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wg EI director Alexandr Tairov arte del teatro es el arte de la accién. Esté encarnado en la escena por un “ser que acta”; es decir el actor que lleva hasta s{ mismo el arte teatral, por ello es el duefio absoluto de este arte, UEnto nees cual es el papel del director en el teatro, en qué consisten sus funciones, y en qué es atl? El arte del teatro es un arte colectivo. Laaccién escénica es el zesultado de los conflictos que maduran mientras se desarrolla la accigny; ella es el fruto de las relaciones y fricciones entre los “seres que actian”, se trate deindividuos o grupos. Para que estos conflictos no tengan un caracter accidental, para que la accién escénica no caiga enel caos, y para que siga las reglas, para que evite el disparate en las formas y les dé unaalternancia equilibrada, en resumen para que se constituya en una obra monolitica del arte teatral, se necesita alguien con una ambicién artistica capaz de ordenar y dirigir los conflictos, para debilitarlos o agudi- zarlos, eliminarlos y formarlos; para conducir toda la accién a una conclusién coherente. Este “alguien”, es el director. En la medida en que el teatro es producto de una creaci6n colectiva, necesita de un director cuya mision sea orgdnicamente la de coordinar la creaci6n de distintas individualidades, yfinalmente armonizarlas. ‘Ast estaba, asi es, y asi serd Bajo diferentes miradas, bajo distintas denominaciones, el director constantemente ha existido, ¥ existiré en el teatro; su existencia nace de la naturaleza fundamental del arte teatral: su eficacidad y el caracter colectivo de su creacién. El director es el timonel del teatro; conduce el barco de la representacién teatral, evitando los arrecifes y los bancos de arena, elimina los obstéculos repentinos; lucha contra las tempestades y borrascas, desarrolla y despega su vela y los conduce sisi cesar hacia una meta asignada de una vez por todas que es su creacign. En la medida en que el director asuma esta funci6n, obstaculiza mas o menos la libertad de todos aquellos “que actian” individualmente en el seno del teatro. Parece que me contradigo ya que he proclamado la supremacia del actor, su hegemonfa en el teatro, ya que lo considero como ei pilar tnico y omnipotente del arte teatral. = = =a a = Sei ry = P= ss — = Pa = = = 150 ALEXANDR TAIROV Pero esta contradiccién solo es aparente. Basta mirar de ceréa, con mucha atenci6n las relaciones entre directores y actores para persuadirse de que en el caso presente, la dependencia del actor en el fondo es sélo la afirmacion extrema de su libertad creadora. ‘No quiero jugar con las palabras y tampoco me inclino hacia lo paradéjico, pero la estructura del teatro es tan real que fuera de tal dependencia, no hay libertad para el actor. Bl arte del teatro es enefecto un arte colectivo, Sis cierto que nadie lo contiene, la libertad creadora de un individuo en particular tiene dos opciones o bien ahoga fatalmente la libertad de las individualidades con las queesté en contacto en it seSon o transforma el conflicto que se ha formado, y que de agente creador de una accion puede transformarse en agente dectructor. ‘Para que la ibertad individual de cada uno pueda manifestarse con plenitud absolute, sin perjudicar la libertad de los otros individuos que estan en contacto con él en Ja accién, es necesario eee entir libremente, limitarse a si mismo y someterse al director cuyo talento y delicadeza artistica tengan el poder de transformar la accién; por ello el actor consiente en limitar voluntariamente su libertad, en la afirmacién original de esta libertad. El director que tiene sobre sus hombros una misién tan considerable y tan pesada en cuanto a responsabilidad, debe ser digna de ella: tiene que ser un verdadero “maestro de escena”; en el nuevo teatn al cual me he referido, no puede ser de otra manera: tn verdadero maestro-actor, un actor que conduce todos los medios y todos los secretos de su arte, sufriria si un timonel desfalleciente inten- tara conducir su barca. "Afirmo pues que el arte del director es un fenémeno inherente al arte del teatro y quel director no esté destinado a obstaculizar, sino a hacer sobresalir la libertad del genio creador individual del actor. Para qué sirve toda la vida del teatro contempordneo si ésta restiena con quejas y recrimina- ciones en contra del ahogamiento de la actividad creadora del actor por el director. ¢Por qué acusan Sl director de haber transformado el teatro en tuna especie de sala de inventos en dénde se cambia el yo creador del actor, en donde el actor no encuentra cémo