Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Rapoport, Mario. Historia Económica, Política y Social de La Argentina, 1880-2000 Nueva
Rapoport, Mario. Historia Económica, Política y Social de La Argentina, 1880-2000 Nueva
C oi .abqradqhes
HISTORIA ECONOMICA,
POLITICA Y SOCIAL
DE LA ARGENTINA
(1880- 2000)
HEDIClOflES mflCCHI
BUENOS AIRES - BOGOTA - CARACAS - MEXICO, DF
I.S B N.: y50-537-583-2
Segunda edición
Todos los derechos reservados
Hecho el depósito que marca la ley i 1.723
M A C C H I G RUPO liD ITQ R S.A.
2003 0 by ED IC IO N E S M A C C H l
Córdoba 2015 - (C ! 120AAC)
Tel. y Fax (54-1!) 4'J6!-8355
Alsina 1535/37 -(C1088AAM)
Tel. (54-I I ) 4375-1195
(líneas roiúiivas)
ttiK {54-11)4375-1870
Buenos Aires - Argentina
htip://www.macchi.com
e-mail: iufo®1macchi.com
CApiiub 1
E l M o d e lo A q R O E x p o R T ftd o R ( 1 3 8 0 ' 1 9 ] 4 )
Gipíiulo 2
E c o n o m ía y s o c ie d a d rw lo s a ñ o s ' 2 0 (3 9 1 4 - 1 9 5 0 )
CAjiiiulo J
(1950-1945)
3 . 13. La Segun da Q u errá M undial y sus rep ercusio nes e c o n ó m ic a s .......................... 333
3 .1 3.1 . Los problem as del c o m e rcio exterior y el * e c to r a g ro p e c u a rio ........... 333
3 .13.2, Los efectos de la guerra so bre el sec to r in d u s tria l, ................................. 3 3il
3.14. E l C o n sejo ríacional de Posguerra y los debaLes sobre la industrialización .... 341
C A p ÍT u Io 4
L o s q o b iE iíw o s p e r o n is t a s ( I 9 4 6 .- 1 9 5 5 )
4.5. Pob lación, p o lítica social y cond icio nes de v i d a ................................................. 371
Capítulo 5
U na décAflA de ¡NESiftbilidAd (1 9 5 5 ^ 1 9 6 6 )
Capítulo 6
C a [)Íi i Io 7
L a dicTAduiíA m í I ítar y I a c r í s í s e c o n ó m íc a ( ] 9 7 6 - 1 9 8 5 )
C a p ítu lo f l
R e t o r n o a U d e iv io c n A c iA y NE0l¡t>ERAl¡sM0 (1 9 8 5 - - 1 9 9 9 )
CftpÍTtilo 9
Bibliografía 1 107
I n t r o c I u c c íó n
(1) Uno de ellos, escrito en los artos '40, se llama directamente, flrgentlnc Ridcllr (El
enigmaargentino), Fur. mérito por FluxWcil, yes uno d t los m is penetrantes ensayos sobre
la sociedad angcntiria de la época.
Puede ser que Icnga que ver con ello una serle de mitos qutí se han instalado
en lasociedad y que perturban la visión de ese pasado. Cuanto másgrarifles fueron
c n algú n momento [as ex peclativas y Ios sueños de la gen te. t uviesen o no u na base
real, más se tiende a mitificar lo que ocurrió y a mirar con un lente deformante la
idealidad que nos circunda. Aunque el conocimiento de la historia no tiene la
alquimia que nos permita descubrirel oro de la verdad, si sus basesse correspon
den con percepciones erróneas, es mayor el riesgo quecorremOS ele equivocarnos
en la apreciación de nuestro presente. O d e_que nos induzcan a apreciarlo
equivocadamente, si esos milos son utilizados, como sucede con frecuencia, para
justificar políticas en curso.
Esto, en verdad, no constituye un defecto propio de los argentinos. Hace pocos
años, en un libro sugestivo, un economista e historiador be lija, F'mn BArnocn. puso
en cuestión una quincena de milos que pueblan la historia económica mundial, y
que son comúnmente aceptados no sólo por la opinión pública en general, sino
lambién por mu clios estudiosos, dem ostra ndo la falsedad o poca sol idez em pírica
de todos ellos ('). Baihoch demuestra en ese libro, entre otras cosas, y a través de
un amplio manejo de hechos y estadísticas, que el siglo XIX no constituyó el
reinado del librecambio absoluto, sustentado en las lecturas de Atjam Smitmy David
Ricardo, como los especialistas suelen afirmar. Esa fue apenas una realidad que
existió a partir de mediados de! siglo y para la paite dei mundo dominada
económicamente por la presencia industrial y íinancieradel Imperio Británico, De
haber sido tal como la imagen mítica nos lo presenta, los Estados Unidos y
Alemania serian hoy, quizá, países del Tercer Mundo, productores de materias
primas y productos scrnielaborados y compradores de bienes de capital y
manufacturas. Pero los hechos no sucedieron asi. Esas naciones se transformaron
en potencias industriales practicando un cerrado proteccionismo, basado en tas
ideas de HAr-nucin y List, un norteamericano y un alemán, y no en las de los
economistas clásicos británicos, que sirvieron, en cambio, para la expansión y
consolidación de su propio país como potencia hcgcmónica de la época.
|2) El libro de I^IJI, l>uiux II su tiLuIa en Ingles. Cc:onom¡cs aad Warlcl llistory ^N ythes and
P jtniüaxes y Tire publicado también en francés, cuya edición utilizamos en nuestra bibliogra
fía. Sobrelafíguniynbraílc Uaikoch, fallecí do recientemente, cf. Bhobiii, Ansiar, 'FanlIJalroch
(1930-1999)' en Ciclos en la historia, la econom ía y ln saciedad, ri’ 15. segundo semestre
de 1999- La palabra 'm it o ' aplicadatilo s renómenuseconómicos, penque también puede
extendeise a los pnliticusy sociales. tal romo la dellne Bmimcmy que nosotros acoplamos,
constituye 'la falsa percepción de un fenómeno de la h is t o r ia económica compartida por
muclíos economistas y especinilila s e n cien cías sociales as i como por la opinión pí¡ bllea c n
general". Su origen viene del (¡riego nivllros, y significa fábula o leyenda, aunque los
diccionarios reconocen que los mitos simbolizan determinados aspectos profundos de la
vida Humana y representan una forma primaria de encarar la experiencia.
En un libio también reciente, Amjo Femíh señala cómo se lia creado otro mito
acerca del proceso de globalización, que representaría un punto de in f l e x i ó n en
la historia de la humanidad y caracterizaría a la sociedad de nuestra época. Aunque
la idea de un mundo globalízado, en el que toctos los habitantes del planeta sienten
cl impacto de hechos que suceden a gran distancia de sus propios hogares y en
forma casi simultanea, tiene que ver con los inmensos cambios tecnológicos
acLuales, responde, en realidad, a un proceso que posee una antigüedad de cinco
siglos, cuando se verifican "simultáneamente dos condiciones: el aumento de la
productividad de trabajo y un orden económico mundial. En ausencia de una o
ambas de estas condiciones —afirma Ff.Ritf.H-— no se plantea el dilema del
desarrollo en un mundo global" y este dilema comienza en el siglo XV
Del igual modo, los mitos que predominan en la historia argentina son también
numerosos. Como, por ejemplo, la idea de que el país estuvo alguna vez, hacia las
primeras décadas del siglo XX, entre los más avanzados del mundo por el nivel de
vida de sus habitantes (o también que fue cl "granero del mundo"), O cl que
sostiene que la decadencia argentina comenzó en los años '40 con cl proceso de
industrialización y las polillcas económicas intervencionistas. O los que surgen de
creer que las alternativas económicas se reducen a tomar decisiones sobre un
puñado de antinomias que no pueden evitarse. O, si nos referimos al ámbito
político, aquel que señala que en los años '30 Se interrumpió un proceso de
cincuenta anos de gobiernos constitucionales, dañando seriamente las institucio
nes democráticas y comenzando un ciclo de inestabilidad e incertidumbre que se
mantuvo hasta el fin de la última dictadura militar, en ¡a década de 1980,0, para
finalizar con los ejemplos, el que afirma que un error fundamental de los gobiernos
argentinos estuvo en la creciente tendencia a la autonomización del país con
respecto al mundo y, sobre todo, en sus niveles de confrontación con las grandes
potencias hcgemónicas.
Ho es casual que la gente se pregunte por qué el país al que muchos
intelectuales y estadistas prestigiosos le predijeron un porvenir semejante al délos
Estados Unidos, y al que vinieron esperanzados millones de inmigrantes, padece
desde hace décadas crisis interminables y no puede despegar del segundo pelotón
de naciones en desarrollo; pera sí resulla extraño que se despierten nostalgias de
un modCío agroCíportador, exitoso en ciertos aspectos pem !¡mítado e irrcpelible,
que la Argentina nosapo superar para equipararse alas sociedades industrializadas
modernas.
Tampoco parece razonable que se asocien muchos de los fracasos de los
últimos sesenta aftos a un proceso de industrialización y de participación del
(35 Fruncn, Auia Historia de la jjIoDaiizadón. Orígenes del orden económico mundial,
Buenos Aires, 1396. pág. 12. Cf. también Bnmno, Miun J.; BcnriMHujn, Rumn U; Qmcm Hni.irtA.
fuinMino K. ySMWíiKJ..loku&H. £.. Historia económica y social general, Buenos Aires. IUQE;
RAiT3rDHT, M a ib ií , “La globatizaclón económica; ideologías, realidad, historia', en Ciclas en la
historia, tu economía y la sociedad, I T 12, p r im e r s e m e s t r e d e IÍ1Ü7,
Estado en la economía que fue, sin embargo, la base del despegue económico en
otros países. En este caso, la respuesta debería estar, como veremos a lo largo fiel
libro, (10 tanto en el éxito o el fracaso del proceso en sí. Sino en la combinación
de circunslandas políticas y económicas que desembocaron en el caos y
desintegración de los años 70.
Cu la comprensión de las políticas económicas tos mitos toman también la
forma de opciones aparentemente inevitables: endeudamiento externo vs. ahorro
interno; hiperinflncíún vs. convertibilidad y desocupación; estatizadón is. libertad
absoluta de los mercados; políticas de bienestar vs. flexibilidad y Competitividad.
En los últimos tiempos, una nueva antinomia, yloballzacion vs, políticas naciona
les, hace asumir a muchos lo exlstenciadeun proceso económico irreversible, que
no reconoce fronteras ni alternativas y cuya aceptación constituye una decisión
obligada.
Otra cuestión crucial que atraviesa la historia argentina es la interrupción de
los procesos democráticos a través de las intervenciones militares. Sin embargo,
los flolpes de Estado, en los que también participaron civiles, no fueron, como
suele pensarse, los únicos que aLacaron los fundamentos del sISLema democráti
co, sino también tuvieron que ver [o existencia de gobiernos fraudulentos, las
proscripciones tic distinto tipo, la utilización del aparato de Estado, aun en
gobiernos constitucionales, para mantener o afirmar et poder a costa de los
adversarios y, sobre todo, las violentas rivalidades políticas que recorren todo
nuestro pasado.
Respecto de la vinculación con el mundo, la historia parece también no ser
bien leída por algunos sectores. Desde fines del siglo XIX, la Argentina estuvo por
muchos anos más cerca de Europa que de Latinoamérica; los capitales, la mano
de obra, las costumbres, las modas, venían todos del Viejo Mundo, fue con el
respaldo de sus vínculos europeos que el país (al menos en el pensamiento de
ciertos círculos dirigenics) pudo amenazar erigirse en un rival potencial de ios
Estados Unidos en el continente. Las corrientes nacionalistas que surgieron en los
años '30 y se prolongaron con el primer peronismo continuaron, aunque con un
signo distinto, la tradición de dispuLas con el pais del norte, sin embargo, lo que
a fines de la década de 1990 se anunció como una novedad, el acoplamiento a la
política norteamericana en el mundo, es decir, a la potencia hegemónica del
momento, resultó más bicn'una vuelta al pasado, cuando algunos pensaban que.
el país era una ‘colonia Informal" del Imperio Británico, lo que en ese entonces se
daba a conocer eufemisticamente como "relaciones privilegiadas".
liste libro prelende ayudar a resolver éstas y otras cuestiones. Para ello, se
alieve a romper los muros muchas veces existen Les entre ios fenómenos econó
micos, políticos y sociales. Cada uno tiene su espacio y se halla, a su ver, articulado
con los otros. Como veremos, las crisis económicas y sociales y las crisis políticas
no se correlacionan siempre, aunque es difícil explicar la evolución económica y
social sin examinar los cambios políticos o viceversa.
Cada capitulóse abre, por otra parle, con un análisis económico y político de
la coyuntura internacional, Hueslra propia historia está insertada en la del mundo
y es imposible Comprender, por ejemplo, procesos económicos o políticos como
el de la intervención del Estado en los años '30. el de los gol|>es militares en los
años "00 y '70. o el de las privatizaciones en los años '90. sin comprender lo que
ocurrió en el contexto mundial en esas épocas (crisis económica, predominio de
las doctrinas de la 'seguridad nacional", derrumbe del comunismo y liberalización
de las economías, respectivamente).
liemos tratado también de compatibiiizar. en la medida de lo posible, los
tiempos históricos. Elegimos asi una periodización de los capítulos en función de
los procesos o acontecimientos, políticos o económicos, que. a nuestro juicio,
mejor los encuadraban. Por eso, algunos de ellos coinciden con la gestión de
determinados gobiernos y otros con periodos históricos más extensos. En la
lectura de cada uno se encontrará la justificación de la elección realizada.
Preferimos, por ejemplo, analizar los orígenes del peronismo en el cap. 3 y la
gestión de los gobiernos de este signo político en el cap. 4. Fue una decisión difícil,
porque la llegada del peronismo cerraba una época, aunque abría, asimismo, una
nueva. Los lectores dirán si esa elección resultó o no acertada, pero comprobarán
que no se pierde continuidad entre uno y otro capitulo.
Otro desafio fue separar, en tanto fuera factible, las políticas económicas de
la evolución de los sectores económicos. Esto nos crea un problema adicional de
pciiodización. pero creemos que no dificulta ni la facilidad de la lectura ni su
comprensión. En cualquier caso se examinan, por un lado, el impacto de las
políticas económicas sobre las distintas variables que marcan al evolución de la
economía y, por otro, los procesos estructurales que se desarrollan más allá de los
efectos de esas políticas y vienen del pasado.
Estudiamos también en forma separada los acontecimientos políticos de los
que corresponden a la historia de los movimientos sociales y de las organizaciones
socioeconómicas, dando un espacio especifico a los problemas de población y
condiciones de vida. Dedicamos, además, un apartado especial a la ubicación del
país en el mundo y a su política exterior, vinculándolas estrechamente con la
política interna y la evolución de la coyuntura internacional. Esto nos brinda una
visión integral de los procesos históricos.
Finalmente, consagramos el último capitulo a un análisis de los caminos que
llevaron ai actual proceso de integración regional a partir, sobre todo, del seguimien
to de l.is relaciones entre la Argentina y Brasil, asi como de un estudio histórico
comparado de los principales indicadores económicos y políticos de ambos países.
Podemos determinar, de esc modo, los impulsos y obstáculos que marcaron la
construcción del Mercosur, evaluando los grados de convergencia actuales y sus
perspectivas futuras.
El libro abarca un vasto periodo, desde la consolidación de la unidad nacional
en 1880. hasta el último gobierno de M m . finalizando el siglo que se fue. En este
sentido, no nos inquieta acercarnos a la actualidad aunque podamos perder algo
de perspectiva o de rigor histórico. Lo fascinante de la historia es que constituye
un camino de doble vía. Nos remite al pasado para entender las señales del
presente, pero nos da también los instrumentos para encontrar en el presente las
huellas indelebles del pasado.
El Modtlo AgnoExpoRiAtioH ( 1 8 8 0 ' 1 9 1 4 )
H evh y S k .u u i c k . 1885
IX A N D K O N . A L tM , 1 8 9 0
J uan B. J is t o , 1899
1 .1 . LA ECONOM IA MUNDIAL Y EL ROL DE GRAN BRETAÑA
(31 Cf. AriusjMi, Oiovas-i. The Long Twcntícth Ccntury. UHuiros 1004.
el librecam bio com enzaba a ser la "excepción", y el proteccionismo, la "icgla".
pues, com o ocurrió en distintas etapas de la historia del capitalismo, las políticas
liberales no constituyeron una causa, sino m ás bien la consecuencia del alto nivel
de desarrollo económ ico previo (y protegido) de los países que las practicaban y
que les daban condiciones superiores de competitivídad (*). De todas formas,
(rente a ese desalío, el Reino Unido procuró dar una respuesta expandiendo sus
exportaciones de capital y dirigiendo su com ercio hacia los mercados protegidos
de su imperio y hacia los del mundo periférico.
Se abrió asi una nueva etapa en la econom ía internacional, caracterizada por
la diversificación del poder económ ico mundial, una estructura comercial con
mayores restricciones y un nuevo y creciente rol de los m ovimientos de capital.
La comparación entre las tasas de crecim iento a largo plazo de los principales
países industrializados en el periodo 1070/71-1015 muestra la lentitud del
desarrollo de la econom ía británica en esa época y la mayor compctitividad de sus
rivales.
Fucnlc Alocuo t, Dmm H. (ccrnp ), The D ew lepm cnl ot Bnt.sh Induslry and Fcrcign
Compdibon 1875-19U Londres, 1508
Gráfico I, I. fasas de crecim iento a largo plazo (porcentaje anual 1870/71 - 1913)
de Gran Bretaña. Estados Unidos y Alemania.
(4113x1*00!. t’*i>L, iVrt/ies e l ¡hiuidoxcs de I liisto lrc iconom iquc. I’arív 1995. [>.iqv 31-
47. Ll principal teórico del proteccionismo (uc el economista aloman l'wtiwicn List, en su libro
The National Sjntrm o l ro lilic a l Cconomy. editado por primera vez en IB41.
La desaceleración del ritmo de crecimiento de la economía insular se advierte
si comparamos los cincuenta anos que van de 1820 a 1870. que registran tasas
de crecimiento del 3 al 5.5 'Vi anual, con el ¡x'riodo posterior, hasta la Primera
Guerra Mundial, cuando esas tasas variaron entre un 1.5 y un 2.8 anual. Este
proceso de declinación se observa claramente en los sectores básicos de la
Industria, donde Oran Orclaña se vio desplazada del primer lugar, hacía linos de
siglo, por otras naciones. Cn 1890, los listados Unidos ya la superaban cn la
producción de hierro y acero; y cn 1914, fue aventajada |>or Alemania. Aun en la
industria carbonífera, uno de los pilares del desarrollo económ ico británico, se
produjo una pronunciada declinación de la productividad |>cr cápila. que descen
dió de 403 toneladas en 1881 a 509 toneladas cn 191 I. V aunque a comienzos
de la Primera ü u e n a Mundial la producción y las exportaciones de carbón
provenientes de las islas siguieron aumentando, desde 1900. los lita d o s Unidos
se encontraron también a la vanguardia cn la producción de esc mineral, que cn
aquella época era el principal ptoduclo energético (').
Las razones que se han dado para explicar esta situación son de diversa índole;
económicas, políticas, y aun sociológicas. Pero no c.ibc duda de que el principal
motivo debe buscarse cn la usura que significó para el Reino Unido ser el primer
poder industrial del mundo y mantenerse durante largo tiem|>o en posiciones de
liderazgo, tilo le dificultó modernizar su estructura productiva a fin de ponerla a
la altura de la de sus jóvenes rivales, que se iniciaron con tecnologías m ucho más
avanzadas y en rubros hasta entonces no desarrollados por la industria británica,
como materiales eléctricos, productos químicos y nuevos tipos de maquinarias.
Kn verdad, las acum ulaciones pasadas de riqueza, la expansión colonial, la
existencia de mercados "cautivos" y el |>odcr financiero de la "City" (que permitió
expandir las inversiones externas y regular los movimientos internacionales de
capital) privaron a la economía inglesa de incentivos para la renovación tecnoló
gica o el cambio de sus estructuras.
El comercio exterior, elemento vital para el crecim iento de esa economía, se
vio también afectado. En 1070. la participación británica en el comercio mundial
llegaba casi al 20 i y en el orden interno representaba para cada habitante la suma
de 17.7 libras esterlinas, mientras que cn el caso de franela su com ercio exterior
per cápila era de (5.5 libras.- en el de Alemania, de 5.6 libras, y cn el de los Estados
Unidos, de 4,9 libras. A partir de la década de 1000, sin embargo, dicha
participación comenzó a declinar: ya era del 18,2 . cn el periodo 1891-1895 y del
14.5 en 1911-1915. Esa evolución adversa irá acom pañada por cambios
significativos cn la dirección del intercambio y cn la composición de la balanza de
pagos.
(5) I4*u*ui. P. 5. 5 Ni-uv, G. L., tiritar» and A n ic rita/i. ,4 Stutly o f Cconomic C/MW|e.
landres. 1970, 154 y siglos.: p K Ju nfn iJi. II. ti., y OsMt. J.. H istoih)
económ ica ile l.i Europa moderna. México. 1957. pág 203.
r.ntrc 1870 y 1913. el comercio tic exportación c importación británico
experimentó im poitantcs modificaciones. En ese periododisminuyeron las ex|>or-
tacioncs a Europa y a los Estados Unidos en más de un 8 [:i). mientras que se
incrementó en igu.il proporción la participación de los países periféricos. Asimis
mo. las importaciones de m alcrías primas y alimentos desde los Estados Unidos
y los países europeos lucron reemplazadas paulatinamente por las de las áreas de
nuevo poblamicnto. colonias y países atrasados.
Tuvo particular importancia la reducción de algunas exportaciones norteame
ricanas de productos primarios, cuando el país del Norte se orientó decididamente
— luego de la guerra civil— a profundizar su proceso de industrialización y su
mercado interno comenzó a absorber parle de los saldos exportables agrarios.
Oran Bretaña, cuyo propio desarrollo industrial dependía de esos productos, logró
sustituir a su antigua colonia acelerando la incor|x>ración al mercado mundial de
nuevos países proveedores, entre ellos, la Argentina.
En cuanto a la balanza de pagos, en la década de 1870 los ingleses ya
financiaban una parte do sus importaciones con los llam ados‘ ingresos inv isibles*.
Desde mediados de siglo, el Reino Unido se estaba transformando en un gran
exportador de capitales, especialmente a través de empresas ferroviarias y
prestamos gubernamentales y. en menor medida, de industrias extractivas o de
transformación de productos primarios, plantaciones, compañías de tierras,
bancos y empresas de servicios públicos. El retorno de esas inversiones, altamente
rentables, junto con los ingresos provenientes de fletes, seguros y otros servicios
financieros compensaron ampliamente los repetidos déficit en la balanza comer
cial. Entre 1870 y 1913 los capitales colocados en el exterior se incrementaron casi
cuatro veces, mientras que el flujo de ingresos invisibles pegó un sallo aun mayor:
aumentó más de seis veces entre mediados y fines del siglo. En la década i U(>-1
1873 sólo el 12 % de las importaciones se pagaba con esos ingresos en tanto que
para 1894-1903 esa proporción se había duplicado y llegaba al 23.9 °h . En forma
paralela, también se modificaron las áreas de inversión, tiacia 1850, Euro|>a y los
Estados Unidos habían recibido el 50 c.'j del total de las inversiones externas, pero
en 1890 entre los países del Imperio, y en especial los dominios "blancos"
— Canadá. Australia. Mueva Zelanda y Africa del Sur y los países latinoamericanos,
y en este caso sobre todo la Argentina donde se radicó el grueso de las inversiones
realizadas en el subcontinente— poseían el 67 de esos capitales ('). El cuadro
I . I refleja estas alternativas.
El sistema se completaba con la existencia tlel llamado "patrón oro", tiran
Bretaña habia establecido una equivalencia entre el metal \ la libra esterlina en
1816. Otros países, siguiendo estrictamente un patrón oro o un patrón bimetálico
loro y platal, lo instauraron entre 1870 y 1890. ti patrón oro permitía establecer
un m ecanism o de cam bios fijos entre las distintas divisas con base en su
correspondencia común con el metal.
O u Citribucion Se tos rg.-eses in.is.bics correspondo a tos periodos !863-1374, 1895-1904y 1E00-1KS.
(“ ) las rvers-ones cn el ei'.cr.ct ca-responJc-n a tos anos 1670.1635 y 1913
Elaboración ptcp-3
Fuente B»o»€u.P, yMvui. G . BrOtivrtAtrerxjn ASíjdyelEccr.orxCnange. 1859(930, Londres, 1970;
tactor-es Uroías, ti finjnciVKitnto etierno <¡eAts.-.cj Uíra. Nw>va YorX. 1964
Cuadro 1,1. B tlú n zí de pagos británica. Inversiones e ingresos Invisibles (1870-1913) (en
m illones de libras esterlinas).
(7) Cf. Mohssawm, !>k J., 1.i era del hniHTW, IU75 I9 I4 . Buenos Aires, I99U.
(O) 1Smmikm, P. (1995', pátis. 02*65.
En realidad, aunque Oran Bretaña parecía en la cúspide de su poder económ i
co y financiero (lo que era cierto, sobre lodo para la "C ily" londinense que
conservaba su predominio en las finan zas internacionales), existía ya una plurali
dad de centros económicos de nivel similar que se disputaban los mercados
mundiales. I’.l comercio internacional estaba abandonando las formas típicas del
librecambio para depender cada vez más de los movimientos de capital, de la
creciente concentración del |x><1er económico en pocas empresas y de la expan
sión colonial: centrada esta última no solamente en la conquista de nuevos
mercados y fuentes de abastecimiento, sino también en la necesidad de contener
la presencia de las otras potencias y extender las áreas de influencia.
Inglaterra, en particular, compensó la pérdida de mercados intensificando sus
relaciones con los paises del Imperio y con el mundo subdesarrollado; pero, como
dice ttoRSMwM, la economía británica vivía ya de "los restos de su monopolio, del
mundo subdesarrollado. de las acum ulaciones pasadas de riqueza y del auge de
sus rivales; era. en realidad, una economía parasitaria' (“>.
Es preciso destacar esle hecho, porque, com o vimos, el comienzo del fin de
la importancia del Reino Unido en la economía mundial puede situarse ya a
principios de siqlo, cuando aparecen algunos signos inquietantes de declinación
en su poder industrial. Para poner una fecha, la Primera Querrá Mundial es la que
decide la suerte de Inglaterra, ya que cae en forma abrupta su participación en el
comercio mundial y crece la de otros paises del mundo occidental, fundamental
mente la de los Estados Unidos.
De lodos modos, hacía fines del siglo XIX y principios del XX. los factores de
la producción, el capital y la m ano de obra se movilizaban hacia los paises
periféricos, en especial los 'espacios abiertos’ de escasa población y grandes
recursos naturales, mientras se recibían en retorno dividendos c intereses, lo que
acrecentaba la acumulación de capitales y materias primas y alimentos, estimulan
do la exportación de manufacturas. En el caso de la mano de obra, se aliviaban
también las consecuencias de la crisis económ ica europea de lines de siglo que
afectó sobre todo a las zonas más atrasadas del continente. Pero el libre
intercambio de productos estaba condicionado por esos movimientos de capital
y por la competencia de los paises centrales.
Para muchas naciones, como la Argentina, la inserción en los mercados
mundiales iba a asum irlas características de una relación cada vez más asimétrica,
y el sistema multilateral de comercio y pagos reforzaba esle fenóm eno en vez de
limitarlo. Los ciclos económicos de las economías periféricas estaban subordina
dos a los de los paises industrializados, impidiendo un m anejo propio de los
instrumentos económicos y financieros, lo que se ponía en evidencia en ocasión
de las profundas crisis de balanza de pagos. La llamada 'coyuntura Inversa” , es
decir, la relación "inversa" entre las fases coyunturalcs de Inglaterra y la de las
naciones periféricas vinculadas a ella, posibilitaba que en las fases ascendentes
(10) Cf. IVt.-mh. Km:. Obras. l ’J IO I'JA'J. tomo IV. IJuenos Aires. 1991-1993.
En esa ¿poca se elabora el cuerpo doctrinario de ¡deas que dará íorirui a lo que
algunos «tutores denominaron 'proyecto del '8 0 '. Que constituyó más bien una
asociación significativa entre un conjunto de ideas y de hechos, gestada en las
décadas previas c impulsada ¡>or pensadores y estadistas que. com o A lbckdi, M ithí:.
S ahmifjtto, A vuiatcoa . V hixí S aks:u u >y otros, combatieron a Rosvs. y luego de su
caída pugnaron por reorganizar el pais con criterios modernos y ópticas de signo
liberal que correspondían a intereses y grupos de poder cuyo difícil proceso de
homogencizacíón se lograría a través del accionar polítíco de Roca, años más tarde.
Air.íKin. el principal mentor ideológico del liberalismo argentino, señaló la
superioridad del empresario privado sobre el Estado en tanto agente promotor del
progreso económico. Siguiendo a A dam S nijm . sostuvo que "...las sociedades que
esperan su felicidad de la mano de sus gobiernos, esperan una cosa que es
contraria a la naturaleza (...I; no hay medio más poderoso y eficaz de hacer la
grandeza del cuerpo social, que dejar a cada uno de sus miembros individuales el
cuidado y poder pleno de labrar su personal engrandecimiento" ( " i.
Criticaba, además, explícitamente, los sistemas económicos cn los cuales se
basaban los dos modelos más importantes de democracia política que existían
entonces: el francés y el norteamericano. Respecto del primero, decía que había
desconoc ¡do y iierseguido la libertad de comercio haciendo de las aduanas un arma
de guerra. En cuanto al segundo, tampoco era un ejemplo ni cn materia económica
ni en política exterior, pues protegía su industria y su marina contra la competencia
externa, mientras que cn la Argentina no había "fábricas ni m arinas' ('-).
Pero el espectro ideológico no se agotaba allí, pues también surgieron, aunque
más confusamente, modelos alternativos, com o el de Mamado P kagitiko cn el
gobierno de la Confederación, que tenía acentos nacionalistas y socializantes. O
el de aquellos que cn el famoso debate sobre la Ley de Aduanas, entre 1873 y
I87G. cn plena crisis económica, planteaban un cam ino también diferente,
basado en el proteccionismo y la industrialización, com o V iccstc fioii Lorcz, C arlos
Prj.U'.QKRi o Mm i x i Case .
Esta última confrontación resulta particularmente interesante, por cuanto la
mayoría de los proteccionistas que cuestionaban la |x>lítíca del gobierno provenían
de las élites tradicionales y formarían parte, años después, del grupo que consolidó
el modelo agroe.xportador. de carácter eminentemente librecambista. Es que los
debates ponían de manifiesto el agotamiento de un ciclo económ ico (el de la lana)
y político (caracterizado aún |ior el conflicto entre Buenos Aíres y el interior) y la
apertura de un breve pero intenso lapso de discusión sobre la dirección de las
transformaciones por venir. La confluencia de experimentos exitosos cn materia
(141 liotAN*. fUm io. "El proceso político: la era conservadora. I8 8 0 -I9 I6 ". cn C urso
integral de historia arqcnt/na. Buenos Aires. 197!), pág. 17,
1 .3 . L A EVOLUCION POLITICA
(15) Ovílak, Oma*. La form ación d e l Estado argentino. Buenos Aires. 1997. p.ig. 26*.
(16) tknuvi. flMHjn. O orden conservador. Buenos Aires, 1985. pág 127.
de hegemonía gubernam ental' desplegado 'tanto sobre la gran mayoría de la
población, pasiva y no intcrvlnienle. com o sobre los miembros pertenecientes al
estrato superior que emprenden una actividad opositora' l ” ).
La construcción del Estado nacional implicó la integración social, política y
económ ica del pais en un orden coherente con las necesidades del crecimiento
económico. Para este objetivo, las autoridades nacionales contribuyeron decisiva
mente a la configuración de una clase dirigente nacional resultado de una alianza
entre Buenos Aires y el interior, con hegemonía de los sectores terratenientes
pampeanos, "cuya forma organizativa será la Liga de los Gobernadores y sobre
todo el Partido Autonomista n acion al' (PAN)
De esta manera, emergió un Estado estrechamente ligado a determinados
sectores económicos y sociales. La alta burocracia gubernamental que condujo
este proceso se integraba con hombres provenientes de la Universidad de buenos
Aires — y en menor grado de la Universidad de Córdoba— . sobre lodo de las
facultades de Derecho y Ciencias Sociales. Por ejemplo. Daimacio Vr.try SAHsrinn.
poderoso terrateniente bonaerense, fue un abogado prestigioso y, com o autor de
los códigos de Com ercio y Civil, contribuyó a delimitar el contenido jurídico de las
principales instituciones de carácter privado. "Era típico que los hijos de las clases
altas completasen su educación formal con un diploma de abogado, porque la
carrera política era también vocación común entre sus miembros y la preparación
para este rol era el estudio del Derecho" (''•).
Los políticos profesionales que operaban en el orden nacional —además de
pertenecer a familias en las que la educación universitaria era una norma—
poseían orígenes sociales similares y formaban un circulo muy cerrado: familias
tradicionales, estancieros, miembros de clubes selectos, com o el Club de Amias,
la Sociedad Kural y el Club del Progreso. En consecuencia, para posicionarse
dentro de la élite estatal, era más importante la pertenencia a estos grupos que la
afiliación a los partidos políticos; las dos terceras partes de los miembros del
Congreso pertenccian. por sus orígenes ocupacionales y educacionales, a la clase
alta. Los vínculos familiares y de amistad constituían un sólido reaseguro frenie a
las vicisitudes de los cam bios políticos. Era una oligarquía que se enriquecía y
disponía del poder político, al tiempo que, com o señala Frieis, "enviaba a sus hijos
a las escuelas privadas inglesas y hacía construir palacios en la avenida Klcbcr.
mientras que dejaba que en su paisse acumulara, al llegar 19 1A. el mayor volumen
per cáplta de intereses extranjeros de cualquier país del mundo" (•'").
(26) Rh-.wdo y B w rrJ K » , SvaiMio. Cl l'.n tiík í Demócrata nogresista. Buenos Alies.
1903. p.íg 17.
(271 Q.U.LO. E¿r.Q<tci, 'Política y .sociedad en Argentina. 1070-1916*. en Bernrii, LrMI:
(edil ). H istoria de A m érica Latina, lomo lo. Barcelona. 1992. púg. 62.
cn la década .siguiente' (*'’). En 1S75. un grupo conformado por artesanos,
pequeños |>atronos y algún empresario industrial de cierta importancia, muchos
de ellos inmigrantes europeos, creó el Club Industrial. Exigían la protección de los
intereses del pais y criticaban la política liberal de los gobiernos argentinos. En
1887. esta entidad se fusionó con el Centro Industrial, que representaba a los
propietarios agroíndustrialcs: dueños de Ingenios azucareros, vinateros, bodegue
ros o estancieros que tenían saladeros o frigoríficos. Así surgió la Unión Industrial
Argentina (UIAI. cuyos cargos relevantes fueron ocupados por miembros del
Centro que. cn ciertos casos, también ocupaban puestos prominentes cn la
Sociedad Kural. Los aqroindustrialcs sostuvieron posiciones intermedias entre los
librecambistas y los proteccionistas industriales. Ltwis opina que cn la bolsa de
Comercio (creada cn 1883). cn la Sociedad Rural o cn la Cámara Argentina de
Com ercio "se concertaban los acuerdos comerciales, y a menudo era en esas
oficinas, más que cn el Congreso o la Casa Rosada, donde se tomaban las
decisiones realmente importantes para el país’ <-'*►.
Los arrendatarios también se organizaron cn defensa de sus intereses. El
aumento del precio de los arrendamientos, dispuesto por los terratenientes,
agudizó el malestar de los agricultores del sur de Santa Fe y noroeste de Buenos
Aires. En 1912. una huelga iniciada cn Alcorta iSanta fe ) precipitó el nudcam icnto
de los arrendatarios cn la federación Agraria Argentina, tras el objetivo de
contribuir al mejoramiento material y moral de los agricultores.
El sistema impuesto por el roquismo. que consideraba las inversiones
extranjeras y la inmigración com o los elementos fundamentales del progreso era.
com o dijimos, cxcluyentc desde el punto de vísta político. Pruraun. aliado y amigo
de Roca, rompió con este en 19 0 1, por sus diferencias respecto de una propuesta
de hipotecar las rentas aduaneras a un consorcio de bancos extranjeros para
consolidar la deuda pública, c inmediatamente se transformó cn partidario de una
reforma electoral, a fin de terminar con los "gobiernos clcctorcs" leí presidente
saliente elegía su sucesor) y permitir una mayor participación ciudadana, f ue
creciendo entre los miembros más lúcidos de la clilc la ¡dea de realizar cambios
institucionales a nivel político, frente a la amenaza que representaban los
levantamientos radicales y la aparición de otras fuerzas opositoras fuera de
control. Surgió así en el marco de esa oligarquía un sector reformista, encabezado
por Josr. F iocihoa A lcoxta y Ro q ix S aemz Pr„iA. que sentaría las bases para esa reforma
electoral.
|2B) C iii« a >k >s i i . Jo>c C . 'L a crisis de 1866 y el proteccionismo argentina cn la década
del 70". cn DiTru.s. ToncuAruy ttAumm Dosbni, Tuuo. Los fragmentos del poder. Uui-nos Aires.
I9G9, pág. 210.
Í29l l.r.i»is. I’vui. La crisis del capitalismo argentino. Huirnos Aires, 1993. pág. 37.
En definitiva, ninguna de las manifestaciones violentas contra el orden
conserv ador, como las generadas por la crisis de 1890. las revoluciones radicales
de 1093 y 1905. las huelgas obreras de la primera década del siglo XX. o los
movimientos agrarios, plantearon un cucstionam icnto profundo de las políticas
económicas liberales. Pero provocaron tensiones que precipitaron la división de
las élites dominantes y la sanción, cn 1912. de la ley electoral estableciendo el voto
universal, obligatorio y secreto. Con esta norma, el régimen oligárquico se abrió
a la participación de la oposición cn el ejercicio del poder político.
<301 t i. Paxawso, J v i v . Debutes y trayectoria de l.i ¡xM icn exterior argentina, buenos
Alies. 1993,
Al concluir la guerra de la Triplo Alianza, la Argentina mantuvo una dura disputa
con las autoridades paraguayas en torno a la región ch aq u eta ubicada entre el rio
Paraguay y el l'ilcomayo. Esta cuestión quedó saldada en 1878 mediante el
arbitraje del presidente estadounidense K. B. Hmcs. quien falló a favor de los
reclamos del Paraguay. Com o el Brasil había respaldado las pretensiones de
Asunción, la relación entre Buenos Aires y Rio de Jan eiro se fue deteriorando, hasta
tal punto que fue llevando a ambos países a una situación cercana a la ruptura y
casi a la guerra. Eslos recelos aumentaron por la controversia que las dos naciones
sostenían sobre la antigua región de las misiones jesuíticas y los ríos circundantes.
El casó se resolvió en 1895, cuando el arbitraje de otro presidente norteamericano.
Ghou x C i- f.v u A - i). falló a favor de las pretensiones del Brasil.
La cancillería argentina tuvo también una controvertida disputa con el Uruguay
por la cuestión limítrofe en el Kío de la Plata, y con Bolivia. referida a territorios
chaquenos. la Puna de Atacama y la provincia de Tanja. Pero la más grave de todas
las controversias fronterizas y la que más cerca estuvode llegar a un enfrentamiento
militar fue la que se sostuvo con Chile y se prolongó, combinando ciclos de
hostilidad con otros de relativa distensión, a lo largo de tres décadas.
Ante sucesivas reivindicaciones del espacio patagónico por parte de las
autoridades chilenas, la Argentina logró concluir en 1881 un tratado de limites con
el país vecino. Pero surgieron nuevas desavenencias entre las dos naciones dada
la diferente interpretación de dicho acuerdo, lo qucgencró una carrera armamentista
por parte de am bas tuerzas Annadas. alcanzando gran tensión hasta mayo de
1902 en que suscribieron los llamados 'Pactos de Mayo" que pusieron fin al
conflicto.
Estas querellas repercutían de modo desfavorable sobre la marcha de la
economía. Durante losarlos '90. la dinámica del conflicto con Chile se imponia |>or
la gravitación de hechos que parecían Irremediablemente destinados a desembo
car en una guerra. Com o es natural, el clima de intranquilidad que generaban estos
acontecimientos no era el más adecuado para alentara los inversores, a la vez que
las presiones presupuestarias derivadas del equipamiento militar producían
fuertes desequilibrios en las cuentas públicas.
En torno a estas cuestiones los debates en el seno de la dirigencia argentina
enfrentaron a idealistas contra realistas, a pacifistas contra belicistas, a quienes
detendian la prioridad del com ercio contra los partidarios de la política de poder
c influencia. Terminaron imponiéndose los intereses ligados a privilegiar el
crecim iento económ ico que propiciaban la solución negociada de los difeiendos
y la moderación en los gastos militares. Según la consigna roquista. era necesario
preservar el clima de paz y orden para que el país pudiera dedicar su esfuerzo en
dinantizar los factores de la producción. La proyección de estas tendencias tuvo
su expresión más visible en la adhesión de la diplomacia argentina a los
procedimientos arbitrales. Sin embargo, las diferencias de criterio sobre la política
exterior que separaban a los integrantes de la oligarquía provocaron una verdadera
fractura en su interior en ocasión de la íin ua de los Pactos de Mayo. Y. en ese
contexto, losconccptos de C a k i o s Pri u m m reflejaban con precisión el pragmatismo
de los sectores realistas en referencia a posiciones más americanistas del grupo
de los idealistas: "...no es |>osible crear vínculos artificiales entre pueblos que no
tienen intercambio comercial; tenemos que vivir cn nuestra época y hoy esc
intercambio y los intereses que de el nacen es lo c|uc informa la |>olitica
internacional de todas las naciones" (•” ).
Las controversias internas de la dirigencia argentina entre 'am erican istas' y
"curopcistas" pareció dirimirse a favor de estos últimos cn ocasión de la primera
Conferencia Interamericana celebrada cn 1880 cn Washington. Este Congreso fue
convocado por el sccietario norteamericano Ja*vs Bijurr. bajo el influjo de la
Doctrina Monroecn un marco mundial de repartos imperialistas, motivo |>orcl cual
los Estados Unidos comenzaron a insinuar su interés por el m ercado latinoameri
cano. Durante las reuniones, la delegación argentina planteó fuertes resistencias
al proyecto norteamericano de confonnar una unión aduanera (” ). Al respecto, las
declaraciones de los representantes argentinos fueron elocuentes; “ ...es absurda
la máxima de America para los am ericanos cuando cn la República Argentina el
comercio, el crédito, los capitales, la inmigración vienen de Europa y ésos son los
factores reales del prodigioso progreso del pais' (” ). Culm inando su actuación cn
la Conferencia. Roque Sawz P u a hizo lam osa una frase que. según Mamold Po usoa,
resonaría durante décadas en los pasillos panamericanos: "¡5ea la America para
la humanidad!" (M).
La economía gravitó cn forma cxcluyente cn los desacuerdos con los Estados
Unidos, y cn este aspecto, la díte argentina mostró menos fisuras dado que la
mayoría de sus Integrantes optó por proteger el vinculo privilegiado con Europa en
general y con Oran Bretaña cn particular. Al respecto, las expresiones de C a h i o s
PruroKiii con respecto a las inversiones británicas en la Argentina fueron elocuen
tes: "...no hay nación en el mundo donde el capital extranjero haya acudido cn lalcs
proporciones. Sólo los que quieren ignorar estos hechos y la influencia determi
nante cn las relaciones internacionales de estos poderosos vínculos económicos
pueden hablarnos de doctrinas monroistas y creer que semejanzas de institucio
nes o igualdades de longitudes pueden sobreponerse cn la orientación de la
política internacional a los grandes intereses económicos" ( " l .
1311Lasca*!. Vieron M„ Am erica y la [Hílilica argentina. Buenos Alies. 193H. págs. 175-178.
(3 2 ) C f. M fO A m .T n o n A iF .. Argentina, Estados Unidos y el.sistema Interam ericano. IfitiO -
I9 I- I. Rueños Alies. iDfiO.
( 3 3 1 Luí S.. "La historia diplomática", en Historia argentina contem poránea. 1862-
I *>30 Buenos Aires, 1964, pág. üfl.
134) i’rrrjtto'. HahoUíI'.. La A rg e n tita y los Estados Unidos, I. I H I O I O t l . Buenos Aires,
1985. pág 332: Buo h o t. Cabios. "Voces de alerta contra la Conferencia Panamericana de
1889", en Ciclos cn la historia, la econom ía y la sociedad. N 17, primer semestre «le 1999,
pág. 160.
(35) B<ui, Scrqio. Argentina en e l m undo, México. 1961. pág. 71.
Esta alianza tácita, sustentada cn generosos flujos económicos no implicaba
una subordinación automática a los dictados de Londres, ni impedía actitudes
como la asumida por la cancillería argentina cuando Oran Bretaña. Alemania e
Italia, con el asentimiento expreso de los Estados Unidos, emprendieron cn 1902
una acción militar contra Venezuela, cn represalia por la suspensión del pago de
su deuda pública. En esa ocasión, el ministro Lus Mama Diiaoo sostuvo ante
Washington la ilegitimidad del empleo de la fuerza para el cobro de las deudas,
imponiendo en el derecho internacional la doctrina que después llevaría su
nombre. Como señala F e r r a r i . "el Departamento de Estado recibió con sorpresa la
nota de Draou. dado que el gobierno norteamericano percibió esta iniciativa como
un peligro de multilatcralizar la doctrina Monroc, que hasta entonces Washington
había administrado díscrccionalm cntc" (v ). También en este caso, los caminos de
la Argentina y los Estados Unidos parecían cruzarse.
Las diferencias con el Brasil fueron otras de las cuestiones más controvertidas
en la política exterior argentina de principios de siglo. Aunque con los anteceden
tes favorables de Mmit. y su alian/a para la querrá contra el Paraguay, y de la
segunda presidencia de Kika. que impulsó una política de colaboración y coope
ración con el país vecino, la presencia com o cancilleres del barón de Kío Branco
cn el Brasil y de E s t a n is l a o Z c k a u o s en la Argentina generó una ela|>a de fricciones
entre ambos países. Estose debió, sobre todo, a factores cstralcgíco-mililarcs. que
se tradujeron cn una carrera armamentista que duró varios años. Entre 190-1 y
1900. se habló incluso de una 'paz armada* entre los vecinos. El acercamiento del
Brasil a los Estados Unidos y a Chile chocaba con la vocación curopcista de los
gobiernos argentinos que. para contrarrestar los propósitos brasileños, procuraron
aproximarse más a Bolivia y Perú, cn lo que se llamó la "ixjlítica de las alianzas
cruzadas". La renuncia de Zr.r a l l o s , primero, y la asunción de Roqs:. S a í -i / Pt -a a la
Presidencia, m ás tarde, distendieron las relaciones con Río de Janeiro. Como
muestra de este cambio, el nuevo mandatario argentino pronunció cn esa ciudad,
cn ocasión de un viaje al Brasil, cn 1910, una frase famosa: 'todo nos une. nada
nos sep ara' (” ).
(36) TfcMuic. CXstavo, Esquema de la política exteriorargentina. Buenos Aires. I 98I p.íg. fi3.
(371 Lu ntrAKi.r,imuía. Rotrnto. Historia de las relaciones Internacionales antentinas.
Buenos Aires. 1970. págs. 38-41.
uno de los cuales fue la Ley de Enfiteusis. en la época de R iv a o a v ia . en I82G. un
sistema de arrendamientos que permitió las apropiación de grandes extensiones
de tierras por parte de pocos cnfilcutas. que con el tiempo se convirtieron en
propietarios
Pero el crecimiento de la producción agropecuaria, la base principal de la
riqueza del país, dependía de la incorporación de nuevas tierras, lo que llevaba a
una permanente disputa por el espacio con el "indio" en procura de ampliar el área
de producción. Un inmenso territorio, hacia el sur y el oeste del pais. que
comprendía toda la región patagónica e incluso parte de la provincia de buenos
Aires, y otras zonas del interior, estaban bajo el dominio del "indio" (indígenas que
reconocían como propios territorios que ocupaban antes de la llegada de los
españoles) y que lanzaban invasiones, llamadas "m alones", contra estancias y
poblados. especialmente para el robo de ganado y la toma de cautivos.
Con posterioridad a la declaración de la independencia se habían llevado a cabo
dos campañas de conquista, bajo las administraciones de R iv a d a v ia y R o s a s , que
permitieron desplazar paulatinamente la frontera. Sin embargo, en la década del ‘70
el espacio comenzaba a ser nuevamente insuficiente. Se pasó, entonces, de una
concepción defensiva del territorio, como la encam ada en la "zanja de Alsína" aún a
ofensiva, bajo el mando del Oral. J u u o A. R o c a , que pronto permitió disponer de todo
el espado económicamente utllizable. El éxito de la nueva estrategia se vio facilitado
por nuevos desarrollos tecnológicos, que desnivelaron a favor del ejército la lucha
contra el indígena. El telégrafo hacia posible la comunicación entre los distintos
fortines, concentrando rápidamente el grueso de las tropas en los frentes de batalla,
lo que pcmiitia una superioridad numérica. Los fusiles rémington. por su parte,
permitían abatir al enemigo antes de que éste pudiese llegar a un combate cuerpo
a cuerpo para utilizar sus lanzas y boleadoras. Por último, la debilidad de los indios
frente a enfermedades como la viruela contribuyó a debilitar la capacidad de
resistencia de la población indígena, que al momento del inicio de la campaña se
encontraba en condiciones sanitarias muy delicadas.
De esa forma, se logró la apropiación completa de la región pampeana, en una
operación denominada "Conquista del Desierto". En realidad, esc rótulo es un
cruel eufemismo, destinado a justificar la apropiación de un territorio supuesta
mente vacío y desviar la atención sobre la necesidad de an iq u ilaro d csp laz arasu s
ocupantes. Sin embargo, las estimaciones admiten para 1879 la existencia en ese
"desierto" de una población indígena de unos 20.000 habitantes. El balance
trazado p o r R o c a ante el Parlamento daba cuenta de lo ocurrido por dicha
población; 1.313 indios muertos. 2.320 guerreros y 10.539 m ujeres y niños
prisioneros y 480 cautivos liberados. A éstos debia añadírseles los que habían sido
<30) Cf. a este respecto los trabajos de Sim ón , MiROI. Aspectos económ icas del
talcraU sm o argentino, Buenos Aires. 1975. y O k *>'I\ j A c m r o . l a burguesía terrateniente
argentina. [Sueños Aires. 1975.
desplazados a la Patagonia y que serian diezmados en sucesivas incursiones
posteriores (•'“ ). Com o señalan B railovsky y Foolci kam. el discurso oficial trataba de
eludir la contradicción de los términos: 'era necesario conquistarlo, precisamente
porque no era un desierto' <*“ ).
L is tierras conquistadas se encontraban cn gran parte distribuidas antes de la
campaña de Koca. La conquista dem andaba un gran esfuerzo de recursos, que
fueron obtenidos por medio de la ley 947 del 5 de octubre de 1878. cn la que se
autorizaba a emitir un empréstito internacional para tal fin. garantizado por las
tierras a conquistar. El empréstito se configuró con la suscripción de 4.000
obligaciones de 400 pesos. Cada una daba derecho a una legua cuadrada (2.500
has), pero no se podía hacer ninguna adjudicación inferior a 4 obligaciones, de
manera que los suscriptores se aseguraban un mínimo de 10.000 has. flso
implicaba que antes del inicio. 10.000.000 de has ya tenían dueño. De todos
modos, el nuevo territorio era todavía más vasto, de manera que cn 1882 se
sancionó una nueva legislación para realizar un remate cn las embajadas argen
tinas cn París y Londres que limitaba la extensión de las parcelas, imponiendo un
to|ie de 40.000 has por comprador, y destinaba lotes con un tamaño de entre 25
y 400 has a la agricultura, aunque las disposiciones limitantes fueron eludidas con
la utilización de testaferros.
Por último, cn 1885 se sancionó una ley de premios para los militares
participantes de la campaña, que. de acuerdo con su rango, recibirían entre 8.000
has para los jefes de frontera, y 100 has para los soldados. Pero como los militares
de todas las graduaciones no habían cobrado sus salarios entre 1878 y 1885, la
mayoría debió vender de manera inmediata sus tierras a compañías inmobiliarias
para poder hacer frente a las deudas que había acumulado. Con esta ley también
se autorizó al gobierno a pagar con tierras las deudas con los proveedores del
ejército, cn especial a los constructores de las lincas telegráficas (*').
Con la normativa sancionada entre 1878 y 1885. el proceso de apropiación
de la ticrTa fue casi tan veloz como la misma conquista. Señala QxioruHO que 'la
totalidad de Lis lionas pampeanas ya teniadueñoen 1884". Desde ese año 'el país
no tiene más tierra agrícola que ofrecer a los inmigrantes europeos que comienzan
a llegar cn olas cada vez más poderosas, atraídos por la perspectiva de hacerse de
una propiedad cn las tierras vírgenes que la Argentina acababa de incorporar al
espacio nacional' (*')•
La distribución de las nuevas tierras reforzó el carácter latifundista de la
propiedad rural que había caracterizado a la Argentina cn el pasado, como se
observa cn el siguiente cuadro.
l43l Cf, P k¿ mm :ii . R a li. 'Historia m ondaria argentina: anulaciones sobre nuestro medio
circulante. 1776-ltítlS". en M. (IÜIUH.
(4-t) Coi-rui. O var. Qhio, trroi irt. y O C m - n i, A*n«o. 'L a generación del '80 y su
proyeclo: antcccntcsy consecuencias', en l>i Tixla. To«ci*ro; O a w i . Qwo y Gka< i«n;nA. Jome.
A ryeM liK i: sociedad d e masas. Buenos Aires. 1905. pág. 19.
Nombre Superii:* Nombre Superé ie Nombre Superficie
(en has) (en has) (en hat)
Maci im: 325000 Msk » 75000 Bjtjc 500»
Da>so*u 3200» G.cw* k¡ 70.000 Le.ku 50.»3
UxTjí 270.003 Pt".0 700» Eivmkz 50 0 »
SoiíhA-Tieréxi
LaM Co 2 0 KO P:>n-j 70 » 0 50 0 »
Suo< 2 » H o« 220000 Sha* 70 » 0 Mcjjw 50.0»
C»st[i 170003 BtUWKJ 7 0.0» PfíCP» SO 000
D-m m 140 G » Mesuro *0 .0 » C**> SOCCO
Uian uoow Gjw.- *0 .0 » Luojucí so 000
luso 1400» Fewukclí 700» G»*:» J7 Í0 0
PtNáO 130.0» Navora 625» Chuis ■55.0»
Dt.Ostv. 130.0» Bchkc 00 0 » Ar u K * 4 5.0»
120030 eooco V txm .t'c 45 » 3
j i ■í 120030 C»s*s 60 000 ¡kwucie0 40.0CC
De A inui 1C5C00 U w w .í 60 000 43.OCO
PctorK l 105.C00 A,i> ; 6 0.0» Dm h ü 40CC0
Fc*n » 102.500 A rj Psswal Ass 6 0.0» Di »c -o 40 0 »
StRAMIS 102 5 » 5 7.5» Govti rti Cwtuio 40CC0
OWAN* 1 02 5» P«ts 57 5 » VuVMí 40 » 0
Pnno 102500 E io u w i 55 0 » 40 000
5 5 .0 » A ra io o x 52 5C0 C ctTiA sM T. 40 0 »
A vo r* fM» 92KO C 530» Coso 40 0 »
Lcru 90.000 P*«<!A 50000 40000
B*-'CS 90 M0 Oj .'CíCx 50.0» Uui> 40 0 »
T&SMXIjl 90.000 £ i1, 50.000 VlXKi 40 0 »
A is :» 85.CC0 Sous MOM Mmi 40X0
U¿mik 60.000 Ccwtn MOCO Gooor 40 000
S‘■LKl'jKtU-l 63.0» De u Ploi 5:0:0 M V! 40 K0
H.vi'xxi: 75.0» CaptR* MOCO O .w u 400»
1 ,6 . LA IN V ER SIO N EX T R A N JE R A
Fuente V k u m i. j o m H . AigctSKl « M a S c n i' T tiác u n t o Incc m c x tie Paper M m y IÍ8 0 -1900. Harvard. 1920.
(4fl) rr.iCT», II. S. (1974). págs. 407 y 400: fono. Aixr Q „ 'La Argentina y la crisis (te 5aring
tic 1890'. en O w fu ZunoiA, Muiros. M ateriales para el estudio de la olk¡arquia argentina.
Buenos Aires. 1977, págs. I2í!ysrgtes.
El ferrocarril permitió la puesta en producción de extensas regiones, especial
mente en la Pampa Húmeda y aseguró un transporte rápido y barato de los
productos agropecuarios exportables hacia los grandes puertos, f’or otro lado,
facilitó la introducción de las manufacturas importadas en el interior del pais.
completando asi la integración en el esquem a de división internacional del trabajo.
Pero si bien incorporó algunas economías regionales, como Tucumán y Cuyo, a la
estructura productiva nacional, sus beneficios recayeron sobre todo en la zona del
Litoral, incluyendo a regiones hasta entonces desaprovechadas como el sur de
Córdoba. También consolidó la situación de Buenos Aires como principal centro
económ ico del pais. centralizando las terminales del sistema en esa ciudad >
conform ando el llamado "país abanico', tal como lo señalaba A leja .ioro Binar.
1910 1917
Distribución por ¿ctrvidad económica
USS % USS *.
Pi'a la dist-i>uc.cnpor tüuOaatt ecocwcas se l-jn corv.ift.S5 Us c¡f-as en pesos oraa dotares di arLC.-docon
las s^j entes 13SJS ce cario. 1pesooro=2,27pesos papel ! sotar =2.36pesos papel ootiziocnes «gentes en
esos aftos También se ha corre-;.;»las strfcuciónpcr aotvtíades eeononoas para 19i7sgy*pdo ndcjoenes do
t w e » Bjwa. Los vaiores de la primera cotunna en u dtsf bución per ca-ses caatsfcta» a 1901 Los toases
por a:t.vid3d ecow.ca y por países no comcden por prgvtrvr de dstrtas fuentes
cllío'acon propia.
Fuentes Miinw¿.Aif¿aroB.yLE«*«cc»>i. M^kcc.í. A'jen;jr1íaaXX’ S«'le. P.v.S. 1512.a.^-.Aitjjucfc.los
C3p.!a!es eitranierosen la flep-jísiicaArjentna’. en Rf-ns.'jdeE cm m a Argentina. Buceos A:rcs, 1926; FIE!.. las
/íveruoníi t linceas en laAment.ru 3uenos A-es '973; CEPAi ElOfSJTO'J ccyKmcaayertrtó. Santiajo de
CMe. 1958
Cuadro 1.6. Inversión externa p o r actividad económ ica y p o r p a ite s de origen (1910 y 1917)
(en m illones de dólares).
f.n 1914. las principales compañías británicas, los ferrocarriles Suri y Oeste y
el Central Argentino, representaban 127.4 millones de libras esterlinas de inver
sión y 14.200 kilómetros de viasférreas, mientras que el General de Buenos Aires
y el Rosario a Puerto Belgrano, de capitales franceses, constituían un capital de
13.0 millones de libras (* '>.
f'n cuanto a los resultados de la explotación de los ferrocarriles cn las años de
su expansión, las estadísticas oficiales no reflejaban los reales beneficios de las
empresas debido a que no existía un suficiente control sobre sus actividades y a
que el negocio ferroviario incluía ventajas adicionales que no figuran cn esas cifras.
Como se desprende fie sus propios balances los dividendos que pagaron las
principales compañías ferroviarias británicas com o el Ferrocarril Sud. el Central
Argentino o el Oeste, no bajaron en aquellos anos del 6 o 7 c.b anual (v ).
Promedio Lor.g:1u3 C jp.U ics Pasajeros Cargas Entradas Gastos Entradas Intereses
d« los de v i» invertidos miíes m iícs de miles de miles de liquidas ( \ sobre
quinqué- peí km miles de toneladas mSn mSn miles de capitales
n ia l mSn m$n invertidos)
(51 ' Qi isrrn» Rvfcy», A*'■.(.. Tesis ctoctor.it. Mueva York, 1950. pág. 105.
(52) Coht! ^Comir.. K 'rrMii U i econom ía an/entina cn e l larc¡oplaio. Buenos Aires, 1997,
pág. 159. Para un análisis de los distintos enfoques teóricos cn Id interpretación del modelo
agroexjxirtador ver Ti m»u c.t. ,'Iakta. 'Interpretaciones económicas y problemas tiistóric os la
historiografía argentina y la etapa agroe»; portadora". en C irios en 1.1 historia, /a economía y
la so cle d M . ¡V 13. segundo semestre de 1997.
Otros rubros de inversión del capital extranjero, adem ás de los empréstitos y
los ferrocarriles, fueron los bancos y las com pañías de seguros, em presas de
servicios públicos, obras portuarias, empresas Industríales casi todas de transfor
mación de productos primarios y de las cuales los frigorílicos constituyeron, por
la magnitud de sus capitales y su importancia económica, las más relevantes, y
compañías de tierras y explotaciones agropecuarias.
Las instituciones financieras y de seguros se contaron entre las más lucrativas
del conjunto de la inversión externa y sus dividendos alcanzaron en la década de
1910 niveles cercanos al 20 % anual. Su participación fue creciendo dentro del
sistema financiero argentino y entre 1900 y 1914 el dinero depositado en ellas
representó en promedio un 35 de los depósitos de todas las insliluciones
bancadas y su cartera de préstamos el 33 % del total de préstamos del sistema.
Servicio de ta
Nuevos Saldo de deuda como
Servicios de
Periodos empréstaos la balanza Exporta cicr.es porcentaje
la deuda
e inversiones comercial de las
eiportacicr.es
En 1631 so s jíp c rtííj ti p j j j de la S."-■daen-: rra ijus te rea- jdóen 1334 A part»de 1900 noeiislen esl macones
A s fc r.i es de t i prcüan-cs extra.-,eres, para el calculo se-lu vircn en cu ;ría las ests-tatones g'cijlc-s del iclal do
prestamos elect^ldos per B fv tw ü A^ en: í
Eaboracon propj
Fuentes W - iw s. ¿ » « H . A 'g e tx iu « « M íe n » ' Tn3¡¡ tfW ff la c z m e rttk ! Paper Kbney, 1630- f900 Harvard.
1320. Tcrct'censo naccr. jl. )9 M .lo n o V i¡i;3 r.»M vj A u v * . W tv - i.E ls c n io o o c ic a p ta lc ifta .-fx o y H c s rtic l
ó í c j r i c s Uenico. 1354
Cuadro 1.B. Em préstitos e ir¡ versión extranjera, servicio de la deuda externa y saldo de la
balanza com ercial (1881-1914) (en m illones de pesos oro).
T h efive r Plato
Ftcsh f.'c3! Ce Británico 22500» Campana 10.5 20.0 0.6
Cía S o n sic- j A ijü n tro ■S500.CC0 La Negra 7,1 i6.a 23.6
Las Painas a la r io 2.400.000 Las Patrias 11.0 17.5 10,0
.‘¿BcniPnO xigCa N c tsjm c'e a .» 1 500 003 La 3:anoo 19.3 5.1 12.3
La Plata Cotí
Ssoraje Norteamericano 5000000 La F:ata 33.7 16.0 35.7
T>í Sr.itr'icla
S Arg Mc.il Co Británico t 250 000 Z-1-.iie 7.0 11.5 1.6
The New
M ea Prescivrg ¿
CcU StcraQC Norteamericana 2 £03 007 fl.DGa egos, — — 2.9
Son Ju U n
S A F n ja itc o
Argmüno A ijm trx) 2 000 CC0 Arjontro 6.J 11.1 53
ei¿5c-acOT copia
Fuentes Dí te t •, Ptr*o. X a mdi»! - J de comes de Hgprifeo en la RtpuL ca A.-gen¡/u’, en Añiles Ce la S x k x M
R j : j i A r g c r tn t,| i c-agasta de 1913 Estad's-’ c is o c lK nsíen o de AjtcuTuM y G onW ífia d e t i H i x n
i53) Itamo.i, 5-»>i Q-. Anfcntlnc Mc.lt ¡w d tltc Biitish M jrkct. Stanford. 1938, |>¿gs. I tí-»7.
l'.l capital extranjero tenia, pues, una lucrtc incidencia cn la vida económ ica
del país y contribuía a diseñar su perfil agroexportador. listaba íntimamente
relacionado con el comercio exterior, su financiamlcnto, la elaboración de
productos primarios, el transporte interno, las obras de infraestructura los
servicios públicos y el transporte de ultramar. Excluyendo la producción
agropecuaria, donde jugó un rol secundario, todas las etapas del proceso
productivo lo tuvieron cn esos años como protagonista.
Totales 2973 971 2 025 819 241 271 154 569 182 097 178 766 940.199 6.756 712
Cuadro 1.10. N acionalidad de los inm igrantes de segunda y tercera clase de ultram ar
llegados en el periodo 1857-1939.
155) V.«ai:tí-P*ritr«>. V. 11971). págs. 9fly 100, y Smnrir, J \-irs Revolución en Ijs p*tmfKts.
1060-l‘ittl. Buenos Aires. I9(>0. pág. 74.
Puede constatarse la importancia de la inmigración en el aum ento de la
población a partir de los flujos y saldos migratorios, asi como analizarse el
comportamiento de la lasa de crecim iento anual de la población mediante la
combinación de esos flujos con el incremento meramente vegetativo. En términos
generales, según el Departamento de Inmigración, entre 1857 y 1930 ingresaron
en el pais 6.296.340 inmigrantes y salieron 2.098.689. por lo que 3.397.651
inmigrantes decidieron permanecer en la Argentina.
Analizando con mayor detalle, en tres quinquenios. 1885-1890, 1905-1910 y
19 10-1915. la lasa de inmigración neta superó a la de crecimiento vegetativo, y en el
primero de ellos fue más del doble: mientras que aquella alcanzó el 38 % , la segunda
fue sólo del 16.1 % . Entre 1885 y 1869 la inmigración representó en promedio el
76 *■« del crecimiento anual de la población y entre 1904 y 1910 el 58 % <v ).
Los saldos migratorios hasta 1880 no habían excedido los 10.000 inmigrantes
anuales, pero en el decenio 1880-185*0 llegaron a un promedio de 64.000. El máximo
anual fue alcanzado en la primera década del siitfo XX ( I 12.000 de promedio) y. en
particular, en los anos inmediatamente anteriores a la Primera Guerra Mundial.
Según Boi.wot. "la coyuntura económ ica argentina impone el ritmo del m ovi
m iento' a la comente inmigratoria transoceánica. "Las fases de expansión — de
1860 a 1873. de 1880 a I8 8 9 .d e 1903 a 1913 y de 1919 a 1929— coinciden con
los periodos de afluencia masiva de inmigrantes. Inversamente, las crisis cíclicas
de 1873. 1880. 1890. 1896. 1901, 1913. las prolongadas rccesiones de 1890a
1902. de 1929 a 1939 y las dos guerras mundiales interrumpen o reducen la
corriente. La oferta de empleos en el país receptor determina directamente el flujo
de inmigrantes* (” ).
T au Tasa
Año Poblac. de crec. Inm ij Eiaig. Saldo Ano Poblac. d« e rte inmlg. Emlg. Saldo
anual anual
taso 2 452 _ 41.60 20.30 21.30 1806 4 357 2.93 95.10 53.58 41,60
1331 2.565 2,93 47 40 22.30 25.10 1899 4.477 2.75 11.00 62,20 •51.20
1532 2.635 2.33 51.50 8.70 42.60 1900 4.607 2.90 105.90 55,40 50.50
1533 2.716 2.92 63 .20 9,50 53.70 1S01 4 740 2.83 12590 58,20 45.70
1584 2 797 2,93 77.90 14 40 63.40 1K2 4 871 2.76 96.00 79,40 16,60
1655 2 630 2.97 188.70 14.50 94.20 1903 4 976 2.16 112.63 74.70 3 7 .»
1E96 2 966 2.93 93,10 1 3 .» 79.20 1904 5103 2.55 161,00 66,50 54,58
1897 3 056 3.03 120.60 13.60 107,20 1905 5 253 3.64 221,60 9270 133 50
1689 3153 3.34 155,60 16,80 133.80 1906 5524 4 49 302,20 133 5-8 155.40
1833 3 265 3.33 260,90 40.60 220.30 1907 5821 538 257,90 133,08 119.90
1390 3 377 3.43 110,50 80.20 30 30 19C8 6046 4.71 303 10 127.00 176.10
t56> Vjuqi u I’mmiu. V. (1971). pág. 92; Vimuwun , Jo-,r. Cl ->AK, 'Kasgos de la IHililu o
económica argentina, 1870-1914'. en t'F.PA. Documenta de Trabajo H* -V Buenos Airr_v
1978. pág. 40
(571IV* «uc. Quv. Buenos Aires: urbanización c inmigración. Buenos Aires. 1977. pág. 130,
1891 34» 3 35 52 CO 81.90 •29 93 1939 6 331 4,03 278,10 137.50 140 60
1892 3 607 3.35 7320 43 80 29.40 1910 6 566 4.17 345.20 136.40 2C8 83
1833 3 729 335 84 40 48,70 35.70 1911 6913 3.38 281.60 172.00 1C960
1894 3 656 3.41 80,60 41,30 33.30 1912 7.147 4 63 379.10 172.» £«20
1895 3 95é 2.54 60.90 36,80 44.10 1913 7*82 5.33 36410 191 .£0 172.60
1896 4 071 2.91 135.2-3 45.90 83.30 1914 7885 5.00 18260 221.00 ■38.40
ílatorjción prctia
Fuenle: V«ix«-Pi<£st30, Viaxri. Estadísticas teóricas argertrjs. IB7S-I9I4. Buoncs A.-es.1971
Cuadro 1.11. P oblación y m ovim ientos m igratorios 1880-1914 (en miles d r habitantes).
Fuente As-woaru W o uu. Brete de ü K m f f 'J m !em xM n»l desde ISSO. Ms«ico. 1973
i«>01 Amivuwtii. IV iu ivi. tfrc \ c histo ria <U' Li c c o n o m i.i¡n tc iiu ic io tlá l Oc m I c 11150. México.
l?*7fl. páfts 233 y 234; K., (I9 H 9 I. pág. 305. y Cirurx. U cm . "L l crecim iento
Industrial argentino hasta 1914 y la le o n a del bien prim ario exportable', en Cjnt.-rv 7 v ¡mv
M m u » . E l régúnoir oH gjniulca. Buen os Aires. 1975. pág. I9 S .
Censa Argentinos % Entrsnjeros N Pob. rural % Pob.urbana S Total
16C9 1 526 734 87,9 210232 12.1 1.164.026 67.0 573 000 33.0 1 737026
1655 2950 384 74.6 1 004 527 25 4 2294 000 £8.0 1X61 000 42.0 3 554 911
1911 5527:85 70.2 2357 952 29.6 3 312.000 42 0 < 573 000 58.0 7685.237
Elabotacico propj
Fuente Comeé N3oor.il tío Gcogra! a 11Ü 2 )
(fin IV-«.r. A u u n n o . Una nueva Argentina. Buenos Aires. 1984. pág. 17. La edic ión
original es de 1940.
Esos indicadores indirectos -sugieren la existencia de una marcada polarización
cn la apropiación de la riqueza creada anualmente. Los propietarios terratenientes
y quienes controlaban el comercio exterior lograron incrementar de manera
notable su riqueza, hecho que se puso de manifiesto cn el proceso de concentra
ción de la tierra cn muy pocas manos, en la construcción de amplios palacetes o
cn las excentricidades a la llora del turismo. Como narra fríos, 'c n los centros de
placer europeos la palabra a/gentino se convirtió cn sinónimo de riqueza y lujo.
Los grandes palacios de la aristocracia cn lom o a la Plaza San Martin, cn Rueños
Aires y los p e lits lio te ls del Barrio Norte rivalizaban con las residencias urbanas de
la aristocracia inglesa. Los magnates alquilaban para su uso particular vagones de
ferrocarril y hasta Irenes enteros para transportar a sus familias y servidumbres de
sus mansiones urbanas a sus residencias de veraneo. Un estanciero se llevó
consigo vacas lecheras a Europa |>ara asegurarse de «pie sus hi jos tuvieran buena
leche para beber durante el viaje" ('•).
Com o señala un autor, miembro de una familia aristocrática de la época y
conocedor de ese mundo: 'e l fomento y el desarrollo desenfrenado de los
negocios, de los capitales, de las obras públicas, de las concesiones, de los valores
reales o ficticios y de la especulación engendraron una irresistible ola de agio en
todos los terrenos, de tal suerte que convirtió al país en una inmensa casa de juego.
Ello trajo com o consecuencia la corrupción, el despilfarro, el afán del oro. la
riqueza fácil y el lujo improvisado que dio lugar al tipo denominado xastacu eio . cn
su acepción de rico que deslumbraba en Europa con sus dilapidaciones y la
exhibición de su fortuna tan rápidamente adquirida como gastada. Esa embriaguez
corruptora se extendía a lodos los terrenos, públicos y privados, administrativos,
comerciales y particulares. Los excesos suntuarios llegaban a su extensión
máxima enjoyas, cn coches tirados por los famosos caballos rusos, en muebles,
cn palacetes, cn objetos de arte de dudoso gusto que convertían las nuevas
moradas en bazares heterogéneos' ('■’).
Si existen pocas discrepancias sobre las condiciones de vida de los estratos
más altos. Lis de los sectores populares resultan más controvertidas. Sobre este
punto. frío s sostiene que una parte de la riqueza se filtraba had a las capas
inferiores de los principales centros urbanos como Buenos Aíres y Rosario, donde
los sectores |>upularcs habrían estado bien alimentados, decentemente vestidos
y educados hasta cierto grado r *1. El autor no aborda lo que ocurría en el interior,
pero al lom ar a dichas ciudades com o casos específicos deja entrever profundos
desequilibrios regionales en la calidad de vida. Sin embargo, otros autores, como
(62) fric-s, II S.. í-.l A njcntinj. [Sueños Aires. 19(13. páiv 155.
(631 lrwu.t Kr.1 , Caru». L i historia que he vivido. Buenos Aires. 1999. H5.
fcn-v 11. S (19831. págs. 155 y 150.
Pa-
i et iio m . sostienen que el vertiginoso aumento de las poblaciones y el desarrollo
urbano impulsados por la inmigración produjeron en las principales ciudades un
considerable aumento de la mano de obra disponible, lo que originó una paga baja
y condiciones de trabajo precarias y extenuantes ('•').
Las altcrnati vasdel ciclo económico condicionaron el nivel de los trabajadores
urbanos de Buenos Aires. Pxnrrriuu sostiene que "a partir de mediados de los años
'80 comienza un largo período de deterioro del salario real, com o consecuencia
de la inflación creciente y los efectos de la crisis de 1890. situación que se prolonga
hasta promediar la última década del siglo", Entre 1885 y 1891, "el salario real del
obrero expcrim cnló una reducción del 54 °u*. Desde 1096. superados los últimos
efectos de la crisis de 1890. los salarios parecen haber repuntado hasta 1899.
Entre esle año y 1903. la carestía volvió a deteriorar el nivel de vida de los
trabajadores. Un Importante incremento de la dem anda de m ano de obra favoreció
un aumento general de salarios entre 1904 y 1906. "Pero en los años siguientes,
y hasta 1914. se produjo una constante y considerable aceleración en los precios
y alquileres que anuló las mejoras logradas en los años anteriores". Frente a estas
circunstancias, las familias trabajadoras, según señalaban estudios del Departa
mento nacional del Trabajo en 1908. recurrían al trabajo de m ujeres y niños y a
la industria a domicilio com o recursos para suplementar sus magros ingresos y
equilibrar sus presupuestos I'"1)- Para el periodo que transcurre entre 1886 y 1896,
también Ju v i A ivaw z advierte un notorio descenso de los salarios reales, atribuido
fundamentalmente a la depreciación de la moneda. Sostiene que los precios se
ajustaban a una velocidad mayor que los salarios a la desvalorización del peso
frente al oro, tendencia reforzada [>or la especulación de los comerciantes. Así,
aunque el salario nominal subió de S 2,80 a $ 4.35 entre I88G y 1896, el salario
real descendió en dicho periodo de $ 2 a $ 1,47, encontrando su punto más bajo
en S 1.13 para 1894. Dado que para el primer año la depreciación ya había
comenzado. A lvakiz supone que la disminución del salario habría sido aún más
pronunciada (*’).
Los análisis de Ccmits Cormr sobre la evolución de los salarios arribaron a otras
conclusiones. Durante el periodo 1883-191 I se produ jo —según él— un increm en
to de los salarios reales del 1.4 % anual que benefició tanto a los trabajadores
urbanos no calificados como a los rurales. Con el fin de ponderar los efectos de
la inconvertibilídad monetaria sobre los salarios, el autor dividió el periodo
estudiado en dos subperiodos. Entre 1883 y 1899. los salarios reales de ambas
categorías de trabajadores se incrementaron a una tasa anual del 2.6 % . En
cambio, entre 1901 y 1912, los salarios iniciaron una declinación que se prolongó
(G5) P»'tntr*i, Jov.. U is primeras leyes obreras. ISuenos Aires. I9B4. pAg. 7.
(Ü6I Pvim ifJii. Jom . Arxjentlna: historia tic un país periférico. IlltiO - 191 4. Buenos Aires,
I9B6. págs. 107-191.
(671 Alvmux J i v , tas guerras civiles argentinas. Buenos Aires. 1984. p.Vivv 113-1 10. la
edición original es de 1910.
hasta 1909 |wra rccupcrai.sc entre 1910 y 1912. Mo obstante, cn este sub|>eríodo
los salarios reales por hora crecieron a una tasa anual del 0,9 % . Para explicar las
mejoras producidas cn el primer subperiodo. el autor sostiene que. pese a la
depreciación de la moneda y la fuerte emisión monetaria, 'lo s precios subieron
menos que en el otro isubperiodo) cn el que existió estabilidad monetaria". Los
precios de los artículos de consumo, principalmente los alimentos, no sólo
dependían de las oscilaciones de la tasa de cambio, sino que también estaban
influidos |>or los precios internacionales. Asimismo, el autor menciona otros
factores de no m enor importancia para el com|>ortamicnto de los salarios. Mientras
q u een el primer subperiodo. a partir de 1090. se produ jo una caída del flujo anual
de inmigrantes que redujo su incidencia sobre la oferta de trabajo, en el sequndo.
el número de inmigrantes creció sustancial mente. Además, la rápida expansión del
área cultivada entre 1880 y 1900 permitió la absorción de gran cantidad de mano
de obra, mientras que a partir de 1900 la expansión de cultivos se mantuvo. |>ero
a un ritmo decreciente, finalmente, también los alquileres tuvieron su incidencia
sobre los salarios: descendieron cn los anos '90 y experimentaron una fuerte alza
a partir de 1907 (M).
Los alquileres constituyeron un rubro de incidencia considerable en el
presupuesto obrero. I'.l crecim iento |>oblacional y el masivo asentamiento de los
inmigrantes en la ciudad de liuenos Aires provocaron un desequilibrio entre la
oferta y la dem anda de viviendas populares. Esto determinó que propietarios c
intermediarios impulsaran eiaum entodc los alquileres, destacándose la duplicación
de los alquileres, producida entre 1904 y 1912 y señalada (ior el Anuario del
Departamento de Trabajo, lista circunstancia motivó, cn 1907. una insólita huelga
de inquilinos que iniciada cn la Capital federal se extendió al interior del pais. cn
reclamo de una rebaja sustancial de los alquileres y de la mejora de las condiciones
higiénicas de los inmuebles.
El problema habitacional tuvo otro aspecto que im pació negativamente sobre
las condiciones de vida de los sectores populares urbanos. Las casas de inquilinato
o conventillos pasaron a ser las viviendas de muchos inmigrantes extranjeros, de
migrantes nacionales, artesanos, pequeños comerciantes y vendedores ambulan
tes. También de person.is dedicadas a actividades económicas, más o menos
marginales, y de un alto porcentaje de asalariados manuales. Alojados en aquellos
viejos inmuebles, estos habitantes, según una descripción del ministro E ihakmo
IViide , sobrevivían hacinados en cuartos que. además de dormitorio para las
familias, eran "comedor, cocina y despensa, patio para que jueguen los niños y
sitio donde se depositan excrementos, a lo menos temporalmente. de|kisito de
basura, almacén de ropa sucia y limpia, si lo hay: morada del perro y del gato,
depósito de agua, almacén de combustibles: sillo donde arde de noche un candil.
(Gfl) CuKTtiConoc. Rommo, Ll prvgrcso ,in]cnlino 1880-1914. Buenos Aires. t‘J 7 ‘J . páqs.
237-240.
una vela o una lámpara; en fin. cada cuarto de éstos es un pandemónium donde
respiran, contra todas las prescripciones higiénicas, contra las leyes del sentido
común y del buen gusto y hasta contra las exigencias del organismo mismo, cuatro,
cinco o más personas' ('■*).
Fuenie cuwo eaborjda p* S;¡ooEU&. a pülir do cí'.ícs n-un¡cip.sles. Se estad Ocas n w c p tlti y del loto
3e N.;»as Brso Wo-'í>c. Bitoncs A res, puerto <¡e<R e óe Ij Pira, capt í1de it A-ger:nj. Buenos Aires. 1933
(7 11 St or.it. J « > , H e y o lu iió n en la s pam pas IH 6 0 IU IU . Buenos Aires I f)C>H. pág, fiG
(721 Kia^ik nt Winiurj». Liliana, *í.os forjadores del cereal", en
C I. H is to r ia in te g r a l
a r g e n tin a . CEAI, buenos Alies. 1 9 8 0 , págs. 152-155.
(731 B ia iit M xssr, Joam. I n f o r m e sot>re e l e s ta d o d e la s c la s e s o b r e r a s a r g e n tin a s a
c o m ie n z o s d e l s ig lo , tn m o 1 . B u e n o s A lie s . I !)Ü 5 .
reclutaban. Los salarios, inferiores a los de un trabajador urbano, se abonaban con
vales que debían cambiarse por producios que vendían cn el alm acén de la propia
empresa. [Siurr Massc. cn el informe arriba mencionado, describió situaciones
similares cn los obrajes del nordeste del pais. en las fábricas de tariino y cn los
ycrbatales del Paraná, y concluía señalando que 'desde Sania l e a Ju ju y, el
almacén o proveeduría y el crédito al obrero sobre su salario, son las armas que
esgrime la explotación para estrujarle, sin reparar cn fomentar vicios... mantenién
dolo cn un estado de embrutecimiento y de degeneración física y moral que
constituye un peligro público" ('*)-
Esto no implica que con el tiempo, especialmente para los inmigrantes que
venían de Europa, las condiciones de vida y de trabajo mejoraran y se produjeran
fenómenos de movilidad social ascendente, como cn otras naciones en desarrollo
en condiciones similares a la Argentina de la época, ('ero, al mismo tiempo, se
mantuvieron |K>r m uchos anos condiciones de desigualdad y pobreza cn gran
cantidad de regiones del pais, que tenían que ver con factores institucionales y
sociales difíciles de cambiar.
|75| Cf. Hilsm. Enauu»!, La l'OHA y el rao*¡m íenloobrero. 1900'I i) 10, Buenos Alies. 1985.
««'produciendo la pugna ideológica que. desde hacia años, se desarrollaba en
Europa, los anarquistas enfrentaron a los socialistas (>or la dirección del m ovim ien
to obrero. Su prédica no pudo ser contrarrestada por los socialistas determinando
la prevalencia anarquista en las primeras luchas sociales de la Argentina.
Algunas condiciones particulares de nuestro pais favorecieron la notable
difusión del anarquismo. Maisusmita destacó las siguientes:
El hecho de que los com|K>ncnlcs más numerosos de los sectores
trabajadores eran inmigrantes provenientes de Italia y Esparta, donde ya
liabian recibido la influencia anarquista.
La situación en que se encontraban los obreros inmigrantes no era tan
promisoria como lo prometían las com pañías de inmigración. En especial
después de la crisis de 1890 y el ciclo económ ico recesivo, la condición
de los inmigrantes sufrió un gran deterioro.
Los inmigrantes estaban marginados de la política ya que. si no se
nacionalizaban, no tenían derecho a volar. En consecuencia, el único
recurso al que podían recurrir eia la acción directa propugnada por los
anarquistas. Puede suponerse que. dad oqueestam aigínalidad y la miseria
eran comunes a muchos trabajadores nativos, también éstos fueron
atraídos por el anarquismo.
El desarrollo precario de la industria nacional, caracterizada |>or la
preeminencia del sector artesanal, fav oreció la extensión del anarquismo.
En general, la prédica anarquista atraía mas a los trabajadores artesanales
que a los Industriales
En contraste con los socialistas que propugnaban la acción política por la via
electoral y parlamentaria, losanarquistas, atendiendo a las condiciones dcscriptas,
se orientaron hacia enfrentamientos sociales de envergadura y de suma violencia.
Su preferencia por la acción dilecta ponía énfasis en la huelga general como
método de lucha de los sindicatos.
El periodo que se extendió entre 1900 y 1910 se caracterizó por una fuerte
confiictividad. Lasindicalizaciónse expandió acom pañada por conflictos y huelgas
generales. Sobre la base de la mano de obra concentrada en talleres medianos y
pequeños, con un porcentaje considerable de obreros con cierta calificación y.
fundamentalmente, de los trabajadores del sector del tra n s a rte , surgió un
movimiento obrero activo y dinámico, que se proyectó a nivel nacional. Con esla
característica surgieron dos cenitales obreras: la anarquista Federación Obrera
Argentina — EOA— (creada en 1901. y denom inada EOKA en 19041 y la socialista
Unión General de Traba jadores (IJGT) en 1902. La EORA se transformó en la central
más dinámica y activa del periodo. A su prédica antiestalisia y apoliticisla añadió
el impulso a las prácticas de acción directa que caracterizaron al movimiento
obrero durante buena fiarte de su historia.
t76íCI. Matvvcia, t1i«ox«. Movimiento t)tn i'n } argentino 1 1945. Buenos Aires, I1UÍ.V
Entre 1902 y I y 10 se produjeron ¡»¡etc huelgas generales e importantes
manifestaciones callejeras. El paro de mayor duración tuvo lugar cn mayo de 1909
y su detonante fue el ataque sorpresivo de la policía a una columna obrera que
conm em oraba el I ' de mayo. O cho obreros fallecieron y cuarenta resultaron
heridos. La respuesta de am bas centrales obreras fue un llamado a la huelga
general que se prolongó durante una sem ana (??).
Meses después, un joven obrero anarquista asesinó al Je fe de Policía. Han o i
I- Falcon. Como cn otras oportunidades durante el |>criodo, el gobierno decretó el
estado de silio. Durante dos meses se detuvieron y deportaron numerosos
dirigentes obreros; se clausuraron locales gremiales y se impidió la edición y
circulación de la prensa obrera.
En enero de 1910. se reanudó la agitación sindical. El creciente número de
huelgas amenazó paralizar las obras de preparación de los festejos del Centenario
de la Revolución de Mayo. El movimiento social alcanzó en esos días el máximo
nivel de agitación de toda la década. Antes de ladcdaración de otra huelga general,
el gobierno estableció el estado de silio. Por su paite, grupos parapoliciales,
compuestos por miembros de las clases altas y medias, asaltaron las instituciones
obreias. I,a represión se prolongó durante varios meses, descabezando al m ovi
miento. A partir de entonces, el anarquismo perdió su papel hcgernónico sobre el
m ovimiento obrero y la organización sindical se. debilitó.
El socialismo fue la otra vertiente ideológica que influyó cn el movimiento
obrero. Más moderado que el anarquismo, desde sus comienzos repudió la huelga
general como estrategia sistemática del anarquismo, dcnunciandosu avenlurerismo
revolucionario. Propuso corno alternativa la constitución de organizaciones óbre
las fuertes, estables, con un funcionamiento orgánico, mejor pautado y menos
laxo que el típico de los sindicatos anarquistas. En lo político, fomentó la
participación electoral de los argentinos y la naturalización de los extranjeros con
el mismo objetivo. En lo económico, propuso la organización de cooperativas. Y
cn lo social, desarrolló el mutualismo y la educación del adulto y del menor,
transmitiendo su fe en la ciencia y la moral. A través de la UGT, el socialismo logró
su hegemonía sobre una fracción importante del movimiento obrero, compuesta
por una mayoría de trabajadores insertos cn actividades ligadas a los servicios.
Un éxito político provocó un debate en el interior del socialismo. Con motivo
de ser elegido Altreuo I.. P a l a c i o s —cn 190-1— diputado por la Capital federal,
vaiios militantes y un sector de la dirección partidaria subrayaron el valor del
sindicato com o embrión de la sociedad futura y postularon que la actividad
revolucionaría debía desplegarse dentro del mismo, cuestionando la estrategia
parlamcntarísta del ala liderada por Ji- v 15. Ji.sro. lo s críticos fueron expulsados
en 1906. formando una nueva corriente ideológica dentro del movimiento obrero;
el sindicalismo revolucionario. Adhirieron a los métodos de acción directa y a la
(781 Cf. Zimmijotvi, Coi <k:k> A., U )s liberales rclom nslas. Z-.I cuestión social cn /a
AnjciUíiM . 1000-1916. Buenos Aires. I!>95.
Ju n to a esta política <lc represión del anarquismo y. en menor medida, del
socialismo, sectores del gobierno impulsaron la creación de una legislación acorde
con las nuevas relaciones cnlre empresarios y asalariados, t i 6 de mayo de 1904,
JoAQtii V. González, ministro del Interior en las postrimerías del segundo mandato
de Roca , presentó al Congreso un proyecto de Código Nacional del Trabajo. tn la
fundamcnlación del mismo, Oomt.cz sostenía que el objetivo del proyecto era
'elim inar, en lo posible, las causas de las agitaciones que se notan cada día más
crecientes en el seno de aquellos gremios, cuyo aumento y organización, paralelos
con el desarrollo de nuestras industrias, del tráfico comercial interior e internacio
nal y de los grandes centros urbanos, donde se acumulan las fuerzas fabriles y se
producen los fenómenos de la vida colectiva, hacen cada vez más necesario que
el legisladoi les preste una atención más profunda y busque soluciones definitivas
a las cuestiones de Estado que con ella se vinculan* (” ).
MI proyecto contemplaba algunas de las principales demandas del sector
laboral. Instituía el contrato de trabajo, sus formalidades, el salario y las condicio
nes de pago, las responsabilidades de las partes, su duración y extensión,
restablecía la obligación empresaria de indemnizar los accidentes de trabajo.
Implantaba la jo m a d a laboral de 8 horas tsemana laboral de 48 horas para los
adultos y de 44 horas para los menores de entre IG y 18 anos), fijaba el descanso
dominical; regulaba las condiciones laborales de mujeres y menores, y de
seguridad e higiene en los lugares de trabajo. Disponía la creación de la Jun ta
Nacional del Trabajo, dependiente del Ministerio del In lcrio ry con jurisdicción en
la Capital federal, para asesorar al gobierno en materia laboral, recopilar estadís
ticas y estudios y con poderes para inspeccionara los establecimientos sometidos
a su jurisdicción. También se creaban los Tribunales de Conciliación y Arbitraje
para dirimir controversias derivadas del contrato de trabajo, inspirados en
instituciones similares establecidas en Australia y los testados Unidos.
Pero las disposiciones referidas a las asociaciones profesionales fueron
rechazadas |>or las organizaciones obreras. El proyecto establecía que la personería
jurídica se otorgaría sólo a aquellas sociedades que no tuvieran fines contrarios a
las leyes o la Constitución y que no negaran a los trabajadores la libertad de
contratar y de trabajar, t i título re s p e tiv o del proyecto facultabaal Poder Ejecutivo
a disolver toda asociación que Incurriera en el delito de rebelión, alzamiento contra
las leyes, alteración de la paz y el orden público. Tanto la fOHA como la IIOT
repudiaron el proyecto. Y. en definitiva, el primer intento serio de legislación
laboral no fue aprobado en el Congreso.
Igualmente, los empresarios industriales objetaron el proyecto. Kn un m emo
rándum. dirigido a la Cámara de Diputados en 1905. la Unión Industrial Argentina
ptoponia como alternativa la formación de una comisión de industriales y obreros
para estudiar la sanción de proyectos sobre accidentes de trabajo, sobre la
ocupación de m ujeres y niños, seguridad e higiene y reglamentación de las
(791 Citado un rwir.nxn, Jtnr. /.os trnb-tjudarcs. Unenos Aires, I9H2. páfis. 1tiI y 162.
sociedades obreras. U i UIA argumentaba que la industria local no podía afrontar
los costos adicionales que imponía la legislación propuesta y que su sanción
colocaría a dichas industrias cn inferioridad de condiciones (rente a la producción
extranjera.
El fracaso del intento de codificar las relaciones laborales en el país dio paso
al desarrollo, menos ambicioso, de nueva legislación social. En 1905, impulsada
por una propuesta del diputado Airarix» P alacios. se logró la sanción de la ley de
descanso dominical, aunque el beneficio quedaba limitado al ámbito capitalino.
Una vez más. la UIA. si bien no se o|ionia al descanso hebdomadario, cuestionó
la obligación de pagar los jornales el día de descanso.
En junio de 1!)06, P alacios presentó un proyecto de regulación del trabajo de
mujeres y niños, pero recién a mediados de 1907 se inició su tratamiento cn la
Cámara de Diputados. La ley finalmente sancionada, procurando la protección de
la salud, la seguridad, la instrucción y la moralidad de los menores y délas mujeres,
establecía, entre otras disposiciones, que los menores de IG anos no trabajarían
más de 8 horas por día. ni más de -MI horas sem anales; prohibía el trabajo de éstos
cn horarios nocturnos y determinaba que las obreras podrían dejar de concurrir a
sus lugares de trabajo hasta los treinta días después del alumbramiento, debiendo,
entretanto, conservársele el puesto.
Cabe señalar que el cumplimiento de esta ley, como el de otras normas
laborales, dejó mucho que desear. l.os propios organismos oficiales denunciaron
cn repel Idas oport unidades su incumplimiento como, asimismo, la inacción de los
organismos de inspección encargados de vcrilicarlo.
1.a conflictívidad social de la primera década quedó clausurada hacia 19 12. Al
agotarse la coyuntura económica favorable, se generó un excedente de mano de
obra que presionó sobre el movimiento obreroy sus posibilidades reivindicativas.
La crisis económica, iniciada cn 1913. com o consecuencia de la declinación de las
exportaciones y la caída de la construcción provocada (>or el cese de los préstamos
y las inversiones extranjeras, se tradujo cn un abrupto crecim iento de la desocu
pación. El estallido de la Primera G ucria Mundial acentuó los efectos de la crisis,
lo que llevó al gobierno a publicar dos informes sobre l.i evolución del desem pleo
cn la Argentina.
Elaborados por Au-iviimo B l-hii ., director de Estadísticas de la Dirección
nacional de Trabajo, los informes señalaban el impacto negativo sobre la
ocupación. El princi(>al fue atribuido, fundamentalmente, al descenso de la
actividad en la industria de la construcción. Por otra parte. ISciqc puntualizó la
deficiente estructura de distribución de la m ano de obra, característica del modelo
agroexportador. Existía una oferta excesiva de m ano de obra |>or lo que aconse
jaba la creación de mecanismos estatales que regularan la distribución de la
misma. Además recomendaba una selección restrictiva de la inmigración t‘ j.
El gobierno, con critcrio asiste ricial isla. Irató de atender las necesidades de los
desocupados. Mediante dos decretos de agosto de 11) 14. formó una comisión de
socorros que coordinaba la acción de las instituciones de caridad y que seria
dirigida por la presidenta de la Sociedad nacional de Beneficencia. Asimismo, se
ordenó a la Dirección de Inmigración que proveyera transitoriamente de alojamien
to y m anutención a los desempleados sin medios de subsistencia, certificados ¡>or
la comisión de socorros. Forsu paite, la Municipalidad de Buenos Aires estableció
"cocinas populares", donde se servían 8.500 com idas diarias, con la contribución
de particulares y gremios, no obstante estos cambios de actitud del Estado hacia
los trabajadores, perceptibles desde principios de siglo, la mayoría de las
organizaciones obreras no variaron su posición frente al poder público. El
apoiiticísmo y el a ni ¡estatismo conservaron su vigencia, caracterizando el ascen
dente discurso del sindicalismo revolucionario, después del Centenario.
1,9,1. La agricultura
Trigo Maíz
I 2.529
1910-1905 1 ~
1896-1800 28.063
M J¡8 1
1891-1895
E3 Cosechadoras H Trilladoras
Fuente Scooic. Jawis. Revolución en /js pampas. 1860-1910. Busncs Aires. 1960
Gráfico 1.2. Im portaciones de maquinarias agrícolas (1891-1895/1906-1910).
(851 Vuiarritj-, Ji»r. 'Las ventajas competitivas de la pampa' en Ciclos en l.i historia. la
economía y l.i sociedad. M’ 3. Buenos Aires. 1992. págs. 40 y 41.
Iflfi) G aiomahu. K. (1989). pág- 345.
(87) Cf. Autmw. Jr*c*Y, 'nnanclamiento y expansión agrícola en la Argentina y el Canadá.
IB90-19 14‘ en Cirios en la historia, la economía y la sociedad. IV 3. Buenos Aires, i 992.
(88) rniKk. M. 5.. (1983). págs. IC3 y 164.
1,9,2. La ganadería
60
40
20
0
I I I
1088 1895 1908 1914
I Vacunos H Ovinos
ií)0) Cí. Ojbcki». c... H istoria económ ica eJc /<)ganucterúi argentina, Buenos Aireas,
líKil
Prometío de Vicuña Vacjr.3 Ovira enfriada Cvne
enfriada congc'oda yccnjclida Tasa,o ccmervídj Oíros Titiles
quinquenios
1B70-t37-í _ — _ 33776 _ _
E Oración propj.
Fuente: Carreó Naaonal esoGoogralu H342)
Total ñe publica
Buenos A ir»
Santa Fe
Elaboraren popa.
Fuente Censo raciona íe 1914.
i*J5t 0 i« Alejandro, Owuo*. Ensayos sobre lahhUotLi económ ica.mjt'rl/rrM, Buenos Aires.
1975. pág. 200.
í9Gt Citado por Friuíhki. Ki*,ruo. Síntesis cíe (a historia ín tica de la economía argentina.
Buenos Aires. I1B3. pág. 70.
Raión entre el valor
Porcentaje del total de arancelarlo de las
Porcentaje del total de
derechos de Importación con inportaciones y su valor
Año* derechos de importación con
respecto al valor real de la» real en porcentaje o nivel de
respecto al valor arancelario
importaciones de mercaderías disminución de la
protección O
N* % K* \ % Mj Ics % Miles N %
m$n mSn
A irreríaacn 4.936 21.3 18 993 38.9 284.9 226 496 47.4 763 773 42.7 237.2
Vestido y tocador 5 713 24.7 7M I 14.5 23.9 45.C37 9.4 100.178 5.6 122.2
Coísst-MCíion 3 9?5 17.3 8 582 17,6 114.8 46 532 9.7 216 182 12,0 364.6
M x K es y rodados 2 259 9.8 4 411 9.1 97.1 23.010 4J 62 639 3.5 172.2
Aftsieoydecm aw 949 4.1 996 2.0 0.5 6 569 1.8 14 546 0.8 69.8
Metates y ansias 3163 13.7 3275 6.7 0.3 26 479 5.6 107.620 6.0 j:6 4
Prod químicos 317 1.4 667 1.2 110.4 12 902 2.7 33 013 2.1 194,6
A.-.PS j'a 'c a s «27 1.8 1439 3.0 137,0 9010 1.9 32 582 1.9 266.1
Fibras hitadas
y te das — — 2458 6.0 — — — 34 423 1.9 —
Varos 1 367 5.9 957 2.0 •33.0 79.727 16.7 417306 23.4 423.4
Tetaos 23.126 100.0 48.779 too.o 110.9 477 812 1GO.O 1TB7 Ü 2 100.0 274.1
HP S HP % *, N" % N* % %
A!*ncntac&l 35 373 59.5 164 653 24J 365.9 48 656 29.1 134.832 32.9 177.1
Vestdoy t x ¡ l x 1 CÓ6 2.B 5 764 0.9 243.1 32 559 19.5 57.764 14.1 774
Construcción 10 ¿36 17.6 44 570 6.6 325.0 30159 18.3 67 317 21.3 186.1
V u ct'cs y rocatíos 696 1.1 90 » 1.3 1 196.8 12 721 7.6 29 007 7.1 128.0
Artisico y <fc ornato 25 — 442 — 1.663,0 2.560 1.5 4 294 10 67.9
Metales y aneK» 2122 3.6 17 935 2.6 745.2 14 631 8S 29 327 72 100.4
Prod qu-niccs 1 eso 3.1 4915 0.7 165.7 4.712 2.8 9.9Í6 2.4 111.9
Aries g rata s 459 1.0 3 059 0.5 556 2 5 080 3.0 13266 32 161,5
Fibras hiadas
y teirias — — 10 203 1.5 — — — 15.560 3.8 —
Vanos 6.730 11.3 418.033 61 6 6.111,6 15.757 9.4 23 515 7.0 82,9
Testes 59.427 100.0 670757 100.0 1.042.2 167.195 100.0 410 201 ICOjO 145.9
Elascracjon popa. En 1655 el secia Fibras. hiatos y tei<tos so rtíuyo en M usirás vanas Dtrl.-c del scd y
AJmer'jción se han «capera;*: en 1895 indusirát que (juraban pe-’ separado Fngot.licc* y saladcos. Me nos
harneros; Ing^-os arjca'cfcs. Viro, cerveza y des! lenas de afccf.cl Para 1895 no se tienen dales sotre el Val»
tío !a Piodjccisr.
Fuentes: Segur,Jo etnso natxni!. 1855 y Teter censo nazcan. 19 U
(90) CCPAL. t:i desarrollo económ ico argentino, Santiago de Chtlc. I95H.
marcha ascendente: el litm o de crecimiento del valor de estas últimas será mayor
que el de las primeras, ayudado por una mejoro significativa en los términos del
intercambio que entre I9 0 3 y I909sut>cnsostenidam cntc,dc 109.6a 151,7
Así. en los tres últimos quinquenios del periodo la balanza comercial será
fuertemente positiva. 1.a coin|>osición de las exportaciones por grupo de productos
testimonia el cs|>cctacular incremento de las exportaciones agrícolas que de
representar un 6,7 % del total cn 1880-1884 elevaron su participación hasta cerca
de un 6 0 % en 1905-1909, desplazando de su tradicional primacía a los pioductos
ganaderos. Mientras que la exportación de estos últimos creció a un ritmo regular
desde principios de la década de 1890. las ventas al exterior de productos agrícolas
aumentaron siete veces y media cn el mismo periodo, teniendo cn cuenta los
valores medios anuales.
(99) 1)1 TtiiA. ü liix ) y ZvnrxnMi, M v w , las etapas del desarrollo económico .injrntinn.
Buenos Aires. 1967. págs. 2GU y 269,
Prod. Prod. Oíros
Prom eto de
% agrícolas % producios
Tetil
% (iRl'ore
lasperísdes |->ganaderos
O'K-sdfrr.Sr) l*vonetl> irjn| lu an es de rin |
sde m$n|
1871*1874 92 94.5 _ 0.3 3 5.2 95
1675-1679 101 93.0 3 2.3 2 4.7 106
16K-1E54 124 69.1 9 6.7 6 4.2 139
1E65-1BS9 163 &0.7 35 16.6 6 2.7 209
1B90-1B34 155 66,4 67 288 11 4.6 233
1635-1693 192 W.2 93 31.1 14 4.7 299
1900-1904 219 48.7 2» 46.6 21 4,7 449
1905-1903 298 39.2 434 57.5 25 3.3 761
1910-1914 442 45.1 437 50.8 41 4.1 960
1568
61 ARGENTINA i 300.000
2) EE UU n * W F - ' 1- 3.900.000
•
1907
4) RUMANIA H 2 B H H O M 3 2C0.000
ELlScrjcicn prepa
Fuentes Anwras tü ccmercxi CJíírsy ygc «frj. Vics.!ti-P«uso. Vianu, EtutXitets h .U xa s argentinas.
1875-1314. Bucros Aires. 1971
Eip.
Gran E.'í Ij .'ií Frard* Alem«n.« EE.UU. Béljíc* Rtfa E$p*rti Otro* pe*
Año crete
Eip Imp. Irrp. Etp- Imp. E*P Imp. Eip. Imp. Etp knp E«p. kup. E«p. imp. nes
IfíT 69 :so 27.6 18C 6.9 63 6.9 72 224 54 4.3 4.5 1.7 54 233 2 —
i6é2 100 37.9 35 C 193 88 87 58 62 230 3.7 2.5 4.3 2.5 43 159 156 —
•6*3 100 37 9 350 193 88 87 5.6 62 200 37 2.5 43 2.5 43 159 15,6 -
10.3 32.4 3"4 17.6 i: 2 9.0 59 «O 213 7.4 2.9 43 22 4.8 147 16.5 —
■«5 13.1 33 0 152 10-1 76 €5 7.S 179 7.6 3.0 44 24 33 184 16.3 -
1*36 U.3 351 314 178 100 34 50 7.9 153 3.4 36 47 14 37 193 14.1 —
1&37 101 :s 4 •9.1 113 102 7.1 8.9 142 9.4 36 6.0 1.0 4.3 13,3 13.2 —
1M Í 17.5 yí.2 23 3 175 130 12.1 6.5 7.8 165 B.6 25 58 35 3.1 12.5 12.9 —
IBS? 12.2 343 30.3 152 138 9.1 6i 7.0 134 es 38 6.1 29 27 17,5 14 1 -
IE iO iee 43.» 263 13.7 11.4 85 5.9 6.7 119 7.7 3.0 6.C 2.3 26 23.7 165 —
1611 160 41.8 233 11.9 11.2 90 39 44 175 9.0 3.4 6.0 09 22 23.8 15.7 —
te?; 176 333 24 7 11.5 14.5 109 7.4 77 *29 71 3.2 8.7 2.2 22 13.1 136 —
•■VA *97 354 182 ice 113 10 8 4.9 10 8 12J 9.7 3.0 97 2.6 1.6 2S.1 21.1 —
'V A *25 41 1 167 95 108 11.6 7.5 6.3 12 3 7.9 29 105 1.3 2.6 20 4 13.5 15;
15* 12.4 397 197 107 ii 1 12.1 55 9.8 132 7.6 30 •0 3 09 2.7 214 7.1 «53
h i: 12.9 36.6 218 112 •39 11.2 e4 13.1 89 9’ 39 107 1.5 3.0 21 8 9.1
1E>5 14.2 36.3 72.4 9.3 143 15.7 45 13.2 1C.1 ee 4.1 12.6 0,7 23 15.4 99 •2.7
16"? 11,6 37.2 222 9.3 15.7 1C7 4,3 128 13.0 7,1 2.7 11.5 08 26 14.6 ei 15.4
E lotera: ce propj
FuctiIc A:w nojdeccníO O í«?fnw j.^enfnci;Várautz-PKC St».Via> r«,Fsüctsícash-sfóncttjrpflrv*nj5 I87S-
19U . Buencs A res. 1971
Babcracian (w pía
Fuente E> jt«. A.r j x m >. U economía a-geetna, Buenos Aires, 1930
Cuadro 1,26. Principales artic u lo * exportadoa e im portados hacia y desde e l R eino U nido
en 1900 y 1914 (en m illones de pesos oro).
11021 Cl. Pkuim n. R u t, ' Anotaciones sobre nuestro medio circu lan te', cn Revísta de
Ciencias r.canúinlcM . Buenos Aires, enero de 1022.
1103) Ioku, Aire G.. Cl patrón oro. IIUIO 1‘J I ■). tttg l.ilr.m i y Argentina. Buenos Aires.
I9 ü {j. págs. I5 fl y 159. y 104.
(104) fYKKr.K. Au*>. U t cconom ni argentina. Buenos Alies, pág. 75.
11051 Jm in u . K *r« i. evolución m onetaria argentina. Buenos Aires. 1íJCiU. pág 44.
Las monedas de oro y plata comenzaron a exportarse o fundirse, en tanto se
autorizaba al Banco Nacional, y luego al Banco de la Provincia y a bancos privados,
a emitir billetes de curso legal sin obligación de convertirlos. A partir de 1885 van
a existir en la Argentina dos sistemas monetarios: el pa(>cl moneda nacional que se
usaba internamente, y el oro o libra esterlina, que se aplicaba a las transacciones
internacionales. Se iniciaba un período caracterizado por la ampliación de la
circulación monetaria que, cnlre 1885 y 1890, crecióa una tasa anual del 50 % ( l(yi).
Una de las razones del aumento de la emisión monetaria fue el elevado
increm ento del gasto público, que sostuvo, en buena parte, la expansión econó
m ica del periodo, a pesar del signo liberal de los distintos gobiernos. Como apunta
KrijAisnr. en 1884 los gastos superaban en un 56 *’,b a los ingresos, lo que generaba
un enorme déficit fiscal. La expansión del gasto público no era 'solam ente un
resultado de una optimista apreciación del crecimiento de la recaudación", sino de
las |x>s¡b¡lidadcs que ofrecía el endeudamiento externo t‘07>.
1 1081 Sob re t.i H istoria d el Ban co de la Pro vin cia «le Buen o s A ires. Dr Km -.a. Ai aturo y
Cj:w iAiBiAfm , N o tn ilco m p s.). Historia d e l Oanco etc la Provincia ú c H um o s Aires. 11122 ■I <19?.
lom o s I y II. Buen o s A ires. 11)98.
1 109) ftebusin. Ammu. "B an ca y cap italism o cn la A rgentina. 1850-1030. Un ensayo
critico ", cn Ciclos en la historia, la econom ía y la sociedad. n- 10. segundo sem estre de 1999.
II 101 P w riv ji. Raía.. "H istoria m onetaria arg en tin a...', en Kworoitr. M. ( 1988>. pá<ss. 140-142.
1 ,1 2 .3 . La crisis de 1890 y U balanza de pagos
111 11 IVm m v .Ion-i lt.. Anjcntin .1 InlcrnM iunnl Tr.ulc tiiitle r Inconvenible /'.i/>rr Ploncy.
lfínn-1900. Harvard. 1920, 114.
11 12) Citado cn IUuuivsm . A-aormi I IIIH 0 -I9B 2. H lstari.r de I,is crisis argcnfin.is. Vn
s a c iifíc io im itil, buenos Aires. 1002. pág. 4(i. La novela de J w » M w rn se llama
significativam ente La üolsa
Por otra parte, el crédito bancarío se increm entó espectacularmente, se
multiplicó doce veces entre 1001 y 1889. siendo el que más se expandió el Raneo
Nacional, debido a la cantidad de emisiones que le fueron autorizadas. También
se ampliaron las actividades crediticias de los otros bancos provinciales, de las
instituciones privadas y. especialmente, el crédito hipotecario después de la
creación del (Janeo Hipotecario nacional ( " 5).
Con ello aum entaba también el consumo, com o señalaba Josr. A. T ekkv que
llegó a ser ministro de Hacienda entre 1093 y 1094, "en proporción al derroche
bancarío. El lujo y los gastos improductivos se habían multiplicado. Todavía se
descontaba el porvenir por millones de millones. Se había perdido la noción del
valor del dinero..." (‘ '*). El emisionismo excesivo y la especulación de lodo tipo se
asociaban a un consumo sunluario que agravaba las cosas.
Ciertos autores sostienen, sin embargo, que los bancos garantidos tuvieron un
efcclo estimulante, al menos en un primer tiempo, sobre las econom ías provincia
les, y que frente a un presidente oriundo del interior del pais. como el cordobés
J i 'a k « CniAM. los intereses porteños incidieron para desestabilizar su gobierno,
incluso ante los prestamistas extranjeros l1*'). Pero puede argumentarse, [rorotro
lado, que el presidente dispuso la privatización de activos estatales, com o los
ferrocarriles Andino y Central norte, para obtener recursos propios, a fin de
mantener el elevado gasto público
En lodo caso, et crecim iento de la deuda pública externa entre 1885 y 1009
fue notable ( " ' I . En ese periodo, la deuda contraída por las provincias superó los
100 millones de pesos oro y la de los municipios los 20 millones de la misma
moneda. IV iuiams es el primero en hacer notar que no existen registros respecto de
la deuda de las empresas privadas —cuestión de la que directa o indirectamente
se hacia caigo el Estado— : sin embargo, un dato que parece corroborarse a través
de otros comentarios de contemporáneos a los hechos, es el que trae Q u -iiih o
lUvnv Según este autor, 'u n a fuente acreditada Ise trataría de Jost Mahia Rosa,
ministro de Haciendal calculó que la deuda privada con el exterior era, en 1090,
de 400 millones de pesos oro y los sen icios anuales de la misma demandaban 24
millones de pesos oro"
(119) W iu ivu . J . II. (IU2Ü), según un Informe del ministro de Hacienda. Oku»
pág. 100.
( 1 20) Cf. Kim, F r m J . , Rritish Im vstm cnt inLatín American. Minncápolis. 1959.
Debido a ello, luego de intimar ¡il gobierno a que hiciera frenlc a sus
vencimientos para evitar que entrara cn liquidación, la casa Baring debió cerrar
provisoriamente sus puertas y lúe salvada, in CXtrem is, por cl gobierno británico.
En la Argentina, algunos de los principales bancos se declararon cn bancarrota y,
una vez fracasados los intentos pata ayudarlos, entraron cn liquidación, fin alm en
te. se otorgó una moratoria general mientras que cl premio del oro llegaba a un pico
máximo del 364 % y la cotización de los títulos y acciones de los bancos y em presas
más importantes declinaban en forma csjicctacular: las del Banco nacional
cayeron más de un 90 % entre agosto de 1889 y jun io de 1891, las del Banco
Constructor llegaron prácticamente a careccr de valor y los Ijoiios gubernamenta
les. así com o las acciones de las principales compañías ferroviarias, tuvieron un
descenso más moderado pero igualmente importante, con caídas que llegaron, en
algún caso, al 80 %
Cn su primer discurso presidencial, cn agosto de 1890. Carlos P cuccnsii. que
reemplazó en cl caigo al renunciante Mig u j -Jijahez C u ma', daba un panorama negro
de la situación: "Necesitamos — decía— de ocho a diez millones de pesos para
iwgar en Londres cl 15 del corriente mes, es decir, de aquí a nueve días, el servicio
de la deuda externa y la garantía de los ferrocarriles: en cl (Sanco Nacional no
tenemos nada, si no payamos, seremos insci iptos cn cl libro negro de las naciones
insolventes. jKeclamo de ustedes esa ayuda cn nombre de la patria!*. III honor de
la patria estaba ligado ahora al de un irresponsable endeudam iento externo ( '" ) .
Pero cl compromiso fue asumido y cl gobierno argentino inició Iratativas que
lo llevarían a un acuerdo con sus acreedores extranjeros, firmado en enero de
18 9 1. y negociado con un comité que los representaba, que había sido nombrado
por cl Banco de Inglaterra y encabezaba cl barón Koniscnii.n. Por este trato, la
Argentina quedaba dispensada de la necesidad de remitir fondos a Europa por tres
artos y se 1c conccdia una empréstito de consolidación garantizado por sus rentas
aduaneras. Además, por igual cantidad de años, las autoridades locales no podían
solicitar nuevos préstamos cn cl exterior. Poslcriom icnte. este acuerdo fue
abandonado y sustituido por cl llamado "Arreglo Komcro* por cl cual se alargaban
los plazos para el pago de la deuda, cuyos servicios com pletos volvieron a
abonarse normalmcnle a partir de 1897.
Sin embargo, desde 1891 la balanza comercial comenzó a hacerse positiva,
cn parte debido a la fuerte disminución de las importaciones, pero también gracias
al aumento de las exportaciones. Las inversiones de los años anteriores estaban
(1 2 1>Wuuxns, Jotin II.. "La crisis y cl naneo Baring. 1UÍK) 1891*. en ftctis la de Ciencias
Económicas, noviembre de 1921, pág. 122.
1122 1 Citado en Bailstiu. J. *1934} Qué pensaría de e-se h o n o r tic la pa tria .lt>>r r>t 5xn
M w iii. cu.meto, sin los barcos necesarios para emprender su expedición libertadora al l'erü,
d ecia :“ f'-l que no tiene más con su madre se acuesta", y agregaba: "Yo marcharé aunque me
lleve el diablo", rilad o en Pxmx.au, PxtiuriA. 5a/i Martin. l a fuerza de la m isión y la soledad de
la gloria. Rueños Aires. 1999. pag. 2fiO
dando ya sus frutos, produciendo una rápida expansión de la producción
agropecuaria. También se creó el liarle o de la nación Argentina, organizado sobre
la base del liquidado Banco Nacional, que, a partir de allí, aunque en condiciones
m ás rigurosas, jugaría un rol central en el financlamiento del gobierno y de las
actividades económ icas y comerciales.
Cuando en 1095 se reanudó la rorriente de préstamos, la situación de la
balan/a de pagos difería radicalmente de la del periodo lili! 1-1090. Ahora, según
IVii liams. el balance de préstamos, debido a la fuerte carga de la deuda externa,
resultaba negativo, mientras que el saldo de la balanza comercial tenia un signo
crecientem ente positivo y compensaba por demás el desnivel financiero. El
resultado de ello fue que. salvo en 1897. en los demás anos, hasta principios del
siglo XX. la balanza de pagos experimentó una notable mejoría. Aunque la
ausencia de algunos registros estadísticos pueden alterar estos resultados en un
sentido menos favorable ('*').
Cabe notar que el incremento de las exportaciones no se debió al aumento de
sus precios, que se encontraban en baja, sino al del volumen exportado debido a
la mayor demanda internacional. De todos modos, el mejoramiento del comercio
exterior provocó, desde 1895. una declinación del premio del oro sin que
disminuyera la cantidad de papel moneda en circulación. Se inició asi un proceso
de apreciación del peso que sólo seria frenado por la l.ey de Conversión de 1899.
En el cuadro siguiente puede apreciarse la evolución de la balanza de pagos
entre 1001 y 1900. y sus relaciones con los movimientos de la circulación
monetaria y del premio del oro.
P ré sta S e r v .d e B c e .d e B a la n z a B aü ru ad e C ir c u í, P r im a d e l
Exp. tm p .
Ano m os la d e u d a C4 PÍ1. com erc. pagos m o n e t. o ro 1 8 8 4
3 4
t 2 1 - 2 3 - 4 S a le s (m ifl, rrvSn| par
112 3 » W h.ua.M
-s, J . t i. ( 1 9 2 1 í, p á g s . 1 5 2 y 1 5 5 .
1394 _ 20.1 ■30.6 101.7 928 8.9 21.7 299 357
'895 172 30,6 •21.0 120.1 951 25.0 4.0 295 344
1396 37.1 33.2 ■2.7 116,8 1122 4.6 1.9 295 296
1897 33.3 44.0 •5.7 101.2 933 2.9 -2.8 293 291
1S93 46.0 50.5 •4.5 133.8 1074 26.4 21,9 292 253
1339 25.0 54.7 •29.7 164.9 1169 65.0 38,3 291 225
1S00 27.5 53.5 -31.0 154,6 1135 41,1 9.0 235 231
Elatoraoon prcpo.
Nou: Li coÁnru ¿c b iin í 3 ao pagos re!jye. en «l colculod e iu w í. ereoíos rus dc£ tas. Los créditos ugr-.ican
f.'o;:iTcs f « etpzr.iz>zrcs. les Occ-:s. pagos per tos sevetos do la Scjís tass mportasenes L i balanza tío
rogos. t<ilempos cor*jüej no Sebe Car si-ios rx-jitvos r pcvtvcs. perocn c cifcüode Wuuuis no rcluye «ros
Sero. coro as remesas Ce los rrr ¡yantes tos gistos fie ¡unSas y cfcss, p w rc í speoer Se datos sufocntes.
Fuente: WmwS. Jswi H . Arpertn» In’ernjíorj/ ¡,-ndcr Ir.&totKtk' PjporMoney, 1893-(900 Harvard. 1920
Cuadro 1,27. Balanza da pagos, circulación monetaria y prima del oro 1881-1900
(en millones de pesos).
(131) IVwn, A. <I‘H>6 >; t on:). A. (Ií>77) y Fcmn. A iri, "Com ercio exterior e inversiones
extranjeras. IB f ln t !) 14". cn rriawn. Gummi» y O vn i. E/r-uun. icon ip .l. La A rgentina <ielt10.il
Centenario. liuenos Aires. I9H5. págs. 497-512.
externos y frenaba las corricnlcs <lc capital. La imprudente |>ol¡t¡camacroe<:onóm¡ca
de los años '80 facilitó una expansión desmedida del crédito antes de que
maduraran las inversiones cn cl seclor agroex|>ortador. que no fue sufícicnlc para
cubrir los necesarios pagos externos. I.os términos del intercambio, por la caída
de los precios internacionales de las materias primas agrícolas, se sumaron para
hacer inevitable la crisis.
La originalidad del enfogue de Fohi> estriba cn guc consideraba a las exporta
ciones como una variable exógena. cn función de la dem anda externa, concentra
das en |iocos productos primarios y cn mercados con precios internacionales
únicos. Las importaciones, por su parte, dependían de un aum ento de los ingresos
y éstos del de las exportaciones, que eran "función directa del nivel de actividad
curo|)ca'. Por ello, los mecanismos del patrón oro 'a través de los precios" fallaban
en la Argentina <l51l.
La convertibilidad se pudo mantener a partir del momento cn que las
exportaciones dejaron un excedente tal. que permitiera cubrir las ¡m|>orlacioncs
y los servicios de la deuda. A su ve? —sostiene Fono— . en el |ieriodo de mayor
crecimiento de las exportaciones, las presiones de los exportadores y de los
terratenientes influyeron .sobre l.i autoridad económ ica para mantener o abando
nar la convertibilidad y evitar, de esta manera, una valorización de la m oneda que
perjudicara sus intereses.
Aun cuando en ciertos aspectos no se aleja tanto de lo que plantean W iu iams
y P rerscm, Pokd concluye, más enfáticamente, que la crisis de 1890 fue esencial
mente una "crisis de desarrollo". Pto advierte, sin embargo, que las crisis del seclor
externo en la Argcnlina son seculares y continuaron desde entonces afectando la
economía del pais. aunque de su análisis puede inferirse que no todas las crisis
responden, desde un punió de vista productivo, a las mismas causas ni llenen las
mismas consecuencias.
Cn un trabajo más reciente. KoBCKioCorursCo-iiir. sostiene una lesís distinta de
la de los otros tres autores, al señalar que las recurrentes crisis del período
agroexportador fueron originadas por problemas monetarios, v no <orno resultado
de los desequilibrios del balance de pagos C " l.
Comí s Cosnr aplica a la cpoca cl modelo de "expectativas racionales", según
cl cual. |>or cl aumento del crédito y la oled a monetaria, cl público compraba oro
ante las ex|>eclativas de devaluación de la moneda, producto de la mayor oferta
monetaria, lo cual conducía al agotamiento de las reservas y a la depreciación del
|>eso (” *).
Por otro lado, los recursos fiscales provenían en su mayor paite de los
derechos aduaneros sobre las importaciones, y estas dependían, a su vez. de las
exportaciones y del endeudamiento externo. Esc crecimiento estaba sustentado,
enlonces. en diversas formas de endeudamiento, sobre todo externo.
Los mecanismos del proceso que describimos, analizados muy sintéticamente,
venían funcionando desde los arlos '20 (recordemos el famoso empréstito Baring
de 1824. primer modelo cn este sentido), pero alcanzaron otra magnitud a partir
de década de i 870. cuando las corrientes de capital externo comenzaron a afluir
cn cantidades importantes y el sistema bancario y financiero adquirió mayor
envergadura C57).
Cn síntesis, la Argentina que caracterizaba al modelo agroexportador era una
economía abierta hacia el exterior, en donde el Estado tenia un papel importante,
pero basada cn mecanismos de endeudamiento externo que estimulaban proce
sos de expansión y traían graves consecuencias en los periodos depresivos; ciclos
que se hallaban condicionados, además, por el comportam ienlo de los ceñiros de
11371 Sobre el empréstito Bañng de IB24 véase Fcieu, II. (1974); 5c ai*.['k:-.i Oku/. Rali.
ro litica británica cn e l liio ríe la ríala. Buenos Aires. 1957. El empréstito Barlng fue c itado
por varios autores como uno de los primeros hechos de corrupc iún en la Argentina, a lo que
se agregaba que sus fondos no se destinaron a los fines para los cuales hablan sidn
solicitados ien lugar de inversiones de Infraestructura, se utilizaron para financiar la guerra
con el Brasil).
poder económ icos mundiales. Mientras tanto, se consolidaban y se derribaban
fortunas y se iba conformando un sector económ ico y financiero dominante
vinculado al capital extranjero, a la producción agropecuaria y al comercio de
exportación e importación, con raíces cn procesos anteriores al mismo modelo.
La escasez de dalos, los errores en los registros y sobre todo los primitivos
métodos de calculo hacen pensar que nunca se podrá saber cuál fue la magnitud
real del endeudamiento externo argentino y la cantidad de divisas que cl país debía
exportar cada ano. f'ero, de lo que no cabe duda — aun cuando no se pueda medir
la profundidad real del signo negativo cn los balances de pagos— es de que las
cuentas de capital dependieron de la continuidad de las corrientes de capital
externo y de que la moneda, cuyo respaldo crecía con la entrada de oro y se diluía
con la fuga de él, sufría en esas continuas fluctuaciones, que poco tenían que ver
con el crecim iento o no de la economía, sentando las bases de una inestabilidad
económ ica y financiera que se hizo crónica.
Los primeros anos del nuevo siglo se vieron marcados por una fuerte recesión
económ ica, y esto influyó sobre la Caja de Conversión que no tuvo saldo alguno
cn sus arcas. Recién a partir de 1903, cuando se produjo la combinación de
grandes cosechas y precios internacionales favorables y se reanudó la corriente de
préstamos, cl balance de pagos comenzó a arrojar fuertes superávit. El oro afluyó
a la Caja al tipo fijado por la ley y el sistema em|>ezó a funcionar de acuerdo con
cl propósilo de sus inspiradores. Las importaciones netas de oro. resultado de los
balances de pagos superavitarios. determinaron una expansión monetaria que
acom pañó cl crecim iento de la economía Com o la emisión fue, entre 1900
y 1914, inferior a las posibilidades que brindaba cl ingreso neto de oro. el encaje
metálico aum entó cn esos años en forma constante.
Las estadísticas siguientes nos muestran la relación entre las importaciones y
exportaciones de oro, las existencias cn la Caja de Conversión y la emisión de
billetes entre 1900 y 1914.
E!abora:&i piejo
Fuentes Fono, K s c G. Ei pjj-cn cío 1SS0-19I4. Inglalen y Argentina. Baenos Aire*. 1966 Ccmtá Gocgrár.ca
Arjonlro |1942).
i ! 3 8 b i s ) C f. TiHitr. r . i : i r t ( 2 0 0 0 ) . p á g . 1 60 ,
< 13 9 1 C f. S .M rM . Vim.il. C u l u n q c C o n t r o l a n d tltc A r g c n l i n c M a r k e t . n u e v a Y o r h . I*> 40 .
m icos que provocaron quiebras y conflictos sociales. Algunos. como el banquero
E ricsto Toknoi isr. señalan que el oro recién llegó a los bancos unos años más tarde,
situando el nuevo ciclo de auge hacia 1907 ( IM).
En todo caso, a partir de 1904/5 se verifica un aumento continuo del medio
circulante. La entrada de oro por superávit comerciales y por las corrientes de
capital externo condujo a una emisión mayor, contribuyendo a la expansión de los
negocios, pero también al incremento de las actividades especulativas.
i :i nuevo periodo de prosperidad económica, el más prolongado del modelo
agroexportador. locó a su fin. no obstante, hacia 1913. En mayo de dicho año
comenzó a dejarse sentir un proceso recesivo, que fue adquiriendo mayores
proporciones según transcurrían los meses. Durante 1913. los activos de entida
des cn quiebra se elevaron a una cifra igual al doble de la correspondiente a 1912
y el triple de la que tuvo cn 1911 ( m t.
Ocurrió que, desde 1910. el aum ento del oro fue producto en lo fundamental
de las corrientes de capital externo, pero no del monto de los excedentes del
comercio, pues adem ás de verificarse malas cosechas, que redujeron la produc
ción de cereales, descendieron también lew precios internacionales. Eslo produ jo,
incluso, cn 1911, un déficit significativo en la balanza comercial t1*-). Por otra
parte, la gran especulación cn bienes raíces que se habia iniciado varios años atrás
y se habia acentuado con motivo del crecimiento de los centros urbanos, encontró
su techo. Algunos terrenos habían alcanzado ya precios irreales y comenzarían a
bajar abruptamente. Aun antes del comienzo de la Primera Guerra Mundial, los
indicadores de la actividad económ ica venían cayendo.
Considerando el período 1911-1912 se verifica un pequeño superávit cn el
comercio, que resultaba insuficiente frente a los pagos exigidos por la deuda
— dice Q um kko Ramos— y fue el capital externo el que permitió controlar la situación
dando un signo positivo a las cuentas de la balanza de pagos. Sin embargo, las
entradas de capital se redujeron radicalmente hacia 1913, mientras subían las
exigencias por los servicios de la deuda. Asi. las exportaciones, sum adas a la
entrada de capitales, resultaron insuficientes frente a las importaciones y los
renglones invisibles, invirtiendo el signo del sector externo ('*').
El cuadro 1,30, que muestra la balanza de pagos en esos años, fue elaborado
por Ka l i P kcbiscm, y permite apreciar con m ás detalle la situación descripta. Tanto
Pkumsui com o Q uktuko Hamos coinciden en que si no comenzó la recesión en el
verano de 1912. fue porque el capilal externo siguió afluyendo al pais. pero ya a
fines de ese año, cuando los flujos de capital se cortaron, y los que habían llegado
por el corto plazo abandonaron la plaza, la crisis estalló produciendo quiebras cn
Cuadro 1,30. La balanza de pagos y la crisis de 1913 (en m illones de pesos oro).
Fuente CW Aiunicfo. Cmics. Er.U)^ set.v ü h&yu cccnyncj irjtrtria. Suírc» Ates. 1975
Cuadro 1,31. Indicadores del crecim iento económ ico de la Argentina {1865-1869/ 1910-1914).
11-171 CoKtr** C.o-nr. Kor.tKin, (I994t. pá*|. 19: Mammv*'". v L'ccotu»nlc montUiile.
1t ijíl i 992. A n.il) m' cl stM ¡slii)ues. Parts. 1995. pág. 21.
(148) V'nrxu, tji .i 11 K-to. Los ilt» sifik» de 1.1 Argentina. Ilisto ri.i nuntunica comparada.
Unenos Aires. 1999. (>*kj 121.
1 1491 Pono. A. O.. ( 1977). pág 130.
Esto explica el carácter cíclico del crecimiento, como lo ha señalado B crtoia.
La tasa de crecim iento es muy alta en los inicios, periodo 1877-1088. con 4.8 % ,
luego desciende al 4.4 % en I888-189G y al 2.7 % en 1896-1905. para ascender
levem ente en el periodo 1905-1912 al 3.5 c;'i>
I-a crisis de 1890, que fue denominada por algunos autores "crisis de
crecimiento", y la expansión que se produjo desde principios de este siglo hasta
los años previos a la guerra revelaron los limites del modelo agroexportador. Esc
crecim iento tenia por base el endeudamiento externo y un continuo balance
favorable del com ercio exterior; cualquier alteración en el sector externo o en la
estructura productiva que constituía su fundamento podía producir rápidamente
una interrupción del proceso.
Com o señala C arlos Manchal en su análisis de la historia de la deuda externa
latinoamericana, "los empréstitos inyectaban capital en America Latina, pero, al
mismo tiempo, propiciaban un llujo inverso de fondos en la forma de pagos de
intereses y de amortización... a largo plazo todos los paises deudores se veian
obligados a devolver una suma mucho mayor que la que habían recibido" (•**).
La cuestión estaba en las posibilidades que tenia el pais de mantener su
crecim iento en forma ininterrumpida sobre la base de ese endeudamiento y del
dinamismo de las exportaciones agropecuarias. En realidad, según apuntó en la
época AixJAiwto Benoe. "después de 1908 la Argentina... -era-... un pais estático
desde el punto de vista de su organización económica". La zona pampeana había
llegado a un límite en cuanto a sus posibilidades de expandir la producción
incrementando el área bajo explotación y Oran Bretaña entraba en un cono de
som bras como proveedora de los capitales y las manufacturas que nuestra
econom ía requería. La Primera Querrá Mundial significó un primer toque de alerta
en cuanto a las perspectivas de continuidad del modelo y la crisis de 1930 marcó
su ocaso definitivo" Ciertos autores, como D¡ Tr.UA y Z\m: lma.i , sitúan el retraso
hacia 1913, pero casi todos concuerdan en que el comienzo del fin del auge del
periodo agroexportador se sitúa hacia la primera década del siglo XX.
Por otra parte, los dalos de la evolución de la inversión bruta fija y del producto
bruto interno publicados por la CEPAI. muestran más claramente el ritmo irregular,
con tasas muy altas en algunos anos y muy bajas en otros, del crecimiento o|>erado
entre 1900 y 1914.
(1501 ISr htolv Lu». "fases, tendencias y ciclos en las economías de Argentina. Itrasll y
Uruguay", en Ciclos en (a historia, /a economía y l.i sociedad, PT I o. primer semestre 1996.
Buenos Aires. 1996.
(151) MuucitAL. Cahu», Historia tic /.i deuda externa de América taima. México. 19ttU.
pág. 13.
(152) Ver la discusión sobre las Ideas de tkrwir. al respecto en Llacii. Juai Josr. La
Argentina que no Inc. liucnos Aires, 1985. págs. 29 y 30.
Tata de creclm.
Inversión bruta Inversión bruta anual de la inv PBI a precios de Ta*a de credm.
Año*
fija % del P8I bruta fi|a mercado PBI
Etóoocón profw
Fuenir CEPAL, B ocsimti cconomco a.’pcrtr» Ancto esMüxo. Sigo 4e Chile. 1958
Cuadro 1,32. Crecim iento de l.i inversión bruta y del PBI (1900-19)4).
Como resulta lógico, las variaciones de la inversión bruta fija son m ucho más
bruscas que las del producto bruto interno, aunque am bas se hallaban, con el
previsible desfase, estrechamente relacionadas. Las tasas anuales de crecim iento
del producto bruto interno, por su lado, llegaron a ser muy altas en algunos anos,
pero presentan grandes altibajos.
Un indicador más heterodoxo de las características del desarrollo en los anos
de implementaclón y expansión del modelo, que trata de vincularlo a los cam bios
políticos ocurridos en esc lapso, consiste en medir el progreso económ ico del país
por la suma de su comercio exterior para los distintos periodos presidenciales
entre 10G2y 1916.
rio es, por supuesto, un exponento de la bondad de las respectivas adminis
traciones, sino que sirve para ratificar la ya mencionada evolución a saltos que
surge de los cuadros anteriores, pero en un periodo mucho más extenso.
intercambio Diferencia con el periodo interior
Administración»
comercial ($ oro) AbtckJtJ Relativa (% )
Cuadro 1,33. El crecim iento del com ercio exterior y los periodos presidenciales (1B62-1916).
l'.l análisis rlc la composición de las existencias de capital permite precisar, por
su parte, aquellos sectores que con su dinamismo sustentaron el desarrollo
económ ico cn el periodo agroexportador.
Mo sorprende encontrar que. además del sector agropecuario, los pilares
básicos fueron la industria de la construcción y los ferrocarriles. En 1900. la
distribución de las existencias de capital era la siguiente: Agricultura, ganadería y
pesca, 28.3 % ; Industria. 8.4 % ; Electricidad, comunicaciones y otros servicios
públicos. 0.9 ferrocarriles. 17.5 % ; Vivienda. Otros medios de
transporte. 0.3 % ; y Servicios del gobierno y otros servicios. I 1,1 % .
Pero es la estructura del producto bruto interno la que ayuda a visualizar mejor
los elementos constituyentes del modelo y su aporte al aparato productivo.
Fuente 3c K umobo, C*h.o>.Ensayos scOre la tusona económica ¿•gentna. Buenas Aires, 1975
C uadro 1,3-1. E structura del producto bruto interno en la Argentina (1900-1904 y 1910-1914)
(porcentaje del total a precios de 1937).
Puede percibirse el predominio del sector rural, la débil participación de la
industria manufacturera y la ya notoria hipertrofia del seclor terciario. La Argentina
era, hacia 1914, un pais que miraba hacia afuera; basado en cl desarrollo de sus
supuestam ente inagotables riquezas naturales y cn la continuidad del
endeudamiento externo. Que aprovechaba económicamente su m ejor recurso, la
fértil tierra de la Pampa Húmeda. |x*ro que estaba limitado socialm entc ¡>or la
estructura de propiedad de esc mismo recurso. Que captaba todo aquello que el
exterior podía darle (capitales, m ano de obra y hasta ideologías). pero que no
poseía un modelo político que asimilara adecuadamente las posibilidades de la
inmigración externa. Que se había transformado cn un importante proveedor de
alimentos cn los mercados mundiales, pero que necesitaba comprar, al mismo
tiempo, los bienes manufacturados que cl aparato productivo existente no proveía
y cl consumo de sus habitantes requería, En otros términos: un país dependiente
de las grandes potencias industrializadas, sobre lodo las europeas, y con una base
productiva unilateral y precaria. Como señala Vnrui. "a |>csar del éxito inicial del
modelo*, la Argentina tenía ya, después de 1900, una dilicultad para brindar a su
creciente población 'u n bienestar similar al que comenzaban a lograr los habitan
tes de Australia. Canadá. Estados Unidos y de los países del norte de Eurojía* i
Sus perspectivas de desarrollo estaban asociadas, por otra parte, a un mundo
que se hallaba cn vísperas de cam bios profundos. 1.a declinación del viejo
esquema de división internacional del trabajo y de la constelación de fuerzas
económicas que lo sostenían contribuyó a reconocer muy pronto los limites de una
experiencia que. por las características dcscriptas, no permitió afianzar luego un
proceso de desarrollo económ ico verdaderamente sostenido, como cn otros
paises que comenzaron su proceso de inserción cn la economía mundial por la
misma época.
H i p o i n o Y r ig o y e n
1 11 Cl. Lcajluc o l M .itlons. The Xclu oik o í Worlü T radr. G in eb ra. 1942; t'xLWirji, ti. V..
An American Cconomlc lllsto iy. rtueva York. 1960.
diferente del capitalismo. La participación del Estado en la vida económ ica, a
través de la propiedad estatal de los medios de producción y de distintos
mecanismos de planificación, se transformó en el eje central del desarrollo
económico y social del pais de' Este. La colectivización forzada y la progresiva
caida en el autoritarismo stalinista marcarían el curso de la economía soviética,
cuyos dirigentes procuraron |X>ncrcomo un ejem plo alternativo para el resto del
mundo y. especialmente, para las naciones periféricas. La Unión Soviética, bajo la
férTca conducción de S tal:m, primero, y luego de sus sucesores, se transformaría
con el correr de los años de foco revolucionario en una superpotencia mundial en
el orden político y militar, aunque sus bases de sustentación económ ica se
revelarían frágiles.
1.a guerra de 1914-1918 también modificó sustancialm cnte el panorama del
resto de Europa con la victoria de Oran Bretaña y sus aliados. La imposición de
cuantiosas sanciones económ icas a los países vencidos, sobre lodo a Alemania,
a través del Tratado de Versailles. de 1918. afectó severam ente a diversas
economías europeas, dando lugar a graves liiperinflaciones. a grandes fluctuacio
nes económicas y al surgimiento de condiciones críticas en el plano social, que
derivaron en la aparición de movimientos autoritarios, com o el fascismo y el
nazismo (J |. A este panorama contribuyó también, desde un punto de vista político
y estratégico, la desintegración del Imperio Austrohúngaro.
En la posguerra, después de una breve aunque intensa crisis entre 1920 y
1921. motivada por la reconversión de las econom ías orientadas hasta entonces
hacia la guerra, el sistema capitalista entró en una fase de expansión que se
evidenció especialmente en Norteamérica. Allí, las industrias surgidas de la
Segunda Revolución Industrial experimentaron un gran auge, sobre todo en los
sectores de la química, el petróleo, la electricidad, los automotores y la metalurgia,
asi como también en la construcción. Al mismo tiempo, las nuevas técnicas y
estrategias empresariales (concentraciones. holdin<is) y de producción (taylorismo,
fordismo) favorecían este proceso ile expansión. La sociedad estadounidense
pasó a ser un modelo de modernidad y prosperidad, basada en los automóviles y
el consumo de nuevos productos, principalmente electrodomésticos, en general
adquiridos por los consumidores mediante generosos créditos. Y, al tiem po que
las exportaciones aumentaban, la renta nacional crecía, facilitando también la
demanda interna. Además, los Estados Unidos |>oseian. a principios de los años
'20. la mitad de las reservas mundiales de oro.
A nivel internacional, sin embargo, el sistema monetario y financiero era frágil
y existían problemas en numerosos mercados. El mecanismo internacional que
había prevalecido antes de 1914 era el patrón oro, que conectaba a las diferentes
monedas por medio de una relación fija con el valor de dicho metal. Las monedas
eran, entonces, convertibles en oro. I'cro. durante la Primera Guerra Mundial, los
paises involucrados en el conflicto habían gastado gran parte de las reservas de oro
y creado papel m oneda en exceso para financiar las com pras de material bélico.
Este abandono forzado del patrón oro generó un fuerte proceso inflacionario.
(21 Cf. Knnt-v J a n Mwwiin. tos cortoccucncías económ icas de la par. Barcelona. 1907.
l’or esa razón, después <U- l.i guerra, la Conferencia Internacional de Oincbra,
realizada cn 1922. consagró un sistema diferente, el Oold r.xchange Standard, que
se había comenzado a utilizara |wrtir de 19 1H. De esta manera, la moneda de cada
pais ya no estaba vinculada directamente al oro. sino a una m oneda central,
definida y convertible en dicho metal. A partir de entonces, hubo dos monedas
convertibles en oro. la libra esterlina y el dólar, que fueron las que posibilitaron y
ampliaron la base de los intercambios internacionales, til mismo oro dejó de
circulai entre el público, pasando a jugar un papel de reserva nacional al igual que
las divisas
U i vulnerabilidad de este sistema monetario bipolar consagraba el debilita
miento británico a nivel mundial y el ascenso de los listados Unidos. 1.a regulación
internacional dependía del control y la coordinación de los dos grandes centros
capitalistas y de la contianza que les concedieran los demás países. A ello hay que
sumarle la debilidad de l.ts naciones deudoras sometidas a las disponibilidades del
sistema bancario norteamericano, dado que no existia un organismo financiero
internacional. La situación de los grandes mercados internacionales de materias
primas y de productos agrícolas e industriales era también precaria cn los anos 2 0 .
La posguerra se caracterizo por las rcoricntacioncs comerciales y el relorzamiento
del proteccionismo. Este y la falla de liquidez ocasionada por el restablecimiento
de un tipo de patrón oro a tr avés del Gold Exchange Standard, condujeron a serias
dificultades en los mercados.
Sin embargo, cn los listados Unidos proseguía la euforia, t i sistema bancario
norteam ericano experimentó un notable crecimiento, a excepción de los ámbitos
rurales, que se vieron afectados por la gran superproducción impulsada por la
extensión de las tierras de cultivo y la mecanización, lo que generó una baja en los
precios agrícolas. Con lina mayoría de pequeños bancos independientes y un
reducido número de instituciones que concentraban la mayor parte de los
depósitos internacionales, tanto los empresarios com o los pequeños inversores
comenzaron a invertir cn los circuitos de crédito y cn la especulación bursátil. Se
fue creando asi un ambiente especulativo y la posibilidad de acceder a grandes
fortunas en poco tiempo. Los estadounidenses se lanzaron a la compra de
acciones, favorecidos por el crecim iento de las sociedades por acciones y el pago
a plazos de las mismas sobre la base de los créditos de corto plazo (*!.
Durante los "felices" años ‘20. cn los que aparentemente se vivía una
expansión económ ica generalizada, se mantuvieron, sin embargo, una serie de
problemas que evidenciaban la fragilidad del sistema. Entre estas dificultades se
destacaron las tendencias proteccionistas establecidas al finalizar la guerra, que
obstaculizaron los intercambios internacionales; las deudas y reparaciones de
guerra que afectaron a Alemania, la gran vencida cn el conflicto bélico, y los bajos
precios de los producios agrícolas que generaron una profunda crisis agraria a nivel
Elaboración propia
Fuente: Mmmmüw, Agnu". L'éconornio mondialo au 20" sióclc. París. 19 8 9 .
(6) Cf. Bvt. M aí nxcy DtMsnnr i>r. ISnt>i>, Qekwd, KcIMions ccononilqucs intcmationalcs.
1’arís, 1907.
Por otro parte, las inversiones de capitales que atravesaban las fronteras
estatales asumieron un carácter cada vez más especulativo y de corto plazo. Al
movilizarse entre las plazas financieras del mundo en busca de una mayor
rentabilidad, los movimientos de capitales especulativos ejercieron una peligrosa
presión sobre las reservas de oro y de divisas de los diferentes países.
Ante este contexto, cualquier fluctuación brusca y repentina que afectara a los
mercados estadounidenses generaría una suspensión de los empréstitos externos
y el desmoronamiento de toda la compleja estructura en que se basaba el
restablecimiento del com ercio mundial. También jugó un |>apel pre(>ondcrantc en
las transformaciones económicas de la é|>oca la sistemática elevación de los
aranceles estadounidenses quc.com blnadoscon la creciente disociación entre las
exportaciones de capital respecto de las exportaciones de mercancías, crearon un
verdadero cuello de botella difícil de superar.
lis que en los años '20 los capitales fluyeron hacia otras áreas industriales,
como Alemania, y hacia los paises periféricos, pero para financiar la producción
de bienes de escasa importancia en cuanto a la capacidad de e\|>ortar del pais
receptor, Es decir que, a diferencia de las inversiones británicas, que tendían a
incrementar la producción de los países exportadores de materias primas, las
inversiones estadounidenses en otras naciones no incrementaban las exportacio
nes: se destinaban más bien a satisfacer la demanda de sus m ercados internos.
Este fenómeno fue criticado por economistas de la época: "Las naciones
mercantiles — se decía— han empleado siempre cuantiosos fondos en el com ercio
de ultramar, pero la práctica de la inversión extranjera, tal com o se conoce hoy en
día, es una idea muy moderna, muy inestable y sólo adaptada a circunstancias
particulares. Si los bonos europeos se emiten en América por analogía a los
emitidos en América por Europa en el siglo XIX. la analogía es falsa; lom ado en su
conjunto, no hay Incremento natural... a través del cual puedan ser restituidos* O .
(71 The Koyal Instituto o í International A lfairv Tile p rn h lrm o f ln tr m .ilio n .lt Invcstin cnt.
Lo n d re s. 1937. |>Aqs. 12 y 13.
Es cierto que la industria aloman,], por ejemplo, incrementó notablemente su
productividad como consecuencia de los prestamos norteamericanos de posgue
rra, |>cro el problema principal lo constituía la devolución de esos fondos y esta
cuestión reflejaba los cam bios que se estaban produciendo cn la división
internacional del trabajo. En el siglo XIX el Reino Unido era un mercado con
ilimitadas |>osibil¡d<ides para adquirir los productos de los países a los que
financiaba, pero éste no era el caso de los Estados Unidos, pues para pagar stis
deudas con este país. Alemania debía vender sus productos en el mercado
mundial, muy restringido, a fin de obtener las divisas necesarias; difícilmente lo
podía hacer cn el mercado estadounidense |>orla política proteccionista adoptada
por las autoridades de Washington. Por otro lado, para que los Estados Unidos
pudieran hacer efectivos sus créditos, debían incrementar sus importaciones o
reducir sus exportaciones. Esta situación demuestra que la exportación de
capitales se co m iitio en un verdadero bumerán al transformarse cn uno de los
principales desencadenantes de la crisis de 1929. El sistema internacional de
pagos de |ios<|iierra fue creando una serie de descompensaciones, sobre lodo
|H>rquc los Estados Unidos se habían transfontiadoal misino tiempo en el principal
exportador de m ercancías y de capitales, mientras que |>oderosos intereses
sectoriales norteamericanos no permitían una apertura del mercado a la importa,
ciót) de productos europeos o de otros países.
Todos estos heclios fueron llevando a la crisis desencadenada el 24 de octubre
de 1929 con la estrepitosa caula de los valores de la Ikilsa neoyorquina. La
es|>eculac¡ón, basada cn una increíble pros|>cridad que parecía no tener fin, había
llevado el valor de los títulos negociados en Wall Street a casi el equivalente del
ingreso nacional norteamericano. Cuando se produjo el pánico. 38 millones de
títulos se ofrecieron a la venta en sólo tres días. Sin embargo, el auge que precedió
a la crisis no fue puramente especulativo y superficial. Coincidió ron cambios
tecnológicos de significación, com o la aparición de nuevas industrias, la m ecani
zación acelerada, la racionalización del trabajo, la estandarización de la produc
ción y un fuerte proceso de concentración industrial. Quizá |x>r eso la crisis de
1929 ha sido calificada por algunos economistas, para diferenciarla de las otras,
de crisis de estructura. Lo cierto es que, contrariamente a lo que habia ocurrido
en el pasado, las fuerzas económ icas del mercado |«jr si solas no pudieron
remontar la situación. Sólo la intervención de los distintos gobiernos, primero, y
el estallido de la Segunda Querrá Mundial, después, posibilitaron el nuevo
despegue.
Mientras duró la exportación de capitales a Europa, esta sirvió ríe contrapeso
a la carencia de capitales y a la exigua salida de las exportaciones europeas, e hizo
posible la rápida reconstrucción riel viejo continente. Apenas estos capitales se
retiraron. Europa, sobre lodo Alemania, sufrió una generalizada dcllacíón. que se
agravó posteriormente con la agudización de las barreras proteccionistas. De esle
modo, los movimientos de la econom ía norteamericana y del resto del mundo, en
lugar de compensarse, se deprimieron reciprocamente.
Al estallar la crisis, la confianza cn que el funcionamiento de los mecanismos
de m ercado permitiría lograr un pronto retorno al equilibrio inhibió por cierto
tiempo la ¡m plcm cntación de políticas públicas anlicidicas. Sin embargo, dado
que. cn gran medida. la crisis se relacionaba con las transformaciones de los
procesos productivos cn cl m aico de noim as de consum o y de distribución del
ingreso más acordes a la capacidad productiva del pasado, hubo un increm ento
de stocks "no planeados* de producios, es decir, de bienes que no |>odian
venderse. 1.a respuesta de los empresarios ante este problema consistía cn reducir
su producción, despidiendo una parle de su plantel de obreros y reduciendo los
salarios para ajustar cl costo de producción a los precios declinantes por causa de
la sobreoferta. Este com portam iento, racional desde un punto de vista
microcconómico, no lo era desde la perspectiva m actoeconómica. 1.a desocupa
ción y la reducción de salarios contraían aún más la demanda, agravando cl
problema egue se pretendía combatir.
la espiral deílacionaría era impulsada, además, [>or las medidas defensivas
aplicadas por la mayoría de los (Mises, vasca mediante tarifas proteccionistas tpaia
defenderse de la caida internacional de los precios!, o a través de devaluaciones
y controles de cambios (para contrarrestar las fugas de capitales y los retiros de
prestamos de corto pla/o). Los efectos, durísimos para la ocupación y cl ingreso,
no fueion sólo consecuencia de las políticas restrictivas de los distintos gobiernos,
basados en conceptos de la ortodoxia financiera, sino que se multiplicaron
rápidamente en un sistema económico internacional desprovisto de organismos
capaces de mediar entre las distintas políticas nacionalistas. La crisis financiera
provocó cl quebranto de muchas empresas industriales y comerciales y la
liquidación de buena parte del sistema bancario. se contrajo cl comercio interna
cional, la demanda disminuyó y creció cn forma acelerada la desocupación. Se
había llegado a la depresión mundial.
Con patrón cambio oro. estabilidad monetaria, políticas económ icas pasivas
y una amplia libertad cn cl mercado financiero, los m ovimientos de capital en la
década de 1920. en lugar de jugar un papel de equilibrio entre los países deudores
y acreedores, contribuyeron, convergiendo con otros factores — como la caída cn
los precios de los productos primarios y la fuerte declinación cn la capacidad de
importación de los países deudores— . a desestabilizar la situación y desencadenar
la crisis <”).
2 ,2 .2 . L a s e le c c io n e s y e l tr iu n f o d e l r a d ic a lis m o
(I2t 5armv, frjow.no I., y EicMtrAKrjiuMM, Ruuam. Cl estado /ibera/ dem ocrático, Rueños
Aires. 1987. pág. 49.
( I 3 i Eirmi-AKtroKUA. K orrm o , Yrigoyen, I. U u e n o s A ltes. 1 98 3. pág s. 9-12.
*IA •Sm.vu, I'. \ £Tni;rAiunOKm. R. I LUÍ71. pácj. 51; l>;i Mvo. Cl*.rk.r.t. Los presidencias
radicales. L.i prim era presidencia de Yrktoycn, Buenos Aires. 1983. pógs. 27 y 2U.
El ciclo electoral iniciado en 1012 desem bocó en las elecciones presidencia
les del 2 de abril de 1916. Sólo la L’C K y los dos partidos oficialistas (el Demócrata
Progresista, cuyo candidato era !>r l a T o k r c . y el Conservador — adicto a M A K C t u p o
U<4.\mr y sus aliados del interior— que no presentó candidato a la Presidencial
demostraron poseer apoyos en todos los distritos del país. Los radicales triunfaron
en l.is regiones más prósperas: Capital federal, Santa Ce. Córdoba y Entre Ríos.
Aqui los votos radicales se concentraron en las ciudades y en los distritos rurales
dedicados predominantemente al cultivo cerealcro. En las zonas ganaderas, si
bien no obtuvieron la mayoría, logr aron un significativo aporte de sufragios. En las
ciudades, sus votos provinieron de los barrios de clase media, aunque también
captaron volantes en losdisl ritos obreros y en las zonas residenciales. En el interior
del pais, los radicales se impusieron en las dos provincias nías desarrolladas
(Mendoza y Tucumánl, y fueron derrotados, a excepción de Santiago del Estero, en
aquellas regiones de menor crecimiento. En consecuencia, el electorado radical
se localizaba cnlre los sectores intermedios (urbanos y rurales) de las zonas m ás
avanzadas del país. pero con significativos apoyos en todas las regiones y entre
todos los sectores sociales (*'). Las debilidades políticas de los conservadores se
hicieron más evidentes en aquellas zonas más beneficiadas por el desarrollo
económico iniciado hacia los anos '00.
Los partidos oficialistas recogieron los mayores apoyos electorales en las
provincias del interior y en las zonas ganaderas del litoral pampeano. En esta última
región, sólo en la provincia de Dueños Aires la vieja estructura electoral conserva
dora compitió exitosamente con los radicales.
Entre el oficialismo y los radicales se concentró el 05 V» de los votos. En tercer
lugar, figuraron los socialistas, reducidos prácticamente al ám bito de la ciudad de
Buenos Aires, donde sus votos se concentraron en los barrios obreros, en tenaz
competencia con los radicales, y en distritos de clase media. En el resto del país,
el PS cosechó algunos votos en ciudades donde existían importantes centros
lerroviarios. En las zonas rurales no obtuvieron votos.
Dado que el candidato radical no logró los electores necesarios para su
consagración, la definición quedó reservada a negociaciones en el Colegio
Electoral. El apoyo de los radicales santafesinos. disidentes de la conducción
nacional del partido y la división de las fuerzas oficialistas, que no pudieron
consensuar su apoyo al candidato dcmopiogresista. facilitaron la obtención del
elector que necesitaba Vwcovri para ser elegido presidente
U i clase dirigente tradicional afrontó, entonces, una derrota electoral inespe
rada. Los desacuerdos entre las fuerzas que enfrentaban al radicalismo y los
cambios socioeconómicos ocurridos en el país abortaron la posibilidad de una
perpetuación del conservadorismo oligárquico en el poder.
Al principio parecía existir una cierta continuidad entre la nueva adm inistra
ción radical y el gobierno conservador que la precedió. Su gabinete ministerial
estaba integrado en buena parte por miembros de la elite tradicional, la mayoría
afiliados a la Sociedad Kural Argentina y vinculados a la actividad ganadera.
tai materia de política exterior. Ytooorcn mvttuvo la postura de neutralidad
adoptada por su predecesor. Sin embargo, mientras Vicio r im o r>r. i* Plaza reiteró cn
ocho oportunidades— mediante sucesivos decretos— la declaración de neutrali
dad. el presidente radical no consideró necesario apelar a dicha formalidad. A .su
juicio, la neutralidad era el estado normal de las naciones y la declaración de guerra
sólo procedía en defensa de la soberanía nacional.
lio obstante, a pocos m eses de la asunción del mando, la determinación
presidencial fue puesta a prueba. El 2 de febrero de 1917. según Di:l M a z o , la
decisión alemana de emprender la guerra submarina 'sin lim ites' colocó al
gobierno argentino ante una situación difícil. 1.a medida germana afectaba al
com ercio exterior argentino y a los estrechos vínculos con Oran Bretaña. Pocos
días después, el canciller PmwEBOM manifestó a la autoridad imperial alemana su
pesar por la medida adoptada y la determinación argentina de ajustar su conducta
"a los principios y normas fundamentales del Derecho Internacional'.
En abril y junio, el hundimiento de dos barcos mercantes argentinos por parte
«le submarinos alemanes volvió a tensar las relaciones entre ambos países. El
gobierno argentino pr otestó enérgicamente ante ta cancillería Imperial c interpretó
ambos hechos com o una ofensa a la soberanía nacional. Asimismo, redam ó
acciones de desagravio y la reparación de los daños materiales sufridos. I.as
alem anes se comprometieron a satisfacer ambas demandas.
En setiembre, la difusión en los EE.UU. de tres telegramas cifrados del
encargado de la legación alemana cn la Argentina, determinó la detención del
funcionario germano. En los telegramas, el conde Von Luxin-no ridiculizaba la
l>ersona del canciller PutvRRcnoít y. con respecto a dos buques argentinos cn viaje
hacia burdeos, aconsejaba dejarlos pasar o 'hundirlos sin dejar rastros'. El
gobierno argentino entregó pasa[>ortes al funcionario alemán y presentó su
protesta al gobierno imperial. Este desautorizó a su enviado y se comprom etió a
respetar los compromisos adquiridos con el gobierno de Y k k ío v c n .
De inmediato, se intensificó la confrontación interna entre los rupturistas o
aliadófilos y los neutralistas. U is primeros, predominantes cn la opinión pública,
cuestionaron la postura gubernamental y reclamaron la ruptura de las relaciones
con las potencias centrales. Entre sus partidarios se encontraban los m anifestan
tes que apedrearon e intentaron incendiar el Club Alemán, atacaron el diario
gennanófllo U i Unión, la Compañía Transatlántica de Electricidad y otros lugares
de reunión de miembros de la colectividad germana.
I.os órganos de prensa también se alinearon. Expresaron su apoyo hacia la
causa aliadófila /.a nación. I.¿i Prensa. F.I D iario. L i Argentina, C rilicn , Caras y
C aretas y la mayoría de las publicaciones del pais. til m encionado La Unión se
presentaba como neutralista, en tanto que el diario radical La t'p o cu apoyaba la
postura presidencial.
notorios intelectuales adhirieron a los bandos en pugna. Cn la tendencia
aliadólila militaban Lr.oroioo Linones, R ic a r d o R o j a s . Roi>oi.rn R iv a k o i .». Penan IV
P a l a c io s , J u a .i Josc U i w m a y O l id o S p a -i o . Por el contrario. CsTAr-iM-AQ Zr.nAu.os,
adversarlo del gobierno, se refirió a la primera nota de protesta presentada al
gobierno alemán destacando que la República Argentina liabia definido su propia
personalidad internacional, luego de largos años cn que la política interna, la
ignorancia y la frivolidad 'la encuadraban casi sistemáticamente a rem olque de
otras cancillerías*. En ese sentido, la nota argentina "salva y mantiene la digna y
fecunda neutralidad del gobierno y de la nación*. Ju n io a ZrnAiLosy a favor de los
imperios centrales se alinearon, entre otros. C n irsT O Qi e s a d a . B e u s a k io R o l d a n y
S a l v a d o r DeiiC-inoem.
( 1 0 ) Cf. Prrr.tsoTt, I I a r o l d F . , Argentina y los lisiados Unidos, II. I'JI4 -I9 00 . Buenos Aires.
IM S .
(191 Cf. W o k a ss. !(.'t ».»:»>. Argentina en 1.1 P rim e ra Guerra Mundial, B u e n o s A ire s , 1994.
(211Cf. t-i.' Ko M \ N. y Sir rr, -jx>. Anjenlina en tUuo/M Yrigoycnyla So cird iu l ríe
/as Naciones i I9 IH 1020!, Buenos Aires. 1097.
(21 bis) Cf. A'5M[x. W a u x ) , ‘ La trunca transición del régimen oligárquico al régimen
dem ocrático*, cn Nueva Historia Argentina. Deinocmcia. conflicto social y renovación de
ideas 11910 1930). tomo (>, Buenos Aires. 2000.
122) r.rritrruKBuMM. Koirino, 'Aspectos políticos de la crisis de 1930". en /.r crisis de
1‘IJO. I 1'ns.lyns. Huenos Aires, 1987. pág 29.
que numerosos proyectos tlel presidente Ymooykd no tuvieron sanción |>or parte del
Congreso nacional.
Los episodios de agitación obrera pusieron de manifiesto la fragilidad de la
autoridad del presidente. I'ero desde mediados de 1919. Intentando recuperar el
a|)oyo popular. Y hioote* apeló a una política de incremento del gasto público. Como
señala R ock, 'repartiendo puestos burocráticos entre sus seguidores y recom pen
sando a los que tenía cn las provincias. Y w o m recuperó rápidamente su
popularidad personal" (**). También la reforma universitaria de 1918, a la que
luego nos referiremos, benefició politicamente al radicalismo.
La concesión y disposición de fondos públicos fue una de las causas
principales del enfrentamiento entre el gobierno y los conservadores. Como
durante varios años el Congreso no aprobó el presupuesto gubernamental.
YMaoven dispuso el uso de esos fondos mediante sim ples decretos del í'odcr
Ejecutivo.
2 ,3 ,2 . Alveax y el antipersonalism o
(27) Ai f Lamamo. lx:s C... Yrigoycnismo y antipcrsonalism o. buenos Aires. 11)06, págs.
23 y 24.; cf. tam bién. Rock, David, E l radicalism o argentin o ( Ifí9 0 - I9 3 0 l. Rúenos Aires. 1977.
(20) Caiaultia. Au-jtM*n. Marcelo T. de Alvcar. til com prom iso y la distancia. Buenos
Altes. 1997. páfls. 42 y 43.
Con la salida del ministro se abrió la tercera etapa del proceso. Josr Takhorim
se hizo cargo de la cartera del Interior y trató de atenuar el cnlrcntamicnto. I’or su
parte. A lvcak brindó un apoyo más cauto a los antipersonalistas y dejó de lado los
propósitos intervencionistas al distrito bonaerense.
En este marco, los anlipersonalistas se prepararon para concurrir (>or separa
do a las elecciones presidenciales de 1928. Proclamaron su fórmula, encabezada
por Lr.oroLnn Mno y Viccnr Ci a u o , contando con el respaldo de los conservadores
y de la mayoría de los gobernadores provinciales. A pesar de que los tránsfugas
parecían tener el triunfo asegurado, la derrota electoral los pondría en dis|>onib¡-
lidad hasta que el golpe de listado de 1930 les abrió nuevas perspectivas políti
cas O .
El socialism o también debió afrontar una división partidaria. La lom a de
posiciones frente al yrigoyenismo generó conflictos internos y en el propio
bloque parlamentario. Las rencillas derivaron en la expulsión de un grupo de
afiliados — entre ellos l'i iwjüco h 'ru o y Aironio ni. T omaso — que formaron el Partido
Socialista Independíente. En las elecciones de 1928. esta nueva fuerza política
acom pañó a la fórmula antipersonalista.
Mo obstante, pese a las adhesiones que recibió dicha fórmula, a medida que
se acercaban las elecciones, el retorno de YnJoovn.i a la presidencia parecía seguro.
Sus seguidores lograron reconstruir rápidamente el partido tras el alejamiento de
los antipersonalistas. Varios comicios provinciales previos confirmaban el crecien
te apoyo popular al viejo caudillo, mientras el radicalismo basaba su cam paña en
las expectativas de ampliar a lodos los sectores de la población los logros del
primer rjobierno radical.
t i previsible regreso del caudillo incentivó la animosidad de sus opositores,
que comenzaron a perder toda confianza en la Ley Sáenz Peña. Los grupos
conservadores opinaban que los seguidores de YrKiovti eran corruptos. En varias
provincias, las oligarquías que controlaban el poder no olvidaban las numerosas
intervenciones efectuadas durante la anterior administración de Ywoovtxi. A su vez.
los gobiernos (topulistas de Mendoza y San Ju a n expresaban, desde otra |>crspcc-
Uva. su oposición al caudillo. En el ejército, el descontento se manifestaba a través
de crecientes rumores de golpe militar.
El recelo de los militares hacia Yruoovr.i nació en las postrimerías de su primer
mandato. El nombramiento de civiles al frente del Ministerio de Guerra, rompiendo
con la anterior tradición de reservar el cargo a militares, fue sentido por el ejército
com o una falta de consideración. De igual manera fue estimado el desinterés por
promover el ascenso de varios oficiales superiores, la falla de atención a sus
exigencias de mayor presupuesto para armamento y construcciones y, finalmente,
la intención del presidente de reintegrar y restituir sus derechos a una pensión a
los oficiales que acompañaron los intentos revolucionarios radicales en 1890.
1893 y 1905. L l oposición militar a Y kic .o v l .1 comenzó a organizarse en logias cuyos
objetivos indicaban el endurecimiento de los oficiales de grado intermedio. Si bien
señalaban su disconformidad con aspectos profesionales, las sociedades secretas
estaban motivadas |X>r causas políticas, coincídentcs con los planteos de la
oposición conservadora (” ).
El gobierno de A lvear. p o rc l contrario, había recompuesto las relaciones con
las Tuerzas Armadas. El nombramiento del Cncl. Aoisrin P. Justo al frente del
Ministerio de Querrá marcó el comienzo de una política de acercam iento hacia los
militares. 1.a satisfacción de sus demandas profesionales y presupuestarias
aum entó el peso especifico del Ejército dentro del Estado. De esta manera, se
contribuyó al desarrollo del poder militar.
En tanlo, algunos conservadores abogaban claram ente por una dictadura
militar. Sus m odelos políticos c ideológicos eran las dictaduras de B ru to
Mussourn cn Italia y de Miotn. P r im o d c R iv e r a cn lis paña. Pero tlada l a acrecentada
popularidad de Ymoovr.i. si prom ovían un golpe m ilitar para im pedir su regreso
al gobierno, corrían el riesgo dc afrontar una guerra civil cuyo resultado
favorable no tenían garantizado I ' 1).
La compulsa electoral era insoslayable. El triunfo del radicalismo yrigoyenisla.
ante una o|x>slclón desorganizada, fue aplastante. Se Impuso cn todos los distritos
donde se presentó, recogiendo alrededor del GO % de los volos. C.on respecto a
las elecciones presidenciales dc 1916, el caudillo había incrementado sus votos
cn casi un 150 % .
En relación con la política exterior, e l gobierno dc A l v e a r compartía los ideales
de su predecesor acerca de la necesidad dc democratizar la Liga de las naciones.
Para ello solicitó cn reiteradas oportunidades al Congreso, aunque sin éxito, la
ratificación del Pacto. En cambio, logró pagar las cuotas correspondientes como
miembro integrante dc la Liga.
Pero las cuestiones más importantes de jiolilica exterior se manifestaron cn
la esfera continental cn la VI Conferencia Panamericana que se reunió cn La
Habana cn 1920 Ello sed eb ió ala política proteccionista que venían implcmcntando
los Estados Unidos y que afectaba a las e x c ita c io n e s argentinas y dc otros paises
del hemisferio, y al malestar creciente que existía cn toda la región por el
intervencionismo de Washington en América Central y, cn particular, cn nicaragua.
El representante argentino, II omoiuo Pukvrheikjm. se opuso abiertamente a esas
prácticas políticasyeconóm icas. Mientras que. por un lado, planteaba la reducción
de las barreras arancelarlas, por otro, afirmaba que "la soberanía dc los Estados
consiste cn el derecho absoluto a la entera autonomía interior y a la completa
independencia externa. Esc derecho está garantizado— sostenía— en las naciones
fuertes por su fuerza, cn las débiles por el respeto de las fuertes. Si esc derecho
no se consagra y no se practica cn fonna absoluta, la armonía jurídica internacional
no existe. La intervención diplomática o armada pcnnanenle o temporaria atenta
contra la independencia dc los Estados" (3Í).
(301 Putami. Ko&rm , t:i ejército y I,i política en la Argentina. 1920-1045. Dc Yrigoyen a
f’cron, Buenos Aires. 1981. 53-G6.
(31) Cf. Rock. D. 11992),
(32) Ptnmon. H. f‘. (1985). tomo II. pAg. 96.
El representante estadounidense. C mahixs Huodes, rechazó toda declaración
conjunta que proscribiera cl derecho de intervención de su pais y se opuso a
mencionar el tema arancelario, desarrollando una polémica con n.cviaieuon, que
tuvo repercusiones en cl continente e hizo recordar las discusiones entre los dos
países cn la Conferencia de Washington de I8 B9 . Al fustigar las actitudes
intervencionistas y proteccionistas del pais del (lortc, Finriwnion seguía las
instrucciones de su gobierno, entonces presidido por Alvcak. Pero el tono de su
intransigente cucstionainiento a la política norteamericana no estaba contem pla
do cn tales instrucciones. 1.a solicitud del canciller argentino para que Pirvimt-oor-
moderara su |>osición y no colocara a la Argentina cn una actitud de aislamiento
dcnlro del hemisferio no luc aceptada por éste, que entonces optó por renunciar.
La actitud de este diplomático, allegado a YniGorcn, ya insinuaba los nuevos
dcscncuentros con la gran potencia.
2,3,3. E l re to m o de Y rigo tk »
(34) Cf. Kurtamir/. CrLxi. Lenctnas y Cantonl: e l populism o cuyM Ío cn tiem pos dc
Yrífioyen, Buenos Aires, 1979.
l.VS) D ilicrw m w ». K. <19113). páfj 247.
Cf. Cir-irin, llt r.r, F.l r.itlUallsm o. Nudos gordianos de su economía, Buenos Aires.
Judicial de Sania Pe. el asesinato, en noviembre, del caudillo m cndocino C a h io s
WAvimOTOPi Ixtciias. y un atentado fallido contra V k k .o h - cerraron el año 1929 con
una creciente lensión política ( Por olra parte, las consecuencias de la depresión
que siguió a la crisis de Wall Street alcanzaron a la Argentina, contribuyendo al
enrarecimiento de la situación económica
Un nuevo factor se Iba a apreciar a este panorama: la presencia cada ve/ más
inquietante de las Tuerzas Armadas. Desde 1900, bajo la dirección del Oral. Pa r ió
K í c u i i r i . se produjo un proceso de modernización y profesionalizado!! en el seno
de aquellas con la creación del Servicio Militar Obligatorio, la obligatoriedad de ser
graduado del Colegio Militar para poder pertenecer al cuerpo de oficiales, la
creación de la Kscuela Superior de Querrá y, más tarde, de la Escuela de
Suboficiales. Dos características van a tener esas nuevas fuerzas Armadas: la
influencia prusiana, en la forma de asesores, periodos de entrenamiento en
ultramar y equipamiento de armas en Alemania; y, com o ya señalamos, la
existencia de logias militares, que comenzaron a desarrollarse en la década de
1920. com o la Logia Oral. San Maitin.que tuvo considerable influcnciaen la época.
