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FIGURAS DE LO BASTARDO

Critica y disolución en Carlos Correas


EIFF LEONARDO.
(UNGS-CONICET)
leoeiff@yahoo.com.ar

La constitución del itinerario


En el prólogo a Kafka y su padre, Carlos Correas da una semblanza negativa de la
experiencia de Contorno. Era una reacción frente a un modismo de la crítica cultural y de la
historia de las ideas que, a principios de los ochenta, comienza a ver en la revista un
modelo de crítica literaria modernizadora. Lo que impugna Correas es la ilusión
retrospectiva que le otorgaba a Contorno un proyecto cultural y político del que había
carecido en el momento de su realización. Es la revista Contorno, creada por los
historiadores de la cultura, la que ocupa un lugar destacado en la cultura argentina. Por eso,
cuando más tarde los autores que participaron en la publicación (Correas incluido) editaron
sus libros, la contratapa o la solapa que nos comenta acerca del derrotero del autor
destacaba siempre su participación en Contorno. Pero aun aceptando que aquella
publicación no tenía un programa ni un proyecto definido, es posible dilucidar perspectivas
u orientaciones de la revista, y éstas se resumen (como se ha dicho en repetidas ocasiones)
en el intento de revisar, y al mismo tiempo de constituir, la literatura argentina. En el
proceso de revisión, Contorno contaba con dos enemigos a combatir: el liberalismo de Sur
y de La Nación y el populismo peronista. La revista trataba de abrirse camino entre ambos
sin tener un claro rumbo de izquierda, aunque sí tomaba algunos tópicos de la crítica
literaria de la izquierda, como la vinculación del texto con la historia y la sociedad. Tales
influencias, por lo menos en algunos miembros del grupo, no venían del marxismo clásico
sino de Sartre y su canónico ¿Qué es la literatura?. En el caso particular de Correas, puede
fácilmente detectarse cómo el propio autor reconoce, en el prólogo a Kafka y su padre, el
cuasi plagio de la crítica sartreana al escritor Mauriac en su nota sobre la obra El Juez, de
Murena, publicada en el segundo número de Contorno. El titulo del artículo es “H. A.
Murena y la vida pecaminosa”, y contiene una doble refutación: por un lado, del espíritu de
seriedad de la obra, el estilo parlamentario; por el otro, del propio arte literario de Murena.
Para Correas, el autor de El Juez construye, como si fuera Dios, criaturas no libres. Sus
personajes están sujetos a la ideología de su creador, es decir, al fatalismo telúrico, al
silencio y a la culpa. El murenismo aplasta las posibilidades artísticas de la obra. Todas
estas nociones críticas salen directamente de la lapidaria sentencia sartreana sobre la
literatura de Mauriac. Veamos, si no, el final del ensayo de Sartre dedicado al novelista
católico y el de Correas dedicado a Murena. Sartre: “El señor Mauriac se ha antepuesto. Ha
elegido la omnisciencia y la omnipotencia divinas. Pero una novela la escribe un hombre
para hombres. Para la mirada de Dios, que atraviesa las apariencias sin detenerse en ellas,
no existe la novela, no existe el arte, puesto que el arte vive de apariencias. Dios no es un
artista. Y el señor Mauriac tampoco.”1 Correas: “Bajo la mirada divina los hombres
aparecen como objetos lunares y de museo, arrojados a la gran noche de la ausencia y la