expresarse con plenitud y en alegria? Estos reproches tienen importancia y una gran parte de verdad, ¥ no es porque el papel del director consista en el fondo en oprimir las intenciones, la libertad y los dones del actor © porque {os directores actuales en su mayorfa analfabetas no tengan —propiamente hablando—, ningun dere- cho de acercarse al teatro, sino porque las tendencias cultivadas y los directores mas grandes de nuestra poca los pusieron en una situacién tan real que deben o intentan, derrumbar al actor. “Ye he tenido la ocasién de decir muchas veces que el teatro moderno tomé prestado él camino del naturalismo y la convencién consciente. Los directores de una u otra escuela, por razones que les fueron propias, no tuvieron el poder de ofrecer un final libre a la creacién del actor. ‘Ya saben que el teatro naturalista pone en la cima de la pirdmide el principio aquel de que hay que respetarla verdad dela vida; el espectéculo debe evocar en el piblicolailusiénde vida verdadera yno de representaci6n escénica. Un director guiado por este principio debe inevitablemente buscar como obtenes que el actor 6 al espectador la impresién de ser el sefiot Dupont o la sefiora Durand en general, den la impre Sion de ser unos seres humanos arrancados de la vida. Por este principio le era obligado mutilar al actor y decolorar su creaci6n. Para no destruir la ilusién de vida, debe carcomer el gesto del actor, embriagar su voz, hacer que su discurso se haga arritmico; es decir busca quitarleal actor la posibilidad deemplear sus medios de expresion, los materiales con los cuales podia desarrollar su arte. ‘Si hubieran dejado al actor que utilizara sus materiales, su primer gesto auténtico, el primer sonido de su voz que llegara facilmente, hubiera roto de golpe todo el edificio de la verdad, de a vida trigida pesadamente, y toda la ilusion del espectador se hubiera derrumbado. Es por eso que un director de teatro naturalista por muy hébil que sea, tend fatalmente que derrumbar la obra verdadera del actor. En el casb presente el mal ha sido inevitable, se ha introducido ‘Con una logica y una continuidad implacable, guiado por el principio erréneo —extrafio desde su rafz enel arte del teatro—: de que el director debe someter al actor a este principio erréneo y entrar asi mismo en conflicto con la creacién verdadera del actor para derrumbarlo. ‘Descle este punto de vista, las recriminaciones bajo las garras del director han tenido una base inevitable en el -uadro de una escuela teatral dada. CA eH Se BEELER ae EL DIRECTOR 151 El director de teatro de convencién consciente cay6 también en esta misma situacién, pero desde otro punto de vista Puso la convencién en el primer rango de sus preocupaciones y se esforz6 para este efecto en ahogar enel actor el ser concreto que le servia de material, para hacerlo entrar a un cuadro convencional y hacer que su emoci6n y las formas reales que 6! ha creado fueran convencionales; el director del teatro de la convencién consciente y el del teatro naturalista, se encontraron obligados a prohibir al actor el empleo de sus materiales én su actividad artistica. En el teatro naturalista, el actor hubiera destruido la reconstitucién ilusoria de la vida, en el teatro de la convencién consciente, hubiera de- rrumbado la construccién también ilusoria de la no-vida, toda esta estructura mecanizada para la cual este teatro existe, El director del teatro de la convenci6n consciente somete también al actor un principioerréneo, extraio a su artey a si mismo, lo derruniba inevitablemente para justificar la opinién derramada de una dictadura del director y de su fatalidad. Esta empresa no toma para nada el papel del director en el teatro, es solo una secuencia de las, escuelas mencionadas cuyos directores fueron los promotores. La posicién errénea del director no es una consecuencia de la aberracién del fenémeno montaje en general, son Jas malas orientaciones adaptadas por estos directores. Por eso es absurdo concluir que el director es en general un fendmeno anormal del teatro, que no puede faltar para obstruir el arte del actor y que, con la evolucién y el renacimiento del teatro esté condenadoa degenerarse o desaparecer Este punto de vista de Valeri Brioussov también es falso pues para éste el director del teatro se asemeja a un redactor en cuanto a ser el jefe de una revista, No, el papel del director es enorme, y entre més el teatro se perfeccione, mas se revelaré su naturaleza profunda, y més él legard a ser importante, pues el director seré también la encarnacién del autor dramAtico en cuanto a que inventara y ejecutaré