Ambos hechos favorecieron la carrera de dos oficiales del ejército que luego
tendrían participación destacada en el golpe de Estado tic 1930 y fueron
presidentes del pais; J o s i: F. Umni ki y Aoi s td P. J usto . Ci primero de ellos, que llegó
al cargo de Inspector General del Ejército, tenia gran admiración por el ejército
alemán y tuvo com o asesor por varios años, entre 1921 y 1920. al general
germánico Wnrtrt.i F a v it i . J usto , por su parte, fue nombrado com o ministro de
Querrá de A i vcak debido a la presión de la l.ogia San Martin, con lo cual no sólo
consolidó su carrera militar, sino que también comenzó su carrera política,
vinculada al alvearismo primero y al conservarlo!ismo liberal luego (M). L is
orientaciones politlco-militarcs de ambos se manifestarían plenamente en sus
respectivos gobiernos, como veremos en el próximo capitulo.
Sin embargo, ni el accionar militar, ni la in d ic a d a gubernamental, ni la
menguada capacidad del presidente, ni las consecuencias de la crisis mundial,
fueron las únicas determinantes del derrocamiento de Yhiooh-i. Un condim ento
principal radicó en la poderosa coalición de intereses políticos y económ icos que.
desde la asunción de su primer mandato y. en especial, desde 1926. volcaron sus
esfuerzos en desestabilizar al gobierno y crear un clima que facilitara su derroca
miento. Los radicales antipersonalistas, los conservadores (dispersos en diversos
partidos provinciales! y los socialistas independientes, el llamado 'contubernio",
apoyados por medios de difusión de gran influencia, como el diario Crítica.
desarrollarían en el último periodode Ynioovcn una campaña política de desprestigio
de la administración radical, que culminaría en setiembre de 1930.
Com o señalaba un informe de la diplomacia británica haciendo un balance de
lo acontecido en esos años, "la experiencia de los gobiernos radicales de la época
había convencido a las -clases privilegiadas- de unirse a fin de evitar el peligro
comunista que esos gobiernos habían dejado desarrollar. Unión que pudo
1371 Cf. Kiiii«K,.rA ( ( 1979}, üroiCrAxusoxDA, K. 1 19031, págs. 231, 250 y 251.
138) Fomvi. K. <1901». cap. I.
concretarse en el golpe militar de 1930' Sin duda los ingleses se referían más
concretamente a los gobiernos yrigoycrtfslas, pero, en todo caso, que dicha
amenaza existiese o no, |>oco importaba; el desafio que significaba para las élites
tradicionales la popularidad del caudillo, el descontrol político y administrativo, la
profunda antipatía que en algunas provincias liabia creado la política intervencionista
de YKioorr.-» y la preocupación por iniciativas que afectaban intereses extranjeros
— como la propuesta de ley de nacionalización del petróleo— fueron los factores
que contribuyeron a decidir la acción de los goipislas.
fin un mitin realizado por los partidos de la oposición el 2 de setiem bre de
1930, pocos dias antes del golpe de Estado, éstos reconocían abiertamente su
actividad por el derrocamiento de Ymooykt!. Según palabras de Ftw-iuco Pinrioo. 'sólo
los muertos" podían dejar de oír la cam paña que venían haciendo los representan-
tesde esos partidos contra el gobierno más 'inep lo" y más "inmoral" que había regida
en el país, mientras que rU n u i Fhtsco sostenía que el remedio de todos los males
estaría en la renuncia del presidente de la República, lino «le los periódicos de mayor
influencia señalaba en su editorial: 'L o s diarios más autorizados comentan con
sorpresa el momento dramático en que ha caido la nación por el desgobierno... La
opinión no puede presenciar esa disolución del ascendente país, sin sentirse
culpable de complicidad si no contribuye con su presión al cambio radical de las
cosas. Y la opinión reclama de modo categórico ese cambio" I,").
Cuadro 2.3. Población activa o con recursos propios clasificada en grandes estratos
socioocupacionales (1B69-1914. en %).
Fara OrjtMAW, el periodo que se extiende desde 1800 hasta 1925 fue de una
intensa movilidad social, Entre los miembros de la clase media autónoma, el tipo
humano más frecuente lo constituía el inmigrante o hijo de inmigrante que.
individualmente, a través de la Industria o el comercio, transitaba hacía un nivel
social más alto. Mientras que cn la clase media dependiente, la figura típica
resultaba el "diplomado", nacido cn el país, cuyos estudios eran costeados con
esfuerzo por la familia, ella misma de origen obrero, y probablemente extranjera.
De uno u otro modo, la presencia de los inmigrantes cn los años '20 era
predominante en esa clase media en expansión y en el nuevo sector obrero urbano
Industrial. t)i Ti i ia afirma "que los Inmigrantes europeos en la Argentina ocupaban
una posición relativamente alta en la pirámide social, a pesar de sus modestos
orígenes y aunque m uchos provinieran de zonas bastante atrasadas del sur de
Europa, traían un caudal de cultura cam pesina o artesanal, que les facilitaba saltar
|«>r encim a de las clases populares nativas, y aun de los estratos m edios del
interior' (*■). Esta situación conlraslaba con la de los inmigrantes cn los Estados
Unidos, donde quienes provenían del sur o el este europeos, o de Idanda. tenían
que aceptar una situación de clara marginacíón c Inferioridad respecto de los
pobladores originarios. En consecuencia, en la Argentina, la burguesía empresarial
urbana, pequeños y medianos comerciantes, sectores medios rurales y la clase
obrera más calificada, estaba integrada |ior Inmigrantes o hijos de inmigrantes. Los
argentinos de origen criollo se concentraban cn sectores pudientes (estancieros,
militares, funcionarios públicos), elases medias tradicionales, sobre todo del
interior, y sectores bajos de las ciases trabajadoras, urbanas y rurales.
En su conocido estudio sobre la estructura social de la Argentina, G mimah da
cifras sobre la evolución de las clases sociales cn la Capilal Federal, entre 1895
y 1947. a efectos de destacar el crecimiento de las clases medias entre esos años,
teniendo en cuenta solamente la población activa.
(4 1» Di T r:ia, Tohcuaio. 'E l Im pacto Inm igtaloilo snbrc el sistem a político argentino", cn
R. y Sw tu. Rirm (comps ). Después de Germán!. Exploraciones sobre la estructura
Jü k k a i , J .
s o cial de la Argentina. Dueños Aires, 1992. páflv U7 y Bfi.
Clises sociales 1835 1914 1936 1947
Clise media 35 38 46 43
Palrxos y cuenaprcpisUí 4) ü hAist'j, correrco y servidos 17 14 16 14
flent5tss 3 2 3 2
Prcícsc.-aies aufcconc* y ttpendontts 5 6 9
Errpl-’idís y sffl.laros 10 16 ia 32
Clases populares 65 62 54 52
ToU.'es 100 ICO 100 100
Los dates de 1895.1914 y 19.17 corresponden a censos nacionales de población, m ientas que
los tío 1936 corresponden al censo general de la ciudad de Buenos Aires
Fuente: Glmvav. Gino. Estructura social do la Argentina. Buenos Aires. 1937
(42|Orx*i*«j. G«i>. Estructuraso ci.iltic l.i Argentina, Buenos Aires. I9B7. pa;;s. 219 y '¿20.
143) Oxru, R.1 .WUIO M., Historia económ ica tic la Argentina. I U5l>' I OJO. Buenos Aires, 2
tomos, 1964. págs. 191 y 192.
(44) riw rrm , J. (1982). pág. 208.
Asimismo, se inició ia reducción de la proporción «te extranjeros en la
población total del país. En I 9 14. de acuerdo con los datos del censo mencionado,
esa proporción alcanzó al 29.9 % de los habitantes. Estim aciones posteriores
efectuadas para 1920 y 1930 arrojaron el 2-1 Ri» y el 23,5 % . respectivamente. De
a poco, la inmigración comenzaba a disminuir su contribución al crecim iento
demográfico del país <*').
La primera interrupción de la corriente inmigratoria de ultramar se produjo con
la Primera Querrá Mundial. Los saldos inmigratorios máximos habían sido alcan
zados en el periodo 1900-1910. sobre todo en los anos ¡nnicdialám ente anteriores
a la guerra, con un total de 1.120.000 personas provenientes de ultramar. En 1914,
el número de inmigrantes experimentó un abrupto descenso, iniciándose un
•>eriodo con saldos inmigratorios negativos: entre 1914 y 1919 el saldo negativo
alcanzó a 214.175 personas emigradas, finalizada la guerra, el flujo Inmigratorio
recibió un nuevo impulso. Enlre 1921 y 1930. el saldo inmigratorio tic ultramar
alcanzó un lolal de 878.000. lo que dio un promedio anual de R7.800 personas
ingresadas, resultado interior al de la primera década del siglo.
A lo largo del periodo de inmigración masiva, casi la mitad de los inmigrantes
de ultramar eran italianos. Corno excepción, entre 1911 y 1920. la inmigración
española constituyó el 68 % del saldo inmigratorio, superando a la de origen
italiano. Durante la década siguiente, volvieron a predominar los inmigrantes
italianos, y se comenzó a registrar la presencia de inmigrantes de origen polaco.
De esta manera, se Insinuaba lo que sería un fenómeno propio de la década del
'30 donde, dentro de los magros saldos migratorios, predominarían los |>olacos.
El a|>oite inmigratorio siguió siendo importante para el crecim iento urbano.
Tanto la aglomeración de Buenos Aires como la de las grandes ciudades del país
se debieron a dicho aporte. Aunque fue durante el anterior periodo ¡ntcrcensal
cuando se produjo el mayor incremento relativo de la (¡oblación urbana, a partir
de 1914 comienza la fase de la formación de las grandes ciudades. Ya en ese año
se contaban — adem ás del Oran Buenos Aires— dos ciudades de más de 100.000
habitantes. Córdoba y Kosario.
Según los dalos censales, el país había adquirido un definido perfil urbano,
f’oco menos de una lercera parle de los habitantes vivía en ciudades medias o
grandes de 50.000 personas o más. mientras que la ¡«oblación urbana superaba,
l>or primera vez. a la rural. De. esos contingentes urbanos, el 25.4 ” í>de la población
(algo más de 2.000.000 de |>crsonas) estaba radicado dentro del área actualmente
conocida com o el Oran Buenos Aires.
SI bien la presencia de los inmigrantes extranjeros era decisiva en el proceso
de urbanización, sobre tocio en Buenos Aires y en el Litoral, las migraciones
internas comenzaban a adquirir progresiva importancia en el área metropolitana
de Buenos Aires. El censo de 18G9 habla registrado, para dicha área. 3 de
migrantes internos: pero en 1895. esa proporción se había elevado al 8 ‘l'j; y en
1914, alcanzaba ya al 1I % del total de la población respectiva.
2 .5 . LOS CONFLICTOS SOCIALES
(40) Cnu\. Amura y S.woutr'rm, IImacki. La reforma universitaria/1. Buenos Aires. 1903.
ivigs. 56 y 57.
entre 19 17 y 1921. fue acom pañada por un alza de los precios que provocó una
marcada redistribución de la renta contra litó clases medias y especialm ente las
bajas. Al mismo tiempo se expandían las ideologías contestatarias o revoluciona
rias al influjo de la Revolución Kusa. Como consecuencia de ello, las huelgas
crecieron cn número e intensidad
1.200
1.000
800
600
I ■
•500
íl
200
0 r r ll I
Huelgas Huelguistas Jornadas perdidas Salarios perdidos
Los avalares del crecim iento económico durante los gobiernos radicales
reflejaron la estrecha vinculación de la economía argentina con la coyuntura
internacional, pues, a pesar del cambio político que esos gobiernos representa
ban. las líneas esenciales del modelo agroexportador no se alteraron (apertura de
la econom ía; endeudam iento externo; comercio exterior basado en el intercambio
de materias primas y alimentos por productos manufacturados; estabilidad de la
m oneda e. incluso, retomo al patrón oro). La crisis mundial, que comenzó a fines
de 1929. coincidió prácticamente con el fin de los gobiernos radicales, que no
tuvieron oportunidad de producir cam bios drásticos cn las políticas económicas.
ICn esta perspectiva es posible analizar la evolución del produelo interno y de
los ciclos económicos en aquellos años. Asi se puede observar que durante la
Primera Guerra Mundial, enlrc 1914 y 1917, se produjo una brusca caída del PBI.
El comercio exterior, como ocurrirá luego en la siguiente guerra, resultó superavitarío.
pero ello fue consecuencia de un descenso de las importaciones (por la falta de
bodegas, el aumento de los fletes y la carencia de productos cx|>orlablcs. como
la que padecían nuestros principales proveedores, los países europeos, debido al
(54J Coukuie, Cuino J.. Orígenes d e l com unism o aigcnUno. Buenos Aires, IU84, pAgs
54 y 65. C.t. tam bién. Rato*. Jm r, E l m o vim iento socialista cn Argentina. Buenos Aires. l ‘J 8 l .
conflicto bélico) y 110 de un incremento sustancial de las exportaciones, aunque
el nivel de éstas se mantuvo gracias a la apertura del mercado norteamericano.
Dicha circunstancia favoreció un incipiente proceso de sustitución de importacio
nes en el sector manufacturero, pero la disminución de importaciones esenciales
— bienes manufacturados y de capital— repercutió de manera negativa sobre el
producto interno. I.a interrupción «le la corriente de capitales, producto de la crisis
de 1913-191 -1 y luego <1e la propia guerra, obró en el mismo sentido.
A partir tic 1918, la normalización de la economía internacional permitió que
se incrementaran de manera considerable las exportaciones agrícolas para
abastecer a los exhaustos países europeos, en tanto se mantenía un amplio
volumen de e x c ita c io n e s a los EE.UU., loq ue favoreció un repunte del crecim ien
to económico. Incluso la Argentina prestó a los aliados 250 millones de dólares.
Esto se realizó a través de un convenio firmado con Inglaterra. Italia y Francia,
según el cual el gobierno financiaba la compra de 2 millones y medio de toneladas
de cereales (?5).
Sin embargo, la crisis agrícola-ganadera, que se inició hacia fines de 1920.
como consecuencia de la caída de los precios internacionales de los productos
‘ agrarios, y en particular de las carnes, debido a la recuperación del sector
agropecuario en los países europeos, produjo una nueva disminución de la tasa de
crecimiento del FBI. Cero éste volvió a subir en 1922. alcanzando un pico máximo
del 11 % en 1923 respecto del ano anterior, nuevamente, las circunstancias
externas ayudaron: graciasal aumento, aunque breve, de los precios agropecuarios
internacionales y, sobre todo, al ingreso de capitales extranjeros, tuvo lugar un
nuevo periodo de bonanza hasta 1920. Tras una declinación momentánea de la
activ idad económ ica en 1925 (las exportaciones de algunos productos, com o el
trigo, cayeron en la cosecha 1925-192G con respecto a la anlerior en casi un millón
de toneladas, al tiem|>o que caían también sus precios, asi corno los de otros
cereales), el crecim iento retomó el ritmo ascendente que caracterizó a la mayor
parte de la década de 1920. Debido a la entrada masiva de capitales y al aumento
del volumen de los bienes exportados, que compensó otra caída de los precios
internacionales, se fortaleció el peso, loq ue p cnn ilióal gobierno volver al sistema
de la Caja de Conversión, en 1927 (v,(. U i subida de las tasas de Interés en los
lisiados Unidos a partir de 1928 y, luego, la crisis de 1929 revirtieron de nuevo la
tendencia y causaron ser ias dificultades en la balanza de pagos. El cuadro siguiente
nos ilustra acerca del comportamiento global de la economía en este periodo, que
comprende los gobiernos radicales de Ypjoovrn y Ai.yt.ak.
C uadro 2,5. E volución del producto bruto Interno y del com ercio c ite r io r
(en m illones de mSn).
<57>O 'O i-ni., Aitn.au, "L j Arycntina cn la Depresión: los problemas de una economía
abicna*. cn l)*sanotlo Económ ico. M 02. enero-marzo de I9B4. pags. 4B4-48G.
del producto bruto Interno, que sólo muestra ligeros cam bios relativos ile los
distintos sectores de producción entre 1919 y 1929. aunque se advierte una leve
caída de la agricultura y la ganadería y un incremento, poco significativo, del
com ercio y del sector manufacturero. Todavía cn el periodo 1925-1929 la
participación del sector agropecuario era de cerca del 25 ''b, un 5 1>menos que
en 1919. mientras que la industria no alcanzaba el 18 lo que representa un
increm ento m enor que el 2 °.'j con respecto a 1919. El rubro que más se
increm entó cn todo el período fue el de la construcción. Los lincam ientos del
m odelo agroexportador continuaban aún vigentes.
F u e n te . C E P A L (1959).
|5B) IjOKMttum. Jo w ir A.. Dinero, po lítica y barreos Historia del flanco Centra/ de l.i
R epública Antcntlna. Buenos Aires. 1996. páq. 30
Vr.GAs. que contaba con el ascsoramicnto dc Au uvw ko (h-nor.. Pero luego el ministro
renunció y fue reemplazado por V ictck M. Motín*, dc ideología liberal, que afirmaba
cn un débale cn el Congreso, cn noviembre dc 1923. que "el proteccionismo
transformado en abolicionista es lo que condena el gobierno del Dr. Ai .vkak" ('•).
Cn el orden agropecuario se produjo un impulso hacia la tccnilicación del
campo, lo que se tradujo en un incremento de las áreas sembradas. Mientras, en
el sector ganadero, se sancionó una serie dc leyes para controlar las transacciones
comerciales y establecer precios máximos y mínimos. También se debatió
extensamente, sin adoptarse medidas concretas, cn torno a la posibilidad de
intervención del Estado cn la cuestión del llamado ¡m ol dc los frigoríficos, hecho
que se analizará más adelante.
En cuanto a los transportes, se siguió extendiendo la red ferroviaria unos
2.500 kilómetros, llegando a alcanzar al término del m andato dc A lviak un total
dc 36.585 km. También se dio un Impulso a las obras dc construcción dc puertos
y cam inos, esto último vinculado a la difusión del automotor. Se establecieron,
asimismo, las primeras lincas aéreas, el servicio postal y un sistem a orgánico dc
transmisiones radiocléctricas.
Con la vuelta dc Y kioovii al poder, el gobierno reunió a los principales
representantes dc los frigoríficos y de los exportadores dc cereales para anunciar
les una nueva intervención del Estado cn el control dc los precios y calidad del
com ercio exterior de carnes y granos. Se destinaron, por otra parte, fondos para
el desarrollo del sector agropecuario mediante concesiones dc créditos a bajas
tasas de interés y con garantías dc las cosechas y se llevó adelante una serie dc
convenios con las empresas ferroviarias para el m ejoram iento dc los servicios a
fin dc facilitar el transporte de ccrcalcs y ganado.
Una cuestión que tuvo repercusión en esos anos fue la relativa al desarrollo
d c la industria del petróleo, pues en 1927. por una iniciativa dc legisladores
yrigoyenístas se discutió cn la Cámara dc Diputados un proyecto de ley sobre la
nacionalización dc todas las explotaciones petroleras, tema cn el cual también se
manifestaron contrastes cnlre Y kiooybi y Ai vrxx.
2 ,7 ,3 . La p olítica petrolera
tüOI C.I. t'u'wi. O kpta y Mowsrui. M«r«. Petróleo, tetarlo y noción, Buenos Aires. I 99 I .
(01) Cf. Mosco**!, Cnuwr, E l petróleo argentino (1922-1930). huellos Aires. I9H3.
(021 Soirr.Ku, Caki. Petróleo y nacionalism o cn la Argentina, filíe n o s A ires, 1002. págs,
IA 1-143 .
Producción Importación
Ano Consumo
Total Fiscal Concesieocs (en % )
Cuadro 2.8. Resultados financieros de YPF (1923-1930) (en m iles dc pesos papel).
C uadro 2,9. Crecim iento de los g is te s , recursos y deuda pública del gobierno n a cio nal
(1900-1930) (cn m illones de pesos oro).
En agosto de 191(1. se elevó al Congreso Nacional un proyecto de ley de
impuesto a los réditos, con lo que se perseguía no sólo aumentar en forma
inmediata los recursos ordinarios del Estado, sino operar también una auténtica
reforma impositiva. El proyecto se fundamentaba en la necesidad de paliar el
desequilibrio crónico cíe las cuentas fiscales y cn los principios de equidad que
aconsejaban solucionar el problema mediante la imposición directa antes que la
indirecta. I’or otra parte, se subrayaban las crecientes funciones del Estado, que
no pcmiitian la reducción del gasto público, y las tendencias contem poráneas en
los países democráticos donde se manifestaba una preferencia creciente por la
imposición directa. Com o esta iniciativa del Poder Ejecutivo resultó inaceptable
para la oposición, el gobierno debió orientar su búsqueda por cam inos más
tradicionales <").
Se implemento finalmente, como señalamos, un impuesto a las exportaciones
agropecuarias, rubro que por otra parte no se vela afectado por la situación creada
por la guerra. En cambio, disminuyeron en forma proporcional los gravámenes al
consumo Inferno. Esto indica las Intenciones de los gobiernos radicales, cn
especial los de YKioorr-i. cn el sentido de disminuir las cargas impositivas sobre los
sectores medios, tratando de aumentar los impuestos directos — a la tierra,
patentes, herencia y otros— y los destinados al comercio exterior.
Asimismo, estos cam bios impositivos procuraban cubrir los mayores gastos
del erario público, que desde 1914 sobrepasaron permanentemente a los recursos
públicos. La solución momentánea a este problema vino, sin embargo, por un
fuerte incremento de la deuda pública, que cn 1908 era 3,5 veces mayor que el
nivel de esos recursos, y cn 1930 llegaba ya a 4.6 veces. En el cuadro 2,9 puede
observarse la proporción entre los recursos y losgastos nacionales y el crecimiento
de la deuda pública cn el periodo 1900-1930. A partir de 1914 los gastos
comenzaron a superar a los recursos, compensándose esa diferencia por el
aumento del endeudamiento público, que se duplicó entre los dos años extremos
del periodo. Este crecim iento contribuyó al (m andam iento de los gastos adm inis
trativos ordinarios, ya que los gastos en obras públicas habían disminuido. Hacia
1922. los servicios de esa deuda absorbían ya ceica del 40 °.'j de las rentas
públicas, pero es durante el gobierno de Ai-vkar y el segundo de Y k jo o v e m , entre 1926
y 1930, cuando la deuda creció más aceleradamente. Com o señala P u t c k s , "la
década de 1920-1930 no fue feliz en la historia financiera Argentina. El presupues
to nacional no estuvo balanceado cn ningún año, en dos ocasiones el déficit
excedió los 150 millones de pesos oro, aproximadamente un tercio de los gastos
nacionales”, duplicándose casi la deuda interna ( '“ ).
Especialm ente durante el corto segundo gobierno de Y h i o o y i .i , se observó un
importante incremento del gasto público, que no fue acom pañado por una
recaudación suficiente com o para financiarlo. El creciente déficit fiscal que se
generaba ocasionó fuertes cólicas por parte de la oposición ya que la tcoria
107) M tvnroiifi. Admaka. 'Secto r público y sistem a tributario argentino. 1914 1932". en
Ciclos cn Id historia. 1.1 econom ía y M sociedad. Í1 9. piim er sem estre de 1995.
(681 l’rrmv Masolo K.. VicTon'ifinD t'btofthcAnicntim 'Rcputilic. Haití inore. 1934. pág. 104.
económ ica de la época sugería la necesidad dc un fén co equilibrio dc las cuentas
públicas, ro m o punto de apoyo para el equilibrio económ ico general. Sin embargo,
el déficit coincidía con el comienzo de una fuga dc capitales que preanunclaba la
crisis en ciernes y deprimía el ingreso nacional. En esc contexto, com o lo mostraría
posteriormente el kcyneslanismo. el déficit fiscal contribuía a conlra|>esar la caída
del ingreso y, en cierta medida, a estabilizarlo. Por eso. se ha señalado que esta
política ofreció un ejemplo de una política fiscal compensatoria que anticipaba las
recom endaciones que posteriormente formularía Krrrm:s cn su Teoría g en eral ('•').
(60) Bu «.«,01 Ai u .-;>r. Waitt*. E l scn icio del cupU.il extranjero y el control de ca/nb/os,
México. 1954, pág. 104.
(70) Cf. O ia k s a J n r-rj, K. (lílfiO ).
No obstante, debido a la entrada de capitales y al crecim iento de la economía,
el peso se revalorizaba. com o ocurrió entre 1925 y 1927. lo que perjudicaba a los
exportadores y a los productores agropecuarios que dependían de las venias cn
cl exterior y se veian afectados por la caída de los precios de sus productos
valorados cn pesos, aunque beneficiaba a los importadores.
El servicio de la deuda exterior crecía también, lo que preocupaba al gobierno,
mientras se acentuaba el conflicto permanente entre los Intereses de los
exportadores y los de los importadores, aunque los primeros, partidarios de un
retomo a ta convertibilidad, tenían un mayor peso |>olitico y presionaban cn ese
sentido rom o ya habia ocurrido en 1099.
Un elem ento decisivo fue que, cn caso de reabrirse la Caja de Conversión, se
beneficiaría, sobre lodo, a aquellos que necesitaban pagar con oro sus deudas a
los Estados Unidos, pais con cl cual se mantenía un balance crónicamente
negativo. I-a reserva de oro bajaría así cn forma considerable, iniciando una nueva
baja del peso, que favorecería, a su vez. a los ex|x>rladores, productores
agropecuarios e incluso a scctorcs industriales, beneficiados estos últimos por cl
encarecim iento de los productos importados con quienes competían.
Durante 1927 las existencias de oro experimentaron un incremento de más
de Ü5 millones de pesos oro. lo que permitió emitir 5B millones de pesos moneda
nacional, precipitando la decisión del gobierno de volver a la conversión, listo se
hizo cl 25 de agosto de aquel año, a una tasa de 2,2727 pesos moneda nacional
por |>eso oro, vinculando nuevamente la emisión monetaria a las reservas de oro
y divisas en el marco de un aumento de las exportacionesy de entrada de capitales
extranjeros, t i pais se sum aba a un escenario internacional donde la vuelta al
patrón oro pasaba a ser cl denominador común entre las econom ías más
desarrolladas. Sin embargo, economistas com o Pusuca señalaban cn la época
( 19 32 1que después de IA años de inconvcrtibilidad cl pais pudo retornar al patrón
oro, pero que lo habia hecho "a la deriva, arrastrado por las circunstancias
favorables que. cn éste como en otros casos de su historia financiera, solucionaron
espontáneam ente sus problemas, sin hacerle soportar de Inmediato el costo de
sus errores y su imprevisión", l'or eso. la crisis internacional sorprendió luego a la
Argentina "con una organización monetaria cn extremo inadecuada* (’ ').
300
203
100
0
1913 1922 1923 1924 1927 1929 1933 1935
H do infxxljocnes
í IIngresonetoüi>aversión**(30utram.ir
Fuente: Tho RsyjIInsKute cf Interrjl oral AMarrs, The Prctlem el lr.:em3t¡onal Invaslment. Londres, 1937
Gráfico 2,2. Reino Unido: excedente de im portaciones e ingreso neto de las inversiones en
ultram ar 1913 y 1922-1935 (en m illones de libras esterlinas).
t77) FVrtr>. V. L. (I93fl); fojinn. Janee y OCoaim . Aun no. “La Anientlna y la economía
atlántica en la primera mitad del sigluXX. en Desarrollo económico. ¡1 40. abril junio tic 1973.
El triángulo de los movimientos de capital tuvo también una importancia
decisiva. I’or un lado, el Heino Unido cubiia. con los ingresos provenientes de la
Argentina por inversiones y prestación de servicios financieros y comerciales, la
mayor parte de su balance comercial desfavorable. Pero. por otro, una corrienle
neta de capitales norteamericanos financiaba las importaciones argentinas con
prestamos o Inversiones directas, compensando en todo o cn parle tos déficit de
nuestro pais en su comercio con los vecinos del Norte. O sea que cl sistema
funcionaba porque cn la Argentina existían entradas de capital provenientes de los
Estados Unidos, y. a veces un superávit comercial con Oran Bretaña que superaba
las remesas de intereses y dividendos a ese pais. llegando a equilibrarse el
desajuste que podia producirse en cl comercio Irílateral. También se verificaban
corrientes de comercio y capitales compensatorias entre Gran Bretaña y los Estados
Unidos. De este modo se mantenían vigentes, aunque de una manera precaria,
como veremos, los principios del sistema multilateral de comercio y pagos.
El siguiente cuadro muestra las características del comercio triangular cn lo
que refiere a la participación de Oran Bretaña y los EE.UU. cn cl intercam bio
com ercial de la Argentina.
Entre 1914 y 1934. el saldo comercial negativo con los Estados Unidos fue de
1.316 m illones de pesos oro. mientras que el saldo positivo con Oran Bretaña
alcanzó los 2.991 millones de pesos oro, mostrando las características del
com ercio triangular. Pero cabria aclarar que cn el periodo de la guerra, entre 19)4
y 1917, los saldos con los EE.UU. fueron positivas. Si tomamos períodos distintos,
como, por ejemplo, entre 1921 y 1930. cuando los saldos con el pais del Norte
resultaron todos negativos, los superávit y los déficit comerciales con Inglaterra y
los Estados Unidos tendían a igualarse.
Empero, este triángulo comercial anglo-argentino-norteamericano no puede
ser bien comprendido si se lo considera solamente como la simple compensación
de los déficit del intercambio comercial con los Estados Unidos con los superávit
resultantes del com ercio con Ciran Bretaña.
En primer lugar, porque, como observamos cn el mismo cuadro, el saldo de
servicios con Oran Bretaña resultó fuertemente negativo, com o consecuencia de
la rem esa de utilidades c intereses de las empresas británicas cn el pais,
com pensando cn pane el su|>crávit comercial de la Argentina. En segundo término.
l>orquc el comercio triangular significaba para la Argentina supeditar su estructura
productiva y en particular su estructura industrial a las manufacturas y bienes de
capital norteamericanos. I.as importaciones de maquinarias norteamericanas en
este periodo, por ejemplo, posibilitaron, de una manera más significativa que lo
que generalmente se crcc. la industrialización de los anos '30. En tercer ténnino.
porque esc com ercio aceleraba el flujo de capitales estadounidenses en la
economía argentina mediante la colocación de lil ulos públicos en cl área del dólar
o de inversiones directos de empresas norteamericanas, permitiendo financiar cl
com ercio de importación y desplazando de esle modo la influencia económ ica
inglesa. Cl comercio triangular estaba señalando, cn realidad, un cam bio de
esleras de influencia (r"),
Pero veamos m is cn concreto cuál era la relación especial que existia con
Inglaterra y cl tipo tic vinculación que comienza a desarrollarse con los Estados tinldos.
tn realidad, desde cl punto de vista comercial, la relación económ ica entre la
Argentina c Inglaterra no era tan unilateral como se piensa. Es cierto que existía
una fuerte dependencia del mercado británico para el sector exportador argentino;
asi, por ejemplo, cn 1929, se exportaba a Oran Bretaña cl 99 % de la carne
enfriada, cl 5-1 % de la congelada, cl 76 ”.'a de todas las exportaciones de carne, cl
34 % de las de trigo y cl 10 % de las de maíz. |>ero al mismo ticm|>o, para Oran
Bretaña esas exportaciones representaban cl 40 % del consumo inglés de carne,
cl 85 % del de lino, cl 24 r/a del de trigo y cl 75 % del de niaiz ('■*>.
Cor otro lado, adem ás de la relación comercial que existía entre las dos
naciones luibia también un vinculo que tenia Igual o mayor ini|K>rtancia y que se
originaba cn las cuantiosas inversiones de capital británico que llegaron a la
Argentina desde fines del siglo pasado. Esas inversiones, que poseían una alta tasa
de rentabilidad y al mismo tiempo complementaban y estimulaban cl comercio
entre ambos países, se radicaron, fundamentalmente, cn cl transporte, ferrocarri
les. empréstitos al gobierno, frigoríficos, servicios públicos y cl sistema bancario
y financiero, lie esta forma, los ingleses participaban cn la producción de bienes
exportables y podían controlar el comercio exterior.
(7*1) IUi-otoht. Mml-o . 'El triángulo argentino Las relaciones económicas con Estados
Unidos y Oran Bretaña. 1914 1943", cn Katonmt. Mamo (romp.). Econom ía e Historia.
Contribuciones a /a historia económ ica argentina, fluenos Aires. 1988. p.igs. 254-200.
(79) Cf. Día? Air.iAiwui. C. (1975).
l.os ferrocarriles eran el punto clave dc todo este sistema, puesto que por su
intermedio se llevaban a los puertos los bienes exportables y se introducían las
manufacturas británicas cn el territorio nacional, constituyendo, además, una
demanda para los productos del Reino Unido. Asi. por ejemplo, el carbón y los
materiales ferroviarios llegaron a representar la cuarta parte de las importaciones
provenientes dc Oran Bretaña entre 1920 y 1930.
D ccstc modo, dc 20 millones dc libras invertidas por capitales británicos hacia
1000. se llegó a 357.7 millones cn 1914. alcanzando un pico dc 453 millones cn
1934. Un índice de la importancia que estas inversiones tenían para el Reino Unido
nos lo brinda el hecho dc que cn 1930 la Argentina ocupaba el cuarto lugar dentro
dc la distribución geográfica dc las inversiones inglesas en el mundo y sólo era
superada por la India. Australia y Canadá, sobrepasando a Europa continental.
Sudáfrica y los Estados Unidos.
Esta relación privilegiada entre la Aigcntina y Gran Bretaña ha sido muchas
veces mal interpretada, ya que su base la constituía sobre todo la dependencia dc
los grandes ganadcios argentinos del mercado británico dc carnes, aunque cn la
década dc 1920 la exportación dc carnes representó sólo entre un 12 y un 15 %
dc las exportaciones totales. Evidentemente, los hacendados eran el grupo social
y político más importante dc la Argentina, y su influencia sobre la política
económica del pais les permitió defender estas relaciones, que para ellos eran
vitales. Para algunos autores 'constituye un tributo del formidable poder político
dc la clase terrateniente que la dependencia de éstos del mercado d c carnes
británico fuese interpretada... com o la dependencia dc la Nación Argentina de la
suerte económica dc Oran Bretaña' (*°).
Al mismo tiempo que las relaciones con Oran Bretaña adquirían estas
características, se iba vislumbrando una participación crccientc dc los Estados
Unidos en la economía argentina. Antes dc la Primera Q uena Mundial, la presencia
del pais del Norte cn la economía argentina era bastante modesta, aunque ya
capitales norteamericanos se habían implantado, com o vimos, cn un punió clave
dc la estru ctu ra p ro d uctiva: la In d u stria frigorífica.
f’ero la verdadera irru p ció n dc lo s cap itales n o rteam erican o s se prod ujo
después dc la Prim era Q uerrá M undial, y particularmente cn la última mitad d c ia
década dc 1920. Corno analizaremos cn d etalle más ad elan te, se tratab a dc
establecimientos dedicados, cn su mayoría, a artículos Industriales, maquinarias,
vehículos, artefactos eléctricos, textiles, refinación del petróleo, alimentos y
bebidas y productos farmacéuticos. También en esos años se radicaron com pa
ñías dc seguros, bancos y numerosas firmas Importadoras y cornercializadoras.
muchas dc las cuales comenzaron luego a realizar larcas dc armado y manufactu
ra. Además, capitales norteamericanos compraron firmas ya existentes dc origen
europeo, como la International Tclephonc and Telcgraph Corporation, que se
transfonnaria cn la Unión Telefónica. Asimismo, invirtieron cn otras em presas dc
servicios públicos, como compañías dc electricidad provinciales i"'l.
.821 Cf. IVii-s, t)t )ii>. MigrMkms ul inducir) lo Soul/l Am erita, nueva YorK. 193<>.
les o de (ecnologias distintas. I'or ejemplo, los ingleses siguieron manteniendo en
la década de 1920 su predominio cn cl área de los textiles, que constituían, según
los anuarios de comercio exterior argentino, cn 1913. cl 49.6 de todas las
importaciones argentinas de esos productos y en 1927 todavía representaban cl
43.7 c.b de esas importaciones, En cambio, los norteamericanos participaban
respectivamente con cl I . I y cl 8.9 c.¡>de los textiles para los mismos anos. Pe
ro, cn oíros productos, com o cn m alcrías primas y manufacturas de hierro, se da
ba un proceso diferente: la participación británica caía de un 35.9 ¡ cn 1913 al
20.1 % en 1927. mientras que las importaciones de los EE.UU. crecían del 17.5 al
35.4 % l” ). 5obrc la base de estadísticas estadounidenses se ha calculado cl
incremento de la participación de los EE.UU. cn metales y maquinarias industriales
entre 191 3 y 1929 del 17 al 52,7 r.b y cn productos químicos del 18,5 al 20.4 c!b.
En 1929. cl 64 °.o de las importaciones de manufacturas del país del Norte se
correspondían a productos cn los cuales sus ventajas tecnológicas eran induda
bles frente a los europeos mientras que Oran Bretaña seguía exportando textiles,
material ferroviario y productos de consumo diverso ("*).
Por otra parte, corno ya se dijo, los saldos del comercio con los Estados Unidos
eran desfavorables para cl país del Plata, al contrario de lo que oc urna respecto de
Inglaterra. La razón |xir la cual la balan/a comercial con los Estados Unidos fuera
tan desfavorable se debía, evidentemente, a que am bas econom ías no eran
complementarias, sino competitivas, El mercado norteamericano se cerró por
completo, en 1926, a la importación de carnes argentinas, pero ya m ucho antes
cl alto nivel de protección impedía la colocación de nuestros productos y este
problema iba a ser una de las preocupaciones piinci pales de los sectores dirigentes
argentinos cn todo el periodo que estamos analizando.
Como resultado de estos procesos, tal como lo observamos cn siguiente
cuadro, hacia 1930 la Argentina era cl cuaito pais cn importancia dentro del total
de inversiones externas británicas cn cl mundo después de colonias o dominios
como India-Ccilán. Canadá y Australia, lo que revela la vigencia que aún tenía en
esa época la antigua relación anglo-argcnlina. Pero ocupaba también el cuarto
lugar dentro del total de las inversiones de los Estados Unidos en el exterior,
después de Canadá. Alemania y Cuba y antes que México. Chile. Inglaterra y Brasil,
dando también un indicio de la consideración que gozaba la econom ía argentina
para cl país del Morte cn la década de 1920. Aun teniendo cn cuenta sólo las
inversiones directas — pues cl dato anterior incluye las inversiones de portafolio—
la Argentina estaba ubicada en cl sexto lugar, lo que. por cierto, no se hallaba
desprovisto de significación.
Estados Unidos
País Malones de dolares N
El periodo que transcurre entie 1914 y 1929 ha sido objeto de una áspera
polémica. Según una interpretación, las décadas previas habían creado las
condiciones para un despegue del crecim iento autosostenído de la economía
argentina. No obstante, dicho despegue no se. produjo hasta 1933. l>c allí que esta
etapa habría significado una gran dem ora en la evolución argentina. Sin embargo,
esta hipótesis ha sido seriamente cuestionada, como veremos, por diversos
autores.
La ¡dea de la 'gran demora" es tributaría de los trabajos de A lejakok» ISt'-c,i.
quien, cn numerosos artículos y libros escritos a partir de la segunda década del
siglo, señaló el estancamiento relativo que comenzaban a reflejar los indicadores
de la producción agropecuaria, del comercio exterior, de las inversiones extranje
ras. de la extensión de las vías férreas y de la tasa de crecim iento de la población.
Para evitar cl progresivo estrechamiento de la base económ ica nacional, fitnor.
proponía una decidida Intervención del listado para fomentar cl crecim iento
industrial. Cn el fondo, Dtnor. apuntaba a mostrar que cl modelo agroexportador se
estaba agotando y que era necesario diseñar alternativas que estimularan un
cam bio estructural profundo.
Cl término de la 'gran demora" fue acuñado \mt Di Teua y Zyímu-man (Mt.
enm arcado cn la teoría de las etapas del desarrollo económico formulada por cl
economista norteamericano I V a l t W. R o s t o w . el trabajo se proponía periodizar la
evolución económ ica argentina de acuerdo con la sucesión de etapas que. según
R o s t o » . señalaban cl cam ino al desarrollo. Cl planteo teórico indicaba que, luego
de la "etapa del prcacondicionamicnto". debía iniciarse la "etapa del despegue*. Para
cl caso de la Argentina. Di Ti :ua y Zvmtjmvi indicaban que cl prcacondicionamicnto
habia concluido cn 1914. cuando se alcanzaron los Índices más elevados de
exportaciones |>er cápila y la mayor [jarte del área cultivable se encontraba cn
producción. A partir de ese momento, cualquier aumento de la producción debia
provenir de los cambios en la relación capital-tierra en la agricultura o de un aumento
de la inversión industrial. Sin embargo, ia baja movilidad de los recursos, las
estructuras político-sociales derivadas de la mala distribución de la tierra y cl carácter
antiindustrialista de la clase terrateniente obstaculizaron el paso de una etapa a la
siguiente hasta 1933. A ese periodo lo denominan "la gran demora", para llamar la
atención sobre un fenómeno de ajuste sectorial dentro del proceso de crecimiento
y sobre ciertos factores no económicos que pueden obstaculizar o acelerar cl
desarrollo. 'L a gran demora se caracteriza por una contracción de la tasa de
crecimiento de la inversión, particularmente de la inversión extranjera, y una
detención en la evolución de la posición relativa entre la agricultura y la industria' I" ).
Com plem entando estas hipótesis se enm arcó la teoría del "bien primario
exportable". Cn un pais que transita su etapa inicial de crecimiento basado en la
exportación, com o la Argentina del modelo agrocx|>ortador. el ritmo de esc
crecim iento se encuentra determinado por la tasa de crecimiento de la producción
exportable. Los bienes primarios exportables ejercen un efecto sobre cl resto de
i94l Cf. Gir.mti. M o k a c io . E l(Jc s .im ilío . K f / Y i D O anjenfuio. Uuenos Aires, l<>54.
ral podía ser excelente. Si. cn cambio, uno o varios se mostraban adversos, se
originaban problemas importantes.
La estabilidad de los sistemas productivos del periodo anterior a la querrá
creaba las condiciones para una expansión sostenida de la producción argentina.
El quiebre de esa estabilidad cn lorno a la Primera Guerra Mundial volvió más
aleatorio el marco externo, y la expansión interna comenzó a transitar por una
cornisa muy delgada.
Desde ese punto de vista, tanto las condiciones internas com o el m arco
internacional que habían permitido el notable dinamismo durante el modelo
agroexpoitador mostraron a partir de la guerra síntomas inequívocos de achola
miento y transformación, descubriendo simultáneamente las frágiles bases de la
estructura productiva argentina. Kn ese sentido, m ásque una dem ora, los anos '20
denotan el Inicio de una crisis del m odelo de crecim iento vigente desde el último
cuarto del siglo XIX. Pero, si bien las crisis expresan la desestructuración de un
modelo de crecimiento y abren paso a transformaciones que pueden generar un
cam ino alternativo, nada implica que ese camino se encuentre inmediatamente,
y ni siquiera que exista. Por eso, el paso automático de una etapa a la siguiente
implícito cn la perspectiva de la "gran dem ora" no parece describir de manera
adecuada la evolución cíclica del capitalismo.
Un idea de que el problema de londo consistía en que las ventajas com para
tivas estaban cambiando y de que la Argentina no supo adaptarse de lorma
inmediata es un tanto reduccionista, ya que sólo toma cn cuenta el fenóm eno de
los mercados. El proceso productivo es m ucho más abarcativo que un simple
juego de fuerzas económ icas resultante de la puja de actores individuales, incluye
relaciones materiales de producción, m ecanism os de regulación y relaciones
sociales que no se transforman al ritmo de los procesos de m ercado. Es. por lo
tanto, lodo el sistema el que se ve afectado, y los cam bios cn el m ercado sólo
reflejan transformaciones más profundas. I)c allí que la explicación de que la gran
demora se relaciona con rigideces en las estructuras social y política (consideradas
como factores "cxtraeconóm icos") que impidieron los cam bios económ icos
pertinentes se debilita también al no tomar cn cuenta que dichas estructuras
constituían un elcm cnlo central del modelo agroexportador.
Según nuestra interpretación, la Argentina no padeció en los años 20 una
demora, sino los primeros síntomas de una profunda crisis de la que le costaría
mucho tiempo recuperarse, ya que demandaba transformaciones económicas,
sociales y políticas que no podían concretarse sin aglutinar un conjunto de sectores
sociales capaces de proponer c imponer un nuevo m odelo de pais. 1.a Argentina
no se demoró cn el paso de una etapa a la siguiente, sino que se vio forzada a
abandonar una etapa sin que la siguiente pudiera aun perfilarse.
2 ,1 0 . EL SECTOR AGROPECUARIO
Una serie de factores fue alterando el sostenido crecim iento del sector
¿Kirieola c insinuando una situación más critica paro el sector cn el largo plazo.
Entre ellos se destacaron la fluctuación en los precios d c los cereales y su
creciente descenso desde I9 2 6 ; el aum ento cn los costos de producción,
especialm ente transportes, maquinarias, im plem entos agrícolas y alm acenaje;
la insuficiencia del crédito agrícola; el encarecim iento dc los arrendam ientos;
y los límites existentes a la expansión territorial extensiva d c la agricultura
argentina. Pero también influyeron en los problem as agrarios del pais los
rendim ientos decrecientes del sector cercalcro. sobre todo entre 19 14 y 1929,
cuando fueron com parativam ente inferiores a los dc los Estados Unidos.
Francia. Canadá. Alem ania c Italia para el trigo, y a los dc C anadá y Australia para
el maíz. Además, los costos de los fletes ferroviarios argentinos tenían m arca
das diferencias con lo sd cl Canadá, que cobraban por quintal y por una distancia
dc 500 Kilómetros, el equivalente a $ 1.04, m ientras que los dc los Estados
Unidos ascendían a S 1.87. y los de la Argentina prom ediaban $ 2.22 por la
m isma carga y trayecto. En las operaciones portuarias se advertía una situación
sim ilar por cuanto una em barcación dc G.000 toneladas que abonaba $ 1,22
por toncliula en buenos Aires, $ 1,20 cn bahía Blanca y S 1.05 cn Rosario, cn
el puerto dc Q u cb cc pagaba S 0,52. en Montrcal. S 0 . 19 y cn ttalifax $ 0.14.
Nota p ara t í tab aco , la s cifras corresp ond en al añ o a g n ccla ; 1914-1915.1916-1917, etcétera.
Fuente: Loague of Nabons. The N ctw rkol Wotld Trade. Ginebra, 1942, pág 86
Gráfico 2.3. Los Estados Unidos y I» Argentina: exportaciones de carne congelada y
enfriada, en miles de toneladas métricas.
(99i Owu, Rk akxi M-. Historia económica de la Anjenlina, tomo 2. Buenos Aires. 1904.
pág. 23.
Pero al finalizar la guerra. comenzó a dccrccer la demanda de ultramar,
¡nielándose un proceso depresivo en el sector, l a disminución del ¡xxlcr adquisi
tivo. las acumulaciones de grandes cantidades de carne envasada y congelada |xx
parte de los mismos |>aiscs aliados y la existencia de otios mercados vendedores,
junio con la paulatina recuperación del sector agropecuario curo|ico. originaron
una seria crisis en la ganadería argentina.
l a crisis de los años 1921 1022 reflejó crudamente cl conflicto entre los
invernadores y los criadores. Los primeros, ganaderos acaudalados y dueños de
gran cantidad de animales, podían sobrevivir a la conmoción reteniendo su ganado
hasta que los precios mejoraran o lograran algún beneficio particular |x>r parte de
los frigoríficos. Los criadores, en cambio, debían malvender sus novillos de inferior
calidad a los frigoríficos o entregarlos para su engorde a los invernadores,
sulriendo lorio el impacto de la reccsión. La crisis se reflejó en debates parlamen
tarios y en la prensa de la época ( l0‘).
Anle cl quiebre del sector, la Sociedad Kural Argentina, presidida por J cmqi :r<
A rc.mokwa, prominente invernador, dcscchó la idea de que la crisis se debía a las
presiones ejercidas por los frigoríficos sobre los ganaderos y desearlo la posibili
dad de loda intervención estatal. A fines de 1022. las elecciones llevaron a la
dirección de la organización a Peono Pagi.->, prestigioso criador, que modificó la
|x>lítica de la Sociedad, culpando directamente a los frigoríficos de lograr benefi
cios "m onstruosos' a expensas de los ganaderos. En contraste con el planteo de
AnoroKcnA, proponía la intervención del Estado com o única solución.
Los empresarios de los frigoríficos no lardaron en defenderse. Argumentaban
que los desequilibrios se debían a un cx ccso d c oferta, por loque había que dejar
actuar a las fuerzas del mercado. Una intervención estatal, según ellos, no seria
beneficiosa para cl país dado que desalentaría el crédito extranjero, favorecería
la huida de capitales y perjudicaría la iniciativa privada. Lo que más afectaba a
los frigoríficos era la idea de que se fijara un precio mínimo a pagar a los
ganaderos arguyendo que. de establecerse, encarecería cl nivel de vida de los
consum idores ingleses de menores ingresos, restringiendo el mercado para las
exportaciones argentinas.
En consecuencia, sus propuestas para solucionar cl conflicto eran la reducción
de impuestos, la disminución de los costos de producción y la mejoras de los
rebaños. El rol del Estado debía centrarse en la búsqueda de nuevos mercados.
Luego de meses de tironeo, cl Congreso decidió la aprobación de cuatro leyes:
a) la construcción de un frigorífico administrado por cl Estado en la ciudad
de Buenos Aires:
b) la inspección y supervisión gubernamental del comercio de carnes;
c) la venta del ganado sobre la base del |>cso en vivo;
d> un precio mínimo para la venta de ganarlo de exportación y uno máximo
para la venta local de carne.
Cuando A l vx a h estableció por decreto precios mínimos moderados, los
frigoríficos criticaron estas leyes y. como respuesta, dejaron de comprar novillos
c interrumpieron el comercio de exportación de carnes. De esfa manera, los
empresarios de los frigoríficos trasladaron el conflicto a la esfera económica, dado
el escaso resultado de su presión política. Ante estas medidas de fuerza tomadas
por las empresas, el gobierno debió ceder, suspendiendo la aplicación del decreto,
el 7 de noviembre de 1923. a Ires semanas de su sanción.
En 1025, la "guerra de carnes" entre los frigoríficos se reanudó. Un estableci
miento británico anunció la modernización y ampliación de su planta y pidió el
incremento de su cuota. I’or su parte, Swilt estaba construyendo una nueva planta
en Rosario y los V tsm (de origen inglés) hacían lo propio cn Dock Sud. Cuando
estos últimos solicitaron un aumento de su participación a expensas de las otras
compañías, se puso en marcha el nuevo conflicto.
finalmente, cn octubre de 1927. los empresarios de los frigoríficos llegaron
a un acuerdo: los norteamericanos nuevamente fueron los m ayores beneficiarios
ya que tomaron ahora una cuota mayor, el 5fJ,5 ■j de los em barques; los
británicos, el 29. G4 r;»y los argentinos, el I 1,8G % . t i com ercio de la carne quedó
totalmente dominado por los intereses extranjeros y. en particular. |>or los
estadounidenses
La Sociedad Kural Argentina, todavía bajo la dirección de P a o c s . argüía que la
competencia entre fr igoríficos alteraba la estabilidad del m ercado y ejercía una
presión bajista sobre los precios. Pero, cn 1920. P a o » fue reemplazado |>oi Liis
Dumau. uno de los invernadores más importantes de la provincia de Rueños Aires
y, por lo tanto, con una orientación diferente, t i conflicto entre criadores e
inver nadores no estaba todavía superado, y un nuevo capitulo se desarrollará en
la década siguiente.
Sin embargo, durante la conducción de Oumal, la 5RA elaboró un informe, " t i
I k >o I de los frigoríficos necesita la intervención del Estado", redactado |>or Ra. t.
Pk: tusen. joven pero ya destacado economista, cn el cual se acusaba de "ganancias
excesivas" a los Irigoríficos y se sugería como única solución (rosible la interven
ción del Estado. Pero sus recomendaciones se basaban, sobre todo, en la
necesidad de pedir al gobierno la inspección de los libros de las compañías por
parte de una junta independiente, no obstante, si Dmv. y los invernadores
manifestaban ahora resentimiento hacia el /*)<)/, no iban tan lejos com o para
apoyar los pedidos de los criadores de instalación de un frigorífico nacional
Otro acontecimiento tuvo una repercusión mayor sobre el sector ganadero y
la industria de las carnes: el 17 de setiembre de 192G. el Departamento de
Agricultura de los Estados Unidos emitió una disposición por la cual se prohibía la
importación de carnes frescas o refrigeradas, vacunas, ovinas o porcinas, desde
cualquier región donde existiera aftosa. La Argentina — que se hallaba muy
interesada en ampliar sus exportaciones hacia los EE.UU.— resultaba uno de los
<10-»i Cf, O'Conneu. Ahiuot. "La liebre aftosa. cl embaulo sanitario norteamericano y cl
triángulo Argentina-Gran Drctaña-Cstados Unidos", en Desarrollo Económico. N’ 101. atwii-
j u n l o d e 1 DIJO.
( 1051 .Ana/es üc /a Sociedad Rural Argentina. 25 de noviembre de 19 2 6 y I -de enero
de 1927.
2.11. EL DESARROLLO INDUSTRIAL
Una vez finalizada la guerra, se reanudó cl comercio con los paises europeos
sin establecerse ninguna política de protección a las industrias instaladas o cn
proceso de desarrollo, la s dificultades para ordenar nuevamente las relaciones
económicas internacionales y la reconversión de las industrias europeas de cara
a un nuevo periodo de paz. ocasionaron una profunda inestabilidad coyuntura! en
cl mundo. Las criticas condiciones que debió enfrentar la Argentina motivaron una
vez más. como cn cada coyuntura adversa, una polémica entre proteccionistas y
librecambistas, aunque en este caso sin la intensidad de otros momentos. Los
scctorcs tradicionales, cn defensa del libie comercio, exponían cl argumento del
"método indirecto", según el cual la Argentina podía proveerse de mayor cantidad
de productos manufacturados y a un menor precio para el consumidor a través de
las importaciones, dado que los costos de la producción de las manufacturas eran
menores cn el exterior que en la Argentina. Esta manera de pensar suponía que las
necesidades de consumo de manufacturas importadas podrían cubrirse indefini
damente. pues la producción agro|iecuaria generaría saldos exportables suficien
tes para la obtención de las divisas necesarias para esas importaciones, a lo que
podía agregarse la entrada de capitales extranjeros. Sostenían también que cn
caso de establecerse fuertes impuestos aduaneros, se reducirían las importacio-
nes argentinas, con lo cual los países vendedores, en represalia, disminuirían sus
compras, situación que |>erjudicaría las exportaciones agro|>ccuar¡as.
Los argumentos |>arecian razonables. Sin embargo, reflejaban una lógica de
corto plazo característica de las clases dirigentes de la época, que no consideraba
los graves problemas de largo plazo implícitos cn su postura. Cn efccto, sc pasaba
l>or alto los análisis de economistas como Air-JAumo IV K.r, que señalaban cl
agotamiento de las principales fuentes del crecim iento de la producción
agropecuaria. La ocupación y producción de la Pampa Húmeda habían llegado a
un techo, lo que permitía prever su pronto estancamiento. Simultáneamente, la
creciente urbanización absorbía una fracción cada vez mayor de la producción,
reduciendo los saldos exportables. Dado que la elasticidad-ingreso de la demanda
de bienes industr iales superaba a la de los agropecuarios, era de esperar también
un crecimiento más rápido de las ¡m|K>itnc¡oncs de bienes industriales que de las
exportaciones de productos agropecuarios, lo que, a la larga, desembocaría cn un
déficit crónico de la balanza comercial. La guerra habia mostrado, además, las
dificultades internas que provocaban acontecimientos súbitos c inesperados cn el
extranjero, hecho que sc pondría de manifiesto otra vez con la crisis de 1930 y con
cl estallido de la Segunda Guerra Mundial. Por lo tanto, los argumentos a favor del
librecam bio, vistos desde una perspectiva más am plia, eran altam ente
cuestionables. Sobre lodo, teniendo en cucnt.i que el sector agropecuario
comenzaba a mostrar ya su insuficiencia pata sustentarla dinámica económica de
un pais que habia sufrido iiu|x>itantcs modificaciones desde 1880.
Por otra parte, el argumento de la ineficiencia del sector industrial también
podía ser evaluado de maneta diferente de acuerdo con el horizonte temporal que
se utilizara. Si cn el corto plazo er.t c ieito que algunas importaciones ofrecían una
mayor calidad a un precio más bajo, eso no representaba una fatalidad irreversible.
Como ningún otro sector, la industria es capaz de superar su desempeño
continuamente, cr cando cn forma dinámica ventajas conipaialív.is, a condición de
recibir los estímulos adecuados. A esa altura, las discusiones sobre los beneficios
de proteger a la industria naciente contaban con los formidables ejemplos de los
Estados Unidos y Alemania, que, en medio siglo, se habían transformado «le
economías de segundo orden a potencias industriales.
Sin embargo, ambos ejemplos también permitían ver que una |iolítica aduane
ra proteccionista era una condición necesaria |>cro no suficiente para el desarrollo
industrial y debía ser complementada con incentivos que estimularan el despliegue,
integral de las fuerzas productivas, la calificación de la m ano de obra, un entorno
más receptivo a las transformaciones tecnológicas, la consolidación de un fuerte
mercado interno corno paso previo a una inserción exportadora y la creación de una
infraestructura de transportes y comunicaciones adecuada para movilizar lodo el
potencial de riquezas que ofrecía el pais. potencial que. por otra parle, no había
sido explorado aún exhaustivamente. L is posiciones industrialistas de los anos '20
rara v ez avanzaban sobre estas cuestiones. Algunos autores señalan, incluso, que
los industriales carecían de criterios definidos de desarrollo y que sólo se sentían
convocados para resistir a los cambios sociales y a las reivindicaciones planteadas
pui las agrupaciones sindicales, pero no esbo/aban ideas claras para sentar las
bases de un proyecto de industrialización poderoso
Con todo, el modesto planteo de protección arancelaria también le parecía
excesivo a las élites dirigentes y el poder de los industriales era demasiado
reducido para forzar un cam bio de |x>lalira. Por lo tanto, en los hechos el debate
no condujo a ningún cambio de londo cn materia arancelaria.
2 .1 1 .3 . La política industrial
F u e n l e : C E P A L (1 9 5 8 )
El desem peño del sector observó un quiebre con respecto al pasado, que
preanunciaba y sentaba las bases de la segunda ruptura acaecida luego dc 1933.
Dada la apuntada pasividad cn malcría arancelaria, cl desempeño de la Industria
debe ser explicado por otros factores. Cn primer lugar, debe señalarse que la
corrípetitividad de un producto dc origen nacional frente a otro Importado, al
m enos en lo atinente a sus precios, depende c el cris p arib u s dc las lasas
arancelarias, del precio que se loma com o base para aplicarlas y del Upo de
cam bio. Indicam os ya que cn los años '20 no hubo modificaciones arancelarias
estructurales. Pero los impuestos aduaneros no se cobraban sobre el precio real
dc las importaciones, sino sobre una lista de precios (ijada por el Cstado. que no
se actualizaba periódicamente. Por eso. con cl tiem po se producían desfases
entre los precios reales y esos "aforos" o "avalúos", com o se llamaba a los valores
fijados para la aplicación de los aranceles. La última lista de aforos databa de
1900 y desde ese momenlo. los precios habían subido progresivamente, de
m anera que la brecha entre am bos alcanzaba en 1920 al 186.4 % . Por eso. los
gravámenes reales sobre las importaciones sujetas a derechos habian caído del
27.6 al 10.1 % , reduciendo la protección Industrial.
La situación también perjudicaba al fisco, porque una valuación deficiente
de las importaciones disminuía la recaudación tributaria. Por eso. en 1920
aumentaron las tarifas dc avalúo en un 20 % y en 1923 se volvieron a Incrementar
en un 60 % , Además, con la normalización dc la economía mundial luego de la
guerra, los precios descendieron, contribuyendo a reducir cl desfase. Hacia 1923
la protección efectiva se encontraba cn un nivel equivalente al dc 1906 ( ,u1).
11 101 El ingenioso término pertenece a IVrii. Ftu*. A ig c n tin v Hiddlc. h ueva Yoih. 1044.
R¿ma !9 tJ 1930
Alimentos y betxdas 33,6 26,2
Tí Sjc o 9.4 4.5
Te o es 9.5 7.6
ConUcoones «0.5 0,7
Madera 6.1 8,6
impcena y pubkacrcne s 42 9.0
Cueros 7.3 4.6
Papel y ca¡13n 2.5 2.4
Prod- gim iera 10 1 8.3
Caucho — 0.1
1.8 5.5
Piedras, vrdro y ce ramea5 4,5 7,4
V c+iic-Jc í y m ag ru ra s 05 5.1
Apara'os eücncos — 0.1
O w adosS¡:tectto¿ec — 1.9
F u e n te : O E C E I. A rg e n tin a ccono m .'ca y finan ciera.
Bu en o s A ires. 196G.
Fu e n te R ,M .
afofori ario "E l triangulo argentino. L a s relacio n es económ icas con E stad o s
Unidos y G ran G rclañ a, 1914-1943". en R ii- cro n r. Mam o (c o m p ). E c o n c m ia e h is to n s
C o n tn b u cto n cs a U h is to ria e c o n ó m ic a a rg e n tin a . Bu en o s A iros. 1988, pág s 270-270
( 1 121 C l. O m i/. K. M. ( 1 9 6 4 ) .
de compctitividad de su sector industrial y la pérdida de mercados y fuentes de
abastecimiento ante la irru|Kión de países competidores, listo obligó a Oran
Krclana a incrementarlos vínculos con su propio mundo colonial y con otros países
periféricos, tn esc sentido, la Argentina y Canadá pasaron a jugar un papel decisivo
cn cl mantenimiento del |>odcreconómico británico. más allá de lo que sus propias
limitaciones productivas lo hacían suponer.
I’l caso canadiense sc destaca |K>rt|ue la .importancia que adquiere para
Londres hacia fines del siglo XIX. coincide con un debilitamiento de los lazos
coloniales y políticos, tn efecto, cn 1867 sc sancionó el Acta de la América del
Morte británica que le otorgaba a los territorios que conformaban el nuevo iwis
mayores márgenes de autonomía, a través de la instauración de un sistema
confederado. Como señala un autor, y a c n esc entonces la presencia inquietante
de los Kf.UU. fue crucial cn esta decisión: 'Estados Unidos sumió de la guerra civil
poderoso, truculento y expansionista" y por una ironía natural "el expansivo
nacionalismo estadounidense" llevó a las discordantes provincias británicas de
América del norte hacia su federación y la creación del Dominio de Canadá
flste cambio |x>líl¡co fue acompañado por parte del gobierno canadiense |xx la
¡mplcmcntación de medirlas que contribuyeron a estimular el crecimiento económi
co. La llomestead Act de 1872. |ior ejemplo, mediante la cual se otorgaron tierras
gratuitas a los inmigrantes, fue un punto de partida para la notable expansión
productiva de las praderas. También contribuyó a ello la polillca económica del
primer ministro J omm NacIX w a iíi cn la década de 1880, cn cl marco de la llamada
"Política nacional", que se apartó de los principios del librecambio estableciendo
tarifas proteccionistas para las nacientes industrias canadienses; favoreció la
construcción de un ferrocarril entre cl Atlántico y cl Pacifico (cl Canadian Pacific
Kailway) que sirvió para afirmar la idenlidad del pais respecto de su vecino del Sur:
fomentóel incremento de la población: y procuró ampliar lasactividade-s productiv.is
cn las regiones del Centro y del Oeste, transformándolas asi cn centros exportadores
y cn mercados |>ara los productos industriales del Este (“ *).
Cl proceso de modernización de la Argentina, com o tuvimos ocasión de
analizar, se produjo igualmente cn esos años, aunque sc observan, sin embargo,
dos grandes diferencias respecto de la política que impulsaron los gobiernos
canadienses de la época. Por un lado, cn la Argentina la mayor |>artc de la tierra
apta para la agricultura o la ganadería ya era propiedad de un grupo de grandes
estancieros, los cuales tenían un peso decisivo cn las esferas de |>odcr y. por otro,
la política económica externa del pais adhería con firmeza a los principios del
librecambio. tn consecuencia, los inmigrantes debieron conformarse con un
acceso restringido a la tieira, como simples arrendatarios (o debieron radicarse en
las ciudades) al mismo tiempo que sc sacrificó la |>osibilidad de un dcsanollo
industrial frente a la importación de productos extranjeros, n o obstante estas
1 113( liKrrnrn Ju rn IV , ftotlh Atl.m lk Triangle. The Interplay o f Canatía. Ihe United S t.itrx
¿ind Urc.it lirit.iin , Tororlto. lD W i. páris lf>í) y IB7 .
1 1141 C l. S tu u u . Cam , The rm iríes .liu l thc Pampas. Aí/niri-in ro llcy tn C nrtJiLi and
Argentina. IHHO-I9M. California. I ‘JU 7 .
diferencias, la Argentina y Canadá parecían haber logrado a principios del siglo XX
un Inflar destacado cn la economía mundial, teniendo en común su vinculación al
Imperio Británico. Ambas naciones eran productoras dc materias primas y
alimentos requeridos por cl centro imperial y. a la vez. constituían atractivos
mercados para los productos británicos y dc otros [Mises europeos.
Pero la creciente y decisiva presencia dc los Estados Unidos cn las economías
argentina y canadiense, comenzaría a pesar también cn las políticas internas c
internacionales dc ambos paises. Asi como existió una relación triangular entre cl
Reino Unido, la Argentina y los Estados Unidos. c|uc podemos denominar "triángulo
del Atlántico Sur", también se puede hablar dc un "triángulo del Atlántico norte’ y.
si bien este último existía ya en la etapa colonial dc Canadá, cuando cl sistema
lacustre norteamericano permitía la entrada de productos estadounidenses cn los
territorios británicos, adquirió fuerza y dimensión destic mediados del siglo XIX l1 'l.
f.n l.i conformación dc estas |>cculiarcs relaciones triangulares un aspecto
im|K)rtantc fueron las inversiones británicas. Tanto cn Canadá como cn la
Argentina, estos capitales apuntaron no sólo a poner cn producción las enormes
riquezas potenciales de las praderasy las pampas, sino también, como en el caso
canadiense, a explotar los recursos forestales y mineros existentes. Ju n to a esto
era necesario establecer un sistema de transporte y distribución para los mercados
locales y del exterior de estos productos, además dc crear la infraestructura y las
industrias necesarias y facilitar el financiamicnlo de las distintas actividades. Sin
embargo, la naluralc/a de las inversiones británicas fue diferente cn ambos países.
Kn Canadá, la mayor parte dc ellas fueron indirectas, mediante la colocación dc
títulos o acciones dc empresas publicas o privadas canadienses en el mercado de
Londres, Teniendo en cuenta que el 85 % dc todas las inversiones dc esle tipo
existentes cn aquel pais antes de 1914 eran británicas, puede deducirse la
importancia que esa modalidad tuvo en la relación entre cl Reino Unido y su
Dominio. Cn la Argentina, por el contrario, a partir de 1890 las inversiones directas
pasaron a superar ampliamente a las de portafolio.
1.a composición dc esas inversiones también se diferenciaba. Mientras en la
Argentina los ferrocarriles constituían cl mayor porcentaje de las mismas, llegando
en 1913 al 33 % . en Canadá, en cambio, cl sector minero representaba, hacia
1910. más del 30 % . La vinculación política directa dc Canadá como un dominio
británico y las raíces culturales c incluso familiares comunes, elementos que no
jugaban en cl caso argentino, constituyen otra razón que explica las diferentes
modalidades dc inversión cn uno y otro país <"f'l.
Por otra parte, cn tanto Canadá se dedicó fundamentalmente a producir
cereales, la Argén liria se diversificó entre la ganadería y la agricultura, lo cual habría
dc producir efectos perdurables en la conexión con Oran Bretaña. F.n el pais cJel
Plata la ganadería era la actividad esencial del gru|x> económico y político más
Argentina Canadá
Año Reino Unido Estados Unidos Reino Unido Estado» Unidos
Imp. E«p. Irop. E»p. Imp. Eip. Imp. Eip.
ieso <9.0 6.9 7.2 6.9 47.8 51.2 40.0 40.5
1891 4i.a 16.0 4.4 3.9 37.7 48.8 « ,7 42.6
1901 31.8 17.9 13.1 5.4 24.1 52.3 E0.3 38.3
1911 29.4 23.2 1 *2 7.6 24.3 48.2 60.8 38,0
1921 23.1 35.6 26.8 8.9 17.3 26.3 69.0 45.6
1933 23.4 36.7 11.9 12,8 24.0 39.0 54.0 32.0
1933 22 2 35.9 16.4 12.0 15.2 353 66.1 41.1
F u e n te : FUroronr, Marxj, ' l a inserción internacional de Argentina y C an ad á. U n análisis
histórico com parado", en R*j>cí> crt M apo. G to b a li/a c ió n , in te g ra c ió n e ió c n ttd jc í n o c io n a l,
a n á lis is c o m p a ra d o Argentina y C anadá, 1994.
Las razones de esto, que explican en aran parte la diferente evolución de los
dos triángulos, tienen que ver con el tipo de exportaciones canadienses, el peso
de las inversiones directas estadounidenses y la vecindad geográfica que. entre
otras cosas, reducía los costos de transporte.
Las ex|>ortacionc5 canadienses, concentradas en las cereales, tenían otros
componentes com o los relacionados con la industria maderera y papelera,
minerales no ferrosos, hierro, cobre, níquel y oro. estos últimos destinados, sobre
lodo, al mercado estadounidense. La radicación de empresas del país vecino
activaba el intercambio en am bos sentidos, en especial las importaciones de
bienes de capital, al mismo tiempo que los canales de comunicación directa, como
los Chandes Lagos, el ferrocarril y los automotores obraban poderosamente a favor
de esta interconexión ( lla).
I 117) Debemos tener en cuenta que a partir de lí>33. corno consecuencia del Pacto
Koca-Kunciinan. las int|)ortaciones del p.iis del norte se redujeron notoriamente, lo que rio
(k u it íó ci» Canadá a pesar de su incorporación al sistema de preferencias imperiales
establecido por el Coinmonwcaltlt (comunidad británica de naciones vinculadas al Reino
Unido).
(I lili C".f. Mam. W. M y l’niuisoa, D.. Cañada; art Cconomlc ttistiny. Toronlo. 1900.
f'or otra parte, los grupos de poder económ ico canadienses eran más
diversificados que en la Argentina, dado que cl desarrollo industrial de Canadá lo
hizo menos dependiente de sus productos agropecuarios, permitiendo una
vinculación más madura con los listados Unidos. I’or eso. si bien Canadá sufrió las
consecuencias de las tarifas proteccionistas impuestas por los listados Unidos en
las décadas de 1920 y 1930. que le hicieron contraer, al igual que lo que ocurrió
con la Argentina, amplios déficit comerciales con su vecino del Sur. sus exporta
ciones hacia cl mercado estadounidense se mantuvieron constantes. En cambio,
la reducción de las ventas al Kcino Unido se compensó, primero, con un
incremento del intercambio con otras regiones europeas y. luego, con el retorno
del sistema de preferencias imperiales, debido al Tiatado de Ottawa de 1932, que
tes otorgó ventajas en los mercados del Commonwcalth.
tn el caso argentino, porcl contrario, las restricciones del mercado norteame
ricano para sus producios impidieron que éste cobrara mayor importancia,
mientras que las ex|>ortacioncs hacia Oran Bretaña, especialmente las ganaderas,
continuaron determinando su |H>litica comercial hasta la década de 1950.
Elaboración propia
F u e n te » Anuarios de Com ercio Exterior Argentino. T he C a ñ a d a YearBook, S tM s t/c s . Ministery
c l tndustry, 1928-1938.
Cuadro 2.22. Los triángulos del A tlántico Sur y del A tlántico Norte. Balanza com ercial con
lo* EE.UU. y Gran Bretaña fen m illonea de pesos moneda nacional para la A rgentina y en
m illones de dólares para Cañada).
Argtntin» Canadi
Año G. 3. g a EE.UU. EE.UU. G. B. G .B . EE.UU. EE.UU.
(USS) <••) (USS) (%> (USS) (%> (USS) <%)
1903 912 81 — — 1050 85 1C3 14
1913 1.860 59 39 1 2 77B 72 881 23
1923 1 751 H 72 2 2 729 60 1630 36
1927 2002 53 «7 14 2637 44 3.155 53
1931 2 026 55 654 IB 2.766 36 4660 61
1940 1 679 53 623 20 2.476 36 4 151 63
1945 1 414 53 565 21 1750 25 4930 70
1955 324 21 466 30 2143 17 9622 77
Este cuadro revela que cl peso de. los capitales británicos lúe muy importante
cn los dos países a comienzos del siglo y sc mantuvo casi constante hasta 1940.
Sin embargo, luego de la Primera Guerra Mundial los intereses británicos dejaron
de crecer por la falta de renovación ríe los equipos y bienes de capital, lo que cn
cl caso argentino afectó especialmente a los ferrocarriles. Otro lactor a señalar es
la gran diferencia cn cl valor de las inversiones estadounidenses en ambas
naciones desde fines del siglo pasado, mucho más relevante en Canadá que cn la
Argentina, y el hecho de que hacia I 'J25 esas inversiones ya superaban en Canadá
a las británicas como produelo del acelerado crecimiento de la economía de los
listados Unidos y del dinamismo de la propia economía canadiense. La pr eem inen
cia de los capitales estadounidenses en el país del Plata se debió, en cambio, a un
hecho político: el proceso de nacionalizaciones de em presas de servicios públicos
británicas y europeas emprendido por el gobierno del Oral. Prnor> en la segunda
mitad de los años 40 i " ') .
La diferencia entre el desarrollo de los triángulos del Atlántico Sur y del
Atlántico Morte en la primera mitad del siglo XX sirve, entonces, para explicar, entre
otras cosas, cómo sucedió que dos países, que parecían tener condiciones de
crecimiento potcncialmentc similares a partir de una posición internacional
también similar, fueron, luego, divergiendo en sus trayectorias. Ka/oncs estructu
rales. institucionales y vinculadas a los cambios en la coyuntura internacional y en
la evolución de los principales socios económicos arrojan luz sobre el sentido de
esa divergencia.
A g u s tín P. J u s to , 1 9 3 3
(3) R iH iw r.ii. r'wuwuii D,, "Plans for recovery', en Koetnr F. H m n a n , The Great
líepresslon and American Capltalism . Boston. 1968.
importar", procurando el establecimiento de acuerdos de com ercio recíprocos con
la clausula de 'la nación más favorecida*.
El balance del New Deal en vísperas de la Segunda Guerra Mundial, seis años
después de su lanzamiento, parece moderado. Aunque entre 1933 y 1939 existió
una reactivación indudable (el ingreso nacional se duplicó, lo mismo que el índice
de la producción al tiempo que mejoró la infraestructura productiva! la economía
norteamericana no había alcanzado a recuperar aún. antes del conflicto, los
niveles anteriores a 1929. lo que lograría recién durante la guerra, com o conse
cuencia de la plena utilización del aparato productivo con fines bélicos. Sin
embargo, más allá de sus resultados inmediatos, el Mcw Deal intentó sentar las
bases de una nueva forma de organización de la economía, con un papel crucial
del tetado y a través de la utilización sistemática de políticas de carácter
Keynesiano. También implementó nuevas políticas sociales que mejoraron el nivel
de vida del conjunto de la población.
En Europa, los países más perjudicados por la crisis fueron Alemania y Austria,
pero también el Reino Unido y Francia sufrieron sus electos. La repatriación de
capitales efectuada por los bancos norteamericanos para afrontar la crisis de
liquidez extendió y agravó la situación del sector industrial y del com ercio
europeos. Los países abastecedores de productos agrícolas, com o Canadá, la
Argentina y los de Europa Central, resultaron particularmente afectados por el
descenso de la demanda.
Ello se debió a que la mayoría de las econom ías nacionales procuraron
defender sus mercados de la competencia extranjera y elevaron sus barreras
arancelarias. Por otra parte, la notable caída cn el valor de la producción agraria
impactó negativamente en aquellos países que, com o la Argentina, se habían
especializado en exportar productos agrícolas.
Países OCOE
14) Cf. para un panorama tic la evolución económica del periodo, t1»XKrtof, Mahh ted.i.
The f'conom ics o í W itrld liar II. Cambridge. I99B.
el control marítimo y comercial dc la época hacia los Estados Unidos. Asimismo,
el conflicto mundial dio un nuevo impulso al desarrollo industrial cn algunos paises
latinoamericanos, continuando cl proceso iniciado en los artos '30. Pero si bien la
guerra permitió la actividad industrial suslitutiva de importaciones, estos paises
debieron soportar la escasez de materias primas y maquinarias esenciales para
producir manufacturas, generando, cn consecuencia, el crecim iento dc aquellos
sectores que requerían una base tecnológica más sencilla.
Cn vísperas de la finalización dc la guerra, los países aliados, prácticamente
vencedores, fueron preparándose para diseñar la construcción de un nuevo orden
económico internacional, para lo cual se reunieron cn 1944 en la conferencia
económica internacional de Bretton Woods. cn los Estados Unidos. Allí se
presentaron dos planes dc reorganización dc la econom ía mundial: el plan Whitc
(nombre del subsecretario dc Tesoro norteamericano, que fue quien lo presentó)
y el plan Kcyncs. Después de discutir las distintas posturas se llegó a un acuerdo
piara crear el rondo Monetario Internacional (FMI), por un lado, y cl Banco
Internacional dc Reconstrucción y Fomento cBIKF), luego ha neo Mundial, por otro.
Esta base institucional jiermitió formular la creación de un sistema monetario
internacional que procuraba lograr un cierto equilibrio entre los ti|xxs dc cambios.
Mediante este esquema, cada país se veía obligado a establecer una paridad fija
de su moneda cn términos dc oro o dc dólares, aunque la misma podía
modificarse. Al mismo tiempo, para afrontar problemas de |>aqosydcfinanciam¡cnto
se creaba un londo dc crédito internacional compuesto por las contribuciones dc
los paises miembro. Esto permitió la existencia de un sistema multilateral dc pagos
basado en la libre convertibilidad dc las monedas y en la eliminación de los
controles dc cambio en las transacciones comerciales, convirtiéndose cl dolaren
la única divisa dc referencia. Aunque hubo dificultades para implementar los
acuerdos de Bretton Woods. éstos terminaron siendo fundamentales en cl
crecimiento dc la economía capitalista mundial cn las décadas siguientes, y en el
afianzamiento del liderazgo económ ico dc los Estados Unidos.
La rendición de Alemania, en mayo de 1945. y la del Jap ó n , cn setiem bre del
mismo ano después del lanzamiento dc las primeras bombas atómicas en
Hiroshima y flagasahi. y la creación dc la Organización dc las ilaciones Unidas, cn
la Conferencia celebrada cn San Francisco el 26 dc Jun io de 1945. anunciarían el
final de una pesadilla y cl comienzo del mundo de posguerra.
3 . 2 . EL GOLPE D E EST A D O D E 1 9 3 0 Y LO S G O B IE R N O S D E
URIBURU Y JU S T O
3 . 2 , 2 . E l g o b i e r n o d e A g u s t ín P . J usto
( 10) De Pmvimuo, UtiAio. Agustín P Ju sto Las armas cn la política. Buenos Aires. 1997,
págs. 50 y 5 1.
( 1 1 ) O r i a . Alkkto. Anfentina / -i dem ocracia constitucional y su crisis. Buenas Aires
1080. págs 164-166.
Una preocupación constante a lo largo del mandato de J u s t o fue la problemá
tica militar, temiendo que el propio ejem plo del golpe de Cstado del '30 le resultara
contraproducente. Ya durante el gobierno de U r ib u r u , militares simpatizantes del
radicalismo se habían sublevado, en julio de 19 3 1. bajo el mando del Tte. Cnel.
P o m a r , en la provincia de Corrientes. Los objetivos del presidente fueron, en este
sentido, lograrla prescindencia política de los jefes militares y afianzar una actitud
legalista y un mayor profesionalismo entre los uniformados. Para ello conló con la
estrecha colaboración de su ministro de Ouerra. el Oral. M v r u R o d r íg u e z , a cuyo
cargo quedó la tarea de imponer la disciplina dentro de la oficialidad. frente a las
corrientes internas que atravesaban al cuerpo dc oficiales. J i aro trató de apaciguar
a los nacionalistas uribuiistasy a los alectos al presidente depuesto con un manejo
equilibrado de los ascensos. Por otra parte, en un escenario mundial caracterizado
por cl rearme, las hipótesis de conflicto y la vecina Guerra del Chaco, el gobierno
em picó cuantiosos recursos en la compra de equipos y armamentos, fomentó la
capacitación técnica dc los cuadros militares, facilitó los viajes dc perfecciona
m iento a instituciones militares europeas, creó o reestructuró unidades y organis
mos administrativos para adecuarlos a las necesidades de la defensa nacional y
construyó, en escala inédita, numerosos edificios militares.
Sin embargo, los resultados de la política militar de J usto no fueron los
esperados. Otros intentos de golpes militares apoyados por sectores dc la
oposición radical, en diciembre dc 1932 y diciembre de 1933. encabezados
respectivamente por el Tte. Cnel. CAnwiEoy el Tte. Cnel. Boscn. aunque no tuvieron
éxito (incluso el primero fue abortado antes de consumarse) resultaron un toque
de alerta (,J). Luego de haber cobijado y fomentado el fraccionalismo político
dentro del ejército, durante los gobiernos de Ywoorrn. J usto intentó desde el
gobierno disciplinar y despolltizar a los oficiales, pero la tendencia castrense a
intervenir en los asuntos públicos no pudo ser revertida y. tras la muerte del
ministro Kooiuuucz. la disciplina y el fraccionalismo político se acentuaron (•*).
Cn este marco, las declaraciones de un jefe de Cstado Mayor adquirieron gran
resonancia. Cl Oral. R a m ó n M o l in a , militar en actividad con mucho prestigio cn el
ejército, repudió en 1936 al golpe de Cstado de 1930 y planteó la necesidad de
"elecciones libres y honestas". Asimismo, reclamó una legislación social dc
avanzada y reformas económ icas entre las que se incluía la nacionalización dc los
servicios públicos, ta s declaraciones del militar le permitieron ganar cierta
popularidad entre la civilidad dentro de la cual se destacaba el apoyo de sectores
de Izquierda. A los ojos de J l s t o . M o u n a aparecía como un peligro para sus propios
planes políticos por lo que dispuso el arresto del militar y obligó a su retiro activo
del servicio ('*).
112) Cf. CAriAnto, Anuo, flan ¡932. El concurrencism o y Ui revolución. Buenos Aires
1959.
1 13) Dt Pwvimjjo. L. (1997), págs. 51-53.
( I Al Cf. Potami. R. (1981), págs 140 142.
Por entonces, Justo buscó otros fundamentos para legitimar su gobierno. Su
preocupación inicial por otorgarle legitimidad al gobierno a través del sistema
electoral y el énfasis en un discurso que postulaba la dem ocracia tropezaban con
el hecho de que toda com pulsa electoral iba a consagrar al opositor radicalismo
como la fuerza mayoritaria. Frente a este dilema, el presidente buscó legitimar su
gobierno ante lo que llamaba 'e l tribunal de la opinión": sc mostró atento a la
imagen que presentaba la prensa de la acción oficial: procuró cl apoyo de las
entidades intermedias y persiguió el respaldo de la opinión “técnica y calificada*.
Por otra parte, buscó otras f uentes de legitimación en la Iglesia y en el Ejército, en
desmedro del Congreso y los partidos políticos. Así. el liberal y no creyente J u s t o
se acercó a la Iglesia apoyando y acom pañando al Congreso Cucaristico Interna
cional celebrado cn octubre de 1934.
Otro peligro para J l s t o lo constituyó una decisión de la conducción del
radicalismo. En 1935, A l v e a r puso fin a la abstención electoral en la creencia que
el presidente, no contando con apoyo político, recurriría a la UCR. 1.a decisión
concurrencista fue acompañada por varios sectores partidarios en la convicción de
que el gobierno garantizaría, mediante elecciones limpias, su previsible triunfo
electoral. Estas perspectivas movieron a varios dirigentes antipersonalistas a
[egresar al tronco partidario. Sin embargo, el crecim iento de los sectores intran
sigentes del ala izquierda, cl temor a la formación de un frente de izquierda
nudeado alrededor del radicalismo, el triunfo del radical A n a d e o S a im t t b u com o
gobernador de Córdoba, esgrimiendo un avanzado programa de reformas socia
les, configuraban un escenario poco propicio para los planes de J u s t o tendientes
a preparar su futura reelección.
Para los comicios presidenciales de 1937, J u s t o eligió com o candidato de la
Concordancia a R o b e r t o M. O k t iz , quien pertenecía a la U C R antipcrsonalista,
mientras que com o candidato a vicepresidente, por imposición de los conserva
dores. fue nominado el e x ministro del Interior de J u s t o . R a m ó n S . C a s t i u o . Por otra
parte, los mandos del Ejército aún mantenían su lealtad al presidente. Con este
apoyo y con la designación de un político com o O kt i/ , carente de bases propias.
J u s t o procuraba garantizar su reelección en 1943.
3 ,2 .3 . Los n acionalistas
3 ,2 ,4 . La corrupción
(231 JxuKticur-, Aun «o. f'ORJA y la M e a d a ¡ntame, Buenos Aire». 1974, pág. 144. Cf.
tam bién. Sccm *, Mnaei, A "0r.i, t'ORJA: una aventura argentina, dos volúm enes, Buenos
Aires 1972.
reiteraban las quejas acerca del costo del servicio y de los abusos de la compartía.
Se esperaba que la reciente mayoría radical en el Concejo Deliberante impusiera
la transformación de la prestación del servicio y sancionara un severo sistema
liscali/ador del mismo. Sin embargo, los concejales radicales, con la tácita
aprobación del jefe partidario — el Dr. A l v í a r — aprobaron un proyecto, elaborado
por los técnicos y abogados de la empresa, que legalizaba las transgresiones
criticadas por la opinión pública y prorrogaba la concesión por cuarenta artos.
Posteriormente, el gobierno militar, en 1943. designó una comisión investigadora
presidida por el Cnel. Rodkkjutz Conoe que comprobó que la empresa habia pagado
coim as a los concejales y efectuado aportes a la campana electoral del radicalismo
de 1937 (¡*1.
Otro hecho de corrupción, el más escandaloso de la 'década Infame",
comprometió al oficialismo, En abril de 1939, el gobierno adquirió 222 hectáreas
de tierras en El Palomar destinadas al Colegio Militar. En 1934, las tierras habían
sido ofrecidas por sus propietarios al Ministerio de Querrá a un precio de un peso
el metro cuadrado, pero la oferta fue rechazada por los peritos del Ejército que las
valuaron cn sólo diecinueve centavos el metro cuadrado. Posteriomiente. en
1937, unos testaferros fimiaron un boleto de compra con los propietarios
comprom etiéndose a abonarles las tierras a razón de sesenta y cinco centavos el
metro cuadrado. De inmediato, los testaferros interesaron al ministro de Querrá.
Qral. Rvuno Pttmnr.. para que el Estado las comprara a un peso el metro. Habiendo
alegado Primni la falta de fondos para concretar la operación, los testaferros
lograron que varios legisladores, entre ellos el presidente de la Comisión de
Presupuesto y Hacienda de la Cám ara de Diputados y el propio titular de Cámara.
Incluyeran en el presupuesto para 1938 una partida destinada a la compra. Tras
la asunción del presidente Orto, el ministro de Querrá. Qral. Carlos Makqi.tz. con
sospechosa premura, activó el trámite logrando que el presidente autorizara la
compra a un peso con diez centavos por metro. La operación se formalizó, en el
mismo dia. mediante tres escrituras: cn una se canceló la hipoteca que gravaba las
tierras: por la segunda, los propietarios las vendieron a uno de los testaferros y por
la tercera, el testaferro se las vendió al Estado. Un detalle agravante fue que la
sucesión de escrituras se realizó al revés. El Estado abonó con títulos del Crédito
Argentino Interno y del Empréstito de Repatriación al testaferro, que carecía de los
títulos de propiedad. Este, por su parte, abonó con parte de los títulos a los
propietarios, embolsándose la diferencia ($ 1.000.000). f inalmente, los propieta
rios cancelaron la hipoteca. La operación fue denunciada por el senador conser
vador Blujamipi V i i j a t a í i e , adverso al presidente Ounz. La comisión investigadora
nombrada al efecto reveló que varios diputados, conservadores y radicales, habían
recibido distintas sum as producto de su participación en el aflu iré. Uno de ellos se
suicidó y los restantes, junto a los testaferros, fueron condenados definitivamente
en abril de 1945 <2i).
Durante la década de 1930, ante las restricciones del com ercio internacional,
cl gobierno argentino tuvo que abandonar las antiguas tradiciones librecambistas
a favor de acuerdos bilaterales, y el ejemplo más acabado de esta política exterior
fue el Tratado Koca Runciman firmado en mayo de 1933. Si bien por su alcance
económico y significado político el tratado firmado con Oran Brelaña fue cl más
importante, durante esc mismo año y en 1934 se acordaron convenios bilaterales
con Bélgica, los Paises Bajos. Alemania. Suiza. España Brasil y Chile. Cn los años
siguientes se firmaron tratados similares con otros catorce paises europeos y
sudamericanos, y también con los estados Unidos, demostrando una gran
actividad de la diplomacia argentina en cl cam po económico.
Tal vez. cl rasgo más destacable de la política exterior argentina en esos años
fueron las negociaciones y acuerdos comerciales realizados con Chile y Brasil,
encaminados a un mayor entendimiento con los paises vecinos al revalorizar
antiguas iniciativas que apuntaban a una mayor integración de la región. Sin
embargo, durante la Guerra del Chaco, que entre 1932 y 1935 enfrentó al Paraguay
y Bolivia por las pretensiones que am bos paises tenían sobre dicha región, la
Argentina brindó veladamente apoyo logístíco al Paraguay, pais donde varias
empresas radicadas en Buenos Aires tenían importantes Inversiones. A su vez,
Brasil, que com o la Argentina se mantuvo neutral en el conflicto, favoreció
discretamente a Bolivia al permitirle el libre tránsito fluvial y marítimo de
mercancías. De todos modos, a ninguno de los dos países les convenía politica
mente profundizar sus divergentes intereses en el conflicto chaqueño, tan así es
que durante la visita que el presidente Justo realizó a Kío de Jan eiro en 1933. firmó
varios convenios y un tratado de comercio y navegación con su par, Q e t u i i o V a h o a s .
También, la actividad de la diplomacia argentina alcanzó cn los años '30 un
alto perfil, bajo la conducción del canciller C a i u o s S a a v c d k a L a m a s . Ello se debió a
una serie de hechos, com o cl reingreso dc la Argentina a la Sociedad de las
Naciones y la presidencia de la Asamblea de este organismo ejercida cn 1936; la
activa intcrvenciónen las gestiones para concluirla Guerra del Chaco entre Bolivia
y Paraguay, que incluyó la firma del Protocolo que puso fin al conflicto en Buenos
Aires en julio de 1935; y el otorgamiento a S a a v i -d r a L a m a *, del Premio Mobel de la
Paz por sus iniciativas a lavor de un Pacto Antibélico de No Agresión y Conciliación.
El protagonismo internacional del canciller argentino y el elevado perfil diplomá-
(311 Wru/.s, Sonn». Altere are ue tleadlng?. Nueva York. 1946 pág 183.
(32) Cf- Eomlwi), O., Intervención y anquí en Argentina. Buenos Aires, 1965.
133) Coom. Pm. A y fnw*iu, G. 1 1964». págs 60-63.
Paralelamente, y ante las restricciones del comercio internacional, en los años
30 se revalorízaron las ideas y proyectos de una mayor integración económ ica
entre los países del Cono Sur. En 1933 la Argentina firmó con Chile un acuerdo en
Santiago, cn el cual se estipulaba la iniciación de gestiones para la realización dc
una unión aduanera entre todos los países del continente, recom endando la
celebración de un tratado argentino-chileno com o punto de partida para concre
tarla. También fue importante cl sostenido intercambio de la Argentina con cl
Rrasil, su cuarto socio comercial cn aquellos anos, que impulsado por la
complementaríedad dc sus economías obligó a am bas naciones a fonitalizar e
incrementar ese comercio reciproco mediante un Tratado de Com ercio y navega
ción ílrmado en octubre dc 1933. complem entado por otros convenios refrenda
dos cn 1935 ('*). El progresivo acercam iento hacia los países vecinos pasó a
ocupar un lugar importante para la cancillería argentina y ello estuvo respaldado
en el aumento de los flujos comerciales con la región, sobre todo entre 1939 y
1945. cuando las exportaciones alcanzaron casi al 20 % y las importaciones
llegaron al 30 % . cor respondiéndole al Krasil el papel más importante al absorber
el 7 % de las ventas externas argentinas y el 1 6 % de las necesidades locales. Entre
1940 y 1943, la Argentina firmó varios convenios y acuerdos com erciales con
Cuba. Ecuador. Paraguay. Perú, Bolivia y Colombia, adem ás dc un am bicioso
Tratado de Libre Cambio Progresivo con el Brasil en 19 4 1.
En síntesis, entre 1933 y 1938. las cuestiones interamericanas giraron
mayormente cn torno a las diferentes |>os¡cioncs que sustentaron la Argentina y los
Estados Unidos a través de sus representantes, cl canciller S a a v e w ia L a m a s y su
colega norteamericano. Cotuxiu. huu~ Mientras la política de la Argentina quería
reactivar sus vínculos con Europa, a través de la Sociedad de las naciones y la finita
dc tratados bilaterales, y recuperar posiciones en América Latina; los Estados
Unidos, protegiendo sus intereses económ icos y estratégicos y reconociendo la
amcnazantesituaciónmundial. encararon un nuevo tipo dc proyecto panamericano
medíante su política del 'buen vecin o' l ” ). La diplomacia argentina percibía las
maniobras de Washington com o un pretexto para consolidar su hegemonía
continental mediante una versión renovada dc la Doctrina Monroc. pero también
quería un cambio en las reglas económicas vigentes, especialmente una remoción
de los obstáculos proteccionistas que aún existían cn cl país del norte.
<34t "i««m. CiHAKiHi, 'Argentina y Brasil economía y comercio cn los años treinta', en
Ciclos en l.i historia /a economía y la sociedad, año VI, vol. VI. M* I I . segundo semestre de
1996. pAgs 123 148
(351 Prrawv. II f. (1085). tomo II. 1985. pags I0 S I0 7
3 .4 . LOS EFECTOS DE LA CRISIS EN LA ARGENTINA
(36) O 'Q viim . Annwo, La Argentina en la Depresión: lo* problemas <!<•una economía
abierta*, en Desarroltu económico. N“ 92 (enero-marzo de 1984!. |>ágs 4BU y 489.
Precio Eip o . trigo Término* del
Año Eiportaciones Im porlactoc** Saldo
M trigo V harina intercambio
1925 1 972 567 911 1 992 835 604 •20.267 693 1220 2 237 883 80.3
1926 1 800 405 730 18 69 3 1 0 .2 2 0 -68.904 490 11,31 4.467.851 73.4
1927 2293920652 1 9 4 7 2 8 2 736 346 637.916 10.50 5.537 392 72.0
1926 2 3 9 6 6 0 8 299 1 9 0 1 6 0 8 474 494 999 825 968 6 809030 97.0
1929 2 167 599 813 1 969.084.896 208 5 1 4 9 1 5 8.79 2 362 389 90.4
1930 1 395691 317 1 679 960 782 -284 269 465 5.56 3 761.735 79.1
1931 1 455 814 660 1 173828.311 2 8 1 9 8 6 349 6.40 3 524 666 60.3
1932 1 2 8 7 7B2 498 8 3 6 2 6 4 536 4 5 1 5 1 7 962 528 4 0 1 3 423 58.7
1933 1 120 841.512 8 9 7 1 4 8 929 223662583 6,07 4 951 477 56.9
1934 1 438 433 978 1 109 0 3 2 444 328.501534 7.28 3948595 68.6
1935 1 569.349 057 1.174 981 2 2 3 394 367 834 10.52 1 724.362 70.3
1936 1 655 712.396 1.116 710 994 539 0 0 1 402 13.21 4 0 2 3 .1 8 9 86.7
1937 2 3 1 0 997.802 1 5 5 7 684 380 753 313 4 2 2 885 2 0 6 0 .4 0 9 97.3
1938 1 400.452 807 1 460 887 797 -60 4 3 4 9 9 0 8.71 4 886 970 79,5
1939 1.573.173.273 1.338.332 419 234 840 859 7.64 3 758.362 76,4
1940 1.427637 907 1.498 757 027 ■71 119120 fc'd s/d 715
N o ta : l a s c if r a s d e i m p o r t a c i o n e s e s t á n c a l c u l a d a s e n v a l o r e s r e a t e s t e n i e n d o e n c u e n t a l a s
d i f e r e n c i a s q u e s o b r e lo s v a l o r e s d e ta r i f a a d u a n e r a a c u s a n lo s v a l o r e s r e a l e s d e u n g r u p o
im p o r ta n t e d e a r t í c u l o s
T é r m i n o s d e l in te r c a m b io 1 9 1 3 = 1 0 0
F u e n te C o m ité N a c io n a l d e G e o g r a f í a (1 9 4 2 )
Cuadro 3.4. Comercio exterior y térm inos del Intercam bio (1925-1939) (en mSn).
(37) Para un anaiisis detallado <lcl control dc cambios pueden consultarse las tres obras
clásicas sobre cl tema: RtvtMooi Autnoc.. W 1 19541; Pr«>os Awixktt. Jrsis. Cl control ele
cam bias. Rueños Aires. 1944 y Sun». Vmcxi. Cxchartjje Control and thc .Argcntinc J*larhet,
Nueva YorH. 1941.
barí en declinación y no podían resistir ya una com petencia libre frente a las firm as
de otras potencias y a la aparición de bienes suslitutivos. corno el transporte
autom otor y el petróleo.
T.n el inform e presentado para dar cuenta de su m isión a la Argentina. Lord
D'ABamon señalaba que "la Argentina, especialm ente, no puede depender del
m ercado británico abierto y m enos aún de la capacidad y de la buena voluntad
británicas para absorber una cantidad m ayor de sus productos, a no ser que se
asegure ofreciéndonos facilidades para el com ercio reciproco". Pero al m ism o
tiem po reconocía que Oran Bretaña no había sabido aprovechar plenam ente las
ventajas que tuvo en el pasado, y ahora hacía frente a una com petencia m uy
m arcada de otros países, sobre todo de los Estados Unidos, por lo cual tam bién
le era conveniente estim ular las relaciones económ icas y com erciales con la
nación del Plata (M)
No es de extrañar que para el cónsul norteam ericano cn Buenos Aires, el
tratado se hacia con el solo fin de perjudicar a los Estados Unidos, y el m ism o
em bajador británico reconocía que el convenio representaba un regalo de 7 a 8
m illones de libras para las induslrias británicas sin ventajas aparentes para la
Argentina. Porque no significaba un aum ento de las exportaciones argentinas, sino
un com ercio "alado* a la com pra de productos ingleses. Sin em baryo, el Convenio
Oyhanarte-D’Abem on no llegó a ser aprobado por el Congreso (donde Y k i o o y e h veía
generalm ente bloquear sus proyectos por la oposición) antes del golpe de Estado
de setiem bre de 1930, y, por lo tanto, no tuvo vigencia. A pesar de ello, lo que no
se logró concretar a través suyo, se consiguió cn parte, m ás tarde, cn m ayo de
1933, con el Pacto Koca-Runciman (**).
En tanto, la depresión m undial afectaba seriam ente el sector ganadero
argentino. La reducción del poder adquisitivo en el extranjero detem iinó una grave
contracción de la dem anda de carne local. El volum en de exportaciones cárnicas
a ultram ar descendió en m ás del 25 % entre 1929 y 1932, y si bien el consum o
interno aum entó levem ente, las m atanzas anuales de 1931 y 1932 fueron
m enores con respecto a los años anteriores a la crisis. Debe agregarse que. al
tiem po que dism inuía el volum en exportado, tam bién caían los precios.
A m ediados de 1932 se sum ó a este fenóm eno el hecho de que los países del
Com m onwealth se reunieron en la C onferencia de Ottawa solicitando un retom o
al sistem a proteccionista de "preferencias im periales* a fin de defenderse de la
crisis. Esto significaba para el Reino Unido, abandonar los principios del ‘ librecam
bio* por los cuales habia bregado desde m ediados del siglo X IX . Se desarrolló así
una serie de convenios destinados a consolidar la unidad económ ica del Im perio,
y Oran Bretaña se com prom etió con Australia y nueva Zelanda a que la im portación
(381 lord D'Auwwrv "Informo sobre las relaciones com erciales anglo-anycntinas*.
Kevísta de Economía Argentina, fl” 141. marzo de 1930. p.ii+s 232-241.
139) C f ron<w, J. y O 'C o w ie u , A. (1973).
de carne enfriada 'extraim periai* seria m antenida al nivel de las im portaciones de
ju n io de 1932, cuando las exportaciones argentinas acusaron uno de sus niveles
m ás bajas dc casi toda la década. Cn relación con el m ism o ano base, las
im portaciones de otras regiones se reducirían en seis etapas trim estrales a sólo el
65 % de su nivel anterior. Se privilegiaba de esc m odo en el com ercio británico a
los paises del Com m onwealth m ientras que la im posición dc cuotas (y la reducción
de las im portaciones) para los productos argentinos constituía una realidad. Los
ganaderos argentinos podían perder a sus clientes m ás valiosos.
Por otro lado, com o consecuencia del control de cam bios argentino, las
ganancias de las com pañías británicas, sin posibilidad de ser rem itidas, com enza
ron a acum ularse en Buenos Aires, m ientras que cl aum ento de los gravám enes
aduaneros preocupaba a m uchos exportadores británicos cuyos productos habían
gozado de franquicias.
La Sociedad Rural Aigentina com enzó, entonces, a presionar al gobierno de
Justo para que se em prendiera una acción diplom ática a fin de ayudar a los
ganaderos locales a m antener su participación en el m ercado del Reino Unido y
arrebatar cl control del com ercio exterior al pool frigorífico anglo-norteam ericano.
El gobierno conservador, m uy recep<ivo a esta presión, envió a Londres, cn 1933,
una m isión encabezada por Jiu o Anocnnno Roca (h), vicepresidente de la Nación,
para negociar el m antenim iento de la cuota argentina de carne enfriada en el
m ercado británico.
¿C u áles eran los condicionam ientos que se planteaban cuando viajó la m isión
R o ca? Por el lado argentino, la principal preocupación era. evidentem ente, la
am enaza de reducción de la cuota de im portación de carnes para los paises ajenos
al Com m onw ealth, com o la Argentina. Tam bién perjudicaba la im plem entación de
licen cias de im portación, que oficializaban el po o l de los frigoríficos im poniendo
el control del com ercio de carnes por parte de Inglaterra. Pero, al m ism o tiem po,
algunas m edidas del gobierno argentino afectaban los intereses británicos, com o
el control de cam bios y el increm ento de aranceles, asi com o inquietaba la
situación de diversas em presas y com pañías británicas (dc seguros, ferroviarias,
tranviarias) y de los negocios vinculados a la obtención de contratos públicos (**').
Por consiguiente, tanto para la Argentina com o para Inglaterra había elem en
tos diversos de negociación, cuando viajó la m isión Roca — con el pretexto de
devolver una visita del príncipe de G ales a nuestro pais— a negociar el m anteni
m iento de la cuota dc carnes para la Argentina. Lo que Oran Bretaña pretendía era
una asignación preferencia! dc las divisas, un desbloqueo de fondos congelados
y una reducción de los aranceles. A cam bio, estaba dispuesta a aceptar la
(40) SnK D i Primo, "Cl deterioro y fin de Id hegemonía británica sobre la economía
argentina. 19 14 1947". en P»rwi». M. y otros Estudios sobre tas orígenes del peronismo 2
Buenos Aires. 1975, pág* 36-43.
suspensión tem poraria del pago del servicio de la deuda externa. La Argentina, por
su parte, pedia que no se redujera la cuota de ch ille d o carne enfriada, y que el
gobierno local m antuviera el control dc esa cuota (“ l.
Los ingleses no se hallaban tan seguros en su posición negociadora. Un
m em orándum del Foreign O ffice dc la época señalaba: '...s c puede hacer
cualquier cosa con una bayoneta m enos sentarse sobre ella, tiernos inducido a los
argentinas a negociar por m iedo (...) no vam os a poder seguir adelante solam ente
con m iedo I...I Sí dejam os pasar esta etapa, hay un peligro real de una reacción
violenta en la Argentina" (*J ).
Sin embargo, la firma del polém ico Pacto Roca-Runciman. el 13de mayo dc 1 9 3 3 ,
no ofreció dem asiadas ventajas |>ara la Argentina, m ientras satisfacía la m ayor parte
de los pedidos del lado británico (*-'). f.n forma resumida, cl Pacto aseguraba una cuota
de carne enfriada cn cl mercado inglés (en un monto un 10 % m enor que la cantidad
importada hasta junio de 19 3 2 , la más baja de los últim os años), e Inglaterra concedía
una participación a los frigoríficos nacionales para la exportación de carne argentina
mediante una cuota del 15 % que tardó varios años en poder hacerse efectiva. A
cambio, Gran Bretaña lograba diversas medidas que favorecían a los intereses
británicos. Así, por ejem plo, se garantizaba, a través del m ecanism o del control dc
cam bios, la cantidad de divisas necesarias para hacer frente a las rem esas corrientes
al Reino Unido en un volum en igual a las ventas de productos argentinos hacia aquel
país (lo que constituía un evidente privilegio respecto de otras naciones); se asumía
el comprom iso de tratar de una manera "benevolente" —o sea, cn forma preferenclal—
las inversiones inglesas; y se aceptaba no increm entar los aranceles sobre algunas
im portaciones británicas, com o cl carbón, e incluso reducir los aranceles para otros
productos de ese origen. La famosa frase de Juuo A. Roca (h), celebrando la firma del
pacto, en el sentido de que la Argentina era "por su interdependencia recíproca, desde
cl punto de vista económ ico, una fiarte integrante del Reino Unido", parecía hacerse
realidad.
Los acuerdos financieros de 1933, que acom pañaron cl Pacto, los llam ados
"em préstitos de desbloqueo", establecieron un plan de em isión dc bonos de largo
plazo y a un interés razonable para poder reestructurar las deudas anteriores,
dinero bloqueado por no haberse logrado la cantidad de cam bio suficiente para
hacer las correspondientes rem esas. Los títulos eran transferidos a los tenedores
dc ese dinero bloqueado, los cuales lo traspasaban al Tesoro argentino para ser
destinado a la am ortización dc la deuda flotante (**). El gobierno m antuvo asi el
servicio íntegro de su deuda externa, a diferencia dc lo que ocurrió con otros países
latinoam ericanos. En años posteriores, sc hicieron nuevas conversiones de la
i*9> P*uu h». Airremi. Petróleo, m o nopo lios y Id lilun dio. Bueno» Aires, 1957, pág 138.
Se acusaba, sobre Iodo, a los em presarios de los frigoríficos de dom inai por
com p leto el m ercado de la carne, lo que perm itía m anejar de m anera discrecional
el precio del ganado, independientem ente de las fluctuaciones de los precios en
Sm ith lield (el m ercado de Londres», favoreciendo a un |>equerio núm ero dc
in vernadores y expoliando a la inm ensa m ayoría de los productores. Los frigoríficos
im ponían, adem ás, condiciones inhum anas de trabajo a los obreros, a quienes
pagaban salarios m iserables. Su poder, con el apoyo del aparato burocrático del
Estado, era utilizado tam bién para forzar una descapitalización dc los pequeños
frigoríficos com petidores y para desplazarlos por com pleto del m ercado de
exportación o absorberlos.
Se señalaba, adem ás, que las leyes que creaban la Ju n ta nacio n al dc Carnes
y la C AP eran utilizadas discrecionalm ente en provecho del grupo oligopólico de
frigoríficos extranjeros y del grupo ganadero m ás vinculado a ellos, desvirtuando
los ob jetivo s in iciales que apuntaban a encontrar una solución a los productores
y frigoríficos m enos poderosos.
En especial, el ataque del político santafesino consistió en denunciar no sólo
la acció n d istorsiva del m ono|x>liode los frigoríficos, sino tam bién la com plicidad
del gobierno cn las m aniobras de dichos em presarios, La discusión term inó, luego
de varias sem anas de tratam iento del tem a, con el asesinato, en el m ism o recinto
del Congreso, de otro senador por Santa Fe, Enzo BoM M itetlC N r . am igo de Lisa-oro or
la ToKur. y a quien iban dirigidos aparentem ente los disparos, uno de los crím enes
La prim era reacción de las autoridades argentinas ante la Depresión fue evitar
que cl im pacto de la crisis golpeara las relaciones con Oran Bretaña, especialm ente
en lo referente al com ercio de carnes. Por eso, hasta la firm a del Pacto Roca-
Runcim an cl principal foco dc interés se centró allí, m ientras se contem plaba casi
pasivam ente él deterioro dc las relaciones con otras potencias.
Una vez logrado el objetivo principal con la firm a del Pacto, la política exterior
recuperó dinam ism o, aunque introduciendo características novedosas con res
pecto al pasado. En prim er lugar, y probablem ente recogiendo la influencia del
turbulento contexto m undial, se avanzó firm em ente hacia el bilateralism o. que
152) Cf, Etin., Ak>mh /).i> Iirltlc K cich u n d Argentinlen. C o lo n ia. 1970.
(5 3 ) obo, Amwis, 'L a A lem ania nazi y la Argentina en los anos 30. crisis eco n óm ica,
b llateralism o y grupos de in te ré s', en C irio s en la historia, la e c o n o m ía y la sociedad. N 2.
prim er sem estre de 1992.
Las inversiones germ anas sc caracterizaban por un fuerte grado de concentra
ción originado cn la escala de producción que dem andaban los sectores en los
que se situaban, el tam año dc las em presas que se instalaron o el carácter
oligopólico de esos m ercados (construcción, industrias quím icas y otras activid a
des industriales, com unicaciones, etc.). Adem ás tenían una gran diversificación,
em ergente tanto de la búsqueda dc m ayores ganancias com o de com plem entar la
actividad principal con la integración vertical de la cadena productiva. Su com por
tam iento m ostraba la constitución de un grupo con firm es vínculos entre em pre
sas. tanto por la ínten-elación com ercial y productiva, com o por la participación de
m iem bros com unes en m últiples directorios, El capital bancario era un luerte
factor de cohesión. Sin em bargo, esto no im pedia por com pleto la aparición de
com petencia y recelos entre diversas firm as.
F.l estallido dc la guerra significó un duro traspié para las em presas alem anas
en la Argentina. La interrupción del com ercio bilateral las aisló del viejo continente
y las m edidas dc boicot anglo norteam ericanas las confinaron al m ercado interno,
t i aislam iento interrum pió la rem isión de utilidades, lo que perm itió, em pero, una
m ayor capitalización. La presión de los paises aliados im pulsó al gobierno
argentino a ejercer un control creciente de sus actividades hasta que. con la
declaración de la guerra, fueron expropiadas y nacionalizadas (M).
Tam bién con los Estados Unidos se firm ó un tratado com ercial en 194 I . pero
en este caso las negociaciones padecieron de las m últiples dificultades que
atravesaron cn los años '30 las relaciones argentino-norteam ericanas El prim er
m olívo dc conflicto fue sin duda el m ism o Pacto Koca-Runciman, que por sus
cláusulas con respecto al tratam iento diferenciado del control de cam bios, los
aian celcs y las inversiones, beneficiaba al Keino Unido y discrim inaba a terceros
paises y. cn especial, a los Estados Unidas, que eran, com o hem os visto, el
segundo p aite n alrc económ ico m ás im portante de la Argentina. El secretario de
Estado norteam ericano, Cordeu. H u í, advirtió directam ente a los representantes
argentinos en W ashington sobre las consecuencias que podía traer cl tratado sobre
el com ercio «Je su país, "confirm ando que en el Pacto había evidentes elem entos
de discrim inación a favor del Reino Unido" (*5). La cuestión principal que los
norteam ericanos enjuiciaban era el m anejo del control de cam bios (Vl).
Por esa razón, aunque en jun io de 1934 se aprobó en cl Congreso norteam eri
cano la 'R ed p ro cal Trade Agreem enl Act". que estim ulaba la firma de tratados
com erciales recíprocos con otros países sobre la base de la cláusula de la nación más
favorecida procurando elim inar todo ti|K> de discrim inaciones m utuas y barreras
com erciales, las negociaciones con la Argentina fueron dem orándose F.n 1935. el
gobierno dc Washington trató de dar una solución parcial al problem a del embargo
sanitario de carnes m ediante una Convención Sanitaria que autorizaba la entrada de
productos (wovenlentes de la Patagonia zona que estaba libre de problem as dc
(541 Cf. Musaccmo. Ammrj. "Los capitales alemanes cn la Argentina en la decada del 30",
en Jahrburh lú r Oeschlchle l^tcinam eriluis. Colonia. 2000.
(55) García Mduma. Fewwnuo y Mayo, Cajú». 'Estados Unidos, Gran Bretaña. Argentina y el
Tratado Roca Ruin imán', en Academia Nacional de Ut llislo iia, Buenos Aires. 1999. páq. 6
(56) Cf S au-.ua, V. (1941)
aftosa. pero los intereses del llam ado 'la m í bloch" (ganaderos y agricultores del
m edio oeste y oeste estadounidense, que veían en la Argentina un com petidor fiara
sus propios producios) fueron más fuertes y la Convención no se aprobó.
Recién en agosto de 1939. poco antes de la invasión a Polonia y el inicio de
la guerra, el Departam ento de Estado norteam ericano dec idió in iciar form alm ente
las negociaciones para un acuerdo bilateral. Sin em bargo, a pesar de que el
com ercio entre los dos países había decrecido fuertem ente con respecto a la
década de 1920 el acuerdo se dem oró todavía dos años. En la Argentina eran los
sectores industríales los m ás Interesados en llegar a un arreglo, pues la situación
del abastecim iento de bienes de capital y m aterias prim as había devenido crítica,
en un país que se industrializaba rápidam ente. Algunos m iem bros prom inentes del
gobierno argentino se m ovían en la m ism a dirección y el Plan de Reactivación
Económ ica presentado al Congreso argentino por el m inistro de Hacienda, Frnfjuco
Pi'fDo. que analizarem os m ás adelante proponía regularizar en form a prioritaria
las relaciones con los EE.U U.. al tiem po que un m iem bro del equipo económ ico.
R all PKrniscn. viajaba a Washington para obtener un crédito del Exitnbank.
Finalm ente, el 14 de octubre de 1941 se firm ó el tratado com ercial entre los
dos países, que reem plazaba el firm ado en 1833. Pero si bien am bos se concedían
el tratam iento de la nación m ás favorecida en todas las cuestiones relativas a
derechos aduaneros, que significaba gozar recíprocam ente de las m ism as ventajas
concedidas a terceros |>or cualquiera de ellos, no se incluyó el lem a de la venta de
carnes y no se elim inaron aranceles e im puestos que m uchos productos
agropecuarios tenían de acuerdo con la legislación de los EE.UU. El convenio no
resolvía asi el tem a principal de controversias cn cuanto a la colocación de las
exportaciones argentinas aunque facilitaba el abastecim iento de productos cn el
m ercado norteam ericano.
La solución estaba lejos de llegar, aunque la guerra, si en otro sentido
entorpecería las relaciones políticas y económ icas, favorecería nuevam ente por un
tiem po la venta de productos agro|>ccuarios al |>ais del norte, debido a las m ayores
necesidades originadas por el conflicto bélico.
Otras negociaciones com erciales im portantes cn la época se desarrollaron con
nuestro principal vecino, el brasil. El com ercio arge rttino brasileño representaba
en los años '30 entre un 5 y un 6 % de las im portaciones y las exportaciones
argentinas y los saldos com erciales eran variables en el tiem po. Pero existía por
parte de las autoridades de los dos países el ánim o de increm entarlo, ts asi, que
el 29 de m ayo de 1935. aprovechando la visita a Buenos A ires del presidente del
brasil, G rn u o V akqas . se firm ó un convenio de cooperación y coordinación en el
cual se designaron técnicos a través de los m inisterios de Agricultura, para un
m ejor conocim iento de las condiciones sa n ita ria s!'7).
(57) Cf. Tiimr. Cniur. 'Estados Unidos, la Argentina y la unión aduanera con el Brasil,
19 3 5 1li42‘. en Licios en la historia, la econom ía y la sociedad N 13. Buenos Aires. 1997.
pág 152.
Tam bién se firm ó un tratado de com ercio y navegar ión entre los m inistros dc
Relaciones Exteriores de am bos (Mises, el cual contem plaba para las partes la
entera libertad de com ercio v navegación, y la protección e igualdad reciproca de
sus respectivos ciudadanos cn cl territorio vecino cn cuanto a sus personas y
bienes.
A partir de 1939 se aceleró la preparación dc la unión aduanera con cl Brasil.
El 13 dc abril de 1939 se firm ó cn buenos Aires un protocolo, donde cl gobierno
argentino se com prom etía a asegurar perm isos previos al tipo de cam bio oficial
para las m ercaderías provenientes del pais vecino tratando de no perjudicar a la
industria nacional. l)c igual m odo en el m ercado oficial de cam bios argentino se
exigiría la negociación dc las letras provenientes de la ex|x>rtacion dc productos
argentinos al brasil, m ientras este fiáis aplicaría cn sus liquidaciones las m ejores
condiciones establecidas en su régim en de cam bios.
había, asim ism o, un com prom iso de facilitar el desenvolvim iento del inter
cam bio com ercial y am bas naciones se concedían reciprocam ente el tratam iento
de nación más favorecida en los derechos de aduana y cn su forma dc percibirlos.
El 6 de octubre dc 1940 fueron firm adas entre los m inistros de Hacienda.
Pw.no y S o ti/A C o s ía una serie de Recom endaciones donde se establecía un régimen
dc intercam bio en form a progresiva, com erciando la producción dc artículos que
no fueran fabricados en ninguno dc ellos m ediante la garantía dc que esc
intercam bio no sería gravado con derechos aduaneros durante un plazo dc 10
años. Por otra parte, la Argentina se com prom etía a otorgar créditos al Brasil por
valor de 50 m illones de pesos m oneda nacional |w a la com pra de productos
argentinos excedentes y no com petitivos con productos brasileños, y se establecía
lo equivalente por parte del brasil. Estas recom endaciones tenían que ver con cl
m ism o Plan económ ico del m inistro Pntoo. que a través del increm ento del
com ercio con el brasil buscaba com pensar los problem as que se habían crearlo
cn cl triángulo económ ico anglo-argcntino-nortcamcrícano.
fin alm en te, cl 2 1 dc noviem bre dc 1941. los cancilleres O s v a l d o A r a m ia , del
Brasil, y Ewuoi r Hit/ Quvumv. de la Argentina, firm aron un tratado argentino
brasileño sobre librecam bio progresivo cuyo profxisito era establecer en el futuro
una unión aduanera abierta a la adhesión dc los países lim ítrofes, lo que se
reconoce com o un antecedente histórico del Mcrcosur. lin a dc las cláusulas más
im portantes se refería a la intención dc prom over la instalación cn am bos paises
dc actividades industriales o agropecuarias no existentes, indicando asi la
voluntad dc establecer políticas com unes activas.
G racias a estos acuerdos, las exportaciones argentinas hacia el brasil aum en
taron sustancialnientc. El brasil llegó a adquirir un m illón de toneladas de trigo
anualm ente, cerca del 40 % de las exportaciones trigueras argentinas, pero
tam bién bienes no tradicionales c o n » cem ento portland aparatos eléctricos y
productos farm acéuticos y quím icos, entre oirás cosas. Sin embargo, cn los años
'40 cl signo dc la balanza com ercial se volvió desfavorable para la Argentina
revirtiendo lo ocurrido en la década anterior y las ventas argentinas al Brasil se
centraron, sobre todo, cn bienes prim arios, com o exportaciones dc cereales,
frutas secas y sem illas de lino.
Adem ás d c estos I i . i i . k 1o v que lucron los m ás im portantes, sc hicieron
tam bién acuerdos bilaterales con varios |>aiscs europeos, com o Bélgica. Holanda
y Suiza. Lo notorio dc los m ism os lúe la rcoricntación del com ercio dc im|MHtacion
del pais. f.n 1929. cl 3 1 - de las im|>ortacioncs procedían dc t u rn io continental;
el 27 % , dc los Litad o s Unidos, y cl 17 uo. dc Oran Bretaña, f.n 1935, cn cam bio,
cl 25 % venia dc Luropa Continental, el 13 V del |w is del norte y cl 25 %. del Keino
Unido, a quien favoreció sin duda, al m enos cn un principio, cl Pacto Koca-
Kuncim an
f.n cl siguiente cuadro se puede observar la participación que tienen cn cl
intercam bio com ercial cn los anos 30 y '40. los E t.U ll.. Oran Bretaña. Alem ania
> Brasil.
(■portaciones Importaciones
G B EEUU Bí k i I Alemania G B EEUU Brasil Alemania
19» 35 1t 4 11 18 27 4 12
1930 40 11 5 10 20 22 4 12
1931 42 6 3 9 21 16 6 12
1932 39 4 2 9 22 14 C 9
1933 42 9 5 9 23 12 í 10
1934 43 6 5 9 26 13 6 9
1935 38 14 5 8 2S 14 6 9
1936 41 14 7 7 24 14 5 9
1937 34 15 7 8 21 16 5 11
193» 39 10 a 14 20 17 5 10
1939 42 15 5 7 22 16 7 9
Fuente: V x z a i tz Pwtsrtx>, V ic f x tr Crisis y retraso Argentina y la economía internacional
entre las dos güeñas B u e n o s A ire s . 1978
3 .5 ,1 . Crisis e intervencionism o
3 .5 .2 . El m ercado cambiarlo
Dentro del nuevo esquem a jugó un papel fundam ental el control de cam bios.
Su funcionam iento reflejó m ejor que ningún otro instrum ento el cam bio de rumbo
del gobierno, al convertirse en una pieza clave para la regulación de varios
m ercados. Para adaptarlo a los nuevos requerim ientos. P in e d o procedió a realizar
una im pórtam e reform a, luego de renegociar a largo plazo las deudas acum uladas
por las d eficien cias instrum entales de los dos años precedente», dando origen a
los llam adas 'em préstitos de desb lo q u eo '.
A fin de evitar una m ayor caid a de la actividad interna, que m anifestaba ya una
seria baja cn sus niveles de ingreso y ocupación, desde 1931 com enzaron a
crearse diversas com isiones asesoras y ju n tas reguladoras, cuya finalidad era
proponer soluciones y encarar m edidas para proteger los Intereses de los distintos
vectores productivos: ccrcalero . cárnico azucarero, vitlvim cola. textil, etc. En
total, entre 1930 y 1940, se crearon veintiún organism os autónom os y veinticinco
sin autonom ía. Entre ello s en un orden m ás general, la Com isión Nacional de
fom ento Industrial y la Ju n ta Nacional para Com batir la D esocupación, m ientras
que. con un carácter sectorial o regional, y m encionadas a m odo de e jem plo, las
Ju n ta Nacional del Algodón, la de la Yerba Mate, la de Carnes y la Ju n ta Reguladora
de G ranos: estas dos últim as, sin duda, las m as im portantes (' •>.
Todas contaban con representantes de las distintas actividades económ icas,
aunque la m ayor parte tenia funciones sim plem ente asesoras, sin gozar de
autonom ía, y m uclias eran transitorias o de em ergencia.
El propósito de estos organism os puede ser ejem plificado |x>r la acción de la
Ju n ta Reguladora de Oranos, que com praba los cereales a los productores a
precios 'b ásico s* —considerados m ínim am ente rentables— . y los vendía luego a
los e.\|xirtadores a los precios de m ercado, deprim idos (>or la crisis. 1.a idea era
proteger a los prim eros de la caída de los precios internacionales, absorbiendo las
posibles pérdidas que pudieran tener, aunque, por las diversas m odificaciones
que sufrió la estructura de com ercialización, sus electo s fueron bastante lim itados.
Sin em bargo, las jun tas reguladoras y otras instituciones que im plicaban una
m ayor intervención del Estado en la econom ía no generaban habitualm ente
condiciones para estim ular la producción, favorecer nuevas experiencias tecn o ló
gicas o m ejorar las condiciones de trabajo: habían sido creadas, sobre lodo, para
defender m ejor a los distintos sectores económ icos en crisis. Se lim itaron así a
organizar el sistem a de m anera de no perjudicar a los grandes productores y
m antener el interés de los pequeños y m edianos cn seguir produciendo. Tam bién
cum plían una doble función: centralizaban en la ciudad de Buenos Aires la
if>2) Cf. Peana*. Mohai 10. "Pin ed o y e l plan eco n ó m ico d e 1940". en Todo e s historia, Pl'
131. ab ril de 1970.
dirección y fiscalización (1c industrias básicas del pais y contribuían a consolidar
los niono|>olios productivos y com erciales existentes. Sc llegaba al extrem o de
volcar vino en las acequias ico n to cn el caso d c Mendoza). |>ara m ejorar los precios
dc las reservas en poder de los bodegueros. Fio sólo sc autorizaba la destrucción
dc m ateria prima, sino que sc perm itía cl establecim iento dc lim ites a la
producción (im puesto dc cuatro pesos por cada nueva planta dc yerba rnalc,
im puesto de m il pesos por cada hectárea dc nueva plantación de vid vin ifera). así
com o sc lijaban precios m ínim os y se regulaban o prohibían exportaciones c
im portaciones.
Una dc las principales m edidas económ icas dc la época fue la creación del
Banco Central, cn 1935. que m odificó dc raíz cl sistem a im plcm entado por la Caja
de Conversión, con cl objetivo esencial de regular la m oneda y cl crédito
adam ando el circulante a las necesidades de la actividad económ ica.
1.a id earle la creación de un Banco Central venia m adurando desde hacia años,
aunque se enfrentaba con los partidarios de m antener cl sistem a existente, que se
habia revelado insuficiente para evitar la luga de oro o la devaluación durante las
crisis y cuya innegable rigidez cn épocas dc convertibilidad im pedia el m anejo de
la política m onetaria, m ientras en m om entos dc inconvcrtibilidad fom entaba el
em isionism o incontrolado, t i m ism o general Uribuki, presidente del gobierno
provisional, se pronunció públicam ente a favor de su creación, m ientras era
m inistro dc Hacienda Enmone Uiunmi. con quien trabajaba Pnuuncii. im pulsor de la
idea. Pero, luego, el proyecto se |iatalizó. a com ienzos del gobierno dc Jl-sto y
durante cl m inisterio de A iiw k to H ic y o , que prefirió lanzar un "em préstito patrióti
co* a fin de solucionar los acuciantes problem as financieros O .
Sin em bargo, especialistas norteam ericanos y británicos ya estaban asesoran
do desde com ienzos de la década a los países del continente en esta dirección,
com o cl proyecto que un experto inglés. Sír O tto Plitftr vr.n, había realizado para cl
Brasil o los elaborados por el estadounidense Kr.nm:KtK para varios paises andinos.
Mo es casual, entonces, que se invitara al m ism o Mim mK a venir a la Argentina cn
1932. para realizar una evaluación del sistem a financiero y aconsejar una serie dc
m edidas necesarias |>ara su m ejor funcionam iento, elaborando, en 1933. un
inform e donde diseñaba los m ecanism os del futuro Banco Central.
finalm ente, el gobierno, a instancias del m inistro Pincho, que antes dc su
llegada al m inisterio había sirio reticente a la creac ión del Banco, aprobó, cn m ayo
de 1935. por ley 12.155, otro proyecto que, en su concepción de la política
bancaria. diferia dc las propuestas dc Mir»irvth y lú e discutido ardorosam ente cn
cl Congreso ('•*). En la elaboración del m ism o tuvo un papel lundam cntal K au
(65) Citado en Prr>*. Mn.i i.ws. La clase dirigente argentina trente ai im perialism o. Buenos
Aires. 1973
(66) Cl. Ai*.-» !!» , Smvm«w. Cl Raneo Central de ta República Argentina y su función
reguladora de la moneda y el crédito. Buenas Aires. 1942: Pk/ux» Amautt. J. ( 1944'
— tn el proyecto de Nir i h b se proponía la elevación de la lasa de redescuenlo
del Raneo Central cuando la proporción de la reserva m onetaria con
respecto a los billetes fuera inferior al 33 % . El proyecto de Pariuscn no
contenía esta m edida restrictiva, considerando que hubiera repercutido
negativam ente sobre la situación económ ica general al ser aplicada cn una
fase de descenso cíclico y exportaciones de oro. En este caso, com o cn el
punto anterior, las propuestas de Pnmiscn otorgaban al IVanco Central
m ayor flexibilidad pata el m anejo del ciclo.
— El proyecto de hcrniscn incorporaba al Banco Central el m anejo del control
de cam bios (>ara perm itirle un m ejor m anejo de la econom ía frente a
fluctuar iones externas indeseables. El de M ie m e y e h . en cam bio, carecía de
tal instrum ento i6').
La nueva institución, bajo la inspiración de P r i w s c h . debía transform arse asi
cn un instrum ento que lu cra lo sullcicntcm ente flexible com o para aplicar políticas
m onetarias expansivas durante los m om entos de depresión y contractivas durante
los de expansión, esto es. una política anticiclica que atem perara la am plitud de
las fluctuaciones coyunturalcs. La propuesta de Nir.«itvtit. en opinión del m ism o
Puf Bisen, era dem asiado ortodoxa y lim itaba severam ente la autoridad discrecional
del banco al im poner un patrón oro m odificado.
La cobertura de la m oneda y los depósitos en los prim eros años de existencia
del Banco Central m uestran una prudencia que en años posteriores no iba a ser
m antenida
Porcentaie de
Año Oro y dtviM* lloneda Depósitos Total
garantía l«gal
1935 1353.7 961,8 708.1 1689,9 80.1
1936 1.527.7 1 093.9 552.2 1646.1 92.8
1937 1.421.7 1.149.8 486.8 1 636 6 86.9
'938 1295.8 1 118,0 4315 15*9.9 83.6
1939 1 395.6 1 191,1 6110 1802.1 77.4
1940 1 3291 1 223 8 5475 1771J 75.0
Fuente L o n ttu v n i. Jobo*. Onero. política y bancos Histoha M
Banco Central ac ia República Argentina. 1935■ 1995 Buenos Aires,
1996
(67) Oonuuz. H. y Pollc*. D-. 'Del ortodoxo al conservador Ilustrado Raúl Prcbisch cn la
Argentina. 1923 I ri43'. en Oraa rro llo económ ico Pt‘ 120. Buenos Aires. 1091. pags 474-477
El Banco Central quedó constituido com o una entidad de capital mixto, la
m ayoría de cuyo directorio se elegía por las bancos accionistas y con un m arcado
grado de prescindencia política en su conducción. En cuanto al presidente y al
vicepresidente, funcionarios clave del nuevo sistem a (duraban siete años y podían
set reelectos) eran designados por el Poder Ejecutivo con acuerdo del Senado, a partir
dc ternas propuestas por la asam blea de bancos accionistas. Este procedim iento fue
m odificado por una ley que estableció que tanto el presidente com o cl vicepresidente
serían nom brados directam ente por el Poder Ejecutivo sin necesidad dc recurrir a
esas tem as con lo que sc apartó, aqui tam bién, de lo sugerido sobre el particular por
PtifMmjc finalm ente, cl Banco Central comenzó sus actividades en jun io dc 1935.
Sin em bargo, en el ám bito político la creación d c la nueva institución iba a
suscitar polém icas, pues los sectores opositores rechazaban la form a cn que se
aprobó el proyecto y la pérdida de soberanía que representaba la aparente falta de
control del banco por parte del Estado y el gran peso que tenia la banca extranjera
en la asam blea de accionistas. A esto se le agregaba la desproporción entre capital
suscripto y votos en las asam bleas de accionistas de los distintos grupos de
bancos. El Banco de la nación Argentina, poseedor de 2.000 acciones (20 % ), sólo
tenía 1.000 votos: los bancos provinciales o m ixtos tenian 1.918 accion es y 1.777
votos, las entidades privadas nacionales. 4.261 y 4 .120, respectivam ente, y los
bancos extranjeros, 1.821 acciones c igual cantidad dc votos. Los bancos oficiales
tenían, entonces, un poderde decisión m enos que profiorcional a los recursos que
aportaban, m ientras que c l peso dc los extranjeros en las asam bleas era m ayor que
lo que podía suponerse, ya que m uchos bancos considerados nacionales, com o
cl Español del Kio de la Plata, el Banco dc G alicia y Buenos Aires, cl Banco fran cés
del Kio de la Plata o el Banco de Italia y Kio dc la Plata (estos cuatro sum aban 1.613
votos y acciones) eran controlados por capitales foráneos. M uchos criticaban el
riesgo que suponía poner en m anos de capitales extranjeros la dirección de
políticas tan im portantes com o la m onetaria o la cam biaría (”").
O tra de las instituciones controvertidas creadas cn esos anos fue el Instituto
M ovilizador de Inversiones Bancadas Para su funcionam iento se destinaron 700
m illones de pesos resultantes dc la rcvaluación del oro transferido de la C aja dc
Conversión al Banco Central. Para explicar la naturaleza de este organism o, el
m inistro P in e d o dio com o referencia ejem plos sim ilares en Italia. Su ecia — país
gobernado cn esos m om entos por los socialistas— , Inglaterra. A lem ania y los
Estados Unidos. El Instituto se fundó para hacerse cargo de los créditos que
algunos bancos no podían cobrar debido a la crisis y que los podían arrastrar a la
quiebra. Esos créditos no cobrables cn form a inm ediata y los bienes no realizables
rápidam ente sin grandes quebrantos, caían bajo la denom inación de activos
congelados de los bancos, por oposición a los activos liquidables. El Instituto
procuraba, sobre todo, auxiliar al Banco dc la Mación y a otros bancos com erciales
que se hallaban cn dificultades por considerar que ello afectaba cl interés público.
Uno de los bancos com erciales m ás afectados, el Tornquist. había sido una de las
m ás prestigiosas casas financieras argentinas desde fines del siglo X IX . A raíz de
lo cuantioso de los sal vatajes financieros. la oposición cuestionó a las autoridades
no haber dado una inform ación am plia acerca de los bancos asistidos, ni del
estado de sus cuentas y m enos aún dc sus clientes m orosos.
3 .5 .5 . L a p o lític a fis c a l
J 1 9 2 5 -2 9 ■ 1 9 3 0 -3 4 ■ 1 9 3 5 -3 9 I
A pesar de ello, c l déficit fiscal, que fue m uy alto en 1930 (36.2 % del gasto
público! y 1932 (12.8 % ). bajó en los artos siguientes, hasta alcanzar un superávit
cn 1935 y 1936. pero se desbarrancó nuevam ente en 1938 (18 % del gasto
público), se recuperó cn 1939 y volvió a caer cn 1940 (7").
(71) Q*m:i» Hewn. v, Automotores norteam ericanas, cam inos y m odernización urbana
cn la Argentina. 1910-1939. Buenos Aire». 1905
El resultado de la reform a tributaría fue un gran increm ento de la recaudación,
que m ejoró paulatinam ente la situación fiscal hasta el rebrote de la crisis de 1938.
cuando la caída de las rentas nacionales y una política fiscal expansiva para atenuar
las tendencias recesivas originaron de vuelta un déficit significativo.
Hacia 19 4 1. el déficit fiscal alcanzó niveles inquietantes. El m inistro de
H acienda del gobierno conservador presentó al Congreso un proyecto de ley de
reform a im positiva ante la caída de la recaudación del Im puesto de los réditos. El
m inistro descartó el recurso al endeudam iento para cubrir los déficit debido a la
carga que significaba los pagos de los servicios de los titulos. Tam poco consideró
conveniente gravar al consum o. En cam bio, propuso el aum ento de las cargas "a
las grandes ganancias, a las grandes rentas y a las grandes fortunas'. Por olra |>artc.
el funcionario denunció la resistencia de los "grandes cap itale s' a su propuesta y.
a diez años de la im plantación del im puesto a los réditos, censuró la evasión
protagonizada por las sociedades fam iliares 'm ed ian te el uso artificioso de las
sociedades anó n im as'. El proyecto gubernam ental, com o otro posterior gravando
las exportaciones, seguía discutiéndose en el parlam ento, cuando el gobierno
conservador fue derrocado cn jun io de 1943
Cuadro 3.8. Tasas de crecim iento y participación secto rial del PBI (en porcenta/esí.
(7 3 ) Un retato d c P R u a o i sobre su actu ación y sus Ideas en lo» anos '3 0 se h a lla en el
llb m d c l> Troj-A. G iid o y P la tt, D.C (e d lt.). The Political Economy o f Argentina 1880'1 946 .
n u eva York. 1986
(7 4 ) Cf. P in u k ). Ftuouco, Cn tiempos de la República. Buenos Aires. 1946: C h o q uaw .
Amonio A, Federico Pinedo, teoría y práctica de un liberal, Buenos Aires 1986.
(7 5 )C f Br.nn María, D. Uriburu y Ju sta - el auge consenador í 19 3 0 -1933). Buenos Aires
1983. págs 89-90
Bajo la influencia inteleclual de Pr en so ! y la conducción |x>!itica de Pinedo, cl grupo
elaboró un program a para reactivar la econom ía argentina, que contenía instru
m entos Keynesianos orientados a fortalecer la balanza dc pagos e inducir, al
m ism o tiem po, una expansión del ingreso y la producción nacionales. Había que
dirigir la atención hacía el m ercado interno y fortalecer, la econom ía cn form a
com patible co n Jas lim itaciones que im poníaei delicado estado del sector externo.
En general, la política económ ica de'Ids gobiernos ¿observadores. y sobre* todo
la ríe este equipó que dirigió la econom ía argentina durante' casi una década, tuvo
dos as|>ectos aparentem ente contradictorios; uno coyuntural. que estaba relacio
nado con la solución del problem a de las carnes |>ara el sector ganadero, cuya
influencia política era. sin duda, considerable: y otro de largo pla/o. que consistía
en encarar las transform aciones internas que perm itieran al país adaptarse a las
nuevas condiciones m undiales que em ergían dc la crisis y la declinación, a esta
altura m anifiesta, del principal socio económ ico. Oran Bretaña.
Aunque la influencia del grupo Pinedo-Prcbisch se siguió sintiendo después de
la renuncia de Pmeoo, en diciembre, de 19.35. pues P utbiscm y otros com ponentes
de su equipo continuarían en funciones, la vuelta del m ism o Ptncoo al m inisterio
de H acienda durante el gobierno de C*snu.o. en setiem bre de 1940, resulta
interesante para com prender su posición y la de sus colaboradores por esa época.
Cl m om ento era significativo porque nuevam ente volvía a existir un fuerte déficit
en el intercam bio com ercial y, sobre todo, con los EE.UU. Asi. poco antes dc que
cl nuevo m inistro presentara otro plan económ ico, P rtuiscii viajó al pais del norte
encabezando una m isión financiera. Su propósito era tratar dc enconlrar solu cio
nes a los problem as com erciales, aunque las conversaciones con los funcionarios
norteam ericanos abordaron tam bién la posibilidad dc crear un banco panam ericano
y una m oneda Interam ericana. Un segundo viaje, cn febrero de 1941, propició el
otorgam iento de un préstam o por 110 m illones de dólares, a cargo del fondo dc
estabilización estadounidense y del Imporl-Export Bank (cl prim ero de ese tipo que
recib iría el pais), que no pudo, finalm ente, concretarse.
Ju n to a estas gestiones. Pinedo puso a consideración del Parlam ento, en
diciem bre de 1940, un Plan dc Reactivación Económ ica, conocido cn la literatura
com o "el Plan Pinedo de 1940", pero que había sido elaborado con la especial
l>articipación de Pkmivtm. s u principal redactor. Considerado por algunos com o cl
prim er proyecto form al de industrialización de la Argentina y (>or otros com o una
especie de T lcw Dea I" local, el plan explicitaba la necesidad de proteger y
desarrollar, con ciertas lim itaciones, la industria nacional y sostenía la idea de un
increm ento dc la dem anda interna com o base para reactivar cl aparato productivo.
Para ello, planteaba una reform a financiera que perm itiera im plem entar un
régim en crediticio especial para el sector industrial y para la construcción de
viviendas populares (’*).
(76( Cf. Sobre los distintos aspectos del Plan Pinedo ver especialmente: Pinero*. Horacio.
'Pinedo y el plan económico de 1940" en Todo es historia. M 131. Buenos Aires. 1978, Uach.
Juaíi José, "El Plan Pinedo de 1940. su significado histórico y los orígenes de la economía
política del peronismo", en Desarrollo económico. n ° 92. Buenos Aires. I9B4; Un», Pr ik
Ortin. reportaje a la Argentina opulenta. Buenos Aires, I97H
Trataba asi de revitalizar una econom ía afectada por la guerra | k >i m edio de
un sector con un gran efecto m ultiplicador, com o el de la construcción, m ientras
apuntalaba la dem anda interna p aia Iratar de absorber los stoc ks de cereales que
no encontraban destino externo por causa de la contienda.
Por otra parte, para hacer frente al déficit del balance com ercial de 1939 1940,
se proponía un control selectivo de las im jiortaciones, hecho que. sim ultáneam en
te. debía ayudar a fortalecer al sector industrial. A fin de estim ular las exportacio
nes se im plcm cntaba tam bién un conjunto de m edidas, entre las que se destat a-
ban la generalización del régim en de d raw b ack. incentivos cam biarlos. Ia< ¡lid.ules
financieras y m odificaciones arancelarias, para evitar el "proteccion ism oal re v é s'.
Dado que los m ercados tradicionales estaban afectados |k v la guerra, el plan
ponía especial énfasis cn la reorientación del com ercio exlerior. en donde el ftrasil
y los EE.U U . estaban llam ados a Icn er un papel destacado, En el caso del prim ero,
se recom endaba negociar un tratado com ercial que contem plara la rcba|a (y.
evcntualm enle. la elim inación) de los aranceles de im portación recíprocos.
Para desarrollar el intercam bio con los Estados Unidos, que en ese m om ento era
de nuevo el principal acreedor de la Argentina, se estim ulaban de diversas formas
las cx|iortacioiics hacia aquel país. En reciprocidad, se creaba un fondo de cam bio
para favorecer la introducción de productos norteam ericanos, al m ism o tiem po que
se trataba de finarle lar una parte de esas im portaciones m ediante la ayuda crediticia
estadounidense, que iba a servir incluso aparentem ente, para com prar los ferroca
rriles británicos cn la Argentina con el a|>oyo de éstos. Sin embargo, la diplom acia
britanica no vio con buenos ojos el plan Pinedo, que consideraba resultado de la
'acció n de fuerzas políticas irresponsables", llegando a acusar al m inistro de sei
"m ás am igo de los Estados Unidos que del Reino Unido' ( ’7).
Por otra parte los proyectos de Pincno no fueron exclusivam ente de índole
económ ica. De m anera sim ullánea con la p rcscnlación de su plan inició conver
saciones secretas con los radicales (especialm ente con Ai vr.An) a fin de obtener su
apoyo al proyecto. («ero tam bién para discutir sobre las posibilidades de acabar
con el fraude electoral. Esas conversaciones que habrían debido arribar a un
"acuerdo |>atriótico‘ . según Pnt ih>. y se parecían cn m ucho a lasque había iniciado
el presidente O r t u . fracasaron a causa de la resistencia de los conservadores.
El plan económ ico fue aprobado en el Senado, aunque sin dem asiado
entusiasm o, pero no llegó a tratarse en la Cám ara de Diputados |ior la o|x>sición
de los radicales y. finalm ente, le costó su puesto (” ).
La am bigüedad del plan explica por qué no fue aceptado. Por un lado, se
proponían m edidas tendientes a la industrialización, que eran bien vistas por los
em presarios industriales representados en la UIA. pero obtenía opiniones m as
i80l Cf.. por ejemplo. Iluto» Si wu> anaell and Ih f Great Patvrrs, 1930-1039. Austln
1975
escasas rem esas. En los anos 30 y '40 las acciones ordinarias de las principales
com pañías ferroviarias no pudieron deve nejar dividendo», m ientras su cotización
descendía ostensiblem ente.
1.a principal fuente de reclam os de las com pañías británicas se centraba en la
com petcnc la de los automotores, cuya producción e im portación estaba ligada, sobre
todo, a intereses estadounidenses. Ix>s em presarios británicos no querían perder el
m onopolio del sistema de transportes, del que habían gozado por tantos anos.
f'l transporte por cam iones de los productos agrícolas se había desarrollado
gracias a la crisis dc ese sector, ofreciendo servicios m ás ágiles y accesibles.
M ientras tanto, cl transporte urbano, ya sum am ente extendido en las grandes
ciudades, particularm ente cn Buenos Aires, estaba siendo dom inado por óm nibus
y colectiv os. Además, el transporte autom otor operaba sin estar sujeto a obligacio
nes financieras, ni bajo un control gubernam ental sim ilar al dc las com pañías
ferroviarias, por lo que tenía costos operativos m enores.
A continuación se m uestra un cuadro dc la cantidad de pasajeros transporta
dos en los distintos m edios de transporte urbanos entre 1922 y 1937.
Elaboración propia
Fuente L. Scwu. Critica al monopolio Oe transporto urbano. Revista -Argumento',
mayo de 1939. N“ 7. Buenos Aires
181 i d Chmi« ttcK*>. K*i«. Transportes, negocias y política. Lacompanta Angln Argentina
ae Tranvías, 1876-1981. Buenos Aires. 1994
casual que a fiartir de 1940 las m ism as em presas hayan com enzado a sugerir
planes de nacionalización, com o el que el m inistro P in e d o propondrá acom pañando
su Plan de Reactivación Económ ica. Entretanto, la com petencia del lian sp o rtc
autom otor continuaba privando a los ferrocarriles británicos del tráfico de cargas
m ás redituables y, pese a la Ley de Coordinación de Transportes, el transporte
urbano continuó bajo el predom inio de autom óviles y colectivos.
Algunos autores com ienzan a preguntarse hoy si la continuidad del flu jo de
capitales norteam ericanos cn los anos 30. incluyendo los vinculados al transporte
autom otor, no eran el producto de una política deliberada de los gobiernos
conservadores, o de algunos sectores de los m ism os. Las dudas no son infunda
das. [>orque si bien cn la esfera com ercial se respetaron los acuerdos firm ados con
Citan Bretaña y hubo num erosos desacuerdos con el gobierno de W ashington, las
m edidas adoptadas estim ulaban tam bién e l ingreso de capitales, terreno cn el que
la prim acía norteam ericana era inocultable. Por eso no resu lla casual que a fines
de la década de 1930 —com o lo m uestran ciertos docum entos británicos—
algunos dirigentes o gerentes de com pañías británicas en la Argentina se quejasen
del tratam iento incorrecto que les dispensaba el régim en conservador, o que.
durante el gobierno del general Jis to , la expansión de la red vial, im pulsada por
ese gobierno, haya asestado un duro golpe a los Intereses ferroviarios ingleses.
En esta cuestión se m ostraba la aludida dualidad de la política económ ica,
pues m ientras se atendían algunas dem andas de las com pañías ferroviarias, se
im pulsó un im portante plan vial con características poco favorables a dichas
em presas. Si bien una parte de los nuevos cam inos era accesos a las estaciones,
la fracción m ayoritarta consistía en cam inos con un trazado paralelo a las vías
férreas. I>e esa m anera, el desarrollo del tra n s a rte autom otor no com plem en
taba al ferrocarril, sino que representaba una com p etencia d irecta cn la cu al el
ferrocarril corria en desventaja al tener que m antener su propia red m ientras los
cam inos eran construidos |>or el Estado y no por las em presas de transportes, aun
cuando el londo provenía de un im puesto a los com bustibles que gravaba
tam bién a éstas.
( r t i f l ' - N © ' - ® — N W N
S S S S S 3 2 8 » 3 S
- í N l O ' - C J U D ’Í K X n O
2 “, 3 Ü 3 S 8 3 8 ¡ S S S
«i
i
i
"S8ÜSBRS55Í2
í
^giügíüSSSSS s
1
¿1 I
ai
«•»
S * 2 § £ Í H Í i § S
» - n r« írir)* - (v r)* -
I « S E S s S S m
sssSsssIIaS
El cuadro precedente deja ver cierta precariedad de la red vial, por cuanto
una parle significativa estaba constituida j>or cam inos de tierra lia obra básicaI
o m ejorados (interm edio), m ientras que los cam inos pavim entados (la obra
superior) tenían una in ciden cia m enor. Sin em bargo, esto no hacía m ella cn la
posición com p etitiva de los cam iones frente al ferrocarril, ya que las carreteras
que unian a los principales centros urbanos (com o Buenos Aires-Mar del Plata.
Buenos Aires Bah ía Blanca o Buenos Aires-Rosario-Córdoba) eran precisam ente
las pavim entadas ( " I.
Al m aigen de la com petencia anglo-norteam ericana. el trazado de la red de
cam inos ponia de m anifiesto que. si bien la política o ficial propiciaba ciertas
transform aciones económ icas para adaptar la econom ía argentina a las nuevas
condiciones, los cam bios no eran radicales. El sistem a de transportes no alteraba
dem asiado un esquem a que procuraba com unicai los centros de producción con
el puerto m ás que a las diversas legiones entre si.
A pesar de la discordancia de intereses entre diversos grupos económ icos
ingleses y norteam ericanos, en algunos terrenos hubo espacio para el trabajo
conjunto, incluyendo, adem ás, a em presas alem anas, las cuales trataban tam bién
de ganar posiciones en Am érica la tin a. El caso m ás significativo era el de la
Com pañía Aigentina de Electricidad iC A D E), controlada por el grupo SO flN A . en
el que convergían capitales alem anes, británicos, canadienses y norteam ericanos.
Más sorprendente por haberse realizado prácticam ente al in icio de la Segunda
Querrá Mundial fue el acuerdo en el sector de la industria quím ica argentina. En
setiem bre de 1939 se firm ó en Londres un pacto entre Im perial Chem ical
Industries, Dupont y Anilinas Argentinas i perteneciente al consorcio alem án lü
Earben). Esta últim a se habia hecho cargo de la firm a C elulosa Argentina, pero al
tratar de m odernizar la producción de rayón se vio obligada a hacer participar a los
norteam ericanos e ingleses, fundando en conjunto la firm a D uperial. Ese m ism o
año, la em presa farm acéutica alem ana Bayer habia firm ado un acuerdo con la
norteam ericana Sterling por el cual esta últim a d istribu iiia los pioductos de la
prim eia cn todo el hem isferio occidental, hecho por el que Sterling lúe luego
procesada cn los EE.U U ., debiendo pagar una m ulta y rom per el co n trato ("').
La disputa entre las potencias influía tam bién en las posiciones adoptadas por
la dirigencia política local. 1.a llegada del equipo económ ico encabezado por
Ftittrnco P inedo, cn 193.3. com o ya lo analizam os, constituye un elem ento clave para
poder com prender los térm inos del debate que se desarrollaba cn aquel m om ento
en el seno de la clase dirigente con respecto a la posición económ ica internacional
del pais. discusión que se agudizó con el estallido de la guerra. En realidad, a partir
de principios de 1940 se produce circunstancialm ente una situación sim ilar a la
1841 rorekjn KelJtkms oí USA. Ticr to Secretary oI State. Buenos Aires. 4/9/1940, |'.*1 47fi
185) rra.ui, rnitM o. Argentina cn ta vorágine. Buenos Aires. 1943, pags 45-49.
internacional d d país, ü i ausencia de un verdadero sistema democrático — el
gobierno conservador se había mantenido gracias al fraude electoral— impedía, en
verdad, un debate de fondo sobic Las políticas económicas, a través del cual hubieran
(Kxlirto manifestarse oíros sectores económicos y sociales. Por eso. la fractura de la
díte gobernante cobraba una importancia particular.
Una de las soluciones era. quizás, estimular la industrialización del país, lo que
podía ser compartido por ciertos intereses extranjeros. Así. por ejemplo, el
embajador británico en Buenos Aires comentaba, en 1940. que 'algunos ameri
canos son abiertamente favorables a la Industrialización en la Argentina, sobre la
base de que esta reduciría la cantidad de alimentos utilizables pata la exportación,
lo que en consecuencia disminuía la dependencia de la Argentina del mercado
británico* ("“ ). Argumento este reconocido por los mismos norteamericanos,
cuando Nr lsom Roen»n u r * . representante de vastos intereses petroleros c industria
les y. en ese entonces, secretario adjunto de Asuntos Ealinoam ericanos en el
Departamento de Estado, sostenía confidencialmente, en una entrevista con el
encaigado de Negocios británico en Washington, que la forma en que debía
abordarse el conjunto de los problemas latinoamericanos era 'esencialm ente
económ ica' y que la única esperanza de incrementar las exportaciones hacia
America latin a residía en "la capacidad de industrialización de esos países' (*7).
Pero esta industrialización suponía sin duda el acoplam iento a un nuevo centro de
poder mundial, en este caso los Estados Unidos.
Sin embargo, el drama de la Argentina para sus sectores dirigentes consistió,
justamente, en que esc acoplamiento —a diferencia del Brasil— no podia lograrse,
pues la producción argentina no era complementaria de ta norteamericana, lo cual
conducía indcfecliblcm cnte a un desequilibrio comercial crónico sobre el que
sena muy difícil construir una relación estable y duiadcra.
La ruptura del sistema multilateral de comercio y pagos eliminó toda posibilidad
de una solución intermedia. Cuando ese sistema multilateral se restableció, al
finalizar la Segunda Querrá Mundial la posibilidad de la Argentina de replantear las
relaciones internacionales sobre nuevas bases ya no era posible, pues no constituía
más como a fines de los anos '20. un centro principa! de interés de los países
industrializados y. fundamentalmente, de la nueva potencia que lideraba el mundo
occidental, tos disputas diplomáticas de la década de 1930 con los gobiernos
estadounidenses, el Pació Roca-Kunciman. y el largo y estrecho vinculo que todavía
existía entre la Argentina y Oran Bretaña dificultaron aún más la |x>sibilidad de que
las relaciones argentino-norteamericanas retomaran el camino emprendido en los
anos '20. Es significativo que en un memorándum del De|>artamcnto de Querrá de
los Estados Unidos, de 1940. acerca de la provisión de anuas a los países
latinoamericanos, se estableciera una escala com|viraliva decidiéndose que. en
primer lugar, las armas iban a estar disponibles |>ara el Brasil con tres fines:
Tras la crisis dc 1930. y salvo los casos particulares que m encionam os,
dism inuyó fuertem ente cl flujo dc inm igración europea, pero una enorm e m asa de
gente em pezó a m igrar desde las áreas rurales y las pequeñas ciudades del interior
hacia las grandes ciudades del Litoral. Kslo significó no sólo la brusca transición
de la vida rural a la urbana, y dc actividades artesanales a fabriles, sino tam bién
una nueva em ergencia dc la 'A rgentina crio lla" que predom inaba en el interior,
cn las zonas rurales m ás arcaicas y cn la periferia social y geográfica de la nación,
y que ahora com enzaba a instalarse en los conglom erados urbanos y. sobre lodo,
cn Buenos Aires. Surgía asi un nuevo proletariado industrial, que llenando las
ocupaciones m anuales no especializadas y las larcas m ás hum ildes, iba sustitu
yendo a los extranjeros y a sus hijos que, m ientras tanto, se habian transform ado
en em pleados, profesionales, y pequeños y m edianos com erciantes e industriales.
(901 Cl Stf«v*M\ L u w m iio . Argentina, I,I Secunda (ju err.i M undial * los n-fugiados
Indeseables. 1933-1943, Buenos Aires. 1991.
|9I> Cf Kutn. I« |« V . ‘The Chinicraot Patestlnlan Resettlement In Argentina In Ule Cartv
Aftcrtnalh of the rirst Arah Israelí War and Othcr Similar!) fantastk Motlons", cn The
Am erkas vol 53 N I julio de 1996 Sinn-tvi. Lto-uiuo "La Argentina neutral de 1940 ante
los refugiados españoles y Judias', en Ortos en la historia la econom ía y la sociedad, ir 9.
segundo semestre de 1995.
Anos Total Saldo mmig « t . Sekto n m if. interno Seldo vegetrtrvo
1895-1914 55 000 ♦30 000 8 000 37000
1914-936 56 000 <11000
1936--943 55 000 •11000 72.000 24 000
1943--947 112 000 •15000 117000 40000
F u e n te G iru m i. G ino E s tru c tu ra s o c ia l d e la A rg e n tin a B u en o s A ires, 1987
Cuadro 3.11. A nálisis del crecim iento anuaI da! Gran Buanos A ire * (estim aciones).
i93l Cf. Q aku. Auri». 5., 'Crisis y desocupación rn los anos 30\ cn Todo es Historia.
N 154. marzo de 1980
(941 W»ir*.w>, Pera. H peronism o Buenos Aires. 1985, pags 36 y 37
Salano real
— — — — Salano ronurvil Cosío de w to
La clase m edia tam poco escapó a los efectos de la crisis. Cn los prim eros años
de la década, las cesantías en el sector público y los despidos en la actividad
l>rivada dejaron sin eni|>leo a num erosos funcionarios, profesionales y em pleados.
La reducción de los sueldos estatales, resultado de los recortes presupuestarios,
afectó a em pleados y jubilados. La presión im positiva —m antenida en los niveles
previos a la crisis y en m om entos de caída de las ventas y de los ingresos— castigó
a los pequeños com erciantes e industríales y. cn general, a los pequeños
propietarios. Por otra parte, los atrasos en el pago de los sueldos docentes y de las
pensiones a los Jub ilados fueron una constante a lo largo de la década.
Kn el sector rural, la caída de los precios afectó a los productores. Los colonos
hipotecados y los arrendatarios tuvieron serias dificultades para pagar las cuotas
hipotecarías y los arrendam ientos. En lineas generales, desde entonces, la clase
m edia vio recortada sus posibilidades de ascenso social y. gradualm ente, pasó a
convertirse cn una clase de asalariados urbanos ocupando puestos adm inistrati
vos o desarrollando tareas profesionales cn lugar del d e s e n to n o en actividades
económ icas independientes.
En lo referido al m ovim iento obrero, el golpe de Estado de 1930 lo encontró
dividido ideológicam ente. Cuatro centrales obreras disputaban la hegem onía de
los trabajadores. Sólo los anarquistas, enrolados en la FOKA. expresaron una clara
oposición al golpe. Los principales rasgos cn la evolución del m ovim iento obrero
durante la década de 1930 y principios de la década de 1940 pueden sintetizarse
brevem ente:
— En prim er lugar los anarquistas, que sc resistieron a c ualquicr com prom i
so con el Estado, fueron desplazados en form a definitiva. Por cl contrario
se afianzaron las tendencias reform istas y burocráticas cn la conducción
del m ovim iento obrero. Las oiganizacíones sindícales adquirieron un
m ayor perfil institucional, lo que les |x‘rm ¡tio una relación más Huida,
aunque no necesariam ente cordial, con cl gobierno v los em presarios.
— En segundo term ino, a los |>ocos días del golpe m ilitar dc setiem bre de
1930. sc fundó la Confederación G eneral del Trabajo (CGT). que unificó
tem porariam ente al m ovim iento obrero. La conducción de la cenital
obrera quedó a cargo de los 'sin d icalistas", fundam entalm ente, y dc los
socialistas.
— finalm ente, en diciem bre dc 1935. m ediante una m aniobra burocrática
(denom inada "golpe de Estado sindical*), los socialistas desplazaron a los
'sin d icalistas* dc la conducción de la C.GT. Este hecho puso fin al
enfrentam iento entre am bas tendencias, ya que m ientras los 'sin d icalis
ta s ' rechazaban la identificación dc la elase obrera con un padido político,
los so cialistas aspiraban a una relación m ás estrccha entre la central
obrera y el Padido Socialista. A partir de entonces, la corriente 'sin d icalis
ta". predom inante durante el periodo radical, com enzó su paulatina
desaparición dc la vida sindical ('"“).
En 1936 ingresaron a la CGT los sindícalos com unistas, que llegaron a Icn cr
un núm ero significativo dc m iem bros en el Com ité Central C onfcdcial. y ese
m isino ano. a instancias de los dirigentes socialistas y com unistas, el Congreso
Constituyente dc la CGT estatuyó la form a m oderna dc sindicatos por ram as
industríales cn reem plazo del antiguo sindicalism o por oficio.
Asi, hasta 1943. la dirección del m ovim iento obrero fue hegem onizada por los
socialistas. Por prim er» vez, sectores de origen m arxisla llegaban a la conducción
del m ovim iento obrero, aunque el m arxism o e ia para m uchos dc los dirigentes
sólo una anécdota y en realidad no se diferenciaban dem asiado dc la corriente
'sin d icalista* de la que algunos dc ellos provenían. Asim ism o, si bien c l peso dc
los sindicatos tradicionales, vinculados a la econom ía agroexportadora y al sector
dc transportes y servicios, siguió siendo predom inante, com enzaion a organizarse
los obreros de las nuevas ram as Industriales.
No obstante, una característica del periodo lúe cl bajo nivel dc sindícalización
de los obreros. 1.a CGT enrólate» una m inoría dc los trabajadores. Hacia 1935. entre
la CGT Independencia i conducida por los socialistas iv la CCiT C atam arca «conducida
|K>r los 'sin d icalistas') rcunian 232.000 afiliados Por entonces, los obreros indus
triales alcanzaban a 534.000. en tanto que los agrícolas llegaban a 800.000 (—).
tn la década del '30 la m ayor m ovilización obrera sc vcrifícó entre 1935 y
1937. tn esos anos se produjo cl m ayor num ero de huelgas con la m ayor cantidad
Cl gobierno de facto. em ergente del golpe m ilitar de 1930. llevó adelante una
política de represión de todos aquellos sectores a los que consideraba opositores
peligrosos. La depuración y la reducción de los aparatos estatales nacionales,
provinciales y m unicipales tuvo com o victim as principales a funcionarios de origen
radical yrigoyenísta. Tam bién decretó cl estado de sitio, censuró la prensa, instauró
la ley m arcial y restableció la pena de m uerte abolida por el Congreso en 1921
O tras victim as de la persecución lucron los dirigentes de la f ederación Universi
taria Argentina, los com unistas y los anarquistas. Los sectores radicalizados del
gicm ialism o fueron duram ente reprim idos m ediante la aplicación de la Ley de
Residencia y el encarcelam iento de los m ás rebeldes. Por el contrarío, los sectores
m oderados del m ovim iento obrero, la Confederación General del Trabajo —de
reciente creación— y el Partido So cialista no sufrieron una abierta persecución.
La década del 30 fue un período crucial para la evolución del radicalism o y
para su posterior desarrollo. La UCR dejó de ser oficialism o y debió afrontar la
persecución de m uchos de sus dirigentes. Com o consecuencia del veto de sus
candidatos a las eleccion es presidenciales de 19 3 1. decidió proclam ar la absten
ción electoral. Por otra parte, desde 1931 hasta 1935. m ilitares radicales con la
colaboración de dirigentes partidarios conspiraron para derrocar al gobierno.
Cn 1935. bajo la dirección conciliadora de Aivuak. se levantó la política de
abstención electoral esperando capitalizar el innegable apoyo popular con que
contaba la UCK. 1.a decisión de intervenir de nuevo en las elecciones se fundam en
taba en las tradicionales consignas partidarias de defensa de la nonnatidad
constitucional m ediante el libre ejercicio del sufragio. Tras la llegada al poder de
Onnz, la conducción alvearista. tenia esperanzas de que e l flam ante prim er
m agistrado, para llevar adelante sus planes de restablecer las fonnas dem ocráti
cas. recurriese a la UCR com o nueva variante oficialista, rio obstante, las
expectativas radicales de que. a través de prácticas electorales correctas, su
partido pudiera acceder al gobierno nacional o a los de las provincias se vieron
defraudadas. Salvo cn Córdoba, el fraude o ficial im pidió el retorno de los radicales.
MI liderazgo alvearista debió enfrentar oposiciones infernas. Una <1c ellas fue
encabezada porC O H JA que com o señalam os anteriorm ente. intentó recuperar los
aspee tos nacionalistas y populares del yrigoyenism o. denunciándola presencia del
im perialism o británico en la econom ía argentina. O tros sectores plantearon la
necesidad de la renovación ideológica del radicalism o. Sus planteos, expresados
en la revista H echos e M eas y recogidos parcialm ente cn la plataform a electoral dc
1937. reclam aban la necesidad de la intervención estatal para asegurar una
dem ocracia con ju sticia social. Am bos sectores contribuyeron ideológicam ente al
posterior desarrollo del peronism o.
Con el com ienzo de la Segunda Q uena Mundial estos debates en el interior del
radicalism o se eclipsaron. Qanaron espacio las m anifestaciones de repudio contra
cl avance na/ifascista y las discusiones sobre la actitud argentina con respecto al
conflicto bélico, convirtiéndose At\r-*n en la cabe/a de los grupos políticos
aliadófilos. Otros tem as que convulsionaron al radicalism o fueron los problem as
que entrañaban ta enferm edad de O k t i z y su posible sucesión. La asunción de
Cronuo. en ju lio dc 1940. cerró las posibilidades de un saneam iento de las
prácticas electorales y frustró las expectativas radicales de alcanzar el poder por
la vía del suf ragio.
Cn cl terreno electoral, los radicales com enzaron a experim entar derrotas que
ponian fin al dogm a irrefutable dc su m ayoría. Las eleccion es legislativas de 1942
significaron un serio retroceso, inclusive en distritos tradicíonalm ente favorables.
Se hizo evidente el desinterés de sus partidarios frente a la descoin|iosición interna
del padido. producto de hechos dc corrupción que Involucraron a sus dirigentes
y a la connivencia dc su conducción con cl gobierno conservador. l.os intentos de
renovación encabezados por la oposición intransigente a dicha conducción
resultaron infructuosos.
r.ntonccs algunos diligentes radicales cifraron sus esperanzas en un golpe de
Cstado que los favoreciera, aunque, en 1942. la UCK inició negociaciones con los
socialistas, los dcm oproqresistas e incluso los com unistas para form ar un am plio
frente electoral. Cero el golpe m ilitar de ju n io de 1943 interrum pió esas gestiones.
Justam ente, la reunión de dirigentes radicales con algunos je fe s m ilitares, entre
ellos el m inistro de Querrá, general KA*imrz, fue una de las causas inm ediatas del
golpe Cn conocim iento de la reunión, C a s t u i o pidió la renuncia del m inistro, lo q u e
precipitó cl levantam iento m ilitar.
Durante el m ism o periodo, los nacionalistas criollos se afianzaron ideológica
y p o liticam en te com o m en to res dc U k b ik i. B ásica m e n te a n tilib e ra le s ,
aristocratizantes, ultracatólícos. hispanistas y antisem itas, entre 1931 y 1943
m ultiplicaron sus publicaciones periódicas, sus gru|x>s dc choque param ilitares
i Legión C ívica. Legión de Mayo, Quardia Argentina, etc.), sus contactos con los
m ilitares y su propaganda en m edios universitarios. D istanciados del gobierno de
Jo r o , prefirieron apostar a un golpe m ilitar m ás que a la acción política form al ( ‘"i.
( I03i Cf. 5»*o«* Mlthw, Jom T. La Argentina y la Segunda Guerra Mundial. Buenos
Aires. 1992.
11041 R»mru«T. M (1 9 8 0 ). p ág v 146-154
d efen sa y d e p olítica exterior. En este m arco, ven ía gestándose la realización de
un go lp e de Estad o , que se a ce le ró por el pedido de renu n cia que C a s t il l o le hizo
al m inistro de G u erra, Oral. P e d r o P . R a m í r e z , al enterarse de los m o vim ien to s
con sp ira tivo s y de co n tacto s del m inistro con dirigentes rad icales ( l0J).
El 4 de ju n io de 1943, finalm ente, un golpe m ilita r— sin participación civil—
d ep u so al p resid ente C a s t i l l o . En un m anifiesto, los revo lu cio n ario s con d en aron
el o rd en p revio caracterizad o por "la venalid ad , el fraude, el p ecu lad o y la
c o rru p ció n ". A sim ism o p rom etieron castigar a los c u lp ab les y se com p ro m etiero n
a restituir al p u eb lo sus d ere ch o s y garantías. La "d é ca d a infam e" había llegado a
su fin ante la so rp resa e incertid u m b re de la so cied ad argentina.
Con la tom a del poder por los golpistas se iniciaron las m archas y contram archas
del nuevo gobierno militar. El Gral. A r t u r o R a w s o m , que encabezó las tropas que
precipitaron la deposición de C a s t i l l o , ocupó la presidencia provisional com o
representante de los jefes superiores de C am po de Mayo. Sin embargo, al integrar su
gabinete con algunas personalidades del anterior régimen, se enfrentó con la
resistencia de sectores de la oficialidad y debió presentar la renuncia a las cuarenta
y ocho horas de su designación. En su reemplazo, asum ió el Gral. R a m ír e z , considerado
en un prim er m om ento com o el verdadero je fe del m ovim iento militar ( i<Xi).
S in em b argo , detrás d e este d esp la za m ien to y de la p ro yecció n de R a m ír e z a
la p re s id e n c ia se re veló la ex isten cia de una logia m ilitar, el G ru p o de O ficiales
U n id os (G O U ). In tegrad o por jó v e n e s o ficia les su p erio res, m u ch o s de ellos
co ro n e le s, el G O U o p e ra b a con el pro p ó sito de re stab lecer la m oral y la d iscip lina
d en tro del E jé rc ito y re cu p e ra r al país de una corru p ció n que, a ju ic io de sus
m iem b ro s, lo c o n d u cía al co m u n ism o . En la Logia p red o m in ab an las ideas
n acio n a lista s y n eu tralistas, pero h ab ía ad m ira d o re s de las ex p erie n cia s fascistas
e u ro p ea s, q u e p en sab an que era n e c e sa rio refo rm ar las institu cio n es, y otros
o fic ia le s c e rc a n o s a un n ac io n a lism o p o p u la r e, inclu so , al radicalism o, de ideas
m ás d e m o c rá tic a s. To d o s ello s re p u d iab an , en tod o caso, el sistem a político tal
c o m o se venía p ra ctica n d o en el p ais ( l07).
A partir de la a su nción de R a m í r e z , varios integrantes del G O U ocuparon
p o sicio nes estratégicas. Uno de sus m iem b ro s m ás destacados, el Cnel. J u a n D.
P e r ó n , pasó a d esem p e ñ a rse co m o je fe d e la secretaría del m inistro de Guerra, Gral.
E o e l m ir o J . F a r r e l l . O tro integrante del grupo, el Cnel. E n r iq u e P. G o n z á l e z , pasó a ser
je f e de la secretaria de la Presid encia. Una vein ten a d e o ficiales del G O U ocuparon
cargos im p o rtan tes d esp u és del golpe, p ro cu ran d o con tro lar los secto res p rincipa
les d e las Fuerzas A rm ad as y del gobierno y a seg urar su coh esió n político-militar.
S a n t a n a r in a , m in is t r o de H a c ie n d a , un b a n q u e ro p e r te n e c ie n t e a una f a m ilia
t r a d ic io n a l, q u e e ra n p ro a lia d o s y n o c o m p a r tía n la s id e a s n a c io n a lis t a s d e l
GO U C08).
En el terreno político y social, los o b je tivo s del gob iern o m ilitar resultaban, en
verdad, bastante vagos. El n uevo régim en se proponía, so b re todo, elim in a r la
corrupción moral y política, buscar la unión del p u eb lo y restituirle sus derech o s.