1
J.-P. Sartre, “François Mauriac y la libertad”, en Situaciones I, Losada, Buenos Aires, 1960, p. 43.

1
desesperanza, luchando y sacrificándose en vano. En El Juez, rígida exposición de estatuas
del trasmundo, las criaturas de Murena no tienen mejor suerte.”2
Contorno no sólo tenía una difusa perspectiva crítica de la tradición literaria
argentina, sino que también buscaba aportar, con sus escritos, a la renovación de la cultura
nacional. Ismael y David Viñas, animadores fundamentales de la revista, estaban en la
tradición argentina: por filiación y por elección ideológica se movían dentro de la
problemática de la realidad nacional. El atractivo de la literatura comprometida se debía a
que permitía de manera inmejorable vincular literatura e historia política, relación que
siempre captó la atención principal de los Viñas. No sorprende, entonces, la adhesión
momentánea a Martínez Estrada por parte de los contornistas: aquel denuncialista brindaba
la oportunidad de acercarse a la realidad nacional con una perspectiva crítica. Como dijo
Masotta, Contorno no fue ajena a esta metafísica de la inmersión que Martínez Estrada
había representado como nadie.
Pues bien, es aquí donde el proyecto de Contorno y el de Correas se bifurcan. El
autor de “El revólver” fue desde siempre ajeno a las problemáticas de “la cuestión
nacional”, o a las perspectivas de construcción de una literatura nacional. Correas, desde
joven, pensaba en una literatura desarraigada, sin tradiciones para convocar o remitir. Por
tanto, mientras los contornistas piensan en una literatura y en una crítica literaria
constructiva y grave, Correas se proyecta en una literatura disolvente, alegre y totalmente
singularizada. Una cita de La operación Masotta resume lo antedicho y al mismo tiempo
facilita la introducción a la cuestión del trío existencialista: “No haríamos literatura con el
ojo puesto en la historia de la literatura. No nos incitaba que luego del capítulo dedicado a
Mallea siguiera el capítulo dedicado a nosotros. No haríamos novela histórica (...) No
teníamos herencia ni linaje ni anecdotario familiar y nos repugnaba fraguarlo. Haríamos
obra con las felicidades y los infortunios propios de nuestra condición social, en modo
directo y oblicuo. No haríamos obras cuyos verdaderos protagonistas resultan ser alguno de
esos fantasmas apolillados tales como el dilema o el drama o el reencuentro argentino. El
desgarro nacional, la fractura entre cultura y nación, la problemática nacional, la
paradoja argentina, la causa o el hecho nacional. Estas entidades, y otras análogas, eran
los pedruscos en la cabeza que enceguecían al viejo tipo intelectual idealista y místico, y lo
volvían insoportable y odioso.”3 Tal el “programa” del denominado trío existencialista en la
década del cincuenta. Si se observan las primeras novelas de David Viñas se hace fácil
sospechar que no eran del agrado de Correas.
Otra razón de distancia entre el trío y la dirección de Contorno era el peronismo.
Aquel movimiento causaba la más vivas antipatías de los Viñas, de tradición radical. Los
hermanos se encontraban dentro del ambiente intelectual que repudiaba la cultura oficial
peronista y abogaba por una mayor libertad cultural. Correas, Masotta y Sebreli eran, por el
contrario, favorables al peronismo. Sin duda era un peronismo literario, existencialista o
idealista, como lo definió Correas en La operación Masotta. Lo interesante de esa
reivindicación es que no necesitaba sostenerse en ningún nacionalismo cultural: el proyecto
literario rememorado por Correas en su libro sobre Masotta convivía perfectamente con la
simpatía por el peronismo.4 Tal simpatía se explica en el caso de Correas, y quizás sea

2
Contorno N° 2, Mayo de 1954.
3
C. Correas, La Operación Masotta, Catálogos, Buenos Aires, 1991, pp. 56-7.
4
Veamos, por el contrario, lo que piensa Jorge Abelardo Ramos, representante notable de la izquierda
nacional (las izquierdas junto al peronismo), de las figuras de Sartre y Genet: “Sartre, paradigma del perfecto

