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La elección

Desde que uno nace se abre a un nuevo mundo. Pero esta primera elección de ingreso al nuevo
mundo, no es nuestra sino la de nuestra Madre. Después de ello que viene una aprendizaje al lado
de nuestra madre bajo un escenario que sea posible esto. Luego poco a poco iremos creciendo de
acuerdo a las enseñanzas de nuestra casa, escuela, barrio, pero ¿Cuál es la enseñanza que
prepondera más? Pues la de nuestros padres, especialmente la de nuestra madre, la información
que nos transmite a través de sus emociones es transcendental, estuvimos en su vientre, nos
conectamos y se cargaron sus emociones, al menos los tres primeros meses de embarazo son de
importancia, de acuerdo a la investigación de Eduardo Punset y Vivette Glover, sobre emociones
desde el útero materno.

Las condiciones para empezar a elegir deben armarse para visualizar las opciones, es decir
empezaremos a ambientar nuestro entorno, dando apertura a la dualidad, entre lo bueno y lo
malo, lo correcto y lo incorrecto, vienen al entorno para empezar la elección, pues nuestra madre,
con sus creencias y percepciones, ambienta el entorno, es por ello que se dice que no hay
elección, que ya está implícitamente hecha, solo que buscamos justificar dicha decisión, con cosas
explicitas que busca compensar dicha elección de manera inconsciente ya sea con la mente
emocional o la mente racional.

¿Quién valida las creencias que recibimos? A veces alguien del entorno de nuestra madre, es decir
la abuela, que es nuestra segunda madre, otra vez bajo el escenario que sea posible esto, de
tenerla. Y así viene la cadena ¿Quién valida las creencias de la abuela? Se presenta la cadena y
simplemente es lo primero que tenemos a nuestro alcance. La cercanía del círculo de nuestra
madre será el principal motor que dispondrá los elementos para ambientar el entorno de nuestra
posterior elección.

¿El miedo es malo? Muchas veces nos enseñan que lo es, pero el miedo es una emoción que nos
ha ayudado a sobrevivir, en la evolución ha desencadenado una respuesta para buscar la
sobrevivencia y llegar a la evolución. ¿El enojo es malo? Muchas veces nos enseñan que lo es, pero
el enojo es un instrumento correctivo, es decir como un instinto al ataque por ende también de
supervivencia. Pues es entonces que nos adherimos muchas cosas que después vemos que no son
del todo malas, tal vez su descontrol sea que destruya el entorno que tengamos. Entonces para
elegir ¿por dónde empezamos? Por nosotros mismos, es decir por desaprender lo aprendido,
saliendo de nuestra zona de confort de lo conocido, de los términos categóricos que aprendimos
desde la infancia, o es blanco o es negro ya no será solo dos opciones sino también se abre
existencia a matices, es decir a que todo es relativo.

La vida es el caminar, la elección es saber porque camino estamos para llegar a ser coherentes con
lo que somos, con lo que sentimos, con lo que queremos, con lo que tenemos, con lo que
haremos, junto a la antorcha de luz que es la voluntad de corazón que acompaña también a
nuestra oscuridad.

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