Al p rocurar hacer frente a la crisis política originada por el d ista n cia m ien to de las
elites conservad o ras resp ecto de la so cied ad , b u sca b a situ arse por e n c im a d e las
c lases y grupos sociales, p ro clam án d o se representan te del c o n ju n to d e las
asp iracion es de la población. En esto se d ife ren cia b a en parte de los m ilitares del
'30, que representab an a ciertos se cto res so ciales, c o m o el Oral. U r i m j r u , o a
fuerzas políticas, com o el Gral. J u s t o .
Conform e a esos lin cam iento s, la prim era etapa del g o b iern o m ilitar estu vo
influida por una orien tació n n acionalista, industrialista y autoritaria, co n signos
derechistas. Por un lado, creó el Ba n co de Crédito Industrial; dispu so el a llanam iento
de las oficin as de em p resas m o n o p ólicas de electricid a d y la investigació n de sus
con tabilid ad es, d eb ido a las a cu sa c io n e s a ce rc a de su s prácticas corruptas;
intervino la C orporación de Transportes; expropió la C o m p a ñ ía Prim itiva de G as;
inició el estu d io de las tarifas ad u a n era s e im p ulsó las industrias m ilitares. Por otro,
intensificó la represión policial de com un istas e izquierdistas; intro d ujo la e n s e
ñanza religiosa en las escu elas; legalizó la cen su ra de la p ren sa escrita y radial;
persiguió a profesores y estu d ian tes lib erales; d iso lvió los partidos po líticos y
clau su ró el local donde fun cio n aba una de las cen trales sin d icales, p ro h ib ien do
sus a ctivid ad es y la de los grem ios adheridos.
Por su parte. P e r ó n logró ser d esignado — a fines de 1943— al frente del
D epartam ento de Trabajo. Más co n scien te que su s cam a ra d a s de a rm as del
c arácter c o m p lica d o de la situación social del país y ad vertid o de que el régim en
m ilitar no podría m an ten erse m u cho tiem p o ap oyán d o se en la fuerza, su acció n
política se desplegó a lred ed o r de tres ejes: la ju s tic ia social, el control de la clase
ob rera y la d espolitización de las organ izacion es sin dicales. De esta m an era, el
propósito de realizar ciertas reform as so cia les para elim in a r la irifluencia co m u n is
ta, se convirtió, bajo la direcció n de P e r ó n , en el tram polín de una política so cial
y laboral cuyas c o n se cu e n c ia s rebasaron los lim ites previstos, llegando a te n e r un
peso d eterm in an te con resp ecto a los restantes o b je tivo s e n u n c ia d o s al principio
por el gobierno militar.
( 109) Cf. Raioi'ort, Makio, ¿Aliados o neutrales? La Argentina frente a la Segunda Guerra
Mundial, Buenos Aires, 1988, en donde se reproduce documentación original de ambos
casos.
(110) Rodrigue/. Lamas, D an ie l, fiawson/Ram írez/Farreli, Buenos Aires, 1983, páqs. 33-36.
con firm ad o de m anera perm anente. A sim ism o, los h ere d ero s d e los se cto res
n acion alistas desplazados se agruparon en torno a la c o n d u cc ió n del m in istro del
Interior, Oral. C e s a r P e r l i n g e r , e m p ren d ie n d o una tenaz o p o sició n a P e r ó n . A
principios de ju lio de 1944, P c r o i ' logró d e fe n e stra ra P e r u n g e r y al día siguiente fue
d esignado vicep resid en te sin renu n ciar a sus cargos en el M inisterio de G u erra y
en la Secretaria de Trabajo y Previsión. P e r ó n p areció alcanz ar la c u m b re d el p o d er
con tand o con una gran influencia en el gob iern o y con el ap oyo d e algunos de sus
cam aradas u b icad o s estratégicam en te en diversos cargos g u b ern a m en ta le s ( m ).
Tam bién, en un fam o so d iscu rso p ro n un ciad o en La Plata, en ju n io de 1944,
en o casión de inaugurarse una cátedra de defen sa n acion al en la universid ad , el
a scen d en te coron el d efinió los criterios que d eb ían regir una p o lítica de seguridad,
en palabras que tenían un fuerte a ce n to n acion alista e industrialista, au n q u e
algunos las interpretaron c o m o una profesión de fe fascista. P e r ó n d ecía allí q ue "la
d efensa nacional exige una poderosa industria propia; y no cu alq u iera, sin o una
industria p esad a" ( ,12).
Sin em bargo, en tanto P e r ó n se p ro yectab a p o liticam en te en la b ú sq ued a de
un apoyo popular — m ás con sisten te que el logrado entre los propios u n ifo rm a
dos— , los partidos políticos, las en tid ad es em p resariales, las organ izacion es
estudiantiles y la prensa aun ab an sus vo c e s y es trech ab an filas inten tan d o ale ja r
a los m ilitares del gobierno. Las m ed id as ad op tad as por P e r ó n en favo r de los
trabajado res p ro vo cab an cad a vez m ayo r resistencia en los se cto re s q ue d o m in a
ban la vida eco n ó m ica del país. La S o cied a d Rural A rgentina, bastión de las elites
tradicionales, reaccio n ó vio le n tam e n te contra el Estatuto del Peón Rural, los
industriales com en zab an a m ostrarse inquietos y tanto la prensa c o m o los partidos
políticos criticab an la política gub ernam ental. En tanto, la falta de lib ertad es
d em ocráticas y las políticas u ltram ontanas ad op tad as en el á re a de la e d u c ac ió n
y la cultura iban llevand o ad ep to s a las filas de la op o sición .
En 1945, el régim en m ilitar se puso a la d efen siva. La d errota nazi y la caíd a
de Berlín sirvieron de excusa para que los sim p atizan tes de los p artidos o p o sito res
y los grupos eco n ó m ico s do m inan tes organizaran grandes m a n ife stac io n e s c a lle
jera s, c o m o si se tratara de una victoria interna so b re el p o der "naz ifascista",
re clam and o la co n vo cato ria inm ed iata a ele c c io n e s y rech azan d o toda can d id atura
oficial. En su debilidad, el régim en reprim ió d ich as c o n cen tracio n e s, lo que
contribuyó a c onfirm ar su su p uesta afin id ad con los Estad o s fascistas d errotad os.
Las FF. AA. debían afrontar un grave d ilem a. Por un lado, no estab an dispu estas
a facilitar el retorno de los partidos políticos sin el previo cu m p lim ien to de los
o b je tivo s revo lu cio n ario s de ju n io de 1943. Por el otro, no tod os sus integrantes
tenían la intención de resp ald ar las am b icio n e s políticas de P e r ó n , que d esd e el
gobierno gestaba las co n d icio n e s para h acer via b le su can d id atura con stitu cio n al.
Las dudas del ejército frente a una d em an d a cuya satisfacción im plicaba un revés
para las instituciones m ilitares fueron capitalizadas por los dirigentes sindicales de
la C GT. Estos recogieron la inquietud de los trabajadores q ue interpretaron que con
el d esplazam iento de P e r o m co m a n peligro las conquistas sociales obtenidas gracias
a su gestión. El llam ado cegetista a una huelga general en apoyo de la liberación de
P e r o m , program ada para el 18 de octubre, fue anticipado por una m ovilización
popular, com p uesta p rincipalm ente por trabajadores provenientes del G ran Buenos
Aires. Así, el 17 de octubre una m u ched um bre en la Plaza de Mayo exigió y logró la
libertad de su líder y su retorno al poder ( ,u ).
(1 13) La descripción más vivida de los acontecimientos de ese año puede encontrarse
en El 45, Buenos Aires, 1971.
Luma, F é lix ,
( 118) Rapoi'okt, M a rio , 1:1 labe rinto argentino. Política internacional en una sociedad
conflictiva, B u e n o s A i r e s , 1 9 9 7 , p á g . 1 0 1 .
norteam ericano, S u m m e k W e l l e s , tenía instru ccio nes de o b te n e r una ruptura c o le c
tiva de las relacio n es de todos los paises del con tin en te con los p aíses del Eje:
A lem ania, Italia y Ja p ó n . Sin em bargo, el c an c ille r argentino, E n r i q u e R l i z G u im a z u ,
logró que la resolución final só lo "re c o m e n d a ra ", sin h acer obligatoria, una ruptura
de relacio n es tal co m o era el d eseo de los no rteam ericano s. De esta m an era, esa
ruptura q u ed ó librada al arbitrio de cad a pais y el go b iern o argentino pudo
m an ten er su posición de neutralidad, lo q ue d e s e a b a (C h ile lo a co m p a ñ ó p or casi
un año), con gran disgusto del secretario de Estado, C o r d e l l H u l l ( i ih ).
El a cu erd o no satisfizo, por supuesto, a W ashington, y su prim era resp uesta
consistió en d e ja ra la Argentina al m argen de c u a lq u ie r ayuda ec o n ó m ic a o m ilitar.
La m edida im p licab a la im posibilidad de o b te n e r a rm as en los Estad o s Unidos y
tendría serias repercusio n es internas al a ce le ra r los p rep arativos d el g o lp e m ilitar
que se con cretaría en ju n io de 1943. El D ep artam ento de Estad o c o n sid eró q u e la
política exterior argentina, en to n ces co n d u cid a por el go b iern o c o n se rva d o r de
C a s t i l l o , era pro nazi, y d en u n ció a la A rgentina ante las d em ás n acio n e s
latino am erican as co m o un país que ponía en peligro la paz h em isférica. Por su
parte, el D epartam ento del Tesoro propuso con gelar los fo nd os argentinos en
dó lares existentes en los EE .U U . y el Board of E c o n o m ic W arfare prohibió la venta
de ciertos productos norteam ericano s hacia la Argentina.
Ju n to a las razones ideológicas o estratégicas, v in cu la d a s a las n e c e sid a d e s de
la m ism a guerra, entre los se cto res m ás "d u ro s" con tra la Argentina se hallab an
algunos fun cion arios y políticos, co m o el m ism o se cre tario de Estado, C o r d e l l H u l l
o el vicep resid en te, H e n k y W a l l a c e , q u ie n e s exp resaban una c o rrie n te de intereses,
sob re todo agropecuarios, que d esde m u cho antes del estallid o del co n flicto se
en frentaban con las elites d o m inan tes en B u e n o s Aires. O tros m iem b ro s p rom i
nentes de la ad m inistración R o o s e v e l t , c o m o S u m m e r W c l l e s , que re p rese n ta b an una
corriente m ás "b la n d a " hacia la Argentina, b u sca n d o lín eas de co n c ilia c ió n entre
los dos países, se vieron obligados a renu n ciar; aun q u e W e l l e s se transform ó luego,
a través de la prensa, en un fuerte critico de la p olítica del D e p artam ento de Estado.
En verdad, la política estad o u n id en se tenía, c o m o lo re co n o ciero n su s propios
funcionarios, una doble faz, porque países co m o el Brasil, con regím en es p o líticos
cerca n o s al fascism o, fueron tratados de m anera distinta y se con virtiero n en
aliad os privilegiados ( ,2°).
La posición del gobierno británico fue, por el contrario, m u cho m ás m oderada.
Y aunque en diciem bre de 1942 se vio obligado, por la presión norteam ericana, a
hacer p úblico un d ocum ento en el q ue criticaba la política de neutralidad, no ap licó
sanción alguna y trató en lo posible de m antener b u en as relacio n es con el gobierno
conservador, procurando proteger las inversion es inglesas y a ctivar las ex p o rtacio
nes hacia Oran Bretaña, en m om entos en que éstas se necesitaban m ás q ue n un ca
(119) H u ll, C o k d l l l , The Memoirs o f C ordell Hull, Mueva York, 1948, vol. II, págs. 1 143-
1 146; cf también, Ruiz (juimazu. Embique, La política argentina y el fu tu ro de América, Buenos
Aires, 1944.
(1 20) Rapopokt, M. (1997), págs. 256-260. Para la posición de Wm.es, cf. W íx le s , S um m cr ,
The Time fo r Decisión, Londres, 1944.
para el esfuerzo bélico. Los ingleses no podían dejar de advertir las ventajas que les
proporcionaba la política de neutralidad tanto a corto corno a largo plazo. F.n el
prim er caso, se evitab an represalias alem an as en el transporte m arítim o, facilitando
el c o m ercio d urante la guerra, y se p reservaban las cuantiosas inversiones radicadas
en el pais frente a posibles actitudes nacionalistas. Cn el segundo, se im pedía la
entrad a argentina en el sistem a p anam ericano, preservando asi el m ercado argen
tino de posguerra de la com p eten cia n orteam ericana f 21).
P o r o t r a p a r te , lo s in g le s e s e v a lu a b a n e l p e r ju ic io e c o n ó m ic o q u e le s c a u s a r ía
in te r r u m p ir e l f lu jo de a b a s te c im ie n to de p ro d u c to s a r g e n t in o s h a c ia la s is la s
d u ra n te la g u e r r a , p u e s é s t o s r e p r e s e n t a b a n , e n t r e o t r a s c o s a s , e l 4 0 % d e la s
im p o r t a c io n e s a r g e n t in a s d e c a r n e s , c o m o s e lo s e ñ a la b a , e n u n a c o r r e s p o n d e n c ia
s e c re ta , el p r im e r m in is t r o C h u k c m ii.l a l p r e s id e n t e R o o s e v e lt . Esos p ro d u c to s ,
a d e m á s , n o s e a b o n a b a n e n lo in m e d ia t o , p o r q u e lo s p a g o s q u e d a b a n b lo q u e a d o s
e n e l B a n c o d e In g la t e r r a c o n g a r a n t ía o r o , d a d a la p r e c a r ia s it u a c ió n e c o n ó m ic a
del R e in o U n id o . La d ip lo m a c ia de Lo n d res te n ía , t a m b ié n , una p e r c e p c ió n
d ife r e n te de la r e a lid a d a r g e n t in a , nunca c o m p a r tió lo s p u n to s de v is ta del
D e p a r t a m e n t o d e E s t a d o c o n r e s p e c t o a lo s in t e r e s e s o m o t iv o s id e o ló g ic o s q u e
p o d ía n e s t a r d e t r á s d e la n e u t r a lid a d a r g e n t in a , n o p e n s a b a n q u e lo s g o b ie r n o s
a r g e n t in o s fu e ra n p r o n a z is u h o s t ile s a lo s a lia d o s y c ie r t o s s e c t o r e s e n la C it y
l o n d i n e n s e f u e r o n m á s le jo s , a p o y a n d o , c n d is t in t o s ó r g a n o s d e p r e n s a , la p o lít ic a
a r g e n t i n a ( i r i ). E l e m b a j a d o r i n g l é s e n e s o s a ñ o s , 5 i r D a v id K c l l y , r e m a r c a e n s u s
m e m o r ia s que: "M i p r o p ia y fir m e c o n v ic c ió n , que in fo r m é in c e s a n te m e n te a
L o n d r e s f r e n t e a u n a s o s t e n id a a n d a n a d a d e p a r te d e l g o b ie r n o y d e la p r e n s a
n o r t e a m e r i c a n a ( e s t a ú lt im a s e g u id a f i e l m e n t e p o r la p r e n s a b r it á n ic a ) e r a q u e , c n
s u a b r u m a d o r a m a y o r ía , la s v i e j a s c la s e s g o b e r n a n t e s , e l n u e v o g o b ie r n o m ilita r ,
y lo s a r g e n t in o s d e t o d a s la s c l a s e s s o c i a l e s , 11 0 t e n ía n in t e r é s n i e n la id e o lo g ía n a z i
ni e n n in g u n a a o t r a p r o c e d e n t e d e E u r o p a " . P a r a K e lly , m u c h o s a r g e n t in o s s e n t ía n
q u e e llo s m is m o s o s u s p a d r e s h a b ía n v e n id o d e l v ie jo c o n t in e n t e " p r e c is a m e n t e
p a r a d e c i r a d i ó s a t o d o e s o " ( ,2S).
( 129) Sólo un puñado de crim inales de guerra nazis fueron condenados y castigados en
los juicios de Nüremberg que se llevaron a cabo al finalizar la guerra. Sobre la política de los
EE.UU. cn la atracción de científicos o expertos nazis, e incluso en la utilización de algunos
de ellos en tareas de inteligencia, cf. Murir. Limm, Secret Agenda. Mueva York. 19 9 1; sobre el
papel del Vaticano en la fuga de crim inales de guerra, cf. L a c r o i v R i x , Ainir.. Le Vaíican.
IT u ro p e ct le Reich. París. 1996.
el continente ( ,ai). Finalmente, debido a sus propios errores y desavenencias, er
enero de 1944, el gobierno de R a m ír e z se vio obligado a r o m p e r , como ya
señalamos, sus relaciones con los países del Eje. La política de neutralidad había
durado así 4 años con los gobiernos conservadores y 8 meses con los militare*
Sin embargo, F a r r e li.. s u sucesor, con el coronel Pero-i a su lado, debió afrontar
una nueva etapa de coerción por parte del Departamento de Estado. Pese a la
ruptura de relaciones con el Eje. huix consideró que el nuevo grupo en el poder era
aún más prona/i que el anterior y que habia que reemplazarlo por un gobierno más
amistoso. En consecuencia, se negó al reconocimiento del nuevo gobierno,
dispuso el retiro del em bajador norteamericano y presionó al Foreign OfFice y a
otras cancillerías, logrando el retiro del embajador británico, que se resistió a ello,
y de varios representantes de gobiernos latinoamericanos.
También se aplicaron sanciones con cl propósito de aislar económicamente
al pais. Entre estas medidas, que condicionaron y limitaron la economía argentina,
cl Departamento de Estado prohibió la exportación de equipos petroleros,
vehículos automotores, locomotoras, material rodante, armamentos y maquinaria
para producir papel para diario, mientras que las exportaciones de combustibles
quedaban limitadas a las cantidades mínimas necesarias para garantizar los
servicios navieros que transportaban aceites vegetales a los Estados Unidos. En
forma explícita, el pais del Norte estableció no aprobar ningún proyecto de
desarrollo para la Argentina, exceptuando aquellos que contribuyeran al esfuerzo
de guerra. También fueron congeladas, nuevamente, las tenencias de oro argen
tino en los Estados Unidos. Estábamos en presencia, según algunos autores, de un
verdadero boicot económ ico norteamericano contra la Argentina ( l33).
El problema del reconocimiento seguía, asimismo, vigente. F.I Departamento
de Estado lo hacia depender del cumplimiento de las condiciones, cada vez más
restrictivas, que trataba de imponer al régimen militar. En realidad, dichas
condiciones escondían el intento de reemplazar a ese gobierno por otro más
favorable a sus intereses.
Bruscamente, en los primeros meses de 1945. las relaciones entre los dos
países dieron, sin embargo, un vuelco decisivo. A fines del año anterior habia
renunciado C o r d c l l H u l l , en parte empantanado por el caso argentino, siendo
reemplazado por E d w a r d S t e t t ih iu s , y la conducta de Washington se modificó
radicalmente. El nuevo secretario asistente de Asuntos Latinoamericanos, N el so m
(144) U na . F é l ix . Perón y su tiempo. La Argentina era una fiesta. Buenos Aires, 1984, pág. 17
(145) G o d io , J u l io , El movimiento obrero argentino <1943-1955). Buenos Aires, 1990,
pág. I 12.
(146) C un eo , D. ( 1984), págs. I 14 y 115.
declaraba la inexistencia de antagonismos entre el agro y la industria, y acordaba
con la necesidad de ayudar a la industria para que pudiera prosperar, transfor
m ando las materias primas que proveía el suelo del pais ( ,47).
A fin de año, el ministro de Agricultura, Luis D u m a u , gran invernador y ex
presidente de la SRA. definió el nuevo ciclo que comenzaba en la econom ía
argentina, Había terminado la etapa de crecimiento bajo el estimulo directo de la
econom ía europea y las trabas al intercambio puestas por las grandes potencias
complicaban la posibilidad de seguir obteniendo manufacturas importadas a
cam bio de la producción agrícola. Ante el recorte de la capacidad de compra en
el exterior, la industria debía resarcir a la economía argentina de las pérdidas
provenientes del com ercio exterior.
Sin embargo, en 1940, la SRA, aunque no rechazó de plano el Plan Pinedo,
manifestó sus reticencias frente al mismo. Seguía planteando la premisa de que la
prosperidad del pais dependía de la marcha de la actividad agropecuaria y rescataba
com o aspecto principal del plan la compra de las cosechas por parte del Estado.
Estimaba que el fomento de las industrias transformadoras de las materias primas
del país podia contribuir a mantener la prosperidad económ ica en tanto estuviera
subordinado a las necesidades del comercio exterior. Por consiguiente, no debía
fomentarse artificialmente industrias necesitadas de protección en momentos de
normalidad y en detrimento de la reanudación del intercambio con el exterior. En
ese sentido, el propio plan consideraba un error promover industrias que
disminuyeran las importaciones desde aquellos paises que al comprar nuestros
productos nos proveían de los recursos para pagar esas importaciones C48).
En 1942, la SRA participó de la acción opositora contra el gobierno d eC A sn u o.
Ju n to con otras entidades empresarias tradicionales — la UIA. la CACIP (Confe
deración Argentina del Com ercio y la Producción) y la Bolsa de Com ercio—
organizó el Comité de Defensa Económ ica criticando la política económ ica bajo
el lema propuesto por la UIA: 'B asta de impuestos*.
La SRA, luego de la incertidumbre inicial, se manifestó dispuesta a colaborar
con el gobierno militar, en 1943. Al igual que la UIA y la Bolsa de Com ercio, la
entidad ruralista recibió con satisfacción la disposición del nuevo ministro de
Hacienda, Jokge S a n t a m a k in a , a escuchar a los distintos sectores em presarios antes
de tom ar decisiones. En lineas generales, se esperaba que la política guberna
mental en materia agropecuaria abandonara el dirigismo estatal y, en particular,
que elim inara las juntéis reguladoras.
No obstante, la política ganadera del ministro de Agricultura, Oral. D i e g o I.
no se correspondió con las expectativas de los ruralistas. Los controles
M asó n ,
sobre las exportaciones, la producción, cl precio y la com ercialización de la carne,
orientados a lograr un fluido abastecimiento del consum o interno y la reorganiza
ción del directorio de la Corporación Argentina de Productores de Carne (CAP) y
el llamado a elecciones en la Ju n ta Nacional de Carnes, medidas éstas encam i
nadas a recortar el poder de los invernadores, provocaron los primeros m alestares
entre los grandes productores rurales. Pero fueron las m edidas sobre los
arrendamientos las que encresparon la relación entre el régimen y la SRA. En
noviem bre de 1943, a instancias del ministro M a s ó n , se decretaron la rebaja de
(152) Clwko. Daroo. Comportamiento y crisis de la clase empresaria //. Buenos Aires.
1984. págs. 109 y 1 10.
En 1940, nuevamente la UIA respaldó a P in e d o , en su retorno al ministerio
económico. En particular, aprobó con entusiasmo el Plan de Reactivación Econó
mica en tanto recogía los puntos fundamentales del programa de los industríales
y concordaba con la valoración concedida a la expansión de la manufactura,
aunque el fomento propiciado se orientaba hacia las industrias 'naturales". Luego
de la renuncia de P in e d o , motivada por el rechazo legislativo de su plan, la UIA
redobló sus reclamos en favor de normas de protección más eficaces procurando
que no se abandonaran los planteos del ministro renunciante. En setiembre de
1941, en su discurso anual por el Día de la Industria, C o l o m b o sintetizó las
exigencias de los industriales, reclamando una ley antidumping, reintegros por
exportaciones, una ley de licitaciones para favorecer a los empresarios nacionales
frente a la industria extranjera y la revisión de las tarifas aduaneras.
Entre 1942 y 1943, la UIA desplegó un discurso nacionalista. Sostuvo la
necesidad de independizar la economía del pais de los condicionantes externos.
Una economía dependiente 'dism inuye o hace inexistente la soberanía de la
Piación", no habiendo independencia política sin independencia económica.
Reivindicó el autoabastecimiento del pais y enfatizó su orientación hacia el
mercado interno ( ,M).
Durante el periodo, la UIA enfatizó sus tradicionales posturas de impugnación
a la intervención estatal en las relaciones laborales y las condiciones de trabajo.
En los años '20, había rechazado el aumento de los salarios nominales por
propósitos electoralistas, se había opuesto a la ley que establecía la jornada de
ocho horas, a la que reducía la jornada de trabajo en las industrias insalubres y a
la ley de jubilaciones. Para la entidad, estas medidas de legislación social
constituían un ataque a los derechos de propiedad y a la libertad de contratación.
El mejoramiento de vida de los trabajadores sólo podia alcanzarse mediante la
reducción de los costos de producción y el aumento de la productividad ( ,M).
Como era previsible, el creciente intervencionismo social de fines de los años
'30 y principios de los '40 no contó con el apoyo de la UIA. La entidad defendió la
contratación libre en oposición a las convenciones colectivas y resistió la legisla
ción que disponía vacaciones pagas, indemnizaciones por despido o algún sistema
de jubilaciones. También repudiaba el otorgamiento por parte del Estado de
aumentos salariales masivos. Para el empresariado industrial este intervencionismo
disuadía la inversión productiva, afectaba la competitividad de las exportaciones,
encarecía los costos de producción en perjuicio de los consumidores y perjudicaba
el funcionamiento normal de la economía capitalista.
P u c c ia r e l l i , A . y
J. C. (comps.). Argentina en la paz de dos guerras. 1914-1945.
V il l a r r u e l ,
Buenos Aires, 1993. págs. 2 13 y 214.
Después de 1940, algunos sectores del empresariado industrial reconocieron
la necesidad de una política social. Ante la parálisis del comercio exterior volcaron
su atención hacia el mercado interno y propusieron proyectos en el área social con
el propósito de aumentar la producción, la productividad y el consumo. Cn
consecuencia, la UIA propició el seguro social para cubrir la invalidez, vejez y
muerte de los trabajadores, con prestaciones acordes a los aportes prefijados y
administrados por el Estado, 'pero subrayando la proporcionalidad entre los
beneficios y las potencialidades económicas del país" ( l55).
A principios de la década de 1940. la estructura de la UIA no habia experimen
tado grandes cam bios y conservaba sus rasgos tradicionales. Estaba integrada por
los empresarios que operaban en las ramas vegetativas, aun cuando también
participaban empresarios de importantes establecimientos industriales de la rama
dinámica. Si bien se habia incrementado el número de las cámaras afiliadas,
quienes participaban en las decisiones de la UIA seguían siendo relativamente
pocos. La casi totalidad de los nuevos dirigentes que ingresaron en la composición
de su Ju n ta Ejecutiva representaban a empresas o grupos tradicionales. Por otra
parte, los dirigentes más estables a lo largo del periodo 1934-1945, entre los que
se incluía C olombo, mantuvieron la mayoría de la Ju n ta y ejercían el control de la
entidad. En suma, un grupo reducido de dirigentes, ligados entre si por una
pertenencia común a empresas de diverso tipo, manejaba la institución en
representación dc empresas grandes y tradicionales, la mayoría de las cuales habia
sido fundada a fines del siglo X IX y principios del XX.
Otro hecho significativo era que la UIA estaba integrada por empresarios que
operaban cn las distintas ramas de la producción, aunque una parte importante de
ellas no era propiamente industrial y predominaban claramente grupos de gran
tamaño y poder económico. Tenia múltiples vinculaciones económicas y financie
ras con los grandes propietarios rurales y con las empresas extranjeras y articulaba
sus intereses con unos y otras ( l56).
Las relaciones de la UIA con el gobierno militar fueron, al principio, auspiciosas.
El presidente Ramikcz asistió a la celebración del Día de la Industria a principios dc
setiembre de 1943. Varios dirigentes de la entidad participaron en diversos
organismos creados por el gobierno para la protección de la industria. Cuando un
decreto-ley en 1944 creó el Banco Industrial, tres dirigentes de la UIA. entre quienes
estaba Miourx MiKAnnA, participaron en su directorio. Poco tiempo después, un nuevo
decreto establecía la protección de las industrias de 'interés nacional", recogiendo
las demandas de la UIA cn favor de una ley antidumping. La tendencia de la política
gubernamental parecía perfilarse en función de los intereses dc la industria ( ,M).
( 158) Pekom, JuArt. El p u e b lo quiere saber de q u e s e trata. Buenos Aires, 1973. pág. 165.
( 159) S t iiv a r z c r . J. ( 19 9 1), págs. 87 y 88.
criadores en favor de los invernadores que — ligados a los frigoríficos y dependien
tes de la venta de carne enfriada al Reino Unido— se habian asegurado una cuota
de exportación estable. Trente a esta situación de privilegio que aseguraba su
tradicional fuente de recursos a los invernadores, los criadores adoptaron una
actitud de enfrentamiento con los invernadores y la SRA. Varios temas constituye
ron los puntos de fricción con la SRA, en principio, pedían que la Jun ta de Carnes
tuviera autonomía con respecto al gobierno, a fin de sustraerla de la influencia
política ejercida por la SRA. Por otra parte, a diferencia de los invernadores,
deseaban atacar al pool frigorífico angloamericano y, finalmente, aspiraban a tener
más poder dentro del frigorífico cooperativo de los productores a fundarse por
iniciativa de la Ju n ta ( l60).
Tanto la CARBAP como las sociedades rurales del interior confrontaron con la
política económica gubernamental. Encontraron en las argumentaciones parla
mentarias de L is a m d r o d c l a T o r r e — entre 1934 y 1936— el defensor más tenaz de
sus intereses. Reivindicaron el librecambio, el esquema de 'crecim iento hacia
afuera' y la eliminación de toda traba al comercio de exportación. Tras este
objetivo procuraron asegurar en su favor la cuota del 15 % que el Pacto autorizaba
para ser administrada localmente. Sin embargo, dicha cuota siguió en manos de
los invernadores por lo que la CARBAP presionó para la apertura de nuevos
mercados para sus productos.
La CARBAP se manifestó decididamente adversa a toda expansión industrial.
A diferencia de los invernadores y la SRA. juzgó que la industria era un sector
artificial no creador de riqueza y consideraba a los industriales como sus
principales rivales. Erente al Plan de Reactivación Económ ica de P in e d o , señaló que
toda protección a la industria llevaba al cierre de los mercados naturales para las
exportaciones agropecuarias y conspiraba contra la tranquilidad social del pais.
Hacia 1943, el presidente de la institución, N e m e s i o d e O l a h ia g a , sostenía que la
política económ ica de los últimos años había estado al servicio de los sectores
rentísticos, comerciales, industriales y de la distribución de la producción con un
total olvido de los productores rurales.
3 .1 1 . LA S D IF IC U L T A D E S D E L A G R O E N LO S A Ñ O S 3 0
Trigo Maiz
País Producción (ton.) País Producción (ton.)
Estados Unidos 17.058 100 Estados Unidos 38 281 600
india 9 585.400 Argentina 6 801.495
Francia 6 929 600 Brasil 6 625 500
Argentina 6.801 495 Rumania 5.612.000
Italia 6.111 900 Yugoslavia 5 180500
Cañada 5966 200 Italia 3.051.100
Alemania 4 426 900
Australia 4.120 200
Unión Soviética 30 900 000
Fuente: Ministerio de Agricultura. Comisión Nacional del Censo Agropecuario. 1939.
Las exportaciones de trigo sufrieron una severa caida después de 1929. Entre
este año y 1930, el volumen embarcado hacia el mercado mundial se redujo a un
tercio. La recomposición del mercado triguero internacional era una temática que
preocupaba también a los otros paises exportadores. Canadá, Australia y los
Estados Unidos. En 1933, ante la acumulación de excedentes invendibles, dichos
paises, junto a la Argentina, decidieron encarar la regulación del comercio triguero
a nivel mundial en la IV Conferencia Mundial del Trigo i,6J). Pero la Argentina no
respetó esos acuerdos y exportó más de lo establecido en su cuota, diluyéndose
los objetivos de la Conferencia. Los paises destinatarios del grano eran Oran
Bretaña, Francia, Alemania, Italia, Bélgica, Holanda, Suiza, Austria y Checoslova
quia. Además, existia un comercio de harina de trigo, en el que el principal
comprador era el Brasil, seguido por el Reino Unido, Paraguay, Bolivia y Chile. En
1937-1938 comenzó un nuevo fenómeno de superproducción cuando el volumen
mundial creció unos 24 millones de toneladas respecto del año anterior, proceso
que se agudizó en 1939. Debido a los notorios rendimientos de las cosechas.
Canadá duplicó su producción y la Argentina la aumentó en un 82 % . Los precios
cayeron nuevamente, después de haber experimentado una cierta recuperación
en el bienio anterior como consecuencia de reiteradas sequías en algunas de las
principales zonas productoras como los EE.UU. y algunas regiones de Europa.
El mercado internacional del maíz se expandió hasta la Segunda Guerra
Mundial, pero el grupo de clientes de la Argentina se fue transformando. La política
de preferencia imperial iniciada por el Reino Unido con el Tratado de Ottawa fue
seguida por Francia con similar actitud para al maiz argentino. En 1931, ésta
importaba 876.000 toneladas de la Argentina (83 % del total de las importaciones
del pais rioplatense). Pero la brusca caída posterior a 1932 anuló prácticamente
los envíos, que en 1938 fueron solamente de 5.000 toneladas sobre un total de
707.000 toneladas exportadas. Mientras tanto, Francia comenzó a abastecerse en
Indochina y otras colonias, y al mismo tiempo, Gran Bretaña, Bélgica, los Paises
Bajos, los Estados Unidos y Alemania continuaron comprando maiz a la Argentina
para utilizarlo com o forraje.
Los m ercados de lino también experimentaron un crecimiento en los años '30.
Las exportaciones argentinas de esta oleaginosa mostraron un aumento tendencial,
que se mantuvo hasta 1938, debido básicamente a su demanda para usos
industriales. La Argentina exportaba más del 90 % del lino que producía en forma
de semillas existiendo una pequeña industria aceitera local que apenas consumía
unas 6.000 toneladas, mientras las ventas externas rondaban los 1,5 millones de
toneladas. El pais del Plata era el mayor exportador mundial de semillas de lino,
y entre 1930 y 1938 el 80 % del volumen internacional movilizado provenia de ese
origen. Sus principales clientes eran los Estados Unidos, los Paises Bajos, Francia
y Gran Bretaña. Con respecto a los precios, el promedio de la década del '30 fue
un 37 % menor que el de la anterior.
Gráfico 3,5. Inversión bruta fija en la industria (en m illones de pesos de 1950).
Sin embargo, no toda la inversión industrial se debía al ingreso de capitales
extranjeros. También diversos grupos nacionales contribuyeron a sustentar la
expansión industrial. Se destaca entre ellos un segmento de pequeños y medianos
emprendimientos surgidos de las clases bajas y medias de origen inmigrante
radicadas en el pais desde fines del siglo pasado y de los nuevos inmigrantes de
clase media que huían de una Europa convulsionada por el advenimiento al poder
de grupos fascistas o nazis ( ,69).
1939
21.206
1937 ] 31.082
20.394
30.694
20.109
1935 J 31.344
19.857
□ 31.308
19.803
1933 31.286
19.890
□ 31.448
20.078
1931 31.623
19.826
31.783
18.925
1929 D 31.313
Agropecuario Industrial
0 6.931 11.358 1 2 .2 2 0
la s 22 638 24.865 27.287
6 a 10 4.833 5.591 6.142
11 a 100 5.480 6.629 7.251
101 a 250 486 636 639
251 a 1000 200 233 26é
Mas de 1.000 36 47 44
Total 40.604 49.359 53.848
Censo industrial de 1935; Estadísticas industnales de
F u e n te s:
1937 y 1939.
C a p a c id a d
J u r isd ic c io n e s In d ic e g e n e r a l P o b la c ió n e c o n ó m ic a
p o r h a b ita n te
(a ) In clu ye m ontos pag ad os al personal dom éstico; sin em bargo, el m ism o no se in clu ye en
la s cifras rela tivas al personal.
(b ) E n m iles de p esos papel.
(c ) P a ra datos sobre el origen de la s m aterias prim as utilizadas en 1937 (no h ay otros
d isp o n ib les), ver cuad ro V II del trabajo original.
(d ) Su p u estam en te só lo el co sto del producto en la planta, pero la s auto rid ad es no ten ían
la posibilidad de im pedir que m uchos en cu estad o res del ce n so u saran va lo res m ás
cerca n o s a los p recios de venta (e s d e cir que in clu yeran las g an an cia s); ver E s ta d ís tic a
in d u s tria l d e 1937. pág. 11.
(e ) V a lo r de la producción m enos m aterias prim as utilizadas, com bustibles y lub ricantes
utilizados y en erg ía eléctrica com prada
F u e n t e W e il, Feux J . , A rg e n tin o R iddle, N u eva York. 1944, basad o en ce n so s y e stad ísticas
in d u striales de 1935 a 1941.
Si bien la política eco nóm ica im plem entada desde 1933 m ejoraba
sustancialmente la rentabilidad de la industria, no puede pasarse por alto que su
influencia no era neutral a lo largo de las cadenas productivas. F é l ix W e il acuñó el
término de "proteccionismo al revés' para describir una estructura arancelaria que
gravaba con impuestos mayores a los insumos que a los productos terminados. De
esa forma, las industrias que utilizaban materias primas importadas se encontra
ban en desventaja a la hora de competir con las importaciones de productos
similares, ya que debían hacer frente a un sobrecosto aduanero que no padecían
esas importaciones. Por eso, las ramas que contribuían con la porción mayoritaria
de la producción industrial eran aquellas que utilizaban una alta proporción de
insumos nacionales.
Rubro %
Cuero y manufacturas 94.8
Almentos. bebidas y tabaco 92.4
Empresas de la construcción 80.5
Químicos, drogas, aceites y pinturas 69.9
Vanos 66.2
Piedra, tierra, vidno y ceramica 65.0
Petroteo y carbón 62.0
Textiles y manufacturados 52.6
Papel, cartón y manufacturas 51.7
Yaomentos mnerales. canteras y mnas 44.7
Prod forestales y manufacturas 41.8
Imprentas, publicaciones, etc. 34.9
Caucho y manufacturas 25.8
Metales y manufacturas 27.5
Maqunana y vehículos 21.2
Fuente W eil. F élix, J., Argentine Riddle,
Nueva York, 1944, basado en censos y
estadísticas industriales de 1935 a 1941.
Si a esto agregamos las sanciones aplicadas por los Estados Unidos para
castigar la política de neutralidad seguida por el pais (prohibición de vender a la
Argentina ciertos productos estratégicos, bloqueo de depósitos argentinos en
bancos norteamericanos, restricciones para la operatoria dc ciertas empresas,
etc.), podemos apreciar la magnitud de los perjuicios ocasionados por la guerra.
Mo obstante, y debido a la sustitución de importaciones, la producción
industrial creció en mayor medida que el PRI durante el periodo bélico: mientras
que el PBI industrial se incrementaba a una tasa de 4,6 % anual, el PBI total lo hacia
a un ritmo del 3,6 % .
En el cuadro siguiente se observa el fuerte crecimiento de los textiles, que
representaban un 15,7 % de la estructura industrial en ese periodo, y de los
productos químicos, que constituían el 9 , 1 % de dicha estructura. También puede
apreciarse un incremento de alimentos, cueros, papel y cartón, metales y vehículos
y maquinarias, y una brusca baja de la producción de caucho C8-1). La falta dc
insumos importados incidió dc distinta forma en cada sector de acuerdo con la
relevancia de cada uno de esos insumos en el producto final.
C u a d r o 3,23. E v o l u c i ó n d e la industria m a n u f a c t u r e r a d u r a n t e la g u e r r a
( 1 9 3 9 - 1 9 4 5 ) ( b a s e 1 9 5 3 = 100).
Por otra parte, debido a la escasez de bienes manufacturados en otros paises la
Argentina se transformó en exportador de esos productos, especialmente a vecinos
latinoamericanos con dificultades de abastecimiento. La exportación de artículos
con algún grado de elaboración representaba en 1940 el 39,3 % del total de
exportaciones, mientras que en 1944 esa proporción se habia elevado al 68,4 % . Los
textiles exportados crecieron, por ejemplo, en ese lapso, cerca de un 400 % , lo que
representaba más del 20 % de la producción total del sector. Entre 1939 y 1945.
cuando alcanzaron su máximo, las exportaciones de productos manufacturados
tenninados habían pasado de 14,8 millones de pesos a 247,3 millones. Pero como
era previsible, las exportaciones industriales iban a caer radicalmente después de la
guerra: por un lado, porque también se produjo un importante proceso de sustitución
de importaciones en otros paises latinoamericanos y, por otro, porque la calidad de
los productos argentinos no podía competir en la posguerra con la de las |>otencias
industrializadas, sobre todo con los Estados Unidos.
Un aspecto importante en el proceso de industrialización en esos años fue el
impulso dado por las industrias militares. Desde 1927, con la creación de la fabrica
Militar de Aviones cn Córdoba, se habían ¡do estableciendo una serie de industrias
vinculadas a las Fuerzas Annadas. Pero es durante la década de 1930 que. bajo el
impulso de algunos jefes militares, como el entonces coronel M a n u e l M. S a v io . se
proclama la necesidad de creación de ciertas industrias básicas, como la siderurgia,
y otras ligadas a la industria de guerra para hacer frente a una critica situación de
abastecimientos como consecuencia de la evolución de la coyuntura internacional.
La guerra apresura los acontecimientos, y cn octubre de 19 4 1comienza su actividad
la Dirección General de Fabricaciones Militares, bajo la dirección de S a v io . S u s
objetivos eran obtener una mayor independencia del abastecimiento extranjero, la
producción de materiales de guerra, la regulación de la exportación y la importación
de productos estratégicos y cl fomento industrial, ligando la seguridad nacional al
desarrollo de la industria <183). "Está en la conciencia nacional —decía S a v io en un
discurso pronunciado en la UIA, en 1942— que la actual conflagración ha destacado
nuevamente la necesidad de armonizar mejor el aprovechamiento de todas nuestras
fuentes de riqueza y de equilibrar más la economía general con un desarrollo efectivo
de las actividades industriales, con una utilización cada vez más intensa de materias
primas del pais" ( l8*). El nacionalismo de muchos militares argentinos de la época,
incluido P k k o n , se basará en estos conceptos.
La combinación de todo este conjunto de situaciones (un balance comercial
favorable que se tradujo en aumentos considerables de las tenencias de oro y
divisas, incrementando los medios de pago en el mercado local: las restricciones
a la importación y las iniciativas militares, que estimularon el desarrollo industrial.
Como podemos apreciar en el cuadro anterior, salvo una caida del PBI en
1945, todos los indicadores son positivos: el salario real se incrementó entre 1938
y I945 un I2 .3 % ; la ocupación, un 12 % . y el ingreso per cápita también
experimentó un alza importante (salvo en 1945). Es cierto que también los precios
mayoristas aumentaron un 64,5 % reflejando la magnitud del proceso inflacionario.
Los años de la guerra fueron asi engañosos, tras el velo de una aparente
prosperidad se ocultaban los factores desequilibrantes que hemos señalado más
arriba y que repercutirían en los años siguientes.
(185) Vázquez P r e s e d o , VicEffrt, 'C o n secu en cias econ óm icas dc la guerra para un pais
neutral • Argentina 19 39 -4 5 '. en I n s t it u t o d e E c o n o m ía A p lic a d a , A c a d e m ia n a c io n a l d e
C ie n c ia s E c o n ó m ic a s . B u e n o s A ire s . 1992. pág. 28.
grupos de interés, respondió al espíritu de la época, marcado por la experiencia
del New Deal en los Estados Unidos, por un lado, y por la de la planificación
soviética (entonces todavía aureolada de éxito) y las ya fracasadas del fascismo y
el nazismo, por otro. La experiencia de la Gran Depresión y los procesos de
industrialización a los que dio lugar en los paises periféricos y la influencia de las
ideas Keynesianas, con su preocupación en el pleno empleo, jugaron también un
destacado papel. Por último, la guerra misma y la formación militar de Pekoi daban
un contenido estratégico a la formulación dc planes económicos y sociales de
mediano plazo, que se traducirían luego, a partir de 1946, en los dos planes
quinquenales de los gobiernos peronistas.
En verdad, las conclusiones a las que llega cl Consejo nacional de Posguerra
en una serie de trabajos clausuran un debate iniciado en los años '30. Este debate,
que no tuvo una forma orgánica, pero que se expresó a través de sectores y
personalidades representativas de las clases dirigentes argentinas, tenía como
centro el sentido que debía darse al proceso de industrialización por sustitución
de importaciones acelerado por la crisis económica internacional, primero, y la
guerra, luego. Esto involucraba distintas cuestiones:
— la certidumbre de que el modelo agroexportador basado en que la relación
bajo la cual cl Reino Unido (y otros paises desarrollados) nos abastecía de
bienes manufacturados a cambio dc productos primarios sc había terminado;
— la constatación dc que el desarrollo industrial no podía detenerse, pero
que presentaba dificultades para las que habia que encontrar soluciones
(com o la expansión de ciertos tipos de producciones que en épocas
normales no podían haberse encarado por razones de costo, y que una vez
terminadas las circunstancias excepcionales de la guerra volverían a ser
ineficientes y podrían desaparecer);
— la existencia de sectores de interés que basaban sus ingresos en las nuevas
actividades industríales y estaban dispuestos a defenderlas, reflejados en
la posición de la Unión Industrial Argentina de esos años y en otros grupos
representativos;
— cl reconocimiento de que la mayoría de las industriéis que habían crecido
con la depresión mundial y la guerra estaban especializadas en la
producción de bienes dc consumo final, y que era necesario obtener
equipos y materiales importados, pues no resultaba posible establecer cn
lo inmediato, teniendo en cuenta criterios económicos (elevados costos,
mercados limitados), el conjunto de industrias de base necesarias;
— la creciente conciencia en algunos sectores del ejército, como el coronel
Savio, fundam entada en consideraciones estratégicas de interés nacional,
dc que, de todos modos, era necesario promover algunas industrias dc
bienes de capital, como la siderurgia;
— la circunstancia de que el proceso de industrialización se basó, sobre todo,
en la utilización al máximo dc equipos y maquinarias obsoletos y dc que
después dc la guerra era necesario reparar esta falencia modernizando el
equipamiento industrial.
— el hecho de que la estructura industrial se apoyaba en industrias de trabajo
intensivas y de que el desmantelarniento de una parte del sector podia
implicar la existencia de altos índices de desocupación.
Las cuestiones que se debatieron tuvieron com o protagonistas a los perso
najes que más habían influido en las ideas económ icas del periodo entreguerras.
Una posición era la de F e d e r ic o P ic u d o , que tuvo su forma de expresión en el Plan
de Reactivación Económ ica de 1940, ya analizado. P in e d o señalaba allí que la vida
económica del país giraba alrededor de una 'rueda m aestra' que era el com ercio
exportador, pero que junto a ella existían otras ruedas m enores que permitían
cierta circulación de la riqueza, entre las cuales se encontraba la industria o
ciertos tipos de industrias, como aquellas basadas en la elaboración de materias
primas nacionales. 'N o pensamos llegar a una industrialización total, m asiva del
país, pero no hay por qué abandonar algunas producciones industriales totalm en
te sanas*, decía P in e d o en la presentación de su plan. Pero a estas ideas, que
podían ser compartidas por sectores tradicionalmente ligados al cam po, les
agregaba otras — como la construcción de viviendas populares— , que podían
elevar el nivel de vida y el poder de compra de las clases populares, incrementando
la demanda de productos industriales, y que tenían un fuerte sabor Keynesiano,
y un financiamiento a largo plazo del desarrollo industrial. El plan Pinedo
incorporaba com o novedad en la política económ ica argentina, aunque tímida
mente y respondiendo a una determinada coyuntura, la necesidad de protección
y desarrollo de ciertas industrias y el reconocim iento de un increm ento de la
demanda com o base para la reactivación de la econom ía nacional.
Una segunda postura sobre cl destino del sector industrial resultaba la del
Banco Central, guiado en ese entonces por su gerente, R a ú l P r e b is c h , sin duda uno
de los economistas más importantes de la época y que se expresaba a través dc sus
informes anuales. Para el Banco Central en el desarrollo industrial de la época había
mucho de artificial, producto de las circunstancias, que era necesario corregir, pero
también "había mucho que debería quedar como definitivo, so pena dc desandar
lo andado, con las graves consecuencias que ello puede traer tanto desde cl punto
de vista económico como desde el social' (Memoria del Banco Central de 1944).
Pero P kk r isc m expuso más claramente sus ideas en un artículo publicado ese mismo
año en México. Allí señalaba que el desarrollo industrial dependía de dos factores:
la posibilidad de importar materias primas y bienes de capital indispensables y la
de elaborar en cl país a costos bajos parte de esas importaciones y seguir trayendo
del exterior lo indispensable. No deberían producirse materias primas, maquinarias
y bienes durables costosos, porque ello podría llevar a un proceso inflacionario y
a un aumento del trabajo colectivo más allá del imprescindible para satisfacer las
necesidades de la población. Para P r eh is c m , entonces, había que mantener parte del
aparato industrial existente sin sobrepasar las capacidades de producción del país
y la realidad de su mercado interno ( ,M6).
Las ideas de A l e ja n d r o B u n g e , el otro prominente economista de la época, con
un contenido industrialista y proteccionista, influyeron también cn la discusión
(4 1 Cl. Uno de los mejores análisis dc la Guerra fría se encuentra en el libro de Postor,
Asiwr. Itistoirc tic la gtiene (rolde. tíos lomos. Paiis. 11X57.
soviética a nivel Internacional. Estas iniciativas norteamericanas no tuvieron,
inicialmcntc. una rápida respuesta de l.i Unión Soviética preocupada más ) k » s u s
propias limitaciones de la inmediata posguerra. Pero la inquietud de S t a u s
aumentó cuando los lita d o s Unidos decidieron hacer dc Alemania Occidental un
ejemplo del capitalismo en las fronteras mismas dc los dos sistemas económicos
enfrentados, inyectando fuertes montos dc capital a fines de los años '40. Esta
presencia norteamericana era una amena/a para el mundo socialista poique
alentaba a las fuerzas anlicomunistas y articulaba cl poderío estratégico y militar
dc los Estados Unidos cn lodo cl continente europeo. La reacción soviética
consistió en militarizar sus áreas de fronteras, en avanzar y consolidar espacios
territoriales en Europa Oriental y cn acelerar cl proyecto dc construcción dc armas
atómicas, E-stos tres factores alimentaron la disputa entre las superpotendas a lo
largo dc toda la Guerra I ría (').
Un proceso importante en este periodo fue cl dc la descolonización dc los
imperios coloniales aún subsistentes y el dc la progresiva inserción en la economía
yen la política mundiales dc losquc.se llamarían desde entonces "países del Tercer
Mundo". Desde la independencia dc la India en 1947 a la dc Argelia cn 19G2, |*>r
mencionar dos de los episodios más significativos de este proceso, que fueron cn
muchos casos crucntos. sc produjo un cam bio significativo cn cl mapa gcopolítico
del mundo. Es también cn el Tcrccr Mundo donde acontecieron algunos dc los
sucesos más destacados dc la Guerra Eria.
Sin embargo, estos paises. salvo excepciones, como en el caso del sudeste
asiático, no (KXlrán remontar las precarias condiciones económ icas con las que
surgieron del mundo colonial y quedarán en la situación de países subdcsarrolla-
dos. En cuanto a América Latina, los años dc posguerra encontraron a las naciones
del continente cn pleno proceso de industrialización por sustitución dc importa
ciones. Este requería, para su profundización. una mayor participación en cl
comercio mundial, con cl propósito dc adquirir los bienes de capital y materias
primas indispensables a ese proceso y colocar sus exportaciones a fin dc obtener
las divisas necesarias para continuar importando. F’ero la situación cn esos años
no fue favorable. A pesar dc su demanda, los paises latinoamericanos fueron
excluidos del Plan Marshall y vieron decrecer su participación cn la economía
mundial, tanto por la caída dc los términos de intercambio d esú s productos com o
por su relativa marginación de las corrientes mundiales de comercio.
(5! Somrk* S muiva. .lose E iauo . "Dos (ligantes c um condominio: da Guerra Eria A
coexistencia pacifica <1'J47I0G8)'. cn Suwma Samiva. J. I'.. Hcljtcóes Inlcrnaclonais
contemporáneas. Da cotistruc.xi do mumto liberaláglobalItacAo. De H its a nossos días.
Hrasilia. 1‘.>97. pj<is. 241-243.
Porcentaje de
(ijorticwiís Participado! en el total de lis e>portaciones de América Latina
Año inúndales
Total América LUiru Argentina Btasll Hético Cuba
1946 13.5 25.5 21.2 6.9 11.6
1943 12.1 24 5 18.2 5.7 11.2
1950 10.7 18.4 21.2 8.3 10,4
1955 8.9 11.8 18.0 9.9 7.7
Fuente: B u i m í w T i io m a s . Victo». The Economc Hstory ot Latm America smee InOcpcndcnce.
CamOridge. 1994
Cuadro 4,3. Niveles de producto bruto interno por plises seleccionados (1945-1955)
(en millones de dólares de 1990).
7 A»n«>. ,ti.vi C i w .i i >, ItisUún: tconoiniquc ilu XV sirclc /.t rcouieiturv tics
ectHtomics it.ifioriaJes ¡ I939-I9tí0h París. 191)5. págs. 91-99.
01 Cf. K*mroñT. M. 11900); P agc. Jost*w. I't'inn. dos tomos. Buenos Aires, 1904.
sindicalistas que integraban cl laborismo debieron aceptar que cl triunfo electoral
se había debido, fundamentalmente, a la |iopular¡dad del candidato más que a su
propia acción partidaria. Cuando se creó el l'artido Peronista — cn 1947— . los
laboristas se incorporaron al mismo y. dc hecho, disolvieron su propia agrupación
facilitando el paso a la hegemonía del nuevo partido (').
I'J control dc la justicia se constituyó cn otro objetivo del gobierno peronista.
La Suprema Corte dc Justicia constituía un baluarte opositor y era notoria la
vinculación dc sus miembros con el antiguo régimen conservador. Desde 1944,
la Corte venia impugnando medidas dc la Secretaria dc Trabajo y ('revisión. Se
negó a tomar juramento a los magistrados dc los Tribunales dc Trabajo creados en
esc ano y. a escasas sem anas dc las eleccio n es dc 1940. d eclaró la
inconstitucionalidad dc las delegaciones regionales dc la STt’ que para entonces
se habían constituido, más allá dc sus funciones especificas, en maquinarias
electorales dc IYko> enfrentadas a las solidas estructuras pailídarías provinciales
dc la Unión Democrática, t i flamante presidente dc la Nación consideró que la
justicia debía acompañar 'c l desenvolvimiento social' por lo que promovió cl
juicio |>olílico con la intención dc rcniovcr a los ju e c e s dc la Corte.
Cl proyeclo legislativo respectivo despertó la protesta de la oposición, dc
varias asociaciones profesionales y de los colegios de at>ogndos. Ll propósito dc
adecuar la función dc lo sjueces a In nueva realidad |>oliticasc vio desnaturalizado
|K>r los métodos a los que se recurrió para su desplazamiento. 1*11 argumento
jurídico para cl enjuiciamiento era [>oco convincente, ya que se basaba cn el
cucstionamiento a la legitimidad otorgada |K>r la Corte a los gobiernos de facto dc
1930 y 1943, siendo los acusadores los usufructuarios dc este último. F.l debate
del juicio |*>litico duró diecisiete horas y culminó, en abiil dc 1947. con la
destitución de cuatro dc los m icm bios dc la Coitc y del procurador general de la
Macíón. Luego de este pioccso se destituyeron a muchos otros jueces, til gobierno
se aseguró, dc esta manera, la lealtad política dc la justicia
MI propósito dc acentuar In centralización institucional del aparato guberna
mental. en marcha desde la década del '30, volvió a afectar a las tradicionalmente
frágiles autonomías provinciales. Durante las dos gestiones presidenciales (1946-
1955». el gobierno peronista llevó adelante quince intervenciones federales, oncc
dc las cualcs fueron por decreto. Corrientes, única provincia donde cl peronismo
perdió las elecciones, fue intervenida cn setiembre dc 1947. Las restantes
intervenciones federales respondieron a l.i necesidad de neutralizar las pugnas
que, en cl interior dc diversas provincias, enfrentaban a sectores del propio
oficialismo. Kccién cn 1950. la regularizaron dc las situaciones provinciales
permitió cl inicio de las reuniones anuales dc gobernadores y una mayor
coordinación dc sus políticas con las del poder central.
‘n cf. r.v,t. .1 i I9B4L* Sukvm. jAvtr», £7 Lst*uSo justicialisi.i. buenos Aires. lírOH.
110) S w m Mwtrrz. I’ttwi). l-i íYul*v>i Atgcnlina. torno I. Buenos Aires. lyttti. (i.Kjs 32-34.
E l P o d e r E je c u t iv o tuvo monos problemas en convertirse cn principal motor tic
l.i acción legislativa, t'.lliiunío electoral de 19461c permitió contar con una holgada
mayoría de representantes cn la Cámara de Diputados y con la totalidad de los
miem bros del Senado. Un los dos primeros años, la mayoría peronista era
heterogénea c inclusive con una división interna cnlrc "jioliticos' y 'gremiaiistas".
Sin embargo, tales circunstancias no pusieron cn peligro su predominio en cl
Congreso ( " ) .
A partir de 1948. y particularmente desde 1951. la burocralización del
Parlamento fue evidente. El Poder Ejecutivo acentuó su control sobre los represen
tantes del pueblo. Desaparecían las iniciativas de los legisladores, y numerosos
proyectos de ley eran elaborados o revisados cn distintos ministerios, para luego
ser presentarlos formalmente al cuerpo suscriptos por los diputados juslicialislas.
La lealtad incondicional a la conducción de Pwo> pasó a constituirse en cl criterio
operativo de los parlamentarios oficialistas i -t.
La intensa actividad estatal desplegada cn los primeros años contribuyó a
superar la crisis de legitimidad política heredada del régimen conserv ador y forzó
cl entendimiento cn lrc las distintas y antagónicas fuer/as sociales y económicas.
El gobierno consideró que para legitimar el intervencionismo económ ico y social
era necesaria la rclorma de la Constitución liberal de 1853. En consecuencia, la
culminación de esla fase intervencionista comenzó a plasmarse con la convoca
toria a una Convención nacional Reformadora.
La Convención deliberó durante casi dos meses, a principios de 1949. Iras los
com icios que consagraron a una aplastante mayoría de convencionales peronistas.
Estos representantes y los del radicalismo fueron los únicos que participaron de
la Convención, dado que los restantes partidos o|Hisitorcs decidieron abstenerse
de partici|Mr en los comicios. 1.a propuesta de eliminar los im|>cdimcntos que la
Constitución de 1853 ponía a la reelección presidencial precipitó el rellro de los
convencionales radicales, l a ini|>os¡ción de la reelección presidencial. pro|>ósito
inconfesado de Pi k o -, resultó una reforma que acom pañó a otras modificaciones
sustanciales del espíritu y los objetivos de la Constitución del ‘53.
Las reformas aprobadas por la Convención Reformadora convalidaron las
nuevas concepciones |>olílicas. económicas y sociales acerca del Estado. En el
terreno polilíco. consagraron, no sin ambigüedades, a un Estado de características
autoritarias que expandió sus potestades cn desmedro de los derechos indiv ¡dua
les y de la autono m ía de los m ovim iento s sociales. Por un lado, se
constitucíonalizaron principios de la jurisprudencia penal, corno el de la aplicación
de la ley más favorable al imputado, y recursos procesales, como cl hábeas corpus.
1141 N/ivAnm» Cimas:». 'Hms*. Crffa. Buenos Aires, l!» it . I'aia analizar cl rol de la mujer
en la vida política argentina cf. IW íiim , Lu>n y P v iu a, M aría, /.a im t.nl d e l fx iis , l - i m u je r en
1,1 s o c le d iK ) artie/ifííia. Buenos Aires, I9 r!A.
i 15) P o iv .fi, Borrar A t'.l ejército y (a político en /a Argentina. /!M5- /W>2. Buenos Aires,
19H4. p ág . 155.
d e Fi r o í . cl a la rm a n te pro|>ósito d e d e sig n a r n Cvita c o m o c o m p a ñ e ra d e fórm ula,
cl a u m e n to d e la vulnerabilidad d e Pik oi a u n a o p o sic ió n unificad a, los co n flicto s
g rem iales y cl d e s c o n te n to de los n a cio n alistas fíe n te al a c e rc a m ie n to a los CC.UU.
l a a cció n p ro p a g an d ística d e oficiales re tira d o s y gru jio s civiles c o n tra lo q u e
c o n sid e ra b a n cl totalitarism o de Pi:ko> c o m e n z ó a e n c o n tra r c c o e n tre a lg u n o s
oficiales c n actividad.
Dos grupos de olícíales rivalizaban |>ara conducir un golpe militar. Uno de ellos
era encabezado |x>r el qcncial Cu a k d o L o i a k ih . militar cn actividad, pcrtencciente a
una lamilla tradicional y nacionalista de Córdoba. Cl otro estaba guiado por cl general
(RCl BtMAMin Mvr-i'ty. veterano golpista vinculado al consc rvadorísmo. Ambos jefes
no pudieron coordinar sus acciones debido a diferencias personales, tácticas y
políticas. Cn este último aspecto. I j Om akih consideraba que. tras dcrrilxir n Pehom. era
necesario preservar muchas de las medidas sociales peronistas. Cn cambio.
Mr^CMue/ proponía una dictadura, la derogación de la refonna constitucional de 1949
y dejar sin efecto la mayor parte de la legislación peronista. L o i » r i >i declinó la
conducción del golpe, por lo que asumió cl mando Mcnmoií. au c contó con la
colaboración de importantes figuras de los partidos políticos de la oposición (" I.
Cl golpe se precipitó para anticiparse a la inminente reelección de Peno-* cn los
comicios de noviembre de 1951. Varias razones determinaron su fracaso: la
renuncia de CvitA a su candidatura, causa inmediata del descontento entre los
militares; la planificación inadecuada y la ejecución deficiente del golpe. Iniciado
cl levantamiento cn Campo de Mayo, el 28 de setiembre de 1951. fue rápidamente
conjurado por oficíales leales y suboficiales de dicha guarnición. Jun to a Mi-niituz
se rindieron y fueron detenidos otros oficíales que. cn cl futuro, tendrían relevante
actuación cn el escenario politíco y militar: Aujaiuho A. Lam s s t . J u jo A i.mx .akay y
llt.rviAiin Mcnrmaj! lh>. entre otros ( IJ).
Cl Poder ejecutivo aprovechó del golpe frustrado para extremar su política
represiva cn las esferas castrense y civil. Dispuso cl estado de guerra interno, figura
jurídica no autorizada por la Constitución, ratificada [>or cl Congreso, convalidada
por la Corte Suprema y vigente durante cl resto del período peronista, lo s
conspiradores fueron juzgados sumariamente por cl Consejo Superior de las
Ff.AA. que. sí bien no aplicó penas de muerte, sancionó a los complot.idos con
varios años de reclusión. Por otra parte, mediante leyes modificatorias de las
disposiciones vigentes para el personal militar se buscó depurar los cuadros
superiores «le jefes anti[>cronistas. Hacia fines de 1951. Pr.Kon tenia un firme
control de la institución militar, pero nada garantizaba que las hostilidades de los
cientos de oficíales destituidos y de los que permanecían en actividad estaban
definitivamente aplacadas.
(22i [Wumi f.vH, Cristi**. ft.K 'iíJiu lism o ) peronismo. I-1 Argentina en la crisis Hlcolixpc.i
m undial (1927-1933). Bueno* Aires. IÍM17. p¿1g 330
(23) Clamo, J . (1990). páfts. 190-197.
Los |iart¡dos poliiicos que, ¡ntcgrados en la Unión Democrática. enfrentaron a
Pm w en las clcccloncs presidenciales de 1946 ignoraron las profundas transfor
maciones que se eslaban produciendo cn cl pais. Lejos estuvieron dc cntendei las
reformas sociales que impulsaba PrKo- para dar una mayor participación a los
trabajadores cn la vida económica y política nacional, i’or cl contrario, caracteri
zaron al peronismo com o una amenaza para las instituciones demoliberales por
su tendencia básicamente "fascista". Cn consecuencia, no terminaron dc aceptar
la derrota electoral de febrero de I94G, lo que constituyó un elemento decisivo
para analizar la oposición política al gobierno dc Prnon
1.a conducción alvcaiista-unionista de la UCR, que había articulado el frente
opositor, debió afrontar las consecuencias de la derrota electoral, Cl sector
representado |x>r el Movimiento de Intransigencia y Renovación (MIK) —originado
a mediados de la década del ‘30 para actualizar al radicalismo y enfrentar a la
conducción conservadora de A i h a h — consideró que la UCR ya no interpretaba
politicamente a la sociedad e impulsó cl desplazamiento de aquella conducción.
La pugna entre unionistas e intransigentes comenzó a definirse cn 1948 cuando
estos últimos ganaron cl control del partido.
Los intransigentes incorporaron a la plataforma partidaria principios que
consideraban esenciales para la renovación del radicalismo. Planteaban la nacio
nalización de los se n icios públicos, la reforma agraria y una revisión sustancial dc
la política dc radicación dc capitales extranjeros. De esta manera, pretendían la
recuperación del radicalismo com o movimiento popular. Afirmaban un sesgo
izquierdista y se presentaban como una avanzada frente a las reformas promovidas
por cl peronismo, a las que consideraban insuficientes.
Durante el |>etiodo peronista, cl radicalismo se mantuvo dividido cn tres
tendencias que competían para hegemonízar al partido. El MIK. cn el que
sobresalían Lr vi.-sotf. I U i r.:- y Fk o ii> :7 i. proponía una táctica superadora del
peronismo y denunciaba los abusos del gobierno <J'l. El "unionismo". desplazado
dc la conducción partidaria, proponía un abierto enfrentamiento con el gobierno
peronista, apelando a las fuerzas Armadas para que derrocaran a Pino--, y
predicaba, cn cl seno del partido, la abstención electoral. Completaba cl cuadro
el radicalismo cordobés, encabezado por S abattoii. que terminó adhiriendo a las
posiciones del unionismo.
El Partido Socialista fue unodc los más enconados adversarios del ¡«'tonismo
Después dc cuarenta anos dc presencia en el Parlamento, los socialistas no
pudieron ohtener bancas. Por otra parte, perdieron ascendiente cn cl grcmialismo
y siguieron alejados de las m asas obreras, fueron defensores acérrimos tic las
instituciones demoliberales y, en defensa de la Constitución dc 1853. se abstuvie-
127) Rr.:s. Raaíiai. Peronism o, populism o y ¡to llU cji. Argentina / ‘>43-J955, liu enos Aires,
1990. págs. 43-51.
(281 S crym uek . J . ( 19 0 1). pátis 101-1 13
(29) Cf. Cunto, D. (IU G 7 ).
tarto tic los impuestos a la tierra, lauto cn cl orden nacional com o provincial,
agregado a los numerosos casos dc expropiación, total o parcial (...l han creado
un ambiente nada propicio (...) a la expansión o intensificación riel negocio de
piortucción de carnes" (Ml.
Sólo después dc la crisis económ ica que afectó particularmente al aqro. entre
1940 y 1952. la política peronista hacia cl sector iba a cambiar y. con ella, por lo
menos en lo formal, la actitud dc los scctoies rurales.
4 ,5 ,1 . Población y m igraciones
l.l cuarto C enso Nacional tic Población, realizado cn 1947. registró una
población de casi 10 m illones de habitantes, El censo |>oster¡or. en 1900. elevó
cl número a poco m ás dc 20 m illones. La lasa dc crecim iento intcrcensal lin
del 17.2 "cn y era notoriam ente Inferior a la del anterior periodo 1 19 14-1947).
que fue del 23.5 <;bc- Se constataba una clara desaceleración del crecim iento
poblacional.
Este hecho se debió al descenso dc las lasas dc crecim iento vegetativo y
migratorio. U i primera se vio afectada por la aceleración del descenso secular dc
la tasa bruta de natalidad, sobre todo a partir dc 1950, y por cl estancam iento dé
la tasa brula dc mortalidad. Por su parte, la tasa dc crecim iento migratorio, cn
descenso desde 1930. sólo experimentó un leve repunte entre 1947 y 1952 (,;).
f.n estos años ingresaron nuevos inmigrantes europeos que dejaron un saldo
aproximado dc 476.000 inmigrantes, fundamentalmente italianos y. cn menor
medida, españoles. A diferencia ríe lo acontecido durante el periodo dc la
inmigración masiva, el impacto de esta nueva inmigración no fue significativo,
dado el caudal dc la población nativa.
l-i cantidad dc extranjeros en 1947 alcanzaba al 1 3 "' del total de habitantes,
cifra que descendió al 13 r o cn 1900 Com o fenómeno novedoso comenzó a
destacarse la presencia de inmigrantes de |iaises limítrofes, radicados en un
principio en las provincias vecinas a sus países de origen, y sumándose luego a las
corrientes infernas dc nativos hacia el Oran Buenos Aires.
Durante el |>criodo se acentuó la concentración urbana y la disminución dc la
población rural. En 1947. cl 62.2 % de la población estaba radicado en ciudades
(aproximadamente 9.9 millones de personas), y cn 1960. I.r población urbana
alcanzaba al 72 % (algo más de 14.4 millones de personas). La tasa dc crecimiento
anual intercensal de la |>oblación urbana fue de 28,4 mientras la de la rural
resultó negativa (-5.6 ’.'m ). El Ciran Buenos Aíres pasó dc concentrar el 29.4 °,b dc
la población cn 1947. a concentrar el 33.6 r:r, en 1900: con más dc 4,7 millones
de habitantes cn 1947 y más de 0.7 millones cn 1900, reunía casi la mitad de la
l>oblác ión urbana total del país.
III flujo migratorio interno constituyó, durante esta etapa, el tactor fundamen
tal dc la concentración urbana. Originarios dc las arcas rurales dc la región
pampeana y. cn menor medida, de las regiones Noroeste y Nordeste, los migrantes
nativos se dirigieron hacia diversas aglomeraciones urbanas para finalmente
orientarse —en algo así como un 68 ", i— hacía el Oran Buenos Aíres i" ).
(32) Tokiiado. Soasa, Estructura .socia/ de /.i Arucntirhh líí-)5- /9/ÍJ, tiui-nris Aires. 1002.
pág. 73,
l>c igual manera aumentó cl numero de reñiros urbanos de tamaño interme
dio (entre 50.000 y 1.000.000 de habitantes). Cn I '>47. se relevaron <|uincc
ciudades con estas características. y en 1950. veintitrés. Absorbían el 24,2 y el
20.2 c.'j de la (roblación urbana total, respectivamente, liste Incremento se debió,
sobre todo, a las aglomeraciones urbanas de Córdoba y Rosario.
r.l crecim iento urbano del Oran Buenos Aires estuvo asociado a la expansión
de la actividad económica urbana, en general, y de la industria, cn particular. Lina
de sus consecuencias fue la acentuación del proceso de radicación en las zonas
suburbanas iniciado en l.ts primeras décadas del siglo, Si hasta 1040 los
protagonistas de este proceso fueron miembros de la segunda generación de
inmigrantes, cn este periodo el protagonismo estuvo a cargo de los nuevos
migrantes internos. ICn tanto paite de la fuer/a de trabajo urbano, los migrantes «le
menores ingresos impulsaron la radicación cn esas zonas bajo dos formas: cl
desarrollo de 'barrios de loteo" cconom icos y el asentamiento en villas de
emergencia. La primera de estas alternativas permitió la difusión de la pequeña
propiedad suburbana. Kn cuanto a la segunda, la política oficial no la obstaculizó
ye n varias oportunidades se abrieron lineas de crédito y se construyeron conjuntos
residenciales dirigidos específicamente a sus habitantes ( " ).
r.l cam bio de gestión del transporte urbano también lavotéelo ese proceso. I-a
nacionalización de los ferrocarriles implicó un drástico cambio cn la política de
tarifas, que se mantuvieron bajas cn relación con cl aumento del costo de vida,
tsta política permitió que. los trabajadores de menores ingresos tuvieran mayor
accesibilidad a las tierras periléricas del Gran Buenos Aires. Por otra paite, la
disolución de la Corporación de Transportes de la Ciudad de Buenos Aires dio lugar
a una difusión masiva del 'colectivo". Se incrementó el número de viajes y se formó
una red de colectivos que penetró cn los intersticios de la |>criferia simultáneamen
te ron el fraccionamiento de loteos económicos t" ).
La disminución de la Población económicamente Activa (PD\> iuc uno de los
rasgos singulares denotarlos por los censos de 1947 y 1960. Cálculos efectuados
sobre las anteriores mediciones 1 1895 y 1914l habían establecido tasas retinadas
de actividad— relacionan la PUA con la población total de 14 anos y más— superíoies
al 60 En 1947, dicha lasa descendió al 57 j y cn 1960. volvió a’caer al 55 j .
Lstc desccnso. generalizado en (asi todas las regiones del pais. tuvo su mayor
intensidad en el tiran Buenos Aíres. A propósito de esta pérdida. L-ut-srx'n destacó
que "cn la inmediata posguerra se amplió de manera significativa (entre los
asalariados) el universo de quienes se retiraban de la actividad para acogerse a la
jubilación* (v ).
i.VVi Ii'h*:: v IIor-vjo A.. "Cam bios n i i.i cstn id u ia stxiu esp.ic i.il de Rueños Alies .1 partir
ilv 1040". en Jo %i . J . y bv n , te. IW spurs de Oennani. L x /tlo n itio n c s sobre I, i cslnic tur.l
SOCi.il cíe I.i .tnj,vrf/iM. liuenos Aires. 1992. págs. 160 y 101.
Tokjiü . 11. II0D2 páq 169.
(IMS) Cl. |j* o t .M v o ;i, J u i í h . T.m p le o y redistribución «le I.] población en la Ariientlna: de
la posguerra a los anos H0’ . irn Cic lo s e n /a h fslo tU , Ui v i o n o m i .n J.t so c ie d a d , M 5. secjúnelo
sem estre de 1003.
l o más significativo del periodo lnlcrccns.il. cn lo relativo a la partici|>ación
secloiial. es cl a|Kiitc dei cni|»lco industrial al aumento dc la PtA. t n electo. la
industria generó cl 40 "ú del crecimiento intercensal. Sin embargo, cn números
absolutos, cl cm|)lco industrial que liatiía duplicado sus clcctivos entre l ‘J 3 5 y la
finalización dc la Segunda Guerra Mundial, no repitió cl mismo comportamiento. I'ot
su parte, los .servicios a|>oilaron cl 24 "u del crcciiniento intercensal, y la construc
ción, cl 20 1... t i < h ( i o lúe el único sector que experimentó un crecimiento negativo
debirlo a la profunda recomposición dc su perfil productivo y ocüpacional.
l.a política social del peronismo contribuyó decisivam ente a su arraigo entre
los scctorcs populares, cn general, y la clase obrera, cn particular, t n su
concepción, la justicia social significaba la redistribución del ingreso en favor dc
los scctorcs más dcs|iosc¡dos c implicaba mucho más que el incremento de los
salarios nominales. Así la derivación de flujos de Ingreso cn beneficio de dichos
sectores también se cfcctivi/ó a través de diversos 'gastos sociales": una vasta
legislación laboral que incluía indemnizaciones, vacaciones pagas, disposiciones
sobre horarios dc trabajo, etc.,- un conjunto de instituciones benelicas. com o la
fundación tv a Perón, destinadas a atender determinadas carencias sociales: la
ampliación del acceso a la vivienda propia, y la elevación general dc la dotación
sanitaria y educativa (’ •).
Del análisis dc la |>olitica dc ingresos puede concluirse que. pese a las
discrepancias entre los distintos autores, los salarios reales experimentaron un
aprcciablc crecimiento. Particularmente, sc vieron favorecidos los asalariados
urbanos incluidos cn los regímenes dc convenciones colectivas dc trabajo, tn el
mismo sentido, operó la |>olíl¡ra estatal de subsidios a los alimentos, dc tarifas dc
los servicios públicos, dc congelamiento de los alquileres urbanos, etc. Dc esta
manera, la participación dc los asalariados cn cl ingreso nacional creció hasta
1949-IU50. y luego de una caída hacia 15)51. tendió a ascender y luego estabilizarse
hasta 1955, como veremos más adelante.
Una contribución al mejoramiento de la calidad dc vida de vastos sectores
sociales que por alcanzar cierta edad dejaban dc trabajar, fue la generalización del
sistema dc jubilación. Las cajas de jubilaciones, que contaban con 300.000
afiliados en 1044. pasaron a cubrir a 3.500.000. cinco anos después tv,l. Además,
en 1948. de acuerdo con la ley 13.478 sc estableció un londo especial para
pensionar a toda persona ríe escasos recursos, mayor dc sesenta anos, no
amparada por ningún sistema de jubilación.
1401Cuiim-, Maiuaho, J'í.i/tilrwcs San r r m n Buenos Aires. 1003. p<k|v 157 I <>5 y 176-lflO.
En lo que sc refiere a la primera cuestión, las posiciones se hallan bastante
polarizadas. En un extremo están aquellos que piensan que el peronismo siguió
en lo económ ico un rumbo equivocado porque, luego dc la experiencia
intervencionista obligada de los anos '30 y del |ieriodo dc la Segunda Querrá
Mundial, debía haberse retornado paulatinamente a las políticas liberales anterio
res a la crisis, que constituían la base del desarrollo económico agroexportador.
A ese error estratégico sc le sum aba una conducta económica que discriminaba
al sector agropecuario, transfiriendo parte dc sus ingresos hacia la industria, sin
tener en cuenta que la base del crecimiento argentino reposaba en aquel seclor.
Dentro deesa línea de pensamiento sc critican también inconsistencias cn materia
d c conducción de la política económica, que provocaron irracionalidades o
incfic¡encías cn cl gasto público y cn la distribución del ingreso, desmembraron cl
sistema bancario y las finan/as públicas y provocaron un intervencionismo
excesivo del Estado, que incorporó incluso bajo su control actividades empresa-
rías. Esas políticas llevaron a situaciones criticas en la balanza de pagos y a
procesos inflacionarios.
Por otro lado, están los que sostienen que cl camino seguirlo era inevitable.
Pero cn este caso las opiniones sc encuentran divididas: se concuerda en que los
gobiernos peronistas habrían continuado con mayor conciencia que sus anteceso
res el proceso de industrialización por sustitución d c importaciones (ISIl iniciado
cn los años "30. Sin embargo, para algunos esc proceso sc. habría hccho en Ion na
insuficiente o deficiente, al no desarrollarse armónicamente el conjunto de los
scctorcs productivos y. cn particular, las industrias dc base, falencia que impidió
un crecimiento autosostenldo y trabó la acumulación de capitales y cl pasaje a una
etapa su|>erior dc la ISI. Se trataba dc un industrialismo expansivo y. al mismo
tiempo, limitado, porque tendió a mantener la estructura productiva industrial tal
cual estaba sin cuestionar su nivel dc eficiencia ni dc competitividad. Esto se
produjo también por estimular la proliferación dc empresas con un tamaño
dem asiado reducido, no incentivar cl desarrollo dc la exportación de productos
industriales, o no recurrir al capital externo, que |>o<lria haber brindado una mayor
base tecnológica y financiera. Para otros autores, sc hizo, sin embargo, lodo lo
posible, impulsando un proceso al estilo dc otros similares que se habían dado cn
países con un mayor nivel de desarrollo, con la originalidad de implemcntar
también una política social hasta cntonccs inédita cn la historia argentina y dc
reducir la dependencia argentina del exterior con el rescate de la deuda externa,
a pesar de un contexto condicionado por circunstancias locales c internacionales
que jugaron cn un sentido adverso.
Cn cuanto a la identificación dc una estrategia dc largo plazo o a la dem arca
ción dc etapas, también podemos encontrar divergencias. Por un lado, están
aquellos que sostienen que no hubo tal estrategia > que el peronismo se manejó
cn forma pragmática, pudiendo señalarse claramente dos etapas: la primera de
'nacionalism o aulárquico". "estatismo" y "redistribución dc ingreso", y la segunda
de retorno a la "ortodoxia económica", "apertura hacia cl mundo" y abandono dc
la "tercera posición" y del énfasis cn las políticas sociales. Por olro, los que
argumentan que aunque no hubiera una estrategia clara y sea posible señalar
líneas dc dem arcación entre las distintas etapas, cuyo punto dc inflexión estuvo
constituido por la crisis dc 1949-1952, se continuaron, por lo 3 cncr. 1l. m ás dc lo
que se crcc. ciertos lincamientos políticos y económicos que fueron adaptándose
a las circunstancias cambiantes.
En general, 110 existen desacuerdos entre las distintas corrientes dc opinión
sobre cl reconocimiento dc que cl "primer peronism o' dejó una huella profunda
en el comportamiento cconóm icodc la Argentina; sin embargo, antes dc comenzar
un análisis dc lo que pasó cn el periodo, es preciso adelantar ciertas lii|)ólcsis dc
trabajo previas, basadas cn hechos que fuimos señalando cn capítulos anteriores.
Desde sus orígenes, la economía argentina había encontrado en el sector
agropecuario y e n cl comercio exterior las p rin c ip ie s fuentes dc su dinámica. ICslc
perfil productivo alcanzó su máxima expresión bajo el modelo agroexportador.
mostrando luego dc la primera década del siglo XX síntom as inequívocos de un
progresivo agotamiento. La plena ocupación dc las tierras, las caractcristicas
estructurales del sector agropecuario y cl peso creciente del consumo interno,
entre oíros factores, limitaban la oferta de exportaciones, mientras las transforma
ciones internas en las economías de los principales socios com erciales desnuda
ban crecientes problemas en la demanda. Los cam bios económ icos y sociales
internos producidos a partir de la Primera Querrá Mundial habían generado una
complejidad cada vez mayor, que desarticulaba los preceptos sim ples de política
económica con que se había gobernado el |>a¡s hasta 1930 sin que pudieran ser
reemplazados por la formulación orgánica dc un nuevo proyecto integral.
A este panorama se le agregaba una renovación del pensamiento económico,
que debía mucho al Kcynesianismo. Ll papel dc la dem anda efectiva y dc la
intervención del Estado cobraban una nueva dimensión teórica, la cual se
proyectaba inconteniblemente hacia el terreno práctico presentándose com o una
alternativa más cficaz que los postulados liberales, que cargaban con el descrédito
dc la —hasta entonces— crisis más profunda en la historia del capitalismo.
En este contexto, cl peronismo se convirtió, cn sus políticas económicas, cn
el catalizador de las nuevas concepciones tcóricasy de los experimentos "heréticos"
que habían comenzado a realizarse desde 1933 sin estar articulados en una
propuesta integral. Las diferencias del peronismo frente a las experiencias del
pasado inmediato no consistían tanto, según su discurso original, en cl carácter
innovador de las medidas implementadas y de los instrumentos utilizados, como
cn su fusión en un proyecto más definido, cuyo objetivo proclamado no era la mera
adaptación a los cambios mundiales, sino cl rediseño del perfil productivo y
socioeconómico del país. Ix)s errores o fracasos del modelo resultaron dc una
inadecuación de esc discurso a sus resultados prácticos, especialm ente cn lo que
se refiere a los cambios tecnológicos y productivos.
f.l discurso económ ico peronista se apoyaba en cuatro columnas que rompían
con las concepciones tradicionales del pasado, aunque no se contraponían con las
nuevas ideas económicas que comenzaban a ini|>oncrsc cn gran parte del mundo:
se trataba d é la importancia del mercado interno, del nacionalismo económico, del
estatismo y del papel central dc la industrialización. La ¡m plcm cntación dc esa
estrategia se valió dc un conjunto dc instrumentos c instituciones heredadas dc
las gestiones de los lies lustros anteriores, que fueron complementadas con
nuevos organismos dcstínadosacum plirsu funcionen el marco de los lincamientos
de la |H>lilica económica. Asi. cl Estado cobró una crccicnlc lm|>ortancia como
regulador de la economía y proveedor de bienes y servicios.
Pero cl cam bio más significativo, no resultó tanlo de la ampliación del aparato
estatal o del intervencionismo económico, de la Industrialización dirigida hacia el
m ercado interno o del carácter más o menos semlcerrado de la economía, que de
una u otra forma continuaron tendencias u orientaciones que venían de los
gobiernos conservadores: sino de la aplicación de políticas sociales que provoca
ron una fucile redistribución de ingresos en cl marco de una estructura productiva
trabajo-intensiva, basada cn una creciente dotación de trabajadores cn la Industria
y cn otras actividades, con un |>oder adquisitivo más elevado y mejores posibili
dades de salida de la misma producción industrial.
liste proyecto, que se sustentaba en cl fortalecimiento de los sectores
sindicalcsy en una alianza política y social entre éstos y un sector del entpresariado
nacional, encontrará sus limites cu problem as internos originados en la forma de
funcionam iento y la capacidad de acum ulación del propio modelo económ ico,
así com o en los cam bios cn la coyuntura política y económica, nacional e
internacional, y conocerá cam bios y reformulaciones, es|>ccíalmcnlc desde la
crisis de los anos '50. Allí aparecerán conductas más ortodoxas, que procurarán
solucionar los problem as creados cn la balan/a de pagos, cl nivel ric precios y las
trabas cn la acum ulación de capitales, dando mayores concesiones al sector
agropecuario, procurando increm entar la productividad y abriendo el país al
capital extranjero, aunque sin abandonar del todo los objetivos |>ol¡t¡cos reformistas
ni industrialistas. 1.a caída de Piros no se debió, sin embargo, "a factores
económ icos” , sino a las contradicciones engendradas por una espiral contradic
toria de sucesos políticos i47). I.I dcsinantclam icnto del m odelo económ ico sobre
el cual se basó el peronismo lardarla m uchos anos más cn realizarse.
1.a coyuntura m acroeconóm ica del periodo reconoce tres etapas bastante
diferenciadas, con características distintivas. Las cifras de incremento del PBI, por
ejemplo, arrojan un promedio para todo el periodo del 3.G r.ó, pero reconocen
fluctuaciones de gran amplitud. En los primeros años, cl crecimiento fue veloz,
alcanzando un pico del I l . i % cn 1947. que se encadenaba con el B.9 % logrado
en cl ano anterior. Al crecim iento del 5.5 "u cn i 94a le siguió un periodo de
turbulencias, que se inició cn 1949 con un descenso del producto del 1,3 "j.
(491 Cl. Presidencia de l.i Nación. Secretaria Técnica, I1m <ríe üoblcnm t ll'4 7 1 9 5 'JI.
Buenos Aires. 1946. tomo I; GRAuriA y Aivakt/. Miwr.tRio, El EsUido y 1,1ectHioniM,
/3J0-lí»55. Buenos Aires. 19(13, tomo 2. |>áfts. 30-32.
mercado dc consumo interno y máxima utilización de la lluidcz brindada
al sistema bancarío. para independizarse dc las fluctuaciones dc la
balanza dc pagos i Si:).
Tal vez cl punto que rellcjc con mayor claridad los avances y los problemas de
la concepción económica del peronismo se cncucnlrcn en cl planteo relativo a la
industria. Por primera vez. un proyecto gubernamental se pronunciaba enfáticamen
te a favor dc la industrialización del pais. haciendo referencia a los múltiples
beneficios que este scctor brindaba. Esa industrialización debía apoyarse, además,
sobre cl mercado interno porque, como afirmaba la Memoria del Banco Central de
1946. la Argentina era un pais que basaba su cconomia en un muy alto |>orcentajc
dc importaciones y exportaciones y se encontraba estrechamente dependiente de
lo que hacían o dejaban dc hacer las oirás naciones que le compraban o vendían sus
productos, 'lis ia dependencia— decía la Memoria— señala claramente la necesidad
dc desarrollar cl mercado interno hasta que predomine sobre el mercado exterior,
como lo enseña la experiencia norteamericana" <sl).
Sin embargo, el problema era comprendido sólo a medias, exponiendo punios
débiles que se conjugarían cn la marcha hacia la posterior crisis. I I proyecto
carecía por completo dc prioridades y su orientación general no traspasaba las
fronteras que los conservadores mas "progresistas" dc la década anterior ya habían
explorado. Asi. se destacaba que 'e n primer lugar, deberán consolidarse las
industrias ya instaladas que elaboran materias primas nacionales para satisfacer
necesidades dc consumo, tanto derivadas dc la agric.ultuiay la ganadería como las
que provienen dc la producción forestal y m inera'. Más adelante, se señalaba
también que 'deberá procurarse la instalación dc nuevas industrias o la ampliación
dc las existentes que elaboren materias primas nacionales paia consumo interno
o para exportación. Igualmente, convendrá fomentar la producción de artículos de
consum o imprescindibles o necesarios para la defensa nacional, con utilización dc
materia prima parcial o totalmente im portada'. Kl párrafo citado revela que la
transgresión al concepto dc "industrias naturales' como foco concentrador del
esfuerzo dc industrialización era sólo excepcional. Por otra parte, quedaba claro
que cl dinamismo esperado recaía sobre cl scctor dc la industria liviana y sobre cl
mercado interno. C.omo veremos oportunamente, cn esta estrategia se encontra
rían las claves dc la expansión económica dc los primeros años, pero anidaría
también el embrión dc la profunda crisis |K>sleríor <’ ').
<5<V! S m t iii . IV (19751: l’olitlrat Cconomic Plarmlng, 0rit.iln aarí World irado. Londres.
1947. |>.x( C>(i_: Not Qjuk n. J<»r. C-A^i i» . La n-.illd.Ml económ ica y política argentina cn c l
curso dc l.i Segunda Guerra Hundi.il, buenos Aires. 1973. págs. I (19-120: fouon. Jonuc. "The
Ork(irl o! Sterling Ualanees. 1939-43", en Dt 1’u u . Un («I y PiArr. L>. Ictls.l. The rttiitic.il
Cconom yof Argentino. IOSO-l!f46. Londres. 19815. páfls. 154-11)2.
Una alternativa para sortear oslas difU ultades pasaba |>oi acrecentar sus
expoliaciones y reconquistar los mercados perdidos durante la guerra. entre los
cuales estaba el argentino. Otra eia vender I.i mayor parte de sus activos cn el
exterior. También se hablaba de consolidar los saldos en deudas a largo plazo con
un interés determinado o destinar las libras a la compra de producios británicos.
Cualquier combinación de estas posibilidades seria también bienvenida.
En ese contexto, el Qral. I’hkoi, que asumió la presidencia en junio de 1946.
debió enfrentar cl problema de las libras bloqueadas y del luturo de las relaciones
anglo-argentinas y uno de sus primeros pasos fue comenzar las negociaciones
entre cl gobierno argentino y cl británico a fin de resolver las distintas cuestiones
que suscitaban controversias entre los dos paises. entre ellas la situación de los
ferrocarriles.
Asi. cl 17 de setiembre de 1946. N iglei Mmwiiia , por cl lado argentino, y e lje le
de la misión comercial británica. Winrun E ai», firmaron el tratado por cl que si-
intentaba resolver las cuestiones más apremiantes de la vinculación bilateral. Ante
todo, se acordó normalizar parcialmente los saldos acumulados en el Banco de
Inglaterra de manera de poder disponer de esas libras esterlinas para repatriar
l>artc de la deuda pública y rescatar inversiones de capital británico radicadas cn
el pais. Cn lo sucesivo, las libras obtenidas por ventas a Citan Bretaña serian de libre
dis|>onibilidad para la Argentina. I n cuanto al controvertido problema del comer
cio de carnes, los ingleses se comprometían a adquirir los saldos c\|>ortables del
pais durante los siguientes cuatro anos, reservándose la Argentina cl 17 durante
el primer ano y el 22 % durante cl segundo, para su venta en otros mercados.
Finalmente, con respecto a la cuestión de los ferrocarriles, se dispuso —tal corno
lo preveía el "Pian de Reactivación Económ ica" de 1940— la creación de una
em presa mixta integrada |>or capitales argentinos y británicos, garantizándoles a
estos últimos un beneficio del 4 % anual, que habría de estar exento de una amplia
gama de impuestos.
Sin embargo, cl tratado Eady-Miranda — como se lo denominó informalmen
te— fue objeto de diversos tipos ríe criticas; tanto internas, pues el consenso
mayoritario de la opinión pública coincidía con la idea de una nacionalización, y
no de una compañía mixta — los radicales. |K>r ejemplo, habían emprendido una
cam paña importante cn ese sentido— , como externas, por las presiones de los
norteamericanos para suprimir del tratado las d¡S|>osicioncs sobre el uso exclusivo
de los fondos bloqueados para pagos en Oran Bretaña, que impedían que esas
libras se usen en el comercio con la Argentina y no pudieran convertirse a dólares.
Esto motivó que cobrase fuerza la idea de vender totalmente los ferrocarriles
al Estado argentino. M ik x -h u . que cn principio negó las negociaciones sobre cl plan
de nacionalización, cerró trato con las empresas británicas a principios de 1947.
Justificaría sus primeras declaraciones diciendo que "...los ferrocarriles nos
interesaban, pero no lo íbamos a gritar a los cuatro vientos para que los ingleses
subieran los precios. Había que mostrar poco interés, porque eran ellos los que
querían vender...'. I J precio que pretendían los ingleses era de m Sn 3.000
millones, mientras que la posición argentina, que defendía Miraniya. era la de no
pagar más de m Sn 2.000 millones. Finalmente, el 13 de febrero de 1947 se
firmaba cl contrato de compraventa de los ferrocarriles británicos por 135 millones
de libras esterlinas, que con compañías colaterales incluidas cn la transacción
daban un total de 150 millones dc libras esterlinas, equivalentes a nt$n 2.029
millones, menor que su valor nominal dc 250 millones dc libras (ni$n 3.575
millones», pero algo mayor que su valuación cn la Bolsa tic Londres. El importe de
la venta iba a ser provisto por los saldos bloqueados cn Londres, que sumaban en
esc momento 150 millones dc libras, y el resto, por los excedentes cn la balanza
comercial.
Ui suspensión dc la convertibilidad de la libra, en agosto de 19-17. que
constituyó un duro golpe para la economía argentina, porque anulaba la posibili
dad dc que cl superávit comercial del pais pudiera ser utilizado para cancelar sus
deudas fuera del área de la libra, cambió, sin embargo, las condiciones dc pago.
Para cl gobierno argentino era preferible abonar la compra dc las empresas
ferroviarias británicas con libras no garantidas producidas por el excedente del
comercio exterior, y no utilizar aquellas disponibles en el flanco dc Inglaterra, que
eran convertibles a oro y no estaban sujetas a una devaluación.
Con el |iaclo dc Andes del 12 de febrero dc I9 4 B se formalizó finalmente la
compra de los ferrocarriles británicos. Medíante cl mismo, el Estado argentino
pogó a las empresas ferroviarias británicas un adelanto dc 100 millones dc libras
esterlinas que le hizo cl gobierno inglés a cuenta dc las exportaciones dc carne de
194H. con un interés anual del 0.5 c.'o, más 10 millones que el gobierno británico
acreditó por la diferencia dc precio de productos argentinos ya vendidos a Oran
hiel ana. más 40 millones de libras esterlinas dc los fondos bloqueados en cl Banco
dc Inglaterra. El saldo existente a favor dc la AigenlinadcflO a 90 millones dc libras
esterlinas garantidas siguió a dis|K>sición para pagos en cl arca d c la libra <*'">. El
I de mayo dc 194a. el gobierno argentino tornó formalmente posesión dc los
ferrocarriles británicos cn un acto público multitudinario
f.l precio de adquisición de los ferrocarriles fue motivo de fuertes controver
sias entre el oficialismo y la oposición y. en tiem|>os más recientes, entre
historiadores y analistas dc la época. Los críticos señalaban que sc habia
comprado ‘ hierro viejo ' a valores injustificados. Sin embargo, más allá dc las
discusiones — atizadas tal vez por la poco feliz justificación dc Mixamm de un
eventual sobreprecio 'p o r razones sentimentales y dc agradecimiento a Gran
Bretaña'— y del hecho dc que el Estado argentino debió encargarse, cnlre otras
cosas, del pago dc las escrituras, dc las deudas con las Cajas de Jubilación, del
costo dc las inspecciones contables y dc los aguinaldos y aum entos dc salarios al
personal, la nacionalización tenia sus razones, defendidas por cl gobierno.
158) Cf. Stsmn. f*. 11972). Ver también. Poihw. Jok«,i:. ‘ Perón s folie ¡es lor Agílcuttur.il
Cxports. I946-I94A: biigmalisin or Commonscnse?'. en R*ks, D a v h , .Injeríí/na iri thc
T w n th ih Ccntury. Pitb>lHii<;h. 1975.
(59) Cl. Xv!M'f'u»i. Liw.Ar.iR». Ubnis y rieles, Buenos Aires. 1975: Lsoitir., Cwiov ‘ Pelón.
Mlniml;iyl,icoinpi«i de losferrtK .miles británicos*, rn Todocs IIM o rí,r rv 142,marzo de 1979.
Urui dc ellas se sustentaba cn el control del sistema tarifario. Cor un lado, este
favorecía cl transporte que tenía como destino cl puerto dc Buenos Aiics y
perjudicaba a las producciones que circulaban cn cl interior sin llcqar a la ciudad
poitcña. Por otro, discriminaba según cl tipo dc productos. Por ejemplo, cada
1.000 Kilómetros. 25 toneladas de ganado vacuno abonaban m$n 366,19; |>ero
p o rcl mismo recorrido y cl mismo peso, cl trigo debía pagar m Sn 1.268; cl azúcar.
m$n 2.009; los tejidos. m$n 4.304. y los artículos dc almacén. mSn 33.209. fistos
fletes habían generado regiones con mayores privilegios y beneficiado determina
das actividades económicas cn desmedro dc otras.
Otra razón que se daba era que. mediante cl promocionado proceso dc
nacionalización, cl listado había incorporado 4.720.950.000 m- de tierras cn todo
cl pais a lo largo de 24.453 Kilómetros dc vías y a razón de m$n 0.20 cl metro
cuadrado, dado que se declaró haber incluido un monto de 944,2 millones de
pesos por esos terrenos. También se incor|x>ró una serie dc empresas de
transportes, eléctricas y dc aguas corrientes, compañías dc tierras c inmobiliarias,
hoteles, frigoríficos, tiendas dc distinto ti|>o. edificios y terrenos cn todocl pais que
pertenecían a las compartías ferroviarias {“ ).
Entre las empresas subsidiar las dc los ferrocarriles, cl Puerto de DocKSud fue.
sin duda, uno dc los más importantes. Significó la adquisición de 3.434 metros
lineales de muelle. 80 hectáreas de terrenos, cl servicio para abastecer de
combustibles a los buques. 46 guinches eléctricos, 7 galpones con capacidad |>aia
alm acenar 57.600 toneladas, una usina dc suministro eléctrico, caminos dc
acceso y 3 elevadores de granos con capacidad para almacenar 47.000 toneladas.
La nacionalización de los puertos, menos publicilada por cl gobierno, pero
esencial para controlar cl sistema dc transportes y comunicaciones del Estado,
significó también la incorporación al patrimonio estatal dc muelles, embarcade
ros. depósitos, elevadores, silos, grúas, locomotoras portuarias, vagones. ponto-
ncs. vías férreas y guinches. Dc esta forma fueron nacionalizados los puertos de
San nicolás. El Dorado. Zarate. Arroyo Las Parejas til. Blanca). Puerto Cjalván. Ing.
Whitc, dc San Isidro. Madryn. Bajada Grande (Paraná). Ibicuy. Villa Constitución y
cl ya mencionado DocK Sud t '1).
El valor dc los terrenos, los rieles, las lincas telegráficas, los durmientes, los
postes de alambrados, los galpones y las propiedades y empresas mencionadas
representaron, para cl gobierno, un total dc m Sn 2.927.9 millones, mientras que
se había pagado por la nacionalización m Sn 2.028 millones, lo cual equivalía a un
ahorro de 900 millones dc pesos. Más difícil resulta calcular las condiciones de
servicio del material ferroviario y de las empresas y propiedades adquiridas.
(60) Cf. Suim t. P u *», "E l deterioro y fin de la hegemonía británica sobre t.i economía
argentina, 1914-1947", en Paimia, Mama y otros, Cslutllos sobre los orígenes del peronismo/
2. Huenos Aires. 1975.
(61) Cf. Wrijtn, WtnTiikitr. Los ferrocarriles Ingleses en la Argentina. Buenos Aires. 190U.
aunque, com o señala S kltcm, cl estado del material rodante era lamentable según
la estadística brindada por los mismos ferrocarriles: de las 3.965 locomotoras aún
cn uso más de la mitad eran obsoletas y habían sido puestas en funcionamiento
antes de 1910 (**).
it¿5> Cf. Junuraoi. .Imhm-h». 'Aqu.i > Energía, un connubio lellz'. en Ttxlo es Historia.
Suplemento fv 45, rn.ii/o de 1372
(fifi» Cr. Sotrrxo. C. (I9S2*: P iw « n . K ( l 'l í l l '
D é ficit
Ano Gasto In g r e s o » D é fic it
( ? 0fe e n t » | e d e l P B Í)
19 45 1 2 494 9 .1 7 1 3 .3 2 3 7.2 3
5946 12 5 6 7 9 .3 S 3 3 18 4 6 ,3 6
19 47 17 047 133 76 3671 6 .60
1948 24 6 8 7 14227 1 0 460 1 7 .8 7
19 4 3 17002 14 244 2 .7 5 8 4 .7 6
19 5 0 17 236 15152 2 054 356
195! 1 7 424 16 .0 2 3 133 6 2.31
19 52 16 636 1 5 .7 2 6 1 1 70 2 .0 7
155 3 1 ! 363 16 848 1 5 15 2 .5 5
1954 130 53 17110 2 943 4 .74
19 5 5 13 234 1 5 648 2586 4.00
F u e n te : C E P A L (19 5 0 ).
Cuadro 4.5. Cuentas del sector público consolidado (en m illones de pesos de 1950).
La crisis que se inició cn 1949 obligó a una contracción itct ¡tasto, que volvió
a niveles similares a los dc 1947. luí |x>l¡t¡c<i linplcmcntada a partir dc esc
momento apuntó a un manejo más ordenado de las cuentas públicas, y el déficit
disminuyó drásticamente, superando desde entonces rara vez la barrera del 4 °ó.
Cn cuanto a su distribución, durante la primera etapa tuvo especial importancia
cl gasto en inversiones, que se elevó del 4.6 °.'d del PBI entre 1940 y 1944 hasta cl
13 % cn el periodo 1945-1949. liste comportamiento era acorde con los precc|>tos
emanados del Primer Plan Quinquenal, que le otorgaba prioridad a las inversiones
ei> los sectores dc producción, transportes, obras sanitarias, sanidad y defensa.
F u e n te C E P A L (19 5 0 ).
Gráfico 4.1. Distribución del gasto público (en porcentaje del PBI).
Sin embargo, cl (justo corriente también creció, teniendo mucho que ver cn
esto el incremento del empleo cn cl sector público, que correspondió, como
señala F ckju k, "a la ampliación de In influencia de la esfera de influencia del listado
y, también, a una mayor receptividad a ocupar la mano de obra no ocupada por
cl sector privado' <■'’). Asi, entre 1945 y 1955, las remuneraciones representaron
entre un 40 y un 50 % de los gastos corrientes I'
t i siguiente cuadro nos bi inda una idea del crecimiento del empleo en el sector
público cn esa época, que alcanzó su pico máximo en la época de las nacionali
zaciones y creación de empresas públicas, entre 1940 y 1947. tanto cn relación
con el periodo anterior com o con respecto a la media del periodo 1940-1955.
Cuadro •Í.6. Tasas anuales medias de crecim iento del em pleo público.
‘ ,í( fuwr-K. Au*>. Crisis} .i/ftvnaíÁ.is eje i.i p o / ifjí .1 re onómic .i .irgenlin.i Buenos Aires,
1979, p,K]s. Jíí y 27.
169) CCI'AL (1958). Anexo estadístico, p*«i 417,
(70) TKrr.ru, S.m.vaih>h, 'La economía, la intervención del listado y el desarrollo económi
co. 1945-1978". cn C u rs o in te q r . it ele I r ls t o r k i j r y c n t l r la. Economía, p o lit ic e ,i MK n d .n l.
Colegio de Graduadas en Ciencias Económicas. Rueños Aires, 1979, pág. 13.
(71) T«.nrn. S (19791. pág. 14.
sancionando diversos tributos a los beneficios empresarios, a las ganancias del
capital, ni 'ex ceso dc beneficios" y a la riqueza personal. Dcc.sta manera, intentaba
atenderse con juntamente las nuevas necesidades del erario público y cl fortaleci
m iento dc la dem anda Interna.
F u e n te Rcutz. T il:. ‘Ilu sio n es E sca lo s, dim ensión y m étodo de (m an cam ien to d:-l déficit lisca l
arg cn iin o. 1028-1972". en C ic lo s e n la lu s to n j. ( J e c o n o m ía y I j s o c /e d M . M 1, segundo
sem estre tío 1991
C u a d r o 1.8. Tas a s r e a le s d e ín te re s .
Año Oro y divisas Sector oficial Sector p riváis Total T.'.sj if variación
19-15 5 5637 4 117.7 3 3430 13 029.4 _
Cuadro 4.10. Tasas de crecim iento de los medios dc pago y los precios mayoristas
(en porcentaje).
Cn 1952, se hace nuis evidente que la política económica adquiría un corte
crecientemente ortodoxo. Esc año, las restricciones en materia monetaria se
relacionaron con un descenso dc la lasa dc inflación ique continuaría cn 1953) y una
fuerte reccsión en el sector productivo. Luego dc eso, la |>olitica monetaria siguió un
sendero mucho más conl rolado que cn los años iniciales, a pesar dc que nuevamente
cl gasto público ganó cn importancia como factor de creación dc medios dc pago.
Pero el proceso inflacionario, en 1954 y 1955. se redujo de modo notable.
4 ,6 .9 . La política de ingresos
(llot i l. *ii r*. .li iiaO--M'. Nodos dc ivtiiiLickm . regímenes de .Kuniuhii.ión \ suscrísis
cn l.i l/ifc-n/ín.i llttBO IO O fíl, Rueños Aires. 1990.
Las políticas públicas que apuntaban a una modificación de los precios
relativos tuvieron también una notable influencia sobre cl poder de compra de los
salarios. La fijación de los precios máximos y cl retraso progresivo del tipo de
cambio contribuían de manera no menos significativa al proceso de redistribución
a favor de los trabajadores, fin este punto tuvo gran influencia durante los primeros
anos de gobierno cl control de los precios de los productos agropecuarios ten
especial del comercio de granos) por medio del IAI’1. que permitía m antener
deprimidos los precios de los alimentos, incrementando el poder de compra de los
salarios sin necesidad de aumentarlos cn valor nominal
Aun así. las nuevas condiciones sociales y los m ecanism os de regulación
estatales permitieron un progresivo incremento de los salarios nominales que
superó marcadamente la lasa de inllación. Si bien existen discrepancias entre los
diversos autores sobre la magnitud de los aumentos de salarios reales, algunas
estimaciones apuntan que dicho incremento habría oscilado en lo m o al 75 entre
1945 y 1949. ano en que éstos llegaron a su punto más elevado durante cl periodo
bajo análisis
Cn cl periodo 1949-1952. el modelo de distribución de los ingresos cn favor
del sector industrial y los grupos asalariados urbanos entró cn crisis. Los salarios
reales experimentaron una caída cercana al 2 6 % . produelo de un importante brote
inflacionario que superaba la tasa de aumento de los salarios nominales. Los
avances cn materia de legislación social se detuvieron. Los controles de precio
perdieron su eficacia, contribuyendo al aumento de la inflación. Com o consecuen
cia. los sectores asalariados vieron deteriorado su nivel de vida.
La recuperación económ ica iniciada cn 1953 permitió una nueva alza del
salario real. La inflación se atenuó y e n 1955 los salarios reales todavía superaban
en un 64 % a los correspondientes a 1945. La consecuencia |>ol¡tica del
mejoramiento de las condiciones de vida y de trabajo de los asalariados fue cl
fortalecimiento del peronismo, en general, y del sindicalismo peronista, en
I«articular.
Ll mejoramiento de la condición social de los trabajadores contrastó con el
estancamiento de la situación de sectores de la clase media. I.I poder sindical, la
eficacia de las convenciones colectivas y la expansión del trabajo industrial
contribuyeron a acortar las distancias que se|>araban a los trabajadores manuales
de las clases medias. Las remuneraciones y el estilo de vida se acercaron. En
términos comparativos, la elase media fue menos beneficiada. Según Konj-.ur,
"entre 1943 y 1951, mientras cl costo de vida casi se cuadruplica, el sueldo de los
maestros se duplica, pero, en 1946 y 1952, cl salario promedio del peón industrial
se multiplica por cin co ' C ’l.
Cuadro 4.12. Indice de salario» industriales y costo de vida (tu s e 1945= 100).
1 .5 0 0
1 000
500
0
19-0 1945 1950 1955
H O lc ia lu s P eo n es
F u e n te O E C E I (1966)
(80) Wol. Fui*. "La tierra del estanciero*, cn KmimKi, M. icoinp.l, econom ía r h isto ria..
t i O B I’ )
Periodo Maíz Trigo Lino
1935-1939 0 6 423 2 7 632.2 3 001.B
1940-1944 Cl 5.3C9.7 7.CÍ7.1 2,687,6
1915-1946 3950.8 5 762.1 1 664.8
1946-194? 3612.2 6673.5 1 9: 5,1
1947-1946 3319.2 5449.7 1 573.0
1948-1349 2.G93.B 5.635.B 1 304,7
1949-1350 2.156.2 5 632.0 1.077.6
1950-1351 2 433 0 6 554.2 1 037.4
1951-1352 2 531.8 4.791,0 641J
1952-1353 3354.3 6 065,5 10200
1953-1954 3 268,0 6 353.9 732 3
1954-1555 3.001.5 5936 6 739.3
1955-1356 2 667.9 52100 674.6
;H 71 C f. C n ir-M -liu u tu. Noríti. " L l cambio tli- tumbo cn la economía argentina peronista
ll9>9-tí>55). t.t crédito agrario y los ronsejos regionales de promoción', en Ciclos cn 1.1
historia. t.i economía y 1.1 sociedad, 20. segundo semestre de 2000.
una iHxlerosa red intermediaria que. partiendo desde la parcela del productor,
condu ia cn las dársenas portuarias, atravesando diversos eslabones dc acopladores,
alm acenes dc ramos generales, comisionistas, corredores y exportadores de
((ranos. Dc esta manera, la comercialización de las cosechas se constituyó cn
luente dc Importantes t>cnelic¡os para los intermediarios, especialmente para cl
reducido grupo dc empresas comerciales organizadas en forma dc oltgopsonio.
f.s importante destacar, también, las condiciones en que el mercado mundial
dc granos se desarrollo durante la Segunda Querrá Mundial y cn la inmediata
posguerra. Como consecuencia del conflicto, los principales paises beligerantes
habían organizado sus abastecimientos dc productos primarios, en especial
alimentos, mediante la creación dc organismos estatales dc compra que actuaban
en forma independiente o coordinados con los de otros países aliados, como cl
llamado "Combined Food fioard". F_stos organismos llegaron a constituirse en
verdaderos 'carteles" ya que al eliminar virtualmcntc la competencia entre los
compradores regulaban los precios del mercado efectuando luego la distribución
de los productos adquiridos entre las partes interesadas. Finalizada la guerra,
mientras subsistía una gran escasez dc productos primarios, una crcciente
inflación mundial comenzó a elev ar los precios de los artículos manufacturados
U is principales polcncias decidieron continuar su política de adquisiciones cn la
íorma referida, dejando en cam bio lucra dc lodo control los prccios dc estos
productos industriales. I''rcnlc a este virtual monopsonio, no compensado por un
equitativo acceso a los producios que se ofrecían cn intercambio, la Argentina creó
su propio m onopolio estatal dc venta, actitud que por otra parte fue asumida por
otros importantes proveedores mundiales corno cl “Canadian Wlieat Board". en
Canadá; el "Australian W lieat Board*. cn Australia, y la "Commodity Credit
Corporation" cn los Estados Unidos.
|H9) Nmih, ¡jitvvA. IAI’1: .Iijq r y (U'c.ulcnchl. Uuenos Aires, I9flt¡. p.K). 5tí.
Como organismo comercial cl IAI’1centralizó también las importaciones dc
■■Mirrias primas esenciales y dc bienes de capital, especialm ente cn los anos dc
la inmediata posguerra cn <|uc los vendedores dc eslos productos eran también
entes estatales dc oíros paises. <|uc los ofrecían en cl mercado mundial. I’or estos
motivos cl IAPI lirmó varios convenios comerciales entre 1947 y 1949 con paises
como Suiza. Hungría. Italia. Países lia jos. noruega. Finlandia. Dinamarca. Suecia
y liras.il. con la finalidad dc colocar la producción argentina a precios más
ventajosos. Com o contrapartida, estos países proveyeron a la Argentina dc
maquinarias y bienes indispensables para cl sector industrial.
A medida que la política económica peronista se fue profundizando hacia un
modelo económico nacional-distribucionista. cl IAPI fue adquiriendo oirás funcio
nes distintas. En cl ámbito interno otorgaba fondos a las diversas reparticiones y
entes públicos destinados a la compra dc bienes de capital, operando com o un
verdadero organismo financiero. En esta función cum plió un papel muy importante
al participar cn la nacionalización dc empresas y cn la com prado bienes dc capital
para diversos cntprcndimicnlos estatales. En cl ámbito externo, y con cl objetivo
de expandir cl comercio exterior, cl IAPI olorqó financiamiento a otros paises para
que pudieran comprar en el m ercado argentino especialm ente productos
alimentarios. También adelantó fondos a astilleros europeos para la construcción
de em barcaciones dc pasajeros y dc carnes refrigeradas.
4.8.1. Los primeros artos: la evolución dc las balanzas com ercial y dc pagos
En los tres primeros anos del peronismo, cn función dc los favorables términos
del intercambio y de la disponibilidad de mercados existente cn la posguerra, cl
comercio exterior siguió una tendencia positiva, continuando la dc los anos de la
■tuería. sin embargo, experimentó, aun así. diversas alternativas.
Cuadro 4.16. Comercio exterior argentino y térm inos del intercam bio 11946-1949)
(en m illones de dólares para e l com ercio exterior).
l'n 1946. Ií >balanza comercial tuvo un saldoexccdenlario relativamente alto,
cercano a los 500 m illones dc dólares, pero en 1947 y 1940 esos saldos
disminuyeron com o consecuencia del espectacular incremento dc las ini|>ortac¡o-
nes. que se quintuplicaron entre 1945 y 1947. Csto se debió a la compra de
maquinarias, bienes de capital y materias primas de origen industrial, motivadas
por cl intenso proceso de industrialización. Los favorables términos del intercam
bio. que alcanzaron su pico cn 1948. fueron una consecuencia dc los altos precios
internacionales que tuvieron los productos agrarios cn la inmediata posguerra y
permitieron m antener un nivel aprcciablc cn cl valor total de las exportaciones,
aunque el volum en fisico dc éstas haya descendido entre 1946 y 1948. mientras
que, cn cambio, cl dc las ¡injertacion es se duplicaba, listo nos da un índice dc la
alta capacidad de importar que tenia cl pais cn esos anos.
La composición dc las importaciones nos muestra, a su vez. la preferencia
dada a los productos que contribuían al proceso de industrialización. Por un lado,
la participación dc los bienes de consumo no durables, que hasta 1945 promediaba
entre cl 25 y el 35 % decreció fuertemente a cerca del 10 en 1947. y aun menos
cn anos posteriores lia caída es inquietante en cl caso dc los textiles), y la
participación dc los bienes de consum o durables, luego dc un pico cn 1946,
mantuvo altibajos en una escala descendente. Por otro lado, es dcstacablc cl
incremento en la proporción dc productos intermedios metálicos, dc combusti
bles y lubricantes (a |>artir de 1949) y. en particular, de maquinarias industriales
(con un porcentaje destacado. 17,1 y 1 5 .8 % . cn I 9 4 7 y 1948) y dc elementos
fiara cl transporte y las com unicaciones (15,8 % y 10 % . cn 1947 y 1948, sobre
todo automotores y cam iones). La crisis, que va a comenzar cn 1949, afectará,
especialmente, estos dos últimos lubros.
V*
5 5 i i i i i ■ i i i
B
>» m
tj «
I* Ic S
0«> ftj ® U> K, in (O ® N S tfl
J2
| l *
2 -s
«r 04 co i n ( v n Cg ►
>» O
5 1
11
l l un n n c\ j f'- ut¡ o o» cy o -f
j f r
ifl n in in • - m »n ■- p ) k 0
ro *»' ó n e ifl iri o in -f
i í 1
S « O
!
Oíros p.
interm.
f l
Uj
k:
|
«I n «■_ r>( n r> cp %n <\» £7i
- f »■*•' w> n ® f>i o eb ií> rr>
(901 Mxüon. IbttMKu y SoiKMKuir. Juan V,. la política i-<onómicu cn una so cIctU il
co n fflctii.t L'l caso .injcnlino. Muchos Aires. 1976, pág- 00.
500
400 363.2
•100
ü s L. I I
-200
•300
-400
-500 -419.5
-450.2
Elaboración prop¡a.
F u e n te s C reccion General de Estadística y Censos Elaborado sobre la base del fcpo do cambio
promodo para exportaciones o importaciones ciado por: D v Air w ,l«o , C «k o :, Ensayos sobro
ü r,ts!orij econom ía argentina. Buenos Aires. 1975,
Gráfico 4,3. Principales saldos com erciales de la Argentina por áreas de comercio
(I94S-1948) (en m illones de dólares).
La memoria del Banco Cenlral de 1947 lo se hala ron claridad: "I-as dos
terreras partes de las exportaciones argentinas se destinan a |>aiscs con convenio,
en lanío cl grueso de nuestras compras debe realizarse cn Estados Unidos de
liorteamérica, a causa de la lentitud con que opera la reconversión de los paises
europeos. La intensa demanda de producios de toda Índole que soporta aquel
mercado I...I ha provocado nuevos aumentos de precios de sus productos y
determinó la reimplantación de sistemas de racionamiento |>or las autoridades
norteamericanas' ( “ ). En la discusión en torno a las decisiones económ icas del
primer peronismo se han criticado, cn este sentido, lanío el monto y la calidad de
los productos comprados cn cl pais del Norte, com o la realización de algunos
convenios con naciones europeas, cn particular cl que se realizó cn 1948 con
España, que no trajeron ventajas económicas y acentuaron los desequilibrios cn
la balanza de pagos.
(911 Banco Central tic la República Argentina. M em oria .m ii.il. I 947. pácj. 9.
Kcs|>cclo tic la primera cuestión, lino de los principales funcionarios econó
micos de la época. Amkldo Goitz M o k m i s señalaba: "durante mucho tiempo
tuvimos que traer y pagar del exterior lo que podíamos Muchas deesas di vivís
con el criterio «le un momento normal lucron malgastadas, pero, si se lo mira
objetivam ente, [rente a la realidad del m om ento no íuc asi. porque cl
dcsabastccim iento duró varios anos' ('•). Por un lado, se creía en cl |>osible
estallido de otro conflicto mundial (y la Guerra de Corea, en 1950. parecía
confirmar este pronóstico) y con cl |»>sible dcsabastccimiento y suba de precios
que esto podria traer. Por otro, la descapitalización de la querrá hacia que "existiera
verdadera avidez por utilizar cl poder de compra acumulado" (5Y
En cuanto al balance de pagos, el problema principal que se planteaba estaba
vinculado, además, al rescate de la deuda externa y la nacionalización de los
servicios públicos. Al 3 I de diciembre tle 1945, la Argentina disponía de un saldo
de oro y divisas de m$n de 5.700 millones, de los cuales m ín 4.000 millones se
habían acumulado desde 1941. I’e io en 1946. la casi totalidad de los pagos al
exterior se atendió con los ingresos provenientes de las exportaciones, aunque
hubo dos operaciones extraordinarias: el rescate de empréstitos externos en
dólares y francos suizos y la adquisición de la Unión Telefónica, que se pagaron con
cl saldo positivo del balance comercial. En cambio, cn 1947, las compras en cl
exterior motivaron, como señalamos más arriba, una fuerte contracción de las
reservas, originadas princi|>almcnle cn el délicit acumulado cn el área de divisas
libres, sobre lorio en el comercio con los EE.UU.. a lo que debe agregarse unos 140
m illones de dólares, pioductode repatriaciones de la deuda pública y privada y de
nacionalizaciones de empresas públicas. El total neto de oro y divisas cayó asi de
1.686 millones de dólares a 1.163 millones cnlrc 1946 y 1947.
Este hecho volvió a repetirse cn 1948, bajando las reservas o lio s 500 millones
de dólares. Pero en esle caso la caída obedeció, además del nuevo déficit
comercial con los EE.UU.. a la firma del Convenio Andes, de nacionalización de los
ferrocarriles y. en un pequeño monto, a la nacionalización de otras empresas de
servicios públicos británicas y francesas y a nuevas repatriaciones de la deuda
externa. 1.a operación de nacionalización de los ferrocarriles ingleses significó cl
desem bolso de m$n 2.029 millones, unos 750 millones de dolares. De esta cifra,
lo fundamental se pagó con divisas provenientes de las exportaciones de ese ano.
pero una parte también con libras bloqueadas, lo que produjo una fuerte
disminución del saldo favorable en cl área de divisas de compensación, en este
caso de libras esterlinas. Incidieron, asimismo, cnlrc 1946 y 1948, la transferencia
de utilidades, dividendos e intereses de empresas extranjeras, que llegaron a los
300 millones de dólares.
(92) Citado en lltm niKt, M. y 5nc,iri, C. (19941, pág, 37. ver también C a t .ií.h , A. >1974
(93) Banco Central (Ir la República Argentina i 1947). pág I I
fin «el año Oro Divisas Otros pasivos Total neto
con el FMI
1946 1.090,3 £363 — — 1,636.6
1947 337.9 BS22 — — 1.163.1
1D4S 142.6 5310 — — 673.6
1943 210.3 3136 — — 523.9
1950 210.3 483.2 — — €90.5
1951 266.7 1622 — -91,9 357.0
1952 2S6.7 -6.0 — -96,5 184.2
1953 371.5 102.1 — •96.5 377,1
'954 371.5 66.2 — -86.8 370.9
1955 371.5 ■1753 — •772 119.0
(94) Una opinión distinta señala que ct intercambio comercial no lúe el responsable
principal del déficit tlel batanee dc pagos, pero ello porque no tiene en cuenta la existencia
dc diferentes zunas monetarias, como apuntar) bien Muios y Snt k k o l iu c . cf. Vi: 1AKKLr.L, Jost
Osvii. -Política de Ingresos, I9-15-I955. en Ikxurncnto de Trabajo. ¡V l ‘>. f'f'.i’A. Buenos
Aires. IÜ7'J. pág I V
4 .8 .2 . La crisis econ óm ica y el secto r externo
Hacia 1949. comenzaron a manifestarse los primeros síntomas ríe una seria
crisis económica que sc advirtió por los desequilibrios crecientes del seclor externo,
pero que obedecía también a causas internas. Confluyeron en ella distintos factores.
En primer lugar, un vuelco desfavorable del marco internacional, al invertirse la
tendencia positiva de los términos del intercambio. En segundo término, la caida de
las reservas internacionales, como consecuencia. |>or una parte, dc los gastos en
cqui|>os y materiales para acelerar la industrialización y cn previsión de un posible
dcsabastccímícnto y. |>or otra, del proceso de nacionalizaciones y dc rescate de l.i
deuda externa. I’or último, la existencia de problemas estructurales, cn particular en
cl sector agrario, y clagotamientode una politicaeconómicade acentos industrialistas
y redistributivos. j>ero con limitaciones en el proceso de acumulación de capitales,
que sc manifestaba principalmente cn la insuficiencia dc industrias de base y cn la
creciente dependencia dc los insumos externos.
f.n 1949. sc produjo por primera vez un déficit cn la balanza comercial, de casi
140 millones dc dólares, de cuales cerca dc la mitad corres|>ondtan al comercio
con los EE.UU. Sin embargo, cl intercambio con esc pais cayó un 40 l.a. por la
brusca disminución de las importaciones. "Una vez cumplida la etapa dc conside
rables adquisiciones de maquinarias, m alcrías primas y bienes dc consumo
destinadas a cubrir la dem anda postergada durante cl periodo bélico — decía la
Memoria del Naneo Central dc 1949, reconociendo las dificultades— I...) las
compras en cl exterior han debido adecuarse a nuestras disponibilidades de oto
y m oneda extranjera'
P re c io s d c P re c io s de T e r m in o » d e l
Año E i p o r t a c io n e s I n p o r t a c io n e s S a ld o
« p o r ta c io n e s im p o r t a c io n e s in te r c a m b io
C uadro 4,19. Comercio exterior argentino y términos del intercam bio 11949-1952)
(en m illones de dólares para el com ercio exterior).
SI bien un ario más tarde, cn 1950, cl saldo del intercambio comercial volvió
a ser positivo, el volumen físico dc las exportaciones experimentó una caída, y cn
1951 y 1952 existieron dc nuevo fuertes déficit comerciales por cl alto volumen
de importaciones, primero, y el brusco dcsccnso dc las exportaciones, luego, a lo
que sc agregaba la caida de los precios internacionales de los productos primarios,
que sc incrementaron brevemente en 1951 debido a la Querrá dc Corea y luego
comenzaron una tendencia descendente.
1951 ISanro Central «le la República Argentina, .'h'tmiri.i ¿uiu.it. 1949. pág 24
Un elemento que influyó cn fonii.i negativa fue la inflación desalada cn los
paises industrializados cn la inmediata posguerra. Según cl economista norteame
ricano SrvM otJR hAKius. la perdida de poder adquisitivo de las divisas acum uladas cn
la guerra por los países latinoamericanos ascendió en esos anos a 1.200 millones
de dólares
En cl orden externo uno de los principales motivos de la crisis fue. sin duda,
cl Plan Marshall. que discriminó contra tas exportaciones argentinas impidiendo su
colocación cn los mercados europeos. Cl gobierno habia apostado hacia I Í)4B a
la recomposición de las exportaciones mediante la inclusión del (>ais cn esc flan,
al que ya nos referimos, diseñado por la administración del presidente Tm i. v . para
ayudar a reconstruir rápidamente las economías europeas. Los Estados Unidos
procuraban así frenar la expansión del comunismo soviético y solucionar el
problema del déficit del balance de pagos de los |>aiscs destruidos durante la
Segunda Guerra Mundial. El Plan preveía, como vimos, cl envío a Europa de
créditos baratos, equipos de capital, materias primas, combustibles y alimentos,
favoreciendo la colocación de excedentes exportables agrícolas c industriales
norteamericanos y capitales de ese pais, especialmente disponibles debido a la
reconversión del aparato productivo originada por cl esfuerzo de guerra tjue
superaba las necesidades del propio mercado interno norteamericano.
Se suponía, sin embargo, que una paite de ese abastecimiento debía ser
proporcionada |>or países latinoamericanos a través de compras que realizaría una
institución denominada 'Administración de Cooperación Económ ica' (ECA). Ello
habría de significar para países como la Argentina una salida para sus exportacio
nes proveyendo divisas con las que se podían adquirir bienes de capital para
desarrollar el sector industrial. El pais del nata, com o tradicional proveedor del
continente europeo, debería haber sido particularmente beneficiado. Pero la ECA
argumentó que los altos precios que los argentinos fijaban para su producción
exportable dificultaban las compras. No obstante, la Argentina formuló una oferta:
vender su producción a precios mundiales si se le garantizaba la compra de bienes
industriales a los niveles de entonces, y no más caros. Obviamente, ello no fue
aceptado, y la producción agropecuaria norteamericana, más tccnificada que la
local, fuertemente subvencionada y apoyada politicamente por cl listado que
proveía los fondos para cl programa de recuperación europea, desplazó así a la
Argentina de algunos de sus mercados tradicionales.
En verdad, ningún pais latinoam ericano pudo incorporarse al Plan Marshall
— incluso cl Brasil, que habia sido aliado de las naciones vencedoras desde
principios de la Segunda Guerra Mundial— porque los EE.UU.. por razones
competitivas no estaba interesado cn ello. El pais del Norte también era un gran
exportador de productos agropecuarios y, al financiar el Plan, se encontraba cn
condiciones de imponer el destino geográfico de las com pras realizadas con
dicho dinero, orientándolo cn su propio beneficio. Sólo Canadá, debido a sus
vinculaciones políticas y económ icas con su vecino y con Oran Bretaña, fue
(?H5f Cf. It.AXRis, Somoi*. Tht' furope.m Hcrovcry rnxir.tm Cambridge. Mass., 1948.
aceptado por ia (X A (*'). Un funcionario norteam ericano lo decía claramente,
justificando la negativa del ECA a la compra d c algodón paraguayo para el H an
Marshall: "Cl ECA no puede autorizar compras dc bienes—expresaba Pau .D amt.ls.
alto funcionario del Departamento dc Estado— declarados oficialm ente exceden
tes cn los Estados Unidos" ('"').
Es interesante notar que. al mismo tiempo que los países latinoamericanos
experimentaban cn la época serlas dificultades cn sus batan/as de pagos y en la
obtención tic dólares, las economías europeas cubrían sus propios déficit con la
ayuda norteamericana, cn gran parte gratuita, franela, por ejemplo, recibió entre
1948 y 1951. 2.600 millones de dólares de ayuda por el lia n Marshall (85 r.a dc
ellos en donaciones), lo que le permitirá financiar cl 69.5 % del déficit dc su
balanza de pagos corrientes cn esos mismos anos y cl 86.5 cú de su déficit con la
zona del dólar. 'Incontestablem ente— señala el historiador francés Item: G ikailt —
las necesidades dc reconstrucción y dc desarrollo económico fueron largamente
financiadas* (“ ). Aun más. al contrario de lo que pasó en la Argentina, debido a esta
ayuda 'e l fuerte desequilibrio dc los intercambios comerciales no incitó a los
responsables franceses a reducir masivamente las importaciones para realizar un
sacrosanto equilibrio a un bajo nivel de actividad' ( " '“I.
Pero no sólo se produjeron dificultades del lado de la demanda, sino también
del dc la oferta dc los productos exportables, listo sucedía como resultado de un
proceso dc estancamiento «le la producción ni ral cuyos orígenes se remontan a la
década de 1930 y a los años de la guerra y que se manifestaba fundamentalmente
cn la disminución dc las áreas cultivadas y cn un descenso de la producción de
granos. El limite a la |>os¡billdad dc incrementar en superficie las tierras producti
vas, la explotación extensiva y el bajo grado de utilización dc maquinarias y
agroquímicos dificultaban cl incremento dc la producción y, por consiguiente, de
las exportaciones. Entre, tanto, el crecimiento de la población y del poder
adquisitivo dc los salarios habían aumentado la demanda interna y reducido los
saldos exportables, mientras que. por otra parte, la política seguida por el gobierno
peronista de transferir recursos del agro a la industria, congelar los arrendamientos
y tratar de mejorar el nivel dc vida de los obreros rurales, desalentaba a los
productores tradicionales.
4 .9 .1 . La p olítica industrial
1 102) Cf. Mcnuula üvl Banco Central r/e /a República Argentina, t1M*1
proceso de industrialización durante cl peronismo ten es|>ec¡al hasta 1952) fue cl
desarrollo de la sustitución de importaciones de bienes de consumo no durables,
conocida como 'sustitución de Importaciones fácil".
Los instrumentos de |>ol¡t¡ca industrial utilizados apuntaban en especial hacia la
restricción de las importaciones en los sectores prioritarios, la concesión de
subsidios y dcsgravacíoncs impositivas, y la constitución de un aparato crediticio que
facilitara cl flnanclamlento para el sector, quedando esbozados en el régimen de
"Protección y Promoción a las Industrias de Interés Nacional" del dto. 14.630/44,
vigente hasta 1957. Cn dicho decreto se incrementaban en un 50 : i los aranceles
para diversos productos, estableciendo, además, cuotas de importación. Sim ultá
neamente se procedía a la líbentlización de los derechos aduaneros a las materias
primas que el país no producía o lo hacia cn cantidades insuficientes, que se
consideraban indispensables |iara la fabricación de productos de primera necesidad.
Se incluía en la liberalizado!» a los bienes de capital, elementos de transporte,
maquinarias, etc. C ’).
Un aspecto destacable en materia arancelaria fue la elim inación de las listas
de aforos a partir de 1947. En el pasado, los aranceles se aplicaban sobre un valor
estipulado cn una lista de aforos que no se modificaba regularmente. 1.a dinámica
de los precios habia llevado a que la base de la imposición fuera cn general más
baja que los precios efectivamente pagados, por lo que el arancel real era menor
que el emergente de la legislación. Con la eliminación de los aforos, los importadoras
debían tributar sobre el valor real. De ese modo, se contribuía, además, a un
inc remento de I.i piolet clon a las industrias.
La protección frente a la competencia externa no sólo em anaba de los
arañe elcs aduaneros, sino también ty para algunos analistas; fundamentalmente)
del régimen de control de cambios, que exígía permisos previos de importación y
establecía preferencias para la compra de materias primas y bienes de capital, en
especial m aquinarías, elem entos de transporte y artículos elaborados y
semielaborados que no podían ser atendidos por la Industria nacional. Kn esto no
se seguía más que una práctica ya utilizada por los gobiernos conservadores para
enfrentar la crisis de los años '30.
Mediante cl dto. ley 12.596/4G. se encargaban al Naneo Central todas las
operaciones relacionadas con cl control de cambios, que se implantó para hacer
frente a los gastos de divisas que el pais estaba enfrentando debido a la expansión
de las importaciones. Se establecieron en un principio varios tipos de cambio,
básicos y prcferenclalcs. de acuerdo con el producto de exportación o importación
de que se trataba, cotizándose cl dólar cn cl mercado para las transacciones
financieras a un I¡|x> mayor; el promedio era de algo más de m Sn 4,00 cl dólar. La
creciente sobrcvaluación del peso cn relación con su paridad teórica no pudo
resistir la crisis de 1949. y en 1950 se lo devaluó oficialmente, simplificándose.
Porcentaje
Rubros
sobre el tolal
Cuadro 4.20. D istribución de los valores de los perm isos previos de cam bio en 1947.
(10-tí lla m o Central de la República Argentina, Memoria anuaf. 1950. págv 3 3 y 34.
il0 5 > L ita m jlij. Joki.i. 'P olítica com ercial y desem peño industrial. La experiencia
argentina dc los últim o s cuarenta a n tis ', en B o letín I n lo n n o tiio Techint. N 25‘ t, setiembre-
o ctu bre de I9B 9. págs. 31 y 32.
Los subsidio» también tuvieron incidencia cu cl crecim iento del sector
industrial, liem os hecho mención _va dc algunas formas indirectas dc subsidio,
como la disminución del costo dc transportes o las tasas dc interés negativas.
Ju n to a estos estímulos sc otorgaron también subsidios directos, que beneficiaron
especialmente a las grandes empresas. Sin embargo, cl elem ento más novedoso
del peronismo fue la ejecución de una política crediticia especifica para cl sector
industrial.
4 .0 .2 . E l B a n c o d c C r é d it o In d u s t r ia l
Saldos de préstamos
Individuales u .5 1 1 .6 1 1 .S 6.a 1 0 .1 9 ,7 1 1 ,1 12 .0 1 1 .8 14 .0
C o & tva s 13.4 7 .9 7 .1 6.4 62 a .2 10 .0 7 .2 7 .4 9.6
Sociedades de
responsJt:: tí3d bniUda 2 1 .1 200 18 .3 1 7 .1 220 236 25 .8 23 .6 2 2 ,2 266
Sox-dadís anormas 4 5 .1 420 42 6 4 1 .6 4 2 .7 40 a 46.1 4 1 .7 4-3.7 41 4
M itts y ca b io s — 140 1 7 .2 2 4 .5 129 12 .9 1 .3 9 4 12 .3 08
Ovas 5.9 4.5 33 3 .4 4.1 5.5 5.7 6 .1 56 7.6
Tcül ICO 100 ICO ICO 10 0 100 1» ICO reo 100
i I O O G ik j a i -ISia c h v Nocni. "D ichosy flechas del gobierno peronista tl91f>-55). Lo fácllto
y lo sim bólico en e l análisis histórico*. Cntre/xMMkts. 13. t 997.
107) RiHXir.ii. M a m u h , t'.i flanco de Crédito tndiistri.il y Ai fx ililh .1 cconóm ka del
Ileninism o . Tesis <lc Maestría en Historia F.conómlca y de las Políticas Económ icas, facultad
de Ciencias Económ icas. UBA. Buenos Aires. 1999.
Sin embargo, como remarcan K m / y Kos*corr. "a pesar tic tener una cartera dc
corto plazo y de haber concedido gran cantidad de créditos fuera del área industrial,
cn cs|>eclal dirigidos al IAPI y a la Cor|>oración dc Transportes dc la Ciudad dc buenos
Aires, cstos primeros años del (Janeo Industrial idc 1944 a I í)55l sc caracterizan |>or
cl afioyo y cl tomento a la pequeña y mediana em presa'
Gralico 4.4. Prestamos acordados por el Banco Industrial a l público según tu destino
(en porcentaje).
i to fl! Ju lio ' y K ,isM.nr. 5t**uiun. El />n>( eso tic imlustrialU.lción cn 1.1 Anjcntinj:
c\oluiion. iclrorc-toy perspectiva. Bucnus Aires. 1989. pags. 53 y 34.
Es <lc destacar que existió un subsidio encubierto en la concesión de créditos
a las firmas tomadoras debido a las tasas de interés negativas, producto del
proceso inflacionario del periodo. La tasa dc interés aplicada varió muy poco cn
la etapa. | » r lo que las empresas amortizaban sumas inferiores a las obtenidas icn
el caso de los préstamos a m ediano y largo plazo, cl 60 % de la amortización se
realizaba en cl último año).
Además, otro rasgo característico fue que cl Banco Industrial otorgó porcen
tajes muy elevados de sus créditos a instituciones o empresas con actividades no
industriales, principalmente al 1API. y también a las empresas de transporte,
cinematográficas, de comunicaciones, etc. Con respecto al mencionado organis
mo, la carta orgánica del Banco estableció que éste era su agente financiero,
aunque cn la práctica cl apoyo dc la institución bancaria a las operaciones del IAPI
excedió esa función. Entre 1946 y 1949. cl P.anco Industrial se transformó cn cl
canal dc recursos del Banco Central destinados a operaciones que constituían
objetivos específicos de la política económica peronista, sin relación directa con
el scctor industrial. El IAP! actuó com o intermediario financiero cn esas operacio
nes mediante la compra de los sistemas de transporte y com unicaciones contro
lados por empresas extranjeras y la adquisición de materialesy combustibles para
las empresas públicas. También recibió recursos del BCIA para sus operaciones
destinadas a financiar los convenios comerciales con el exterior.
Desde 1946 el Banco dc Crédito Industrial dispuso una serie de regímenes dc
préstamos especiales rnuy diversos; para la producción dc aceite, la instalación de
irigorificos. los aum entos retroactivos de salarios en diferentes actividades, el
financlam ientodc la industria cinematográfica, la creación dc plantas celulósicas,
la producción d c maquinaria agrícola (luego dc 19491, ctc. Sin embargo, salvo
algunas lincas de préstamos especificas (pago de salarios a la Corporación dc
Transportes, producción de oleaginosas y empresas dc construcción) no adquirie
ron gran significación. Los préstamos dc fomento destinados tanto al scctor
industrial com o al minero, y cuyo criterio esencial consistía en financiar iniciativas
que no se podían concretar por falta dc capitales, también ocuparon porcentajes
menores cn cl total dc créditos otorgados por la institución.
Los sectores industriales que recibieron mayor a|>oyo fueron "Alimentos,
bebidas y tabaco" y "Textiles y confecciones". Ocasionalmente se alteró la
supremacía de los dos grupos mencionados. Asi cn 1946. cl segundo lugar fue
ocupado por cl grupo dc industrias químicas (debido a un importante préstamo
concedido a la tirma Atanor S.A. y cn los últimos artos del gobierno peronista se
volcaron más recursos al grupo "Maquinarias" que llegó a ocupar el primer lugar,
dada la importancia de los préstamos al I AME (Industrias Aeronáuticas y Mecánicas
del Estado), organismo asociado a empresas de caplt.il extranjero que se radicaron
cn el pais.
El crédito del Banco a las actividades industríales se canalizó principalmente
a estas ramas, aunque no existió una especialmente favorecida. Esto es, no hubo
una cspecialización crediticia clara orientada hacia ciertas actividades del sistem a
productivo. El Banco Industrial financió más que a sectores a determinadas
empresas, independientemente dc su actividad económica, que demandaban
créditos baratos según sus necesidades.
4 .9 ,3 . La evolución del secto r Industrial
P B I industrial
Producción
Año (en porcentaje
(1950=1001 Bel P B I)
F u e n te C E P A L 119581
Cuadro 4.24. Inversión bruta industrial (1944-1955) (en m illones de pesos de 1950).
1109) I W « . A. i 10871, pág 25, Las metalrm-cánicns a que se refiere el autor en ese
penoüo corresponden a industrias metalúrgicas sem illas.
(110» t)i v Air.i*~i»i>. C. 110 75), pág 22<>.
l'ero los problemas con los que tropezaba el sector agrario y la baja
compclitívidad y el desinterés oficial |x>r promover la colocación de otros
producios cn el exterior (hecho que implicaba |>oner cn riesgo el abastecimiento
de la demanda infernal conspiraban contra am bas alternativas. La debilidad
endémica que. |ior razones estructurales, tenia cl proceso de acumulación de
capitales interno y el itcclio de que la creación de nuevas industrias requería
grandes inversiones y una alta ca|>acidad de generación de tecnología propia
hacían impensables, sin un estimulo especial, un cam ino de desarrollo nacional
autocenlrado. Recurrir al capital extranjero contrariaba. |>or otra paite, la orienta
ción adoptada inicialmente por cl gobierno.
Cl sostenimiento de un scndcio Industrial exclusivo redamaba, entonces, una
piolunda transfonnacíón estrurtur.il que las autoridades gubernamentales no pcicí-
tiían o no |>arccían dispuestas a encarar. Para complicar cl panorama, la favorable
coyuntura internacional de |josqucrra se disipaba, dando lugar a la aparición de
crccicntcs desequilibrios cn el sector externo, en cl pioceso de icdístribución del
ingicso y en las finan/as públicas. Ambos factores confluyeron |>ara detener cl buen
dcscmfM'no de la industria y provocar un marcado estancamiento.
Kecíén a partir de 1952 comenzaron a vislum biaise vientos de cam bio que
pennitíeion avanzar sobre algunos de los notorios déficit que presentaba el sector
industrial, apuntando hacía rubros tales com o combustibles, productos químicos
derivados del petróleo y maquinarias v vehículos. I-as debilidades estructurales
para iniciar un viraje de lal magnitud impulsaron las discusiones sobre los medios
que debían utilizaise. Una alternativa era que el listado impulsara la producción
directamente, como lo habia hecho cn el pasado. Sin embargo, con la ley 14.222.
analizada más adelante, se optó |>or recurrir a la radicación de capitales foráneos,
pese a que esta situación chocaba con el objetivo inicial del gobierno peronista de
rccu|>crar los resortes económicos cn manos extranjeras.
listo no excluía la acción d e l listado cn determinados sectores industriales,
que se plasmó en diversas iniciativas, tendiendo un puente de continuidad entre
las diversas etapas |>or las que atravesó la política económica. A mediados de 15)47
se creaba así la Dirección nacional de Industrias del lisiado iD IflIE). dependiente
de la Secretaría de Industria y Comercio, pero con una esfera de acción autónoma.
El objetivo de la DINIH, cn principio coyuntural. era hacerse cargo de empresas
industriales de propiedad enemiga duianlc la guerra, pertenecientes a los |>aiscs
del Eje, que habían pasado en bloque a ser piopicdad del Estado cl 24 de enero
de ese ano. Se trataba de cerca de 140 empresas, que abarcaban un amplio
conjunto de actividades: metalúrgicas, construcciones, químicas, e l e c t r i c i d a d ,
combustibles, navieras y otras. Entre ellas se hallaban compañías alemanas de
gran importancia, corno Thysscu Lametal S.A., Siem ens IVauunion S.A.. Quím ica
Baycr S.A.. Quím ica Schcring S.A. y Anilinas Alemanas S.A.. que tenían una
participación clave cn las ramas a las que pertenecían. DlttlE formó un hoUlina
estatal dc 56 empresas, divididas en 6 ramas industriales. La idea no consistía en
que todas esas compañías quedasen cn manos del Estado, sino que alquilas de
ellas se transformaran en mixtas o sc privalizaran. A partir dc 1954, sin embargo,
sc comenzó a pensar cn restituir esas propiedades a sus primitivos dueños, hecho
que sólo se realizaría luego dc la caida de l’cww. a partir de i 950 O ").
También fue creado un grupo dc empresas mixtas, asociadas al capital
privado. Atanor, por ejemplo, fue una empresa química formada como sociedad
anónim a que cotizaba cn bolsa. I’ero la iniciativa más importante cn este sentido
fue la creación dc la Sociedad Mixta Siderúrgica Argentina (SOMISA) en 1947. a
partir de un proyecto del Gral. S a u o . que debía abastecer de acero a las distintas
empresas laminadoras del país, entre lasque podemos destacar AcindarySiderca.
Sin embargo, hacia 1952 la planta de San Nicolás todav ía esperaba los elementos
esenciales para poder iniciar su actividad. Dc allí que sus potenciales clientes
debieron recurrir masivamente a la importación. El gobierno inició, entonces, las
gestiones correspondientes con el Eximbank para obtener un crédito destinado a
impulsar la construcción dc SOMIS.V l'l crédito por valor de 00 millones dc dólares
fue aprobado, pero no habia sido desembolsado todavía cuando sc produjo el
derrocamiento de Pm oi ("*).
Otra rama que alcanzó un gran dinamismo fue la mecánica, en gran parte
debido a la existencia dc fabricaciones Militares. Cn particular, la Fábrica Militar
de Aviones, cn Córdoba, operó durante la posguerra con un elevado nivel dc
personal y con nuevos equipos productivos. Pese a que no pudo lograr una
producción masiva, consiguió un alto desarrollo técnico con respecto a las
empresas m ecánicas locales. Favoreció incluso la instalación dc fábricas de
automotores, tractores y equipos ferroviarios cn los alrededores dc la ciudad dc
Córdoba, que lom aban cn cuenta para su localización ta posibilidad dc abastecer
se de insumos cn la región ("-').
Desde el punto de vista del conjunto dc la estructura industrial, sin embargo,
com o puede verse en cl siguiente cuadro, la industria de alimentos mantuvo su
preponderancia cn cl periodo peronista, aunque cn forma decrccicntc. La
industria textil fue la que la secundó, aumentando su |Ktrticipac¡ón un 3,fi <
'ú entre
los quinquenios 1935-1959 y 1945-1949. para iniciar luego un descenso que no
sc detendría cn años posteriores.
111 I > Cl. EsrsMn. Juan C. y Tamaxa, Luí El., Valar industrial y enajenación de la OIMIt',,
Uuenos Aires. 1058; Mi.wfiiu», A ' L a s Inversiones alemanas cn la Argentina en la
década de 1930”. en Jahrbuch rür Gcscbichte LateinanietikM . Colonia. 2000.
(1 I 21 Si HViwzt*. J. (1996). I>ag. 209 y 210.
(115) Cf. Am . rit*.v MawaC. y To>nr. A i k u r>rx Capitalism o de Estadal 1927-1950).
Buenos Aires. I98G.
Rubro 1935-1939 194M944 m s-iw9 1950*1954
4,10. L A EV O L U C IO N P O L IT IC A : E L SE G U N D O G O B IE R N O (1952-1955)
11 I 4) Pt >hh i i. R:i AKi,n; Kvr.tho, Air.moy K*ivi-,ikt, Mamo. *t;i SCI t u l industrial argentino
Análisis estructural y situación actual*, cn fXf’A. Documento 11c Trabajo. N 231). Buenos
Aires, 197*1. páfls. C y 7.
A partir dc abril de 1953. la situación política sc tom ó m uy inestable. L is
denuncias sindicales con respecto al aumento del costo dc la vida, la oleada dc
rumores y denuncias sobre la corrupción cn el gobierno, las investigaciones
abiertas respecto dc negociados con cl abastecimiento dc carne que culminaron
cn el suicidio dc Jr .o D iia h t c (secretario privado dc Pckoi y hermano dc Eviia)
condujeron al gobierno a intentar la recuperación de la iniciativa política. Cl 15 de
abril, cn una concentración convocada (íor la CGT cn i’la/a dc Mayo, mientras cl
presidente hablaba a la multitud, estallaron artefactos explosivos que provocaron
la muerte dc siete personas y casi cien heridos. Cl repudio dc los asistentes,
alentado por cl propio Pilkoi, y cl accionar de grupos provocadores vinculados a
la Alianza Libertadora nacionalista y a las fuer/as dc seguridad culminaron con cl
incendio y destrucción del Jo cK cy Club y las sedes principales de la Unión Cívica
Kadical y del Partido Socialista ( " 'I .
Las medidas dc represión encaradas por cl gobierno llevaron al encarcela
miento dc importantes lideres o(>ositorcs y del cstab lish m ciH tradicional. Se
prohibió la publicación dc cables de las agencias noticiosas norteamericanas,
acusadas por Prnor» de distorsionar la realidad política argentina. También luc
desmantelado cl grupo terrorista responsable del atentado dc Plaza de Mayo,
vinculado a conspiraciones militares anteriores y cl gobierno denunció la existen
cia dc una confabulación oligárquica apoyada desde cl exterior.
Sin embargo, cl presidente no sc mostró dispuesto a prolongar la política
represiva sobre la oposición. La rcoricnUición dc la política económica, la
necesidad dc inversiones extranjeras, cl propósito dc mejorar las relaciones con
los CC.LU. — en julio sc recibió ia visita del hermano del presidente F.i m m m o w t k —
y. en consecuencia, la ncccsidad dc asegurar la estabilidad política interna,
llevaron al gobierno a promover una "conciliación política". Se levantaron las
restricciones a la prensa norteamericana, sc redujo cl tonoanticstadounidcnsc del
periodismo oficialista y. a propuesta del conservador Partido Demócrata, cl
gobierno decidió atender las demandas de la oposición. Como consecuencia,
fueron liberados algunos dirigentes políticos conservadores, radicales y socialis
tas. U i promulgación de una ley dc amnistía, a fines dc 1953, tuvo como resultado
la liberación de numerosos detenidos no comprometidos en activ idades terroris
tas y la derogación de órdenes de arresto contra figuras políticas exiliadas u
ocultas, no obstante, siguió cn vigencia cl estado dc guerra interno, cuya
eliminación habia sido pedida por la oposición Csta circunstancia dio un
carácter limitado a la "tregua política", que lúe rechazada tanto por los radicales
y com o por los socialistas.
Una nueva instancia electoral puso a prueba la relación entre cl gobierno y la
oposición. Cl gobierno convocó a elecciones para reemplazar al fallecido vicepre
sidente Qi>uA.ioy para elegir representantes al Congreso. La convocatoria prov ocó
disidencias dentro de los partidos opositores entre quienes estaban dispuestos a
( I I til Macoka. H o r a c io , U »sciju n tl.ip rcsltlcn clj tic Perón. Buenos Aires. 1984. |:.|<1 11fi.
considerable burocratización de las organizaciones sindicales, que se transforma
ron cn entes rmiltifuncionales. Participaban en la negociación de las convenciones
coleclivas. eran parte importante cn la implcrncntación de las leyes laborales
sancionadas por cl gobierno, intervenían cn los mecanismos creados para mediar
en los conflictos entre cl capilal y cl trabajo —comisiones paritarias y tribunales de
trabajo— y. cn cspccial después de 1948. desarrollaron importantes funciones en
cl campo de la seguridad social como la provisión de alimentos y la prestación de
servicios turísticos. Estas funciones requirieron la expansión del aparato burocrá
tico de los sindicatos y llevaron a sus lideres a desarrollar gran variedad de
liabilidadcs y a contar con un cucr|>o de expertos técnicos y legales.
I'or otra parte, los sindicatos perdieron la vitalidad característica de los anos
precedentes. Después de 1950. su papel comenzó a cambiar. La magnitud de los
logros del |>criodo anterior, la neutralización por parte del gobierno de los lideres
más combativos, la burocratización arriba mencionada y cl pragmatismo de los
dirigentes limitaron cl desalió sindical al gobierno, rio obstante, si bien muchos
trabajadores criticaban a sus organizaciones, los sindicatos conservaron su
legitimidad y fueron las únicas organizaciones que sobrevivieron a la derrota del
régimen peronista.
La movilización obrera volvió a incrementarse con motivo de la rcccsión de
principios de los años '50. Mo alcanzó los niveles de 194G-I947 y su disparador
fueron las amenazas a las conquistas económicas de los trabajadores. Entre 1949
y 1951 se produjeron im|>oitantcs conflictos obreros cn los frigoríficos, en la
industria azucarera, cn los gremios gráfico, ferrov iario y bancario. I'or su parte, el
Estado logró evitar el desborde de los conflictos obreros apelando a la represión,
pero al costo del abandono de aspectos de su política financiera restrictiva. Estas
luchas, protagonizadas por el sindicalismo peronista o por grupos sindicales sin
definida identidad política, parecieron insinuar la ruptura de la alianza entre cl
movimiento obrero y el Estado.
Desde 1952, se incrementó la |iarticipacíón de los trabajadores en las
actividades sindicales. Al tiempo que la inflación reducía sus ingresos reales, se
produjo una mayor implicación de los trabajadores cn las actividades sindicales
sin llegar alcanza los niveles de 1946 y 1947. Por otra parte, la presión para
resarcirse de las |)érdidas económicas se tradujo cn cl resurgimiento de los
conllictos laborales en 1954. cuando la recuperación económica era evidente.
Esta actividad huelguística fue desarrollada por los propios sindicatos—entre ellos
el de los metalúrgicos— . a nivel local, con la aceptación de las organizaciones
nacionales. En este caso, cl gobierno se abstuvo de intervenir y prefirió que la
conflictividad se resolviera por medio de acuerdos cnlrc las partes.
Sin embargo, los trabajadores no consideraron la nueva aclividad huelguística
como un ataque a P ik o x Se trataba de un enfrentamiento con los |>atroncs y se
estaba muy lejos de una ruptura entre cl régimen y cl movimiento obrero. A un ano
del derrocamiento de Pi »o-< "...la política argentina seguía estando polarizada y la
clase obrera no tenia muchas alternativas aparte de su apoyo al peronismo' ( u ,l.
A partir de 1949. se fue creando un espacio más propicio para que cl Estado
procesara las dem andas de los sectores económ icos predom inantes. La
rcoricntación dc la |iolitica económica ante la crisis, cn tanto procuraba reasignar
recursos cn favor del campo, a través incluso del IAI’1, hizo posible la satisfacción
dc los reclamos dc la burguesía agropecuaria, l a mejora dc los precios, cl apoyo
crediticio y cl estimulo a las cx|>or1acioncs agropecuarias m erecieron ct reconoci
miento y la disposición a colaborar con el gobierno por parte de la SRA. Ya en 1950,
los A n .ilcs dc la SKA incorporaban palabras del propio presidente en sus páginas
y la institución le obsequiaba un lote dc cicn caballos criollos para la escolta
presidencial <K").
Por otra parte, cn 1953. Pmos — buscando disipar las inccrtidumbres dc los
terratenientes Irentc a sus iniciales reivindicaciones de reforma agraria— asegura
ba que la gran (impiedad no era un obstáculo para el desarrollo económico. Sin
embargo, cl beneplácito público dc la SKA ante esas manifestaciones y la
conformidad con cl giro de la politica económica apenas disimulaban la hostilidad
(1331 Escitis. Cwjos. la Anfcntin.i vs. las grande» potcncias. E l precio del desalío,
Buenos Aires, 1900. págs. 79-85
argentino a los intereses <lcl Reino Unido, cn abierta contradicción con las políticas
de comercio multilateral promovidas por los EE.UU.
A poco de la firma del convenio, la devaluación de la libra esterlina fue una de
las razones que llevó al gobierno argentino a una devaluación del peso con
respecto al dólar. La decisión británica bajaba cl precio de las carnes, fijado en
libras, c incrementaba el del petróleo, cotizado cn dólares, de acuerdo con cl
convenio. Este quedó congelado y los intentos argentinos de renegociar cl precio
de las carnes chocaron con la intransigencia británica. Como resultado de estos
acontecimientos, se siisj>cndicron los embarques hacia cl Kcino Unido. En tanto,
mejoraron las relaciones comerciales con Washington. A partir de entonces la
vinculación con Oran lUctaria entraría cn una zona de conflictos que marcarían el
principo del fin de la larga "relación especial" entre am bos paises.
En este contexto se acordaron protocolos adicionales al convenio, a (ines de
1950 y de 1952. La Argentina logró un incremento de los precios, pero otorgó un
tipo de cambio prefcrcncial para la remisión de dividendos c intereses de
empresas británicas en momentos cn que persistían las dem oras en la remisión
de los correspondientes a las empresas estadounidenses, i’or olra parte, si bien
la Argentina redujo la importación de bienes no esenciales, afianzó cl papel
británico com o proveedor de combustibles cn detrimento de los EE.UU. En
estas negociaciones con Oran Bretaña, cl gobierno peronista recreaba la política
pendular característica de la inmediata posguerra.
La continuidad de las relaciones argentino-británicas se encuadraba dentro de
una tendencia más general a la ampliación de las relaciones económ icas con los
paises de Europa Occidental a través de tratados bilaterales. La región ya
constituía, tomada como conjunto, cl principal mercado comprador de la produc
ción argentina. Al misino tiempo, la recuperación económ ica europea y las
tendencias de los paises de esa región cada ve/ m ás independientes con respecto
a los lita d o s Unidos fortalecían las corrientes comerciales y los flujos de capitales
hacia la Argentina, compitiendo con cl pais del Mortc cn cl com ercio de importa
ción. sobre lodo cn medios de capital y transporte.
En ese sentido puede comprenderse la proliferación de convenios bilaterales
firmados por la Argentina con numerosos paises curo|>eos. latinoamericanos y
asiáticos. Estos acuerdos tcnian una doble finalidad, por un lado, ampliar los
mercados para la colocación de los producios argentinos y asegurar las fuentes de
aprovisionam iento de insumos. necesarios para im plcm cntar los planes
quinquenales, mientras que, por otro lado, al diversificarse los interlocutores
1¡138) Cuta del embajador Camu-i al illinLstro IÍM .11.0UA. Moscú, 4/10/1947. AMKf.C.
Klisia. expediente 6/1947; Anee. .last. MI vida. Dueños Aires. 1958.
038bls) R A ro ro n r, M a m o . Política y diplom acia cn la Antcntina. Las relaciones con los
IX .U V y la UKSS. Rueños Aires. I 907. p¿js 59-61.
Norte, mediante cl convenio con la UKSS. Disipada la probabilidad de una tercera
querrá mundial, luego de la crisis de Corea, se abría la posibilidad de incrementar
cl jueg o pendular sin renunciar a la adhesión a Occidente.
Cn noviembre de 1954 una misión argentina viajó a la URSS. 5c trataba de
responderá la inquietud soviética |>or cl desequilibrio en el intercambio pautado
cn cl convenio —las venias argentinas superaban a las importaciones— y
acrecentar los vínculos culturales. Estos avances motivaron la inquietud del
gobierno norteamericano que, a través de su em bajador cn Moscú, buscaba
sondear la evolución del comercio argentino-soviético C'-'i.
Otro hecho destacado en la relación argentino-soviética fue la inauguración de
la primera exposición industrial soviética cn Latinoamérica. Se tcalizo en liuenos
Aires, cn mayo de 1955. y permitió un conocimiento más detallado de los
productos soviéticos. El propio P i a o s recorrió la exposición, interesándose por cl
funcionamiento de la maquinaria pesada. De hecho, casi todas las máquinas
exhibidas fueron adquiridas |>or em presas estatales argentinas.
Para la concreción de sus objetivos, las relaciones del gobierno peronista con
los Estados Unidos resultaban decisivas. La Argentina no |>od¡a desconocer cn su
agenda económ ica y diplomática la hegemonía regional de Washington y su nuevo
papel com osuperpotcncia mundial. En consecuencia, siguiendo los postulados de
la Tercera Posición, la política peronista trató de equilibrar el peso del paisdcl ttortc
cn lo económ ico y diplomático.
En lo económico. Intentó mantener cl viejo esquema triangular cn función ríe
la industrialización argentina. Exportar hacia (irán Hietaña y Europa a fin de
obtener l.is divisas necesarias para I.i compra de bienes y equipos que. por
(1431 M aii«d, E o c a h ! k >. 'La Argentina y Brasil frente a la bequmla Dueña Mundial', rn
ülolx<li/.i< tón e historia. Buenos Aires. 1999. púq. 620.
entonces. sólo podían ser provistos por los Estados Unidos. Cn consecuencia,
entre 1946 y 1948, Oran Bretaña retuvo su posición dominante como d iente
individual dc las exportaciones argentinas cn tanto que las importaciones desde
los EE.UU. crecieron notoriamente, transformándose nuevamente cn cl principal
proveedor dc la Argentina y desmintiendo asi la idea dc un presunto 'boicot
económico", que señalaron, con cierta ligereza, algunos autores ('**). Nunca cn la
historia dc los dos países, cl intercambio comercial habia sido tan alto com o cn
aquellos años.
Cuadro 4,27. Comercio exterior con tos Estados Unidos (en m illones de dólares).
I I45bk) Sobre este punto ver, RArnpoKT, Maho, "El factor político en las relaciones
internacionales: ¿Política internacional vs. tcoiia de la dependencia? I n comentario', cn
DcmuioUo económico. ÍY $)2. enero-marzo de I9B4. pá<)s. 622 624.
argentino. En cl terreno económico. Miitcn s c manifestó a su vez favorable a
concluir un nuevo tratado de amistad, navegación y comercio como condición para
dar seguridad a los inversores privados norteamericanos y alentó el viaje del
ministro dc Hacienda. Ramoi Ct.KM.io. para la negociación de un crédito del
Eximbank f * 7l.
El momento elegido no era casual; los primeros síntomas dc la crisis dc 1949
se manifestaban ya cn cl balance dc pagos, donde jugaba un papel importante cl
creciente endeudamiento con los lita d o s Unidos, producto dc los saldos negati
vos en el com ercio con esc pais. Este sc elevó entre 1947 y 1949 a 933.3 millones
dc dólares, revirtiendo lo sucedido durante la Segunda Guerra Mundial. Los
alcances riel intercambio eran (>or demás significativos dado que los Estados
Unidos pasaron a ser proveedores, cn esos años, dc alrededor del 40 cío de las
importaciones argentinas, especialmente dc maquinarias y vehículos, to m o
resultado dc esta situación, la Argentina habia acumulado, a principios de 1949.
créditos impagos con los bancos norteamericanos |>or valor dc 300 millones dc
dólares, a lo que sc sum aba la imposibilidad, por parte dc las empresas
estadounidenses radicadas cn la Argentina, dc enviar remesas a su pais debido a
las restricciones cam biarlas impuestas por cl gobierno argentino. Esto redujo
notablemente el crédito dc los exportadores norteamericanos, mientras que la
escasez dc dólares dc la Argentina llevó a una fuerte disminución dc las
importaciones desde los Estados Unidos (’“ ).
La crisis del sector externo junto a disputas internas en cl gabinete provocaron
cam bios en el área económ ica del gobierno peronista. El nuevo equi|K> económi
co. liderado por A u t o jo Gomiv N o ía le s , procuró hacer frente a los problemas
creados por cl estrangulamiento externo dc la economía argentina. En primer
lugar, s c buscó dar una salida a las exportaciones y. cn segunda instancia, sc
intentó restringir las compras cn el exterior mediante una política de mayor rigidez
cn la concesión de permisos dc cambio. El objetivo principal consistía cn
solucionar cl problema dc la escasez dc dólares y reactivar, especialmente, la
importación dc bienes esenciales com o los combustibles, cuyo abastecimiento se
habia tornado critico. En ese sentido, cl gobierno peronista delineó dos caminos
de acción cn el área de las relaciones económicas internacionales: uno dirigido
hacia Gran Bretaña, y otro, h ad a los Estados Unidos.
En marzo dc 1950, una delegación argentina encabezada porcl ministro Ka io s
C r.xr.uo arribó a Washington. Después de una amplia agenda dc entrevistas con
funcionarios del gobierno y los principales intereses empresarios vinculados a la
Argentina, el Departamento dc Estado aclaró que cualquier solución al problema
financiero debía estar relacionada con medidas que facilitaran cl desempeño de
1147)Cf. Mallo*» al Depto. de Estado, [Sueños Aires. 1. 3, 1950,1KLi¡>. 1950. vol. II, pags.
096-701. donde se brinda un relato completo de estas conversaciones desde la óptica de la
f.mbajada norteamericana en Rueños Aires
1 148)ü « ai.oüc. K¡: v t'rom ñad nvkihbtm toHcluctant r.u tticis An¡cntina,indthr United
States, tu sa. Indiana. 1977, pág 250.
las empresas estadounidenses en cl pais del Plata. A cam bio de ello estaba
dispuesto a gestionar créditos cn cl Eximbank para amortizar las deudas com er
ciales y financiar a los exportadores norteamericanos que desearan vender
maquinarias cn la Argentina. En consecuencia, el gobierno local autorizó a varias
empresas estadounidenses a girar sus fondos financieros por prestación de
servicios a una tasa de cam bio más favorable, se hicieron concesiones a las
empresas frigoríficas norteamericanas y se acordaron facilidades a la operatividad
de las compañías petroleras del mismo origen. Todas estas medidas lucron
desplegadas por las autoridades argentinas atendiendo a la urgente necesidad de
restablecer cl crédito con la nación «leí Norte y reactivar cl llujo de importaciones
provenientes de esc país.
Como resultado de la misión Ccrcijo. cl Eximbank se comprometió — cn mayo
de 1950— a otorgar un crédito destinado al pago de las obligaciones comerciales
adeudadas por la Argentina. El banco desembolsaría 125 millones de dólares a
cambio de pagarés de un consorcio de bancos privados y oficíales argentinos, con
la garantía Incondicional del danto Central. El interés sería del 3.5 "u y la amortización
comenzaría cn junio de 1954. durante un periodo de 10 años y cn cuotas
semestrales, finalmente, el 13 de noviembre de 1950 se flnnó cl contrato respec
tivo. La demora cn concretar este acuerdo fue interpretada com o una láctica de
Washington para lograr ulteriores concesiones argentinas, como la ratificación del
TIAK y el alineamiento estratégico de la Argentina frente a la Querrá de Corea ( ,MI.
La importancia de las misiones de Mii i « y Cixcuo radica cn que incrementaron
cl flujo de importaciones norteamericanas a la Argentina, generando algunas
condiciones para un cambio posterior y más profundo en las relaciones argentino-
norteamericanas. Sin embargo, este viraje no llegó a eliminar los principales
obstáculos que tornaban conflictivos los vínculos bilaterales, condicionados por
las tendencias históricas, la naturaleza de la sociedad argentina y del régimen
peronista y la propia lógica interna y externa de la política estadounidense.
La visita de Mil u k y la ulterior misión de Crwiijo en los EE.UU. fueron parte de
una breve etapa de acercamiento entre ambos países. Cediendo a la presión del
Departamento de Estado, cl Congreso argentino ratificó cl TIAK cn junio de 1950.
l*or otra parte, esta decisión se correspondía con la percepción dominante de que
el conflicto en Corea derivaría cn una nueva guerra mundial. El gobierno argentino
aspiraba a no quedar marginado del mercado de los EE.UU. y. de hecho, este país
se convirtió cn el primer comprador de los productos argentinos
Sin cmbaigo. la Querrá de Corea puso de nuevo al gobierno cn una difícil
posición con respecto a sus vínculos con los EE.UU.. sus a(>oyos internos y sus
principios doctrinarios. Bajo la presión de Washington, cl Consejo de Seguridad de
( 149) Turro*. Jcncra A.. La Argentina y los Estados l 'nidos. Historia de una dcsconfíam .i.
Buenos Aires. 1090. pág. 220.
In ONU <tcm;inrló n los miembros dc l.i organización que dispusieran tropas bajo
un comando unificado dirigido |>or los EE.UU. El gobierno argentino pareció
dispuesto a prestar la colaboración requerida y circularon versiones que se
llamaría a las elases de reserva para tomar parte cn el conflicto.
La respuesta afirmativa de la Cancillería argentina al secretario dc la ONU lom ó
cstado público, generando manifestaciones dc descontento. Gremios, sectores de
la o|iosición y trabajadores del propio peronismo rechazaron la participación
militar argentina en la guerra coreana. Ptnon reaccionó ante cl malestar —en julio
dc 1950— manifestando que haria lo que cl pueblo quería y que no se derramaría
sangre argentina cn cl conflicto asiático. La contribución del gobierno se limitaría
asi al envío «le alimentos, f’or otra parte, cuando en oclubie dc 1950 la asamblea
dc la ONU autorizó a que las tropas bajo su bandera avanzaran hacia el norte del
paralelo 38 cn Corea, la Argentina se abstuvo dc apoyar la resolución respectiva.
La posterior invitación dc la ONU a que los |>a¡scs integrantes alistaran tropas
cspccIalcs com o unidades dc la organización también se encontró con la
reticencia aigcntina.
Ante cl agravamiento dc la situación internacional —la Kcpública Popular
China se inv olucró cn la Quería dc Corea— se celebró cn Washington ta IV Kcunión
dc Ministros dc Relaciones exteriores dc las repúblicas americanas. Allí, la
delegación argentina adoptó un perfil moderado. Votó la resolución que recomen
daba contribuir al esfuerzo de las Naciones Unidas, aunque procuró evitar toda
forma dc compromiso militar fuera del hemisferio. Se opuso también a que los
paises am ericanos operaran como un bloque dentro dc las Naciones Unidas
comprometiéndose con "una tcndcncía" de la misma y. junto con México y
Guatemala, contribuyó a dejar sin efecto una propuesta norteamericana respecto
dc la creación y mantenimiento de unidades e s le ía le s para la defensa hemisférica
y dc refuerzo dc las Naciones Unidas. En relación con cl apoyo a la adopción dc
medidas dc preparación dc las fuerzas Armadas para contribuir a la defensa
continental, planteó la reserva de que cl cm|>lco dc efectivos militares eslaria
sujeto a la aprobación del Congreso argentino.
Luego dc la conferencia, los vínculos entre los EE.UU. y la Argentina entraron
en una nueva etapa d c distanciamicnto y conflicto. Si bien el Departamento dc
tetado no retornó a una política intervencionista descartó toda iniciativa dc
negociaciones sobre problemas específicos como cl otoigamiento de préstamos
privados, exportación dc producios, armamentos, etc. t'M>. Por otra parte, el
csln b llsh m cn t y los medios norteamericanos acentuaron su ofensiva política
contia el régimen peronista, incluyendo la intención dc neutralizar los esfuerzos
argentinos para ganar apoyos en el continente.
Sin embargo, las respuestas económicas del gobierno peronista a la crisis
argentina cn 19 5 1-1952 abrieron una nueva etapa cn las relaciones con los EE.UU.
it5 2 Pv. tlm i:rro . Memorias. Vida pública y privada de un arifcntíno en c l siglo XX.
tiurnos Aitcs. 1000. 220 y 221
(153) ftatlonal Intcllxtence Estímate. Washington. 9/3/1954. Cf. Muir* al Depto. de
Litado Buenos Aires. 19/5/1954. USNA. I)S. 0 1 1 35/5-1954.
Sin embargo. cl nuevo modo de relación bilateral no estaba excnlo de
ambigüedades. Aun persistían las contradicciones entre los objetivos que ambos
gobiernos buscaban alcanzar. Uis diferencias resurgieron, como era tradicional,
cn el terreno comercial. Las restricciones estadounidenses a la importación de
avena y la colocación por paite de Washington de grandes cxccdcntes trigueros
subsidiados cn cl mercado mundial motivaron protestas de la Argentina.