2
extensible a los otros dos miembros del trío, por lo menos en los cincuenta, por el propósito
deliberado y central de fusionar texto y vida. El peronismo era revindicado por su lado
maldito, como Sartre hacía con la obra y la vida de Genet. No se adhería tanto al peronismo
por el progreso social que representaba, sino por el escándalo que provocaba en las
conciencias burguesas. Había en Correas un proyecto literario y vital para escandalizar a la
moral burguesa. El peronismo representaba en ese entonces la política del escándalo y del
mal, una ofensa a la espiritualidad burguesa que ganó la simpatía de los existencialistas
porteños.
El escritor de Arlt literato mantuvo a lo largo de su itinerario la idea de que la literatura y la
filosofía deben confundirse con la experiencia existencial. Éste es el punto más radical y
persistente de su existencialismo: literaturizar la existencia y volver contable la vida.
Correas llamó a este trabajo “heterografías”, es decir, la unión de la biografía y de lo otro,
para transformar en obra de arte las propias experiencias angustiosas o aventureras de la
vida diaria.

Correas existencialista
Es un lugar común en las historias de las ideas que hacen eje en la década del cincuenta
marcar la influencia de Sartre en toda la generación que se abría hacia un pensamiento
critico, denuncialista, de izquierda en términos generales. Está relación de influencia se
estudia mayormente con la atención puesta en la categoría de compromiso y entonces se
denota la importancia nodal de Sartre en el desarrollo de la literatura comprometida, del
intelectual comprometido con los asuntos de su tiempo, del compañero de ruta de los
movimientos revolucionarios pero que mantiene cierta independencia con respecto a ellos.
En suma, se destaca la importancia de Sartre en tanto intelectual. Por este andarivel se
analizan en relación al impacto de Sartre en el mundo intelectual argentino dos tipos de
textos del filosofo francés, los que teorizan acerca de la literatura comprometida y los que
fijan posición en la política de su tiempo, es decir: ¿Qué es la literatura? Y los ensayos
polémicos aparecidos en “Les temps modernes”. No es posible negar que estos textos de
Sartre fueron los mas leídos en los años cincuenta argentinos, el sartrismo de Contorno se
basaba exclusivamente en ellos. Pero el grupo de Correas, Sebreli y Masotta comenzaba en
esos años a interesarse por Sartre de un modo más integral, son los lectores totales de
Sartre, ya que en la Facultad de Filosofía primaba, aunque de modo escaso, la lectura de
Sartre en tanto fenomenólogo y en el mundo de los escritores y críticos, es decir de las
revistas, primaba el Sartre de la literatura comprometida. El trío es el que intenta por esos
años una lectura general y el que produce hasta hoy los auténticos libros sartreanos en la
Argentina. En este sentido vamos a preguntarnos por el sartrismo de Correas, ya que
también dentro del trío Correas fue el más consecuente y original de los sartreanos, el que
supero con creces tanto la inicial mimetización como la posterior influencia o inspiración

filisteo, que escondió su cabeza durante la guerra haciendo excursiones en bicicleta a Suiza durante el maquis,
para industrializar luego de la guerra los problemas de la pequeña burguesía presa de angustia. Conformista
radical, enmascarado de rebelde, Sartre ha lagrimeado ante la tragedia interna del comunismo, usufructuando
su aparato de propaganda en perfecto condominio con la prensa burguesa, silenciando el papel de Trotsky en
la Unión Soviética, popularizando las deyecciones del famoso homosexual y ladrón Genet y del marqués de
Sade, para terminar apoyando a Israel contra los Estados árabes. No es con estos proveedores del snob
profesional de la izquierda pequeño burguesa que podríamos corregir nuestro juicio sobre la decadencia del
pensamiento marxista.” J. Ramos, “Bolivarismo y marxismo”, en El marxismo de indias, Planeta, Barcelona,
1973.

