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Tienen una gran relación con los humanos, entre tales relaciones se incluyen fungir como animales

de compañía, animales de guardia, perros de trabajo, perros de caza, galgos de carrera, perros
guía, perros pastores o perros boyeros.

Diferencias respecto a otros cánidos

En comparación con lobos de tamaño equivalente, los perros tienden a tener el cráneo un 20 %
más pequeño y el cerebro un 10 % más pequeño, además de tener los dientes relativamente más
pequeños que otras especies de cánidos.22 Los perros requieren menos calorías para vivir que los
lobos. Su dieta de sobras de los humanos hizo que sus cerebros grandes y los músculos
mandibulares utilizados en la caza dejaran de ser necesarios. Algunos expertos piensan que las
orejas flácidas de los perros son el resultado de la atrofia de los músculos mandibulares.22 La piel
de los perros domésticos tiende a ser más gruesa que la de los lobos y algunas tribus esquimales
prefieren su piel para vestirse, debido a su resistencia al desgaste en un clima inhóspito.22 A
diferencia de los lobos, pero al igual que los coyotes, los perros domésticos tienen glándulas
sudoríparas en las almohadillas de las patas.22 Las patas de un perro son aproximadamente la
mitad de las de un lobo y su cola tiende a curvarse hacia arriba, otro rasgo que no se observa en
los lobos.

Tenemos noticias: las feminazis no existen Hace un par de semanas, la revista TvNotas publicó un
artículo de opinión llamado Feminazis, enemigas de las mujeres. El texto, sin argumentos ni
fuentes o consultas a expertos en temas de género, incluyó un test en el que se describen rasgos
que, según la autora, están asociados con las feminazis. "Las preguntas me parecen casi aleatorias,
no hay una coherencia, nada más como que pusieron unas preguntas por hacer un test, pero justo
como el término feminazi puede referirse a cualquier actitud, por eso lo pueden hacer", dice
Gabriela Cano y detalla que el término es despectivo y se utiliza como si la lucha del feminismo no
fuera importante.

El ‘hembrismo’, que no es un concepto recogido todavía por la RAE, es popularmente conocido


como la palabra equivalente al machismo, aunque en sentido contrario. Así, el ‘hembrismo’
impulsa la preponderancia de la mujer, mientras que el machismo privilegia al hombre y ninguno
de las dos apuestas por la igualdad de género. Esta idea también suele vincularse al concepto de la
misandria, que es el desprecio a los varones.

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