La X Conferencia Interamerícana de Cancilleres, convocada por cl Departa
m ento de Estado, puso de manifiesto los limites del acercamiento. Kcalizada cn
Caracas, en marzo de 1954. constituyó el escenario para que los EE.UU. impulsa
ran sus objetivos estratégicos cn el marco de una campaña para desestabilizar al
gobierno reformista guatemalteco, al que acusaba de aliarse con cl comunismo.
En este contexto, la delegación argentina intentó instalar como tema central cl del
colonialismo cn América, vinculando la expansión de las ideologías de i/quierda
con cl atraso y la pobreza del continente. Sin embargo, los paises latinoamericanos
aceptaion el eje anticomunista del debate, impuesto por los EE.UU. En consecuen
cia. la propuesta de resolución norteamericana, por la cual la hegemonía comunis
ta sobre un pais de la región seria considerada agresión extracontincntal pasible
de ser reprimida ron medidas colectivas, resultó aprobada con la sola oposición
de Guatemala. Se abstuvieron México y la Argentina que. de esta manera, volvían
a poner distancia respecto de las posiciones de Washington ( ,M).
Luego de la conferencia de Caracas, la hegemonía estadounidense cn cl
continente pareció consolidarse. El derrocamiento del presidente guatemalteco
por una fuerza militar apoyada por la CIA. la reducción del campo de acción del
nacionalismo brasileño tras cl suicidio del presidente V a r g a s y la alineación
diplomática de los nacionalistas bolivianos con los EE.UU. fueron instancias que
modificaron cl escenario regional al com|jás de la renovada ofensiva política
norteamericana.
En este marco, la política de 'correcta amistad" del Departamento de Estado
hacia la Argentina se transformó cn una persistente "presión amistosa* destinada
a elim inar las ambigüedades del gobierno argentino. Como consecuencia de ello,
la administración peronista acentuó el control sobre los exiliados guatemaltecos,
partidarios del derrocado presidente Amcnz. y endureció la represión antícomunista.
Por otra parte, a principios de 1955 las relaciones económicas argentino-norteame
ricanas habían mejorado notoriamente según lo atestiguan las negociaciones
petroleras, los anuncios sobre nuevas condiciones financieras para las empresas
estadounidenses y las visitas a la Argentina de je le s militares del pais del norte. En
particular, los contratos petroleros, apoyados por la embajada estadounidense cn
[Sueños Aires, se fueron transformando cn el principal eje de las relaciones
bilaterales.
La |K>lítica de presión de la diplomacia estadounidense se conjugó con cl
debilitamiento político del gobierno peronista y con la eclosión del conflicto
político interno cn 1955. El golpe de setiembre encontró al Departamento de
telad o cn unii encrucijada diplomática. |>orquc al lin parecía que la administración
peronista había tendido puentes solidos con Washington. Sin embargo, no hubo
hesitación cn dar apoyo al nuevo régimen dc facto. ya que lan ío para cl gobierno
como para el estjb H sh m cn l norteamericano cl cam bio político operado era
considerado, cn términos globales, como favorable y las relaciones del peronismo
con los EE.UU. habían cstado signadas más por cl conflicto que por la armonía (l, ,l.
4 ,1 3 ,1 . Los lím ites del proyecto eco n ó m ico peronista y su reform ulación
(1551 “ Perón Lilis. The End of an Era', Simas» al Dcpto. de Estado, lis. As.. 20/9/55:
al Dcpto, dc Estado, lis. As.. 20/9/55. Ilo o v r n a la Embajada cn tls. As . 21/9/55 y
P ite »
Memorándum dc Lyon al Secretarlo de Cstado, FKLS. 1955/195?, vol. VII. págs. .177-3(12.
inminente estallido de unaTcrccra Guerra Mundial. yotio|xxo|>orlasobicvaluación
de la moneda argentina, no seleccionó adecuadamente la importación de bienes
de capital y maquinarías. A ello hay que sumar los impedimentos burocráticos para
importar, debido al complicado sistema de permisos y licencias t l v,l.
Kn tercer lugar, la redistribución del ingreso reposaba sobre tos altos precios
de los productos agropecuarios cn cl mercado Internacional. Ll sistema funciona
ba de manera relativamente armónica cn tanto las condiciones del mercado
mundial generaran precios elevados que apuntalasen la existencia de una ganan
cia extra, cuya rcasignación permitiera incrementar los salarios sin alcctar cn
forma sensible las tasas 'n o rm ales' de ganancia, cn especial del sector Industrial.
Además, la masa de recursos adicionales a redistribuir dependía del qu.inlum de
las exportaciones de los productos agropecuarios <lv’>.
U i caida del precio de los productos agrícolas cn cl mercado internacional
desarticuló una de las principales fuentes de recursos sobre las que se había
basado cl proceso de redistribución del ingreso. Por lo tanto, los incrementos
sal.tríales comenzaron a afectar las tasas de ganancia de los seclorcs empresarios.
La nueva lase de la coyuntura no podía sostener cl proceso de redistribución,
dando lugar a una puja distributiva que provocó una aceleración de la espiral
inflacionaria. Los precios industriales, a su vez. sintieron también cl influjo
negativo del aumento tic los valores cn los insumos importados y comenzaron a
incrementar sus propios precios.
Esto generó una severa distorsión de los precios relativos, visible especialmen
te en lo referente al tipo de cambio, a las tarifas de los servicios públicos y a los
precios agropecuarios, cuyo retraso no podía ser ocultado ya por términos «leí
inl ercam bio excepcional mente favorables. Los mecanismos de regulación econó
m ica ligados al pensamiento keynesiano, basados cn una expansión de la
dem anda electiva como motor del crecimiento, también alentaban un proceso de
ajuste de características inflacionarias. Por eso, la inflación se relacionaba con la
puja distributiva, con cl deterioro de los términos del intercambio y con la
transformación de la estructura de precios relativos inducida por cl gobierno a
partir de sucesivas devaluaciones y ajustes en las tarifas públicas. En cl fondo,
todos estos m ecanism os que provocaban cl alza de precios no hacían otra cosa
que expresar una inflación estructural vinculada al carácter subdcsarrollado de
una Argentina que. a pesar del sostenido proceso de industrialización de las
últimas décadas, continuaba preservando una base agroexportadora que ponía
límites precisos a su capacidad de expansión (■'■“ >. Sólo cn los últimos anos del
gobierno peronista, com o consecuencia del cambio de rumbo cn la política
económ ica, que verem os más adelante, los Índices inflacionarios cayeron
abruptamente, cn especial cn 1953 y I! ) 34.
tl5 b t C f .b 4 .n v A K / r H . J. 11‘*90 -
(1571 Cl. D i i m ' i o , A iH M .ru. Cincuenta a/ios <lc Iih íu sIiIjIU m u h i en /a Argentina. 1930-
lin io , tlui noi Aires. 19 8 3 ,
(1581 Pr.KHr.ii. Ai mi. Crisis y ¡iltem jlh 'M tic la p o litic.i económica a/yentfna. Buenos Aires.
l!>87. págs. 27 y 28.
Año
Indician Inflteién Depreciación
minorista mayorista cambiada
Humero de Porcentaje de
Porcenlaje de Contumo per capita
Periodo a b e ia s taenada» cábelas llenadas
caberas faenadas (kg por habíanle)
pccr.sjm o Interno pr'eiportaddn
1165' Piénsese, por ejemplo, cómo influye utl.i disminución en términos reates de las
tnrilas del Irrrocanil sobre el dinero disponible del trabajador que drbe usar esc medio dc
transpone para concurrir a su lugar de trabajo, sobre cl precio de los bienes de consumo y
sobre el costo de los insumos que deben transportarse también por ese medio.
1 106) Cl. Vni.viTV». J*vtR. Cfprocesoii>n¿Kionxrioartientino. IU43-I962. Buenos Aires.
1964 .
t i (HTbO ti el cambio üc la estructura dc precios relativos se descargó sobre el
costo dc los insumos importados (entre los que debo mencionarse. en especial, cl
combustible utilizado |x>r el scctor industrian y sobre los salarios que. a |>csar dc
incrementarse nominalmcnte, se redujeron al 69,9 % del nivel alcanzado en 194f!.
En esa coyuntura cl gobierno formuló cl Han de Estabilización de 1952.
modificando la orientación económ ica que había tenido vigencia cn cl periodo
anterior mediante la aplicación dc fomiulas más "ortodoxas". El Plan contemplaba
la im plcm cnlación dc una serie dc medidas dc emergencia destinadas fundamen
talmente al control de la Inflación y la recuperación del sector externo, y centradas
en la restricción del consumo, cl fomento del ahorro y cl aumento de la
productividad, l-as mismas fueron concebidas como un primer paso hacia la
aplicación dc otras de carácter más permanente, que permitieran superar lo que
se consideraba una "crisis dc desarrollo".
Las principales medidas consistieron en la creación dc la Comisión nacional
dc Precios y Salarios, cn cl conlrol dc precios y cn la extensión de la duración de
los convenios colectivos dc trabajo. Se ligaban, además, los aumentos cn las
remuneraciones con los incrementos cn la productividad del trabajo, se practicaba
una política dc contención del gasto público y se estimulaban la producción > la
c.x|>ortación agropecuarias, y la inversión extranjera. No debe |>asarse por alio en
este punto que la estabilización convalida las transformaciones dc la estructura dc
precios relativos producida durante el proceso inflacionario precedente, y que
dicha estructura determina buena parte de la dirección dc los incentivos sectoria
les para cl crecimiento futuro.
La adhesión al gobierno por paite dc los sindicatos, y dc los trabajadores en
general, pese a que existieron algunas huelgas y movimientos do fuerza, explica en
gran medida el exilo del Plan. El objetivo de contener la inflación fue alcanzado
prontamente. Si en el trienio 1949-19 5 1cl nivel dc precios minoristas creció un 40 ‘ .
cn cl trienio subsiguiente llegó sólo al 19 % , es decir, un promedio del 6 ’v anual (cn
1953 fue del 4 y cn 1954. del 3.8 También disminuyó la «leuda pública que en
1946 alcanzaba el 63 % de la renta nacional y cn 1954 era del 57 »;■.
El scctor cx lcm o comenzó también a recuperarse, sobre lodo cn los que
respecta a las exportaciones, que aumentaron casi un 80 enlrc 1952 y 1953.
y al saldo del balance comercial, salvo en 1955. que fue cl ano de la caída del
gobierno, com o lo muestra cl siguiente cuadro:
Cuadro 4.30. Comercio exterior y térm inos del intercam bio (1953-1955)
(en m illones de dólares para el com ercio exterior).
Kslo se produjo aun cuando los términos del intercambio, es decir, la relación
filtre los precios de exportación c importación. continuaron cayendo, lo que indica
un incremento del volumen físico de las exportaciones, f’ero con la recuperación
de la actividad económica, hacia 1955. también se incrementó, aun cn mayor
medida, cl volumen líbico de las importaciones, lo que implicó, dada la m enor
disminución de los precios de los productos importados con respccto a los
ini|>ortados. un aumento relativo de las importaciones, produciendo nuevamente
un déficit comercial.
<H>Ki Solm- el nuevo programa económico: Cf.. por ejemplo. ruutr*. A. (1907);
I.o*! V I T O . .1 (1*)9íí); Pterr». J. (199(1); Qtnutvorr. I’. y U a c t i. L. (199(3).
cn 1945. Es preciso destacar que hasta esc año las inversiones británicas eran las
más importantes, p cio el proceso dc nacionalizaciones, que afectó cn cspccial a
los capitales dc ese origen, tuvo com o resultado una drástica reducción dc tales
inversiones, trasladando cl predominio relativo al capital norteamericano, radica
do sobre todo cn diversas ramas industriales no tradicionales y cn la industria de
la carne y a quien, cn 1949. le correspondía cl 2G, I % dc la inversión extranjera
total, excluidos los tilulos públicos.
Con la sanción dc la ley 14.222 cn agosto dc 1953. sc im plemento el primer
régimen integral dc inversiones extranjeras, complementario dc las disposiciones
vigentes, las cuales n o sc derogaron. La ley determinaba cl tipodc radicación y los
sectores beneficiados con mucho detalle. Si bien disponía beneficios cspccialcs
para las inversiones cn industria y minería, cl concepto de industria era amplio,
quedando excluidas sólo escasas actividades productivas. La materialización del
aporte podía abarcar dos formas: fondos dc divisas a ingresar m edíanle transferen
cias bancarias. o bienes físicos (máquina-herramientas) o Inmateriales (patentes,
marcas, etc.)
Los beneficios más importantes consistían cn la posibilidad dc remitir las
utilidades a partir del segundo año dc la radicación, voluntariamente y sin previa
autorización, por un equivalente del 8 Vo anual del capital registrado, y la
repatriación dc capitales, luego dc 10 años, cn cuotas equivalentes al 10 o 20 %
anual. Por cl art. 12. cl Poder Ejecutivo podía eximir total o parcialmente del pago
de derechos de aduana las maquinarias, equipos y otros bienes vinculados a la
puesta cn marcha dc la industria.
Hasta 1955. momento en que cesó su vigencia, se permitió la radicación dc
catorce empresas extranjeras por una inversión dc 12.200.000 dólares, todas cn
cl sector industrial. La mayor inversión (cl 65 °o) corresiiondió a la instalación dc
una fábrica dc automotores dc ia empresa Kaiser, cuyo ingreso fue gestionado
oficialmente cn ocasión dc la visita de Milto i tisr.tnovirK {enviado del presidente
norteamericano) al país, aunque esa firma realizó, cn realidad, un convenio cspccial
con el Cstado. También sc instaló la F ia t cn fcn cyra (Córdobal a diez Kilómetros
dc la capital dc la provincia, con una fábrica dc tractores. Luego, mediante un
contrato entre esta empresa dc capitales italianos y cl IAMC sc originó el complejo
Piat-Concord. En cl marco dc esta ley sc produjo también cl reingreso al mercado
argentino dc empresas alemanas que durante la guerra habían sido expropiadas dc
sus posiciones cn cl pais. como Mercedes licnz. Siem ens o Uayer ( ,70|.
Con lodo, dados sus resultados, y |icsc a significar una variación con respeelo
a la política anterior, la ley no conformó a las grandes empresas internacionales,
particularmente cn cuanto a las transferencias de utilidades que. aju icio de estas,
no resultaban satisfactorias. Por eso, si comparamos su eficiencia en la atracción
de capitales extranjeros con la de otros regímenes implementados posteriormen
te. com o la ley 14.780/39 del gobierno de F homíui, comprobamos que fue mucho
menor. Al finalizar el periodo, las inversiones extranjeras cn el país se mantenían
en un nivel que no llegaba a la mitad del existente en la década de 1930.
C ip.1j l po• plises Inversión ( V
Anos Estados Total del Promedio
Heno Unido Otros países Total
Unidos periodo anual
4 .1 3 ,6 . El Congreso de la Productividad
117(31 G o m o . J, 11 9 9 0 » . p á g . 2 U 0 .
te embale de Ui Iglesia Católica, cl (menso fue evidente. Ix»s empresarios
tradicionales dc ladisu clla UIA. la Sociedad Rural Argentina y la Bolsa dc Com ercio
acompañaron ,il golpe militar dc setiembre dc 1955.
1 1771 Cf. S':r ''ji i.c St.u.N, Anoin». Cl petróleo argentino, huimos Aires. I95<».
i I7(l| Cl. Lii r uj». Jusc V.. Ke/íexfonc-s .sobre el problema iwtrolero argentino, Buenos
Aires. 1955.
700.000 toneladas dc carbón y 400.000 toneladas dc diesel olí. No obstante, la
producción dc combustibles no se expandió conforme a las necesidades del pais.
El déficit de combustibles, hacia 1953, estaba calculado cn un 50 % .
Las dificultades se tradujeron en un incremento de las importaciones. En
1946. las compras dc combustibles líquidos al exterior demandaron 196.9
millones dc pesos, pasando en 1953 a representar 779,8 millones iJc |icsos. En
1951. 1952 y 1953, el impacto creciente sobre la balanza comercial significó cl
15.1, cl 21.2 y el 22.9 % . respectivamente, del valor lotal dc las importaciones
argentinas. Gran parte dc las Importaciones de Y IT se satisfacían por intermedio
dc la Koyal Dutch Shell, la Anglo Iranian Company y la Standard Olí. El convenio
anglo-argcntino dc 1949 y cl protocolo adicional dc 1951 acordaron ciertas
ventajas a los Intereses británicos. Posteriormente. Iras la concreción del préstamo
del Eximbank. los intereses norteamericanos — a través dc la Standard Oil y la
Socony Mobil— comenzaron a aumentar su participación cn cl mcrcado argentino.
Mientras tanto, algunas misiones técnicas norteamericanas arribaron al |>ais
con el propósito dc establecer convenios para la exploración y explotación dc los
yacimientos petrolíferos nacionales. A principios dc 1954. se iniciaron negociacio
nes con fToyd Odlum. presidente dc la Alias Corporation dc Texas, empresa de
m ediana im|>ortanc¡a dispuesta a asociarse con capitales argentinos. A través dc
Pctroarqcntlna 5. A., integrada con capitales argentino^norteamericanos, proyecta
ba la explotación de petróleo y uranio cn Ncuquén y Río negro, y la realización dc
operaciones dc importación y exportación. También se iniciaron gestiones con la
empresa norteamericana Standard Oil dc Mueva Jersey. Y no estuvieron ausentes
las negociaciones con empresas británicas que propusieron un pian integral para
la explotación de yacimientos, refinación y comercialización de petróleo que
incluía los territorios dc Río negro. Meuquén. La Pampa. Santa Cruz. Tierra del
Eucgo y parte dc Mendoza. Pío obstante, ninguna dc estas tratativas arribaron a
resultados concretos.
f inalmente, se cfcctivizó un precontrato con la California Argentina dc Petróleo
S.A.. subsidiaria dc la Standard Oil dc California. El acuerdo tomó forma en los
primeros meses dc 1955 y fue enviado al Congreso para su ratificación cn mayo.
Por cl contrato, la California se comprometía a una inversión de U$S 13.500.000
durante un periodo dc cuatro anos para explorar y explotar un área aproximada a
los 50.000 km ; cn la provincia dc Santa Cruz. El terreno dc concesión se otorgaba
por un lapso dc cuarenta años, prorrogablc a voluntad de la compartía por cinco
años más. La empresa entregaría al Estado cl 50 % dc sus utilidades y vendería a
YPE la producción a u n precio cn dólares similar al dc Texas. Gozaría dc exenciones
impositivas y del dcrcclio dc Importar libremente los bienes necesarios («ira sus
actividades. Podía rescindir cl contrato sin costo alguno cn tanto que cl Estado
argentino, cn caso dc incumplimiento de alguna cláusula contractual, debia abonar
una fuerte Indemnización
|I83> R a p o t o k t . M . y S n o L t i . C. 1 1 9 9 4 1 , pág. 2 IG .
< I84i C.I. duran. J i l k i . La carda t ic Perón i d c j u n io a setiem b re d e 19551. B uenos Alies,
lí*»5.
económico adoptada por cl gobierno a partir dc 1952. Debía favorecerse la cnlrada
irrestricta dc las inversiones extranjeras, realizarse una apertura del comercio
exterior, incorporar el pais a los organismos económicos multilaterales c intensi
ficar cl acercamiento hacia los EE.UU.. iniciado, no sin reticencias, por cl mismo
gobierno peronista. Debían eliminarse las regulaciones estatales y subordinar la
base social del peronismo a los objetivos dc nuevas formas dc acumulación. En
definitiva, los sectores más |>o<lcrosos dc las burguesías industrial y agropecuaria
argentinas dudaban dc la disposición riel peronismo para conducir una nueva fase
de desarrollo capitalista acorde con las tendencias impulsadas |H>r los EE.UU. tras
cl fin dc la Segunda Guerra Mundial. Desde un punto de vista político no se
cuestionaban sólo sus tendencias autoritarias o la ausencia dc formas verdadera
m ente democráticas, sino también la presencia cn los círculos del |x>dcr de
sectores sociales 'Indeseables*. Sólo cl derrocamiento del gobierno podia hacer
posible los cambios económicos y políticos que se consideraban necesarios.
CApíiulo 5
E l a d ia Buv/Qiitz, 1960
5 .1 . EL CONTEXTO INTERNACIONAL
|4> Los franceses creían que el Ingreso británico era una es|>er¡e dc 'caballo di: Troya"
<ie los CsUdOS Unidos destinado a debilitar la |>ol¡!li a proeuropej de franela en el seno di
ta Comunidad.
(51 CL. por ejemplo, Tsoihaiis, L um v The Fien Cam pean Ccom m iy. Oxford, I0 ÍII
Desde cl punió dc vista comercial, la C E E alcanzó un éxito sin precedentes:
cl intercam bio entre los países de la Comunidad se cuadruplicó entre 195!! y 1969.
En esta notable expansión comercial, tuvieron incidencia cl alto (irado dc
desarrollo económ ico que ya habían alcanzado los paises miembro, orientando la
com petencia hacia la cspccialización. y la complementan edad entre socios dc
origen equiparable. La ampliación de los mercados fomentó cl crecimiento dc las
escalas productivas, ia divcrsificación a nivel empresarial y la modernización dc las
técnicas dc gestión. Debido a u n ámbito más favorable para la dem anda originado
por esa expansión, surgieron Inversiones e iniciativas que impulsaron al progreso
técnico y las innovaciones. Esto dio origen a nuevas formas dc cooperación y dc
servicios, estimulando cl m crcado europeo dc capitales. El dinamismo dc la CEE
atrajo inversiones de empresas extranjeras, sobre todo norteamericanas, con
tecnologías y métodos dc gestión más avanzados.
P B I de 196-3 • costo
P i lM ) Empleo Productividad laboral Población 1950-1970
Ót (« C tO ÍM
Atoraría 6,2 12 5.0 0,9
Austria 5,0 0.1 5.0 0.3
Bfijsa 35 0.4 3.1 0.6
Dinamarca 4.0 1.1 2.6 0.7
Finlarsta 4.4 1.0 3.5 0.7
Francia 5.0 0.9 4.6 0.9
tavía 2.5 ■0.7 32 0.0
Dalia 5.4 0.4 5.0 0.7
toyega 4,1 0.3 3.7 0.9
Países Baps 5.0 1.1 3.9 1.3
Beiro U.Któ 2.7 0.5 22 C.5
Siacia 4.1 0.3 3.8 0.7
Sucia 42 1.6 2.5 15
Praredio 4.6 06 29 0.8
F u e n te : Aiocnorr. Dtnt* H,. Historia do la cconomia europea (19U-I990). Barcelona, 1997.
Cuadro 5.1. Europa Occidental indualrlal: producto total, empleo, productividad laboral y
población (1950-1952/1967-1969) (taias de crecimiento en porcentaje anuaI acumulativo).
(6) Cf. IvitAArtA. Iv.ii* iu, ‘Cambios cn la economía política do .lajxjn y |js implicancias
[mm su política exterior', un l)i Ttux. T iw c u m o > lk>MV«>. Ah:i>. J.![x)n Anit'fic,i L.Uln.1. ta
construcción dc un mu ulo. Dueños Aires. 1908.
35
30
25
20
15
10
0
Crecimiento del P B I Inversión
■ EE UU U Ja p ó n
Fuente- AssriA*. J f m Cmíries. H islonc cconom quo dti XX-s>ecte La rcouvenure des
économ ics rató n ales (1939 aux aruiées 19801, P:ir;s. 1935
Grállco 5, I. T a s a s d e i n v e r s i ó n y d e c r e c i m i e n t o d e to s E s t a d o s U n i d o s y et J a p ó n
( 1 9 5 0 - 1 9 7 3 ) (p r o m e d i o anual, e n porcentaje).
I’or su j»¿»rte. las econom ías dc los países socialistas. siguiendo cl modelo
soviético inaugurado porSr/U-is. pio|K>nian esencialmente un proceso dc Industria
lización autárquico. Según esta perspectiva, el com ercio exterior era secundario,
dado que a|>enas constituía un m ecanism o para obtener bienes esenciales. Pero
cn 1949. y com o reacción politica ante cl Plan Marshall. la Unión Soviética.
Bulgaria. Hungría. Polonia. Rumania y Checoslovaquia fundaron el Consejo para la
Ayuda Económ ica Mutua (Comecon). al que sc sumaron Albania y la República
Democrática Alem ana (').
Tras la muerte dc S t v .s cl comercio exterior pasó a considerarse prioritario
para la cooperación entre los paises socialistas, permitiendo, además, la
prolundización dc las relaciones políticas. Este espíritu cooperativo se limitó en
yran medida a proyectos en el cam po dc la energía, y la mayor parte dc los mismos
fue llevada a cabo cn la Unión Soviética. P.n el terreno comercial, desde i 958
comenzaron a utilizarse los precios del mercado mundial com o instrumentos
auxiliares dc orientación, con la finalidad dcsim plilicar las transacciones interior es
del Com ccon. al mismo tiempo que sc aplicó un sistema homogéneo dc derecho
mercantil internacional, f.n realidad, esto Implicaba que el sistema dc precios
propio no era cl más conveniente para un intercambio equilibrado de bienes. En
Fuente: M jio o iso n . Angus. L 'óconom ie m ondaste au 20" Sicclc, Par/s. 1989
(Ul Cf. Mi-sari n <*. A V " l.i especificidad etc los procesos de integración: apuntes para
un nuevo entogue', en II Congreso europeo ele Latlnoameric artistas C f.lSA L '9 fl. Halle. 199U.
111i.i vuelta <i los IM 1<1<II<111MS staliuísl.is Polonia. Checoslovaquia y Ilumina iniciaron,
a |>aitlr de los años '50. cierto proceso de apertura |>ol¡tica. aunque la más dramática
crisis del socialismo de Europa Oriental lúe el levantamiento húngaro dc 1956,
reprimido pot las fuerzas armadas sovielk as.
L’n episodio qrave entre las superjxjtencias lúe la crisis de Berlín, originada por
cl éxodo de los pobladores dc Alemania Oriental hacia Occidente, entie 1960 y
1961 que llevó a las autoridades comunistas a levantar el muro que marcó los
limites dc aquel proceso y simbolizó, lueqo, ron su derrumbe, en 1989. el fin de
la CiuerTa I ría.
Pero la cuestión más seria tuvo su origen en América Latina, a |>nrtir de la
Revolución Cubana de cn cio de 1959. cuando un ejército de liberación, encabe
zado |xir P io c l C a s t r o Ki /. derribó a la dictadura de l'"i<.r~cio B m is - a lueqo de una
intensa acción querrillera cn cl caiti|>o y las montañas de la Sierra Maestra,
com binada con cl apoyo de gru|ios |>oliticos en las ciudades. La Revolución
Cubana, que tuvo enlre sus principales lideres al argentino Hnsi sro "Cnr* O .: v a h a .
fue lom ando una posición cada vez más cercana al marxismo y contraria a la
política hem isférica dc los Estados Unidos, quienes comenzaron, desde los inicios
del n nevo gobierno, a hostigarlo e intentar aislarlo desús vecinos latinoamericanos
mediante un embargo económ ico y su exclusión de la OKA lOrg,lili/ación de los
Estados Americanos). Washington procuraba asi contrarrestar la creciente influen
cia |>olitica. ideológica y también militar que tenia Cuba a través del accionar de
gru|)os políticos y guerrilleros en cl continente Cl.
El gobierno norteam ericano llegó, incluso a financiar una fuerza militar de
disidentes cubanos para derribar í i C w m cn abril de 19 0 1 que lúe denotada en
llahia de Cochinos. Esta tensa situación culm inó con el acercam iento económico
y político dc Cuba al bloque soviético, incluyendo la adc>|xión de medidas
defensivas entre las cuales la m ás ini|>ortantc fue la firma de un acuerdo militar con
la U KSS y la instalación de misiles nucleares soviéticos en la isla. La réplica del
presidente K: s-ai» frente a e s la iniciativa, conminando a sus adversarios comunis
tas a retirar esos armamentos y bloqueando militarmente la isla, en un arco
marítimo que iba de florida a (’ueito Rico, dio lugar a la denominada "crisis de los
misiles*, que puso al mundo al borde de una guerra nuclear. Pero, aunque en los
momentos más dramáticos barcos soviet ¡eos sc dirigieron hacia cl Caribe. K k i s c ii c v
aceptó finalmente el desm anlelam icnlo dc sus misiles a cam bio del compromiso
estadounidense dc no invadir Cuba t1 i.
La retirada dc Francia de la OTAN como parte ríe ln política gaullista dc una
mayor independencia frente a Washington; cl comienzo del involucram icnto dc
los gobiernos norteam ericanos en Viclnam . que se profundizó cn 1963 con la
llegada de L vmdo' Jnnssos a la Casa blanca luego del asesinato del presidente Jc w i
Ki n.ii i», y la invasión de la República Dominicana en 1965 |>or los Estados Unidos
5 ,2 . LA EVOLUCION POLITICA
3 ,2 ,1 . La "Revolución Libertadora”
til golpe de Lslado organizado por Iíi oposición a Pcnoi contó con la decisiva
participación de oficiales del Ejército y la Armada. I'ue encabezado por el Oral.
LonA K i». representante de los sectores católicos y nacionalistas, cl 1G de setiem bre
de 1955 y luv o su epicentro en Córdoba. Po.sc a que las fuer/as militares leales al
gobierno eran notoriamente superiores, cl foco rebelde logró mantenerse aunque
sin llegar a extenderse. I'or su parte, las bases navales de Kio Santiago y Puerto
lielgrano se plegaron a la insurrección, mientras que la Ilota naval en rebeldía
avanzó hacia liuenos Aires. Tras bombardear Mar del Plata, la flota envió un
ultimátum ai gobierno am enazando con atacar los depósitos de combustible en
Dock Sud y la destilería de Y IT en L i Piala, El 19 de setiembre, cuando la situación
militar distaba de set desfavorable para el gobierno, el presidente Pi r o í ofreció la
posibilidad de su renuncia al Ministro de Ejército, Qral. Enviáis L k x k o Este formó
una Junta de generales para negociar con los sublevados, lo que provocó el
desmoronamiento del dispositivo militar "leal" al gobierno y precipito — el 20 de
setiembre— la capitulación frente a los golpistas (">. Pnton debió refugiarse cn la
em bajada del Paraguay, punto inicial de un prolongado exilio que lo llevaría a
paises com o Venezuela. Panamá y la Kepüblica Dominicana. |>ara afincarse
finalmente en su residencia de Puerta de Hierro, cn Madrid.
Triunfante el golpe, su cabecilla, el Oral. Lo-wu. se declaró presidente
provisional el 21 de setiembre de 1955. Ignorando las relaciones de fuerza del
momento, se dispuso a desarrollar una política de concordia con los vencidos en
cl terreno militar y civil. Esta actitud conciliatoria le valió la oposición de la
oficialidad liberal, de los paitidos polilicos tradicionales y de los grupos de presión
que aspiraban a una depuración del Estado y de la sociedad argentina eliminando
torio lastro de peronismo. Sin llegar a cumplir dos m eses en el ejercicio de la
presidencia, bajo la presión de un grupo de oficiales —en su mayoría golpistas de
1951— , U v ia k p i fue obligado a renunciar. De esta manera, comenzó un periodo de
represión política del peronismo que 'encubría muchas veces un odio social, un
enfrentamiento de clases que cl Qral. L o m a k d i ignoraba por completo* ( u l.
El Qral. PrimoE. A k a i k l r i , elegido nuevo presidente mediante un acuerdo entre
oficiales del Ejército y la Marina, se mostró decidido a eliminar lixlo vestigio del
111>Gomo. Jct.-o. L l c.lirí.i ele l’ertin 2 (tle Junio a setiembre ile lOfifil. Buenos Aires
19(15. págs 204 a 2(Mi
régimen peronista. Por el mismo acuerdo. la Armada ratificó al Almirante Isaac t .
Hojas — expresión de los sectores ultraliberales— com o vicepresidente, El nuevo
gobierno dc in 'Revolución Libertadora", argumentando l.i defensa dc lariem ocnv
cía. intervino la CQT. disolvió .il Partido Peronista y la COL. proscribió las
actividades |*>liticas dc los peronistas, prollibió cl uso dc sus símbolos y arrestó
a muchos dc sus dirigentes. Anuló, por decreto, la Constitución dc 1949 y
reinstauró la de 1853. Por otra |>arlc. bajo consignas democratizantes, se encubrió
el retorno al liberalismo económ ico y social atestiguado por la coni|>os¡ción del
gabinete en el que estaban presentes hombres provenientes dc los grupos
oligárquicos y del mundo de los negocios. Asi, los grupos diligentes desplazados
por Prnos volvieron a ocupar posiciones cn cl Cstado.
Cl gobierno revolucionario creó un órgano dc asesorarniento denominado
"Ju n ta Consultiva Macional’ . Ln funcionamiento desde la asunción de Losahih y
presidida por el vicepresidente R ojas , estaba integrada |M>r veinte miembros
representantes dc los partidos |>oliticus antiperonistas. Dc esta manera, dichos
partidos obtuvieron una participación marginal en las decisiones de |>odcr. Ln la
practica, la Ju n ta actuó com o caja de resonancia de los problemas políticos que
debía enfrentar el gobierno militar y se transformó en un loro dc debate entre
partidos políticos cada vez más competitivos.
Paulatinamente la situación del gobierno lúe tomándose delicada. Entre los
peronistas s e organizó la resistencia: huelgas severas, sabotaje de la producción
y desobediencia civil enrarecieron la atmósfera social. El 9 dc junio tic 1950 se
originó una rebelión armada contra cl gobierno encabezada por cl Oral. J i a s J .
VAirr y apoyada por grupos dc civiles, falto de preparación y organización, el
levantam iento fue aplastado en pocas horas y se produjeron cerca dc mil arrestos.
El gobierno implantó la lev marcial, aplicó un procedimiento sumario a los
supuestos líderes dc los rebeldes y a simples sospechosos, condenándolos al
fusilamiento. Se ejecutó a treinta y ocho civiles y militares, entre ellos al Oral. V a u c .
único golpisla argentino a quien se aplicó la pena máxima por rebelión armada. La
dura represión ahondó y transformó cn drama la división |>olítica entre peronistas
y antiperonistas.
En 1957. el gobierno convocó a una convención constituyente como |iaso
previo a las elecciones nacionales para elegir nuevo presidente. La elección dc los
convencionales lúe un test que apuntaba a evaluar la correlación de fuerzas entre
los distintos partidos y. fundamentalmente, la orientar ión del electorado peronista.
Los resultados adjudicaron la representar ión mayoritaria a los partidarios del
gobierno. Sin embargo, los votos en blanco, básicamente peronistas, superaron
a los dc la primera minoría i la UCR del Pueblo). La Asamblea Constituyente sesionó
a fines de «igosto dc 1957 y cl resultado más significativo de las deliberaciones fue
la declaración de la vigencia dc la Constitución dc 1855. excluyendo las reformas
dc 1949. y la íi k oí potación riel art. 14 bis. garantizando varios derechos sociales
básicos, entre ellos cl dc huelga. La segunda minoría, expresión del radicalismo
frondizista. impugnó la asam blea y se retiró del recinto, convirtiéndose en |>ortavoz
del voto en blanco. Por su parte, los partidarios del gobierno, durante la asamblea,
rivalizaron entre si formulando propuestas destinadas a captar al electorado
peronista. El objetivo dc 'desperonizar" al pais estaba a punto «1c fracasar.
Partidos pon icos Veto» %
UCR di. Pi*bto 2.10Ó524 24.20
UCR l-trari gente t 647603 21.23
SocalsU 525 721 604
Dc t c c m Cnstano 4??e:« 463
Dcrocnta 333 743 3.83
Dcnocrati Proveí Va 363.e06 4.18
Ccrum ü 229 B2t 2.63 .
Votes tn Unco 2-1t5 661 24.31
Fuente estadísticas electorales do los danos do la «poca
Los scctorcs ultraliberales del ejercito y la marina ('g o rilas') pretendían una
'dictadura dem ocrática" y no entregar cl gobierno al candidato 'd e s le a l', electo
gracias al voto dc los peronistas. Sin embargo, la postura legalista de Akambl-ki
permitió a F k o h m z i asumir cl gobierno, l’ero Uis l'F.AA. conservaron su |ioder
dispuestas a preservar los principios del liberalismo económ ico de la Revolución
Libertadora y a asegurar la proset i|>c¡ón del peronismo, Para ello, las fuerzas
Armadas pasaron, cn forma definitiva, a constituirse en "partido militar', en un
actor legitimo del sistema político y a ejercer lina Intervención tutelar sobre las
actividades de los gobiernos civiles.
5.2.2. E l g o b ie r n o d e A k t v h o F r o s d u i
5 ,2 .3 . E l g o b ie rn o d e J osf . M a m a G u id o
i Ui> RiumKjiirz L*m*v Damu. ¿ a p resídatela de fnutdi/l. liu enos Aires, 1904. pag. <*U.
primera magistratura cn una suerte dc continuidad instituí ional. I I nuevo gobierno
— instalado cl 30 dc marzo— . si bien impidió la abrupta presencia militar en la
conducción |>olitica dei pais. nació debilitado y fuertemente condicionado por la
tutela de las fT.AA. Los comandantes cn jc íc dc las tres armas impusieron a Ovino
un gabinete con marcada tendencia antiperonista, anlifrondizisla y claramente
reaccionario.
El cm peoram lenlo de la situación económ ica y las medidas |>oliticas del
gobierno configuraron el marco dentro del cual la Argentina se deslizaba hacia una
guerra civil. Una nueva crisis de la balanza dc pagos y las medidas económicas
ortodoxas adoptadas primero por fr.Dt:»i:co Pisr r>o. que retornó brevemente, aunque
sin éxito, al Ministerio de Hacienda, y luego por la nueva gestión de A lsoqakai , que
impuso un plan dc austeridad para sanear l.is finan/as públicas, contribuyeron a
un profundo deterioro de las condiciones dc vida de los trabajadores. Por otro lado
bajo la inspiración del ministro del Interior C ahlos Atilinta r — radical del pueblo
vinculado a los ultraliberales— . cl gobierno sancionó un estatuto de los partidos
I id ílic o s cn vista dc las elecciones programadas para octubre dc 1903. Cl estatuto
proscribía al peronismo, calificado com o 'totalitario*, y a los partidos dc izquierda,
establecía restricciones a los partidos |>oliticos menores, y. dc hecho, solo los dos
radicalismos lUCRI y UCKI’i y la Democracia Cristiana quedaban habilitados para
las contiendas electorales, f.l cogobierno civico-mllitar había dado cl p.iso mas
lirm e hacia un dictadura tutelada |>or la facción "gorila" y había facilitado el acceso
a los ministerios d c las élites tradicionales, incapaces dc recuperar las carteras por
medio del sufragio.
Cn este cstado de cosas, cl ejercito se dividió cn dos facciones: los azules y los
colorados. Los azules, legalistas, cuestionaban la indisciplina fomentada por los
altos mandos ultraliberales y la injerencia de la Marina dc Guerra en los problemas
internos del Cjcrcilo. Su antiperonismo era sobre todo profesional y consideraban
que, |>csc ,i tos excesos del pasado, cl peronismo era una fuerza nacional y cristiana
que constituía un bastión contra la subversión. Por cl contrario, para los colorados
el |>cronismo era un movimiento de clase sectario y violento que desalaba cl
resentimiento obrero y socavaba los lundarnentos dc la jerarquía social como
antesala del comunismo. Cstas distintas actitudes frente al |>cronismo y. según un
alio funcionarlo del gobierno de entonces, cl desacuerdo trente al "intento de las
liberales extremistas por ingioncr al gobierno un curso dc acción fuertemente
resistido por importantes sectores de la cconomia y de la sociedad" llevaron al
enfrentamiento entre ambos bandos t17). Dc todos modos, las facciones tenninaion
combatiendo sinel encarnizamiento que hacia prever cl considerable despliegue dc
hombres y amiamenlos. Cn setiembre ríe 1962. cl bando azul, con la colaboración
dc la Aeronáutica, logró rendir a los colorados tras cuatro dias dc lucha.
Cl triunlo azul precipitó un cambio de gabinete, cn cl que se consolidó una
tendencia más moderada y negociadora. A iniciativa dc la cartera política se
implemento una estrategia legalista tendiente a integrar, sin riesgos, al peronismo
1171 S v Mihti> S v v v«n . Cl p o d e r mllHar y l.i Fluclón. Huellos Aires. 1083. |>,i‘i 2 7 1.
a l.i t ida política. Se trataba de organizar un frente nacional y Copular con la UCKI
y la Democracia Cristiana, incorporando al peronismo pero dejando al margen al
propio Patón. f_stao|>c ración polilka era acompañada por cl compromiso de celebrar
elecciones libres entre marzo y junio de I9G3. no obstante, cl proyecto tro|»ezócon
obstáculos que lo hicieron inviablc. Los sindicalistas peronistas combativos recha
zaban un nuevo pacto con el desanollismo. Las corrientes |>olilicas de dcrccha.
conservadores, socialistas democráticos y la U C K P— influenciada |xir la dirigencia
simpatizante de los colorados— . se ojionian al acuerdo. Las disidencias intcm.is de
los frentistas y las vacilaciones de los azules cn sus propositas intcgracionistas
reabrieron cl conflicto entre las ff.AA.
f'l 2 de abril de 1963 la M arinase rebeló pata modificar la estrategia electoral
del gobierno, siendo uno de los jefes del movimiento el ex vicepresidente I s a a c
H o j a s . La rebelión fue controlada jior el ejército con cl apoyo de la fuerza Aerea.
Pero, com o corolario de la crisis, los militares azules renunciaron a la láctica
intcgraclonista: no estaban dispuestos a prolongar los enfrentam ientos
intercastrenscs ni aceptaban negociar con Prnoi una Integración más sólida del
peronismo. La revancha colorada se consum ó a través de las decisiones de sus
vencedores.
5 ,2 .4 . E l g o b ie rn o d e A h t i ho Iix ia
5 .3 . O R G A N IZ A C IO N E S S IN D IC A L E S Y M O V IM IE N T O O B R E R O
■:2»l Cl. KM'KK.i r/ Lvt«v Dawii, la ’K r inlution Ubrrtm lorj' Humos Aires. IMU5.
desarrollada por el gobierno dc I llia — entre 1963 y 196(¡— , n In que juzgaban
próxima al populismo. Cn general, las formaciones jiolilico-idcológicas liberales
(cn lo cconómicoi-conscrvadoras (en lo político) participaron del gobierno dc la
Revolución Libertadora y. |«>t negociación o presión de sectores militares, cn los
gobiernos civiles de I' hommzi y en cl dc transición de J om M. G uipo . Al fracasar cn
sus objetivos de erradicar al |>eronismo y dc lograr la rectificación de las
orientaciones económicas, hacia mediados dc ia década de 1960 los liberales
optaron |ior una clara estrategia antidemocrática, rompiendo sus vínculos con los
partidos no peronistas r
Cn cuanto al |>cronismo. la proscripción |H>litira no fue el único problema guc
debió afrontar. Las relaciones con su líder exiliado no estuvieron exentas de
complicaciones. Cn una primera etapa, cl sindicalismo peronista aceptó la cam bian
tes directivas del ex presidente, consciente de la lealtad |K>litica de los sectores
populares a F i m >s . Por cl contrario, sectores políticos del peronismo del interior
afirmaron sus propios liderazgos locales y se orientaron hacia expresiones políticas
neoperonistas. dispuestas a aceptar el marco |>ol¡tico creado a partir de 1955.
Cn esa etapa surgió también un ala de izquierda dentro del peronismo, fruto
de la radicalización de sectores internos y prolagonistade la llam ada "resistencia'.
Este sector tenia antecedentes en una corriente dc tono nacionalista encabezada
por Jo m W t '. n v i C o o r e y la revista D c Frente, que apareció en marzo dc 195-V
todavía bajo el gobierno peronista, y fue clausurada cn octubre de 19 5 5 .1’ero con
el gobierno ríe P k o - i >iz i . y bajo la influencia de la Revolución Cubana, fue tomando
un mayor perfil; sus metas eran va claramente el socialism o y la soberanía popular.
Esle sector cristalizó en la década de 19G0 cn una tendencia revolucionaria <|ue
se e xpandió a principios de los años '70. cuando creció la Juventud Peronista y las
llamarlas 'form aciones especiales" se lanzaron a la guerrilla urbana, convirtiéndo
se en protagonistas de una eta|>a posterior en la historia del peronismo (' 1.
I’or oli o lado, y formando parte de un ala más moderada, durante el gobierno
constitucional del radicalismo riel pueblo, el sindicalista Ai casto V a n >oh se mostró
com o cl dirigente más decidido a independizarse de la tutela de ñ kom y a
aprovechar los esp.it ios que cl orden político parecía ahora dispuesto a otorgarle
al peronismo. |>ero sin la presencia —aún considerada deseslabilizadora— dc
Pi-Koi. Sin embargo, éste, desde su exilio, logró — durante las clcccloncs para
gobernador de Mendoza, en 1965— que un candidato partidario dc su liderazgo
derrotara al candidato del jefe sindical. Esta frustración fue uno de los factores que
llevó al vandorismo a apoyar a los golpistas de 1966.
Entre las organizaciones corporativas, la Sociedad Rural Argentina fue cl
bastión de las |iosluras liberales, síntesis dc las reivindicaciones de la gran
burguesía agraria. Recibió con satisfacción el derrocamiento del gobierno peronista,
cuya gestión fue caracterizada com o "una política demagógica encam inada a crear
artificialmente un apoyo popular al gobierno recurriendo al fácil ex|x:dientc de
*291 Cf C a v w o u i , M. 119031
(3 0 1 Cutir m i l . Itioiwr». N > M arios (A* l'cló v io s Montoneros, buenos -Aires. 19117. pAg. M
expoliar ¿i los productores ¡K|rarios". Miembros tic la entidad ocuparon puestos
destacados cn cl gobierno de laclo, a nivel nacional y cn cl de la estratégica
provincia de Buenos Aires. Luego. respaldó las m edidas liberali/adoras de la
econom ía adoptadas por E h o m o iz i . pero juzgó que las posturas reformistas del
gobierno bonaerense de enton ces— cncabc/ado |x>r O v ak A¡iN>r— . en contradic
ción con las del gobierno nac ional, apuntaban a "soviet! zar' cl agro. l.os ruralistas
calificaron de demagógica la |x>lilica del presidente ti i w. rcclam ando el abandono
del dirígismo económ ico y del intervencionismo estatal. Cuando sobrevino la
Intervención mililai que depuso al gobierno radical en 1966. la SKA apo)ó a los
golpislas
A fines de octubre de 1955. miembros de la dirigencia de la disuelta Unión
Industrial Argentina se apersonaron ante el presidente Losamm. U i representación
de la buiguesia industri.il tradicional se solidarizó con las directivas gubernamen
tales y manifestó su disposición a colaborar con las autoridades. Por otra parte,
dem andó la devolución de la |*'rsoneiia jurídica y de los bienes de la organización,
objetivo que consiguió, pues cl general A kamiu kl1decreto el restablecimiento de
dicha personería a mediados de diciembre y designó como interventor al último
presidente de esa institución, electo en I94G. en claro reconocimiento a su
ostensible |x>sLura antiperonista. En jun io de 1956. junto a la llolsa de Comercio,
la Cám ara de Com ercio y la Comisión Coordinadora de Entidades Agropecuarias
—que agrupaba entre otras a la SKA— . la UIA conform ó la ACIEL lAcción
Coordinadora de Instituciones Empresarias Libres). En coincidencia con los
principios tradicionalm cnlc sostenidos por la gran burguesía agraria, la A CIEL se
transformó en cl ámbito donde convergió el empresariado defensor del liberalismo
económico.
1.a CGE. entidad representativa de la nueva burguesía industrial nacional, se
halló. |>or cl contrario, intervenida tras el derrocamiento de Plko-. La medida (ue
anulada |»or cl gobierno de Fkomh/1. que — contra la 0 |X)slción de la UIA— le
restituyó parle de sus bienes y permitió la reconstitución de la entidad. La CGE. cn
competencia y confrontación con la UIA y otras entidades empresarias tradiciona
les, defendió el proteccionismo y el pioce.so de sustitución de importaciones.
Expresión de los industriales ligarlos a la expansión del mercado interno, criticaba
a los ruralistas [x>r el lento crecim iento de la producción agraria, que limitaba I.i
disponibilidad de divisas para la econom ía nacional, favorecía la intervención
estatal en la economía, razón |xjr la cual fue considerada por las corporaciones
liberales como una organización "totalitaria". En búsqueda de respaldo a sus
posturas, la CGE trató de estrechar vínculos con sectores gremiales. En julio de
1958 invitó a las 62 Organizaciones, el MUCS y los 32 Gremios Democráticos a
participar en la elaboración de un plan económ ico conjunto. En muchos aspectos
cl plan coincidía con los tradicionales reclamos socioeconóm icos del peronismo,
aunque. |x>r prudencia, no recogía las exigencias |>oliticas del justicialismo. como
1 >i (\s-.rnov Asiiw>y Em u:r. Cakiov llistoiLi general de Vas rclacltines exteriores de Ja
fícfmblic.l Argentln.1. tomo XIII, 'U>s relaciones políticas. 1943 t**fi<>‘, Rucaos Aires 1999.
201-206.
propiedades alem anas expropiados durante la guerra, por la presión dc los paises
aliados. |>or cuanto sc consideraba que pertenecían a empresas nazis o vinculadas
al nazismo. La historia parecía revertirse y las empresas yermarías estaban muy
satisíechas con "este ejemplo de s<i\oir \i\rc sudamericano"
Sin embargo. cuando cl 25 dc noviembre dc 1957 sc firmó el acuerdo
multilateral entre la Argentina y once países europeos, ya sc habia firmado, cl 25
dc marzo dc ese año. el Tratado de Roma, que crcó la C EE. y las relaciones con
cl Viejo Continente, especialmente las comerciales, comenzaron a sufrir los
efectos del creciente proteccionismo agrícola que fue estableciendo la Comunidad
pata defender a sus productores agropecuarios. Teniendo cn cuenta la Importan
cia que los mercados europeos habían tenido en c l pasado para la Argentina, esta
circunstancia iba a afectar los futuros vínculos con los paises comunitarios.
Com o la situación del comercio exterior no mejoró con estas medidas, sino
que incluso se agravó, especialm ente en torno al abastecimiento dc petróleo >
combustibles, que constituía un factor fundamenta! de desequilibrio, el em baja
dor M m k c i o Y a i u r o i a propuso al gobierno norteamericano la posibilidad de
concertar nuevos contratos entre Y IT y empresas del país del Norte anticipando
los contratos petroleros que Urinaria F h o m u z i . Por otra parte, y rompiendo la
orientación pro occidental, cn enero de 1958 el gobierno de Aramsiuu envió a
Moscú una misión encabezada jior cl ministro de Industria y Comercio. Km ¡
Omüahtv pata comprar cqui|ios para la industria del peliólco y la construcción vial
y para aprovechar créditos pendientes con la U KSS como consecuencia del
convenio dc 1953 y su protocolo adicional dc 1955. Esta misión no fue bien
apreciada cn los EE.UU.. y el secretarlo de Estado. Fovtr.K D turs. habló dc una
posible "ofensiva soviética" cn América del Sur. La preocupación generada por la
Q uena fría cn cl continente existía, aunque no sc traducía para Washington cn una
ayuda financiera sustancial, tal com o le habia sido otorgada a Europa y a varios
paises asiáticos ('"I.
El advenim iento a la presidencia dc Aun no rturui/i implicó un viraje cn la
política exterior con respecto a anteriores experiencias que dio lugar a apreciacio
nes disimiles por parte de observadores y especialistas. Desde aquellos que la
calificaron com o pro norteamericana hasta quienes llegaron a advertir cn ella una
predominante tendencia hostil hacia los poderes occidentales, cl abanico de
Interpretaciones es muy amplio. Están incluso los que sostienen que cl principal
problema lo constituyó la inconsistencia dc la |io|j(ica exterior frondizista. por
cuanto desafió innecesariamente al país del Norte al mismo tiempo que requería
su ayuda. Pero estos mismos autores reconocen que los EE.UU. no estaban
(39l l n.i posición critica «le la orientación .intioccklcnt.il «ir la |xi1itlra exterior de
f%ost_fi, denom inada de la 'co m isa ', puede verse cn C o tL P v , A y ftw .w i. ü (19641, mientras
que una visión igualmente etílica pero cn un sentido inverso, <onsiderando a fKosuai como
pro noli cam era ano. está desarrollada en ct libro Me Siustn. lim i. -i >. t'/pa/sapiet jod e costo
IHienos Aires. 19U8 La Idea de l.i 'inconsistencia' de la |Kilític a exterior frondizista <riticada
en tem im os de un 'exceso c uii[i.iptCKliKerile* de pragmatismo es planteada |*ii l '-•’tsos ^
L m -.:.i 119991. pág 320.
>0| Ks- if.-Hi, N ' C . o y b e . •■i., C :v i íi , t j .ai : v / J is í o r i a i ft.llth'l.iih'lhir
IIO rC V . tnlievisla a Caitos rtorit. 17/11 1987
|4 U Cismjuts. A. y Cm 11 r (' (1999 ’ pág 240.
(421 (i.vcu I .iso . J.»si I., fiom t¡¿t e.sl/aletjia ilcl desam >/to .m¡cnlino. Rosario. 1967,
pág I n it.
mundo bipolar (*'). La licitada al |>odcr de I): G a l u i cn Prancia. por un lado, y cl
conflicto chino-soviético. por otro, suponían la aparición de rupturas dentro de ese
orden, mientras que cl carácter catastrófico «le cualquier enfrentamiento nuclear,
que llevaba a la aniquilación mutua, inhibía cl uso de los arsenales atómicos, r.stos
presupuestos marcarían e n tra n medida las lincas principales de la política exterior
argentina en el período.
Fiuvini/i mostró. |x>r otra parte, una mejor disposición hacia los instrumentos
de cooperación política en cl hemisferio, incluyendo cl fortalecimiento de los
organismos intcramericanos. Aunque dio un carácter prioritario a la integración
nacional, manifestó interés hacia los programas de cooperación económica
regional, especialmente com o un medio de contrarrestar los efectos negativos de
la división internacional del trabajo a favor de los paises ricos, incluido cl
proteccionismo que m uchos de ellos practicaban, y como una manera de
favorecer, a través de la ampliación del intercambio, los propios desarrollos
nacionales. De allí cl apoyo argentino al Tratado de Montevideo, de febrero de
1960, que conformaba la Asociación Latinoamericana de Libre Comercio «ALALCI.
También impulsó polilicas com unes con países del Cono Sur, en especial con el
ISrasil, a través del acuerdo de Utuguayana. firmado cn abril ele 1961. cn cl que se
establecían la consulta y la coordinación de políticas y acciones conjuntas frente
a problemáticas de la región o ajenas a ella.
Cl acceso de Jo tii f K l - t i » a la presidencia de los F.slados Unidos, coincidcnte
con el desafio que Cuba, liderada por hurí Castiio. ejerció sobre las relaciones
intcram cricanas existentes, le dio a F k o n h / i la oportunidad de ejercer un papel más
relevante cn los asuntos del continente. Invocando los tradicionales principios de
la Argentina sobre |K»litíca exterior, tales com o el respeto a la autodeterminación,
la no intervención cn asuntos internos de otros paises y la búsqueda de soluciones
IKicíficas en las disputas internacionales, el presidente argentino formuló una
política exterior que, aunque procuraba dar pruebas de amistad con los Estados
Unidos, manifestaba al mismo ticni|>o una renuencia a tomar medirlas precipitadas
contra Cuba (**). Kl accionar de la diplomacia argentina en el hemisferio,
fuertemente criticada en los ámbitos castrenses, terminó constituyendo uno de los
factores que obstaculizaron la acción de la administración Irondizista y contribu
yeron a su derrocamiento.
Por otra parte, cl programa de la Alianza para cl Progreso, lanzado por cl
presidente K o n in corno una respuesta al desafio cubano, contenía elementos
cuestionados |>or cl gobierno argentino, dados su acento asistcncialista o su
intención de promover reformas agrarias y realizar ciertos cambios cn las
152' L »•*->. Jt as A.. la Inlegniclón ecomimka de América Latina, B uen o s Aires. 1972.
pig. 103.
cual«|uicr intento de profundizar la desigualdad entre ellos. Después de estas
deliberaciones. los dos |wcsidcntcs suscribieron un documento conocido como
Declaración de Uruguayana. cl 22 de abril de 1961, cn donde quedó sentada una
serie de puntos entre losqu eso bresalió el Acuerdo de Intercambio de Inlormación
y Consulta O -
Kl triunfo de la revolución cubana encabezada |xir Pinn G w n o c n los primeros
dias de IO S!) habia «(enerado fuertes tensiones cn cl hemisferio, c introdujo los
conceptos «le la Querrá Kria en las relaciones cnlrc los f'.stados ('nidos y América
Latina, por primera ve/ desde los comienzos del conflicto norteamericano-
soviético. En respuesta al desafio cubano, los listados Unidos iniciaron una serie
«le sanciones económ icas y patrocinaron la invasión de balita de Cochinos |>aia
elim inar al gobierno castrista. Ll fracaso de estas medidas obligó a Washington a
desplegar una estrategia «|ue ««insistió cn aislar a Cuba del continente, desacredi
tar su gobierno medrante una intensa cam pana ideológica, lanzar el programa de
la Alianza para cl Progreso lAPt y promover la seguridad continental. La AP
representó la variante económ ica «Je la respuesta norteamericana. Constituía un
plan de firiaticiániiento destinado a los paises de América Latina cuyo objetivo
oficial consistía cn acelerar la lasa do crecim iento de la región con l.t finalidad de
ayudar a configurar estructuras económ icas y sociales capaces de representar una
alternativa al ejem plo cubano. Pero su implemenlación práctica resultó un fracaso,
pues, aunque significó cierto fialiativo para algunos de los paises latinoamericanos
más pobres, no resolv ió los problemas estructurales del desarrollo del continente,
f’or un lado, supeditaba la ayuda económ ica a los requerimientos y objetivos
estratégicos de los Estados Unidos sin tener en cuenta las características de cada
pais; por otro, los montos otorgados eran relativamente pequeños. Además, ta Al’
fue pronto abandonada Iras el asesinato del presidente Kt -—•11>i.
La cuestión «le Cuba tuvo significativas repercusiones cn la Argentina cuando
cl presidente Ekoiwizi concedió una entrevista, supuestamente secreta, a Creitsm
"Che" Ot rv AHA. cn la residencia presidencial de Olivos, el 18 de •tgosto de 1961.
Qt l v a k a había asistido a la reunión del Consejo Inleram ericano Económ ico y Social
que se desarrollaba en Punta del Este com o ministro de Industria «le Cuba, en la
cual, a pesar de su oposición, se habia avalado la Alianza para el Progreso y se
habían aprobado los m ecanism os para implcmcntarla. En un discurso que tuvo
m ucha repercusión. G l i .v a k a habia afirmado que si los EE.UU. continuaban con su
liolitica que subordinaba a los pueblos latinoamericanos, laCordillera de los Andes
se transformaría en la "Sierra Maestra de América", en alusión a las montanas
donde se Itahia iniciado el mov imiento casuista «mi Cuba.
Durante su breve encuentro con F roudi/i . úttvAii* ratificó la intención de su país
de mantenerse cn el sistema inlcram cricano y subrayó «|uc aunque la Revolución
tenía un carácter socialista era independiente de la URSS. Por su parte, cl
15 .Vi o Ministerio das Relacñes Exteriores «J«r Brasil. U 'U os «te I.i / V i /.if.K fi)/¡ cíe
í /tJ< ji/.n.i/i,i Rio de Janeiro. [ ‘Mil C.o-'it Pu, Air.rHio ) I*tk k a k : , G c m a v o , l'ohlu.i cxtciiin
.mjerrtrna i I ‘>30-I9(¡2\, tUicnos Aires. I'JM>.
presidente argentino sostuvo su ret liazo de (oda solución violenta y se com prom e
tió a defender la pcnnanencia dc Cuba en ese sistema. Esto suscitó una gran
preocupación en las fuerzas Armadas argentinas. por cuanto, según su c o n c c p
ción, toda actitud que no fuese de manifiesta oposición a la Cuba casuista era
considerada corno de adhesión al comunismo. Ek o s w i procuró sortear estos
cucstionamlcntos afirmando la necesidad de respetar la soberanía dc otros paises
y aceptar la coexistencia de sistemas diverqentes. al mismo (lcm|X>quc rcm arraba
su repudio a los gobiernos totalitarios y afirmaba su adhesión a los valores
occidentales.
En ese marco, cl primer mandatario realizó una visita a Mueva York para hablar
ante las naciones Unidas y reunirse con el presidente Kr-—i¡>v. y. |x>co tiempo
después inició unaqira que lo llevó a Canadá, Grecia, el Lejano Orlenle, y, una vez
más. a los Estados Unidos
Pero cn enero dc 1962. otra vez la cuestión dc Cuba volvió a tensar las
relaciones entre E h o v .« / i y las fuerzas Armadas. En una nueva conferencia de
cancilleres am ericanos realizada en l'unta del Esle. la deleitación argentina se
opuso a la expulsión de Cuba de la OEA. pero la negativa a asociarse a la propuesta
que cn ese sentido había efectuado Washington generó nuevas presiones por parte
dc los militares — partidarios dc la ruptura de relaciones— sobre cl presidente
argentino. Este tuvo que ceder a astas exigencias para conservar el poder y decretó
finalmente la ruptura de relaciones diplomáticas con cl pais caribeño, pero los
factores que habían desencadenado esta crisis interna no desaparecieron c
influyeron cn l.i posterior caída del primer m andatario t'*>.
5,5,3. Las relaciones con Gran Bretaña y la cu estió n de las Islas Malvinas
Desde los anos "60 la Argentina y Gran Bretaña iniciaron numerosas negocia
ciones, conversaciones y gestiones, lormales y m enos formales, públicas o
secretas, en las cuales se exploraron, propusieron y rechazaron múltiples fórmulas
o medios que intentaron desbrozar el cam ino a la solución de un conflicto que se
inició cn 1833 cuando fuerzas británicas ocii|>aron las Islas Malvinas.
Un hecho ajeno a la voluntad dc la |>olitica exterior argentina permitiría iniciar
negociaciones bilaterales con Gran Bretaña. En diciembre dc I9G0. la tes. 1.514
de la Organización de las naciones Unidas en materia de descolonización
estableció que la ONU examinarían en fotma anual el cumplim iento de la
concesión de la índc|>endcncia a los p lises > pueblos coloniales. Esta resolución
le olrcció a la Argentina la oportunidad de tratar la cuestión de las Islas Malvinas
en un ámbito multilateral.
ISO>los trabajos de Pncrarn. así como la lileiatura que analiza su obra son partir ular-
inente extensos. Una llst.1 de ambos y una síntesis de sus principales Ideas pueden
consultarse en AoMCtTnoit I.hw css. IV v k im o H.wl m-blsch. Madrid. 1909
(67i l f Pnrm», TmtMjmo rvsunfintlcntaanjentina. Buenos Aires. I90A. Al Ckrnti.
I'ftlerico llncdo. p alitk ay rcnnoni/sM. Uuenos Aires. I**'»H (tágs 234-254.
R iin t Jit o .
tradicional. Con diferencia d e matices, podría cilar.se a A lsoqahav y K hi::g i:k V a sk m
com o sus principales exponentes. Todavía no liabia surgido cn lrc estos grupos una
corriente monctarista a la usanza de la Cscucla de Chicago, que haría su irrupción
|x>cos años después.
r rjtitr.it diferencia, a su vez. dentro de los enfoques liberales, una corriente
ortodoxa, apoyada en concepciones prckcynesianas. que propugnaba una econo
mía abierta, con bajos niveles de protección, dentro de los m oldes de la econom ía
primaria exportadora y vinculada a los intereses rurales tradicionales, y otra
corriente neoliberal, que trascendía los limites del enfoque ortodoxo y estaba
relacionada con las nuevas formaciones Industriales ligadas al capital extranjero.
Csta última procuraba vincular la economía nacional a las cmprcsastransnacionalcs.
favoreciendo su acceso al mercado argentino, cn donde por su capacidad
financiera y tecnológica tendrían claras ventajas sobre cl capital nacional. Se
creaba asi una compleja Irania de intereses locales conocida con el nombre de
'capitalism o asociado'. Esta segunda corriente no pretendía cl dcsnuintclam ieiito
de la protección industrial, que también favorecía a esas empresas, y prestaba
mayor atención al mercado interno. Para mantener una alta lasa de ganancias no
favorecían una reducción del consumo, via una caída de los salarios reales para
liberar saldos exportables, como los 'ortodoxos', sino sólo tratar que el increm en
to de los salarios reales fuese inferior al aumento de la productividad. Asimismo,
defendía el rol del Estado com o impulsor de la infraestructura necesaria para cl
desarrollo industrial ('").
Cn esc marco, también existían diferencias cn la fonna de plantear una
cuestión central común a las corrientes liberales: cl problema de la inflación. La
vertiente m is ortodoxa, como A i .varo A lsoo aha ». seguia considerando com o causas
directas c inmediatas únicamente a la emisión espuria de moneda, al uso indebido
del crédito y a la utilización cn esas mismas condiciones dei crédito externo a corlo
plazo. "Cl efecto producido por dichas causas —decia A i -so g aray — es cl de
aumentar los medios de pago cn poder del público por encim a del nivel de los
bienes y servicios producidos que cuentan con demanda efectiva (...) l-se
incremento de los medios de pago producido artificiosamente cn esas condiciones
aumenta la dem anda global sin un correlativo aum ento de la oferta global i...] Cn
esto, y únicamente cn esto, reside cl fenómeno inflacionario" (" I. Cs decir que la
inflación se debia con exclusividad a un fenómeno de dem anda estimulada por la
expansión monetaria.
Mientras tanto, la posición que P i : kk ::h denomina "neoliberal', sin apartarse por
completo de la hipótesis que vincula la inflación a la emisión monetaria. Interpre
(611 t>i r*w«. J i *- C«xiov Tícelos relativos, ilislritiuclóii <lel ingreso y planes de
estabilización: la experiencia de la Aigcntina durante I !M>7-70". cn PC5.Inollo Económico.
IV 57, abril-junio de 1075. págs. 1Í7-70.
a iMMir de un herramental analítico que tenia una luerte impronta marxista cn su
lenguaje. Pero aunque no se proclamaba liberal lam poco pretendía apartarse de
los moldes del sistema capitalista y proponía, cn cambio, una mayor apertura de
la economía argentina, con el objeto, sobre lodo, de atraer capitales extranjeros
> resolver el problema del estrangulamienlo de la balanza de payos sustituyendo
importaciones clave, com o los combustibles, y desarrollando industrias de base.
De csta pléyade de intereses económ icos y aproximaciones teóricas emergería
una serie de proyectos que se impondrían brevemente c n c l lapso de los docc anos
siguientes y sucumbirían anlc la |>crsJstcnlc inestabilidad polflica que azotaría a la
Argentina de esa época. Con todo, la industria marcaría cl compás del crecim iento,
aunque pagando un alto ptccio por la talla de un proyecto lirm c y continuo cn cl
laigo plazo. Dichos proyectos se corresponden (con algunas interrupciones) con
los cualto gobiernos del periodo bajo análisis: la «evolución Libertadora (1955-
1958); cl Dcsarrollísmo (1958-1902); cl gobierno de Guno (1962-1963) y cl
Radicalismo (1903-1966). Analicemos estos cuatro subperiodos cn detalle.
íf>9) Cf. Ontrw. Imimo (I9B4); y G fftu il'to rr, P. y LuKn. L (lO flBl. la s cifras están
expresadas en moneda constante a precios do 1970. furnte; NAC l I9Ü2).
concedió otro a juste general de salarios, que promedió cl 40 n,o por encima del nivel
de mar/o do 1954. con efecto retroactivo a marzo de I95G. De esta manera, quedaba
restaurado cn la práctica el sistema impuesto por el gobierno peronista de otort(ar
aumentos generales de salarios cada dos anos, en el mes mencionado.
t i error de cálculo con respecto al impacto de la devaluación sobre los precios,
la rcapeitura de la puja cn la distribución del ingreso y la imposibilidad de controlar
eficazmente el gasto público y la expansión monetaria em pujaron de manera
progresiva la lasa de inflación hacia arriba.
V ariación d e la
T asa de C antidad d e d in ero S alario real V ariación del
inflación (“.) e n m ;l!ones d e mSn (1960*100) sa la rio rea l (%)
d e d in ero ( “■•»)
T asa de
Arta peí
c rec. (*.)
F u e n t e BC R A (1 9 7 5 |
Reljctóo
Ana Itr portaciones E«porta:iones Saldo
Exporl.'í’BI
F u c n lc 8 C R A 11975)
5 ,6 ,3 . £1 dcsarrollism o
(74) Cl. 5>r»>> . A » h r,v l\tii>lco: lilH'i.ictón o ilcpctldcnchi. liu enos Aires I'i7 4
(75l HxnirunT. M. 1111971. |>.Vjs 349-3fi4.
empresas contratistas o la asignación <tc las m ejores arcas a dichas empresas. Sc
sostuvo adem ás que las condiciones tic ios contratos acabarían | » r llevar a V IT a
un ahogo comercial y financiero <;' ).
A pesar dc la oposición, cl gobierno siguió sosteniendo que los lincamientos
dc la nueva política petrolera eran los únicos que tornaban viable cl
autoabastecimicnto y que este era una precondición inamovible para una política
d c desarrollo. Su posición sc fortalecía con cl apoyo dc algunos líderes políticos
d e l interior, que recogían cl guante de ia virulenta disputa afirmando que la
importación cn un país rico cn petroleo 's c debe a que los grandes jerarcas y
titulados políticos argentinos lian estado siempre al servicio incondicional tic las
compañías importadoras dc petróleo I...I para cuyo c íccto habia que mantener
nuestra producción nacional |k>i debajo dc la mitad dc nuestro consumo* (” ).
T.I gremio dc petroleros. |ior su parte, también sc incorporó a la cerrada
oposición a los contratos, manifestada cn una huelga y en una postura intransigen
te. que terminó de horadar cl pacto entre cl (icroriismo y el gobierno. f momio inició
personalmente negociaciones con los huelguistas, llegando a un principio de
acuerdo. Sin embargo, algunos sectores del gobierno insistían en una jiosicíón
más dura, que, al final, logró imponerse. Asi. sc declaró el cstado dc sitio, sc
practicaron numerosas detenciones dc dirigentes y se forzó l.i salida de rxictMo del
gabinete, aun cuando éste conservó su carácter dc asesor personal del presidente.
La batalla del petróleo cobraba forma de verdadera pugna. Manifestaciones
opuestas a los contratos se mezclaron con otras contra la educación libre;
dirigentes com o Sn t-izi di S tau-ii se sorprendían cn reportajes radiales '<le que las
fucr/as militares, ante esta violación de la soberanía, estén tomando una actitud
pasiva* (rr).
Desde cl punto de vista político, la "batalla del petróleo* tuvo serias
consecuencias para el gobierno, pues com enzó a so c a v a rla s bases del acuerdo
con cl peronismo. Las huelgas, la declaración del cstado de sitio y la posterior
aplicación del plan Conintcs. diseñado durante cl gobierno dc Peños para
reprimir estados «le conm oción interna, llevaron a un progresivo cnlrcn tam icnto
entre am bas fuerzas políticas, cuya alianza habia perm itido a T h o -u h z i llegar a la
presidencia. Dc esa forma, cl gobierno perdía una im portante base dc
sustentación, lo que lo tornaba perm eable a las presiones dc los sectores más
antiperonistas (entre los que las fu erzas Armadas ocupaban un lugar privilegia
do). las que obligaron a la salida del guipo 'dcsarrollista* del sen o del gobierno,
t n estas condiciones, la posición del peronism o y de los sindicatos tam bicn se
t70) t i r ontenidode los contratos puede encontrarse en Licr-AcA, .k»sc, /’e/ró/coL buenos
Aires. 1903. Los argumentos de la ciítlca se. esbozan en el Diario de Sesiones de /.i Cania/.i
de Diputados de Ja ftM ion. buenos Aires. 1950: liti Km. Jiw tit. 'L o s contratos en materia
petrolera", en l- i Ley torno 97; Noskah. Juh». Cl desamiffisriMi. buenos Aires, I9 B3 . Una
replica a dichas críticas puede consultarse en Sarato, Akii «o 1 19741; Ln cvo , J . (1903)
(77) U n n w Jo sr II im.no. El [tetrókui y /os jerarcas de/ c cnlrMIsmo poderlo. Buenos
Aires. I95U. pág. 14.
(78) Citado en 0;>ts% . I. :I9/I4 i
debilitaba, com o lo entendían num erosos dirigentes gremiales. agudizando los
conflictos internos cn las agrupaciones sindicales.
1.a ruptura dc la alianza amenazaba seriamente la |xilítica del gobierno,
frenando cl ritmo que se le quería imprimir al programa de desarrollo. Sin embargo,
ruoimzi no dio marcha atrás cn la política petrolera y pronto comenzaron a llegar
las inversiones. Aunque ponía en cuestión su situación cuasimonopólica. Y IT no
resultó desmantelada. Por el contrario, la empresa pública contaba ahora con
recursos provenientes tanto de las transferencias que recibía de la administración
central, com o de la diferencia entre cl costodcl combustible com pradoa las firmas
privadas y cl precio de venta. Por otra parte, cuando hacia 1962 casi se logró cl
autoabastecim iento dc crudo, las empresas privadas contribuían con aproximada
mente cl 30 '.a dc la producción, lo que significaba que Y IT extraía el 70 restante.
1.a producción total de petróleo de 1962 luc de 15.6 millones dc m \ frente a 5,7
m illones |>ara 1957, dc la cual a Y IT le corr espondían 10,4 millones, as decir, más
del doble del total alcanzado cuatro años antes.
La inversión extranjera global cn el sector petrolero entre 1959 y 1963 llegó
a los 200 millones de dólares, aunque, como vimos, los contratos dc concesión
suscitaron cucstionam icntos dc los más variados sectores internos, debido a sus
excesivas ganancias así com o a los métodos empleados para su concreción (7‘).
1 95 8 1 95 9 1960 1S61 1 96 2
(79) C iv u k » . A y t'v l'.»c. C. 119991. lom o XI, " la s relaciones econ óm icas extern.»,
19 4 3 - 1 págs. 97 y 9 R
Cl énfasis del gobierno en este sentido se debió <i <|ue la época cn que le tocó
actuar al dcsarrotlismo se caracterizó por la posición casi excluyentc del petróleo
como fuente generadora de energía. I’or eso. se comprende que ta superación de
ia crisis energética y cl autoabastecim lenlo petrolero constituyeran dos objetivos
asociados. Pío obstante, cn esc momento comenzaron a perfilarse obras que
apuntaban a desarrollar fuentes alternativas de energía, cn especial hidroeléctrica,
entre las que se destacaron t i Chocón y Sallo Grande.
Con algo menos de Impulso, cn ju n io d e 195» se lanzó también la "batalla del
■vero". La postergación de la decisión se debía a que la principal prioridad habia
vd o fijada en cl pctrólcoy a que el sector siderúrgico no habia sido tan desatendido
en cl pasado como cl petrolero. La Ley S a i io. de la cual liemos hablado, proyectaba
una importante planta cn San Nicolás, que. a pesar de las dilaciones, estaba ya a
punto de ser puesta en pleno funcionamiento. De todas formas, la producción
continuaría siendo insuficiente, sobre todo tomando cn cuenta que la Argentina
tenia un consumo de accro extremadamente bajo y que se estim aba que un plan
de desarrollo económico liaría multiplicar la demanda, f’or lo tanto, se planeaba
construir un segundo hom o en la misma planta de San Nicolás, asi com o otras
plantas públicas y privadas. Cl plan comprendía también la movilización de los
recursos de mineral de hierro de Sierra Grande y de carbón. Cn este último caso,
se proyectaba darle un gran impulso a la producción de Kio Turbio, que se frustró
cuando se realizaron denuncias sobre supuestos negociados. A diferencia de lo
ocurrido con el petróleo, cn este punto C rosd izi terminó cediendo ante las
presiones.
Sin embargo, cn I9GO. cl mismo Kk o n h / i hacía una autocrítica cn la cual
destacaba que la producción de acero continuaba siendo escasa en relación con
cl consumo, resaltando que la importación de hierro y sus artefactos, maquinarias
y vehículos insumía cl 5 0 r:.-,de las importaciones. La falla de accro nacional restaba
divisas para la importación de bienes esenciales, retardando cl recquipamiento
industrial, la tecnificación del cam po y la reposición del sistema de tra n s a rte . Los
proyectos, reactivados a partir de I9G0, incluían la ampliación de las plantas
instaladas y la creación de nuevas, con cl objetivo de alcanzar en breve una
producción de 4 millones de toneladas de accro contra las 244.000 de 1959 ten
1902, antes de la renuncia de Chu^uuu. la producción llegó a 643.000 toneladas);
pero cl punto clave se encontraba cn la explotación del yacimiento de Sierra
Grande, que proveería la materia prima necesaria. Cn este sentido, cl presidente
contaba con la oposición enconada del ministro A is ix u h a v , que bloqueaba
sistemáticamente la concreción de dicha obra. Recién en I9(SI se encont ró Ck o iw z i
con la coyuntura política adecuada com o para aceptar una renuncia que el ministro
no habia presentado, motivada precisamente por esa cuestión, y reimpulsar sus
proyectos sobre cl accro.
- - - - Arrab o ------- Acoro crudo
Ifloi trxKKii. HaumoJ.. Folitkn ect>nóniic.i an/cnl/rut conlcw /m rjiicsi. Buenos Alrrs,
1991. p * i 45
m ejorar la recaudación fiscal, poro, además, la cobertura de los gastos públicos
era apoyada |>or un mayor acceso al crédito y |>or cl dlfcrimicnto de determinados
pagos. La brecha se cerraba también j>or el mayor control de las erogaciones (*'|.
F u e n te G c n c w to rt. P u n o y U a c »,
Lu c ís , E l c ic lo d e la ilu s ió n y c l d e s e n
c a n to . U n s ig lo d e p o lític a s e c o n o m i
c e s a rg e n tin a s . B u en o s A ires, 1998
F u e n te B C R A (1975).
Año PB I
1957 5.1
1953 6.1
1919 •6.4
1960 7.8
1961 7.1
1962 •1,6
F u e n te B C H A 11975)
Im p e r ta - E x p o rta C a p it a l e s d e
S e r v ic io s S a l d o d e ta
S a ld o c o r t o y la r g o R e la c ió n
Ano con es c io n e s n e to s C U . c o r r ie n t e
(3 = 2-1) p i a i o (*-) E ip o r l.P B I
(5 = 3-4)
0) <21 w s a ld o n e to
IÍM ) I fni2 un H,i sido incluido cn el cuadro |Hir<|ut' un c.nublo de mclodoloiji.i altera la
coniparabilidad de tos datos al ser rraiirupadas las categorías de manera diferente
desarrollo más enfática podían ser interpretados com o un incentivo a relajar la
disciplina m o n d aría y fiscal, hecho que. para algunos autores, m otivó la
contracción del ingreso dc capitales.
Dos nuevos acontecimientos condujeron a las Tuerzas Armadas a un cstado
dc alerta. I'.l primero databa del mes de marzo, momento en el cual el gobierno
devolvió la CGT a los representantes sindicales, lo <|uc parecía volver a fortalecer
la alianza con la que Tk o w i /i habia triunfado cn las elecciones. TI segundo liccho
sc produjo cl 18 de agosto, cuando cl presidente recibió en Olivos al entonces
ministro dc Industria dc Cuba. Tn-tsro "Cric* G ltvaka. TI planteo dc las Tuerzas
Armadas por esc encuentro fue uno de los más severos de los casi cuarenta que
tuvo que afrontar Tnotnvi a lo largo dc su mandato.
I’or último, las dificultades económicas impulsaron el rclanzam icnto del
proceso de racionalización administrativa, que condujo a un nuevo enfrentamiento
con cl sector sindical. 1.a reforma administrativa habia sido postergada durante cl
periodo cn que A i-soqakat encabezó el Ministerio de Econom ía, pero fue finalmente
encarada con la llegada de Ror.tmo A iím .v ti a dicha t artera. I-a racionalización
consistía cn una rernodclación dc la red ferroviaria, con supresión dc varios
ramales, la privatización de diversas em presas y la reducción del personal estatal,
proyecto que encontró una enconada resistencia por paite dc la central obrera y
los gremios afectados, quienes lanzaron un plan dc lucha ro n huelgas periódicas
que sc prolongaron, con intervalos, desde mediados dc mayo hasta fin de ano. cn
cl que tampoco fallaron actos dc violencia, com o apedreo e incendio de trenes y
detonaciones dc explosivos. Cn conclusión, a mediados dc diciembre, sc logró un
acercamiento de las partes, resolviéndose el conflicto.
Déficit fiscal
AAo Casio público Reñías nacionales (porcenlaje
del PBI)
1957 27 5235 27002.0 3.35
1358 60 907.8 «416.3 B.Cd
1959 103«6.3 71 «92 5.52
1660 109238.9 94 578 8 2.27
1961 131 973.8 103 722.0 3.96
1962 158975.2 97811,5 6.79
Fuertes BAC (19321. Gi hcmuncít. Paiho y Iiach. Lucas. E l ciclo de
la ilusión y el desencanto Un S'g!o cío poUticas económicas argen
tinas. Buenos Aires. 1533
1.a caída dc I'hi». . /i significó también cl abandono <1i- los lincamientos que cl
desarrollismo había impuesto en materia de política económ ica y el retorno a la
función pública del grujió liberal, dc cuyas vertientes surgieron los cinco ministros
(IV u tr, Pnttio. Ai.vxíakav Mrinrz Di m ío y M w isrz ot lio/) <|ue se sucedieron cn el
lapso dc pocos meses, algunos dc manera más que fugaz. La inestabilidad de un
cargo "caliente" se debía a la fuerte crisis atribuida cn general por la literatura al
contexto político. Sí bien esto es plenamente cierto, también es notorio que las
estrategias adoptadas | K > r los conductores económicos contribuyeron al galopante
deterioro de la coyuntura económ ica y acrecentaron la conflíclividad |>olitica. dc
m anera que los aspectos políticos y económ icos se alimentaban reciprocamente
para crear un marco cada vez más crítico.
Desde los últimos m eses del gobierno de P ho-k m !. el país se encontraba con
crecientes tensiones cn el frente externo. La reaparición del déficit comercial y la
disminución del ingreso de capitales provocaban una fuerte presión sobre el
mercado «le divisas, lo que llevó al Banco Central a perder reseñ as de moneda
extranjera cn pos de m antener la paridad cambiaría. Cierto es que Lis dificultades
cn cl terreno político alimentaban las maniobras especulativas que habitualmente
tienen com o blanco la m oneda loc.il, ante la expectativa dc una devaluación.
I n este marco, la vuelta dc f'uimxo Pi>u>o. cl 6 de abril de 1902. al frente dc
una gestión que duró sólo diecinueve dias. provocó un brusco golpe ríe timón en
la conducción de la economía argentina. 1.a principal medida que adoptó fue la
liberación del m ercado cam biarío y cl retiro del Banco Central de la operatoria,
tratando de proteger sus reservas de divisas. Lsto provocó una severa devaluación.•
cl precio del dólar se incrementó dc f i í |>esos a 115 entre abril y mayo,
prosiguiendo su marcha ascendente hasta alcanzar los 154 pesos y estabilizarse
posteriormente en 132.5 pesos la unidad. Las consecuencias no se hicieron
esperar. La d evalu ación provocó un aum ento del precio de los bienes
com crcializablcs con cl exterior cn relación con los no comcrcializables. Lsto
supuso un encarecim iento dc los insumos importados y dc los productos
exportables que. para el ta so argentino, son los tle origen agropecuario. Por eso.
representó un aumento del costo dc producción para las firmas que utilizaban
dichos insumos y una disminución del poder adquisitivo de los salarios, lo cual
debilitó la ca|>acidad de consum o y redujo la dem anda efectiva, t i "lirón" de costos
y la contracción del m ercado produjeron, consecuentemente, una recesión
ini|iortantc.
Un nuevo acuerdo Stand /íy con el PMI completó cl panorama, con un aporte
de 100 millones dc dólares, dc los cuales 70 eran de la cuota argentina c n e l misino
Pondo. Para equilibrar cl balance dc pagos, dicho acuerdo llevaba a abrir más la
economía, reduciendo los dcrcchos sobre las Importaciones, mientras se intenta
ba eliminar cl déficit fiscal y se aum entaban los impuestos al consumo y las tarifas
de los servicios públicos ("'1.
c f I); pM j.t, .1. vs c. T.conoink Pot¡<y IV ÍIIh h iI 1'olitical Contexl: (junio. 1902-03" en
I > I r : :.v Ci. ¡h' \ I ) ■'•ri m n. K i i .!< : n. 1h i' í'olríi<. 1/ / i <>/)<>inv t. 1 fi|< 'n íi/],j / ;>4(j ,‘f-V Ijo n d re s . I
pág. 135.
¡17-li >“ 1-;. Mwt iio. IkK tiiiht** cí timirmr.is tU-s.rriolloo mcfr/x-mli-no'.i. Buenos Aires.
1973. pág IH4.
MI deterioro se reflejaba cn lodos los indicadores. l-a desocupación trepo al
8.8 i. a pesar dc la contracción de los salarios. I-a producción tolal descendió
un l.6 °.b c n 1962 y un 2.4 % en 1963. m ientras la producción industrial caía un
5.5 °.\i y un 4.0 % , respectivam ente. Por consiguiente, y tom ando cn cuenta cl
fuerte proceso dc inversiones que com enzaba a madurar, algunos autores
estimaron la capacidad ociosa del sector industrial cn un 56.3 Corno
contrapartida, la baja dc la producción y de la inversión permitió com prim ir las
im portaciones, con lo que la balanza com ercial volvió a registrar superávit.
Cn noviembre dc 1962. cl ministro Aisouakat convocó a las entidades
em presarialco n el objetivo dc crear un Consejo Cconóm icoy Social, buscando un
respaldo a su política económica. Sin embargo, sólo logró un rechazo unánime que
precipitó su renuncia. 1.a crisis alcanzaba | k >i igual a casi torios los actores
económ icos y. entre ellos, a los sectores empresarios, fio obstante, a pes.it de que
lodos se veían afectados, cl impacto de las m edidas adoptadas era distinto (vira
cada seclor y. |x>r lo tanto, la propuesta ele cada gruf>o difería dc la dc los demás.
Aunque torios rechazaban la política cconom ica adoptada, algunos, como la CGE.
cuestionaban su orientación liberal, mientras otros, com o la Cámara de Comercio,
sc encontraban cn desacuerdo |>orquc la liberalizacion les parecía insuficiente, ya
que no sc habían elim inado tocias las leyes de protección a los trabajadores o las
barreras aduaneras. Desde ese punto dc vista, la condena unánime a la política
económ ica no podia convertirse en el punto de partida para un provecto económi
co com ún <"■').
Por eso, la renuncia «le Aisooamy representó sólo cl inicio de una transición
hasta la asunción de un nuevo gobierno electo encabezado por Aktuko I u i a .
Mientras tanto, los dos últimos ministros <le Econom ía de Gi iuo, Ci m a q i u> Mr.iow
D in n n y Josr A. Nahumv dc Hoz. trataron de administrar la crisis sin demasiadas
innovaciones, aunque flcxibiiizaron un tanto la política monetaria, incumpliendo
los objetivos contraídas previamente con el fM I. c intentaron mejorar la posición
dc la balanza de pagos con un régimen dc 'com pre argentino' tendiente a limitar
las im|>ortacioncs estatales y con las primeras m edidas dc incentivo a las
exportaciones industriales O .
íflíV- Cf. Mi mi i>e. M a í í a i . Miki rnr v 50 artos de historia cconánika arge/i/j/ra I íMí> /It'Jó .
Uuenos Aires. I 907.
(t39i Dia*ias:>. MamojO i 10731. p.Kiv IÍ14 y 185.
l'or ende, se pretendía alertar un crecimiento más equilibrado anlcs que cl
desarrollo de ciertos sectores específicos. Además, no se ubicaba corno causa dc
los problemas económicos dc la Argentina a la debilidad estructural del proceso
de acumular ión dc capital, y. por eso. no parecía tan necesario recurrir al capital
extranjero, al que el radicalismo había mirado con recelo durante casi toda su
historia. Si, cn cambio, concebía al desequilibrio en cl sector externo com o una
fuente dc peligrosas distorsiones, por lo que cn dicho sector se imponía elaborar
diversos m ecanism os «le control.
Sobre esta base doctrinaria, cl primer ministro dc Econom ía de litu , Eiocnio
Blanco (que ya había ejercido idéntica función durante la «evolución Libertadora
al igual que el ministro dc Educación, Ai r o - m u A h.v i k -. s i i , planteaba la existencia
dc dos horizontes temporales diferenciados. En el corto plazo debía apuntarse a
una reactivación dc la coyuntura, para buscar cn cl largo plazo un sendero dc
crecimiento sostenido a partir de una utilización más eficiente dc ios recursos y una
mayor estabilidad, f ue asi que se trazaron algunos lincam ientos inm ediatos para
operar sobre la coyuntura, mientras se encargaba al Consejo nacional dc Desario-
llo (CONAI)E), organismo creado durante la presidencia de E k o ^ h i z i , un rían
Nacional dc Desarrollo para ser aplicado en una segunda etapa.
[..15 características de la reccsión permitían una rápida reactivación por m edio
del aumento dc la demanda a partir dc políticas dc corte kcyncsiano. Asi. com enzó
a incrementarse el gasto público sin impedir la monetización del déficit, cl cual,
no obstante, muestra una reducción que analizaremos cn seguida. La expansión
monetaria posibilitaba, además, un descenso dc las lasas dc interés, fortaleciendo
la demanda de inversión. En este marco, la reforma dc la Carta Orgánica del I5C.KA
permitió al gobierno incrementar los recursos monetarios disponibles para la
concesión de créditos al sector privado, lo que se com plem entaba ton líneas dc
crédito especiales para la reactivación industrial, la capitalización del agro y la
construcción dc viviendas (Kir intermedio del Banco nación, financiadas tanto con
recursos propios como con una linea d c crédito del Manco Intcram cricano dc
Desarrollo t ' ) .
Ano FBI
1962 -1.6
1963 •2.1
1964 10,3
1965 9.1
15€6 0.6
Futrid BCOA (1975!
El fuerte crecimiento del producto bruto interno a partir de i 904 puso en duda
las teorías mas ortodoxas que intentaban combatir las manifestaciones de crisis con
un fuerte ajuste, deprimiendo la demanda y buscando una mayor estabilidad en los
precios. I.as (roliticas kcyncsianas mostraban que la inflación no necesariamente era
el resultado de una expansión de la masa de dinero y de un gasto público
dcscontrolados. Do alli que. a pesar de la política monetaria restrictiva, el gobierno
de Cji n*vi no había podido lograr la ansiada estabilidad, mientras que la política
expansiva de Iilia no provocó un estallido inflacionario, sino, jior el contrario, una
ligera disminución cn 1964. aunque el índice volvió a incrementarse en los años
siguientes.
Año IPC
1962 28.1
1&63 24.0
1(64 22.2
1965 23.6
1665 31.9
Fuente: INIDEC. Infor
mes vanos
i9l i Cf. Cámara de Diputados. O/ario ele Sesiones. I Wi5 y rweitwo, Rootuo, De acusado
¿acusador: vigencia dc una política. Buenos Aires. I97Í).
suscripto |x>r los diputados de la UCRP, indicaba la existencia de irregularidades,
dolo y cohecho; el dc la minoría, suscripto por los diputados de la UCKI. sostuvo
la legalidad y la conveniencia de los contratos. A éstos se les sum aban otros tres
dictám enes individuales con diversos cuestionaniienlos. Todos los elementos
fueron enviados a la justicia, la cual entendió que no había evidencias dc
irregularidades, aunque 110 dictó lallo. Los denunciantes 110 insistieron en sus
acusaciones, y ia causa finalmente prescribió con el paso del tiempo ('->.
Otro tem a urticante lúe cl establecimiento dc regulaciones en el mercado
farmacéutico. Un estudio del gobierno indicaba que buena parte dc los m edica
mentos comercializados en el pais diferia en cuanto a calidad y composición dc
lo declarado por los laboratorios. Por otro lado, 110 e xistía relación entre los costos
y los prccios finales de venta, lo cual generaba extraordinarias ganancias para los
laboratorios, a costa dc los consumidores, que. dadas las características especía
los tic ese mercado, poco podían hacer en su propia defensa. Cn el m arco «le una
áspera disputa con los laboratorios transnacionales, quienes no vacilaron cn
recurrir al lob by dc los gobiernos desú s países de origen. I u i a promovió la sanción
de una ley (conocida corno "Ley Oñativia") cn la que se congelaban los prccios, se
limitaban los fondos que cada laboratorio podía utilizar para cam panas publicita
rias y se reducía la cantidad dc muestras gratuitas a entregar. Se limitaban también
los |>agos cn concepto dc regalías y de remesas al exterior en conccplo de compra
de insumos
Las altas tasas de crecim iento que se observaron al inicio dc la gestión radical
obligaban a prestar atención a la evolución del sector externo, que había sido un
poderoso factor de dcseslabilización cn las etapas ascendentes de los ciclos
económ icos recientes. Más aún cuando la deuda externa del pais. sin alcanzar los
niveles d c períodos posteriores, había crecido significativamente cn la década
previa y exigía una mayor cantidad dc divisas para haccr frente a los vencimientos
de intereses y la amortización del capital.
r.n materia comercial, cl radicalismo trató dc mantener el superávit operando
simultáneamente sobre las exportaciones y las importaciones. Una herramienta
crucial para alcanzar este objetivo fue el nuevo esquema cambiarlo, que procuraba
evitar la habitual revaluación del peso en la etapa dc expansión y la necesidad dc
inacrodcvaluacioncs en cl punto de inflexión de la coyuntura. Para ello, se volvió a
establecer un régimen de control dc cambios, con una paridad lija. Pero cl valor de
las divisas se ajustaba conforme a la marcha dc la inflación, dc manera «juc los
retrasos cambiados se corregían periódicamente con pequeñas devaluaciones (un
sistema denominado hoy craw liin j p e<j) que evitaban bruscas transferencias
interscctoriales dc los ingresos y de los parámetros dc rentabilidad. Además, para
impedir la especulación, se ordenaba que las divisas ingresadas por exportaciones
(92) NOMC.IM. L'l tlcsum tllisnio. Buenos Aires. 1 p.»Hs IO<* > IBS.
(93) Uwuu. P.wi oy Ri/v;. 1'twiA.ioo. ArtUPOlllUx Buenos Aires. 1990. J>v*;v 54 y 55. y 129-131.
debían liquidarse en el |>l.izo de «lie/ dias. Mientras tanto, se procedía a efectuar un
control estricto de las importaciones, suspendiendo cl financiamiento pata algunos
de ellas, restringiendo otras y estimulando a las industrias que utilizaran una mayor
proporción de insumos locales con un acceso más favorable al créditoi"*).
Tasa de crecimiento
Año Volumen en miles Urbana cn miles Rural en miles
anual intercenu l (“•)
C u a d r o 5 .1 9 . V o lu m e n y c r e c im ie n to d e l. i p o b la c ió n P o b la c ió n u r b a n a y r u ra l.
1££9 15 14 26 « 8 100
1855 6 21 18 42 13 100
1914 9 1B 17 43 14 100
1947 15 15 16 24 30 103
1560 19 10 25 12 34 100
1970 17 i 25 10 40 ico
1930 16 6 29 15 35 100
F u c n ie INDEC. censos nacona:cs tío población
Cuadro 5,21. Migrantes lim ítrofes según país de origen fen porcentaje).
F u e n te G incm iN C *r, Paeio y Lla; h. Juan j , 'C ap iu ib sm o indu strial. dc-satrolio a so ciad o y
d istribu ción del in g reso en tre lo s tío ;; gob.crnos p eron istas 1950-1972". cn D e s a rro llo c c o n o -
m ico . N 'J 57. abril-junio d e 1975.
Fuente: DCRA(1975).
O rific o 5,7. Participación de los asalariados y los no asalariados en e l ingreso nacional
(en porcentaje del Ingreso total).
Cuadro 5.23. C om posición del gasto total de los asalariados del Gran Buenos Aires
(en porcentaje del salario).
Cn cuanto al gasto público social por habitante (salud, educación y vivienda),
a partir de los años 'fio cayó alrededor dc un 10 °o con respe <lo a los niveles
alcanzados durante el gobierno peronista. Además, esta forma de salario indirecto
—orientada fundamentalmente hacia la población de menores ingresos— cambió
su configuración: comenzó a aplicarse en la solución del problema de la vivienda
y sobre lodo en la educación, cn detrimento de la salud. Básicamente, los sci\ icios
públicos sociales experimentaron un progresivo deterioro dada su insuficiencia con
respecto a las necesidades emergentes. Csto explica quizá por qué la es|>cranza de
vida al nacer, un indicador del nivel de vida dc la población, mostró una tendencia
insólita entre I 9(50 y 1970. Interrumpiendo un progreso constante en la expectativa
de vida, discernióle desde 1914, en dicho período sufrió una caída, que se debió
al aumento de la mortalidad, en particular cn cl Crran Buenos Aires, \ afectó,
seguramente, a los sectores más desfavorecidos de esc conurbano '' ').
También, en cuanto a la situación habitacional urbana, otro indicador del nivel
dc vida, se constató un progresivo d ctciioio en la misma década. A despecho de
la reorientación dc los recursos públicos hacia esc sector — lo que ratificaba la
gravedad del problem a— . ese deterioro perjudicó, comparativamente, a la pobla
ción de menores ingresos en un momento en que las migraciones internas a las
grandes ciudades habían originado una mayor demanda de viviendas populares.
Ante esta circunstancia, una dc las soluciones adoptadas por los migrantes fue
la consti ucción de alojamientos cn terrenos generalmente pertenecientes al Cstado
y, en algunos casos, a particulares, un proceso que se había iniciado en la década
de 1930. Las construcciones eran casillas, cn general de una o dos pie/as. agrupadas
muy próximas unas dc otras, con corredores entre ellas que reemplazaban la casi
inexistencia de calles, careciendo dc cloacas, agua corriente y electricidad. Los
materiales utilizados eran chapas acanaladas, madera y elementos de desecho. Las
habitaciones poscian pisos cn su mayoría dc tierra, una protección insuficiente ante
los rigores climáticos y una alta vulnerabilidad a las inundaciones, los derrumbes y
los incendios. La precariedad de las condiciones de habitabilidad de estos
agrupamicntos determinó que se las denominara "villas miseria"
Cstos asentamientos se desarrollaron durante las décadas dc Iü40> 1950. Sin
embargo, sus poblaciones experimentaron un considerable crecimiento en los
años GO. Las cifras no siempre son coincidcntcs; según el censo dc población de
1970. cuyos resultados permiten apreciar la situación existente hacia el lin.il del
período estudiado, se ha estimado que la población en 'villas dc emergencia"
representaba alrededor del 6 ' de los habitantes de la c apital federal y el 10 c:o
de la de los partidos del Oran Buenos Aires i‘ *).
I’or su fiarte, datos suministrados por la Oficina Sectorial dc Desarrollo de
Vivienda del Consejo nacional de Desarrollo (COhADC). para cl mismo año.
Tal vez com o ningún olro sector, la industria reflejó cn su evolución a lo lar<|o
ríe la década los avalares del contexto cn cl que se desenvolvió. U inestabilidad
en materia de |K)lít¡ca económica, que reflejaba, a su vez. discrepancias profundas
en la concepción de la dirección que debía lom ar el proceso económico, sometió
al sector industrial a un continuo cam bio de reglas, que condicionó su dirección
y su capacidad de desarrollo. Como hemos visto en cl capitulo anterior, cl sector
manufacturero se enfrentaba a la necesidad de significativas transformaciones, al
haberse completado la etapa de construcción de la industria liviana. Los profundos
desequilibrios externos que provocaba la demanda de importaciones de insumos
para la industria y el estancamiento que empezaba a manifestarse llevaron a una
revisión de las paulas sobre las que se habia basado cl crecimiento en el pasado;
el propio P r K o n habia intentado con éxito sólo parcial avanzar cn la resolución de
los problemas que presentaba la nueva fase del desarrollo industrial.
La «evolución Libertadora contribuyó de manera indirecta a generar una nueva
dinámica. La redistribución regresiva del ingreso permitió un descenso de los costas,
pero el centro de atención se encontraba en la su|>crac¡ón del déficit comercial |>or
medio de la expansión de las e x u d a c io n e s agropecuarias, con locual los problemas
industriales («asaban a un segundo plano y se veían agravados por la evolución
desfavorable de los precios relativos y |>or medidas especificas, como los cortes
programados cn cl suministro de energía eléclrica, que afectaban especialmente a
aquellas industrias que tenían un proceso de producción continuo.
Kccién con la llegada del desarrollismo se v olvió a manifestar explícitamente
un proyecto industrialista. F.l avance hacia una nueva estructura industrial se
tom aba com o la clave del desarrollo económico, r.l desarrollismo cuestionaba la
dirección seguida por la evolución industrial en el pasado, que apuntaba a sustituir
im portaciones iniciando cl proceso con los bienes de consumo y avanzando luego
verticalmente en la cadena productiva, a partir de la creación de una demanda
interna de determinados bienes industriales. Según esa corriente, el desarrollo
debía comenzar por las industrias de base (el accro. la petroquímica, los
transportes, la generación de energía, la mclalm ecánica). para evitar la dependen
cia de los insumos y las maquinarias importadas y sortear cl intercambio desigual
que entrañaba cl trueque de productos locales de bajo valor agregado contra
productos de alto valor agregado importados, listo resultaba clave, para esta linca
de pensamiento, porque se creía que de esta manera podia superarse el bloqueo
del proceso de acum ulación de capital que padecía la Argentina por su estructura
económ ica 'd e fo rm e ' e incompleta.
Según los desarrollislas. no podia producirse un desarrollo industrial espon
táneo. yaq ue los costos iniciales de nuevos emprendimicnlos. la necesidad de una
etapa de aprendizaje y los intereses vinculados a la importar ion de esos bienes
frustraban dicho proceso, conclusión que |>odia extraerse también de un análisis
de la historia de la industria argentina, en la que se relacionaba la debilidad del
sector con la falta de políticas especificas. Por eso. se instrumentó un conjunto de
herramientas, entre las que sobresalieron el establecimiento de altos aranceles
aduaneros y la sanción de una ley de promoción industrial (ley 14.781). que
apuntaban a l.i protección de l.i producción industrial local frente a la com petencia
de las importaciones y al estimulo dc lasc.\|>ortac¡oncsdc origen industrial. Si bien
la ley nunca se reglamentó por completo, cn I 96 I se dictó un conjunto dc decretos
que reglamentaban aspectos parciales para promover determinadas actividades
(siderurgia, petroquímica y celulosa! consideradas prioritarias (''"I.
Dado que se estimaba que la acumulación interna era demasiado débil para
sustentar un proceso de desarrollo, la política industrial apuntaba también a
estimular cl ingreso de capitales extranjeros. Además dc las negociaciones
directas con grupos industriales del exterior, sc sancionó la ley 14.780, que
funcionaría com o marco rcgulatorio para las inversiones provenientes del exterior,
a las que se les concedían condiciones particularmente favorables. Cn forma
simultánea, sc procuró terminar con viejos temas conflictivos, como cl dc las
empresas expropiadas a Alemania al final dc la Segunda Guerra Mundial y reunidas
cn la DINIC (Dirección Nacional de Industrias del Cstado). que fueron liquidadas y
devueltas a la actividad privada.
Las nuevas condiciones resultaron un poderoso atractivo para los empresarios
del exterior: entre 1959 y 1962 sc autorizaron radicaciones (>or un valor dc 500
millones de dólares, que abarcaban casi todo el es|>cclro industrial, pero con cen
trándose cl 9 0 de ellas cn las industrias químicas, petroquímicas y derivados del
petróleo, material dc transporte, metalurgia y maquinarias eléctricas y no eléctri
cas. Cn general, se trataba dc grandes cmprendimicntos. ya que los veinticinco
mayores proyectos concentraban el 67 " i de las inversiones y entre ellos figuraban
las tres empresas norteamericanas fabricantes de automóviles, con un 29 % del
total. Cl resto de los grandes proyectos correspondía a la petroquímica, las
destilerías dc petróleo y la fabricación de aluminio, con una participación dc
capitales norteamericanos de algo más del 00 f.n 1903 un cuarto de la
producción total era obtenido cn empresas extranjeras, de las c ualcs cl 50 n,ó habia
iniciado su actividad cn torno a 1958. A fresar de la magnitud dc las inversiones,
dichas empresas no generaron un impacto significativo sobre el volum en dc
empleo, ya que las nuevas plantas sólo incorporaron unas 00.000 personas, algo
más del 4 0í>del total dc la industria
A partir dc 1964. en concordancia con la política más reticente frente al capital
extranjero practicada por lu u , el ingreso dc inversiones disminuyó de manera
notable, mientras las salidas en concepto dc remisión de utilidades c intereses
crecieron hasta superar cuantitativamente al flujo de inversiones, com o puede
verse cn cl cuadro siguiente. Cn el caso dc las inversiones dc origen norteam eri
cano, los datos disponibles indican que las transformaciones de la política
económica y las modificaciones dc la coyuntura alteraron los patrones de
expansión, incidiendo cn cl destino de las ganancias de sus actividades. Asi.
mientras en 1958 remitieron a su casa matriz el 92 % dc sus ganancias en 1960
t i 10) ( I l ’ * - r n i r j u , .to s í. 1 1 U U 3 ) .
F u e n te : B A C (1982)
F u e n le B C R A (1975).
r.l caso del sector automotor fue particularmente significativo tanto por su alto
dinamismo en materia de producción y de inversión, contó |>or la importancia
cuantitativa adquirida en la estructura industrial V por las profundas reestructura
ciones que experimentó luego del impulso inicial: de alli que cn muchos análisis
sea tomado com o caso "testigo" fiara explicar el comportamiento general de la
industria a partir de 1958.
Hacia 1959, la producción de automóviles alcanzaba a unas 32.500 unidades
anuales. Con cl nuevo régimen de promoción, su fabricación trepó hasta cerca tic
200.000 unidades (x irañ o cn 1965. cifra que se mantuvo durante cl lustro (>ostcrior.
elevando cl parque autom otora 1.5 millones de unidades cn 1970. superando las
expectativas más optimistas sobre su evolución. Kl mercado fue prontamente
capturado por empresas transnacionalcs: mientras se aprobaron veintiséis proyec
tos de inversión, las compañías existentes cedieron sus posiciones: Kaiser vendió su
planta a Renault y Siarn se retiró de la actividad <IM). Sólo la fábrica de utilitarios
DIMI'IA, operada por las Fuerzas Armadas, logró subsistir a la nueva ola inversora.
i:i m ercado no parecía lo suficientemente grande rom o para que las veintiséis
em presas pudieran expandirse de manera armónica, lo que derivó de inmediato
cn un proceso de concentración. Tres firmas no llegaron a producir vehículo
alguno, diez más habían cerrado para 1964. y cuatro lo hartan entre esc año y
I9G7. por lo que finalmente permanecieron en actividad nueve plantas ( " ’ l.
Automotores 1S53 1957 1953 1960 1961 1562 1963 1954 1965
Paite-lares 63? 13273 24792 49 519 84 501 93B73 73 478 119 CCS 141.114
Comeroafet 4.407 15 617 7665 38743 49 917 34 655 26342 47 3=2 55 640
Tcl3!-:-i 5 304 a 650 32 457 83262 <34 418 128.563 1Ü5.E20 lió 337 1&6 75-í
F u e n te : O E C E I (1906)
1S55 12.2
1956 6.9
1957 7.8
1956 8.3
1959 •10.2
1S60 10.0
1361 10.0
1962 5.5
1953 4.1
196» 189
1965 13.8
1366 0.7
F u e n te B A C <19821.
Mientras tanto, no obstante las «illas tasas dc crecim iento que registraría la
industria en los anos siguientes y la aparición de nuevas ramas, la estructura
industrial continuaba mostrando importantes vacios cn algunos sectores vitales.
La matriz de importaciones reflejaba un notorio déficit en los scctorcs químicos,
plásticos, metalúrgicos y siderúrgicos. Pero, fundamentalmente, las deficiencias
sc encontraban c n e l sector dc maquinarias, instrumentos y material de transporte,
que. cn ciertos momentos, superó cl 50 '.•> del valor dc las importaciones. I-a
debilidad dc este sector condicionaba toda estrategia futura dc avanzar cn el
proccso de industrialización, tom ando a la Argentina dc|>cndicntc de los bienes dc
capital y la tecnología elaborados cn cl exterior. A pesar dc los innegables avances,
la industrialización seguía siendo incompleta y desintegrada y las falencias sc
hallaban precisamente cn los rubros que más podían potenciar la acum ulación dc
capital.
Si bien la |iolitica económica tuvo una notable incidencia cn la recuperación,
no sólo a ella se debía el renovado impulso industrial. Durante la etapa dcsarrollista
sc había concretado un fuerte proceso dc inversiones que comenzaban a madurar
desde dos puntos de vista. En primer lugar, recién ahora m uchas de las empresas
instaladas estaban en condiciones de utilizar loda su capacidad productiva. En este
sentido, las jiolitícas contractivas de Citid o habían retrasado la expansión y las
nuevas condiciones generaban una dem anda acorde con esa nueva capacidad dc
producción.
En segundo lugar, se observó también una maduración de tipo cualitativo, que
apuntaba a una mayor eficiencia lanío dc las nuevas em presas com o del sector
industrial en su conjunto. Com o scnalan K a tz y K o s m o r í . desde una óptica
microeconómica. la maduración se. relacionaba con el desarrollo dc los departa-
mentos dc ingeniería de un gran número dc firmas industriales grandes y
medianas, tanto de capital nacional como extranjero. U i ingeniería dc diseño de
producios. I.i de producción y métodos y la de organización y planeamiento de la
producción fueron ganando lerreno y consolidando un rápido crecimiento de la
capacidad tecnológica interna (,í0). Estudios adicionales mostraron que gran parte
del "esfuerzo tecnológ ico'de lasprinc ipales firmas industriales, especialmente las
transnacionales, consistía en gastos en investigación y desarrollo 'adaptativos*.
cuyo pro|>ósilo principal era apoyar la diferenciación de producios típica de las
confrontaciones olígopólicas. Aun así. se constató un crecimiento electivo de la
productividad, relacionado con la tasa de crecimiento de la producción y aquel
nivel de gastos ( m i.
La mayor eficiencia consolidaba la coinpctltivídad del sector industrial, lo que
permitió una mejor posición para enfrentar la competencia externa aun en el
marco de las sucesivas dism inuciones de la protección arancelarla que se
realizarían sobre todo a partir de la segunda mitad de la década del '60.
i'or otra parte, cn esta época comenzó a discutirse con mayor asiduidad la
necesidad de av anzar en el terreno de las exportaciones industriales. Si hasta ese
m om ento se asumía sin demasiados cuestionamientos el carácter deficitario del
sector industrial en materia de com ercio exterior y las políticas sectoriales
apuntaban a tratar de incentivar la producción local de bienes industríales que
hasta entonces se importaban (de alli el concepto de 'sustitución de importacio
nes"), a partir de los anos '60 se planteó la necesidad de incentivar las exportacio
nes "no tradicionales*, es decir, de productos industriales.
Dentro de quienes realizaban estas propuestas se manifestaban dos ¡«osicío-
nes diferenciadas. Una corriente sostenía que la necesidad de estimular este ti|>o
de e x c ita c io n e s se relacionaba con cl requerimiento de generar divisas para
evitar los explosivos déficit cíclicos de balanza comercial que se producían cn los
m omentos de crecim iento > que culm inaban provocando un periodo de estanca
miento. Si la industria podía ser capaz de generar por medio de exportaciones Lis
divisas que necesitaba |>ara su abastecimiento de insumos > medios «le produc
ción. podría su|>erarse cl ciclo de expansión y estancamiento (stop an d g o ) que.
a largo plazo, im pedía un crecim iento sostenido ('--').
Otra vertiente, cn cambio, situaba la necesidad de promover las exportaciones
industriales en el tamaño reducido del mercado argentino, que ímpedia cl
aprovecham iento pleno de econom ías de escala y conducía a una marcada
ín clicicn cia y a costos adicionales para adaptar procesos tecnoproduclivos a una
escala menor que aquella para la que habían sido concebidos. I’or eso. no se
trataba de equilibrar la balanza comercial, sino, fundamentalmente, de pasar de
un modelo de sustitución de importaciones a otro de expansión exportadora, que
F u e n te : B A C (19 82 ).
Cuadro 5.2B. Composición de tss exportaciones (en porcentaje del total de exportaciones).
1124! Cl. Mi-vm om>. Awwrv 'U l especificidad de los procesos de integración: apuntes
|>aru un nuevo enfoque*, en II Confieso Europeo dc UMinonmcricMistJS. CEISM. W . Halle.
1Ííiítt: Dm.i , Su 11965). Woqucs tic comercio y mercados comunes, México, 1965: Ol '"r N
Sakaiva. M:hiam<I998). *t>os momentos en la evolución de la integración latinoamericana*, en
Revista Ciclos iV 14/15. liuenos Aires, I99tt y Brruru, Jcmcm». Regloruile lnlc¡¡r.it¡on untl
lietiul.ition: EL urnl Mcrcosur ¡m t'enj/e/c/i. Vieiia. 1998.
l<i petroquímica y la rama siderúrgica Sin embarqo. aunque se apreció un Ionio
despertar dc las exportaciones no tradicionales, el relativo equilibrio del sector
externo continuo rc|x>sandosobrc lasex|iort.K iones tradicionales y su e.spasmódica
evolución cn materia dc precios.
1120) Cf I5n»in. Oso» y Jo», "A NocirI of Econoniir Stagnation A ('ase Study ot
lili- Arcimtinr r.conotny", en Ernnom lc Journal. diciembre de I90ÍÍ
11271 rrmmcci. K .1 (19911, págs 301 a 341
F u e n te : F cn n tcci. R ca n o o J . P d it'C .i c c c n ó trp c a a rg e n tin a c o n te m p o rá n e a . B u en o s
A ires. 1991. b asad o cn c lr a s del B a n c o C en tral So b re la b aso de! P B I aju stad o a
una la s a d e crecim iento im p lícita
Vistas c n s u con junto, sin embarqo. aunque las políticas económicas tuvieron
características propios en cada fase del ciclo, mostraron también, teniendo cn
cuenta la relación entre los procesos económ icos y políticos y la puja dc intereses
sectoriales y sociales, cierta continuidad entre los anos 50 y '70. asociándose con
las tendencias inflacionarias; las cuales ya no se explicaban sólo por factores de
dem anda (expansión m o ndaría o del qaslo público) o dc costos isuba de los
salarios reales, por ejcm ploi. sino por un proccso que algunos autores denom ina
ron "de inflación estructural".
Las crisis recurrentes impulsaban la introducción de un plan dc ajuste con
m ed id as que in ten tab an m o d ificar cl co m p o rtam ien to de las cu en tas
macroeconómicas. entre las que se destacaba, por lo general, uno devaluación
paro equilibrar cl sector externo y reducir los salarios reales. Las medidas
adoptadas provocaban inicíalmente la aceleración dc la tasa dc inflación, que
alteraba la estructura de precios relativos y. por lo tanto, el destino dc los recursos
presentes y futuros.
Cuando la estructura de precios relativos se acercaba a las pretcnsiones dc las
autoridades económ icas (determinadas por los sectores productivos que se
ñalaba dc promover), se completaba cl plan dc ajuste con el congelamiento dc
dicha constelación dc pieclos que cristalizaba lo redistribución de ingresos
pretendida. I n ese momento, se iniciaba un nuevo sendero de expansión.
( I 2 í* i I I I ik p u i R. I 110911.
1 130J Cf. ( i ; i,, ,-v1,1 'IH \iilu.* utii. red Mribuckin (Ir ¡n<;n-s*>*>>cl prix eso (le Ucviilk li
tación industrial en la Anti-ntina", cu I m-*,: h. A.,- ISk.i: :*-«íti*-. ' 1..- l.'V .i I.. y f -, K., L a s planes
ríe cst,ihilís,u ft>n en la Aigcntina. Rúenos Aiies. I9tí9
fomentado |*>r cl incremento de I.i inversión pública y privada y apoyado en
diversas ocasiones por cl ingreso de fondos del exterior; de esta manera, la
producción comenzaba a crecer nuevamente, dejando atrás la reccsión provocada
por cl lanzamiento del plan de ajuste.
Una vez que la nueva cta|>a de crecimiento se encontraba en marcha, empe/a-
ban. como hemos señalado, las presiones de distintos sectores para revertir cl
retraso en el incremento de los salarios y la recu|>eración de los niveles de empleo,
dando origen a la primera recomposición de precios no patriada y al inicio de un
nuevo ciclo inflacionario, el cual no alcanzaba aún niveles conflictivos. Cn esc marco,
se profundizaba cl atraso del tipo de cambio ique había permanecido congelado
hasta entonces), provocando que los mercados financieros tendiesen a reposicionarse
cn activos liquidos externos que terminaban forzando a una nueva devaluación. 1.a
reconi|K)sición de los i m c c í o s atrasados generaba entonces los condiciones para la
ruptura del plan, mientras la inflación ascendente deterioraba las cuentas públicas,
financiadas con emisión monetaria creciente. Se cenaba asi la onda de precios i on
un nuevo quiebre inflacionario y cl telóme» a la reccsión ('*').
Cn el marco de la o olución de las ondas de precios y de las |>o I¡Iíc. ls económicas
descriptas, se produjo, sin embargo, un progresivo incremento de la tasa de inversión,
de la ptoducción y del (irado de industrialización del país. aunque cn una situación de
inestabilidad que conspiró contra ese desarrollo. Por un lado, porque cambiaban
continuamente Unios los precios relativos, alterando la rentabilidad de los |>royectos
en marcha; por otro, debido a que los cambios tecnológicos no <ilc.ni/aban a fructificar
[ » r la tijera existente entre el endeudamiento externo para comprar maquinarías y la
caida de la demanda interna después de las devaluaciones C'-'l.
Por eso. como señala Viif.ui, la razón principal de la declinación argentina
luego de la segunda posguerra no se encuentra en el abandono del antiguo modelo
agroexportador, sino "cn la metodología de la política económ ica condcnsada en
los planes de ajuste" t” ). I.os procesos cíclicos suponían la alternancia de
enfrentamientos y coincidencias entre sectores industriales, agropecuarios y
financieros, con un gran peso de las empresas Iransnacionales y con ventajas,
según las eos unturas, para unos u otros, mientras que buena parte de I.i («oblación
sufría por la caida de sus ingresos y por los procesos inflacionarios sin que se
advirtiera un cam bio positivo del sector externo. "Las perdidas sufridas por el país
bajo la forma de descenso de la producción, del empleo y del consum o —dicen
Csrwü y Trtoxi — tampoco fueron, cn modo alguno, mitigadas por una m ejoría en la
balanza de pagos* |;V*I.
( 131 1 Cf. Vittiti, Ci i 1999' Cl también. Ouvtm. .Illki. *Ui teoría no monetaria de la
intuición*. en t'.l trim estre económico. México, octubre-diciembre de 1900.
1 1Y2 >li'iHiM, "Motas paia la economía política de l.í’iwtustrla argentina", en fíoletln
Iníoim atixo TecliIrU. *1 239. octubrcdlcirrnbic dr 1985. pág. 30.
1133! V ilt u j. Ci. (1999). pág. 41'-*
(134) Cl. Csii.vj. Cniptcy Tm *•. Ktisr nw». "Las políticas ortodoxas de Perón a Cuido (1953-
1903) Consecuencias económicas y sociales*, en Futurn. A .- El, BKiMxnotin, 'I. y Tironr.
K . lo s planes de cstab lllrx ló n en /a Argentina, liuenos Aires. 1909.
5 ,9 .3 . El problem a agrario y cl secto r externo
Cn efecto, los protesos dc ajuste a través <1c las devaluaciones tenían como
uno d e sú s objetivos fundamentales cl estimulo de las exportaciones agropecuarias
en los momentos de escasez de divisas. Pero esas devaluaciones no producían cl
resultado cs|>cnido—com o señala Finum— por dos razones principales: cn primer
lugar. poique la dem anda mundial dc productos .rgropecuarios habia dejado de
tener un carácter expansivo en la |x>sgucrra como consecuencia dc las políticas
proteccionistas de los países desarrollados; cn segundo término, porque existían
deficiencias en el régimen de tenencia d c la tierra y otros problemas estructurales,
que impedían que las mejoras de los precios y dc los ingresos dc los productores
sc materializaran cn mayores inversiones ye n un incremento de la producción t '” ).
Ksto explica por qué la participación d c la Argentina en el com ercio
m undial d ecayó notablem ente entre las décadas tic 1940 y ríe 1960. La
evo lu ció n en esa participación "dc los tres principales renglones d c las
ex p ortacion es argentinas — carn e vacuna, trigo y m aíz— . que en los años
an teriores a la Segunda Querrá Mundial eran del 55 1... cl 26 "u y cl 60 ' ; (...)
en los anos '60 pasó a ser del 5 0 10 "n y 20 3o. respectivam ente", m ostrando
la m agnitud del cam b io negativo operado l 15*).
La cuestión dc la inelasticidad de la o lerta agropecuaria dio lugar a un
am plío debate cn la literatura económ ica, que interpretaba esc fenóm eno a
parí ir de causas m uy diferentes, que iban desde problem as tecnológicos hasta
la necesidad de una reform a agraria. Un argumento frecuente era la com bina
ción de un alto grado dc concentración dc la propiedad de la tierra y de
tecnologías agrarias extensivas, com o resultado de la conducta rentística de los
grandes propietarios ( " 7>. I’ara otros, se trataba del abandono de la agricultura
y dc una mayor dedicación a la explotación ganadera extensiva com o con se
cu encia de las m igraciones internas de los años '50 y 40 que despoblaron cl
cam po reduciendo la oferta dc m ano dc obra tem poraria
lie todos modos, aun con aum entos cn los precios agropecuarios superiores
a los índices salariales y riel costo de vida, adicionales a las mejoras en el tipo de
cam bio real "sobre el supuesto (de) que los sectores agropecuarios revertirían el
dilatado estancam iento si poseían ingresos reales mayores*, no sc obtuvieron
dem asiados cam bios ( 1' i. Las favorables variaciones dc precios relativos y la gran
Total
Periodo Coreiles Olcagincscs Industriales (incluye otros
productos)
Cuadro 5,29. Indices de volum en tísico de la producció n agrícola (base 1954-1935= 100).
No iba a ser. sin embargo, una situación foyuntur.il. porque a partir de allí se
verificaría una transformación en la actividad agropecuaria, cuyos efectos princi
pales se extenderían a las décadas siguientes.
Las co n dicio n es para este crecim iento se relacion ab an con un conjunto
dc m ejoras técnicas, com enzadas en años anteriores, y que. a pesar d c que
no lograron equiparar los niveles tecnológicos de los paises m ás d esa rro lla
dos. perm itieron avanzar sobre algunos de los problem as básicos del estan
cam iento ('*'). Uno dc los indicadores de esos cam bios estaba dado por la
significativa m ecanización que im plicaba la incorporación dc tractores, los
que llegaron, según M a l i o .i y S o i k k o i il l c . a cerca de 120.000 a m ediados de
la década dc 1900 C*1).
(1401 l f por ejem plo. FurriMvi. ir. (1971 y 1977!; Divr Auine>iiu>, C. 1 1975),
1 141) Cl. ¡m)i ejemplo. Buuu; Usvuim; Pliso*. Mamrio y IW.wv, A'-'.'i'r.v l'.ipt-ns.m iicnto
agraria argentino. Rueños Aires. 1992, págs. I5 3 y 154.
1547 1952 1960 1965
E la b o ra ció n propia
( 14.M Cf. li' hsm Osv.m!m: C l» lltuw h»y twsiw. C *ku» A . I'rotlucctón y tecnología
«•/i I.i ri-g ión pampeana, R o s a rio . 1 9 7 1. 'Ic io s . R. y 5 « * K o u u .r, J . <1070».
Como señala S lutiky . analizando los censos dc 1947 y 19G0, lo <|uc se observ a
es una fuerte caída del número dc arrendamientos, aum entando cl tamaño
promedio dc la propiedad y la cantidad dc trabajadores asalariados. La política dc
prórroga y congelamiento de los arrendamientos, realizada por cl peronismo, no
había logrado compensar los altos costos dc producción ni los bajos prccios. lo
que provocó una emigración dc los productores hacia las ciudades, dejando las
tierras para la explotación ganadera o para la existencia dc una nueva modalidad
agrícola: los contratistas. Por un lado, pequeños propietarios. |iosecdorcs de
maquinaria agrícola adquirida recientemente, vendían sus servicios a explotacio
nes mayores. I'or otro, se volvían a tomar tierras en arrendamiento, pero |>or
periodos cortos, de un año o menos, mediante los llamados "contratos acciden
tales". l i t o marcaba un cam bio cn las estructuras productivas y una modemi/a-
cíón de la explotación agraria sin modificar, esencialmente, los sistemas dc
propiedad »’**).
A partir de 1963. la nueva configuración tecnológica se conjugó con una
política de prccios relativos más estable cn cl largo plazo y con cl crecim iento dc
la demanda interna, mientras se ampliaban mercados cn los paises del tiste y cn
Latinoamérica. Lentamente comenzó, por ejemplo, a abrirse cl mercado soviético,
que cn cl futuro tendría un papel dc gran importancia cn el com ercio exterior
argentino. Cn 1964 se realizó un convenio de intercambio de 400.000 toneladas
dc nafta proveniente del pais del ü t c por productos primarios argentinos. A fines
dc 1965. un nuevo convenio permitió intercambiar 1,000.000 dc toneladas de
trigo por 750.000 toneladas de gasoil soviético. También se exportaron granos a
la República Popular China
Esta apertura dc mercados, que se completó a través de la ALALC y del
incremento del comercio con regiones no tradicionales, posibilitó com pensar las
dificultades crecientes que planteaban los mercados de la naciente comunidad
europea, en donde se establecía la proteccionista Política Agrícola Común (PACI,
y dc los r.r..UU.. tradicionalmcnte restrictivos para los productos argentinos. La
participación de F.uropa Occidental cn las exportaciones argentinas cayó del 68 al
52.5 "Va entre 1962 y 1965, y a pesar de que las ventas totales del país aumentaron
cn 276,8 millones dc dólares, las colocaciones a esa región descendieron 46
millones. Por el contrario, las ventas a F.uropa Oriental se incrementaron en 60,9
millones dc dólares, hacia cl Brasil en 38.6 millones, hacia otros paises dc América,
cn 6 2 ,1 millones y hacia el resto del mundo, en 156.6 millones. Recordemos que
cn 1965 las ex|>ortacioncs llegaron a los l .488 millones dc dólares, dc los cuales
cl 6 5 .1 % correspondía a productos agropecuarios primarios.
1145) Cf. Su r/KY. Dv«r.i, "Aspectos socinlcs del dcsanollo rural cn la pampa húmeda
argentina*, en Dcsam illo Económ ico. M- 29. abril-junio tic I9t>fl.
t 145) KArnnnn. M. (19971. págs. 36U-570.
1962 1965
E la ü o ra cicn propia
F u e n te : O E C E I (19661
C EE E EU U .
F.l nuevo triángulo no era. tic lodos modos, una simple reedición del que liabia
tenido por protagonistas a la Argentina, los EE.UU. y el Reino Unido en los años '20
y 30. ya que los saldos positivos con una región no se compensaban to n la olía,
lo que dificultaba la estabilidad dc las relaciones triangulares. Por otia |>arle, el
J luo C o rta /a h . 1 9 6 9
V digo yo. .
l'O que es tanto lío cambiar las estructuras
(-.jN'o sc podría por lo menos darles una pinladita?
¿O ni eso?
6 .1 . EL CONTEXTO INTERNACIONAL
12»
Sin embargo, esa caida era la señal de una situación más grave, que se
relacionaba con la progresiva desaceleración del ritmo de incremento en la
productividad. Esto condujo a una disminución de las lasas de ganancia, que llevó
a las empresas a reducir paulatinamente sus niveles de inversión. I'or un tiempo,
no obstante, se mantuvo la tendencia creciente de los salarios, pero luego éstos
comenzaron a detener también su impulso, lista secuencia desarticulaba el circulo
virtuoso de incrementos de la productividad, la inversión y el salario, que habia
caracterizado a las «los décadas anteriores.
Las nuevas condiciones fueron atribuidas a diversas causas. Una primera
interpretación las explica como cl resultado de una suba salarial superior al
crecimiento de la productividad, especialmente en los paises europeos, t i elevado
costo laboral habría resultado perjudicial para las empresas manufactureras,
erosionando sus márgenes de ganancias. Una segunda interpretación las relacio-
<11 C.f. Bit. Mauclc y Dt.v«if* t.i. lies.-!». Glxah>. Krlm ions éconotnlques intcm M íonjIai.
París, I0B7
na, cn cambio, con cl incremento ele la composición organica del capilal (es decir,
dc la relación capital/producto), en cl marco dc los procesos tecnológicos
existentes, huevos aumentos en la producción exigían crecientes volúm enes dc
capital per cápita no compensados por las subas de la productividad (•').
Desde este segundo punto dc vísta, las alzas del salario nominal provocaron un
comportamiento distinto dc lo ocurrido en la crisis dc los anos '30. En aquel
entonces, la caída de los salarios y la desocupación creciente habían precipitado un
demimbc dc la producción y de los precios. Ahora, la acción combinada de
aumentos de salarios y del gasto público dc los listados nacionales pennitian
sostener la demanda, aunque no incrementarla sustancialmcntc. I’ot otra paite, las
empresas respondían a la suba del costo salarial con la elevación dc sus precios,
intentando mantener su tasa dc ganancia, de manera que los mecanismos que
evitaban la reccsíón impulsaban a la ve r procesos inflacionarios. La nueva lorma de
manifestarse de la crisis fue entonces la 'est.inllación*. es decir, el estancamiento
con inflación, a diferencia de la recesión con deflación de los anos 30. Cn rigor de
verdad, no se trataba dc un estancamiento absoluto, yaque, aunque con mucha más
lentitud que en cl pasado, cl crecimiento no se interrumpió nunca por completo.
La nueva coyuntura sorprendió a quienes habían prcdicho que con las políticas
económicas heyncsianas dc estímulo de la demanda las crisis económicas podían
ser controladas, tsta ¡dea se relacionaba con la |>erce|)ción dc que las crisis pasadas
se habían debido de manera fundamental a insuficiencias de la demanda. Como era
evidente desde fines de los anos (>0. las causas de la crisis no se encontraban sólo
del lado dc la demanda, sino también cn las caracteristk <is propias del proceso dc
producción, dc modo que la regulación del mercado no logiaba impedíilas plena
mente aunque pudiera atenuar sus formas de manifestación.
(2) La discusión de esta cuestión es extremadamente amplia. A fluisa de ejemplo, ti. !>t
Quwüi. "Tendenccs et cuiitie-tcndenccs a la baisse du taux de profit*. en Oíse el
ntflulMIon. Orenoble. 1983; Ltnr!/, A la is , La ntondialisallon dc la r ri.ve genérale du toulism c.
I967-I9S4. Caris. fifi».
Los problemas productivos afectaron <1emodo distinto a los diversos países, por
lo que el momento de aparición dc la crisis y su intensidad difirieron cn cada uno dc
ellos y sc combinaron con problemas internos e internacionales dc orden político y
estratégico. Los Estados Unidos, en particular, debieron alrontar serias dificultades
como consecuencia de su política armamentista y belicista, cuya expresión más
evidente fue el retroceso de sus posiciones cn la Guerra dc Vietnam. Por otra parte,
aunque el mundo continuaba manteniendo su estructura bipolar, ésta comenzaba
a resquebrajarse. Los países europeos y cl Japón, luego dc una etapa dc reconstruc
ción cn la posguerra. se habían convertido en competidores económicos dc la
potcncia norteamericana, mientras que cn la Unión Soviética sc vislumbraban las
primeras señales dc agotamiento del régimen comunista, como resultado de la
excesiva rigidez de sus estructuras productiva y de consumo, agravadas por cl
desmedido crecimiento del aparato burocrático y cl mantenimiento de tendencias
autoritarias y expansionístas. Sin embargo, et proceso tic crisis cn ciernes no
produjo, a diferencia dc la década de 1930. una ruptura brusca y viólenla con
respecto a ios patrones precedentes, dado que prácticamente no se interrumpieron
los flujos internacionales de mercancías y cantales.
Desde cl punto dc lista productivo, la crisis impulsó los primeros intentos de
reestructuración, apuntalando dos cam bios importantes. F.n primer lugar, cl
quiebre del sistema fordista dio paso a nuevas formas de. organización del proceso
de. producción, com o el toyotismo en cl Japó n. Las diferencias sustanciales
consistieron en la realización dc la producción en tiempo, ju s t ¡n lim e, cuya regla
esencial es evitar la acumulación de stocks, tanto de productos como de materias
primas, que pudieran, por un lado, generar excedentes con dificultades dc ser
vendidos en los mercados e incrementar, por cl otro, costos financieros, r e s p e
tivamente. F.ste tipo de producción intentaba flexibilizar al máximo la organización
det trabajo, de modo tal que la producción pudiese adaptarse fácilmente a
cualquier cambio en la demanda, tanto cuantitativo como cualitativo. También
representó un avance hacia nuevas modalidades dc contratación y de trabajo.
Olro aspecto destacable fue el cambio en la estrategia del gran capital, que
inició una etapa dc expansión multinacional, segmentando su producción en
procura dc generar una nueva división internacional del trabajo. El corolario de
esta estrategia fue la industrialización de cierto número de paises periféricos entre
los que sc destacaron los del sudeste asiático o rtlCs <lie w in d u slri,tli/cd co u ntrics).
como Corea del Sur, tlong Kong. Taiwán y Singapur. Se ha señalado que esas
naciones adoptaron un proceso de industrialización 'orientada por las e r u t a c i o
nes'. cn oposición a la estrategia clásica de industrialización vigente en América
Latina por "sustitución de importaciones", y que cl mismo constituyóla base dc su
éxito. U i nueva estrategia consistía, sobre todo, en exportar productos manufac
turados, primero sencillos y luego más complejos, basándose en las ventajas
iniciales que ofrecían los bajos costos laborales. Para algunos economistas, lueron
las |ioliticas dc liberalización comercial, la eliminación de tipos de cambio
múltiples y la reducción del grado de protección de los mercados internos lo que
explica el desem peño de aquellos países, cuya estrategia dc apertura hacia cl
mundo habría sido más eficaz que la dc las naciones latinoamericanas. Pero, cn
realidad. hubo oíros factores. «1c distinto orden, desde gcopolíticos hasta cultura
les. que influyeron cn ese desempeño (’).
Uno de ellos fue la ayuda económica y militar norteamericana como conse
cuencia de la Guerra de Corea y de la amenaza china. Por ejemplo, entre 1946 y
1978 Corea del Sur recibió 6 mil millones de dólares de Washington cn ayuda
económica, mientras que la cifra total de ayuda para toda América Latina cn ese
periodo Fue de 15 mil millones. Pero a esto debemos agregar la ayuda militar, sobre
todo en Corea del Sur y Taiwán. que también contribuyó al desarrollo industrial (*).
Otro elemento decisivo lúe cl grado de intervención de los Estados en la
economía, adoptando políticas industriales, comerciales y tecnológicas activas
con cl objetivo explícito de desarrollar ventajas comparativas dinámicas. En
realidad, se trataba de Estados autoritarios que fueron creando una estrecha
vinculación entre la burocracia central y las empresas más grandes, muchas de las
cuales se transformaron con el tiempo en multinacionales ('). También contribu
yeron, sobre todo en cl raso de Taiwán. políticas de reforma agraria, que
distribuyeron la tierra entre los campesinos creando nuevos sectores de clase
media y fomentando un crecimiento agrícola muy rápido (').
I.<>dimensión de los mercados internos, menor que cn América Latina, que
obligaba a los paises asiáticos a exportar, asi como los menores niveles salariales,
elementos culturales que valoraban cl (actor trabajo, cl ejemplo cercano y
competitivo del Jap ó n y políticas monetarias restrictivas que contuvieron los
procesos inflacionarios fueron otros elementos que explican la particularidad del
caso de los países del .sudeste asiático. En cl cuadro siguiente podemos observar
cn términos comparados las ventajas que eslos últimos les sacaron, por aquellos
años, a las más ¡ni|>orlantes naciones latinoamericanas.
13) Cf. Sin ir. Vu w , As/J fre n te a( sirf/u XXI ¿De lia 'm iLigros a fas 'd e b a c lc s ’ 7, buenos
Aires. 2000.
(4) be menciona el ejemplo ríe la empresa Hyundai, hoy conocida por la pioduc t lón de
automotores y que se inició a partir de contratos con cl ejército norteamericano para la
construcción de cuarteles militares y aeropuertos. Cf. Comjov». D v « . CCftcc.s cf succés tic
rm tustri.tíis,ulon. tesisdedoctorado, IJniversIté Piene Menctósfrance. Grenoblc. lí)‘M. [xx; *><i.
(StJi;> n . Piumt. "Kolede l’Ctatdansle-dcveloppement économ lquecn Asic: approches*.
<n Ca/iíers Ire pD évclítpfH 'nient, IV 13. lO Bfl. pags. 110; cf. tam bién. 5cm i V. f2000).
(61 Ri vrrio, F«mo. 'La ¡nduslriali/ación en Am erica Uitina y el Usté du Asia: una
comparación entre tiiasll y Taiwán. t*)30 I ‘<80 '. cn C k lo s cn fa fusiona fa econom ía y la
w eieil.nl, ri 2. primer semestre de I9!>2. págs. fi2 f!4 Scni». V. (20001.
PB! PSI Producción Producción
P a íse s per c a p it a p e r e s p ita in d u s tr ia l in d u s tr ia l
1963 1965 1965 1918
Cuadro 6,2. PBI per cápila (en dólares de 1985] y grado de Industrialización
(cn proporción deI PBI) de los paises del sudeste aslalico y países latinoamericanos.
<U( Trw. ttouuKD. International Mondar) Systctn. 1945-1970 Muewi York. 1970, p.igs
1 17-121.
i!)> K—inrim*!,rw Ciniurv Europe amt Ih c Doltar. Cambridge. 1966. págs. H>-88.
< 101 Vas i>m W rr. HrxnAn. Historia r o m á n t ic a muiiili.il </«•/ siglo XX. Prosperidad y crisii
Keconstrucck'tn. crecim iento y cam bio. I9 4 5 - I9 S 0 , Barcelona. I98G, pác| 502.
francesas de dólares por oro enlrc 1965 y I '.)(><> hi/o perder influencia al dólar y
a la libra como monedas de reseñ a. Mientras tanto, los bancos centrales europeos
dcfiosilaban sus reservas de dólares en el Manco de l'.igos Internacionales, que
colocaba, a su vez. un |>oicculajc cada vez mayor de los mismos en el mercado
de eurodolarcs. Todos estos dólares, prestados a o lio s países y no a los Estados
Unidos, hicieron crecer la liquidez internacional y. al mismo tiempo, alimentaron
la especulación contra la moneda iioitcaniericana. primero en beneficio del marco
y del yen y. poco después, también a favor de otras m onedas curo|>cas ( " I.
El empeoramiento de la balanza comercial norteamericana a mediados de
1971 contribuyó a acelerar el proceso especulativo contra el dólar, sobre todo
porque se constataba la existencia de un desequilibrio fundamental en las
balanzas internacionales que sólo (KXlia ser su|>eiado a Iravcs de drásticas
modificaciones de los tl|>os de cambio. En el punto culminante de la crisis
monetaria, a principios de agosto de 1971. volvió a aumentar fuertemente la
cotización del marco, asi como también el precio del oro, y la tendencia a
'dcs|jcgarsc' del dólar comenzó a ser imparable i
Ante estos acontecimientos, el presidente de los Estados Unidos, R k i ia k u M i x o í v
anunció, el 15 de agosto de 1971. la suspensión de la convertibilidad del dólar en
oro, gravando además temporalmente a las importaciones con un impuesto
extraordinario del 10 c.'o y solicitando también al FMI propuestas concietas para
establecer un nuevo sistema monetario internacional. El comunicado de Niwm causó
estupor en la comunidad internacional por haber adoptado una resolución de tanta
trascendencia, como era la supresión del patrón oro-dólar, sin que hubiese mediado
consulta alquila con el resto del mundo. Es que el viejo sistema de Bretton Woods
ya no se ajustaba a la situación existente en la economía internacional. En el mundo
industrializado e ¡nterdependiente de la segunda mitad del siglo XX un solo pais ya
no podía ejeicer de manera duradera el liderazgo económico.
Sin embargo, luego de numerosas negociaciones entre los representantes de
las principales economías del mundo occidental, en diciembre de 1971 se alcanzó
el 'Acuerdo Monetario de Washington", que eliminó el 10 n,ó adicional sobre las
importaciones establecido por los Estados Unidos, elaborándose también un
proyecto de reforma global y multilateral de las paridades monetarias medíante
bandas de Dotación entre las monedas, otorgándole al sistema m onclario mayor
flexibilidad e incluyendo una devaluación del dólar del 7.9 Hó con respecto al oro.
En realidad, el Acuerdo de Washington sancionó la implantación de un "patrón
dólar', transformando de hecho a la moneda norteamericana en la única moneda
central de reserva en el mundo (•'). En la piácllca. la mayoría de los países
til régimen emergente del golpe militar de. junio dc 1966 sc autodenominó
"«evolución Argentina". Los golplstas no sólo destituyeron a los miembros del
Poder ejecutivo nacional. sino también a las autoridades provinciales, las munici
pales y los miembros dc la Corte Suprema ('*). Las legislaturas nacionales y
( I 4 | Cf. llúfMA»*!. E*k', IIM o iíj d e l iiy lo XX, /£>/-)/£)£</. IW celon .i. 1095.
(15) Riwjw>. L. A. (19!»8). |>.V| 232.
provinciales íueron disueltas, la actividad de los partidos políticos fue prohibida
y sus bienes, confiscados. Los militares consideraron que para solucionar la crisis
de autoridad, la intranquilidad de las fuerzas laborales y la indisciplina social,
características del |H;riodo 1955- 196G, debían abandonar el modelo de interven
ción tutelar y participar directamente en los asuntos de gobierno.
El documento más importante de la Junta de Comandantes de las fuerzas
Armadas, promotora del golpe, fue cl denominado "Estatuto de la Revolución
Argentina'. Este eliminaba la división de iioderes tal como estaba prescripta en la
Constitución: los poderes ejecutivos y legislativos se concentraban en la persona
designada como presidente de la Moción. El presidente estaba facultado para
nombrar gobernadores provinciales, los que, a su ve?, ejercían los poderes
ejecutivos y legislativos locales. Además, cl Estatuto establecía que los nuevos
jueces designados para la Corte Suprema de .¡ustii ia debían jurar priori/.:ndo sus
disposiciones por sobre tas de la Constitución. El documento no fijaba limites
temporales al ejercicio de la presidencia, aunque disponía que. en caso de muerte
o incapacidad de su titular, los comandantes en jefe nombrarían a su sucesor. De
esta manera, ba jo la premisa que significaba el control autoritario del país, la Ju n ta
se autoasignaba poderes constituyentes
La Jun ta designó presidente al Oral. J u a n C a h u í n O i h i a s i a , desvinculándose,
formalmente, del gobierno. O m q a .u a se habia prestigiado encabezando las fuerzas
azules durante cl enfrentamiento con los colorados, y, luego del triunfo, discipli
nando y uniendo a las IT.AA. En un principio, el nuevo gobierno tuvo un cierto
consenso que involucraba a diferentes sectores políticos y sociales. Sin embargo,
lu.'go de un breve periodo de indel¡iliciones en el que se proclamó el respeto a las
libertades constitucionales y se ejerció una escasa represión sobre los desplaza
dos del poder, aquél dio paso a una |iolitica abiertamente dictatoria!
Los objetivos tle la "revolución" habrían de plasmarse según un esquem a que
debía transitar por tres tiempos. El primero, el "tiempo económico", buscaría
destrabar cl desarrollo industrial, facilitando la acumulación en los sectores más
modernos. Estos, a! disminuir los costos operativos, constituirían un aparato
productivo más eficiente, acabando con !.: inflación y con los recurrentes ciclos
depresivos. En ese ¡comento, se abriría e! "tiempo social", destinado a distribuir
la riqueza acumulada en la etapa anterior, superando el carácter regresivo,
inevitable en cl "tiempo económico", y eliminando los conflictos sociales, fin a l
mente. se llegaría al "tiempo político*, que. en un futuro lejano y difuso, permitiría
la apertura a la participación de la sociedad en el marco de un incógnito sistema
institucional distinto de! vigente hasta I 966. caracterizado por las antiguas
antinomias como la que enfrentaba a peronistas y antiperonistas.
Masía la llegada del "tíeni|io polr'ico'. el gobierno no seria permeable a
manifestaciones de oposición, corno se reveló rápidamente. El ámbito universita-
( I (i) 1'itiAs;i It. : k'.\ r.l I'/Vri i/CM /.r iHiíilli a «*rí Ki Arflcniln,!. fi e /.j tarda ilc l'toncii/i a ia
rr-K.iurarkm prranist.i Buenos Aires. 1904. páfls * > 10
rio fue cl primer frente de tormenta que puso al desnudo las ¡menciones
gubernamentales. Interpretando que la "politización" de las universidades consti
tuía un terreno propicio para la 'infiltración marxista*, el gobierno —a fines dc
julio— decidió elim inar la autonomía dc esas casas dc estudio. A manera dc
respuesta, numerosos profesores de la LIBA presentaron sus renuncias y se
exiliaron antes de que cl gobierno decidiera sus cesantías. I.os centros estudian
tiles fueron desalojados mediante l.i violencia, y la reacción dc los jóvenes derivó
cn enfrentamientos con l.i policía, que asaltó la facultad de Ciencias Exactas dc
la UBA durante la denominada 'noche de los bastones largos", en la que lucron
gol|>cados y arrestados profesores y alumnos (,T>.
Cl perfil ideológico del gobierno era bifronte: antíliberal en lo político y liberal
en lo económico. La presencia cn cl gabinete de nacionalistas católicos de derecha
impulsaba fórmulas ncocorporativas en reemplazo del orden político tradicional,
considerado anticuado y caduco. Este era cl "cambio dc estructuras" prohijado y
que generaba csco/or entre los sectores identificados con la tradición política del
liberalismo. De todos modos. O tcivw complementaba esta perspectiva con un
m anejo liberal del orden económico, tai definitiva, todos debían contribuir al
desarrollo y a la "modernización" del país, objetivos que no tenían que estar
sujetos al debate |>olit¡co y a la arbitrariedad del conflicto social T i.
Para el cumplimiento dc dichos objetivos de |>olítica económica se acentuó cl
autoritarismo. Así, se promulgaron distintas leyes dc corte represivo que reglamen
taban las atribuciones de los organismos encargados dc la seguridad nacional,
disponían la movilización de la (xiblación civil en caso de perturbaciones del orden
interno, ampliaban las prerrogativas del Consejo nacional de Seguridad (Conase) y
dc la Secretaria de Inteligencia del Estado (SIDO y reprimían las actividades
comunistas. También se intervinieron los medios dc comunicación, se restringió la
libertad de prensa y se censuraron varias manifestaciones de la cultura. Todo el
despliegue represivo apuntó, fundamentalmente, a prevenir I.js reacciones de los
sectores que serian víctimas del ajuste rcqueiido |>oi la 'racionalización económica".
La ofensiva racionalízadora se descargó, en un principio, sobre los trabajado
res de los sectores del transporte y la energía. Portuarios, ferroviarios, personal dc
los servicios dc electricidad y petroleros sufrieron, cn algunas oportunidades, la
intervención o la pérdida de la personería gremial dc sus sindicatos. En otros casos,
el recorto, dc conquistas gremiales dio lugar a reacciones huelguísticas que fueron
severamente reprimidas ron el arresto de los delegados sindicales y cl despido o
sanción a los trabajadores.
Mientras el reordenamiento laboral se hacía extensivo a la clase obrera, otros
sectores sociales sufrieron los efectos de la modernización económica. Los
comerciantes, las pequeñas y medianas empresas, los funcionarios y empleados
IV- Itoi-^i ir,. Aun. /'orle; rllilil.it y sociecLitl politice en /a \ri¡cilli/l<l //. buenos Aíres,
líHIfi, pág. 203: f v K /..i luch.i co iitin ii.l t'.t m olim iento cstuttkw iil arrfentino rn
e l mijío A.V Buenos Aires. 1998.
I l8 )C f. O'fHvirini, (íc-,nenio. KlLsLido buiocrM iconuUtríl.uia I9GG-I973 Huertos Aires,
1982.
fiel sector público, los agricultores y. finalmente, los grandes productores rurales
padecieron las consecuencias de una política económica tendiente a favorecer a
la gran industria y a las empresas extranjeras. I-as tensiones sociales sc fueron
acumulando y la inexistencia de mecanismos representativos que permitieran su
canalización creó las condiciones para un estallido popular.
A tres años dc su imposición, el deterioro del gobierno de O miamia alcanzó su
punto máximo, la s calles pasaron a constituirse en el escenario de movimientos
populares de protesta, inspirados también |x>r el clima internacional desencadenado
desde cl 'm ayo francés" y las movilizaciones contra la Querrá de Victnam en los
EE.UU. En mayo dc 19G9. la movilización popular se inició cn Corrientes con motivo
del asesinato de dos estudiantes por parte de la (xilicía. Las manifestaciones dc
solidaridad dc los estudiantes rosadnos fueron a su vez reprimidas, provocando la
rmicdc dc otro estudiante, la s movilizaciones se reprodujeron cn Tucumán y la
Flata. Pero el gran estallido social tuvo lugar cn Córdoba y sc lo conoció com o "cl
Corrío bazo". 1.1 29 dc mayo, una marcha de protesta de organizaciones obreras y
estudiantiles, en repudio a un intento cor|>oral¡vista del gobierno provincial y a la
supresión del "sábado inglés" —vigente desde 1932— . enfrentó y rebasó a las
fuerzas policiales que intentaban reprimirla. Los manifestantes tornaron cl control dc
la ciudad con el a(>o>o dc gran parle dc la |>oblac¡ón. l a ulterior intervención
represiva de tropas militares dio lu<jar. durante tres dias, a numerosos enfrentamientos
callejeros. Recién cl 3 dc junio la situación quedó bajo control militar. Como
consecuencia de los enfrentamientos, el gobierno reconoció un saldo dc dieciséis
muertos, numerosos heridos y más de dos mil detenidos, además de costosos daños
a bienes c inmuebles y perdidas dc salarios y jornales. Con el Cordobazo comenzó
la cuenta regresiva para cl régimen dc Osaviix (' *).
Desde cl comienzo de su mandato. Osoxin habia tratadodc apartar a las tt.A A
dc toda participación cn las decisiones gubernamentales, procurando asegurarse
la obediencia de los comandantes. Sin embargo, la prohibición de las actividades
políticas propició la politización del ejército, con lo que sc revirtió la
prolcsionalización dc los cuadros militares lograda a partir de 1963 por cl bando
azul. Los lideres militares sc convirtieron en interlocutores dc grupos dc opinión
y políticos que requerían su influencia para oponerse al rumbo político o
cconóm icodel gobierno, para manifestar su desacuerdo con algunos funcionarios
o para reclamar la revolución nacional anunciada |>or Oto api:v El presidente, que
no había precisado la duración dc su mandato, dio a entender q u e necesitaba una
década para llevar acab o la transformación económica y social y arribar finalmente
a la instítucionalización política sobre nuevas bases. I’cro las tensiones sociales
recrudecieron tras el Cordobazo y cl pedido dc prórroga dc su marídalo fue
respondido con la insubordinación de los comandantes dc las tres fuerzas.
< 191 Una descripción, tlia poi día. di* los sucesos del Cordolwo sr encuentra en: Du mu.
T k v k tsco J-, C r is is y p r o t e s ta s o c ia l, C ó rd o b a 1969, Cóidoba, lí>9*1. Cí. también, fS u u . Iííp.a
y otros. lu c h a r1c c a ite s , lu c h a t/«* c la s e s . Hurnos Aires. 1973: V ilh h . IM sim . L l C o r d o b a /o .
Buenos Aires. 1971.
Varios factores convencieron .1 los altos j e f e s militares para deponer a O - i .a i h :
la cxlranjerización de la economía argentina como resultado del programa
económico y el rechazo que este había recibido desde cl Cordoba/o. las vagas
perspectivas políticas de un gobierno que habia pretendido soslayar a los partidos
tradicionales, la incorporación a las filas do. la oposición de seclorcs rurales
desplazados |>or los intereses industríales y de las corporaciones transnacionales
y la aparición en primera plana de la guerrilla, cn mayo «le 1970. a través del
secuestro y posterior asesinato del ex presidcnle provisional A r a i !u k i .
La agrupación que organizó el secuestro de AK.vir.umj se denominaba
"Montoneros*, y su principal dirigente c ía M«co futnr-icn. Los antecedentes
políticos de los Montoneros, que se reconocían como cl brazo armado del
peronismo revolucionario, eran muy variados. IJna parte provenía del nacionalis
mo de derecha. más propiamente de una organización denominada "Tacuara", que
había nacido después del golpe militar de 1955 integrada por sectores de clase
media y clase medía alta, Pero la ideología de algunos de ellos se fue radicalizando
y virando hacia la izquierda, debido al influjo de la «evolución Cubana. Otras
fracciones procedían del catolicismo, influenciadas en especial |>or la corriente
más progresista de los sacerdotes del Tercer Mundo; finalmente, se unirían
también militantes originarios de partidos políticos de izquierda. Aunque cl
objetivo final de los Montoneros era construir una sociedad socialista, se encua
draban dentro del peronismo y asumían, a su modo, sus principales banderas.
Protagonista de numerosas acciones armadas, el momento de mayor ajxxjco de
la organización fue durante el gobierno de Ca u t o », para tenninar siendo expulsada
del peronismo por cl propio P ikon . com o veremos más adelante (J ).
f.l asesinato de Amnm.hu marcó cl in irio d e la presencia, a través de diferentes
manifestaciones, populares o armadas, y con una considerable repercusión
pública, de organizaciones guerrilleras de distinto signo, provenientes de sectores
nacionalistas y revolucionarios del peronismo y de fracciones marxistas escindidas
del PC. o de origen troLskista, e influenciadas todas ellas por la Revolución Cubana
(especialmente por el "Crtr' Q l t .v a k a ) y | x i r cl "mayo Irancés". con una extracción
social predominante, asentada en sectores medios y del ámbito universitario. Su
expresión más importante, adem ás de Montoneros, fue el Ejército Revolucionario
del Pueblo (EKP). dirigido por Mamk» K. S a h u i i o . que. procedía de un partido
trotsKisla. cl PRT tPartido Revolucionario de los Trabajadoresl. mientras que olías
organizaciones menores se denominaban fuerzas Armadas Peronistas tfAPl y
fuerzas Añiladas Revolucionarias (PAR). Al contrario de los Montoneros, cl EKP. de
base marxísta. rechazaba concebir al peronismo como un movimiento de "libera
ción nacional", y la revolución constituía, para ellos, sólo una parte de la lucha
general de los pueblos contra el imperialismo r 'K
6 ,3 . M O V IM IE N T O O B R E R O . P A R T ID O S P O L IT IC O S Y O R G A N IZ A C IO N E S
E M P R E S A R IA L E S E N L A " R E V O L U C IO N A R G E N T IN A '-
(41) Pi’Ki, Jtwi Cwu», 'Política internacional argentina*, en Consejo Argentino para las
Relaciones Internacionales, ta p o titícj ex lrrlo r íirgcntbui y sus protagonistas, 1880-1995.
Buenos Aires, 1996. p,y¡s 35 y 3<>.
dc fabricaciones Militares, empresa destinada .1 pilotear el proyecto. Mientras, el
Brasil contaba con un desarrollo siderúrgico avanzado. grandes reservas mineras
y considerable potencial hidroeléctrico. Por lo tanto, desde la óptica 'nacionalista*
dc los militares argentinos, toda cooperación con aquel pais significaba colocar al
nuestro cn una |iosición subordinada, sobre todo |>orquc. desde mediados de los
anos '50. el Brasil aventajaba a la Argentina en el seclor industrial, y una unión
aduanera cn esas condiciones reservaba al pais lioplatcnse un destino esencial
mente agropecuario.
Otra cuestión conflictiva con cl Brasil se desarrolló cn torno a la utilización dc
los recursos hidricos dc la Cuenca del fíala. Cl espacio geográfico dominado por
los grandes cursos tributarios del estuario del Plata, los ríos Uruguay. Paraná y
Paraguay, abarca una extensión dc más dc tres millones dc Kilómetros cuadrados,
con un enorme potencial hidroeléctrico, en jurisdicciones dc la Argentina, cl Brasil.
Bolivia. Paraguay y Uruguay. Desde una perspectiva histórica, la región resultó una
luente dc controversias y de antagonismos, a la vez que dc comunicación c
intercambio entre estos paises.
C11 19G5 cl gobierno de lu ia habia iniciado una ronda dc consultas entre las
naciones dc la Cuenca del Plata a fin dc organizar y compalibili/ar cl aprovecha
miento de los recursos hidricos dc la región. Al poco tiempo, y dada la favorable
predisposición dc los gobiernos, el canciller argentino. M 101:0 . A i o n ¿ a v a l a O k t iz .
comenzó a preparar un proyecto destinado a concretar un tratado entre los paises
integrantes dc la Cuenca. La idea era llegar a un entendimiento con cl Brasil para
superar la situación desventajosa de la Argentina en la reglón: consistía cn que las
obras que pudiera realizar cl Brasil "aguas arriba" no debían perjudicar a la
Argentina en tanto pais dc "aguas abajo". Asimismo, sc intentaría llevar a cabo
obras cn forma conjunta |>ara facilitar la integración física. Cl golpe militar que
derrocó a lu.u interrumpió estos proyectos que pretendían recrear el espíritu dc
Uruguayana dc 1961.
Por el contrario, el gobierno dc OMjAiiA consideró al proyecto de la Cuenca del
Plata com o un instrumento más dc la política dc rivalidad entre la Argentina y cl
Brasil, en lo referente a l.i utilización del (Kitcncial energético dc los ríos y <1 la
construcción de obras dc infraestructura física. A diferencia del gobierno radical,
la política exterior ríe la Revolución Argentina concibió al uso de dichos 11'os como
un medio de poder e influencia geopolítica en coni|>ctcncia con el Brasil. Cn
consecuencia, cl Palacio San Martin procuró que aquel país negociara la cuestión
teniendo en cuenta principios jurídicos internacionales, procurando forzar a la
cancillería brasileña a acordar la regulación dc las obrase ¡nt|>edir$u uso unilateral.
Pero cl Brasil avanzó mediante hcchos consumados impulsando un programa dc
construcción dc obras de infraestructura y represas sobre los ríos de la Cuenca. Por
su parte, la Argentina carecía de un plan de obras energéticas en la región y sólo
habia decidido la edificación de la represa Cl Chocón-Ccrros Colorados iTicuquén)
com o un claro ejem plo dc una proyectada integración "hacia adentro*. Cuando cl
gobierno argentino anunció el plan de construcción ele la represa de Corpus, en
realidad estaba llevando adelante una estrategia destinada a equilibrar la construc
ción brasileña dc la represa dc Itaipú sobre cl Alto Paraná. A mediados dc 1972.
siendo presidente L v i l s s e . los esfuerzos que había desplegado la diplomacia
argentina seguían tropezando con la negativa brasileña a toda 'consulta previa"
para acordar la regulación tic las obras hidroeléctricas (*').
Cn razón de estas divergencias con el Brasil. la Argentina se acercó a paises
corno Perú y Bolivia. gobernados |ior militares |x>pulistas. y a Chile, donde S a l v a i x i k
Aur.inr encabezaba un gobierno socialista. L a - is s i. sosteniendo el "pluralismo
ideológico", inició una gira |xh varias naciones latinoamericanas que comenzó cn
Chile. Su objetivo era no sólo abrir mercados para la Argentina, sino también
conseguir una mayor capacidad de negociación frente al Brasil. Sin embargo,
durante su ulterior visita a este pais. L o ¡ -.v rio obtuvo ninguna conccsión favorable
a la Argentina: Brasilia continuó rechazando la obligatoriedad de "consulta previa"
para la ejecución de obras cn los ríos internacionales de curso sucesivo, t i carácter
militar y autoritario del régimen brasileño, combinado con un acelerado crecim ien
to económico, exacerbaron tanto sus tcnrlcncias nacionalistas como su politica
exterior expansiva en la región. Estas circunstancias explican la colaboración del
Brasil con los golpes de Estado de Bolivia (1071). Uruguay ( i 973) y Chile ( 1973).
Por otra parte. Brasilia estrechó v ínculos con Paraguay y lo acercó a su influencia
mediante la finna del Tratado de Itaipú — en mayo de 1073— . |>or cl que ambos
paises se comprometieron a emprender la construcción de la represa hidroeléctri
ca más grande del mundo de aquellos años. L is decisiones del Brasil configuraron
una amplia maniobra estratégica para aislar politicamente a la Argentina de las
naciones del Cono Sur (*‘ >.
(50) Cf.. por ejem plo. Dt Paslo. Junn Cakius 'Precio s rrtativos. cüstiitniriúti del Ingreso
y planes de estabilizacicm la ex|>eriencia argentina durante 1957*1970". en D esarrollo
Económico, ¡V 57, Dueños Aires, pág. (>3.
Sin embarco, la devaluación provocaba una profunda alteración dc los prccios
relalivos que. com o vim os al referirnos a otras experiencias similares, producía
importantes transferencias de ingresos Por eso. se trató de compensar sus efcclos
a través de m edidas complementarias que evitaban que diversos sectores se
beneficiaran de manera desproporcionada con cl aumento del precio dc las
divisas. En este sentido, se destacó la implernerUación de un impuesto a las
exportaciones que oscilaba entre cl 16 y cl 25 % y afectaba, cn particular, a las
ex [portaciones tradicionales. Al descontar cl tributo, los expoliadores no recibían
gran parte del incremento del ingreso provocado por la devaluación, y cl Estado
se apiopiaba de esc excedente que habrían obtenido sobre todo los terratenientes,
mientras impedia una brusca redistribución dc ingresos a favor «leí campo.
La devaluación cncarccia los productos importados y colocaba en una mejor
Iposición competitiva a la industria. Para evitar que eso disminuyera la eficiencia,
uno dc los objetivos centrales dc la Administración Krieger. se redujeron los
aranceles aduaneros. De este modo se trataba dc incentivar la eficiencia del scctor,
tanto cn función dc la competencia externa que debería afrontar, como dc la
posibilidad dc importar bienes dc capital.
Los tenedores dc divisas también incrementaban sus riquezas cn temimos dc
moneda local. En esle caso, la ley 17.199qravó con un impuesto extraordinario dc
$ 80 por cada dólar o su equivalente cn moneda extranjera que formara parte dc la
posición g e n e r a l neta de los bancos y casas dc cambio al 6 dc marzo dc 1967; la
recaudación se afectaría a un programa de construcción dc viviendas económicas.
En la práctica, la devaluación, las retenciones y las modificaciones de
aranceles, tomadas cn conjunto, tenían un efecto similar al dc la introducción dc
un doble tipo dc cambio. En primer lugar, un tipo dc cambio más bajo para la
exportación dc productos primarios y la ini|>ortación dc materias primas; y. cn
secando termino, un tifio dc cam bio más alto para la exportación dc productos
industríales, la importación dc bienes de consumo final y las transacciones
financieras t5lf.
El programa también contemplaba la institución dc incentivos fiscales para
promover la inversión cn la industria y alentar la expansión dc las exportaciones
no tradicionales. Entre ellas cabe destacar la dcsgravación impositiva para la
compra dc maquinaria agrícola c industrial y del 50 Hn [jara el caso dc las
inversiones cn viviendas.
Por último, se instrumentaron medidas fiscales y de racionalización en cl
sector público, subrayándose aqui cl aumento de las tarilas de los servicios
públicos, cl Incremento dc los impuestos sobre las ventas y las propiedades y la
reducción o redistribución del em pleo público, que apuntaban a disminuir cl
déficit fiscal para tratar dc lograr la estabilización dc los prccios. Asimismo, en un
decreto firmado a fines de marzo dc 1967. se congelaban los salarios, pero se
permitían subas cn una escala descendente del 24 al 8 % hasta noviembre de
1967. prohibiéndose otros aumentos hasta fines de 1968.
< 5 ! > l l m i . O s c a v r .l capitalism o aigcnfúio en crisis, buenos Aiu-_s, 1973. |> j g , 29.
Con cslc conjunto de medidas, los beneficiarios de la devaluación eran cl
f'-stado y los capitales extranjeros, cuyo |>odcr de compra interno se incrementaba
aprcciablemente. l.os inversores externos se veían favorecidos adem ás por la
liberallzación del mercado de cambios, que eliminaba todos los requisitos para los
movimientos de fondos con cl exterior | 'J).
Cn los meses siguientes se adoptarían disposiciones complementarias tendien
tes a garantizar la estabilización de la economía y el rápido ingreso en una fase de
crecimiento. Por eso. a diferencia de otras gestiones económicas de corte liberal*
ortodoxo, la politica de KsitocK no produjo una reccsión. lo que puede ser atribuido
cn parte a la particular politica monetaria, ya que. como es posible ver cn el cuadro
siguiente, la liquidez creció entre 1967 y l!)60. Los agregados de la cantidad de
moneda en circulación (MI y M2> muestran cn ese lapso una tendencia crecicnle.
E la b o r a c ió n p r o p ia
F u e n te : V iu u j. G im rr ív o . L i s t e n c a s d e ü c c o n o m u argentina Inflación y crecimiento.
B u e n o s A ire s . 1 9 9 0
(52) Sobre cl plan, ver especialmente, por ejemplo. Prnm. R lw . Omjania. LcutHf'iton.
Lanussc. L ia m ilitares cn la politica argentina. liuenos Aires. 1‘MIS: l’r «c«. A. (1970): l)r P*ru>,
J. C. 11975). Bnu*. O. (1975).
capitales, fuente de expansión que 110 resulta discutible para la teoría que servia
de base al gobierno ni por el citado organismo ( " i . Complementariamente. se
puede observar que la |>oliticn monetaria estuvo lejos de ser expansiva, ya <|uc a
la reducción de la em isión por la caída del déficit fiscal se le sumó, durante la
ejecución del plan ¡mplcmentado por Ksiretu Vasetia. un fuerte incremento de las
lasas de inlerés. las cuales, por primera ve/ desde I95.V se situaron en niveles
positivos. De manera que los instrumentos utilizados por el gobierno en esa
materia apuntaban m ás a restringir la circulación monetaria que a fomentar su
expansión.
En cuanto a la política de precios, a los instrumentos ya mencionados se les
añadió un m ecanism o de consulla y acuerdos con los grandes empresarios, y se
lo denominó 'A cuerdo voluntario de precios'. De este modo, el gobierno arreglaba
con las principales empresas industriales el congelamiento de precios por un lapso
de seis meses, ofreciéndoles, com o "gesto de buena voluntad", una serie de
incentivos para el acceso al crédito bancario. Además, se les otorgaba a las
compañías que adhirieran al plan la exclusividad del mercado del sector público,
es decir que las compras gubernamentales se orientarían sólo a dichas firmas.
finalm ente, y para beneplácito de los terratenientes, se daba por conc luido el
régimen de prórroga automática y congelamiento de los arrendamientos rurales,
situación que tanto reclamo generara por parte de los grandes propietarios rurales
desde hacia ya más de una década.
También hubo otras medidas que, aunque de menor impacto directo, opera
ron com o "efecto demostración", en particular para el capital transnacional, de que
el gobierno estaba dispuesto a actuar ortodoxamente. En especial, la sanción de
la l.ey de Hidrocarburos, del 24 de.junio de 1967, y la pronta terminación, a favor
de las em presas petroleras, de los diferendos originados durante la gestión radical.
En cuanto al com ercio exterior, era un objetivo manifiesto del gobierno lograr
incrementar las exportaciones de productos industriales para, de este modo,
aliviar la balanza de pagos.
En cierta forma, el plan dt* K k i u g í r V a s o a anticipaba algunos lincamientos que
se constituirían en el núcleo central de los programas económicos del liberalismo
a partirrte m ediados de la década del "70. tales como el establecimiento de un tipo
de cam bio lijo, la apertura al tlujo de capitales externos, una |>olilica monetaria
pasiva donde el principal factor influyente en la cantidad de dinero en circulación
era el saldo de los movimientos de divisas con el exterior, y la disminución de
aranceles para 'estim ular* la eficiencia de las empresas locales. Dado que el
programa dem andaba un ingreso continuo de capitales externos, la la v i de interés
debía situarse por encima de los niveles internacionales, lo que resultaba atractivo
pata préstamos al gobierno, inversiones de corto plazo o compra de empresas con
un probado potencial dc ganancias, perodcscstim ulaba cl ingreso dc capitales dc
riesgo dc largo plazo. Ese esquema se repetiría dc manera mucho más radical en
el plan dc MAKxnrj nr. Hoz en I97G y cn el Flan de Convertibilidad, a partir dc 1991.
Sin embargo, la política dc K hiigck no apuntaba todavía a una transformación
estructural de la economía argentina, com o si lo harían las experiencias posterio
res. Si bien no trataba dc profundizar la sustitución dc importaciones hasta
completar la matriz dc insumo-producto, tampoco cuestionaba radicalmente la
orientación del proceso de Industrialización previo. La estrategia exportadora, por
ejemplo, se dirigia a la colocación de bienes no tradicionales para evitar los
cstrangulamicntos cíclicos dc la balanza comercial, pero sin cuestionar cl rol
esencial del mercado interno como base dc la expansión económica. Dc allí que
la puja distributiva era encarada fundamentalmente cn cl marco dc mantener la
demanda interna sin afectar las tasas dc ganancia dc las empresas, lo que explica
cl relativo celo cn impedir bruscas transferencias de ingresos. Los programas
liberales del futuro, cn cambio, considerarán a las e x u d a c io n e s com o la base dc
un nuevo modelo, en cl que la dem anda del exterior será cl merendó más
relevante. Por eso. cl salario pasó a ser lom ado sólo como un costo que debía
reducirse para ganar en competitividad. y las características dc las políticas de
Ingreso apuntarían a exacerbar las transferencias inlcrscctorialcs en contra dc los
asalariados. Dc la misma manera, la promoción dc exportaciones se disociará dc
la búsqueda del equilibrio interno y se dirigirá hacia bienes dc tipo más tradicional.
Déficit
Año Ingresos Egreses Déficit (PofcenUJe
del PBI)
F u e n te ; 0 A C (1982).
F u e n te : B C R A (1975)
Sin embargo, algunos autores, com o La sca d o , discuten la real magnitud de los
desembolsos de capital por medio de una desagregación que muestra que una
parte tic los mismos correspondió a gastos tales com o la amortización de la deuda
pública interna y externa, cuyo origen tampoco puede identificarse con la
incorporación de activos al patrimonio nacional, al haberse utilizado los fondos
para gastos corrientes. La inversión pública habría sido entonces significativamente
menor de lo que una primera lectura de las estadísticas indica.
Año tnvíf sifln física Erogaciones de capital 111(%) V Gasto total (*.)