3
teórica y los supero hacia una profundización de algunos aspectos de la filosofía de la
existencia.
Para realizar una correcta indagación se vuelve necesario sostener la heterogeneidad del
pensamiento sartreano, la irradiación de múltiples sentidos que brinda su obra, es decir, el
carácter de obra abierta, inconclusa, contradictoria en sí misma. Ahora bien, en el mundo
occidental en general y en la Argentina en particular ha quedado en gran parte una sola de
las vertientes de la obra sartreana, sin duda muy importante y hasta fundamental, pero
parcial. Dicha versión reduce a Sartre a la figura del intelectual comprometido, su obra se
lee con estas anteojeras, el resultado es una homeneización del pensamiento sartreano y su
consecuente encasillamiento en las estanterías del humanismo revolucionario, superado,
por otra parte, en los tiempos actuales. Sartre y su obra quedan presos de la historia de las
ideas que, por su propia razón de ser destaca el aspecto publico de una obra. En este sentido
es El personaje para la historia de las ideas.
Teniendo en cuenta lo antedicho, cuando nos adentramos en la lectura correísta de Sartre
observamos que los aspectos que se destacan no son los del Sartre profético,
comprometido, marxista si se quiere usar un termino teórico. El sartrismo de Correas es el
reverso del de los sesenta. Por supuesto que como todos los jóvenes escritores y aspirantes
a críticos de los cincuenta recibió el influjo de un texto como ¿Qué es la literatura? Pero lo
leyó, es decir lo fue interiorizando a lo largo del tiempo, no solo en clave política sino
también, y sobre todo, en clave filosófica.
En las lecturas criticas que se han hecho de aquel famoso texto sartreano, “el canon de una
generación” , se hizo hincapié en la relación de literatura y política lo cual no es incorrecto
pero si incompleto porque también se encuentra en el texto un reenvío hacia la filosofía de
la existencia. Claro que el lugar de la política comienza a ser muy potente. Los Viñas
leyeron centralmente la relación de literatura y política y entendieron el compromiso en un
sentido político, el propio Sartre a partir del año 52 acentuó esta relación. Pero en ¿Qué es
la literatura? Hay una vertiente que empuja hacia la politización de la literatura y otra que
no la contradice sino que la engloba y que va hacia una concepción filosófico existencial de
lo literario. El texto se ha leído en gran medida como un anticipo de las posiciones futuras
en la guerra de Argelia por ejemplo; es decir, se anudo ¿Qué es la literatura? Con el
prologo a Los condenados de la tierra o con la intervención sartreana en el Mayo francés.
Pero resulta que no es necesariamente un anticipo, el texto puede leerse como lo hizo
Correas en relación con El ser y la nada o con los ensayos reunidos en Situations I ,
entendiendo el compromiso en un sentido existencial; y está doble posibilidad se debe a que
los escritos de Sartre entre los años 45 y 52 remiten tanto al periodo futuro de intelectual
comprometido como al inmediato pasado de filosofo artista; de allí el carácter
contradictorio de muchos de estos escritos del que ¿Qué es la literatura? No es la
excepción.
Pues bien, como se deduce, el Sartre de Correas es el de los primeros escritos del filosofo
francés, los que abarcan de la trascendencia del ego (36) hasta el San Genet (52) y que son
en mayor medida los textos critico destructivos en donde se destaca la negatividad. Es el
periodo completamente existencialista de Sartre, en él se encuentra una reivindicación de la
singularidad, no en el sentido del subjetivismo idealista, y una concepción de la libertad
como negación de lo dado, del juego y la aventura contra el espíritu de seriedad, que
Correas hizo propia. Las relaciones sociales son expuestas en El ser y la nada desde el
punto de vista del conflicto ya que la ínter subjetividad, la reconciliación hegeliana, es
imposible. Sartre toma partido por Kierkegaard contra Hegel, la existencia singular no es