algtin argumento con los actores en una creacién colectiva. Sin embargo, todavia existe en nuestra 6poca un teatro en el cual no entendemos las re- criminaciones en cuanto a la moda sobre la d tadura del director, aunque este personaje tenga ahfla situacién que acabo de sefialar. Ahora hablaré del ballet. Siustedes examinan con mucho cuidado elarte del ballet y el papel que tiene ahi el maitre de ballet, tendrén la impresién que el director es, mucho més despético que en cualquier otro teatro, que ahfacaba con el actor mas queen nin- gin otro acto creativo. En el trabajo comin el maestro de ballet dibuja todo el papel hasta los detalles mas int Prevee no solamente cada movimiento fundamental de una bailarina, sino también todos sus pasos, la manera de voltear la cabeza, ‘un gesto del brazo, dela mano, a veces hasta de ‘un pequefio dedo; sin embargo, nunca logra en- tender si alguien se queja de la dictadura del di- rector. Y esto porque el arte del ballet es en su esencia, el menos obstaculizado de elementos ac- cesorios, porque la naturaleza real del teatro se conserva en su forma mas pura formada por Ia Ginica escuela que aportaa la maestria del actor, una considerable importancia especifica, el mai- trede ballet y el actor se entienden plenamente. = = —— Pe Pa = = = Ss Pay per PS — Po — Pa = = Ss = = ES Tair = = = =a = Pr = = Ss Ss Per] = cy ons — oa = i = = = ES 152 ALEXANDR TAIROV El artista del ballet, hombre o mujer, sabe que el dibujo establecido en comtin con el maftre de ballet, no le impide mostrar su arte individual, sino por el contrario se lo permite, pues la forma dada ‘odefinida por el mafire de ballet después de muchas bésquedas, descansa sobre un inventario riguroso de todas las fuentes personales de cada intérprete, en la perspectiva artistica general de toda la repre- sentacion. ‘La forma asi elaborada no molesta al artista, por el contrario tiene la certeza que las emociones que 61 esté plasmando, lejos de sumergirlo se expresarén justamente através de las formas, gracias & las cuales el espectador percibiré su arte con mAs vigor, refinamiento y alegria. Desgraciadamente, el formalismo y algunos otros fenémenos, perturban las relaciones entre actores y directores en el ballet. Pero cada escena debe proceder asi para seguir una via justa y eficaz enel plan teatral. ‘Si un teatro se mantiene firmemente a la accién escénica, si no obedece ni al naturalismo ni a la convencién, sino cae bajo la influencia de la literatura o la pintura, si su meta y dnica raz6n de ser se concentra en mostrar al maximo la voluntad creadora del actor, en hacer vibrar sus materiales con toda su riqueza; en atraer y someter al espectador, no se puede hablar deninguna dictacura del director. Toda la mision del director consistiré justamente en ayudar al actor a encontrar una forma escénica, en darle una base sélida; apoy4ndose en ella, el actor podra facilmente manifestar toda la Fiqueza de sus facultades, ya que en el juego de sus facetas con mil estallidos reside todo el encanto, toda la alegria y toda la fuerza de la representaci6n teatral. El arte del director se expresa esencialmente en la preparaci6n del espectéculo. Este proceso se descompone en algunas frases fundamentales, y lo primero para mi es la concepcién artistica del espectculo. ‘Una verdadera representacién teatral oscila fatalmente entre dos polos —el misterio y la arle~ quinada-. Asi mismo, toma de cada espectéculo, cada montaje, formas particulares, originales y inicas. Pensar Ia forma de un espectdculo y respetar la colectividad que lo crea, sus fuerzas e intereses Y Ia aspiracion dindmica que siente en un momento dado, es la primera mnisién del director. Después de descubrirlo y tener una visin concreta, él puede como meta crear buscar un argumento 0 una obra. (Le Thédtre Libéré. La cite-L'age D’Home. 1974, pp. 71-75. Traducci6n: Pilar Ortiz) ‘Alexandr Tairov (1885-1950). EI Teatro de Cémara de Moscti que Tairov inaugurara en 1914, fuela itima gran aventura del teatro ruso independiente antes de la revoluci6n.” Durante muchos afios Tairov cuestion6 el estilo de direccién naturalista de Stanislavski y el de Meyerhold simbolista de lov aos 1906-1908, en tanto que se ocupaba en conformar su propio estilo a través del dispositivo escénico y 1 juego del actor. ‘A finales de los cuarentas y al igual que Meyerhold, fue acusado de niilista, ormalista y enemigo del teatro soviético, por lo que fue obligado a abandonar el Teatro de Camara de Mosco. En 1950 olvidado y en desgracia, Tairov fallece en el hospital del Kremlin.

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