1967 1 123 6 1 679,3 £€,92 17.05
tS€8 1 236.0 2 415.8 51.16 16,70
1969 1 874.7 3520.3 53,25 1633
1970 1 997,5 3904.6 51.15 15.36
1971 3248.2 5248.6 61.88 19.15
1972 4568,3 8205,3 55.67 17,25
PtoC Sel rero aru~.ll 23.0 23.4 192 22.3 19.7 19,5 32.1
Proa tX.lrtr -0 vtgetl! 33.4 32.4 31.0 31.6 33.7 36.4 23.0
Al/nerts*. ttt< üs y 12.5 15.3 19.7 15 S 15.9 167 14.5
t a c » , r'jsíicos y cj'jcto 2.7 32 4.0 4.3 3.7 3.8 43
Píele», cueros >tej *. os 14.0 13.5 14.0 12.9 13.0 9.0 11.6
Mciates C 3T .J W 5 y SL-5 nanutKI. 0.9 1.1 22 2.0 2.2 2.7 2.9
Máquras. r í l n / n c r l c s y tnMtfttl do iransp 1.3 15 2.6 3.2 3.8 4.7 6.1
Ores 7.3 87 8.3 7.9 00 72 5.5
F u e n te B A C (19821
La reducción riel saldo comctci.il tenia relación con la evolución de los precios
relativos y la compensación de la devaluación |>or medio de la reducción de
aranceles. Cuandocl gobierno practicó la devaluación, incrementó la coinpctitividad
de la producción local frente a los productos importados, f’or eso. era posible
disminuir los aranceles sin afectar la protección de las actividades internas. Sin
embargo, el congelamiento del tipo de cam bio nominal frente a tasas de inflación
en descenso pero aún elevadas generó, en los hechos, una progresiva revaluación
del peso que disminuyó la competitividad interna.
F u e n te Vitcu>. G o i l ix r v o . C u a re n ta
artos de m H a o ó n en la A r g e lin a .
B u c n c s A:rcs, 1986
F u e n te : A n u a rio s d e l C o rn e rc i o E x te n o r.
Cuadro 6.16. Intercam bio com ercial por legiones (participación de cada
región o pais en el intercam bio total con la Argentina en porcentaje).
El comercio exportador, tradicionalmentc concentrado en torno a un pequeño
número de holclhtgs. experimentó una tendencia inversa respecto del resto de la
economía: dcsconccntración y nacionalización, a través de la aparición en
productos clave de pequeñas y medianas firmas nacionales, que ocupaban un
lugar junto a los trusts tradicionales. Asi. en las exportaciones de cereales las
asociaciones cooperativas de pioductorcs agrícolas incrementaron permanente-
mente su participación pasando al 15 % anual. De igual manera, en cl sector de
la carne, cl pool frigorífico (ue prácticamente eliminado a causa de la prohibición
de Gran Bretaña de importar Lis carnes que tradicionalmentc le vendían las plañías
argentinas y del acceso de las pequeñas firmas a una tecnología que ya no podía
ser condición de monopolio, puesto que era accesible a las em presas de más
reducidas dimensiones. La centralización del com ercio exportador de lanas y
cueros se mantuvo, en cambio, elevada durante cl periodo: en cl primer caso las
ocho primeras empresas superaron siempre cl 50 r o del volum en; en cl segundo,
ese porcentaje fue alcanzado por las cuatro primeras
Ano IED
1966 2.8
1567 14,4
1r€fl 33,8
1S€9 61,3
T970 9.6
1971 9.5
1972 83
1973 14.0
Fuente FIDE.
Fuente GCRA
Grálico 6.2. Participación de loa salarios en e l ingreso (en porcentaje).
Carne — — IPC
Fuente Vrm ti. Guxunuo, Cuarenta ¿jóos tío inflación en la Argentina. Buenos Aires, 198G
Gráfico 6,3. Evolución del precio de le carne y del Índice de precios a l consumidor
(en porcentaje).
Cutre tanto, la CGC veia la posibilidad de estrechar la/os con cl sindicalismo
peronista y hacer frente a la politica económica mediante una cam pana contra la
'desnacionalización de la econom ía'. También aparecieron señales de conflicto
con el agro. Ante la nueva escalada inflacionaria, cl gobierno determinó la
instauración de precios máximos para una serie de productos alimenticios y la
prohibición periódica de venta de carne vacuna en cl mercado interno. Cstas
m edidas de corte 'intervencionista' generaron reacciones contrarias cn el
empresaríado y aun mayores entre los sectores rurales.
Cl derrocamiento de O o a i i a . contcxtualizado en un marco de exacerbación
del conflicto social y distributivo, marcará el fin de una etapa y, cn alguna medida,
un cam bio de rumbo, Para la |x>lcmica sobre el período quedan las hipótesis
contrapuestas sobre si la politica de K m c c c k fue cl "programa de la gran burguesía
industrial' aun en detrimento de los sectores terratenientes ('*). un programa
encarado por un gobierno autocrítico y autoritario que perjudicó, de alguna
manera, a todas las capas de los seclorcs dominantes C ), o una politica que
benefició lanío a unos como a otros (: l h
1.a caida de OnoA-nx y su reemplazo |>oi Ixusustoi traerían consigo un cam bio
en la política económica. A esta altura, las campañas de la CGE. el fortalecimiento
de las organizaciones sindicales y la aparición de grupos guerrilleros habían
generado una gran escalada de conflictos que. entre otras cosas, se traducían cn
dem andas contrarías a la cxtranjcrización «le la econom ía argentina.
Cn un principio, la designación de C a r l o s N o y am o L l e i u j i a , un economista
allegado a K i « t o r « V a s e i a , no |>arccia responder a los reclamos planteados. Cn
agosto de 1970, cl nuevo ministro autorizó un incremento salarial del 7 li .
Paralelamente, produjo una nueva devaluación, llevando la cotización del dólar de
350 a 400 pesos: aplicó otra vez retenciones a las exportaciones para apropiarse
de la diferencia de cambio, redujo los aranceles a la importación y anunció nuevos
acuerdos de precios. Si bien Mov/vto U e k e k a intentó continuar la política cstabilizadora
impuesta por Iterarte las condiciones ya no eran las mismas, y ante nuevas huelgas
y movilizaciones de rechazo. U u s ü s t o i lo desplazó y procedió a su reemplazo por
Amo Cikkt'h, hasta entonces ministro de Obras Públicas {’*).
A fines de octubre d e 1970. cl nuevo ministro anunció un plan con medidas
d e cortc nacionalista. Pckki k consideraba que los niveles de ahorro interno eran
(75) Cf. O m i t í , O sím y 0»«r.«oiTA. lítelo*. '1072. Crisis económica y política. Los
márgenes del rcformlsmo', en Biutn. Os » (comp.). L l capitalism o argentino cn crisis.
Buenos Aires. 1973.
rumbo económico se mantendría inalterado hasta la asunción del nuevo gobierno.
Cn este sentido, los programas económicos dc coyuntura reflejaban, como
sostiene f’oKiA-rrirso. la iitl|>oslb¡l¡dad dc los sectores dominantes para estructurar
una salida económica razonable (” l.
Cl hecho más destacable de la evolución económica dc los últimos anos
estaba dado por la expansión dc la inversión pública. Cn cfccto. cn cl periodo
militar crecieron cn forma apreciable las inversiones cn obras dc infraestructura,
equipamiento y transportes, Pero este aspccto quedaba rclativizado poi la fuerte
caída dc la inversión privada, reflejando el fracaso cn cl objetivo original dc
modificar la conducta dc los agentes económicos.
Por cl contrario, las expectativas negativas generadas por la espiral inflacionaria
y cl déficit externo conducían a maximizar ganancias dc corto plazo y esterilizar
cualquier recuperación del salario real. Esto repercutió en una modificación dc los
patrones dc consumo, cn los que se observó un aumento del consumo dc bienes
dc tipo durable (más vinculado a estratos de altos ingresos), mientras se contraía
cl de bienes dc consum o no durables (asociado más a los sectores asalariados).
Sin embargo, hacia principios dc 1973. aunque se agudizaba cl desequilibrio dc
las cuentas del sector público y la tasa mensual dc inflación llegaba al 6 % . cl
panorama internacional se presentaba más favorable, porque los términos dc
intercambio eran positivos para la Argentina corno consecuencia del incremento
dc los prccios de los productos primarios, especialmente dc cereales y carnes. Es
decir que cn cl a ñ o d c la crisis del petróleo y del aumento dc sus prccios. también
subían los prccios dc las exportaciones argentinas, lo que constituirla un alivio, al
m enos cn cl corto plazo, para cl nuevo gobierno constitucional.
(7 7 1 Dr. ffcj!, Lili vía. Retomo y derrumbe l't último gobierno peronlst.i. Buenos A ires.
I9BG , prtg 71 .
I7 BI Sobre Campoha y el "campoiisnio". rf. N w t i . Kl presidente que no tue. Los
archivos ocultos del ftcronlsnm. Buenos Aires, 1997.
viejo caudillo sc transformó cn la 'm asacre de Ezeiza". t n las proximidades del
aeropuerto, se produjo un sangriento enfrentamiento entre los sectores revolucio
narios del peronismo y los h u í s ortodoxos, vinculados a la extrema derecha
nucí cada cn lom o a Loir/ Ruga, secretario personal dc Prnon, con un saldo
indeterminado de muertos y la huida cn masa dc miles de personas aterrorizadas.
Las demandas dc los scctorcs radicalizados, partidarios dc una 'patria socialista*,
no |H>dian ser asimiladas dentro dc los limites del proyecto |>oliticodcl peronismo.
Al día siguiente, Ptxon reclamó el regreso a la ortodoxia partidaria y la necesidad
dc reorganizar cl Estado. Su propuesta dc "volver al orden legal y constitucional"
encontró eco cn todos los scctorcs políticos del centro y de la derecha. Pikoi
retornaba para |x>ner fin al vacio dc poder.
Luego de un intento |>oslrcro dc frenar la movilización |>opular. C a * iio k a y
Solano Lima presenlaron sus respectivas renuncias al Congreso, en el mes dc julio.
R a l i L\snm. titular de la Cámara de Diputados, fue designado presidente provisio
nal. Así. sc abrió cl espacio para que PtRo- reconstituyera el inxlcr del Estado
contando con cl a|>oyodc la burocracia sindical, marginada en el proceso anterior,
los partidos políticos y las fuerzas Armarlas. En este marco, nuevas elecciones
presidenciales, el 23 de setiembre, plebiscitaron —con cl G2 % de los votos— la
tercera presidencia de Pi ko*. acom pañado en la vlcepresidencia por su esposa,
M a h ia E s i i x a M a k i i > u ti:: P i k o i , más conocida como I s a k i Ptw v, o . directamente,
I s a p n . U i fórmula justiclalista superó a la radical, encabezada por R ic a k & o B » i h i n y
F u o iv .do ni: u Rúa, que sumó algo m ás del 24 % de los votos.
(fili tíi Tui-V Chipo. I ’ctonl'crón I9 7 JI9 7 0 , buenos Aires. 1903, póg 2 12 .
Por su parte, tras el breve interregno marcado |>or la muerte de Pik o m . la
izquierda peronista decidió enfrentar directamente al gobierno. Cn setiembre dc
1974, M a kio riKMCMcii. jefe dc Montoneros, anunció el pasaje a la clandestinidad y
la reasunción dc las actividades guerrilleras. Esta opción militar, como respuesta
a la represión, era acompañada de una propuesta política orientada a dar al
peronismo un perfil revolucionario, y emergía como contrapartida a los sucesores
dc Patón cn el gobierno, que trataban de redefinir la identidad política del
peronismo hacia ladcrecha. Entre los asesinatos más impactantes dc los Montoneros
figuró cl del jefe dc la Policía f ederal, Autemo V i l l a k . victima dc un atentado con
explosivos, El resultado político de este accionar fue la declaración del estado «le
sitio (jor cl Ejecutivo cn noviembre dc 1974 y la amplificación de la actividad
represiva gubernamental.
Para asegurar su permanencia cn cl poder. I saiwx intentó recostarse cn las
fuerzas Armadas. El primer paso se habia cfcctivizado cn mayo dc 1974. cuando
cl Poder Ejecutivo (orzó la renuncia del comandante del ejército. Oral. Lc a m m o
A:<aya . designando cn su reemplazo al Oral. Ameno N uha L a m a í u . Partidario del
'profesionalism o integrado", cl nuevo comandante pretendía comprometer a la
institución militar con la política del gobierno. A despecho dc este propósito, las
jerarquías militares se resistieron a intervenir contra la COT durante la crisis de julio
dc 1975 y, cn un tácito alineamiento con la ojioslclón. contribuyeron a precipitar
la caída de Lortz K eoa y R o dkiqo ( n j).
El nuevo paso que dio I s a k u cn su estrategia hacia los militares tuvo com o
desenlace una severa crisis cn el Ejército. En agosto dc 1975, durante la
reorganización del gabinete que siguió a los hechos dc julio, nombró al Cncl.
Vicnn: D amasco com o ministro del Inlerlor. La designación no fue bien recibida por
las jerarquías militares, que manifestaron su 'total independencia' del nuevo
gabinete e impusieron el pase a retiro dc D amasco . También lograron el relevo de
NtMA LAti^-r. aunque la presidenta sc reservó cl derecho a nombrar a su
reemplazante. La designación recayó en uno de los generales más jóvenes, Jonor.
lU r A C L V i d i l a . quien sc comprometió a respetar cl orden constitucional En el
transcurso de estos acontecimientos sc acrecentaron los rumores dc gol|>e militar
y la COT declaró cl cstado dc alerta. Como corolario. I s a w x vio desvanecerse su
esfuerzo por modificar a su (avor la relación dc fuerzas y los mililares prefirieron
afirmarse cn la linca de 'profesionalismo prescindcntc'. doctrina tras la cual sc
ocultaban propósitos golpistas l*-’).
Agobiada por los acontecimientos, Isa b e l pidió licencia por enfermedad,
alejándose temporariamente del gobierno. El presidente provisional del Senado.
IrA l o A. Lcum. sc hizo cargo interinamente dc la presidencia. Intentando rccom|K>
ncr cl orden social y rehabilitar las instituciones políticas. Contra estos propósitos
conspiraba la agudización del conflicto que. acerca dc su identidad, dividía a los
6 .8 . P A R T ID O S P O L IT IC O S Y O R G A N IZ A C IO N E S E M P R E S A R IA L E S
(92) Ot Ku. L*uAr*A. La p o litic .i en suspenso: I ÍHjO/ 197(i. Rueños Aires. 2000. pág. 173.
disputa terminó dividiendo a In bancada legislativa del oficialismo y algunos
legisladores 'antlverticalislas' llegaron a auspiciar cl alejamiento de K v.i l ('•').
Hacia fines de 1075. cl justicialismo quedó reducido a una superestructura
resquebrajada. Las bases partidarias se encontraban desorientadas, y la dirigencia
se resignó a la es|>crn del golpe militar, a|>ostnndo a una lulurn reorganización. Por
otra |)arte. la alianza (xililica que lo tuvo como protagonista principal se desarticuló,
y una de sus fuerzas integrantes, cl MIO. declaraba vaciado e Inexistente cl FR EJU U ,
a la vez que tomaba distancia del misino, l a disgregación del cam|>o político también
afectó a la oposición leal al gobierno: la UCK y la Alianza Popular Revolucionaria.
Luego de las elecciones presidenciales de marzo de 1973. la derrota de la UCR
a manos del H tr JlJl.l incentivó las criticas internas a I.i conducción del partido. El
Comité Nacional explicó dicho desenlace como un resultado del ‘ precio político"
que debieron pagar el radicalismo y IU i :> para asegurar la realización de los
comicios c impedir las proscripciones. For su parte, el Movimiento de Renovación
y Cambio emitió un documento cn mayo de 1973 formulando severas criticas a la
conducción balbinista. En primer lugar, cuestionó la táctica de evitar criticas al
anterior gobierno militar para no comprometer la realización de las elecciones, lo
que hizo a|>arcccr al radicalismo, frente a importantes sectores del pueblo, como
una versión continuista de dicho gobierno. En segundo término, criticó el ambiguo
discurso |K>litico de B a lb i.i, cn tanto responsable de haber impedido que el
radicalismo se convirtiera cn una alternativa politica para el pais. Además, el
discurso balbinista. al enfatizar la pacificación, la integración social y la concilia
ción. apareció com o neutro frente a un electorado que buscaba cam bios sociales.
También puntualizó que el radicalismo no había comprendido ni habia tenido
poder de convocatoria dentro de la juventud. Finalmente, acusó a la conducción
partidaria de no haber valorado cl papel del trabajo organizado y de no difundir el
ideario radical en ese sector social. El documento del MRC propicióla instauración
de una "auténtica democracia social" y la reconstrucción del radicalismo para
combatir el privilegio solire la base de un progiama concreto y definido.
Erente a la gestión peronista, cl radicalismo mantuvo una actitud de "oposición
constructiva". Por un lado, apoyó cl andamiaje |»l¡lico-¡nsl¡tuclonal formulado por
Pi k o i. Al fallecer el presidente, respaldó a I sabel "para servir a la permanencia de
las instituciones argentinas que usted simboliza cn csta hora". Cuando fue
configurándose el síndrome de una sociedad desgobernada, trató de evitar criticas
que pusieran cn peligro cl orden democrático que habia contribuido a construir
ron cl ahora partido oficialista. IUir.:>. a|>oyado |>oi casi lodo cl movimiento radical,
condenó la posibilidad de un golpe militar, y hubo rumores acerca de la
probabilidad de una alianza entre cl justicialism o y el radicalismo para conformar
un gobierno «le coalición que asegurara la gobcrnabilidad del pais.
(96> UmiAa», Mario J., rolitica agraria cleí llberalisnKKOnscnador 1940-19115. Bueno»
Altes. 1987. 17 20.
(971 Cf. Mansiua, Ctvw L.. tas tuerzas <lc Centro. Buenos Aires. 1983.
pequeño, predominantemente ligado al mercado interno. Kl nuevo ministro estaba
vinculado, ideológica y orgánicamente, desde sus inicios como dirigente empre
sarial cn los primeros gobiernos peronistas, al Partido Comunista. Sus ideas
políticas no le impidieron convertirse, c o n cl tiempo, cn la cabeza de un importante
cjru|>o empresarial nacional con intereses diversificados, (labia estado asociado a
una empresa de neumáticos (l'ate), y luego se transformó cn uno de los propieta
rios de Aluar. empresa productora de aluminio cuya pros|>cridad se debió a la
vinculación "privilegiada" con el anterior gobierno militar, traducida cn beneficios
y concesiones diversas obtenidos a principios de los años '70. Eslo le permitió
m antener una fluida relación con cl Qral. I.ato.'Ssc c intermediar entre éste y Pi r o - .
Desde cl Ministerio. Qeumko establecería fuertes vínculos económicos con los
paises del bloque soviético, a la vez que conservaría |>oderosas amistades cn los
EE.L'U. L l figura contradictoria de QcuiAKt> era cl ejemplo de una ‘ burguesía
nacional* con fugaces influencias económicas c institucionales ligadas, más que
a una base productiva sólida, a la posibilidad de desarrollar negocios con cl Estado
y a la asociación con los poderes políticos de turno. >a sea civiles o militares ( " I.
Con aquel se esperaba que la política económica se fundamentara cn las iniciativas
de los empresarios privados nacionales y se transformara cn una opción frente al
capilal m onopólico internacional.
G u a m o puso cn práctica el Pacto Social. Las organizaciones corporativas de
la gran burguesía — la UIA, la SKA y la CAC— . cn situación de repliegue, avalaron
cl Pacto como algo inevitable y manifestaron su beneplácito, aunque a nivel
declamatorio. La UIA — nuclcam icnto de las mayores empresas del sector, cn
particular de las filiales de las empresas transnacionalcs— se integró en la
Confederación Industrial Argentina (CIMA), dejó de funcionar como organismo
independiente y pasó a formar paite de la CQE. que, de csta manera, pareció
acrecentar su poder institucional i ') . La aceptación del Pacto (>or parte de
aquellos sectores no era una renuncia al empleo de sus recursos de poder, sino
que marcaba un compás de espcia.
Con la crisis del gobierno peronista, los dirigentes tradicionales de la ex UIA
cambiaron su estrategia. Uno de los factores intuitivos para la dirigencia empresa-
lia era el control olicial de los precios: cn setiembre de 1974. desde la CIMA se
emitió una declaración critica de esa politica. 1.a |>ostcrior renuncia de Gtu»m> puso
cn lela de juicio cl rol politico de la C Q E y amplió cl espacio para que la dirigencia
tradicional cuestionara la dirección de la central empresaria e. inclusive, al propio
gobierno.
La CQE comenzó a pagar los costos políticos de su apoyo al gobierno. Por un
lado, éste le exigía cl máximo respaldo: |>or el otro, los empresarios afectados por
la política económica hacían responsable a la Confederación de dicha política. En
(99* Cf. ü c j i c r t . Imwiro, l'.l o r o d e Afoscu. B u e n o s A ire s, 1995. d o n d e si- a n .ilir a n las
v in c u la c io n e s d e l m in is tro c o n lo s c o m u n is ta s : S rn v r. M. i I9 9 B I,
este marco, cn los primeros meses dc 1975. sc Inició cl resquebrajamiento de la
entidad: varias organizaciones gremiales del interior del pais sc desafinaron; poco
después renunciaron dos miembros tradicionales dc la UIA. incorporados com o
dirigentes dc la Confederación, y. a mediados dc ano. sc dcsafllió la Federación
Agraria Argentina il'AA). Las diferencias dc enfoque sobre la política económ ica y
sobre la forma dc resolver los problemas políticos y sociales generaron contradic
ciones cn cl interior dc la C G E que llevaban a la fragmentación dc su precaria
unidad t""|.
En agosto dc 1975, se formó un frente empresario integrado por entidades
tradicionales. La Cámara Argentina ele Comercio, la Cámara Argentina dc la
Construcción, la SRA. las entidades agrupadas cn Confederaciones Rurales
Argentinas, la IA TA P y EADEEAC sc Integraron cn la Asamblea Permanente dc
Entidades Gremiales Empresarías (APEG E). La misma se constituyó cn un crítico
severo dc la CGE y cn un |iolo opositor al gobierno.
En cl seno dc la CIMA, al compás dc la crisis, surgieron distintos movimientos.
El primero fue cl Movimiento Empresario del Interior (MEDI), originado cn las
provincias pobres del noroeste argentino, crítico dc la conducción ccgeísla y con
tendencias 'dcsarrollistas*. En forma paralelase organizó cl Movimiento d c Unidad
Industrial (MUI), que agrupaba, básicamente, a dos organizaciones ernpresarias dc
llucnos Aires y Córdoba, cn su momento enfrentadas con Ciri ruxu. f'or su parte, los
antiguos dirigentes de la UIA sc aglutinaron en cl Movimiento Industrial Argentino
(MIA), continuador de las posturas dc los industriales tradicionales. Los em presa
rios industriales con relaciones directas con cl sector agro(>ecuario sc organizaron
en la Coordinadora dc las Industrias dc Productos Alimenticios (COPAL), entidad
cuya influencia acompañaría cl futuro crecimiento del complejo ngrorndustrial cn
la economía argentina.
En los meses previos al gol|>e militar, la critica empresaria a la |H>lítica oficial
adquirió un tono apocalíptico. En diciembre dc 1975. la AfT.GE censuró cl
estatismo, la corrupción y la especulación, y juzgó que el pais ‘ continúa su camino
hacia cl marxismo*. Al mes siguiente, en cl curso dc una reunión que congregó a
unos trescientos empresarios, la Asamblea manifestó su desacuerdo con la
política económico-social que 'constituye la antesala inexorable del comunism o"
y propuso el "estado de movilización*. El corolario dc esta cam paña fue cl paro
llevado a cabo cl IG dc febrero, donde la organización dc los empresarios
tradicionales logró la adhesión del comercio, los servicias y cl agro.
Este paro contribuyó a crear cl clima social para el inminente golpe dc Estado.
Ui imagen dc caos y desgobierno no fue sólo cl resultado dc la Ineficacia del
gobierno y dc los sectores ligados a él. Dicha imagen lúe fomentada por las EE.AA.
y por la cúpula cm prcsaría liberal que se manifestaba a través dc la APEGE. Cl
gobierno era severam ente acusado por su incapacidad para "poner orden' y era
presentado com o cl promotor del caos social característico del populismo, con lo
que. implícitamente, se legitimaba cl objetivo dc los gol pistas; la construcción dc
un orden social alternativo ( " ’•(.
Las posiciones dc la SRA reflejaron cl crcd cntc deterioro dc las relaciones dc
la gran burguesía agraria con cl gobierno peronista. La política económica dc
QrtnAKD no permitía alentar expectativas favorables entre los terratenientes de la
pampa húmeda. La inicial resistencia al proyectado impuesto a la renta normal
potencial dc la tierra se transformó cn aceptación icsignada del Acta dc Compro
miso Agropecuario nacional, mediante la cual la SRA —en agosto de 1973—
acordó con cl gobierno la concertación dc la política agropecuaria. Cn cambio, los
productores agrupados cn CAKISAP no avalaron cl compromiso, optando por ganar
tiempo y por la preservación de su poderosa capacidad de maniobra frente a las
decisiones oficiales A mediados dc 197-1. la SRA censuró la "Comisión dc
Política Concertada* por su ineficacia para atender las demandas sectoriales. En
setiembre dc 1974, al igual que la CHA y otras organizaciones ruralistas. la SRA dejó
de participar cn dicha Comisión,
El anteproyecto dc Ley Agraria fue otro lem a irritante para los sectores
propietarios rurales. Si las medidas impositivas fueron consideradas conliscatoiias
por la SKA. aquél, que pretendía favorecer la conversión cn propietarios de los
arrendatarios y aparceros, fue juzgado como un intento encubierto de reforma
agraria. En 1975, la entidad ruralista señalaba a los autores del mismo "que cl
pueblo voló por la doctrina y la filosofía justicialisla y no para que a través dc
conceptos similares se pretenda introducir ideas ajenas al sentir nacional..." t"14).
En general, la mayoría dc las oiganizacioncs representantes dc los intereses
terratenientes se opusieron al anteproyecto juzgándolo de 'inconstitucional*, dc
esencia "marxista colectivizante* y que conducía a una virtual confiscación dc la
propiedad y a la socialización compulsiva (" ').
Desde octubre dc 1974 hasta cl fin dc la administración peronista, las
relaciones entre cl gobierno y la gran burguesía agraria experimentaron un notorio
agravamiento. A pesar dc que la renuncia dc (j tirano a brío, según la SRA. 'c l camino
a un deseable reencuentro entre gobierno y agro", la política dc ingresos dc sus
sucesores continuó perjudicando a dicho scctor. f.n consecuencia, con la excep
ción del breve mandato dc Cncsrno Hoohioo. la SRA se opuso a la gestión dc todos
los demás equipos que ocuparon cl Ministerio dc Economía hasta marzo dc 1976.
( 1 0 2 ) C a v a w v z i . M. ( 1 9 8 3 ) . págs. 5 7 5L>.
0.9. L A S R E L A C IO N E S E X T E R I O R E S
( I08) Lutr«. Rinr.1 y SnwTi. Clmimo. "Europa Occidental en las relaciones Internaciona
les argentinas del mundo bipolar. 1970-I9SM)'. en Ciclos cn (a historia, la economía y I,i
sociedad. número csperlnl 14-15, primer semestre de 1‘J ‘JH. pág. 122.
a los mercados dc capital y dc coincrcio dc los países industrializados. La
declaración (¡nal dc la conferencia, cn la medida en <|uc expresaba que cl sistema
dc coopcrncíón Inleramcricana debía completarse 'm ediante el establecimiento
dc un sistema dc seguridad económica colectiva que otorgue protección a los
requisitos esenciales del desarrollo integral', generó expectativas optimistas cnlrc
los latinoamericanos que cl tiempo sc encargaría dc diluir.
Dos meses después, la conferencia dc cancilleres americanos reunida cn
Washington volvió a instalar cl lem a dc la estructura del comercio internacional y
el del sistema monetario. Nuevamente cl canciller argentino expuso las preocupa
ciones dc los países latinoamericanos; lo dispuesto cn Ttatelolco no sc habia
cumplido y cl m ercado estadounidense seguía siendo |xx:o receptivo al ingreso dc
producios latinoamericanos. Además, presentó el panorama general dc las
relaciones interamcricanas. planteando la necesidad dc terminar con cl aislamien
to dc Cuba, la revisión dc las sanciones aplicadas contra ese pais y la conveniencia
dc integrarlo al sistema panamericano. Sin embargo, los resultados dc esta
conferencia y la ríe Tlatelolco no se tradu jeron en la concreción dc una política de
cooperación y solidaridad entre los pueblos americanos, y cl "nuevo diálogo" sc
transformó cn otra esperanza frustrada ( ).
I-a política exterior durante el período de Isa bii f’i estuvo influenciada por
la crisis política y económ ica del país. Los urgentes requerimientos dc créditos
internacionales, públicos y privados, convirtieron a los CC.UU. y a los organismos
internacionales dc crédito en objetivos apreciados por la diplomacia argentina.
Mediante una [>olítíca pragmática, se intentó acceder a una posición privilegiada
cn las relaciones con cl país del Norte, combinando cl papel de moderador en cl
ámbito regional con una |>olítica dc amplia aceptación del capital internacional, tn
reemplazo de las originarias críticas a la OKA. la Argentina trató de convertirse cn
un intermediario entre los países más reformistas y los estados Unidos. Cl discurso
|M>litico adquirió, por otra |>arte, un carácter cada vez más contradictorio, porque,
por un lado, sc proclamaba la nacionalización de las gasolineras que pertenecían
a Shell y a Csso (que no sc concretó) y, por otro, sc anunciaba que las empresas
extranjeras habían resucito postergar por un l¡ci»|>o cl envío dc sus regalías al
exterior para contribuirá solucionar cl problema de la balanzade pagos argentina,
afirmando la presidenta que "cl pais entero (debía) congratularse por esta
convivencia fructífera con los intereses multinacionales". Cn ese marco, algunos
autores sostienen que, contrastando con las metas autonomistas iniciales, la
diplomacia dc este tramo final, aunque conservó un cierto discurso nacionalista,
se orientó de nuevo hacía una inserción más dependiente t1"
I’or su |>artc, las relaciones con la Curo|ia atlántica tendieron a complicarse.
Las esperanzas de que la Comunidad levantara sus restricciones a las importacio
nes dc carne sc vieron frustradas, generando tensiones |>ol¡l¡casy comerciales.
Además, las m edidas adoptadas contra empresas dc capitales europeos, como las
intervenciones «le la Compañía Italo-Argentina de electricidad —de capitales
6 .9 .4 . Las relaciones con la Unión S oviética y los p a ises del Este europeo
6 .1 0 . LA S P O L IT IC A S E C O N O M IC A S D U R A N T E
E L G O B IE R N O P E R O N IS T A (1 9 7 3 - 1 9 7 6 )
6 ,1 0 ,1 . L a p o l í t i c a e c o n ó m i c a d e J o s é B í k G e u ia k d
( 1201 Ct. Dr. P arlo . J uan C a k io v Economía politice del peronismo. Unirnos Aires, 19H0.
cl crec imiento esperado sc malograra por un cuello dc botella cn la balanza
comercial. Con la intención de centralizar cl comercio para lograr cierto |>oder cn
los increados internacionales, sc les otorgaron mayores poderes a las Juntas
nacionales de Oranos y de Carnes, que pasaron a monopolizar la exportación dc
esos productos <IJ ).
Además, se firmaron, como señalamos, acuerdos comerciales con paises
socialistas para tratar de ampliar un mercado potcnclalrncntc importante, profun
dizando una iniciativa que ya habia comenzado a ser explorada |m>i cl gobierno dc
L v h i s s c . Los vínculos dc Gcinxxn con cl PC facilitaban las negociaciones, aunque el
futuro mostraría que esto no era una condición necesaria. En la segunda mitad dc
la década, la dictadura lograría estrechar las relaciones comerciales con la URSS
a |>esar ele la leroz represión ejercida contra las fuerzas dc izquierda locales ( '“ I.
Con respecto al sector agropecuario, cl gobierno hizo hincapié cu la necesidad
dc incrementar la productividad y las exportaciones, para lo cual instrumentó un
acuerdo firmado en agosto dc 1973 por todas las entidades (con excepción dc los
ganaderos nueleados cn la CARftAP) cn cl que sc comprometió a aumentar los
precios mínimos dc los productos agropecuarios, otorgar incentivos fiscales y
formular una política crediticia favorable al sector. Sim ultáneam ente, las entida
des agrarias sc comprometían a duplicar la producción cn un lapso de poco más
dc seis años.
La originalidad de los acuerdos político-económicos radicaba en la amplitud
dc los sectores involucrados y en que la mayoría dc ellos no formaba parte de los
círculos económicos más poderosos del país. Cl éxito de la gestión dependería cn
gran medida ele la cafuicidad de los dirigentes sindicales para contener mayores
demandas salariales de los trabajadores, dc la confianza dc los industríales cn cl
equipo económico gobernante y del apoyo dc los scctorcs rurales.
Como medidas complementarias, aunque no |H»r ello de menor importancia,
cl gobierno elaboró poco menos dc una veintena dc proyectos de ley. entre los que
se destacaban la regulación dc las inversiones extranjeras, la reforma fiscal y la
nacionalización dc los depósitos bancarios ( ia ).
La marcha del plan económico del nuevo gobierno peronista pasó por dos
etapas en las que sus alcances y sus resultados quedaron claramente diferencia
dos. La primera de ellas tuvo com o punto de partida la firma del Pacto Social y sc
Año Retcrvas
1970 5C02
1971 724 7
1972 3167
1973 5290
1974 1.412.4
1975 1.3405
1976 617.7
F u e n te : B C R A .
Los prim eros éxitos del plan económ ico quedaron evidenciados tam bién
cn la contención del proceso inflacionario: cl nivel de precios aum entó sólo
un 17 % durante cl prim er año del Pacto Social, cuando cn 1972 lo habia
hecho en un 61 % . Y este éxito de la politica antiinflacionaria tuvo la virtud de
haberse conjugado con un increm ento de los salarios reales del 13.3 %
durante cl segundo sem estre de 1973, que se debió a la instrum entación de
aum entos de sueldos y asignaciones fam iliares en ju n io del m ism o año.
1972 3 ,1 ?. 53.3%
1973 6.1*, 60.3%
1974 5.3% 24,2%
1975 •0.9*. 182.8%
1976 •1.7% * « .1 %
Año Nomina le í R o le s
F u e n te : C O tíA D E .
F u e n te : B A C (1 S 8 2 I
Cuadro 6,21. Sector público (en millones de pesos de 1970; d ifícil fiscal
en porcentaje del PBI).
30.000
20.000
10.000
0
1972 1973 1974 1975 1976
Fuente: BAC(1932)
F u e n te ; B C R A
f’cro uno dc los principales aspectos que jaqueaba al Pacto Social era cl alto
grado dc conflictividad obrera existente, que desbordaba, cn buena medida, cl
liderazgo de las conducciones sindicales. Por una parte, algunos sindícalos no
|>cronistas presionaban por nuevos acuerdos salariales, y esta situación también
se extendió a sindicatos peronistas: por otra, poco tiempo antes dc morir. Pkhom
otorgó un complemento significativo a los aguinaldos. A pesar dc ello, cl gobierno
ratificó la vigencia fiel Pacto y su intención dc no reconocer nuevos acuerdos
salariales hasta junio dc 1975. fccha dispuesta cn el compromiso inicial.
Los cimientos del acuerdo comenzaron, sin embargo, a socavarse, mientras
crecía cl dcsabastccinilcntodc productos esenciales. En realidad, no era que éstos
no se encontrasen dís|>onlbles cn cl mercado, sino que cl progresivo incremento
dc los coslos alentaba a comerciarlos en un mercado negro que se extendía a
diario, cn el que el control de prccios no ejercía influencia. Las bases obreras y
empresarías no res|>ondian ya a los acuerdos dc sus cúpulas, y la solidez del
programa económ ico sc deshilacliaba. Sólo cl fuerte ascendiente dc P ckoíi
garantizaba todavía cierto grado de control. [>ero cl viejo líder sc encontraba ya
próximo a su lín ( '* ).
Su Fallecimiento, cn julio dc 197-1. llevó a la presidencia a Imp.:; PrKo.i. quien
pocos meses después dc asumir dccidió cl desplazamiento dc Gnr.AKt> y su
reemplazo por Au «roo Goi::/ Mokaun . t)e este modo, llegó a su termino Ni primera
etapa dc la política económ ica del retornado peronismo, iniciándose una fase que
se caracterizaría por una profunda inestabilidad. Para afrontar este nuevo |icriodo
aparecían com o principales problemas las dificultades cn la balanza dc pagos,
agravadas por cl alza de los precios del pclróleo, y las disputas con cl movimiento
obrero.
Todavía, cn octubre dc 1974. Kusti. pareció retomar los enunciados
programáticos a favor de la progresiva nacionalización dc la economía. 1.a
presidenta anunció la "argentinización" de las bocas dc expendio de combustibles
pertenecientes a la Shell y a la Esso; la anulación de los contratos para la prov isión
de equipos telefónicos a Entcl |>or parte dc Siem ens e ITT y la nacionalización dc
cinco bancos adquiridos por cl capital extranjero durante el anterior gobierno
militar. Pero mientras las sindicalistas estaban a favor dc esas medidas, cl todavía
presidente del Raneo Central, f i n i r / M o kai .es . interesado en la reanudación dc las
inversiones extranjeras, sc opuso a las decisiones del Ejecutivo, las que compli
caban las relaciones con los centros financieros del exterior (,!T).
En verdad, el panorama internacional comenzaba a traer problemas serios
para la Argentina, ya que todos los indicadores parecían ser desfavorables. I.os
precios dc las importaciones crecían cn forma sostenida luego dc la crisis del
petroleo. mientras que los dc las exportaciones descendían, de manera que los
términos del intercam bióse deterioraron aceleradamente <'•'Y En este sentido, no
se tomaran m edidas para restringir cl consumo dc bienes y materias primas dc
origen petrolero o de otros productos encarecidos como consecuencia del
aumento dc los combustibles.
(129) Cl. Di Tri.i-A. Gurui. "Argentinas Cconomy Undcr ¡i La bour liase d Oovcmmcnf. cn
Di Tttu. O. y DoK'iwscn. K. (1900).
6 , 1 0 . 3 . E l R o d rig a z o
Los conflictos recrudecieron entre mayo y junio <1e 1975. cuando se debía
abrir una nueva instancia dc negociación salarial. Como medida preparatoria.
Imücl Pcroí? autorizó cl inicio del diálogo con los sindicatos a principios del ano
1975. finalm ente llegó cl mes dc mayo y las negociaciones entre el gobierno y los
sindicatos se iniciaron cn un clima Aspero. Muchos sindicatos obtuvieron Incre
mentos del 100 % y c n e l equipo económ ico no hubo reacciones. Peroel 2 de junio.
Gonu N o k v.» fue desplazado del Ministerio de Econom ía |>or recomendación dc
Lorcz Kro.v ocupando su lugar Cm sn-o K o o k ic o tll : ).
Tomando cn cuenta la distorsión que se liabia producido en la estructura dc
precios relativos, el nuevo ministro trató dc sincerar las variables macrocconónticas
de una manera repentina, comenzando por una devaluación del 16 0 ‘Vójuirael ti[>o
dc cam bio comercial y del 100 % para cl financiero. Simultáneamente, se intentó
reducir cl déficit fiscal con un reajuste tarifario, que alcanzó ni m i cn el caso
de la nalta. El precio dc los transportes urbanos se incrementó un 75 j . También
se reajustaron las tasas dc interés dc los préstamos dc los bancos oficiales,
mientras se liberaban las correspondientes a los certificados dc dc|>ósitos a plazo
fijo <151>.
El objetivo del programa, que pasó a la historia como cl Rodrigazo. era tratar
dc combatir la aceleración inflacionaria, pero no se proponía avanzar sobre una
transformación dc las estructuras productivas. Dc allí que se atacara la inflación
com o un fenómeno puramente monetario y fiscal, un acontecimiento autónomo
y sin vínculos con oh os aspectos dc la cconomia. Esta concepción hacia recordar
los preceptos del monetarismo; tal vez |x>r eso algunos colaboradores de Kod m o o,
com o K :ca *d o Zins. provinieran de esa vertiente dc pensamiento ( l,:l.
Pero cn la medida en que los aspeo tos productivos y monetarios se entrelaza
ban estrechamente, los resultados del Rodrigazo no podían ser exitosos. La
inflación se disparó con violencia, mientras los salarios reales se contraían y
provocaban un recrudecimiento dc la puja distributiva. Los argentinos comenza
ron a desprenderse dc un dinero que perdía valor casi día a día. para refugiarse en
m onedas extranjeras. 1.a contracción dc la demanda dc moneda local aceleraba
la inflación y alentaba la especulación cn cl mercado negro de divisas, el cual
disminuía las reservas del gobierno y agravaba la precaria situación. Como vimos
en los capítulos anteriores, una aceleración inflacionaria reduce los ingresos
públicos. Si uno dc los desequilibrios mayores se encontraba, precisamente, cn
cl alto déficit liscal. cl estallido liípcrinflacionario debía llevar la situación de las
cuentas públicas a un estado calamitoso. De esa forma, la inflación Incrementaba
cl déficit (que llegó a superar cl 15 ,; i del PBI). éste impulsaba la oferta monetaria
y con ella crecía la tasa dc inflación.
6 , 1 1 . P O B L A C IO N . M IG R A C IO N E S Y C O N D IC IO N E S D E V ID A ( 1 9 6 G - I9 7 6 )
6 .1 2 .1 . El sccto r Industria]
No obstante, luego del lanzamiento del programa económ ico piloteado por
KKii.or.x V asera, la industria retomó cl sendero de expansión sostenida, que sc
prolongó por espacio de siete anos a tasas que su|>craban el 6 % . mientras su
partid|>ac¡cin cn la estructura del PBI sc incrementaba dc manera significativa.
1965 33.9
1966 33.9
1967 33.5
1X8 34.3
1X3 35.0
1970 352
1971 36.8
1972 37,9
1973 37,9
1374 33.3
1975 37.5
1976 365
Fuente BAC (1982).
20 S
0%
1566 1967 1966 1969
Nota; industria liviana incluye alunemos. bebdas y tabaco; textiles y cueros, madera y muebles;
papel y sus producios Industria compleja incluye: producios químicos; producios m neralos;
industrias (Reláficas de base; productos motá'iccs; maquinaria y equipo
Fuente; 0CPA (1975).
1566 43 223 12 21
1967 46 197 16 28
19Ca 55 191 32 35
1969 09 203 33 51
1970 65 232 33 67
1971 66 156 47 62
1972 &4 225 56 117
1973 105 366 133 253
1974 154 273 179 369
1975 123 245 61 397
F u e n te : D AC <19821.
Sin embargo, dos medidas directas afectaron al sector, aunque con signo
contrario, t u 1907 se sancionó un nuevo régimen de arrendamientos y aparcerías
rurales, suprimiendo las prórrogas legales del pasado y transformando las relacio
nes productivas cn cl campo. Debido a ello, a partir de ese momento fue
adquiriendo progresivamente mayor incidencia cn la región pam peana la presen
cia del contratista. El propietario de máquinas agrícolas comenzó prestando un
servicio a quien lo solicitara, cobrando por ello una tarifa. También podia tomar
tierras en arrendamiento por un corto período, por un año o un cultivo, mediante
los llamados "contratos accidentales", verbales o escritos. Este tipo de contratos
lúe generalizándose como resultado del cucstionamicnto institucional y legal, por
parte de diferentes sectores, al sistema de arrendamientos tradicional, realizado
|jor un número determinado de años.
Según la SKA la nueva ley de arrendamientos agrícolas sancionada |>or O k .amia
abría cl camino para incrementar la productividad, ya que elim inaba las "injustas"
ventajas legales que durante mucho tiempo habían beneficiado a los arrendata
rios. La ley restablecía cl derecho de los terratenientes a la expulsión de aquéllos
y al control sobre los contratos, y lúe elogiada por asociaciones com o la SRA y
CARRA!*, integradas por los mayores productores y propietarios, pero atrajo de
inmediato las protestas de la FAA. que representaba a productores pequeños y
medianos. Si bien sólo un 36 f i de los cien mil miembros de la CAA seguían siendo
arrendatarios cn I9G6. la cuestión de la tenencia de la tierra continuaba preocu
pando a sus dirigentes, y durante el resto del gobierno de O ioawa atacaron a la que
denominaron 'le y de expulsión".
Por otra parte, cn 1969 se estableció cl impuesto de emergencia a las tierras
aptas |iara explotación agropecuaria OTACA), el mismo establecía un impuesto del
5 1 .id vjlo rcm sobre la propiedad de la tierra, con el propósito de forzar la
intensificación de las explotaciones a caigo de los terratenientes pampeanos.
Estos sectores manifestaron su oposición a la amenaza que significaba un
impuesto "confiscatorio* y 'colectivizante*.
Otras transformaciones im|>ortantcs. que venían de años anteriores |>ero
repercutirían cn este periodo, fueron las que ocurrieron cn la industria (le las
carnes. Desde la época del peronismo hasta mediados de la década del 00, los
establecimientos frigoríficos más grandes y dc origen extranjero, basados cn cl
negocio dc exportación, fueron perdiendo posiciones con respecto a frigoríficos
medíanos y mataderos, dedicados casi exclusivamente al faenamiento para el
consum o interno dc carnes. Los frigoríficos centrales y las grandes fábricas
regionales, que cn 1956 participaban con cl 60 °v. del lotal dc cabezas faenadas,
representaban, a comienzos de los años '70, cl IG % de las matanzas ( '" i . La
pérdida dc los mercados dc exportación tradicionales y cl aumento del consunto
interno dc carnes explican esta evolución, asi como la ¡nigioitancia que adquirieron
cn cl proceso inflacionario interno los precios de los productos cárnicos, fenóme
no que acosó, como vimos, a varios ministros dc economía del periodo.
1.a declinación de los grandes frigoríficos tradicionales produjo también otro
impacto importante cn esa época: cl atfairc Dellec. que involucró a varios
funcionarios del gobierno militar. Incluso a los ministros KHirum Vascwi y Costa
Nr.-ix:/. colaboradores de esa empresa, y a un primo dc quien llegó a ser presidente
dc ese gobieno. el Oral. Lamsse . En 1069, Dcltec. una corporación financiera
multinacional con sede cn cl paraíso fiscal dc las Bahamas. compró el frigorífico
Swift. pionero cn la inversión norteamericana en la industria cárnica a principios
dc siglo, y que, debido a las mencionadas transformaciones del sector, sc hallaba
cn una difícil situación económ ica y financiera. En 1969, por intermedio dc Dellec.
cl gobierno otorgó un régimen dc financiación especial, dentro del marco dc la
política dc promoción estatal a las exportaciones, para ayudar a Swift. lo que no
impidió la quiebra dc la empresa, a fines dc 1970. y desaló un escándalo
Com o sc puede observar cn cl análisis precedente, la señalada hipótesis de
que la política agropecuaria de la Revolución Argentina era abiertamente perjudi
cial para el sector no puede sostenerse. Dc todas formas, tampoco trató de
favorecerlo dc manera sistemática, como había sido habitual en los programas
ortodoxos del pasado.
En lo que rcspccta al relativo estancamiento de la producción agrícola, los
indicadores más agregados reflejan un proceso dc transformación cn la región
pampeana. Tanto la superficie sembrada como los rendimientos superaron entre
I9GG y 1980 los resultados de los quinquenios anteriores.
Sin embargo, la transformación aerícola comenzaba a cam biar tic eje. Sin
abandonar cl camino dc los cambios técnicos, se inició en ese momento un
proccso dc sustitución dc cultivos. I’or eso. se observó una tendencia más
dinámica en la producción de frutas, hortalizas y legumbres, que posteriormente
se extendería a algunos cultivos Industriales, mientras se percibía una pérdida
relativa dc posiciones cn los cereales y cl lino.
F u e n te : B C R A (1971)
Cuadro 6.3 1. Volumen físico de la producción agrícola (1966-1969) (base 1966 = 100)
Entre los cam bios mencionados tuvo lugar también cl desarrollo del cultivo dc
soja. A partir d éla campaña 197 I-I £>72, la producción dc esta oleaginosa comenzó
un avance acelerado. que la convertiría cn pocos años en una dc las principales
fuentes dc ingreso dc divisas para la Argentina, dada su crccienlc incidencia cn las
exportaciones. Esta oleaginosa se transformó en cl eslabón entre las semillas
mejoradas y los agroquímicos. permitiendo cl desarrollo de diversas variedades
seleccionadas para las distintas regiones agroccológlcas. Su cullivo se vinculaba
a las recomendaciones agronómicas, la dis|>onibilidad dc herbicidas c im plemen
tos agrícolas específicos y la posibilidad dc combinarla con nuevas variedades dc
trigo tic ciclo corto, que permitían la obtención dc una segunda cosecha por año.
t'.se desarrollo se prolongó a lo largo dc la década riel '70. incluso durante cl
gobierno peronista, momento cn cl cual se generó una notable expansión: entre
1972 y 1974 el valor dc la producción creció un 23 ' j. El incremento resultó
generalizado, ya que se verificó en todos los grupos de cultivos.
Rubros 1970 1971 1972 1973 1974 1975 1976
Total del sector agrícola 5135 5167 5072 5563 6.216 5.982 6335
Cereales 2.133 2 033 1943 2419 2285 2.141 2.406
Ctogrosai 514 469 428 551 557 579 716
CuS.vo5 industries 1.202 1 185 1-290 1545 1616 1.606 1.6-tS
Fruías y llores 759 801 728 721 925 660 856
«colizas y legumbres 672 674 682 748 835 797 770
Total del stxct pecuario 454a 4671 4.383 5134 5203 5 285 5356
Elaboración propia
Fuente BCRA
Elaboración propia
Fuente A/r i * A vecmino, Eixmnno. "Do la reestructuración al oitancam.enlo: la historia olvidada
déla rKíustr a procesadcra de carne vacuna ( 1 9 5 8 - 1 9 8 9 ) " . cn Cuadernos de PIEAIIH ES. H‘ 7.
diciembre de 1 9 9 8
Cuadro 6.33. Existencias, producción y distribución del laenamiento del ganado vacuno
(1967-1975).
La evolución del periodo 1969-1972. donde varían las proporciones de
frenamiento, se debió, como vimos, a la aplicación dc m edidas destinadas a
favorecer la exportación y restringir el consumo interno, ante cl incremento dc los
prccios internacionales, la caida de los stocks, com o consecuencia del ciclo
ganadero, y la incidencia del valor dc la carne en cl proccso inflacionario. Esto se
hizo a través de |>oliticas de vedas al consumo y diferencias cambiarías. El
consumo interno crecerá, por cl contrario, con cl retorno del peronismo, acom pa
ñando. en este caso, un aumento dc las existencias de ganado.
r . l gobierno peronista, tal ve/ porque aún cargaba con la experiencia traumática
dc la crisis dc 1949. consideraba vital, por su parte, acelerar la tasa dc expansión
del scctor agropecuario. Se tenia cn cuenta que. a pesar del avance dc las
exportaciones no tradicionales, cl agro continuaba siendo cl principal proveedor
dc divisas que luego demandaba la industria para la importación dc insumos y
maquinarias; por lo tanto, la expansión dc la producción industrial debía susten
tarse cn un scctor agropecuario más dinámico.
En general, las políticas sectoriales pueden construirse sobre beneficios
especiales que sirvan como estimulo, sobre la base dc sanciones para los que no
exploten plenamente cl potencial que poseen o combinando am bos as|>cctos. En
ese sentido, la política agrícola del peronismo se inclinaba más hacia cl segundo
enfoque. Para ello propuso una serie dc proyectos cuyo mentor principal era cl
secretario de Agricultura, H o r a c io Gikmui. cnlrc los que se destacaban cl proyecto
de la Ley Agraria y cl impuesto a la renta normal potencial de la tierra. El objetivo
dc ambas era sancionar a quienes produjeran por debajo dc las posibilidades que
blindaban las tierras y estimular un aumento de ia productividad y dc la
producción.
La Ley Agraria, que no fue sancionada por cl parlamento, contem plaba la
expropiación dc aquellas tierras que no hubieran estado en producción cn los
últimos diez anos, o que hubieran producido m enos del 30 ,:,b dc su rendimiento
normal estimado. Con la posterior asignación a nuevos propietarios (entre los que.
dc acuerdo con el proyecto, podrían contarse cooperativas dc obreros rurales), se
lograría movilizar recursos ociosos. El nuevo tributo a la renta potencial, cn
cambio, trataba dc p e n ara aquellos que. sin tener sus tierras improductivas, no
extraían dc ellas todo cl fruto posible. Siendo cl impuesto fijo, quienes produ jeran
menos dc la media tendrían una carga fiscal mayor cn relación con sus ingresos
que aquellos que consiguieran superar la media, para quienes el impuesto no seria
tan gravoso. Visto desde cl punto de vista inverso, se premiaba a los productores
que lograran incrementar su eficiencia y sus rendimientos. Las m edidas se
completaban con un avance en las atribuciones dc las juntas reguladoras en lo
referente al comercio exterior, la fijación dc retenciones a las exportaciones y cl
establecimiento de tasas fiscales progresivasen relación con cl tamaño de la ticna.
para fomentar la dcsconcentración parcial tic su propiedad ( ,!*).
Tomando cn cuenta que la política cambiaría, sobre lodo en cl período del rían
Gclbard. entrañaba una revaluación del peso, buena (Kirie dc los beneficios del
incremento de los precios internacionales de los productos agropecuarios contri
buyó a solventar las cuentas públicas, aunque sin afectar inicíalmentc los ingresos
del sector, hasta que los precios internacionales volvieron a caer.
En esc marco, y considerando que cl Estado sc apropiaba de lina porción mayor
del ingreso agropecuario, el ahorro del seclor comenzó a disminuir hacia 1974. pero
la inversión siguió aumentando un tiemi>o más a pesar dc ello, fue cl efecto dc la
evolución dc ambas variables lo que dio por resudado, tal como sc aprecia en el
gráfico siguiente, una reducción del excedente financiero agropecuario, es decir, dc
aquella parte del ahorro que nosc rcinvicrtc. En ese sentido, los efectos dc la política
peronista no parecen haber afectado, al menos cn cl corto plazo. la dinámica de la
producción agrícola, sino más bien las |>osib¡lidades dc reciclaje dc la renta obtenida
por los productores, hacia alternativas dc inversión financiera.
3.500
3.000
2.500
2.000
1.500
1.000
500
0
1970 1971 1972 1973 1974 1975
Fueme: BAC(1987).
Gráfico 6.9. Ahorro e Inversión del sector agropecuario (en millones de pesos de 1970).
Por eso. aunque existieron fuertes tensiones entre el gobierno y las corpora
ciones dc productores, los indicadores analizados no permiten afirmar rotunda
mente que la polilica peronista haya perjudicado dc manera sistemática al sector
agropecuario. Sólo cn 1975 se generó un deterioro manifiesto cn las condiciones
dc las explotaciones agrícolas, pero cn ese momento comenzaban a manifestarse
problemas adicionales, com o cl deterioro de los precios relativos, la presencia dc
factores climáticos adversos y, finalmente, el Rodrígazoy el descontrol económico,
la s fuertes oscilaciones de la coyuntura, las transformaciones en marcha desde la
década anterior y la brevedad de la cx|>cricncia peronista inhiben la formulación
dc un juicio inequívoco sobre la influencia de la polilica agropecuaria de dicho
gobierno.
6 ,1 3 . LO S U L T IM O S M O M E N T O S D E L G O B IE R N O P E R O N IS T A
(1 9 7 6 -1 9 8 5 )
C harly G arcía
Estudiando la historia,
fechas, batallas, cartas escritas en la piedra
frases célebres, proceres oliendo a santidad
sólo percibo oscuras manos,
esclavas, metalúrgicas, mineras, tejedoras,
creando el resplandor, la aventura del mundo,
se murieron y aún les crecieron las uñas.
J uan G elman
7 ,1 . EL CONTEXTO INTERNACIONAL
La crisis económ ica y monetaria de fines de los años '60 y principios de los '70
y, luego, la suba de los precios del petróleo tuvieron amplias y trascendentes
consecuencias para la economía mundial y el funcionamiento del sistema finan
ciero internacional. La duplicación de las reservas monetarias mundiales, resulta
do del aumento de la cantidad de dólares en circulación a principios de la década
del '70, pasó a cubrir en los años siguientes la mayor demanda internacional de
liquidez producida por la inflación mundial y la crisis petrolera. Esta situación
derivó en un notable crecimiento del mercado del eurodinero, estimulando la
movilidad especulativa del capital internacional e incrementando la inestabilidad
de los tipos de cam bio entre las monedas más importantes del mundo. Dado que
este tipo de transacciones no podía ser controlado por los gobiernos nacionales,
terminó afectando negativamente la política monetaria de los diferentes Estados
y aumentando el riesgo de una crisis del sistema bancarío internacional, al no
existir normas de cobertura para los fondos interbancarios (').
El proceso de avance protagónico de la O PEP y los países del Tercer Mundo y
los desequilibrios del comercio exterior norteamericanos generaban una gran
liquidez en los mercados mundiales, que no eran absorbidos productivamente,
dada la reducción de las tasas de inversión y el bajo crecimiento del producto y la
demanda. Esto impulsó a la banca internacional a ofrecer a los paises en
desarrollo, en especial de América Latina, amplios préstamos con bajas tasas de
interés. La deuda latinoamericana contraída en esos años obedecía en parte a la
competencia entre bancos internacionales por participar en el atractivo mercado
que parecían ofrecer los paises del Tercer Mundo, aprovechando, además, que la
expansión de la liquidez internacional habia debilitado la disciplina financiera
ejercida tradicionalmente por el EMI. En general, las tendencias recesivas que se
observaban en los países centrales desde los inicios de los años '70 generaron una
caída en las demandas domésticas de créditos elevando la liquidez de los bancos,
de manera tal que los impulsaron a buscar nuevos clientes entre los paises
periféricos (-).
Por otra parte, el sistema de cambios flexibles transformaba el mercado de
divisas en un ámbito incierto e inseguro al producir una oscilación considerable
en los precios de los bienes transables, lo que hacía subir los costos de los
intercambios y alim entaba las tendencias inflacionarias en los países más desarro
llados. En ese sentido, resultó importante el impacto que produjo el déficit de
cuenta corriente en la balanza de pagos norteamericana, que aumentó considera
blemente entre 1977 y 1978, generando una caída importante en la cotización del
dólar. Pero hacia fines de 1978, el gobierno estadounidense estableció un
programa antiinflacionario, seguido en 1979 por restricciones monetarias que
produjeron aumentos en las tasas de interés. De este modo, la moneda norteame
ricana se fortaleció, lo que limitó el crecimiento del resto de las economías
occidentales, aunque esta política de deflación monetaria se llevó adelante junto
a una considerable expansión del déficit fiscal, ampliando, en consecuencia, el
saldo negativo del balance comercial (3). En este contexto, y dado que no existía
(5) Di lio iro , Ennio, Storia d e lle re ia zio n i in tern a zio n a li, 1 9 1 8 -1 9 9 2 , Roma, 1995, págs.
1255 y 1254.
( 6 ) Mobsbawm, E r ic , h isto ria d e l sig lo XX, B a r c e lo n a , 1995, pág s. 250-252.
Por su parte, a fin de hacer frente a la guerra civil que había estallado en
Afganistán y en apoyo a un gobierno pro soviético amenazado por la rebelión
fundamentalista que contaba con eventuales o efectivos apoyos de los servicios
de inteligencia de Occidente, en diciembre de 1979 la Unión Soviética envió tropas
a ese pais. En este marco, los Estados Unidos se negaron a ratificar los acuerdos
sobre reducción de armamentos SALT II, al mismo tiempo que se incrementaban
las divergencias políticas entre Pekín y Moscú.
Como la economía soviética atravesaba ya serias dificultades, demostrando
alarmantes signos de estancamiento y retroceso con respecto a los países
capitalistas — sobre todo en sectores com o la cibernética y la informática, adem ás
de caídas en la productividad tanto del sector industrial como del agrícola— y
aumentaba la disidencia política en el interior del país, la intervención en
Afganistán pareció una válvula de escape para el Kremlin con la finalidad de
descomprimir su convulsionado frente interno y los problemas que experimentaba
su política exterior. Ante esta situación, los Estados Unidos respondieron de
inmediato, a principios de 1980, mediante la adopción de fuertes sanciones
económicas contra la URSS, especialmente un embargo cerealero y un boicot
contra los juegos olímpicos que iban a celebrarse en Moscú, y que incluyeron
presiones a sus aliados de la OTAN y del hemisferio occidental para adoptar la
misma actitud.
Así, la nueva década se abrió cn el contexto de un ambiente internacional
sumamente tenso y de "recalentamíento" de la Guerra Fría, agravado al año
siguiente con la llegada de Ronald Reagan a la presidencia de los Estados Unidos.
Este mandatario republicano abandonó la politica exterior de su predecesor en
defensa de los derechos humanos; reanudó la carrera armamentista, con un
programa denominado 'Iniciativa de defensa estratégica” , más conocido como
"Guerra de las Galaxias"; respaldó a diversos gobiernos dictatoriales y desarrolló
una posición mucho más dura con respecto a la Unión Soviética, sobre todo en las
cuestiones estratégicas y militares (7).
Europa continental, por su parte, se encontraba también en un proceso de
transformación. A fines de la década del '60, cuando la unión aduanera habia sido
completada, podía presentirse el inicio de una nueva fase. Sin embargo, en ese
momento, se reconocían ya los primeros síntomas de la crisis. La eficacia de las
contratendencias a la caída de la tasa de ganancia, que habían sostenido la
estabilidad del proceso de acumulación en la "edad dorada", se erosionaba
lentamente. Por otro lado, la integración y el crecimiento del intercambio habían
contribuido a una internacionalización de la economía europea. En esa coyuntura
se manifestó una contradicción evidente. La crisis mostraba la fuerte relación entre
los Estados y las empresas multinacionales, quienes presionaban para el estable
cimiento de políticas nacionales defensivas. Pero los grandes consorcios desarro
llaron nuevas estrategias, entre las cuales se destacaba el reforzamiento de su
internacionalización, que no respondía a la lógica de los sistemas productivos
internos y contribuían a disolverlos. Con eso, se debilitaba la efectividad de esas
políticas nacionales y se cuestionaba el propio rol de los Estados. La crisis provocó
asi una creciente tensión entre el proceso de ¡nternacionalización y el papel de las
instituciones estatales. Tal tensión impedía a los respectivos Estados mantener la
coherencia del viejo orden; la acumulación disminuyó su ritmo, mientras se
modificaba el contorno de sus bases territoriales, recortando todavía más la
efectividad de los procedimientos de regulación, y afectando sobremanera al
proceso de integración.
Por otro lado, los efectos de la crisis no eran similares en todos los países. El
impacto de la primera escalada de los precios del petróleo, por ejemplo, no afectó
de igual forma a los miembros de la CEE. Gran Bretaña, por caso, se encontró en
condiciones de explotar rentablemente la cuenca petrolera del Mar del norte, con
lo que su posición en materia de balanza comercial no sufrió el deterioro de otras
naciones más dependientes de la importación de crudo. Alemania, por su parte,
se convirtió en un importante proveedor de los países árabes, mientras recibía
recursos de éstos en calidad de inversiones financieras. De esta manera, a pesar
de las tendencias recesivas subyacentes, pudo mantener el dinamismo de sus
industrias, caracterizadas por su perfil exportador. Otros países, en cambio, se
vieron mucho más afectados por el alza del valor del petróleo, que les provocaba
desequilibrios comerciales e incrementaba los costos internos de producción.
Las estrategias nacionales frente a la crisis y los efectos diferenciados de ésta
limitaron seriamente la posibilidad de una cooperación entre los miembros de la
CEE. El resultado fue un debilitamiento del impulso integrador. Con ello, se veía
ahora con mayor claridad que en los años '50 y '60 habían coexistido fuerzas
centrífugas y centrípetas. Las primeras habían podido ocultarse detrás de la
coyuntura particularmente favorable, pero se manifestaron con fuerza luego del
estallido de la crisis, poniendo todo el proceso en peligro. La interdependencia
económ ica lograda con anterioridad impidió la dispersión, pero la pérdida de
objetivos y de contenido no permitió nuevos avances relevantes. Incluso el nuevo
sistema monetario común (el mayor logro del período) fue atravesado regularmen
te por importantes turbulencias, causadas por la ausencia de parámetros estables
de la evolución m acroeconóniica, derivadas en especial de la inestabilidad de las
corrientes de bienes y de capital, de las fluctuaciones de los precios relativos, y de
tasas de inflación divergentes (8).
En los países más poderosos de la región, la crisis tuvo también repercusiones
políticas de importancia, ya que permitió el retorno de partidos conservadores al
poder, desplazando a los de tinte socialdemócrata. En Alemania, por ejemplo, la
Unión Demócrata-Cristiana, liderada por Hf.lmut K o h l, derrotó en 1982 a los
socialdemócratas. El hasta entonces canciller, HelmutScmmidt, debió dejar su cargo,
que fue ocupado por K o h l. Pero el cambio político de más trascendencia ocurrió
con la llegada al poder de los conservadores en Oran Bretaña en 1979, bajo el
liderazgo de Margaket Thatcmek. Se produjo, entonces, una ruptura con la política
económica y social que ese país había impiementado desde la posguerra,
iniciándose la llamada "revolución neoliberal", preconizada sin mucho éxito desde
años atrás por economistas como F riedkich V on H a y e k o M iltom F kiedmam. Su principal
resultado fue el achicamiento de las funciones del Estado británico, como
consecuencia de un programa de privatizaciones que abarcó a empresas de
servicios públicos y diversos sectores productivos, y la apertura y desregulación de
la economía. En una declarada lucha contra la inflación las autoridades británicas
desarrollaron, al mismo tiempo, una política sustentada en criterios que daban
prioridad al control del crecimiento de la masa monetaria y/o la reducción del
déficit público, subordinando el presupuesto a esas variables. Esta política
restrictiva, que coincidió con los efectos del alza del precio del petróleo,
contribuyó a frenar la actividad económ ica y dio por resultado la suba en la
cotización de la libra. Como consecuencia de ello, disminuyó la conipetitividad
británica y se acentuóla depresión, especialmente en la producción industrial, que
cayó un 14 % entre 1979 y 1981, mientras aumentaba el desempleo. A su vez, la
desregulación del mercado de trabajo impulsada por la "dama de hierro" buscaba
limitar el poder de los sindicatos y erosionar los m ecanism os del Estado de
Bienestar (9). Esto llevó a M a k q a r e t T h a t c m e r a una situación de fuerte impopularidad,
de la que fue rescatada en parte por su "triunfo" en la Guerra de Malvinas.
Fuente: Marcei, Bruno y Taíeb, Jaques, Crises d'hier, crise d'aujourd'hui, 1873..., 1929...,
1973..., París. 1997.
(9 ) M ak ce l, Brum o y Taicb, Ja c q u c s , C rises d 'h ier, crise d 'a u jo u r d 'h u i, 1 8 7 3 ..., 1 9 2 9 ...,
1 9 7 3 ..., París, 1997, págs. 57-61.
líneas de acción eran la moderación del gasto público y la desregulación de los
mercados, lo que debía acompañarse con una política monetaria restrictiva. Todas
estas medidas sumergieron a los listados Unidos en 1982 en su recesión más
fuerte desde 1945: el PBI cayó un 2,5 % , y la producción industrial, el 7 % , mientras
que el desempleo alcanzó niveles record. Esta recesión fue acompañada de un
proceso deflacionario, afectando los mercados de cambios como consecuencia de
las elevadas tasas de interés, por lo que el dólar registró una fuerte suba que duraría
hasta principios de 1985. El resultado de las reaganom ics fue un notable aumento
de la brecha entre ricos y pobres, pasando los norteamericanos a liderar la lista de
la pobreza entre los paises más desarrollados, con un 17 % de indigentes, seguidos
de los británicos, con el 12 % ( l0). Como consecuencia de estos resultados, hacia
fines de 1982 la política económ ica de R e a g a n comenzó a cambiar basada en
esquem as más bien keynesianos. No sería la oferta, sino la demanda la que iría a
incrementarse debido a alzas del consumo y de la inversión y, sobre todo, a un
aumento del gasto público, en particular en la carrera armamentista. El flujo de
capitales provenientes de Europa y del Jap ón , como resultado del alza de las tasas
de interés, permitió financiar los déficit presupuestarios y externos que acom pa
ñaron este crecimiento.
Otro proceso significativo del periodo fue, como señalamos, el endeudamiento
dc los paises en desarrollo, facilitado por la disponibilidad de liquidez internacio
nal y la transnacionalización de las instituciones bancarias. Desde mediados de la
década de 1970, el mercado de préstamos internacionales se hizo cada vez más
competitivo y la demanda de créditos dc aquellos paises creció vertiginosamente.
En este contexto, América Latina resultó la región hacia donde se dirigió la mayor
parte del crédito, destacándose la Argentina, el Brasil y México que, en conjunto,
recibieron el 80 % de los préstamos otorgados.
La deuda externa de América Latina aumentó así rápidamente en ei decenio
de los años '70 y principios dc los '80. En 1960, la deuda global de la región era
de 7.200 millones de dólares y en 1970 había trepado a 20.900 millones de la
misma moneda, es decir, había sufrido un incremento del 290 % . Pero cn 1980
se debían 245.000 millones de dólares, lo cual significaba un alza del 1.162 % con
respecto a 1970 y de 5.575 % , si se la comparaba con 1960. En el cuadro siguiente
puede observarse la situación de seis de los principales paises de América Latina,
advirtiéndose que, entre 1975 y 1982, el incremento de la deuda en la Argentina,
el Brasil y México fue del orden del 600 % al 850 % , aunque, posteriormente, a
partir de la crisis dc 1982, no se registró un aumento significativo debido a las
restricciones crediticias adoptadas por los bancos y los organismos financieros
internacionales. Por otra parte, este acelerado incremento del endeudamiento
internacional produjo un importante aumento en los pagos de los servicios del
mismo, que pasaron de 12.000 millones de dólares en 1975 a 54.000 millones en
1982, es decir, un incremento del 550 % .
Cuadro 7,2. Crecim iento de la deuda externa de los principales países de Am érica Latina
(en m illones de dólares).
( 1 1 ) T iio rp , Roscm ary, Progreso, pobreza y exclusión: una historia económ ica de Am érica
Latina en el siglo XX, Washington, 1998, pág. 231.
(12) M a ric h a l, C a r lo s , "La deuda externa: el manejo coactivo en la política financiera
mexicana, 1885-1995', en Ciclos en la historia, la econom ía y la sociedad, M° 17, primer
semestre de 1999, pág. 38.
Varios autores alegan que "la crisis de la deuda fue una creación de Occidente
causada por políticas imprudentes de crédito de las instituciones financieras".
Resulta en particular llamativa la falta de preocupación manifestada por los bancos
comerciales acerca de la calidad y el nivel de riesgos de muchos de los préstamos
contraídos. Se otorgaron más préstamos sin un destino específico que en los años
'20, cuando ocurrió un fenómeno similar, y las instituciones financieras siguieron
ofreciendo créditos a paises deudores, incluso cuando las políticas internas ya
eran insostenibles y sólo facilitaban la fuga de capitales en gran escala (l3).
La responsabilidad de los gobiernos de los países deudores también fue
importante. Se señala que muchos de ellos se endeudaron excesivamente en
relación con sus posibilidades. Los fondos recibidos fueron utilizados de una
manera desacertada, destinándose a financiar el consumo, los déficit presupues
tarios e, inclusive, los gastos militares, en lugar de invertirse en la adquisición de
bienes de capital y en el estimulo de actividades productivas que generaran divisas
y mejoraran las balanzas de pagos. Los gobiernos en el poder, muchos de ellos
militares, favorecían, por otra parte, la corrupción, los gastos suntuarios o
improductivos y la especulación desenfrenada. En general, los grupos dirigentes
usaron los créditos internacionales de bajo costo para sus negocios enviando
luego esos capitales a paraísos fiscales en el exterior, situación que se vio
favorecida por la convertibilidad del tipo de cambio ( u ).
También contribuyeron las previsiones erradas de los organismos financieros
internacionales acerca de la transitoriedad de la crisis y las posibilidades de una
salida rápida a la misma. La suspensión posterior de los flujos crediticios por parte
de los bancos acreedores y la concentración de las transferencias de fondos hacia
las economías de los paises centrales impidieron cualquier posibilidad ulterior de
crecim iento y, por lo tanto, de recuperación de la capacidad de pago de las
naciones deudoras. Dicho en otras palabras, el estallido de la crisis de la deuda
latinoamericana en 1982 inició una etapa de restricción financiera al suspenderse
los préstamos, y los escasos flujos y refinanciaciones de la deuda quedaron sujetos
a las condiciones impuestas por los organismos financieros internacionales. En
consecuencia, a mediados de los años '80 la transferencia neta de recursos de
América Latina al resto del mundo alcanzó un nivel sin precedentes y se produjo
a expensas de una significativa reducción de las importaciones y de una larga
recesión económica. Además, la crisis y las altas tasas de interés internacionales
estimularon una cuantiosa fuga de capitales de residentes latinoamericanos.
Los efectos de este proceso de endeudamiento fueron, en todo caso,
fuertemente negativos para los países de la región. En la mayoría de ellos se detuvo
por completo el crecimiento económico después de la crisis, dando por resultado
( 1 3 ) A u K K o r r , D c rk k H ., 'E l p r o b l e m a d e la d e u d a e x t e r n a d e s d e u n a p e rs p e c tiv a
h i s t ó r i c a " , e n Ciclos cn la historia, la econom ía y la sociedad. N° 1 7 , p r i m e r s e m e s t r e d e 1 9 9 9 ,
p á g s . 1 1 -1 3 .
( 1 4 ) A l d c k o í t , D. h . ( 1 9 9 9 ) , p á g . 1 7 .
lo que llegó a denominarse la "década perdida" de los años '80. Como se observa
en el siguiente cuadro, las tasas de crecimiento de los principales países
latinoamericanos ya habían disminuido en forma considerable en el período de
endeudamiento de 1973-1983 con respecto al periodo anterior de 1959-1973, y
comparativamente con respecto a otros países en desarrollo del sudeste asiático.
Cuadro 7,3. Prom edio anual del crecim iento de l PBI en paises de
América Latina y del sudeste asiático (en porcentaje).
(1 5 ) Lissakkrs, K ., Banks. Borrowers and the Establishm ent: a Revisionist A ccount o fth e
International Debt Crisis. M u e v a Y o rk , 1 9 9 1 , p á g . 6 2 0 .
corregir cualquier incumplimiento de las metas pactadas. A la vez que estipuló que
los desem bolsos de fondos frescos a aportar por la banca internacional se
producirían sólo después que los técnicos del fM I hubieran dado el "visto bueno"
a la evolución del programa de ajuste.
Ante esta situación, y las dificultades para cumplir con sus obligaciones en los
plazos estipulados, los países deudores y los bancos acreedores debieron
reprogramar pagos y condiciones susceptibles de ser cumplidas por los gobiernos
de América Latina. Posteriormente, luego de arduas negociaciones, intervino
directamente el gobierno de los EE.UU., poniendo en vigencia el Plan Baker, al que
nos referiremos en el capítulo siguiente, que se basaba en créditos frescos y
procesos de ajuste para intentar revertir el deterioro económico de los países
latinoamericanos.
En síntesis, el fuerte endeudamiento de la región a tasas del mercado libre
durante los años '70 y principios de los '80 tornó a América Latina especialmente
vulnerable a los cambios en la coyuntura económica y financiera internacional.
Luego de la crisis, las modalidades de los ajustes en cada país quedaron sujetas
a los dictados de los acreedores, los cuales percibieron una oportunidad para
forzar a los gobiernos latinoamericanos a reprogramar sus deudas en función dc
reformas estructurales que abrieran aún más las economías y redujeran el papel
del Estado, como efectivamente terminaría sucediendo algunos años más tarde.
7 ,2 . LA DICTADURA MILITAR
7 ,2 ,1 . El gobierno de V id e la
7,2,2. V io la , G a l t i e r i , B ig n o n e
(5 2 ) Acuóa, M. L. (1 9 8 4 ), pág. 2 13 .
(5 4 ) Acuña, M. L. (1 9 8 4 ), pág. 2 13 .
(5 5 ) Colombo, A. y Paixhno, V. (1 9 8 5 ), pág. 81.
El escenario en el que se desarrolló la campaña electoral difirió del que sirvió
de marco a las elecciones de diez años atrás. En 1973, el frustrado intento de los
militares por influir en la sucesión política permitió que el peronismo, en
confrontación con los uniformados, monopolizara el espacio opositor y se
asegurara el triunfo. En aquella oportunidad la estrategia política del radicalismo
quedó en las márgenes de un campo político ocupado por aquellos dos grandes
contendientes y sin probabilidad de triunfar. En 1983, con los mismos partidos en
el escenario, ALronsirc, dispuesto a derrotar al peronismo, diseñó la estrategia de la
UCR enfatizando la oposición entre dem ocracia y autoritarismo. Si bien el
peronismo, durante el proceso de afiliación previo a las elecciones, ratificó su
condición de fuerza mayoritaria, la concepción alfonsinista de avanzar hacia la
construcción de un sistema democrático logró el paulatino vuelco a su favor de la
ecuación electoral.
Una denuncia de Aironsm, en línea con dicha estrategia, contribuyó al triunfo
electoral del radicalismo. Ocho meses antes de la elección, hizo creíble la
afirmación de la existencia de un "pacto sindical-militar". Conforme al presunto
acuerdo, el liderazgo superior de las fuerzas Armadas apoyaría a un futuro
gobierno peronista, a cambio de lo cual los dirigentes sindicales, con presencia en
dicho gobierno, respaldarían la condonación de las violaciones a los derechos
humanos. Tal denuncia, ante un electorado ansioso por dejar atrás una larga
década de violencia política y terrorismo de Estado, transfonnó a la UCR en un
frente veladamente antiperonista y en una garantía para un futuro democrático.
La identificación de Alponsin con los reclamos del movimiento por los derechos
humanos fue otro aporte al éxito radical. El justicialism o había avanzado en el tema
a fines de 1979 cuando calificó a la represión como terrorismo de Estado y se
solidarizó con las organizaciones defensoras de los derechos humanos, en un
momento en que las relaciones entre éstas y los partidos eran inexistentes (56).
Posteriormente, el peronismo fue dejando de lado este problema. De manera
inversa, la UCR, que en un principio no mostró mayor interés en la cuestión, con
el ascenso de Alfonsim asumió el tema de manera decidida.
De todos modos, el resultado final de la confrontación entre el peronismo y el
radicalismo se fue resolviendo en el periodo previo a las elecciones. Las modali
dades internas instrumentadas por los partidos mayoritarios para la definición de
sus respectivas candidaturas no fueron ajenas a la determinación del resultado
electoral de octubre de 1983. El radicalismo, entre el segundo semestre de 1982
y el primero de 1983, logró instalar su candidato. En ese lapso, Raúl Ai.rorisiri afianzó
su candidatura ganando de manera concluyente las internas, diluyendo la oposi
ción de los balbinistas y logrando significativos apoyos extrapartidarios. Por su
parte, el peronismo, si bien inició sus elecciones internas en simultaneidad con los
radicales, demoró un mes en resolver su fórmula presidencial. Las internas
justicialistas se desarrollaron en un clima tenso y confuso. La expresión más
(5 6 ) S id ic a ro . R ic a rd o , La p o lít ic a m ir a d a d e s d e a r rib a . L a s id e a s d e l d ia r io L a R a c ió n ,
19 0 9 - 1 9 8 9 . B u e n o s A ires, 1993, pág. 4 2 6 .
negativa d e la c aó tica lucha in tern a s e registró en el distrito b o n a e re n s e d o n d e
m e n u d e a ro n la violencia y el fraude p o r parte d e los s e c to re s a d ic to s al d irigente
Herminio Iglesias. En definitiva, el C o n g reso partid ario p ro c la m ó —a prin cip io s de
se tie m b re — el binom io presid en cial in teg rad o p or Ita lo A. LuDP.Ry Deoi.indo F. Birrr.L.
A d iferencia del radicalism o, el ju stic ia lism o e m erg ía d e la lu ch a p or definir
ca n d id a tu ra s con h e rid a s in tern as, c o n la d e so rie n ta c ió n d e gran p a rte d e su
m ilitancia y co n una fórm ula presid en cial q u e p a rec ía cautiva del sin d ica lism o . La
intolerancia y las p rácticas a n tid e m o c rá tic a s d e la in te rn a p e ro n ista tuv iero n su
influencia e n las d e c isio n e s del e le c to ra d o el 3 0 d e o c tu b re de 1983. Las
ele cc io n es ratificaron la polarización e n tre los d o s p a rtid o s m ayoritarios. D entro
del e sp e c tro de la izquierda, só lo el Partido In tran sig en te realizó u n a e le cc ió n
d e sta c a b le e n la Capital y la provincia d e B uenos Aires. El Partido C o m u n ista apo y ó
o ficialm ente la fórm ula ju stic ialista. Sin e m b a rg o , m u c h o s d e s u s afiliados y
sim p atiza n te s, co m o o tro s s e g m e n to s de la izquierda, a p o y aro n la p ro p u e sta
d e m o c ratiza d o ra d e Alfoi-ísin. La d e re c h a no tuvo m e jo r su e rte . La Unión d e C en tro
D em ocrático, ex p resió n m ás o rto d o x a del liberalism o c o n se rv a d o r, tu v o un
c o m p o rtam ien to electoral p a rec id o al d e los in tra n sig e n te s. Alvaro Alsogaray, líder
u c ed e ísta , había a firm ado q u e el triunfo de alg u n o d e los p a rtid o s m ayoritarios
significaría un d e sa stre . Poco a n te s d e las e le cc io n es, s e c o m p ro m e tió , e n la
e v en tu alid ad d e un e m p a te en el Colegio Electoral, a v o tar a Ai.rorisin "ta p á n d o se
la nariz". La d e m o c rac ia pro g resista y el so c ialism o d e m o c rá tic o p re se n ta ro n listas
c o m u n e s en una alianza q u e a sp ira b a a d e ja r a trá s "las clá sica s o p c io n e s q u e ta n to
d a ñ o han h e c h o a la R epública", e n obvia a lusión al p e ro n ism o y al radicalism o.
La Alianza fe d e ra l, la fuerza m ás c e n trista de la d e re c h a , no logró q u e el re sto de
la d e re c h a se unificara tras la c a n d id a tu ra d e fRAncisco Manrique. Un p o rc e n ta je
c o n sid era b le d e la d e re c h a votó c o n tra un ev en tu al g o b iern o p e ro n ista o p ta n d o
p or A lfonsin, co n sid e ra d o un "mal m enor". En e s te a sp e c to , la estrateg ia alfo n sin ista
re su ltó m ás a c e rta d a q u e la del pero n ism o . M ientras Alfomsim m o d e ró el d isc u rso
radicalizado q u e lo h a b ía c ara c te riz a d o diez a ñ o s a trá s e inclusive d u ra n te gran
p arte del P roceso, Luder trató de c a p ta r al e le c to ra d o m o d e ra d o e in d e p e n d ie n te ,
a c o m p a ñ a d o d e s e c to re s del c u e s tio n a d o sin d ica lism o y d e o tra s figuras a s o c ia d a s
a la to rm e n to sa e x p erien c ia de Isabel en el g o b ie rn o (57).
(62) Sidicako, Ricardo, 'Poder y crisis de la gran burguesía agraria', en Rouquie, Alaik
(comp.) (1982), pág. 99.
iniciales del gobierno militar que aseguraba una recuperación económica funda
mentada en el desarrollo agropecuario.
Esto no significó que los principales grupos empresarios no apoyaran cn otros
terrenos, particularmente en el de la politica represiva, la actitud del gobierno. Así,
algunas de las principales instituciones corporativas, como la SRA, el Rotary Club
de Buenos Aires, el CEA, el Centro de Exportadores de Cereales, el Consejo
Publicitario Argentino y otras similares, repudiaron la visita a Buenos Aires de la
Comisión Interamericana de Derechos humanos, en setiembre de 1979, señalan
do en una declaración entre otras cosas, que "los argentinos estuvimos en guerra"
y que "pedimos en su momento a las Fuerzas Annadas que entraran en guerra para
ganar la Paz" (°3).
Sin embargo, a pesar de las coincidencias ideológicas, la percepción de los
grupos empresarios más importantes acerca de los regímenes autoritarios com en
zó a experimentar un cambio. Las políticas emprendidas por el Proceso de
Reorganización nacional afectaron a esas organizaciones con costos en algunos
casos mayores que los sufridos durante los períodos democráticos, aunque
pudieran beneficiar a poderosos intereses económicos y abrieran el camino para
transformaciones estructurales que se afirmarían años más tarde. I-a suma del
poder público en manos de los militares se tradujo en planteos tecnocrático-
autoritarios o desem bocó en aventuras como la de Malvinas, con la debacle
consiguiente y la desintegración del régimen. Las FF.AA. se convirtieron en un actor
de conducta imprevisible y riesgosa para el empresariado (M).
Otra consecuencia derivada de los intentos del régimen militar por elim inarlas
formas convencionales del quehacer político fue que, al suspenderse la actividad
política, al intervenirse o disolverse algunas de las corporaciones que hacían lobby
en representación de determinados sectores e, igualmente, varias organizaciones
intermedias de distinto tipo, se suprimieron los canales a través de los cuales se
vinculaba el Estado con la sociedad. En su lugar, adquirieron relevancia otras vías
que correspondían a ámbitos privados más o menos ocultos: nuevos actores,
invistiendo representaciones espurias, fueron convocados desde el poder politico
a participar en escenarios no expuestos a la luz pública y se enriquecieron
personalmente. Los distintos feudos de la burocracia estatal, formalmente enca
bezados por m iem bros de la corporación militar o por los hombres ligados
estrechamente al Proceso, terminaron sellando numerosos acuerdos con determi
nados grupos económicos y con ciertos aventureros y oportunistas. De esta
manera, según afirma O szlak, las mediaciones institucionales que vinculaban al
Estado con la sociedad civil fueron reemplazadas por una política de camarillas
que se desarrollaba en los "sótanos" del poder (GS).
(63) CisncROS, A. y Escud e, C. (2000), parte III, tomo XIV, págs. 298 y 299.
(64) Acur*A, C a r lo s H., 'Intereses empresarios, dictadura y democracia en la Argentina
actual", en Acuma, C a r lo s H., L a n u e v a m a tr iz p o lit ic a a r g e n tin a . Buenos Aires, 1995, pág. 269.
(65) O s z la k , O s c a r , 'Privatización autoritaria y recreación de la escena pública", en
O s z la k , O s c a r (comp.), Buenos Aires, 1984, págs.
'P r o c e s o ', c r is is y t r a n s ic ió n d e m o c r á t ic a / 1 .
39 y 40.
7.4. LAS RELACIONES INTERNACIONALES
(66) P astor, C a ri .os Wasiiimgton, "Chile: la guerra o la paz. 1978-1981", en Consejo Argentino
para las Relaciones Internacionales, La p o lític a e x te r io r a rg e n tin a y s u s p ro ta g o n is ta s . 1 8 8 0 -1 9 9 5 ,
Buenos Aires, 1996, pág. 262.
(67) Citado en Vázquez Ocampo, Josr. M aría, "Dictadura y política exterior (1976-1983):
hacia la dependencia consentida", en D o c u m e n to d c T r a b a jo 2 6 / 8 7 . EU R A L. Buenos Aires.
1987, pág. I 19.
económica. Pero con la asunción del demócrata James C á rte r, en enero de 1977,
tanto la Presidencia como el Congreso norteamericanos iniciaron una fuerte
ofensiva contra la dictadura militar argentina debido a su política de violación de
los derechos humanos. Aunque la nueva orientación de la política estadounidense
tenía sus raíces en el conflicto Este-Oeste y en las violaciones de los derechos
humanos dentro del bloque soviético, también se dirigió a naciones bajo su esfera
de influencia, como la Argentina. Es cierto, sin embargo, que países de Occidente
con casos similares, aunque no en la misma proporción, de violación de esos
derechos (Corea del Sur, Chile y otros) no tuvieron presiones parecidas, lo que
indujo a algunos autores a considerar la actitud de Washington hacia el régimen
militar argentino una consecuencia de su "irrelevancia" estratégica para el país del
norte. Sin embargo, sin descartar las tendencias "moralistas" o "principistas" de
sectores del gobierno o de la opinión pública estadounidenses, que tuvieron que
ver sin duda con esa política, también jugaron en el caso argentino, com o veremos
luego, factores estratégicos; tal la desconfianza que despertaban la vinculación
con los países del Este (cuya culminación sería la negativa a participar en el
embargo de granos de 1980) o las tendencias nacionalistas, que se expresaron
primero en el conflicto con Chile y luego en la Guerra de Malvinas (68).
La política de los EE.UU. dividió aguas, sin embargo, en la misma diplomacia
norteamericana. Mientras que el embajador R aú l C astro , que sucedió a R o bert H iu .,
y el subsecretario de Asuntos Latinoamericanos, Terence Todnam (quien sería más
tarde em bajador en Buenos Aires), se oponían a la reducción de la asistencia
militar, la directora de la Oficina de Derechos Humanos del gobierno de Washing
ton, Patricia Derian, se mantuvo firme en criticar y sancionar al régimen militar
argentino. En todo caso, Tex Harris, funcionario de la embajada norteamericana en
la Argentina entre 1976 y 1978, que compartía las ideas de Derian, reconoció que
su em bajada estaba al tanto de lo que verdaderamente sucedía y tuvo frecuentes
contactos con los familiares de desaparecidos (r,a).
El gobierno argentino realizó, por su parte, una particular interpretación de la
postura prevaleciente en las altas esferas de Washington. Luego de considerarla
una "intervención en los asuntos internos" del país, la atribuyó a la ceguera de los
líderes de Occidente hacia quienes se habían constituido en verdaderos defenso
res del "mundo libre" (70).
La primera fricción se produjo al mes siguiente de la asunción de C á rte r. En
febrero de 1977, el secretario de Estado anunció en el Senado estadounidense la
reducción de la ayuda militar a la Argentina, que bajó de 32 millones de dólares
a 15,7 millones, debido a las características de la represión desarrollada por el
(68) C isn k ro s, A. y Escud e, C. (2000), parte III, tomo XIV, pág. 294.
(69) Clarín (Zona), 26/3/2000. Según H a r r is . cuando llegó a la embajada había una lista
de sólo 17 casos de desaparecidos y, dos años después, la lista se extendía a 13.000 casos.
(70) Russr.iL, R o b e rto , 'Argentina y la política exterior del régimen autoritario (1976-1983):
una evaluación preliminar', en Perima, Rube.*i M. y R u s s e ll, R o b e rto (eds.) (1988), pág. 105.
gobierno de Videla. La Ju n ta Militar argentina decidió rechazar la ayuda remanente,
ya que estimaba que su aceptación significaba la convalidación de los argumentos
estadounidenses. El propio Martínez de Hoz, en junio de 1977, sostuvo, ante el
consejero nacional de Seguridad de los Estados Unidos, la necesidad de la
represión como defensa frente al ataque de la guerrilla. A partir de entonces, el
problema de los derechos humanos fue la variable que marcaría las relaciones
bilaterales hasta 1980.
El recurrente tema del desarrollo nuclear autónomo argentino constituyó otra
cuestión conflictiva en la agenda bilateral. En setiembre de 1977, durante una
entrevista de Videla con el presidente C á rte r, en Washington, en el momento de la
firma de los tratados de Panamá, el mandatario norteamericano sugirió la
conveniencia de que la Argentina firmara el Tratado para la Proscripción de las
Armas nucleares en América Latina, pacto regional suscripto en 1967, en
Tlatelolco (México). Por su parte, Videla ratificó la postura tradicional del país, que
rechazaba la ratificación de los acu erdos nucleares por con sid erarlos
discriminatorios, y ofreció todo tipo de salvaguardias para aquellos países dispues
tos a transferir tecnología nuclear a la Argentina. Tampoco la visita a Buenos Aires
de Cyrus Vamce, en noviembre de 1977, logró el compromiso concreto argentino de
ratificar el Tratado. De la misma manera, el gobierno siguió manteniendo su
reticencia a adherirse al Tratado de no Proliferación de Armas nucleares aprobado
en 1968 por la Asamblea General de las naciones Unidas (7I).
Sin embargo, algunas tendencias jugaban en el sentido de una gradual
fiexibilízación de las relaciones debido a factores globales y a otros vinculados a
la situación existente en los dos países. Entre los primeros, se destacaban el
reconocimiento del Departamento de Estado de un mejoramiento relativo de la
situación política argentina, el mayor pragmatismo de la administración norteame
ricana en materia de derechos humanos y la pérdida de legitimidad interna de la
política exterior de C á rte r y la prioridad que el gobierno demócrata debió asignar
a otras cuestiones (crisis de Irán, Angola, nicaragua y Afganistán). Entre los
segundos, se contaban el cambio de actitud del régimen militar que, evitando las
criticas globales al gobierno norteamericano, atribuyó las desinteligencias entre
ambas administraciones a determinados funcionarios y legisladores estadouni
denses. Por otro lado, sectores internos de los Estados Unidos — las fuerzas
armadas y empresas comerciales y financieras con intereses en la Argentina—
presionaron sobre la administración demócrata oponiéndose a su política con
respecto a Buenos Aires, posiciones que compartían algunos funcionarios del
mismo gobierno (72). En este contexto, Videla y el vicepresidente estadounidense,
W a lte r Momdale, se entrevistaron en Roma. Aprovechando las cerem onias de
(71) R u s s e ll, R o b e rto , "Las relaciones Argentina-Estados Unidos: del 'alinea m ien to
heterodoxo- a la recom posición madura», en H ir s t, Momica (com p.). C ontinuidad y cam bio en
las relaciones Am érica Latina/Estados Unidos. Buenos Aires, 1987.
(72) Cf, Spamier, Jo h n , La p o litica norteam ericana a p a rtir de la Segunda Guerra Mundial,
Buenos Aires, 1991.
entronización del papa Ju an Pablo I, en setiembre de 1978. ambos acordaron
disminuir el énfasis en la cuestión de los derechos humanos. La reunión fue el
punto de partida para un mejoramiento de las relaciones que se tradujo en la
autorización dada por el Departamento de Estado al Eximbank para garantizar el
{m andam iento de la compra de turbinas para el proyecto hidroeléctrico de
Yaciretá. Por su parte, el dictador argentino se comprometió a permitir que una
delegación de la Comisión Interamericana de Derechos humanos de la OEA
verificara el estado de esos derechos en el pais del Plata.
No obstante, nuevos hechos pusieron limites a la flexibilización de la relación.
En primer lugar, pese a los esfuerzos de la administración demócrata por disuadir
a los legisladores, el Congreso norteamericano suspendió toda ayuda militar a la
Argentina a partir del 30 de setiembre de 1978. En segundo término, la llegada a
Buenos Aires de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en setiembre
de 1979, produjo un informe que causó conmoción y expresiones de repudio entre
los partidarios del régimen. Finalmente, la negativa argentina a adherirse al
embargo cerealero dispuesto por los Estados Unidos contra la Unión Soviética en
enero de 1980, a raíz de la intervención armada en Afganistán, y el apoyo de los
militares argentinos al golpe de Estado de julio de 1980 en Bolivia, volvieron a
instalar elementos de fricción en las relaciones bilaterales.
El rechazo al embargo cerealero resaltó la posición "autonomista" del gobier
no argentino. Si bien la dictadura condenó expresamente la intervención soviética,
detrás de ese "autonomism o" subyacia la dependencia argentina de las exporta
ciones de granos hacia la Unión Soviética, que se había convertido en su principal
importador. En consecuencia, las presiones de Washington no lograron que el
gobierno argentino mostrara una actitud cooperativa. Desprovista de toda
implicación ideológica, la posición argentina reflejó la pragmática necesidad,
impulsada por intereses locales, de comerciar con la Unión Soviética (7-').
El apoyo de los militares argentinos al golpe de Estado en Bolivia terminó
enfriando la relación con los Estados Unidos. Mientras el presidente C á rte r
favorecía la instalación del gobierno elegido democráticamente en Bolivia, los
uniformados argentinos suministraron fondos, armamentos, asesoramiento mili
tar y de inteligencia al golpista boliviano G arcía Mi:za. Con ese apoyo, el militar
boliviano tomó el poder, impidiendo la asunción de una coalición electoral que
integraba a sectores políticos de la izquierda boliviana C*). El gobierno de C á rte r
suspendió entonces la programada visita a Buenos Aires de su subsecretario de
Asuntos Hemisféricos, y el Departamento de Estado manifestó a la Ju n ta Militar
argentina su inquietud por la colaboración prestada a los golpistas bolivianos y
decidió no nombrar em bajador hasta la elección que consagraría un nuevo
presidente norteamericano, en noviembre de 1980. De hecho, el diálogo entre los
dos gobiernos quedó interrumpido.
(77) El canciller C o s ta Mendez, por ejem plo, era de extracción ideológica nacionalista (es
decir, perteneció en su ju v e n tu d a corrientes u organizaciones nacionalistas), com o otros
cancilleres anteriores de gobiernos civiles o m ilitares, y mantenía en este sentido ciertas
ideas sobre el interés nacional (en especial sobre la cuestión de Malvinas) que para él no se
contradecían con una postura pro occidental. C f. HOPEA, entrevistas a N ica n o r C o s ta Mendez,
m arzo y abril de 1988.
(78) R l s s e l l , R o b e r to , "La política exte rior del Proceso", en Consejo Argentino para las
Relaciones Internacionales, La p o litic a e x te r io r a rg entin a y s u s p ro ta g o n ista s, 1 8 8 0 -1 9 9 5 ,
Buenos Aires, 1996, pág. 317.
gestión, el gobierno del Proceso se opuso a la invasión militar norteamericana contra
Granada y, en desacuerdo con Washington, apoyó la candidatura de la nicaragua
sandinista al Consejo de Seguridad de las naciones Unidas.
En tanto, la Administración Reagan trató de "m ejorar” las relaciones bilatera
les. A partir de julio de 1982, en sucesivos pasos, levantó las sanciones
económicas y militares impuestas a la Argentina y expresó sus deseos de
restablecer la cooperación entre ambos países. Finalmente, luego de una entrevis
ta entre el canciller argentino y el secretario de Estado, G eorge S ch u ltz, el gobierno
estadounidense votó a favor del proyecto de resolución presentando en las
naciones Unidas por los paises latinoamericanos, que pedía a los gobiernos de la
Argentina y Gran Bretaña la reanudación de las negociaciones a fin de encontrar
una solución pacífica a la disputa de soberanía (79).
Hacia 1983, el gobierno de Washington otorgó prioridad a un inesperado
objetivo en sus relaciones con la Argentina y que se contradecía con su pasiva
posición frente a la caída de otros gobiernos democráticos. Fue el respaldo a la
decisión del presidente del último tramo del régimen castrense de retornar al
sistema constitucional. Las incertidumbres emergentes de la crisis financiera
regional requerían una reformulación del sistema de alianzas, en el cual los
iinpredecibles militares argentinos no tenían espacio alguno (80).
En lo que se refiere a las relaciones con la Europa atlántica, sobre todo en los
terrenos económico y comercial, se observaba un deterioro desde los años '70.
Las restricciones a las importaciones de carne impuestas por la Comunidad
Económica Europea en 1974 motivaron infructuosos reclamos por parte de la
Argentina. Hacia 1982, se produjo una baja del precio de la carne, inducida por los
grandes excedentes de la Comunidad colocados en el mercado mundial a precios
subsidiados, que convirtieron a los europeos, incluso, en competidores de la
Argentina. Entre 1971 y 1980 las exportaciones argentinas a la C E E {incluyendo a
Dinamarca, Irlanda y el Reino Unido, que se incorporaron en 1973) habían
descendido del 49,6 al 27,1 % . A estos hechos se sumó la disminución de fondos
europeos, que a partir de la "crisis de la deuda" latinoamericana y el colapso de
la economía local no contribuyeron a paliar los problemas financieros de la
Argentina (8|).
La política represiva de la dictadura militar fue otro tema que tensó las
relaciones entre la Argentina y Europa Occidental. Los gobiernos de España,
francia. Irlanda, Italia y Suecia en numerosas oportunidades pidieron explicacio
(79) Aquirrc Lanaki, Ju a u R ., "Una ruta transitable, 1982-1983", en C onsejo Argentino para
las Relaciones Internacionales, La p o lític a e x te r io r a rg en tin a y s u s p r o ta g o n ista s. ¡ 8 8 0 - 19 9 5 .
Buenos Aires, 1996, pág. 332.
(80) R u s s e ll, R. (1987), pág. 43.
(81) L a u fc r, R. y Sp igucl, C. (1998), págs. 126 y 134.
nes a las autoridades gubernamentales argentinas sobre el destino de ciudadanos
de sus respectivos paises que habían sido secuestrados. Partidos políticos y
agrupaciones sindicales españoles integraron el Comité de Solidaridad con el
Pueblo Argentino y algunos de los principales dirigentes políticos italianos hicieron
un llamamiento a las autoridades argentinas en favor de la libertad y la democracia.
Asimismo, varios organismos internacionales sindicales — como el Comité Inter
nacional de Organizaciones Sindicales Libres (CIOSL), con sede en Ginebra—
protestaron desde 1976 contra el atropello a los derechos de los trabajadores
argentinos. La acción de los exiliados argentinos en Europa también contribuyó a
aumentar la imagen negativa del régimen militar, y los intentos dc éste por revertir
esta situación a través de la creación, en 1977, de un "Centro Piloto" en París para
justificar o desmentir las acciones del gobierno, resultaron infructuosos (n2). El
premio riobel de la Paz otorgado en 1980 a Pr:w;z Esq uivel era una señal del profundo
malestar que existia en Europa por el tema de los derechos humanos en la
Argentina.
La Guerra de Malvinas sumó complicaciones a las relaciones con la Com uni
dad Europea (CE). En este conflicto se puso enjuego la fuerza de los vínculos que
unían a la Comunidad con la alianza atlántica y las perspectivas de la integración
política de Europa. Tras algunas vacilaciones iniciales, los paises europeos
terminaron respaldando a Gran Bretaña y dando la espalda a los reclamos de
soberanía efectuados por la Argentina. El apoyo al Reino Unido tuvo su primer
expresión cuando varios países europeos que habían vendido armas a la Argentina
— Francia, Italia, Alemania— dispusieron la suspensión de material bélico. Poco
después, la Comunidad Europea impuso un embargo comercial contra la Argen
tina, extendido entre el 16 de abril y cl 22 de junio de 1982. Correspondería al
gobierno democrático iniciar la dura tarea de recomponer los contactos políticos,
económicos y culturales con Europa Occidental (,,;1).
(84) F r a ü a , Rosendo, " L a experiencia histórica en Brasil y Argentina, desde 1966 hasta
1983: com ienzo de la convergencia", en L la d o s , J. M. y Pimiieiko G lim a rá e s, S., Perspectivas:
Brasil y Argentina, Rio de Janeiro, 1999, IPR1-CARI. pág. 372.
(85) S e lc iie r , W a y w . A., "Brasil y el subsistem a del Cono Sur", en A tk in s, Q. Pope (ed.),
Sudamérica en la década de 1990. Ll desarrollo de las relaciones internacionales en una
nueva era, Buenos Aires, 1990, pág. 97.
(86) R u s s e ll, R. (1988), pág. I 18.
La intervención en Bolivia constituyó, a su vez, un aspecto relevante en la
diplomacia del Proceso, que volvia a replantear las ideologías predominantes en
su seno. En ju lio de 1980, el triunfo electoral de la Unión Democrática Popular de
Hcknan S ilc s Suazo — que incluía a los sectores más importantes de la izquierda
boliviana— fue percibido por el gobierno argentino como una amenaza para la
seguridad regional en tanto institucionalizaba la "subversión internacional''. Por
otra parte, desde la óptica de algunos sectores dc las fuerzas Armadas argentinas
existía en el Cono Sur latinoamericano un "vacío de poder" generado por la
disminución del poder relativo de los Estados Unidos que obligaba a este país a
reducir sus compromisos en la región. Desde esta perspectiva, correspondía a los
militares argentinos la ocupación de ese espacio. En consecuencia, el régimen
castrense apoyó al Qral. Gakcia Mkza en el golpe mediante el cual las fuerzas
armadas bolivianas impidieron la asunción del gobierno electo encabezado por
S ile s Suazo. La Argentina fue el primer país del mundo que reconoció al gobierno
de facto emergente del golpe militar, lo asistió mediante la organización de grupos
antigucrrilleros, envió personal militar especializado en tareas "antisubversivas" y
le proporcionó asistencia económica. Sin embargo, la inestabilidad política, la
crisis económ ica y la corrupción de las fuerzas armadas derivaron pronto en la
desintegración del régimen militar boliviano. Gakcia Mkza debió renunciar luego dc
un año de gobierno y abrió el camino para la asunción de S ilc s Suazo. A partir de
entonces la relación entre el régimen militar argentino y el gobierno democrático
de Bolivia ingresó en una etapa de estancamiento (íl7).
7 ,4 ,4 . Las relacion es con la Unión S ov iética y los p aises del E ste europeo
(92) R a fo p o rt, M. (1988), págs. 180 y 181. Cf. tam bién Vacs, A. (1984).
(93) Raiwokt , M. (1988), pág. 181 y 182.
(94) La Prensa. 3 /1 2 /1 9 8 2 .
Martínez de Hoz, cuya política económica era denunciada internamente como
favorable a los intereses económicos norteamericanos, jugó un papel decisivo en
esa determinación. En verdad, en tanto dicha política privilegiaba a una estructura
productiva predominantemente agropecuaria, la captura de un mercado tan
importante como el soviético resultaba fundamental. Además, para aprovechar los
altos precios ofrecidos por los soviéticos, se redujo el comercio con mercados
tradicionales. De esta manera, la Unión Soviética se transformó en el principal
comprador de la Argentina y la balanza comercial entre ambos países se inclinó
claramente en favor del pais del Plata.
Los lazos económicos abarcaron muchos otros aspectos. Se realizó un
importante convenio pesquero, en especial para la pesca e industrialización del
Krill en el Atlántico Sur; se inició la colaboración en materia nuclear mediante la
compra de cinco toneladas de agua pesada para la central nuclear de Atucha 1; se
acordó la concreción de distintos proyectos de infraestructura (centrales hidro y
termoeléctricas, gas, carbón, petróleo, etc.) y se compraron maquinarias y
vehículos soviéticos de distinto tipo.
Con el acceso de G a ltie ri a la presidencia se quebró, sin embargo, la
continuidad de la relación entre ambos países. El nuevo presidente — recibido
calurosamente por la Administración Reagan— buscó un acercamiento con los
Estados Unidos y comprometió la colaboración argentina en Centroamérica y en
el Medio Oriente en defensa de los principios de Occidente. Advertidos de este
cambio, los soviéticos efectuaron su primera critica abierta a la Junta Militar
argentina desde su llegada al poder en 1976. Ello no impidió que la cancillería
argentina intentara la obtención del veto soviético en las Naciones Unidas tras la
ocupación de las Islas Malvinas, en atención a la negativa de aceptar el embargo
norteamericano de granos y a las fuertes relaciones que todavía mantenía con el
bloque del Este (9S).
Sin embargo, al reunirse el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, la
U RSS se abstuvo frente a la propuesta británica. De haber ejercido su derecho al
veto, se hubiera impedido la condena a la actitud argentina y la exigencia del retiro
de las tropas argentinas de las islas. Esto no impidió que en el transcurso de la
guerra, y luego de la misma, el régimen de Moscú respaldara la causa argentina.
El em bajador soviético frecuentó la Casa Rosada e, inclusive, llegó a hablarse de
la compra de armas. En otros aspectos, el respaldo soviético resultó más
inconsistente: en pleno esfuerzo bélico los soviéticos interrumpieron sus compras
de cereales, argumentando dificultades en el transporte marítimo.
Durante el último tramo de la dictadura militar, las relaciones argentino-
soviéticas retomaron el rumbo del que parecieron apartarse a principios de 1982.
El gobierno argentino manifestó sus deseos de realizar grandes obras hidroeléc
tricas con la colaboración de la URSS, acrecentándose con ese fin el intercambio
de delegaciones técnicas y económicas. También se afirmaron los lazos militares
y, en noviembre de 1983, un alto oficial del ejército soviético fue condecorado por
el Comando en Je fe del Ejército. La Argentina parecía haberse transformado en un
partenaire "confiable" para la Unión Soviética (9G).
Las relaciones económicas con el Este europeo también se estrecharon. No
sólo se amplió el comercio con la mayoría de los países de Europa Oriental, sino
que se firmaron importantes convenios pesqueros con varios países de esa región.
Como consecuencia, la presencia de las flotas pesqueras de dichos países, como
la de la Unión Soviética, comenzó a ser significativa en el Atlántico Sur.
7 ,4 ,5 . La Guerra de Malvinas
Diez días después del golpe de Estado, cl designado ministro de Economía, Jóse
A M a r t ín e z d e Hoz, sintetizaba los objetivos centrales de su plan económico con
lfred o
(108) Fkkkck, Aldo, na cio nalism o y orden constitucional. Buenos Aires, 1981, pág. 76.
Scmvarzcr, J. (1991).
Sin embargo, esto se debia al congelamiento de salarios, que provocó una
drástica reducción del consumo con características recesivas, lo cual ponía limites
a la política de contención salarial; cuando se intentó liberar esta variable, se
produjo un rebrote inflacionario y, si bien la tasa de inflación no volvió a los niveles
(hasta entonces) extraordinarios de principios de año, se superaron ampliamente
las expectativas de la conducción económica. Tal circunstancia obligó a tomar una
medida más drástica y a contrapelo del "espíritu” del plan: el congelamiento de
precios por 120 dias. Comenzaba asi una segunda etapa, en la cual el gobierno
empezaría a redefinir sus objetivos, apartándose progresivamente de las políticas
que caracterizaron al liberalismo económico argentino en la posguerra, mientras
se plasmaba un nuevo rumbo de acción enm arcado en las recom endaciones de
la 'escuela monetarista de Chicago".
A principios de 1977, se implemento una reforma financiera que ubicaría al
sector financiero en una posición hegemónica en términos de absorción y
asignación de recursos. El nuevo Régim en de Entidades Financieras iniciaba un
rum bocuyo norte apuntaba a la liberalización de los principales m ercados internos
y a una mayor vinculación con los mercados internacionales. La reforma financie
ra, que fue profundizándose por medio de medidas complementarias en los meses
suguientes consistía, en lo fundamental, en la creación de un sistema de reservas
fraccionarias que reemplazaba al anterior sistema centralizado de depósitos con
un encaje del 100 % ; la liberalización de las tasas nominales de interés activas y
pasivas; una mayor responsabilidad de los bancos en sus relaciones con la
clientela, estableciendo, además, requisitos sobre la solvencia y la liquidez de
dichas entidades; el establecimiento de un régimen de garantía plena de los
depósitos en el marco de una mayor liberalidad de los requisitos para la expansión
o instalación de nuevas entidades y sucursales sin importar la nacionalidad; y la
recreación de la función del Banco Central como prestamista en última instancia.
La reforma apuntaba a incrementar el rol del sector financiero privado y
disminuir la participación del Estado, bajo el supuesto de que aquél era, p er se,
un asignador más eficiente de recursos. Además, se creía que, por su intermedio,
se conformaría un sistema financiero más apto, solvente y competitivo, que
redujera el costo de los servicios bancarios (109).
Por otra parte, las medidas se inscribían en el m arco de la política
antiinflacionaria, al aumentar las tasas de interés pasivas. De esa forma, los
ahorristas incrementarían sus colocaciones ert activos financieros cuasi líquidos
y no presionarían tanto sobre el mercado de bienes, afirmándose que ese aumento
del ahorro podría canalizarse hacia inversiones productivas (u0).
c
Gastos
financieros/
ventas
□ 1977 □ 1981
Fuente: FIDE.
o cq co O) T- co co o co co C\J
io* <£> '•t ctT in o co' co' cd’ co' r^-'
lOOOinCOCOCDint-COO) _
<r;inncvjr-cor)incriO(Din
Oí ^ CVJ rr ^
co co uo _ cq co -r- O cq r- o cq
o> co co o> c\j n co co o
g cococ\»o>
CO
C 0C O ^ N C *)in C \IO 5 C J)i7 )
‘
rrcom ojo> r-
rf
N CD T í O J tD *-
S O) co to ^ O O W Oí CO
CO CO oo" O JT t co o
CO* T f" co’ o
- ■ CNjO(D^(Nj(0Nin0)C0
oj n m o) CO CO O O CD O )
* ? - - ( N j oxrcocvjcvj
o>r^cvj^— )o o N n
RJ
í/> C
ó 2 c
O
o £ Xñ
5 3 85. S :q í S
ü "E =•" r»
ro o2
O
1, S £ o
Jg1 35 g o
■o
o
¿¿ O rM
ro g?^ *5 c
ro o
—— -
o §>2
- O i •Iro
s _2
o o
S 2 u u y CL
GJ —
< rt CJ c TÁ H O G) i/>
s ? le - * iü ? § S
Q_Q_<LU-£CJLUQ-Ol—
Sin embargo, no todos los sectores se vieron afectados de la misma manera.
Los vinculados principalmente al mercado interno o sometidos a la competencia
de la importación sufrieron un derrumbe muy pronunciado, como se refleja, por
ejemplo, en las estadísticas del sector de la construcción, que se contrajo casi un
30 % en el período 1975-1983. Su comportamiento, sin embargo, reconoció una
etapa de auge hasta 1980, debido a grandes y discutidas obras públicas en
infraestructura.
La industria, porsu parte, mostró un comportamiento fluctuante, que ocultaba
una profunda transformación estructural (que analizaremos detenidamente al final
del capítulo), aunque el resultado cuantitativo fue una contracción del 12,4 % en
el período. Por el contrario, el sector agropecuario y la explotación de recursos
mineros, con algunos altibajos, lograron una expansión, por medio de una mayor
inserción exportadora. El primero creció un 19 % , mientras que el segundo lo hizo
en un 29 % .
Pero el m ejor barómetro de la evolución de la economía y de la incidencia de
la política económica de M a r t ín e z d e H o z fue el sector financiero, que comenzó un
lento crecimiento en el trienio 1976-1978, para convertirse en el epicentro de una
febril actividad especulativa entre 1979 y 1981, cuando el ministro se encontraba
en el pináculo de su poder; en 1980, su contribución al PBI arrojaba un incremento
de más del 4 0 % comparado con 1975. A partir de ese momento, se superpusieron
el ocaso y el alejamiento de la función pública de M a r t ín e z d e H o z , la crisis
económ ica estrepitosa y el derrumbe del circuito financiero. Aunque en 1983 su
actividad todavía era un 10 % más elevada que al asumir el gobierno militar, había
descendido más de un 22 % con respecto al momento de mayor auge.
La política económ ica tuvo también una importante incidencia en la evolución
del comercio exterior. Al compás de las transformaciones productivas y de la
declinación del mercado interno, las exportaciones se triplicaron entre 1975 y
1981. A lo largo del último lustro de la década del '70, la Argentina se vio favorecida
por términos del intercambio más elevados que en el lustro anterior, a tal punto
que los precios de las exportaciones en 1980 eran dos veces y media superiores
a los de 1970. El quantum de las exportaciones también se duplicó en el transcurso
de la década, de modo que el crecimiento de las ventas al exterior se debía tanto
a mayores cantidades exportadas como a mejores precios.
- f f O ) C O O N ( \ J N Q O S » - l f i
c oom ^m cvirtoinQ O
o o o r '- T —r-coh'-coocNj
ÓTí:
n n oTfincDco^:
i D c o N ' í ' co
a -o<í:mw oN i n. .
rri-cocoin»-(oncM»-c\j^
CD m O LO 8 f'- r- LO
r~- LO co s CO
B LO
LO <£> CO
co CVJ CVJ 05
Oí co C\l LO
r-
o üñ
10 co TT § CVJ ■S'T LO
c o o r o c o i o O ’- ' - m o c o
cT rDt OOOjq
C V JC O C O C O lO C O C sJC O
c v jc q r- q o c v jT fN
s i nn d c b on) m
^ No wo j
co _______
U JfC O lD O O C M C O tO n C O C N JC N J
8 *
N O )t^ O C O S N n N (D
TtCVJlDnCOCOTTr-COinTr
o-r-cpcq^ocpinirscncq f
a )c b in c o 6 6 cD(T)»-cod 0
N w o u i ' T i n o ’í i D n o j _
CO CM O N i n CO ^ ^ J-CVJ CMCVJ
1
O
N r- C V JC O C O C O N T írtT - C O C O
*o
S.<McO0COinnCMNCVJ»-(3)
N N N r - ir tq ir tq q q O jT j; W
)
ic0c>jCM«£i0)(0^insi/)incM
r i d « N Q ’- o > c o « o » - ’ í v¡N ¡
U ) CVJ C\l in CO OJ CO CVJ CVJ CVJ CVJ
-o
g CcosN
DNC O lD rfT T W O lfiN 'í
coo)T-Lnc\jr-in(o
’- C N J C O ( D C O C O C V j i n ( D T t ( D l / )
Tro^oicrjodcdrv.ocviuSco
■«
t c o o o c ^ -CVJ^ o
d o íio c v j CVJ o
TT I/) ( N CO » - CO •»- CVJ
Q ( 0 O U 5 0 ) < M ’- C \ I N ( 0 N i n
o
loio
o i’-
q qin
iDt in
o oc cv ojiír
N- ’-rctoc in
oN o
c
^o inNirCjo
co \ jin
NNcD
c \f ^
i »o-ic
i nvTic
r tv-io
<io
£ )j
a)CM0JinO(DCvj(0C00)NS
c\jt£)co^coino»fiso^O )
N a D r - N c o ^ ’i r ^ i n S q i n
c v i ( ¿ N c ¿ ^ c b ’^ ' ^ : *-: a) aóf ^
— — tT •*- O -<T CO
j2 w
•K
“ -Oa n
O c/> Q)
■o O c
<z g c
p 1= c=
o o c; m c O
o ° >• 3
(rt
O) o I I E í l *
S o ¡5 E
>• o t/> ^
<2 £ - 0 2
¡3 S
E 9 £ É
C3 2 o O 2Á ® - "i; 6
S ® 5
— g ro 2
® ra t <o
o u. o CO O Q_ CC O CL 3 < O
A partir de 1976 se transformaría el perfil comercial de la Argentina, lo cual
explica porqué, en el marco de una crisis sin parangón, en la que desaparecieron
ramas enteras de la producción, algunos sectores tuvieron tasas de crecimiento
elevadas. Las exportaciones argentinas se habían diversificado progresivamente
en la última etapa del proceso de sustitución de importaciones, con un avance
lento pero firme de la venta de productos industriales. Bajo las nuevas condicio
nes, esa diversificación comenzaría a desdibujarse y las ventas externas se
concentrarían cada vez más en un reducido conjunto de productos agropecuarios
y mineros y sus derivados a partir de la transformación de procesos industriales,
tal como se observa en el cuadro precedente. Empezaron, entonces, a crecer las
colocaciones de carnes, de aceites vegetales, de derivados del gas y del petróleo,
de metales ferrosos y no ferrosos, y de pescado, actividades que se consolidarían
en la década siguiente. Un porcentaje importante de las exportaciones continuó
vinculado a las colocaciones de cereales, que se triplicaron y generaron aproxima
damente el 30 % de las ventas al exterior.
La expansión de las exportaciones de granos tiene relación, desde el lado de
la demanda, con la firma de acuerdos con la UKSS, que transfonnaron a dicho país
temporariamente en el principal comprador de productos argentinos, superando
cuantitativamente en algunos momentos a la Comunidad Económica Europea en
su conjunto. La Unión Soviética llegó a ser el receptor de cerca del 80 % de las
exportaciones argentinas de cereales y del 20 % de las de carnes. El comercio
bilateral mostraba un notorio desbalance a favor de la Argentina, que trataba de
compensarse con convenios pesqueros, la colaboración en materia de energía
nuclear, la concreción de diversos proyectos de infraestructura y un incremento en
las compras argentinas de maquinarias y vehículos de distinto tipo (l2°).
Las exportaciones argentinas registraron un incremento generalizado, que
abarcó todos los destinos. Sin embargo, con algunas regiones, el crecimiento fue
más intenso, especialm ente con la URSS y los EE.UU. Con otras regiones, en
cambio, al alza se sucedió una baja, como en lo referente a la Comunidad
Económ ica Europea (donde se observa un descenso desde 1980 en adelante) y
en los países latinoamericanos englobados en la ALADI, cuyas compras a la
Argentina se situaron al final del periodo en un nivel ligeramente inferior al de
1976, como puede verse en el cuadro siguiente.
Región 1976 1977 1978 1979 1980 1981 1982 1983
América 1.529,0 2.024,3 2.279,3 2.748.1 2.724,5 2.813.0 2.668,3 2.036,7
ALADI 1.030,9 1.371,7 1.513,0 2.011,5 1.730,7 1.818,1 1.514,7 1.026,8
Estados Unidos 269,9 382,6 536,6 568,9 696,0 843.0 1.008,0 755,1
Resto de América 228,2 270,0 229,7 167,7 297,8 151,9 145,6 254,8
Europa 1.653,1 2.472,2 2.800,2 3.383,8 2.741,7 2.469.6 2.045,5 2.029,7
Mercado Común Europeo 1.268,4 1.774,2 2.146,2 2.525,6 2.172.4 1.954,8 1.626,0 1.656,1
Europa Oriental 79,2 249,2 146,5 198,5 197,2 150,3 88,7 98,0
Resto de Europa 305,5 448.8 507,5 659,7 372,1 364,5 330,8 275,6
Africa 154,3 250,8 183,0 295,9 219,4 255,1 398,1 421,8
Petroleros de Africa 100,0 135.3 109,8 215,9 151,8 171,7 297,1 196,1
Resto de Africa 54,3 115,5 73,2 80,0 67,6 83.4 101,0 225,7
Asia 576,2 900,6 1.131.5 1.376,4 2.328.6 3.594,7 2.508,6 3.337,0
Japón 209,2 307,7 380,6 395,4 210,9 166,0 283,1 376,6
URSS 219,1 210,7 385,5 415,3 1.614.2 2.963,0 1.586.3 1.635,8
Petroleros de Asia 34,1 68,5 79,3 113,5 127,2 132,7 287,5 462,1
Resto de Asia 113,8 313.7 286,1 452,2 376,3 333,0 351,7 862,5
Oceanía 3,4 3,6 5,5 5,7 7.2 10,6 4.3 10,7
Fuente: INDEC.
El com p ortam ien to de las im p o rtacio n es fue d istinto del d e las exp o rtacion es.
M ientras estas últim as tendían a co n cen trarse en un co n ju n to red u cid o d e bienes,
aq uéllas se diversificaron, cre c ie n d o aún m ás que las ventas, esp e c ia lm e n te a
partir de 1979. Esta evo lu ció n tenía m u cha relació n con el n u e vo en fo q u e de la
política eco n ó m ica a p licad a a partir de ese año, q ue favo recía un b o o m im portador.
La reducción de a ran celes y el retraso c am b ia rio alentab an el ingreso de p roductos
im portados, al situarlos en una posición com p etitiva privilegiada frente a la
producción nacional. Las n uevas co n d icio n e s im p licab an para esta ú ltim a una
protección negativa, es d ecir que, a iguales c o n d icio n e s m ic ro e c o n ó m ic a s de
producción, los bien es im portados p odían ser c o lo ca d o s en el m e rcad o a un p recio
inferior. Vale d ecir que las d esven taja s d e las em p resas n acio n a les no d ep en d ían
tanto dc su supuesta in e ficie n cia relativa com o de un con texto a d verso em ergente
de una infraestructura deficiente, condiciones crediticias más duras y, sobre todo,
de una política económ ica deliberadamente destructiva, casi inédita a escala
mundial, que ni siquiera encontraba justificación teórica. En efecto, la teoría ha
discutido m ucho la conveniencia o no de proteger la producción autóctona frente
a la competencia externa, pero nunca se argumentó que fuese conveniente
establecer una discriminación negativa adicional por medio de herramientas de
política económica.
Los estímulos comerciales a la importación se complementaban con un
generoso acceso al crédito internacional, que permitía financiar las compras, a
pesar de la contracción de la producción interna y de la consiguiente disminución
de los recursos disponibles.
Si bien el boom importador fue generalizado, como puede verse en el cuadro
7,10, su incidencia se destacó en los bienes de consumo durables, como los
electrodomésticos, en bienes suntuarios y en la importación de bienes de capital.
Con respecto a estos últimos, deben hacerse algunas consideraciones adicionales,
ya que el incremento de las compras externas puede llevar a algunas confusiones
con respecto a la evolución de la inversión en las actividades productivas. Aunque
aumentó la compra de bienes de capital importados, la producción interna se
redujo aún más, lo que indica que el ritmo de incorporación de maquinarias
disminuyó con respecto al pasado.
t- i n i fi ( o N O O V O N O t - O O
____ _ c\ j oj h- K- ^ CO Q ‘
c n o c N J o q ^ T - q CO N O)
w co s co O) i o
x r N o o ) O J i n o ^ c \ i o ) T r i n
r^coQcp^r^rcpcvjcocNjioo^o
_ o ud r r -cr cp . ^ _ ,,
cncqcr> c\jiqcoococqc£> o
l A N e ó d o i c o o ó a d h * LO r r
__ tO *LOOtOCOkOCDr^-OD
— "*T *—v—
Oí (O ■'i *“
0 > » - ' « Í N t- C V J O ( £ ) ' ^ C O lom o
C O C O C D t- N O C N J t- N ( £ )
CO »-C\JTT
"—O) to
r**. *- r*-
lCOONNr-CNJOnCOCON^CM
o n c o o j o o ’- r o ’- io o c o c o
r^cqcMNq^rojcvjcocóCNjco-^
cDOÍTrcoir)T-' o ÍT rir)T-rv.'(po
’- O J C O N N C O N C O C O O C O O i r )
c n » - < r )S c O N (N O N n c £ )C O
lO T T T - c n ^) 0c)nt D^ ro-iP
“ ~ J C O l /S
’-fvJ ^
ONlO
co
CO N N T t O o i i r i N o cp 05 O ) T-
T-T-C0l£>CNJ^r-CNJr-O(\JO)CM
T - t- r- C O r- C M ^ » - T ÍT - O C O C O
C V JiO iftC M C O tO ^ C O ^
s i n C D C M ’- O O l Ó C O C O _
c0 0 i - r - r - í ) 0 0 ) c 0 l0
o jo c o c N Ín c b c p c r )
a c o o ^ ^ n l o o c o
.9-
O O ^ i n C M
o ^ - c o N c oN cOo O
c MS 'Or -On lnO^ ^N
S q O ( S c o o í 5 c \ i c o D i n N c \ j
^ i r i i h t p 't c o c o c o N ^ r ^ t o c o
'-CClCr)O0)N,<TOO(£lN(M(D
s -«í o »- o> o í
■ ** a> m r*. co
•- C7) s n
m co
c\i N co O ) ■»- O Tf
CVJ CO Oí CO T- •*-
o> csi cb
N
cx> co co
N N- N N
N TT ^ C\i I f ) CO
N O) i n CD W O)
oco ot n oco i o co
co
(O ' í CVI N T- N
c D T f i- q o )ip q in cq cq co O ) r -
N d ^ o io iir io jN c d a id in
C N JC 'JC N JC D r- O JO O tD O JT fO
LO ■
*— CO
ra e
'a .§
car g
a «u
■03 ro 2
6 >* *
• TS o O O
T3 T3 T5
13 3 =3 Q. £ rr.
O J-í O QJ
E "8 ■§ 5. C3
03 fc s"-g
Q- < s >
Un aspecto oculto en las estadísticas globales fueron las nutridas importacio
nes de armamentos, en las que jugó un papel significativo la República Federal de
Alemania. Luego de que en 1977 el gobierno norteamericano decretara un
embargo cn la provisión de armamentos a la Argentina por las severas violaciones
a los derechos humanos, la RFA se transformó cn el primer proveedor de dichos
productos al pais sudamericano. Recíprocamente, la Argentina se convirtió en el
primer comprador de armas de dicho origen en el mundo subdesarrollado.
El StocKholm International Peace Research Institute, en su Anuario de 1981,
indicaba que el valor de las ventas de amias grandes de la RFA a la Argentina entre
1977 y 1980 fue de aproximadamente 642 millones de dólares. Si tenemos en cuenta
que durante dicho período las importaciones totales desde aquel país fueron
levemente superiores a los 3.000 millones y que a la cifra mencionada debe
agregársele el valor de las ventas de armas livianas, que habitualmente suelen
alcanzar cl 50 % d e l comercio total de armamentos, la proporción resulta asombrosa.
Las estadísticas alemanas son aún más contundentes: las exportaciones de armamen
tos a la Argentina autorizadas por el gobierno federal entre 1980 y 1981 suman 2.500
millones de marcos, frente a exportaciones totales a dicho país por un valor de 4.646
millones. Si a esto se le añade la existencia comprobada de exportaciones ilegales de
armas, puede explicarse una parte del extraordinario impulso de las exportaciones
alemanas a la Argentina, que en 1980 eran un 152 % más altas que en 1975, y que
sólo se redujeron notoriamente durante la Querrá de Malvinas, como consecuencia
del embargo comercial de la Comunidad Económica Europea hacia la Argentina ('-').
En su esquema comercial, la Argentina reeditaba temporariamente una
relación triangular como la observada en los años '20 y '30 con los EE.UU. y Gran
Bretaña, y en los '50 y '60 con los EE.UU. y la CEE. Ahora, los vértices del triángulo
involucraban a la U R SS y los Estados Unidos. Es que este último país permanecía
como cl principal proveedor, y su comercio con la Argentina continuaba mostran
do un fuerte desbalance. En el nuevo triángulo comercial, la compensación de los
saldos negativos con los EE.UU. se lograba con las colocaciones en la URSS.
La segunda mitad de la década del '70 se caracterizó, como vimos al inicio del
capitulo, por una gran liquidez en los mercados financieros mundiales, derivada
del abultado déficit en la cuenta corriente norteamericana y los saldos comerciales
positivos de los países de la OPEP, que ampliaban aún más la magnitud de los
fondos prestables. Mientras tanto, las bajas tasas de crecimiento de los países
desarrollados disminuían la demanda de créditos con fines productivos.
En este contexto, los países subdesarrollados. y especialmente América
Latina, comenzaron a jugar un importante rol como tomadores de créditos para
financiar sus déficit comerciales (en muchos casos incrementados por el efecto de
los nuevos precios del petróleo), cubrir su necesidad de recursos para proseguir
con las estrategias de industrialización, solventar los gastos del Estado o desarro
llar nuevas estrategias en materia financiera. Los grandes bancos se encontraban
particularmente interesados en estos nuevos tomadores de crédito, porque asi
podían compensar la reducción de las colocaciones en los países desarrollados y
expandir geográficamente sus negocios, favorecidos además por la posibilidad de
cobrar intereses variables y, dado el mayor riesgo que entrañaban los nuevos
tomadores, imponer tasas más altas, con las cuales se creía posible evitar el riesgo
crediticio global de la cartera ( ,23).
La política económica aplicada por M a r t ín e z d e H o z creaba en la Argentina una
serie de condiciones que situaban al país en un lugar privilegiado com o receptor
de recursos. La refonna financiera de 1977 liberalizaba por completo los m ovi
mientos de capitales de todo tipo con el exterior, a lo que se le sum aba la profunda
apertura comercial. Por otra parte, los desequilibrios fiscales y comerciales podían
financiarse con recursos externos. Por último, la tasa de interés se situaba en
niveles superiores a los internacionales, estimulando el ingreso de fondos y un
avance de movimientos especulativos. Por eso, los préstamos hacia la Argentina
ocuparon un lugar importante en la cartera de la banca internacional, sólo
superado en América Latina por el Brasil y México.
De acuerdo con lo señalado por A ldo P e k r e k , se pueden identificar dos etapas
en el proceso del endeudamiento argentino. La primera transcurrió entre 1976 y
1979, y tuvo como principal protagonista al sector público. Dadas las dificultades
para el acceso al crédito interno, la necesidad de financiamiento se orientó hacia
la banca internacional. Buena parte de los préstamos se dirigió a la formación de
una importante reserva de divisas, que creció en casi 10.000 millones de dólares
durante el trienio, y que tenía por objeto fortalecer las condiciones para la posterior
implementación de una política de estabilización basada en la utilización del tipo
de cambio como ancla del sistema de precios. La manipulación de las reservas
condujo, según el citado autor, a un negocio formidable para la intermediación
financiera. Para el Estado, en cambio, esa estrategia representó, por los intereses
a pagar, un costo estimado de 500 millones de dólares (12*).
La segunda etapa, entre 1980 y 1981, se relacionó con el nuevo enfoque del
programa económico y los desequilibrios que provocó en diversos renglones del
balance de pagos. La apertura comercial y el retraso cambiario incrementaron la
demanda de importaciones, los viajes turísticos al exterior (cuya nota pintoresca
era dada por los safaris que realizaba en Africa el ministro de Econom ía) y la
remisión de utilidades y regalías por el capital y la tecnología foráneos, provocando
un déficit comercial y de la cuenta corriente. Se inició también un crecimiento
acelerado del endeudamiento del empresariado, que podía responder en algunos
casos a las necesidades de la actividad productiva, pero que generalmente fue
contrapartida de la especulación o de fuga de capitales. Además, se produjo un
(127) A. (1983), pág. 205. Cf. también C a lc a o iio , A. (1985); Scm varz er, J. (1998);
Ferre r,
Todo lo que usted quiso saber sobre la deuda externa y siem pre le
O lm os, A le ja n d r o ,
ocultaron. Buenos Aires, 1995; Mim sruru, Naum, "La deuda externa, factor fundamental en la
reestructuración de la economía argentina", en B a r s k y , O s v a ld o y Boceo, A rm ald o (eds.),
Respuesta a Martínez de Hoz. Buenos Aires, 1991; y cl fallo judicial del juez B a lle s t e r o s ,
Buenos Aires, 2000.
y depositaba en un banco extranjero, y se obtenía un nuevo crédito en dólares de
ese banco con la garantía del depósito; y asi se repetía la operación". El otro
m ecanism o importante fue el del seguro de cambio, establecido por el Banco
Central en junio de 1981, cubriendo el repago de créditos externos privados de
hasta dieciocho meses: "no obstante la prima del 2 % mensual que debía pagarse
y la fórmula de indexación aplicada, este seguro significó un subsidio que fue
ampliamente utilizado por el sector privado, incluso mediante la práctica del
autopréstamo" ( 128).
En ese punto se encuentra también la profunda diferencia que separa el
endeudamiento argentino de otras experiencias como la del Brasil. Mientras en
este país el recurso de endeudarse con el exterior respondió a la estrategia de
com pletarsu proceso de industrialización, avanzando hacia un estadio mucho más
com plejo y con mayor dem anda de inversiones de capital y de fuentes de
financiamiento, en la Argentina fue utilizado para solventar la especulación, la fuga
de capitales, la compra de armamento y la demanda de consumo, con un altísimo
costo en materia productiva, ya que la política para la atracción de capitales
imponía una desprotección absoluta a las actividades productivas internas y un
costo por la vía del incremento de las tasas de interés imposible de solventar. De
allí que mientras muchos paises, como el Brasil, entendían al endeudamiento
fundamentalmente como una forma de resolver sus problemas productivos (sin
importar la evaluación que pueda hacerse e.v post de esa estrategia y desús formas
de implementación), la Argentina se endeudó para destruir su aparato productivo,
hipotecando su econom ía y arrasando la base productiva que podía contribuir a
levantar posteriormente esa hipoteca.
7 ,5 ,5 . La c u estió n fiscal
Por medio de las políticas de ingresos analizadas se logró captar una mayor
cantidad de recursos, que se conjugó con una importante masa de créditos internos
y externos, permitiendo reducir inicialmente el déficit fiscal, que en 1977 equivalía
a un tercio del registrado cn 1975. Sin embargo, los fundamentos de esa reducción
eran débiles y desde 1980 se produjo una inflexión en su comportamiento. Ya en
1981, el déficit fiscal había superado la magnitud de 1975 y se mantuvo en un nivel
similar hasta el final de la dictadura, lo que puede considerarse un rotundo fracaso,
tomando en cuenta la importancia que las autoridades económicas le asignaban al
equilibrio presupuestario. Desde otro punto de vista, sin embargo, el fracaso puede
juzgarse de manera aún más dura, ya que los desequilibrios no se originaban cn una
política de mejoría de las condiciones sociales de la población, o en una ampliación
de la infraestructura y en un incremento del capital humano que permitieran una
futura expansión dc la producción y un salto en el desarrollo económico del pais, sino
en el aliento y el subsidio a la especulación financiera que, a largo plazo, implicarían
una pesada hipoteca y un deterioro de las condiciones de vida de la población.
A lo largo del capitulo hemos mostrado cómo los sucesivos planes, adem ás
de su devastador efecto sobre la estructura productiva, reflejaban una fragilidad
asombrosa desde el punto de vista técnico y amplificaban cada vez más los
profundos desequilibrios macroeconómicos. Su perdurabilidad se debía al fuerte
apoyo recibido por la conducción desde el plano político-castrense y de los
principales grupos económicos, así como a un contexto internacional favorable.
Esa suerte de consenso comenzó a desmoronarse en 1980, cuando diversos
acontecimientos trocaron el contexto favorable por otro crecientem ente rispido.
En primer lugar, la cuestión de la sucesión presidencial abría las primeras grietas
en la conducción militar y permitía el surgimiento de tímidos cuestionam ientos
hacia la politica seguida hasta entonces, en el marco de una creciente lucha interna
por el poder. Pero lo que más afectó al programa fue el súbito viraje del contexto
internacional por los nuevos lincamientos económicos impulsados por los EE.UU.,
que provocaron una fuerte alza en las tasas de interés, alterando radicalmente los
mercados financieros mundiales; el crédito internacional se tornó, entonces, caro
y escaso. La importancia de los flujos financieros para la Argentina era capital,
debido al incipiente déficit comercial y al saldo negativo de la cuenta corriente,
sobre la que comenzaron a pesar cada vez más los pagos de intereses de la deuda
contraida en los últimosaños, multiplicados ahora porel alza de las tasas de interés
internacionales.
Fuente. CEPAL.
Gráfico 7,6. Evolución de los términos deI intercambio (1970=100).
(135) Cf. Ferhandez, Roque, "La crisis financiera argentina: 1980-1982", en Desarrollo
Económico. N° 89, Buenos Aires, 1983.
(136) FIEL, El control de cambios en la Argentina. Buenos Aires, 1989, pág. 107.
(137) Página/12. 8/12/1991.
(138) Cf. Feldmam, Ernesto V., "La crisis financiera argentina: 1980-1982. Algunos
comentarios", en Desarrollo Económico, N° 91, Buenos Aires, 1983.
de un año para tomar créditos en el exterior, anulando la única medida de control
de los movimientos de divisas aún vigente. Estas medidas trataban de restituir la
confianza de los operadores, pero incrementaban la volatilidad del sistema en un
momento particularmente riesgoso.
Mientras crecía la incertidumbre, el equipo económico que se preparaba para
reemplazar a Maktimez de H oz luego del cambio de gobierno no daba pistas sobre
su futura politica para encarar la delicada coyuntura. La incógnita comenzó a
revelarse cuando en febrero de 1981 la pauta cambiaría se modificó súbitamente
con una devaluación del 10 % y un esquema de devaluaciones posteriores del
3 % mensual hasta agosto, justificadas por un pedido de las próximas autoridades.
El paso desnudaba la intención del equipo entrante, pero era simultáneamente
insuficiente para compensar el retraso cambiario y los graves desequilibrios. Por
lo tanto, el mercado reaccionó acentuando su fuga hacia el dólar, disminuyendo
drásticamente el nivel de depósitos y las reservas oficiales, mientras la tasa de
interés llegaba a niveles exorbitantes (ver gráfico 7,3). Dado el régimen de garantía
de depósitos, el gobierno tuvo que asistir a los bancos que sufrían la corrida de
depósitos, lo cual estimuló la emisión de moneda por un monto de 1 1,8 billones
de pesos, cifra equivalente a la emisión por todos los demás conceptos en 1980.
Con esa actitud, se avivaba aún más la inflación, cuyo combate había sido el
objetivo central declarado del gobierno desde su asunción ('*').
7 ,6 . P O B L A C IO N Y C O N D IC IO N E S D E V ID A
Participación porcentual
Percentiles del ingreso
del ingreso
1953 1961 1980
1-40 18.1 17,3 14.5
41-70 21,9 21,2 19.0
71-90 22,9 22,5 22.5
91-100 37,1 39,0 44,0
Nota: Los percentiles de ingreso indican de
menor a mayor los ingresos de ia población
desde los más pobres (1-40) hasta los más
ricos (91-100).
Fuente: T o r r a d o , S u sa n a , Estructura social de
la Argentina: 1945-1983, Buenos Aires, 1992.
(150) Cf. Ostiguy. Pierrc y Arnstromg, Warwick, La evolución del consumo alimenticio en
la Argentina (1974-1984). Buenos Aires, 1987.
(151) Torrado, 5. (1992), págs. 528 y 329.
función del primer principio, intentó transferir al sector privado las prestaciones
sociales para los trabajadores asalariados y reservó al sector público la asistencia
a estratos sociales en situación "crítica"; de ahí la introducción del arancelamiento
en los hospitales públicos, del que fueron exceptuados quienes podían justificar
su condición de pobreza. También se fijó un tope máximo de ingresos para el
acceso a la propiedad de viviendas construidas por el Estado. En cuanto a los
propósitos de descentralización, se concretó la transferencia de escuelas y
hospitales nacionales hacia las jurisdicciones locales. Como consecuencia, no
sólo disminuyó el gasto social del gobierno nacional (en educación, salud y
vivienda) cn relación con el PBI, sino también su participación en el presupuesto
nacional, agudizando una tendencia negativa iniciada en la década del '60.
La caída relativa del gasto social —junto al aumento de la regresividad del
sistema impositivo— tuvo un efecto negativo sobre la redistribución de ingresos.
El gasto público social por habitante se redujo en aproximadamente un 14 % entre
1977 y 1982, afectando más al gasto en educación que a los destinados a salud
y vivienda. El deterioro de los servicios públicos sociales, en relación con las
necesidades emergentes, determinó que fueran los sectores sociales de menores
ingresos los más perjudicados.
El sistema previsional no pudo escapar a la crisis que afectó en forma
generalizada a la seguridad social. Los haberes jubilatorios, a valores constantes,
experimentaron una caída a partir de 1955, y tras una recuperación entre 1965 y
1970, volvieron a caer bruscamente en 1972, sin que recuperaran sustancialmente
sus niveles en años posteriores. Un comportamiento parecido se constató en la
relación entre la jubilación media y las remuneraciones de los asalariados activos:
la baja del coeficiente a partir de 1955 se intensifica cn 1972 y muestra una
tendencia declinante en los últimos años del gobierno militar ( 152).
Esta tendencia se verificó a contrapelo de la propia legislación previsional y
tuvo com o consecuencia la acumulación de juicios contra el Estado en reclamo de
una correcta liquidación de las prestaciones. Por otra parte, a partir de 1980 el
gobierno eliminó la contribución empresaria al sistema previsional por lo que el
Estado debió incrementar la provisión de fondos para poder sufragar los pagos de
las jubilaciones. Como estos fondos se originaban básicamente en impuestos al
consumo, el sistema pasó a ser financiado por los asalariados (por encima del
monto de sus contribuciones directas) y, en forma parcial, por la población de
bajos ingresos que siendo consumidora no goza del derecho a la jubilación. De
esta manera, la financiación del sistema operó regresivamente en la distribución
del ingreso. Finalmente, la evasión del depósito de contribuciones y aportes por
parte de los empresarios, la disminución de los salarios nominales y la prolifera
ción del em pleo precario concurrieron a la desfinanciación del sistema previsional.
N
100.0 100.0 100,0 100.0 100,0 100,0 100,0 100,0
■S
96.5 103,8 101,3 95.3 97.6 96.6 88,5 104,9
* fSi N
93.6 100,4 99.5 94.1 99.1 65.0 57,0 163.7
r )N
98,9 94.3 98.9 100,0 104.9 64.1 62,8 167,2
( fN
88.1 85.1 88.6 99.4 104.1 63.2 66.4 155.8
i sCc O
102.0 83.3 89.7 113.7 107,7 72.2 77,7 157,6
O o> co o in tf>
99.7 76,8 81.9 121.7 106.6 80,4 96.2 134.9
102,4
r*».
83.8 67.2 68.8 121.8 72.2 83.2 149,8
o oCoO» C
83,0 63.6 66,1 125,6 103.9 65,9 61.5 212,4
0 0 > C 5 0 0 C \ JC \ JC \ JC O C O
- cOj rO)
0 ) 0 ) 0) 0 ) 0) 0 ) 0>0 ) c j 0)
co co
o ’ c\í c\í lo co c\j cr> r r o r*'-
90,4 65.7 69,6 129.9 105.9 82.7 81,4 169,0
De cara al futuro, el panorama no sólo se encontraba ensombrecido por la
recesión, sino que también reflejaba un impacto negativo en la inversión. Luego
de un impulso en 1977, la inversión bruta interna comenzó un camino descendente,
marcando una ruptura con respecto a lo ocurrido a partir de la posguerra, cuando
la contracción de esta variable había sido la excepción y no la regla. La
"racionalización" de los gastos del Estado tuvo en ello una gran influencia, ya que
los mayores recortes se realizaron en las inversiones públicas. Tomando en cuenta
el poder inductor de la inversión pública sobre la privada, ese factor tenía
incidencia sobre la inversión total por una mera disminución de uno de sus
componentes, pero también por el debilitamiento que provocaba sobre las
inversiones privadas. Por otra parte, la mayor lentitud en la mejora de la
infraestructura ampliaba la brecha en la co m p e tiv id a d sistémica del sector
industrial frente a los países más desarrollados. Fio obstante, el desalentador
marco general en el que se desenvolvió la industria a partir de 1978 parece haber
tenido una incidencia mayor sobre la inversión privada que la falta de empuje
desde el sector público.
co o lo r^
r- CO •- O N »-
mmcDNNTrcoíDCMtD
STTfMlftOCDWcnOW
ip q c o q fO o c o iü n N
Tj- T- r— có r—•rTy—cyj
§ ??S2
t— CO *— ■
*— tO
0
iCnO)O
t oC^0 c^v0i)0
n )C
w iDoStM
o o ^3
rTTj-CMCOCOCO-^r^CO
cj(O Ocvjinsiocoo)io
(D O íD ’- ’-NCDC’OtD’-
CNjoq-^-cocqco^^f.r^cp
u i c\i co •»- *- ■*- uS
CO 05 CO 0 O CVI
t- t- co »- co n m
tn m
So co ■
*— r f O ^
■<í cvj
(M
«-nCTícO’ícgcnco
c\í co csi n q
co ^ co ^ cb ^ tp
OCOQOOLncOOCO’ *TQ}
1 - C O O ’Í ^ O ) S ( M ( Í ) 6 )
CNJQrTCNI^Wr-N(Oq
uScvi ^ c o ^ ^ - ’ c b ^ - ^
lO T f r - N CO
n O) m t- m
CO OJ CO N CO
i |s &
>■ = m 3
<0 & .o af
c „ 5 m >■
o ro<u g <
/)
a . t í . S Í .2
H E £ 2 «
C o—©
O T3’ m
- 2cr-o
<D — -i. «i —
c -e . X . ..c r oj r t
•Ü Op rap o -D to ¿ o
<►—.£a.i=.£-£-sO»—
Los sectores más afectados fueron aquellos que se encontraban en una
posición particularmente vulnerable frente a la competencia externa o eran muy
sensibles a las variaciones de la demanda interna global, como los textiles, la
producción de madera y muebles o las imprentas y editoriales.
Especial atención merece el sector de maquinaria y equipos, ya que su
evolución podia ser un buen indicador de la superación o el agravamiento de los
problemas estructurales mencionados al comienzo. En ese sentido, la contracción
de casi un 20 % entre 1975 y 1983 dejó pocas dudas sobre el cariz de la crisis
industrial, que se relacionaba con diversos factores. En primer lugar, siendo éste
uno de los sectores más nuevos en la estructura industrial argentina, era también
uno de los más débiles, por lo que la apertura indiscriminada lo afectó de manera
singular. En segundo lugar, se trataba de un conjunto de ramas en las que la
influencia del entorno tecnológico general ejercía una influencia fundamental
sobre la competitividad. Com o hemos visto, ese entorno se habia plasmado de
manera muy parcial e incompleta en las décadas pasadas, colocando a la
producción de maquinarias y equipos locales en una clara desventaja frente a las
importaciones provenientes de los países desarrollados. En tercer lugar, el
debilitamiento de la tasa de inversión las colocaba en una posición expuesta a una
reducción muy significativa de la demanda.
Porcentaje
Año Importado Nacional
de imp.
1974 163,8 627.5 20,7
1975 188.5 552,0 25,5
1976 168,1 611,1 21,6
1977 351,0 744,3 32,0
1978 294.8 543.2 35.2
1979 388.5 607.9 39,0
1980 563,3 555,3 50,4
1981 492,7 350.9 58.4
1982 237,7 301,9 44,1
1983 181.4 391,2 31.7
Fuente: V it e l l i . G u il l e r m o , Las lógicas de la
econom ía argentina. Inflación y crecimiento, Bue
nos Aires, 1990.
I/) Ifi r- s «o vn
co co cvj co co
CO T- CD (O CO CO O )
CNJ CO CO CO N
n r- in O) (O m
i r a> (O n s co
f*.* C\i -r¿ rr
(D CO O N O)
CVI O CO CO ^T
O) co co co n co
CO CNJ O O ) n »- (O
CO CO f^- U"3 o co co
h*.‘ c\i ^ i/S
O O CO CM O ’f
O ) CO N CD CO O ) CO
o ’ t co »n co > co
r*-' c\¡ *—
* t-' in
C\J CD cvj O
05 r t N O CO
O sCO O
m O
O) co co co co o
"T lO N co
O)
CO n N cq CO K co
co c\i ^ iri
C\l T- O) in o N
co ^ s o CO O) co
O) T- lO CO CO N CM
lO c\i *— LO
I </» g 1 ™
to 3 — °
ro T3 5 >* "O
, w o ” ’T <S £
l- E S 5 £ §>
oj toá iS § <0
5 —3 B o o
O OO U. X h-
Desde cl punto de vista sectorial, los dos rubros casi excluyentes en la
generación de un mayor volumen de producción fueron los cereales y las
oleaginosas. En el caso de los cereales, empero, el mayor salto se produjo a partir
de la campaña 1980-1981, com o puede verse en el cuadro precedente. Ese súbito
impulso se debió a la particular coyuntura política internacional creada por el
bloqueo norteamericano a la URSS, que comenzó a demandar cereales a
abastecedores sustitutos, encontrando en la Argentina a su nuevo proveedor
principal.
Distinto es el caso de la producción de oleaginosas, entre las que se destaca
la soja, que venía consolidando un avance notable desde casi una década atrás.
En este subsector, ese crecimiento se aceleró todavía más y dio paso a la
consolidación de un complejo agroindustríal dedicado a la producción y exporta
ción de aceites vegetales, que se transformó en uno de los sectores productivos
más dinámicos en los años siguientes.
Mientras tanto, el sector ganadero registró una declinación, sobre todo a partir
de 1978. Se inició un proceso de liquidación de vientres que, entre 1977 y 1982
alcanzó cerca de 8 millones de cabezas. A esto se le sumó la venta de carnes
subsidiadas de la Comunidad Económ ica Europea, que redujo el mercado y la
rentabilidad para las carnes argentinas. Por otra parte, el retraso cambiarío
afectaba los ingresos por exportaciones, mientras que la disminución del salario
contraía la demanda interna de carnes. Finalmente, el gobierno siguió una politica
ganadera errática, con una ley de carnes mucho menos ambiciosa que lo
inicialmente anunciado ( ,0G). Hubo también una diversificación de mercados,
como el ya m encionado caso de la URSS, que llegó a absorber a principios de los
'80 el 25 % de las exportaciones, y países de Medio Oriente, Africa y Asía ( IC7).
No obstante, y a pesar del crecimiento de la producción, el sector agrícola
tam bién se vio alcanzado por la evolución de las principales variables
macroeconómicas. Con algunas oscilaciones, los precios relativos mejoraron con
respecto a 1975. pero debe tenerse en cuenta que ese año habían sido particular
mente bajos. Tomando un período más largo, entre 1976 y 1983, no se llegó a
alcanzar cn ningún momento precios relativos similares a los vigentes entre 1970
y 1974. Aun así, como se observa en el cuadro siguiente, el mayor volumen
producido y comercializado, asi como la compresión de costos por la eliminación
de retenciones y el deterioro de las condiciones de trabajo en el campo, permitió
incrementar el ahorro.
C u a d r o 7,32. E v o lu c ió n d e l e x c e d e n te fin a n c ie r o
a g r o p e c u a r io (e n m illo n e s d e p e s o s d e 1970).
NEolibERAÜSMO (1 985-1 9 9 9 )
J o r g e L u is B o r g es
Hay un rumor
que no quiere parar
son los milagros
que ya no sucederán
Sobre una extensa cadena vencida
andan los mundos a la deriva
Y alguien rompió los acuerdos
comprendió que se lastimó
sin haber amado aún
alguna vez.
J ulio H. G. O livera
8,1. L A PO S G U E R R A FR IA Y L A GLOBALIZACION
Cuadro 8,1. Comparación entre los tres grandes bloques económicos mundiales.
1 País 1982 1983 1984 1985 1986 1987 1988 1989 1990 1991
Argentina 209,7 433,7 688,0 385,4 81,9 174,8 387,7 4.923.6 1.343,9 84,0
Brasil 97,9 179.2 209.1 239,0 53,2 394.7 992.7 1.861,6 1.584.6 475.8
Chile 20.7 23,6 23.2 26,2 17,4 21.4 12,7 21,5 27,3 18.7
Colombia 24.1 16.5 18.4 22,4 21,0 24,0 28,2 26,1 32,4 26.8
México 98,8 80.8 59.2 63,7 105,7 159.2 51.7 19.7 29.9 18,8
Perú 72,9 125,1 111,5 158,3 62,9 114,5 1.722,6 2.775,3 7.649,6 139.2
Venezuela 7,3 7,0 18,3 7.3 12,7 40.3 35,5 81,0 38,5 31,0
Fuente: B uim er -Thomas, V. The Economic History o í Latin America since Independence,
Cambridge, 1994.
Cuadro 8,3. Porcentaje anual de inflación de los principales países de América Lalina
(precios al consumidor).
El rechazo del Brasil al plan de ajuste del FMI influyó en la idea de apoyar
nuevos procesos de renegociación, con fórmulas de reducción de deuda en lugar
de créditos nuevos como planteaba el Plan Baker. Fue asi como, en marzo de
1989, el nuevo secretarlo del Tesoro de los Estados Unidos, N icholas B rady ,
propuso que los países que habían puesto en práctica planes de ajuste, recibieran
(8) WnRTti, N ico lás , Histoirc cíe l'Union Soviétiquc, París, 1992, págs. 513-529.
hasta el punto de admitir que había perdido el control sobre la situación financiera;
problema que el mismo G orbachov consideró como el error más grave cometido
durante los años de la perestroika in).
A este crítico panorama se agregaron otros hechos, como la ocupación de
Afganistán (el llamado "Vietnam soviético"), que absorbió enormes gastos a la
administración moscovita; el peor desastre nuclear de la historia ocurrido en abril
de 1986 en el complejo energético ucraniano de Chernobil, y un desolador
terremoto que azotó Armenia en diciembre de 1988 y requirió un programa
especial y fondos de emergencia. Finalmente, la caída de los precios del petróleo
y los escasos rendimientos de las cosechas de cereales de 1988 y 1989
profundizaron la crisis económica y aumentaron el ya manifiesto descontento de
la población ( l0).
El resto de las naciones de Europa del Este, aunque con diferencia de matices,
debió soportar inconvenientes similares a los de la URSS. Estos países, bajo el
impulso de una mayor apertura hacia Occidente, habían intentado cubrir su
desfase tecnológico y enderezar la situación crítica de sus economías a través del
endeudamiento externo. Incurrieron, entonces, en lo que se dio en llamar el "mal
polaco", consistente en la incapacidad para superar sus problemas de crecimiento
por medio de las importaciones y, como consecuencia de ello, en el cada vez
mayor desequilibrio de sus balanzas de pagos (").
A pesar de los paliativos implementados por sus dirigentes, las economías de
los paises del Este europeo no alcanzaron a recuperarse, y la declinación de los
niveles de vida de sus habitantes fue impulsando un incremento de las tendencias
nacionalistas y preanunciando el fin de los Estados comunistas. En la década del
'80, el primer país en iniciar un camino de reformas fue Polonia, destacándose la
presencia, en el seno mismo de la clase obrera, del sindicato ¡legal Solidaridad,
dirigido por Lecii Walcsa. En esa nación, hacia 1980 el servicio de la deuda externa
absorbía más del 80 % de los ingresos de las exportaciones, mientras que el
proceso inflacionario se tornaba incontenible. La llegada del Oral. Jaruzelski al
poder, encabezando un Consejo Militar de Salvación nacional, iba a significar el
principio del fin del régimen comunista. En 1989, Solidaridad fue legalizado, se
realizaron elecciones libres y, un año después, W alcsa resultó elegido presidente.
Por su parte, en 1988, en Hungría, el Partido Comunista expulsó de sus filas
a quien habia sido su líder durante 30 años, J a m o s K a d a r , en medio de un gran
descontento social. Dos años más tarde, luego de una corriente de medidas
liberalizadoras, llegaría al poder un gobierno de centro-derecha.
Pero fue en Alemania Oriental donde se produjo el episodio más saliente de
este proceso, con el derrumbe del muro de Berlín, símbolo de la Querrá Fría, por
(14) Cf. M c L ujian , M akshall y F io re , Qtxririn, lMar and Peace in the Global Village, Hueva
York, 1969. Son revistas académicas vinculadas al mundo de los negocios o a la administra
ción — como la tlan'ard Business Rcview— o autores de esa disciplina — como O hmae, K e íiic iii ,
Triad Power: tlic Corning Shape of Global Compctition, nueva York, 1985— los que
popularizaron en los años '80 el nuevo sentido del concepto de globalización.
(15) G uillem R o m o , H é c t o r , "La globalización del Consenso de Washinaton", en Comercio
Exterior, N- 2, México, febrero de 2000, pág. 128 ; F e r r e r , A., Historia de la globalización...
(1996); R a t o po r t , M., "La globalización..." (1997).
(16) Tlie Economist, 18/10/1997.
De todos modos, desde la década de 1980 se fue gestando una economía
mundial sustentada en los movimientos especulativos de capital, produciéndose
una profunda disociación entre el conjunto de valores negociados en los mercados
de "derivados", basados en operaciones a futuro, y el proceso productivo, y
algunos autores ya advertían desde los inicios de este proceso que esas operatorias
constituían una "economía virtual" o "economía casino', con serios riesgos de
inestabilidad financiera para el mercado mundial (l7). La constitución de este
mercado financiero internacional aceleró el proceso de acumulación y concentra
ción de capital beneficiando a aquellos países, corporaciones y redes financieras
transnacionales que tenían condiciones para trasladar rápidamente sus capitales
de acuerdo con su propia lógica de acumulación. Esto fue aún más visible en los
países receptores de ese capital, para quienes la inestabilidad y volatilidad estaban
lejos de constituir un factor de crecimiento económico y desarrollo social C8).
También, a través de los llamados "paraísos fiscales", el lavado del dinero
vinculado al narcotráfico y diversos tipos de operaciones ¡legales, con la participa
ción de gobiernos, empresas y mafias de diverso tipo, la especulación y la
denominada "criminalidad financiera" fueron ganado terreno (l0).
"La inestabilidad financiera —señalaba una publicación económica europea— ha
engendrado un ' riesgo sistémico •creciente. Por -riesgo sistcmico ' se entiende un riesgo
de inestabilidad global que resulta de una disfunción en los sistemas bancarios y
financieros, cuando la interacción de los comportamientos individuales, lejos de
resultar en ajustamientos correctores, agrava los desequilibrios" (20). La aparición de los
llamados "mercados emergentes" reforzó este proceso, lo que se expresó en las crisis
económicas sistémicas que, desde las dos crisis mexicanas, en 1982 y 1995, hasta la
que derrumbó la economía de numerosos países del sudeste asiático, en 1997,
comenzaron en países periféricos e hicieron temblar los mercados mundiales (2I).
Según una institución bancaría internacional, las transacciones diarias sobre
el mercado de cambios llegaban a representar, a fines del siglo XX, cincuenta veces
el monto de los intercambios de bienes y servicios, cuando en los años '20 esta
relación era sólo de dos veces, creando una situación de inestabilidad estructural
que ponía al mundo en una situación de riesgos imprevisibles. £n las últimas
décadas del siglo, mientras que los flujos comerciales y el PBI de los países de
(34) Cf. Heredia , E dmundo A., "La región en la globalización y en la historia de las relaciones
internacionales latinoamericanas", en Ciclos en la historia, la economía y la sociedad, N* 12,
primer semestre de 1997.
(35) PMUD, lluman DevelopmcrU ñeport, riueva York. 1992, pág. 35; A doa, J acques, La
mondialísation de l'économie, 2. Problémes, París. 1996, págs. 44-51.
'60 y del '70 {“ ). Como señala un autor, en los años '90 la pobreza conservó en
los países latinoamericanos los estigmas de una sociedad subdesarrollada y
adquirió los de una sociedad moderna, debido a la insuficiencia de los empleos
creados y a la fragilidad del crecimiento, que se tradujo en crisis y recesiones (37).
Igualmente, con el fin del Estado de Bienestar creció también la pobreza y se
acentuó la concentración regresiva del ingreso en los paises desarrollados. Muchos
de ellos abandonaron las políticas de pleno empleo, redujeron recursos financie
ros destinados a los más pobres y desmantelaron redes de protección social. En
algunos, como los EE.UU., se incrementó la brecha de ingresos entre la quinta parte
menos favorecida de la población y la quinta parte de los más ricos y, aunque el
crecimiento de la productividad media alcanzó un 3 0 % . los salarios disminuyeron
un 13 % . Afinando aún más el análisis, autores de ese país señalan que, mientras
los cuatro quintiles inferiores de la fuerza laboral full-time disminuyeron fuerte
mente sus salarios reales entre un 10 y un 2 3 % en el periodo ] 973-1992, el quintil
superior los aumentó en un 10 % (M). Esto es loque ha permitido que en la sociedad
norteamericana hubiera casi pleno empleo en las últimas décadas del siglo; pero
en Europa, en cambio, donde los salarios reales no cayeron en igual medida, la
desocupación constituyó la principal manifestación del malestar social. Para el
conjunto de los principales paises europeos esa tasa fue cercana al 10 % en 1998;
encabezando el ranking España con 18,9 % , seguida por Finlandia con el 13,6 % ,
Italia y Francia con el 12 % , y Bélgica con el 8,9 % (J,J).
Cl deterioro de la situación social comenzó a provocar movimientos políticos
particularmente perceptibles en el Viejo Continente, donde a lo largo de la segunda
mitad de la década del '90 se verificó el retorno al poder de partidos socialdemó-
cratas o laboristas (como el de T ony- B i .a ir en Gran Bretaña, Liontx Josnn en Francia,
G ermakd S c m ro c dek en Alemania o M a s s im o D 'A l e m a en Italia), hasta entonces
eclipsados por el avance de los conservadores o democratacristianos. o la
aparición de movimientos nacionalistas de derecha, herederos en muchos casos
del fascismo o del nazismo, como en Francia, Austria e Italia. Sin embargo, los
nuevos gobiernos de una "centroizquierda aggiomada", que pregonaba la bonanza
de una "tercera vía" consistente en un capitalismo más "humanizado", no
supusieron un cambio radical en la orientación de las políticas económicas
neoliberales, en tanto crecían las fuerzas nacionalistas.
(36) Cf. PNUD. Informe sobre desarrollo humano, 1998, México, 1998; Iü i.ls ia s , Enmour,,
Refiections on Economic Development: Towarda Latín American Consensus, BID, Washing
ton DC, 1992; Borom, Atilio, "La sociedad civil después del diluvio neoliberal", en S aber , E mir
y Q k m tiij, P a b lo (comps.). La trama del neoliberalismo, Buenos Aires, 1999.
(37) S a i a n a , P ie rk e , "Las nuevas causas de la pobreza en América Latina", en Ciclos en
la historia, la economía y ¡a sociedad, IT 16, segundo semestre de 1998, págs. 56 y 57.
(38) T iiu k o w , L e s l ie . El futuro del capitalismo, Buenos Aires, 1996, pág. 37, Cf. también,
Rticn, R o iu .h t, El trabajo de las naciones, Buenos Aires, 1993.
(39) Cf. OECD, Indicadores económicos principales, París, 1998.
Lentamente, la reestructuración fue mostrando sus límites y las tensiones que
generaba. La crisis mexicana y el efecto tequila, en 1995, fueron la primera señal
evidente de que el proceso de globalización financiera no estaba exento de
episodios críticos o impactos negativos. 5¡n embargo, la intervención del gobierno
estadounidense, el FMI y otros organismos financieros internacionales lograron
impedir en esa ocasión que la crisis se extendiera a todo el sistema. De especial
importancia fue la intervención de los EE.UU. que, a cambio de políticas de ajuste
sumamente rigurosas, otorgó un préstamo excepcional para sacar al gobierno de
México de sus apuros financieros. En febrero de 1995, el Tesoro de los Estados
Unidos transfirió unos 13.000 millones de dólares al Banco de México para evitar
una suspensión de pagos sobre la deuda externa de corto plazo (40). Gracias a ello,
los flujos internacionales de capitales se expandieron nuevamente en América
Latina y se acrecentaron en los países del Este de Asia, dando la impresión de que
todo retomaba a la normalidad.
Sin embargo, en julio de 1997. Tailandia debió devaluar su moneda y, en un
efecto cascada, arrastró a otros países de la región como Indonesia, Malasia,
Pili pinas. Tai wán y Corea del Sur, repercutiendo sobre todas las bolsas de la región,
especialm ente la de Hong Kong, y también en las de otros países emergentes y
regiones del mundo (*').
La crisis asiática provocó, por otra parte, una notable caída de los precios
industriales, materias primas y productos intermedios, fenómeno que no se veía
desde la Gran Depresión de los años '30 y no tuvo sólo un carácter financiero, sino
también estructural. Obedeció, sobre todo, al hecho de que las economías de
exportación del sudeste asiático se encontraron de pronto, como consecuencia de
las políticas de ajuste practicadas en numerosos países, con una menor demanda,
y a que, por la mayor competitividad en los mercados de algunas economías
desarrolladas, no podían colocar, com oen el pasado, el conjunto de su producción
exportable. Como este exceso de oferta se había financiado con créditos externos
e internos, sobrevinieron devaluaciones en cadena que combinaron la crisis de
sobreproducción con una crisis financiera.
Es cierto, también, que entre las causas de esta situación pueden encontrarse
fenómenos diversos de carácter especulativo o delictivo, como la sobrevaluación
de activos, incluidos los negocios inmobiliarios,- inversiones improductivas; la
concentración de la producción en pocos bienes; un sistema financiero vulnera
ble; y altos índices de corrupción. La crisis tuvo, asimismo, efectos, como veremos
más adelante, en América Latina, sobre todo en el Brasil y la Argentina. Pero,
además, puso de manifiesto las principales falencias de la reestructuración
(40) Cf. M ahichal, C arlos, "La deuda externa: el manejo coactivo en la política financiera
mexicana, 1805-1995", en Ciclos en la historia, la economía y la sociedad. Ms 17, primer
semestre de 1999.
(41) FIDE, ''La crisis asiática en perspectiva', Coyuntura y Desarrollo, M- 236, junio de
1998, págs. 27-38.
productiva de la década del '90 y las dificultades de concentrar las políticas
económicas en una estrategia principalmente exportadora, que se había transfor
mado en el credo del neoliberalismo y encontraba ahora sus límites.
Una nueva caída de las bolsas, iniciada esta vez en Wall Street, en agosto de 1998
y producto de otra burbuja especulativa, terminó afectando sobre todo a Japón, que
se hallaba ya en una profunda crisis. Su gobierno debió admitir la fragilidad de la
economía japonesa y anunció en octubre de ese año un plan de salvataje de los
bancos nipones que costaría 500 billones dólares a las finanzas públicas, es decir,
a los contribuyentes de su país, en una muestra de claro intervencionismo estatal.
También repercutió severamente sobre la situación de Rusia, donde se desplomó el
rublo y se declaró la moratoria unilateral de la deuda externa.
El FMI y el BM intentaron aplacar esas crisis, pero sus medidas resultaron
Insuficientes o agravaron la situación, motivo por el cual pasaron a ser blanco de
fuertes críticas por parte de políticos, economistas y organizaciones privadas (42).
Uno de los economistas más ortodoxos, como J e it r e y S a c h s , sostuvo, por ejemplo,
que el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial se comportaron con
sorprendente arrogancia, aconsejando políticas de ajuste erróneas a los países en
desarrollo, basados en una burocracia que desde la sede de esas organizaciones
Ignora en realidad las verdaderas condiciones económicas o financieras de
aquellos países (43). El ex vicepresidente de Banco Mundial, J oseph S tigi.itz ,
transformado en un critico de esas organizaciones, afirmó, a su vez, que gracias
a las recomendaciones del FMI, la crisis del sudeste asiático resultó más fuerte,
más profunda y más larga de lo que podía suponerse (44).
Pero comenzó, sobre todo, a partir de la repetición y profundidad de las crisis
financieras y económicas mundiales, una ola de protestas públicas contra el tipo
de proceso de globalización impulsado por las organizaciones internacionales,
que tuvo sus primeras expresiones en 1999, en Davos, en la reunión del foro
económico mundial que reúne anualmente a empresarios y políticos, y luego, en
las más amplias manifestaciones de protesta que se realizaron ante la primera
reunión de la Organización Mundial de Comercio, convocada en Seattle, en
noviembre de ese año. Allí se dieron cita con este propósito un heterogéneo
conjunto de organizaciones no gubernamentales de distinto tipo, desde sindicatos
hasta grupos ecologistas, defensores de los derechos humanos o críticos del
predominio irrestricto del mercado o de la plena libertad de los flujos de capitales.
Acciones que se incrementaron en Washington, en la reunión del FMI y el BM,
realizada unos meses más tarde, ya en el nuevo siglo (45).
(47 ) Cf. Hmo, C a r l o s S., "L a política de d e rech o s h u m a n o s en la prim era m itad del perio do
del gobiern o dem o crá tico ", en G arzos V aldes E.; Mol» M, y S pita A. (co m p s.), La n u e v a
d e m o c ra c ia a rg e n tin a ( 1 985- 198G), B u e n o s A ires, 19títí.
Las complicaciones en el frente sindical no tardaron en aparecer. El estanca
miento de la política de concertación entre las fuerzas empresarias y del trabajo
promovida por el gobierno y el creciente aumento del costo de vida impulsaron a
la CGT a realizar el primer paro general de la gestión de A ltonsin. Realizado el 3 de
setiembre, en reclamo de mejoras salariales y de reactivación de la producción,
la huelga afectó principalmente al cinturón industrial del Gran Buenos Aires. El
nuevo ministro de Trabajo, Juan Manuel C a selia , otorgó a la medida un sentido
político partidario (48).
Conforme a lo anticipado por el presidente, la controvertida cuestión del
Beagle se encauzó por carriles pacíficos. A cinco años del veredicto papal, el
gobierno decidió la aceptación de la resolución vaticana. Esta actitud provocó
reacciones desfavorables: la conducción oficial del peronismo, la derecha nacio
nalista y sectores de la izquierda rechazaron la decisión. De inmediato, el Poder
Ejecutivo anunció la realización de una consulta popular no vinculante para
conocer la opinión popular sobre el acuerdo con Chile. El oficialismo acompañado
por los intransigentes, el comunismo, la democracia cristiana, los partidos
provinciales y sectores peronistas encabezados por el gobernador de La Rioja,
C a rlo s Saui. Mknem, se pronunció a favor de la aceptación de la propuesta papal. El
peronismo, el Movimiento al Socialismo y el Partido Obrero postularon la absten
ción, mientras que la derecha se manifestó por el voto negativo. El 25 de
noviembre de 1984, el electorado se pronunció mayoritariamente en favor de la
aceptación de la propuesta de Juan Pablo II. Cuatro días después se firmaban en el
Vaticano los tratados que ponían fin a la cuestión (*9).