4
subsumible al concepto. La filosofía de la existencia sartreana otorga a Correas la
posibilidad de unir la precisión formal de una teoría que dialoga con la tradición filosófica
y que aspira a la sabiduría con la singularización extrema de toda experiencia existencial.
Por otra parte es el periodo del Sartre escritor, y su escritura literaria no se desarrolla en el
sentido de la gravedad como podría pensar un lector de sus ensayos políticos; más bien la
literatura sartreana trabaja en la corrosión del mundo, las situaciones se plantean entre la
contingencia absurda de existir proyectado, en libertad, y los modos o las formas dadas que
otorgan derechos de existencia. Los personajes existenciales buscan conquistar la lucidez
de la libertad que va emparentada con la soledad; sus peripecias no influenciaron a Correas
solo desde un punto de vista literario, también lo hicieron en su itinerario existencial:
Correas se pensó como un personaje sartreano. Es el Sartre escritor y filosofo el que más
influye en Correas, por sobre la figura del intelectual. Por eso, cuando el escritor de La
nausea y el filosofo del Ser y la nada se reúnen y escriben el San Genet se logra el mejor
Sartre por un lado y un perdurable impacto en Correas por el otro.
Aquel trabajo sobre Genet causo una honda impresión en el trío existencialista, se
escribieron grandes textos a partir de sus ideas, pero con Correas ocurrió algo particular.
Como se sabe Sartre introduce a Genet dentro de su universo y lo transforma en una
personaje más de su galería. Puede decirse entonces que hay un aspecto genetiano en el
pensamiento de Sartre, como hay un aspecto husserliano o marxista. Ahora, la operación de
Correas que hace original su lectura de Sartre es volver esencial ese aspecto genetiano de la
filosofía de la existencia. Si en los sesenta se leía a Sartre junto a Fannon, Correas lo lee
siempre junto a Genet, el resultado es una genetización de Sartre, esto es, destacar en el
existencialismo: la singularidad, la productividad del mal, lo corrosivo y disolvente, el
juego, la comedia y la soledad. El San Genet transcurre para Correas en un doble andarivel,
por un la lado eleva las trapisondas genetianas hacia problemáticas filosóficas y por otro
lado arroja al sartrismo hacia una literatura del mal.
En este sentido cuando Sebreli sostiene que Correas permaneció fiel al primer Sartre, solo
dice una parte de la verdad porque esa permanencia correísta es lo que posibilito la
profundización de la filosofía de la existencia en uno de sus aspectos: el de la singularidad
solitaria y maldita. Lo que es una forma de ser infiel a Sartre ya que Correas transformo un
aspecto importante, pero lateral del existencialismo en central. Tal el sartrismo de Correas
original y no recepcionista, porque llevo algunos temas de la filosofía de la existencia más
allá de Sartre.5 Como lo demuestra su trabajo sobre Arlt.
Arlt literato es un intento de comprensión totalizadora de la obra y la vida de Arlt y es la
continuación, con un nivel mayor de profundidad, del trabajo de Masotta Sexo y traición en
Roberto Arlt. Masotta había tomado en su libro los elementos de la obra arltiana afines a la
problemática sartreana del mal expuestos en el San Genet para probar su tesis de que en el
hombre de clase media hay un delator en potencia. En este sentido Correas continua con la
asociación entre la literatura de Arlt y el pensamiento sobre el mal practicado por Genet y

5
de los textos posteriores al San Genet, el más influyente es El idiota de la familia donde Sartre desarrolla
conceptos como el de pasividad, interioridad y exterioridad y la noción de universal singular importantes en el
derrotero de la obra correísta. Tales ideas ya estaban en La critica de la razón de la dialéctica pero
desarrolladas en un sentido histórico general, es decir no singularizadas como en el Flaubert. Veamos que
piensa Correas de la Critica de la razón dialéctica : “libro que para mi sigue siendo ilegible. La primera parte
se deja leer, pero después, lo otro, ya....” (entrevista en el Ojo Mocho, N° 7 / 8, 1996) la primera parte a la
que se refiere Correas es la introducción: problemas de método, que más que una introducción a la Critica de
la razón dialéctica es una introducción al Flaubert.

