los criterios de exclusión ofrecidos por el DSM V para este trastorno son los
siguientes: alteraciones atribuibles a los efectos fisiológicos de una sustancia
médica, a un trastorno de identidad disociativa, a un trastorno por estrés
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v. Antecedentes
Son varios los autores que han investigado esta alteración de la memoria. Los
mismos varían considerablemente en sus teorías, haciendo de esta patología una
de las más controversiales.
El doctor Thomas Mayo (1845) relata el cuadro de una joven que presenta un
conjunto de síntomas físicos, tales como dolor e irritación en la cabeza, en la
región torácica y en la vejiga, a causa de la ingesta de un tóxico. Lo que llama la
atención de Mayo, sin embargo, es el fenómeno mental que desarrolla; la paciente
alterna constantemente entre dos estados mentales diferentes: uno considerado
“normal”, el cual se caracteriza por ser un estado sereno y tranquilo; y uno
“anormal”, construido a partir de la intoxicación y siendo éste un estado de
excitación extrema, de mayor energía e incluso de mayores aptitudes
intelectuales. No había motivo aparente por el cual se pasaba de un estado al otro
y el pasaje se daba de forma abrupta. El funcionamiento de ambos se daba de
forma independiente, es decir, lo que se experimentaba en uno de ellos era
olvidado cuando se producía el pasaje al otro, olvidándose así también el suceso
traumático. Si bien Mayo no da una explicación teórica de lo sucedido en relación
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Los últimos dos casos descriptos pueden ser considerados como un trastorno
de identidad disociativa, y probablemente lo sean, ya que ambos implican la
presencia de dos personalidades discrepantes, opuestas y bien integradas con un
complejo de recuerdos, patrones de conducta y relaciones sociales propias de
cada una (Ventura, 1993). Sin embargo, hay que tomar en consideración que
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Por su parte, Robert Dunn (1845) informa sobre un caso de una joven que ha
perdido ciertas facultades mentales (habla, gusto, olfato, oído, sensibilidad y
memoria) luego de haberse caído accidentalmente a un lago, quedando la misma,
por un lapso de tiempo extenso, inconsciente. Una vez recuperada, con sus signos
vitales vueltos a la normalidad, la paciente declara no poseer recuerdo alguno de
lo sucedido ni de las emociones experimentadas en el momento del hecho. Días
posteriores al suceso, la joven queda en estado de estupor durante 4 horas,
viéndose su actividad motora disminuida por completo. Finalizado el episodio, se
observa una incapacidad para el habla y la escucha, los sentidos de olfato, gusto y
sensibilidad se encuentran suspendidos, y se produce un olvido de los vínculos
establecidos previo al accidente. Asimismo, presentaba un severo deterioro en la
memoria; no sólo no recordaba el episodio traumático sino que tampoco podía
recordar información autobiográfica importante, extendiéndose su amnesia a
varios años atrás. Con respecto a su estado físico, no presentaba síntomas
clínicamente significativos.
La explicación que este autor ofrece tiene su base en lo neural, si bien ninguna
de estructuras alteradas que menciona está involucrada en el procesamiento de
memoria. Cabe destacar que el cerebro conocido en esa época difiere del cerebro
considerado en la actualidad, debido al avance teórico en las últimas décadas (su
funcionalidad y sus estructuras son diferentes).
prefrontal y regiones del circuito límbico basolateral (la región anterior ventral, la
amígdala y el tálamo medial). Cuando ocurre una desincronización, se produce
una interrupción, una desconexión o un bloqueo en la red neuronal implicada en la
recuperación de la memoria episódica, con la consecuente inhabilitación a
alcanzar la información previamente almacenada. Las denominadas amnesias
orgánicas y las amnesias psicógenas no serían dos patologías separadas sino
que, por el contrario, son estados similares producidos por la misma alteración en
el funcionamiento cerebral. Este estudio supera la dicotomía clásica demostrando
que la explicación de la AP también debe buscarse a nivel neuronal y no en
cuestiones exclusivamente de índole psicológica.
V. CONCLUSIONES
Se puede observar que las áreas afectadas no sólo son intervinientes del
procesamiento de la memoria, sino también del procesamiento de la emoción;
incluso, muchas de ellas están involucradas en ambas funciones cognitivas (como
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Esta Tesis conlleva ciertas limitaciones. Los resultados de los diversos estudios
expuestos son disímiles e, incluso, algunos llegan a ser contradictorios. Si bien
muchas de estas disparidades podrían estar dadas por las diferencias individuales
entre los sujetos experimentales, hay ciertos resultados que escapan a esta
suposición. Algunas investigaciones plantean que la AP se desarrolla por un
déficit en el almacenamiento de información, no viéndose afectada la evocación de
recuerdos (Campodonico et al, 1955), mientras que otros estudios (Markowitsch et
al, 1997; Brand et al, 2009) plantean alteraciones en áreas cerebrales
involucradas únicamente en la recuperación de información, no presentándose
cambios en áreas implicadas en su almacenamiento. Asimismo, todas las
investigaciones citadas hacen referencia únicamente a disfunciones en los
patrones de procesamiento de las funciones cognitivas, no citándose estudios que
hayan expuesto alteraciones del tipo estructural.
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ANEXO
Apéndice A
DSM V-Criterios para la Amnesia Disociativa
Criterios Diagnósticos
Características Diagnósticas
o con alguien en particular. Los individuos que presentan estos tres últimos tipos
de amnesia disociativa pueden acabar siendo diagnosticados de una forma más
compleja de trastorno disociativo (p. ej., trastorno de identidad disociativo).
Prevalencia
casos que antes no eran diagnosticados. Por el contrario, otros piensan que este
síndrome se sobrediagnostica en las personas que son muy sugestionables.
Curso
Diagnóstico diferencial
Hay que tener mucho cuidado a la hora de evaluar la exactitud de los recuerdos
recuperados, ya que este tipo de personas suele ser muy sugestionable. La
amnesia relacionada con abusos fí- sicos o sexuales (particularmente cuando los
abusos han tenido lugar en la primera infancia) ha suscitado siempre muchas
polémicas. Algunos clínicos opinan que habitualmente estos acontecimientos
tienden a infravalorarse porque las víctimas son niños y los culpables lo niegan o
dan una versión diferente de sus actos. Sin embargo, otros clínicos dudan de la
incidencia aparentemente elevada de estos abusos, debido a la poca fiabilidad de
los recuerdos de la infancia. Actualmente no existe método alguno para establecer
con exactitud la veracidad de estos recuerdos en ausencia de pruebas que los
corroboren.
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