Luego de un año en el que no se cumplieron los presagios agoreros sobre la
estabilidad del régimen constitucional, 1985 se presentó como un año difícil. En
marzo, se ratificó la "prisión rigurosa" de los integrantes de las primeras tres Juntas
Militares que gobernaron desde marzo de 1976 y se confirmaron los miembros de
la Cámara Federal encargada de su procesamiento. Los jueces L eón A kslan ian , Jokqe
T o k u s c o , A n d rés D 'A l e s s io , R icardo G il L avedka , J okqe V alekqa A kaoz y G u illerm o L ed esh a
serian los encargados de juzgar a los ex comandantes. El juicio, iniciado en abril,
provocaba reacciones disimiles: en el seno de las Fuerzas Armadas predominaba
el recelo, mientras que las entidades defensoras de los derechos humanos
mantenían sus reservas en cuanto a la efectividad del proceso judicial, rio
obstante, era indudable la expectativa generalizada que tanto a nivel nacional
como internacional, despertaba la realización del juicio. A lo largo del proceso, las
declaraciones de víctimas o familiares de desaparecidos pusieron en evidencia la
magnitud de la represión y sus métodos. La defensa de los ex jefes de las Tuerzas
Armadas argumentó el carácter "político" del juicio, tratando de invalidar su
legitimidad jurídica e intentando demostrar la existencia de una “guerra" en cuyo
(48) Cf. De Riz. L iliama; C avarozzi, Marcelo y F eldmam J orge , "El contexto y los dilem as de la
concertación en la Argentina actual", en Dos S antos, Mario (conip.), C o n c e rta c ió n p o lític o -
s o c ia l y d e m o cra tiza ció n . Buenos Aires, 1987.
(49) Cf. A ltamiramo, Carlos, 'B eag le, dem ocracia y paz", en Debates, B u eno s Aires, 1985.
marco debían justificarse los actos y medidas de las Juntas, finalmente, el 9 de
diciembre, la Cámara dio a conocer su fallo y las sentencias. Dictaminó la
culpabilidad de V id e l a , M a s s e r a , V io l a , L a m isrusch in i, A o o sT iy G a i.t ie r i . Impúsola prisión
perpetua a los dos primeros, sentenció a Viow a 17 años de prisión, a L a m brusch in i
a 8 años, y a A g o st i a 4 años y medio. Los restantes cuatro comandantes fueron
absueltos. Al fundamentar su veredicto, los camaristas señalaron: "Que las
órdenes fueron verbales; que los operativos y las detenciones eran encubiertas;
que las demás fuerzas legales no debían interferir; que las personas aprehendidas
no eran puestas a disposición de la justicia civil ni militar, salvo en contados casos;
que no se debía dar información sobre las detenciones, ni siquiera a los jueces,
y que los apresados permanecían en lugares de detención ubicados en cuarteles
militares o que dependían de ellos”. La moderación del fallo generó opiniones
encontradas. El radicalismo defendió la decisión de la justicia, mientras que desde
la izquierda se cuestionó la levedad de las penas. Si con el juicio se había intentado
cerrar un capítulo sombrío de la historia, el futuro demostraría lo contrario.
A fines de abril de 1985, A l f o h s in reunió a una multitud de la Plaza de Mayo.
Habían circulado rumores de descontento en el frente militar y el presidente
denunció la existencia de amenazas golpistas. La UCR convocó a una movilización
en apoyo del gobierno constitucional. La iniciativa fue acompañada por diversos
sectores políticos entre los que se contaban la renovación peronista y el Partido
Comunista. Los concurrentes aguardaban un discurso presidencial de censura al
golpismo, pero se encontraron con una pragmática invocación a llevar adelante
una "economía de guerra". Algunos de los sectores convocados abandonaron la
Plaza en la mitad del discurso presidencial. De hecho, el presidente preparaba el
marco para el lanzamiento del Plan Austral, pergeñado por el nuevo ministro de
Economía, J uan V ital S o u r r o u ili.e (5,>).
En tanto, la CQT determinó la realización de un plan de lucha. Reclamando
contra el deterioro del salario real y el incremento de la desocupación, el 23 de
mayo realizó un paro y una concentración en la Plaza de Mayo. Durante el acto,
U ualdini contestó al presidente, quien habia motejado de "llorones" a los dirigentes
cegetistas, desatando una polémica en la que menudeó la pirotecnia verbal y a
partir de la c ual el dirigente de la central obrera se fue transformando en el principal
adversario político de A lfom sim .
A principios de noviembre hubo elecciones para la renovación de diputados
nacionales. Los resultados fueron satisfactorios para el oficialismo. Si bien el
porcentaje obtenido por el radicalismo fue inferior al de 1983 (43,3 %), logró
derrotar al justicialismo en la mayoría de las provincias -—incluso en las conside
radas bastiones peronistas— y ganar una banca en la Cámara de Diputados. Por
su parte, el peronismo descendió al 34,5 % de los votos y perdió nueve bancas.
Mientras, se produjeron avances del Partido Intransigente, de O sc a r A l e n d e , y de la
(50) PoRTAMTir.Ko, Ju am C., "L a co n c crta ció n qu e no fue: de la ley Mucci al Plan Austral", en
y P o r ta m tik ro , Ju a m C a r l o s (com ps.), Ensayos s o b re la transición dem ocrática en la
Nuri, J o s é
A rgentina. B u e n o s Aires, 1987, pág. 164.
Unión de Centro Democrático, de Ai.vako Alsogaray: los primeros ganaron tres
bancas y los ucedeistas. una. Las elecciones legislativas parecieron ratificar el éxito
inicial del Plan Austral y la pérdida de sufragios por parte del oficialismo, en un año
complicado para el gobierno, no había alcanzado niveles alarmantes.
El espíritu modernízadordel gobierno se manifestó en la legislación familiar. En
setiembre de 1985, introdujo reformas en el Código Civil en los temas de filiación,
tutela y patria potestad compartida. A mediados del año siguiente, impulsó el debate
sobre la promulgación de una ley de divorcio vincular. Antes que el tema se tratara
en la Cámara de Diputados, importantes sectores de la Iglesia Católica iniciaron una
campaña opositora que culminó, en julio de 1986, con una manifestación en Plaza
de Mayo bajo el lema de "Defensa de la Familia". Los mismos sectores se habían
manifestado críticos por el destape en los medios y por las tendencias laicistas
impulsadas por el gobierno durante el Congreso Pedagógico reunido en abril de ese
año. Sin embargo, la Cámara de Diputados aprobó en agosto el proyecto que incluía
el divorcio vincular por 176 votos afirmativos contra 36 negativos. En el Senado, la
discusión fue trabada por el bloque peronista, pero, finalmente, el proyecto fue
convertido en ley en agosto de 1987. En línea con las nuevas costumbres sociales,
la novel legislación afianzó el cuadro de relaciones democráticas.
Durante 1986, nuevas iniciativas para juzgar a militares comprometidos en la
represión durante la dictadura generaron descontento entre los cuadros de las
Fuerzas Armadas. A lfomsin intentó remediar la situación presentando un proyecto al
Congreso que fijaba un plazo de sesenta días para incoar nuevas acusaciones contra
quienes habían participado de la represión ilegal. Transcurrido ese plazo, sólo
podrían ser juzgados quienes hubieran huido del país o cometido hechos criminales
que afectaran a niños. El proyecto fue cuestionado por el peronismo renovador, los
intransigentes y la Democracia Cristiana. La propia bancada oficialista se dividió ante
la iniciativa del gobierno. Finalmente, el proyecto fue convalidado en ambas Cámaras
conociéndose con el nombre de "Ley de Punto Final" (M).
En los primeros meses de 1987 se multiplicaron los procesos tratando de
adelantarse al vencimiento del plazo establecido por la ley. Las acusaciones
comenzaron a recaer sobre oficialessubalternos, lo que incrementó la disconformidad
de la oficialidad joven. Este sector consideraba que, según el Código de Justicia
Militar, los oficiales superiores eran responsables de los actos de sus subordinados
y afirmaban que los altos mandos no hacían nada para defenderlos de las
acusaciones. El orden jerárquico en el Ejército quedó al borde del colapso. En abril,
un oficial de esa fuerza se negó a comparecer ante la Cámara Federal de Córdoba
y se refugió en una unidad del Tercer Cuerpo de Ejército. PronLo logró la solidaridad
del teniente coronel Aldo Rico, que sublevó a la Escuela de Infantería de Campo de
Mayo: fue el denominado "levantamiento de los 'carapintadaS'" —oficiales naciona
listas y fundamentalistas— durante la Semana Santa. Rico negó que sus intenciones
(51) Cf. F o n ta n a , Andrés, "L a política m ilitar del g obierno co nstitu cio n al argentino", en
M uíi, Jo sé y P o k ta m tie rg , J u a n C a r l o s (com ps.). E n sayos s o b re la tr a n s ic ió n d e m o c rá tic a e n la
A rg e n tin a , Bu en o s Aires, 1987.
fueran golpistas. desafió a sus superiores a que fueran a desalojarlo, pidió una
solución política al problema de los juicios contra los militares y el desplazamiento
del generalato ligado al Proceso de Reorganización Nacional.
La sociedad civil reaccionó contra los sublevados, El 16 de abril, una multitud
respaldó al presidente Alfomsin así como también la principal oposición, encabe
zada por el peronismo renovador. Las manifestaciones populares se repitieron a
lo largo de todo el país y culminaron el 19 de abril con un acto multitudinario en
la Plaza de Mayo. Mientras, los mandos militares no se mostraron dispuestos a
acatar las órdenes de reprimir a los sediciosos, poniendo en evidencia la fragilidad
del control ejercido por el gobierno sobre las Tuerzas Armadas. £1 propio
presidente, en una instancia dramática, debió concurrir a Campo de Mayo a tratar
con los sublevados, tras lo cual anunció a la multitud que la crisis había terminado
con la rendición de los insurrectos.
Sin embargo, lo que pareció un triunfo de la democracia se transformó en una
nueva concesión hacíalos uniformados. Buscando restaurar la disciplina y el orden
jerárquico en el seno del Ejército, el presidente aceptó la renuncia de su jefe de
Estado Mayor y el pase a retiro de catorce generales. Por otra parte, solicitó al
Congreso la aprobación de la Ley de Obediencia Debida. En virtud de esta ley, se
amnistiaba a los oficiales con grado inferior al de coronel, por los delitos cometidos
durante la lucha contra la subversión. La credibilidad del presidente, a partir de
estas decisiones, quedó seriamente dañada.
Las elecciones del 6 de setiembre de 1987 constituyeron un fesí decisivo para
el gobierno. Se elegían legisladores y gobernadores. El peronismo renovador
triunfó en la provincia de Buenos Aires, consagrando la fórmula Antonio Cafiero-Luis
Maca™. El triunfo peronista abarcó a otras dieciséis provincias, mientras que la UCR
sólo ganó en dos provincias: Córdoba y Rio negro. Por otra parte, el radicalismo
perdió la mayoría en la Cámara de Diputados. El gobierno radical, descalificado por
el voto popular, comenzó a perder el rumbo (s2).
Muevos episodios pusieron a prueba la solidez del gobierno constitucional. En
enero de 1988, Rico—que había huido del lugar donde estaba detenido— sublevó
tropas en Monte Caseros (Corrientes). El jefe de los "carapintadas" reclamaba la
reivindicación de los militares. En este caso, tras un breve enfrentamiento con las
tropas leales enviadas por el nuevo jefe de Estado Mayor del Ejército, general Dante
Cariim, la sublevación fue sofocada, y su jefe, encarcelado. A principios de 1988,
el coronel Moiiamed Ali Sr.inELnin, considerado el mentor ideológico de los
"carapintadas", provocó un amotinamiento en la Escuela de Infantería de Campo
de Mayo. La revuelta se desplazó a Villa Martelli (provincia de Buenos Aires).
S kimeloid reclamó una amplia amnistía, planteó la necesidad de mejoras presupues
tarias y desconoció la autoridad de Caridi. Los sublevados, cercados por las fuerzas
(52) McA dan, AnDKr.w; Su iw , V íctor y Katiz, C laudio, Raúl Alfonsin. La democracia a pesar
de todo, Buenos Aires, 1999, pág. 177.
le ales al gobierno, d ep usiero n su actitu d y fueron d eten id o s (53). Una vez m ás, el
episo dio tu vo un am b ig u o d esen lace ; el general Caridi, en carg ad o d e re d u cir a los
rebeld es, pasó a retiro, y fue reem p laz ad o p or el general Francisco Gassino.
(53) AAVV, "L a reb elión fu ndam entalista", en E l P e rio d is ta , N 2 2 20 , del 9 al 15 <le
diciem bre de 1988.
(54) La da ció n (1997), pág. 308.
Pero aún faltaban varios meses para la entrega del mando presidencial. Las
autoridades electas no estaban dispuestas a cooperar para aliviar la crisis
económica y social, para no pagar los costos políticos de manera anticipada. En
consecuencia, A ltomsim decidió el 12 de junio precipitar su abandono del cargo, y
presentó la renuncia. Posteriormente se acordó que el mandatario electo asumiera
el mes siguiente. De esta manera, el período presidencial que debía prolongarse
hasta el 10 de diciembre de 1989 quedó inesperadamente acortado.
El gobierno radical, desde sus comienzos, decidió fijarsus políticas, con el aval
del Parlamento, sin necesidad de acordarlas con ningún sector de interés. Dentro
de su concepción, en un sistema democrático correspondía al partido triunfante
en las elecciones la definición de las orientaciones generales del Estado. En este
sentido, el gobierno otorgó un bajo reconocimiento al carácter democrático del
(58) üAireRiri D o h cm i, Tuuo, La larga agonía de la Argentina peronista. Buenos Aires. 1994,
págs. 124-132.
resto de los actores políticos y descartó la posibilidad de consensuar las políticas
gubernamentales, En consecuencia, el Parlamento se transformó en el escenario
estratégico para que los partidos mayoritarios negociaran sus conflictos. Por otra
parte, todo compromiso con las organizaciones sectoriales era interpretado como
una expresión del corporativismo, considerado una patología social. Esta oposi
ción a cualquier tipo de acuerdos o pactos, por un lado, sobrestimaba la capacidad
decisional del gobierno y, por el otro, subestimaba el peso del sistema de
representación corporativa en la Argentina. Aunque las corporaciones estaban
sumidas en una profunda crisis aún conservaban, a diferencia de los partidos, gran
parte de su capacidad para pactar y presionar sobre el Estado. En estas condicio
nes, la perspectiva gubernamental abría el incierto camino a la confrontación (53).
La reticencia gubernamental a cualquier tipo de concertación mostró sus
limitaciones hacia 1984. La confrontación iniciada con los gremios obreros resultó
un fracaso; el proyecto del Tercer Movimiento Histórico —chocando con la estructura
bipartidista emergente de las elecciones— perturbó las posibilidades de un acuerdo
con el peronismo, y el fracaso de la política económica derivó en la fuga de capitales
y en tendencias liiperinflacionarias que ponían en evidencia que la capacidad
decisional del gobierno estaba siendo desbordada por sectores locales e internacio
nales que concentraban el podereconómico real. En consecuencia, algunos sectores
del gobierno radical, buscando inversiones productivas, fueron tejiendo una relación
privilegiada con el Grupo María. Este nucleamiento paracorporativo, identificado
públicamente como "los capitanes de la industria", estaba integrado por conglome
rados diversificados nacionales, fortalecidos y beneficiados durante la dictadura
militar, que incluían a las empresas industriales más grandes del sector privado entre
las cuales se encontraban las que lideraban las principales ramas de la industria y,
en especial, las altamente concentradas, que podian tener o no una inserción
importante en el sector financiero. Los "capitanes" buscaban fortalecer la industria
lización y el mercado interno, y obtener, por parte del gobierno, políticas concretas
an beneficio de sus sectores de interés (6< >).
(59) O ssoriA, J . (1992), pág. 13. En el punto 8,4 nos referim os a la "ren ovació n peronista”
Sin embargo, e! lanzamiento del Plan Austral no fue acordado con ningún
grupo de interés. Un día antes del anuncio del Plan, S o u r r o u iu e informó a buena
parte del Grupo María sus lincamientos centrales que contemplaban parte de las
propuestas de "los capitanes". Desde entonces, el ministro C anuto incentivó las
relaciones con el Grupo que participó de reuniones periódicas con funcionarios de
primer nivel, acompañó al presidente en sus giras al exterior y cumplió tareas de
asesoramiento y apoyo político-económico. Mientras, los éxitos iniciales del Plan
se tradujeron en la victoria radical en las elecciones de diputados en noviembre
de 1985, en el impulso a la constitución del Tercer Movimiento Histórico y en un
cambio de la estrategia gubernamental referida a la concertación y a la relación con
los actores sociales.
El relacionamiento impulsado por el gobierno hizo eje sobre dos propuestas.
Por un lado, la constitución de una "Conferencia Económica Social" (CES)
integrada por funcionarios del gobierno y por representantes de los grupos
económicos más poderosos con el objetivo de planificar las políticas económicas,
particularmente las de desarrollo industrial. Por otro lado, la intención del
Ejecutivo era privilegiar el diálogo con representantes del movimiento obrero y con
los empresarios industriales de la U1A. Sin embargo, los avances en esta etapa de
concertación no fueron significativos. Si bien las organizaciones empresariales
mantuvieron su apoyo al Plan Austral, demandaban un gradual descongelamiento
de los precios, una menor carga impositiva y la reducción de las tasas de interés.
Por otra parte, las medidas económicas de mediano plazo que procuraban ampliar
el papel exportador de la industria y mejorar su competitividad internacional, no
contaban con la aceptación de los empresarios industriales: la UIA consideraba
deseable la apertura económica, pero siempre que se realizara de manera de
permitir la reconversión gradual de la industria y que el gobierno corrigiera su
estructura de costos.
Durante la segunda etapa del Plan el gobierno buscó una ampliación del
consenso. A partir de febrero de 1986, planteó el descongelamiento y la
flexibilización de los controles junto con el anuncio de privatizaciones y fomento
a las exportaciones industriales. Para ello intentó reactivar la CES y llamó a
paritarias para acordar aumentos salariales dentro de los limites fijados por el
Ministerio de Economía. Las reacciones de los empresarios fueron disímiles: las
asociaciones industriales apoyaron el intento de abandonar el congelamiento y
siguieron respaldando al Plan; las organizaciones del sector agropecuario — que
cuestionaban la influencia industrialista en el gobierno— iniciaron un conjunto de
presiones sobre la conducción económica. La caída de los precios internacionales
de los granos y el abrupto deterioro de los términos de intercambio provocaron una
situación crítica para los productores agropecuarios. La SRA, la COMIHAGRO, la
FAA y la CRA se sintieron discriminados por la promoción otorgada a las
exportaciones industriales en contraste con los gravámenes que afectaban a las
exportaciones agropecuarias. Sin embargo, tanto las asociaciones industriales
como la SRA coincidían en que la relación entre el Estado y los actores sociales era
de suma cero, y los dirigentes de la UIA afirmaban que las políticas distributivas
estaban agotadas.
En tanto que las asociaciones industriales se dispusieron a dialogar con el Estado
y el sector sindical dentro del ámbito de la CES, las agropecuarias iniciaron un duro
enfrentamiento con el equipo económico traducido en declaraciones, movilizaciones
y lockout patronales. Como resultado de estas presiones, se creó el Consejo
Agropecuario de Emergencia Económica como ámbito de negociación entre el Estado
y las asociaciones agropecuarias. Por otra parte, se rebajaron las retenciones a las
exportaciones del sector y se abandonó el proyecto de impuesto a la tierra libre de
mejoras. Finalmente, el gobierno designó secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca
a un hombre representante de los intereses del sector y ligado a la SRA.
A principios de 1987, la CES se mostraba inoperante para lograr un acuerdo
entre empresarios y trabajadores. Por su parte, el gobierno — frente al fracaso de
la política de pautarla evolución de precios y salarios para controlarla inflación—
dispuso congelar los precios, los salarios, las tarifas, etc. Días después, frente al
incremento de la tensión laboral por la caída del salario real y para desactivar el
confrontacionismo cegetista, el gobierno designó, como vimos, al sindicalista
ALDERETcal frente del Ministerio de Trabajo. La designación era el fruto de la alianza
entre sectores del gobierno vinculados a la Junta Coordinadora, los "capitanes de
la industria" y los sindicalistas del Grupo de los 15, tras el objetivo de expandir la
inversión pública, incrementando la ocupación y la actividad de los contratistas del
Estado. El nuevo ministro intentó un "Pacto Social" entre la UIA y la CGT para
acordar acerca de la legislación laboral, las obras sociales y la política económica
y salarial. Poniendo en evidencia los enfrentamientos en el interior del gobierno,
el ministro S o w r o u il l e se opuso a aquella estrategia que percibía como un intento
de recrear viejos acuerdos corporativistas. Cuando A l d e r e t e remitió un paquete de
leyes laborales al Parlamento, se encrespó la relación del gobierno con el Grupo
María y con el resto de las asociaciones empresarias. El empresariado juzgaba que
el gobierno actuaba de forma autoritaria y que, en lugar de consensuar y negociar
las medidas, buscaba los apoyos a las mismas una vez decididas (G1).
En julio de 1987, S o u r r o u i i . l e planteó la apertura económica y la reforma del
sector público, atribuyendo la crisis al modelo populista ligado a una economía
cerrada. En esta oportunidad, las asociaciones empresarias reaccionaron positiva
mente ante estos anuncios en favor de la liberalización de la economía. Con este
giro hacia la ortodoxia, pareció fortalecerse la posición del ministro de Economía-
ai tiempo que las negociaciones entre A l d e r e t e y el Grupo Maria se estancaban (6}).
La derrota electoral de setiembre de 1987 recortó significativamente el campo
de acción gubernamental frente a la oposición política y a las asociaciones
empresarias. La reforma tributaria para afrontar el déficit fiscal sufrió el embate de
estas asociaciones. Por otra parte, para aprobarel paquete impositivo, el oficialismo
debió negociar con la oposición peronista, la que obtuvo, como contrapartida, la
sanción de las leyes de asociaciones profesionales y de paritarias libres. Con este
acuerdo se puso en cuestión la estrategia antiínflacíonaria del ministro S o u k k o u il l e ,
basada en el control de los precios y salarios mediante su fijación por decreto.
Además, la experiencia "neocorporativista" ensayada con los "capitanes" y "los 15"
se desmoronó, y el ministro A l p e k e t e presentó su renuncia. También se diluyeron las
relaciones privilegiadas de sectores del gobierno con el Grupo María y comenzaron
a profundizarse los vínculos con los núcleos empresariales más liberales, tanto de
origen local como transnacional. Finalmente, el gobierno debió resignar su intento
de constituir el Tercer Movimiento Histórico y su prioridad pasó a ser el control de
las variables económicas hasta las elecciones presidenciales de 1989.
Sin embargo, a pesar de las dificultades para disciplinar o acordar con las
organizaciones sociales, el gobierno de Ai.ronsiri tuvo un logro político con respecto
al poder económico. Con motivo de la rebelión militar de Semana Santa de 1987,
los núcleos económicos dominantes, en general — que siempre se habían aliado
con las Fuerzas Armadas para derrocar a los gobiernos civiles— y los "capitanes
de la industria", en particular, respaldaron las instituciones democráticas, apoyan
do públicamente al gobierno y repudiando la toma de cuarteles. Esta novedosa
actitud, contrastante con el golpisino de otrora, probaba varias cosas. Primero, que
con la reestructuración interna del capitalismo argentino, los empresarios comen
zaban a revalorizar— aunque de manera instrumental— el sistema democrático.
Luego, que en la nueva relación entre los poderes corporativos y el poder político
Las relaciones del gobierno de Aironsin con los Estados Unidos fueron
adquiriendo creciente importancia con el correr del tiempo. En su estrategia por
recomponer y ampliar las vinculaciones externas argentinas, el país del Norte
ocupó un lugar de relevancia junto a América Latina y Europa Occidental. Una serie
de condicionamientos internos y externos impusieron, gradualmente, limites a los
objetivos originarios de la diplomacia argentina en la relación con Washington y los
otros dos socios, pasando la primera a ocupar un lugar privilegiado.
Desde su asunción, Ai.ronsin manifestó la voluntad de establecer una relación
madura con la potencia hegemónica del sistema capitalista. Tratando de despejar
los temores de la Administración Reagan, las nuevas autoridades enfatizaron la
clara identificación del pais con el sistema de valores de Occidente —en lo cultural
y no en lo estratégico— , descartando el ejercicio de un tercerismo indiscriminado.
De esta manera se otorgaban seguridades, sin que con ello se adoptara un
alineamiento automático con los Estados Unidos.
La diplomacia argentina —conducida por el canciller Dante Caputo — diferenció
dos niveles en la relación con Washington. Por un lado, las "convergencias
esenciales" alrededor de principios y valores compartidos como la democracia, el
pluralismo, la dignidad del hombre, los derechos humanos, la libertad y la justicia
social. Por el otro, los "disensos metodológicos" debido a los intereses nacionales
encontrados fuera del eje de la confrontación Este-Oeste y también acerca de los
medios más adecuados para alcanzar el desarrollo, afianzando los principios y
valores del mundo occidental (M).
El gobierno argentino tenía una visión del escenario mundial distinta de la de
Reagan. Rechazaba el esquema Este-Oeste como modelo explicativo de la proble
mática mundial tal como lo concebía el gobierno estadounidense. Desde su
perspectiva, la paz y la seguridad en el mundo estaban amenazadas por los
desequilibrios entre países ricos y países en desarrollo característicos de la
problemática Norte-Sur; mientras que, para los "neoconservadores" de R e a g a n , las
amenazas provenían de la Unión Soviética y de sus "vicarios" en América Latina,
Cuba y Nicaragua, por lo que privilegiaban las consideraciones estratégico-
militares en lugar de las socioeconómicas.
(71) R u s s e ll, R oberto , "D em o cracia y política exterior', en P kkina, R. M .y Russell , R. (eds.),
(1988), págs. 161 y 162.
S in e m b a r g o , lo s p a ís e s la t in o a m e r ic a n o s n o lo g r a r o n s u p e r a r e l p la n o
d is c u r s iv o . E x is tie r o n d if ic u lt a d e s p a r a e s t a b l e c e r m e c a n i s m o s q u e a r t ic u la r a n la s
d e m a n d a s c o le c t iv a s , y p a ís e s c o m o e l B r a s il y M é x ic o n o s e m o s t r a r o n d is p u e s t o s
a a v a n z a r m á s a llá d e la s d e c la r a c io n e s , n e g á n d o s e a a p o y a r p r o p u e s t a s c o n c r e t a s .
P o r o tra p a rte , p r e v a le c ie r o n la s p o s ic io n e s e n f a v o r d e a r r ib a r a a c u e r d o s
b ila te r a le s e n tr e lo s r e s p e c t iv o s g o b ie r n o s y la b a n c a a c r e e d o r a . E n d e f in it iv a , el
d o c u m e n t o fin a l d e la r e u n ió n r e a fir m ó la n e c e s id a d d e u n a c o n s id e r a c ió n p o lít ic a
d e la d e u d a a u n q u e d e jó t r a s lu c ir e l a c u e r d o m a y o r it a r io d e lo s p a ís e s p a r t ic ip a n
te s e n f a v o r d e s o lu c io n e s " b i l a t e r a l e s " (72).
E s t a s d if ic u lt a d e s in d u je r o n u n a m o d if ic a c ió n d e la d i p lo m a c ia a r g e n t in a e n el
á re a . C o n m a y o r p r a g m a tis m o p o lít ic o s e p r iv ile g ia r o n la s r e la c io n e s b ila te r a le s ,
s o b r e s a lie n d o la s p o lít ic a s d e a c e r c a m ie n t o a M é x ic o , B r a s il y C h ile . C o n M é x ic o
fu e u n a in ic ia t iv a in é d it a d a d o el b a jo p e rfil q u e c a r a c t e r iz a b a la v in c u la c ió n e n tr e
a m b o s p a ís e s . D o s h e c h o s d e c is iv o s s e d e s t a c a r o n e n e s t e r e la c io n a m ie n t o . P o r
un la d o , la p a r t ic ip a c ió n d e l g o b ie r n o m e x ic a n o — j u n t o a o t r o s p a ís e s d e la r e g ió n
y lo s E E . U U . — e n e l o t o r g a m ie n t o d e u n a u x ilio fin a n c ie r o a la A r g e n tin a p o r 3 0 0
m illo n e s d e d ó la r e s p a ra q u e p u d ie r a g a n a r t ie m p o e n la r e n e g o c ia c ió n d e su
v o lu m in o s o e n d e u d a m ie n t o . P o r o tr o la d o , la v is it a d e l p r e s id e n t e m e x ic a n o D e i .a
Madrid a B u e n o s A ire s — e n m a r z o d e 1 9 8 4 — q u e d e jó c o m o s a l d o el o b je t iv o d e
d in a m iz a r lo s in t e r c a m b io s c o m e r c ia le s y f o r t a le c e r e l p o d e r d e n e g o c ia c ió n d e
a m b o s p a ís e s fre n te a lo s E E . U U . , s o b r e to d o fr e n te a la c r is is d e A m é r ic a C e n tr a l.
T a m b ié n s e p r o fu n d iz ó la t e n d e n c ia h a c ia e l a c e r c a m i e n t o b ila te r a l c o n el
B ra s il. In ic ia d o e n 1 9 7 9 c o n e l a c u e r d o q u e p u s o fin a la s d is p u t a s s o b r e ia
u tiliz a c ió n d e lo s r e c u r s o s n a tu r a le s d e la C u e n c a d e l P la ta y e n 1 9 8 0 c o n la v is ita
a B u e n o s A ir e s — p o r p r im e r a v e z e n c u a r e n t a y c i n c o a ñ o s — d e un p r e s id e n t e
b ra s ile ñ o . E l a c e r c a m i e n t o s e fu e a f ia n z a n d o c o n la s g e s t io n e s b r a s ile ñ a s e n fa v o r
d e lo s d e r e c h o s a rg e n tin o s s o b r e M a lv in a s y c o n la c o o r d in a c ió n d e las p o s ic io n e s
d e a m b o s p a ís e s e n fo r o s c o m o la s N a c io n e s U n id a s , la U N C T A D y e l Q A T T . A fin e s
d e 1 9 8 5 , a m b o s p a ís e s fir m a r o n a c u e r d o s e n m a t e r ia d e c o o p e r a c ió n n u c le a r y
t é c n ic a e in d u s tria l, y c o n v in ie r o n u n a in s p e c c ió n m u tu a d e la s in s t a la c io n e s
n u c le a r e s . S in e m b a r g o , la in ic ia t iv a m á s im p o r t a n t e t u v o lu g a r e n d i c i e m b r e d e
1 98 6 c o n el la n z a m ie n t o d e l P r o g r a m a d e In t e g r a c ió n y C o o p e r a c ió n A rg e n tin a -
B r a s il q u e a tr a v é s d e la fir m a d e v a r io s p r o t o c o lo s s e n t ó la s b a s e s d e l M e r c o s u r .
E l a c e r c a m ie n t o a C h ile fu e o tr o c a p it u lo d e c i s i v o d e la p o lít ic a e x t e r io r d e l
g o b ie r n o d e Aisonsirt. L a firm a d e l T r a t a d o d e P a z y A m is t a d e n t r e la A r g e n t in a y
C h ile s e c o n c r e t ó e n la C iu d a d d e l V a t ic a n o e l 2 9 d e n o v ie m b r e d e 1 9 8 4 , y p u s o
fin al d if e r e n d o a u s tr a l p o r el C a n a l d e B e a g le . L u e g o d e c in c o a ñ o s , a m b a s p a r te s
a c e p t a r o n e l v e r e d ic t o p a p a l y s e n t a r o n la s b a s e s p a r a u n a in t e n s if ic a c ió n d e la
r e la c ió n b ila te ra l.
( 7 2 ) R u sstu ., R. ( 1 9 8 8 ) , p á g . 1 3 7 .
La posición argentina frente a la crisis centroamericana confrontó con la
postura de la Administración Reagan. Frente al apoyo económico y político
proporcionado por el gobierno estadounidense a los "contras" nicaragüenses, el
gobierno argentino junto a Brasil, Perú y Uruguay, constituyó el Grupo Contadora
en defensa del principio de no intervención, de respeto a la autodeterminación de
los pueblos y de búsqueda de una solución latinoamericana al conflicto centro
americano. Sin embargo, durante su visita a los EE.UU., Ai.ronsiri matizó la posición
argentina oponiéndose a la intervención en el conflicto de toda potencia
extracontinental, en clara alusión a la Unión Soviética; sostuvo que "la propia
seguridad de los Estados Unidos" era un dato de la realidad que debía ser respetado
y reiteró la necesidad de asegurar la vigencia de una auténtica democracia
pluralista en nicaragua, con la participación de la oposición democrática en un
juego limpio y abierto (75).
8,5,3. Las relaciones con la Unión Soviética y los países del Este europeo
(73) Russr.a, R ob erto, "L a s relacio nes Argentina-Estados Unidos: del a lin eam ien to
heterodoxo» a la “reco m p o sició n m adura-', en H irst, M w iica (co m p .). C o n tin u id a d y c a m b io
en la s r e la c io n e s A m é r ic a L a tin a /E s ta d o s U n id o s , Bu en o s Aires, 1987, págs. 51 y 52.
narias. En línea con este propósito, los soviéticos aspiraban, en el largo plazo, a
alcanzar una cifra similar al porcentaje que tenían los EE.UU. en el comercio de
importación argentino. La Comisión también discutió la realización de distintos
proyectos (ferroviarios, portuarios e hidroeléctricos) con participación soviética y
la "cooperación productiva". En cuanto al intercambio comercial, los soviéticos
pretendían la utilización del trueque o el intercambio compensado, reduciendo al
máximo el empleo de moneda convertible.
El año siguiente seria decisivo para las relaciones argentino-soviéticas. En
diciembre de 1985, expiraban los convenios comerciales firmados en 1981 por el
gobierno militar. El deseo de reforzar los vínculos se manifestó entre 1984 y 1985
a través del intercambio de delegaciones parlamentarias y la invitación de Moscú
a cuatro gobernadores con el propósito de acordar negocios concretos. Tras duras
negociaciones, en octubre de 1985, se reunió en la capital soviética la novena
Comisión Mixta para renovar los convenios. En un principio, los resultados
parecieron poco satisfactorios para la Argentina porque se hablaba de la no
continuación del convenio de carnes y se postergaba la resolución del correspon
diente a cereales. Sin embargo, el 22 de enero de 1986, en Buenos Aires se inicialó
un nuevo convenio comercial por cuatro años para la venta de 4,5 millones de
toneladas de granos a la Unión Soviética. Por su parte, la Argentina se comprometió
a comprar en ese lapso 500 millones de dólares de equipos industríales y
manufacturas, duplicándose el monto de compras acordado en el convenio
anterior. Las dificultades en colocar los productos argentinos en los mercados
occidentales y la competencia de los mismos países industrializados determinaron
que el gobierno argentino se mostrara decidido a incorporar definitivamente a los
países socialistas entre los protagonistas de su política exterior (74).
La dimensión política y estratégica de las relaciones bilaterales también fue
abordada abiertamente por los soviéticos. En relación con la cuestión de las
Malvinas y para discutir las respectivas actitudes en los foros internacionales,
especialmente en la Asamblea General de las naciones Unidas, visitó la Argentina,
a mediados de 1984, el secretario general de la cancillería soviética. El funcionario
manifestó el peligro creciente que significaba la militarización de las Islas e
interpretó la misma como una amenaza a la URSS. De esta manera, introdujo el
conflicto Este-Oeste en el caso Malvinas que dejaba de ser una disputa que
involucraba sólo a países del mundo occidental. Esta idea seguramente formó
parte de la agenda de discusiones con la cancillería argentina.
A fines de enero de 1986, el canciller Cafuto viajó a Moscú. Era la primera vez
que un canciller argentino visitaba la URSS y servía como anticipo de la próxima
visita de Alfonsim a ese país. Caputo firmó el acuerdo inicialado en Buenos Aires y
se entrevistó con algunos de los principales funcionarios del gobierno soviético,
como el canciller Eduakd SticvARonAuzE y el presidente del Soviet Supremo, Amdkei
(74) R atofort, Mario, "La posición internacional de la Argentina y las relaciones argentino-
soviéticas", en Pkrina, R. M. y Russcu, R. (eds.), (1988), págs. 188-190.
Varios fueron los temas políticos tratados: las propuestas de desarme
G ko m vko .
formuladas por el secretario general del PCUS, M ija il G o rbac m o v , las iniciativas en
el mismo sentido del presidente A l f o n s o y el llamado "Grupo de los Seis", la
situación de Centroamérica y el Atlántico Sur y el problema de la deuda externa
latinoamericana. Así se iniciaba una nueva etapa en las relaciones políticas entre
ambos países (7S).
Por otra parte, se afianzaron los vínculos económicos. Se acordó la participación
soviética en la remodelación del puerto de Bahía blanca y en obras hidroeléctricas
de envergadura como el dique de Piedra del Aguila. A mediados de año, se firmaron
convenios pesqueros con la URSS y Bulgaria para la explotación icticola en el
Atlántico Sur, lo que originó, más tarde, medidas de represalia por parte de Gran
Bretaña, que declaró una zona exclusiva de pesca en torno a las Malvinas, situación
que agravó la disputa existente con respecto a la soberanía de las Islas.
Ai.rorisin visitó Moscú en octubre de i 986. Era la primera vez que un presidente
argentino era recibido en el Kremlin, y su presencia ratificaba tanto el acercamiento
económico y comercial iniciado en la década de 1970 como el espectro de
coincidencias que acerca de los problemas mundiales y sus posibles soluciones
existía entre ambos gobiernos. En este marco, la entrevista entre A l fo n sin y el
primer ministro G o k ba c h o v generó grandes expectativas.
Una de las preocupaciones de A lfonsim se vinculaba a los problemas comercia
les. Después de la firma del nuevo convenio de granos, la URSS redujo abruptamente
sus compras al menor nivel de los últimos años. De ser los principales adquirentes
del cereal argentino los soviéticos pasaron a ocupar un lugar secundario entre los
clientes habituales. La caída de los precios del petróleo, el gas y el oro que afectó
las principales fuentes soviéticas de divisas y la competencia de otros países
exportadores de productos agrícolas, como la CEE, determinaron el desvío de las
compras soviéticas hacia otros países que ofrecían mejores precios. Por otra parte,
se ha argüido que los soviéticos querían presionar a los argentinos por su
morosidad en equilibrar la balanza comercial, ampliamente favorable a la Argen
tina. Si bien A lfom sim logró la ratificación del convenio firmado en enero, la
tendencia declinante del comercio bilateral no pudo revertirse (7C).
Los temas políticos también fueron abordados por los representantes de
ambos gobiernos. El comunicado conjunto emitido al término de la visita puso de
manifiesto las coincidencias en torno a los problemas mundiales. Además del
acuerdo acerca de la moratoria de los ensayos nucleares, ambos países se
pronunciaron en contra de toda política de intervención en Centroamérica,
elogiando los esfuerzos de Contadora y de su Grupo de Apoyo. En lo referido a las
Islas Malvinas, se reclamó un arreglo político de la cuestión mediante negociacio
nes directas entre Gran Bretaña y la Argentina y el desmantelamiento de la base
militar construida por los ingleses.
U n a ñ o d e s p u é s d e la g ir a d e A l io m s im , e l c a n c il l e r s o v ié t i c o S h eva rd m ad ze v is it ó
la A rg e n tin a . S u p r e s e n c ia r e a c t u a liz ó la s c u e s t io n e s d e la a g e n d a c o m ú n d e la s
r e la c io n e s e n tr e a m b o s p a ís e s . E l s o v ié t i c o d e s t a c ó la p o s ic ió n a r g e n t in a e n la s
d iv e r s a s c u e s t io n e s d e la p o lít ic a m u n d ia l; r e m a r c ó e l p r e s tig io a r g e n t in o e n el
m u n d o y s u p a p e l d in á m ic o e n el M o v im ie n t o d e rio A lin e a d o s , e n e l G r u p o d e lo s
S e is y e n el G r u p o d e A p o y o a C o n t a d o r a . D e s ta c ó la p r e o c u p a c ió n a r g e n t in a p o r
el p r o b le m a d e l d e s a r m e y c o in c id ió c o n e l g o b ie r n o a r g e n t in o e n la n e c e s id a d d e
r e d u c ir lo s a r m a m e n t o s e s t r a t é g ic o s o f e n s iv o s y " d e p r e s e r v a r e l e s p a c io c ó s m ic o
s in a r m a s , c o m o u n e s p a c io d e p a z ", e n c la r a r e f e r e n c ia c r it ic a a l p r o y e c t o d e
"g u e rra d e la s g a la x ia s " d e l p r e s id e n t e R ea q am . S h eva rd m a d ze r e it e r ó el ap o yo
s o v ié t ic o a la p o s ic ió n a r g e n tin a c o n r e s p e c t o a la s M a lv in a s y a b o g ó p o r la
d e s m ilit a r iz a c ió n d e l A t lá n t ic o S u r . A c la r ó q u e s u v is it a a A m é r i c a n o b u s c a b a
" p e r ju d ic a r a te r c e r o s p a ís e s " (e n o b v ia a lu s ió n a lo s E E . U U . ) y d e s e s t im ó c o m o
p e r t e n e c ie n t e a la " é p o c a d e p ie d r a " t o d a p e r c e p c ió n q u e a t r ib u y e r a a s u p r e s e n c ia
e n el c o n t in e n t e e l c a r á c t e r d e u n in t e n t o d e p e n e t r a c ió n s o v ié t ic a .
En el t e r r e n o e c o n ó m ic o , la v is it a del c a n c il l e r S h eva rd m ad ze s ir v ió p a ra
r e a fir m a r lo s c r ite r io s e x p u e s t o s e n o c a s ió n d e la v is it a d e A lto m sim a la U R S S . L a s
r e la c io n e s e c o n ó m i c a s d e b ía n t o m a r n u e v o s r u m b o s e n r e e m p la z o d e l t r a d ic io n a l
i n t e r c a m b io de p ro d u c to s a g r o p e c u a r io s . Se a s p ir a b a a la o r g a n iz a c ió n de
e m p r e s a s m ix ta s c o n la p a r t ic ip a c ió n d e a m b o s p a ís e s y a la a c c i ó n c o n j u n t a e n t r e
e m p r e s a s s o v ié t ic a s y c o m p a ñ ía s p r iv a d a s a r g e n t in a s e n o t r o s m e r c a d o s . L a
r e a liz a c ió n c o n j u n t a d e c o m p l e jo s h id r o e lé c t r ic o s y t e r m o e lé c t r ic o s , la c o p r o d u c
c ió n in d u s tr ia l y la c o la b o r a c ió n e n d if e r e n t e s o b r a s p ú b lic a s f o r m a b a n p a r te d e
u n v ie jo in v e n t a r io d e p ro y e c to s c o m u n e s , p o r lo g e n e r a l, p o s te r g a d o s . S in
e m b a r g o , la p r e s e n c ia d e S h e va rd m ad z e n o d e s p e j ó la s i n c ó g n it a s e n c u a n t o a l n u e v o
r u m b o d e la s r e la c io n e s e c o n ó m ic a s , q u e p a r e c ía n d e p e n d e r m á s d e n e g o c ia c io
n e s p u n t u a le s q u e d e a c u e r d o s g lo b a le s ( 7ft).
E n c u a n to a la p o lític a n u c le a r , el n u e v o g o b ie r n o no v a rió la p o s tu ra q u e el
p a ís v e n ía s o s t e n ie n d o e n la m a te ria . P e s e a la s p r e s io n e s d e lo s E E .U U ., la
A rg e n tin a n o ra tific ó e l T ra ta d o p a ra la P r o s c r ip c ió n d e A r m a s N u c le a r e s e n A m é r ic a
L a tin a , fir m a d o e n T la te lo lc o e n 1967, s ie n d o la e x c e p c ió n — s a lv o C u b a — e n tre
lo s p a ís e s la tin o a m e r ic a n o s . A n iv e l in te r n a c io n a l, t a m p o c o firm ó el T ra ta d o d e No
P r o life r a c ió n , in te g r a n d o ju n t o c o n el B r a s il, la In d ia , P a k istá n , Is r a e l y S u d á f r ic a
e l g ru p o d e p a ís e s q u e e s ta n d o e n c o n d ic io n e s d e fa b r ic a r b o m b a s n u c le a r e s , en
u n p la z o m á s o m e n o s in m e d ia to , no s e s o m e tie r o n a l c o m p r o m is o ju r íd ic o q u e
le s im p e d ía h a c e r lo . En ese s e n tid o , la A r g e n tin a a r g u m e n tó el c a rá c te r
d is c r im in a to r io d e a m b o s tr a ta d o s en la m e d id a e n q u e el p rim e ro , im p líc ita m e n te ,
y el s e g u n d o , e n fo r m a e x p líc ita , d ife r e n c ia b a n d o s c a te g o r ía s d e E s ta d o : lo s q u e
te n ía n d e r e c h o a fa b r ic a r b o m b a s y lo s q u e n o lo te n ía n (0I).
En la s c u e n ta s p ú b lic a s s e e n c o n tr a r o n ta m b ié n d iv e r s a s ir re g u la rid a d e s :
p a rtid a s a te n d id a s si n a u to riz a c ió n p re s u p u e s ta ria , c o m p r o m is o s d e p a g o s fu tu ro s
y d e p la z o s p e re n to rio s , o b lig a c io n e s p o r a v a le s y fia n z a s c o n c e d id a s p o r el
g o b ie rn o n a c io n a l a e m p r e s a s p ú b lic a s y p r iv a d a s q u e lu e g o n o fu e ro n c a n c e la d a s
p o r lo s b e n e fic ia rio s , v e n c im ie n to s d e d e u d a in te r n a y e x te rn a , y, fin a lm e n te , u n a
a v a la n c h a d e n o m b ra m ie n to s d e fu n c io n a r io s d e to d o o r d e n e n lo s m e s e s de
n o v ie m b re y d ic ie m b re .
El p rin c ip a l p r o b le m a le g a d o p o r la d ic t a d u r a e r a el a b u lta d o e n d e u d a m ie n t o
e x te rn o , c in c o v e c e s s u p e r io r a la s e x p o r ta c io n e s a n u a le s y q u e p r á c tic a m e n te
o b lig a b a a lo g ra r e le v a d o s e x c e d e n te s c o m e r c ia le s p a r a c a n c e la r lo s in te r e s e s
d e ve n g ad os, in c r e m e n ta d o s p o r la s a lta s ta s a s de in te r é s in t e r n a c io n a le s :
e x istía n al m o m e n to d e la a s u n c ió n d e Ai.rorisiri 2 0 .0 0 0 m illo n e s d e d ó la r e s d e
a tra s o s e n lo s p a g o s.
T a m b ié n s e r e s o lv ió n o r e a liz a r p a g o s fin a n c ie r o s a l e x te r io r h a s ta el 3 0 de
ju n i o d e 1 98 4. El o b je t iv o im p líc it o e r a tra ta r d e e v ita r la s e x ig e n c ia s d e p r e s iv a s
d e un c r é d ito S t a n d B y del FM I y n e g o c ia r c o n la b a n c a a c r e e d o r a un a c u e r d o
r e f e r id o a la d e u d a e x te r n a s e g ú n e l c u a l lo s p a g o s n o s u p e r a r a n el 1 0 - 1 5 % d e las
e x p o r ta c io n e s (” ). S e in te n ta r ía c o n s titu ir c o n o tr o s p a ís e s d e u d o r e s la tin o a m e r i
c a n o s u n fr e n te d e d e u d o r e s , c o n el fin d e n e g o c ia r c o n lo s a c r e e d o r e s en fo rm a
m á s v e n t a jo s a .
Luego d el e n v ío de un M e m o rá n d u m de E n t e n d im ie n t o al FM I y d e una
n e g o c ia c ió n c o n e l C o m ité d e B a n c o s A c r e e d o r e s , a fin e s d e 1 9 8 4 s e fir m ó un
a c u e r d o S t a n d B y c o n e l F M I. S in e m b a r g o , lo s e f e c t o s d e e s t a r e o r ie n ta c ió n d e la
p o lít ic a e c o n ó m i c a d e Gninspun n o fu e r o n e x ito s o s . A p e s a r d e la r e c e s ió n y d e la
r e d u c c ió n d e l s a la r io r e a l, la s ta s a s in f la c io n a r ia s y la s c u e n t a s f is c a le s n o m o s tr a r o n
m e jo r a s s u s t a n t iv a s . C o n t r ib u ía n p a r a e llo tre s c u e s t io n e s in te r r e la c io n a d a s . E n
pri m e r lu g a r, s e p e r c ib ía u n a im p o r t a n t e c u o t a d e im p r o v is a c ió n , e n la m e d id a e n q u e
el g o b ie r n o n o a c e r t a b a a e n c o n t r a r lo s c a m in o s a d e c u a d o s p a r a r e s o lv e r lo s
p r o b le m a s . E n s e g u n d o té r m i n o , e l d e te r io r o d é l a r e la c ió n d e l in t e r c a m b io d is m in u ía
el in g r e s o d e d iv is a s . E n t e r c e r lu g a r, lo s a lto s in t e r e s e s d e la d e u d a p ú b lic a
im p lic a b a n u n a fu e n te d e e g r e s o s fis c a le s m u y g r a n d e , q u e c o m p lic a b a e l e q u ilib r io
d e la s c u e n t a s p ú b lic a s , P o r o tr a p a rte , la n e c e s id a d d e d iv is a s p a r a la c a n c e la c ió n
d e d ic h o s in t e r e s e s p r e s io n a b a f u e r t e m e n t e s o b r e e l m e r c a d o c a m b ia r io y g e n e r a b a
t e n s io n e s in f la c io n a r ia s im p o r ta n t e s . A d e m á s , e l in g r e s o d e d iv is a s d e r iv a d o d e l
s u p e r á v it c o m e r c ia l r e s u lt a b a in s u f ic ie n t e p a r a c a n c e la r lo s c o m p r o m is o s c o n e l
e x te r io r , lo q u e l l e v a b a a c o n t in u a r in c r e m e n t a n d o el m o n to d e la d e u d a , q u e v o lv ía
a a m p lif ic a r lo s d e s e q u ilib r io s (**).
E s p e c ia l im p o r t a n c ia te n ía la e v o lu c ió n d e l c o m e r c io e x te r io r , y a q u e la s
a u t o r id a d e s c o n f ia b a n e n u n a e x p a n s ió n d e la s e x p o r t a c io n e s a g r o p e c u a r ia s p a r a
r e v it a liz a r la e c o n o m í a lo c a l y s o lu c i o n a r e l p r o b le m a d e la d e u d a e x te r n a . L a s
c o n d i c io n e s d e lo s m e r c a d o s in t e r n a c io n a le s s e h a b ía n m o s tr a d o b u e n a s p a r a la
A r g e n t in a a p r in c ip io s d e lo s '8 0 , c o n t r ib u y e n d o a a lim e n t a r e x p e c t a t iv a s fa v o r a b le s .
S i n e m b a r g o , t a m b ié n e s t im u la b a n a lo s c o m p e t id o r e s , p o r l o q u e lo s m e r c a d o s n o
t a r d a r o n d e m a s ia d o e n s a t u r a r s e y p r o d u c ir u n a s o b r e o f e r t a d e p r o d u c t o s a g r íc o la s
q u e d e r r u m b ó lo s p r e c io s . L a in v e r s ió n d e la t e n d e n c ia fa v o r a b le s e a g u d iz ó c o n e l
le n t o c r e c i m i e n t o q u e s e r e g is tr a b a e n el m u n d o , la d is p u ta p r o t e c c io n is t a e n tr e lo s
E E . U U . y la C o m u n id a d E c o n ó m i c a E u r o p e a , y lo s a c u e r d o s e n tr e el p a ís d e l n o r te
y la U R S S (0?). D e a llí q u e la s e x p o r t a c io n e s n o p u d ie r o n a p o r t a r la s d iv is a s s u f ic ie n t e s
c o m o p a r a e q u i li b r a r la s c u e n t a s d e l b a la n c e d e p a g o s y c a n c e l a r p o r c o m p le t o lo s
v e n c i m i e n t o s d e la d e u d a e x te r n a , c o n t r a r ia n d o fa s e x p e c t a t iv a s o fic ia le s . E n tr e
19 8 1 y 19 8 9 , lo s té r m in o s d e l in t e r c a m b io s e d e t e r io r a r o n n o to r ia m e n t e , c o m o s e
a d v ie r t e e n el s ig u ie n t e g r á f ic o .
S in e m b a r g o , lo s p r o b le m a s q u e c o m e n z a b a n a p r e s e n t a r s e n o s ó lo s e d e b ía n
a u n a e v e n t u a l im p e r ic ia t é c n ic a d e l e q u ip o e c o n ó m ic o o a la in a d e c u a d a
e v o lu c ió n d e la c o y u n tu r a in te r n a c io n a l, s in o ta m b ié n a u n a p e r c e p c ió n e r r ó n e a
d e l g o b ie r n o c o n r e s p e c t o a la a c titu d d e lo s p r in c ip a le s f a c t o r e s d e p o d e r lu e g o
d e c a íd a la d ic t a d u r a . L o s tre s n ú c le o s c e n t r a le s d e l n u e v o p o d e r e c o n ó m i c o lo c a l
(lo s g r a n d e s g r u p o s e c o n ó m ic o s , c o n v in c u la c io n e s c o n el s e c t o r fin a n c ie r o , el
s e c t o r a g ro e x p o rta d o r, ta m b ié n lig a d o a a q u e llo s h o ld in g s . y la s em p re sas
e x tr a n je r a s ), al ig u a l q u e la b a n c a a c r e e d o r a , n o t u v ie r o n la s a c t it u d e s e s p e r a d a s
r e s p e c to d e la d e m o c r a c ia n a c ie n te . P o r e l c o n tr a r io , c a d a u n o o p e r ó e x c lu s iv a
m e n te e n fu n c ió n d e s u s in t e r e s e s c o n c r e t o s e in m e d ia to s . A s í, la b a n c a p r e s io n ó
p o r el p ro n to y m a y o r p a g o p o s ib le d e lo s s e r v ic io s d e la d e u d a ; la s e m p r e s a s
a ju s ta r o n s u s p r e c io s e n f u n c ió n d e la in f la c ió n e s p e r a d a ; lo s t e n e d o r e s d e d iv is a s
in te n ta r o n p ro te g e r s u c a p ita l d e p o s it á n d o lo e n p la z a s m á s seguras,- lo s p a ís e s
c e n t r a le s c o n t in u a r o n p r o te g ie n d o y s u b s id ia n d o s u s p r o d u c c io n e s lo c a le s y lo$
s in d ic a to s p r e s io n a r o n p o r u n r e a ju s t e d e lo s s a la r io s p a ra d e f e n d e r s u p o d e r
a d q u is it iv o fr e n te a la in f la c ió n . D e e s a m a n e r a , c o m o s e o b s e r v a e n el c u a d r o
s ig u ie n te , lo s p r e c io s e m p e z a r o n a a c e le r a r s e , p o r lo q u e c o m e n z ó a p e n s a r s e e n
un p la n d e a ju s t e m u c h o m á s s e v e r o y lle v a d o a c a b o p o r un n u e v o e q u ip o
e c o n ó m ic o .
Meses Costo de Tipo de Transporte Electricidad
Salarlos Carne Trigo Nafta
y años vida cambio público
1984
EnGro 12,5 12,0 37,7 20.4 12.2 12,0 11.7 29.8
Febrero 17,0 18.0 54.5 25.8 8.5 10,7 9.6 16.9
Marzo 20,3 20.3 17,8 6,6 13.1 12.9 9.3 14.7
Abril 18,5 28.4 10,7 9,2 28.4 17,1 15,7 24.6
Mayo 17,1 9.3 12,5 9,1 8,0 17,2 13,2 32.4
Junio 17.9 19.9 11.7 15.4 26.0 25.0 14.6 29.8
Julio 18,3 46.2 11.2 10.9 6.7 25.0 16.3 34,8
Agosto 22,9 22,1 23,5 39,9 32,3 20.0 18.6 21,6
Set. 27.5 16.7 21,0 62,6 12,9 16.7 15.6 16,0
Oct. 19,3 14,0 14,2 8,3 19,6 19,0 27.8 16,0
Nov. 15,0 12,3 30,3 -3.1 16,1 16,0 15.0 16,7
Dic. 19,7 10,9 12,8 4,4 14,9 17,2 22,5 25,0
1985
Enero 25,1 20,8 29,8 12.8 18.2 23.5 22,6 20,1
Febrero 20,1 14,0 32,7 14,5 24,1 23.8 19.6 14.5
Marzo 26.5 25,7 30.3 7,8 36.5 19.2 30.3 32,4
A q u in c e m e s e s d e h a b e r a s u m id o , e n m a r z o 1 9 8 5 , Grinsuim d e b ió r e n u n c ia r ,
s i e n d o r e e m p la z a d o p o r e l h a s t a e s e m o m e n t o s e c r e t a r i o d e P la n e a m ie n t o , Ju a n
V i t a l S o u r r o lf ille e n u n a s u e r t e d e e n r o q u e , y a q u e e l lu g a r q u e é s t e d e j a b a v a c a n t e
fu e c u b ie r t o p o r e l m in is t r o s a lie n t e .
E n e n e r o d e 1 9 8 5 , S o u r r o u il l e h a b ía d a d o a c o n o c e r un d o c u m e n t o , d e n o m i
n a d o L i n c a m ie n t o s d e u n a e s t r a t e g ia d e c r e c i m i e n t o e c o n ó m i c o : 1 9 8 5 - 1 9 8 9 , q u e
p r e t e n d ía c u b r ir la a u s e n c i a d e un p la n d e m e d ia n o p la z o p a r a la e v o lu c ió n
d e s e a d a d e la e c o n o m í a a r g e n t in a , e n e l m a r c o d e la s r e s t r ic c io n e s q u e im p o n ía
la d ifíc il c o y u n t u r a , e s p e c i a l m e n t e p o r la a b u lt a d a d e u d a e x t e r n a . E l p r o y e c t o s e
fija b a , c o m o o b j e t iv o d e c r e c i m i e n t o a l c a n z a b l e e n la s c i r c u n s t a n c ia s d a d a s , u n a
t a s a d e l 4 % a n u a l , p o r m e d io d e lo q u e d io e n lla m a r s e e l " a ju s t e p o s it iv o " , e s d e c ir ,
e l c r e c i m i e n t o b a s a d o e n la s e x p o r t a c i o n e s y e n la in v e r s ió n . L a s p r o y e c c io n e s
e s t a b l e c i d a s e n d i c h o d o c u m e n t o s e m o s t r a b a n s u m a m e n t e o p t im is t a s y a q u e se
b a s a b a n e n e l m a n t e n i m i e n t o d e a lt a s d e m a n d a s d e n u e s t r o s p r o d u c t o s e x p o r t a
b le s e n lo s m e r c a d o s i n t e r n a c io n a le s y e n u n c o m p o r t a m i e n t o f a v o r a b le d e la ta s a
de in t e r é s i n t e r n a c io n a l, c o n d i c io n e s q u e p ro n to fu e r o n d e s m e n t id a s p o r la
r e a lid a d . S e d e li n e a b a a llí t a m b i é n la n e c e s i d a d d e r e d u c ir la s t a s a s d e in f la c ió n
a fin de lo g r a r n i v e l e s d e in v e r s ió n a c e p t a b le s , m ie n t r a s s e m a n if e s t a b a la
n e c e s i d a d d e u n a c o h e r e n c i a e n t r e la s m e d i d a s e c o n ó m i c a s d e c o r t o y m e d ia n o
p la z o . S e p r e a n u n c i a b a n d e a lg u n a m a n e r a e n e s t o s L i n c a m ie n t o s la s p a u t a s d e
t r a b a jo d e l n u e v o e q u ip o e c o n ó m ic o .
L a s p r im e ra s m e d id a s d e l n u e v o e q u ip o a p u n ta r o n a r e c o m p o n e r lo s in g r e s o s
p ú b lic o s y p ro fu n d iz a r la in s e r c ió n e x p o r ta d o r a p o r m e d io d e r e a ju s te s d e l tip o d e
c a m b io y d e la s ta rifa s p ú b lic a s . S e r e d u je r o n ta m b ié n lo s p la z o s le g a le s p a r a el
in g re s o e f e c tiv o de lo s p a g o s im p o s itiv o s y a d u a n e r o s , in te n ta n d o p a lia r s u
d e p r e c ia c ió n a c a u s a d e la in fla c ió n . L o s in c r e m e n to s d e s a la r io s fu e r o n v in c u la d o s
a u n a p a u ta d e a ju s te d e l 9 0 % d e la s u b a d e l ín d ic e d e p r e c io s al c o n s u m id o r d e l
m e s a n te rio r, c o n u n a c o r r e c c ió n trim e s tra l p o s te rio r. E n el m e r c a d o d e la c a r n e s e
im p u ls ó un a u m e n to im p o r ta n te , d e ja n d o a c tu a r a la o fe r ta y dem anda en
c o n d ic io n e s m u y p a rtic u la re s (e l g o b ie r n o a n u n c ió q u e s e p r o p o n ía c o m p r a r c a r n e
p a ra t e n e r un s t o c k d e in te r v e n c ió n e n el m e r c a d o ). A s im is m o , s e d ie r o n s e ñ a le s q u e
in c e n tiv a r o n a lz a s d e d e te r m in a d o s p r e c io s in d u s tr ia le s . E s ta s p r im e r a s m e d id a s d e l
n u e v o e q u ip o e c o n ó m ic o im p o n ía n u n a m o d if ic a c ió n d e la e s t r u c tu r a d e p r e c io s
re la tiv o s q u e p re p a ra b a n la e c o n o m ía p a ra e l la n z a m ie n to d e un p la n a n tiin fia c io n a r io
c o n c a r a c te r ís t ic a s d e s h o c k , d e s e c h a n d o v a r ia n te s g r a d u a lis ta s (f,a).
P o c o d e s p u é s , p o r m e d io d e un d e c r e t o d e n e c e s id a d y u r g e n c ia , s e in ic ió el
d e n o m in a d o " P la n A u s tr a l". E s t e p la n e c o n ó m ic o " h e t e r o d o x o " im p lic ó u n a ju s t e
fu e rte , a u n m a y o r q u e lo s o lic it a d o p o r e l F M I, c o n el o b je t iv o e x p líc it o d e e v it a r
el p e lig ro d e u n a h ip e r in f la d ó n . L a s m e d id a s im p le m e n t a d a s fu e r o n la s s ig u ie n te s :
c a m b io d e l s ig n o m o n e ta r io , in t r o d u c ie n d o el a u s tr a l, c u y a u n id a d e q u iv a lía a
1 .0 0 0 p e s o s ; c o n g e la m ie n t o d e p r e c io s al 12 d e j u n i o , d e la s t a r ifa s p ú b lic a s (lu e g o
d e h a b e r la s r e a ju s t a d o fu e r t e m e n t e ) y lo s s a la r io s ; r e d u c c ió n d e la s ta s a s d e
in te r é s re g u la d a s (d e 28 y 30 % p ara d e p ó s it o s y p r é s ta m o s al 4 y 6 %,
r e s p e c t iv a m e n t e ); d e v a lu a c ió n d e l 15 % y c o n g e la m ie n t o p o s te r io r d e l tip o d e
c a m b io , fijá n d o lo e n 0 ,8 0 c e n t a v o s p o r d ó la r , c o m p e n s a d a c o n u n in c r e m e n t o d e
lo s im p u e s to s a la s e x p o r ta c io n e s , e im p le m e n t a c ió n d e u n a p o lít ic a m o n e t a r ia y
fis c a l e s tr ic ta , q u e c o m p r e n d ía u n a r e d u c c ió n s ig n ific a t iv a d e l d é fic it, d e l 1 1 % d e l
P B I e n j u n i o al 4 % h a c ia fin d e a ñ o . E s a p a u ta d e b ía s e r a lc a n z a d a p o r u n r e c o r t e
e n lo s g a s to s , u n a m a y o r r e c a u d a c ió n y u n fin a n c ia m ie n t o p o r m e d io d e n u e v o s
c r é d ito s e x te r n o s (89).
E l p r o g r a m a r e f l e j a b a la c o n c e p c i ó n s o b r e la d i n á m i c a d e lo s p r e c io s q u e
e x p o n ía n s u s a u to re s , q u ie n e s s o s t e n ía n que la s v a r ia c io n e s de é sto s e ra n
c a u s a d a s p o r la e v o l u c i ó n d e lo s p r e c io s /7e,\ (lo s d e a q u e ll o s s e c t o r e s e n lo s q u e
lo s a g e n t e s s o n to m a d o re s de p r e c io s , y que tie n e n m a r c a d a s o s c i l a c io n e s
e s t a c io n a l e s , c o m o la s fr u ta s y v e r d u r a s fr e s c a s ) , el p r e c i o d o m é s t i c o d e lo s b ie n e s
e x p o r t a b le s , e l s a l a r i o y la s ta r ifa s p ú b lic a s . En p a r t ic u la r , lo s s a la r io s e r a n
a j u s t a d o s p o r la t a s a d e in f la c ió n d e l p e r ío d o p a s a d o , y el p r e c io i n t e r n o d e lo s
b ie n e s e x p o r t a b le s , p o r la d e v a l u a c i ó n n e c e s a r i a p a r a c o m p e n s a r d ic h a in f la c ió n .
P e r o e s o s a ju s t e s v o lv ía n a a l i m e n t a r a la in f la c ió n , q u e r e c o n o c ía , e n t o n c e s , un
f u e r t e c o m p o n e n t e in e r c ia !. E l c o n g e la m ie n t o d e s a la r io s , t a r ifa s p ú b l i c a s y tip o do
c a m b i o p e r m itía , e n p r in c ip io , q u e b r a r e s a in e r c ia , y la v a r ia c ió n p o s t e r io r d e lo s
p r e c io s s ó lo p o d r ía o r ig in a r s e e n c a m b i o s e x ó g e n o s d e lo s b ie n e s e x p o r t a b le s o
e n lo s c i c l o s d e lo s p r e c io s f le x , m u y d if íc ile s d e c o n t r o l a r (M ). E l P la n A u s tr a l
a p u n t a b a , p r e c i s a m e n t e , a d e t e n e r la f u e r t e in e r c ia i n f la c io n a r ia q u e r e g is tr a b a la
e c o n o m í a a r g e n t in a .
E l c o n g e l a m i e n t o d e s a la r io s s e r e a liz ó a p l i c a n d o o t r a v e z la p a u ta d e un a ju s t e
d e s ó lo e l 9 0 % d e l ín d ic e i n f la c io n a r io d e l m e s a n t e r io r ( m a y o ). L a s j u b i l a c io n e s
y la s p e n s io n e s , e n c a m b i o , s e a ju s t a r o n p o r e l to ta l d e la in f la c ió n d e m a y o , y lu e g o
t a m b i é n fu e r o n c o n g e la d a s . S e p r e t e n d ía q u e lo s in g r e s o s d e lo s a s a la r ia d o s y
p a s iv o s a l in ic io d e l n u e v o p la n f u e r a n s i m il a r e s o le v e m e n t e in f e r io r e s a lo s d e l
m e s a n t e r io r . P a r a e l s e c t o r in d u s t r ia l, e l c o n g e la m ie n t o d e p r e c io s s e e s t a b le c ió
a p a r t ir d e lo s v a lo r e s v ig e n t e s . S in e m b a r g o , é s t o s i n c lu ía n lo s a lt o s c o s t o s
f i n a n c i e r o s o r ig in a d o s p o r la s a lt a s t a s a s d e in t e r é s p r e v ia s a l p ia n . Al r e d u c ir s e
d ic h a s ta s a s , la s e m p r e s a s i n c o r p o r a r o n e n s u s m á r g e n e s d e u tilid a d e s a d if e r e n
c ia , c o n lo q u e d i s m i n u í a n lo s c o s t o s , p e r o n o lo s p r e c io s d e v e n t a . P o r e s ta r a z ó n ,
la s e m p r e s a s r e c ib ie r o n e n lo s h e c h o s u n a t r a n s f e r e n c ia d e in g r e s o s im p o r t a n t e ,
lo q u e e x p lic a s u a p o y o in ic ia l a la s n u e v a s m e d id a s .
E l p la n t u v o u n e f e c t o f a v o r a b le i n m e d ia t o , q u e in c lu y ó u n in c r e m e n t o d e la s
e x p o r ta c io n e s ; u n a u m e n to d e la s l iq u id a c io n e s d e d iv is a s p o r p a r te d e s u s
t e n e d o r e s , lo q u e p e r m it ió e l c r e c i m i e n t o d e la s r e s e r v a s d e l B a n c o C e n t r a l ; la s u b a
d e la r e c a u d a c i ó n im p o s it iv a y ta r if a r ia ( s o b r e l a s q u e in f lu y e r o n e n f o r m a f a v o r a b le
e l e f e c t o O liv e r a - T a n z i a n t e la b r u s c a d e s a c e l e r a c i ó n in f la c io n a r ia , e l in c r e m e n t o
Años
Tipo de déficit
1984 1985 1986 1987 1988 1909
Déficit operativo del sector público 8,0 4.8 2,4 4,8 5.0 6.2
Déficit cuasifiscal del Banco Central 2,5 2,8 1,1 0.9 1,4 1.4
Déficit global del sector público 10,5 7.7 3,5 5,7 6.4 7.6
Fuente: Ministerio de Economía y BCRA.
El éxito de corto plazo, sin em bargo, esco n día las insuficiencias estructurales,
ya que si bien se había logrado cierta estabilidad de precios, el program a no incluía
realm ente o b je tivo s de reactivació n o crecim ien to, en co n trap o sició n a los
Lincam ientos en los que se había inspirado. Uno de los funcionarios de aquel
gobierno señ alada m ás tarde que "la inestabilidad fue el rasgo dom inante de la
década de los años de 1980: con dicio nó todos los co m p ortam ientos y ab so rb ió los
esfuerzos de la política e co n óm ica". Ejem p lificaba esto refiriéndose a la política
com ercial: "No debe sorprender, por lo tanto, que este trabajo co m ie n ce afirm ando
la inexistencia durante esa década de una política co m ercial definida. El tipo de
cam bio, su variable esencial, se m ovió reflejando los vaive n es d e la coyuntura (...).
La política com ercial fue, por lo tanto, un subproducto de las políticas de corto plazo".
"Este com entario (...) apunta a señ alar (...) la escasa autonom ía de la polítíca
com ercial respecto de los acon tecim ien tos de corto plazo" (ni).
En ese sentido, la falta de un p rog ram ado largo plazo in d icab a cierta d eb ilid ad,
que se profundizaría m ás ad elante. C o m o m edid as co m p le m e n tarias al plan de
ajuste, se plantearon algunos proyectos privatizadores, co m o los de S O M I5 A y
Fa b rica cio n e s Militares, el traslado de la C ap ital Federal a V ie d m a y la redu cción
del em pleo y del gasto público, proyecto s q u e tuviero n m u y lenta o nula
co n creció n. Algo d espu és se lanzó el d en o m in ad o "Plan tlo u sto n ": en una visita a
esa ciudad e stad ou nid en se, e p icen tro de las e m p res as petroleras: A i.tonsim las
co n vo c ó a invertir en el país, m arcan d o un profu nd o viraje frente a la trad ición
radical de co n se rvar la explotación del se cto r petro lero en m an o s del Estado. Sin
em bargo, el proyecto co m en zó a dilatarse en el tiem po, en parte d eb id o a la
lentitud en el e stab lecim iento de un co n trato tipo, pero tam b ién por ca u sa de la
falta de incen tivos que la Argentina b rin daba para un ag resivo program a de
inversiones. De allí que la propuesta no pasó de un d iscurso sin logros co n cre to s
significativos.
L a in v e r s ió n c o n s t it u y e u n b a r ó m e tr o im p o r ta n t e d e la e v o lu c ió n d e la rg o
p la z o d e la e c o n o m ía , p o r c u a n to r e f le ja e l c o m p o r t a m ie n t o d e la c a p a c id a d d e
p r o d u c c ió n d e l p a ís . E n e s e s e n tid o , d u r a n te e l p e r ío d o b a jo a n á lis is s e o b s e r v a
c o n c la r id a d el a le ja m ie n t o p ro g r e s iv o d e la s e ta p a s m á s d in á m ic a s d e lo s a ñ o s '5 0
y '6 0 , p a r a c u lm in a r c o n ta s a s d e in v e r s ió n n e ta n e g a tiv a . E s to s ig n ific a q u e la
in v e r s ió n n o a lc a n z a b a a c u b r ir e l d e s g a s te d e io s b ie n e s d e c a p ita l, c o n tr a y e n d o
la re n ta p o t e n c ia l d e l p a ís .
L o s e f e c t o s r e la t iv a m e n t e f a v o r a b le s d e l p la n c o n r e s p e c to a la in fla c ió n
c o n c it a r o n u n a p o y o p ú b lic o m a y o r ita r io , e x p r e s a d o e n el tr iu n fo e le c to r a l d e la
U C R e n o c t u b r e d e 1 9 8 5 , a u n c u a n d o a m e d ia d o s d e e s e a ñ o , e l p e r o n is m o y lo s
s in d ic a to s h a b ía n c o m e n z a d o a d e s p le g a r un p e rfil c a d a v e z m á s o p o s ito r . E n
c o n tr a p o s ic ió n , s e p ro d u jo u n d e s c e n s o e n lo s p r e c io s in t e r n a c io n a le s d e lo s
c e r e a le s p o r la s v e n t a s s u b s id ia d a s d e lo s E E .U U . a la U R S 5 , q u e v o lv ía a a fe c ta r
la r e n ta b ilid a d d e la s e x p o r ta c io n e s , m ie n tr a s la s p r iv a tiz a c io n e s y e l tr a s la d o d e
la C a p ita l E e d e ra l e ra n b lo q u e a d o s p o r la o p o s ic ió n d e l p e r o n is m o e n el P a r la m e n
to y ja q u e a d o s p o r la s p e r s is t e n te s d ific u lta d e s p r e s u p u e s ta r ia s .
L u e g o d e l é x ito in ic ia l, c o m e n z a r o n a v is u a liz a r s e a lg u n o s e f e c t o s n o d e s e a
d o s. S i b ie n la in fla c ió n s e h a b ía c o n tr a íd o n o ta b le m e n te , p e r s is t ía u n c r e c im ie n to
d e p r e c io s q u e , e n el m e d ia n o p la z o , c o m e n z a r ía a d is to r s io n a r la e s tr u c tu r a d e
p re c io s r e la tiv o s . E s q u e la in fla c ió n r e m a n e n te s e o r ig in a b a e n el le n to p e r o firm e
in c r e m e n to d e l p re c io d e un c o n ju n t o d e a r tíc u lo s c o m o la c a r n e y la s h o rta liz a s
(lo s p r e c io s f le x ) , m ie n tr a s o tr o s (lo s p r o d u c to s in d u s tr ia le s y e l s a la r io ) p e r m a n e
c ía n m á s e s t a b le s . El p la n n o in c lu ía v ía s d e e s c a p e p a ra c o r r e g ir e s a s d is to r s io n e s ,
d e s d e el m o m e n to e n q u e s e p e n s a b a q u e lo s p r e c io s f le x e n c o n tr a r ía n p ro n to un
p u n to d e e q u ilib r io (M ). T a m b ié n la s ta s a s d e in te r é s a c t iv a s n o m in a le s , a u n q u e
h u b ie s e n b a ja d o s u s t a n c ia lm e n te c o n r e s p e c to a s u s v a lo r e s p r e v io s a la a p lic a
c ió n d e l p la n , te rm in a ro n s itu a d a s e n u n n iv e l p o s itiv o y e le v a d o r e s p e c to d e la
in fla c ió n , lo q u e s e c o n s titu y ó e n u n fr e n o p a ra la r e a c t iv a c ió n e c o n ó m ic a .
El e f e c to d e l P la n A u s tra l s o b r e lo s in g r e s o s d e lo s a s a la r ia d o s n o fu e
h o m o g é n e o e n to d o s lo s s e c to r e s . E l m á s a fe c t a d o fu e , s in lu g a r a d u d a s , el s e c t o r
p ú b lic o , y a q u e la s r e m u n e r a c io n e s e s t a ta le s , j u n t o c o n lo s r e tr a s o s e n lo s p a g o s
a p r o v e e d o r e s d e l E s ta d o fo r m a r o n p a rte d e l a ju s t e d e la s c u e n t a s p ú b lic a s . E n
lín e a s g e n e ra le s , to m a n d o com o r e f e r e n c ia lo s n iv e le s s a la r ia le s de 1984,
s im ila re s a lo s d e 198 0 y a lg o m á s b a jo s q u e lo s d e 1 9 7 3 - 1 9 7 4 , el P la n A u s tra l
im p lic ó u n a c a íd a d e la s r e m u n e r a c io n e s r e a le s e n c a s i to d o s lo s s e c to r e s d e la
e c o n o m ía . D e c u a lq u ie r m a n e r a , e s t a c a íd a n o fu e ta n p r o fu n d a s i s e c o n s id e r a n
lo s s a la rio s e f e c tiv a m e n te p e r c ib id o s p o r lo s tr a b a ja d o r e s e n v e z d e lo s d e v e n g a d o s ,
e s d e c ir si s e to m a e n c u e n ta el e f e c t o " d e s in t e g r a c ió n " d e l s a la r io re a l e n lo s
p e río d o s d e a lta in fla c ió n e n tr e e l m o m e n to d e s u c o b r o y a q u e l e n e l c u a l se g a sta .
PNB per cápita Salarios reales
L a s e m p r e s a s , c o m o y a h e m o s p la n t e a d o , s e v ie r o n f a v o r e c id a s p o r la c a íd a
in ic ia l e n lo s c o s t o s f i n a n c ie r o s y la r e d u c c ió n d e la s e x p e c t a t iv a s d e d e v a lu a c ió n ,
q u e a n t e s d e b ia n in c o r p o r a r e n s u s c á lc u lo s d e c o s to s . P e r o c u a n d o e s t a s v e n t a ja s
q u e d a r o n a b s o r b id a s , r e a p a r e c ie r o n lo s d e s liz a m ie n t o s d e p r e c io s y lo s p e d id o s
d e f le x ib iliz a c ió n d e lo s c o n t r o le s .
L a s la s a s d e in t e r é s p o s it iv a s a f e c t a b a n , e n e s p e c ia l, a la s e m p r e s a s p e q u e ñ a s
y m e d ia n a s , c o n m e n o r a c c e s o a l c r é d it o e x t e r n o o a la s fr a n ja s p r e f e r e n c ia le s d e l
m e r c a d o in t e r e m p r e s a r io . E s to , p o r s u p u e s t o , im p lic a b a u n a p r e s ió n r e c e s iv a ,
aunque s im u ltá n e a m e n te lo s m e n o re s n iv e le s de p r o d u c c ió n in t e r n o s
d e s c o m p r im ía n la d e m a n d a d e im p o r t a c io n e s . L a s t a s a s p a s iv a s p o s it iv a s t a m b ié n
in c e n t iv a b a n e l in g r e s o d e c a p it a le s d e c o r t o p la z o (c o n u n d ó la r m a r g in a l c o n
c o t iz a c ió n r e la t iv a m e n t e e s t a b iliz a d a ), lo c u a l te n d ía a r e p r o d u c ir e n p e q u e ñ a
e s c a la la s it u a c ió n v ig e n t e e n é p o c a s d e la " t a b lit a " d e M a r t ín e z de H o z . P a r a e v it a r
e l in g r e s o d e c a p i t a l e s a m u y c o r t o p la z o y m a n io b r a s e s p e c u la t iv a s c o n la s d iv is a s ,
el g o b ie r n o r e g la m e n t ó s u e n t r a d a y s a lid a , p a r a lo c u a l fijó p la z o s m ín im o s m á s
e x t e n s o s p a ra c r é d it o s fin a n c ie r o s y r e d u jo e l p la z o m á x im o p a ra la liq u id a c ió n d e
c a m b io p r o c e d e n t e d e e x p o r t a c io n e s .
E l 4 d e a b ril d e I 9 8 6 s e a n u n c ia r o n c o r r e c c io n e s al p ro g ra m a d e a ju s te , e n
p ro c u r a d e lo g ra r c ie r t a fle x ib iliz a c ió n . L a s m e d id a s c o n s is tía n en n u e v o s a u m e n to s
d e la s ta rifa s p ú b lic a s y lo s p r e c io s d e lo s c o m b u s tib le s , in c lu y e n d o la p rim e r a
d e v a lu a c ió n d e l a u s tr a l e n r e la c ió n c o n e l d ó la r, e lim in a c ió n d e lo s c o n tr o le s d e
p r e c io s y a u to r iz a c ió n a la s e m p r e s a s p a ra a ju s t a r s u s m á r g e n e s y tr a n s fe r ir a p r e c io s
lo s a u m e n to s d e s a la r io s o to r g a d o s y r e a ju s te s d e la s ta s a s d e in te r é s re g u la d a s .
D u r a n te g ra n p a r te d e 1 9 8 6 , e l P la n A u s tr a l p a r e c ió m a n t e n e r u n a r e la t iv a
e s t a b ilid a d d e lo s p r e c io s y f a v o r e c e r e l c r e c im ie n t o e c o n ó m i c o , lu e g o d e la
r c c e s ió n d e 1 9 8 5 . E l P B I g lo b a l c r e c ió u n 5 ,3 % e n e s e a ñ o , c o n u n 1 2 ,8 % de
in c r e m e n t o d e l p r o d u c to in d u s tr ia l. E s t a e x p a n s ió n s e b a s ó e n la e s t r u c t u r a d e
p r e c io s q u e h a b ía c r e a d o el p r o g r a m a e c o n ó m ic o : r e t r o c e s o d e lo s s a la r io s ,
r e d is t r ib u c ió n r e g r e s iv a d e l in g r e s o e in c r e m e n t o d e l c o n s u m o d e lo s s e c t o r e s d e
m a y o r e s r e c u r s o s , tr a s la c ió n d e in g r e s o s d e s d e e l a g r o , y f in a n c ia m ie n t o d e l d é f ic it
fis c a l m e d ia n t e e l e n d e u d a m ie n t o e x te r n o y lu e g o in te r n o . L a f i n a n c ia c ió n d e l
d é fic it a tr a v é s d e l e n d e u d a m ie n t o p e r m itió , a s u v e z , m a n t e n e r e l p a g o d e lo s
in t e r e s e s d e la d e u d a e x t e r n a , c o n f o r m a n d o a la b a n c a a c r e e d o r a , y s o s t e n e r b a ja
la in f la c ió n . E s t a s it u a c ió n c o m e n z ó a h a c e r s e c a d a v e z m á s p r o b le m á t ic a , y a q u e
a la s te n s io n e s m e n c io n a d a s s e s u m a b a n d if ic u lt a d e s e n e l b a la n c e c o m e r c ia l
(c a íd a e n lo s p r e c io s i n t e r n a c io n a le s d e lo s g ra r.o s y d is m in u c ió n d e lo s v o lú m e n e s
d é l a p r o d u c c ió n a g r o p e c u a r ia e x p o r t a b le p o r c a u s a d e f u e r t e s i n u n d a c io n e s ) , a n te
lo c u a l e l c s t a b li s h m c n t y la b a n c a a c r e e d o r a c o m e n z a r o n a p r e s io n a r , p id ie n d o
u n a m a x id e v a lu a c ió n .
Saldo del
Exportacio Importacio Servidos Deuda Términos del Tasa libor
Ano balance
nes nes financieros externa intercambio nominal
comercial
Elaboración propia.
Fuentes: INDEC y BCRA.
C u a d ro 8,11. In d ic a d o re s d e l s e c to r e x te rn o (e n m illo n e s d e d ó la re s .
T é rm in o s d e l in te rc a m b io 1970=100).
M, Privado
Mj
Año (Billetes y monedas +
(M, + Oep. a plazos)
Dep. a la vista)
1980 7,6 25,0
1981 5,9 22,3
1982 5,3 17.4
1983 4,4 14,4
1984 3,9 12,5
1985 4,6 11,7
1986 6,6 18,2
1987 5,5 17,0
1988 3,6 14,5
1989 2.8 13,4
Elaboración propia.
Fuente: BCRA.
P e r o e s ta p o lít ic a m o n e t a r ia s e c o n j u g ó e n el ú lt im o tr im e s tr e d e l a ñ o y
c o m ie n z o s d e 1 9 8 7 c o n u n s a lt o h a c ia a r r ib a e n e l d é fic it fis c a l. E s q u e p a ra e s e
e n t o n c e s h a b ía c a í d o la r e c a u d a c ió n a d u a n e r a , d e b id o a la r e d u c c ió n d e los
p r e c io s d e lo s p r o d u c t o s a g r o p e c u a r io s e n lo s m e r c a d o s in t e r n a c io n a le s y a la
c o n tr a c c ió n en la s c a n t i d a d e s e x p o r ta d a s , la L e y de A h o rro fo rz o s o h a b ía
c a d u c a d o y la s ta r ifa s p ú b lic a s s e d e t e r io r a b a n e n t é r m in o s r e a le s . E l g a s to , p o r su
p a r te , m o s t r a b a u n a lto g r a d o d e in f le x ib ilid a d , o r ig in a d a e n el im p o r t a n t e p e s o d e
lo s i n t e r e s e s d e la d e u d a p ú b lic a . P o r o tra p a rte , la s c o m p r a s d e d iv is a s d e l
g o b ie r n o p a r a c a n c e l a r s u s c o m p r o m is o s c o n e l e x t e r io r g e n e r a b a n u n a e x p a n s ió n
m o n e t a r ia que se tr a ta b a de e s t e r iliz a r ( a fin de e v it a r m a y o r e s te n s io n e s
in f la c io n a r ia s ) p o r m e d io d e a lt a s ta s a s d e in te r é s .
S in e m b a r g o , la p o lít ic a m o n e t a r ia c o n t r a c t iv a t a m b ié n a fe c t a b a a la s c u e n t a s
p ú b lic a s ; p o r u n la d o , s u p r e s ió n r e c e s iv a r e d u c ía la r e c a u d a c ió n , d e p e n d ie n t e d e
la m a g n itu d d e la a c t iv id a d p r o d u c t iv a ; p o r o tr o , in c r e m e n t a b a la r e m u n e r a c ió n a
lo s e n c a j e s d e l s is t e m a b a n c a r io , lo q ue a u m e n t a b a e l g a s t o . L a s u m a t o r ia d e e s t o s
f a c t o r e s t u v o c o m o r e s u lt a d o u n a d u p lic a c ió n d e la r e la c ió n e n t r e e l d é fic it fis c a l
y e l P B l e n tr e 1 9 8 6 y 1 9 8 8 , q u e a le ja r o n e l r e s u lt a d o fis c a l d e lo s n iv e le s q u e la s
a u t o r id a d e s h a b ía n c o n s id e r a d o c o m p a t ib le s c o n la e s t a b ilid a d al in ic io d e l p la n .
E n c o n s e c u e n c i a , a r r e c ia r o n la s t e n s io n e s in f la c io n a r ia s , m ie n tr a s la s " a n c la s "
q u e la s c o n t e n ía n c o m e n z a b a n a d e s p r e n d e r s e : lo s s a la r io s s e a ju s t a b a n en v irtu d
d e n e g o c ia c io n e s d e lo s s in d ic a lis t a s c o n lo s e m p r e s a r io s , la s ta r ifa s p ú b lic a s y el
tip o d e c a m b i o e s t a b a n in d e x a d o s y lo s p r e c io s s e e n c o n t r a b a n "f ie x ib iliz a d o s " .
E l c o n t e x t o e c o n ó m i c o d a b a c la r a s s e ñ a l e s d e u n a fu e r t e p u ja d is tr ib u tiv a , q u e
t e n ía c o m o c e n t r o la s t r a n s f e r e n c ia s d e l E s ta d o . A l n o e x is tir u n a n e g o c ia c ió n
c o le c tiv a q u e o rg a n iz a ra d e a n te m a n o e l p r e s u p u e s to , lo s d iv e r s o s s e c t o r e s s e
e n c o n tr a b a n en u n a re la c ió n b ila te ra l c o n el g o b ie r n o , e n la q u e u tiliz a b a n su
c a p a c id a d d e p re s ió n p a ra p e d ir t r a n s f e r e n c ia s o c o n c e s io n e s im p o s itiv a s e n
fo rm a in d e p e n d ie n te , lo c u a l in c r e m e n ta b a e l g a s to p ú b lic o g lo b a l y la s d is to r s io n e s
m a c r o e c o n ó m ic a s m e d id a s e n té r m in o s d e im p u e s to in f la c io n a r io . " E n ú ltim a
in s ta n c ia , e l p ro b le m a b á s ic o ra d ic a e n q u e e l s is te m a d e s c e n t r a liz a d o d e la s
“v e n ta n illa s » c r e a in c e n tiv o s in d iv id u a le s q u e lle v a n a a u m e n t a r la s p é r d id a s
a g re g a d a s , p o rq u e e n m a s c a r a la c o m p e t e n c ia e n tr e lo s g r u p o s p o r la d is tr ib u c ió n
de in g re s o s (h a c ie n d o p a r e c e r q u e lo s g r u p o s s e e n fr e n ta n c o n e l g o b ie r n o y n o
e n tre s í) y h a c e q u e e llo s e je r z a n s u c a p a c id a d d e p r e s ió n d e u n m o d o q u e n o
p e rm ite te n e r e n c u e n ta p le n a m e n te e l c o s to s o c ia l d e l c o n ju n t o d e d e m a n d a s " (94).
L a s c r e c ie n te s c o m p lic a c io n e s in d u je ro n a la a d o p c ió n d e n u e v a s m e d id a s . A sí,
en n o v ie m b re d e 1986, s e c r e ó un "D ir e c to r io d e E m p r e s a s P ú b lic a s ", q u e n u c le a b a
a to d a s la s e m p re s a s del E s ta d o . El o b je tiv o d e e s e h o ld in g s e o r ie n ta b a a re o rg a n iz a r
y ra c io n a liz a r la s c o m p a ñ ía s c o n c rite rio s d e e f ic ie n c ia p ro p io s d e l s e c to r p riv a d o ,
p la n te á n d o s e , in c lu s iv e , la p o s ib ilid a d d e su p riv a tiz a c ió n to ta l o p a rc ia l (fl5).
E l c o n g e la m ie n to d e p r e c io s y s a la r io s s e c o m b in ó c o n u n a m in id e v a lu a c ió n ,
y s e m a n tu v o e l c o n s tr e ñ im ie n to m o n e ta r io a tr a v é s d e la p o lít ic a d e l B a n c o
C e n tra l, p e ro la s e x p e c ta t iv a s d e s fa v o r a b le s d e l p ú b lic o , la a u s e n c ia d e u n a
d e s in d e x a c ió n d e c o n tra to s y la in e x is te n c ia d e u n c o lc h ó n e n ta rifa s y p r e c io s
e q u iv a le n te al q u e e x is tía e n ju n i o d e 1 9 8 5 , h iz o fr a c a s a r el in te n to r á p id a m e n te .
A p e s a r d e to d o , la in te r p r e ta c ió n d e l g o b ie r n o s o b r e la s itu a c ió n e c o n ó m ic a
a p rin c ip io s d e 19 8 7 n o e r a t o ta lm e n te p e s im is ta . E n e l m e n s a je q u e a c o m p a ñ a b a
el p ro y e c to d e le y d e p re s u p u e s to p a ra 1 98 7 s e e n u m e r a b a n u n c o n ju n to d e
d ific u lta d e s , p e ro s e c o n f ia b a q u e a tr a v é s d e d e t e r m in a d a s m e d id a s e s t r u c tu r a le s
p o d ría n s e r s o rte a d a s . S e p la n te a b a q u e p e s e a lo s é x ito s p a r c ia le s lo g ra d o s e n la
(94) Cf. flr.YMAm, Daniel, "Conflicto distributivo y déficit fiscal. Motas sobre la experiencia
argentina, 1970-1987", en D e sarrollo E co nóm ico, l i ° 115, octubre-diciembre de 1989, pág. 324.
(95) Osso.ia , J. (1992), pág. 41.
lu c h a p o r la e s t a b ilid a d d e p r e c io s y la r e c u p e r a c ió n d e l c r e c im ie n t o e c o n ó m ic o ,
lo s r e s u lt a d o s a ú n n o e r a n d e f in it iv o s y e s t a b a n c u e s t io n a d o s p o r p a u ta s d e
c o m p o r t a m ie n t o p e r v e r s a s d e lo s a c t o r e s e c o n ó m ic o s .
S in e m b a r g o , e n o p in ió n d e l e q u ip o e c o n ó m ic o , a lg u n a s m e d id a s d e fo n d o
e n c a r a d a s p o r e l g o b ie r n o p o d r ía n e v it a r la v u e lt a a u n a p u ja d is tr ib u tiv a d e s u m a
c e r o . E n tr e e s t a s m e d id a s e l e q u ip o e c o n ó m i c o p r o p o n ía u n a m a y o r in te g r a c ió n
d e la e c o n o m ía a l c o m e r c io m u n d ia l, a tr a v é s d e u n a a p e r tu r a e x p o r ta d o r a ; e l
a lie n t o a la in v e r s ió n p r iv a d a , b r in d a n d o u n m a r c o d e e x p e c t a t iv a s e s t a b le s c o n
a p o y o tec n o ló g ic o ,- la r e e s t r u c t u r a c ió n d e l m e r c a d o d e c a p it a le s y d e l s is te m a
fin a n c ie r o , y la r e f o r m a d e l E s ta d o . E s t a ú ltim a s u p o n ía u n a t r a n s f o r m a c ió n d e l
ré g im e n d e s a la r io s y e m p le o p ú b lic o , la p r iv a tiz a c ió n d e e m p r e s a s p ú b lic a s , u n a
re fo rm a t r ib u t a r ía q u e s u p la n t a s e el im p u e s t o in f la c io n a r io por g ravá m en e s
e x p líc it o s y la r e d u c c ió n d e l g a s t o p r o v in c ia l e x c e s iv o .
rio o b s ta n te , la s p r o p u e s t a s tu v ie r o n u n c u m p lim ie n t o p a r c ia l, d e b id o a la
d ifíc il c o y u n t u r a in t e r n a c io n a l c o n la c u a l s e d e b ía e n f r e n t a r e l p a ís (la c a íd a d e la s
c o t iz a c io n e s d e g r a n o s y o le a g in o s a s e n u n 2 5 % . la s m e d id a s p r o t e c c io n is t a s y lo s
s u b s id io s p o r p a r te d e lo s g o b ie r n o s d e lo s p a ís e s c e n t r a le s , y la s a lta s ta s a s d e
in t e r é s in te r n a c io n a le s ) y la s r e s is t e n c ia s in te r n a s p o r p a rte d e d is tin to s fa c to r e s
d e p o d e r, c o m o lo s c o n t r a t is t a s d e l E s ta d o , lo s b e n e f ic ia r io s d e r e g ím e n e s d e
p r o m o c ió n in d u s tr ia l, lo s g o b ie r n o s p r o v in c ia le s y lo s e m p le a d o s p ú b lic o s .
L a s it u a c ió n e c o n ó m i c a c o m e n z ó a s i a d a r s ig n o s d e u n m a y o r d e te r io r o .
In flu ía n e n e llo la p u ja s in d ic a l p o r m a y o r e s s a la r io s y c o n t r a la r a c io n a liz a c ió n d e l
s e c t o r p ú b lic o ; la p r e s ió n d e la b a n c a p r iv a d a in t e r n a c io n a l p o r e l p a g o to ta l d e lo s
s e r v ic io s d e la d e u d a ( a u n q u e lo s o r g a n is m o s f in a n c ie r o s in t e r n a c io n a le s , c o m o
e l FM1 y e l B a n c o M u n d ia l, s e m o s tr a b a n a lg o m á s fle x ib le s ); la le n titu d en la
e j e c u c i ó n d e la s p r iv a t iz a c io n e s d e la s e m p r e s a s d e l E s t a d o ; y la s d if ic u lt a d e s p a ra
c o n t r o la r lo s c o n t r a t o s d e l E s t a d o c o n d iv e r s a s e m p r e s a s q u e c o n f o r m a b a n la
lla m a d a "p a t r ia c o n t r a t is t a " y t e n ía n g r a n in c id e n c ia e c o n ó m ic a t90). A sí, e n ju lio ,
e l a c u e r d o c o n el F M I, q u e e s t ip u la b a u n a c o r r e c c ió n d e lo s p r e c io s r e la tiv o s a
t r a v é s d e a u m e n t o s d e ta r ifa s p ú b lic a s y d e l tip o d e c a m b io , e m p u jó a lo s p r e c io s
r á p id a m e n t e al a lz a , m ie n tr a s q u e lo s a c u e r d o s e n tr e e m p r e s a r io s y s in d ic a lis t a s
a lim e n t a b a n la in f la c ió n , q u e a lc a n z a b a o tra v e z ta s a s d e l 15 % m e n s u a l.
T a m b ié n e x is tía n p r o b le m a s d e ( m a n d a m ie n t o en el s e c t o r p ú b lic o . El
c o m p r o m is o d e m a n t e n e r b a jo c o n tr o l la c a n tid a d d e d in e r o s e v e ía c o n tr a r ia d o
p o r e l c r e c ie n t e d é f ic it fis c a l y p o r la n e c e s id a d d e c o m p r a r d iv is a s p a ra c a n c e la r
lo s c o m p r o m is o s e x te r n o s , lo c u a l im p lic a b a in y e c t a r el c o n t r a v a lo r e n a u s tr a le s
e n e l m e r c a d o . E s t o o b lig a b a a r e c u r r ir d e m a n e r a c a s i a b u s iv a a h e r r a m ie n t a s d e
p o lít ic a e c o n ó m i c a q u e p o d ía n s e r e x p lo s iv a s e n el m e d ia n o p la z o , c o m o tr a ta r d e
e s t e r iliz a r p a rte d e la n u e v a m a s a m o n e t a r ia c o n la c o lo c a c ió n d e títu lo s p ú b lic o s ,
c a n je a n d o , e n d e fin itiv a , d e u d a e x te r n a p o r d e u d a in te r n a . E n la m is m a d ir e c c ió n
o p e r a b a el in c r e m e n to d e lo s e n c a je s d e l s is te m a b a n c a r io , q u e e r a n r e m u n e r a d o s
c o n un in te ré s . E s to s in te r e s e s , c o m o y a e x p lic a m o s , c o n s titu ía n un g a s to q u e
a lim e n ta b a el d é fic it y se d e n o m in a b a "d é fic it c u a s íf is c a l" ; s u e v o lu c ió n a lim e n t a
b a la e x p e c ta t iv a d e un re la ja m ie n to fu tu ro d e la o fe r ta m o n e ta r ia . E n d e fin itiv a ,
el s o s te n im ie n to d e e s ta p o lític a d e p e n d ía d e l a tr a c tiv o d e lo s títu lo s d e d e u d a p o r
p a rte d e lo s p o s ib le s to m a d o r e s .
A m e d id a q u e el m e r c a d o d e e s o s títu lo s s e fu e s a tu r a n d o , q u e la d e u d a c r e c ía
(y, p o r c o n s ig u ie n te , la s d u d a s s o b r e la s o lv e n c ia d e l E s t a d o a la h o ra d e l
v e n c im ie n to ) y q u e la in fla c ió n s e r e c a le n ta b a , e l g o b ie r n o s e v e ía fo rz a d o a
in c r e m e n ta r la s ta s a s d e in te r é s p a ra q u e s u s b o n o s n o p e r d ie r a n a tr a c tiv o . P e r o
e s to v o lv ía a r e p e r c u t ir s o b r e e l v o lu m e n d e la d e u d a , a l c a p ita liz a r s e c r e c ie n t e s
m a s a s d e g a n a n c ia fin a n c ie ra , e in flu ía s o b r e la a c tiv id a d e c o n ó m ic a , y a q u e la s
ta s a s d e in te r é s d e to d o el s is te m a s e v e ía n a r r a s tr a d a s p o r e s t e m e c a n is m o . A h o r a
b ie n , la s ta s a s d e in te r é s c r e c ie n t e s y la s d ific u lta d e s e n la o fe r ta a lim e n t a b a n la
in fla c ió n , p r e s io n a n d o o tra v e z s o b r e la s ta s a s d e in te r é s n o m in a le s . Un p e r v e r s o
c ir c u lo v ic io s o c o m e n z a b a a h o r a d a r la s b a s e s d e l P la n A u s tra l,
A p e s a r d e e s ta s d ific u lta d e s , e l g o b ie r n o in te n tó p r o fu n d iz a r la s r e fo r m a s
e s t ru c tu ra le s y a p ro g ra m a d a s : p r o p u s o a l P a r la m e n to un c o n ju n t o d e m e d id a s ,
e n tre la s c u a le s s e in c lu ía n u n a n u e v a le y d e c o p a r tic ip a c ió n fe d e r a l, la d e s r e g u
la c ió n d e s e r v ic io s p ú b lic o s y d e la a c tiv id a d p e tr o le r a , la v e n t a d e l 4 0 % d e la
e m p r e s a A e r o lín e a s A rg e n tin a s , la r e f o r m a d e l r é g im e n d e p r o m o c ió n in d u s tria l y
la re d u c c ió n d e la p r o te c c ió n a r a n c e la r ia y p a r a a r a n c e la r ia e n d e te r m in a d o s
s e c to r e s e c o n ó m ic o s .
A u n q u e e n a lg u n o s c a s o s tu v ie r o n a p r o b a c ió n p a r la m e n ta r ia , e s t a s p r o p u e s
ta s s u frie ro n , e n g e n e r a l, fu e rte o p o s ic ió n , ta n to p o r p a rte d e l p e r o n is m o c o m o d e
lo s lo b b ie s a fe c ta d o s . E n c o n s e c u e n c ia , el m a rg e n d e a c c ió n d e l g o b ie r n o s e fu e
a c o ta n d o : la s m e d id a s s e d e m o r a b a n , y, s im u lt á n e a m e n t e , la s h e r r a m ie n t a s d e
p o lític a e c o n ó m ic a e n m a n o s d e l e q u ip o s e ib a n lim ita n d o . El M in is te r io d e T r a b a jo
log ró la a p r o b a c ió n d e un p a q u e te d e le y e s la b o r a le s y la c o n v o c a t o r ia p a ra
C o n v e n c io n e s C o le c tiv a s d e T r a b a jo p a ra c o m ie n z o s d e 1 9 8 8 , q u e d a n d o , e n t o n
c e s , la fija c ió n d e lo s s a la r io s p r iv a d o s fu e r a d e l m a n e jo g u b e r n a m e n ta l. T a m b ié n
se d e b ie r o n d e s re g u la r to ta lm e n te la s ta s a s d e in te r é s y s e c r e ó u n tip o d e c a m b io
lib re p a ra la s tr a n s a c c io n e s d e c a p ita l.
A p e s a r d e lo s s ig n o s n e g a tiv o s, s e lo g ró c o n c lu ir la s la rg a s n e g o c ia c io n e s c o n
la b a n c a a c re e d o ra , p e n n itie n d o la lle g a d a d e re c u r s o s fin a n c ie r o s e x te rn o s q u e
a liv ia ro n u n ta n to e l p a n o ra m a (37)- P e ro la c a íd a d e l s a ld o d e l b a la n c e c o m e r c ia l
A m e d ia d o s d e 1 9 8 8 , la e c o n o m ía a r g e n tin a s e e n c o n t r a b a e n u n a s itu a c ió n
c r ític a , e n la q u e s e c o m b in a b a n la r e c e s ió n , la in f la c ió n (4 4 0 % a c u m u la d o s d e l
s e m e s t r e ) , la c a id a s a la r ia l (3 3 % d e s d e 19 8 4 ) y la d e s o c u p a c ió n (6 ,5 % d e la P E A ,
a d e m á s d e un 8 ,9 % d e s u b o c u p a c ió n ), m ie n tr a s q u e la d e u d a in te r n a a lc a n z a b a
lo s 4 6 . 0 0 0 m illo n e s d e d ó la r e s . E l r e t r o c e s o s a la r ia l g e n e r ó u n c o n ju n t o d e h u e lg a s
e n d is t in t o s s e c t o r e s , y u n p a r o g e n e r a l d e lo s t r a b a ja d o r e s d e s e r v ic io s p ú b lic o s
t e r m in ó c o n u n im p o r t a n t e d e s o r d e n e n la P la z a d e M a y o y a c to s d e v a n d a lis m o
e n lo s a lr e d e d o r e s .
C u r io s a m e n t e , e n ta n to la s it u a c ió n e c o n ó m ic a y p o lít ic a in te r n a s e d e t e r io r a
b a , e l s e c t o r e x t e m o m o s t r a b a s ig n o s d e m e jo r ía : u n a s e q u ía e n e l H e m is fe r io
n o r t e e l e v a b a lo s p r e c io s in t e r n a c io n a le s d e a lg u n o s p r o d u c to s a g r íc o la s . A n te
e s t a c o m p l e ja s it u a c ió n , s e p r e s e n tó u n a n u e v a v e r s ió n d e p la n d e s h o c k , el
lla m a d o " P la n P r im a v e r a " d e a g o s to d e 19 8 8 , q u e c o n t a b a c o n el a p o y o d e d iv e r s a s
e n t id a d e s e m p r e s a r ia s , c o m o la U IA , la C A C y la C O I, p e ro , d a d a s la s m e d id a s
i m p le m e n t a d a s , s e g r a n je a r ía la o p o s ic ió n d e o tr a s e n t id a d e s d e n o m e n o r p e s o ,
c o m o la S R A .
E l p la n in c o r p o r a b a v a r ia s m e d id a s n o im p le m e n t a d a s h a s ta e n t o n c e s . P o r un
la d o , a n t e la p r o m e s a d e Ai.ronsir< a lo s p r o d u c t o r e s r u r a le s d e n o a p lic a r n u e v o s
i m p u e s t o s a la s e x p o r t a c io n e s a g r o p e c u a r ia s (q u e h a b r ía n s o lu c io n a d o , al m e n o s
p a r c ia lm e n t e , e l p r o b le m a d e c a j a g u b e r n a m e n t a l), s e d e s d o b ló el m e r c a d o
c a m b ia r io , q u e d a n d o a q u é lla s e n e l s e g m e n t o r e g u la d o c o n u n tip o d e c a m b io
m e n o r . E l s e g u n d o m e r c a d o , lla m a d o " f in a n c ie r o " , fu e lib e r a d o fo r m a lm e n te , p e ro
s e a n u n c ió q u e el B a n c o C e n tr a l in t e r v e n d r ía e n e l m is m o p a ra q u e la d ife r e n c ia
e n t r e a m b o s n o s u p e r a s e e l 2 5 % . E n el p r im e r m e r c a d o s e liq u id a r ía n e l to ta l d e
la s e x p o r t a c io n e s a g r íc o la s y e l 5 0 % d e la s in d u s tr ia le s , m ie n tr a s q u e e n el
s e g u n d o s e n e g o c ia r ía n la s d iv is a s c o r r e s p o n d ie n t e s al o tr o 5 0 % d e la s e x p o r ta
c io n e s m a n u f a c t u r e r a s , d e la s i m p o r t a c io n e s y lo s in t e r e s e s d e la d e u d a e x te r n a
d e lo s p a r tic u la r e s . S e e s p e r a b a u n e x c e s o d e d e m a n d a e n e l m e r c a d o lib r e , y a q u e
la m ita d d e l v a lo r d e la s e x p o r t a c io n e s n o c u b r ir ía el v a lo r d e la s im p o r t a c io n e s m á s
in te r e s e s , y e s e e x c e s o s e r ia f in a n c ia d o p o r v e n t a s d ia r ia s d e d iv is a s p o r la s
a u to r id a d e s m o n e t a r ia s (o r ig in a d a s e n el e x c e s o d e o fe r ta d e l m e r c a d o c o m e r c ia l),
d e fo r m a tal d e m a n t e n e r la b r e c h a p r e v is t a ( " ) . P o r m e d io d e l d e s d o b la m ie n t o
c a m b ia d o , el g o b ie r n o tr a ta b a , e n t o n c e s , d e r e d is t r ib u ir a s u fa v o r u n a p a r te d e l
in c r e m e n t o d e l p re c io d e lo s p r o d u c t o s a g r íc o la s s in r e c u r r i r á la s r e t e n c io n e s ; d e
a llí la o p o s ic ió n d e la S R A .
L a e s t a b ilid a d d e p r e c io s s e b a s a b a e s t a v e z e n u n a c u e r d o d e s in d c x a t o r io c o n
la s e m p r e s a s lid e r e s y r e f r e n d a d o p o r la s c á m a r a s p a t r o n a le s m á s im p o r t a n t e s , y
n o e n u n c o n g e la m ie n to . E l g o b ie r n o d e b ió r e s ig n a r a c a m b io t r e s p u n to s e n la ta s a
d e l im p u e s t o al v a lo r a g re g a d o (d e l 18 a l 15 % ), lo c u a l e r a c o n t r a d ic t o r io e n u n
p la n c u y o o b je tiv o e ra la e le v a c ió n d e lo s in g re s o s fis c a le s . P o r e s o , s e in c r e m e n ta r o n ,
c o m o c o m p e n s a c ió n , la s ta r ifa s p ú b lic a s e n u n 3 0 % .
D a d o q u e el C o n g re s o h a b ía a p r o b a d o a fin e s d e 1 98 7 u n a le y e n la q u e r e s t a b le c ía
la s n e g o c ia c io n e s p a rita ria s lib res, lo s s a la r io s n o p o d ía n s e r fija d o s u n ila te r a lm e n te
p o r el g o b ie rn o . S e e s p e ra b a q u e lo s a c u e r d o s e n tre s in d ic a to s y c á m a r a s e m p r e s a r ia s
re s p e ta ra n la s p a u ta s d e c o r r e c c ió n d e p r e c io s p la n te a d a s e n tre el g o b ie r n o y lo s
e m p re s a rio s . T a m b ié n e n e s ta o c a s ió n el tip o de c a m b io y la s ta rifa s p ú b lic a s fu e ro n
co rre g id o s e n s e n tid o a s c e n d e n t e a n te s d e l a n u n c io d e l p la n ( ,0°) .
E l e f e c t o a n t iin f la c io n a r io d e l p r o g r a m a s e p r o lo n g ó e s t a v e z p o r u n p e r io d o
m u c h o m á s c o r to (d e a g o s to d e 1 9 8 8 a fe b r e r o d e 1 9 8 9 ), a u n q u e la in f la c ió n
m e n s u a l b a jó d e l 2 5 % al c o m ie n z o d e l p la n al 6 ,8 % e n d ic ie m b r e . A s u v e z , ta n to
la s ta rifa s p ú b lic a s c o m o e l tip o d e c a m b io te n d ie r o n a r e t r a s a r s e , a c e n t u a n d o lo s
e f e c to s n e g a tiv o s s o b r e e l d e s e q u ilib r io fis c a l y e l d e l s e c t o r e x te r n o . L a s t a s a s d e
in te r é s r e s u lt a b a n a lta s e n té r m in o s r e a le s , d e b id o a la r e s t r ic tiv a p o lít ic a m o n e
ta ria y al e m p u je a s c e n d e n t e p o r p a r te d e lo s r e n d im ie n t o s d e lo s títu lo s p ú b lic o s
q u e in te n ta b a c o lo c a r e l g o b ie r n o . L a c a n t id a d y v a r ie d a d d e d o c u m e n t o s d e d e u d a
p ú b lic a e m itid o s , e n g e n e r a l a p la z o s c a d a v e z m á s b r e v e s y c o n to d o tip o d e
c lá u s u la s d e in d e x a c ió n , fu e ¡ n c r e s c e n d o , d a n d o lu g a r a u n f e n ó m e n o c o n o c id o
c o m o "e l fe s tiv a l d e b o n o s " , e n t r e lo s c u a le s s e c o n t a b a n lo s B O r iO R , B O M in ,
B A R R A , B A G O N , T ID O L , D E N O R , V A V IS y T C D .
E l c o n tr o l s o b r e la o fe r t a m o n e t a r ia p o r el B a n c o C e n tr a l s e fu e d e b ilit a n d o
d a d o el c r e c ie n t e d é fic it fis c a l, el r e n o v a d o s u p e r á v it c o m e r c ia l y la c a íd a e n la
d e m a n d a d e títu lo s g u b e r n a m e n t a le s . A n te e llo , s e o p t ó p o r la c o lo c a c ió n fo rz o s a
d e d e u d a e n el s is t e m a fin a n c ie r o , a t r a v é s d e e n c a je s r e m u n e r a d o s .
L a s c u e n t a s f is c a le s ta m b ié n fu e r o n s a lie n d o d e s u c a u c e , y a q u e s e g e n e r a liz ó
u n m a s iv o in c u m p lim ie n t o fis c a l a n t e la e x p e c t a t iv a d e u n fu tu r o " b la n q u e o
im p o s itiv o ", lu e g o d e l p r ó x im o c a m b io d e g o b ie r n o . A s im is m o , u n a p a r te d e la s
le y e s im p o s itiv a s in g r e s a d a s al P a r la m e n t o p a r a a u m e n t a r la r e c a u d a c ió n no
fu e ro n a p r o b a d a s . F in a lm e n te , la s t e n d e n c ia s r e c e s iv a s t a m b ié n p r e s io n a b a n a la
b a ja la r e c a u d a c ió n im p o s itiv a , a l r e d u c ir la b a s e im p o n ib le .
A c o m ie n z o s d e 1 9 8 9 la s e x p e c t a t iv a s in f la c io n a r ia s c r e c ie r o n ; c o la b o r a b a n
p a r a e llo c a u s a s t a n to e c o n ó m ic a s c o r n o p o lít ic a s ( l01). El B a n c o M u n d ia l, q u e al
p r in c ip io h a b ía a p o y a d o e l p r o g r a m a e c o n ó m ic o , e n v is ta d e la s d ific u lt a d e s y a n te
lo s n u e v o s a ir e s q u e s o p la b a n e n la r e c ie n t e m e n t e a s u m id a A d m in is tr a c ió n B u s h
e n el g o b ie r n o n o r t e a m e r ic a n o , s u s p e n d ió lo s d e s e m b o ls o s p r o m e tid o s ( 102). P a ra
m ayo de 1 9 8 9 e r a p r e v is ib le el tr iu n fo p e r o n is ta y s e e s p e r a b a u n a p o lít ic a
r e d is t r ib u c io n is t a m o d e r a d a , c o n d is c u r s o p o p u lis ta p e r o s in m o d if ic a r el m o d e lo
e c o n ó m ic o en m a r c h a . S in e m b a r g o , p a ra m u c h o s e s a p e r s p e c t iv a e r a p r e o c u p a n te .
E d uard o A n g el o z , e l c a n d id a t o o fic ia lis t a , p la n t e a b a a b ie r t a m e n t e la p r o fu n d iz a c íó n
d e un m o d e lo p r iv a tiz a d o r y lib e r a liz a n te . L a s e x p e c t a t iv a s d e c a m b io s e n la
p o lít ic a e c o n ó m i c a p o r p a r te d e l fu tu r o g o b ie r n o y la im p o t e n c ia d e la s a u to r id a d e s
e c o n ó m ic a s a n t e la c e r c a n ía d e s u p a r tid a in c r e m e n t a r o n la ¡n c e r tid u m b r e . L o s
t e n e d o r e s d e d e p ó s it o s e n d ó la r e s c o m e n z a r o n a a c u d ir a lo s b a n c o s e n b u s c a d e
s u s fo n d o s
D u r a n te lo s ú lt im o s d ia s d e e n e r o , s e p r o d u jo u n a c o r r id a e s p e c u la t iv a c o n tr a
el a u s tr a l (d e la q u e n o e r a n a je n o s a lg u n o s g r u p o s fin a n c ie r o s ) y e l B a n c o C e n tr a l
v e n d ió 9 0 0 m illo n e s d e d ó la r e s e n q u in c e d ía s (e n tr e a g o s to d e 1 9 8 8 y e n e r o d e
1 9 8 9 la s v e n t a s p ú b lic a s d e la d iv is a n o r t e a m e r ic a n a s u m a r o n 1 .7 3 8 m illo n e s ),
t r a ta n d o d e d e f e n d e r el v a lo r d e la m o n e d a , e n u n a e s t r a te g ia a lt a m e n t e d is c u tib le .
E n e f e c t o , e l é x ito d e tal p o lít ic a e n un c o n t e x t o d e g ra n in e s t a b ilid a d y v o la tilid a d
d e p e n d e d e la e x is t e n c ia d e im p o r t a n t e s r e s e r v a s p o r p a rte d e l B a n c o C e n tr a l, ya
q u e d e lo c o n tr a r io p u e d e o c u r r ir q u e la d e m a n d a d e d iv is a s s u p e r e a s u o fe r ta y
e l in t e n t o d e c o n tr o l d e r iv e e n u n a g r a v a m ie n t o d e la s c o n d ic io n e s in ic ia le s y d e je
s i m u lt á n e a m e n t e al g o b ie r n o s in c a p a c id a d d e in t e r v e n c ió n ( IM ). E l p a ís r e c o n o c ía
y a n u m e r o s o s a n t e c e d e n t e s s im ila r e s , e n tr e lo s q u e m e r e c e n d e s t a c a r s e la c r is is
E l 6 d e fe b r e r o d e 1 9 8 9 , la s a u t o r id a d e s m o n e t a r ia s y a n o c o n t a b a n c o n
s u f ic ie n t e s r e s e r v a s p a ra in t e r v e n ir e n e l m e r c a d o c a m b ia r lo p o r lo q u e p r o c e d ie
ro n a re o rg a n iz a rlo n u e v a m e n t e , a b r ie n d o d o s s e g m e n t o s c o n p r e c io s r e g u la d o s
p a ra e x p o r t a c io n e s e im p o r t a c io n e s r e s p e c t iv a m e n t e y u n t e r c e r o lib r e p ara
o p e r a c io n e s fin a n c ie r a s . E n lo s h e c h o s , la r e o r g a n iz a c ió n d e l m e r c a d o c a m b ia r lo
s ig n ific a b a u n a d e v a lu a c ió n e n c u b ie r t a , q u e , s in e m b a r g o , n o fu e s u f ic ie n t e p a r a
d e te n e r la s p r o te s ta s d e lo s g r u p o s e c o n ó m ic o s o p o s it o r e s , lid e r a d o s p o r la
S o c ie d a d R u ra l A rg e n tin a . P e r o a d e m á s , p r o v o c ó el r e c h a z o d e b u e n a p a r te d e
q u ie n e s h a b ía n a p o y a d o e l P la n P r im a v e r a , y a q u e la s n u e v a s m e d id a s le s h a b ía n
p r o v o c a d o im p o r ta n t e s p é r d id a s f in a n c ie r a s . S e in ic ió , e n t o n c e s , u n a fu e r te fu g a
d e c a p ita le s , q u e fu e c a lif ic a d a c o m o e l g o lp e e c o n ó m i c o m á s im p o r t a n t e d e s d e
el re to r n o d e la d e m o c r a c ia ( l05). L a b u r b u ja e s p e c u la t iv a fu e im p a r a b le ; la
c o tiz a c ió n d e l d ó la r lib re s e d is p a r ó , in c r e m e n t a n d o la b r e c h a c a m b ia r ía e n tr e
am bos m e rca d o s y re fo rz a n d o la c o r r id a c a m b ia r ía . A su vez, lo s p r e c io s
c o m e n z a r o n a a c o m p a ñ a r la e v o lu c ió n d e l d ó la r , p o r lo q u e s e In g r e s ó e n un
p r o c e s o h ip e r in fla c io n a r io .
L a s c a u s a s d e la h ip e r in fla c íó n fu e r o n m ú lt ip le s y g e n e r a r o n g r a n c o n t r o v e r s ia
e n la lite ra tu ra e c o n ó m ic a , d e la q u e p u e d e c o n c lu ir s e q u e r e s u lt a s im p lis t a
a tr ib u ir la a u n s o lo fa c to r. A n te s b ie n , s e tra tó d e u n a c o n f lu e n c ia d e e le m e n t o s ,
q u e , e n c o n ju n to , d ie ro n lu g a r a u n a in c o n t r o la b le c o r r id a d e lo s p r e c io s . E n tr e
e llo s , tu v ie r o n e s p e c ia l r e le v a n c ia la c r ític a s it u a c ió n d e l b a la n c e d e p a g o s , la
e x a c e r b a c ió n de la p u ja p o r la d is t r ib u c ió n d e l in g r e s o , el c o m p o r t a m ie n t o
e s p e c u la t iv o de im p o r ta n t e s s e c to re s e c o n ó m ic o s y el e n c a d e n a m ie n to de
a c e le r a c io n e s c r e c ie n t e s d e la in f la c ió n y p e r ío d o s d e e s t a b iliz a c ió n c a d a v e z m á s
c o rto s y lim ita d o s e n el p a s a d o in m e d ia to . A e llo c o n t r ib u y ó ta m b ié n u n a e r r á t ic a
p o lític a d e c o n t e n c ió n p o r p a rte d e l g o b ie r n o ( l0°) .
E n la s s ig u ie n te s s e m a n a s s e d e s a c e le r ó e l a u m e n t o d e l p r e c io d e l d ó la r , p e r o
la in f la c ió n c o n t in u ó a s c e n d ie n d o . A p a r tir d e la te r c e r a s e m a n a d e a b r il, lu e g o d e
la lib e r a c ió n c o m p le t a d e l m e r c a d o d e d iv is a s , t a n to e l v a lo r d e l d ó la r c o m o lo s
ín d ic e s d e p r e c io s c r e c ie r o n c o n j u n t a m e n t e h a s ta p r in c ip io s d e j u n i o . E n c o n t r a
E n c o n s e c u e n c i a , ei 2 7 d e m a y o a s u m i ó J e s ú s R o d r íg u e z , q u ie n r e ín t r o d u jo un
r é g im e n d e c o n t r o l d e c a m b i o s y u n a r e g la d e c r a w l in g p e g ( a ju s t e d e l t ip o d e
c a m b i o p o r la in f la c ió n p a s a d a ) . L a s n u e v a s m e d id a s , s u m a d a s a l a n u n c i o p o r
p a rte d e l p r e s id e n t e e l e c t o d e la n o m in a c ió n d e s u fu tu r o m in is t r o d e e c o n o m ía
( M ig u e l R o ig , g e r e n t e d e B u n g e y B o r n , u n t r a d ic io n a l g r u p o e m p r e s a r io ), a la
n e g o c ia c ió n d e la r e n u n c i a d e AiFONsir- y e l c o n s e c u e n t e r e c a m b i o a n t ic ip a d o d e
a u t o r id a d e s , y a la r e s t r ic c ió n d e lo s r e t ir o s e n e f e c t i v o d e la s c u e n t a s b a n c a r ia s ,
lo g r a r o n c o n t r o l a r t e m p o r a r ia m e n t e la e v o l u c i ó n d e l d ó la r . S in em b a rg o , lo s
p r e c io s p r o s ig u ie r o n s u a c e l e r a d a m a r c h a a s c e n d e n t e , a t a s a s c a d a v e z m a y o r e s .
El 8 d e j u l io , A l f o n s o e n t r e g ó la b a n d a p r e s id e n c ia l a C a r l o s M e n e m .
Tipo efe cambio Tasas de interés Costo de vida Precios industriales Salarios nominales Salarios reales
Fu e n te: V itelli, G uillermo, L os d o s sig los de la Argentina. H isto ria e con óm ica com parada,
Buenos Aires, 1999.
E l t r a s p a s o d e l p o d e r s e c o n c r e t a b a e n el m a r c o d e u n r e c r u d e c im ie n t o
h i p e r in f la c io n a r io . L o s p r e c io s s u b ie r o n e n j i l l i ó u n 1 97 % , lo s s a la r io s , e n t r e I 10
y 1 60 % , y la s t a r if a s d e g a s , e le c t r ic id a d y te lé fo n o s (q u e h a b ía n quedado
r e z a g a d a s fr e n t e a lo s o t r o s p r e c io s ) , un 7 0 0 % . M e d io s a la r io o b r e r o s e d e b ía
d e s tin a r a l pago de s e r v ic io s . Aunque en a g o s to la in f la c ió n d e s c e n d ió , la
t r a n s f e r e n c i a d e r e c u r s o s s e h a b ía c o n c r e t a d o : la p a r t ic ip a c ió n d e lo s a s a la r ia d o s
e n e l in g r e s o c a y ó a l 2 0 % (d e l 4 3 % e n 1 9 7 4 y e l 2 7 % e n 1 9 8 8 ) L a s c o n s e c u e n c i a s
d e la h ip e r in f la c ió n f u e r o n g r a v e s : la m o n e t iz a c ió n d e la e c o n o m í a c a y ó a v a lo r e s
ín f im o s (e l 3 ,7 % d e l P B l e n el p r im e r t r im e s t r e d e 1 9 8 9 y e l 1,7 % e n e l s e g u n d o ) ,
la d e u d a p ú b lic a in t e r n a c r e c i ó e n fo r m a e x p o n e n c ia l (a u n a t a s a d e l 6 0 % m e n s u a l
p r o m e d i o e n t r e f e b r e r o y j u n i o ) y lo s in g r e s o s d e la T e s o r e r ía G e n e r a l d e la N a c ió n
s e r e d u je r o n v i o l e n t a m e n t e e n t é r m in o s r e a le s .
Elaboración propia.
Fuentes: INDEC y BCRA.
C u adro 8,14. In d ic a d o re s m a c ro e c o n ó m íc o s .
S in e m b a rg o , ta m p o c o p u e d e h a b la rs e d e u n a e c o n o m ía c a r e n te p o r c o m p le to
d e ru m b o , d e un m o d e lo a b s o lu ta m e n te sin p erfil, d e la a u s e n c ia d e e s tra te g ia s
e m p re s a r ia le s o d e un c u a d r o q u e a fe c ta b a a to d o s lo s s e c to r e s p o r ig u al. L a
p o lític a d e M a r t ín e z de Hoz h a b ía in ic ia d o u n a p r o fu n d a tr a n s fo r m a c ió n d e la s
e stru c tu ra s e c o n ó m ic a s d e la A rg e n tin a q u e im p lic a b a el fin d e l m o d e lo d e
s u s titu c ió n d e im p o rta c io n e s ; p e ro e s to n o s ig n ific a b a q u e a lg u n o s s e c to r e s no
c o n tin u a ra n a v a n z a n d o e n la p r o d u c c ió n lo c a l d e b ie n e s q u e p r e v ia m e n te s e
im p o rta b a n , a u n q u e la d ir e c c ió n d e l p r o c e s o y a n o a p u n ta b a a c o m p le ta r los
e s p a c io s v a c ío s d e la m a triz in su m o - p ro d u cto , e n el c a m in o h a c ia u n a e c o n o m ía
m á s in te g ra d a , ni e s ta b a o r ie n ta d a fu n d a m e n ta lm e n te h a c ia el m e r c a d o in te r n o .
El p a ís p a re c ía e n c a m in a r s e h a c ia la e s p e c ia liz a c ió n e n un c o n ju n to d e te r m in a d o
d e b ie n e s m á s re d u c id o q u e e n la p o s g u e rra y e n u n a c r e c ie n te s a lid a e x p o r ta d o r a
d e lo s s e c to re s c o rre s p o n d ie n te s . Al m is m o tie m p o , s e o b s e r v ó u n p r o c e s o d e
c o n c e n tra c ió n e c o n ó m ic a d e un g ru p o d e e m p r e s a s , q u e g a n ó p e s o e n el m e r c a d o ,
d e s a rro lló e n m u c h o s c a s o s u n a e s tra te g ia d e d iv e r s ífic a c ió n d e la p r o d u c c ió n y
tra b ó fu e r te s v ín c u lo s con el E s ta d o com o p ro v e e d o r, com o fu e n t e de
( m a n d a m ie n to , c o m o r e c e p to r d e c u a n tio s o s s u b s id io s a b ie r to s o e n c u b ie r t o s y
c o m o fa c to r d e p re sió n p o lític a .
E n e s e s e n tid o , el g o b ie r n o ra d ic a l n o p r o d u jo m o d if ic a c io n e s s u s t a n c ia le s ni
en el n u e v o b a la n c e d e p o d e r e n tre lo s d ife r e n te s s e c to r e s e c o n ó m ic o s , ni e n la
o rie n ta c ió n g e n e ra l d e l p ro c e s o e c o n ó m ic o . D e h e c h o , c a b e p re g u n ta rs e s o b r e lo s
g ra d o s d e lib e rta d q u e te n ía p a ra r e v e rtir un p r o c e s o q u e y a h a b ía d e s e q u ilib r a d o
la r e la c ió n d e fu e rz a s a fa v o r d e u n "n u e v o p o d e r e c o n ó m ic o " , q u e h a b ia
a p r o v e c h a d o s u s s ó lid o s v ín c u lo s c o n el g o b ie rn o d e fa c to p a ra r o m p e r el
e q u ilib r io s o c ia l d e la p o s g u e rra y a h o r a e s la b a e n c o n d ic io n e s d e c o n s o lid a r s e aun
e n un c o n te x to d e m o c r á tic o .
E n s e g u n d o té rm in o , a p a rtir d e la s a n c ió n d e la le y 2 3 .1 0 1 , e n o c tu b re de
1 98 4, y la p o s te r io r re g la m e n ta c ió n d e s u s d iv e r s o s a rtíc u lo s , s e im p u s o una
le g is la c ió n q u e c r e a b a o p e r fe c c io n a b a d iv e r s o s m e c a n is m o s d e p ro m o c ió n d e las
e x p o rta c io n e s . L o s e x p o r ta d o r e s c o n ta ro n a s í co n in c e n tiv o s fis c a le s im p o s itiv o s
(ta le s c o m o d e v o lu c ió n d e l IV A , re e m b o ls o s , d r a w b a c k y e x e n c ió n d e l p ag o de
im p u e s to s in te r n o s ), in c e n tiv o s fin a n c ie r o s (p r e f in a n c ia c ió n , fin a n c ia c ió n y
p o s fin a n c ia c ió n d e e x p o r ta c io n e s ), b e n e fic io s en el m a rc o d e la p ro m o c ió n
in d u s tria l (r e e m b o ls o s d e l A re a A d u a n e r a E s p e c ia l T ie rra d e l F u e g o , re e m b o ls o s
P u e rto s P a ta g ó n ic o s , r e e m b o ls o P a ta g ó n ic o ) y e s tím u lo s v a r io s (p la n ta s lla v e en
m a n o , a ju s te c o m p e n s a d o r , in te r c a m b io c o m p e n s a d o y d iv e r s o s s is te m a s de
p ro m o c ió n ) ( l07). E s to s m e c a n is m o s tu v ie r o n un im p o rta n te im p a c to s o b re las
c u e n ta s p ú b lic a s , e n un m o m e n to e n q u e el d é fic it fis c al re s u lta b a d e d ifíc il co n tro l.
L a s n u e v a s c o n d ic io n e s a c e n tu a r o n lo s c a m b io s e n el p e rfil e x p o r ta d o r
in ic ia d o s en la s e g u n d a m ita d d e lo s a ñ o s '7 0 . E n e s e m a r c o , s e p r o d u jo u n rá p id o
c r e c im ie n to d e la s e x p o rta c io n e s d e l s e c to r p rim a rio . S in e m b a rg o , el m a y o r
d in a m is m o e x p o rta d o r s e re g istró e n el s e c to r m a n u fa c tu r e r o , a u n q u e a s o c ia d o en
gran m e d id a a la p r o d u c c ió n a g ro p e c u a ria , c o m o v im o s e n el c a p ítu lo a n te rio r.
T a m b ié n c re c ie ro n s ig n ific a tiv a m e n te la s c o lo c a c io n e s d e l s e c to r p e s q u e r o y d e
p a sta d e p a p e l. A u n a sí, a lg u n a s m a n u fa c tu r a s d e o rig e n in d u s tria l, c o m o lo s
in s u m o s d e u so d ifu n d id o , a p o rta r o n u n a c u o ta im p o r ta n te d e p a r tic ip a c ió n e n el
c o m e r c io ex te rio r, h a sta a lc a n z a r m a g n itu d e s d e l o r d e n d e l 3 0 % s o b re el to ta l d e
los p ro d u c to s a rg e n tin o s c o m e r c ia liz a d o s e n el ex te rio r.
L a s tr a n s fo r m a c io n e s a lu d id a s p u e d e n v e rs e e n lo s s ig u ie n te s c u a d ro s , q u e
a n a liz a n la e v o lu c ió n d e la c o m p o s ic ió n d e la s e x p o r ta c io n e s in d u s tria le s en tre
19 7 4 y 19 8 9 , d iv id id a s e n d o s g ra n d e s g ru p o s. El p rim e ro e s el d e la s m a n u fa c tu ra s
d e o rig e n a g r o p e c u a r io (M O A ), e n el q u e s e a p r e c ia e l v e lo z a s c e n s o d e la
e x p o rta c ió n d e a c e ite s v e g e ta le s y la im p o rta n te re d u c c ió n d e la s e x p o rta c io n e s
d e p ro d u c to s ta le s c o m o e l a z ú c a r, lá c te o s , h o rta liz a s y le g u m b r e s , fib ra s de
a lg o d ó n , e tc . P o r o tra p a rte , m ie n tr a s q u e e n el p e río d o 1 97 4-19 7 6 los tres
p r im e r o s r u b ro s r e p r e s e n t a b a n a lg o m á s d e l 5 8 % d e la s e x p o r ta c io n e s d e la s M O A ,
e n 1 98 8-1989 s u p e r a b a n el 71 % .
Exp. promedio Partici Exp. promedio Partici
Actividad Actividad
1974-1976 pación 1988-1989 pación
Fuente: FIDE.
C a r l o s S a u i . M l h e m a s u m ió el 8 d e j u l i o d e 19 8 9 . L a c o n f o r m a c ió n d e s u g a b in e te
d e p a r ó n o p o c a s s o r p r e s a s : ju n t o a c o n o c id o s d ir ig e n te s d e l ju s t ic ia lis m o c o m o
I t a l o A. L u d e r e n e l M in is te rio d e D e fe n s a , s e e n c o n tr a b a n o tr o s a lle g a d o s al
p r e s id e n te c o m o E d uardo B auza, e n In te rio r, y Ju u o C o r z o , e n S a lu d y A c c ió n S o c ia l.
T a m b ié n el e c o n o m is t a d e la F u n d a c ió n M e d ite r r á n e a , D o m in g o F. C a v a i .i .o , e n
R e la c io n e s E x te r io r e s ; el ju e z q u e h a b ía p a r tic ip a d o e n el ju z g a m ie n t o d e lo s
m ie m b r o s d e la s J u n t a s d e la d ic t a d u r a m ilita r, L e ó n C . A k s l a n ia n , e n J u s t i c i a ; e l
s in d ic a lis ta J orge T r ia c a , e n T r a b a jo ; e l d ir ig e n te m id is ta A n t o n io F. S a i .on.ia , e n
E d u c a c ió n ; e l a b o g a d o R o b e r t o D k o m i , e n O b r a s P ú b lic a s , y e l d ir e c t iv o d e la
e m p r e s a t r a n s n a c io n a l a r g e n tin a B u n g e y B o r n , M ig u e l A n g e l R o ig , al fr e n te d e l
M in is te rio d e E c o n o m ía . E s ta ú ltim a d e s ig n a c ió n a n tic ip a b a e l r u m b o lib e r a l d e la s
re c e ta s e c o n ó m ic a s a im p le m e n ta r s e , r a tific a d o c o n el n o m b r a m ie n t o al fr e n te d e
la S e c r e t a r ía d e C o m e r c io E x te r io r d e l u c e d e ís ta A l b e r t o A u iA M O N te y d e l líd e r lib e r a l
A lvaro A lso g ara y com o a s e s o r p r e s id e n c ia l. El n u e v o g o b ie r n o se m o s tr a b a
d e c id id o a a s e g u r a r la z o s c o n c ilia t o r io s y tr a n q u iliz a n te s c o n e l e s t a b lis h m e n t
e c o n ó m ic o
L o s a c u e r d o s q u e a d e la n ta r o n e l r e c a m b io p r e s id e n c ia l n o a lc a n z a r o n a lo s
n u e v o s in te g ra n te s d e l P a r la m e n to . E l n u e v o p re s id e n te d e b ía e s p e r a r s e is m e s e s
— h a s ta el 10 d e d ic ie m b r e — p a ra q u e a s u m ie r a n los d ip u ta d o s e le c to s , e n su
m a y o r ía ju s t ic ia lis t a s . E n m e d io d e la c r is is e c o n ó m ic a , M e n e m e n v ió al C o n g r e s o
d o s p ro y e c to s d e le y p a ra in te n ta r c o n ju r a r la s itu a c ió n . En ese estad o de
e m e r g e n c ia , ra d ic a le s y p e r o n is ta s a c o r d a r o n im p u ls a r la s a n c ió n d e la s le y e s q u e
fu e ro n a p r o b a d a s s in q u e la o p o s ic ió n o b s ta c u liz a r a su tr a ta m ie n to . E r a n la s le y e s
d e E m e r g e n c ia A d m in is tr a tiv a y d e E m e r g e n c ia E c o n ó m ic a . A p a rtir d e e n to n c e s ,
a r g u m e n ta n d o la le n titu d d e l C o n g r e s o y a u n c o n ta n d o c o n la m a y o r ía p a r la m e n
ta ria , e l P o d e r E je c u t iv o in te n s ific a r ía la s a n c ió n d e d e c r e to s d e n e c e s id a d y
u rg e n c ia , a tr a v é s d e lo s c u a le s a d o p ta r ía m e d id a s c u y o tr a ta m ie n to e r a n r e s o r te
e x c lu s iv o d e l C o n g r e s o ('")■
A m e d ia d o s d e 1 9 8 9 , s ó lo la C o r te S u p r e m a d e J u s t ic i a e s t a b a fu e r a d e l
c o n tr o l g u b e r n a m e n ta l. P a ra a m p lia r s u in f lu e n c ia e n e l T r ib u n a l, e l g o b ie r n o
p r e s io n ó p a ra lo g ra r la r e n u n c ia d e a lg u n o s d e s u s m ie m b r o s . A I fr a c a s a r e n s u s
p ro p ó s ito s , e l E je c u t iv o e n v ió al S e n a d o u n p ro y e c to d e a m p lia c ió n d e l n ú m e r o d e
m ie m b r o s d e la C o rte d e c in c o a n u e v e . El S e n a d o a p r o b ó la in ic ia tiv a e n s e t ie m b r e
d e 1 9 8 9 y la r e m itió a la C á m a r a d e D ip u ta d o s q u e , p o r su p a rte , la a p r o b ó e n a b r il
d e 1 99 0. D e in m e d ia to , c o n a c u e r d o d e l S e n a d o , el p r e s id e n te M enem d e s ig n ó lo s
n u e v o s m ie m b r o s d e l M á x im o T r ib u n a l, a s e g u r a n d o , d e e s a m a n e r a , e l r e s p a ld o
j u d ic ia l a s u p o lític a .
E n m u y p o c o tie m p o , la a d m in is tr a c ió n m e n e m is ta q u e d ó in v o lu c r a d a en
v a r io s e s c á n d a lo s . E n m a rz o d e 1 9 9 0 , el M in is te r io d e S a lu d — p o r e n t o n c e s a c a rg o
d e B auza— d is p u s o u n a c o m p r a d e m á s d e u n m illó n d e g u a r d a p o lv o s a u n a
e m p r e s a c o n d o m ic ilio fa ls o , p ro p ie d a d d e u n d irig e n te ju s t ic ía lis t a , a u n p r e c io
q u e d u p lic a b a el v a lo r d e m e r c a d o y q u e fu e ro n e n tr e g a d o s fu e r a d e l p la z o
c o n v e n id o . E n fe b r e r o d e 1 9 9 1 , s e d e s c u b r ió q u e E m ir Y o m a , c u ñ a d o y a s e s o r d e l
p re s id e n te , r e c ib ió u n a c o m is ió n p a ra a p r o b a r la in s ta la c ió n d e u n fr ig o rífic o d e la
E n o tro o r d e n , el a s e s in a to d e u n a a d o le s c e n t e c a t a m a r q u e ñ a d e s e n c a d e n ó
u n a c ris is q u e a d q u ir ió p r o y e c c ió n n a c io n a l. E n s e t ie m b r e d e 1 9 9 0 , la jo v e n
e s t u d ia n te María S oledad Morales fu e e n c o n tr a d a m u e r ta y d e s fig u r a d a e n lo s
a lr e d e d o r e s d e la c a p ita l d e C a ta m a r c a . L a in v e s tig a c ió n d e l c r im e n , lle n a d e
d e s p r o lijid a d e s , p u s o e n e v id e n c ia la e x is te n c ia d e c o m p lic id a d e s p o lic ia le s y
p o lít ic a s q u e in v o lu c r a b a n a la fa m ilia S aadi, a c a rg o d e l g o b ie r n o p r o v in c ia l. L a s
m o v iliz a c io n e s p o p u la r e s tr a n s fo r m a r o n el e s c á n d a lo ju d ic ia l e n p o lític o , p r e c ip i
ta n d o e l d e r r u m b e d e l p o d e r d e lo s S aadi y o b lig a n d o al P o d e r E je c u t iv o n a c io n a l
a in te r v e n ir la p r o v in c ia .
E l 3 d e d ic ie m b r e d e 1 9 9 0 , s e p r o d u jo un n u e v o le v a n t a m ie n t o d e lo s
"c a r a p in t a d a s " . O b e d e c ía n la s ó r d e n e s d e l fu n d a m e n ta lis ta c o r o n e l S eineldin. F u e
la a s o n a d a m á s c r u e n t a d e s d e la r e s t a u r a c ió n d e la d e m o c r a c ia : s u r e p r e s ió n
p r o v o c ó 13 m u e r to s y m á s d e 2 0 h e r id o s . SeinELDin fu e p ro cesad o y co n d e n a d o a
p ris ió n p e rp e tu a . A fin d e m e s , e n u n a d e s u s m e d id a s m á s c o n tr o v e r tid a s , e l
p r e s id e n te d e c id ió in d u lta r a lo s c o m a n d a n te s d e l P r o c e s o (ju n to a l líd e r m o n to n e r o
Fikmemicii). El a p la s t a m ie n t o d e lo s c a r a p in ta d a s p o r tr o p a s le a le s al g o b ie r n o y lo s
s ig u ie n te s in d u lto s d e s c o m p r im ie r o n el fre n te m i litar y d e s d ib u ja r o n el p r o ta g o n is m o
p o lít ic o d e lo s u n ifo r m a d o s ( m ).
E n m a r z o d e 1 9 9 2 , u n a r te f a c to e x p lo s iv o d e t o n ó e n e l e d if ic io d e la E m b a j a d a
de Is ra e l e n B u e n o s A ire s . E l e s t a llid o p r o v o c ó la m u e r te d e 29 p e r s o n a s y m á s d e
2 5 0 h e r id o s . U n a o r g a n iz a c ió n c h iit a p ro ir a n í d e l L íb a n o s e a t r ib u y ó el a t e n t a d o ,
a u n q u e h u b o e v id e n c ia s d e q u e c o n t a b a c o n la c o la b o r a c ió n d e e le m e n t o s lo c a le s .
D o s a ñ o s d e s p u é s , e n j u l i o d e 1 9 9 4 , u n n u e v o a t e n t a d o d e s t r u y ó el e d if ic io d e la
.A so c ia c ió n d e M u tu a le s is r a e lita s A r g e n tin a s (A M IA ), e n e l q u e m u r ie r o n 8 6
p e r s o n a s y s e p r o d u je r o n m á s d e 1 00 h e r id o s . U n a v e z m á s s e in s is tió e n la p is ta
iraní, a u n q u e la s in v e s t ig a c io n e s p o lic ia le s y j u d i c i a le s n o c o n d u je r o n al e s c la r e
c im ie n to d e e s o s trá g ic o s a t e n t a d o s y s ó lo a r r o ja r o n a lg u n a s s o s p e c h a s s o b r e e l
in v o lu c r a m ie n to , e n a m b o s e p is o d io s , d e s e c t o r e s in te r n o s .
D u ra n te 1 9 9 3 , e l g o b ie r n o in ic ió la s a c c io n e s d e s t in a d a s a la r e f o r m a d e la
C o n s titu c ió n n a c io n a l. El t e m a — in s ta la d o a p r in c ip io s d e l a ñ o a n t e r io r — c o m e n z ó
a s e r d e b a t id o p o r e l S e n a d o e n s e t ie m b r e . C o n la r e f o r m a s e p r e t e n d ía a c o r t a r el
m a n d a to d e lo s s e n a d o r e s , la e le c c ió n d ir e c ta d e l in t e n d e n t e d e la c iu d a d d e
B u e n o s A ire s p o r p a rte d e s u s h a b it a n t e s y, p r in c ip a lm e n t e , la p o s ib ilid a d d e
re e le g ir al p r e s id e n te , a u n q u e a b r e v ia n d o s u m a n d a t o a c u a tr o a ñ o s . L a n e c e s id a d
d e a c e n t u a r la c o n c e n t r a c ió n d e p o d e r e n m a n o s d e l p r e s id e n t e — e j e r c i d a a t r a v é s
d e i n n u m e r a b le s d e c r e t o s d e n e c e s id a d y u r g e n c ia — s u s a m b ic i o n e s h e g e m ó n ic a s
y lo s é x ito s e n la lu c h a c o n t r a la in f la c ió n e s t im u la r o n a l p r im e r m a n d a t a r io a
b u s c a r su r e e le c c ió n e n 1 99 5.
A p r in c ip io s d e o c t u b r e , s e lle v a r o n a c a b o n u e v a s e l e c c i o n e s p a r a r e n o v a r
p a r c ia lm e n te la C á m a r a d e D ip u ta d o s . E l ju s t i c i a li s m o o b t u v o u n n u e v o tr iu n fo ,
r e u n ie n d o el 4 2 % d e lo s v o to s c o n t r a e l 3 0 ,7 % d e l r a d ic a lis m o . E n la p r o v in c ia
d e B u e n o s A ir e s s e im p u s o p o r v e in t e p u n to s , y la C a p ita l F e d e r a l c o n s a g r ó la
c a n d id a t u r a d e A n t o n io E rnán G o n z á lez. E l lid e r a z g o y e l p o d e r p o lít ic o d e M etiem
p a r e c ie r o n c o n s o lid a r s e , y d e in m e d ia t o s e la n z ó la id e a d e u n p le b is c it o p a r a
l e g it im a r la r e f o r m a d e la C o n s titu c ió n , a s e g u r a n d o lo s p r o p ó s it o s r e e le c c io n is t a s .
E l 10 d e a b r il d e 1 9 9 4 , s e e f e c t u ó la e le c c ió n d e c o n v e n c i o n a l e s p a ra r e fo r m a r
la C o n s t it u c ió n . El ju s t i c i a li s m o s e im p u s o un a vez m ás so b re un d e b ilita d o
r a d ic a lis m o . L a A s a m b le a R e f o r m a d o r a d e lib e r ó e n S a n t a F e d e s d e el 2 5 d e m a y o
h a s ta e l 2 2 d e a g o s to , c u a n d o fin a lm e n t e fu e s a n c io n a d a la n u e v a C a r ta M ag n a.
El fla m a n te te x to c o n s t it u c io n a l c o n s a g r ó la r e f o r m a m á s p r o fu n d a d e la C o n s titu
c ió n d e 1 8 5 3 ; fu e a p r o b a d o p o r p r im e r a v e z e n la h is to r ia a r g e n tin a p o r m e d io d e
u n a c u e r d o e n t r e la m a y o r ía y la p r im e r a m in o r ía , y c o n t e m p la b a t o d o s lo s p u n to s
e s t a b le c id o s e n el P a c to d e O liv o s , e n tr e e llo s la h a b ilita c ió n d e M enem p a r a q u e
a s p ir e a un s e g u n d o m a n d a t o ( " 3).
P o c o s d ía s a n te s d e la e le c c ió n d e c o n s titu y e n te s , fu e h a lla d o e n un c u a r t e l el
cadáver del s o ld a d o O mak Carrasco. Las in v e s t ig a c io n e s ju d i c i a le s p u d ie r o n
c o m p r o b a r q u e la v íc t im a h a b ía e x p e r im e n t a d o m a ltr a to s q u e , e n d e fin itiv a ,
d e t e r m in a r o n s u m u e r te . A n te el r e c la m o e n é r g ic o d e la ju s t ic ia , el O ra l. Martin
B aí7a, c o m a n d a n t e d e l E jé r c it o , d e b ió d a r e x p lic a c io n e s p o r te le v is ió n a lo s
h u m ild e s p a d r e s d e l c o n s c r ip t o . E s ta c ir c u n s t a n c ia , in im a g in a b le a ñ o s a trá s,
r e v e la b a c ¡ c a m b i o a c o n t e c id o e n la s r e la c io n e s e n tr e lo s m ilita r e s y la s o c ie d a d
c iv il. P o r o tr a p a r te , la s in v e s t ig a c io n e s p e r m itie r o n c o n o c e r lo s e n t r e t e lo n e s del
e p is o d io y c o m p r o m e t ie r o n a o f ic ia le s d e la g u a r n ic ió n d o n d e Carrasco c u m p lía
c o n s u s e r v i c i o c o m o c o n s c r ip t o . C a p ita liz a n d o e l m a le s t a r s o c ia l g e n e r a d o p o r
e s t o s h e c h o s , e l 1 1 d e j u n i o , Menem s u p r im ió e l s e r v ic io m ilita r o b lig a to r io v ig e n te
d e s d e la s a n c ió n d e la L e y R ic c h ie r i e n 190 I.
L a s e l e c c i o n e s p r e s id e n c ia le s s e r e a liz a r o n e l 14 d e m a y o d e 19 9 5 . L a fó r m u la
ju s t i c i a li s t a e n c a b e z a d a p o r Carlos Menem y C arlos Rlckauf o b t u v o c a s i el 5 0 % d e
lo s v o to s y fu e e le g id a d ir e c t a m e n t e c o n f o r m e a la r e c ie n t e r e f o r m a c o n s t it u c io n a l
q u e e lim in ó e l p a p e l d e l C o le g io E le c to r a l. El F r e n te P a ís S o lid a r io ( F R E P A S O ) , c o n
la s c a n d id a t u r a s d e J osf. O ctavio B ordon y Carlos "C h a c h o " A lvarez r e u n ió c a s i el
3 0 % , m ie n t r a s q u e la c a n d id a t u r a r a d ic a l n o a lc a n z ó a c o s e c h a r e l 17 % d e lo s
s u f r a g io s . L a c a n d id a t u r a ju s t ic ia lis t a r e c ib ió e l a p o y o d e la lib e r a l U c e d é y d e la
g ra n m a y o r ía d e lo s p a r tid o s p r o v in c ia le s . J u n t o a la s c la s e s a lta s , lo s s e c t o r e s
m e d io s a c o m o d a d o s s e d u c id o s p o r la e s t a b ilid a d e c o n ó m ic a y la s c a p a s p o b r e s
y m arg i n a le s g a n a d a s p o r la po l itica a s is t e n d a lis t a a p u n ta la ron el triu n fo m e n e m is ta .
El 8 d e ju lio Menem a s u m ió s u s e g u n d a p r e s id e n c ia . S u g a b in e te m in is te r ia l
p r e s e n t a b a e s c a s a s n o v e d a d e s c o n r e s p e c t o a l q u e lo a c o m p a ñ a b a a l te r m in a r el
p r im e r m a n d a to . A p a r e c ía la fig u ra d e " J e f e d e G a b in e t e " , c r e a d a e n la r e f o r m a
c o n s t it u c io n a l, a c a r g o d e E duardo B auza. C o n s e r v a b a n s u s c a r g o s el m in is tr o d e l
(11 3) A c.l« a , C a rlo s 11., 'P o lític a y econ o m ía en l a A rgentina de los 90 (o p o rq u é el futuro
ya no es lo q u e so lia s e r)', en A c u s a , C arlos M. (co m p .). La n u e v a m a triz p o lit ic e a rg e n tin a ,
B u en o s Aires, 1995, págs. 347 y 348.
In te rio r, Carlos V . Coracii; d e R e la c io n e s E x te r io r e s , G u id o D i T ella; d e D e fe n s a ,
Oso\r Camiliom; d e S a l u d y A c c ió n S o c ia l, Alberto J . Mazza; d e T r a b a j o y S e g u r id a d
S o c ia l, Jóse A. Caro Figueroa; d e E c o n o m ía y O b r a s y S e r v i c io s P ú b lic o s , Domingo F.
Cavallo; d e J u s t ic i a , Rodolfo C. Barra y d e E d u c a c ió n , Jorge A. Rodríguez (iu ).
P r o n to la t e n s ió n p o lít ic a s e in s ta ló e n e l in t e r io r d e l g o b ie r n o . P a r a d ó j ic a m e n
te, el tr iu n fo e le c t o r a l le jo s d e h o m o g e n e iz a r al o f ic ia lis m o d io lu g a r a un
e n fr e n t a m ie n t o p o r lo s e s p a c io s d e p o d e r . L o s v ie jo s r e c e lo s d e M e n e m y d e l a la
p o lític a d e l ju s t i c i a li s m o c o n t r a e l m in is tr o C a v a l l o c o m e n z a r o n a m a n if e s t a r s e
m á s a b ie r t a m e n t e . L a r e e le c c ió n d e l p r e s id e n t e s e h a b ía d e s a r r o lla d o e n u n m a r c o
c a r a c te r iz a d o p o r la c ris is m á s s e r ia q u e e x p e r im e n t a b a e l p la n e c o n ó m ic o . D e s d e
fin e s d e 1 9 9 4 s e h a c ía e v id e n t e e l c o s t o s o c ia l d e s u a p lic a c ió n y e l " e f e c t o t e q u ila "
a g u d iz ó la r e c e s ió n . L a d e s o c u p a c ió n s e c o n s t it u y ó e n el c e n t r o d e l e s c e n a r io
p o lític o - s o c ia l. T a n t o D u ii a l d e , q u e c o m e n z a b a a d e s p u n t a r s u s a s p ir a c io n e s p a r a
s u c e d e r á M e n e m e n 1 9 9 9 , c o m o el a la p o lít ic a d e l g o b i e r n o — C o r a c ii , R u c k a u f , v a r io s
d ip u ta d o s o fic ia lis t a s y g o b e r n a d o r e s ju s t ic ia lis t a s , e t c .— p la n t e a r o n la n e c e s id a d
d e " p e r o n iz a r " e l g o b ie r n o , tr a ta n d o d e e v it a r la e v e n t u a lid a d d e u n e s t a llid o s o c ia l
y b u s c a n d o p a lia r e l c o s to s o c ia l d e l a ju s t e q u e p r e t e n d ía im p u ls a r C av a llo . Los
a p o y o s e m p r e s a r ia le s y d e c e n t r o s i n v e r s o r e s e x tr a n je r o s al m in is tr o c u e s t io n a d o
o b lig a r o n a M e n e m a r a tific a r lo " h a s t a el fin d e su m a n d a t o " .
El c r im e n d e C abezas t u v o v a r io s e f e c t o s . P o r u n la d o , p r e c ip it ó u n a p r o f u n d a
r e f o r m a e n la P o lic ía B o n a e r e n s e . P o r o tr o , p r o v o c ó la r e n u n c ia d e l m in is t r o de
J u s t i c i a d e la M a c ió n , E lias J assan, lu e g o d e q u e s e c o m p r o b a r a n s u s v ín c u lo s c o n
Yabrak. T a m b i é n o b lig ó a l e m p r e s a r i o a d e s p r e n d e r s e d e s u s c o m p a ñ ía s , e n t r e e lla s
O C A y O C A S A . E n a b r il d e 19 9 8 , c u a n d o p e s a b a s o b r e s u p e r s o n a u n a o r d e n d e
c a p t u r a p o r la p r e s u n t a a u t o r ía in t e le c t u a l d e l a s e s in a t o , Y apraií s e s u ic id ó e n u n a
de sus e s t a n c ia s en E n tre R ío s . A s im is m o , el a s e s in a to del fo tó g r a fo tu v o
r e p e r c u s io n e s e n la in t e r n a p a r t id a r ia d e l j u s t i c i a li s m o e n la q u e s e e n f r e n t a b a n e l
p r e s id e n t e Menem co n el g o b e rn a d o r Dukalde, q u ie n s e c o n v ir t ió , j u n t o c o n e l e x
m in is t r o C avallo, e n te n a z a d v e r s a r i o d e l e m p r e s a r io . F in a lm e n t e , e l e p is o d io
c o n t r i b u y ó a a u m e n t a r la s c h a n c e s e l e c t o r a l e s d e la o p o s i c ió n a l o f ic ia lis m o ( ll5).
O t r o e s c á n d a lo q u e e s t a lló e n 1 9 9 7 fu e u n c a s o d e c o h e c h o , p o r 3 7 m illo n e s
d e d ó la r e s , e n u n c o n t r a t o s u s c r ip t o e n t r e Ja e m p r e s a n o r t e a m e r ic a n a IB M y el
B a n c o M a c ió n , p r e s id id o e n e s e e n t o n c e s p o r A ldo Dadone, in t im o c o la b o r a d o r d e
C avallo. Ese caso d e c o r r u p c ió n s e s u p e r p o n ía c o n o tr o s hechos no m e n o s
r e s o n a n t e s , q u e s e h a b ía n i n i c i a d o c o n el p r o c e s o d e p r iv a t iz a c io n e s y s e h a b ía n
e x t e n d id o c o n r a p id e z . C o m o e j e m p l o s , s o b r e s a l i e r o n e l c o n t r a b a n d o d e o r o y la
v e n t a d e a r m a s a C r o a c ia y a E c u a d o r . E s p e c ia l m e n t e e s t e ú ltim o a c o n t e c im i e n t o
s a l p i c ó a v a r io s m in is t r o s d e l g o b ie r n o y a a lt a s a u t o r id a d e s d e l E jé r c it o .
E n e s t e c o n t e x t o , s e c e le b r a r o n e l e c c i o n e s le g is la tiv a s e n o c t u b r e d e 1 9 9 7 . P o r
p r im e r a v e z d e s d e q u e Memem in ic ia r a s u g e s tió n p r e s id e n c ia l, e l o fic ia lis m o fu e
d e r r o ta d o . U n a a lia n z a in te g r a d a p o r Ja U C R y e l F R E P A S O lo g ró r e u n ir c a s i e l 4 6 %
d e Jo s v o to s c o n t r a e l 3 6 % d e la s p r e f e r e n c ia s ju s t ic ia lis t a s . E l tr iu n fo a lia n c is t a fu e
n o to r io e n Ja p r o v in c ia d e B u e n o s A ir e s , y e s p e c ia lm e n t e e n e l G r a n B u e n o s A ire s ,
M ie n tr a s la o p o s ic ió n p u d o c e le b r a r el é x ito d e s u e s t r a te g ia d e u n if ic a c ió n , e l
ju s t i c i a li s m o e x p e r im e n t ó la p é r d id a d e v o t o s p r o v e n ie n t e s d e s e c t o r e s lib e r a le s q u e
v e n ía n a c o m p a ñ a n d o a Menem y d e s e c t o r e s d e s u s b a s e s o b r e r a s . A tr a v é s d e l v o to
c a s tig o , e l e le c t o r a d o m o s t r ó s u d is c o n f o r m id a d a n t e la c o r r u p c ió n y el e le v a d o
í n d ic e d e d e s e m p le o .
E.I p r e s i d e n t e d e s e c h ó a s u m i r l a s r e s p o n s a b i l i d a d e s p o r e l r e s u l t a d o e l e c t o r a l
y r e a b r ió e l t e m a d e s u p o s ib le r e e le c c ió n p ara lo s c o m ic io s p r e s id e n c ia le s de
1999. Por su p a rte , el g o b e rn a d o r b o n a e re n s e , E ih ja k d o D u h a ld e , com enzó la
c a m p a ñ a p a r a c o n s o lid a r s u c a n d id a t u r a a la p r e s i d e n c ia p a r a la s e l e c c i o n e s d e
1999 chocando con lo s s e c t o r e s p a r t id a r io s que, a pesar de la s d is p o s ic io n e s
c o n s titu c io n a le s , p r o m o v ía n la c a n d id a t u r a de M enem . L a lu c h a in t e r n a puso en
e v id e n c ia c ó m o e l p r o c e s o d e to m a d e d e c is io n e s y n e g o c ia c ió n e n e l in te r io r d e l
j u s t ic ia lis m o s e d e s p la z a b a d e s d e e l p r e s id e n t e d e la n a c ió n h a c ia e l c o n j u n t o d e
g o b e r n a d o r e s y a p a r a t o s p o lít ic o s p r o v in c ia le s . D u h a ld e s o s t u v o la c a d u c id a d del
m o d e lo m e n e m is ta y ganó el apoyo de v a r io s g o b e rn a d o re s a fir m a n d o su
c a n d id a tu r a . L a in t e r n a c o m e n z ó a d e f in ir s e a m e d ia d o s d e 1 9 9 8 , c u a n d o D u h a ld e
p r o m o v ió una c o n s u lta p o p u la r p ara r a t if ic a r la le g it im id a d de la s in t e n c io n e s
r e e le c c io n is ta s d e M enem . E n m a rz o d e 1 9 9 9 , t a n t o e l d u h a ld is m o c o m o la A lia n z a
c o in c id ie r o n e n e l C o n g r e s o e n e l r e c h a z o d e d ic h a s in t e n c io n e s . F in a lm e n t e , e n
j u n io , c o n la c o n s a g r a c ió n d e la f ó r m u la j u s t i c i a l i s t a e n c a b e z a d a p o r D u h a i.d e y e l
ex g o b e rn a d o r tu c u m a n o R a n o -i O rte g a , se ce rró el c a p ít u lo a b ie r to por la s
a s p ir a c io n e s m e n e m ls t a s a f o r z a r la s i n s t it u c io n e s p a r a o b t e n e r u n t e r c e r m a n d a
to . M enem d e b ió a c e p ta r a l c a n d id a to m e n o s q u e r id o p a ra s u c e d e r lo , y a que el
e v e n t u a l t r iu n f o d e D u h a ld e e n la s e l e c c i o n e s p r e s i d e n c ia le s d e o c t u b r e s ig n if ic a r ía
s u p r o p io r e le v o c o m o líd e r d e l ju s t ic ia lis m o .
E n e l m a r c o d e u n c r e c ie n t e d e s c r é d it o g u b e r n a m e n t a l, la o p o s ic ió n , p e s e a
la h e t e r o g e n e i d a d d e s u s c o m p o n e n t e s y lu e g o d e u n a in t e r n a p o c o t r a u m á t ic a ,
d e fin ió s u fó r m u la p r e s id e n c ia l e n c a b e z a d a p o r e l r a d ic a l F e r n a n d o d e l a R ú a , j e f e
d e l g o b ie r n o d e la c iu d a d d e B u e n o s A ir e s , y e l f r e p a s is t a C a r l o s " C h a c h o ” A l v a r e z .
A s í c o n s o l i d a d a s u e s t r a t e g ia , r e s u lt ó p r e v i s i b l e e l t r i u n f o d e la A lia n z a o p o s i t o r a
e n la s e l e c c i o n e s p r e s i d e n c ia le s d e l 2 4 d e o c t u b r e . R e u n i ó m á s d e l 4 8 % d e lo s
s u f r a g io s , s u p e r a n d o a la f ó r m u la j u s t i c i a l i s t a . e n c a b e z a d a p o r D u h a l d e y O r t e g a ,
q u e o b tu v o el 3 8 % d e lo s v o t o s . E n t e r c e r lu g a r s e u b ic ó D o m in g o C a v a li.o , c u y o
p a r t id o — A c c i ó n p o r la R e p ú b l i c a — a lc a n z ó e l ÍO % d e lo s v o t o s ; p o r o tr a p a rte ,
la e le c c i ó n p a r a d ip u t a d o s n a c io n a le s s ig n if ic ó u n in c r e m e n t o d e 19 d ip u t a d o s
p a r a la A lia n z a — q u e la a p r o x im ó a l n ú m e r o n e c e s a r io p a r a c o n t a r c o n q u o r u m
p ro p io — y una p é r d id a de 2 I d ip u ta d o s p ara el ju s t ic ia lis m o . Las e le c c io n e s
m a rca ro n dos hechos in é d ito s : por un la d o , por p rim e ra vez, e l ju s t ic ia lis m o
d e b e r ía c e d e r e l g o b ie r n o a u n a a g r u p a c ió n p o lít ic a d e d is t in t o s ig n o ; p o r o t r o , la
c o a lic ió n g o b e rn a n te e le g id a d e b e r ía c o n v iv ir con g o b ie r n o s p r o v in c ia le s
j u s t ic ia lis t a s o d e p a r t id o s lo c a le s . E n c o n s e c u e n c ia , e n e l n u e v o e s c e n a r io p o lít ic o
n o h a b r á u n p o d e r h e g e m ó n ic o , y p a r a a s e g u r a r la g o b e r n a b ilid a d s e r á f u n d a m e n
ta l la b ú s q u e d a de consensos.
C o n la e n tr e g a d e l p o d e r a l n u e v o p r e s id e n t e , e n d ic ie m b r e d e 1 9 9 9 , s e v a a
c u m p li r e l p e r io d o d e d e m o c r a c i a p le n a m á s p r o lo n g a d o d e l s ig lo . E n su p rim e r
tr a m o , in ic ia d o e n 1 9 8 3 , A u o n sin n o p u d o c o n s t r u ir u n a c o a lic ió n d e p o d e r q u e
a s e g u r a r a la g o b e r n a b ilid a d d e l p a ís y d e b i ó a s is t ir a l d e s m o r o n a m ie n t o d e un
g o b ie r n o a is la d o y d e b ilit a d o . P o r e l c o n t r a r io , M e n e m lo g r ó u n a a c u m u la c ió n d e
p o d e r s ig n if ic a t iv a q u e n o s ó lo e s t u v o p o r e n c im a d e lo s p a r tid o s p o lít ic o s , sin o
q u e t a m b ié n lo s m a r g in ó p a r c ia lm e n t e . D e e s t a m a n e r a , c o n s ig u ió d iv id ir a su s
a d v e r s a r io s y u s ó e l p o d e r h a s ta el b o r d e m is m o d e la le g a lid a d . S i b ie n fu e un o
d e lo s p o c o s p r e s id e n t e s q u e g o b e r n ó s in e s t a d o d e s itio , e s t a b le c ió u n c o n s id e
r a b le c o n tr o l s o b r e e l P o d e r J u d i c i a l , c o n c e n t r a n d o p o d e r e n s u s m a n o s , y su
p e r ío d o p r e s id e n c ia l e s t u v o c a r g a d o d e n u m e r o s o s c a s o s ir r e s u e lto s d e c o r r u p
c ió n d e fu n c io n a r io s p ú b lic o s . E n c o n s e c u e n c i a , e n lo s ú ltim o s m e s e s d e l g o b ie r n o
m e n e m is t a , m ie n t r a s la d e m o c r a c ia r e s t a u r a d a p a r e c ía c o n s o lid a d a y s e r e fo r z a b a
el a p e g o p o r la in s t it u c io n a lid a d , io s ín d ic e s d e c r e d ib ilid a d s o c ia l a lc a n z a b a n s u s
n i v e l e s m á s b a jo s .
8 ,8 . E L M O V IM IE N T O O B R E RO
E l g o b ie r n o d e M krcm b u s c ó capitalizar e l a p o y o c e g e t is t a p a r a s u e s tr a te g ia
e c o n ó m ic a . P a ra e llo c o n ta b a con el c o n tr o l que e j e r c ía n lo s s in d ic a lis t a s
p e r o n is t a s s o b r e la m a y o r ía d e la s o r g a n iz a c io n e s g r e m ia le s y la C G T . S in e m b a r g o ,
la s d iv is io n e s in t e r n a s d e la c e n tr a l o b r e r a n o fa c ilit a b a n la c o n c r e c ió n d e d ic h o
o b je t iv o . M ie n tr a s el " G r u p o d e lo s 1 5 " s e m o s t r ó d is p u e s t o a c o n c e r t a r c o n el
g o b ie r n o ju s t ic ia lis t a , e l u b a ld ín is m o , c o n el d is c r e t o a p o y o d e la s "6 2 O r g a n iz a
c io n e s " , n o q u e r ía c o m p r o m e t e r s e a a c o r d a r u n p a c to s o c ia l c o n e l g o b ie r n o q u e
im p lic a r a la s u b o r d in a c ió n a lo s p la n e s d e l g o b ie r n o , 3a s u s p e n s ió n d e l d e r e c h o d e
h u e lg a y la d e c l in a c i ó n d e s u lu c h a e n d e f e n s a d e lo s d e r e c h o s d e lo s tr a b a ja d o r e s .
E n o c t u b r e d e 1 9 8 9 , la C G T s e d iv id ió . D u r a n te u n C o n g r e s o , u n in te n to d e "lo s
15 " p o r d e s a lo ja r a U b a l d iíii d e r iv ó e n la d iv is ió n d e la c e n t r a l o b r e r a . L o s s e c t o r e s
p a r t id a r io s d e c o n c e r t a r c o n e l g o b ie r n o s e a g lu t in a r o n e n la " C G T S a n M a r tín " b a jo
la c o n d u c c ió n d e l d ir ig e n t e m e r c a n t il A n d k e o n i , e n ta n to q u e e l u b a ld ín is m o ,
a p o y a d o p o r e l m ig u e lis m o , tr a tó d e m a n t e n e r la a u t o n o m ía d e la " C G T A z o p a r d o ",
d ir ig id a p o r el p r o p io U b a l d i n i . S in e m b a r g o , la s p a u ta s e c o n ó m i c a s d e l P la n " B B " ,
q u e p o n ía n u n to p e a la s d e m a n d a s s a la r ia le s , lle v a r o n a a m b a s c e n t r a le s a u n if ic a r
s u s a c c i o n e s c o n t r a d ic h o to p e . P o r o t r a p a rte , la s d i s c u s io n e s p a r ita r ia s d ie r o n
lu g a r a n u m e r o s o s c o n f lic t o s q u e in v o lu c r a r o n a t r a b a ja d o r e s d e l tr a n s p o r te
c o le c t iv o , f e r r o v ia r io s , m e t a lú r g ic o s , d o c e n t e s y ju d i c i a le s . M u c h o s d e esto s
c o n f lic t o s s e r e s o lv ie r o n c o n la c o n t e m p la c ió n lo s r e c la m o s d e lo s t r a b a ja d o r e s ,
lo q u e f o r t a le c ió la p o s ic ió n m á s c o m b a t iv a d e la c e n tr a l d e A z o p a r d o .
L a p o lít ic a d e p r iv a t iz a c io n e s fu e o t r o d is p a r a d o r d e l m a le s t a r d e lo s t r a b a ja
d o re s. En m arz o d e 1990, lo s g r e m io s e s t a t a le s c o n v o c a r o n a l p a r o y a la
m o v iliz a c ió n r e c la m a n d o m e jo r a s s a la r ia le s y r e c h a z a n d o la p r iv a tiz a c ió n d e la s
e m p re s a s e s ta ta le s . E s te a c c io n a r c o n s titu ía el p r im e r e n fr e n ta m ie n t o a b ie r to a la
p o lític a e c o n ó m ic a d e l g o b ie r n o . No c o n tó c o n el a p o y o d e la "C Q T S a n M a r tin " ni
de los s e c to re s in d e p e n d ie n te s y m íg u e lis ta s d e la "C Q T A z o p a r d o "; s ó lo los
u b a ld in is ta s a c o m p a ñ a ro n la p ro te s ta d e lo s e s ta ta le s . El g o b ie r n o r e a c c io n ó c o n
el e n v ío al C o n g re s o d e un p r o y e c to d e le y p o r el q u e re g la m e n ta b a el d e r e c h o d e
h u elg a e n lo s s e rv ic io s p ú b lic o s . E n lo s u c e s iv o , la s h u e lg a s d e lo s g r e m io s
e s ta ta le s s e d e s a rro lla ría n d e m a n e r a a is la d a y o b te n ie n d o triu n fo s p a rc ia le s .