5
teorizado por Sartre, pero rechaza la idea masottiana de fusionar la cuestión del mal en la
obra de Arlt con el ser de clase media, para Correas la literatura y la vida de Arlt no son
subsumidles a una problemática de clase. En este aspecto Correas permanece más fiel al
legado del existencialismo sartreano cuando sostiene la imposibilidad de reducir la
singularidad a las existencias de clase, exteriores por definición. En consecuencia el libro
de Masotta se queda en el primer movimiento, en la totalización del sujeto por las clases,
falta el proceso de destotalización y la posterior retotalización que todo sujeto hace con lo
que han hecho de él6.
Este segundo momento es el que desarrolla Correas en su trabajo. Para él los personajes
arltianos y Arlt mismo luchan contra las fuerzas de la sociedad burguesa que determinan y
clasifican modos y formas de ser por establecer en ellos mismos, e implícitamente en la
sociedad, la libertad que es invención de sí mismo, “Por lo que concierne a Roberto Arlt, la
radicalidad debe orientarse hacia la invención del hombre, de sus fines y de sus valores, de
sus tareas y de sus métodos.” Tal el carácter humanista que tiene para Correas la literatura
de Arlt ya que su tema no es la clase media, sino la invención del hombre. Correas,
entonces, radicaliza a Masotta en cuanto a las posibilidades que ofrece la obra de Arlt para
comprender críticamente la situación del hombre contemporáneo.
Ahora, para dilucidar las posibilidades del hombre hay que comenzar por el irreducible
momento de la singularización y es esto lo que interesa a nuestro autor ¿Cómo los
personajes arltianos buscan la libertad contra la sustancialidad de lo dado? Masotta
rápidamente exterioriza en las clases las vicisitudes de los personajes arltianos, así la
traición de Silvio no es para Correas una forma de volver a su clase sino un uso extremo de
las posibilidades de la libertad en pos de una singularización que libera a Silvio de la
esencialidad oprobiosa que representa el Rengo, pero que lo transforma en paria. Entonces,
en Arlt literato se destaca ese momento de la libertad que revela la contingencia del existir
e implica la soledad en una sociedad organizada para suprimir la libertad. Por tanto, los
personajes de Arlt para ser libres deben transformarse en fieras, ya que la sociedad
burguesa construye un hombre para la no-libertad, esto es, para la sumisión a lo Otro
sustancial y dado, la elección de la libertad supone la del mal, o mejor: lo que la sociedad
burguesa entiende por mal. En este punto, Correas continua al Sartre de San Genet y al
Masotta de Sexo y traición: la singularización, la libertad, en la sociedad burguesa se
obtienen por el lado del mal. Por supuesto que el desarrollo de la libertad, es decir, la
negación de lo dado en su forma histórica concreta no se da en Arlt, sus personajes se
pliegan a relaciones de señorío, fracasan y se suicidad demostrando la imposibilidad de ser
hombre en la sociedad actual7. Correas describe a lo largo del libro esta lucha entre la
persecución de la libertad manifestada en los personajes de Astier, Erdosain, Balder, o en el
propio Arlt en su trabajo periodístico y los modos con los cuales la sociedad burguesa

6
Puede afirmarse que Correas cuestiona al libro de Masotta en el mismo sentido que Sartre critica al
marxismo contemporáneo con la frase: “Valery es un pequeño burgués que duda cabe, pero no todo pequeño
burgués es Valery”, y efectivamente en Masotta hay una tensión hacia el marxismo ausente en los trabajos de
Correas aunque el autor de Arlt literato considere valida la filosofía marxista y desee una sociedad socialista.
7
“Erdosain se descubre por lo pronto como interrogación de su propio ser; un paso más y Erdosain-Arlt nos
haría reconocer la interrogación por sí mismo como estructura esencial de la existencia humana, un paso más
y la bella y satisfecha identidad consigo mismo del otro inmutable mostraría lo que es: simulacro y
engañabobos. Pero estamos en una novela y no en una disertación filosófica. Ese paso no se da, y no se debe
dar; lo debido es el sufrimiento y la delicada o repelente frustración del héroe.” Arlt literato, Atuel, Buenos
Aires, 1996, p. 148.