H a c ia fin e s d e 1991, el g o b ie r n o d e c id ió el re c o r te d e v a r ia s c o n q u is ta s
la b o ra le s. F o rta le c id o p o r la e s ta b ilid a d a lc a n z a d a y lo s r e c ie n te s triu n fo s e le c t o
rales, M em em o b tu v o del C o n g r e s o la s a n c ió n d e u n a n u e v a L e y d e E m p le o s — s o b r e
la b a se d e un p ro y e c to in g re s a d o al P a r la m e n to a p r in c ip io s d e 1 9 9 0 — y d e u n a
n o n n a q u e fija b a to p e s a lo s re s a r c im ie n to s p o r a c c id e n t e s d e tr a b a jo . P o r s u p a rte ,
el u b a ld in is m o y lo s s e c to r e s m á s d u ro s d e l s in d ic a lis m o v a c ila b a n e n c o n f r o n t a r
co n el g o b ie rn o y a p o y a r a lo s g re m io s e s ta ta le s , p o r q u e te m ía n a is la r s e d e lo s
s e c to re s p o p u la re s q u e h a b ía n v o ta d o a M e n e m . M ie n tra s el g o b ie r n o p r e s io n a b a
so b re el m o v im ie n to tra b a ja d o r , la c o n d u c c ió n a z o p a rd is ta s e e n r e d a b a e n u n a
lu ch a po r e l co n tro l d e la c e n tr a l o b re ra . L a s lu c h a s in te r n a s d e s e m b o c a r o n e n u n a
e sc is ió n . E n d ic ie m b re d e 1 99 1, u n a s e r ie d e s in d ic a to s n u c le a d o s tra s la
A s o c ia c ió n d e T r a b a ja d o r e s d e l E s ta d o (A T E ), C T E R A y lo s o b r e r o s n a v a le s s e
se p a ra ro n d e la "C Q T A z o p a r d o ". C u e s tio n a n d o la in m o v ilid a d d e la c e n tra l o b r e r a ,
los e s c in d id o s — q u e e s t a b a n d e c id id o s a co n fro n ta r co n el g o b ie r n o — se
e n c a m in a ro n h a c ia la c r e a c ió n d e o tra c e n tra l o b re ra , m á s c o m b a tiv a , la C e n tra l
de lo s T ra b a ja d o re s A rg e n tin o s (C T A !.
P o c o d e s p u é s , en un m a r c o d e r e tr o c e s o d e l m o v im ie n to tr a b a ja d o r , la s d o s
c e n tra le s o b re ra s d e c id ie ro n su re u n ifíc a c ió n . En m a rz o d e 1 99 2, la la n g u id e c ie n te
'C Q T San M artin " — c u y o a p o y o a l g o b ie r n o r e c ib ía fu e rte s c r ític a s de los
tra b a ja d o re s — , e n el C o n g r e s o d e P a rq u e N o rte, d e c id ió su u n ió n c o n lo s d e
A zo p ard o . L a u n ific a c ió n fu e c o r o n a d a c o n un d o c u m e n to q u e r e c o n o c ía la s
fru s tra c io n e s d e l m o v im ie n to o b r e r o y p la n te a b a la n e c e s id a d d e te n e r m a y o r
g ra v ita ció n e n la to m a d e d e c is io n e s p a ra im p e d ir " q u e la b a la n z a s e d e s e q u ilib r e
co n tra el p u e b lo ". R e iv in d ic a b a u n a a c c ió n m á s d e c id id a d e l E s ta d o e n "c u e s tio n e s
e s e n c ia le s c o m o s a lu d , e d u c a c ió n , d e fe n s a , s e g u n d a d , ju s t ic ia y a c c ió n s o c ia l".
C u e s tio n a b a la a p e rtu ra e c o n ó m ic a y d e fe n d ía el d e s a r r o llo d e l m e r c a d o in te r n o .
T a m b ié n r e c la m a b a la lib re d is c u s ió n d e lo s c o n v e n io s c o le c tiv o s d e tr a b a jo sin
in te r fe re n c ia s d e l E s ta d o . D e to d o s m o d o s , e l n u e v o s e c r e ta r io g e n e r a l d e la C Q T
u n ifica d a , e l d irig e n te lu c ifu e r c is ta O sc a k L e s c a m o , m a n ife s tó s u d is p o s ic ió n a
n e g o c ia r a u n q u e a d v e rtía q u e d e no a lc a n z a r s e la c o n c e r ta c ió n s e o p ta r ía p o r la
c o n fro n ta c ió n .
E n 1 9 9 7 , la lu c h a in t e r n a e n la C G T s e a g u d iz ó . M ie n t r a s lo s s e c t o r e s
m e n e m is t a s a c o r d a r o n c o n el g o b ie r n o c a m b i o s e n la le y d e r e f o r m a l a b o r a l, e l
s e c t o r d e l M T A y lo s s e c t o r e s d e la s " 6 2 " lid e r a d o s p o r L o k e m z o M io u e i . s e o p u s ie r o n
a to d o a c u e r d o c o n e l g o b ie r n o . F in a lm e n t e , el M T A v o lv i ó a r e n u n c i a r a la
c o n d u c c ió n c e g e t is t a y el r e p r e s e n t a n t e d e la U O M m ig u e lis t a s e n e g ó a f ir m a r e l
p a c to . D e in m e d ia t o , a m b o s s e c t o r e s , j u n t o la C T A y la C C C o r g a n iz a r o n e l 1 1 d e
j u l io u n a m o v iliz a c ió n a P la z a d e M a y o d u r a n t e la q u e s e p r o p u s o u n p a r o n a c io n a l
p a ra e l 14 d e a g o s to . L a h u e lg a r e p e r c u t ió e n v a r ia s p r o v in c ia s , a u n q u e s u
a c a t a m ie n t o fu e p a r c ia l e n la C a p it a l F e d e r a l y e l G r a n B u e n o s A ir e s .
E n lín e a s g e n e r a le s , la s o r g a n iz a c io n e s s i n d i c a l e s n o p u d ie r o n a r t i c u l a r u n a
o p o s ic ió n c o n s is t e n t e y u n if ic a d a a la p o lít ic a g u b e r n a m e n t a l. F r e n t e a la s r e f o r m a s
e s t r u c t u r a le s , e n g e n e r a l, y la r e f o r m a la b o r a l, e n p a r t ic u la r , e l s i n d i c a l i s m o a d o p t ó
tre s t á c t ic a s d ife r e n te s . E n p r im e r lu g a r, v a r io s g r e m io s y s e c t o r e s d e g r e m io s
a d o p t a r o n u n a a c titu d d e c o l a b o r a c i ó n c o n lo s p la n e s r e f o r m is t a s , p a r t ie n d o d e
u n a le c t u r a n o v e d o s a d e la s t r a n s f o r m a c io n e s p r o d u c id a s e n la e s t r u c t u r a s o c ia l,
e c o n ó m i c a y p o lít ic a d e s d e el c o la p s o d e l t e r c e r g o b ie r n o p e r o n is t a e n 1 9 7 6 . E l
a n t e c e d e n t e d e e s t e c o m p o r t a m ie n t o fu e la p a r t ic ip a c ió n d e l " G r u p o d e lo s 1 5 "
c o n el g o b ie r n o d e A i .f o m s im . E n ta n t o s e c o n c e b í a n c o m o p a r te d e l s is t e m a d e
p o d e r , e s t o s s e c t o r e s s e a s o c ia r o n — d e m a n e r a s u b o r d i n a d a — a la c o a li c ió n c o n
lo s e m p r e s a r io s im p u ls a d a p o r e l m e n e m is m o . C a p t a d o s p o r i d e o lo g ía s p r o v e
n ie n te s d e E u r o p a y lo s E E . U U . , i n c o r p o r a d a s e n c u r s o s d e f o r m a c ió n s in d ic a l, p a r a
e s t o s s e c t o r e s s in d ic a le s la t r a n s n a c io n a liz a c ió n y lo s f e n ó m e n o s e s p e c u l a t i v o s
r e s t a b a n a l t r a b a ja d o r o rg a n iz a d o c a p a c id a d d e p r e s ió n a t r a v é s d e lo s m e d io s
C o n v e n c io n a le s . T a n t o la h u e lg a c o m o e l s in d ic a lis m o p o r r a m a d e in d u s t r ia te n ía n
p o c a s p o s ib ilid a d e s d e é x ito . P a r a e s t a v is ió n , lo s m o v i m ie n t o s p o p u lis t a s o
la b o r is ta s e r a n u t o p ía s d e l p a s a d o . In c lu s o , la u n id a d s i n d i c a l h o r iz o n ta l — c o m o
la C G T — s e c o n v e r t ía e n s e c u n d a r i a a n t e la p r io r id a d d e la s r e l a c i o n e s v e r t ic a le s
c o n e m p r e s a r io s y f u n c io n a r io s . D e u n a e n t id a d d e d e f e n s a y r e p r e s e n t a c ió n d e lo s
tr a b a ja d o r e s , el s in d ic a t o d e b ía c o n s titu ir s e e n un p r o v e e d o r d e s e r v ic io s p a r a s u s
a filia d o s : p r á c tic a m e n te u n a e m p r e s a ( " 7).
S in e m b a r g o , la d is p o s ic ió n d e e s t o s s e c to r e s a s e c u n d a r la s r e fo r m a s no fu e
c o m p le t a m e n t e p a s iv a . S i b ie n la c o la b o r a c io n is t a " C G T S a n M a r tin ” p re s tó su
a c u e r d o a la fle x ib iliz a c ió n d e lo s c o n tr a to s e s t a b le c id o s p o r la L e y d e E m p le o d e
19 9 1 , c o m o c o n tr a p a r tid a o b t u v o la s a n c ió n d e la le y 2 4 .0 7 0 , p o r la c u a l el E s ta d o
s e h iz o c a rg o d e la s d e u d a s d e lo s s in d ic a to s y la s o b r a s s o c ia le s . P o r o tra p a rte ,
a d ife r e n c ia d e l r e s to d e l s in d ic a lis m o , el s e c t o r c o la b o r a c io n is t a a b a n d o n ó la p u ja
p o r la d is tr ib u c ió n d e lo s in g re s o s h a s ta ta n to la in v e r s ió n e m p r e s a r ia e m p u ja r a el
c r e c im ie n t o e c o n ó m ic o .
O t r a p a r le d e l s in d ic a lis m o a d o p tó la p o s tu ra d e n e g o c ia c ió n m á s d u ra . E s te
s e c t o r c o n s titu y ó u n a c o n tin u id a d d e la tá c tic a "v a n d o r is t a " d e to m a r d is ta n c ia d e l
p o d e r o fic ia l, p r e s e r v a n d o la s u f ic ie n te a u to n o m ía y c a p a c id a d p a ra "g o lp e a r y
n e g o c ia r ". E r e n te a la p o lít ic a d e r e f o r m a s d e l m e n e m is m o , o fr e c ió un r e s p a ld o
c o n d ic io n a d o q u e im p lic a b a la p o s ib ilid a d d e p a s a r a u n a a b ie r ta o p o s ic ió n si la s
in ic ia t iv a s d e l g o b ie r n o n o e r a n s a tis fa c t o r ia m e n te n e g o c ia d a s .
Un t e r c e r c a m p o d e l s in d ic a lis m o s e o p u s o d e m a n e r a fro n ta l a la s r e fo r m a s
im p u ls a d a s p o r e l g o b ie r n o . L a s p o lít ic a s d e p r iv a tiz a c io n e s y a ju s te a fe c ta r o n a lo s
g r e m io s d e e m p r e s a s a p r iv a t iz a r y a lo s t r a b a ja d o r e s d e la a d m in is tr a c ió n p ú b lic a ,
o b r e r o s in d u s tr ia le s , e tc . E n tr e 199 0 y 1 9 9 1 , la s c o o r d in a d o r a s g r e m ia le s lig a d a s
a la " C G T A z o p a r d o " d e s p le g a r o n u n a in te n s a m o v iliz a c ió n , s o b r e to d o e n el
in te r io r, te n d ie n te a fr e n a r el a ju s te fis c a l. S in e m b a r g o , lo s s e c t o r e s g re m ia le s
c o m p r o m e t id o s e n e s ta p o s tu ra n o p u d ie r o n c a p ita liz a r el d e s c o n te n t o p o r la
p o lít ic a e c o n ó m ic a c o n s titu y e n d o un a m p lio m o v im ie n to de r e s is te n c ia c o n la
o p o s ic ió n p o lític a a fín . L a s c o n d u c c io n e s n a c io n a le s d e lo s g re m io s d e e m p r e s a s
a p riv a tiz a r s e in c lin a r o n p o r la n e g o c ia c ió n o p o r la p a r tic ip a c ió n e n lo s p r o c e s o s
lic ita to rio s . L a s s e c c io n a le s r e b e ld e s q u e d a r o n a is la d a s , y su s d irig e n c ia s , d e s a r
tic u la d a s . P o r o tra p a rte , tra s e l triu n fo o fic ia lis t a e n la s e le c c io n e s d e s e t ie m b r e
y o c t u b r e d e 1 9 9 1 , ta n to la s c o o r d in a d o r a s g r e m ia le s c o m o la C G T d e U baldini
p e r d ie r o n g r a v ita c ió n . P o r el c o n tr a r io , la C T A , el M TA y la C C C , a lo s q u e y a n o s
re f e r im o s , c o n s titu y e r o n el n u e v o n ú c le o d u ro d e la o p o s ic ió n s in d ic a l.
n o o b s ta n te , la fle x ib ilid a d la b o ra l a v a n z ó p e s e a n o h a b e r s e a lc a n z a d o u n a
le g is la c ió n integ ra l c o m o la p re te n d id a p o r la s g ra n d e s e m p r e s a s . M u c h a s e m p r e
s a s e x tra n je ra s al in v e rtir e n el s e c to r p r o d u c tiv o fir m a r o n c o n v e n io s c o n s in d ic a
tos n a c io n a le s p a ra fle x ib iliz a r las c o n d ic io n e s la b o r a le s . T a n to G e n e r a l M o to rs
c o m o F IA T y T o y o ta a c o r d a r o n — a n iv e l d e e m p r e s a — c o n e l s in d ic a to S M A T A
n o rm a s fle x ib iliz a d o ra s al m a rg e n d e los c o n v e n io s c o le c t iv o s n a c io n a le s d e
tra b a jo . P o r o tra parte, la d e s o c u p a c ió n s e c o n s titu y ó e n el fa c to r d e c is iv o p a ra
p rc c a riz a r la s c o n d ic io n e s d e t r a b a jo y fa c ilita r la r e d u c c ió n d e lo s c o s to s la b o ra le s .
8,9. LOS PARTIDOS POLITICOS Y LAS ORGANIZACIONES
EMPRESARIALES
L a e s tra te g ia m e n e m is t a d e c o n s tr u c c ió n d e p o d e r s ig n ific ó u n a r u p tu ra c o n
p a rte d e la s c o n c e p c io n e s p e r o n is ta s . L a d o c tr in a y la p r á c tic a h is tó r ic a s d e l
p e r o n is m o s e h a b ía n c a r a c te r iz a d o p o r un p a tró n d e c o m p o r t a m ie n to p o lític o d e
e n fr e n t a m ie n t o c o n la s e m p r e s a s y g ru p o s e c o n ó m ic o s m á s p o d e r o s o s y c o n s u s
o r g a n iz a c io n e s r e p r e s e n t a tiv a s , c o m o la U IA y la S R A . P a ra e v ita r el a is la m ie n to
p o lít ic o q u e s u f r ió Aitomsin, Mehem c o n f o r m ó u n g a b in e te c o n a q u e llo s p o d e r e s q u e
e n la v id a p o lít ic a y s o c ia l d e l p a ís n o p o d ía n s e r ig n o r a d o s s in p a g a r un a lto co s to .
L o s r e s u lt a d o s d e e s t a e s tr a te g ia n o s e h ic ie r o n e s p e r a r : a p o c o m á s d e un m e s d e
a s u m ir , el p r e s id e n te h a b ía lo g ra d o e l a p o y o p r á c tic a m e n te m a y o r ita r io d e l
e m p r e s a r ia d o , p e r c e p t ib le ta n to e n la in a u g u r a c ió n d e la e x p o s ic ió n d e la S R A
c o m o d u r a n te la c e le b r a c ió n d e l "D ía d e la In d u s tr ia ", A e s t a a ltu r a , e l r u m b o
e c o n ó m ic o g u b e r n a m e n ta l g o z a b a d e m a y o r a p o y o e n tr e la s fila s e t n p r e s a r ia s y lo s
p a rtid o s d e d e r e c h a q u e e n tr e la s d e l p a r t id o g o b e r n a n te y d e l s in d ic a lis m o .
T re n te al s in d ic a lis m o , e l g o b ie r n o tra tó d e n e u t r a l iz a r a lo s s in d ic a t o s m á s
c o m b a tiv o s . P a r a d l o n o m b r ó e n el M in is te r io d e l T r a b a j o — r e it e r a n d o la e x p e r i e n
c ia in te n ta d a p o r A l io m s in — a s in d ic a lis t a s d e l " G r u p o d e lo s 1 5 " m á s d is p u e s t o s
a n e g o c ia r c o n el P o d e r E je c u t iv o y c o n flu id a s r e la c io n e s c o n lo s e m p r e s a r io s . P o r
o tra p a r le , p r e c ip it ó la fra c tu ra de la CGT, e m p u ja n d o a la c o n d u c c ió n
c o n f r o n t a c io n is ta d e la C G T d e "A z o p a r d o " , lid e r a d a p o r U rald im . a un p r o c e s o d e
c r e c ie n t e e n d u r e c im ie n t o y d e a is la m ie n t o p o lít ic o . D e e s t a m a n e r a , el g o b ie r n o
d io a lo s e m p r e s a r io s u n a p o d e r o s a s e ñ a l e n r e la c ió n c o n la d e t e r m in a c ió n d e
lle v a r a d e la n t e el ru m b o a d o p ta d o .
E m p e r o , la r e la c ió n e n tr e e l g o b ie r n o y lo s e m p r e s a r io s n o e s t u v o e x e n t a d e
a ltib a jo s . L a p r e s ió n im p o s itiv a d u r a n t e la g e s tió n e c o n ó m i c a d e l r e p r e s e n t a n t e d e
ISung e y fSorn, N f.stok Rapam clu. fu e c u e s t io n a d a p ú b lic a m e n t e p o r u n o d e lo s
titu la re s d e l g ru p o . A fin e s d e 19 8 9 , e l " G r u p o d e lo s 8 " (U IA , S R A . A D E B A , A B R A ,
15olsa d e C o m e r c io , U A C , C A C y C á m a r a d e la C o n s t r u c c ió n ) a p o y ó la s m e d id a s d e
lib e r a c ió n d e l m e r c a d o c a m b ia r lo y d e lo s c o n t r o le s d e p r e c io s d is p u e s t a s p o r el
m in is tr o E rn á n G o n zaix z. P e ro , c u a n d o é s te tr a tó d e d e t e n e r la c a íd a d e l d ó la r y
fr e n a r la in f la c ió n , c o n t r a y e n d o la e m is ió n m o n e t a r ia , o c u a n d o g e n e r a liz ó la
a p lic a c ió n d e l IV A , el e m p r e s a r ia d o m o s tr ó s u s r e s e r v a s fr e n te a s u g e s tió n .
D u ra n te 19 9 0 , lo s in d u s tr ia le s y lo s s e c t o r e s d e la c o n s t r u c c ió n s e v ie r o n a f e c t a d o s
p o r la r e c e s ió n y la p re s ió n im p o s itiv a , m ie n tr a s q u e e l e m p r e s a r ia d o a g r o p e c u a r io
m a n ife s tó su d e s a c u e r d o c o n la p r e s ió n im p o s it iv a y c o n el tip o d e c a m b io ,
a c e n t u a n d o s u c r e c ie n t e d is t a n c ia m ie n t o d e la p o lít ic a e c o n ó m ic a . S i b ie n el
a c u e r d o e m p r e s a r io s e m a n if e s t a b a c o n r e s p e c t o a la lin e a e c o n ó m i c a g e n e r a l, n o
s ie m p r e h a b ía c o n f o r m id a d c o n la s m e d id a s d e c o r t o p la z o .
Al in ic ia r su g e s tió n , C a v a llo , e n e n e r o d e 1 9 9 1, t a m b ié n e n c o n t r ó r e s is t e n c ia s .
S u p o lít ic a im p o s itiv a fu e o b je t a d a p o r e l b lo q u e d e d ip u ta d o s p e r o n is ta , lo q u e
o b lig ó al p r e s id e n t e a p r e s io n a r a lo s le g is la d o r e s p a r a lo g r a r s u a p r o b a c ió n e n el
P a r la m e n to . E n e l s e c t o r s in d ic a l, la h u e lg a fe r r o v ia r ia e n d e m a n d a d e m e jo r a s
s a la r ia le s fu e re d u c id a ; fu e d e c la r a d a la ile g a lid a d d e l p a ro , s e in t e r v in o el s in d ic a t o
fe r r o v ia r io , s e d is p u s ie r o n d e s p id o s m a s iv o s , e tc . E n e l s e c t o r a g r o p e c u a r io , la
r e s is te n c ia a la p o lít ic a im p o s it iv a d e s e m b o c ó e n u n lla m a d o a u n p a ro p o r p a r le
d e la C O N IM A G R O , la C R A y la FA A , n o p a r t ic ip a n d o la S R A . E n e s t e c a s o , tr a s
a m e n a z a r c o n p r o c e d e r c o n ig u a l fir m e z a q u e c o n lo s fe r r o v ia r io s , el g o b ie r n o
m o s tró m a y o r fle x ib ilid a d , lo g r a n d o la s u s p e n s ió n d e l p a r o a c a m b io d e u n a s e r ie
d e c o n c e s io n e s al s e c to r . E n m a rz o d e 1 9 9 1 , la a p u e s t a m á s im p o r ta n t e d e l
m in is tro C a v a llo , el P la n d e C o n v e r t ib ilid a d , fu e a p r o b a d a p o r la m a y o r ía d e lo s
d ip u ta d o s p e r o n is ta s y lo s p a r tid o s d e d e r e c h a .
S in e m b a r g o , el n u e v o e s c e n a r io q u e s e c o n f ig u r ó d e s d e e n t o n c e s n o p u d o s e r
a p r o v e c h a d o p o r to d o s lo s g r u p o s e m p r e s a r ia le s . L o s q u e q u e d a r o n d e s c o lo c a d o s
fr e n te a la c o m p e t e n c ia e x te r n a , p r o m o v id a p o r la a p e r tu r a e c o n ó m ic a , no
e n c o n tr a r o n e n s u s o r g a n iz a c io n e s r e p r e s e n t a tiv a s u n a m a y o r c a p a c id a d c o n te s
ta ta ria . C o n u n a C O K d e b ilita d a , p a s a ro n a d e p e n d e r d e la d is p o s ic ió n d e la UIA
p a ra a r tic u la r s u s d e m a n d a s d e n tr o d e un r e d u c id o m a rg e n d e a c c ió n y p r iv ile g ia n
d o la b ú sq u e d a d e c a n a le s d e d iá lo g o c o n el g o b ie r n o . P o r o tra p a rte , a n te s e c to r e s
e s p e c íf ic o s d e la p r o d u c c ió n q u e n o e s ta b a n d is p u e s to s a a c o m p a ñ a r s u s p o lític a s ,
el g o b ie r n o a m e n a z ó c o n s a n c io n e s , c o m o la m a y o r a p e r tu r a e c o n ó m ic a en e so s
s e c to r e s . E n c u a n t o a los g ru p o s e c o n ó m ic o s fo r ta le c id o s d u r a n te la d ic t a d u r a y
q u e m a n ife s ta r o n s u p o d e r e c o n ó m ic o y p o lít ic o d u r a n te el g o b ie r n o d e Atrorisin,
v ie r o n s u s in te r e s e s a f e c t a d o s c o n el a c h ic a m ie n t o d e l E s ta d o . E s to s g ru p o s , q u e
s e d iv e r s if ic a r o n y a m p lia r o n su c a p a c id a d e x p o r ta d o r a a p a rtir d e su p a p e l c o m o
g r a n d e s p r o v e e d o r e s d e l E s ta d o , p e r d ie r o n e s ta c o n d ic ió n d e a b a s te c e d o r e s de
o rg a n is m o s o f ic ia le s a l p riv a tiz a rs e la s e m p r e s a s p ú b lic a s . A m a n e r a d e c o m p e n
s a c ió n , p u d ie r o n p a r tic ip a r d e l p r o c e s o p riv a tiz a d o r, a p r o p iá n d o s e d e d ic h a s
e m p r e s a s e n c o n d ic io n e s m o n o p ó lic a s u o lig o p ó lle a s ( " 9). P o r o tra p a rte , el
g o b ie r n o e s t r e c h ó v ín c u lo s c o n el c s t a b li s li m c n t e c o n ó m ic o y fin a n c ie r o in te r n a
c io n a l y c o n lo s s e c to r e s lo c a le s lig a d o s a l m is m o .
La p re s e n c ia d e l F R E P A S O tu vo u n a in flu e n c ia c o n s id e r a b le e n el s is te m a de
p artido s. E n p rim e r lugar, fo rzó la re v is ió n d e las es tra te g ia s d e la s fu erz a s p o lític a s
tra d icio n a le s, e n e s p e c ia l del ra d ic a lis m o . P o r o tra pa rte, a b r ió la p u e rta a la
fo rm ac ió n de c o a lic io n e s d e g o b ie rn o y a un ju e g o m á s a b ie rto d e c o m p e te n c ia y
c o la b o ra c ió n e n tre partid o s, a lg o im p ro b a b le e n el b ip a rtid is m o a n te r io r O21).
D e sd e 19 9 5 , un a c u e rd o im p líc ito e n tre ra d ic a le s y fre p a s is ta s le s p e rm itió a c tu a r
co m o b lo q u e o p o sito r. E n 1997, c o n fo rm a ro n u n a a lia n z a , q u e s e tra d u jo e n la
v icto ria ele c to ra l d e o c tu b re y, p o ste rio rm e n te , e n el a c u e r d o p a ra la c o n fo r m a c ió n
de la fó rm u la p re s id e n c ia l q u e, in teg ra d a p o r Fernando t>r. la Rúa y Caki.o s "C h a c h o "
Alvakkz, se d isp u so a c o m p e tir en la s e le c c io n e s d e o c tu b re d e 1999.
(121) M o v a r o , M a r c o s , "L o s partidos politicos en los '90. Los desafios de la com petencia,
la sucesión y la alternancia', en Estudios Sociales, M- 15, Santa Fe, segundo semestre, 1998.
pág. 139.
8.10. LAS RELACIONES EXTERIORES DURANTE
EL GOBIERNO DE CARLOS MENEM
L a p o lít ic a e x te r io r d e l g o b ie r n o m e n e m is t a tu v o c o m o s u s t e n t o te ó r ic o al
d e n o m in a d o " r e a l i s m o p e r if é r ic o " . E s t e e s q u e m a p la n t e a la s e s t r a te g ia s d e p o lític a
e x t e r io r a d e c u a d a s p a r a E s t a d o s p e r if é r ic o s , d e p e n d ie n t e s , v u ln e r a b le s y e s c a s a
m e n t e r e le v a n t e s p a r a lo s i n t e r e s e s v it a le s d e la s g r a n d e s p o te n c ia s . S u s p r in c ip io s
b á s ic o s p u e d e n r e s u m ir s e d e la s ig u ie n t e m a n e r a :
• U n p a ís v u ln e r a b le , e m p o b r e c id o y p o c o e s t r a t é g ic o p a r a lo s in te r e s e s
v ita le s d e la p o t e n c ia h e g e m ó n ic a d e b e e v it a r to d a c o n f r o n t a c ió n c o n la s
g r a n d e s p o t e n c ia s , s a lv o e n a q u e llo s asuntos m a t e r ia le s v in c u la d o s en
f o r m a d ir e c t a c o n s u b i e n e s t a r y s u b a s e d e p o d e r ; e n s u m a , n e c e s ita a d a p ta r
s u s o b je t iv o s a lo s d e la p o t e n c ia d o m in a n t e .
• La p o lít ic a e x t e r io r d e b e fo r m u la r s e t e n ie n d o e n c u e n t a u n r ig u r o s o c á lc u lo
d e c o s t o s y b e n e f ic io s m a t e r ia le s y a t e n d ie n d o a lo s r ie s g o s r e s u lt a n t e s d e
o t r o s c o s t o s e v e n t u a le s .
• L a a u t o n o m ía r e la t iv a d e u n E s t a d o n o d e b e d e fin ir s e c o m o u n a m e ra
lib e r ta d d e a c c i o n o d e d e c is ió n , s in o e n t é r m in o s d e lo s c o s t o s r e la tiv o s d e l
e j e r c i c io d e s ú s f a c u lt a d e s q u e u n E s t a d o m e d ia n o , a u n e l m á s d e p e n d ie n t e ,
c a s i s ie m p r e tie n e . D e b e r e f o r m u la r s e e n t é r m in o s d e lo s c o s t o s r e la tiv o s d e
la c o n f r o n t a c ió n y d e lo s p o s ib le s r e s u lt a d o s d e l u s o d e e s a lib e r ta d d e
a c c ió n fr e n te a u n p r o b le m a o c o n f lic t o d e t e r m in a d o .
• E n e l c á l c u l o d e lo s c o s t o s d e b e n in c lu ir s e la s p e r c e p c io n e s n e g a tiv a s
g e n e r a d a s e n lo s p a ís e s a c r e e d o r e s y c a p a c e s d e e x p o r ta r c a p it a le s . E s a s
p e r c e p c i o n e s t ie n e n u n c o s to m a t e r ia l n o c u a n t if ic a b lc p o r c u a n t o c o n d u
c e n a la p é r d id a d e in v e r s o r e s p o t e n c ia le s y a u m e n t a n la im p o r t a n c ia d e l
c o m p o n e n t e p o lít ic o d e l v a lo r r ie s g o p a ís C 22).
E n s ín t e s is , p a r a e s ta c o n c e p c ió n , e l p r in c ip a l o b je t iv o d e la p o lít ic a d e un
E s t a d o d e p e n d ie n t e d e b e s e r la r e d u c c ió n d e c o s t o s y r ie s g o s , lo q u e s u p o n e el
a lin e a m ie n t o c o n la s g r a n d e s p o t e n c ia s o c o n la p o te n c ia h e g e m ó n ic a d e tu r n o .
L a c o n f r o n t a c ió n p o lít íc a c o n lo s p a ís e s c e n t r a le s r e s u lt a a lt a m e n t e c o n t r a p r o d u
c e n t e p a r a n a c io n e s v u ln e r a b le s y p o c o e s t r a té g ic a s .
P o r o t r a p a r te , d e b e r e n u n c ia r s e al c o n c e p t o d e a u t o n o m ía , e n t e n d id a c o m o
lib e r t a d d e d e c is ió n o d e a c c i ó n d e lo s E s ta d o s , e s d e c ir , c o m o b ú s q u e d a d e
m a y o r e s m á r g e n e s d e i n d e p e n d e n c ia . E s t o m a r c a c la r a m e n t e lo s lím ite s d e u n a
p o lít íc a e x t e r io r p r o p ia , c o n d i c io n a d a a lo s a v a l a r e s d e u n e s c e n a r io in t e r n a c io n a l
c o n d u c i d o y d i s e ñ a d o p o r o tr o s p a ís e s , d e c u y a v o lu n ta d , y la d e s u s in v e r s o r e s .
i 122) Cf. Escuut, Carlos, R ealism o periférico. Dueños Aires, 1992. en do nde se exponen
los fu ndam ento s de estas ideas.
d e p e n d e e l fin a n c ia m ie n t o e x te rn o . Q u e d a la lib e r ta d d e e le g ir d e q u é m a n e r a
q u ie re e s t a b le c e r s e u n a v in c u la c ió n f u n c io n a l, te n ie n d o en c u e n t a e s t a s r e s t r ic c io
n e s q u e s u p o n e n , a d e m á s , el n o c u e s t io n a m ie n t o d e l o r d e n in te r n a c io n a l.
L a s c r itic a s a e s ta te o r ía a p u n ta n a d iv e r s a s c u e s tio n e s :
• D e to d o s m o d o s , n o s e p u e d e in fe rir q u e la c o n d u c t a in te r n a c io n a l h is tó r ic a
d e la A rg e n tin a fu e d e p e r m a n e n te c o n fr o n ta c ió n c o n la p o te n c ia h e g e m ó n ic a .
h a s ta lo s a ñ o s '4 0 , m a n tu v o un v ín c u lo p r iv ile g ia d o c o n el R e in o U n id o . L a
te s is d e l a lin e a m ie n to s e tr a n s fo r m a m á s b ie n e n u n a c r it ic a a la c o n d u c t a
p o s te r io r d e la A rg e n tin a p o r n o h a b e r tr a n s fe r id o " o p o r t u n a m e n t e la s
a c c io n e s d e l v ín c u lo p riv ile g ia d o d e L o n d r e s a W a s h in g t o n " ( IM ). P o r o tra
p a rte, si h u b o c o n f r o n t a c ió n c o n lo s E E .U U ., e s t u v o e n m a r c a d a d u r a n te
larg o tie m p o e n fu n c ió n d e la s r e la c io n e s c o n E u r o p a y d e la fa lta d e
c o m p le m e n ta r ie d a d d e la s e c o n o m ía s d e lo s d o s p a ís e s .
• rio e s p o s ib le r e n u n c ia r a p r í o r í a la d e fe n s a d e in te r e s e s p r o p io s c u a n d o ,
d e h e c h o , p e rs is te n la v io le n c ia o lo s c o n f lic to s e n la p o lít ic a in te r n a c io n a l
y s u b s is te la e c u a c ió n " h e g e m o n ía - s u b o r d in a c ió n " c o m o c a r a c te r ís t ic a
p rin c ip a l d e la s r e la c io n e s e n tr e p a ís e s p e r if é r ic o s y c e n t r a le s
• L a h is to ria ha d e m o s tr a d o q u e , a u n en un m a r c o d e d u r a b ip o la r id a d y
a lin e a m ie n to , e x is tie r o n in te r s tic io s q u e p u d ie r o n s e r a p r o v e c h a d o s p o r lo s
p a ís e s p e rifé r ic o s y q u e el m a rg e n d e m a n io b r a d e e s t o s ú ltim o s a u m e n t a
c u a n d o p a rtic ip a n d e b lo q u e s r e g io n a le s o p r o c e s o s d e in te g r a c ió n ( l2G).
D e s d e un p u n to d e v is ta te ó ric o , re d u c ir la p o lític a in te r n a c io n a l a un c á lc u lo
d e c o s to s y b e n e f ic io s c o n s titu y e u n a in te r p re ta c ió n s im p lis ta q u e no to m a
e n c u e n ta el c o n ju n to d e e le m e n to s q u e in te g ra n u n a te o ría d e las re la c io n e s
in te r n a c io n a le s , e n la c u a l in te r v ie n e n s is te m a s d e fin a lid a d (o b je tiv o s ,
m e d io s y a c to r e s ), p o r un la d o , y s is te m a s d e c a u s a lid a d (e s tru c tu ra s ,
r e la c io n e s e c o n ó m ic a s , s o c ia le s y p o lític a s , fu e rz a s p ro fu n d a s y fu e rz a s
o rg a n iz a d a s ), p o r o tro . N o r e c o n o c e ta m p o c o la e x is te n c ia d e a c to r e s no
e s t a ta le s e n la s r e la c io n e s in te r n a c io n a le s y d e lo s n u e v o s p o d e re s s u rg id o s
d e la g lo b a liz a c ió n y la re g io n a liz a c ió n ( l2!l).
La m o d if ic a c ió n d e la p o lític a n u c le a r a r g e n tin a t a m b ié n s e in s c r ib ió e n el
m a r c o d e l a lin e a m ie n t o c o n los E E .U U . E n 1 9 9 2 , lu e g o d e c o o r d in a r p o s ic io n e s c o n
el B r a s il y C h ile , el g o b ie r n o a r g e n tin o ra tific ó el T r a ta d o p a r a la P r o s c r ip c ió n de
A r m a s N u c le a r e s e n A m é r ic a L a t in a , fir m a d o e n T la te lo lc o . P o s t e r io r m e n te a d h ir ió ,
m e d ia n te u n a c u e r d o , a lo s p r in c ip io s d e la O r g a n iz a c ió n In t e r n a c io n a l d e E n e r g ía
A tó m ic a (O JE A ) , s a t is fa c ie n d o o tro d e lo s r e c la m o s h is tó r ic o s d e W a s h in g to n . En
e s te m a r c o , a p r in c ip io s d e s e t ie m b r e del m is m o a ñ o s e in ic ía lo un A c u e r d o d e
C o o p e r a c ió n N u c le a r c o n lo s E s t a d o s U n id o s p a r a la c o n s t r u c c ió n d e r e a c t o r e s , la
in v e s tig a c ió n a p lic a d a en la m e d ic in a y la in d u s tr ia , e l e s t u d io d e l c ic lo de
c o m b u s t ib le y la a d m in is tr a c ió n d e r e s id u o s n u c le a r e s .
( 130) Busso, A n a b e l m y B o i .o ü n a , A lfred o B rumo , "L a política exterior argentina a partir del
gobierno de Menem: una presentación", en C E R IR , La p o lític a e x te r io r d e l g o b ie r n o de
M enem , Rosario, 1994, pág. 36.
g r a c ia s a la t r a n s f e r e n c ia d e t e c n o lo g ía s e in s u m o s p r o v e n ie n t e s d e p a ís e s
d e s a r r o lla d o s , e n p a r t ic u la r d e u n a e m p r e s a e s t a ta l a le m a n a , y e n a lia n z a c o n el
O r ie n t e M e d io a t r a v é s d e E g ip to , e l t e r c e r s o c io e n c u e s t ió n . El p a s a je d e la
d ic t a d u r a m ilit a r al g o b ie r n o d e Ai.ronsin n o a f e c t ó a la c o n tin u id a d d e l p r o y e c to .
P e r o W a s h in g t o n c o n s id e r a b a q u e d ic h a c o n t in u id a d c o n s t it u ía u n a a m e n a z a p a ra
su p o lít ic a g lo b a l d e c o n tr o l d e m is ile s , p o r lo q u e e j e r c i ó c r e c ie n t e s p r e s io n e s p a ra
la d e s a c t iv a c ió n d e l e m p r e n d im ie n t o .
L a r e o r ie n t a c ió n d e s u s v o t a c io n e s e n la O N U s e tr a n s f o r m ó e n o tra r u p tu r a d e
la A r g e n tin a c o n s u p o s tu r a t r a d ic io n a l. P a r a r e v e r t ir lo q u e el c a n c ille r Di T ulla
in t e r p r e t a b a c o m o e l v ie jo v ic io d e v o t a r e n la O N U e n d is id e n c ia c o n lo s E E .U U .,
a p a r tir d e m a rz o d e 1991 s e m o d if ic ó e s a t e n d e n c ia . E n c o n s e c u e n c ia , e n la s
v o t a c io n e s c la v e p a r a lo s i n t e r e s e s n o r t e a m e r ic a n o s la s v o t a c io n e s a r g e n tin a s
a lc a n z a r o n u n n o t a b le g r a d o d e c o in c i d e n c i a c o n la s d e lo s E E . U U . E s te c o m p o r
(131) Busso, ArwBELLA, "M enem y Estados Unidos: un nuevo rum bo en la política exterior
argentina", en C E R IR , La p o lític a e x te r io r d e l g o b ie r n o d e N c n e m , Rosario. 1994, págs. 93-95.
ta m ie n to e x p r e s a d o e n m u c h a s o p o r t u n id a d e s a t r a v é s d e d e c i s i o n e s u n ila t e r a le s
n o t o m ó e n c u e n t a a lo s p r in c ip a le s s o c i o s r e g io n a le s d e la A r g e n t in a , p r o v o c a n d o
q u e m u c h o s p a ís e s l a t in o a m e r ic a n o s p e r c ib ie r a n a l g o b ie r n o d e M e n em c o m o un
a c t o r in d iv id u a l q u e s e d e s e n t e n d ía d o la re g ió n .
Luego de la G u e r r a d e l G o lf o , e l g o b ie r n o a r g e n t in o d e c id ió un m ayor
i n v o lu c r a m i e n t o e n lo s o p e r a t i v o s d e p a z d e la O N U . P a r a e llo , la s F u e r z a s
A r m a d a s c o m e n z a r o n a p a r t ic ip a r e n d ic h o s o p e r a t i v o s e n f u n c ió n d e l m e c a n i s
m o d e s e g u r id a d p o s g u e r r a fr ía a u s p i c i a d o p o r la O M U e i m p u l s a d o p o l it ic a m e n t e
p o r lo s E E . U U .
E l g o b ie r n o a r g e n t in o t a m b ié n i n t e n t ó d e s liz a r e l ro l d e la s f u e r z a s A r m a d a s
h a c ia o tr o s c o m p r o m is o s . E n d ic ie m b r e d e 1 9 9 6 , M e h e m , d u r a n t e s u e n c u e n t r o c o n
Ci.iMTon, s o lic it ó q u e s e c o n s id e r a r a la p o s ib ilid a d de que la A r g e n t in a fu e r a
c o n s id e r a d o un a lia d o e x tr a O T A N , f u n d a m e n t a lm e n t e p a r a c o m b a t i r e l n a r c o t r á f ic o
y el te r r o r is m o . E s to s ig n if ic a b a i n v o l u c r a r a la s F u e r z a s A r m a d a s e n d i c h a lu c h a .
E s te a n u n c io p ro vo có r e p e r c u s io n e s n e g a t iv a s e n lo s p a r t id o s d e o p o s ic ió n ,
c o n t r a d e c ía la p o s tu r a d e lo s m ilit a r e s a r g e n t in o s y r o m p ía c o n la p o s ic ió n c o n j u n t a
d e lo s p a ís e s d e la re g ió n . P o r o t r a p a r te , la s o lic it u d a r g e n t in a p a r e c ía u n a n u e v a
c o n c e s ió n a lo s r e c la m o s d e W a s h in g t o n .
En el m a r c o d e l a lin e a m ie n t o a r g e n t in o con lo s E E . U U . se c o n c re tó un
s ig n ific a tiv o in t e r c a m b io d e v is it a s d e a lt o ra n g o . E n e s t e s e n t id o , s e d e s t a c a n lo s
e n c u e n t r o s o f ic ia le s e n t r e je f e s d e E s t a d o a q u e d ie r o n lu g a r c u a t r o d e lo s v ia j e s
d e M ehf.m a l p a ís d e l n o r t e ( e n s e t ie m b r e d e 1 9 8 9 , e n n o v i e m b r e d e 19 9 1, e n j u n i o
d e 1 9 9 3 y e n d ic ie m b r e d e 1 9 9 6 ) y la s v is it a s d e lo s p r e s id e n t e s G e o k g l B u sh (e n
d ic ie m b r e d e 19 9 0 ) y W illiam C i .imton (e n o c t u b r e d e I 9 9 7 ) a la A r g e n tin a . M emem fu e
e l p r im e r p r e s id e n t e p e r o n is t a q u e v is it ó lo s E E . U U . , c o n c r e t a n d o un e n c u e n t r o
c o n e l p r e s id e n t e B ush e n W a s h in g t o n . P o r s u p a r te , la v is ita d e B usm a la A r g e n t in a
fu e la p r im e r a d e un p r e s id e n t e n o r t e a m e r i c a n o d e s d e 1 9 6 0 .
E l p r im e r e n c u e n t r o e n t r e Memem y B usm s e d e s e n v o lv i ó a l r e d e d o r d e u n a a g e n d a
n u trid a . I n c lu y ó c o m o te m a e c o n ó m i c o fu n d a m e n t a l la b ú s q u e d a d e a p o y o
n o r t e a m e r ic a n o a la s n e g o c ia c io n e s a r g e n t in a s c o n e l C lu b d e P a rís , e l B a n c o
M u n d ia l y e l EM I. E n tre la s c u e s t io n e s d e s e g u r id a d s e a b o r d a r o n e l a p r o v is io n a m ie n t o
d e e q u ip o s m ilit a r e s a r g e n t in o s a t e r c e r o s p a ís e s , la v e n t a d e l a v ió n IA 6 3 P a m p a ,
la c u e s t ió n d e la e n e r g ía n u c le a r , la r a t if ic a c ió n d e l T r a ta d o d e T la t e lo lc o , la
d e s a c t i v a c ió n d e l p r o y e c t o C ó n d o r I I. la s i t u a c i ó n p o l ít ic a e n P a n a m á y
C e n t r o a m é r ic a . C o lo m b ia y el n a r c o t r á f ic o , la n o r m a liz a c ió n d e la s r e l a c i o n e s c o n
G r a n B r e t a ñ a , la c ris is d e O r ie n t e M e d io y e l t e r r o r is m o . L a r e s o lu c ió n d e v a r io s d e
e s t o s t e m a s s e a lc a n z ó d u r a n t e la p r im e r a m it a d d e l p r im e r g o b ie r n o m e n e m is t a .
A p a rtir d e e n t o n c e s , s e m u lt ip lic a r o n lo s g e s t o s n o r t e a m e r i c a n o s d e a p o y o al
g o b ie r n o a rg e n tin o . A d e m á s d e l r e s p a ld o a la d e m o c r a c i a a r g e n t in a fu e p a r t ic u la r
m e n t e n o to r io e l b r in d a d o a l a ju s t e e c o n ó m i c o , a l r e o r d e n a m ie n t o f in a n c ie r o y a
la re fo rm a d e l E s t a d o , p ilo t e a d o s porCAv,\u.o. L o s fr u to s d e l i n t e n s o r e l a c ío n a in ie n t o
b ila te ra l p a r e c ie r o n v is u a liz a r s e d u r a n t e la s e g u n d a v is it a d e M emem a W a s h in g t o n ,
d o n d e lo g r ó c o n s e g u ir e l c r é d it o d e f a c ilid a d e s e x t e n d id a s d e l FM1 — lla v e p a r a
in g r e s a r a l P la n B r a d y — , la fir m a d e l A c u e r d o d e P r o t e c c ió n y G a r a n t ía d e
In v e r s io n e s , la r e u n ió n c o n lo s p e t r o le r o s d e H o u s t o n — q u ie n e s p r o m e t ie r o n
in v e r tir en la A r g e n tin a — y el a n u n c io d e l E x im b a n k a d e la n ta n d o la re a p e rtu ra de
u n a lín e a d e c r é d ito s O-52). T o d o in d ic a b a q u e la c re d ib ilid a d del g o b ie r n o se d e b ía ,
m á s q u e a u n a p o lític a e x te r io r in s p ira d a e n e l "r e a lis m o p e rifé ric o ", a los
r e s u lta d o s a lc a n z a d o s h a s ta e n to n c e s p o r la p o lític a e c o n ó m ic a .
El r e la c ío n a m ie n to c o n la n u e v a a d m in is tr a c ió n d e m ó c r a ta , tra s la s flu id as
r e la c io n e s c o n el r e p u b lic a n o B u s m , s e log ró d e m a n e r a m e n o s tra u m á tic a de lo
e s p e ra d o . M e n e m s e c o n v ir tió e n el p r im e r p re s id e n te la tin o a m e r ic a n o re c ib id o
p riv a d a m e n te p o r C l in t o n lu e g o d e su a s u n c ió n . Al igu al q u e B u s m , el m a n d a ta rio
d e m ó c r a ta c o n s id e r ó a M e m e m c o m o "u n lid e r e n la re g ió n ", c o m o un m o d e lo an te
o tro s p a ís e s la tin o a m e r ic a n o s p o r su p o lítíc a e c o n ó m ic a y su a d h e s ió n a l libre
m e rc a d o . S in e m b a rg o , p ro n to r e a p a r e c ie r o n d o s te m a s q u e c o m p lic a b a n la
a g e n d a b ila te ra l. P o r u n la d o , el in te r é s e s t a d o u n id e n s e p o r la p ro n ta s a n c ió n de
la le y d e p a te n te s m e d ic in a le s y, p o r el o tro , el tra d ic io n a l in te r é s a rg e n tin o por la
e lim in a c ió n d e lo s s u b s id io s a g ríco la s.
La p re s ió n d e lo s E E .U U . p a ra m o d if ic a r la le g is la c ió n a rg e n tin a s o b r e el
p a te n ta m ie n to d e p r o d u c to s m e d ic in a le s n o e ra n u e v a . C o n la lle g a d a d e M f.n e m a
la p re s id e n c ia se in c r e m e n tó : la s e x ig e n c ia s p a r a p a te n ta r e s to s p ro d u c to s s e
tra d u je ro n en a c c io n e s q u e ib a n d e s d e p e d id o s d e in d e m n iz a c io n e s ha sta
a m e n a z a s d e s a n c io n e s s o b r e la s e x p o r ta c io n e s arg e n tin a s . A n te e s ta s p re sio n e s,
el g o b ie r n o a r g e n tin o e n v ió al C o n g r e s o e n 1993 un p ro y e c to d e le y d e p a te n te s
sin c o m p r o m e t e r s e s o b r e el d e s tin o q u e c o r r e r ía e n la L e g isla tu ra . El tra ta m ie n to
d e l te m a e n la s C á m a r a s p e rm itió q u e s e a b r ie r a un e s p a c io p a ra q u e q u ie n e s se
o p o n ía n al p a te n ta m ie n to — fu n c io n a r io s y e m p r e s a r io s — e je r c ie r a n lo b b y para
d e m o r a r s u tr a ta m ie n to . A fin e s d e m arz o d e 19 9 5 , el C o n g re s o , tra s m o d ific a r el
p ro y e c to o rig in a rio , s a n c io n ó la L e y d e P a te n te s q u e — al e s ta r a le ja d a d e las
d e m a n d a s de lo s n o r te a m e r ic a n o s — l l e v ó a n u e v a s p r e s io n e s y a l e s ta b le c im ie n to
d e s a n c io n e s c o m e r c ia le s a la A rg e n tin a e n 1997.
El a s p e c to c o m e r c ia l s e c o n s titu y ó e n el p la n o m á s c o n tr o v e r tid o d e la r e la c ió n
e n tre lo s d o s p a ís e s . A p a rtir d e 1 99 3, el c r e c ie n te s a ld o c o m e r c ia l n e g a tiv o se
c o n v ir tió p a ra la A r g e n tin a e n u n te m a q u e m o tiv ó fr e c u e n te s re c la m o s . U n o d e lo s
d e s a c u e r d o s m á s im p o r ta n te s s e g e n e ró a p a rtir d e la p rá c tic a de s u b s id io s
a g ríc o la s im p le m e n ta d a p o r lo s s u c e s iv o s g o b ie r n o s n o rte a m e ric a n o s , c u ya
p ré d ic a e n c o n tr a de lo s s u b s id io s e n e l G A T T y el G r u p o CA 1 KN S n o fue
a c o m p a ñ a d a c o n u n a p o lític a c o n s e c u e n te . Por o tro la d o , la v e n ta de trigo
s u b s id ia d o al B r a s il p o r p a rte d e lo s E E .U U . en I 9 9 1, m o tiv ó el r e c la m o a rg e n tin o
o b te n ie n d o el c o m p r o m is o p o s te rio r d e C l in t o n d e n o v e n d e r trigo a l B ra sil y
V e n e z u e la . A p a rtir d e 1 99 6, el g o b ie r n o a rg e n tin o in te n tó v in c u la r la s o lu c ió n del
t e m a d e la s p a te n te s m e d ic in a le s a l c a m b io d e la p o lític a d e s u b s id io s e s ta d o u n i
d e n s e y, a la v is ta d e s u p e r á v it c o m e r c ia l a c u m u la d o p o r lo s E E .U U ., tra tó de
d e m o s tr a r q u e la e c o n o m ía a rg e n tin a e r a m á s a b ie r ta q u e la n o r te a m e r ic a n a , ta n to
d e s d e el pu nto d e v ista a ra n c e la rio co m o p a ra a ra n ce la rio ( '-13). L o s c o n d ic io n a m ie n to s
D o s n u e v o s e n c u e n t r o s e n tr e a m b o s p r e s id e n t e s s e c o n c r e t a r o n p r iv a d a m e n
te. El p r im e ro tu v o lu g a r e l 18 d e a b r il d e 1 9 9 8 e n S a n t ia g o d e C h ile , m ie n t r a s s e
d e s a r r o lla b a la II C u m b r e d e la s A m é r ic a s . E n e s a o p o r t u n id a d , M e n e n d is ip ó la s
in q u ie tu d e s d e CurrroN, q u ie n v e ía c o n p r e o c u p a c ió n un p o s ib le a c e r c a m ie n t o
a rg e n tin o a C u b a . L a s s e ñ a le s d e in tr a n q u ilid a d p a ra W a s h in g to n h a b ía n s u r g id o
a p a rtir d e la p ro p u e s ta d e l e m b a ja d o r a r g e n tin o a n te la O E A d e r e in c o r p o r a r a
C u b a a l o rg a n is m o y p o r la v is ita d e F id e l C a s t r o a la e m b a ja d a a r g e n tin a e n L a
H a b a n a . El o tro e n c u e n t r o s e r e a liz ó el 6 d e o c t u b r e d e l m is m o a ñ o e n W a s h in g to n ,
d u ra n te la A s a m b le a A n u a l d e l F M I y el B a n c o M u n d ia l. E n t o n c e s , C um t o m ra tific ó
el a p o y o d e s u p a ís a la p o lític a e c o n ó m ic a a rg e n tin a , a u n q u e a d v ir t ió lo s r ie s g o s
d e la c ris is d e lo s m e r c a d o s m u n d ia le s C 35).
E l b a la n c e d e la p o lít ic a e x te r io r a r g e n tin a c o n r e s p e c t o a lo s E E .U U . p r e s e n tó
u n a c u r io s a p a r a d o ja . E n u n c o n te x to d ife r e n te , la A r g e n tin a r e to m ó la c o n d u c t a
in te r n a c io n a l a d o p t a d a h a s ta lo s a ñ o s '4 0 , a n t e s d e la lle g a d a d e l p e r o n is m o al
g o b ie rn o : e n e s te c a s o , e n lu g a r d e l R e in o U n id o , s e b u s c ó a lo s E E . U U . c o m o s o c io
p riv ile g ia d o . E s te r e la c io n a m ie n t o s e f u n d a m e n t ó e n un d ia g n ó s t ic o d e l c o n te x to
in te r n a c io n a l c a r a c te r iz a d o p o r u n a u n ila te r a lid a d e s t r a t é g ic a q u e o b lig a b a a
p a ís e s e s c a s a m e n t e r e le v a n te s , c o m o la A r g e n tin a , a e v i t a r l o s c o n f lic to s p o lític o s ,
r e d u c ie n d o to d a c o n t r o v e r s ia al á m b it o e c o n ó m ic o y a m o s tr a r s e c o m o e l " m e j o r
a lu m n o " e n A m é r ic a L a tin a . P o r o tr a p a r le , o tr o a s p e c t o d e l d ia g n ó s tic o c o n s id e
ra b a q u e la g lo b a liz a c ió n s ig n ific a b a la d e s a p a r ic ió n d e la e n tid a d d e lo s e s p a c io s
n a c io n a le s y el d e b ilita m ie n to d e l p a p e l d e lo s E s t a d o s e n e l p r o c e s o e c o n ó m ic o .
E n e s te a s p e c to , tal p e r s p e c t iv a c o n tr a s ta b a c o n lo q u e e f e c t iv a m e n t e o c u r r ía en
lo s p a ís e s c e n tr a le s , d o n d e lo s E s ta d o s s ig u ie r o n c o n s e r v a n d o un ro l s ig n ific a tiv o
y s e m a n tu v ie r o n m u c h a s d e la s te n d e n c ia s h is tó r ic a s c a r a c t e r ís t ic a s d e la re la c ió n
e n tre p a ís e s c e n tr a le s y p e r ifé r ic o s . S in e m b a r g o , e s n e c e s a r io t a m b ié n t e n e r e n
La r e c o m p o s ic ió n to ta l d e la s r e la c io n e s c o n la C o m u n id a d E c o n ó m ic a
E u r o p e a ( C E E ) r e q u e r ía q u e la A r g e n tin a n o r m a liz a r a s u s r e la c io n e s c o n O ra n
B r e ta ñ a . D e s d e la Q u e r r á d e M a lv in a s , e l v e t o b r itá n ic o im p e d ía a la A rg e n tin a
re g u la r iz a r s u c o m e r c io c o n el m e r c a d o c o m u n ita r io y a c c e d e r a lín e a s d e c r é d ito s
p r e fe r e n c ia le s . E n c o n s e c u e n c ia , el g o b ie r n o d e M e h e m in ic ió un o p e r a tiv o d ip lo m á
tic o te n d ie n te a s u p e r a r el s t a t u q u o e n el q u e s e m a n te n ía n la s r e la c io n e s co n
L o n d re s .
L o s p r im e r o s p a s o s d e d ic h o o p e r a t iv o s e c o n c r e ta r o n a p a rtir d e o c tu b r e d e
1989. R e u n io n e s c o n r e p r e s e n t a n te s b r itá n ic o s e n M a d rid c u lm in a r o n c o n la
d e c is ió n d e c o n g e la r la d is c u s ió n d e l te m a d e la s o b e r a n ía e n M a lv in a s a p a rtir d e
la fig u ra d e l "p a r a g u a s " y a c o r d a r o n la r e n u n c ia m u tu a al u s o d e la fu e rz a , la
r e a n u d a c ió n d e la s r e la c io n e s c o n s u la r e s y la n o r m a liz a c ió n d e lo s v ín c u lo s
e c o n ó m ic o s y d e tr a n s p o r te . P o r o tr a p a rte , lo s b r itá n ic o s s e c o m p r o m e t ie r o n a
fa c ilita r la r e c o m p o s ic ió n d e lo s v ín c u lo s c o m e r c ia le s e n tre la A rg e n tin a y la C E E .
U n a s e g u n d a r o n d a d e n e g o c ia c io n e s en la c a p ita l e s p a ñ o la s e d e s a r r o lló e n
fe b r e r o de 1990. D u ra n te la m is m a , la A r g e n tin a r e s t a b le c ió la s r e la c io n e s
d ip lo m á t ic a s c o n e l R e in o U n id o y lo s in g le s e s le v a n ta r o n la z o n a d e e x c lu s ió n
im p u e s ta e n to rn o d e la s M a lv in a s . El r e s u lt a d o d e e s to s a c u e r d o s p e r m itió u n a
lla m a tiv a a c e le r a c ió n d e la s n e g o c ia c io n e s c o n la C E E , in ic ia d a s p o r el c a n c ille r
C a v a l l o en el m is m o m e s .
L a n e c e s id a d d e in v e rs io n e s fu e un le m a r e ite r a d o en la s n u m e r o s a s v is ita s
o fic ia le s re a liz a d a s p o r M en em a lo s E s ta d o s m ie m b r o d e la U E . E n p ro c u ra d e a tr a e r
in v e rs io n e s o to rg a n d o c o n d ic io n e s q u e fa v o r e c ie r a n su in s e r c ió n e n la e c o n o m ía
a rg e n lín a s e firm a ro n a c u e r d o s b ila te ra le s d e p r o m o c ió n y p r o te c c ió n d e in v e r s io
ne s c o n A le m a n ia , B é lg ic a , F ra n c ia , F in la n d ia , Ita lia , L u x e m b u rg o , lo s P a ís e s B a jo s ,
el R e in o U n id o y S u e c ia . A s im is m o , s e s u s c r ib ie r o n a c u e r d o s p a ra e v ita r la d o b le
trib u ta c ió n c o n A le m a n ia , F ra n c ia e Ita lia .
E s to s lo g ro s e n la s r e la c io n e s b ila te r a le s c o n tr a s ta r o n c o n lo s e s c a s o s a v a n c e s
e n e l c o m e r c io tr a d ic io n a l a r g e n tin o . 5i b ie n , a p r in c ip io s d e 1 9 9 2 , s e lo g ró firm a r
e n B r u s e la s el A c u e r d o d e C o n tro l F ito s a n ita r io , V e te r in a r io y d e H ig ie n e A lim e n ta ria
p a ra a r m o n iz a r la s n o r m a s s o b r e el c o m e r c io d e p r o d u c to s d e o rig e n a n im a l y
v e g e ta l e n tr e la A r g e n tin a y la U E , p r o c u r a n d o r e m o v e r lo s o b s tá c u lo s a las
e x p o r t a c io n e s a lim e n t a r ia s a r g e n tin a s , lo s r e s u lt a d o s s ig u ie r o n s ie n d o m a g ro s. La
P o lític a A g ríc o la C o m ú n (P A C ) a p lic a d a p o r la C o m u n id a d E c o n ó m ic a E u r o p e a
desde 1962 p a ra d e f e n d e r su p r o d u c c ió n a g ríc o la fre n te a la c o m p e te n c ia
in te r n a c io n a l, a u n q u e ' fle x ib iliz a d a e n 1 9 9 2 , n o e lim in ó to ta lm e n te lo s in c e n tiv o s
e s t a t a l e s a s u s p r o d u c to r e s . L o s s u b s id io s y la s b a r r e r a s p a r a a r a n c e la r ia s c o n tin u a
ro n fo r m a n d o p a r te d e l a r s e n a l p r o te c c io n is t a q u e d e b ie r o n e n fr e n ta r la s e x p o r ta
c io n e s a rg e n tin a s h a c ía E u r o p a ,
S in e m b a r g o , la im p o r ta n c ia c r e c ie n t e d e lo s p a ís e s d e l C o n o S u r p a ra el
c o m e r c i o y la s in v e r s io n e s e u r o p e a s , e n e s p e c ia l d e E s p a ñ a , F r a n c ia , O ra n B r e ta ñ a ,
A le m a n ia e Ita lia y la s d is tin ta s p o lít ic a s d e a c e r c a m ie n t o d e la U E c o n la reg ió n
e x p r e s a d a s e n la fir m a d e a c u e r d o s m a r c o s re g io n a le s , c o m o e n 1 99 5, y d e
c o n v e n io s p a r tic u la r e s c o n lo s d is tin to s p a ís e s (e n tr e 1 9 8 0 y 1 99 7, s e firm a ro n
o c h o a c u e r d o s c o n la A rg e n tin a ), e x p r e s a n el in te r é s d e E u r o p a O c c id e n ta l p o r el
c o n o s u r d e l c o n t in e n t e la tin o a m e r ic a n o . E s to q u e d ó r a tific a d o d u r a n te la r e a liz a
c ió n d e la C u m b r e d e E u ro p a - A m e ric a L a tin a — e n ju n i o d e 1 9 9 9 — e n d o n d e los
e u r o p e o s in s is tie r o n e n la c r e a c ió n d e u n a a s o c ia c ió n in te r r e g io n a l e n tre lo s d o s
b lo q u e s . C ir c u n s t a n c ia q u e r a tific a la tr a d ic io n a l im p o r ta n c ia d e E u r o p a c o m o
v é r t ic e d e un tr iá n g u lo e c o n ó m ic o y e s tr a té g ic o , c u y o s o tr o s d o s la d o s s o n los
E E . U U . y lo s p a ís e s d e l M e r c o s u r , e n p a r tic u la r el B ra s il y la A rg e n tin a ( | V>).
L a d im e n s ió n r e g io n a l d e la p o lític a e x te r io r m e n e m is ta m a n tu v o la c o n tin u i
d a d c o n la d e l g o b ie r n o a n te r io r . P o r un la d o , tra tó d e b u s c a r c o n s e n s o s c o m o la
n e g o c ia c ió n d e l A r e a d e L íb r e C o m e r c io d e la s A m é r ic a s (A L C A ) d e s d e el M e rc o s u r.
P o r o tro , la r e la c ió n c o n e l lir a s il fu e p r iv ile g ia d a , s ie n d o el d e s tin o m á s f r e c u e n
ta d o p o r M enem e n s u s v ia je s p o r la re g ió n . D e e s ta m a n e r a , s e fu e a fia n z a n d o u n o
d e lo s lo g ro s m á s s ig n ific a tiv o s d e lo s g o b ie r n o s d e m o c r á t ic o s a p a rtir d e 1 98 3:
la c o n s t r u c c ió n d e l M e r c o s u r q u e , m e d ia n te u n a m a y o r c o o r d in a c ió n d e p o lític a s ,
p o d ía e n c a m in a r s e h a c ia e l lo g ro d e un m a y o r p o d e r d e n e g o c ia c ió n r e la tiv o .
( 138) Ventura, Daisy, "L e M ercosur Ct lastratégie européenne pour l'Am érique Latine", en
C a h ic rs d e s A m é riq u e s Latin e s, M- 27, París, 1999.
S in e m b a rg o , el a lin e a m ie n t o a u t o m á t ic o d e la A r g e n tin a c o n lo s E E .U U .
g e n e ró d ife r e n c ia s c o n o tro s p a ís e s d e la re g ió n . E n 1 99 0, a p o c o d e fir m a r s e el
A c ta d e B u e n o s A ire s , e n tr e el p r e s id e n te a r g e n tin o y s u p a r d e l B r a s il, F ernando
C ollok de M ello , la A rg e n tin a s e in c o r p o r ó a i b lo q u e o d e l G o lfo P é r s ic o s in a v is a r
y s o r p r e n d ie n d o a l g o b ie r n o b r a s ile ñ o , c u y o e m b a ja d o r e s t a b a g e s tio n a n d o e n
B a g d a d la lib e r a c ió n d e s u s c o m p a tr io ta s r e s id e n te s e n Ira k . L a A r g e n tin a ta m p o c o
a c o m p a ñ ó la d e c is ió n d e l G r u p o d e lo s 8, c o m p a r tid a p o r el g o b ie r n o d e l B r a s il,
q u e r e p u d ia b a la p r o h ib ic ió n e s t a d o u n id e n s e a la s filia le s d e s u s e m p r e s a s p a ra
h a c e r n e g o c io s c o n Cuba ( IM ). E n 1 9 9 1 , la c a n c ille r ía a r g e n tin a a p o y ó una
p ro p u e s ta n o r te a m e r ic a n a e n la C o m is ió n d e D e r e c h o s H u m a n o s d e la O N U p a ra
in v e s tig a r s u p u e s ta s v io la c io n e s a lo s d e r e c h o s h u m a n o s e n C u b a , m ie n tr a s q u e
el re s to d e lo s p a ís e s d e A m é r ic a L a tin a c o n r e p r e s e n t a c ió n e n la C o m is ió n
— e x c e p to P a n a m á — s e a b s t u v o o v o ló e n c o n tra . E n 1 99 2, M emem m a n ife s tó la
p o s ib ilid a d d e la in c o r p o r a c ió n c o n ju n t a d e C h ile y la A r g e n tin a al N A F T A , lo q u e
en c ír c u lo s p o lít ic o s y e c o n ó m ic o s d e l B r a s il fu e in te r p r e ta d o c o m o e l a n tic ip o d e
u n a r e n u n c ia al M e rc o s u r. E n 1 99 4, la A r g e n tin a r e s p a ld ó la in t e r v e n c ió n en H aití,
un a d e la s re s o lu c io n e s m á s c o n tr o v e r tid a s im p u ls a d a s p o r W a s h in g to n ; e s t a
a c titu d n o fu e c o m p a r tid a p o r e l B r a s il y fu e r e s is tid a p o r o tro s p a ís e s d e la re g ió n .
E s e m is m o a ñ o , m ie n tr a s la A rg e n tin a im p u ls a b a la in te g r a c ió n d e C h ile al
M e rc o s u r y e n fa tiz a b a la u n ió n c o n el B r a s il. Menem y C avallo s e t e n ta b a n c o n la
p o s ib ilid a d d e a c c e d e r al N A F T A .
A lg u n o s re la c io n a m ie n to s p e r s o n a le s d e M emem c o n fig u ra s d e l e s c e n a r io
p o lític o la tin o a m e r ic a n o c a r e c ie r o n d e to n o d ip lo m á tic o . A sí p u e d e c a r a c te r iz a r s e
el e n v ío d e un te le g ra m a d e fe lic it a c ió n al e x d ic t a d o r A ugusto P imocmet c u a n d o
p e rd ió el p le b is c ito c o n el q u e c o m e n z ó la tr a n s ic ió n a la d e m o c r a c ia e n C h ile ; su
m a n ife s ta c ió n d e s im p a tía p o r H ugo C havez , lu e g o d e l in te n to d e g o lp e q u e
c o m a n d ó e n V e n e z u e la ; s u r e c e p c ió n e n la r e s id e n c ia d e O liv o s a l g o lp is ta g e n e r a l
p a ra g u a y o L imo O viedo y a l e x p r e s id e n te A drala B ucaran , lu e g o d e h a b e r s id o
d e s titu id o p o r el C o n g re s o e c u a to r ia n o . F in a lm e n te , el r e la c io n a m ie n t o de M enem
c o n el p re s id e n te d e l P e rú , A lberto F ujimori , s e r e s in t ió p o r la v e n t a ile g a l d e a r m a s
al E c u a d o r d u ra n te su c o n f lic to c o n a q u e l p a ís y d e s d ib u jó el ro l d e la A r g e n tin a
c o m o g a ra n te d e l a c u e r d o d e paz e n tr e a m b o s p a ís e s ( u<)).
L a a s p ir a c ió n a rg e n tin a a in te g ra rs e c o m o m ie m b r o d e l C o n s e jo d e S e g u r id a d
d e la s n a c io n e s U n id a s p r e c ip itó un d e s a c u e r d o c o n e l B r a s il. E n 1 9 8 9 , e l e n t o n c e s
p re s id e n te b ra s ile ñ o . J óse S armey, p r o p u s o a su p a ís c o m o m ie m b r o p e r m a n e n te
— sin d e r e c h o a v e to — d e d ic h o C o n s e jo . E n 1 99 4, e l B r a s il o fic ia liz ó s u p r o p u e s ta ,
a rg u m e n ta n d o s u c o n d ic ió n d e c a n d id a t o n a tu ra l p a r a e q u ilib r a r al C o n s e jo c o n
su p re s e n c ia . E n to n c e s , la A r g e n tin a s e c o n tr a p u s o a la p r e te n s ió n b r a s ile ñ a
s o s te n ie n d o q u e la m is m a g e n e r a r ía g r a v e s d e s e q u ilib r io s re g io n a le s . E n 1 99 7, el
B ra s il s o s tu v o q u e el re c h a z o a r g e n tin o c o n t r a d e c ía la a lia n z a e s t r a té g ic a q u e u n ia
S in e m b a rg o , d u ra n te el d e b a te e n la s N a c io n e s U n id a s — e n s e t ie m b r e de
1 9 9 7 — lo s d o s p a ís e s s o s tu v ie r o n s u s p o s ic io n e s o rig in a le s. A m b o s p e n s a b a n
c o n ta r c o n e l a p o y o n o r te a m e r ic a n o , p e ro Cm Tori — p e s e a h a b e r e le g id o a la
A rg e n tin a c o m o a lia d o e x tra O T A N y a h a b e r r e c o n o c id o el lid e ra z g o b ra s ile ñ o en
la re g ió n — s ó lo s e lim itó a a d m itir, e n o c a s ió n d e s u v is ita al B r a s il, el d e r e c h o de
A m é r ic a L a tin a a d e c id ir c ó m o c u b r ir s u r e p r e s e n ta c ió n e n el C o n s e jo s ie m p r e q u e
la m is m a fu e ra c o n s e n s u a d a p o r to d o s lo s p a ís e s d e la reg ió n .
L a s re la c io n e s c o n C h ile a d q u ir ie r o n un d e c id id o p erfil d e c o o p e r a c ió n . A
p a rtir d e 1990, e n a c u e r d o c o n el g o b ie r n o d e m o c r á tic o d e Patkicio A yuno c o m e n z ó
a p la n te a rs e , e n tr e o tro s, el o b je tiv o d e lo g ra r la s o lu c ió n d e fin itiv a d e los
p ro b le m a s lim ítr o fe s ju n t o al im p u ls o a la in te g ra c ió n b ila te ra l. E n c o n s e c u e n c ia ,
tu v o in ic io un p e r ío d o d u r a n te el c u a l, p o r p rim e ra v e z e n el sig lo , s e g o b e rn ó sin
p ro b le m a s lim ítro fe s co n C h ile .
La in te g ra c ió n fís ic a fu e c o n c e b id a c o m o un v e h íc u lo p a ra la m a te r ia liz a c ió n
d e l e s p a c io e c o n ó m ic o a m p lia d o . P a ra fa c ilita rla , el 15 d e d ic ie m b r e d e 1 99 2,
a m b o s p a ís e s a c o rd a ro n el P lan M a e stro G e n e r a l d e P a s o s F ro n te riz o s . E l Plan
p re v e ía m u tu a s in v e rs io n e s , y e n tre s u s a v a n c e s s e c o n tó la in a u g u r a c ió n d e un
p u e n te in te r n a c io n a l a la a ltu ra d e C h u b u t y un c o r r e d o r b io c e á n ic o e n J u j u y .
T a m b ié n s e a d e la n tó el p ro c e s o p a ra la h a b ilita c ió n d e un tú n e l a b a ja a ltu r a en
el s is te m a d e l C ris to R e d e n to r y s e c o n c e r tó el e s t a b le c im ie n to d e c o n tr o le s
in te g ra d o s e n v a rio s p u n to s . P o r o tra p a rte , d e n tro d e l m a r c o c o n s titu id o p o r la
a s o c ia c ió n d e C h ile c o n el M e rc o s u r. s e in c lu y ó al P lan M a e s tro e s t a b le c ie n d o
c o m o p rio rita rio el a c o n d ic io n a m ie n to d e d o c e p a s o s c o r d ille r a n o s fro n te riz o s . El
m e jo ra m ie n to d e e s to s p a s o s a p u n ta b a a p e rm itir la u tiliz a c ió n d e lo s p u e r to s
c h ile n o s ta n to p o r la A rg e n tin a c o m o p o r lo s o tro s m ie m b r o s d e l M e rc o s u r.
El te rc e r a s p e c to b á s ic o d e la in te g ra c ió n c o n te m p ló la c o m p le m e n t a d ó n
e n e rg é tic a . T ras este o b je tiv o s e c o n v in o y c o n s tr u y ó un g a s o d u c to e n tre M e u q u é n
y S a n tia g o p a ra la v e n t a d e g a s a rg e n tin o a C h ile . A s im is m o , e l te n d id o d e un
p ro p a n o d u c to d e s d e T ie rra d e l F u e g o p e rm itirá a b a s te c e r a C h ile d e g a s lic u a d o .
C o m o c o n tra p a rtid a , d e s d e el la d o c h ile n o se r e a liz ó u n a c o n e x ió n b in a c io n a l en
B a lm a c e d a p a ra la tra n s m is ió n d e e n e rg ía e lé c tr ic a h a s ta un p a s o d e fr o n te r a en
la p ro v in c ia d e C h u b u t.
E n c u a n t o a la s a r m a s q u ím ic a s , s e fir m ó el C o m p r o m is o d e M e n d o z a . E l 5 d e
s e t ie m b r e d e 1 9 9 1 , lo s c a n c il l e r e s d e la A r g e n tin a , B r a s il y C h ile a c o r d a r o n u n a
D e c la r a c ió n s o b r e la P r o h ib ic ió n C o m p le t a (U s o o P r o d u c c ió n ) d e la s A r m a s
Q u í m i c a s (o B io ló g ic a s ). A l C o m p r o m is o a d h ir ie r o n P a r a g u a y , U r u g u a y , D o liv ia y
E cu a d o r.
S in e m b a r g o , c o m o e n o t r o s c a s o s , la a lin e a c ió n a r g e n tin a c o n lo s E E . U U .
g e n e r ó r u id o s e n la r e la c ió n c o n o tr o s p a ís e s d e la re g ió n . E n 1 9 9 7 , el a n u n c io d e
la S e c r e t a r í a d e E s t a d o d e lo s E E . U U . , o t o r g a n d o a la A r g e n tin a e l s t a t u s d e a lia d o
e x tr a O T A N , c o m p l ic ó lo s in t e n t o s d e c o o p e r a c i ó n c o n C h ile e n m a t e r ia d e
d e f e n s a . E n tr e lo s c h ile n o s s u r g ió la p r e o c u p a c ió n p o r la p o s ib ilid a d q u e s e le a b r ía
a la A r g e n tin a p a r a la a d q u is ic ió n d e a r m a s le t a le s . P o r o tr a p a rte , e n la p e r c e p c ió n
d e d ip lo m á t ic o s y p o lít ic o s d e l C o n o S u r — c o m o lo s e x p r e s id e n t e s d e l B r a s il, Jo s é
S armey , y d e la A r g e n tin a , R aúl A lfonsin — e n e l a n u n c io n o r t e a m e r ic a n o s u b y a c ía la
in t e n c ió n d e d e s e s t a b iliz a r lo s p r o c e s o s d e in te g r a c ió n e n la r e g ió n O*3).
8 ,1 0 ,5 . El c o n flic to de M alvinas
D e s d e la a s u n c ió n d e M enem , s e m o d if ic ó el t r a t a m ie n t o d e l t e m a d e n tr o d e la
a g e n d a d ip lo m á t ic a . P o r u n la d o , s e lo m a n t u v o e n lo s c a r r ile s d e la n e g o c ia c ió n
b ila te ra l c o n el R e in o U n id o , y p o r o tr o , s e c o n g e ló e l d e b a t e e n la A s a m b le a
G e n e ra l de la s n a c io n e s U n id a s , aunque se lo c o n t in u ó en el C o m it é de
D e s c o lo n iz a c ió n d e la s N a c io n e s U n id a s y e n la A s a m b le a G e n e r a l d e la O E A .
E n a g o s t o d e 1 9 8 9 , el n u e v o g o b ie r n o c o m e n z ó a r e c o m p o n e r la s r e la c io n e s
c o n G r a n B r e t a ñ a . S i b ie n d u r a n t e la c a m p a ñ a e le c t o r a l M en em t e n t ó a lo s s e c t o r e s
n a c io n a lis t a s c o n la p r o m e s a d e la r e c u p e r a c ió n d e la s M a lv in a s a " s a n g r e y fu e g o ",
u n a v e z c o n v e r t id o e n p r e s id e n t e lo g ró q u e u n a r e u n ió n e n tr e lo s r e p r e s e n t a n t e s
d e a m b o s g o b ie r n o s , a c o r d a r a n e n M a d r id la r e a n u d a c ió n de la s r e la c io n e s
c o n s u la r e s , lo s v í n c u lo s e c o n ó m ic o - f in a n c ie r o s , la s c o m u n i c a c i o n e s a é r e a s y
m a r ít im a s y e l c e s e d e la s h o s t ilid a d e s e n t r e a m b o s p a ís e s . L a s r e la c io n e s
d ip lo m á t ic a s s e r e s t a b le c ie r o n e n fe b r e r o d e 1 9 9 0 , d e já n d o s e s in e f e c t o la z o n a
de e x c lu s ió n e s t a b l e c i d a d u r a n t e e l c o n f lic t o d e 1 9 8 2 .
Los A cu e rd o s d e M a d rid p e r m itie r o n un m e jo r a m ie n t o s u s t a n t iv o d e la s
r e la c io n e s b ila te ra le s . La fó rm u la d e l " p a r a g u a s " a d o p ta d a e n d ic h o s A c u e r d o s
p e r m itió e l c o n g e la m ie n to d e la s p o s ic io n e s d e a m b a s p a r te s e n lo r e la tiv o a s u s
d e r e c h o s s o b r e la s Is la s M a lv in a s , G e o r g ia s d e l S u r y S a n d w ic h d e l S u r y lo s
e s p a c io s m a rítim o s c ir c u n d a n te s . A p a rtir d e e n to n c e s , la s r e la c io n e s b ila te r a le s
s ig u ie ro n un c u r s o ó p tim o q u e c u lm in ó e n 1 9 9 8 c o n la v is ita d e l p r e s id e n te
a rg e n tin o al R e in o U n id o . S in e m b a r g o , lo s b r itá n ic o s m a n t u v ie r o n e l e m b a r g o p a ra
la v e n t a d e a r m a s a la A r g e n tin a y p r e s io n a r o n a o tr o s E s ta d o s p a ra q u e h ic ie r a n
lo m is m o .
D o s c u e s tio n e s v in c u la d a s a la s Is la s M a lv in a s fu e ro n o b je t o d e n e g o c ia c ió n
e n tre la A rg e n tin a y e l R e in o U n id o . A m b a s s e r e fe r ía n a te m a s e c o n ó m ic o s : lá
p e s c a y e l p e tró le o . E n n in g u n o d e lo s c a s o s s e lo g ró u n a c u e r d o a la rg o p la z o , y
en el c a s o d e lo s a c u e r d o s p a r c ia le s a lc a n z a d o s , s e h a c u e s t io n a d o si lo s m is m o s
n o p e r ju d ic a b a n lo s d e r e c h o s s o b e r a n o s d e la A r g e n tin a ( l41).
L a r e a liz a c ió n d e n u e v a s n e g o c ia c io n e s c u lm in a r o n , lu e g o d e v a r io s a ñ o s , c o n
u n a D e c la r a c ió n C o n ju n ta . E n s e t ie m b r e d e 1 9 9 5 , s e g ú n la in f o r m a c ió n o fic ia l
a rg e n tin a , la D e c la r a c ió n e r a u n p a s o fu n d a m e n ta l p a ra e l e s t a b le c im ie n t o d e un
m odus v iv e n d i, b a s a d o e n la a d o p c ió n d e a c c io n e s c o o r d in a d a s d e lo s d o s
g o b ie rn o s p a ra d e s a r r o lla r a c t iv id a d e s d e e x p lo r a c ió n y e x p lo ta c ió n d e h id r o c a r
( 144
) B o i.o ü h a, A lik i:ik ) B k u n o , 'L a incidencia del conflicto de M alvinas en la política
exterior argentina", en C ERIR , La p o lític a e x te r io r a rg e n tin a , 1 9 9 4 /1 9 9 7 , Rosario, 1998,
págs. 221 y 222.
b u r o s e n la s Is la s . L a o p o s ic ió n m a n if e s t ó s u d e s a c u e r d o c.on !a n a t u r a le z a ju r íd ic a
d e la D e c la r a c ió n y c u e s t io n ó la fa c u lta d d e l P o d e r E je c u t i v o p a r a h ip o te c a r lo s
r e c u r s o s d e l m a r a d y a c e n t e s in c o n s u lt a r al C o n g r e s o . F in a lm e n t e , o b je t ó la
in t e r p r e t a c ió n g u b e r n a m e n t a l d e la D e c la r a c ió n q u e a f ir m a b a la fa c u lta d d e la
A r g e n t in a d e p e r c ib ir r e g a lía s p o r la e x p lo t a c ió n p e tr o lífe r a e n la s á r e a s lic ita d a s
p o r lo s is le ñ o s . D e h e c h o , n o e x is tía e n el te x to n in g u n a a lu s ió n a la p a r tic ip a c ió n
e c o n ó m i c a d e la A r g e n tin a y e l p r o p io g o b ie r n o b r it á n ic o d e s e s t im ó lo d o r e c la m o
a r g e n t in o p a ra im p o n e r c a r g a s e c o n ó m i c a s a la s e m p r e s a s q u e p a r tic ip a r a n d e l
n e g o c io p e t r o le r o e n la s Is la s .
A p a r tir d e 1 9 9 6 , e l g o b ie r n o m a lv in e n s e o to r g ó v a r ia s l ic e n c ia s p a r a b u s c a r
p e t r ó le o e n lo s s e c t o r e s N o r te y S u r d e s u p la ta fo r m a , y la s e m p r e s a s b e n e f ic ia d a s
c o m e n z a r o n a o p e r a r , m a n if e s t a n d o lo s d ir e c t iv o s d e v a r ia s d e e lla s q u e no
p a g a r ía n re g a lía s a lo s a r g e n tin o s . L a A r g e n tin a s ó lo p o d r ía c o m p a r t ir la s r e g a lía s
e n la d e n o m i n a d a p o r la D e c la r a c ió n " A r e a d e C o o p e r a c ió n E s p e c ia l" , d o n d e a ú n
n o s e lla m ó a lic it a c ió n in t e r n a c io n a l.
E n c u a n t o a l t e m a d e la s o b e r a n ía d e la s Is la s M a lv in a s , lu e g o d e v a r io s a ñ o s
d e c o n g e la m ie n t o b a jo la fig u ra d e l " p a r a g u a s ", a p a r e c ie r o n in q u ie t u d e s c o n
r e s p e c t o a la p a r á lis is e n e l tr a t a m ie n t o d e la c u e s tió n . E n e l ín te r in , s e c o n o c ie r o n
v a r ia s p r o p u e s t a s o f ic ia le s p a r a s o lu c i o n a r e l te m a : el r e c u r s o al a r b itr a je (e n
I 9 9 1), la ¡d e a d e u n C o n d o m in io (e n 1 9 9 3 y 19 9 5 ), la a p lic a c ió n d e la fig u ra d e
E s t a d o L ib r e A s o c ia d o ( 1 9 9 3 ) , la in d e m n iz a c ió n c o m p e n s a t o r ia a lo s is le ñ o s p a ra
que abandonen la s Is la s (1 9 9 4 y 1 9 9 5 ) y la in d e p e n d e n c ia d e l te r r ito r io e n
c u e s t ió n . E s t a ú ltim a p r o p u e s t a s e f u n d a m e n t ó e n u n c a m b io s u s t a n c ia l d e l
c r it e r io t r a d ic io n a l s u s t e n t a d o p o r la A r g e n tin a f r e n te a l c o n f lic t o d e s o b e r a n ía :
h a s ta e n t o n c e s s e h a b ía p la n t e a d o la n e c e s id a d d e t e n e r e n c u e n t a " l o s in te r e s e s
d e lo s h a b it a n t e s " d e la s Is la s . P e r o , a p a r tir d e 1 9 9 2 , el c a n c ille r Di T k u a e x p r e s ó
q u e s e d e b ía n c o n t e m p la r " l o s d e s e o s d e lo s h a b it a n t e s " . S o b r e la b a s e d e e s te
n u e v o c r it e r io , e l a s e s o r d e la c a n c ille r ía C arlos E scude p la n te ó — e n u n m e m o r á n
d u m e n v ia d o a Di Ti-i u . y q u e s e c o n o c ió p ú b lic a m e n t e — la in d e p e n d e n c ia d e las
Is la s M a lv in a s , si la m is m a s e c o r r e s p o n d ía c o n lo s d e s e o s d e lo s k e lp e r s . A n te la s
c r ít ic a s d e f u n c io n a r io s y a c a d é m ic o s , e l c a n c il l e r le r e s t ó s e r ie d a d a la p r o p u e s ta .
S in e m b a r g o , el p r o p ó s it o d e t e n e r e n c o n s id e r a c ió n l o s d e s e o s d e lo s is le ñ o s a b r ía
la p o s ib ilid a d d e p o n e r e n m a n o s d e e s t o s e l fu tu r o d e la s Is la s ( us).
l,a d o c tr in a d e la s e d u c c ió n in s tr u m e n ta d a p o r e l c a n c ille r p a r e c ió e n c u a d r a r s e
d e n tr o d e e s ta p e r s p e c t iv a . L a s p r e s ta c io n e s y la s m a n ife s ta c io n e s d e a m a b ilid a d d e l
g o b ie r n o a rg e n tin o h a c ia lo s k e lp e r s a p u n t a b a n a p e r s u a d ir á lo s is le ñ o s p a ra q u e
a c e p t a r a n la s o b e r a n ía a r g e n tin a , c o n v in ié n d o lo s , d e e s ta m a n e r a , e n p r o ta g o n is ta s
d e la d e c is ió n fin al a c e r c a d e la m is m a . S in e m b a r g o , la p o b la c ió n d e la s Is la s n o s ó lo
ra tific ó s u s v ín c u lo s c u lt u r a le s c o n e l R e in o U n id o , s in o q u e , e n el d o c u m e n to S o u th
A t la n t i c O c c a s io n a l P a p é is d e fe b r e r o d e 1 9 9 8 , s e p r o n u n c ió e n fa v o r d e la s o b e r a n ía
b ritá n ic a a la v e z q u e fo r m u ló s e v e r a s c r itic a s al s is te m a p o lític o a rg e n tin o . E s te
d o c u m e n t o h a b ía s id o p r e c e d id o p o r u n a d e c la r a c ió n d e l c a n c ille r b ritá n ic o , e n
e n e ro de 19 9 8 , n e g a n d o la p o s ib ilid a d d e u n a s o b e r a n ía c o m p a rtid a e n la reg ión . En
ú ltim a in sta n c ia , la p o lític a d e s e d u c c ió n o to rg a b a a los is le ñ o s el p ro ta g o n is m o q u e
lo s p ro p io s in g le ses q u e ría n asig n a rle ( Mr').
La s o b e ra n ía ta m b ié n fu e a b o r d a d a e n el m a r c o d e l M e rc o s u r. E n ju n i o d e
199 6, lo s p re s id e n te s d e lo s p a ís e s m ie m b r o co n la a d h e s ió n d e lo s m a n d a ta r io s
d e [Solivia y C h ile s u s c rib ie r o n e n la p r o v in c ia d e S a n L u is u n a D e c la r a c ió n d o n d e
re s p a ld a n lo s le g ítim o s d e r e c h o s d e la A rg e n tin a e n la d is p u ta d e s o b e r a n ía s o b r e
la s M a lvin a s, re c o rd a n d o q u e e s in te r é s d e l h e m is fe r io q u e la d is p u ta s e s o lu c io n e
d e c o n fo rm id a d co n las r e s o lu c io n e s d e la onu y d e la O E A ( U7).
(146) G obbi. Hugo, Estado, id e n tid a d y lib e rta d . C asuística de lio s o v o a M alvinas. Buenos
Aires, 1999, págs. 282 y 283.
L a t r a u m á t ic a e x p e r ie n c ia d e h ip e r in f la c ió n y r e c e s ió n , e l d e t e r io r o d e la s
c u e n t a s fis c a le s , el e le v a d o e n d e u d a m ie n t o , e l r e t r o c e s o d e la s r e s e r v a s y la h u id a
d e c a p it a le s p e r s u a d ie r o n a M i :mem a a b a n d o n a r s u s p r o m e s a s e l e c t o r a l e s d e
" s a la r ia z o " y " r e v o lu c ió n p r o d u c t iv a " , y a b u s c a r e l a p o y o d e lo s p r in c ip a le s a g e n te s
e c o n ó m ic o s , ta n to in te r n o s c o m o e x te r n o s . D e e s t a m a n e r a , p r io r iz a n d o e l r e to r n o
(150| Basuai.do, Ed uard o M., "El impacto económico de las privatizaciones", en Realidad
E c o n ó m ic a , N5 125, 1994, págs. 27-29.
a la e s ta b ilid a d , s e p r o d u jo un r á p id o v ir a je h a c ia un p r o g r a m a e c o n ó m ic o
n e o lib e ra l, q u e r e f le ja b a lo s in te r e s e s d e l e s t a b lis lim e n t . e s d e c ir , la s g r a n d e s
e m p r e s a s n a c io n a le s y e x tr a n je r a s r a d ic a d a s e n e l p a ís , la g ra n b a n c a n a c io n a l y
los r e p r e s e n t a n te s d e lo s a c r e e d o r e s e x te rn o s .
L a b ú s q u e d a d e c r e d ib ilid a d in c id ió e n la s e le c c ió n d e s u p r im e r m in is tro d e
E c o n o m ía , El n o m b r a m ie n to d e Miguel Roig y, a n te e l d e c e s o d e é s t e a la s e m a n a
de h a b e r a s u m id o , d e H estok Rapamelli. a in b o s d ir e c t iv o s d e la e m p r e s a B u n g e y
B o rn , im p lic a b a un r e c o n o c im ie n t o te m p r a n o p o r p a rte d e M emem d e lo s c a m b io s
e s t r u c tu r a le s q u e h a b ía s u fr id o la A r g e n tin a a p a rtir d e la d ic t a d u r a m ilita r y lo s
c o n d ic io n a m ie n to s e x te rn o s e in te r n o s h e r e d a d o s . T a m b ié n n o m b r ó , c o m o p a rte
d e e s t a b ú s q u e d a d e l a v a l d e l p o d e r e c o n ó m ic o , a A lvaro A lsoqaray c o m o a s e s o r
p re s id e n c ia l p a ra e l te m a d e la d e u d a e x te rn a . S e a c e r c ó , e n to n c e s , al g o b ie r n o un
c o n ju n to d e o r g a n iz a c io n e s e m p r e s a r ia s r e p r e s e n t a tiv a s d e la g ra n b u rg u e s ía
n a c io n a l: el C o n s e jo E m p r e s a r io A rg e n tin o , la S o c ie d a d R u ra l, la C á m a r a A r g e n tin a
de C o m e r c io y la U n ió n In d u s tria l A rg e n tin a . E n c a m b io , e l m o v im ie n t o s in d ic a l,
m a y o r ita r ia m e n te p e ro n is ta , in g r e s ó e n u n a e ta p a d e c r is is y la C Q T s e d iv id ió ,
a p o y a n d o u n a d e la s fr a c c io n e s al g o b ie r n o , m ie n tr a s la o tra m a n t e n ía d is ta n c ia .
D u ra n te la g e stió n m e n e m is ta , la s p o lític a s e c o n ó m ic a s o b s e r v a r o n u n a o r ie n
ta ció n c la ra m e n te n e o lib e ra l, d irig id a a a v a n z a r e n el re tiro d e l E s ta d o d e u n a s e rie
d e fu n c io n e s , p a ra c o n fia rla s a lo s m e c a n is m o s d e l m e r c a d o . El p ro c e s o r e c o n o c ió
d iv e rs a s e ta p a s , a u n q u e m a n tu v o u n a c o n tin u id a d e n s u s e je s c o n d u c to r e s .
E l p la n e c o n ó m ic o in te n ta b a a p o y a r s e e n u n m o d e lo e x p o r ta d o r s o b r e la b a s e
d e u n e s q u e m a re g re s iv o d e f u n c io n a m ie n to d e la e c o n o m ía . L a h ip e r in fla c ió n y
la re c e s ió n p e rs is tía n lu e g o d e l c a m b io d e g o b ie r n o , d e m a n e r a q u e la p rio rid a d
d e l n u e v o e q u ip o e c o n ó m ic o e r a e s t a b iliz a r e l s is t e m a d e p r e c io s , r e d u c ie n d o lo s
d e s e q u ilib r io s d e l s e c to r e x te r n o y d e l s e c t o r fis c a l. El p la n B B n o s e d ife r e n c ia b a
(151) Cf. García, Auvcno, "Tres años de gobierno", en Realidad Económica, ri- 10 9 , 19 9 2 .
s u s t a n c ia lm e n t e d e lo s p la n e s d e a ju s t e d e l pasado,- a u n q u e fu n d a d o e n la
e c o n o m ía d e m e r c a d o y e n la a p e r tu r a e x te r n a , e n la p r á c tic a m a n tu v o e l c o n tro l
d e p r e c io s , c o n c e r t a d o c o n lo s e m p r e s a r io s , y el c ie r r e a la s im p o r ta c io n e s . S u s
r e s u lt a d o s e n m a t e r ia d e in c r e m e n t o d e la s r e s e r v a s , o r d e n a m ie n t o d e la s c u e n ta s
f i s c a l e s y e s t a b iliz a c ió n d e lo s p r e c io s (o b je t iv o s p r io r ita r io s ) p r o n to m o s tr a r o n alta
v o la tilid a d . P o r e s o , s e la n z a r o n n u e v a s m e d id a s , e n t r e la s q u e s e d e s ta c a r o n : u n a
d r á s tic a d e v a lu a c ió n d e la m o n e d a n a c io n a l, q u e lle v ó el d ó la r d e 3 5 0 a 6 50
a u s tr a le s ; fu e r te s s u b a s e n lo s p r e c io s d e los c o m b u s tib le s , la s ta r ifa s e lé c tr ic a s ,
el g a s , lo s t r a n s p o r te s y o tr o s s e r v ic io s p ú b lic o s , m ie n tr a s s e o to r g a b a un a u m e n to
lim ita d o a la s r e m u n e r a c io n e s .
S u s e f e c t o s s e tra d u je ro n e n u n r e c r u d e c im ie n t o in f la c io n a r io in ic ia l, q u e lleg ó
al 2 0 0 % m e n s u a l, p a r a lu e g o d e s c e n d e r a l 9 % . C o m o c o n tr a p a r tid a , s e p ro fu n d iz ó
la r e c e s ió n , e s p e c ia lm e n t e e n e l s e c t o r in d u s tr ia l, s e a m p lió la b r e c h a e n tr e e l tipo
d e c a m b io o fic ia l y e l p a r a le lo , y s e p r o d u jo u n a p é r d id a s ig n ific a tiv a d e d iv is a s .
E l tip o d e c a m b io , q u e s e h a b ía in te n ta d o m a n t e n e r e n 6 5 0 a u s tr a le s p o r d ó la r,
fin a lm e n te tu vo que s e r a u m e n ta d o a 1 .0 1 0 a u s tr a le s . T a m b ié n fr a c a s ó la
c o n c e r t a c ió n d e p r e c io s c o n el s e c t o r e m p r e s a r io , al n o p o d e r r e tr o tr a e r lo s p re c io s
al 3 d e j u l i o c o m o s e e s p e r a b a . L a d e v a lu a c ió n m a s iv a d e d ic ie m b r e d e 1 9 8 9 fue
la c u lm in a c ió n d e l d e s g a s te d e l e q u ip o e c o n ó m ic o , r e e m p la z a d o a lo s s e is m e s e s
d e h a b e r a s u m id o , e n m e d io d e c o n f lic to s in te r n o s y e x te r n o s . El p a ís q u e d ó
s u m e r g id o e n u n a s e g u n d a o la h ip e r in fla c io n a r ia , c o n ta s a s d e l 40 % e n d ic ie m b r e ,
el 7 9 % e n e n e ro , el 61 % e n fe b r e r o y e l 9 5 % e n m a rz o .
E s ta p r im e r a e ta p a r e p r e s e n t ó un in te n to d e e s t a b le c e r u n a p o lític a e c o n ó m ic a
b a s a d a e n la c o m p r e s ió n d e lo s in g r e s o s d e lo s s e c t o r e s p o p u la r e s , p r iv ile g ia n d o
a g r a n d e s g ru p o s e c o n ó m ic o s in te r n o s . A u n q u e e l p r o g ra m a e s t u v o e n m a r c a d o a
n iv e l in t e r n a c io n a l p o r el p la n B r a d y , n o c o n t ó c o n la s im p a tía d e la b a n c a
a c r e e d o r a ni d e a lg u n o s s e c t o r e s e x p o r ta d o r e s , y a q u e la r e d u c c ió n d e l g a s to
p ú b lic o d ila tó lo s p a g o s a lo s a c r e e d o r e s e x te r n o s y s u s p e n d ió s u b s id io s d e
p r o m o c ió n .
D u r a n te e s ta g e s tió n s e a p r o b a r o n d o s le y e s c u y a a p lic a c ió n s e r ía fu n d a m e n ta l
m á s a d e la n te : la de R efo rm a d e l E s ta d o y la d e E m e r g e n c ia E c o n ó m ic a . E s ta s
n o r m a s fija b a n lo s e j e s e s t r a té g ic o s d e la g e s tió n d e l g o b ie r n o , a b a r c a n d o te m a s
tan a m p lio s c o m o la r e f o r m a a d m in is t r a t iv a d e l E s ta d o , la a u to r iz a c ió n p a ra
p riv a tiz a r la c a s i to ta lid a d d e la s e m p r e s a s p ú b lic a s y v e n d e r b ie n e s in m u e b le s , la
s u s p e n s ió n d e s u b s id io s y s u b v e n c io n e s e s p e c ia le s , la e lim in a c ió n d e l s is t e m a d e
"C o m p r e n a c i o n a l " , y la c o m p e n s a c ió n d e d e u d a s e n tre p a r tic u la r e s y e l s e c to r
p ú b lic o . T a m b ié n a u to r iz a b a n la r e f o r m a d e la C a r ta O r g á n ic a d e l B a n c o C e n tra l
y la lib e r a líz a c ió n d e la s in v e r s io n e s e x tr a n je r a s .
La s e g u n d a e ta p a s e in ic ió e l 18 d e d ic ie m b r e d e 1 9 8 9 y s e p r o lo n g ó h a s ta
fe b r e r o d e 199 1, b a jo la c o n d u c c ió n d e AríTomo E rnán G onzález , q u ie n p r e v ia m e n t e
h a b ía s id o m in is tr o d e E c o n o m ía d e L a R io ja y lu e g o v ic e p r e s id e n t e d e l B a n c o
C e n tra l. A n te la s d ific u lta d e s p a r a c o n t r o la r la s p r in c ip a le s v a r ia b le s , E rman G onzález
a p lic ó a l p r in c ip io u n a p o lít ic a d e ti p o d e c a m b io li bre c o n flo ta c ió n s u c ia (e s d e c ir ,
c o n in t e r v e n c ió n d e l B a n c o C e n tr a l) y u n a lib e r a liz a c ió n d e lo s p r e c io s , y d is p u s o
un a u m e n t o s a la r ia l d e s u m a fija e q u iv a le n t e a a p r o x im a d a m e n t e q u in c e d ó la r e s .
S e m a n tu v ie ro n la s ta rifa s p ú b lic a s y s e d e ro g ó un in c r e m e n to d e la s r e te n c io n e s
a g ro p e c u a rio s q u e h a b ía s id o d is p u e s to p o c o s d ía s a n te s p o r la g e s tió n e c o n ó m ic a
a n te rio r. E s te c o n ju n to d e m e d id a s , d e n o m in a d o "p la n firm a n I", g e n e r ó n u e v a s
te n d e n c ia s in fla c io n a ria s , s in s o lu c io n a r lo s d e s e q u ilib r io s fis c a le s , a g r a v a d o s p o r
la s a b u lta d a s d e u d a s in te r n a y e x te rn a ( 1S2).
P o c o s d ía s d e s p u é s , e n e n e r o d e 1 99 0, s e la n z ó el p la n B o n e x o E n n a n II,
c o n s is te n te en un c a n je c o m p u ls iv o d e lo s d e p ó s ito s a p la z o fijo y e n c a ja d e a h o r r o
e x is te n te s al 28 d e d ic ie m b r e d e 1989 y lo s títu lo s d e d e u d a in te r n a d e l E s ta d o p o r
títu lo s p ú b lic o s e n d ó la re s a d iez a ñ o s. S ó lo s e re in te g ró en e f e c tiv o un p e q u e ñ o
p o rc e n ta je d e los d e p ó s ito s a las p e r s o n a s física s, y a la s e m p r e s a s , el m o n to
n e c e s a rio p a ra el p ag o d e lo s s u e ld o s y jo r n a le s , el a g u in a ld o y la s c a rg a s s o c ia le s
d e d ic ie m b re . A d e m á s , s e p ro h ib ió te m p o r a lm e n te a la s e n tid a d e s fin a n c ie r a s la
re c e p c ió n d e d e p ó s ito s a p la z o fijo, a u to r iz á n d o le s lu e g o — u n a v e z e s ta b iliz a d a
la s itu a c ió n — la a c e p ta c ió n c o n p la z o s m a y o r e s a 9 0 d ía s. E n el p e r ío d o d e
tra n s ic ió n , la s e n tid a d e s s ó lo p o d ía n r e c ib ir d e p ó s ito s y o to rg a r c r é d ito s e n B o n e x
y e n d iv is a s a ta sa líb re ( IM ).
(152) Cf. Fontana, Beatriz; Fclktti, Roberto,•Lozano, Claudio; Mcguira, H oracio y Ramírez, Luis,
El Erman V. García, Ai.iri:i>o T., "Planes Erman: una victoria a lo Pirro", en Realidad Económica.
N" 95, 1990, y Canitrot, A d o ijo , "L a niacroeconomia de la inestabilidad argentina en los
ochenta", Boletín Informativo Techint, IT 272, Buenos Aires, 1992.
e x t r a n je r a s , la r e f o r m a d e l E s t a d o y la s p r iv a tiz a c io n e s . S in e m b a r g o , a d ife r e n c ia
d e l p la n B B , lo s p la n e s E r m a n s e fu n d a b a n e n lib e r a r e l m e r c a d o c a m b ia r lo y los
p r e c io s , c o n g e la n d o lo s s a la r io s . S e h a b ía p r o d u c id o u n a r e o r ie n t a c ió n e n la
p o lít ic a e c o n ó m ic a , p a s a n d o a f a v o r e c e r p r io r it a r ia m e n te a o tr o s s e c t o r e s d e l
p o d e r e c o n ó m i c o , e l d é l o s a c r e e d o r e s e x te r n o s y, d e m a n e r a s e c u n d a r ia , e l d e los
e x p o rta d o re s . Los g ran d es c o n t r a t is t a s d e l E s ta d o t a m b ié n s e b e n e f ic ia r ía n
p a r t ic ip a n d o e n la s p r iv a t iz a c io n e s .
C o in o r e s u lt a d o d e e s t o s p la n e s y, e n g ra n m e d id a , a c a u s a d e la r e c e s ió n q u e
p r o v o c a r o n , s e i n c r e m e n t a r o n la s e x p o r t a c io n e s y s e r e d u je r o n la s im p o r ta c io n e s ,
lo g r á n d o s e u n s u p e r á v it e n la b a la n z a c o m e r c ia l, u n in c r e m e n t o d e la s r e s e r v a s y
una e s t a b iliz a c ió n del p r e c io d e l d ó la r . Los s a la r io s r e a le s , en c a m b io , se
c o n t r a j e r o n d e b i d o a l c o n g e la m ie n t o d e la s r e m u n e r a c io n e s n o m in a le s e n un
m a r c o d e p e r s is t e n t e in f la c ió n . E s ta , p o r s u p a r te , s e r e d u jo d e l 7 0 % m e n s u a l e n
el p r im e r t r im e s tr e d e l a ñ o a l 8 % p o r m e s e n lo s n u e v e m e s e s r e s t a n te s . E n e s te
c o n te x to , la s c u e n t a s p ú b lic a s c o m e n z a r o n a a r r o j a r u n s u p e r á v it , q u e te n ía
d iv e r s o s o r íg e n e s . E l a u m e n t o d e la p r e s ió n fis c a l, a p e s a r d e p r o v o c a r u n a
r e c e s ió n , p e r m it ió in c r e m e n t a r lo s in g r e s o s , f o r t a le c id o s p o r la d is m in u c ió n d e la
in f la c ió n q u e lo s d e s v a lo r iz a b a e n e l p a s a d o . L a r e d u c c ió n d e l g a s to c o n t r ib u y ó a
c e r r a r e l d é f ic it d e s d e e l p la n o d e la s e r o g a c io n e s . P o r u n la d o , e l s u p e r á v it fis c a l
t e n ia u n a fu n c ió n d e e s t a b iliz a c ió n d e l p a tr ó n m o n e t a r io , y p o r o tro , p e r m itía la
t r a n s f e r e n c ia d e f o n d o s a la b a n c a a c r e e d o r a . D e a llí q u e e l p la n lo g r a r a e l a c u e r d o
d e l F M l, c o n el c u a l s e fir m ó u n m e m o r á n d u m d e e n t e n d im ie n t o q u e d e s t r a b ó un
c r é d it o a ú n p e n d ie n t e .
r io o b s t a n t e , la s in ic ia t iv a s d e l m in is tr o , a la s q u e s e a ñ a d ió o tr o pla n
c o m p le m e n t a r io d e n o m in a d o " E r m a n IV ", e n c o n t r a r o n lím ite s a n t e la d ific u lta d
p a ra in c r e m e n t a r a ú n m á s lo s in g r e s o s f is c a le s d e b id o a la p e r s is t e n c ia d e la
r e c e s ió n . P a ra m a n t e n e r e l s u p e r á v it fis c a l n e c e s a r io p a ra el p a g o d e lo s in te r e s e s
d e la d e u d a e x t e r n a , s ó lo p o d ía r e c u r r ir s e a u n a m o d if ic a c ió n del esq uem a
tr ib u t a r io t e n d ie n d o h a c ia u n a m a y o r p r o g r e s iv id a d , lo q u e i m p lic a b a g r a v a r
t a m b ié n a lo s s e c t o r e s l o c a le s m á s p u d ie n t e s , a lt e r n a t iv a q u e n o e n t r a b a en la s
c o n s i d e r a c io n e s d e E rn á n QonzAi.cz.
E l p la n E r m a n V , d e o c t u b r e d e 199 0, se p ro p u s o , e n to n c e s , u n a s e v e ra
r e d u c c ió n d e l g a s t o p ú b lic o , e f e c t iv iz a d a a tr a v é s d e m e d id a s t a le s c o m o la
r e d u c c ió n d e la in v e r s ió n g u b e r n a m e n t a l; e l in c r e m e n t o d e la s ta r ifa s p ú b lic a s ; la
d e m o r a e n el p a g o a p r o v e e d o r e s d e l E s t a d o y la lic u a c ió n d e la s d e u d a s c o n
a q u é llo s , r e f in a n c iá n d o la s a la r g o p la z o ; e l c o n g e la m ie n t o d e lo s s a la r io s e s t a ta le s ;
la e lim in a c ió n d e c o n t r ib u c io n e s y s u b s id io s sociales,- la s u s p e n s ió n d e n u e v o s
p ro y e c to s d e p r o m o c ió n in d u s tr ia l y la r e d u c c ió n a u n t e r c io d e lo s m o n to s
d e s t in a d o s a p r o g r a m a s y a e s t a b le c id o s .
A p e s a r d e la s s u c e s i v a s m e d id a s , la a c t iv id a d e c o n ó m i c a c o n t in u a b a d e p r i
m id a , m ie n t r a s q u e la in f la c ió n n o p o d ía s e r v e n c id a p o r c o m p le to , g e s t á n d o s e u n a
s it u a c ió n s o c ia l y p o lít ic a c a d a v e z m á s c o m p le ja . E n e s t e c o n te x to , s e p r o d u jo un
i n c id e n t e p o lít ic o d e n o m i n a d o " S w if t g a t e " , p r o v o c a d o p o r el e m b a ja d o r d e lo s
E s t a d o s U n id o s , T er e m c e T o dm am , al d e n u n c ia r q u e la e m p r e s a d e o r ig e n n o r t e a m e
r ic a n o S w if t h a b ía r e c ib id o u n p e d id o d e s o b o r n o , q u e i n v o lu c r a b a al c u ñ a d o d e l
p r e s id e n t e y fu n c io n a r io d e l g o b ie r n o , E mir Y o m a . E n m e d io d e la e s c a la d a d e l d ó la r ,
d e los s e rio s p r o b le m a s fis c a le s , d e u n a fu e rte e m is ió n m o n e ta r ia y d e un
r e c ru d e c im ie n to d e la in fla c ió n , tal a c o n te c im ie n to a c tu ó c o m o d e to n a n te p a ra
p ro v o c a r la re n u n c ia d e l m in is tro d e E c o n o m ía , e n e n e r o d e 1 99 1.
A s u m ió , e n to n c e s , c o m o titu la r d e E c o n o m ía q u ie n h a s ta e s e m o m e n to h a b ía
o c u p a d o el ca rg o d e m in is tro d e R e la c io n e s E x te r io r e s y C u lto , D o m in g o C a v a l l o ,
in ic iá n d o s e la te rc e ra e ta p a e n m a te ria e c o n ó m ic a . C a v a l l o c o n c ib ió , d u r a n te lo s
p rim e ro s d o s m e s e s d e s u g e stió n , el lla m a d o "P la n d e C o n v e r tib ilid a d ", c o n
o b je tiv o s m u c h o m á s a m p lio s y r a d ic a le s q u e lo s p la n e s p re v io s , n o s ó lo se
p la n te a b a re d u c ir la in fla c ió n a la m ín im a e x p re s ió n , sin o , a d e m á s , im p le m e n ta r
un c o n ju n to d e m e d id a s a rtic u la d a s q u e p ro fu n d iz a ra n la r e f o r m a e s tru c tu ra l e n
c u rso , e x te n d ie n d o la p riv a tiz a c ió n d e e m p r e s a s p ú b lic a s y d e s c e n t r a liz a n d o las
fu n c io n e s d e l E s ta d o , e q u ilib r a n d o las c u e n ta s fis c a le s , fle x íb iliz a n d o el m e r c a d o
la b o ra l, d e s re g u la n d o y lib e ra liz a n d o la e c o n o m ía , y r e a liz a n d o u n a a m p lia
a p e rtu ra c o m e rc ia l y fin a n c ie ra . E n e s e s e n tid o , e l p la n tra ta b a d e e s c a p a r e n s u s
p ro p ó s ito s d e u n a ló g ica d e co rto plazo, a m p lia n d o el h o riz o n te h a c ia el largo p la z o
e in te n ta n d o in s e rta rs e e n un s e n d e r o d e c r e c im ie n to s ig n a d o p o r la b ú s q u e d a d e
u n a m a y o r e f ic ie n c ia en la a s ig n a c ió n y u tiliz a c ió n d e lo s r e c u r s o s fin a n c ie r o s y
p ro d u c tiv o s ( l5*).
El n u e v o p ro g ra m a te n ía tres e je s p rin c ip a le s d e a c c ió n . L a p ie d r a a n g u la r e ra
la L e y d e C o n v e rtib ilid a d q u e , al e s t a b le c e r u n a p a rid a d c a m b ia r ía fija y e x ig ir un
re s p a ld o to ta l d e la m o n e d a e n c ir c u la c ió n , tra ta b a d e lo g ra r u n a e s ta b ilid a d d e
p re c io s a la rg o plazo. E l s e g u n d o e je e ra la a p e r tu r a c o m e r c ia l, q u e b u s c a b a
d is c ip lin a r al s e c to r p riv a d o , in h ib id o d e in c r e m e n ta r s u s p r e c io s p o r la c o m p e t e n
c ia ex te rn a . El te rc e r e je e s ta b a c o n s titu id o p o r la re fo r m a d e l E s ta d o y, e s p e c ia l
m e n te , el p ro g ra m a d e p riv a tiz a c io n e s . P o r m e d io d e e s ta r e f o r m a se tra ta b a d e
a rrib a r al e q u ilib rio d e las c u e n ta s fis c a le s , r e d u c ie n d o el g asto , in c r e m e n ta n d o lo s
in g re so s re g u la re s y s u m á n d o le u n a fu e n te im p o rta n te d e in g re s o s tra n s ito r io s c o n
la v e n ta d e las e m p re s a s p ú b lic a s .
E n lo d o s lo s ca s o s , s e b u s c a b a ta m b ié n in c r e m e n ta r la p r e v is ib ilid a d d e l
a c c io n a r d e l E s ta d o . G r a n p a rte d e la in e s ta b ilid a d d e l p a s a d o e r a a tr ib u id a a la s
m o d ific a c io n e s p e rió d ic a s y re p e n tin a s d e la s reg las d e ju e g o , q u e d e s n a tu r a liz a
b a n lo s o b je tiv o s in ic ia le s d e lo s p la n e s e c o n ó m ic o s . L a s o c ie d a d h a b ía te r m in a d o
( 154) Cf. C avallo, Domingo, "La reforma económ ica: volver a crecer", en A denaucr. K omrad,
In fo rm a c io n e s d e l e xterior, Bonn, 1994; HcrrA, J . (1998), págs. 332 y 333.
p o r n o c r c e r e n d ic h a s r e g la s y e s p e c u la b a n c o n n u e v o s v ir a je s b r u s c o s . P o r e so ,
r e c u p e r a r la c o n f ia n z a r e q u e r ía u n r e c o r l e d r á s t ic o e n la s f u n c io n e s g u b e r n a m e n
ta le s , q u e im p id ie r a c u a lq u ie r tip o d e c o n t r a m a r c h a s . L a s m e d id a s lo m a d a s
a p u n t a r o n , e n t o n c e s , a lim it a r d r á s t ic a m e n t e la s h e r r a m ie n t a s t r a d ic io n a le s d e l
C s ta d o p a ra e la b o r a r p o lít ic a s e c o n ó m ic a s . E n lo s h e c h o s , é s t e q u e d a r ía im p e d id o
d e im p le m e n t a r p o lít ic a s c a m b ia r ía s y m o n e t a r ia s y s u m a r g e n p a r a e l d is e ñ o d e
p o lít ic a s f is c a le s y s e c t o r ia le s r e s u lt a r ía s e r i a m e n t e r e d u c id o ( IS5).
E l P la n d e C o n v e r t ib ilid a d y a r e c o n o c ía a n t e c e d e n t e s h is t ó r ic o s im p o r t a n t e s
e n la A r g e n tin a , a n a liz a d o s e n c a p ít u lo s a n t e r io r e s , c o m o e l s is t e m a d e C a ja d e
C o n v e r s ió n q u e f u n c io n ó d u r a n te lo s p e r ío d o s 1 8 9 9 - 1 9 1 3 y 19 2 7 - 1 9 2 9 ; a u n q u e
e n a q u e lla s é p o c a s e l s is t e m a m o n e t a r io e s t a b a c a r a c t e r iz a d o p o r la v ig e n c ia d e l
p a tr ó n o r o y e l p a tr ó n c a m b io o ro , r e s p e c t iv a m e n t e , d e m o d o q u e lo s p r in c ip io s
d e la c o n v e r t ib ilid a d e r a n a c e p t a d o s p o r u n a g ra n c a n t id a d d e p a ís e s . E n c a m b io ,
c u a n d o s e in t r o d u jo e l n u e v o p la n n o e x is tía u n s is t e m a s e m e j a n t e a n iv e l m u n d ia l
y la a p lic a c ió n d e m e c a n is m o s r íg id o s d e c o n v e r s ió n s ó lo s e h a lla b a v ig e n te e n un
r e d u c id o g r u p o d e E s t a d o s , d e p o c a im p o r t a n c ia e n e l c o n t e x t o in t e r n a c io n a l.
P o r o tra p a r te , m ie n t r a s q u e e n la s é p o c a s m e n c io n a d a s la f in a lid a d p r in c ip a l
de la C a ja d e C o n v e r s ió n c o n s is t ía e n tr a ta r d e e s t im u la r la s e x p o r t a c io n e s
e v it a n d o la v a lo r iz a c ió n d e l p e s o e n m o m e n t o s d e a u g e e c o n ó m i c o y, p o r lo ta n to ,
f a v o r e c e r al s e c t o r a g r o e x p o r t a d o r ; e n lo s a ñ o s r e c ie n t e s la ra z ó n p r in c ip a l
e s t r ib a b a e n lo g r a r la e s t a b ilid a d d e p r e c io s e n u n a c o y u n t u r a in ic ia lm e n t e r e c e s iv a
e h ip e r in f la c io n a r ia . L a e x p a n s ió n p o s t e r io r p r o d u c ir ía , p o r el c o n t r a r io , e n e s te
ú ltim o c a s o , u n a r e v a lo r iz a c ió n d e l p e s o , a f e c t a n d o d e m a n e r a n e g a tiv a a lo s
e x p o rta d o re s , p e ro f a v o r e c ie n d o a o tro s s e c to re s . El c o n ju n to p r in c ip a l de
in t e r e s e s q u e a p o y ó la c o n v e r t ib ilid a d e s t a b a c o n s t it u id o a h o r a p o r lo s c a p it a le s
e x t r a n je r o s v in c u la d o s a la s p r iv a tiz a c io n e s , lo s a c r e e d o r e s e x t e r n o s y g r a n d e s
g r u p o s e c o n ó m i c o s y fin a n c ie r o s in te r n o s . S u b a s e d e s u s t e n t a c ió n s e h a lla b a , a
n iv e l p o p u la r , e n lo s t e m o r e s a u n a c o n t in u a c ió n d e l p r o c e s o h ip e r in f la c io n a r io ,
q u e h a b ía d e v a s t a d o la s e c o n o m í a s fa m ilia r e s .
A s im is m o , la e x p e r ie n c ia a r g e n tin a d e fin e s d e l s ig lo X I X y p r in c ip io s d e l X X
m u e s t r a q u e la c o n v e r t ib ilid a d fu n c io n ó d e m a n e r a a c e p t a b le e n lo s p e r io d o s de
a u g e , p e ro c o n d u jo a s i t u a c io n e s d e a h o g o c u a n d o la c o y u n t u r a m u n d ia l in g r e s a b a
e n u n a e t a p a d e s c e n d e n t e d e l c ic lo e c o n ó m i c o C 56)- E l e s q u e m a d e c o n v e r t ib ilid a d
( 155) Cf. Musacciiio, Amdhk>, "La desarticulación del Estado intervencionista en la Argentina
y las transform aciones econó m icas a partir d e 1990” , en Cckvo, Amado y Dópcke, Woltgapío (orgs.),
Hclacóes intemacionais dos países americanos: vertentes da historia, Brasilia, 1994.
(156) Vaux, H. y Marco d e l Porvr, M., "D olarización, co nvertib ilidad y s o b era n ía e c o n ó m i
c a ", en Mimsiiukc, N. y V a l l e , 11., A rg e n tin a h o y : c ris is d e l m o d e lo , Bu en o s Aires, 1995, pág. 65.
d e p e n d ía d e u n p e r s is t e n te in g r e s o d e o r o o d iv is a s d e l e x te r io r , y a s e a a t r a v é s d e l
s u p e r á v it d e la b a la n z a c o m e r c ia l o d e flu jo s p o s it iv o s d e c a p it a le s . En la s
d e p r e s io n e s , la c a íd a d e la s i m p o r t a c io n e s y la in f le x ib ilid a d d e la s im p o r t a c io n e s
a rg e n tin a s p r o v o c a b a n d é fic it c o m e r c ia le s , m ie n t r a s q u e lo s c a p it a le s t e n d ía n a
fu g a rs e . B a jo e s a s c o n d ic io n e s , la c o n v e r t ib ilid a d s e t o r n a b a in s o s t e n ib le y d e b ía
s e r a b a n d o n a d a , a g r a v a n d o a ú n m á s la s d ific u lt a d e s d e la e c o n o m í a a r g e n tin a .
D e s d e el p u n to d e v is ta te ó r ic o , la c o n v e r t ib ilid a d s e e n m a r c a e n la " s u p p l y
s id e e c o n o m ic s " . o te o ría d e la o fe r ta , n a c id a e n lo s E E . U U . a p r in c ip io s d e la
d é ca d a del '70 y q u e t a m b ié n h a b ía in s p ir a d o el p la n d e M artínez de Hoz. D ic h a t e o r ía
p o s tu la c o m o id e a c e n tr a l la in u tilid a d d e la s d e v a l u a c i o n e s d e la m o n e d a , y a q u e
to d a d e v a lu a c ió n e s s e g u id a d e u n in m e d ia t o b r o te in f la c io n a r io q u e a n u la s u s
e f e c to s , lo c u a l s ig n ific a p la n t e a r q u e la c a u s a d ir e c t a d e la in f la c ió n e s la
d e v a lu a c ió n . A e s a te s is s e le a g re g a n o tr a s c in c o h ip ó t e s is a u x ilia r e s , a s a b e r :
• L o s d é fic it f is c a le s f in a n c ia d o s c o n e n d e u d a m ie n t o n o s o n p e r ju d ic ia le s , y a
q u e la c o lo c a c ió n d e títu lo s p ú b lic o s in d ic a u n m a y o r a h o r r o d e q u ie n e s lo s
c o m p r a n , c o m p e n s a n d o el e x c e s o d e g a s to p ú b lic o .
• L o s d é f ic it d e l c o m e r c i o e x t e r io r n o im p lic a n p r o b le m a a lg u n o p o r q u e , si
e x is te n , s ig n ific a q u e a lg u ie n e s t á d is p u e s t o a f in a n c ia r lo s : e l d é f ic it n o e s
causad o , e n to n c e s , por una s o b r e v a lu a c ió n de la m o n e d a , s in o que
r e p r e s e n t a la c o n t r a c a r a d e l in g r e s o d e c a p it a le s , lo q u e , e n d e f in it iv a , s e r ia
a lg o p o s itiv o .
• D a d o q u e la e c o n o m ía fu n c io n a c o n c o s to s d e c r e c ie n t e s , la d is m in u c ió n e n
lo s p r e c io s i n c r e m e n t a la c a n tid a d o fr e c id a , in c lu s o e n e l c o r to p la z o .
• S e r e c h a z a to d o in te n to d e c o n tr o l d e la c a n t id a d d e m o n e d a , y a q u e s e
p o s tu la q u e lo s b a n c o s c e n t r a le s n o p u e d e n c o n t r o la r ni s iq u ie r a la o fe r ta
m o n e ta r ia . E s ta ú ltim a h ip ó te s is s e c o m p le m e n t a c o n el e n f o q u e m o n e t a r io
d e l b a la n c e d e p a g o s a n a liz a d o e n e l c a p ít u lo a n t e r io r , q u e v in c u la la o fe r ta
m o n e t a r ia al s a ld o n e to de lo s flu jo s de c a p it a le s . A d if e r e n c ia del
m o n e ta r is m o , s e s u p o n e q u e u n a u m e n t o d e la o f e r t a m o n e t a r ia ( p r o v o c a d o
p o r u n in g re s o d e c a p ita le s ) n o c r e a t e n s io n e s i n f la c io n a r ia s , y a q u e r e v e la
u n a m a y o r p r e f e r e n c ia p o r liq u id e z y, a d e m á s , n o s e c o n s t it u y e e n ú ltim a
in s ta n c ia e n la c a u s a d e la in f la c ió n , q u e e s la d e v a lu a c ió n .
• P o r ú ltim o , s e r e a fir m a la v ig e n c ia d e la le y d e S a y , s e g ú n la c u a l la o f e r t a c r e a
su p ro p ia dem anda, p o r lo que no se p o d r ía p r o d u c ir u n a c r is is de
s o b r e p r o d u c c ió n , a u n c o n r e d u c c io n e s d e lo s s a la r io s ( IS7).
U n a d e la s p r im e r a s m e d id a s a d o p t a d a s p o r C ava llo fu e la f i j a c i ó n d e u n a
b a n d a d e f lu c t u a c ió n d e l tip o d e c a m b io , c o n u n t o p e d e 10 . 0 0 0 a u s t r a l e s p o r d ó l a r
y u n p is o d e 8 .0 0 0 . E n c a s o d e a lc a n z a r e l lím it e s u p e r io r , e l B a n c o C e n t r a l d e b í a
v e n d e r d ó l a r e s y e n e l c a s o d e a lc a n z a r e l in f e r io r , c o m p r a r lo s . D e e s t a fo r m a , s e
a v a n z a b a h a c ia e l e s t a b l e c i m i e n t o d e u n r é g im e n d e tip o d e c a m b i o fijo . E n e s e
c o n te x to , el BC RA a u m e n tó lo s e n c a j e s b a n c a r io s , p ro vo can d o una r e la t iv a
¡liq u id e z , q u e o b lig ó a lo s a c t o r e s e c o n ó m i c o s a d e s p r e n d e r s e d e d i v i s a s p a r a
o b te n e r d in e r o lo c a l y p o d e r c o n c re ta r su s t r a n s a c c io n e s . E s to tu v o com o
c o n s e c u e n c i a u n a c a í d a e n la c o t iz a c ió n , q u e p e r m it ió a l B a n c o C e n t r a l p r o s e g u ir
i n c r e m e n t a n d o s u s r e s e r v a s p o r m e d io d e c o m p r a s e n el m e r c a d o , s o li d i f i c a n d o
la c o b e r t u r a d e l c ir c u la n t e .
El I a d e a b r il se e s t a b l e c i ó la c o n v e r t ib ilid a d , s a n c i o n a d a p o r e l C o n g r e s o
n a c io n a l a t r a v é s d e la le y 2 3 . 9 2 8 , q u e fijó c o m o p a r id a d c a m b i a r ía s in lim it e
t e m p o r a l la d e 1 0 .0 0 0 a u s t r a le s p o r d ó la r . L a le y d is p u s o la lib r e c o n v e r t ib il i d a d
d e la m o n e d a n a c io n a l c o n r e s p e c t o a c u a l q u ie r m o n e d a e x t r a n je r a , y e s t a b l e c i ó
q u e lo s c o n t r a t o s d e b e r ía n s e r c u m p li d o s e n la m o n e d a q u e f ija r a n la s p a r t e s . S e
p r o h ib ió la e m is ió n d e d in e r o n o r e s p a ld a d a e n u n 1 0 0 % p o r r e s e r v a s d e lib r e
d is p o n ib ilid a d (o ro , d iv is a s , títu lo s d e o t r o s p a ís e s y tít u lo s n a c i o n a l e s e m i t i d o s e n
m o n e d a e x t r a n je r a ) y s e a n u la r o n la s in d e x a c io n e s , i n t e n t a n d o e v i t a r l a t r a s la c ió n
d e la in f la c ió n p a s a d a h a c ia e l fu tu r o . E l B a n c o C e n t r a l fu e a u t o r iz a d o t a m b i é n a
c a m b ia r la d e n o m in a c ió n d e ] s ig n o m o n e t a r io . E n c o n s e c u e n c i a , a p a r tir d e l l 2 d e
e n e r o d e 1 9 9 2 s e e s t a b l e c i ó e l p e s o c o m o m o n e d a d e c u r s o le g a l, e q u i v a l e n t e a
1 0 .0 0 0 a u s t r a le s , y s e fijó e l tip o d e c a m b i o d e 1 p e s o p o r d ó la r . L o s e n c a j e s
b a n c a r io s s o b r e lo s d e p ó s it o s e n m o n e d a n a c io n a l f u e r o n r e b a j a d o s , m ie n t r a s q u e
s e a u m e n t a r o n lo s q u e a f e c t a b a n a lo s d e p ó s it o s e n m o n e d a e x t r a n je r a , t r a t a n d o
d e e s t im u la r la s t r a n s a c c io n e s e n p e s o s e n lu g a r d e la s r e a liz a d a s c o n d iv is a s .
E l s is t e m a , a ú n v ig e n t e , p r o c u r a b a e v it a r q u e e l E s t a d o e m it a d i n e r o p a r a
s o lv e n t a r el d é f ic it p ú b lic o . L a c r e a c i ó n y la a b s o r c i ó n d e d in e r o q u e d a n lim it a d a s
al in g r e s o o e g r e s o d e d iv is a s , lo q u e t r a n s f ó r m a l a o f e r t a m o n e t a r ia e n u n a v a r ia b l e
e x ó g e n a , q u e n o p u e d e s e r c o n t r o la d a p o r la p o lít ic a e c o n ó m i c a . E l e s q u e m a
e m p le a d o , q u e fu e c a l i f i c a d o c o m o " V i c t o r i a n o , e s d e c ir , c o n in s t r u m e n t o s m u y
p a r t ic u la r e s , p r á c t ic a m e n t e r e m e d a n d o el g o l d s t a n d a r d d e l s ig lo p a s a d o , e l
e s q u e m a d e p a tr ó n o r o " ( IM ), s ó lo e s a p lic a d o e n la a c t u a lid a d e n a lg u n o s p a r a ís o s
f is c a le s o p a ís e s c u y a s c ir c u n s t a n c ia s p o lít ic a s o e c o n ó m i c a s s e e n c u e n t r a n e n u n a
s it u a c ió n d e rie s g o e le v a d o .
Fu e n te: C uello , Raúl, Política económ ica y exclusión social, Buenos Aires, 1998.
E n e s t e m a r c o , e l p e s o q u e d a t r a n s f o r m a d o d e h e c h o e n un v a le p o r u n d ó la r,
d e a p l i c a c i ó n d e n t r o d e la s f r o n te r a s n a c io n a le s , a c t u a n d o e x c lu s iv a m e n t e c o m o
u n id a d d e c u a n t a , m ie n t r a s q u e la s d e m á s fu n c io n e s d e l d in e r o s o n s a t is f e c h a s p o r
el d ó la r , lo c u a l im p lic a la r e n u n c ia a lo s p r in c ip a le s in s tr u m e n to s d e p o lít ic a
m o n e t a r ia ( ir>0).
C o m o y a e x p lic a m o s , la c o n v e r t ib ilid a d fo r m a b a p a r te d e u n c o n ju n t o d e
n o r m a s q u e b u s c a b a n r e d u c ir el c a m p o d e a c c i ó n d e l E s ta d o , in d iv id u a liz a d o
c o m o la p r in c ip a l f u e n te d e in e s t a b ilid a d d e l p r o c e s o e c o n ó m ic o . L a s a u t o r id a d e s
s u p o n ía n q u e , p a r a g e n e r a r m a y o r c o n f ia n z a e n la p e r d u r a b ilid a d d e la e s t a b ilid a d
d e p r e c io s , s e d e b ía r e n u n c ia r e x p líc ita e ir r e v e r s ib le m e n t e a un c o n ju n t o d e
h e r r a m ie n t a s d e p o lít ic a e c o n ó m ic a q u e p o d r ía n d e s a r t ic u la r el n u e v o m o d e lo
e c o n ó m i c o . E n t r e e lla s , s e d e s t a c a b a n el ( m a n d a m i e n t o d e l d é fic it p o r m e d io d e
e m is ió n m o n e t a r ia e s p u r ia y la d e v a l u a c i ó n ; p o r e s o , la c o n v e r t ib ilid a d e r a u n a d e
la s p ie z a s c e n t r a le s d e l p r o g r a m a . T o m a n d o e n c u e n t a q u e e n e l p a s a d o m e d id a s
d e c o r t e s im ila r s e h a b ía n d e s n a t u r a liz a d o c o n e n m ie n d a s p a r c ia le s q u e le s
r e s t a b a n e f e c t iv id a d , p r o y e c t a n d o b a ja s e x p e c t a t iv a s s o b r e la n u e v a e x p e r ie n c ia ,
s e tra tó d e r e d u c ir a l m ín im o lo s r e s q u ic io s p a r a q u e s e filtra ra e s e tip o d e
" c o r r e c t i v o s ” , u tiliz a n d o u n s is t e m a e x t r e m a d a m e n t e ríg id o y s in v á lv u la s d e
e s c a p e ( ICI). C o m o s e ñ a la L o n a M ukkhy , " s e e lig ió u n in s t r u m e n t o q u e g e n e r ó
in m e d ia t a m e n t e u n a r e a c c ió n d e c r e d ib ilid a d ; lo h iz o a l c o s t o d e p r á c t ic a m e n t e
C u a d ro 8,21. E v o lu c ió n de la in fla c ió n
(en tasas de c re c im ie n to anuales).
E n se g u n d o té rm in o , la e s ta b ilid a d d e p re cio s s e v io a c o m p a ñ a d a in ic ia lm e n te
po r a lta s ta sa s d e c r e c im ie n to e c o n ó m ic o , in te rru m p id a s re c ié n por los e fe c to s de
la cris is m e x ic a n a e n 1 99 5. Las crisis in te r n a c io n a le s p o sterio res, e s p e c ia lm e n te la
q u e tu v o e p ic e n tro e n el B ra sil e n 1999, v o lv ie ro n a a fe c ta r el c re c im ie n to in tern o .
El a u m e n to d e la p r o d u c c ió n s e b a só al p rin c ip io en u n a im p o rta n te e x p a n sió n del
co n s u m o , q u e s e e n c o n tr a b a d e p rim id o lu eg o d e la re c e s ió n d e los a ñ o s 19 8 9 y
1990. L a c a p a c id a d o c io s a d e las e m p re s a s p e rm itió un im p o rta n te a u m e n to d e la
p ro d u c c ió n e n in d u stria s c o m o la au to m o triz , de b ie n e s d e c o n s u m o d u ra b le y de
a lim e n to s , n o s ó lo el s e c to r ind u strial m o stró u n a eta p a d e c re c im ie n to , s in o ta m b ié n
el s e c to r prim ario , los s e r v id o s y el c o m e rc io . La e x p a n sió n d e la o ferta m o n e ta ria
p ro d u c id a p o r el in g re so d e c a p ita le s ex tern o s, la re a p a rició n del c ré d ito p a ra el
c o n s u m o y el in c r e m e n to de lo s sa la rio s rea les, lu eg o d e h a b e r a lc a n z a d o su m ín im o
h istó rico e n la h lp e r in fla d ó n , s e c o m p le m e n ta ro n c o n el e n v e je c im ie n to q u e h a b ía
s u frid o el p a rq u e d e b ie n e s d e c o n s u m o n o d u ra b le e n la d é c a d a a n te rio r por la
d e p re s ió n del c o n s u m o , p a ra g e n e ra r un b o o m e c o n ó m ic o in m ed ia to .
A s im is m o , s e lo g ró u n p r e c a r io e q u ilib r io fisc a l, d e b id o e s p e c ia lm e n te a un
in c r e m e n to d e lo s In g re s o s trib u ta rio s , al m a y o r n iv e l d e a c tiv id a d e c o n ó m ic a y a
la m e n o r e v a s ió n fisc a l d e r iv a d a d e c o n tr o le s m á s rig u ro so s y e fe c tiv o s .
C u a d ro 8,22. E v o lu c ió n d e l PBI.
El o b je t iv o d e la e s t a b ilid a d s e a lc a n z ó c o n un c o n ju n t o d e m e d id a s q u e v a n
d e s d e lo s c lá s ic o s d is c íp lin a m ie n t o s m o n e ta r io s y fis c a le s h a s ta el a u m e n t o d e la
c o m p e t e n c ia e n los m e r c a d o s in te r n o s p o r m e d io d e d e s r e g u la c io n e s , la e lim in a
c ió n d e la in d e x a c ió n e n to d o tip o d e c o n tr a to s y la a p e r t u r a a la im p o r ta c ió n ,
c o m b in a n d o la r e d u c c ió n de tr a b a s a r a n c e la r ia s y p a r a a r a n c e la r ia s con el
c o n g e la m ie n t o d e l tip o d e c a m b io . L a c o n v e r t ib ilid a d e lim in ó la s e x p e c t a t iv a s
in f la c io n a r ia s y d e v a lu a t o r ia s d e c o r t o p la z o , a u n q u e , s e g ú n la in te r p r e ta c ió n
n e o lib e r a l, t a m b ié n tu v o un e f e c t o e s t a b iliz a d o r la r e f o r m a d e la c a r ta o r g á n ic a del
B a n c o C e n tr a l, q u e le o to rg ó in d e p e n d e n c ia r e s p e c to d e l P o d e r E je c u t iv o . El
D ire c to rio , d e d ie z m ie m b r o s c o n m a n d a to s d e s e is a ñ o s y d e s ig n a d o s c o n a c u e r d o
d e l S e n a d o , n o d e p e n d e r ía d e l g o b ie r n o d e tu rn o , s ig u ie n d o el m o d e lo s u iz o o
n o r t e a m e r ic a n o y e v it a n d o t e n t a c io n e s e m is io n is ta s p o r r a z o n e s p o lít ic a s .
S in e m b a r g o , el é x ito in ic ia l d e l p ro g ra m a e s t u v o a s o c ia d o a un v ir a je fa v o r a b le
d e la c o y u n tu r a in te r n a c io n a l d e r iv a d o d e l d e s c e n s o d e la ta s a d e in te r é s , el
in c r e m e nto d e la o fe rta d e fo n d o s líq u id o s y u n e s c e n a r io m á s la x o p a ra la r e n e g o c ia
c ió n d e la d e u d a e x te rn a . E s to a y u d ó d e c is iv a m e n t e a la e s t a b iliz a c ió n y a l e q u ilib r io
d e la s c u e n ta s fis c a le s , r e d u c ie n d o la s ta s a s d e in te r é s d o m é s tic a s q u e , a s u vez ,
p e rm itie ro n un im p u ls o del g a sto p r iv a d o y u n a r e a c t iv a c ió n e c o n ó m ic a ( IGS).
(165) B ustos , Paislo, "Argentina: ¿M uevo capitalism o em erg ente?", en B ustos , P ablo
(co m p .), M ás a llá d e la e s ta b ilid a d : A rg e n tin a e n la é p o c a d e la g lo b a liz a c ió n y la re g io n a liz a c ió n ,
Bu eno s Aires. 1995, pág. 13.
fu e r o n in c r e m e n t a d a s p r im e r o a l 18 % y I u e g o a l 2 I °/o, g e n e r a liz a n d o su a lc a n c e .
L a r e c a u d a c ió n p o r el IV A ( in c lu id o e n e l c u a d r o s ig u ie n te e n tr e lo s im p u e s to s
in t e r n o s ) s e e l e v ó d e l l , 6 % d e l P B I e n 1 9 8 9 al 6 , 3 % e n 1 99 8. S e lo g ró r e d u c ir la
e v a s i ó n d e a p o r t e s p r e v is lo n a le s y s e e lim in a r o n lo s g r a v á m e n e s a lo s d é b ito s
b a n c a r io s y a la s e x p o r t a c io n e s (la s d e n o m i n a d a s " r e t e n c i o n e s " ) . C o m o c o n s e
c u e n c ia d e e llo , la r e c a u d a c ió n tr ib u t a r ia s e in c r e m e n t ó e n m á s d e d o s p u n to s d e l
P lil, a u n q u e la e v o lu c ió n d e s u e s t r u c t u r a fu e m u y r e g r e s iv a , y a q u e d is m in u y e r o n
lo s im p u e s t o s a l p a t r im o n io y lo s a p o r t e s p r e v is lo n a le s p a tr o n a le s y s e r e d u jo
n o t o r ia m e n t e el lím it e n o im p o n ib le d e l Im p u e s t o a la s g a n a n c ia s p a ra g r a v a r
t a m b ié n a p e rso n a s de in g r e s o s m ás b a jo s , m ie n t r a s s e in c r e m e n t a b a n lo s
g r a v á m e n e s al c o n s u m o .
E l e f e c t o O liv e ra - T a n z i ( in c r e m e n t o d e la r e c a u d a c ió n p o r e f e c t o d e la c a íd a d e
la s ta sa s de in f la c ió n ) y el c r e c im ie n to e c o n ó m ic o de lo s a ñ o s s ig u ie n te s
a u m e n t a r o n t a m b ié n la m a s a d e tr ib u t o s c o b r a d o s , f o r t a le c ie n d o lo s in g re s o s
c o r r ie n t e s , tal c o m o p u e d e o b s e r v a r s e e n e l s ig u ie n te c u a d r o .
cq co r r co cxi co co cvj o ^ <q to
N-' cví cvj’ o t-‘ o lo co k- co’ cd o í co’
^ « o n u K p a j^ o u jc o tM a N
w n q n tO T r c s in N c o N N o
lO O N O ) (D N 1 CO CO O Tí
CO 0 (D cq fO in (D K »- N CO (D
cvj oo oo* rvT a f rC lo’ r t io ' co’ co* co’
'*Tinir>i^Tj-o7T-coa> '^r^Lnr-
(o c o a c M S '- o jS N c o n t o c x j
co in o i/ i s co in o í r r
m f“ o •
u ) »- LO LO '
s o co s i n O ) *- w m (O o co r r
i"-’ co o> cnJ o > co c\í co* r*»* co co*
’- N ( 0 ( f i 0 ^ i r t i r t t £ t i A ( í ) r t ¿
cnr-cocqcp'CTTr^,Lnr^tocr>c\j
co co en cri ^ f i o c\j co r*-’ cvj 10
’f co ’t ▼— * LO
r t n ^ in c o w c o in » - s a )i£ )N
p p r r c q p c o io c v ic v jc o c v jc o c o
en *- c6 CT) "T io co O «— *-
' í co n — LO LO '
^ ^ ° J N co HJ, U) co CM CO O)
»— v n O) o ’ ^ co* cd '* t co’ ^ in
S ' - S m i f i ’j o o c o ' - S i o a j
cvjt£> xrcvj»-cvjrvcocD W ococ\j
O »— N - O CO LO c\j cO ^ *
‘O C? *“ «O kO
o j cvj cq in CO CT>
00 T-' O Tf S-’ O J oo’ co’ CVJ
CO lO O CVJ co en co CO CO CM
N CO O ) ID CO co CO CO N O )
P E
05 o> o *~m o
00* t * oo' CVJ CO
CO CO O TT CM CO CNJ Oí CO CO
U5 C\J ’ T N
S £
c ro <6
- a •3
0.
2 e
O ü.
re •§
o a. _
át « -9
«a o o
(d k-■O 8 S o « ™
•c
o
o
o
»>* w
c
o ®
C/> w T3
s s s . » » S S *2
® s i 5 O ü ® S 3
5. 5> S “ í : r ( D r a > D1r !o
£ <3 S o_ < ce: o ^ £ oqc
E s o s in g r e s o s c o r r ie n t e s fu e r o n a p u n t a la d o s , s o b r e lo d o a l p r in c ip io , p o r
r e c u r s o s p r o v e n ie n t e s d e la s p r iv a t iz a c io n e s . S in e m b a r g o , lu e g o d e 1 9 9 5 é s to s
c o m e n z a r o n a d e c lin a r , e n la m e d id a e n q u e la e n a je n a c ió n d e e m p r e s a s d e l
E s t a d o s e c o m p le t a b a . A p a rtir d e e s e m o m e n to , e l e q u ilib r io fis c a l c o m e n z ó a
p e lig r a r y la s a u t o r id a d e s a v a n z a r o n e n e l r e c o r te d e d iv e r s a s p a r tid a s , c o m o
s u e ld o s y s a la r io s , g a s to s o p e r a t iv o s e in v e r s io n e s p ú b lic a s . A p e s a r d e e llo , lo s
g a s t o s to ta le s c o n t in u a r o n e n a s c e n s o d e b id o , p o r lo m e n o s , a tr e s fa c to r e s .
E n p r im e r lu g a r, c o n e l a d v e n im ie n t o d e lo s s is t e m a s d e ju b i l a c ió n p r iv a d a ,
c o m e n z ó a d e s f in a n c ia r s e e l s is t e m a d e s e g u r id a d s o c ia l, d a d o q u e u n a p a rte
im p o r ta n t e d e lo s in g r e s o s s e d e r iv a n a la s A f J P , m ie n tr a s q u e el g a s to p r o v o c a d o
p o r la s j u b i l a c io n e s y p e n s io n e s o to r g a d a s h a s ta e n t o n c e s s ó lo d e c r e c e r á en e l
la rg o p la z o . L a s e s t im a c io n e s in d ic a n q u e r e c ié n h a c ia el a ñ o 2 0 0 7 s e a r r ib a r ía a
c ie r t o e q u ilib r io e n e s e s e c t o r S im u lt á n e a m e n t e , e l im p o r t a n t e c r e c im ie n t o
d e l d e s e m p le o i n c r e m e n t ó la s t r a n s f e r e n c ia s p o r s u b s id io s a lo s d e s o c u p a d o s ,
a u n c u a n d o lo s m o n t o s o to r g a d o s fu e r a n r e d u c id o s y p o r p la z o s r e s trin g id o s .
E n s e g u n d o te r m in o , u n a m a la a s ig n a c ió n d e lo s r e c u r s o s , c o n la g e n e r a liz a
c ió n d e g a s t o s r e s e r v a d o s p a ra el P o d e r E je c u t iv o y p a r tid a s d e d u d o s a im p o r t a n
c ia , im p id ió q u e lo s r e c o r t e s e n o tr a s á r e a s p e r m itie r a n d is m in u ir el g a s to to ta l.
H a s ta 1 99 3, e n p a r te g r a c ia s a la s p r iv a tiz a c io n e s , s e h a b ía lo g r a d o lle g a r al
s u p e r á v it fis c a l p a r a c o m p a t ib ili z a r la s c u e n t a s p ú b lic a s c o n lo s r e q u e r im ie n to s d e l
P la n d e C o n v e r t ib ilid a d . P e ro , y a en 1 9 9 4 , lo s d é fic it c o m e n z a r o n a c r e c e r e n
r e la c ió n d ir e c ta a l in c r e m e n t o d e l p a g o d e in te r e s e s . D a d o q u e n o se p u e d e e m itir
d in e r o p a r a c u b r ir lo s d e s e q u ilib r io s , e l d é fic it im p u ls ó la to m a d e n u e v o s c r é d ito s ,
q u e im p lic a r o n m a y o r e s in t e r e s e s y, p o r c o n s ig u ie n te , d é fic it m á s a b u lta d o s . E n
e s t e s e n tid o , s e in g r e s ó e n u n c ír c u lo v ic io s o , y a q u e e l a u m e n t o d e la p a r tid a d e
in t e r e s e s d e t e r io r ó lo s r e s u lt a d o s f is c a le s , y e sto s im p u ls a r o n un p a u la tin o
i n c r e m e n t o d e la d e u d a y la c a r g a d e in te r e s e s ,
( 166) Treblk, Salvador. "T en d e n cia s y p ro b lem as del sector público a fines del siglo X X ",
en 5 2 J o m a d a s n a c io n a le s e In te ra m e ric a n a s d e F in a n z a s P ú blicas, tom o I, Córdoba, 1999,
pág. 260.
rio o b s ta n te , m ie n tr a s la d e u d a e x te r n a s e r e d u c ía t e m p o r a r ia m e n t e p o r lo s
a c u e r d o s d e r c n e g o c ia c ió n , la d e u d a in te r n a e n m o n e d a n a c io n a l y e x tr a n je r a
c o n tin u a b a c r e c ie n d o p o r la c o n s o lid a c ió n d e la s d e u d a s d e l E s ta d o , ta n to c o n lo s
p r o v e e d o re s c o m o co n lo s ju b ila d o s . P o r o tro la d o , la m a y o r ía d e la s p r iv a tiz a c io n e s ,
s a lv o la s d e l s e r v ic io e lé c t r ic o y d e g as, s e re a liz a r o n c o n la a s u n c ió n p o r p a rte d e l
E s ta d o d e lo s p a s iv o s q u e , h a s ta 1 9 9 3 , s e e le v a b a n a 2 0 .0 0 0 m illo n e s d e d ó la r e s .
F in a lm e n te , a u m e n tó o tra v e z la d e u d a p r iv a d a , e n p a r tic u la r , p o r lo s p r é s ta m o s
e n el e x te rio r to m a d o s p o r lo s g r a n d e s g r u p o s e c o n ó m ic o s lo c a le s y las e m p r e s a s
p ú b lic a s p riv a tiz a d a s . E n tre 1 9 9 3 y 19 9 9 , la d e u d a p ú b lic a to ta l s e in c r e m e n t ó e n
c a s i u n 7 1 °/o, c o m o s e d e s p r e n d e d e l s ig u ie n te g rá fic o . P a s ó d e u n 2 7,1 % d e l P B !
al 4 0 .8 % .
118.794
D e s d e e l p u n to d e v is ta in te r n o , e l in c r e m e n to d e l e n d e u d a m ie n t o p u s o d e
m a n ifie s to lo s d e s e q u ilib r io s d e l m o d e lo . L a s u p e r a c ió n d e l p r o b le m a d e la d e u d a
e x te rn a im p o n ía la n e c e s id a d d e u n s u p e r á v it fis c a l, q u e g e n e r a r a r e c u r s o s p a ra
el p a g o d e d e u d a s , y d e un s u p e r á v it e n e l c o m e r c io e x te r io r , q u e d ie r a lu g a r al
in g re s o d e d iv is a s p a ra e f e c t u a r d ic h o s p a g o s s in a f e c t a r e l n iv e l d e r e s e r v a s q u e
s o s te n ía la p a rid a d c a m b ia d a . S in e m b a r g o , n a d a d e e s to o c u r r ió ; e l E s ta d o n o
lo g ró un s u p e r á v it fis c a l, s in o q u e c o n tin u ó in c u r r ie n d o en d é fic it, a u n q u e
r e la tiv a m e n te m o d e r a d o s , y la s im p o r ta c io n e s s u p e r a r o n c a s i e n fo rm a p e r m a n e n
te a la s e x p o r ta c io n e s . E n e s c m a r c o , ta n to la c a n c e la c ió n d e lo s p a s iv o s c o m o el
m a n te n im ie n to d e la c o b e rtu r a d e la b a s e m o n e ta r ia d e m a n d a r o n un e n d e u d a m ie n t o
c r e c ie n te , a la s a s d e in te r é s v a r i a s v e c e s s u p e r i o r e s a l a s i n t e r n a c i o n a l e s . L a
a c u m u la c ió n d e p a s iv o s v o lv ió , e n t o n c e s , a c o n v e r t ir s e e n u n a d e la s p a r tid a s m á s
a b u lta d a s d e l g a sto p ú b lic o , c o m o e n lo s a ñ o s '8 0 .
Intereses/
Ingresos por ingresos
Año Intereses Ingresos
privatizaciones corrientes
corrientes
1991 3.795.0 2.194,0 28.698.0 13.2 !
1992 1.890,0 1.787,0 38.869,0 4.9
1993 2.914,0 523.3 50.058.7 5.8
1994 3.150,3 732.9 50.271.3 6.3
1995 4.083,5 1.171,2 49.037,8 8.3
1996 4.607,9 374,9 46.917.7 9.8
1997 5.745,0 305,7 53.838,1 10,7
1998 6.660,3 96.3 56.217,3 11.8
1999 8.223,6 2579.1 55.676.7 14,8
Elaboración propia.
Fuente: Secretaría de Programación Económica y Regional.
C o m o p u e d e o b s e r v a r s e e n el c u a d r o p r e c e d e n te , la r e c u p e r a c ió n e c o n ó m ic a
in m e d ia ta a l la n z a m ie n to d e l p la n p e r m itió d ilu ir t e m p o r a r ia m e n t e el p r o b le m a d e l
p a g o d e in te r e s e s s o b r e la s c u e n t a s p ú b lic a s ; p e ro , p o c o a p o c o , é s t e c o m e n z ó a
r e c u p e r a r te rre n o . S in e m b a r g o , tal e v o lu c ió n e s c o n d e un c a m b io c u a lita tiv o d e la
s itu a c ió n . A p rin c ip io s d e la d é c a d a , la A r g e n tin a d is p o n ía d e u n im p o r ta n t e s to c k d e
e m p r e s a s p ú b lic a s , q u e p o d ía n g e n e r a r e v e n t u a lm e n t e r e c u r s o s a d ic io n a le s p a ra el
p a g o d e s u s d e u d a s p o r m e d io d e s u v e n t a . D e h e c h o , el p a g o d e lo s in te r e s e s e n
1991 y 1 9 9 2 fu e re a liz a d o , al m e n o s e n f o n n a in d ir e c ta , c o n in g re s o s p r o v e n ie n te s
d e la s p riv a tiz a c io n e s . H a c ia el fin d e la d é c a d a d e 1 99 0, e n c a m b io , la d e u d a r e s u ltó
c u a n t io s a m e n t e m á s e le v a d a q u e e n a q u e l e n to n c e s , p e r o el E s ta d o y a c a s i n o tu v o
a c t iv o s p a ra v e n d e r , lo c u a l a g r a v ó s o b r e m a n e r a el p r o b le m a .
A p a rtir d e 1 9 9 6 , lo s in g r e s o s p o r p r iv a tiz a c io n e s se r e d u je r o n s u s t a n c ia lm e n t e
(a e x c e p c ió n d e 1 9 9 9 , c o n la v e n t a d e la s a c c io n e s r e m a n e n t e s d e Y P F ), m ie n tr a s
lo s in t e r e s e s p a g a d o s p o r el s e c t o r p ú b lic o a s c e n d ie r o n a c a s i el 15 % d e lo s in g re s o s .
O t r o a s p e c t o im p o r ta n t e d e la s c u e n ta s p ú b lic a s fu e el d e s e q u ilib r io d e lo s
g a s to s p r o v in c ia le s . E l fu e rte a ju s t e fis c a l d e lo s g a s to s c o r r ie n te s a n iv e l n a c io n a l fu e
m e n o s p ro fu n d o e n la s p r o v in c ia s , fa v o r e c id a s p o r el in c r e m e n to d e la r e c a u d a c ió n
d e im p u e s to s c o p a r t ic ip a d o s (IV A y g a n a n c ia s ), d u r a n te la p rim e r a fa s e d e l P la n d e
C o n v e r tib ilid a d . R e c ié n c o n e l P a c to r is c a l d e 1 99 3 y, p a r t ic u la m ie n t e lu e g o d e la
c r is is m e x ic a n a , s e tr a s la d ó e l e s fu e r z o r e c a u d a to r io a e s te n iv e l d e l a p a r a t o e s ta ta l,
lo q u e g e n e r ó r o c e s e n tr e la a d m in is tr a c ió n c e n tr a l y lo s g o b e r n a d o r e s , e n to rn o a
la p e r t in e n c ia y la n e c e s id a d d e un a ju s te e n la s c u e n ta s p r o v in c ia le s .
E s p r e c is o s e ñ a l a r q u e s i b ie n la m a y o r ía d e la s p r o v in c ia s n o tr a tó d e lle v a r
a c a b o a l p r in c ip io u n e s f u e r z o d e a ju s t e fis c a l, e l g a s to p r o v in c ia l s e v io a fe c t a d o
n o t o r ia m e n t e p o r el p ro ce s o d e a ju s t e e n lo s o r g a n is m o s c e n t r a le s . C o n el
a r g u m e n t o d e q u e la c e r c a n ía d e lo s c iu d a d a n o s a la u n id a d a d m in is t r a t iv a d e l
g o b ie r n o q u e e j e c u t a e l g a s to e n s e r v ic io s e s e n c ia le s m e jo r a r ía e l c o n tr o l d e é s t o s
s o b r e la c a lid a d d e la s p r e s t a c io n e s , s e d e r iv a r o n a la s p r o v in c ia s y m u n ic ip io s la
a d m in is t r a c ió n d e h o s p it a le s p ú b lic o s , la s e s c u e la s p r i m a r i a s y s e c u n d a r i a s y p a rte
de la re d v ia l y fe rro v ia ria d e tr a n s p o r te in te r u r b a n o d e p a s a je r o s , a s i c o m o u n a
p arte d e la s in v e r s io n e s e n in fr a e s tr u c tu r a . L a t r a n s f e r e n c ia d e las r e s p o n s a b ilid a
d e s d e g e s tió n d e lo s s e r v ic io s no fu e a c o m p a ñ a d a , s in e m b a r g o , c o n u n
in c r e m e n to s im u ltá n e o d e lo s r e c u r s o s n e c e s a r io s ( líi7).
T a n to lo s in g re s o s c o m o la s e r o g a c io n e s p r o v in c ia le s s ig u ie r o n u n a c u r v a
a s c e n d e n t e h a s ta 1 9 9 4 , p a r a e s t a b iliz a r s e lu e g o . L o s in g r e s o s v o lv ie r o n a
In c r e m e n ta r s e e n tre 1 9 9 5 y 1 99 7, a u n q u e n u n c a lle g a r o n a e q u ilib r a r la s c u e n ta s .
De e s a fo rm a , al igu al q u e e n el c a s o d e la a d m in is tr a c ió n c e n tr a l, e l e n d e u d a m ie n t o
c r e c ió sin s o lu c ió n d e c o n tin u id a d , e s t e r iliz a n d o lo s in te n to s d e a ju s te r e a liz a d o s
e n lo s g a s to s s o c ia le s y d e r e c u r s o s h u m a n o s .
O tro d e lo s a s p e c to s c e n tr a le s d e la e s tr a te g ia e c o n ó m ic a m e n e m is t a fu e la
a m p lia re fo rm a d e l E s ta d o , q u e a v a n z ó ta n to e n e l s e n tid o d e r e d u c ir el p e s o
c u a n tita tiv o d e l s e c t o r p ú b lic o e n el e m p le o , e n la p r o d u c c ió n d e b ie n e s y s e r v ic io s
y e n el n ú m e r o de e m p r e s a s , c o m o e n la d is m in u c ió n d e la c a p a c id a d y v o lu n ta d
d e in te r v e n c ió n y re g u la c ió n .
67
( 1 ) Cjaucia Zukiga, H k riw i; Sanoiorgio, A lejand ro y Velasco, Pedro, "E volució n d e las finanzas
federales durante la convertibilidad", en 3 ! J o m a d a s d e F inanzas P úblicas, Córdoba, 1998,
págs. 181 y 182
.
C o m o d ijim o s , a lo s p o c o s d ía s d e in ic ia d o el g o b ie rn o , se a p ro b a ro n las ley es
de E m e rg e n c ia E c o n ó m ic a y d e R e fo rm a d e l E sta d o , A tra v é s d e la p rim e ra d e ella s
se s u s p e n d ie r o n p o r 180 d ía s (p la zo q u e s e p ro rro g a ría p o s te rio rm e n te ) los
re g ím e n e s d e p ro m o c ió n in d u strial, reg io n al y d e e x p o rta c io n e s , a si c o m o los
b e n e fic io s d e la le y d e "C o m p r e n a c io n a l", q u e o b lig a b a al E s ta d o a prio riz a r en
s u s c o m p ra s a e m p r e s a s n a c io n a le s . T a m b ié n se e lim in a ro n d e te rm in a d o s
re g ím e n e s s a la r ia le s d e e m p le a d o s p ú b lic o s d e n o m in a d o s "d e p riv ile g io " y se
p e rm itió el lic é n c ia m ie n to d e lo s tra b a ja d o re s del E s ta d o . A s im is m o se de ro g aro n
las n o rm a s q u e p o d ía n tra b a r el in g re so del c a p ita l e x tra n je ro a d e te rm in a d a s á re a s
h a s ta e n to n c e s r e s e rv a d a s al c a p ita l n a c io n a l.
U n a v ez a p r o b a d o el m a r c o legal, c o m e n z ó un p ro c e s o q u e p u e d e s e r d iv id id o
en d o s e ta p a s. L a p rim e ra o la d e re fo rm a s fu e e m p u ja d a p o r la n e c e s id a d de
re d u c ir el d é fic it fisc al y log rar u n a m ín im a e s ta b ilid a d de p re cio s. O tro s o b je tiv o s ,
c o m o el in c r e m e n to de la p ro d u c tiv id a d y la c o m p e titiv id a d p a s a ro n a se g u n d o
p la n o . Lo g ra d a la e s ta b ilid a d d e p re cio s, se in ició la s e g u n d a e ta p a , en la q u e, sin
a b a n d o n a r e s o s o b je tiv o s in ic ia le s , se e n fa tiz ó m ás en la m o d ific a c ió n del rol del
E s ta d o en la e c o n o m ía , to rn á n d o lo m u c h o m á s p re s c in d c n te y b u s c a n d o un m a y o r
p a p e l del m e r c a d o en la a s ig n a c ió n de re c u rs o s y en el e s ta b le c im ie n to de
m e c a n is m o s s o c ia le s d e re g u la ció n .
La re fo rm a d e l E s ta d o p ro p ia m e n te d ic h a a b a rc ó un a m p lio p ro g ra m a d e
p riv a tiz a c io n e s , la re fo rm a a d m in is tra tiv a y la tra n s fo rm a c ió n del s is te m a de
se g u rid a d s o c ia l, fa c e ta s q u e a n a liz a re m o s a c o n tin u a c ió n . De m a n e ra m ás
a b a rc a tiv a , in c lu ía ta m b ié n la líb e ra liz a c ió n d e los m e rc a d o s y el re p la n te o de la
in s e rc ió n in te r n a c io n a l del p aís, te m á tic a s q u e a b o rd a re m o s lueg o.
C u r io s a m e n t e , e n la im p le m e n t a c ió n d e la s p r iv a t iz a c io n e s n o s e b a la n c e a b a n
d e ig u al fo r m a d o s c u e s t io n e s im p o r ta n t e s , q u e s e r e la c io n a b a n c o n la s c a u s a s
m á s p r o fu n d a s d e la s in e f ic ie n c ia s y e l d é fic it. E s t a s p o d ía n d e b e r s e a u n a m a la
a d m in is t r a c ió n , e n c u y o c a s o , la p r iv a tiz a c ió n p o d ía s e r u n c a m in o , p e r o e x is tía n
o tr a s a lt e r n a t iv a s , c o m o c o n t r o la r la c o r r u p c ió n d e s u s a d m in is t r a d o r e s o e v i t a r la
p o lít ic a d e b e n e f ic ia r o s u b s id ia r a l s e c t o r p r iv a d o , s e g u id a s i s t e m á t ic a m e n t e
d e s d e p o r lo m e n o s q u in c e a ñ o s a n te s . R e c u é r d e s e , p o r e j e m p lo , q u e Y P F h a b ía
s id o s o m e t id a a p r in c ip io s d e lo s a ñ o s '8 0 a u n a p o lít ic a d e e n d e u d a m i e n t o e x t e r n o
p a ra a b a s t e c e r d e d iv is a s a lo s g r u p o s p r iv a d o s q u e s e e n c o n t r a b a n p r a c t ic a n d o
u n a m illo n a d a fu g a d e d ó la r e s a l e x te r io r , o q u e r e s u lt a b a h a b itu a l la f ir m a d e
c o n tr a to s c o n e m p r e s a s c o n t r a t is t a s fu e r a d e t o d a ló g ic a m ic r o e c o n ó m ic a .
S in e m b a r g o , lo s p r o b le m a s t a m b ié n p o d ía n d e b e r s e a l p r o lo n g a d o p e r ío d o
d e d e c lin a c ió n d e la in v e r s ió n p ú b lic a . E n e s t e c a s o , la s p r iv a t iz a c io n e s r e s p o n d e
ría n a la n e c e s id a d d e e n c a r a r u n a p r o f u n d a r e n o v a c ió n d e l c a p it a l fís ic o d e la s
e m p r e s a s , q u e el E s ta d o , c a s i e n b a n c a r r o ta , n o p o d ía re a liz a r : la v e n t a d e d ic h a s
e m p r e s a s e n c o n t r a b a u n a j u s t i f i c a c i ó n m á s a t e n d ib le . A u n q u e el d e t e r io r o d e la s
e m p r e s a s p ú b lic a s e r a la c o n s e c u e n c i a d e a m b o s fa c to r e s , s ó lo e l p r im e r o fu e
t o m a d o e n c u e n t a al tra z a r e l p r o g r a m a d e p r iv a t iz a c io n e s , s e g ú n s e d e s p r e n d e d e
la e s c a s a r e le v a n c ia q u e t u v ie r o n la s p a u t a s d e in v e r s ió n t a n t o e n lo s c o n t r a t o s d e
v e n t a o c o n c e s ió n c o m o e n lo s a r g u m e n to s e s g r im id o s e n lo s d e b a t e s s o b r e la
c u e s tió n . D e a llí q u e , a u n q u e la m a y o r ía d e la s fir m a s a h o r a p r iv a d a s c o m e n z a r o n
a o b t e n e r t a s a s d e g a n a n c ia s u s t a n c ia lm e n t e m a y o r e s al p r o m e d io d e la e c o n o m ía ,
e n m u c h o s c a s o s n o s e o b s e r v ó u n a m e jo r a s u s t a n c ia l e n la c a lid a d d e lo s b ie n e s
o s e r v ic io s o fr e c id o s , c o m o s e r e f le jó e n el p r o lo n g a d o , m a s iv o e in é d it o c o r te d e
e n e rg ía e lé c t r ic a d e p r in c ip io s d e I 9 9 9 .
L a s u r g e n c ia s fis c a le s ta m b ié n c o n s p ir a r o n c o n t r a la s c o n d ic io n e s d e v e n ta ,
q u e n o p u d ie r o n e v it a r la fo r m a c ió n d e m e r c a d o s m o n o p ó lic o s y el s u r g im ie n to de
c u a s ir r e n t a s e x tr a o r d in a r ia s . H a c ia fin e s d e 19 9 0 s e h a b ía lo g r a d o v e n d e r d e e s e
m o d o la lín e a a é r e a d e l E s t a d o A e r o lín e a s A r g e n tin a s , la e m p r e s a te le fó n ic a
E N T E L . la s p e t r o q u ím ic a s P o lis u r , P e tr o p o l e I n d u c l o r y lo s c a n a le s d e te le v is ió n 1 1
y 13, y c o n c e s io n a r lo s p e a je s e n la s r u ta s n a c io n a le s .
U n a s p e c t o p a r tic u la r m e n te g r a v o s o p a r a lo s u s u a r io s fu e la e le v a c ió n d e las
ta r ifa s a n t e s d e la e n tr e g a a lo s c o m p r a d o r e s o c o n c e s io n a r io s , ta n to e n el c a s o d e
lo s t e lé f o n o s y d e l tr a n s p o r te a é r e o c o m o e n e l d e lo s p e a je s y fe r r o c a r r ile s ( m ).
D a d o e s t e a ju s te ta r ifa r io , e l a r g u m e n to e n fa v o r d e la s p r iv a tiz a c io n e s d e las
e m p r e s a s p ú b lic a s d e fic it a r ia s r e v e la b a s u e n d e b le z , y a q u e e r a fa c tib le q u e
s im ila r e s in c r e m e n to s , a u n b a jo la g e s tió n e s ta ta l, h u b ie r a n p e r m itid o c e r r a r las
c u e n t a s . D e to d o s m o d o s , lo s a u m e n t o s r e q u ir ie r o n p o s te r io r e s r e n e g o c ia c io n e s
d e lo s c o n tr a to s , c o n lo s q u e s e lo g ró u n a r e d u c c ió n p a rc ia l a c a m b io d e la
e lim in a c ió n d e im p u e s t o s y el e s t a b le c im ie n t o d e u n a e v e n tu a l in d e x a c ió n en
fu n c ió n d e l p r e c io d e l d ó la r , p a r a el c a s o d e fu tu r a s d e v a lu a c io n e s . L a m a y o r ía d e
la s p r iv a t iz a c io n e s c o n c r e t a d a s d u r a n te e s t a p r im e r a e t a p a c a r e c ie r o n d e un m a r c o
r e g u la to r io p r e v ia m e n t e a p r o b a d o y ta m p o c o s e c o n s t it u y e r o n lo s e n te s d e c o n tro l
c o r r e s p o n d ie n t e s , o to r g á n d o le s a la s e m p r e s a s un g ra n m a r g e n d e d is c r e c io n a lid a d
e n s u a c c io n a r .
Fecha de Fecha de
Empresa Empresa
transferencia transferencia
Corporación Argentina de
Mayo 1994 Hidroeléctrica Rio Juramento Noviembre 1995
Productores de Carnes (CAP)
EDENOB S.A. (ex SEGBA) Agosto 1992 Hidroeléctrica Diamante S.A. Setiembre 1994
Transportadoras y
EDESUR S.A (ex SEGBA) Agosto 1992 Diciembre 1992
distribuidoras de gas
Central Puerto S.A. Abril 1992 Caja Nacional de Ahorro y Seguro Abril 1994
Central Costanera S.A. Mayo 1992 Telecom S.A. (ex ENTEL) Noviembre 1990
Febrero y
TRANSENER S.A. Julio 1993 ELMA
setiembre 1994
Febrero y
SOMISA Abril 1992 Buques tanque
setiembre 1994
Febrero a julio
Aceros Paraná S.A. Octubre 1992 Fábricas militares varias
1994
U n a c a ra c te r ís t ic a d e s ta c a d a d e l p r o c e s o p r lv a tiz a d o r h a s id o la c o n c e n tr a c ió n
d e la p ro p ie d a d d e la s e m p r e s a s e n un re d u c id o g ru p o d e c o n g lo m e r a d o s lo c a le s ,
fo rta le c id o d u r a n te la d ic ta d u r a m ilita r y c o n s o lid a d o a lo largo d e l g o b ie rn o ra d ica l
m e d ia n te s u b s id io s , e x e n c io n e s trib u ta ria s y c o n tr a to s co n e l E s ta d o . E s to s g rupo s
e m p r e s a r io s lo c a le s (P e re z C o m p a n c , LSunge y B o rn , M acri-SO C M A , R o cca -T ech ln t,
A stra - Q ru e n eisen , S o ld a tl.Z o r r a q u ín , M assu h , E o rta b a t, A ce ve d o -A cín d ar, U em berg,
R o g g ío y R ic h a r d s , e n tr e o tro s ) s e a s o c ia r o n c o n e m p r e s a s e x tra n je ra s q u e te n ía n
los a n te c e d e n te s té c n ic o s y g e r e n c la le s e n el ru b ro c o r r e s p o n d ie n te , a sí c o m o
ta m b ié n c o n r e p r e s e n t a n te s d e la b a n c a a c r e e d o r a ( 17').
O tra s e m p r e s a s no d e s a p r o v e c h a r o n la o c a s ió n d e a v a n z a r e n u n a in te g r a c ió n
v e rtic a l d e s u s c a d e n a s p r o d u c tiv a s , a d q u ir ie n d o fir m a s p r o v e e d o r a s d e in s u m e s
o s e r v ic io s , c o m o e l g ru p o F o r ta b a t al a d q u ir ir el ra m a l d e c a rg a d e l F e r r o c a r r il
R o c a , p o r el c u a l tra n s p o r ta el g r u e s o d e s u p r o d u c c ió n . P o r ú ltim o , a lg u n o s g r u p o s
d e s a rro lla ro n u n a d iv e r s if ic a c ió n d e s u s a c tiv id a d e s , in c o r p o r á n d o s e a s e c t o r e s e n
los q u e h a s ta e n to n c e s n o h a b ía n p a r tic ip a d o . E je m p lo d e e s to e s P é re z C o m p a n c .
d e d ic a d o o rig in a ria m e n te a la a c tiv id a d p e tro le ra , q u e a d q u ir ió , e n tr e o tr a s , p a rte
d e E N T E L (te le fo n ía ) y c o m p a ñ ía s g e n e r a d o r a s y d is tr ib u id o r a s d e e le c tr ic id a d ,
a d e m á s d e o tr a s e m p r e s a s v in c u la d a s al p e tr ó le o C 74).
O tro c a m p o d e g ran im p o r ta n c ia e n la re fo rm a d el E s ta d o fu e el s is te m a de
s e g u r id a d s o c ia l, m o d if ic a d o ra d ic a lm e n te . A q u í, el o b je tiv o e ra p a s a r d e un
s is te m a p ú b lic o d e re p a rto ¡n te r g e n e r a c io n a l a u n o d e c a p ita liz a c ió n a ca rg o de
e n tid a d e s p r iv a d a s d e n o m in a d a s "A d m in is tr a d o ra s de F o n d o s d e J u b ila c io n e s y
P e n s io n e s " ( A F JP ), q u e to m ó c o m o re fe r e n te al m o d e lo im p le m e n ta d o e n C h ile a
p a rtir d e 1981 ( l7S). El n u e v o s is t e m a te n ia , se g ú n s u s c r e a d o r e s , d iv e r s a s ve n ta ja s .
E l p ro y e c to a p r o b a d o p o r el P a r la m e n to s o b r e el te m a in tro d u jo a lg u n a s
m o d if ic a c io n e s al o rig in a l, e n e s p e c ia l e n lo r e fe re n te al v a lo r d e lo s a p o rte s
re a liz a d o s al v ie jo s is te m a de re p a rto , la e le v a c ió n d e la p r e s ta c ió n m ín im a
u n iv e rs a l, e l m a n te n im ie n to d e la e d a d de 6 0 a ñ o s p a ra la ju b ila c ió n fe m e n in a (el
p ro y e c to o fic ia l p r o p o n ía e le v a r lo a 6 5 a ñ o s ) y el c a r á c te r o p ta tiv o d el n u e v o
s is te m a . L a c o y u n tu ra ! a b u n d a n c ia d e fo n d o s p e rm itió re a liz ar la tra n s ic ió n h a c ia
el n u e v o s is te m a e n fo rm a a lg o m á s g ra v o s a p a ra el g o b ie rn o , p e ro m ás s u a v e p a ra
la p o b la c ió n . P o r o tr o la d o , la v e n ta d e la m a y o ría d e l p a q u e te a c c io n a r io d e la
p e tro le ra e s ta ta l Y P F s u m in is tr ó ta m b ié n p a rte d e lo s fo n d o s n e c e s a r io s p a ra
m o d e r a r el im p a c to d e la r e fo rm a , p e r m itie n d o la c a n c e la c ió n p a rc ia l d e las d e u d a s
p r e v is io n a le s d e l g o b ie rn o .
El te r c e r a s p e c t o d e s ta c a b le d e la r e fo r m a d e l E s ta d o a p u n tó a la r e d u c c ió n
y r e d e fin ic ió n d e l a p a r a t o a d m in is tr a tiv o . In c lu y ó in ic ia lm e n te la s h a b itu a le s
m e d id a s d e r a c io n a liz a c ió n c a r a c t e r ís t ic a d e lo s p la n e s d e a ju s te tr a d ic io n a le s ,
c o m o c o n g e la m ie n to d e v a c a n te s , ju b ila c io n e s a n tic ip a d a s , re tiro s "v o lu n ta r io s ",
e lim in a c ió n d e o r g a n is m o s c o n s id e r a d o s s u p e r flu o s o r e e s tr u c t u r a c ió n d e m in is
te rio s y s e c r e ta r ia s . P e ro p r o n to s e p ro fu n d iz ó , v in c u lá n d o la a l p r o c e s o d e
p riv a tiz a c io n e s , d e d e s r e g u la c ió n y d e d e s c e n t r a liz a c ió n . A p rin c ip io s d e 1 990 s e
c r e ó el P ro g r a m a d e R e fo r m a A d m in is tr a tiv a . H a c ia fin e s d e s e t ie m b r e d e e s c a ñ o
(1 75) Cf. Lozano, Claudio, "La reforma provisional". R e alidad E c o nóm ica, h '9l 13, Buenos
Aires, 1993.
se c o n f o r m ó e l C o m ité E je c u t iv o d e C o n t r a lo r d e la R e fo r m a A d m in is t r a t iv a , c o n
a m p lia s fa c u lta d e s p a ra r e e s tr u c t u r a r la a d m in is t r a c ió n p ú b lic a n a c io n a l (A P N ) y
lo s o r g a n is m o s d e s c e n t r a liz a d o s , e n fu n c ió n d e lo s p r in c ip io s d e d e s e s t a t iz a c ió n ,
e x te rn a liz a c ió n , d e s b u r o c r a tiz a c ió n , d e s c e n t r a liz a c ió n , s u b s id ia r ie d a d , d e s r e g u
la c ió n y r e f u n c io n a liz a c ió n , q u e c o n t ó c o n a y u d a t é c n ic a y fin a n c ie r a d e l B a n c o
M u n d ia l y d e l B a n c o In t e r a m e r ic a n o d e D e s a r r o llo m e d ia n t e u n p r é s ta m o d e 6 5 0
m illo n e s d e d ó la re s .
A fin e s d e 19 9 1 s e p ro fu n d iz ó la d e s r e g u la c ió n e c o n ó m ic a in te r n a , c o n un
a v a n c e h a c ia la fle x ib ilid a d d e l m e r c a d o la b o ra l (m a y o r lib e r ta d d e c o n tr a ta c ió n
tra n s ito ria d e p e rs o n a ! p o r la s e m p r e s a s ), la a p e r tu r a a la c o m p e t e n c ia d e l
tra n s p o rte d e c a rg a y d e p a s a je r o s y la d is o lu c ió n d e lo s o r g a n is m o s r e g u la d o r e s
d e lo s m e r c a d o s d e p ro d u c to s a g r íc o la s y g a n a d e r o s . T a m b ié n s e d e s r e g u ló el
fu n c io n a m ie n to d e l m e r c a d o m in o r is ta ( e lim in a c ió n d e r e s t r ic c io n e s e x is te n te s
p a ra la c o m e r c ia liz a c ió n d e a lim e n to s y m e d ic a m e n t o s ), d e lo s s e g u r o s y d e la
p rá c tic a d e a lg u n a s p r o fe s io n e s lib e r a le s (se e lim in a r o n lo s h o n o r a r io s r e g u la d o s
p o r lo s C o n s e jo s P ro fe s io n a le s ) ( 177).
(176) Cf. D om em icom . H ectok ; G au uio , C laudio y G uibert , A rmando , "H acia un Estado
m oderno: el programa de Reform a A dm inistrativa", b o le tín In fo rm a tiv o T e c liin t, M- 269,
1992; B lutmam , G ustavo , "O rden y desorden en la reform a del Estado argentino ( 1989-1992>",
en C iclo s en la h is to ria , la e c o n o m ía y la s o c ie d a d , !T 7, Bu eno s Aires, 1994; O rlau sky , D ora ,
"Crisis y transform ación del Estado en la Argentina (1960-1993)", en C ic lo s en la h is to ria , la
e c o n o m ía y la sociedad. N- 7, Buenos Aires, 1994.
(177) R o jo , Pablo y C ano sa , A., "El programa de desregulación del gobierno argentino",
B o le tín In fo rm a tiv o T e cliin t, N- 269, 1992.
M ie n tra s ta n to , s e a v a n z a b a en u n a p ro fu n d a re fo r m a d e las re g u la c io n e s del
c o m e r c io e x te rio r. D e s d e 1976, c o m o v im o s , c o m e n z ó un p ro c e s o d e a pertu ra
c a r a c te r iz a d o p o r la r e b a ja de a r a n c e le s , a g ra va d a p e r ió d ic a m e n te p o r la
s o b r e v a lu a c ió n d e la m o n e d a lo c a l. E s to s lin c a m ie n to s s e p ro fu n d iz a ro n a partir
de 1990. L u e g o d e a lg u n a s v a c ila c io n e s e n tre u tiliz a r lo s a r a n c e le s c o m o fu ente
d e r e c u r s o s a d ic io n a le s p a ra p a lia r e l d é fic it p ú b lic o o r e d u c irlo s c o m o e le m e n to
d is c ip lin a d o r d e lo s p r e c io s in te r n o s , p r e d o m in ó e s ta ú ltim a a lte rn a tiv a . El o b je tiv e
de r e d u c ir en un la p s o d e c u a tr o a ñ o s el a r a n c e l m á x im o al 20 % y e lim in a r los
in s tru m e n to s p a r a a r a n c e la r io s , c o m o c u p o s , lic e n c ia s y p r o h ib ic io n e s d e im p o r
ta c ió n , s e h a b ía a lc a n z a d o p r á c tic a m e n te h a c ia c o m ie n z o s de 1991.
E s e a ñ o , s e e s t a b le c ió u n a e s tr u c tu r a a r a n c e la r ia c o n tres n iv e le s : 20 % para
b ie n e s d e c o n s u m o , 10 % p a ra in s u m o s y 0 % pa ra b ie n e s d e c a p ita l o in te rm e d io s
no p ro d u c id o s e n el país. E s ta e s tr u c tu r a fu e m o d ific a d a lu e g o al 22 %, 13 % y
5 % , r e s p e c tiv a m e n te , y c o m p le m e n ta d a c o n la e lim in a c ió n ca si to ta l d e r e s tr ic c io
n e s p a ra a ra n c e la r ia s y lo s c u p o s c u a n tita tiv o s . La ú n ic a e x c e p c ió n fu e la c o n s e r
v a c ió n d e tra b a s a la im p o r ta c ió n d e a u to m o to r e s . T a m b ié n , s e e lim in a r o n las
re te n c io n e s a la e x p o r ta c ió n . C o m o e f e c to d e la a p e rtu ra c o m e r c ia l, s e p ro d u jo un
d e s c e n s o d e p r e c io s d e la m a y o ría d e lo s b ie n e s in d u s tr ía le s fre n te a lo s d e los
s e r v ic io s y a lim e n to s . La r e fo rm a p o rtu a ria y a d u a n e r a , co n un r e o r d e n a m ie n to de
los p r o c e s o s o p e r a tiv o s , a d m in is tr a tiv o s e in fo r m á tic o s , ta m b ié n fa c ilitó el in te r
c a m b io . D e e s ta m a n e r a , a f e c ta n d o a m e n u d o la s c o n d ic io n e s y co n q u is ta s
g re m ia le s d e l p a s a d o , s e log ró b a ja r el c o s to b u r o c rá tic o d e l c o m e r c io ex terio r.
(178) Cf. B eckekman , M arta; Sirlim, P ablo y Stkkcb, M aría L u isa , "Las nuevas orientaciones de
política industrial y de promoción de exportaciones en Argentina y Brasil. Asimetrías y
posibilidades de coordinación", en C EN ES, D o c u m e n to de tra b a jo H- I . Buenos Aíres, 1995.
0,47
198G 1987 1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998
Fuente; FIDE,
E l p a g o d e la d e u d a e x te r n a y la s p r iv a tiz a c io n e s d e m a n d a b a n , p o r o tr a p a r te ,
la a p e r tu r a ¡rre s tric ta d e lo s flu jo s fin a n c ie r o s c o n el e x te r io r , y a q u e lim it a r lo s s e
h a b r ía c o n tr a p u e s to a lo s r e q u e r im ie n to s d e lo s i n v e r s o r e s e x te r n o s p a r a p o d e r
g ira r lib r e m e n t e lo s b e n e f ic io s a o b te n e r . A s im is m o , la ló g ic a d e l p a g o d e la d e u d a
e x te r n a c o n f o n d o s e x te r n o s r e c ic la d o s , q u e in c lu y e r a ta n to c a p it a le s a r g e n tin o s
f u g a d o s c o m o c r é d ito s e x te r n o s n u e v o s r e q u e r ía u n a a p e r t u r a fin a n c ie r a .
E n e s t e c o n te x to , s e p ro d u jo u n a r e c o n v e r s ió n d e l s is t e m a b a n c a r io p o r m e d io
d e l c ie r r e d e b a n c o s o f ic ia le s , la p r iv a tiz a c ió n d e b a n c o s p r o v in c ia le s , u n a fu e r te
r e d u c c ió n d e lo s b a n c o s c o o p e r a t iv o s y u n a v a n c e de e n t id a d e s d e o r ig e n
e x tr a n je r o .
Bancos y entidades Dic. 1990 Dic. 1992 Dic. 1994 Dic. 1998 Julio 1999
financieras Ent. Suc. Ent. Suc. Ent. Suc. Ent. Suc. Ent. Suc.
Públicos nación. 6 941 7 906 6 907 3 563 2 567
Públicos provine. 30 970 29 859 27 752 15 828 12 774
Total públicos 36 1.911 36 1.765 33 1.659 18 1.391 14 1.341
Bancos priv. nac. 57 1.104 59 1.077 66 1.198 45 1.339 43 999
Bancos priv. extranj. 31 372 31 347 31 360 38 1.380 39 1.741
Bancos priv. cooperat. 45 807 41 797 38 842 4 227 3 231
Total privados 133 2.283 131 2.221 135 2.400 87 2.946 85 2.971
Total bancos 169 4.194 167 3.986 168 4.059 105 4.337 99 4.312
Inst. no bancarias 51 36 43 20 37 22 22 42 22 40
Total sistema 220 4.230 210 4.006 205 4.081 127 4.379 121 4.352
Fuente: Banco de la Provincia de Buenos Aires.
0
Dic. 1990 Dic. 1994
H 20 mayores bancos
üU
DiC. 1996
□
Dic. 1998
CU 10 mayores bancos
E l p ro c e s o d e c o n c e n tr a c ió n r e p e rc u tió ta m b ié n en la ca p ta c ió n d e d e p ó sito s.
C o m o se o b s e r v a en el g rá fico p re c e d e n te , en 1990 los p rim e ro s v e in te b a n c o s
re c ib ía n ca si el 6 8 % del total d e d e p ó s ito s , m ie n tra s q u e n u e v e a ñ o s d e s p u é s el
p o r c e n ta je s e h a b ía e le v a d o a c a s i el 8 4 % .
8 ,1 1 ,7 , El s e c to r e x ter n o
Cuenta
Exporta importa Balance Servicios Servicios Cuenta Variación
ccsmei-cipl cdpit^J y
ciones ciones reales financieros corriente de reservas
financiera
1990 12.354 7.046 5.308 -267 -4.173 4.&32 -1.266 3.566
1991 11.978 11.835 143 ■791 -3.962 -256 2.984 2.728
1992 12.235 18.792 -6.557 •1.012 -3.540 -6.440 10.266 3.826
1993 13.269 15.633 '2.364 -3.221 -2.931 -8.030 13.485 4,250
19-94 16.023 20.162 -4,139 -3.692 ■3.567 •10.992 12.553 682
1995 21.161 18.804 2.357 -3.326 -4.529 -4.385 6.748 -102
1996 24.W3 22.283 1.760 -3,366 -5.331 -6.521 11.711 3,882
1997 26.431 2S.5S4 -2.123 -4.178 -6.089 -tí.954 16.750 3.273
1998 26.441 29.559 ■3.117 -4.288 -7.514 -14.528 18.535 3.438
Fuente : S e creta ría de Programación Económica y Regional.
C u a d r o 6,31. B a la n c e d e p a g o s (e n m iñ o n e s d e d ó la r e s ).
190,1 223.1 266.3 404.8 719.4 918,2 1.307,8 1.641,9 2.785.8 3.102.5
al de transporte
1.015.7 1.374.1 1.056,7 1.547,7 1.453.6 1.332,7 1.862.6 2.560.1 3.006.7 3.042.2
es
411,6 1.103.8 906.3 1.211,6 1.348.6 1.783.5 2.313.1 3.266.5 3.286.9 2.451.4
ustibles y energía
875.9 1.151.3 1.221,0 1,109,1 1.078.6 1.533.6 2.097.1 1.890.5 2.224.7 2.733.8
s y aceiles
1.334.8 1.199.8 1.270,0 1.459.3 1,451.0 1.348.5 1.254.3 2.366.7 2,404,0 2.005.9
y desp. de la ind. alim.
487.4 522,5 503,7 533.4 558.8 727.5 972.5 980,0 1.175.8 1.370.0
ctos químicos
430.0 405.7 561,9 510.4 754.8 866.5 983.0 961.3 1.230.2 1.109.6
aparatos eléctricos
211.4 827.7 1.081,2 790.1 696.5 951.8 884.6 963,7 338,7 1.052.1
as y frutos oleaginosos
1.163.3 912.4 643.6 702.5 759.7 1.214.3 1.190.3 1331,2 1.234.5
es y manufacturas 1.238,6
716,3 873.2 892.0 7G7.2 748,2 9ia.i 1.229.1 1.073.5 1.024,7 830,0
s
487,9 513,6 475.1 617.8 762.8 937.0 889.3 980.0 812.4
y cueros 373.9
281.1 315,1 446.1 558,0 706.6 725,1 914,3 1.004.1 1.030.2 911.5
dos y mariscos
7.566.0 9.727,5 9 641,2 10.018.3 10.836.4 12.628,0 15.969,7 18.788.4 20.818.9 20.656.2
al
78.4 77,9 79,4 60,8 81.7 78,8 75,5 78,1 78.8 78,1
ntaje sobre el total
te: Secretarla de Programación Económica y Regional
C u a d r o 8 ,3 2 . P r in c ip a le s e x p o r t a c io n e s (e n m///ones d e d o la ro s ).
Sin embargo, se observan algunos aspectos que merecen destacarse. El
primero de ellos es la notable expansión de las exportaciones de pescados y
mariscos, que creció casi un 270 % entre 1990 y 1997. Si bien el desarrollo de este
sector había comenzado varios años antes, en el periodo bajo análisis alcanzó
volúmenes de producción y ventas particularmente altos, aunque se convirtió en
problemático de cara al futuro y reveló la falta de una política oficial de
preservación de ios recursos naturales. La intensidad de las capturas provocó una
paulatina depredación de la fauna marítima, que obligó al establecimiento de
temporadas de veda y comenzó a dificultar el sostenimiento de la actividad. Así,
ya en 1998 pudo advertirse una reducción de las faenas. Una mejor política de
control y preservación habría moderado la expansión, pero también contribuido
a hacer de la pesca una actividad sustentable en el largo plazo.
En segundo término, se aprecia un crecimiento del 700 % en las exportaciones
de combustibles entre 1989 y 1997, impulsado por la privatización y la desregu
lación del sectory por la integración con el Brasil. Pero este aumento conlleva una
disminución de las reservas de hidrocarburos, con lo que la economía argentina
puede enfrentarse a graves problemas, magnificados por el escaso desarrollo de
fuentes de energía alternativas.
El terceraspecto llamativo fue el vertiginoso crecimiento de las exportaciones
de material de transporte, que se refiere fundamentalmente a la industria
automotriz, las cuales se multiplicaron por quince a lo largo de la década y lograron
situarse al tope del ranking de ventas. Influyeron sobre ese particular comporta
miento el proceso de integración con el Brasil, que transformó por completo las
estrategias de las principales firmas del sector, y el régimen de promoción del que
gozó esa industria, no obstante, como veremos luego, también las importaciones
de automóviles y autopartes se incrementaron a un ritmo elevado, lo que condujo
a una profunda reestructuración del sector.
A pesar del importante crecimiento de las exportaciones, con la excepción de
un reducido conjunto de productos tradicionales de origen agropecuario, de
comm odities (productos siderúrgicos, papel y pasta para papel, aluminio, etc.) en
los que la Argentina tiene importantes ventajas comparativas, y de sectores
promovidos con regímenes especiales como el automotor, la mayoría de las ramas
industriales tuvo dificultades con sus ventas al exterior, a causa del retraso del tipo
de cambio. Esto se hizo particularmente notorio en la colocación de productos en
la Unión Europea; en este caso, además del retraso del peso frente al dólar, se
añadió la revaluación de éste en relación con las monedas de dicha región,
reduciendo todavía más la competitividad de los productos argentinos.
Lo verdaderamente llamativo en materia de comercio exterior fue. con todo,
el notable avance de las importaciones. El acelerado crecimiento de las compras
externas se relacionó, en primer lugar, con el levantamiento de numerosas
restricciones, tanto arancelarias como no arancelarias, utilizadas en el pasado para
proteger a la industria nacional o para tratar de sostener un superávit comercial que
generara divisas para el pago de los intereses de la deuda externa.
También jugó un rol muy importante la evolución del tipo de cambio, que fue
considerado por numerosos analistas económicos como sobrevaluado en relación
con las necesidades de los productores de bienes exportables y de bienes
transables destinados al mercado interno. Por ese motivo, la industria local sufrió
una competencia cada vez más dura a partir del ingreso creciente de mercaderías
extranjeras. Sólo una parte de los servicios (típicamente no transables) estaba a
salvo de la combinación de apertura comercial y dólar barato. Se repetían así las
condiciones del período de la "plata dulce" bajo la gestión de M a r t ín ez d e H o z ,
durante la dictadura militar.
Tipo de Tipo de
Año Año
cambio cambio
Rubro 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998
Bienes de capital 17.3 15,1 17.1 20,7 24,4 27,7 23.5 23.5 25,3 27.1
Insumos 50.1 49.3 40.7 31.7 30.0 28.8 35.7 35.2 33.1 31.9
Combustibles 10,6 10,1 6.7 3,4 2,7 3,1 4,3 3.9 3.2 2.7
Piezas y acc. p/bs. de capital 16.2 16.5 14.7 17.3 16.6 15.7 16.7 17.2 18.2 17.6
Bienes de consumo 5.1 7.9 18,0 21,4 20,9 18.0 18.7 15.0 14,9 15.5
Vehículos 0.2 0.3 2,4 5.3 5,0 6.5 3.8 5.0 5.1 5.2
Otros productos 0,5 0.9 0,4 0,3 0.3 0,2 0.2 0.1 0.1 0,1
Elaboración propia
Fuente: Secretaría de Programación Económica y Regional.
Sector Capitales
público no Sector Sector
Intereses Exporté argentinos
Año privado no financiero Total Deuda/PBI
financiero pagados deuda en el
y BCRA financiero sin BCRA
exterior
C u a d r o 8,35. D e u d a e x te r n a b r u ta , p a g o d e in te r e s e s y a m o r tiz a c io n e s d e ta d e u d a e x te r n a
y fu g a d e c a p ita le s (e n m illo n e s d e d o ta re s ).
(1 8 2 ) B a s u a ld o , E d u a rd o , A c e rc a d e la n a tu r a le z a d e la d e u d a e x t e r n a y la d e f in ic ió n d e
u n a e s tra te g ia p o lític a . B u e n o s A ires, 2 0 0 0 , pág. 34.
10.000 8.i?55
I
8.QQ0 1 6.510
6.523
6.000
4.000
2.000
Utilidades y Re inversión/
Año Reinversión Remesas
dividendos utilidades
Fuente: FID E.
8 .1 1 .8 . La p o lític a la b o ral
8,12. P O B L A C IO N Y C O N D IC IO N E S D E V ID A
8,12,1. L a población
(196) IMDEC, Censo na cio n a l de Población y Vivienda 1991, Buenos Aires, 1993.
(197) Cf. L a t t c s , A i.rn r.D O E. y B e k t o m c e u o , R., "Dinámica demográfica, migración limítrofe
y actividades económicas en Buenos Aires", en Estudios Migratorios Latinoamericanos, ñ- 35,
Buenos Aires, abril 1997.
Varias provincias incrementaron su población por encima del crecimiento de
la población total. Cl caso más notable fue el de Tierra del Fuego, cuya población
se incrementó en un 136 % , acentuando una tendencia que se hizo ostensible
durante la década de 1960. Otro caso lo constituyó la provincia de Acuquen, en
la que el incremento se aproximó al 60 % . Las provincias del noroeste, estancadas
durante el siglo, evidenciaron una recuperación. En los casos de La Rioja y
Catamarca, como resultado de las radicaciones industriales; en el caso de Jujuy,
por la disminución de la migración. No obstante, el censo puso en evidencia que
todavía diecisiete provincias tenían un total de población que no superaba al
millón de personas.
El IMDEC efectuó una proyección de población para el año 2000. Según el
estudio, la Argentina contaría con una población de 37.031.803 habitantes. Este
guarismo significaba un incremento de 4.4 Í6 .275 personas, equivalente a un
13,5 % más que la población registrada por el último censo, efectuado en 1991.
Desde entonces la tasa de crecimiento anual medio apenas excedería— según ese
cálculo— el 14 %o, lo que acentuaría la tendencia descendente del ritmo de
crecimiento poblacional.
Sobre la base de esta proyección también se ha estimado la distribución
espacial de la población. Para el año 2000, la población urbana alcanzaría a
33.366.105 habitantes (89,6 °/o), en tanto que la rural seria de 3.865.697 ( 10,4 % ).
De esta manera, nuevamente quedaría ratificada la irreversible tendencia al
crecimiento de la población urbana.
La proyección de la distribución de la población por sexo marcaría un leve
cambio. Desde 1970, la razón de masculinidad (número de varones p orcad a 100
mujeres) inició una progresiva disminución. En aquel año, fue del 99 % ; en 1980
disminuyó al 97 % , y en 1991 se aproximó al 96 % . Conforme a las nuevas
estimaciones del INDEC, en 2000 la razón de masculinidad experimentaría un leve
crecimiento (96,3 % ) y quedaría estabilizada según las estimaciones realizadas
hasta el año 2025. Dada la preponderante presencia m asculina en la inmigración
externa, la detención de ésta explicaría la caída de la masculinidad. Por otra parte,
la esperanza de vida al nacer muestra, desde varias décadas atrás, un mayor
avance entre las mujeres que entre los varones.
Otra estim ación del INDEC confirm ó el paulatino 'en vejecim ien to de la
población". En el censo de 1991, la población de 65 años y m ás constituía el
8 , 9 % del total. La estim ación citada cuantificó esta población para el año 2000
en casi 3.600.000 personas, lo que representaría el 9,7 % del total. La
tendencia al "en vejecim iento " de la población, iniciada a principios de la
década de 1970, parecería irreversible a la luz del último censo y de las
estim aciones posteriores. Más aún, las proyecciones efectuadas para el año
2050 elevarían a casi el 18 % la población definida en la actualidad com o
"en vejecid a" (l0B).
(198) ir-IDEC. Anuario Estadístico de la República Argentina, Buenos Aires, 1999, págs.
74-81.
8 ,1 2 ,2 . C ondiciones de vida y crisis social
(199) Cf. BrxcAKiA. Luis, "Un análisis de la estructura distributiva del nuevo régimen
económico", en Enoikos, M2 15, Buenos Aires, agosto de 1999; Br.RMUuez, Ism ael, 'Distribución
del ingreso: las pruebas del retroceso", en Clarín. 13 de noviembre de 1998; Bi:km ude2, Ism ael,
"Menem dejó el peor reparto de la riqueza", en Clarín. 6 de marzo de 2000.
10 % más rico de la población se llevaba el 28,2 % de los ingresos, en 1998 su
participación se habia increm entado en nueve puntos más (2Ü0).
En su Panoram a social latinoam ericano ¡998, la Comisión Económ ica para
América Latina (CEPAL) indicaba que, aunque entre 1990 y 1997 el ingreso per cápita
se incrementó en un 37 % , la distribución del mismo empeoró al aumentarse la
concentración del ingreso en un 1 % . En consecuencia, para 1998 el 10 % más rico
de la pirámide social recibía el 35,8 % del ingreso nacional; el 30 % siguiente, el
22,2 % ; el 20 % posterior, el 27,1 % , y el 40 % más pobre, el 14,9 % del ingreso nacional.
La acentuación del carácter regresivo de la distribución del ingreso durante la
década del '90 fue ratificada por el INDEC. Los datos para octubre de 1999
indicaban que en la Capital Federal y en el Oran Buenos Aires, el 10 % más rico de
la población ganaba 24 veces el ingreso percibido por el 10 % más pobre. Esa
brecha era mayor que la existente en 1989 cuando la hiperinflación pulverizaba
los ingresos, en especial los de la población de menores recursos. Por otra parte,
el 10 % más pobre vio reducida su participación en el ingreso de 1,8 % en 1989
a un 1,5 % en octubre de 1999. 5i se considera la franja siguiente, el 20 % más
pobre redujo su participación del 4,7 al 4.3 % (203).
El avance de la inequidad en la distribución del ingreso en la Argentina no es
un fenómeno sólo absoluto, sino que se pone de manifiesto también en una
comparación internacional. Analizando el coeficiente de Gíni, que mide el grado
de concentración de la distribución del ingreso. C u ello muestra que a lo largo del
últimocuarto de siglo (yespecialm entedesde 1990) la Argentina se ha ido alejando
de los parámetros de los países europeos, para situarse hacia 1996 en una
posición similar a países altamente inequitativos como México, Brasil, Venezuela,
Chile e, incluso, Tailandia (202).
A partir de 1991, el desempleo se constituyó en el factor determinante de la
elevación de la desigualdad de los ingresos familiares. Asimismo, la caída de los
salarios de aquellos perceptores que permanecieron ocupados también contribuyó
a acentuar dicha desigualdad. Ambos factores se dieron en un marco de precios
estables y de crecimiento económico, contradiciendo los supuestos de la "teoría del
derrame" que afinna que el crecimiento es la condición para una mejor distribución
de la riqueza. Al respecto, Rubén Lo V uolo ha señalado que si durante el periodo 1991-
1997 no se hubiera modificado la estructura de la distribución del ingreso, el
crecimiento hubiera pennitido reducir en un 2 % la proporción de la población en
situación de pobreza. Lo que ocurrió fue todo lo contrario: los dos quintos inferiores
de la sociedad perdieron drásticamente su participación en el ingreso (2t>1).
(200) Cf. Roí-mam, A l e j a n d r o , "La distribución del ingreso en la década de los '90 y SUS
implicancias económicas y sociales", en Enoikos. N,J 15, Buenos Aires, agosto de 1999.
(2 0 1) Bürmudlz, Ismaf.l, "Menem dejó el peor reparto de la riqueza", en Clarín. 6 de marzo
de 2000, pág. 18.
(202) Cuello, Raúl, Política económ ica y exclusión social. Buenos Aires, 1998, pág. 180.
(203) Cilado por B crmudcz, I smael y V iqlieca, O lga, "El país de la necesidad. La estampida
de la pobreza", Clarín, suplem ento Zona, 13 de junio de 1999.
La linea de pobreza (LP) — que representa el valor monetario del costo de una
canasta de bienes y servicios básicos de costo mínimo— es otro indicador del nivel
de calidad de vida de la población. Al finalizar el gobierno militar, el 18 % de la
población de la Capital y el Qran Buenos Aires se encontraba por debajo de dicha
línea. Entre 1984 y 1986, la incidencia de la pobreza se redujo al 15,7 % , pero el
brote hiperinflacionario provocó un fuerte aumento que determinó que el 47,4 %
de la población se ubicara por debajo de la LPen 1989. A partir de 1990, comenzó
a revertirse la tendencia alcista, ubicándose en 16,9 % e n 1993. Desde entonces
la curva retomó su tendencia ascendente llegando al 28 % en 1996, para situarse
en el 26 % en 1998 (2tw). Datos oficiales provenientes de la Secretaría de Desarrollo
Social infonnaban que, en agosto de 1999, en la Capital y el Qran Buenos Aires,
había 3,3 millones de personas que vivían debajo de la LP (menos de 145 pesos
mensuales), de las cuales más de 900.000 eran indigentes (menos de 70 pesos
mensuales). De esto se desprendía que el 28 % de la población de dicha área era
pobre; por otra parte, en el llamado "segundo cordón bonaerense" (Florencio
Varela, Moreno, La Matanza, General Sarmiento y Merlo), la pobreza abarcaba a
más del 40 % de la población.
Asimismo, la pobreza asediaba a otros sectores ubicados cerca del límite de la
LP. En octubre de 1998 se estimaba que los ingresos del 60 % de los hogares de la
Capital y el Qran Buenos Aires era inferior a los 1.000 pesos mensuales y no
alcanzaba a cubrir los costos de una canasta familiar más ampliada (la canasta de
alimentos mínima estaba valuada en 480 pesos para una familia de cuatro personas).
Muchos de estos hogares pertenecían a la categoría de "nuevos pobres", englobante
de sectores de la clase media y de la clase obrera calificada (2US).
A nivel nacional, el informe de la C EPAL para 1998, arriba citado, registraba
un panorama similar. En números absolutos, el país registraba 10,5 millones de
pobres de los cuales 8 millones tenían ingresos inferiores a 148 dólares mensuales
y 2,5 m illonesse encontraban en la indigencia con ingresos inferiores a 74 dólares
mensuales. Por otra parte, la proporción de hogares pobres en el conjunto de las
zonas urbanas del país se situaba alrededor de dos puntos por encim a de la del
Qran Buenos Aires.
La pobreza y la indigencia afectaban fundamentalmente a los niños. Según el
citado informe de la Secretaría de Desarrollo Social, el 45,3 % de los chicos del país
menores de 5 años vivía en hogares pobres; en la misma situación se encontraba
el 39,4 % de los menores entre 6 y 14 años. Por lo tanto, sobre un poco más de
10 millones de menores de 14 años, había 4,5 millones que vivían en hogares
pobres e incluían a casi 1,4 millones de indigentes. Tampoco los adultos mayores
de 60 años quedaron al margen de los efectos de la pobreza: el 20,3 % estaba por
Fuente: IN D EC.
(206) Cf. L im d e m b o im , J a v i e r , “ El desafío del empleo a finales del siglo XX", LifiDcnuoirt, J a v i c k
(comp.), c lindem os d e l CLDEF, n* 2, Universidad de Buenos Aires, 1999.
plazo por tiempo determinado, falta de aportes a la seguridad social y no
percepción de componentes típicos de las remuneraciones (vacaciones, aguinal
dos, asignaciones familiares, adicionales de convenio) (J07). A lo largo de la década
del '90 el empleo en negro, en la Capital y el Gran Buenos Aires, superó el 30 % .
llegando casi al 38 % en octubre de 1999, estimándose que había más de 3,5
millones de asalariados no registrados con ingresos estimados en un 45 %
menores a los de los trabajadores registrados. For otra parte, estas modalidades
de empleo significaron la disminución de los beneficios sociales para los que
trabajan. Si a los trabajadores en negro y a los contratados temporalmente se
agregaban los que participaban de planes transitorios nacionales y provinciales de
empleo —como Trabajar, Manos Bonaerenses y Servicios Comunitarios— se tenia
a varios millones de personas sin obra social y sin posibilidad de acceso a una
futura jubilación.
Finalmente, el ingreso real es un indicador socioeconóm ico que mide el poder
adquisitivo de vastos sectores de la población. Desde mediados de los años '70
se produjo una persistente reducción de los ingresos reales con dos característi
cas: por un lado, la caída de los correspondientes a las familias más pobres, que
resultó muy aguda; por otro, se modificó la tendencia creciente de los ingresos
medios perceptible desde principios de los años '70. Luego de la abrupta caída de
los ingresos reales producida entre 1981 y 1982, comenzó una recuperación que
alcanzó su tope entre 1984 y 1985. A partir de entonces se produjo un nuevo
descenso que culminó en la fuerte erosión producida por la hiperinflación en
1989. Si bien en los '90 las remuneraciones se recuperaron con respecto a los
niveles de aquel año, siguieron siendo inferiores a las ya deterioradas de la
segunda mitad de los '80. En líneas generales, los sectores m enos calificados que
lograron retener su empleo fueron los que más perdieron en términos de ingresos
y de poder adquisitivo. Por otra parte, la desocupación y los episodios recesivos
de 1995 y 1998 contribuyeron negativamente a la evolución de los ingresos (2Ü8L
El corolario más relevante del análisis precedente es la inscripción de la
pobreza en una trayectoria ascendente. Desde m ediados de la década del '70 y
durante la del '80 la pobreza se daba en el marco de una econom ía estancada y
de brotes inflacionarios que licuaban los ingresos de los asalariados. A partir de los
años '90, de acuerdo con la CEPAL, en la Argentina "se combinan un marcado
crecimiento del ingreso por habitante, una fuerte caida de la inflación en los inicios
del decenio, un elevado desempleo y un aumento de la pobreza". En suma, la caída
salarial, la regresiva distribución de los ingresos, la precarización y el desem pleo
(207) Beccaria, Luis; Carj-io, JorüEy Oksatti, Alvaro, "Argentina: informalidad laboral en el
nuevo modelo económico", en C a r p ió , Jokoe; K iE in , Emilio y Novacovsky, I ku h e (comps.).
Inform alidad y exclusión social, Buenos Aires, 1999, pág. 142.
(208) Beccaria, Luis. 'Un análisis de la estmetura distributiva del nuevo régimen
económico", en Enoikos, 15, Buenos Aires, agosto de 1999, pág. 128.
se constituyeron en los factores estructurales que explicaban la intensidad de la
pobreza, el incremento de su heterogeneidad (que abarca a estratos medios) y la
agudización de su intensidad entre los más carenciados (2W),
En este escenario de creciente exclusión social resulta pertinente la evalua
ción de las políticas destinadas a reducir y, eventualmente, a eliminar la pobreza
en el país. Un estudio sobre dichas políticas asegura que la relación del gasto
público social (GPS) con respecto ai PBI (28,5 % para el período 1990-1997) fue
inferior al promedio de los países de la Unión Europea (32 % ).
El componente más importante del GPS es el sistema de previsión social. Entre
199 I y 1997. el gasto correspondiente a este sistema tuvo un magro crecimiento
del 0,62 % anual, mientras que la población de más de 60 años aumentó a razón
de 1,7 % anual y el haber mínimo jubitatorio permaneció congelado desde
mediados de 1991. Por otra parte, la reforma del sistema bajó la cobertura de los
activos, deterioró los beneficios de los actuales pasivos, profundizó los problemas
dc financiamiento de las actuales jubilaciones y pensiones debido a la rebaja de
los aportes patronales, la absorción de las cajas provinciales y el recorte de
transferencias de rentas generales. De esta manera, los baches generados por la
política previsional terminaron trasladando los problemas resultantes de una
cobertura insuficiente a las áreas asistenciales.
La política de asignaciones familiares también resultó insuficiente para el
sostenimiento de los ingresos. Como sólo los asalariados formales acceden a las
compensaciones por cargas de familia, los sectores pobres, con mayores cargas
de familia, al desempeñarse generalmente en trabajos informales, no percibieron
los beneficios de los subsidios familiares.
El seguro de desempleo y las políticas de empleo tampoco modificaron
sustancialmente la situación de los sectores pobres. En 1991, se creó el rondo
nacional de Empleo, orientado a atender las prestaciones por desempleo y a
desarrollar programas de empleo. Sin embargo, los requisitos para acceder al
seguro fueron muy estrictos y sólo alcanzaron a los sectores asalariados formales,
rio pudieron acceder a! beneficio los trabajadores en negro ni quienes eran
despedidos al poco tiempo de haber ingresado al trabajo. La cobertura era baja,
y las erogaciones destinadas al seguro y a los programas de empleo, entre 1991
y 1997, alcanzaron sólo al 0,2 % del PBI.
Por su parte, las políticas asistenciales de empleo no parecen haber constitui
do una solución. En función de la dimensión del problema de desempleo dichas
políticas fueron insignificantes, representaron una estrategia de inserción laboral
precaria, generaron competencia entre los propios necesitados de empleo y
promovieron el uso político de su distribución. Si bien ciertos sectores de los
co o r- to ^ ^ t ° í cn
cvf co tn «8 «O 00
<
J>1-.V"> <
7>
CU O <*>" O
g -2
1 ■§
^cu <
ct>
|I
c
15 *2 2 /r* — Ji? H ^
§ ■§ § 8 Ja "S ®- ^ -I
á 2 O l í »? « o S
Q . C L < 0 - U l! - Í Í : C J O Q -
Aunque la tasa de crecimiento disminuyó en los dos años siguientes, la
producción continuó manteniéndose en niveles elevados. A partir de 1995, con el
estallido de la crisis del "tequila", el crecimiento se interrumpió momentáneamente,
y desde entonces se volvió mucho más volátil, mostrando gran sensibilidad a la
evolución de la coyuntura internacional.
Como puede verse en el cuadro precedente, la producción de bienes sufrió
mayores oscilaciones que la de servicios, lo que se explica, en parte, por la influencia
de la coyuntura internacional, que afecta mucho más a los primeros que a los
segundos a través del comercio exterior. Además, con el retraso cambiario, se
produjo un cambio en la estructura de precios relativos a favor del sector no transable,
que mejoró la rentabilidad de los servicios a expensas de la producción de bienes.
Esa modificación en los precios relativos permite explicar la reducción relativa de la
participación de la producción de bienes en la estructura del PBI, tal como puede
observarse en el siguiente cuadro.
(212) Cf. Secretaria de Industria, Comercioy Minería, Reporte industrial 1998. noviembre
de 1998; A rtam a , D anif. l y Ló p e z M l k p iiy , R ic a r d o , Am bito Financiero. 6 de noviembre de 1998.
Sin embargo, otros autores restan entidad a tales estimaciones, planteando
diversas distorsiones del análisis estadístico precedente. Tornar los años 1989 o 1990
como base, por ejemplo, conduce a interpretaciones erróneas, dado el extremada
mente bajo nivel coyuntural de la producción industrial en esos años, por causa de
la cnsis híperinflacionaria. Si se tomaran, en cambio, años anteriores para realizar la
comparación, el crecimiento seria más modesto. Por otra parte, las estadísticas se ven
muy influenciadas por la tasa de crecimiento del sector automotor, por lejos el más
dinámico a lo largo de la década. Sin dicha rama, la curva de la producción industrial
seria notoriamente más achatada C2^).
Un análisis más detallado refleja gran disparidad en las tasas de crecimiento de
las distintas ramas y un promedio cercano al estancamiento, como puede verse en
el cuadro siguiente.
Crecimiento
Sector
1994-1998/1984-1988
Autos 180
Neumáticos 77
Agroquímicos 75
Hierro y acero 34
Bebidas 28
Heladeras, aire acond. y lavarropas 22
Nivel general 19
Aluminio 17
Alimentos 16
Cemento 15
Insumos plásticos y caucho 13
Papel y celulosa 10
Petróleo procesado 9
Petroquimicos 1
Cigarrillos 0
Insumos textiles -10
Tractores -13
Cocinas, calefones y termetanques -15
Químicos minerales -24
Insumos y bienes de capital -77
F u e n te : S chvarzer , J o rg e , "Indicadores industriales y
diagnósticos de coyuntura en la Argentina. Precaucio
nes de uso y elem entos para un balance actualizado".
Docum ento de trabajo d e l CEEED. N ° 3, diciembre de
1999, sobre datos de FIEL.
Cuadro 8,44. Variación de los máximos mensuales por rama del IPI
entre los quinquenios 1984-1988 y 1994-1398 (en porcentaje).
8 ,1 3 ,1 . La actividad agropecuaria
En los últimos años la producción agrícola global creció debido a una serie de
transformaciones ocurridas en varios cultivos, que se tradujeron en un aumento
de los rendimientos y de la superficie dedicada a la agricultura. En general, los
cultivos cuyas producciones crecieron más fueron aquellos destinados principal
mente a la exportación y en los cuales se introdujeron innovaciones tecnológicas
y cambios en las formas de producción.
Estratos
1558 1988
(ha/prop.)
Como resultado de este proceso, los cuatro principales terratenientes (los dos
grupos extranjeros ya mencionados, más Bunge y Born y A m a l ia L a c r o z f . d e F o r t a b a t )
sumaban una extensión de dos millones de hectáreas, superficie equivalente a la
de Bélgica, mientras el l ,5 % de los propietarios acaparaban el 35 % del territo
rio (22°).
(218) Cf. T e u b a i ., Miwei, "Ham bre y crisis agraria en el granero del m u n d o ', R ealidad
E c o n ó m ic a , n- 121, enero-febrero de 1994.
(219) Cf. BAsuALr>o, Eduardo, " L a concentración de la propiedad rural en la provincia de
Dueños Aires", en M o t c h e f f , H u g o te d . ), La e c o n o m ía a rgentina a fin d e siglo: fra g m en ta c ió n
p r e s e n te y d e sa rro llo a u s e n te , Buenos Aires, 1998.
(220) Cf. P á g in a /1 2, 1 0 /3 /2 0 0 0 .
8,1 3 ,2 . El im p acto regional
(223) C.f.. por ejem plo. Ropmam, A l e j a n d r o y Penalua, S u s a n a , "La privatización de SOMISA
y su impacto e n la producción y el empleo en San Nicolás". e n C ic lo s e n la h is to r ia , la
e c o n o m í a y la s o c ie d a d , Ns 5, prim er sem estre de 1995.
(224) R o m A f i , A l e j a n d r o , L a s e c o n o m ía s r e g io n a le s a f in e s d e l s ig lo X X . Buenos Aires,
1999, págs. 226 y 227.
(225) Los datos existentes corresponden a extrapolaciones del PI3I total ponderado por
CVJ CD CO G?Cy>CO’- ( » « K r - r r ^ - 0
M*>
0 3
CO
0 5 CVJ CO
CO cq o OJ
cvi LO r r
0 0 s § CO CVJ
CVJ
CO cO CVJ CO <3>
cooinotocnr^tO Ln ■ ís o ^ a c io u jo o a j
(1 9 9 4 ).
S O 1/5 CO « í CO CD 0 CO CO
2
rro
ro
-g
o ui o
n
co
n ^ ^ c> t - ir t «b i ñ r o ó c q c q o mc q
^ * a <d <ví a i o t ó o ’ o ' c n '* t o
<\ j <d ir t eo (o <o eo o 't u
•■*
c J co co
o
tn r-’
^
S5
s e le c c io n a d o s
o ro o 2 ra
«r co o -c n o
oí co in in o
50 oj co <?5
e c o n ó m ic o s
> E
N 'Í C O 't ’-l/3U,><?>LnuiiOOO) WOOOlD(MOOOríWC£llfiO)
i - T - i n C O ' Í C V O ) C O ’ - f s - O i r t ( J > 0 ( O n O ,) r J N (O CO CO O ) O "
c o c n T r t - v w 'r q c o r o r f ’- s i j i T f W 'í f N i n q t D r o p i c
^ «o có ^ n í cyj o l íí i / ¡ s." ^ có ^ -ej cd ó c»i c o o ) r - >^r
COO'TOJcncDrjTr I— 'tCOí¿>,T ' í í r)in r- N T - m o c O
C V I C V I C O C O C O C O O ' T U I C M ' Ñ ^ C O 'c f lí) ü > lf> CO r - 0 > ID OJ
8,49. In d ic a d o re s
CM
co
CRCT)i*-cjDcvjcococoocor-'rroir-o C
VI MM O) Cfl o
Cuadro
cn m
<d aS
ra
rt CL ra 03
Ó i£ 8í -o *g
ro o g o ■ 3=: .a
o c CE <í> O
Ü - <0 D W ■t Si;e 0El
^ co .2 TD
£ c:
=5 3
g cr re
.±¿ c c c c: c
ro .2 2 E
3 a .£= -£= 0 ~ ■=J 03 05
Li "O —1 _J
Para el año mencionado, las provincias de Buenos Aires y Santa Fe y la Capital
Federal, que componen menos del 16 % del territorio del país, concentraban casi
el 66 % del PBI y el 56 % de la población. Comparando estas dos cifras, se advertía
también un ingreso per cápita más alto que el conjunto del país. Por otra parte, los
porcentajes de los ingresos por coparticipación federal futuros ya comprometidos
y el endeudamiento per cápita mostraban que esos tres territorios, junto con San
Luis, Santa Cruz y La Pampa, eran los únicos con una situación financiera sin
problemas de gravedad.
Desde un punto de vista dinámico, un indicador de las disparidades regionales
es la remuneración de los trabajadores.
PERIODO 1880-1916
(gobiernos conservadores)
PERIODO 1916-1930
(gobiernos radicales)
PERIODO 1943-1945
(gobierno militar)
PERIODO 1946-1955
(gobiernos peronistas)
Ministro Período de gestión
PERIODO 1955-1958
(gobierno de la “Revolución Libertadora")
PERIODO 1962-1963
(gobierno de Guido)
PERIODO 1963-1966
(gobierno de Iu ja )
PERIODO 1966-1973
(gobierno de la “Revolución Argentina”)
Sa iw e i, Jo r g e N é s to r 29/06/1966-03/01/1967
K r:eg erV a sen a, A d ale ert 05/01/1967-11/06/1969
Dagmino P as to re, J óse M aría 11/06/1969-17/06/1970
M o y w o Llerena, C a rlo s 18/06/1970-15/10/1970
F e r r e r , A lco 26/10/1970-28/05/1971
Quilici, Ju a n A. 01/06/1971-11/01/1972
L ic c a r d o , C ayetano A. 11/01/1972-13/10/1972
W eh be , J orge 13/10/1972-24/05/1973
PERIODO 1973-1976
(gobiernos justicialistas) 1
PER IO D O 1976-1983
(gobierno de la dictadura militar)
PERIODO 1983-1989
(gobierno de A lfonsin )
PERIODO 1989-1999
(gobiernos de Menem)
La A n q E N T ÍN A , B r a s íI y
Ia l IN T E C j R A C i Ó N R E q tO N A l
M ario B enedetti
Al analizar, en distintos cap ítu lo s del libro, las relacio n es de la Argentina con
el B rasil y o tros p a íse s latin o a m e rica n o s — y del C o no S u r en particular— ,
estu vim o s se ñ a la n d o tam b ién, y sin m encion arlo en form a explícita, distintas
etap as de un cam in o q u e c o n d u jo fin alm en te a la creació n del M ercado Com ún del
S u r (M ercosur). A q uí ex am in arem o s, rem o n tan d o h acia atrás en el tiem po y
llegand o a n u estro s días, algu n as de esas circu nstan cias, para tratar de com p ren
d er m e jo r si la crea ció n dei M ercosur se d eb ió a una coyu n tu ra o casion al u
o b e d e c ió m ás bien a ten d en cia s de largo plazo — eco n ó m ica s, políticas y estraté
gicas— q u e term inaron de con cretarse en las últim as décadas. Un análisis de este
tipo perm itirá e v a lu a r m e jo r sus p ersp ectivas futuras, m ás allá de sus éxitos o
fracaso s p arciales o de la d irecció n q u e pu ed an tom ar en los próxim os años tanto
el e s ce n a rio m u n d ial c o m o los intereses regionales, n acion ales o se cto riales o,
sim p lem e n te , las vo lu n tad e s políticas. La ex isten cia de la Unión Eu ro p ea es un
buen ejemplo en este sentido: si era impensable su creación antes de la Segunda
Guerra Mundial, su fortaleza se remonta no sólo a un pasado de cincuenta años,
sino a una historia m ucho más larga de acercamientos y de conflictos, de alianzas
y de guerras, que hacen que la idea de una Europa unificada (al menos de parte
de ella), tal como se la conoce hoy, sea el producto de un "período histórico de larga
duración", de acuerdo con el concepto acuñado por B r a u d e l ( ' ) .
Sin duda, el camino de la integración regional al que nos referimos no resultó
fácil. En el siglo XIX, la independencia del Uruguay fue el resultado de un conflicto
armado entre el imperio brasileño y las que habían sido hasta pocos años antes
Provincias Unidas del Rio de la Plata, y la principal guerra en la región, la de la Triple
Alianza, enfrentó a tres de las naciones que hoy conforman et Mercosur (Argentina,
Brasil y Ur uguay) contra la otra (Paraguay), en un conflicto que para algunos estadistas
lúcidos de la época, como Ju a n B a u tis ta A lbek di, fue simplemente "criminal".
Ya desde la época de la emancipación iberoamericana, en las primeras
décadas del siglo XIX, habían surgido una serie de ideas y proyectos que apuntaban
a una mayor integración entre los distintos Estados nacionales emergentes de
aquel proceso revolucionario* Pero estas tendencias fueron, esencialmente, de
índole política porque ésos eran los problemas más urgentes que debían resolver
los incipientes, y todavía inestables, países de América Latina. En ese sentido, las
propuestas confederales de inspiración bolivariana fueron las más difundidas,
pero terminaron en el fracaso dado que la mayoría de las naciones latinoamerica
nas todavía no había consolidado en algunos casos sus instituciones y, en otros,
diferentes fracciones en pugna se disputaban periódicamente el control de esos
Estados. En realidad, estos proyectos intentaban formalizar alianzas políticas ante
la eventual expansión de algunos países europeos y no hacían referencia a las
cuestiones económicas.
Uno de los que plantearon por primera vez la posibilidad de una mayor
interrelación económica entre los países de la América hispana fue Ju a n B a u tis ta
A lb ek d i. En 1844, habia redactado una "Memoria" en la que consideraba que los
países del continente tenían la posibilidad de iniciar una nueva etapa: la del
desarrollo de su com ercio y prosperidad material (2).
rio obstante, la propuesta de A lb e ru i era esencialmente hispanoamericana, por
cuanto excluía a! Brasil y a los EE.UU. de los proyectos íntegracionístas, y, en
cambio, opinaba que las garantías de la seguridad y el desarrollo de la antigua
América española se encontraban en Europa. En 1863, sus ideas apuntaban a que,
según su nueva percepción, las repúblicas latinoamericanas debían ser imagina
das com o verdaderos calcos del modelo europeo (J ).
{2 } A k h m jd , V ic e n t e G u ille r m o , N c r c o s u r . U n ió n E u ro p e a , HAFTA y lo s p r o c e s o s d e
in te g r a c ió n r e g io n a l, B u e n o s A ires, 1996, págs. 42-47.
(4 ) P e lliz a , M akiaoo A., Federación 5ocial Americana. Buenos Aires, 1885, págs. 42-44.
( 5) Se e & e k .
Argentina. Brasil, Chile. Uruguay, Ferú. Bolivia y Paraguay. Estudios
F e d e r ic o ,
comparativos, geográficos, étnicos, económicos, financieros y militares, Buenos Aires,
1903, pág. 10.
(61 Cf. P illa d o , R ica rd o , Estudio sobre cl comercio argentino con las naciones limítrofes,
Buenos Aires, 1910.
(7) Cf. So l v eirá, B e a triz R o s a rio , La Argentina, el ABC y cl conflicto entre México y Estados
Unidos(19J3-l9l 6), Córdoba, 1994; "Tratado deCordial Inteligencia Política e Arbitramiento
entre Brasil, Chile e Argentina", ministro Rio B k ak co a Puo a B o r d e , anexo rt- 2 al despacho del
26/2/1909, Archivo del embajador Moniz A r a g o , Itamaraty, Rio de Janeiro.
En las décadas de 1930 y 1940, las iniciativas de "unión económica" entre los
países del Cono Sur continuaron manifestándose. En 1931, el ministro de
Relaciones Exteriores de Chile, Antonio Planet propuso a los gobiernos sudameri
canos realizar estudios técnicos para arribar a la unión aduanera (°). También e]
canciller argentino, C aklos S aavedra Lamas, expresaba en 1935 que: "...ante la
clausura de los mercados del viejo mundo europeo, no es difícil augurar, a mi
juicio, el surgimiento de grandes núcleos o divisiones continentales con fines de
acercam iento continental (...) necesitaríamos constituir una verdadera unidad
económ ica" (9). Ya hemos mencionado el acuerdo entre los ministros de Hacienda
de la Argentina y el Brasil, Pini:do y 5 ouza C osta, firmado en octubre de 1940, que
anticipó el Tratado concretado en noviembre del año siguiente y cuyo propósito
era establecer en el futuro "una unión aduanera (...) abierta a la adhesión de los
países limítrofes" ( l0).
Los gobiernos fueron cambiando, pero las iniciativas de integración económi
ca continuaron. En la década de 1950 fue el gobierno peronista el que retomó,
como vimos, la idea de constituir un Zollverein sudamericano, especialmente,
entre los países det Cono Sur. Y aunque el propósito principal de P c k o n era la
participación del brasil, esta iniciativa no pudo prosperara pesar de la disposición
favorable del presidente G u t u l i o V a r g a s . El tradicional protagonismo de ambos
países en el ámbito regional y la influencia de los Estados Unidos fueron en ese
momento obstáculos insuperables para concretar esas aproximaciones (").
También en el Brasil fueron apareciendo voces a favorde una política de mayor
integración con la Argentina. El ejemplo más importante en los años '50 fue el de
Hmo J aguaribe quien, definiendo el pensamiento de un sector dei nacionalismo
brasileño, hacía de la relación con la Argentina la pieza estratégica clave de la
diplom acia del pais vecino, señalando la importancia de esos vínculos para
fortificar la posición negociadora frente a los EE.UU. (I2).
Gran Bretaña
Directa 125,2 118.6
Sector público 129,1 163,0
Federal 90,6 101,7
Estado y municipalidades 38,5 35,5
Café — 25,8
Estados Unidos
Directa 10,3 43,8
Sector público — 76,6
Federal — 30,1
Estados y municipalidades — 39,3
Café — 7,2
Total (incluidos otros países y destinos)
Directa 245.9 242,4
Sector público 151.7 252,9
Federal 103.5 142,0
Estado y municipalidades 48,2 77.0
Café — 33,9
Fu e n te: Naciones Unidas, Externa! Financing in Latin America.
C u a d r o 9,1. In v e r s ió n e x t r a n je r a n o m in a l e n e l B r a s il (1 9 1 4 -1 9 3 0 )
(en m illo n e s d e lib r a s e s te r lin a s ).
También en la Argentina, como vimos en el cap. 1, la presencia de los intereses
británicos desempeñó un papel relevante desde Iosiniciosde3 proceso emancipador.
Pero la relación entre Gran Bretaña y los dos países sudamericanos fue diferente,
dado que, desde el punto de vista comercial, la mayor parte de las exportaciones
argentinas tenía como meta al país europeo, triplicando las ventas externas
brasileñas con destino a esa nación, tn consecuencia, en los inicios del siglo XX,
la dependencia respecto del mercado británico era mayor para la Argentina que
para el Brasil. A su vez, los EE.UU. se fueron transformando en el principal mercado
consumidor de las exportaciones brasileñas y en el más importante abastecedor
del Brasil.
Hacia 1870, los EE.UU. ya absorbían la mayor parte de las ventas de café
brasileño y un 30 % del total de exportaciones. En 1904, la mitad de los productos
de exportación del Brasil se dirigían a los EE.UU., y en los años '20 y '30 la cifra se
mantendría en alrededor del 40 % . Como contrapartida, las compras británicas de
productos brasileños cayeron abruptamente desde principios de siglo hasta los
años '20. En 1904, representaban el 16 % , mientras que en 1927 habían caído a
cerca del 3 % . En el caso de las importaciones, también se produjeron grandes
cambios en un sentido inverso. Si en la década de 1870 el total de importaciones
británicas era cerca de la mitad del comercio de importación brasileño, promediando
la década de 1920 descendió a un 20 % , mientras que las importaciones de los
EE.UU. se incrementaron dc un 5 % a fines del siglo XIX a más de un 50 % al
terminar la Primera Querrá Mundial, para estabilizarse en años posteriores en
porcentajes igualmente importantes: entre un 20 y un 30 % . De este modo, el
mercado brasileño se transformó en un cam po de disputas entre los intereses
norteamericanos — que buscaban no sólo equilibrar sus cuentas externas, sino
también ampliar su esfera de influencia en el continente— y las inversiones y
vínculos financieros británicos ( l7).
(17) Momz Bahdeira, L. A ., Presenta dos Estados Unidos n o Brasil (Dois Séculos de tlis(ória),
Brasilia, 1993, págs. 213-215.
r> oj o te í*j 8 £
C? O ifi yo w
(D U“>'rr
•íf o r- (O cd co i —
in t- o co t -_ cvj
ui uo csT co ~
r- r- m n w cvi
co in co t- lo
CD K
í\l K m cn
r-K tDco
n N en
N
IT) r f CO W CO N "«f
t- co in r- m cn
cn co in r r co C5 íd
c\j o n t>i ir i co
■*— co cvi
CM lf) CO T í TT T f CO
W ' í cn ip CJ?
Sü S
0r0
- - lOCO C
y—y- OO
m Cr>
ta < J C
r^D
-
- a5a5 M có K irt
h-' CO CO O j
cd o íS S ai rv!
^ o) ^ w OJ
*-' * ¿
oó r* * ¿ irí co
cr> t-
e o ie><r><
£><o t- o
íf l a O O « N 0 3
íO cq
^ n « <jj n o ‘R-
CO <£> <D < 0 Ó r - CD o
cr> s- cvj <o
Cü (y
CJ) ^ co <x> co oo
rv
O -- t- <nj co eo
(35 O) <30 <J) 0 5 C75
Como puede observarse en el cuadro anterior, el brasil estaba más sujeto que
la Argentina de su principal mercado comprador, pero adem ás dependía mucho
más que ésta de su principal producto de exportación, el café, que representaba
el 70 % de sus exportaciones totales. Por lo tanto, el intercambio del Brasil con los
EE.UU. y el Reino Unido constituía una relación triangular inversa con respecto a
la de la Argentina y sus vinculaciones con las dos grandes potencias. En efecto, la
balanza comercial del Brasil con los EE.UU. era estructuralmente favorable,
mientras que lo contrario sucedía en el comercio con Qran Bretaña. Entre 1901 y
1939, el Brasil tuvo 33 años de déficit en su comercio exterior con el Reino Unido,
en tanto que en 38 de esos 39 años registró continuos superávit comerciales con
los EE.UU. Para el conjunto de esos años, esos superávit y déficit se compensaron
mutuamente como en el caso argentino pero en una razón inversa ( ,a).
La situación del comercio exterior de la Argentina y el Brasil puede represen
tarse en un gráfico relativamente simple. Si en ejes cartesianos medimos expor
taciones e importaciones cn ordenadas y abscisas, respectivamente, la línea de
45° divide al cuadrante positivo en un semiplano de superávit comercial (hacia
arriba de la línea) y otro de déficit comercial (hacia abajo). Podemos ahora colocar
un punto por cada país con el resultado que vemos a continuación:
Millones de dólares
Im portaciones
C u a d r o 9,3. C o m e r c io b r a s ile ñ o c o n lo s E E .U U . y la A le m a n ia n a z i
(e n p o r c e n ta je ) .
C u a d r o 9,4. E s ta d o s U n id o s : in v e r s io n e s d ir e c ta s e n e l B r a s il y la A r g e n tin a
(e n m illo n e s d e d ó la r e s ).
(25) Foreign Office, AS 297/4/2, Sir David K e l l y {embajada británica en Buenos Aires) a
Mr. Edén (ministro de. Relaciones Exteriores), L4/1 /1944. El informe de Mumpiikeys es del 14
de noviembre de 1943, y constituye un complemento del dc K e l l y . Ver también F.O. AS 1996/
4/2. Londres, 27 de marzo de 1944, informe del coronel B la c k T y le r .
(26) Rapopokt, Makio, "Argentina y la Segunda Querrá Mundial: mitos y realidades", en
Estudios intcrdiscipiinarios dc América Latina y el Caribe, vol. 6, N- L, enero-junio 1995,
págs. 16 y 37.
autores), pudiera haberse beneficiado por una relación más estrecha con los
EE.UU. porque éste ni siquiera fue el caso del país vecino. Como señala P udko M a la n ,
citando un memorándum del Departamento de Estado de la época, la posguerra
fue para el Brasil un periodo de "expectativas frustradas". En ese informe, de 1946,
se indicaba concretamente al gobierno brasileño que:
a) el Brasil debería ampliar sus fuentes internas de financiamiento antes que
solicitar ayuda del gobierno norteamericano;
b) el Brasil tendría que distinguir entre sus programas de equipamiento y de
desarrollo. Los gastos de los primeros debían ser financiados con las
amplias reservas internacionales acumuladas durante la guerra;
c) para los programas de desarrollo el interlocutor no debería ser el gobierno
estadounidense, sino una institución multilateral creada especialmente
para ese fin;
d) de cualquier forma el Brasil debería tener presente que su desarrollo iba
a depender en última instancia de la creación de un clima favorable para
el ingreso de capitales privados.
Otro informe remarcaba que aunque el desarrollo brasileño era deseable y
m erecía asistencia no tenía la misma urgencia que el de los países europeos
devastados por la guerra (í7). Y precisamente, una de las razones por las cuales
V a r g a s retornó al poder, con una política más nacionalista, a principios de 1951,
radicaba en parte en el descreimiento de los sectores dirigentes respecto de los
beneficios de continuar la relación bilateral con los EE.UU. desde la perspectiva del
"alineam iento automático" practicada por la administración del presidente D utka
(1946-1951) (2a).
Las relaciones entre el Brasil y los EE.UU. fueron distanciándose a partir de
1956, bajo la presidencia de Ku b itsciick, y sobre todo en los gobiernos posteriores
de Q u a d k q s y G o u l a r t con la llamada "política exterior independiente". Por estos
motivos, los Acuerdos de Uruguayana, que propiciaron un acercamiento con la
Argentina, se transformaron en una herramienta importante para multiplicar la
capacidad de negociación de los dos países sudamericanos tras el objetivo común
de superar el "subdesarrollo" económico. Estas aproximaciones hicieron que
ambas cancillerías operaran en conjunto com o en la ocasión en que se abstuvieron
en la votación que expulsaría a Cuba de la OEA. En esos años, los dos paises
también desarrollaron políticas de acercamiento diplomático y comercial con los
paises del bloque socialista, en abierto desafío a la diplomacia norteamericana (29).
(27) Malah, Pedro Samkaio, "Relagóes Económ icas Internacionais do Brasil (1945-1964)',
en De Holanda, 5. B. (1995), págs. 62-64.
(2 8 ) Cf. Escude, C. (1 9 8 5 ).
(29) Benocno Bi:ired, José Lus, "La experiencia histórica del Brasil y de la Argentina", en Liados,
JosuMARtAy PiMtrjRoGinr-uRÁEs, Sam u ll, Perspectivas. Brasily Argentina, Buenos Aires, 1999, pág, 5 0 7 .
Incluso los gobiernos militares brasileños— a excepción del breve interregno de
aunque con matices el más cercano a la política de Washington—
C a s t e llo B ó r i c o ,
volvieron a rescatar el interés nacional como fundamento de su política exterior, que
se orientó nuevamente en torno a algunos de los ejes que habían impulsado los
presidentes civiles anteriores, ayudados por un notable crecimiento económico. Este
boom de la economía brasileña, calificado por sus autoridades como "milagro
económico", aceleró la evolución del parque industrial del Brasil que pasó a exportar
buena parte de su producción, capitales y servicios a América LaLina, y se empeñaba
por abrir mercados en Asia y Africa, al mismo tiempo que continuaba exportando
materias primas a los EE.UU., Europa y Japón. Este papel de intermediario entre los
paises más desarrollados, con los cuales profundizaba los vínculos culturales y
financieros, y las naciones en vías de desarrollo cuyos mercados disputaba,
determinó la ambigüedad de la política exterior del brasil ye l carácter contradictorio
de sus relaciones con los EE.UU. durante el régimen dictatorial (-w).
Eslo no significó, porsupuesto, que la influencia norteamericana dejase de ser
predominante al sur del continente. Los EE.UU. continuaron jugando un papel
protagónico en el Brasil e incidiendo en aspectos esenciales de la economía y la
política argentinas. Pero su hegemonía comenzó a ser cuestionada porque otros
países pasaron a tener mayor participación en la región: como vimos, la Comuni
dad Económica Europea y Japó n en el caso del Brasil, y Alemania, Italia, Francia
y la URSS, en el de la Argentina, en un curso de acción que se conoció como
"diversificación de la dependencia".
Pero, a diferencia del Brasil, la Argentina de fines de los años '70 cayó en una
profunda crisis económica, social y política, y comenzó a sufrir un retroceso de su
producción industrial. Además, las relaciones de la Argentina con Washington
atravesaron por una etapa ambigua, dado que, por un lado, la URSS se transformó
en el principal cliente del pais del Plata, y por otro, se agregaron las críticas por la
violación de los derechos humanos de la Administración Cárter y la Guerra de
Malvinas, conflicto en el que los EE.UU. se solidarizaron con el Reino Unido.
En el caso del Brasil, los conflictos con los EE.UU. continuaron, como ocurrió por
la falta de acuerdos en el tema de la energía nuclear, et de la infonnática. el de las
negociaciones por la deuda externa o el de la política hacia el Atlántico Sur y Africa.
Además, los lazos económicos con el país del norte comenzaron a debilitarse.
(31) Lavaoma, Ronr.RTo, Argentina, Brasil, Mercosur. Una decisión estratégica, 1986-2001,
cap. V, Buenos Aires, 1998.
(32) Cf. Fumado, Celso, Formacáo Económica do Brasil, Rio de Janeiro, 1959.
poder político. En cambio, el nacimiento de la Argentina em ancipada debió
soportar una prolongada guerra contra España con la consiguiente destrucción de
recursos materiales y humanos; y una ve? consolidada su independencia, los
diferentes intereses regionales se enfrentaron en encarnizadas luchas civiles,
destruyendo la posibilidad de conformar no sólo un mercado am pliadoy nacional,
sino también un Estado institucionalizado y consolidado.
La comparación demográfica también siguió una evolución diferente. En las
provincias rioplatenses la población negra no alcanzó cifras considerables, pero
en el Brasil se arraigó profundamente como consecuencia de sistemas productivos
esclavistas que perduraron hasta 1888. La masiva llegada de esclavos negros, que
en los tres siglos que duró la esclavitud alcanzó estimativamente a unos3.300.000
hombres, imprimió a la población brasileña una serie de rasgos diferenciales con
respecto a la argentina (” ).
Mediante la consolidación del Estado argentino y la abolición de la esclavitud
en el Brasil comenzaron a producirse cambios significativos en la evolución
demográfica de los dos paises. Estas transformaciones sociales fueron perfilando
matices diferenciales entre ambas naciones dada la fuerte y rápida europeización
de la población argentina, por un lado, y una población brasileña en donde la
esclavitud y la influencia indígena habían dejado su impronta, no obstante la
considerable inmigración europea. Además, mientras la Argentina apenas si
alcanzó a los 1.800.000 habitantes en 1869, el Brasil ya había superado los
10.000.000 de personas en 1872. Aunque, esa sustancial diferencia entre am bas
poblaciones fue atenuada por el aluvión inmigratorio que recibió la Argentina. Sin
embargo, la población del Brasil superaba los 41.000.000 de habitantes hacia
1940, mientras que los argentinos llegaban a unos 13.000.000 de personas. Por
otra parte, todavía a mediados del siglo XX, en el brasil predominaba una población
distribuida en los espacios rurales, mientras que la concentración humana
argentina era esencialmente urbana, lo quegeneraba, en consecuencia, necesida
des diferentes en ambos países (3A).
Estas condiciones históricas, geográficas y demográficas, ciertamente diferen
tes, fueron modelando diversas especializaciones en la división territorial del
trabajo en uno y otro país, y se transformaron en importantes factores complem en
tarios que posibilitaron un fluido intercambio comercial, aun en medio de
tensiones, desconfianzas y recelos mutuos.
Paralelamente, desde mediados del siglo XIX la explotación de café fue
adquiriendo mayor importancia cn la economía del Brasil, lo que inició una nueva
etapa en la inserción internacional de este país. Este cultivo se convirtió en un
producto de gran demanda internacional y, a diferencia del azúcar, el algodón y el
tabaco, no tenía competidores relevantes en el mercado mundial. Justam ente, el
(33) Cf., Simonsch, Rom:kto, Historie Económica do 3rasil, tomo I, cap. VI, Rio de Janeiro,
1940.
(34) Di: MagauiAes, 11. B. (I945), págs. I I y 12.
tipo de producción y la dependencia de factores climáticos jugaron un papel
importante en la demanda elástica de un producto como el café, que sufría en forma
periódica las oscilaciones del mercado mundial de bienes primarios. Estos factores
y la aparición de regiones competidoras hicieron que la producción cafetalera, a
pesar de toda la riqueza que produjo, no le proporcionara al Brasil la misma
prosperidad que la Argentina alcanzó con las exportaciones de carnes y cereales. Sin
embargo, y precisamente por esta razón, impulsó su despegue posterior. La
permanente escasez de divisas y la desvalorización de su moneda, dificultando y
encareciendo las importaciones, impulsaron la expansión del sector industrial
brasileño, alimentada en gran parte por los excedentes de la producción cafetalera
desviados ante la repetición cíclica de la crisis del café generada en la superproduc
ción y la brusca caida de sus precios. Por este motivo, ya en los primeros años de
la década de 1870 grandes fazenderros del café invirtieron parte de sus excedentes
en fábricas de tejidos instaladas, por ejemplo, en Campiñas y San Pablo. Y en la
medida en que esta industria contó con la participación de extranjeros, en su
mayoría inmigrantes, creció ligada a la producción cafetalera (35).
Se produjo asi un movimiento de expansión y cambio en la estructura productiva
brasileña acompañado con sentido empresarial por un importante grupo de cafeta
leros, que al transformarse también cn industriales permitieron un rápido crecimien
to del parque manufacturero a principios del siglo XX (3ñ). Esta decisión evitó un corte
más profundo en los intereses de las clases dominantes, como sucedió en la
Argentina, y posibilitó una mayor consolidación de la unidad nacional a través del
Estado, para ejecutar después de 1930, politícas de industrialización, muchas veces
mediante la conciliación y las soluciones de compromiso que supieron resistir las
presiones internas y externas al desarrollo del Brasil,
Pero es importante señalar también que la industria brasileña contó con el
respaldo estatal para poder desarrollarse, dado que a principios del siglo XX ya
existía en el Brasil una fuerte protección arancelaria que llegaba al 300 % para
algunos productos específicos, con un promedio de alrededor del 35 % . En
cambio, los aranceles aduaneros fijados porla Argentina tenían una finalidad fiscal
y eran menores C37).
Si bien durante la época del modelo agroexportador, en la primera etapa de
su desarrollo, la Argentina pudo posicionarse como uno de los países emergentes
de la época con mejores perspectivas económicas futuras, en una segunda fase,
la del proceso de industrialización sustitutiva de importaciones (1SI), que comenzó
un tanto tardíamente, experimentó un desempeño macroeconómico menos
(35) C a .i o , W¡i.son, Raizes da concentracáo industrial em Sao Paulo, San Pablo, 1990,
p ág s. 121-147.
(36) Ta v a r e s , M a r ía » a C o m c l i^ a o , Da substituido de importa^óes ao capitalismo flnanceiro.
Rio de Janeiro, 1973, pág. 60.
( 3 7 ) Dr. Paiva Abkku, M a r c e lo , "noteson the industrialization of Brazil having Argentine in
mind as a comparative expericnce". en Boletín Informativo Techint, 239, octubre-
diciembre 1985, pág. 14.
satisfactorio. Por su parte, el Brasil, que habia tenido un comportamiento no tan
favorable durante la etapa de predominio del modelo primario-exportador, pasó
a tener un crecimiento mayor en el período de la ISI, producto de políticas
gubernamentales deliberadas y del estímulo que ofrecía un mercado interno
considerablemente más amplio (M),
Comparada con las tendencias argentinas, la estrategia adoptada por la
dirigencia brasileña de 1930 consistió en apoyarla industrialización y la expansión
del comercio exterior mediante la intervención y la supervisión del Estado. El
gobierno brasileño se em peñó en desarrollar una política económ ica donde la
industrialización tenía un lugar prioritario en el listado de metas nacionales,
cuestionando la viabilidad de una economía domi nantemente primario-exportadora.
La revolución de 1930, que encumbró en el poder a G k t u lio V a k g as, tuvo su apoyo
en una alianza heterogénea o "Estado de compromiso" que se fortaleció y
autonomizó como un organizador del pacto social, desplazando a la República
oligárquica que se había sustentado en el predominio de los intereses paulistas y
de Minas Qerais. En forma inversa, el golpe militar encabezado por Josr. F. U k iiv jk u
en la Argentina restauró en el poder a la oligarquía agroexportadora (■ '19).
El parque industrial argentino creció en los años ’40, especializándose en la
fabricación de bienes no durables de consumo final y en parte para la exportación,
pero m antuvosus caracteristicasintrínsecas de industria "liviana" dependiendo de
la importación de bienes de capital e insumos esenciales. Es por eso que el
gobierno peronista intentó modificar esa estructura industrial mediante los planes
quinquenales. Sin embargo, la visión del embajador británico en Buenos Aires
difería de los proyectos del gobierno argentino: "la Argentina será un eficaz
abastecedor de alimentos de alta calidad, pero un ineficiente fabricante de
productos industriales. Tiene trabajadores políticamente turbulentosyextrem istas
que acentuarán estastendenciascon el avance de la industrialización. Además, los
recursos de la Argentina son inadecuados para una efectiva industrialización en
gran escala, porque posee poco carbón y nada de hierro" <*0).
En forma contraria a la situación argentina, el Brasil contaba con abundante
provisión de minerales, lo que le permitió desarrollar la producción de bienes de
consumo, mayormente textiles, al mismo tiempo que su población crecía a tasas
elevadas, acelerando el ritmo de la urbanización y expandiendo el mercado
interno. La instalación del complejo siderúrgico de Volta Redonda había impulsado
(43) L.w agna, R o b e rto . 'Comercio exterior y politica comercial en Brasil y Argentina. Una
evolución comparada", en L la d o s ; José M a ría y Piniiiiino Guimakács, Sam uel, Perspectivas. Brasil
y Argentina. 1999. págs. 209-215.
(44) Interamerican Development Bank, Economic and Social Progress in Lalin America,
fieport, 1986, pátj. 394.
e x t e n d ió a ú n m á s e n 1 9 8 5 c u a n d o e l B r a s il r e t o m ó , lu e g o d e v a r io s a ñ o s d e
r e c e s ió n , e l r it m o d e c r e c im ie n t o , y s u P B I c u a d r u p lic ó a ! d e A r g e n t in a q u e e n e s e
m is m o a ñ o r e t r o c e d ió a 6 2 .0 0 0 m i l l o n e s d e d ó l a r e s . S o l a m e n t e la e c o n o m í a
p a u lis ta , c u y a p o b l a c i ó n e q u i v a l í a a la d e la A r g e n t i n a , r e p r e s e n t a b a m á s d e l
d o b l e d e l P B I d e n u e s t r o p a ís . E l s i g u i e n t e c u a d r o m u e s t r a e s t e p r o c e s o a t r a v é s
d e u n a c o m p a r a c ió n d e la s ta s a s d e c r e c im ie n t o d e l P B I p e r c á p it a .
C u a d r o 9.5. T a sa s d e c r e c im ie n to p o r h a b ita n te (e n p o r c e n t a je s a n u a le s ).
E s t o s i g n i f i c a b a la d e f i n i t i v a r u p t u r a d e l e q u i l i b r i o e c o n ó m i c o e n la r e g ió n a
f a v o r d e l B r a s i l , p r á c t i c a m e n t e e n lo s m is m o s m o m e n t o s e n q u e lo s p r e s id e n t e s
Sakmey y AiFOMsirt e s t r e c h a b a n s u s m a n o s e n e l p u e n t e " T a n c r e d o H e v e s " s o b r e e l
Ig u a z ú , in a u g u r a n d o u n a n u e v a e t a p a d e l a s r e l a c i o n e s e n t r e lo s d o s p a í s e s .
D e s d e l o s t i e m p o s c o l o n ia l e s , lo s t e r r i t o r i o s q u e e n la a c t u a l i d a d o c u p a n la
A r g e n t in a y e l B r a s i l f u e r o n t e s t ig o s d e u n c o n s i d e r a b l e i n t e r c a m b i o c o m e r c i a l , e l
c u a l r e s u lt ó f a v o r e c i d o p o r la u n ió n d e l a s c o r o n a s d e E s p a ñ a y P o r t u g a l e n la
p e r s o n a d e F e l i p e II, lo q u e p e r m i t i ó a lo s p o r t u g u e s e s d e s e m p e ñ a r u n i m p o r t a n t e
p a p e l e n e s e i n t e r c a m b io r e g io n a l, q u e p e r d u r ó d u r a n t e g r a n p a r t e d e l p e r io d o
c o l o n ia l . P r i v il e g i a d a p o r s u u b ic a c i ó n e c o n ó m i c a m e n t e e s t r a t é g i c a . B u e n o s A i r e s
se e x p a n d ió r e s p a ld a d a e n el c o m e r c io , y s u im p o r t a n c ia fu e c r e c ie n d o e n la
m e d i d a e n q u e t r a t a b a d e d e s li g a r s e d e l m o n o p o l i o l i m e ñ o , m o t i v o p o r e l c u a l la
a c t i v i d a d d e l c o n t r a b a n d o c a r a c t e r iz a r á u n e x t e n s o p e r ío d o d e la v i d a e c o n ó m i c a
r i o p la l e n s e . E n e s e s e n t i d o , la C o l o n i a d e l S a c r a m e n t o , f u n d a d a p o r lo s p o r t u g u e
s e s e n la m a r g e n o r ie n t a l d e l R ío d e la P la t a , c u m p l i ó u n a f u n c i ó n c l a v e d e e s e
o b s t i n a d o t r á f ic o , q u e n o p o r c l a n d e s t i n o d e j ó d e s e r r e g u l a r ( 4S).
C o n e l a d v e n i m i e n t o d e la i n d e p e n d e n c i a e n a m b o s p a í s e s , e l i n t e r c a m b i o
c o m e r c ia l t o m a r á o tr o s c a r r ile s , o r ie n t á n d o s e s u s p r o d u c c io n e s p r im a r ia s h a c ia
lo s g r a n d e s c e n t r o s c o n s u m i d o r e s e u r o p e o s e m e r g e n t e s d e la R e v o l u c i ó n I n d u s
tr ia l, p r o c e s o a c e l e r a d o h a c í a f in e s d e l s ig lo X I X p o r la s i n v e r s i o n e s e x t r a n j e r a s y
l o s a v a n c e s t e c n o ló g ic o s d e lo s m e d i o s d e t r a n s p o r t e , r io o b s t a n t e , la p r o x i m i d a d
g e o g r á f ic a , l a s f r o n t e r a s c o m u n e s y la s e c o n o m í a s e n g r a n m e d i d a c o m p l e m e n t a
r ia s m a n t u v i e r o n a c t i v a s la s c o r r i e n t e s c o m e r c i a l e s e n t r e lo s d o s p a í s e s , f r u t o d e
u n p r o c e s o d e la r g a d u r a c ió n h is t ó r i c a . U n e j e m p l o d e e l l o f u e r o n l a s e x p o r t a c io -
ríes brasileñas de azúcar y yerba hacia los mercados rioplatenses y la compra del
Brasil de buena parte de la producción de los saladeros del Litoral argentino.
Asi como sus estructuras económicas tendían a complementarse, desde una
perspectiva política ambos Estados debieron atravesar por una serie dc conflictos y
aproximaciones. A lo largo del siglo XIX las relaciones argentino-brasileñas habían
transitado cl camino de la hostilidad y enemistad (Guerra por la Banda Orientan a la
alianza (Guerra del Paraguay). En medio dc estos conflictos, cl Brasil aprovechó las
disidencias políticas y económicas entre los gobernadores Ukquiza, de Entre Ríos. y
R o sa s, dc Buenos Aires, para apoyar al primero, 110 sólo con armamentos y tropas,
sino también financiando la campaña militar. En realidad, la relación del gobernador
entrerriano se había establecido con cl barón de Mal*a, banquero brasileño que había
solventado gran parte de los emprendimientos provinciales de Ukquiza. Una frase de
Ñ aua, encontrada cn su correspondencia, resume esta particular vinculación:
"U k quiza hará casi todo lo que yo le diga", y demuestra también sus contactos con los
asuntos d e l Plata a instancias del Imperio d e l Brasil. El Banco de M a la no sólo
contribuyó a la caída de K osas, percibido por el emperador como una amenaza para
la integridad del Brasil por cuanto brindó apoyo al movimiento separatista de los
fairapos en Rio Grande do Sul, sino que continuó ligado a los intereses de U k q ltz a cn
tiempos de la Confederación Argentina (u>). En parte, el soporte financiero de!
gobierno de Ukquiza estuvo ligado a la instalación del Banco Mauá en Rosario, que a
la vez representaba, sin dudas, los intereses del Brasil en territorio argentino. Ysi bien
el banco brasileño no resultó un elemento dinamizador para los problemas
financieros de la Confederación, esta institución contribuyó a solventar los gastos dc
los enfrentamientos con la provincia de Buenos Aires, y también alcanzó cierta
gravitación política en laregión mediantesu casade Montevideo, prolongándose esta
influencia hasta los comienzos de la Querrá del Paraguay (,7).
A pesar de las tensiones originadas con respecto a los territorios ocupados en
el Paraguay, y sobre todo el enfrentamiento en torno a la cuestión de Misiones
— el presidente norteamericano C leveland dictó cn 1895 un fallo arbitral que le
otorgó al Brasil el espacio reclamado como propio por la Argentina— , la política
exterior argentina de fin de siglo fue orientándose hacia la distensión. F.l reflejo de
ello fue Ja visita que el presidente Roca realizó en 1899 al Brasil retribuida luego
por su par brasileño, C ampos S alles, tratando de mejorar la visión de los argentinos,
vinculada al arraigado "expansionismo brasileño". En ese sentido debe compren
derse la sugestiva iniciativa del canciller Rio Bkamco a Roca para llegar a un pacto
cordial que podría significar la hegemonía dc la Argentina y e¡ Brasil en el
continente.
(46) Cf. Hato di: S a m e s i;c u :tti, S u s a n a I., Urquiza y Nauá. El Mercosur del siglo XIX, Rueños
Aires, 1999.
(47) Cf. C.-M,[>i,if(A, Jotuiii, Hatid, Empresario do Imperio, San Pablo, 1995
Pero a partir dc 1905, las relaciones volvieron a enfriarse. Como el barón dc
Rio Bfwrtco apoyó e! "Corolario Roosevelt" que reafirmaba la doctrina Monroe
("Am érica para los americanos"), apareciendo el Brasil ante la comunidad hispa
noamericana como una especie de "cogarante" del panamericanismo en el
continente, la percepción del gobierno argentino coincidía en que "Brasil ejercería
la hegemonía sudamericana por delegación estadounidense". Este viraje del
comportamiento brasileño despertó recelos en la Argentina. El Brasil fue acusado
de aspirara serla primera potencia militar y diplomática de Sudamérica, al mismo
tiempo que deseaba granjearse la simpatía de las naciones menores del Plata,
incluyendo a Chile, De esc modo, Rio B rahco tendía a neutralizar a la Argentina a
pesar de los esfuerzos de su canciller, E stanislao Z ebauos , partidario de una dura
política contra el pais vecino. La política exterior impulsada por Rio B r a h c o , y la
mayor aproximación a los EE.UU., le fueron dando al Brasil las condiciones
necesarias para jugar un papel de liderazgo en América del Sur (4ÍI).
Se generó asi, entre i 906 y 1910, uno de los periodos de mayores tensiones
entre la Argentina y el Brasil, que pareció zanjarse en la percepción contemporizadora
de Roque S aemz P eña: "la naturaleza ha querido anticiparse a diferenciar sus
producciones para que no nos estorbemos en andar apresurados, para que no nos
disputemos el pedazo de sol. Fio somos, pues, rivales ni competidores en la
producción: somos aliados y amigos en la economía" (43).
Cuando las relaciones tendían a confluir, se desató la Primera Querrá Mundial,
debiendo soportar los países latinoamericanos las presiones de los EE.UU., a fin
de que apoyaran la causa de los aliados. Pero las posiciones tomadas por ef Brasil
y la Argentina frente a esta cuestión tomaron caminos diferentes. Mientras el envío
de naves de guerra brasileñas acompañó la declaración de guerra a las potencias
centrales, permitiéndole al Brasil participar en la Conferencia de los Aliados de
19 17 y luego en la firma delTraladode Versalles de 1918, la Argentina permaneció
neutral en el conflicto. Esle proceso le permitió al Brasil estrechar lazos políticos
con los EE.UU. y manifestar una política exterior más "americanista", alejándose
de la histórica presencia diplomática inglesa en el país. A pesar desús desaveniencias
políticas, el intercambio comercial entre cl Brasil y la Argentina fue adquiriendo
lentamente un crecimiento tcndencial potenciado por la complementariedad de
sus estructuras económicas (so),
rio resulta extraño, entonces, que la crisis de los años '30 incentivara el
intercambio comercial argentino-brasileño, según se desprende del cuadro si
guiente, cuyo volumen fue generando, a su vez, inconvenientes y diferencias que
debieron solucionarse medíanle acuerdos comerciales firmados en 1933 y 1935.
C u a d r o 9 ,6 . I m p o r ta c io n e s r e c ip r o c a s e n tr e
la A r g e n tin a y e l B r a s il (e n p o r c e n ta je ).
Sin embargo, el nivel de cordialidad y el empeño que los dos paises sostenían
para conservar sus relaciones se desvanecieron entre sospechas recíprocas
cuando a fines de 1934 la cuestión de la Querrá del Chaco comenzó a complicarse
cada vez más, debido a los intereses encontrados que ambos tenían en el conflicto
boliviano-paraguayo. Estas divergencias continuaron al reforzar la Argentina sus
vínculos con el Reino Unido mediante del Tratado Malbrán-Eden en 1936, mientras
que en 1937 el Brasil firmó un convenio comercial con los EE.UU. que contemplaba
el establecimiento de un Banco Central bajo monitoreo norteamericano (5I).
Los conflictivos anos de la Segunda Querrá Mundial impulsaron nuevas
negociaciones que desembocaron en el Tratado de Libre Cambio Progresivo de
1941. Este acuerdo reflejaba la existencia conceptual de la unión aduanera entre
el Brasil y la Argentina mediante un criterio de preferencia regional que, a su ve/,
evidenciaba la incertidumbre de la región sobre las perspectivas inmediatas y a
largo plazo del comercio internacional. Pero como los EE.UU. se involucraron en
la guerra y el Brasil apoyó sus propuestas, el Tratado no pudo implementarse por
cuanto la Argentina se aferró a la neutralidad, contrariando los intereses nortcarne
Cuadro 9,7. Comercio exterior argentino por principales países (en porcentajes).
H i s t ó r i c a m e n t e , lo s p r i n c ip a l e s p r o d u c t o s d e l i n t e r c a m b io a r g e n t in o - b r a s ile ñ o
h a b í a n s i d o b i e n e s p r i m a r i o s . M i e n t r a s la A r g e n t i n a f u e e l p r i n c ip a l a b a s t e c e d o r d e
t r ig o y h a r i n a d e l B r a s il, e j e r c i e n d o e n e s c s e n t i d o u n v ir t u a l m o n o p o l io e n e l
m e r c a d o d e l p a ís v e c i n o , la y e r b a m a t e b r a s i l e ñ a e r a s u c o n t r a p a r t i d a , a u n q u e e n
m e n o r p r o p o r c i ó n . T a m b i é n s e e x p o r t a b a n a la A r g e n t in a c a f é , m a d e r a s , t a b a c o ,
c a c a o , c í t r i c o s y f r u í a s t r o p i c a l e s , Y a u n q u e la A r g e n t i n a f u e i n c o r p o r a n d o v e n t a s
d e fr u t a s , c o m o m a n z a n a s y p e r a s , y p e q u e ñ a s c a n t i d a d e s d e p r o d u c t o s lá c t e o s ,
d u ra n te m uchos años e l tr ig o en g ran o fu e e l r e n g ló n m á s r e le v a n te de la s
e x p o r t a c i o n e s a r g e n t i n a s a l B r a s il. M i e n t r a s t a n t o , e l p a ís v e c i n o f u e d i v e r s i f ic a n d o
c a d a v e z m á s s u i n t e r c a m b i o c o n la A r g e n t i n a a l ir i n c o r p o r a n d o c a u c h o , a r r o z ,
p ro d u c to s L e x t ile s , e s p e c i a l m e n t e h ila d o s y te jid o s de a lg o d ó n , y c r e c ie n te s
t o n e l a d a s d e h i e r r o ( M ).
E n g e n e r a l, y d e s d e la s e g u n d a p o s g u e r r a , e l i n t e r c a m b i o e n t r e lo s d o s p a í s e s
f u e t e n d e n c i a l m e n t e f a v o r a b l e a la A r g e n t in a , p e r o a p a r t ir d e 19 7 5 , c o m o v e r e m o s
m á s a d e la n t e , el s u p e r á v it b r a s ile ñ o c r e c ió e n fo r m a s ig n ific a tiv a , y s e m a n t u v o e n
esa s itu a c ió n h a s ta lo s p r o le g ó m e n o s del M e rco su r. F.l g r á f ic o s ig u ie n te nos
m u e s tr a e s a e v o lu c ió n :
( 5 4 ) M a d r id , E. t i 9 9 6 1 , p á g s. 1 3 8 y 139.
M iles dc dólares
o o o o o o o o o
o o o o o o o o o
T - o jn ^ ir > (D N c o o )
1948 [
1949 □
1950 p
1951
1952¿_
1953 □
1954 3
1955
1956 ]
1957
1958 _
1959
1960
196! L
1962 j
1963 □
1964 ]
"ra
1965 o a
cn td
1966 1 o o
.o
1967 CZ o
] UJ c7)
1968 5
m
1969 [
1970 □
1971 =3
GJ ;£
1972 i
1973 m i
1974 □
1975 .i
~1976 •
ilisn.J
197ft i
1979 !
1980 3
[19BÍ_J
1982L!
:1 983 i
ISO* :¡
1985 i
En el campo económico, el Brasil continuó siendo un importan le socio
comercial de la Argentina, pero incluía cada vez más valor agregado a sus
exportaciones, producto de su sector industrial más avanzado. Sin embargo, la
Argentina también comenzó a transitar un rápido camino hacia la instalación de
industrias de base a fines de los años '50 y, en el contexto de la "política exterior
independiente" del Brasil, el gobierno de Q u a d k o s apoyó la viabilidad de una
articulación con su vecino del Sur a fin deque ambos paises obtuvieran una mayor
capacidad de negociación, sobre todo frente a los EE.UU., lo que dio lugar, como
vimos, a la Declaración de Uruguayana. Este documento reflejaba que los
gobiernos del Brasil y la Argentina ya percibían un nuevo comportamiento de la
economía mundial en función del dinamismo de las corporaciones multinaciona
les. Es decir, que las relaciones "centro-periferia" e "industria-materia prima"
com entaban a modificarse y cl papel de la inversión extranjera pasó a ser visto
como el mecanismo posible para potenciar la industrialización. En ese sentido,
adquirió importancia el replanteo de las relaciones entre la Argentina y cl Brasil
frente a los EE.UU., dado que los países del Sur se proponían reemplazar el
esquema de áreas de influencia por el de zonas de desarrollo.
Sin embargo, pocos años después la cuestión déla Cuenca del Plata pasó a tener
prioridad cn las relaciones argentino-brasileñas. En la medida en que sus cancillerías
le atribuían una connotación estratégica a la capacidad de producir energía, los
obstáculos para construirrepresas en los ríos comunes dificultaron un entendimien
to entre los dos países. Y la Argentina no tenía, en aquellos años, capacidad suficiente
para contraponer sus propias obras hidráulicas at Brasil, a pesar de que en materia
de energía nuclear poseia marcados avances sobre su vecino.
El Brasil, que se había constituido en uno de los principales abastecedores de
la Argentina, fue aumentando cada vez más sus exportaciones de productos
industriales com o consecuencia de la apertura económica del programa de
Maktiniiz di: Hoz, pudiendo competir con los bienes manufacturados de otros paises
centrales debido a la proximidad geográfica, que históricamente habia operado
com o un importante factor en la reducción de los fletes (5S).
En ia primera mitad de los años '80, como reflejo de la crisis que afectó al
continente, cl Brasil se consolidó com o el segundo proveedor de la Argentina y uno
de sus principales compradores.
Exportaciones
1980 1981 1982 1983 1984
URSS 20.1 URSS 32.4 URSS 20.8 UfiSS 26.5 URSS 14.6
Brasil 9.5 EE.UU. 9,2 EE.UU. 13/ hÉ.UÜ. S.6 P. Bajos 11,0
P Bajos 8.9 P. Bajos 7.6 P. Bajos 7,9 P. Bajcrs 94 EE.UU. 104
EE.UU. 8.7 Brasil 6,5 Brasil 7.4 China 6.4 Brasil 5.9
Importaciones
1980 1981 1982 1983 198*1
EE.UU. 22.4 EE.UU. 22.0 EE.UU 22,1 EE.UU. 21 6 EE.UU. 18.3
Brasil 10.2 Japón 10.2 Brasil 12,9 Brasil 14,8 Brasil 18.1
Alemania F. 9.3 Alemania F. 9,6 Alemania F. 9.0 Alemania F. 10,5 Alemania F 9.5
Japón 9,2 Brasil 9.5 Japón 8.0 Botviü 5,8 Solivia 8.5
Fuente: Hirst, Módica, "Las relaciones comerciales argentino-brasileñas: 1976-1985", en
FLACSO. Documentos e Intormes de Investigación. Na 38, mayo de 198R,
Ano Intra ALALC Resto de la región MCCA (') Caribe Resto del mundo
1960 567,2 687,0 14,2 98,0 7.347.9
1965 834,1 1.109,8 44.7 231.0 9.516.0
1970 1.264.1 1.599,6 81,5 254.0 12.786.0
1975 4.010.2 5.160.1 407,9 144,6 29.740.0
19&C 10.926.8 12.349,9 842,7 280.0 80.313.0
(1) Mercado Común Centroamericano, croado en 1960 y cuyos rntegrantes eran Guatemala,
El Salvador, Honduras, Nicaragua y Costa Rica.
Fuente: CEPAL, Anuario estadístico de América Latina y cl Caribe. 1989.
C u a d r o 9.9. C o m e r c io d e la A L A L C (e n m illo n e s d e d ó la re s ).
163) V/uvT.nüc Ukkltia, Alvaro, "Iniciativa para las Américas: el sistema de la ALADI y cl
GATT”, en Integración Latinoamericana, IliTAL. ¡Iros. 171 y 172, setiembre y octubre de
1991, páys. 26-58.
legislación económica. La remoción de barreras tarifarias y no tarifarias, y la
armonización de ¡as políticas a aplicarse concretarían mediante acuerdos especí
ficos. El resultado de este acuerdo, el Programa de Integración y Cooperación
Económica entre ia Argentina y el Brasil (KJCE), constaba de doce protocolos
referidos a distintos sectores económicos como bienes de capital energía, trigo,
biotecnología, asuntos financieros, expansión del com ercio y em presas
binacionales, entre otros (G,)>
El proceso se guiaría por tres principios básicos. En primer lugar, el
encuadramiento con el pensamiento nacional-desarrollista que servía dc base a las
políticas exteriores de los dos países. En segundo término, una evolución gradual
y flexible con decisiones estratégicas que sustentarían un permanente proceso
negociador. En tercer lugar, una expansión en abanico hacia América Latina desde
cr eje Brasil-Argentina (üs).
En diciembre de 1986, el Acta dc Amistad Brasileño-Argentina amplió cl
número de protocolos en funcionamiento a diecisiete, incluyendo los transportes
terrestres y marítimos, siderurgia, comunicaciones y cooperación nuclear, v le
confirió impulso político ai FICE. En esta oportunidad, se puso como meta central
la multiplicación del intercambio bilateral a partir de la eliminación de barreras
arancelarias y paraarancelarias.
Posteriormente, en julio de 1987, y siempre mediante la participación de los
presidentes A u 'ojísim y S a rn e y , se aprobaron otros protocolos sectoriales y una
declaración conjunta sobre política nuclear. Continuando con estas decisiones
políticas, en abril de 1988, los presidentes del Brasil y dc la Argentina junto a su
par uruguayo J u l i o M aría S a rg u ih e tti, firmaron en Brasilia el Acta Alborada que
preveía la incorporación del Uruguay a la integración argentino-brasileña.
El paso siguiente, en abril dc 1988, fue la aprobación de una nueva etapa del
El CE con la incorporación dc dos importantes protocolos sectoriales: industrias
automotriz y de la alimentación. Luego, en noviembre de ese mismo año sc firmó
el Tratado dc Integración, Cooperación y Desarrollo entre la Argentina y el Brasil,
aprobado por los Parlamentos de los dos paises, que se basaba en la eliminación
gradual de los obstáculos que obstruían el comercio, la armonización de diversas
legislaciones, medidas aduaneras y comerciales, y la coordinación de políticas
m acroeconámicas: cl proceso de integración comenzó asi a hacerse realidad.
Estos acuerdos fueron refrendados, el 6 de julio de 1990, por los presidentes
en el Acta de Buenos Aires. Allí se acortaron los plazos
Mepírm y Coi.i.ok m-: Mki.i.o,
fijados en el PICE para conformar un espacio común en diez años, estableciéndose
la intención dc que ese plazo quedara reducido a cuatro años. Además, cl
desmantelamiento de las barreras comerciales, más que cl cumplimiento de los
(68) L a v a g m a , R. ( 1998), pág. 208. Aunque, según señala Cuwo, con la llegada de F e rm a n d o
H e n riq u e C a r d o s o (asumió cl 12 de enero de 1995) al gobierno (luego del interregno de I t a m a r
F r a n c o , de fines de 1992 a fines de 1994), volvieron a plantearse opciones m ás neoliberales.
(6 9 ) F e k k e k , A . ( 1 9 9 6 ) . p á g . 5 G 4 .
especial que iba a adecuarse definitivamente más tarde. Algo parecido a lo que
ocurrió con el sector de bienes de capital y con el azucarero con respecto a los
cuales, liasta no aprobarse un régimen común, los países mantendrían sus
aranceles nominales para el comercio intrazona.
Inlcialmente, el Mercosurse sustentó en un gran potencial de crecimiento y su
dinamismo despertó expectativas no sólo en la región, sino también en el resto del
mundo. En el ya referido contexto de globalización de los mercados financieros,
los flujos de capitales hacia los paises miembro fueron cuantiosos, ya sea
mediante la colocación de bonos públicos o como inversión extranjera directa
canalizados especialmente en el amplio proceso de privatización de las empresas
públicas abierto en América Latina. También este proceso generó el interés de los
EE.UU., a tal punto, que impulsó la creación de un Area de Libre Comercio de las
Américas (ALCA), que abarcada la totalidad del continente "desde Alaska hasta
Tierra del Fuego". Esto demostraba que la aparición del Mercosur fue una atractiva
propuesta para definir una estrategia de aproximación de bloques regionales ante
la eventual construcción de una zona de libre comercio hemisférica. Al mismo
tiempo, el bloque del Sur inició negociaciones con antiguos inversores y socios
comerciales: la Unión Europea (UE).
E n e l c a s o e u r o p e o , la p r o x i m i d a d p r e v i a y la h o m o g e n e id a d d e l a s e s t r u c t u r a s
p o s i b i l it a r o n e l d e s a r r o l l o d e u n c o m e r c i o in t r a i n d u s t r i a l d e p r o d u c t o s d e a l t o v a l o r
a g r e g a d o . S u c a r á c t e r p r o t e c c i o n is t a p e r m i t i ó , a d e m á s , u n a c r e c i e n t e s u s t i t u c i ó n
d e im p o r t a c io n e s e x tr a b lo q u e p o r im p o r t a c io n e s in t r a b lo q u e . En c a m b io , la s
a s im e t r ía s e i n e s t a b il i d a d de io s i n t e g r a n t e s d e l M e r c o s u r d e t e r m in a r o n una
e s t r u c t u r a c o m e r c i a l c l á s i c a , c o n e l B r a s i l c o n c e n t r á n d o s e e n la e x p o r t a c i ó n d e
m a n u f a c t u r a s y e l r e s t o d e lo s p a í s e s e n la d e p r o d u c t o s p r i m a r i o s y m a n u f a c t u r a s
d e o r ig e n a g r o p e c u a r i o . D e e s t a f o r m a , e l d e s a r r o l l o d e u n f l u j o c o m e r c i a l c r e c i e n t e
y e s t a b l e s e v i o d i f i c u l t a d o , s o b r e t o d o , p o r la fa lt a d e c o o r d i n a c i ó n d e p o l ít ic a s
c o m u n e s y c a m b i a r ía s . E l r e t a r d o e n la i m p l e m e n t a c i ó n d e u n a r a n c e l e x t e r n o
c o m ú n d e t e r m in ó , i n i c i a l m e n t e , u n a f a l t a d e p r o t e c c i ó n f r e n t e a t e r c e r o s y. u n a
i m p o s i b i l i d a d d e s u s t it u i r i m p o r t a c i o n e s m e d i a n t e la p r o d u c c i ó n r e g i o n a l ( 70). P o r
o tra p a rte , a p a r t ir d e l A c t a de Buenos A ir e s s e s u s t it u y ó la e s p e c ia liz a c ió n
i n t e r in d u s t r ia l p o r s e c t o r e s , m e d i a n t e la d e s g r a v a c i ó n l i n e a l y a u t o m á t i c a p a r a
t o d o e l u n iv e r s o a r a n c e l a r i o , lo q u e i m p l i c ó i n c o r p o r a r lo s p r i n c ip io s n e o l i b e r a l e s
e n la f o r m a c i ó n d e l M e r c o s u r d e b i li t a n d o , e n c o n s e c u e n c i a , la p o s i b i l id a d de
e s t a b l e c e r u n p r o c e s o d e i n t e g r a c i ó n m á s r a c i o n a l y e q u i t a t i v o (7 I)-
E n e l M e r c o s u r n o s e f o r jó u n a i n t e r v e n c i ó n e s t a t a l e x p l í c i t a c o m o e n e l c a s o
d e la U E , e n d o n d e s e p r e s t a r o n f o n d o s c o m u n e s o n a c i o n a l e s d e i n v e r s i o n e s ,
f o n d o s d e r e c o n v e r s i ó n in d u s t r i a l , d e a c t u a l i z a c i ó n e c o n ó m i c a o d e d e s a r r o l l o
r e g io n a l. L a a c t i v i d a d e c o n ó m i c a d e l o s p a i s e s d e l C o n o S u r s e b a s ó e s e n c i a l m e n t e
en el m e rc a d o , p o r lo t a n t o , io s d i s t i n t o s s e c t o r e s d e la e c o n o m ía d e b ie r o n
e n f r e n t a r la c o m p e t e n c i a .
L o s p a ís e s e u r o p e o s fu e r o n c o n s o lid a n d o s u s p r o p u e s t a s d e in te g r a c ió n lu e g o
d e c a s i c in c u e n t a a ñ o s d e p r o g r e s iv o s a v a n c e s q u e d e s e m b o c a r o n el 7 d e fe b r e r o
de 1 9 9 2 e n e l T r a t a d o d e M a a s t r ic h t , c u y o o b j e t i v o e r a c o n s e g u i r la i n t e g r a c i ó n
t o t a l e n t r e l o s p a í s e s s i g n a t a r i o s c o n u n id a d m o n e t a r i a y e c o n ó m i c a y p o l ít ic a
e x te r io r c o m ú n . E s te T r a ta d o e n tr ó e n v ig e n c ia e l 1" d e n o v ie m b r e d e 1993, y
t r a n s f o r m ó a la C E E e n u n n u e v o p r o y e c t o : la U n i ó n E u r o p e a ( U E ) .
U n e j e c e n t r a l d e la U E p a s ó a s e r e l e u r o , u n id a d m o n e t a r i a q u e s e p u s o e n
v i g e n c i a e n e n e r o d e 1 9 9 9 p a r a lo s o n c e p a í s e s a d h e r i d o s a l n u e v o s i s t e m a , l u e g o
d e q u e é s t o s h u b ie r a n a t r a v e s a d o u n a d u r a e t a p a d e e x ig e n c ia s m a c r o e c o n ó m ic a s .
E l e u r o d e b e r á r e e m p la z a r a t o d a s l a s m o n e d a s n a c i o n a l e s d e l á r e a e n e l a ñ o 2 0 0 2 ,
y l o s p a í s e s d e la U E e s p e r a b a n lo g r a r e n e l f u t u r o u n m a y o r e s p a c i o d e e s t a b i l i d a d
y c r e a c i ó n d e r iq u e z a . E l M e r c o s u r , e n c a m b i o , n o t u v o u n a c u e r d o d e m e t a s
Exportaciones
Año/región Total UE % EE.UU. % Japón % A. Latina % Otros %
1990 46.560 31.8 20.7 5.9 17,1 24,5
1997 83.368 23.1 13,9 4.5 35,5 23,0
Importaciones
Año/región Total UE % EE.UU. % Japón % A. Latina % Otros %
1990 29.323 23,4 19.3 6.7 21.8 28.7
1997 99.322 25,9 21.7 5,0 26,7 20.6
Fuente: IRELA, Documento de base, XIV Conferencia Interparlamentaria Unión Europea-
América Latina. Madrid, 1999,
Cuadro 9,10. Comercio exterior del Mercosur según sus principales socios comerciales
(1990-1997) (en millones de dólares y como porcentajes).
C u a d r o 9,11. S t o c k de la IE D e n e l M e r c o s u r s e g ú n p a is d e o r ig e n
(e n m ile s d e m illo n e s d e p e s o s y c o m o p o r c e n t a je d e l to ta l).
( 7 9>Q kirm ti- J o n e s , 5Ti:niAMYy C a illo u x , J a cq uls , 'nuevos flujos de capitales europeos hacia
América Latina', en Ciclos cn la historia, la e c o n o m ia y la sociedad, M- 13. segundo sem estre
de 1997, págs. 77-80.
En el caso particular de la Unión Europea resulta interesante observar la
creciente importancia que adquirió el Mercosuren el flujo de sus inversiones hacia
América Latina, llegando a representaren el periodo 1990-1996, más del 50 % de
sus inversiones totales en el continente.
Para completar este panorama, en los cuadros siguientes puede verse el flujo
anual de ingresos netos de la IED en la región entre 1990 y 1996, y la mayor
participación que esos ingresos tuvieron en la economía argentina con respecto a
la de su vecino en los primeros años del proceso de integración regional, pues era
más atractiva y rentable para ios inversores extranjeros. Pero a partir de la crisis
del "tequila", que afectó más a la Argentina, y de la mayor apertura del proceso de
privatizaciones en el Brasil, ese flujo disminuyó abruptamente y la inversión
externa pasó a interesarse sobre todo en el país vecino.
TJ
1c
| Concepto Argentina Brasil Uruguay Paraguay Bolivia
z>
s
cO
LO
&¡ CJ
OJ
<o
r^-
| Población i (millones-de habitantes)
cO
o>
'i
CO
r-^
co :
Ll*>
* Nivél de actividad i
10.029.0 77.084,2
cq
Producto interno bruto (millones de USS corrientes) 323.547,8 802.999.0 19.961,1
r; o
PBI per cópita (millones de USS corrientes) 9.070,6 5.022.5 6.085,7 1.970,3 -r wí 5.272,5
Variación del P8I real (tasa de variación anual) 8,1 % 3.0% 5.1 % 2,6% 7,1 %
Oí C0r <
.
20.7 % 10,0 %
? ^0
o
CsJ
(O
Indice de precios al por mayor (lasa de variación anual] •0,9% 16,4% 1,8%
--.S
ÜCÍ CO
j Sector público
¡
^
oj
uo
CVJ
CM
Gastos corrientes (porcentaje del PBI) 19,0%
CO
1
to
r-^ ^
'T
•
*
r-T
Balance fiscal (porcentaje del PBI) -1,5% 1,1 %
\ Panorama monetario
S
Tipo de cambio (pesos por USS) 1,0 1,078 9,4448 2191 419,3
CO
LT> r-
Dinero (M,) (como porcentaje del PBI) 6,0% 5,1 % 5,2 % 7.8 % 7,9 %
Reservas internacionales (millones de USS) 24.308.0 52.200 2.064,3 845.8 17.305.8
n 19
Servicio de la deuda
I I I
c \i
r^
r- ai o cm i n >o r? o q
O CO ( C " T _. S s 05 « s- o eo
■^r te oí o o r-
^ c\J <r?
K T Ír- (i5 T
i/>-cn
o iD
ívJ n O O
de d ó la r e s ).
ao co" ~ co o iri r r rC
^ O ríS in C O N C C I
•^-co-cr^'^-mcD^-CM
OjTj-g>r^r^CvJu5K<j5CDCT>fy
co co rN h .tf,T h * 0 ’- S M ^
. 2 B o
“ « £¡ B s ^■^■tffOcOlfitDCXJKCON'Cn
•S- 9 - 2 c <<
| S s S , " T - r - CM CM W OJ
« s «
cn o cn co co ro n r~»a) <7? r~
CD ^ 0 5 c q c q l£> c\j_ cn co_ CVJ
con
i r rs *
N O c Oc oOo íJ’-
ID N OJ n
^ t- ‘ h -" i - " r-‘ v í — ^y
O ’- t O Q O ’ÍÍO
(D N h. CO in <0 G) q
^ ^ ^ ^ o ic ^ ir i^ r - c o a rgentin o
“ r íí '= r^oc5Lnr^-cj)cr>ocnco
o. a. ro r= a°
£ SS «“
9,16. Com ercio
I s 5
10
ro
O rr o 03 ao co cvj cn
S — o r-
aj — ' CO
r - CM CM r - CVJOJCVJCN
(O
Cuadro
LO N CO » - (o n o> ^ cn o
T- cm T- a j o ca r- <TJ ni
C V) o
c¿ 'c/> Q o Li-
CL p U) o C5
DJ < LU
LL
lo co ■**■ co o o L3
cl rn C1
J d> U Q> Q> cn
as (í) CD (0
o O O
U_ L i. CJ
NCO O Q ^W CO'ílO CO NCO
CO CO CO CD CD CD CD CD Q> Q J CD O ) r D
cnencncncDCDCDCDcncna>a) LU U-
Sin embargo, pronto surgieron dificultades; como, por ejemplo, por la
aplicación de medidas que perjudicaron las importaciones de productos argenti
nos en el Brasil, y dieron lugar a polémicas y a que se levantaran voces en el país
del Plata criticando la excesiva "dependencia" de su comercio exterior con la
economía brasileña. Se ha señalado también que el Brasil no se desvió de "su
destino industrial y tecnológico", mientras que, por el contrario, la Argentina volvió
a la vieja división internacional del trabajo como productora de bienes primarios,
los que pasaron a constituirse en el grueso de sus exportaciones al país vecino (80).
La realidad de las cifras no pareciera confirmar este hecho. En los cuadros
siguientes podemos ver que, en tanto el Brasil exportaba a la Argentina cerca de un
90 % de productos manufacturados de su comercio total con nuestro país, la
composición de los bienes industriales en las exportaciones argentinas hacia su
vecino en los últimos años, fue de alrededor de un 50 % . Una relación diferente se
establece en el comercio de productos básicos, que para el Brasil representan cerca
del 7 % de sus exportaciones mientras que para la Argentina constituyen entre el 25
y el 3 5 % , según los años. Cifras sobre las que se basan aquellos que plantean la idea
de que el comercio con el Brasil {o dentro del Mercosur) no altera en demasía el
patrón tradicional del comercio exterior argentino. Sin embargo, un análisis más
desagregado, que diferencie las manufacturas de origen agrario (MOA) de las
manufacturas de origen industrial (MOI) nos indica, para 1996 (según dalos del
mismo INDEC) que el porcentaje de las MOI correspondientes al Mercosur fue del
44,3 % contra el 16,7 % de las MOA, mientras que para el total del comercio exterior
esos porcentajes fueron del 27 % para las MOI y del 36 % para las MOA. Esto indicaría
que, con respecto al Mercosur, y a su socio principal, el Brasil, la estructura del
comercio exterior argentino es más favorable para los productos industriales de
mayor tecnología que lo que sucede en las relaciones con otros países.
(80) Cf. L a s c a h o , Marcelo, "Hay que atenuar nuestra dependencia del Brasil', en diario
Clarín, 25/7/1997.
O O OO O
S- o<=> oo- o
o
o
o
Cuadro 9,18. Importaciones del Brasil según valor agregado (1994-1998) (en millones de dólares y porcentajes).
tn_ oo_ cn cn ■»-_
o j
cinnoio vo n
r-
* - co o q
ü3 co co
cm ^ ó O ■
i tr>oq «t>
T-‘ CNJ~ of
£3 <C si S
trt u1
) irt <
¿><
¿> CT>CT>&i CT>(3%
co cn cq cn
_ '^rO)
in
o in _
cn un c\i cxj c n
h-h- <o
-- oj TT CVJ
cn vn<ó co co
W cí <9 c7>
OO OOCQ O O cn cn -r-_ cq
r-~ o co ‘ ■*-“ oo" co o co
cn OO O r- oo o -co r- cn
cp in IT) N C\) n f m -r cd
^ CO TT
co xr co o o o r».cn o cq
so y-" in lo un —'' o co tn o
O) s r- r- in -rr ^ oj t- cn
cvj cn ^ in in <TM C\JCVJ CO C\J
CL O
2 42 ü
O. > LU ■cn «3 tj-_ cn
c 2 Q •co” cn co"
tn o o tn co
:Q
U V)
2 " v in in in :2
O 3..
¡5 o iij CO <y
O 5 c
Q 2
■co8 ___ S
Sin embargo, pronto surgieron dificultades; como, por ejemplo, por la
aplicación de medidas que perjudicaron las importaciones de productos argenti
nos en el Brasil, y dieron lugar a polémicas y a que se levantaran voces en el país
del Plata criticando la excesiva "dependencia” de su com ercio exterior con la
economía brasileña. Se ha señalado también que el Brasil no se desvió de "su
destino industrial y tecnológico", mientras que, por el contrario, la Argentina volvió
a la vieja división internacional del trabajo como productora de bienes primarios,
los que pasaron a constituirse en el grueso de sus exportaciones al país vecino (80).
La realidad de las cifras no pareciera confirmar este hecho. En los cuadros
siguientes podemos ver que, en tanto el Brasil exportaba a la Argentina cerca de un
90 % de productos manufacturados de su comercio total con nuestro país, la
composición de los bienes industriales en las exportaciones argentinas hacia su
vecino en los últimos años, fue de alrededor de un 50 %>. Una relación diferente se
establece en el comercio de productos básicos, que para el Brasil representan cerca
del 7 % de sus exportaciones mientras que para la Argentina constituyen entre el 25
y el 3 5 % , según los años. Cifras sobre las que se basan aquellos que plantean la idea
de que el comercio con el Brasil {o dentro del Mercosur) no altera en demasía el
patrón tradicional del comercio exterior argentino. Sin embargo, un análisis más
desagregado, que diferencie las manufacturas de origen agrario (MOA) de las
manufacturas de origen industrial (MOI) nos indica, para I996 (según datos del
mismo IMDEC) que el porcentaje de las MOI correspondientes al Mercosur fue del
44,5 % contra el 16,7 % de las MOA, mientras que para el total del comercio exterior
esos porcentajes fueron del 27 % para las MOI y del 36 % para las MOA. Esto indicaría
que, con respecto al Mercosur, y a su socio principal, el Brasil, la estructura del
comercio exterior argentino es más favorable para los productos industriales de
mayor tecnología que lo que sucede en las relaciones con otros países.
(80) Cf. L a s o w o , Marcelo* "Hay que atenuar nuestra dependencia del Brasil', en diario
Clarín, 25/7/1997.
O O O CD O
8' OO O
O OO
O O
y p o r c e n ta je s ) .
lOr CO cq O) r*
tn *3- LO CO CD 1 - 7 3 LTJ r j N
ID
(D
CO * - CO "C
(D T- O) c\j uo o> -r r--
O") *— c o o c o
cd to cd co r- ‘ lo <x? o> c¿
de dólares
oj co o O
^ OJ -íT O Í
Sj ¿o S 5í
n c q r o c d cn-
o ^ r o u> o&
valor agregado
’J- lO l/> U)
cq cocq o o ro 03 r - c&
r- o
C7)
os —
CO O r - ©
r c q CP O Í ©
o co <lo r-
del B ra s il según
cq i/) i n n c\ j CO TT LD r —
" oJ co 't 9,18. Im p o rta c io n e s
CO t CD O O 03 r-v_c o o _ c o
*- *
CO r -* U5 U ) Lfí
03 N r- r- LO
CVJ CO ■*3" LO LO
•*r o(M
CVJ
-^‘rcCM
cv¿ CO
in o
t- CM
o
CO CO C\J CM OJ
CL O
Cuadro
2 O n- c-o
2 Q LO O O UO CO c 1
:9 5
rf lo c o r*- co
CTj CT> CT) CT>
{?> <
2ft
En general, el Mercosur pasó a ser un destino especialmente importante para
las exportaciones de manufacturas de todos sus integrantes. En 1998, concentró
entre el 55 y el 58 % de esas exportaciones realizadas por la Argentina, Paraguay
y Uruguay, cuando en 1991 sólo atraía el 25 % de las exportaciones manufactu
reras argentinas y el 35 % de las paraguayas y uruguayas. En el caso del Brasil pasó
del 1 0 % en 1991 al 25 % en 1998 (ai).
Resulta cierto, sin embargo, que el Brasil constituye un país con claras ventajas
industriales con respecto a la Argentina y es reconocido por norteamericanos y
europeos como la "potencia regional" y el líder del Mercosur, hecho que reafirmó
públicamente el presidente Curn-on en su visita a Brasilia, a pesar de la mayor afinidad
que en ese momento tenían las relaciones argentino-norteamericanas (°2).
Instancias importantes en la problemática del desarrollo del Mercosur fueron
las controversias estratégicas y políticas en torno a temas tales como la participa
ción en el Consejo de Seguridad de las naciones Unidas, donde el Brasil esperaba
encontrar un lugar permanente, y en la OTAN, organismo en el cual a propuesta de
tos EE.UU. se incluyó a la Argentina, aunque como aliado externo; cuestiones que
motivaron fuertes polémicas entre los dos gobiernos (85).
Sin duda, el Mercosur está ubicado en un hemisferio donde el peso indiscu
tible de los Estados Unidos influye en sus perspectivas futuras. La actitud argentina
durante el gobierno de Mehem de privilegiar las relaciones con los Estados Unidos
— "relaciones carnales"— en una suerte de "alineamiento automático" de la
posguerra fría (participación en la Guerra del Golfo, apoyo a diversas actitudes de
los EE.UU. en el continente, como el caso de Haití, alineación con el país del Norte
en la cuestión cubana, entre otras cosas), provocaron críticas en la Argentina y el
Brasil y dieron lugar a una extensa polémica. La percepción de la dirigencia
argentina con respecto al Brasil adquirió— según un autor— un carácter instrumental
para la inserción internacional de su país, en la medida en que, en lo politico, se
mantenían los requisitos asignados por la política exterior de alineamiento con los
EE.UU., mientras que el propósito principal de la inserción en el Mercosur radicaba
en los aspectos económicos y del Intercambio comercial. Las autoridades brasile
ñas, en cambio, sin resignar objetivos económicos, en particular en defensa de su
sector industrial, pusieron mayor énfasis en la estrategia política tratando de
utilizar al Mercosur con el fin de fortalecerla capacidad autónoma de negociación
y decisión de sus paises miembros, en especial frente a los EE.UU. (84).
(85) Cf. Diario The Washington Post, 16/4/1998; N ew sw eek (en español), 29/4/1998,
(86) CEPAL, "CEPAL. Cincuenta años. Reflexiones sobre América Latina y el Caribe', en
Revista de la Cepal, número extraordinario, octubre de 1998, págs. 299 y 306; PNUD, Informe
sobre desarrolla humano, 1998.
En cambio, mientras que en la Argentina, con las políticas neoliberales
seguidas por sus gobiernos en los años '90, la tasa de desocupación fue trepando
de un 6 % histórico a un 17 % en 1996, en el ttrasil se mantuvo relativamente
estable, producto del mayor peso de su estructura industrial, entre un 5 y un 6 %
hasta 1997, según podemos ver en el gráfico siguiente:
Fu e n te s; Argentina: E n c u e s ta P e rm a n e n te de H o g a re s , IN D E C .
Brasil: Dirección Nacional de Regulación del M ercado de Trabajo.
De todos modos, en los últimos años del siglo XX, el tema económico
continuaba siendo el predominante, marcado por las controversias comerciales y
económicas entre los dos principales socios del Mercosur como consecuencia de
las repercusiones de la crisis asiática. En marzo de 1997, por ejemplo, las
autoridades brasileñas obligaron a los importadores de su país a pagar al contado
los productos que compraban en el exterior, a excepción de los que importaban
con plazos de financiación superior al año, como en el caso de los bienes de capital
o el petróleo. El objetivo del gobierno era terminar con tas importaciones
especulativas que aprovechaban la diferencia entre las bajas tasas de interés
internacionales con las altas tasas domésticas. Calificada por el gobierno brasileño
como medida "financiera", el paquete antiimportador fue tomado en medio de los
temores de los mercados interno y externo, ante la evidencia de un déficit
comercial creciente. Por eso, sus autoridades decidieron frenar las importaciones
del resto del mundo incluyendo las del Mercosur, perjudicando de este modo, y
especialmente, a las exportaciones argentinas. En esa coyuntura, los especialistas
consideraron que en realidad la medida intentaba disimular una sobrevaluación
del real frente al dólar, dado que la otra alternativa hubiese sido la devaluación de
la moneda brasileña, en ese entonces, políticamente inaceptable (a7).
Como contrapartida, tanlo el gobierno como los empresarios brasileños
renovaron sus criticas a la legislación argentina que protegía al sector azucarero,
generando un nuevo frente de tensión sectorial en el Mercosur. Las empresas
argentinas argumentaban que el Brasil regulaba y subsidiaba su producción de
azúcar, por esc motivo, mientras el pais vecino mantuviera ese sistema, la
Argentina conservaría los mismos aranceles para las importaciones (HH).
Uno de los aspectos más conflictivos entre los socios principales fue que no
pudieron avanzaren la conccrtación y coordinación de políticas macroeconómicas
y que las divergencias comerciales tendieron a incrementarse. Así, en 1997, el
Brasil tomó la decisión de solicitar licencias previas de importación, incrementando
los costos operativos empresariales. Según los empresarios argentinos, éstas eran
medidas para aran celarías que beneficiaban a los productos brasileños, dado que
ingresaban sin restricciones en los demás países del Mercosur (flS)
En los últimos meses de 1998 la situación económica y financiera del Brasil se
tornó sumamente delicada. Con una deuda interna y externa creciente que se
potenciaba a altas tasas de interés, un voluminoso déficit comercial, un déficit fiscal
cercano al 7 % de su PBI, y una creciente presión de los organismos internacionales
para realizar políticas de ajuste, la incertidumbre se tradujo en una fuga de divisas
incontrolable para el gobierno. El financiamieiUo externo para superar estas
dificultades se hizo dificultoso por las consecuencias de la crisis asiática, primero,
y por la debacle de ía economía de Rusia, después, y obligó, en enero de 1999, al
gobierno brasileños la devaluación del real. Esta situación generó incertidumbre en
la Argentina y dificultó las exportaciones al Brasil, que cayeron, según cifras del
INDEC, en cerca de U$S 1.300 millones reduciendo el saldo comercial favorable en
un 90 % . Entre los sectores más afectados figuraban los automotores, las empresas
autopartistas, las textiles, los chacinados, los productos avícolas, los calzados y la
producción arrocera. Como contrapartida, los representantes de diversos sectores
de la economía argentina presionaron a su gobierno para que fijara cupos a las
importaciones brasileñas, obligando al Mercosur a transitar por un sendero cada vez
más sembrado de dudas y dificultades.
Nunca, en sus cuatro años de vigencia, el Mercosur atravesó una crisis tan
aguda como la que se desencadenó tras la devaluación del real. Ello implicó un
cam bio profundo de las reglas de juego que puso al descubierto la ausencia de
instituciones que pudieran neutralizarlas o al menos prevenirlas. También desnu
dó otra realidad: que un mercado común no puede funcionar sí su eje pasa porque
cada país miembro dispute alternativamente el mercado interno de sus socios en
función de ventajas cambiarías coyunturales. La Argentina, sin resolver sus
problemas de competitividad, había obtenido durante cuatro años un considera
ble superávit comercia! en su relación con el Brasil, pero la devaluación de la
moneda brasileña revirtió la situación. Este movimiento pendular no fue un
Elaboración propia.
Fu e n te s : IN D E C , C E P A L . FM I e IB R E / F G V .
Cuadro 9,19. Evolución del PB I y tasa de cambio real: Argentina y Brasil (1994-1999).
A zc uy A m eq h im o , E d u a r d o , B u e n o s A íre s , l o w a y e l d e s a r r o llo a g r o p e c u a r io e n la s p a m p a s
y en la s p r a d e r a s , B u e n o s A ire s, 1 99 7.
A zp ia zu . D a n ie l , La c o n c e n tr a c ió n en la in d u s t r ia a r g e n tin a a m e d ia d o s d e lo s a ñ o s
n o v e n ta . B u e n o s A ires, 1998.
A z h a z u , D a n ie l ; B a s u a l d o . E d u a r d o y K iia v is s e , M ig u e l , E l n u e v o p o d e r e c o n ó m ic o e n la
A r g e n tin a d e lo s a ñ o s o c h e n ta . B u e n o s A ires, 1986.
A z p ia zu , D a n ie l y [Xo c i it l it , M u g o , E l d e s a r r o llo a u s e n te . B u e n o s A ires, 1994.
B a o u , S e r g io , A r g e n tin a e n e l m u n d o , M éxico, 1 9 6 1 .
B a g u , S er g io , E v o lu c ió n h is tó ric a d e la e s tra tific a c ió n s o c ia l en la A rg e n tin a . B u eno s Aires, 1961.
B a ik o c m . P a u l , V ic to ir e s e t d é b o ir e s . U is to ir e é c o n o m iq u e e t s o c ia le d u m o n d e d u X V Ia
S ié c le á n o s jo u r s , Pa ris, 1997.
Baixstka, Juan, E l n o v e n ta . U n a e v o lu c ió n p o lít ic a a r g e n tin a , Buenos Aires, 1934.
Balve, Beba y o tros, L u c h a d e c a lle s , lu c h a d e c la s e s , B u e n o s A ires, 1973.
B a n c o C en tra l d e la R e p ú b lic a A rg e n tin a , M e m o ria s a n u a le s , B u e n o s A ires, 1935-1988.
B a n c o d e A n á lisis y C o m p u ta c ió n (B A C ), BuonOME, Raúl y López, Eu n A (o rg s.), R e le v a m ie n to
e s ta d ís tic o d e la e c o n o m ía a r g e n tin a , 1 9 0 0 -1 9 8 5 , B u e n o s A ires. 1982.
B a n c o d e A n á lisis y C o m p u ta c ió n (B A C ), B u o m o m e , R a ú l y L ó p e z , E lima (org s.), R e le v a m ie n to
e s ta d ís tic o d e la e c o n o m ía a r g e n tin a , 1 9 8 1 -1 9 8 7 . B u e n o s A ires, 1987.
B a n c o d e Pago s In te rn a c io n a le s , R e p o rte a n u a l, 1985.
B a n c o M und ial, in f o r m e s o b r e e l d e s a r r o llo m u n d ia l, 1 9 9 7 . E l E s ta d o e n u n m u n d o e n
t r a n s fo r m a c ió n , W a s h in g to n , 1997.
B a r b e r o , M ar ía I m e s ; B e r e n b l u m , Ruísen L .; G a r c ía M ounA. F ek h a m d o R. y S a b o k id o , J orge R. E .,
H is to r ia e c o n ó m ic a y s o c ia l g e n e ra l, B u e n o s A ires, 1998.
B arsky, O sva ld o ; CiArAKDim, H o r a c io y C r ist i a . C a r l o s A ., P r o d u c c ió n y t e c n o lo g ía e n la re g ió n
p a m p e a n a , R o sa rio , 1971.
B a r s k y , O s v a ld o y o tros. La a g r ic u lt u r a p a m p e a n a . T r a n s fo r m a c io n e s p r o d u c t iv a s y
s o c ia le s , B u e n o s A ires, 1988.
B aksky, O sv a ld o ; P o sa d a , M arcelo y B arsky, A ud r es, E l p e n s a m ie n t o a g r a r io a r g e n t in o ,
B u e n o s A ires, 1992.
B a rsky , O s v a l d o y G ix m a h , J orge, H is to ria s d e l a g r o a r g e n tin o . D e s d e la c o n q u is t a h a s ta
fin e s d e l s ig lo X X . B u e n o s A ires, 2 0 0 1 .
Basualdo, Eduardo, D e u d a e x t e r n a y p o d e r e c o n ó m ic o e n la A r g e n tin a , B u e n o s A ires,
1987.
B a su a ld o , E duardo y K m a v is s e , M ig u e l , E l n u e v o p o d e r te r r a t e n ie n te , Buenos Aires, 1993.
B a su a ld o , E d u a rd o . C o n c e n tr a c ió n y c e n t r a liz a c ió n d e l c a p ita l e n la A r g e n tin a e n la d é c a d a
d e l n o v e n ta . Buenos Aires, 1999.
B asualdo, E duardo, A c e rc a d e la n a tu r a le z a d e la d e u d a e x t e r n a y la d e f in ic ió n d e u n a
e s tra te g ia p o lític a . Buenos Aires, 2000.
Batalla, Pablo y Rizzi, Fernando, A rtu ro lllia, Buenos Aires, 1990.
B o l k g in a t , H e n r i, L a t y r a n n ie d e s m a rc h e s , París, 1995.
B ouzas, Roberto (ed.), E n tre la h e t e r o d o x ia y e l a ju s te , n e g o c ia c io n e s fin a n c ie r a s e x te rn a s
d c A m é r ic a L a tin a ( ¡ 9 8 2 - 1 9 8 7 ) , Buenos Aires, 1989.
(eds.). C o n v e r s ió n
B o u z a s , R o b e r t o y F r e n c i i - D a v i s , R ic a r d o d e d e u d a e x te r n a y f in a n c ia c ió n
d e l d e s a r r o llo e n A m é r ic a L a tin a , Buenos Aires. 1990.
B o u z a s , R o b e r t o y L u s t i g . Mo r a , L ib e r a liz a c ió n c o m e r c ia l e in te g r a c ió n re g io n a l. D e NAFTA
Buenos Aires, 1992.
a M e rc o s u r,
Bradih, Sm m t, D ip lo m a te s a n d D e m a g o g e s . T h e M c m o ir s o f S p r u ilie lir a d e n , Mueva
York, 1971.
B k a il o v s r y , A n t o n io E., 1880-1982. Historia de las crisis argentinas. Un sacrificio inútil,
Buenos Aires, 1982.
B r a il o v s k y , A n t o n io E. y F o c u e l m a h , D a n ie l , Memoria verde: historia ecológica de la
Aigentina, Buenos Aires, 1 9 9 1 ,
B r a u d e l , F er n a n d , Les ambitions de t'histoire, París, 1997.
Aires, 1996.
Cohil Paz, Alberto y Ferrari, Gustavo, Política exterior argentina (1930-1962), Buenos
Aires, 1966.
Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales, La política exterior argentina y
sus protagonistas, 1880-1995, Buenos Aires, 1996.
Cokoieue, Emilio J., Orígenes del comunismo argentino, Buenos Aires, 1984.
C o k d c w a , Daniel, Echecs et 5uccés de l'lndustrialisation. Tesis de Doctorado, Université
De Riz, Liliana, Retomo y derrumbe. El último gobierno peronista, Buenos Aires, 1986.
Dr.Rix, L ilian a , Historia argentina. La política en suspenso, 1966/1976. Buenos Aires, 2 0 0 0 .
D e l B a r c o , R i c a r d o y otros, Historia política argentina, 1943-1982, Buenos Aires, 1983.
D uro selle, J eatí -B a ft iste ., Tout em pire périra. Théorie des relations internationales, París,
1992.
DuiíosLLit, J e a n - B a p t i s t e y Kaspi, A ndre, his to ire des relationes internationales, de 1919 á
nos jo u rs , 2 tomos, París, 2001,
D y s t e k , B akkif . y M e r e d it h , D a v id , A ustralia in the International Econom y in the Twentieth
Century, Cambridge, 1990.
E.I5CL, Arnold, Das Dritte Reich un d Argentinien, Colonia, 1970.
Eciiaoút., Carlos, El socialim perialism o ruso en la Argentina, Buenos Aires. 1984.
EizenstaL Report, A llied relations an d negotiations with Argentina. Washington, 1998.
E s c u d e , C a r l o s , Gran Bretaña, Estados Unidos y la declinación argentina, 1942-1949,
Buenos Aires, 1983.
E sc u d e, C a r lo s, L a A r g e n tin a vs. ia s g ra n e le s p o te n c ia s . E l p r e c io d e l d e s a fio , B u e n o s
A ires, 1986.
E s c u d e , C a r l o s , R e a lis m o p e r if é r ic o , fu n d a m e n to s p a ra la n u e v a p o lí t ic a e x t e r io r
a r g e n tin a , B u e n o s A ires. 1992.
E sc u d e :, C a r l o s , E l r e a lis m o d e lo s E s ta d o s d é b ile s , B u e n o s A ires, 1995.
E ste b a n , J uan C ., I m p e r ia lis m o y d e s a r r o llo e c o n ó m ic o , B u e n o s A ires. 1961.
E ste b a n , J uan C. y T a ssa k a , Luis E ., V a lo r in d u s t r ia l y e n a je n a c ió n d e la D I M IE, B u e n o s A ires,
1958.
E t c iie p a r e b o r d a , R o b e r t o , h is t o r ia d e la s r e la c io n e s in t e r n a c io n a le s a r g e n tin a s , B u e n o s
A ires, 1978.
E t c iie p a k l iio r d a . R o b e r t o , Y rig o y e n /1 y 2 , B u e n o s A ires, 1983.
F a c u lta d d e C ie n c ia s E c o n ó m ic a s (U B A ), 75 a n iv e r s a r io d e la F a c u lta d d e C ie n c ia s
E c o n ó m ic a s d e la U n iv e r s id a d d e B u e n o s A ire s , B u e n o s A ires, 1988.
F a l c o it , M ark y D o l k a r t , R o n a l d , P ro lo g u e to P e ró n : A r g e n tin e in D e p re s s io n a n d lMar,
B e rk e le y , 1975.
F a n e l l i. Jo s c M a r ía y F r e k k e l , R o b e r t o , P o lític a s d e e s t a b iliz a c ió n e h ip e r in f la c ió n en
A rg e n tin a . B u e n o s A ires, 1990.
F aulkner, M. V . , A n A m e r ic a n E c o n o m ic h is to r y . M ueva Y ork, 1960.
F a v a k o , O r ie t a y M o r i h e l l i , M a r t a , P e tró le o , E s ta d o y n a c ió n , B u e n o s A ires, 1991.
F a v t , C a r i .o s S ., L a n a tu r a le z a d e l p e r o n is m o , B u e n o s A ire s, 1967.
F e rn a nd ez Lo k e z . M a n u e l, C u e s tio n e s e c o n ó m ic a s a r g e n tin a s , B u e n o s A ires, 2 00 0.
F e r n a n d e z Ií a d a l , M e r c e d e s (c o m p .). Itin e r a r io s s o c ia lis ta s e n A m é r ic a L a tin a , C ó rd o b a ,
2 00 1.
F erns, H. 5., G ra n B r e ta ñ a y A r g e n tin a en e l s ig lo X IX . B u e n o s A ires, 1974.
F er n s, M. 5 .. La A r g e n tin a , B u e n o s A ir e s , 1 9 8 3 .
B u e n o s A ires, 1996.
F errer, A ld o , H e c h o s y f ic c io n e s d e la g lo b a liz a c ió n , B u e n o s A ires, 1997.
F errer, A ldo, L a e c o n o m ía a r g e n tin a , B u e n o s A ires, 1999.
F errer, A ld o , H is to ria d e la g lo b a liz a c ió n , II. E l s e g u n d o o r d e n e c o n ó m ic o m u n d ia l,
B u e n o s A ires, 2 00 0.
Ferruco, Ricardo J . , P o lític a e c o n ó m ic a a r g e n tin a c o n te m p o r á n e a , B u e n o s A ires, 1991.
F e r r u c c i, R ic a r d o J . , I n s tr u m e n t a l p a r a e l e s t u d io d e la e c o n o m í a a r g e n tin a , B u e n o s Aires,
1995.
F IE L , Las in v e r s io n e s e x tr a n je r a s e n la A r g e n tin a , B u e n o s A ires, 1973
F IE L , E l g a s to p ú b lic o e n la A r g e n tin a , 1 9 6 0 - 1 9 6 3 , B u e n o s A ire s, 1985.
F IE L , E l c o n t r o l d e c a m b io s e n la A r g e n tin a , B u e n o s A ires, 1989.
F i g a l i o , B e a t r iü , E l p r o t o c o lo F ra n c o -P e ró n . R e la c io n e s h is p a n o - a r g e n tin a s , B u e n o s A ires,
1992,
F it o u s s i, J c a > P a u l , R a p p o r t s u r l'E ta t d e l'U n io n e u r o p é e n n e , 1 9 9 9 . P a r ís , 1999.
Fuchmah, Guillermo, L a r e n t a d e l s u e lo y e l d e s a r r o llo a g r a r io a r g e n tin o , México, 1977.
F l o r ia , C a r l o s y G arcía B elsu n .c e , C c s a r A ., H is to r ia d e lo s a r g e n tin o s , B u e n o s A ire s , 1975.
Fo n d o M o n e ta rio In te rn a c io n a l, P e rs p e c tiv a s d e ia e c o n o m ía m u n d ia l. M a y o d e 19 9 7 . La
g lo b a liz a c ió n , o p o r t u n id a d e s y d e s a fío s . W a sh in g to n , 1997.
Fo n d o M o n e ta rio In te rn a c io n a l, P e rs p e c tiv a s d e la e c o n o m ía m u n d ia l, W a sh in g to n ,
1995-1999.
FoMTAtric, A i d re, h is t o ir e d e la Q u e r re F ro id e , 3 to m o s, París, 1 9 6 7 .
F o r d , Au:c G ., E l p a t r ó n o r o : 1 8 8 0 - 1 9 1 4 , In g la te r r a y A r g e n tin a , B u e n o s A ires, 1966.
F o r en a m -Pe c k , J a m es, H is to r ia e c o n ó m ic a m u n d ia l. R e la c io n e s e c o n ó m ic a s in te r n a c io n a
le s d e s d e 1 8 5 0 , M ad rid, 1 9 9 5 .
Fraga, Rosendo, £1 g e n e r a l J u s to , B u e n o s A ires, 1993.
F rank , G a r y , J u a n P e ró n vs. S p ru ille B ra d e n : T h e S to r y B e h in d th e B lu e B o o k , M aryla n d ,
1980.
F renkel, R o b e r t o y O 'D onnell, G u il l e r m o , L o s p r o g r a m a s d e e s ta b iliz a c ió n c o n v e n id o s c o n
e l F M I y s u s im p a c t o s in te r n o s . B u e n o s A ires, 1978.
F r ied l a en d c r . H. E. y O ser, J . , H is to r ia e c o n ó m ic a d e la E u ro p a m o d e r n a . M éx ico , 1957.
F r ie r , E. y S c i i u l t z e , C.. L., ¡ li g h e r OH P ric e s a n d t h e IV o rld E c o n o m y , W a sh in g to n , 19 75 .
F r ig e r io , R o g e l ío . L a s c o n d ic io n e s d e la v ic to r ia , B u e n o s A ires, 1959.
G a r c ía D e l g a d o , D a n ie l , E s ta d o y s o c ie d a d . La n u e v a r e la c ió n a p a r t ir d e l c a m b io
e s tr u c tu r a l, B u e n o s A ires, 1994.
G a r c ía F l o r e s , J o sé L , F r o n d iz i: e s tra te g ia d e l d e s a r r o llo a r g e n tin o . R osario, 1 9 6 7 .
G a r c ía H e r a s , R a ú l , A u to m o t o r e s n o r te a m e r ic a n o s , c a m in o s y m o d e r n iz a c ió n u r b a n a e n
la A r g e n tin a , 1 9 1 8 1 9 3 9 , B u e n o s A ires, 1985.
García Meras, Raúl, T r a n s p o rte s , n e g o c io s y p o lític a . La c o m p a ñ ía A n g lo - A r g e n tin a d e
T ra n v ía s , 1 8 7 6 - 1 9 8 1 , B u e n o s A ires, 1994.
G ar c ía L u p o , R o g e l io , L a A r g e n tin a e n la s e lv a m u n d ia l, B u e n o s A ires, 19 73.
c r is is d e b a la n z a d e p a g o s , B u e n o s A ires, 1990
M a d d is o n , A n q u s , T h e W o rld E c o n o m y in th e 2 0 “ ' C e n tu ry , F a r is , 1 9 9 1 .
MiLi.tR, Carima J „ Influencia sin poder. El desafío argentino ante los organismos
internacionales, Buenos Aires, 2000.
MirfSBURG, riAu.My V a l l e , H éc to r ( c o m p s .), Argentina hoy: crisis del modelo, Buenos Aires, 199 5.
M in s b u r o . Naum, La econom ía postm enem ista atrapada sin salida?. Buenos Aires, 2001.
M o l in a s , R ic a r d o y B a r b e r is , S a n t ia g o , El Partido Demócrata Progresista, Buenos Aires,
1983.
O s s o n a , J o h o e L u is , E m p r e s a r io s , E s ta d o y d e m o c r a c ia e n Ja A r g e n tin a ( 1 9 8 9 - 1 9 9 3 ) ,
B u e n o s A ires, 1995.
O s t ig u y , P iiih r e , L o s c a p ita n e s d e la in d u s tr ia . G ra n d e s e m p r e s a r io s , p o lí t ic a y e c o n o m ía
e n la A r g e n tin a d e lo s a ñ o s 8 0 . B u e n o s A ires, 1990.
O s t ig u y , P ie r r e y A r m s t r o n g , W a r w ic k , La e v o lu c ió n d e l c o n s u m o a lim e n t ic io e n la A r g e n tin a
( 1 9 7 4 - 1 9 8 4 ) , B u e n o s A ires, 1987.
O szlak , O s c a r , La f o r m a c ió n d e l E s ta d o a r g e n tin o , B u e n o s A ires, 1997.
O t e iz a , E n r iq u e ; H o v ic k , S usana y A r u j, R., I n m ig r a c ió n y d is c r im in a c ió n . P o lític a s y
d is c u rs o s , B u e n o s A ire s, 1997.
Ovir.no, E d u a r d o D a n ie l , A r g e n tin a y e l E s te a s iá tic o . La p o lí t ic a e x t e m a d e 19 4 5 - 1 9 9 9 .
R o sa rio , 2 00 1.
P a g e , J o s e it j, P e ró n , 2 to m o s, B u e n o s A ires, 3984.
P a l a c io D e h e s a , C a r l o s , E l p la n M a rtín e z d e H o z y la e c o n o m ía a r g e n tin a , B u e n o s A ires,
19B1.
P a l e r m o , V ic e n t e y rio v a r o , M a r c o s , P o lit í c a y p o d e r e n e l g o b ie r n o d e M e n e m . B u e n o s A ires,
199 6.
P a n e t t ie r i , Jo sé, L o s tra b a ja d o r e s , B u e n o s A ires, 1982.
P a h e t t ic r i , J o sé, D e v a lu a c io n e s d e la m o n e d a ( 1 8 2 2 - 1 9 3 5 ) , B u e n o s A ires, I 9 8 3 .
P a n e t u c r i, Jó se , Las p r im e r a s le y e s o b r e r a s , B u e n o s A ires, 1984.
P a r a d is o , J o s é . La era de las superpotencías, Buenos Aires, 1983.
P aradiso , J o s é , Debates y trayectoria de la política e xte rio r argentina, B u e n o s A ires, 1993.
P a s q u a li, P a t r ic ia , San Martin. La fuerza ele la m isión y la soledad de lagloria, B u e n o s Aires,
1999.
P a t e r s o m , D o h a ldG., British Dírect Investment in Cañada, 1390-I9Í4, Toronto, 1980.
P , u , H ip ó l it o , Memorias. Vida pública y privada de un argentino en el siglo XX. Buenos
Aires, 1999.
P e l l i z a . M a r ia n o A., Federación social americana, Buenos Aires, 1885.
P e n a , M il c ia d e s , La clase dirigente argentina frente at im perialism o, Buenos Aires. 1986.
P e iía , M il c ia d e s , Industrialización y clases sociales en la Argentina. Buenos Aires, 1986.
Etapas de acum ulación y alianza de clases en la Argentina (1930-
P e r a l t a R a m o s , M o n ic a ,
1970), Buenos Aires, 1972.
P e r e z L la m a , C a k l o s , El regreso de la historia. La politica internacional durante la posguerra
fría. 1989-1997, Buenos Aires. 1998.
P erica , R u bén , Ongañía, Levingston, Lanusse. Los m ilitares en la política argentina,
Buenos Aires, 1983.
P ic r ijia , R u ñ en y R u s s e l l , R o b e r t o , Argentina en el mundo, 1973-1987, Buenos Aires. 1988.
P ero m , J uan D„ El pueblo quiere saber de qué se trata, Buenos Aires, 1973.
P ero m , J uan D., El pueblo ya sabe de qué se trata, Buenos Aires, 1973.
P er o m , J uam D., Libro azul y blanco, Buenos Aires, 1973.
P erom , J uan D., Doctrina peronista. Buenos Aires. 1973.
P erom , J uan D., Los vendepatrias, Buenos Aires, 1974.
P et er s, H aro ld E., The Foreign Debt of the Argéntiñe Republic. Baltimore. 1934.
Petersom, IUroid F., Argentina y los Estados Unidos, i. 1810-1914, Buenos Aires, 1985.
P E T E R s o n , H a r o l d f „ Argentina y los Estados Unidos, ll. 1914-1960, Buenos Aires, 1985.
R a p o p o r t , M a r io , Política y diplomacia en la Argén tina. Las relaciones con EE. UU. y la URSS,
BuenosAires, 1987.
Rapoport, Mario (comp.), Economía e ¡listona. Contribuciones a la historia económica
argentina, BuenosAires, 1988.
R a po c o r t , M a k io , ¿Aliados o neutrales? La Argentina frente a la Segunda Guerra Mundial,
Buenos Aires, 1988.
R a p o p o r t , M a r io y M u s a c c iiio , A n d r és (coords.), La Comunidad Europea y el Mercosur, una
evaluación comparada, Buenos Aires, 1993.
R a p o p o r t , M a r io ( c o m p . ) , Globalización, integración e identidad nacional. Un análisis
comparado Argentina-Canadá, BuenosAires, 1994.
R a p o p o r t , M a r io y S p ig u e l , C l a u d io , Estados Unidos y el peronismo. La política norteame
ricana cn la Argentina, 1949-1955. Buenos Aires, 1994.
R a p o p o r t , M a r io ( c o m p . ) , Argentina y Brasil en el Mercosur. Políticas comunes y alianzas
regionales, BuenosAires, 1995.
R a p o p o r t , M a k i o , El laberinto argentino. Política internacional en un mundo conflictivo,
BuenosAires, 1997.
Rapoport, Makio y Spiguel, Claudio, Les Etats-Unís et l'Argentine dc Perón, París, 1998,
R a p o p o r t , M a r i o . Crisis y liberalismo cn la Argentina, BuenosAires. 1998.
Rato de Sambuccetti, Susana |., Urquiza y Mauá. E l Mercosur del siglo XIX, Buenos Aires,
1999.
Ratzer, José, El movimiento socialista en Argentina, Buenos Aires, 1981.
Regalsky, Andre$, Las inversiones extranjeras en la Argentina ( 1860-1914), Buenos Aires,
1986.
Fkicn, R o b e r t . El trabajo de las naciones, Buenos Aires, 1 9 9 3 .
Rr.in, Raanan, The Franco-Perón Alliance: Relations between Spafn and Argentina, 1946-
1955, Fittsburgli, 1993.
R e in . K aapíao , Peronismo, populismo y política. Argentina 1943-1955, Buenos Aires,
1998.
Rey BauíaCeda, Raúl, Acerca de la migración golondrina en la República Argentina, Buenos
Aires, 1985.
R ip p y , F ked J-, Dritish Investment in Latin American, 1822-1949, Minneápolís, 1959.
Sancius Muñoz, Jóse R., La Argentina y la Segunda Guerra Mundial, Buenos Aires, 1992.
S a n g u in et t i , H o r a c io , La democracia ficta, Buenos Aires, 1988.
Tccuamhuey Samdoval, Alicia, La revolución de 1943: políticas y con flictos rurales. Buenos
Aires, 1988.
Teran, Oscar, Nuestros años 60, Buenos Aires, 1991.
Tr.w, Bek^ard, International M onetary System. 1945-1970, hueva York, 1970.
The Royal Institute of International Affairs, The Froblem o f International Investment,
Londres, 1937.
Tiiorp, Rosemaky, Progreso, pobreza y exclusión. Una historia económ ica de América
Latina en el siglo XX, Hueva York, 1998.
Tiiun, Timo, Menschenreclite undAuJienpoiítik: Bu ndesrepu blík Deutschland-Argentinien.
197G-1 983, Brenien, 1985.
Tiiurow, Leslie, El fu tu ro del capitalism o, Buenos Aires, 1996.
Tiiwaites Rt-y, Mabul, Alas rotas. La política de privatización y quiebra de Aerolíneas
Argentinas, Buenos Aires, 2001.
Tirre, Emilce, La inserción de la Argentina en la economía m undial. Buenos Aires, 2000.
Tirre, Emilce, La inserción internacional de la Argentina: desequilibrios de l sector externo,
com ercio e x te rio r e integración regional, desde la organización de la Nación hasta la 5egunda
Guerra Mundial. Buenos Aires. 2000.
Toeií, Mario (coord.), El m o vim iento estudiantil de Perón a Alfonsin, 2 tomos, Buenos
Aires, 1988.
Tokc-quist, Ernesto, El desarrollo económ ico de la República Argentina en los últim os
cincuenta años. Buenos Aires, 1920.
Torrado, Susana, Estructura social de la Argentina, 1945-1983, Buenos Aires, 1992.
TokkesGigei-ia, Carlos, Tratados de com ercio concluidos p o r la RepúblicaArgentína (1812-
1942). Buenos Aires, 1943.
Treper, Salvador, La economía argentina actual: 1970-1987, Buenos Aires, 1987.
Tkomcoso, Oscar, El Froceso de Reorganización N acion al/1, Buenos Aires, 1984.
Tromcoso, Oscar, El Froceso de Reorganización N acional/2. Buenos Aires, 1984.
JosEPti A., La Argentina y los Estados Unidos. Historia de una desconfianza.
T u l c m in ,
Buenos Aires, 1990.
UNCTAD, Trade and Developm ent Repoit. 1981.
Vacs, Aldo, Los socios discretos, Buenos Aires, 1974.
Valla. Víctor, Os Estados Unidos e a influencia estrangelra na econom ía brasileña, San
Pablo. 1972.
Va« i)i:k Kakk, Jame, La Primera Guerra M undial y la política económica argentina, Buenos
Aires, 1974,
Van dek VVeu. Hermán, Historia económ ica m undial del siglo XX. Prosperidad y crisis.
Reconstrucción, crecim iento y cambio. 1945-1980, Barcelona, 1986.
V argas, Onix El m arxism o y la revolución argentina, lomo II, Dueños Aires, 1999.
Varios autores, Proceso al desarrollism o, Buenos Aires, ] 974.
V á z q u ez F r e s e d o . V ic e n t e , El caso argentino, 1875-1914, BuenosAires, 1971.
V á z q u ez P k e s c d o , V ic e m t e , Estadísticas históricas argentinas, 1875-1914. Buenos Aires,
1971.
V á z q u e z P k e s e d o , V ic e n t e , Estadísticas históricas argentinas, 1914-1959, Buenos Aires,
1976.
Vázquez Fresedo, Vicemte, Crisis y retraso. Argentina y la economía internacional entre las
dos guerras. Buenos Aires, 1978.
VtQAnzones Marie -Anoe y W imocrao , C arlos , A rgentina en el siglo XX: Crónica de un
crecim iento anunciado, Paris, 1997.
V e r b it s k y , H o r a c io , Rodolfo IValsh y la prensa clandestina, BuenosAires, 1984.
Vcrbitsky, tloKACio, Robo para la corona, Buenos Aires, 1991.
V ia m a F il m o , L u i z , O governo Castelo fíranco, Río de Janeiro, 1975.
V il a k , P ie r r e , Iniciación al estudio d e l vocabulario histórico, Barcelona, 1982.
Vilar, Pierre, C recim iento y Desarrollo, Barcelona, 1993.
Vu.LAMur.vA, J a v i e r , El proceso in flacio nario argentino, 1943-1962. BuenosAires, 1964.
V il l a r , D a m ie l , El Cordobazo, BuenosAires, 1971.
V it e l l i , G u il l e r m o , Cuarenta años de inflación cn la Argentina, Buenos Aires, 1986.
V it e l l i , G u il l e r m o , Las lógicas de la econom ía argentina. ín fla c ió n y crecim iento, Buenos
Aires, 1990.
V it e l l i , G u il l e r m o , Los dos siglos de la Argentina. Historia económ ica comparada. Buenos
Aires, 1999.
Waisman, Carlos, Re versal o í Developm ent in Argentina: P o stila r C ounterrevolutíonaiy
Policies an d tlre ir S tructural Consequences, Princcnton, 1985.
W a u im a h m , P et k r , El peronism o, BuenosAires, 1985.
Waut.rstki\ Immanuel, L'aprés libéralism e. E ssaisurunsystém e-m ondeárcinventer, Paris,
1999.
W e il , F é l ix , Argentine Riddle. Mueva York, 1944.
Argentina en la Primera Querrá N undial. neutralidad, transición
W e in m a n n , R ic a r d o ,
política y continuidad económ ica, Buenos Aires, 1994.
VVe l l e s , S lm n er . The tim e fo r decisión, Londres, 1944.
B em en c ia , R o b e r t o , 'M ig r a c io n e s r e c ie n t e s a la A rg e n tin a : e f e c to s s o c ia le s d el
m u ltic u ltu ra lis m o ", en O tero , H ernaíí y V elazquez , G u i l l e r m o (c o m p .). P o b la c io n e s a rg e n tin a s .
E s tu d io s d e d e m o g r a fía d ife r e n c ia l. T an d il, 1997,
B e r g e s , P e d r o , 'L a in d u stria d e c a r n e s d e frig orífico en la R e p ú b lic a A rg e n tin a ", e n A n a le s
d e la S o c ie d a d R u ra l A r g e n tin a , ju lio -ag osto d e 1913.
B e r m a l - M e z a , R a ú l , "L a s a c tu a le s p e r c e p c io n e s a rg e n tin a s so b re la p o litic a e x te rio r del
B ra sil y d e sus re la c io n e s co n E E . U U . ', e n C ic lo s e n ta h is to r ia , la e c o n o m í a y ¡a s o c ie d a d , IT
18, s e g u n d o se m e stre d e 1999.
B k r n a l -M c z a , R a ú l . "¿Regionalismo o globalización? Tres aspectos para la decisión de
políticas', en Realidad Económica, 15G, 1999.
B e r t o l a , L u is , "Fases, tendencias y ciclos en las economías de Argentina, Brasil y
Uruguay', en Ciclos en la historia, ia economía y ¡a sociedad. N° ÍO, primersemestrede 1996.
B isamq , R oberto y KosAcorr, B ernardo , "Las e x p o rta c io n e s in d u s tria le s e n u n a e c o n o m ía en
tra n s fo rm a c ió n : las s o rp re sa s d e l c a s o a rg e n tin o ", en K o s a c o i t , B e r n a r d o , E l d e s a fio d e la
c o m p e t iliv id a d : la in d u s t r ia a r g e n tin a e n tr a n s fo r m a c ió n , Buenos Aires, 1993.
B l a n c o . M o iii c a A.. "Reforma agraria: discurso oficial, legislación y práctica inconclusa en
el ámbito bonaerense, 1946-1955", en Ciclos en la historia, la economía y la sociedad, n°
17, primersemestrede 1998.
B l a u m , L u i s , 'Argentina: economía y psicoanálisis", cn Ciclos en la historia, la economía
y la sociedad. M° 18, segundo semestre de 1998.
B i x t m a n , G u s t a v o , 'Orden y desorden en la reforma del Estado argentino (1989-1992)" en
Ciclos en la historia, la economía y la sociedad, N° 7, Buenos Aires, 1994.
Bocco, ARNALDoy R e f e t t o , G., "Mitosy paradojas de la reforma del Estado', en B a r s k y , O s c a r
y Bocco, A r n a l d o , R e s p u e s ta a M a rtín e z d e H o z, Buenos Aires, 1991.
B o l o q n a . A l i k e d o B r u n o , "La incidencia del conflicto de Malvinas cn la política exterior
argentina', en CERIR, La política exterior argentina, 1994/1997, Rosario, 1998.
B o r o n , Anuo, 'Las desventuras del "realismo periférico"", en América Latina internacio
nal. M° 29, Buenos Aires, 1991.
B o r o n , A n u o , ' L a s o c i e d a d civil después del diluvio neoliberal", e n S a d e r . E m ir y G e n t il i ,
P a b l o (comps.), La tr a m a d e l n e o lib e r a lis m o . Buenos Aires, 1999.
76, e n e ro -m a r zo d e 1930.
C a h it ro t , A d o l f o , “Teoría y práctica del liberalismo. Política ant¡inflacionaria y apertura
económica en la Argentina, 1976-1981", en D esarrollo Económico, M082, julio-setiembre de
1981.
C a h it ro t , A d o l f o , "Estabilidad primero, apertura después, ¿ y luego qué?", en D e la B a l z e ,
F e l ip e (comp.). El com ercio exterior argentino en la década de 1990, Buenos Aires, 1991.
d e 1998.
C m iar am o n t e , J o s é C., 'La crisis de 1866 y el proteccionismo argentino en la década del
70", en Di T e l l a , T o r c u a t o y M a ip e k in D o n g m i , T ulio (comps.). Los fragm entos del poder, Buenos
Aires, 1969.
Ciria, Alberto. "Crisis e c o n ó m ic a y re s ta u ra c ió n política», en V a rio s a u to res. L a d e m o c r a
c ia c o n s t it u c io n a l y s u c r is is , B u e n o s A ire s, 1980.
Ciria, Alberto, "La Argentina dividida; peronistas y antiperonistas', en H is to r ia in te g r a l
a r g e n tin a . La A r g e n tin a d e p o s g u e r ra , Buenos Aires, 1980.
Clairmomt, Prederic F., "C e s d e u x c e n ts s o c ié té s q u i co ntrólen!, le m o n d e ", en Le M o n d e
D ip lo m a tíq u e , ab ril d e 1997.
C la rín , A n u a r io 1 9 9 8 - i 9 9 9 .
Clarín, A n u a r io 1 9 9 9 -2 0 0 0 .
Colman, O scar, 'L a in d u stria textil y la re c o n v e rs ió n e x te n s iv a del s e c to r in d u strial
a rg e n tin o , 1930-19 4 3", e n C ic lo s e n la h is to r ia , la e c o n o m í a y la s o c ie d a d . n ° 2, p rim e r
s e m e s tre de 1992.
C o n e s a , E d u a r d o R., 'T ip o d e c a m b io y s a la rio s re a le s en el c re c im ie n to : el c a s o a rg e n tin o
Trente a la e x p e rie n c ia m u n d ia l', en C ic lo s e n la h is to r ia , la e c o n o m ía y la s o c ie d a d , N ° ] 6,
s e g u n d o se m e s tre d e 1998.
C o k n b l i t , O s c a r ; G a l l o , E z eq u ie l y O 'C om m cll, A r tu r o , "L a g e n e ra c ió n d e l 8 0 y su p ro ye cto :
a n te c e n te s y c o n s e c u e n c ia s ", en Di T e lla , T o k cu a to S .; Germ ani. Gimo y Graciarcm a, Jo r g e ,
A r g e n tin a : s o c ie d a d d e m a s a s , B u e n o s A ire s. 1965.
C o r t e s C o m d c , R o b e r t o , " E l «boom - a r g e n t i n o ; ¿ u n a o p o r t u n id a d d e s p e r d ic ia d a ? " ,
e n Di T e l l a , T. y H a i .p e r i n D o n g m i , T . (1 9 6 9 ).
C o r t e s C o n d e , R o b e r t o , 'E s t im a c io n e s del p ro d u c to bru to in tern o de A rg e n tin a ". U n iv e r
sid a d d e S a n A n d ré s, D o c u m e n to d e T r a b a jo H c 3, 1 99 4.
C r i s o r i o . B e a t r iz C., " E l p ro b le m a d e las n a c io n a lid a d e s en la ex U R S S . C e n tra lism o o
b a lc a n iz a c ió n ", en C ic lo s e n la h is to r ia , la e c o n o m ía y la s o c ie d a d , Na 10, p rim e r s e m e s tre
d e 1996.
Crisorio, BeatrizC . y Aüuihrc, N orberto R., "In te g ra c ió n re g io n a l e n et C o n o Su r: a n te c e d e n
tes y p e rs p e c tiv a s del M e rc o s u r", e n R e la c io n e s in te r n a c io n a le s , N 2 73, enero-abril d e 1997.
D a v is , P a b l o J u l iá n , "L a c u e s tió n e lé c tr ic a d e B u e n o s A ires e n la d é c a d a d e 1 9 3 0 : a s p e c to s
e c o n ó m ic o s "y s o c ia le s de un e s c á n d a lo p o lít ic o ', C u a d e r n o s d e C ic lo s , 3, B u e n o s A ires,
1989.
por las Islas Malvinas y Georgias del Sur entre el 2 de abril y el 15 de junio de 1982", en
Estrategia, N* 71-72, abril-setiembre 1982.
L a t t e s , A l f r ed o y B e k t o n c e l l o , R., "Dinámica demográfica, migración limítrofe y activida
des económicas cn Buenos Aires", en Estudios Migratorios Latinoamericanos. N835, Buenos
Aires, abril de 1997.
L a t t e s , A l f r e d o y Recomí d e L a t t e s , Z ulm a , "Auge y declinación de las migraciones en
Buenos Aires", en J o r r a t , J o r g e y S ai/tu, Ruin (comps.). Después de Germani. Exploraciones
sobre la estructura social de la Argentina, Buenos Aires, 1992.
L A u rE K , R u b é n y S e i q u e l , C l a u d i o , 'Europa Occidental en las relaciones internacionales
argentinas del mundo bipolar, 1970-1990", en Ciclos en la historia, la economía y la
sociedad, número especial 14-15, primer semestre de 1998.
L av aqm a , R o b e r t o , 'Comercio exterior y política comercial en Brasil y Argentina. Una
evolución comparada", en L l a d o s , J. M. y P ih h e ir o G u im a k á e s . S. (1999).
Le Monde Díplomatíque, Le nouveaux maitres du monde, Maniére de voir M° 28, Paris,
noviembre de 1995.
L e u o n m l t v u d , A x e l , 'Mr. Keynes y los modernos", en Desarrollo Económico. M° 156.
Buenos Aires, enero-marzo de 2000.
L e t o u r n e a u , J o c e l i n , 'Mundíalización e identidad histórica de las regiones", en Ciclos en
la historia, la economía y Ja sociedad. M° 12, primer semestre de 1997.
L e w is , C o l ín , "Anglo-Argentine Trade, 1945-1965', en R o c k , D a v id , (ed.), Argentina in the
XX Century. Pittsburgh, 1975.
L c w j s , C o l í n , "Delcrecimientoal retrasoeconómico: una revisión de los recientes debates
sobre la historia económica y social argentina", en Ciclos en ¡a historia, la economía y la
sociedad, n° 18, segundo semestre de 1999.
LiriDEMBOJM. Javier, 'El empresariado industrial argentino y sus organizaciones gremiales
entre 1930 y 1946", en Desarrollo Económico, N3 62, julio-setiembre de 1975.
L in d et ibo im . J a v ie r , “Empleo y redistribución de la población en la Argentina: de la
posguerra a los años ”80", en Cíelos en la historia, la economía y la sociedad, ti“ 5, segundo
semestre de 1993.
L im d ek b o im , J a v ie r , "El desafio del empleo a finales del siglo XX", en L in d e n b o im , J a v ie r
(comp.). Cuadernos del CEÜEP, Ms 2, 1999.
Lime, Walter. 'La organización obrera y el Estado peronista, 1943-1955", en Torre, J. C.
{comp.). La formación del sindicalismo peronista, Buenos Aires, 1992.
L l a c ii , J u a m J o s é . 'Estructura ocupacionai y dinámica del empleo en la Argentina: sus
peculiaridades. 1947-1970", en Desarrollo Económico. N° 68, enero-marzo 1978.
L l a c ii , J u a m José, "El Plan Pinedo de 1940, su significado histórico y los o r í g e n e s d e l a
economía política del peronismo", en Desarrollo económico, 92, enero-marzo d e 1984.
López MuRrnr, Ricardo, "Los planes de estabilización en el Mercosur", en Ciclos en la
historia la economía y la sociedad. N° 8, Buenos Aires, primer semestre dc 1995.
Lozamo, C l a u d io , "La reforma previsión al", en Realidad Económica, 115, Buenos Aires,
1995.
L u c a n q e l i , J o r g e , "Política comercial y desempeño industrial. La experiencia argentina de
los últimos cuarenta años", en Boletín Informativo Teclrint, N° 259, setiembre-octubre de
1989.
M a c h in e a , J ó s e L u is y F a n e l l i , J o s é M., "El control de la hiperinflación: El caso del Plan
Austral, 1985-1987", en B r u n o , M.; D i T e l l a , G.; D o r n d u s c ii . R. y F is c m e r , S. (comps.),
Inflación y estabilización. La experiencia de Israel, Argentina, Brasil, Bolivia y México.
México, 1988.
M a d r id , E d u a r d o , 'Argentina y Brasil, economía y comercio en los años treinta", en Ciclos
en la historia, la economía y la sociedad, M° 11, 1996,
M a d r id , E d u a rd o , "Las relaciones argentino-brasileñas en los años cuarenta', en V
Congresso Sociedade Latino-Americana de Estudos sobre América Latina e Caribe, tomo II,
San Pablo, 1996.
M a d r id , E d u a r d o , "La Argentina y Brasil frente a la Segunda Querrá Mundial", en
Globalización e Historia, Buenos Aires, 1999.
M a d r id , E d u a rd o . 'Ideas y proyectos de complementacíón e integración económicas entre
la Argentina y Brasil en el siglo XX", en Jornadas de Investigación, Documento de Trabajo
rfs 1. Mercosur. Buenos Aires. 1999.
M a d r id , E d u a r d o , "La Argentina y sus relaciones comerciales con Brasil, 1930-1943", en
Academia nacional de la Historia, Buenos Aires, 1999.
M a k u c , A d r iá n , "Mecanismos de promoción de exportaciones en la década de 1980:
análisis del marco legal su funcionamiento y evaluación de sus resultados", en D e la B a l z e ,
F e l ip e (comp.). El comercio exterior argentino en la década de 1090. Buenos Aires, 1991.
en Indugraf S.A.,
en el mes de enero de 2003 ANDRES MUSACCHIO a
Licenciado en Economía de la Facultad de Ciencias
www.indugraf.com.ar
Económicas de la UBA, ha obtenido el título de especialista
en Historia Económica y de las Políticas Económicas de
esa universidad. Se desempeña actualmente como pro
fesor adjunto en la cátedra de Historia Económ ica y
Social Argentina en la FCE de la UBA, y forma parte del
cuerpo de investigadores del Instituto de Investigaciones
de Historia Económica y Social.
Dictó cursos de grado y posgrado en diversas univer
sidades del país y fue profesor invitado en la Universidad
de Viena, Austria, en 1995, 1997 y 2000, y becario del
Conicet y del Institut fur Weltwirtschaft de la Universidad
de Kiel entre 1996 y 1997.
Publicó un libro sobre los procesos de integración en
Europa y Am érica Latina y varios artículos en revistas
científicas nacionales y extranjeras sobre temas de eco
nomía e historia referidos a la Argentina, Alemania y la
Unión Europea.
RICARDO VICENTE
Licenciado en Sociología, egresado de la Facultad de
Filosofía y Letras de la UBA, es también especialista en
Historia Económica y de las Políticas Económicas de la
Facultad de Ciencias Económicas de esa universidad.
Actualmente es profesor adjunto de Historia Económica
y Social Argentina en la U B A y ejerce la docencia en la
Escuela Nacional de Bellas Artes "Prilidiano Pueyrredón", .
así como en otras universidades nacionales y privadas.
Ha publicado artículos y reseñas bibliográficas sobre
temas históricos y sociales en revistas especializadas.