6
impide su realización empujando a los personajes a la angustia, la desolación y el suicidio;
la sociedad burguesa se expresa a través de la obligación de trabajar en el caso de Silvio, de
lo horrorosos que son Don Gaetano, los vecinos del barrio y el Rengo, desperdicio del
mundo burgués, o se muestra en la compañía azucarera donde trabaja Erdosain, en los
reclamos de Elsa o en la sentencia del padre del jefe político del distrito cuando el suicidio
de Erdosain: “anarquista, hijo de puta. Tanto coraje mal empleado”, también en el trabajo
de ingeniero de Balder, en su familia y en la familia de Irene. Por ultimo en la necesidad de
trabajar del propio Arlt como periodista, es decir, en la necesidad de ser serio y adaptarse a
las pautas del periodismo burgués: costumbrismo y porteñismo.
Retomando lo anterior, la práctica del mal es la forma que toma la libertad, ya que el mal
supone la expansión de lo interior y el fortalecimiento de la subjetividad frente a la
dependencia de las funciones dadas por la sociedad; el acto maldito es mío me define y me
proyecta en la trascendencia superadora de la inmanencia sustancial, en palabras de
Correas: “ Medida de fuerza o medida de acción directa, también el robo es una
singularización a partir de y contra la generalidad sustancial en la que los hombres se
vuelven impersonales desempeñando funciones ya dadas. Más aún, el robo es la
singularidad extremada en la interiorización de cada uno.” En suma, la práctica del mal es
la única manera a través de la cual la libertad puede realizarse el sujeto en el seno de la
sociedad burguesa, por eso hay que revindicar el mal como una forma extrema de critica de
la dominación burguesa. Tal fue el proyecto estético, filosófico y existencial que Correas
mantuvo a lo largo de su vida y que aquí en Arlt literato lleva a su máxima expresión
intelectual y sobre todo filosófica.
En este libro el sartrismo se muestra como una filosofía de la libertad en combate con el
esencialismo que fija la realidad humana en un substancialismo intemporal. Pero el
pensamiento de Sartre no se queda en este aspecto negador de la libertad y busca su
consumación en la historia en curso, es decir, camina hacia la positividad de la construcción
histórica. En cambio, Correas permanece en el momento negativo de la libertad con el
objetivo de ahondar en las características de la libertad singular en tanto critica de lo dado.
Con otras palabras, la filosofía existencial de Correas profundiza el momento de la
singularidad, de la destotalización, en Arlt literato y en su obra en general lo concreto es lo
singular enfrentado a la exterioridad abstracta de la dominación social, no hay en Correas
un paso hacia lo concreto histórico, como si lo intenta Sartre con su lectura del marxismo;
en sus trabajos se destaca el momento de la disolución del mundo dado por la acción de la
libertad, por lo cual el pasaje hacia la retotalización que se realiza en la historia y que
implica cierta forma de positividad permanece en el orden de lo ininteligible en Correas.
El desarrollo de la filosofía de la existencia se continua en Arlt literato a través del
particular existencialismo correísta que supone la radicalización del aspecto
intrínsecamente negador de la conciencia, del despliegue de la libertad en una singularidad
maldita que persigue la disolución tanto del orden social presente como de sí mismo. La
capacidad subversiva, en el sentido de desquiciar y de corroer, de la libertad es lo que
intenta teorizar Correas en su libro, ya que “Arlt ha inventado el tema subversivo en la
literatura argentina”, su literatura es de interés supremo para el pensamiento filosófico
correísta y aunque el propósito de la literatura arltiana, según Correas, sea la invención del
hombre, en el momento actual se trata de crear una literatura de la negación. Como se
observa, Correas adscribe al principio del humanismo sartreano “el hombre es el porvenir
del hombre”, pero no plantea teóricamente el camino de ese porvenir, de esa invención,

7
como si hace Sartre; la literatura de Arlt le permite a Correas mantenerse al margen de
cualquier positividad, en otra palabras, de permanecer en el mal.

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